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PRIMERA PARTE Introduccion 1N Los dos primeros capitulos repasamos la materia del curso introductorio de microeco- nomia. En el Capitulo 1 aplicamos los principios del andlisis coste-beneficio a toda juna variedad de decisiones que nos resultan familiares por la experiencia. Su objetivo es {que el lector entienda intuitivamente lo que significa «pensar como un economista». En el Capitulo 2 desarrollamos el andlisis basico de oferta y demanda, que es nuestro ins- ‘rumento analitico para explicar los precios y las cantidades de bienes que se comercian en los mercados. Veremos que, aunque los mercados que no estén regulados pueden no generar siempre los resultados que nos gustaria, suelen producir los mejores resultados posibles en cada circunstancia y que los intentos de los poderes piblicos de ayudar a los pobres regulan- do los precios y las cantidades a menudo producen, por el contrario, efectos secundarios que no se deseabani, Veremos que es mejor ayudar a los pobres adoptando programas que aumen- ten su renta, CAP{TULO Pensar como un economista ‘A MICKUECONOMIA es el estudio Ue lat manera en que eligen los individuos en condiciones de escasez. Muchas personas, cuando oyen esta definicién por primera vez, reaccionan afirmando que esta disciplina es de escasa importancia para la mayorta de los ciudadanos de los paises desarrollados para quienes, después de todo, la escasez material es en buena me- ida una cosa del pasado. Sin embargo, esta reaccién se debe a que se adopta una visién muy limitada de la escasez. Incluso cuando los recursos materiales son abundantes, es seguro que otros recursos importan- tes no lo son, Aristételes Onassis tenfa varios miles de millones de délares cuando muri6, Posefa més dinero del que posiblemente podia gastar y lo uilizaba para adquirir cosas como travesafios de marfil de ballena finamente trabajados para los taburetes del bar de su yate. Y, sin embargo, tenia un problema de escasez mucho mayor, en un importante sentido, que los que podamos te~ ner alguna vez la mayoria de nosotros. Onassis fue victima de una miastenia grave, una enfer- medad neurolégica degenerativa y progresiva. Para él, la escasez que contaba no era el dinero sino el tiempo. la energfa y la capacidad fisica necesaria para realizar las actividades ordinarias. El tiempo es un recurso escaso para todo el mundo, no s6lo para los enfermos terminales. Por ejemplo, cuando vamos a ver una pelicula y hemos de elegir. no es el precio de las entradas el que nos impone limitaciones a la mayoria de nosotros, sino el tiempo. Si no disponemos més que de inas cuantas noches libres al mes, ira ver una pelicula significa no poder ira ver otra 0 ‘no poder cenar con Jos amigos. El tiempo y el dinero no son los tinicos recursos escasos importantes, Pensemos en la deci si6n econémica que tenemos que tomar cuando un amigo nos invita a desayunar a un bufet. Se trata de comer todo lo que se quiera y hemos de elegir lo que vamos a tomar. Incluso aunque no fuéramos ricos, el dinero no seria lo importante, pues se puede comer gratis todo lo que se quie- ra, El tiempo tampoco ¢s un obstéculo, ya que tenemos toda la tarde y preferimos pasarla en compaiia de nuestro amigo que en cualquier otra parte, En este caso, él recurso escaso impor- tante es la capacidad de nuestro estémago. Iay un montén de comidas favoritas ante nosotros y hemos de decidir qué vamos a comer y en qué cantidad. Comer otra «tostada» significa nece- sariamente tener menos sitio para (omar ms huevos revueltos. Aunque en este caso el dinero no cambie de manos, no por eso es menos econémica nuestra decision. En toda decision hay en mayor o menor medida un problema de escasez. Algunas veces la escasez. de recursos monetarios es a més importante, pero no lo es en muchas de las decisiones i ‘CAPETULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA mis acuciantes. Hacer frente a uno u otro tipo de escasez constituye la esencia de la condicion humana. De hecho, si no fuera por este problema, la vida perderia en gran parte su intensidad. Para una persona que viviera indefinidamente y que tuviera unos recursos ilimitados nunca ten- dria importancia casi ninguna decisién. En este capitulo examinamos algunos de los prineipios basicos de la teorfa microeconémi- cca y vemos cémo podria aplicarlos un economista a toda una variedad de decisiones en las que hay un problema de escasez. En capftulos posteriores presentamos el desarralla més formal de. la teorfa, De momento, nuestro tinico objetivo es entender intuitivamente lo que significa ‘pensar como un economista>. Y la mejor manera de hacerlo es analizar nna serie de peablemas que nos son familiares por la experiencia real. Enfoque de las decisiones basado en el andlisis coste-beneficio Ejempto 1.1 ‘Muchas de las decisiones que estudian los economistas pueden formularse de la siguiente manera: {Debo hacer la actividad x? En el caso de la persona que esta considerando la posibilidad de ir al cine, «;... hacer la ac- tividad x?» podria ser, por ejemplo, «,.. ver Casablanca esta noche?». En el caso de la perso- na que va a desayunar a un bufet, podria ser «;... comer otra tostada?». Los economistas res- ponden a esas preguntas comparando los costes y bencficios de la actividad en cuesti6n, La regla que utilizan es cautivadoramente simple, pues si C(x) representa el coste de hacer x y B(x) los beneficios, tenemos que: Si B(x) > C(x), debe hacerse x; en caso contrario, no. Para aplicar esta regla, es necesario definir y medir de alguna manera los costes y las be- neficios. Los valores monetarios constituyen un ttl comtin denominador para este fin, incluso cuando la actividad no tiene relacién algona con el dinero, Definimos B(x) como la cantidsd ‘monetaria maxima que estariamos dispuestos a pagar por hacer x. A menudo se trata de una magnitud hipotética, incluso aunque en realidad no cambie el dinero de manos. C(x), por otra parte, es el valor de todos los recursos a los que debemios renunciar para hacer x. En este caso, tampoco tiene que entrafiar una transferencia explicita de dinero. En la mayorfa de las decisiones, no es facil expresar algunos de los beneficios o de los c tes en términos monetarios. Para ver qué se hace en 30s €a308, cxaminemos la sencilla decisién siguiente. eDebemos bajar el volumen del tocadiscos? Nos hemos sentado eni ina eémoda silla y estamos escuchando un disco cuando nos da- mos cuenta de que las dos canciones siguiemtes no nos gustan. Si tuviéramos un repro= ductor de discos compactos, 1o programarfanios para que se las saltara, pero como no lo tenemos, debemos decidir si nos levantamos y bajamtos la mifsica.o nos estamos quietos y espetamos a que acabe. El beneficio de bajar el volumen es no tener que aguantar las Canciones que no nos gustan. El coste es la molestia de tener qué levantamos de la silla. Si estamos muy c6- ‘modos y la musica s6lo es algo molesta, probablemente no.nos moveremos, Pero si no Hle- ‘vamos mucho tiempo sentados o si la musica es realmente molesta, es mas probable que ‘ngs levantemos. ‘MICROECONOMIA Y CONDUCTA 5 Precio de reserva de la actividad x Precio al que a una persona le daria igual hacer x que no hacerlo, Incluso cuando se irata Ge seficillas decisiones como ésta, es posible expresar los cos tes y los beneficios relevantes en términos monetarios. Consideremos, en priiner lugar, el coste de levantarse de Ia silla, Si una persona nos ofteciera { centavo por levantamos de una cémodasillay si no hubiera ninguna otra razén para hacerlo, ,aceptatfamos la oferta? ‘Si somos como la mayorfa de las personas, no la aveptariamos. Pero si nos ofrecieraf. 21,0005, nos leyantariamos af instante, Nuestro previo de reserva, ¢8 deci, la cantidad mf- nhima por la que nos Jevantariamos dela silla se encuentra entre 1 centavo y 1,008. Para ver donde se encuentra esa cantidad minima, imaginemos que realizamos ina su basta mental con nosotros mismos en la que vamos subienda poco a poco la oferta co- enzando por 1 centavo hasta que llegamos a un punto-en el que apenas merece la pena Jevantarse. E} lugar en el que se encuentre ese punto.depender4, evidentemente, de las it~ ccunstancias. Si somos ticos, tenderé a encontrarse en un lugar mas alto que si somos po- > bres, ya que en ese caso una cantidad dada de dineto parece menos importante; si nos en- contramos con fuerzas, se hallaré en un lugar mas bajo que si estamos cansados; y ast sucesivamente, Supongamos, para faclitar el andlisi, que nuestro precio de reserva por le= Vantarnos de la silla es de. 18. Podemos realizar una subasta mental parecida pata averiguar la cantidad maxima que estatiamos dispuestos a pagar a una persona para que bajara la iiisica. Este precio de reserva mide los beneficios de bajar la mésica, Supongamos que = son 75 centavos. Segiin nuestra regla formal de decisién, tenemos que x = «bajar el tocadiscos» ¥ que B(x) = 0.758 significa no poder hacer la y, el valor que tiene para nosotros hacer la yes el coste de opor~ tunidad de hacer la x. Muchas personas toman malas decisiones porque tienden a no tener en cuenta el valor de esas opurtunidades perdidas. Esta idea sugiere que casi siempre es Gil von- vertir las preguntas del tipo «;debo hacer 1?» por otras del tipo «;debo hacer x 0 y?». En el se- gundo caso, y es simplemente la alternativa a x que tiene un valor mds elevado. Bastard un sen- cillo ejemplo para remachar el clavo. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 7 Frrpia 12 :Debemas ir a esquiar hoy 0 trabajar como ayudantes de investigaci6n? Hay unas pistas de esduf cerca de la universidad. donde solemios ir'a esquiar. Sabenios por ‘experiencia que ir a esquiar tiene para nosotros wn valor de 608. Los costes de un dia as- cienden 4 40S (esta cantidad comprende el billete del autobiis, el billete del telesqui y el equipo). Pero esos no son los tnivos cosies de ir @ esquiar. También hay que tener en cuen- {wel valot de In alternativa mis attactiva a la que renuunciamos por ir a esquiar. Suponga- ‘mos que si no vamos a esquiar, trabajaremos en nuestro nuevo puesto de ayudantes de in- vestigacién con uno de nuestros profecores. Now paga 158 al dfa y nos gusta lo suficiente ‘omio para estar dispuestos-a hacerlo gratuitamente. Por lo tanto, la pregunta que hemos de hacemos es la siguiente: «;debemos ir a esquiar 0 debemos quedanius y trabajar como. ayudantes de investigacion?» En este caso, el coste de esquiar no es solamente el coste explcitu (408), sino también el coste de oportunidad de los ingresos que perdemos (458). Por lo tanto, los costes tota- Jes ascicnden a 858, cautidad superior a los beneficios de 608. Dado que Clx) > Bux), de- bbemos quedamos y trabajar con nuestro profesor. Sin embaggo, una persona que no tuviera cut cuents el coste de, oportunidad de los ingresos perdidos, tomatia la decision incorrecta -> de ir'a esquiar Obsérvese el papel que desempefian en el Ejemplo 1.2 nuestras ideas sobre el trabajo. El he- ccho de que éste nos guste lo suficiente para que estemos dispuestos a hacerlo gratuitamente no es sino otra forma de decir que no tiene costes psiquicos. Eso es importante, ya que significa {que si no lo hiciéramos, no estariamos escapando de algo desagradable. Naturaimente, no todos los trabajos entran dentro de esta categoria, Supongamos, por el contrario, que el trabajo con- sistiera en limpiar platos en el comedor por el mismo dinero, 45S al dia, y que fuera tan des gradable que no estuvigramos dispuestos a hacerlo por menos de 30$ al dia Si el encargado del eomedor nos permitiera tomamos un dia libre cuando quisiéramos, revisarfamos nuestra deci- si6n sobre la posibilidad de ir a esquiar. EJEMPLO 1.3 :Debemos ira esquiar hoy 0 limpiar platas (igual que el Ejemplo 1.2, salvo la alternativa)? Exinien doo manera équivalentes de cxanibint ésa decison: Una ce dav que uno Ue tos beneticios de ir a esquiar es no tener que timpiar platos. Dado que nunca estarfamos dis- ppucstos a hacer ese trabajo por menos dé 308 al dia, para nosolsus evitar esa tarea ten ese valor. Por lo tanto, i a esquiar tiene el beneticio indirecto de no limpiar platos. Si lo su- ‘amos al beneficio directo de GOS de ir. esquiar, tenemos que B(x) = 90$. Desde este punto de visia, C(x) tiene el mismo valor que antes, a saber, los 40$ que cuesta esquiar ids los 43S del coste de oportunidad de los ingresos perdidos, e8 decir, 85S. Por lo tanto, ahora B(x) > Cla), Io que significa que debemos itnos a esquiar. Our forma de Hegar al mismo resultado consistiria en sopesti los aspecios desagra- Gables del trabajo de limpiar platos y el suelo. Segtin este enfoque, restarfamos los 30S iarigs que vain para nosotros estos aspectos de los ingresos de 45§ que pereibiriamos si lohiciéramos y ditfamos que el coste de oportunidad de no trabajar en el comedor es de 153 diarios solamente. En ese caso, C(x) = 408 + 15$ = 55§ < B(x) = 608, y la conclusion 5, de nuevo, que debemos immos a esquiar, ‘Da lo mismo la manera en que valoremos los aspectos desagradables de limpiar platos. Es extraordinariamente importante, sin embargo, que lo hagamos solamente de una de tas dos formas. jNo los contabilicemos dos veces! * Ejempto 14 CAPITULO I: PENSAR COMO UN ECONOMISTA EL Ejemplo 1.3 muestra claramente que existe una relacién reciproca entre los costes y los beneficios. No incurrir en un coste es lo mismo que obtener un beneficio. Por la misma razén, no obtener un beneficio es lo mismo que incurrir en un coste. Con todo lo evidente que parece, a menudo se pasa por alto. Consideremos, por ejemplo, el ‘caso de un estudiante extranjero de doctorado que ha recibido hace poco el titulo y que esté a punto de volver a casa. La legislacién de su pafs permite a las personas que regresan del ex- tranjero levarse un automévil nuevo sin tener que pagar el arancel normal de 50 por 100. El suegro del estudiante le pide que le Heve un Chevrolet nuevo de 10,000S y le envfa un tal6n por esa vautidad, lv que pouc cx apricios al csludiautc. Tenla pousay Gouprat unt Chovivlet cont el fin de venderlo en su pafs. Dado que, como hemos seftalado, normalmente hay que pagar por Jos auroméviles nuevos un impuesto de un 50 por 100 sobre las importaciones, un automévil de ese tipo se venderfa en un concesionario de su pais por 15.0005. El estudiante estima que él po- dria Venderlo fécilmente por 14,0008, lo que le reportaria un beneficio de 4.0008. Por lo tanto, el coste de oportunidad de llevar el automévil a su suegro por 10.0008 seria de 4.0008. No ob- tener este elevado beneficio seria un elevado coste, Al final, es la decision que toma, ya que para 41 tiene més valor levarse bien con su familia. Incluso desde un punto de vista estrictamente econémiico, 1a mejor decisién no siempre es la que nos reporta més dinero. Qué debemos hacer primero? ¢Trabajar o ir a la universidad? Los costes de ira 1a tiniversidad no Son meramiente-fos gastos de matricula, alojamiento, comida, libros, material, etc. También coinprenden el coste de oportunidad de Jos ingresos. ‘que perdemos mientras estamos estadiando. La cantidad que ganamos aumenta conforme és mayor nuestra experiencia. Cuanto mayor es ésta, mas elevados son los ingresos a 10s ‘qué debemos renunciar para ir a la universidad. Por lo tanto, cuando menor es este coste de oportunidad es al terminar tos estudios secundarios. Por lo que se refiere a los beneficios, una dé las grandes gunanicias de los estudios uni- versitarios es que permiten percibir unos ingresos much mayores. Cuanto antes vayamos a universidad, durante més tiempo podremos obtener este beneficio. Otro beneficio lo constituyen los aspectos agradables de ira la universidad comparados con fos de trabajar. En general, Ios tipos de empleo que tiene 1a gente tienden a ser menos desagradables (0 més agradables) cuanto mayor sea el nivel de estudios y la experiencia que tenga. Por lo tanto, asistiendo a la universidad se evita tener que realizar los trabajos menos agradables. Por consiguiente, para la mayorfa de las personds tiene sentido ir primero a la universidad y después trabajar, Ciertamente. tiene més sentido ir a los 20 afios que a los 50. : Una excepcién frecuente.a esta regla general la constituyen las personas que son de- ‘masiaddo inmaduras cuando terminan las estudios secundarios para recager los heneficins de Tos estudios universitarios. En su caso, a menudo es més sensaio trabajar un aiio 0 dos sores de ata universidad, oe ee El ejemplo de la universidad constituye una ilustracién perfecta del argumento de Friedman sobre la manera en que debe evaluarse una teoria. Nadie pretende decir que las personas que es- ‘Gn a punto de terminar los estudios secundarios eligen el momento de ir a la universidad ha- ciendo complicados célculos sobre los costes de oportunidad. La mayoria de los estudiantes ‘van, por el contrario, a la universidad en cuanto terminan los estudios secundarios, simplemente porque es Io que hace la mayorfa de sus compafieros. Es lo que hay que hacer. Pero eso no tiene en cuenta las causas por las cuales la mayoria de los compaieros optan por ira la universidad. Algunas costumbres, como la de ir a la universidad nada mds terminar los estudios secundarios, no surgen de la nada. Toda una multitud de sociedades diferentes han MICROECONOMIA Y CONDUCTA 9 Esempto 1.5 tenido siglos para realizar experiments con esta cuestién. Si hubicra una manera significati- vamente mejor de ordenar los perfodos de aprendizaje y de trabajo, ya lo habria descubierto al- guna hace tiempo. La costumbre actual probablemente ha sobrevivido porque es eficiente. ES posible que no calculemos explicitamente el coste de oportunidad de los ingresos perdidos, pero solemos comportamos como si lo hicigranos' Como quedard patente en el siguiente ejemplo, el hecho de no tenet en cuenta los costes de ‘oportunidad suele evannus a juzgar erréneamente Jo que exige de ciertas transacciones la justcia. 2Es justo cobrar intereses cuando se presta dinero a un amigo 0 a un familiar? ‘Supongamos que un amigo 09s presta 10.0008 y quelo-que mas le preocupa de la deci- sin de cobrar o no intereses es saber si cs «justo» hacerlo. Podifa depositar el dinero en et banco, donde obtendrfa, por ejemplo, un tipo de interés de un 5 por 100, es decir, 500$ al aio. Si nos cobra 500 de intereses por cada aio que dure el préstamo, recuperara me- amente el coste de oportunidad del dinero. Si no nos cobia intereses, ¢s lo mismo que si nos hicieta un regalo de 5008 al ano. Ahora bien, podria muy. bien querer regalamos todos tos aiios esa cantidad o, de hecho, una aun mayor. Pero nadie dirfa que es injusto que no Jibs naga todos os aftos un gran regalo de dinero en efectivo, Y tampoco tiene més senti- do decir que es injusto que recupere el coste de oportunidad de prestamos el dinero. Sin embargo, en nuestra sociedad muchas personas tienen la impresién de que prestar di- ‘nero con intereses es de alguna manera una practica fea. Una muestra de ello es la siguiente car- ta que apareci6 en la columna de Ann Landers (Querida Ann Landers: ‘Tengo cuatro hijos que han tenido éxito en su matrimonio y en su carrera. Siempre he intentado tratarlos de una manera ecudnime en cuestiones como los gastos de matricula y os préstamos para comprar una casa. Mi politica ha sido cobrarle un bajo tipo de interés por los prestamos para 0 favorecer a ninguno de ellos. Recientemente, mi hija mayor me pidi6 un préstamo a dos afios para ayudaule a comprar una casa més grande. Tanto ella como su marido tienen un buen trabajo, pero no querfan tener que re- cura activos no liquidos... Le envi como siempre un cheque acompafiado de una nota pata qu Ja firmara y me la devolviera. La nota era un acuerdo para pagar intereses. Incluf también un plan de seleccion6 al azar la mitad de las mesas y antes de tomar nota devolvié 3S a todas las personas que fas ocupaban. A la otra mitad no le devolvio nada. A continuacion Ilev6 cuidadosamente 1a cuenta del némero de trozos de pizza que tomaba cada co- mensal. ,Qué diferencia predice usted que habria entre las cantidades que tomaron estos dos grupos? ‘Seguramente, os comensales de cada grupo se preguntaron: «;Debo comet otro tr0z0 de pizza?» En este caso, la actividad x consistia en comer otro trozo mds. C(x) era exac- tamente cero para ambos grupos: incluso los miembros det grupo a los que no les devol- vieron 3S podian tomar tantos trozos como quisieran sin pagar mds, Dado que el grupo al que se le devolvid 38 se eligié al azar, no hay razdn alguna para suponer que a sus © ‘miembros les gustaba la pizza ni mas ni menos que a los demés. La regia de decisiGn era para todos seguir comiendo hasta que. ya no reportara ningtin placer adicional comer ‘aia irazn, Por Io tanto, B(x) deherta ser ignal para tos dos grupos y los miembros de los. “dos grupos deberian seguir comiendo hasta que B(x) fuera cero. De acuetdo con este razonamiento, los dos grupos deberian comer, en promedio, Ia ‘misma cantidad de pizza. El precio de admisién de 3§ 3 un coste irrecuperable que no nfluir en la cantidad de pizza que se coma. Sin embargo, el grupo ul que no se le de- de hecho, mucha més pizza. ‘Aunque nuestra regla de decisién, basada en el anslisis coste beneficio, no supere la prue- ba de la prediccién en este experimento, este resultado no pone en cuestién su mensaje para las personas que toman racionalmente sus decisiones. Los dos grupos deber fan haberse comportado [6gicamente de la misma manera. Después de todo, la tinica diferencia que habfa entre ellos era que los clientes del grupo al que se le devolvieron 35 tentfan una renta a lo largo de toda su vida mayor en 3§ que la de los demés. Seguramente, nadie cree que una diferencia tan pequeiia pue- da influir en el consumo de pizza. Parece que los miembros del grupo al que no se le devol- ° Véase Richard Thaler, «Toward Positive Theory of Consumer ‘ganization, 1, 1980. >, Journal of Economic Behavior and Or- MICROECONOMIA Y CONDUCTA, 13 vieron 38 querfan asegurarse de que «reciian lo que valin su dinero». Sin embargo, es muy pro- bable que este motivo los Ilevara meramente a comer demasiado {Qué hay de malo en pretender «recihir lo que vale nuestro dinero»? Absolutamente nada, siempre y cuando lo que nos mueva a actuar de ese modo exista antes de realizar las transac- ciones. Asf, por ejemplo, es perfectamente razonable dejarse llevar por este motivo para clegir un restaurante frente a otro de las mismas caracteristicas que resulta que cuesta més. Sin em- bargo, una vez averiguado el precio del almuerzo, debe abandonarse este motivo. La satisfacién que nos reporta otro trozo de pizza debe depender, pues, vnicamente del hambre que tengamos ¥ de lo que nos guste la pizza, y no de lo que pagucmos por el privilegiv de uuct (alu ly que podamos. Sin embargo, a menudo parece que la gente no se comporta de esa manera. Tal vez la dificultad esté en que no somos criaturas toalmente fexibles. Quizd los motivos que tlenen sen- tido en una situaci6n no son ficiles de abandonar en otra. Exrrcicio 1.2 Jim gana en una emisora de radio una enirada para ir a un-conciesta de ja77. al aire libre. Mike ha pagado 188 por una entrada para el ntismo concierto. La tarde en que va a cele- Iyratse éste esialla una tremenda tormenta Si im y Mike tienen los mismos gustos, {eual de ellos es mas probable que asista al concierto, suponiendo que cada uno decide Aasistir.o.no al concierto baséndose en el apdlisis coste-beneficio? ‘TRAMPA 3. PARSE UNICAMENTE EN LOS COSTES RELEVANTES Esempio 1,9 1La persona que al tomar una decision cae victima de Ia trampa de los costes irrecuperables tie- ne en cuenta un coste que no deberia tener en cuenta, En el caso de la trampa de los costes im- plicitos, ocurre lo contrario: se pasan por alto costes que deberian tenerse en cuenta. Pero, como ‘mostrard claramente el siguiente ejemplo, los costes implicitos no son los tinicos costes de los que tendemos a olvidamos. Si somos consumidores a los que nos preocupa la conservacién de la energta y no podemos al- quilar un automévil nuevo, ;debemos alquilar un Buick de hace 10 afios (1008 al afio, 10 litros por cada 100 kilémetros) 0 un Toyota de hace 10 afios (3008 al afo, 5 litros por cada 100 ki- lémetros)? El primer impulso de muchos consumidores a los que les preocupa la conservaci6n de la energfa cs elegir el Toyota porque consume menos gasolina. Pero la cantidad de Toyotas usados que hay es limitada. Supongamos que hay un total de’ 1.000 Buicks y 1.000 To- yolas, $i alquilamos un Toyota en higar de un Buick, alguna otra persona tendré que al- quilar un Buick en lugar de un Toyota, Si nuestro objetivo es shorrar energfa, slo debe- ‘mos alquilar el Toyota si la persona que acabaré alquilando-el Buick adicional es una persona que conduce menos al afio que nosotros...) sf. * Una altemativa a esta explicacin es que 38 constituyen una proporcin signifiativa dela cantidad de dinero en ‘efecto que tlenen muchos comensales para gastar a corto plazo. ASI, por ejemplo, los miembros del grupo que re- las compafiias aéreas deberian mejorar la calidad de su comida si y solo si los beneficios fue- ran superiores a los costes. Para calcular fos beneficius de dar uta comida niejor, probuble- ‘mente constituya un buen indicador lo que estarfan dispuestos a pagar por ello los pasajeros, eu fora de tise tas, Si pudticra ofreverse unia comida que tuviera la calidad de la que se ofrece en los restaurantes con un mero ineremento de los costes de SS, probablemente la ‘mayorfa de la gente estarfa encantada de pagarlo, Sin embargo, a dificuliad estriba en que se- |--xfa mucho més costoso preparar sin apenas tiempo una comida significativamente mejor a 39.000 pies de altura en una cocina diminuta. Podria hacerse, por supuesto, Una compatiia aérea podria suprimir 20 asientos en los aviones, instalar una cocina moderna y bien equi- ‘pada, contratar mis personal, gastar mas en ingredientes, etc. Pend estos costes adicionales se ‘aproximarfan mis a los 50S por pasajero que a los 5$, Por mucho que nos quejemos de la es- "casa calidad dela comida que dan en los aviones, pocos estarfanios dispuestos a pagar este ‘coste adicional: El triste resultado es que la comida de los aviones sexuird siendo inevita- blemiente insulsa, ya que los costes de mejorarla son superiores a los beneficios,.. : ‘Muchos de nosotros respondemos con entusiasmo a la méxima «todo lo que merece la pena hacer, merece la pena hacerlo bien». Despicrta, después de wv, un cietto urgullu por el trabajo bien hecho, que lamentablemente suele faltar. Sin embargo, el Ejemplo 1.13 muestra claramente 22 Esempio 1.14 Esempio 1.15 CAPITULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA que esta maxima no tiene ningtin sentido si se interpreta literalmente, No tiene en cuenta la ne- cesidad de sopesar los costes y los beneficios. Para hacer una cosa bien, hay que dedicarle tiem- po, esfuerzo y gastos. Pero el tiempo, el esfuerzo y los gastos son escasos, Dedicarlos a una ac- tividad impide dedicarlos a otra. Mejorar la calidad de una de las cosas que hacemos significa, pues, reducir necesariamente la calidad de otras (otra aplicacién mas del concepto de coste de oportunidad). Toda decisién inteligente debe tener en cuenta esta disyuntiva. ‘Todo lo que vemos en la vida es el resultado de una solucién de compromiso de ese tipo. Fl hecho de que Steffi Graf juegue tan bien al tenis significa que no puede llegar a ser una con- certista de piano. Y. sin embargo. eso no significa. evidentemente, que no deha dedicar algiin tiempo a tocar el piano. Sélo significa que debe conformarse con alcanzar un nivel menor en ese campo que en el tenis, éPor qué los auromdvites manuales tienen cinco velocidades y los autométicos s6le cuatro? ‘Cuiantas rs Velocidades tenga la caja Ue caunbros de ua autoni6vil, més gasolina ahorrard, Las Velocidades adicionales soni como la «sobremarcha> que tenfan los automéviles de los afios 40; ahorran gasolina al permitir circular a mayor velocidad con un inimero menor de re- Voluciones del motor, La mayorfa de los automéviles que se fabrican actualmenie tienen cin: ‘c0-velocidades en la caja de camibios manual y s6lo Hes 0 cuatro en la aniomética. Dado que ‘evidentemente el ahorro de gasolina es algo bueno, :por qué limitar el ntimero de veloc daides de los automéviles automsticos? La raz6n se halla en que el shorro de gasolina no es * ‘nuestro Uinico objetivo. También querénios manténtet el precio del automévil dentro de ‘udos limites, Las transmisiones autométicas son mucho ms complejas que las manuales y el coste de una velocidad mis es, pues, mucho tmayor én las primeras. En cambio, los he~ neficios de introducir otra velocidad son Tos mismos en ambos casos. Si Jos fabricantes de utoméviles siguen la regla que dice «ailddase una Velocidad mas si lox heneficins son su- Pevioresalos costes», la transtnision aomtéiea tnd menos velocidades que Ja mania El razonamiento del Ejemplo 1.14 también ayuda a aclarar por qué actualmente muchas transmisiones manuales tienen cinco velocidades cuando hace cuarenta aiios la mayorfa sélo te- nfa tres (y muchas transmisiones autométicas dos). El beneticio que reparta Ia introduccién de una velocidad més consiste, de nuevo, en que ahorra gasolina. Por lo tanto, el valor de este be- neficio, en téminos monetarins, depende directamente del precio de la gasolina. El precio de la gasolina en relaci6n con el de otros bienes se duplicé en los afios setenta lo cual ayuda a ex- plicar por qué las transmisiones tienen més velocidades que antes. Por qué se han sustituido los secadores eléciricos de los lavabos publicas por toallas de papel? iis cc BEER TO Hp acres deals tp pf MN TA ppblicos se sustituyeron por secadores eléctricos. Sin embargo, tltimamente esta’ oct rricndo lo contratio. La explicacién de estos cambios, esté 1elacionada, naturalmente, con los costes y los beneficios de los diferentes métodos que existen para secarse las ma” ngs, Los secadores eléotticos hicieron su aparicién inmediatamente después de un des- ‘censo ininterrumpido del precio de la electricidad. Cuando ésta se abarat6, como sucedi6 en Jos anos cincuenta y sesenta, los secadores eléctricos comenzaron a resultar menos ca~ ros de instalar y mantener que los dispensadores tradicionales de toallas de papel. Sin em- argo, con el embargo arabe del petroleo de los affos sefenta, el precio de Ia energia subi6 espetecularmente fo que hizo que se eligieran de nevo las ells de papel como método ~ Para Secarse las manos: MICROECONOMEs Y CONDUCTA 23 Cuestion normativa CCuestién sobre las medidas 0 ‘mecanismos instimicionales. permiten obtener los mejores: resultados. Es posible que a algunos naturalistas econémicos también les resulte divertido hacer es- peculaciones sobre la causa por la que los dispensadores actuales de toallas de papel son tan dis- tintos de los antiguos. La mayorfa de los diserios actuales tienen dentro un rollo de papel que se extrae por medio de una manivela. Cuanto mas se le da a ésta, mas papel sale. Los disenos mas antiguos también tenfan un rollo de papel, pero éste se extrafa tirando con la mano. En estos modelos, slo salfa una determinada cantidad de papel de cada vez. Para sacar més, habia que darle a un botén. La ventaja del disefio més antiguo, desde el punto de vista del establecimiento, era que in- ucfa a utilizar menos papel. De hecho, si uno tenia las manos algo himedas, era dificil sacar incluso un poco de papel, pues se humedecfa y se rompfa al tirar. Pero si os establecimientos ahorraban papel con el antiguo disefto, zpor qué se han pasado al nuevo? Porque el ahorro de papel no es su tinico objetivo, También quieren que sus clientes estén satisfechos. Actualmente, las rentas son més altas que hace 30 aiios y los clientes estén dispuestos a pagar mds por secarse las manos de una manera més cmoda. Es posible que con cel disefio aetal se gaste algo mas ce papel, pero el graclo de frusteacién disminuye tanto que los clientes parecen contentos de pagar mas por la comida o por la gasolina para cubrir los costes adicionales. Es posible que algunas personas respondan que el antiguo disefio, con todo lo exasperante que resultaba, era mejor porque ahorraba papel, Estas personas piensan que no es bueno desperdiciar papel y que debemos estar dispuestos a tolerar muchas incomodidades para no desperticiarlo, Es- tas mismas personas también suelen lamentarse de los miles de drboles que deben talarse para im- primir todos los domingos el New York Times. Pero los Arboles constituyen un recurso renovable, Jo que significa que no hay raz6n alguna para darles un trato distinto al que damos a cualquier otro recurso escaso pero renovable. Cuando la demanda de papel es elevada, talamos, sin duda, indy drbules, pero el mercado también ofrece poderosos incentives para plantar ottus. Lo para- déjico del caso es que cuanto més papel utilizamos, mas drboles tenemos. Si dejaran de publicarse ‘mafiana todos los peri6dicos, acabarfamos teniendo menos bosques, no ms. Eso no quiere decir, sin embargo, que los mercados privados siempre ofrezcan los incenti ‘vos correctos para conservar los recursos importantes. Por ejemplo, en el norte de la costa oc~ cidental de Estados Unidos, las empresas madereras estén talando actualmente los pocos bos- {ques que quedan virgenes de secuoyas para prover de madera a los constructores de viviendas. ‘Muchos de estos érboles tienen més de 2.000 afios y constituyen un tesoro nacional que jamas odremos recuperar. Sin embargo, para las empresas madereras tienen mas valor como made- ra que como monumentos del pasado. "Muchos de nosotros nos sentimos tan apenados cuando pensamos en que estén takindose es- tos drboles que darfamos con gusto dinero al que pudiera impedirlo. Y, sin embargo, probable- ‘mente para las empresas madereras es inviable darse cuenta del verdadero valor que nosotros concedemos a estos érboles. Por ejemplo, no servirfa de nada cercarlos y cobrar una entrada por verlos. La mano invisible falla cuando Jos incentivos de los mercados privados no nos llevan @ proteger los recursos que no pueden reproducirse y que la sociedad desea preservar. En esos ca- 08, €5 responsabilidad de los poderes piblicos protegerios. Pero en los casos en que los re~ cursos son renovables, no existen las mismas dificultades. Cuestiones positivas y cuestiones normativas La conveniencia o no de proteger los pocos bosques virgenes de vecuoyas que quedan es, en di- tima instancia, una cuesti6n normativa, es decir, una cuesti6n en la que intervienen nuestros juicios de valor. Una cucstién normativa ¢s una cuestidn relacionada con lo que debe ser. El anilisis econdmico no puede responder por si solo a esas cuestiones. Una sociedad que reve- 24 Cuestién positiva Cucstién sobre las consecuencias de medidas 0 mecanismos inetitucionales especificos. CAPITULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA rencie la naturaleza y la antigiedad puede muy bien decidir la suerte de las secuoyas de forma distinta a una que tenga otros valores, incluso aunque los miembros de las dos sociedades estén totalmente de acuerdo en todos los hechos y teorias econdmicos relevantes. El andlisis econé- mico pisa un terreno mas firme cuando se trata de responder a cuestiones positivas, es decir, a ‘cuestiones relacionadas con las consecuencias de medidas o mecanismos institucionales espe- cificos. Si prohibimos la tala de secuoyas virgenes, ;qué ocurrird con el precio de la madera? Qué materiales de construccién es probable que se desarrollen en su sustitucién y con qué cos- te? {Cémo resultard afectado el empleo en el sector de la madera y la vivienda? Se trata de Ccuestiones econémicas todas ellas positivas: las respuestas son claramente relevantes para lo que pensemos sobre la cuestiGn normativa subyacente. Microeconomia y macroeconomia Resumen En este capitulo hemos centrado Ia atencién en las cuestiones a las que se enfrenta el individuo que toma decisiones. A medida que avancemos, también examinaremos modelos econémicos de grupos de individuos, por ejemplo, del grupo que forman todos los compradores o todos los. vendedores de un mercado. El estudio de las decisiones de los individuos y el estudio del com- Portamiento colectivo en cada mercado pertenecen ambos al mito de la microeconomia. La ‘macroeconomia, por el contrario, es el estudio de conjuntos més amplios de mercados. Par ejemplo, trata de explicar la tasa nacional de desempleo, el nivel global de precios y el valor to- tal de Ia produccién nacional Los economistas predicen y explican mucho mejor lo que ocurre en mercados especificos que lo que ocurre en el conjunto de la economia. Cuanda destacados economistas discrepan en la prensa o en la televisin, es mucho més probable que el tema sea de macroeconomia que de microeconomifa. Pero aun en el caso de que los economistas no respondan muy bien a las cues. tiones macroecon6micas, no debe restarse importancia al andlisis macroeconémico. Después de todo. las recesiones y la inflacién perirban la vida de millones de personas, Los economistas modemos se muestran cada vez. mds convencidos de que la clave del pro- greso de la macroeconomia se encuentra en un anélisis més minucioso de cada uno de los met cados que constituyen los agregados més amplios. Como consecuencia, la distincién entre mi- ero y macro ha perdido nitidez en los tltimos afios. La formacién avanzada de todos los economistas, tanto de los que se especializan en microeconomfa como de los que se especiali- zan en macroeconomia, se basa cada vez mds en el andlisis mictoevunémico. La microeconomia es la ciencia de Ia eleccién en condiciones de escasez. La escasez siempre std presente, incluso cuando los recursos materiales son abundantes. Siempre hay importantes Jimitaciones de tiempo. energia y demés cosas que necesitamos para perseguir nuestros objetivos. La tarea del economista consiste, en gran parte, en tratar de responder a preguntas del tipo «zdebo hacer Ia actividad x?». La manera de responderlas es cautivadoramente seneilla. Debe hhacerse x si y s6lo si sus costes son menores que sus beneficios. No incurrir en un coste es lo ‘mismo que obtener un beneficio, Hemos visto que el modelo basado en el andlisis coste-beneficio es incapaz a veces de pre- decir cémo nos comportamos cuando nos enfrentamos a las devisivntes diarias, El arte del and lisis coste-beneficio reside en ser capaz de especificar y medir los costes y los beneficios rele- vantes, eapacidad de la que earccen visiblemente muchas de las personas que toman decisiones. Algunos costes, como los costes irrecuperables, suelen parecer relevantes, pero no lo son, MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA. 25 Otros, como los costes implicitos, se olvidan a veces, incluso aunque tengan una importancia capital. Los beneficios también son con frecuencia dificiles de conceptualizar y de medir. La ex- petiencia nos ha ensefiado que el tomar conciencia de las trampas més habituales nos ayuda a la mayoria a tomar mejores decisiones, ‘Los principios de la elecci6n racional no sélo se aplican a los mercados formales de bienes y de servicios. De hecho, detras de casi todos los actos, propésitos y comportamientos humanos hay algtin tipo de célculo implicito o explicito basado en el andlisis coste-beneficio. El cono- ‘cimiento de los principios subyacentes nos permite ver nuestro mundo con una nueva ¢ intensa luz. no siempre halagadora, pero sf estimulante. Temas de repaso Problemas 1, {Cul es el coste de oportunidad de leer una novela esta tarde? 2. Distinga entre el crterio de la racionalidad basado en el objetivo inmediato y el crterio basado en el ‘egoismo, 3. Cite tres ejemplos de actividades que tienen costes o beneficios externos. 4. {De qué manera nos ayuda el modelo del egofsmo a comprender por qué en las sociedades mas de- ‘mocraticas se les ensefia a los nifios que tienen la obligaci6n de votar? 5. {Por qué no son relevantes los costes imecuperables para las decislones actuales? 16. {Qué utilidad puede tener el modelo del egofsmo para estudiar el comportantieuty de les personas que ‘no piensan explicitamente en funcién de los costes y los beneficios? 1 Jamal tiene este verano un trabajo muy flexible. Trabaja todo el dia pero puede tomarse uno libre cuando quiera, Su amigo Don le propone tomarse libre el martes ¢ ir al parque de atraciones. La en- trada cuesta 138 por persona; la gasolinay el aparcamiento, 5S a cad uno. A Jutal le eneantan los parques de atrcciones; para él pasar un dia en el parque tiene un valor de 45S. Sin embargo, también fistruta en su trabajo tanto que estariadispuest, de heel, a payat 108 al dia por haces. 1) Si Jual yata 105 si wabaja, zdebe ir al parque de atraceiones? b) <¥ si gana 158? ©) Y si gana 208? 2. ‘Tom cultiva champiiones. Invierte todos sus sharros en més champifiones. que cultiva en un terreno aque tiene detrés de su granero y que, de lo contrario, no tendria ninguna utilidad. I tamatio de las se- tas se duplica durante el primer ailo, momento en que las recoge y las vende a un precio constante por libra, Su amigo Dick le pide que le preste 200$ y le promete que se los devolverd dentro de | afio. {:Cuntos intereses tendré que pagar Dick a Tom para que éste no se encuentre en peor situacién que sino le hiciera el préstamo? 3. El plan de comidas de la universidad A permite a los estudiantes comer todo Jo que deseen por una cantidad fija semestral de 500S. El estudiante medio de esa universidad come 250 libras de alimentos por semestre. La universidad B cobra a los estudiantes 900 por una libreta de vales de comida que les da derecho a comer 250 libras semestales de alimentos, Si el estudiante come mas de 250 libras, paga luna cantiad adicional; si come menos, e devuelven dinero. Si los estudiantes son raiouales, yen qué universidad ser mayor el consumo medio de alimentos? 26 ‘CAPETULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA, 4. Usted esté planeando hacer un viaje de 1.000 millas a Florida, Le da completamente igual ir en au- fomsvil que en autobus, con la excepcidn del coste. EI billete de autobas vale 2608. Los costes que origina su automévil en un afio normal en el que se recorran 10,000 millas son los siguientes: Seguro 1.0008 Intereses 2.000 Gasolina y aceite 1.200 Neuméticos 200 Permiso y matriculacién 30 Mantenimianta. 1.100 5.5508 {Debe ir en automévil o en autobiis? 5. Alyy Jane han alquilado un sal6n de banquetes para celebrar una fiesta con motivo de su aniversario de boda. Ya han aceptado la invitacién 50 personas, Dado ese niimero de invitados, la empresa en- cargada de servirlo cobraré 400$ por la comida y 100$ por la bebida, La orquesta cobraré 30S por actuar durante toda Ia velada y el saldn costaré 2008. Ahora Al y Jane estén considerando la pos bilidad de invitar 10 personas més. {Cuénto aumentaré el coste de la fiesta con estos invitados adi- Gionales? Usted conduee 10.000 kilémetros al aio y compra yasolina # 0,408 el litro. A usted fe da igual con- ducir un Buick de hace 10 afios (200S ai aiio y 15 litros/100 km) que un Toyota de la misma anti- aliedad (400S al afio y 8 litros/100 km), con la excepeisn de las diferencias de costes anuales, {Qué auttomévil debe elegir? 7 Bill y Joe viven en Ithaca, A las 2 de a tarde Bill compra una entrada de 30$ para acudlr al partido de Daloncesto que se jugar esa noche en Siracusa (a 50 millac al norte) Toe tiene intencisn de acudir al ‘mismo partido, pero no compra la entrada por adelantado porque sabe por la experiencia que siempre se puede comprar una entrada igual de buena en el campo. A las 4 de la tarde estalla una enorme tor- ‘menta imprevista, lo que hace que la perspectiva de ir en automOvil a Siracusa sea mucho menos atractiva que antes. Si tanto Bill como Joe tienen los mismos gustos y son racionales, zes més pro- bable que acuda al partido uno que el otro? En caso afirmativo, indique cual de los dos y explique por qué. En caso negativo, explique por qué no. Existen dos tipos de radares para detectar el tiempo meteorolégico en los aviones comerciales de pa- sajerus: lo dluimo en radares y otro que cuesta mucho menos, pero que también es menos eficaz, La ‘Agencia de Navegacion Aérea (ANA) le ha contratado para que averigtie si se debe obligar a todos los fviones a llevar el radar més novedoso. Tras un wiuuciuso estudio, usted Tecornlenda que se exija el radar més caro sélo en los aviones de pasajeros de mas de 200 plazas, ;Cémo justificarfa esa reco- ‘mendacién a los miembros de la ANA que se quejan de que todos los pasajeros, indepeisientemen= te del nimero de plazas que Hleve el avidin en el que viajan, tienen derecho a viajar con el mejor radar que existe actalmente? 9. Un grupo ha alquilado un autocar para ira Nueva York. El conductor euesta 1008, l antacar SO0S y ¢l peaje 75S. Los honorarios de! conductor no pueden recuperarse, pero el autocar puede cancelarse ‘una semana antes pagando 508 solamente. Si el billee cuesta 188, zeudntas personas deben comprar billetes para que no sea necesario cancelar el viaje? 10, Los residentes de su ciudad pagan una cantidad semanal fija de 6$ por la recogida de basuras, Pueden sacar a la calle tantos contenedores como deseen. El hogar medio saca tres contenedores ala semana. ‘Ahora suponga que el ayuntamiento opta por un sistema de «etiquetas». Cada contenedor que se recoja debe llevar una etiqueta. Cada una cuesta 2S, {Como cree que afectaré la introduccicn del sistema de etiquetas a la cantidad total de basura que se recoge en su ciudad? MICROECONOMIA Y CONDUCTA 27 LL, Suponga que usted puede afiadir a su computadora memoria de acceso aleatorio (RAM) con un cos- te de 508 por megabyte. Suponga también que el valor que tiene para usted un megabyte adicional ‘de memoria, medido por la cantidad que esti dispuesto a pagar, es de 2005 en el caso del primero y ‘despues se reduce a la mitad en el caso de cada uno de los megabytes adicionales. Represente gré- ficamente el coste y el beneficio marginales. {Cudntos megabytes debe comprar? 12, Partiendo del problema 11, suponga que el coste de la memoria RAM desciende a 25S por me- ‘gabyte. ;Cudintos megabytes debe comprar ahora? Suponya, aleunés, que el beneficio que tiene para usted un megabyte adicional aumenta a 4008 en el caso del primero y desciende también ala mitad crrel su Ue vaua uv de los megabytes adicionales. ¢Cudntos mogabytes debe comprar ahora que el precio es mas bajo y el beneficio es mayor? 13. Dana ha comprado una entrada de 40$ para asistir a un concierto de rock, Ese dia la invitan a una fiesta para dar la bienvenida a un amigo que vuelve del extranjero. No puede asistir al concierto y a Ia fiesta al mismo tiempo. Si hubiera sabido que habfa una fiesta antes de comprar Ia entrada, habria decidida ira ln Fiesta. Verdadero o falso: si es racional, debera ir de todos modos a la fiesta. Explique su respuesta "14, Ayer le dieron inesperadamente una entrada gratuita para asistir a un concierto de los Rolling Stones ‘programado para el | de abril, El precio de mercado de esta entrada es de 75, pero la cantidad mé- xxima a la que podria venderla es de 50$ solamente. Hoy descubre que Pearl Jam dari un concierto ‘esa misma tarde, An hay entradas a 75 para ese concierto. Si hubiera sabido antes de recibir ayer Ta entrada para los Rolling Stones que Pearl Jam iba a dar un concierto, habria comprado claramente ‘una entrada para ver a este conjunto y no a Jos Rolling Stones. Verdadero o falso: A juzgar por sus preferencias, se deduve que si usted es un maximizador racional de la utlidad, deberia asstir al con cierto de Pearl Jam. Explique su respuesta. #15, Mr. Smith tuvo que clegir recientemente entre ser (a) profesor de economia y ganar 60.0008 al aio, ¥y(b) guta de safari y ganar 50.0008 al af, Tras pensarlo detenidamente, acepté por muy porn el ra- bajo del safari. «Por un délar més, dijo, habria elegido el otro trabajo.» "Ahora su cuiado le propone un negocio, en las siguientes condiciones: debe dejar el trabajo que tiene en el safari para dedicarse por completo al negocio de su ccufiado. + Smith debe prestar a su cufiado 100.0006 libres de intereses, que se compromete a devolver en el caso de que Smith abandone el negocio (actualmente Smith tiene mucho mas de 100.0008 cen el banco). + Percibird exclusivamente un sueldo de 70.0008 al ato. El tipo de interés es de un 10 por ciento anual. Al margen del sueldo, Smith piensa que trabujat cen el negocio seria tan agradable como dar clase de economfa. Supongamos para mayor sencillez {que no existe incertidumbre respecto al suelde que pescibisd Smith en el negocio propuesto ni res- pecto a la seguridad de su inversiGn monetaria en el mismo. ;Debe aceptar la propuesta de su cufiado J, e11 ease afinmativo, cusl seria el sueldo mas bajo por el que NO le compencaria aceptara? En caso ‘negativo, :cuél seria el sueldo mas alto por el que le compensaria aceptarla? +16, Usted acaba de comprar un nuevo Ford Taurus por 20.0008, pero la cantidad maxima que podria ob- tener por él silo vendiera es de 15.0008. Ahora se entera de que Toyota esté ofreciendo su Camry, {ue normalmente se vende por 25.0008, a un precio especial de 20.000S. Si hubiera sabido antes de ‘campear el Taurus que podta comprar un Camry por el mismo precio, habria elegido claramente el (Camry. Verdadero o also: A juzgar por sus preferencias, se deduce que si usted es un maximizador racional dela utilidad, esté claro que no deber‘a vender el Taurus y comprar el Camry. Expligue su respuesta * Los problemas marcados con un asterisco son mis dificiles 28 CAPITULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA Respuestas de los ejercicios A. 12. 14, ‘ina persona que es sancionada con una multa de trifiea de 286 por cada 200 mitlas que recorre pa- gard 35S en multas, en promedio, por cada 250 mills, Si sumamos esta cifra alos 208 que supone la molestia de conducir y los 50S de gasolina, aceite y mantenimiento, tenemos 1058, cifra superior a Jos 100 que cuesta ei billete de autobii, lo que significa que es mejor utilizar este dltimo medio de transporte, Los 185 que ha pagado Mike por It entrada es un cost irecuperale eel momento en que debe de- cir si va 0 no al concierto. Por lo tanto, los costes y los beneficios son los mismos para Jim que para Mike. Si el beneficio de acudir al concierto es superior al coste de permanecer bajo la Iluvia, deben. ir; en caso contrario, deben quedarse en casa. Sea A* el ndmero anual de kilmetros cuyos costes rorales son iguales en los dos tipos de automé- viles. Es decir, 2008 + 10 (K"/100) 0,5 = 3008 + 5 (K*/100) 0,5, de donde K* = 4.000 kilémetros al allo. Si usted Conduce mnés de 4.000 Kiléuneuus al afl, el Toyota ser mis bara. 800 = Conte aval Cen $ & © Cy 500 300 200 100 Kilémetros ° “4000 "31000 72.000 anuates (K) Debemos comer tres trozos porque el tercero es el iltimo con el que el beneficio marginal de comer Ia pizza es superior a su coste marginal (expresado en el valor de nuestro tiempo), CAP{TULO Avance La oferta y la demanda N 1979 trabajaba para el gobierno federal y vivia en Washington, D.C. Desde la ventana dde mi apartamento se vefa una gasolinera. Con sus 16 surtidores, era més grande que la mayoria, pero representativa, por lo demés, de las gasoliferas urbanas modernas. En abril de ese affo, se interrumpié et suministro de petrleo en el Oriente Medio, lo que > a > Q Q Q Q foe ctpecio ° ajncl precio Aum nena, Aut en, Seaemenaro Gelso Bena" Benner , ’ , 2; G 2s A a a a oy 0 @ @ @ Creel pobacon Seespea ~~ (que suba el precio disminuyalaventa de los ustos MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 43 LOS DETERMINANTES DE LA OFERTA FIGURA 2.9, La tecnologia, los precios de lot factores, el nimero de empresas, las fexpectaivas sobre los precios futuros y la meteorolegia afectan a la posicién dela curva de oferta de un producto dado, La tecnologia. La cantidad que estén dispuestos a ofrecer los oferentes a un precio cualquie- ra depende principalmente de sus costes de produccién, los cuales, a su vez, estén estrecha- ‘mente relacionados con la tecnologia. Por eiemplo, el descubrimiento de una trampa mas efi- cciente para capturar langostas reduce el coste de su captura, lo que provoca un desplazamiento de la curva de oferta hacia la derecha, Los precios de los factores. Otro importante determinante de los costes de un oferente es Ju que hia de pagaine por lus factores Ue produccidn: ef rabajo, el capital, etc. Si sube el precio de las embarcaciones para pescar langostas o el salario que se paga a los pescadores, la curva de oferta de langostas se desplaza hacia la izquierda. El némero de oferentes. Cuantas més empresas puedan ofrecer un producto, mayor seri a cantidad ofrecida a un precio dado cualquiera, La curva de oferta de computadoras personales se ha desplazado hacia la derecha conforme ha ido aumentando el niimero de empresas que las fabrican. Las expectativas. Los oferentes también tienen en cuenta sus expectativas sobre las va- rlaciones de los precios cuando toman sus decisiones actuales sobre la produccién. Por ejemplo, silos ganaderos esperan que el precio de la came de vacuno suba significativamente en el futuro debido a que hay una epidemia que esta afectando al ganado joven, es probable que retengan las eexistencias que tienen actualmente de ganado maduro con el fin de sacar partido a los mayores precios futuros', La meteorologfa. En el caso de algunos productos, especialmente los agricolas, la natu- raleza influye poderosamente en la situacién de la curva de oferta. Por ejemplo, en los afios de sequfa la curva de oferta de muchos alimentos se desplazat ucusudamente hacia la izquierda. La Figura 2.9 muestra los efectos de algunos de los factores que desplazan las curvas de oferta FACTORES QUE DESPLAZAN LAS CURVAS DE OFERTA e ° r e Sy 5, 5 4 3, By 5, % 2 Q Q = Mejora subida Bajada de los tips Subida de los precios Gelatecnologa — delorsalaros ——de'eres Ge as materia primas P P P P 5 5 5 5 5, 5, 4, 5, ° ° 9 2 -Aumento del nimero_ Se espera Buen tiempo Mal lempo de empresas aque tan lor precoe * Obsérvese que la cantidad ofrecida a los diferentes precios es la oferta, y no necesariamente la produccién (cuan- {does posible elmacenarexistencas) Por Io tanto, los ganaderos reducen las ventas de ganado en el periodo actual, dado ‘que pueden venderlo mds tarde cuando los precios sean mis alts, 44 CAPITULO 2: LA OFERTA Y LA DEMANDA Ninguna de las dos listas anteriores de factores que desplazan la oferta y la demanda pre- tende ser exhaustiva. VARIACIONES DE LA DEMANDA FRENTE A VARIACIONES DE LA CANTIDAD DEMANDADA Cuando los economistas utilizan la expresiGn variacién de la demanda, se refieren a un des- plazamiento de toda la curva de demanda. Asf, por ejemplo, cuando varia el nivel medio de ren- {ade los campradores, la enrva de demanda se desplaza, es decir, varia la demanda. Chanda ha- bblamos de variacién de la cantidad demandada, nos referimos a un movimiento a lo largo de la curva de demanda, Por ejemplo, cuando baja el precio de un bien, no aumenta la demanda sino Ja cantidad demandada. Las expresiones variacién de la oferta y variacién de la cantidad ofrecida tienen una in- terpretacién semejante. Estas distinciones terminol6gicas son importantes para evitar confu- sioncs tanto en el aula como en los eximenes. Y si sirve de algo la experiencia de gencraciones de estudiantes, hay que hacer un esfuerzo por evitarlas. Prediccién y explicacién de las variaciones del precio y de la cantidad Para predecir o explicar las variaciones de los precios y las cantidades de equilibrio, debemos ser capaces de predecir o explicar los desplazamientos de las curvas relevantes de oferta y/o de~ ‘manda. Cuando las curvas de oferta y demanda tienen la pendiente convencional, se cumplen las siguientes propusiviones subre lus precius y las cantidades de equilibri: ‘+ Un aumento de la demanda provoca un aumento tanto del precio como de ta cantidad de equilibrio. + Un descenso de la demanda provoca una reduccion tanto del precio como de ta cantidad de equilibrio. + Un mete del otertaprovoca una reduccin de precio de equiino yun aumento de la cantidad de equilibrio, + Un descenso de la oferta provoca un aumento del precio de equilibrio y una disminucién de la cantidad de equilibrio, Estas sencillas proposiciones nos permiten responder a toda una variedad de cuestiones. EJEMPLO 2.3 ;Por qué bajan los precios de algunos bienes, como las manzanas, durante los meses de mayor consumo, mientras que suben los de tres. como las casas sitadas al borde deta lava? ‘Eliginma etal del opusarpaese tn auseanin de Rrofera va elenee'ds ey rmanzanas y de la demanda en e! de fas casas situadas al borde de ta playa, Como muestra 1a Figura 2.10, estos desplazamicntos explican las relaciones estacionalcs observadas tre los precios y las cantidades de equilibrio (los subindices jy v de la Figura 2.10 se uti- lizab para repfesentar los valores «invieino» y «verano», respectivamente). Cuando au- ‘menta Ja demanda (como en el caso de las casas), el aumento de la cantidad de equilibrio se produce al misino tiempo que la subida del precio de eyuilibriv. Cuando aumenta ta oferta (como en el caso de las manzants),e|aurpento de In cantidad de equiibrio se pro- Suce al mismo tiempo que la disminuci6n del precio de equiibrio, MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 45 EJEMPLO 2.4 DOS FUENTES DE VARIACION FSTACIONAL Manzanas Casas al borde de a playa @ FIGURA 2.10 Las cantdades consumidas de manzanas v de casas situadas al borde de la playa con mévimas en lox menor do verano. (a) Los precios de las manzanas son minimos durante el verano debido a que el aumento de la cantidad es resultado de un aumento dela oferta (los subindices I v repesentan los valores einviernos y «veranor, respectivamente).(b) Ls previ Ue las Lass situa al borde dela playa son maximos en el verano debido a que {el aumento de la cantidad es el resultado de un aumento de la demands, EJERCICIO 2.3 Qué sucede con el precio y la cantidad de equilihria an el mercado de pescado fresco si ‘ocurren los dos acontecimientos siguientes: (1) se publica un informe cientifico segtin el ‘cual el pescado contiene mercurio, que es téxico para el hombre; y (2) el precio del ga s6leo (utilizado para los barcos de pesca) baja significativamente? ‘Si la soja es uno de los ingredientes de ta alimentacién del ganado, ;cémo afecta un programa de mantenimiento de los precios en el mercado de suja al precio y a la cansidad de equilibrio de carne de vacuno? XE] programa de manténimiento de los precios eleva el precio del forraje para ganado, lo. ‘que provoca un desplazamiento de la curva de oferta de vacuno hacia la izquierda (véase Ja Figura 2.11), lo cual provoca, a su vez, una subida del precio de equilibrio y una re- duccién de la cantidad de equilibrio de vacuno, Andlisis algebraico de la oferta y la demanda Hasta ahora hemos utilizado en los ejemplos el método gréfico para analizar el equilibrio del ‘mercado. Este método es bueno para ilustrar los principios basicos de Ia teorfa, pero para cal- cular los valores numéricos, normalmente es més cémodo hallar algebraicamente los precios y las cantidades de equilibrio. Supongamos, por ejemplo, que la curva de oferta de un producto viene dada por P=2+3Q 1) 46 FIGURA 2.11 A elevar el precio de fa soja, que es un factor ullizado para producir carne de Yacuno, el programa de mantenimiento de los precios provoca un desplazamiento de la curva de oferta dbo vacuno hacia Ia izquierda. Como ‘aumenta el precio de fequilbrioy ‘ieminuye Ia ‘eanidad de cequilbri. FIGURA 212 El método algebraico yl geometrico feneran exactamente fos mismos precios y ccantidades de uilbrio. La ventaja ‘del método algebraico reside en {que es mas fil ‘obtener soluciones Inuméricas exactas. El método geométrico 5 atl porque ofrece una descripeién Ineuitivamente mse clara de las curvas de oferta y demanda. ‘CAPETULO 2: LA OFERTA ¥ LA DEMANDA. INFLUENCIA DEL MANTENIMIENTO DE LOS PRECIOS DE LA SOJA EN EL PRECIO Y LA CANTIDAD DE CARNE DE VACUNO- Precio (§ por libra) Cantidad (millones de libras al afo) Too 200 300 400 500 600 ¥y que su curva de demanda viene dada por P w-g" (22) donde P es el precio del producto y Q* y O# representan la cantidad ofrecida y la demandada, respectivamente. En condiciones de equilibrio, sabemos que Q* = Q#. Representando este valor comin por mediv del simbolo Q° ¢ igualando los des primeros miembros de las ecuaciones 2.1 y 2.2, tenemos que: 2+39'= 10-9" 23) Jo que nos da Q* = 2. Introduciendo Q* nemos el precio de equilibrio, P" = 8. [Ni que decir tiene que podriamos representar gréficamente las ecuaciones 2.1 y 2.2 para lle- ‘gar exactamente a la misma solucién (véase la Figura 2.12). La ventaja del método algebraico se halla en que es mucho mis sencillo que tener que trazar con precisiGn las curvas de oferta y demanda. 2 en la ecuacién de oferta o en la de demanda, obte~ ‘GRAFICOS DE LAS ECUACIONES 2.1 ¥ 2.2 Precio 12 10KD Cantidad MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 47 Los impuestos FIGURA 2.13 Lacuna de oferta inicial nos indica {que precio deben Cobra los oferentes ara cubri sus costes {cualquiera que sea ef nivel de produccién, Desde la perspectiva del vendedor, un impuesto de T= 10 unidades es lo mismo que un ineremento del coste untario de 10 Uunidades. La nueva curva de oferta se encuentra, pues, 10 tunidades por encima de la antigua Evercicio 2.4 ‘Halle'et precio y Ia cantidad de equilibrio de un mercado cuyas enrvas de oferia'y de- Dred Vonen dnt por P =A 8 = 12-20%, sapectinnente, . 1 andlisis de la oferta y la demanda también es un instrumento ttl para analizar los efectos de los distintos impuestos. En este apartado analizaremos el caso de un impuesto constante por unidad de produccién. ;Cémo afectaré al precio y la cantidad de equilibrio de un producto la introduccién de ‘un impuesto de 7 = 10 sobre cada de Tas unidades que venda el productor? Hay dos maneras equi- valentes de enfocar esta cuestiGn. La primera consiste en suponer que el impuesto ha de pagarlo el vendedor. La linea SS de la Figura 2.13 representa la curva de oferta inicial. A un precio de P, = 25, los vendedores estaban dispuestos a ofrecer Q, unidades de produccién. Cuando se les obliga a pagar un impuesto de T'= 10 mniclades, el precio de mercado tiene que ser P, + 10 ~ 35 para que éstos perciban la misma cantidad neta que solfan percibir cuando el precio era P, = 25. Por lo tanto, aun precio de 35, los oferentes ofrecerin la misma cantidad de produecién que solfan ofrecer al precio de 25. La curva de oferta posterior a la introduccién del impuesto es la curva de oferta inicial desplazada en sentido ascendente en T'= 10 unidades. En la Figura 2.14, DD representa la curva de demanda a la que se enfrentan los vende- dores que han de pagar un impuesto de T= 10 por unidad de produccién. [1 impuesto hace que disminuya la cantidad de equilibrio de Q* a Q;. El precio que paga el comprador sube de P*aP! yel precio, una vez deducidos los impuestos, que percibe el vendedor desciende uP} 0. Obsérvese que en la Figura 2.14, incluso aunque el vendedur pague un impuesto de T sobre cada producto comprado, la cantidad total que percibe por unidad es inferior al antiguo precio de equilibrio en menus de T. Obsérvese también que incluso aunque el impuesto 1o pague el vendedor, lo que hace es elevar el precio que pagan los compradores, por lo que la carga del im- puesto se reparte ene el comprador y el vendedor. CUANDO EL VENDEDOR DEBE PAGAR UN IMPLESTO DE 10, LA CURVA DE OFERTA, SE DESPLAZA EN SENTIDO ASCENDENTE EN T UNIDADES Precio Cantidad 48 FicuRA 2.14 EH impuesto provoca una reduceion dela cantdad de euro de Qa Qt. Einuewe precio que aga el comprador Sube de Pa P: vel Aue perce e| vendedor baja de wort CAPITULO 2: LA OFERTA Y LA DEMANDA PRECIOS ¥ CANTIDADES DE EQUILIBRIO CUANDO EL VINDIDOR HA DE PAGAR UN IMPUESTO T= 10 Cantidad En téuninos algebraicos, la parte que le corresponde al vendedor, represeutada por mediv de 1,,€s la reduccién del precio que percibe, dividida por el impuesto: (BY -T) = 4) Del mismo modo, la parte que le corresponde al comprador, , ¢s la subida del precio (in- luido el impuesto), dividida por el impuesto: 25) EJERCICIO 2.5 “Compruebe que é+ = 1, En general, f,y /, dependien de las formas de las curvas de ofesta y demanda. Por ejemplo, sila oferta es sumamente insensible a las variaciones del precio, t, sera cercano a cero y f, serd cercano a 1. En cambio, si la demanda es sumamente insensible al precio, r, sera cercano'a 1 y 1, serd cercano a cero. Estas afirmaciones equivalen a decir que un impuesto tiende a recaer so- bre rodo en la parte del mercado que menos puede eludirlo. Si los compradores no tienen nin- ‘gin producto sustitutivo al que recurrir, los oferentes les traspasardn la parte del leén del im- Puesto, Pero si los oferentes no tienen ninguna otra posibilidad que seguir otreciendo un producto, sersn los que soporten la mayor parte de la carga del impuesto. Sin embargo, en la ‘medida en que la curva de oferta tenga pendiente positiva y la curva de demanda tenga pen- diente negativa, tanto f, como f, serén positivos. La segunda manera de analizar el efecto de un impuesto de T = 10 por unidad de produc- cién es imaginar que el impuesto Io paga directamente el comprador y ver cémo afecta a la cur- va de demanda del producto. En la Figura 2.15 la curva de demanda anterior ala introduccién del impuesto esté representada por la linea DD. A un precio de P,, los compradores demanda- MICROECONOMIA Y CONDUCTA 49 FIGURA 2.15, ‘Antes de que se introduzca el impuesto, los ‘compradores adquieren Q, Unidades al precio ,. Una vez intreducido, et precio P, se cconvierte en P, + 10, torque signimea que los compradores solo adquieren Q, impuesto desplaza la ‘curva de demanda fen sentido descendente en 10 tinidades. FIGURA 2.16 El imouesto provoca tuna reduccidn de la ‘eantidad de ‘equilbrio de Qa gt EI nuevo precio agado por el ‘Comprador sube de Pras t0.e1 uevy precio que percibe el vendedor baja de Fa Fr EFECTO DE UN IMPUESTO DE T= 10 CUANDO QUIEN LO PAGA ES EL COMPRADOR Precio canuidad rfan la cantidad Q,. Tina ver introchucida el impuesto, la cantidad total que han de pagar los ‘compradores si el precio del producto es P, serd P, + 10. Por lo tanto, la cantidad que deman- dan desciende de Q, a Q,, La cantidad demandada a cualquier otro precio después de la intro- El Ejercicio 3.4 muestra que un aumento de la renta provoca un desplazamiento paralelo de Ja restriccién presupuestaria hacia fuera, Al igual que en el caso de una reduccién de la renta, la pendiente de la restriccién presupuestaria no varia. PRESUPUESTOS EN LOS QUE HAY MAS DE DOS BIENES FiGURA 2.4 Tanto la abscisa en el otigen como lavordenada en el origen se reducen fla mitad, La nueva restiecién presupvestaria tiene la misma pendiente {ue la inicial, pero ests nds cerca del origen. En todos los ejemplos que hemos analizado hasta ahora el consumidor se enfrenta a la oportu- rnidad de comprar dos bienes solamente. Ni que decir tiene que no muchos vunsumidores tienen ‘unas opciones tan limitadas. El problema presupuestario del consumidor puede plantearse, en su EFECTO DE UNA REDUCCION DELA RENTA ALA MITAD Alimentos kilos semanas) MiP, = 10| OSMIPy=5 Alojamiento (metros o O5MiPy=10 _MiPy= 20 ‘cuadrados semanales) MICROECONOMIA Y CONDUCTA. 65 forma més general, no como una eleccién entre dos bienes, sino como una eleccién entre N bie- nes diferentes, donde N puede ser un nimero indefinidamente elevado. Como acabamos de ver, ‘cuando s6lo hay dos bienes (NV = 2), la restricci6n presupuestaria es una I{nea recta. Cuando hay tres (N = 3), es un plano, Cuando hay mds de tres, se convierte en lo que los matemiticos lla- man hiperplano o plano multidimensional. La tnica dificultad estriba en representar geomé- tricamente este caso multidimensional. No tenemos precisamente mucha habilidad para visua- 1 las snperficies que tienen més de tres dimensiones. Alfred Marshall, economista del siglo x1x, propuso una solucién cautivadoramente senci- Ha para resolver este problema Consiste en concehir la elecciém del cansnmidar como ina eleccién entre un determinado bien —Ilamémoslo X— y una amalgama de otros bienes, re- presentados por ¥, Esta amalgama se denomina generalmente bien compuesto. Podemos ima- ‘ginar que el bien compuesto es la cantidad de renta que le queda al consumidor una vez. com- prado el bien X. En otras palabras, es la cantidad de dinero que gasta el consumidor en bienes distintos de X. Para mostrar cémo se utiliza este concepto, supongamos que ¢l consumidor tiene el nivel de renta de MS a la semana y que el precio de X es P,, Su restriccién presupuestaria puede repre seutaise, pues, como una Ifnea recta en el plano X, Y, como muestra la Figura 3.5. Para faclitar la exposicién, consideramos que el precio de una unidad del bien compuesto es 1, de tal manera due si el consumidor no gasta ninguna parte de su renta en X, podrd comprar M unidades del bien compuesto. Lo tinico que eso significa es que dispondrd de M$ para comprar otros bienes. sino compra nada de X. Si gasta, por el contrario, toda su renta en X, podrd comprar la cesta (M/P,, 0). Dado que se supone que el precio de Y es de 1$ por unidad, la pendiente de la res- tricciGn presupuestaria es simplemente ~P,.. La restriccién presupuestaria resume, al igual que antes, las distintas combinaciones de ces- tas que son asequibles. Asf, por ejemplo, el consumidor puede tener X, unidades de Xe Y, uni- dades del bien compuesto de la Figura 3.5, 0 X, ¢ Y, 0 cualquier otra combinacién que se en- cuentre en la restriccién presupuestaria, RESTRICCIONES PRESUPUESTARIAS QUEBRADAS FIGURA 35 El eje de ordenadae mide la cantidad de dinero gastado ‘mensuaimente en todos los bienes, salvocnel X. Las restricciones presupuestarias que hemos visto hasta ahora eran todas ellas lineas rectas. Cuando los precios relativos son constantes, el coste de oportunidad de un bien en funcién de cualquier otro es el mismo, independientemente de la cesta de bienes que ya tengamos. Pero a veces las restrieciones presupuestarias con que nos encontramos en la practica son lineas que bradas. Consideremos, a modo de ilustracién, el siguiente ejemplo de descuentos por comprar cen grandes cantidades {LA RESTRICCION PRESUPUESTARIA EN EL CASO DE UN BIEN COMPUESTO. y mM y % Pendiente = Py PAN o ay MIP, 66 Esempto 3.1 FIGURA 3.6 Una vez que e! consumo de energia electric aleanza los 1.000 kwh al mes, e! coste de oportunidad de la enersia Adicional desciende de 0,108 el kwh a 0,058. CAPITULO 3: LA ELECCION RACIONAL DEL CONSUMIDOR, La Gigawatt Poser Company cobra 0,108 el kilovatio-hora (kwh) por los 1.000 primers kwh de ‘energia que se compren al mes para consumo doméstico y 0.508 solamente por cada kwh adicio- nal. Represente grdficamente la restriccién presupuestaria de un consumidor doméstico que tenga tuna renta mensual de 4008, considerando como bienes la energia eléctrica y el bien compuesto. ‘Si/el consumidor no compra ninguna energfa eléctrica, dispondrii de 4008 mensuales para omprar otrns bienes. Por In tanto, la ordenada en el origen de su restriecidn prosupues- taria es el punto (0, 400), Como muestra la Figura 3.6, por cada uno de los 1.000 prime- ros kwh quia compra, debe renuriciar 20,105, lo que signifies que la pendionte de ow reo triccisn presupuestaria comienza siendo dé—1/10, Cuando se compran més de 1,000 kwh al mes, el precio baja a 0,508 el kwh, lo que significa que Ja pendicnte de su restriccién ., ppesturia 4 partir de ese punto y hacia la derecha es dé —1/20 solamente. a Obsérvese que a lo largo de la restriceién presupuestaria mostrada en la Tigura 3.6, el cos- te de oportunidad de la electricidad depende de cudnta haya comprado ya el consumidor. Con- sremos el caso de una persona que ahora utiliza 1.020 kwh al ines y esta considerand lt po- sibilidad de dejar encendida toda la noche la luz de la entrada, lo que supondria un consumo adicional de 20 kwh al mes. Si deja la luz enceutida, le costaré'1$ mas al mes. Sin embargo, si su nivel habitual de consumo fuera solamente de 980 kwh al mes, el coste de dejar la luz en- condida seria de 25 al mies. Purtiendo de esta diferencia en cuanto al coste de oportunidad de la electricidad adicional, podemos predecir que la gente que ya utiliza una gran cantidad de electticiiad (mids de 1.000 kwh al mes) defard la luz encendida por la noche con mayor pro- babilidad que otras personas. Evercicio 3.5 ‘Suponga que Ampersgé Eleciric Power cobrira 0,05$ el kilovatio: hora por los 1.000 pri- »s-jneros kwh que compra mensualmente un consumidor residencial, pero 0,10$ por cada uno de os kilovatioe hora adicionales. Represente geaficamcnte la restriccién pres uestaria de un consumidor doméstico que tenga una renta menstil de 4008, conside: tando. como bienes la energia elécirica y el bicn compuesto. {Qué ocurre si la tarifa. | sube a 0,108 el kilovatio-hora por todos los kilovatios-hora si ¢l consumo mensual de> cnergia supera los 1.000 kilovativs-hora (eu Cuyo caso la tarifa tnd alta se aplica no solo? ‘810s Kilovatios-hora adicionales sino a todos)? < LUN DESCUENTO BASADO EN LA CANTIDAD CONSUMIDA DA LUGAR. [A UNA RESTRICCION PRESUPUESTARIA NO LINEAL Y(S mensvates) 400 00 200 100 TAL Canta miles dekh al esse MICROECONOMIA Y CONDUCTA 67 SILA RESTRICCION PRESUPUESTARIA NO VARIA, TAMPOCO DEBE VARIAR LA DECISION EJEMPLO 3.2 eee pre rane eS ae pérdida de 20$ en Sane hein eee tna pee Sencar pérdida, ‘Aun sin saber cules son las preferencias del consumidor, podemos utilizar la informacin pre- supuestaria para hacer ciertas deducciones sobre el comportamiento del consumidor racional. ‘Supongamos, por ejemplo, que los gustos del consumidor no varfan con el paso del tiempo y (que se enfrenta exactamente a la misma restricciGn presupuestaria en dos situaciones diferentes. Si es racional, deberd tomar exactamente la misma decisién en ambos casos. Sin embargo, ‘como mostraré claramente el siguiente ejemplo, no siempre es inmediatamente evidente que las restricciones presupuestarias son, de hecho, las mismas. En una ocasién, Gowdy lend el dep6sito de gasolina de su automévil la tarde antes de irse a pescar. Cuando se levant6, descubrié que un ladrén haba robado la gasolina del depésito. que tenfa una capacidad de 21 galones, dejdndole solamente 1. En otra ocasién, planed parar por el camino en una gasolinera a la mafana siguiente antes de ir a pescar. Cuando se levanté des- cubrié que le faltaban 208 de su monedero. Si la gasolina se vende a 1$ el galén y para ir a pescar se consumen 5 galones, qué diferencias debe haber entre las decisiones que tome Gowdy respecto a ir a pescar en los dos casos? (Suponga que, dejando a un lado los castes mo- netarios, la molestia de tener que volver a llenar el depésito es insignificante.) © Suponga que la renta de Gowdy es de MS al mes. Antes de ld pétdida, su featriecién’ presupuestaria era la tinea B, de la Figura 3.7. En los dos casos descritos, su restriccién presupuesiaria cn cl momento en que descubre In pérdida se despluza hacia dentro a B,. Si no hace el viaje, dispone de M — 20 para gastar en otros bienes en amibos casos, Y'si lo have, tieue que comprar la gavolina necesatia a 18 el yalGu en ainbus casos, dependientemente de la causa de ta pérdida, las oportunidades restantes son exacta- mente las mismas. Si Gowdy tiene un reducido presupuesto, quizd decida cancelar ef viaje. En caso contrario, quizé lo haga a pesar de la pérdida. Pero como su testriccién ‘presupuestaria y sus gustos son los mismos en el caso en que pierde dinero que en el ‘caso-en que le roban gasolina, no serfa racional que hiciera el viaje en un-caso y no en © eb otro, é Ohsérvese «qe la situacién descrita en el Bjemplo 3.2 tiene la misma estructura que la des- crita en el ejemplo del CD roto con el que iniciamos este capitulo. También se trata de una si- tuacién en la que la decisién debe ser la misma en ambos casos, ya que lo son la restriccién pre- supuestaria y las preferencias. LAS RESTRICCIONES PRESUPUESTARIAS DEL ROUO DE CASOLINA. YY DEA PERDIDA DE DINERO ¥i8 mensuates) mM M-20 Gasolina (tras mensuales) ° 20M CAPITULO 3: LA ELECCION RACIONAL DEL CONSUMIDOR Aunque el modelo de la eleccién racional indica claramente que las decisiones deben ser las. ‘mismas si lo son las restricciones presupuestarias y las preferencias, a veces elegimos de manera distinta. La dificultad se halla a menudo en que la forma en que se describen las diferentes si- tuaciones nos lleva en ocasiones a pasar por alto algunas de las similitudes esenciales que exis- ten entre ellas. Por ejemplo, en el Ejemplo 3.2, muchas personas llegan erréneamente a la con- clusién de que el coste de hacer el viaje es mayor en el caso del robo de gasolina que en el de la pérdida de dinero, por lo que es menos probable que hagan el viaje en el primer caso. Del mis- ‘mo modo, muchas personas se sentfan menos inclinadas a comprar el CD después de haberse roto el primero que después de haber perdido 10S dehido a que pensahan errineamente que el CD costaba més en el primer caso. Sin embargo, como hemos visto, la cantidad que se ahorra ‘no comprando el CD o no haciendo el viaje es exactamente la misma en todas las situaciones. Recapitulando, la restricciGn presupuestaria 0 conjunto de oportunidades resume las com- binaciones de cestas que puede comprar el consumidor. Su posici6n depende tanto de la renta ‘como de los precios. La tarea del consumidor consiste en elegir del conjunto de cestas viables ‘quella que més le guste. Para identificarla, se necesita algtin instrumento que permita resumi las preferencias del consumidor respecto a todas las cestas posibles de consumo; ésta es la tarea ‘que pasamos a realizar a continuacién, Las preferencias del consumidor Ordenacién de las preferencias Sistema que permite al consumidor ordenar todas las vests posibles de funcion de sus referencias Supongamos de nuevo, para faclitar la exposicién, que el mundo esté formado por dos bienes solamente: alojamiento y alimentos. Una ordenacion de las preferencias es un sistema que permite al consumidor ordenar las diferentes cestas de bienes en funcidn de su atractivo o de sus referencias. Consideremos dos cestas, la 4 y la B. Supongamos, para ser més concretos, que la A contiene 4 metros cuadrados semanales de alojamiento y 2 kilos semanales de alimentos y 1a B, 3 metros cuadrados semanales de alojamiento y 3 kilos semanales de alimentos. Si no ‘conocemios las preferencias del consumidor, no podemios saber qué cestas preferird. A tiene una mayor cantidad de alojamiento que B, pero una cantidad menor de alimentos. Una persona que ‘pase mucho tiempo en casa probablemente elegiré A, mientras que una persona que tenga un ré- ido metabolismo probablemente elegiré B. En general. puede decirse que dadas dos cestas cualesquiera, el consumidor puede hacer una de las tres siguientes afirmaciones: (1) prefiere la A a la B; (2) prefiere la B a la A; 0 (3) prefiere por ignal Ia A y la B. La ordenacién de Ins preferencias le permite clasificar las diferentes ces- tas, pero no hacer afirmaciones cuantitativas més precisas sobre su atractivo relativo. Asf, por ‘ejemplo, el consumidor puede decir que prefiere la A a la B, pero no que la A reporta el doble de satisfacci6n que la B. La ordenacién de las preferencias suele variar mucho de un consumidor a otro. A una persona puede gustarle Rachmaninoff y a otra los Rolling Stones. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, la mayoria de Ins ordenaciones de las preferencias tiencn cn comiin algunos rasgos importantes ‘Més concretamente, los economistas suponen, por lo general, que tienen cuatro sencillas propie~ dades. Estas propicdades nos permitirén construir la representacién analitica concisa de las prefe- rencias que necesitamos para resolver el problema de la asignacidn del presupuesto. 1. Completitud. Una ordenacién de las preferencias es completa si permite al consumidor ‘ordenar todas las combinaciones posibles de bienes y servicios. Este supuesto, si se toma en su sentido literal, casi siempre es falso, pues hay muchos bienes de los que sabemos poco para eva~ luarlos con precisién. No obstante, se tata Ue un Glil supuesto simplificador para analizar las elecciones entre cestas de bienes con los que los consumidores estan familiarizados. Su verda- Gero objetivo es excluir casos como el que se cuenta en la tabula del asno de Buridsn, El ham- briendo animal fue incapaz de elegir entre dos montones de heno y se murié de hambre. MICROECONOMIA Y CONDUCTA. 69 2, Cuanto més, mejor. Esta propiedad significa simplemente que, manteniéndose todo lo demds constante, se prefiere una mayor cantidad de un bien a una menor. Naturalmente, cabe imaginar ejemplos en los que una mayor cantidad de tina cosa empeora nuestra situacién en Iu gar de mejorarla (es el caso de una persona que haya comido demasiado). Pero en estos casos normalmente hay algiin tipo de dificultad préctica, por ejemplo, un problema de aulocuutrol 0 de incapacidad para guardar un bien y utilizarlo en el futuro. En la medida en que los individuos uedan deshacerse dle los bienes que no quieran, la poscsién de una mayur cantidad de una cosa no puede empeorar su situacién. Consirleremos, como ejemplo de la aplicacién de este supucsty, ul Caso de ds cestas, 1a A, ue tiene 12 metros cuadrados semanales de alojamiento y 10 kilos semanales de alimentos, y In B, que tiene 12 metros cuadrados semanales ue alujamiento y 11 kilos semanales de ali. mentos. El supuesto nos dice que se prefiere la cesta B ala A ya que tiene una mayor cantidad de alimentos y no una menor de alojamicnto. 3. Transitividad. Si a una persona le gustan mis los bistecs que las hamburguesas y mas las hamburguesas que los perritos calientes, probablemente le gustarin mds los bistecs que los. perritos calicntes, Cuando afirmamos que la ordenacién de las preferencias de un consumidor €s transitiva, queremos decir que, dadas tres cestas cualesquiera, la A, la B y la C. si prefiere la 4 ala B y la B ala C, siempre preteriré a A a la C. Supongamos, por ejemplo, que A es (4, 2), B es (3, 3) y Ces (2,4). Si el consumidor prefiere (4, 2) a (3, 3) y prefiere (3, 3) a (2.4), Uebe preferir (4, 2) a (2, 4), Por lo tanto, se supone que la relacién entre las preferencias es Como la relacion utilizada para comparar la estatura de las personas. Si O'Neal es mas alto que Pippen y Pippen es més alto que Bogues, sabemos que O’Neal debe ser més alto que Bogu No todas las relaciones comparativas son transitivas. Por ejemplo, la relacidn entre herma. ‘nastros no lo es. Yo tengo una hermanastra que, a su vez, tiene tres hermanastras, Pero sus her. ‘manastras no son hermanastras mias. Tampoco existe transitividad en la relacién entre las -is G3) El segundo miembro de la ecuacién 3.3 representa el coste de oportunidad del alojamiento cen funcidn de los alimentos. Asf, si Py = 5$ el metro cuadrado y P, = 10S el kilo, el coste de oportunidad de un metra cuadrado adicional de alajamiento es 1/? kilo de alimentos, FI primer miembro de la ecuacin 3.3 es |AA/AVI, el valor absoluto de la pendiente de la curva de indife- rencia en el punto de tangencia. Es la cantidad de alimentos adicionales que debe recibir el con- sumidor para compensarlo enteramente por la pérdida de 1 metro cuadrado de alojamiento. En el lenguaje del anslisis coste-beneficio examinado en el Capitulo 1, la pendiente de la restr cin presupuestaria representa el coste de oportunidad del alojamiento en funcién de los ali- ‘mentos, mientras que In pendiente de la curva de indifereneia representa los beneficios del con sumo de alojamiento en comparacién con el consumo de alimentos, Dado que la pendiente de la restriccién presupuestaria es de —1/2 en este ejemplo, la condicién de tangencia nos dice que se necesitaria 1/2 kilo de alimentos para compensar al consumidor por los beneficios a Jos que renuncia con la pérdida de 1 metro cuadrado de alojarniento. Si el consumidor se encontrara en una cesta en la que la pendiente de fa recta presupuesta- ria no fuera igual ala de la curva de indiferencia, siempre podria comprar una cesta mejor. Para ‘ver por qué, supongamos que se encontrara en un punto en el que la pendiente de la curva de in- diferencia (en valor absoluto) fuera menor que la pendiente de la restriccion presupuestaria, por ejemplo, el punto E de la Figura 3.15. Supongamos, por ejemplo, que la RMS correspondiente 2 E fuera 1/4 solamente. Eso significa que podriamos compensar al consumidor por la pérdida de I metro cuadrado de alojamiento con 1/4 kilo de alimentos. Pero la pendiente de la restric- MICROECONOMIA Y CONDUCTA 7 cin presupuestaria nos dice que renunciando a 1 metro cuadrado de alojamiento puede comprar 1/2 kilo adicional de alimentos. Dado que esta cantidad es 1/4 kilo més de lo que necesita para estar igual de satisfecho, su bienestar mejorarfa claramente si comprara més alimentos y menos alojamiento que en el punto E. El coste de oportunidad de un kilo adicional de alimentos es me- nor que el beneficio que report, EJERCICIO 3.6 ‘Supongamos que la reluci6n marginal de sustiucién correspondiente al punto’A de Ta Fis ** {gura 3.15 es 1,0. Mestre que eso sighifica que el consumidor disfrataré de un mayor bie~ ° nestar si compra menos alimentos y mds alojamiento que en A. SOLUCIONES DE ESQUINA Solucion de entre dos bienes, caso en el ‘que el consumidor ‘no consume uno de ellos. FIGURA 3.16 Cuando fa RMS del alojamiento por La mejor cesta asequible no tiene por qué encontrarse siempre en un punto de tangencia. En al- gunos casos, puede ocurrir simplemente que no haya ningun punto de tangencia, es decir, 1a RMS puede ser en todos los puntos mayor o menor que la pendiente de la restriccién presu- puestaria. En este caso, obtenemos una solucién de esquina, como la que muestra la Figu- ra 3.16, en la cual M, P, y P,, son, de nuevo, 100$ semanales, 10S el kilo y 5S el metro cuadra~ do, respectivamente. La mejor cesta asequible es la A, que se encuentra en el extremo superior de la restriccién presupuestaria, En A, la RMS es menor que el valor absoluto de la pendiente de la restriccién presupuestaria. Supongamos, a titulo de ejemplo, que la RMS correspondiente a Aces 0,25, lo que significa que este consumidor estarfa dispuesto a renunciar a 0,25 kilos de ali- ‘mentos para obtener un metro cuadrado adicional de alojamiento. Pero a los precios de mer- cado, el coste de oportunidad de un metro cuadrado adicional de alojamiento es 0,5 kilos de ali- ‘mentos. Aumenta su satisfacci6n si continiia renunciando a alojamiento a cambio de més alimentos, hasta que no sea posible hacerlo. Incluso aunque este consumidor considere que el alojamiento es un bien atractivo, lo mejor que puede hacer es gastar toda su renta en alimentos. [Los precios de mercado son tales que tendria que renunciar a demasiados alimentos para que ‘mereciera la pena comprar incluso una sola unidad de alojamiento. Fl mapa de curvas de indiferencia que muestra la Figura 3.16 satisface esta propiedad de la relacién marginal de sustitucién decreciente, es decir, a medida que nos desplazamos hacia la derecha a lo largo de una curva de indiferencia, Ia pendiente es menor en términos absolutas, Pero como las pendientes de las curvas de indiferencia comienzan siendo menores que la pen- diente de la restricci6n presupuestaria, nunca llegan a ser iguales. LUNA SOLUCION DE ESQUINA Alimentos kilos semanales) Alimentos siempre es ——— La mejor de las cestas posibles ‘menor que la pendent de la resticcion presupuestaria. lo mejor que puede hacer el consumidor fs pasar toda su rena en alimentos. rote Alojamiento (metros ‘cuadrados semanales) 78 EjeMPLo 3.3 FicuRA 317 Eneste cao, a RMS tea Coon Cola por Joites en odor to Punto. Sempre que Bi Cotinte oe precio P/Pees menor que 8 se produce una Solucién de esquina nia quel consumidr slo compra ot En a sesmicion presupuestaria 8, fomeior ave pucde hacer ees Comprar ia cesta A. CAPITULO 3: LA ELECCION RACIONAL DEL CONSUMIDOR Las curvas de indiferencia que no son estrictamente convexas son caracteristicas de los bie- nes que pueden sustituirse facilmente unos por otros. Las soluciones de esquina suelen produ- cirse con mayor prohahilidad en el caso de estos bienes y, de hecho, es casi seguro que Se pro- duzcan cuando los bienes son sustitutivos perfectos. En ese caso, la RMS no disminuye en absoluto sino que es a misma en todos los puntos. En el caso de los sustitutivos perfectos, las curvas de indiferencia son lineas rectas. Si fueran més inclinadas que la restriccién presupues- taria, obtendriamos una solucién de esquina situada en el eje de abscisas; si fueran menos in clinadas, obtendriamos una solucién de esquina situada en el eje de ordenadas Consideremos el caso de Mattingly, consumidor de bebidas de cola con cafeina. Gasta en Coca- Cola y Jott do ef presupuesto que tiene dedicudo a bebidus refiescantes y que sélo le interesa et contenido total de cafeina de lo que bebe. Si Jolt tiene el doble de cafetna que Coca-Cola y si Jolt ‘cuesta 18 la botella y Coca-Cola 0,758, ccdmo gasturd su presupuesto de 15$ semanales?

>< Alojamiento (metros 0 BBS tata seraaes) 3.2, Alimentos (kilos semanates) 10 _— a Alojamiento (metros ° Sp Cian sana 3.3, Alimentos kilos semanales) SN Pendiente = —1 SNe Peondiente =! Alojamiento intros ° 10 Fy ‘undeados semanales) 10) BA, Alimentos (kilos semanales} 10 Pernlene Pendlente = Alojamiento metros ° 30 24 cuadiados semanales) 3.5. La restriccién presupuestaria de un consumidor residencial de Amperage Electric Power serfa es- uinada hacia fuera, ya que la tarifa inicial por los 1,000 primeros kilovatios-hora es més baja. En el ceaso de un consumo de energia X de 1.000 kilovatios-hora como maximo, la restrici6n presupues- taria tiene una pendiente igual ala tarifa mas baja 0,05S por kilovatio-hora ¥=400-0,05X 0S X< 1,000 kwh al mes 88 CAPITULO 3: LA ELECCION RACIONAL DEL CONSUMIDOR Enel caso de un consumo de energia X de més de 1.000 kilovatios-hora, la restricci6n presupuesta- ‘a tiene una pendiente de Ia tarifa mds alta 0,108 por kilovatio-hora ¥=450-0.10X —_X> 1.000 kwh al mes El punto de esquina se encuentra donde el nivel de consumo de otros bienes cuando X = 1,000 kwh al mes es ¥ = 400 ~ 0,05X'= 400 ~ 50 = 350, en otras palabras, ¥ = 450 — 0,1UX = 490 — 100 = 350. Sila tarifa fuera de 0,108 el kilovatio-hora por todos los kilovatios-hora superiores a 1.000 al mes, la restriceiGn presupucstaria correspondiente a X> 1.000 kwh serti Y¥=400-0,10X —X> 1.000 kwh al mes 300 en X= 1.000 kwh al mes. yy tendria un salto de ¥ = 350 a Y($ mensuales) 450 400 lectricidad (kwh al mes) 00 4.000 4.500 3.6, En Ia cesta A, el consumidor est dispuesto a renunciar a1 kilo de alimentos para obtener un metro ‘euadrado adicional de alojamiento. Pero alos precios de meicatlo, sGlo es necesurio nenunciar a 1/2 kilo de alimentos para comprar un metro cuadrado adicional de alojamiento, Por lo tanto, el const midor disfrutara de un mayor bienectar en la cesta A si compra | kilo menos de alimentos y 2 metros ‘cuadrados mas de alojamiento, 3.7. Larestrccién presupuestaria de Alberts T'= 120 ~2B. Incialmente prefere ds porciones de man- tequilla por cada rebanada de pan, B = 27. Introduciendo esta eouacién en su restriccién presupuestaria tenemos que T'= 120 ~ 47, 0 sea, ST = 120, de donde T = 24 rebanadas y, por lo tanto, B = 48 por- ciones de mantequilla al mes, Ahora Albert prefiere una porcién de mantequilla por cada ebanada de pan, & = T.Tntroduciendo esta ecuacién en su restricidn presupuestaia, tenemos que T= 120-27, sea, 37 = 120, de donde T = 40 rebanadas de pan y, por lo tanto, B = 40 porciones de mantequilla al mes, Albert no s6lo ha reducido la grasa sino que est consumiendo tambien mis ibra! Tostadas (rebanadas mensuales) 120, T= 120-28 ‘Manteyuila o 4048 60 (Porciones mensuales) CAPITULO Avance* La demanda del consumidor y del mercado lia y yo gastamos la misma cantidad de sal a ese precio que si costara 5 centavos 0 10S lo. Yo también consumo actualmente mAs o menos la misma cantidad de sal que ando estudiaba en In universidad, y entonces mi renta era menos de una décima parte de la actual. La sal es un caso excepcional. Las cantidades que compro de muchos otros bienes son mu- cho mas sensibles alos precios y a la renta, A veces, por ejemplo, mi familia y yo consideramos la posibilidad de pasar un afio éabstico en Nueva York, donde los pisos cuestan més del triple que en Ithaca. Si acabamos yéndonos, probablemente viviremos en un apartamento que seria ‘menos de una cuarta parte de grande que la casa en la que vivimos actualmente. I Ji KiLO de sal cuesta 30 centavos en Ia tienda de alimentaci6n donde compro. Mi fami: Desde el punto de vista del modelo de la elecci6n racional, mi comportamiento con respecto a la compra de sal y de vivienda es perfectamente comprensible. En este capitulo, nuestro obje- tivo serd utilizar los instrumentos del Capitulo 3 para aportar algo més de luz sobre la razén exacta por la que son tan diferentes las respuestas de las decisiones de comprar a las variacio- res de la renta y del precio. En el Capitulo 3 hemos visto que las variaciones de los precios y de la renta afectan a la restriccién presupuestaria. En este veremos que las variaciones de la res- triccién presupuestaria afectan a las decisiones reales de comprar. Mas concretamente, utiliza- remos e! modelo de la eleccién racional para generar una curva de demanda de un producto por parte de un consumidor y emplearemos nuestro modelo para construir una relacién que mues- tre cémo varian las demandas de los individuos cuando varia la renta ‘Veremos que el efecto total de Ia variacién de un precio puede descomponerse en dos efectos distintos: (1) el efecto-sustitucién, que indica la variacién que experimenta la can- tidad demandada cuando la variacién de un precio hace que los bienes sustitutivos parezcan ‘mas o menos atractivos; y (2) el efecto-renta, que indica la variacién que experimenta la can- tidad demandada cuando varia el poder adquisitivo como consecuencia de una variacién del precio. 89 CAPITULO 4: LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO A continuacién veremos cémo pueden sumarse las curvas de demanda de los consumidores para obtener la curva de demanda del mercado en su conjunto. Un concepto analitico basico que presentaremos en este capitulo es la elasticidad-precio de la demanda, que es un indicador de la sensibilidad de las decisiones de compra a las pequeiias variaciones del precio. También ana- lizaremos la elasticidad-renta de la demanda, que es un indicador de la sensibilidad de las de- cisiones de compra a las pequefias variaciones de Ia renta. Y veremos que en el caso de algunos bienes no sélo es importante para la determinacién de la demanda del mercado el valor medio de la renta, sino también su distribucién, El iltimo concepto que presentaremos en este capitulo es ta elasticidad-precia cnvzada de ta ddemanda, que es un indicador de la sensibilidad de la cantidad demandada de un bien a las pe- uefias variaciones de los precios de otro. I elasticidad-precio cruzada es el criterio mediante el cual se clasifican los pares de bienes en sustitutivos © complementarios. Estos instrumentos analiticas nos permitirsn comprender mejor toda una variedad de com portamientos del mercado y analizar de una manera inteligente las decisiones y la politica eco- Los efectos de las variaciones del precio LA CURVA PRECIO-CONSUMO Curva precio- ‘consumo (CPC) Manteniendo constantes la renta yel precio de Y, la CPC del bien X'es el conjunto de cestas 6ptimas de tun mapa de curvas de indterencia que se obtienen cuando varia el precio de X. Recuérdese que en el Capitulo 2 vimos que una curva de demanda del mercado es una relacién que nos dice queé cantidud de un bien quiere comprar el mercado en su conjunto a cada uno de Tos precios. Supongamos que no queremos hallar la curva de demanda de un bien —por ejem- plo, alojamiento- por parte del mercado en su conjunto sino por parte de un tinico individuo. Si ‘mantenemos constantes 1a renta, las preferencias y los precios de todos los demés bienes, e6mo afectaré una variacién del precio del alojamiento a la cantidad que compre el consumi- dor de ese bien? Para responder a esta pregunta, partimos del mapa de curvas de indiferencia de este consumidor, representando el alojamiento en el eje de abscisas y el bien compuesto ¥ en el de ordenadas, Supongamos que Ja renta de este consumidor es de 120$ a la semana y que el precio del bien compuesto es, de nuevo, de 1S. En ese caso, la ordenada en el origen de su res- triccién presupuestaria seré 120, La abscisa en el origen seré 120/P,, donde P, representa el pre- cio del alojamiento. La Figura 4,1 muestra cuatro restricciones presupuestarias que correspon- den a cuatro precios diferentes del alojamiento, a saber, 24S el metro cuadrado, 12S el metro cuadrado, 6S el metro cuadrado y 4S el metro cuadrado. Las mejores cestas asequibles corres- pondientes contienen 2,5, 7, 15 y 20 metros cuadrados semanales de alojamiento, respectiva- ‘mente. Si repitigramos este procedimiento variando indefinidamente los precios, los puntos de tangencia resultantes formarfan la linea CPC de la Figura 4.1. Fsta Iinea se denomina curva precio-consumo 0 CPC. Obsérvese que en el caso del consumidor cuyo mapa de curvas de indiferencia se muestra cn la Figura 4.1, cada vez que baja el precio del alojamiento, la restriccién presupuestaria gira hacia fuera, lo que permite al consumidor comprar no s6lo una mayor cantidad de alojamiento sino también una mayor cantidad del bien compuesto. ¥ cada vez que baja el precio del aloja- miento, este consumidor elige una cesta que contiene una mayor cantidad de alojamiento que la clegida anteriormente, Obsérvese, sin embargo, que la cantidad de dinero que gasta en el bien ‘compuesto puede aumentar o disminuir cuando baja el precio del alojamiento, Asi, por ejemplo, la cantidad que gasta en otros bienes disminuye cuando el precio del alojamiento baja de 24S el metro cuadrado a 125, pero aumenta cuandu baju de 65 a 4S. Mas adelante, veremos por qué este patron de compra es relativamente habitual. MICROBCONOMIA Y CONDUCTA 91 FIGURA 4.1 Manteniendo fos la rentay el precio de Y,varlamos el precio del alojamiento. £1 Conjunto de cesias Sptimas representado por las distintas Presupuestarias se enomina cura Precio-consurno OPC. LACURVA PRECIO-CONSUMO. YG semanates) Alojamiont (metros cuadrados 25°45 7 10 15 20 2 30 semanales) LA CURVA DE DEMANDA DEL CONSUMIDOR ata obtener la canva de demanda de Alojamiento poe pate Gel indivicuo a partir. de la CPC mostrada ce la Fgura 4.4, anolando las Cantidades de alojamiento que {oresponden asus precios en las presupuestaia, La curva de demanda de un consumidor es igual que la curva de demanda del mercado, en el sentido de que nos indica las cantidades que compra a los distintos precios. Toda la informacién ue necesitamos para construirla se halla en la curva precio-consumo. El primer paso para pa- sar de la CPC a la curva de demanda del individuo consiste en anotar las combinaciones rele- vantes de precio y cantidad de la CPC de Ia Figura 4.1, tal como aparecen en el Cuadro 4.1 (re cuérdese que en el Capitulo 3 vimos que, dada la restriccién presupuestaria, el precio del alojamiento se halla dividiendo la renta por la abscisa en el origen de esa restriccién presu- Puestaria). El siguiente paso consiste en representar los pares de precio y cantidad del Cuadro 4.1, co- Jocando el precio del alojamiento en el eje de ordenadas y su cantidad en el de abscisas. Con un siimero suficiente de pares de precio y cantidad, obtenemos la curva de demanda del individuo, representada por la linea DD en la Figura 4.2. Obsérvese que al pasar de la CPC a la curva de demanda del individuo, estamos pasando de un gréfico en el que lus dos ejes miden cantidades a otro en el que uno de los ejes mide el precio y el otro la cantidad, CUADRO 4.1, UNA IABLA DE DEMANDA Precio del alojamiento Cantidad demandada de alojamiento (Spor metro cuadrado) (metros cuadrados semanales) 4 25 2 ? 6 15 4 20 92 FIGURA 4.2 Lacurva de demand del Inlviduo eal igual due la curva de demand de! mercado, una Felacién que nos die qué cantidad ‘desea comprar el ‘eonsumidor a los diferentes precios. CAPITULO 4: LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y BEL MERCADO LA CURVA DE DEMANDA DE UN CONSUMIDOR Precio (S por metro cuadkaclo) Alojamiento (metros ‘cuadrados semanales) Los efectos de las variaciones de la renta LA CURVA RENTA-CONSUMO Curva rents consumo (CRC) Manteniendo constantes los precios de Xe ¥, 1a CRC de un bien X eel conjunta de cestas 6ptimas de un mapa de curvas de indiferencia que se obtienen cuando La CPC y la curva de demanda del individuo son dos maneras diferentes de resumir la respuesta de las decisiones de compra de un consumidor a las variaciones de los precios. Existen otros meca- nismos para resumir las respuestas @ las variaciones de la renta. El instrumento anslogo a la CPC en cl caso de la renta es la curva renta-consumo o CRC. Para obtener Ia CPC del alojamiento, man- ‘eniamos constantes las preferencias, la renta y el precio del bien compuesto y averiguilbamos los efectos de una variacién del precio del alojamiento. En el caso de la CRC, mantenemos constantes Jas preferencias y los precios relativos y averiguamos los efectos de las variaciones de la renta. Por ejemplo, en la Figura 4.3 mantenemos constante el precio del bien compuesto en I y el precio del alojamiento en 10S el metro cuadrado y averiguamas qué ocurre cuando la renta adopta los valores 40$ semanales, 60S semanales, 10S semanales y 120S semanales. Re- cuérdese que en el Capitulo 3 vimos que una variacién de la renta desplaza la restriccion prespuestaria en paralelo. A cada presupuesto le corresponde, al igual que anteriormente, una cesta que es In mejor cesta asequible. varia la renta. El conjunto de las mejores cestas asequibles est4 representado por la linea CRC de la Fi- gura 4.3. En el caso del consumidor al que pertenece el mapa de curvas dc indiferencia, la CRC ‘es una linea recta, pero no tiene por qué serlo siempre. LA CURVA DE ENGEL Curva de Bagel Curva que representa la relacin entre la ‘antidad consumida deXy laren La curva andloga a la curva de demanda del individuo es la curva de Engel del individuo, que se construye representando las cantidades demandadas de alojamiento de la CRC en funcién de los valores correspondientes de la renta. Aplicando este procedimiento al numero intinito de pares de renta y consumo del individuo mostrado en la Figura 4.3, obtenemos la linea EE de la Figura 4.4. La curva de Engel representada en esta tigura es lineal, pero no tiene por qué ser- lo siempre. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 93 FIGURA 4.3 ‘Armedida que aumenta la reta la resticetin presupuestaia se Sesplaza hacia fuera, Manteniendo constantes los precios teatvey, la CRC indica cémo afectan estas, Variactones de la renta al consumo. leant formed por todos los puntos ‘de tangencia que se van produciendo a medida que a recta presupuestaia se ‘desplaza hacia fuera, FIGURA 4.4 Manteniendo las. referencias y los precios relativos onstantes, [a cura Ge Engel indica que cantidad de alojamiento ccomprard el ‘consumidor en los ‘liferentesniveles de LUNA CURVA RENTA-CONSUMO- El bien compuesto ($ semanales) Alojamiento metros oy 4s 8B IO 12 ctadrados semanles) Obsérvese atentamente la distincién entre lo que medimos en el eje de ordenadas de la CRC y lo que medimos en el de la curva de Engel. En el eje de ordenadas de la CRC medimos la ‘antidad que gasta el consumidor cada semana en todos los bienes, salvo en el alojamiento, y en el eje de ordenadas de la curva de Engel medimos, en cambio, su renta semanal total. Obsérvese también que, al igual que sucede con la CPC y con las curvas de demanda de los individuos, la CRC y la curva de Engel contienen esencialmente la misma informacién. La ven- taja de la curva de Engel reside en que nos permite ver de inmediato cémo varfa la cantidad de- ‘mandada cuando varia a renta. CUADRO 4.2. RENTA Y CANTIDAD DEMANDADA DE ALOJAMIENTO Renta ‘Cantidad demandada de alojamiento ( semanales) (metros cuadrados semanales) 40 2 60 a 100 5 170 6 (CURVA DE ENGEL DE UN CONSUMIDOR Renta ($ semanales) Curva de Engel | € 120F- 6 40 20) Alojamiento ymewos OT A Se BIO a etadrados semanales) 94 CAP{TULO 4: LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO BIENES NORMALES E INFERIORES Obsérvese que la curva de Engel de la Figura 4.5a tiene pendiente positiva, lo que significa que ‘cuanto mayor sea la renta del consumidor, més solomillo compraré cada semana. La mayoria de Jas cosas que compramos tienen esta propiedad, que es la caracteristica definitoria de un bien normal. Los bienes que carecen de ella se denominan bienes inferiores. En este caso, un au- mento de la renta provoca una reduccién de la cantidad demandada. La Figura 4.5h muestra un ejemplo de una curva de Engel correspondiente a un bien inferior. Cuanto mayor es la renta de una persona, menor es la cantidad de hamburguesas que came cada semana {Por qué compramos una cantidad menor de un bien cuando aumenta nuestra renta? El pro- totipo de bien inferior es aquel que tiene varios sustitutivos por los que mostramos una mayor preferencia, pero que son més caros. Por ejemplo, en los supermercados generalmente hay va- rias clases de came de vacuno picada, que van desde Ia came de hamburguesa, que tiene mucha grasa, hasta el lomo picado, que es la parte que tiene menos. Un consumidor que esté tratando de reducir la cantidad de grasa de su dieta tenderé a consumir una clase de came mas magra tan pronto como pueda permitirselo. Para ese consumidor, a hamburguesa seré un bien inferior. Para cualquier consumidor que gaste toda su renta, no todos los bienes pueden ser infé res por pura aritmética, pues, al fin y al cabo, cuando aumenta la renta, matematicamente es im- posible gastar menos on todos los bienes, de lo que se deduce que cuanto ins ampliamente se defina un bien, menos probable es que sea inferior. Asf, por ejemplo, aunque la hamburguesa es. tun bien inferior para muchos consumidotes, prubableitieute lisy muy pocas personas que pien- sen que el bien «came» es inferior; y atin menos que piensen que la «comida» es inferior ', EL EFECTO-RENTA Y EL EFECTO-SUSTITUCION DE UNA VARIACION DEL PRECIO En el Capitulo 2 vimos que una variaciGn del precio de un bien afecta a las decisiones de compra por dos razones. Para ser més concretos, analizaremos los efectos de la subida de un precio (Ios ‘efectos de la reducci6n son los contrarios). Uno de los efectos de la subida de un precio es aumen- LAS CURVAS DE ENGEL EN EL CASO DE LOS BIENES NORMALES Y LOS INFERIORES Ms semarales) Ms senate) £ ? LY \ Solomio _ @ ao guna ss (a) Esta curva de Engel cortesponde a un bien normal. La cantidad demanclada aumenta cuando aumenta Ia rent, (by Esta curva de Engel correspondiente alas hamburguesas iene la pendiente negativa carctristca de los bienes infevioree, Conforme crece la renta del consumidor, ete sustituye las hamburguesas fan teas partes de la are de vvacuno mis atractivas, * Otra manera itil de clasificar fos bienes de consumo es dividirls en bienes necesarios y bienes de lo, Se con- sidera que un bien es de lujo para una persona si gasta en 61 una proporcién mayor desu renta cuando ésta atmenta. En ‘cambio, un bien necesaio es aguel en el que gasta una proporcién menor de su renta cuando éstaaumenta (mds ade- Jane nos extenderemos sobre esta distinct). MICROECONOMIA Y CONDUCTA 95 Efecto-sustitucion Componente del efecto total de la variacion de un precio provocado por Ia variacién del atractivo relativo de wus bienes Efecto-renta Componente del efecto toal de la variacién de un precio provocado por la variacion del pods FIGURA 46 Con una renta de 120§ semanales yun precio del Alojamiento de 6§ metro cuadrado, el onsumidorelige Ia cesta Adela presupuestaria 8, Cuando el precio del alojamientosube a 248 el metro ‘euadrado y la ve ‘mantiene cantante fen 1208 semanales, la mejor cesta asequible esa D. El ‘movimiento de 104 2 metros cuadiados ala semana se denomina efecto total de ls subida del precio, {ar el atractivo de los sustitutivos cercanos del hien. Por ejemplo, cuando sube el precio del arroz, ‘aumenta el atractivo del trigo, Este es el llamado efecto-sustitucién de la subida de un precio. El segundo efecto de la subida de un precin es la reduecién del poder adquisitivo del con- sumidor. Cuando el bien es normal, este efecto también tiende a reducir la cantidad comprada. Pero cuando es inferior, el efecto es exactamente el contrario, La pérdida de poder adquisitive, considerada por sf sola, tiende a aumentar la cantidad comprada de un bien inferior. La varia. cidn de la cantidad comprada atribuible a 1a variacién del poder adquisitivo se denomina efec- to-renta de la variacién del precio. El efecto total de la oubida del precio ¢s Ia suma del efeeiwrsusttucibn y el efecto-Tenta, El pri- ‘mero siempre hace que la cantidad comprada varfe en sentido contrario a la variacién del precio, es decir, cuando sube el precio, disminuye la cantidad demandada, y viceversa, El sentido del elec to-renta depende de que el bien sea normal o inferior. Si es normal, el efecto-renta acttia en el mis- ‘mo sentido que cl efecto-sustitucién, es decir, cuando sube [baja] el precio, la reduccién [aumento] del poder adquisitivo provoca una reduccién [aumento] de la cantidad demandada. En cambio, ‘cuando el bien es inferior, el efecto-renta y el efecto-sustitucién actian en sentido contrario, Estos dos efectos de la subida de un precio se observan con mayor claridad cuando se re- presentan gréficamente. Comencemos representando el efecto total de la subida de un precio. En Ja Figura 4.6 el consumidor empieza teniendo una renta de 120$ semanales y el precio inicial del Alojamiento es de 6S ef metro cuadrado. La restriccidn presupuestaria correspondiente es la B, y Ja cesta 6ptima de esa restriccién presupuestaria es la A, que contiene 10 metros cuadrados se- manales de alojamiento. Supongamos ahora que sube el precio del alojamiento de 6$ el metro ‘cuadrado a 248; en ese caso, la restriccién presupuestaria es la B,. La nueva cesta es la D. que contiene 2 metros cuadrados semanales de alojamiento. El movimiento de A a B se denomina efecto total de la subida del precio, Naturalmente, la subida del precio leva al constimidar una curva de indiferencia mas baja (J,) que la que podfa alcanzar con su presupuesto inicial (/,). Para descomponer el efecto total en el efecto-renta y el efecto-sustimcién, comenzamos ha- ciéndonos la siguiente pregunta: ;cuénta renta necesitaria el consumidor para aleanzar su cur- va de indiferencia inicial (J,) después de la subida del precio del alojamiento? Obsérvese en la Figura 4.7 que la respuesta es 240$ semanales. Si el consumidor recibiera una renta total de esa cuantia, quedarfa compensado el perjuicio causado por la pérdida de poder adquiitive deriva da de la subida del precio del alojamiento, La restriccién presupuestaria B’ es puramente hipo- EFECTO TOTAL DE LA SURIDA DF LIN PRECIO (8 semanales) 2 eof---3 ! Alojamiento (metros =p 7 a Sp uatrados semanas) [+ —tiecto ‘otal 96 FIGURA 4.7 Para hallare efecto sustitucion, debe serlzare fa nueva resticelén presupuestaia 8, ia fueray en parallo hasta que sea Tangente a la curva de indiferencia original, {£1 movimiento de Aa Cada lugar al lecto-sustituci, es decir In reducciin el alojamienton provocada “icamente por et hecho de que ahora xo 0s mss cao en relacion con atos bienes. E movimiento de Ca D da lugar al efecto rents. Ela reducci6n el aiojamiento provocada por la prcida de poder Adquistve implieta fn la bids del precio, CAPITULO 4: LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO EFECTO-SUSTITUCION Y EFECTO-RENTA DE LA VARIACION DEL PRECIO ¥( semanales) 240 120 96 6 Alojamiento (metros ‘cuadrados semanales) Floctowonta” Elacto-custitucién tética; se ha construido para este ejemplo, Tiene la misma pendiente que la nueva restricci6n presupuestaria (B,) —a saber, -24— y est suficientemente lejos del origen para ser tangente a la curva de indiferencia inicial, /,. Con la restriccién presupuestaria B’, la cesta éptima es la C, ue contiene 6 metros cuadrados semanales de alojamiento, El movimiento de A a C da lugar al efecto-sustitucién de la variacién del precio, que en este caso implica una reduccién de 4 metros ‘cuadrados semanales de alojamiento y un aumento de 36S semanales del bien compuesto. La restriccién presupuestaria hipotética B’ nos dice que incluso aunque el consumidor tu- viera suficiemte renta para alcanzar la misma curva de indiferencia que antes, la subida del pre- io del alojamiento lo llevaria a reducir su consumo de este bien en favor de otros hienes y ser- vicios. En el caso de los consumidores cuyas curvas de indiferencia tienen la forma convexa convencional. el efecto-sustitucién de la suhida de un precio siempre consiste en una reduccién del consumo del bien cuyo precio sube. El efecto-renta de la subida del precio es el movimiento de C’a D. El bien que se muestra cn Ja Figura 4.7 es un bien normal, El movimiento hipotético de la renta del consumidor de 2408 semansles 2 1208 sirve para acentuar la reduccién de su consumo de alojamiento, que dismi- nuye de 6 metros cuadrados a la semana a 2. Mientras que el efecto-renta refuerza el efecto-sustitucién en el caso de los bienes uurtnales, los dos efectos tienden a contrarrestarse en el caso de fos bienes inferiores. La linea B, de la Fi- gura 4.8 representa la restriccidn presupuestaria de un consumidor que tiene una renta de 245 semanales y que se enfrenta a un precio de las hamburguesas de 1$ el kilo. La mejor cesta ase- quible de By ¢s la A, que conticne 12 kilos setmanales de hamburguesas. Cuando el precio de este bien sube a 25 el kilo, la restriccién presupuestaria resultante es la B, y la mejor cesta ase- quible, la D, que conticue 9 kilos semanales de hamburguesas. El efecto total de la subida del precio es, pues, una reduccién de la cantidad consumida de hamburguesas de 3 kilos semanales, ‘Una vez ms, la reswriccién presupuestaria B' es la restriccion presupuestaria hipotética que per~ ‘mite al consumidor alcanzar la curva de indiferencia inicial a la nueva relacién de precios. Ob- sérvese que en este caso el efecto-sustitucién de la variacién del precio (la variacién del con- sumo de hamburguesas correspondiente al movimiento de A aC en la Figura 4.8) es una MICROECONOMIA Y CONDUCTA 7 FIGURA 4.8 En contrast con lo que ocurre en el ‘ato del bien ‘normal, cuando un bien es inferior, el cefecto-enta ‘contrarrestael efecto sustnacién, Exempio 4.1 EFECTO-RENTA Y EFECTO-SUSTITUCION EN EL_CASO DE UN BIEN INFERIOR (8 semanales) Hamburguesss (kilos semanales) Efectoenta Efectosustitucion we reduccién de la cantidad consumida de hamburguesas de 4 kilos semanales, es decir, una re- uccién superior al valor del efecto total. El efecto-renta en s{ mismo (la variacién del consumo de hamburguesas correspondiente al movimiento de C a D) sirve, de hecho, para aumentar el consumo de hamburguesas en 1 kilo semanal. Por lo tanto, el efecto-renta actia en sentido con- trario al efecto-sustitucién en el caso de un bien inferior como las hamburguesas. Efecto renta y efecto sustitucién en el caso de los complementarios perfectos. Supongamos que los esquis y las fijaciones son complementarios perfectos en una proporcién de uno a uno y que Paula gasia todo su presupuesto para equipo de 1.2008 anuales en estos dos bienes. Los esquis ¥ las fijaciones cuestan cada uno 2008 el par. ¢Cudl serd el efecto-renta y el efecto-sustitucién Ue una subidda del precio de las fijaciones a 4008 el par? Dade que inicstro objetivo aqui és examinar cl efecto producido en dos bienes especificos “esquis y fijaciones), dedicamos un eje a cada bien y prescindimos del bien compuesto. La cesta dptima de la restriccién presupuestaria inicial, B,, de la Tigura 4.9 es la A. Paula compra 3 pares de esqufs al allo y 3 pares de fijaciones. Cuando el precio de éstas sube de 2008 el par a 4008, ubicnemius la nueva restsicciv By lacesta Sptima resultante, D, que contiene 2 pares dé esquis al aito y 2 pares de fijaciones. Al nuevo precio, el Consumnidor necesitaria un presupuesto para equipy de 1.8008 aiuales para alcanzar la misma curva de indiferencia que antes (/,) (pata hallar esta cifra, des- plicese B, hasta que toque la curva de indiferencia /,; a continuacién calculese el coste de ‘coritprar la cesta correspondiente 2 la ordenada en el origen, que en este caso son nueve pares de esquis al aio a 200$ el par). Obsérvese que como los complementarios pertectos tienen curvas de indiferencia en forma de Sngulo recto, la restricciGn presupuestaria B’ da lugar a una cesta dptima C que es exactamente igual que la inicial A. Cuando los bienes son complementarios perfectos, el efecto-sustitucién es cero, por lo que en este caso el efecto total de Ia subida del precio es exactamente igual que su efecto-renta. 98 FIGURA 49, Cuando los bienes son complementarios perfects, el ofc sustitucidn de una stbida del precio de las fijaciones el movimiento de Aa ees coro El efecto renta (el movimiento de Aa Diyel efecto {otal son cexactamente iuales. Exempio 4.2 CAPITULO 4; LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO EFECTO-RENTA Y EFECTO-SUSTITUCION EN EL CASO. DE LOS COMPLEMENTARIOS PERFECTOS Exquis (pares anvales) Fijaciones (pares anuales) El Ejemplo 4.1 nos dice que si el precto de las fljaciones sube en relacion con el de los es- quis, los individuos no alteran la proporcién que compran de los dos bienes. Pero como la su- bida del precio reduce su poder adquisitivo real (es decir, como limita las cantidades que pue- den comprar de ambos bienes), responden comprando menos unidades de equipo para esquiar. El efecto-renta los lleva, pues, a reducir en la misma proporcién tanto su consumo de esquis como su consumo de fijaciones. Ezercicio 4.1 Repita el Ejemplo 4.1 partiendo del supuesto de que los pares de esquis y de iyjaciones son complementarios perfectos en una proporvién de dos a uno (es decit, suponga que Paula gasta 2 pares de esquis por cada par de fijaciones). Efecto-renta y efecto-sustitucién en el caso de los sustitutivos perfectus. Supongumos que Pam considera que el té y el café son sustitutivos perfectos en una proporcién de uno a uno y gusta su presupuesto de 12$ semanales en estas dox bebidas. El café cuesta I$ la taza, mieraras (que el té cuesta 1,208 a taza. {Cudles serdn el efecto-renta y el efecto-sustitucién de una su- ida del precio det café a 1,508 la taza? Pani deniandaré 12 tazas de café a la semana y uingutia Ue t (punto 4 de la Figura 4.10), ‘ya que contribuyen por igual a su utilidad, pero el t€ es mas caro: Cuando sube el precio el café, Pam solo consume té y compra 10 tazas a la semana y ninguna de cafe (punto ‘D), Pam necesiturfa un presupuesto de 14,408 semanales pata poder consumir 12 tazas de fe (punto C), que fe gustan lo musmo que las 12 tazas de café que consumia inicialmente. El efecto-sustitucién es de (12, 0) a (0, 12), el efecto-renta de (0, 12) a (0, 10) y el efecto total de (12, 0) a (0, 10). Cuando los bienes son sustitutivos perfectos, el efecto-sustitu- ccidn puede ser muy grande: basta una pequefia variacién del precio (cercana a la RMS) para que los consumidores dejen de consumir totalmente un bien y sélo consuman el otto, MICROECONOMIA Y CONDUCTA 99 FIGURA 4.10 Ene caso de los sustitutives perfectos, lefecto-susttucion ‘de una subida del precio de café el movimiento de Aa (© puede ser muy grande Té azas semanales) c Cate tazas semanales) Ezxercicio 4.2 Partiendo del precio inicial. zcusles serdn el efecto-renta y el efecto-sustitucién de tna sit: ida del precio det té a 1,50S la taza? Sensibilidad del consumidor a las variaciones del precio Comenzamos este capitulo sefialando que el consumo de algunos bienes, como la sal, es su- ‘mamente insensible a las variaciones del precio, mientras que el de otros, como la vivienda, lo es mucho més. La principal raz6n para estudiar el efecto-renta y el efecto-sustitucién radica en {que estus instrumentus nus ayudan a comprender esas diferencias. ‘Examinemos, en primer lugar, el caso de la sal. Cuando se analiza el efecto-sustitucidn y el cefecto-renta, deben sefialarse dos rasgus destacadus Ue la sal. En primer lugar, para la mayoria de Jos consumidores no tiene sustitutivos cercanos. Si se le prohibiera a una persona echarse sal ‘en el bistec, posiblemente responderfa echandose algo mas de pimienta v incluso Pew para la mayorfa de las personas estas alternativas se alejarian mucho de lo deseable. En segun- do lugar, la sal representa una parte casi imperceptible de los gastos totales. Una persona que se echara mucha sal, consumirfa medio kilo al mes. Si su renta fuera de 1.2008 mensuales y se du- plicara el precio de Ia sal —pasando, por ejemplo, de 0,00 el kilo a 1,208— la proporcicn del presupuesto destinada a este bien aumentarfa de 0,00025 a 0,000S. Por lo tanto, el efecto-ren- ta de una subida del precio de la sal es inapreciable a todos los efectos. Es titil representar grdficamente estas dos propiedades de Ia sal. El hecho de que no tenga sustitutivos cercanos esté representado en la Figura 4.11 por curvas de indiferencia que son casi ngulos rectos. El hecho de que la proporciGn del presupuesto destinada a la sal sea insignifi- ‘cante se refleja en que los vértices de estas curvas de indiferencia comresponden a cantidades de sal extraordinariamente pequefias. Supongamos, como en la Figura 4.11, que el precio inicial de la sal es de 0,608 el kilo, por Jo que Ia cesta de equilibrio es la A del rea ampliada, que contiene 1.0002 kilos mensuales de sal, Si sube el precio a 1,20$ el kilo, la nueva cesta de equlibrio es la D, que contiene 1 kilo menswal de sal. El efecto-renta y el efecto-sustitucién se miden en funcién de la cesta inter- media C. Desde el punto de vista grifico, el efecto-renta es pequefio debido a que la tangencia inicial se encuentra muy cerca de la ordenada en el origen de la restriccién presupuestaria ‘Cuando nos encontramos cerca del punto de giro de la restriccién presupuestaria, incluso una rotacién muy grande produce un movimiento pequofio. El efecto-sustitucién también es pe- quefio debido a que las curvas de indiferencia son casi éngulos rectos. 100 FIGURA 4.11 El efecto total de una vatacién de precio esmuy pequero ‘cuando (1) la cesta Initial de equiiing se encuentra cerca de la fedanada en el orien ea vesicién presupuestaiay (2) Ks uunvas de inlferencia son cas ingulos ects. primer factor hace ‘quel efecto-enta la reluccion del ‘onsumo de sal correspondiente al ‘movimiento de CD) sea pequeto y el Segundo hace que también lo sea el fect-susitucion la reduccion del ‘consumo de sal Correspondent a ‘movimiento de Aa O. CAPITULO 4; LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO EFECTO-RENTA ¥ EFECTO-SUSTITUCION DE UNA SURIDA NFI PRECIO DF LA SAL YS mensuales) ¥( mensuales) Sal kilos ‘mensuales) Sal kilos ° Za09 4.000 ™ensuales) ‘Comparemos ahora el caso de la sal con el ejemplo de Ia vivienda, En el caso de la vivienda, Jos dos rasgos destacados son (1) que representa una proporcin significativa de los gastos totales {alrededor de un 30 por ciento para muchas personas) y (2) que la mayoria de la gente tiene bas- ‘ante libertad para sustituir la vivienda por otros bienes. Es posible que la segunda afirmacién no parezca evidente a primera vista, pero si se piensa se observar claramente que es plausible. De hecho, hay muchas maneras de teducir los gastos en vivienda. La més evidente es cambiarse a tuna mds pequefia. Por ejemplo, muchos residentes de Manhattan pueden vivir en apartamentos mayores, pero prefieren gastarse en restaurantes, teatros, etc., lo que ahorran en alquileres. ‘Otra posibilidad es consumir una vivienda peor situada. Una persona que trabaje en Manhattan puede vivir cerca de su trabajo y pagar unos alquileres altfsimos 0 puede vivir en New Jersey 0 en Long Island y pagar considerablemente menos o en una zona menos elegante o en un apar- tamento no tan cerea de la parada del ferrocarrl subterrdneo. La cuestién es que hay muchas op- ciones y que la eleccién dependerd extraordinariamente de la renta y de los precios relativos. Eu la Figura 4.12, el consumidor tiene una renta de 120$ semanales y el precio inicial det alojamiento es de 0,608 el metro cuadrado. La restriccién presupuestaria resultante es la B, y la ‘mejor cesta asequible es la A, que contiene 100 metros cuadrados de alojamiento. La subida del precio del alojamiento a 2,408 reduce la cantidad demandada & 20 metros cuadrados semanales. La forma convexa y suave de lus curvas de indiferencia representa las clevadas posibilidades de sustitucién de la vivienda por otros bienes y explica el efecto-sustitucién relativamente grande (la disminucién del consumo de alujamienio correspondiente al movimiento de A a C). Obsér- ‘vese también que la cesta inicial de equilibrio, A, era un punto de tangencia situado lejos de la ordenada en el origen de a restricci6n presupuestaria con respecio ul cual gitaba esta. En contraste con el caso de Ia sal, aqui la rotacién de la restricci6n presupuestaria provocada por la subida del precio produce un gran movimiento en la situacion del segmento relevante de la nue~ va restriccidn presupuestaria, por lo que el efecto-renta (la disminucién del consumo de aloja- miento correspondiente al movimiento de C a D) es mucho mayor en el caso del alojamiento que en el de la sal. Al ser grandes tanto el efecto-sustitucién como el efecto-renta, es muy gran- de el efecto total de la subida del precio del alojamiento (la disminucién del consumo de alo- jamiento correspondiente al movimiento de A a D), MICROECONOMIA Y CONDUCTA 101 FIGURA 4.12 Como el aiojamiento representa una slevada proporcién del presupuesto, su fefecto-rentatiende a ser grande. Y como es viable reduc los fester on Alojamiento, también tiende a ser grande el electo susttucion, Las eantidades, sdemandadae de bienes cuyos efectos- sustiucién y enta Son grandes son muy sensibles a las. variaclonce del precio. Exempio 4.3 EFECTO-RENTA Y EFECTO-SUSTITUCION DE UN BIEN SENSIBLE AL PRECIO ¥($ mensuates) 240 Alojamiento (metros camo Ty sa “Joo” cuadrados semanales) [a Etecto total — MTree [mo renta_!susttucion Obtencin de la curva de demanda de complementarios perfectos pur parte del consumidor. Ja- ‘mes considera que los lavados de su automévil y la gasolina son complementarios perfectos en una relacién de 1 a 10, es decir, exige un lavadio de su automévil por cada 10 tttros de gasoli- nna, La gasolina cuesta 18 el litro y James tiene 48$ mensuales para gastar en gasolina y la- vadlos del automdvil (véase la Figura 4.13). Trace la curva de demanda de lavados del auto- ‘mavil de James considerando su cantidad demandada de lavados del automévil a diferentes: precios (por ejemplo, 2, 6, 14; vease la Figura 4.14) Las preferencias de James dictan que su cesta optima debe satisfacer la ecuacion = 10W, ya que sus curvas de indiferencia tienen formia de L. La restriccisn presupues- taria de James es G + P,W, 0 sea, G= 48 ~ Hy W. Sustituyendo G por LOW, su restriccién ~'presupucstaria ¢s 10W + PylV — 48, Jo que implica que (10+ Py )W = 48. A P,=2, W = af) = 6,W = 3, ah, = 14, W=2, como se muestra en el Cuadro 4.3, CUADRO 4.3. TABLA DE DEMANDA DE LAVADOS DEL AUTOMOVIL Precio del lavado ‘Cantidad demandada de lavados de un automévil de un automévil (S por lavado) (avados mensuales) > 4 6 3 4 > 38 1 102 FIGURA 4.13 Con 488 al mes, James compra 4 Tavados al mes ‘cuando el precio es de 28 pot lavado (reaiccion presupuestaria 5), STeuando el precio es de 6$ por lavado presupuestria 8) y 2 cuando el precio fede 148 por avado (eestrccién presupuestaia B) FIGURA 4.14 La camtidad de lavados del sutomméil fdemandada por James a los dstntos precios forma su ‘curva de demanda se lavados de su automvl. CAPITULO 4; LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO [UNA SUBIDA DEL PRECIO FI 1AVADO DE UN AUTOMOVIL Gasolina (htros mensuales) 48 40 20 Lavados de! automévil o 2 4 ja la semana DEMANDA DE LAVADOS DEL AUTOMOVIL DE JAMES Precio $ por lavado) 4 Lavados del automovil ° 2 3 4 eal mes La demanda del mercado: agregacién de las curvas de demanda de los individuos Una vez que hemos visto de dénde proceden las curvas de demanda de los individuos, estamos ya en condiciones de ver cOmo se agregan para obtener la curva de demanda del mercado. Para ‘Simplificar el andlisis consideremos para mayor sencillez el caxo de un mercado de un bien —para ser mas concretos, pensemos de nuevo en el alojamiento— que esté formado inicamente pot dos consumidores potenciales. Dadas las curvas de demanda de alojamiento de cada uno de ellos, gc6mo obtenemos la curva de demanda del mercado? En la Figura 4.15, D, y D, repre- Sentai las curvas de demanda de los consumidores 1 y 2, respectivamente. Para obtener Ia cur va de demanda del mercado, comenzamos tomando un precio —por ejemplo, 48 el metro cuadrado— y sumando las cantidades demandadas por cada consumidor a ese precio. Esta suma, 6 metros cuadrados semanales + 2 metros cuadrados semanales = 8 metros cuadrados se- ‘manales, es la cantidad total demandada de alujamiento en el mercado a 4§ el metro cuadrado. ‘A continuacién representamos el punto (8, 4), que es uno de los pares de cantidad y precio, en a curva de demanda de mercado D del panel de la derecha de la Figura 4.15. Para obtener otros puntos de la curva de demanda del mercado repetimos simplemente este procedimiento con otros precios. Asi, por ejemplo, el precio 8S el metro cuadrado corresponde a una cantidad de 4 +0 = 4 metros cuadrados semanales en la curva de demanda del mercado de alojamiento. Aplicando este procedimiento a otros precios, obtenemos toda la curva de demanda del mer~ ‘cado, Obsérvese que cuando los precios son superiores a 8$ el metro cuadrado, el consumi- MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 103 FIGURA 4.15 La cuva de demanda del tercado la D det panel de la derecha) fa uma horizontal de las curvas de ddemanda de los Individues: la 0, (panel de la Ipauinnds)y la 9, (panel central. Exeurio 44 ORTENCION DE LA CURVA DE DEMANDA A PARTIR DE LAS DEMANDAS DELUS INDIVIDUOS Precio por metro cuadrado) Precio por metro cuadrado). Precio ($ por mettaevadrado) o 24680 0 2468 vu p46 81012 Cantidad (metros Cantidad (metros Cantidad imetos ‘euadrados semanales) _cuadrados semanales) ‘euadrados semanales) dor 2 no demanda ningtin alojamiento, por lo que en este caso la curva de demanda del mercado es idéntica a Ia curva de demanda del consumidor 1. 10s ‘ese precio se denomina sma horizontal. Se realiza de la misma manera independientemente de que s6lo haya dos consumidores en el mercado 0 muchos millones. Tanto en los grandes ‘mereados como en los pequefios, la curva de demanda del mercado es la suma horizontal de las curvas de demanda de los individuos. En el Capitulo 2 vimos que a menudo resulta mas facil obtener soluciones numéricas ‘cuando las curvas de demanda y de oferta se expresan algebraicamente que cuando se expresan grificamente. Del misiny modo, a menudo es mais comodo agregar algebraicamente las curvas de demanda de los individuos que agregarlas gréficamente. Cuando se utiliza el método alge braico, es frevuente cometer el error de sumarlas verticalmente en lugar de horizontalmente. Bastard un sencillo ejemplo para ver este peligro claramente. ‘Smith y Jones son los unicos consumidores en el mercado de ‘hayas jvenes en una pequefa ciu- dad de Vermont. Sus curvas de demanda vienen dadas por P = 30-2Q, y P = 30 ~ 0, don- de Q, y U, son las cantidades demandadas por Jones y Smith, respectivamente, ;Cudl es la cur. va de demanda de mercado de hayas jévenes de su ciudad? 5 Cuando sumamos horizontalmente las curvas de demanda, no simamos precios sino: Cantidades. Por lo tanto, es necesario despejar primero en las ecuaciones de demanda de Jos individuos las cantidades respectivas en funcidn del precia. Siguiendo ese procedi mento, tenemos que Q, = 15 — (P/2) en el caso de Jones y Q, = 10 ~ (P/3) en el de Smith, Si la cantidad demandada en el mercado es Q, tenemos que Q= 0, + Q,=15~(P/2) + + 10—-(P/3) = 25 — (SP/6). Despejando P, obtenemos ta ecuacién de la curva de deman- da del mercado: P = 30 — (60/5), Podemos verificarfécilmente que esta es la ci va de de manda dei mercado correcta sumando gréficamente las curvas de demanda de los indi viduos, como en la Figura 4.16. El error habitual es sumar las funciones de demanda tal como se formulan inicialmente ¥ despejar P en funcién de Q. De'esa manera, en este ejemplo uendrfamos que P = 30 ~ (52/2), que evidentemente no es la curva de demanda de! mercado que estamos buscando, 104 FIGURA 4.16 Cuando sumamos Algehraicamnte las ‘curvas de demanda de ls individuos, ‘debernos asegurarnos de que 1: Una reucin del precio eleva el gato S/n biel reco rece | 1], = 1: gosto total aleanza un valor maximo 1) <1: Una reduceién del precio reduce el gasto total; J sai dl preci lo eva ¥y aumenta hasta alcanzar un valor méximo cuando la cantidad se encuentra en el punto medio {de la curva de demanda (punto M del panel superior). La elasticidad-precio correspondiente a esa cantidad es igual a uno. Traspasado el punto medio, el gasto total disminuye conforme au- menta la producci6n, alcanzando el valor cero en la cantidad correspondiente a la abscisa en el origen de la curva de demanda, La curva de demanda de transporte en autobiis de una pequefa ciudad viene dada por P = 100 = (QI10), donde P es el billete por viaje en centavos y Q es el ntimero de viajes que se compran cada dia. Si el precio es de 50 centavos el viaje, geudntos ingresos obtendrd diariamente la em presa de autobuses? Bneste caso, la pendiente se halla utlizando la férmala 100-(Q/10).. MICROECONOMIA Y CONDUCTA U3 ‘Acun precio de 50'centavas, la empresa acta ‘en el punto medio de su curva de de- ‘manda, Si en lugar de 50 centavos, cobrara 75, estarfa actuando por encima del punto me- dio. Mas concretamente, se encontraria en la mitad del segmento que une el punto medio. y fa ordenada en el origen (punto K de la Figura 4.24). La cantidad seria de 250 viajes diarios solamente y la elasticidad-precio, —3 (calculada. por ejemply, utilizauido el wo Cente entre los segmentos lineales EX y el KA). Actuando en un punto eldstico de su cur- va de demanel, a euupresa poutia aurttentar ef ingreso total bajando el precio. Determinantes de la elasticidad-precio de la demanda Qué factores determinan la magnitud de Ia elasticidad-precio de Ia demanda de un producto? Para responder a esta pregunta, resulta til basarse primero en el andlisis del efecto-sustitucién y el efecto-renta, que concede un papel primordial a los siguientes factores: FIGURA 4.28 ‘Aun precio de 30 centavos el vai, la empresa de Autobuses maximiza su ingreso total. Aun precio de 75, centavos, la ‘demands ae elsstica con respecto al precio, por lo que la fempresa puede umentar su ingeso total bajando ef preci. + Las posibilidades de sustitucién, El efecto-sustitucién de la variacién de un precio tiende a ser pequefto cuando los bienes no tienen sustitutives cereanos. Consideremos, por ejemplo, ‘el caso de la vacuna antirrébica. Las personas que son iioididas por animales rabiosos no pueden sustituir esta vacuna por otra, por lo que su demanda tiende a ser muy inelistica. He- mos visto que lo mismo yourria cou un bien como la sal. Pero consideremos ahora la de- manda de una determinada marca de sal, por ejemplo, Morton's. A pesar de los anuncios Publicitarios de los fabricantes de sal, las marcas de sal son mas 0 menos sustitutivos per- fectos. Como el efecto-sustitucién entre marcas especificas de sal es grande, la subida del precio de una de ellas deberia reducir acusadamente la cantidad demandada de la misma. En ‘general, el valor absoluto de la elasticidad-precio aumenta si existen sustitutivos atractivos. + Proporcion del presupuesto. Il etecto-renta de la variacién de un precio es més impor- tante cuanto mayor sea la proporcién que represente el producto dentro del gasto total. Al- ‘gunos bienes como la sal, las gomas eldsticas, el papel de celofiin y muchos otros repre- sentan una proporcién tan pequeria de los gastos totales que probablemente el efecto-renta de la variacién del precio de estos bienes es inapreciable en el caso de la mayoria de las personas. En cambio, es probable que el efecto-renta de la subida del precio de algunos bbienes como la vivienda y la educacién superior sea realmente grande. En general, cuan- ‘to menor es Ja proporcién que representa un bien dentro del gasto total. menos eléstica seré la demanda, A DEMANDA DE TRANSPORTE EN AUTOBUS, Precio (centavos por viaje) 10044 75 50 2s Cantidad viajes davis) 0250 500 750 1.000 14 FIGURA 4.25 Cuanto mas tempo tengan los ‘ndividvos, mas fic pe que ulicen productos Sustitutivos, por fo ‘que el efecto que producen las Sloracianes de a ‘oferta en el precio siempre es mis extrema 3 cono plazo que a largo plava, CAPITULO 4: LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO + Sentido del efecto-renta. Un factor estrechamente relacionado con el anterior es el sen- tido —positivo o negativo— de su efecto-renta, Mientras que la proporcién que representa un bien dentro del presupuesto nos indica si es probable que el efecto-renta de la variacién del precio sea grande 0 pequeiio, el sentido del efecto-renta nos dice si contrarrestaré el efecto-sustitucién o lo reforzard. Asf, por ejemplo, un bien normal tender a tener una elasticidad-precio més alta que un bien inferior, mantenigndose todo lo dems constante, ya que el efecto-renta refuerza el efecto-sustitucién cuando el bien es normal pero lo con- trarresta cuando es inferior. + Fi tiempa Fn nnestro andlisis de In demanda del individuo no nos ocupamos explicita- mente del papel del tiempo. Sin embargo, éste también influye significativamente en las respuestas de los individuos a las variaciones de los precios. Consideremos, de nuevo, las subidas del precio del petréleo registradas en los affos setenta. Una de las respuestas del consumidor que se encuentra ante una subida del precio de la gasolina es simplemente utilizar menos el automévil. Pero muchos de los motivos por los que se utiliza el auto- mévil forman parte de un patrén mas general y no pueden abandonarse ¢ incluso ni si uiera alterarse muy deprisa. Por ejemplo, una persona no puede dejar simplemente de ir a trabajar. Puede reducir el tiempo que tarda en llegar al trabajo poniéndose de acuerdo con otras personas para ir en el mismo automévil o comprando una vivienda més cerca de donde wabaja. Tanbién puede reducir su cousumy de gasolinta caunbiaudy el automovil que tiene por otro que consuma menos. Pero todas estas medidas llevan tiempo, por lo que la demanda de gasolina seré mucho més eléstica a largo plazo que a corto plazo. En la Figura 4.25 se contrastan los efectos a conto y largo plazo de un desplazamiento de Ta oferta en el mercado de gasolina. El punto inicial de equilibrio, A, se ve alterado por una re- duccién de la oferta de Sa". A corto plazo, sube el precio a F;, = 1,40S el tro y disminuye la cantidad a Q,, = 5 millones de litros al dia. La curva de demanda a largo plazo es més eldstica ‘que la curva de demanda a corto plazo. Por lo tanto, cuando los consumidores tienen més tiem- ‘po para adaptarse, los efectos producidos en el precio tienden a moderarse mientras que los efectos producidos en la cantidad tienden a agrandarse. Asi, el nuevo equilibrio a largo plazo se alcanza en la Figura 4.25 con un precio de P,, = 1,208 el litro y una cantidad de Q,, = 4 mi- Hones de litros al dia, El caso del gas natural de uso doméstico constituye un ejemplo extremo de la diferencia en- tre los valores de la elasticidad-precio a corto plazo y a largo plazo. La elasticidad-precio de este producto s6lo es de ~0.1 a corto plazo. pero a largo plazo llega a ser nada menos que de LAELASTICIDAD-PRECIO ES MAYOR A LARGO PLAZO QUE A CORTO PLAZO P 6S porto) Py 14 Pe 212 w Dy Cantidad (millones e de livos a aia) MICROECONOMIA Y CONDUCTA 1s 10,7 Esta diferencia se debe al hecho de que una vez que el consumidor ha elegido los apa- ratos para la calefaccién y para la cocina, esta casi atrapado a corto plazo. No va a cocinar el arroz en s6lo 10 minutos tinicamente porque haya subido el precio del gas natural. Sin embar- 0, a largo plazo puede cambiar y cambia de combustible cuando varian significativamente los precios relativos. La dependencia de la demanda del mercado con respecto a la renta EjeMpLo 4.7 Como hemos visto, a cantidad demandada de un bien por parte de una persona depende no sélo de su precio sino también de Ia renta de esa persona. Dado que la curva de demanda del mer- cado es la suma horizontal de las curvas de demanda de los individuos, naturalmente también influird en ella la renta de los consumidores. En algunos casos, basta conocer el nivel medio de renta del mercado para explicar totalmente la influencia de la renta en la demanda del mercado. Por ejemplo, este serfa el caso si todos los consumidores del mercado tuvieran las mismas pre ferencias y la misma renta, in embargo, en la practica un nivel medio dado de renta en un mercado a veces da lugar a demandas de mercado diferentes dependiendo de como esté distribuida la renta entre las per- sonas. Bastard un sencillo ejemplo para comprenderlo, En el mercado de alimentos hay dos consumidores, A y B. Sus gustos son idénticos y ambos tie~ rnen el mismo nivel iniclal de renta, 1208 semanales. Si su curva de Engel de alimentos es la EE de la Figura 4.26, 1, Ejemplos normales son las joyas caras y los viajes al extranjero. Los bie~ nes inferiores son aquellos cuya e < 0. Los bienes cuya é= I tienen curvas de Engel que son li- neas rectas que parten del origen, como la EE de la Figura 4.29a. La Figura 4.29 muestra las curvas de Engel del mercado de bienes de lujo, bienes necesarios y bienes inferiores. La formula de la elasticidad-renta de la Ecuaci6n 4.5 es fécil de interpretar geométricamente si se expresa de la siguiente manera: Oy (46) El primer factor del segundo miembro de la Ecuaci6n 4,6 es simplemente el cociente entre la renta y Ia cantidad en un punto de la curva de Engel. Es la pendicnts de la linea trazada desde ol origen (un rayo) hasta ese punto. El segundo es la inversa de la pendiente de la curva de Engel en ese punto. Si la pendiente del rayo es superior a la pendicnte de la curva de Engel, cl producto de estos dos factores debe ser mayor que I (el caso del bien de Iujo). Si es menos inclinada, e sera ‘menor que 1, perv positive, siempre que la pendiente de la curva de Engel sea positiva (el caso del bien necesario). Por lo tanto, para distinguir entre la curva de Engel de los bienes necesarios y la de los bienes de Iujo, lo que importa no son las pendientes de las propias curvas de Engel sino su relacién con las pendientes de los rayos correspondientes. Por tltimo, si la pendiente de la curva de Engel es negativa, € debe ser menor que cero (el caso del bien inferior). * Uilizando el método basado en el edleulo, a férmula correspondiente es = (Y/Q\tdQUAN, © Obsérvese que un bien inferior tambien satisfac la definicion de bien necesaro, U8 ‘CAPITULO 4; LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO. ‘CURVAS DE ENGEL DE DIFERENTES TIPOS DE BIENES Renta medi. Renta media (8 semansles) (8 semanales) Bien necesario (e< 1) 2Me Bien de lujo(e > 1) My Bien inferior <0) @ a FIGURA 4.29 (a) El bien cuya curva de Engel se muestra en la figura tiene una elasticidad-renta de 1. Fra el caso de esas hienes, ‘una varacion proporcional dada de la venta provoca la misma variacién proporcional de la cantidad demandada, ‘si, cuando larenta media se duplica, pasando de M, a 2M, también se duplica la cantida demandada, pasando {Ue Q, 4 20, (U Las curvas Ue Engel muestra que el! consurfo aumenta en una proporcion mayor que la rena ‘andi e! bien es de lujo y en una proporcién menor cuando es un bien necesatia que disminuye al aumentar la renta en el caso de los bienes ineriores. APLICACION: PREDICCION DE LAS TENDENCIAS FCONOMICAS, Si la elasticidad-renta de la demanda de todos los bienes y los servicios fuera 1, la com posicidn del PNB seria totalmente estable a lo largo del tiempo (suponiendo que la tecno- logfa y los precios relativos no varian). Se dedicaria la misma proporeién a los alimentos, a los viajes y a las prendas de vestir y, de hecho, a todas y cada una de las categorias de consumo. Sin embargo, como muestran las cifras del Cuadro 4.5, las elasticidades-renta varfan sig- nificativamente de unas categorias a otras. Y es ahi donde se encuentra uns de las aplicaciones ‘més importantes del concepto de elasticidad-renta, a saber, la prediccién de la composicién de Jos patrones futuros de compra. Desde los tiempos de la revolucign indusial, el poder adgui- sitivo real per c4pita ha crecido alrededor de un 2 por 100 al aifo, Nuestro conocimiento de las, diferencias entre las elasticidades-remta nos permite predecir en qué se diferenciaran los patro- nes de consumo del préximo siglo de los actuales. Asi, por ejemplo, una creciente proporcidn del presupuesto del consumidor se dedicara a bienes como comidas en restaurantes y automéviles, mientras que cada vez sera menor la que se dedique a tabaco, combustible y electricidad. Y si las estimaciones de Ia elasticidad son co- rrectas, las cantidades absolutas gastadas por persona en margarina, productos derivados del cer- do y transporte piiblico serén considerablemente menores en el proximo siglo que en la actua- lidad, Las elasticidades-precio cruzadas de la demanda La cantidad que se compra de un bien en el mercado depende nv silo de su precio y de las ree tas de los consumidores sino también de los precios de los bienes relacionados con él. La elas ‘icidad-precio cruzada de la demanda es la variacion porcentual que experimenta la cantidad. demandada de un bien cuando varfa el precio del otro un 1 por ciento. En términos mas gene- MICROECONOMIA Y CONDUCTA Hg pporcentual de la cantidad demandada de un bien provocada por una variacién del precio del otro de tun I por 100, CUADRO 4.5. ELASTICIDADES-RENTA DE LA DEMANDA DE ALGUNOS PRODUCTOS" Bien o servicio Elasticdad-renta ‘Automéviles 246 Muebles 148 CComidas en restaurantes 140 ‘Agua 102 Tabaco 064 Gasolina y petroleo 048 Hlectrcidad 020 Margarina 020 Productos porcinos 020 Transporte pablico 0,36 * Estas estimaciones proceden de H. S. Houthakker y Lester Taylor, Consumer Demand in the United States: Analyses and Projections. ‘Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1970, 2.*ed.;L. Taylor y R. Halvorsen, «Energy Substitution in U.S. Manufacturings, Review of ‘Economics and stanstics, noviembre, 19/7; H. Wold yt. jureen, De- ‘mand Analysis, Nueva York, Wiley, 1953. rales, dacs dos bienes cualesquiera, X y Z, la elasticidad-precio cruzada de la demanda se de- fine de la forma siguiente’: AQ; 10x. Ne Ne IP, a7) donde AQ, es una pequefia variacién de Q,, la cantidad de X, y AP, es una pequefia variacién de P,,el precio de Z. ty, mide la respuesta de la cantidad demandada de X a una pequefia variacién del precio de Z. AA diferencia de la elasticidad de la demanda con respecto al propio precio, que nunca es mayor que cero, la elasticidad-precio cruzada puede ser positiva 0 negativa. X y YZ son co plementarios Si Nz <0. Son sustitutivos Si Nz > 0. Por lo tanto, una subida del precio del jamén reducird no s6lo la cantidad demandada de ese bien sino también la demanda de huevos, ya que el jmén y los huevos son complementarins. En cambio, una suhida del precio del café tende- ra elevar la demanda de t&. El Cuadro 4.6 muestra las estimaciones de la elasticidad-precio cruzada de la demanda de algunos pares de productos. Exercicio 4.7 {Seria la elasticidad-precio cruzada de la demanda positiva o negativa en el caso de los si- uientes pares de bicnes: (a) manzamas y naranjas, (b) billetes de avién y neumiticos de *auutomévil, (c) equipos y programas informéticos, (d) plumas y papel, (¢) plumas y ldpices? Uilizando el método basado en el céleulo, la expresin correspondiente es ny, = (P/O, MdQ,laP,). 120 Resumen CAPITULO 4: LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO CUADRO 4.6. _ELASTICIDADES-PRECIO CRUZADAS DE ALGUNOS PARES DE PRODUCTOS" Bien o servicio Bien o servicio cuyo precio varia. __Elasticidad-precio cruzada Mantequilla Margarina 4081 ‘Margarina Mantequilla 40,67 Gas natural Fuel oil 40,44 Vacuna Porcine 40,28 Electricidad Gas natural 40,20 eporeimiento Alimentos -o72 Cereales Pescado fresco -0,87 * Procedente de H. Wold y L.Jureen, Demand Analysis, Nueva York, Wiley, 1953; L. Taylor y R. Halvorsen, «Energy Substitution in U.S. Manufacturing», Review of Economics and Statistics, noviembre, 1977; €.T. Fujii etal, »An Almost Ideal Demand System tor Visitor Expenditures, Journal of Transport Economics and Policy, 19 de mayo de 1985, pigs. 161-171; y A. Deaton, «Estimation of Own- and Cross-Price Elasticities from Hou- shold Survey Datae, Journal of Econometrics, 36, 1987, pigs. 730. El tema del que nos hemos ocupado en este capitulo es la respuesta de la demanda del consu- midor y de la demanda del mercado a las variaciones de los precios y la renta. Para obtener la ‘curva de demanda de un bien especifico X por parte de un consumidoy, primero trazamos la cu ‘va precio-consumo en el grafico habitual de curvas de indiferencia. La CPC es la linea de ces- tas Gptimas que se observa cuando varfa el precio de X y se mantienen constantes tanto la ren- ta como las preferencias. A continuacién se representan los pares de precio y cantidad relevantes de la CPC en otro grafico y se obtiene Ia curva de demanda del individuo. El instrumento anélogo a la CPC en el caso de la renta es la curva renta-consumo o CRC, que se construye también a partir del grafico habitual de curvas de indiferencia, La CRC es la Iinea de cestas éptimas que se observa cuando varfa la renta del consumidor y se mantienen cconstantes las preferencias y los precios relativos. La curva de Engel es el instrimento andlogo ‘ala curva de demanda del individuo en el caso de la renta, Se obtiene representando los pares relevantes de renta y cantidad de la CRC en otto grifico. Los bienes normales son aquellos que el consumidor compra en mayor cantidad cuando au- menta la renta y los bienes inferiores son aquellos que compra en menor cantidad. El efecto total de la variacién de un precio puede descomponerse en dos efectos distintos: (1) el efecto-sustitucién, que indica la variacién que experimenta la cantidad demandada cuan- do la variacién del precio hace que los bienes sustitutivos parezcan més o menos atractivos: y (2) el efecto-renta, que indica la variacién que experimenta la cantidad demandada como con- secuencia de la variacién del poder adquisitivo real provocada por la variacién del precio. Fl ‘efecto-sustitucién siempre varia en sentido contrario al precio: las subidas [reducciones] del pre- cio siempre reducen {aumentan] la cantidad demandada. Cuando Ios hienes son normales, el efecto-renta también varia en sentido contrario al precio, por lo que tiende a reforzar el efecto- sustitucién. Cuando los bienes son inferiores, el efecto-renta varia en el mismo sentido que el precio y, por lo tanto, tiende a contrarrestar el efecto-sustitucién. El hecho de que el efecto renta y el efecto sustitucién varfen en sentido contrario cuando los bienes son inferiores sugiere la posibilidad de que exista un bien Giffen, es decir, un bien que se ‘compre en mayor cantidad cuando sube su precio. No hay ningtin ejemplo documentado que demuestre la existencia de bienes Giffen, por lo que, a menos que se especifique lo contrario, en este libro adoptamos la convencién de que todus los bienes se denmandan en menor cantidad cuando sube su precio. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 121 Los bienes en cuyo caso las decisiones de compra responden més al precio tienden a ser aquellos que tienen grandes efectos-renta y sustitucidn que actan en el mismo sentido. Asi, por ejemplo, un bien normal que represente tina elevada proporcién de los gastos totales y del que cexistan muchos sustitutivos directos e indirectos tender4 a responder significativamente a las va- riaciones del precio. Para muchos consumidores, la vivienda es un ejemplo perfecto de un bien de ese tipo. Los bienes menos sensibles a las variaciones de Ios precios son aquellos que re- presentan una parte muy pequeita del presupuesto y cuyas posibilidades de sustitucién son muy escasas. Para la mayoria de las personas, la sal tiene estas dos propiedades. Fisten das técnicas equivalentes para hallar las curvas de demanda del mercada a parti de Jas curvas de demanda de los individuos. La primera consiste en representar gréficamente éstas “ltimas y sumarlas horizontalmente. El segundo método es algebraico y consiste en despejar primero los valores de las Q respectivas en las curvas de demanda de los individuos, sumarlos ¥y despejar, por viltimo, P, en la suma resultante. ‘Un concepto analitico fundamental en 1a teoria de la demanda es la elasticidad-precio de la demanda, que es un indicador de la sensibilidad de Ins decisiones de compra a las pequefias va- riaciones del precio. En términos formales, se define como la variacién porcentual de la canti- dad demandada derivada de una variacién del precio de un 1 por 100. Se dive que los bienes cuya clasticidad es, en valor absoluto, mayor que 1 son elésticos; los bienes cuya elasticidad es, en valor absoluto, menor que 1 son inelisticus, y lus bieues cuya elasticidad es, en valor abso- luto, igual a 1, son de elasticidad unitaria. ura importante relaciOn es la que existe entre Ia elasticidad-precio y la influencia de la va~ riacién de un precio en el gasto total. Cuando la demanda es elistica, la reduccién de un precio eleva el gasto total; cuando es ineldstica, el gasto total disminuye cuando baja el precio. Cuan- do la demanda es de elasticidad unitaria, el gasto total alcanza su valor méximo. El valor de Ia elasticidad-precio de la demanda de un bien depende de cuatro grandes fac- tores: las posibilidades de sustitucién, la proporcién presupuestaria, el sentido del efecto-renta y el tiempo, (1) Las posibilidades de sustitucién, Cuanto mayor sea la facilidad con que los con- sumidores puedan sustituir unos bienes por otros, mas eldstica serd 1a demanda. (2) La pro- porcién presupuestaria. Los bienes que representan una elevada proporcion de los gastos tota- les tienden a tener una mayor elasticidad-precio. (3) Sentido del efecto-renta. Manteniéndose todos los dems factores constantes, os bienes inferiores tienden a ser menos elésticos con res- pecto al precio que los normales. (4) El tiempo. Los habitos y los compromisos existentes li- ‘itan el grado en que los consumidores pueden responder a las variaciones de los precios a cor- to plazo, La elasticidad-precio de la demanda tiende a ser mayor cuanto més tiempo tienen los, consumidores para adaptarse. Las variaciones del nivel medio de renta de un mercado generalmente desplazan ta curva de demanda del mercado. La elasticidad-renta de la demanda del bien X se define igual que la elas- ficidad-precio. Fs la variacién porcential que experimenta Ia canticad cuando la renta varfa un 1 por 100. Los bienes cuya elasticidad-renta de Ia demanda es superior a cero se denominan bie- nes normales: los bienes cuya elasticidad-renta de la demanda es menor que 0 se denomi- nan bienes inferiores: los bienes cuya elasticidad-renta de la demanda es mayor que 1 se denominan bienes de lujo; y los bienes cuya elasticidad-renta de la demanda es menor que I se denominan bienes necesarios. Cuando los bienes son normales, el aumento de la renta des- plaza hacia la derecha la demanda del mercado; y cuando son inferiores, la desplazan hacia la izquierda. En el caso de algunos bienes, no s6lo es importante como determinante de la de- ‘manda del mercado su valor medio de la renta sino también su distribucién, La elasticidad-precio cruzada de la demanda es un indicador de la sensibilidad de la cantidad detanduda de un bien a una peyuefia variaci6n de los precios del otro. En términos formales, es la variacion porcentual de la cantidad demandada de un bien provocada por la variacién del pre- cio del otro de un 1 por 100. Si la elasticidad-precio cruzada de la demanda de X con respecto al precio de Z es positiva, X y Z son sustitutivos; y si es negativa, son complementarios. Para re- 122 CAPITULO 4: LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR ¥ DEL MERCADO cordar las formulas de las distintas elasticidades —con respecto al propio precio, cruzada y ren- ta— a muchas personas les resulta titi observar que cada una es la variacién porcentual de la cantidad dividida por la variacién porcentual del factor causal correspondiente. En un apéndice de este capitulo (véase el apartado «For the Instructor» en nuestra pigina Web www:mhhe.comleconomics{frank4) se examinan otros temas de la teorfa de 1a demanda, entre los que se encuentran la curva de cemanda de elasticidad constante, la clasticidad-arco y la curva de demanda compensada. Temas de repaso 1, @Por qué la cantidad demandada de sal tiende a ser insensible a las variaciones de su precio? 2. {For qué la cantidad demandada de educacin en las universidades privadas es mucho més sensible (que la sal alas variaciones del precio? 43. Trace las curvas de Engel de un bien normal y de un bien inferior. 4, Cite dos ejemplos de bienes que sean inferiores para la mayorta de los estudiantes. {Puede llegar la curva precio-consumo a tener en algtin punto pendiente negativa? 6, Para hallar la curva de demanda del mercado de un producto, zpor qué sumamos horizontalmente las ccurvas de demanda de los individuos en lugar de sumarlas verticalmente? 7. Resuma la relacin entre la elasticidad-precio, la variaciones del precio y las variaciones del gasto total. 5, {Por qué no medimos la sensibilided de la demanda a las variaciones de los precios por medio de la pendiente de la curva de demanda en lugar de utilizar la expresién més complicada de la elasticidad? 9. Cuando la curva de demanda tiene forma de linea recta, :cuél es la elasticidad-precio en el punto que rmaximiza el ingreso? ‘Cree usted que la educacién universitaria tiene una elasticiddad-precio (matricula) de la demanda alta © baja? 11. {Como pueden atectar las variaciones de la distribucign de la renta entre los consumidores a la de- ‘manda de mercado de un producto? 12, Si se prevé un largo perfodo de disminucién del PNB, en qué tipo de empresas nos convendria i vers? 13, Verdadero o falso: Cuando un presupuesto se gasta totalmente en dos bienes, la subida del precio de uno necesariamente reduce el consumo de ambos, a menos que uno de los bienes sea inferior. Expli- ‘que su respuesta 414, Mike gasta toda su renta en pelotas de tenis y entradas de baloncesto. Su curva de demanda de pelo- tas de tenis es elistiva, Verdadero o falso: Si sube el precio de las pelotas de tenis, consume mas en tradas, Explique su respuesta. 15. Verdadero o falso: Si cada uno de los miembros de un mercado tiene una curva de demanda de un bien en forma de linea recta, la curva de demanda del mercado también debe ser una linea recta, Ex- plique su respuesta, 16. Suponga que gasta todo su presupuesto en dos bienes: pan y mantequilla. Si el pan es un bien inferior, también puede serlo la mantequilla? ‘MICROECONOMA Y CONDUCTA 123 Problemas 3, ‘Sam gasta 68 a la semana en zumo de naranja y zumo de manzana, El zumo de naranja cuesta 2S el ‘vaso, mientras que el de manzana cuesta 1S. Para Sam un vaso de zumo de naranja es wn sustitutivo perfecto de tres vasos de zumo de manzana. Halle la cesta semanal éptima de consumo de zumo de naranja y zumo de manzana de Sam, Suponga que sube el precio det zumo de manzana a 25 el vaso, ‘mientras que el del zumo de naranja no varia. ;Cudnta renta adicional necesitaria Sam para consumir su cesta inicial de consumo? ‘Sruce tiene la misma rena y se entrenta a los mismos precios que Sam, pero para el un vaso de zumo de naranja es un susttutivo perfecto de un vaso de zumo de manzana. Halle la cesta éptima de con- sumo de Bruce. ;Cudnta renta adiclonal necesitarfa Bruce para poder consumir su cesta inicial de con- sumo cuando se duplica el precio del zumo de manzana? ‘Maureen tiene la misma renta y se enfrenta a los mismos precios que Sam y Bruce, pero para ella un ‘vaso de zummo de naranja y un de zumo de manzana son complementarios perfectos. Halle la cesta 6p- tima de consumo de Maureen, ;Cudnta renta adicional necesitarfa Maureen para poder consumir su cesta inicial de consumo cuando se duplica el precio de! zumo de manzana? El mercado de limonada tiene 10 consumiidores potenciales, cada uno de los cuales tiene la curva de demanda P = 101 ~ 100, donde P es el precio en délares por vaso y Q, es el niimero de vasos de- ‘mandado a la semana por el consumidor /-ésimo, Halle la curva de demanda del mercado utilizando €l dlgebra. Represente la curva de demanda individual y Ia curva de demanda del mercado. ;Cual es Ia cantidad demandada por cada consumidor y en e1 mercado en su conjunto si el precio de la limo- nada es P = 18 el vaso? 4) Halle la elasticidad de la curva de demanda P ~ 60 0,50 correspondiente a P ~ 10. 1) Sila curva de demanda se desplaza en paralelo hacia la derecha, ,qué ocurte con la elasticidad en P=10? CConsidere la curva de demanda Q = 100 ~ 50P. a) Represente la curva de demanda e indique qué segmento es elistico, cudl inelistico y cual de elas- ticidad unitaria b) Sin hacer més céleulos, indique en qué punto de la curva se maximizan los gastos en los bienes y explique la légica en la que se basa su respuesta. . Suponga que la demanda de uso del puente Golden Gate es Q = 10,000 ~ 1,000P, a) Sil peaie (P) es de 28, zcusinto ingreso se recauda?? ) {Cual es la elasticidad-precio de la demanda en este punto? ©) ;Pueden aumentar los responsables del puente sus ingresos modificando su precio? 4) El Red and White Lines, ferry que compite con el puente Golden Gate, ha instalado aerodesliza- lores que hacen mucho mas cémodo el desplazamiento en ferry. «Cémo afectaria eso a la elasti- cidad de la demanda de desplazamientos por et puente? Se eree que los gastos de los consumidores en seguridad tienen una elasticidad renta positiva. Por ejemplo, cuando aumenta la renta, la gente tiende a comprar automéviles més seguros (mas grandes ¥¥ con airbags laterales),tiende més a viajar en avién que en automévil, tiende més a hacerse revi- ‘siones médicas periédicas y tiende més a recibir asistencia sanitaria por cualquier problema que re~ vvelen las revisiones. ;Es la seguridad un bien de Injo 0 un bien necesaria? Los profesores Adams y Brown constituyen toda la demanda del mercado de ayudantes de investi- ‘gacién durante el verano en el departamento de economia, Si la curva de demanda de Adams es P = 50-20, y la de Brown P = 50 ~ Q,, donde Q, y Q, son las horas demandadas por Adams y Brown, respectivamente, ;cusl es Ia demanda de mercado de horas de investigacién en el departa- ‘mento de economia? 124 CAPITULO 4: LA DEMANDA DEL CONSUMIDOR Y DEL MERCADO 410. Suponga que al precio de 4008 se demandan 300 billetes de avién para ir de Ithaca (Nueva York) a Los Angeles (California). Ahora sube el precio a 6008 y se demandan 280 billetes. Suponiendo que Ja demanda de billetes es lineal, halle las elastcidades-precio correspondientes a los pares de cantidad ¥ precio (300, 400) y (280, 600), 11. Lacurva de demanda mensual de mercado de calculadoras por parte de los estudiantes de ingenierfa es P = 100— Q, donde P es el precio de la calculadora en délares y Q es el niimero de calculadoras {que se compra al mes. Si el precio es de 308, ;cudntos ingresos obtendrin mensualmente los fabri- ceantes dle caleuladoras? Halle Ia elasticidad-preci de la demanda de ealenladoeas.;Qué dahon harer para aumentar los ingresos? 12, (Qué precio maximizaré el gasto total alo largo de la curva de demanda P = 27-0"? 13. Un vendedor de perritos calientes se enfrenta a una curva de demanda diaria de Q = 1.800 — 15P. don- Ge P es el precio de un perrito caliente en centavos y Q es el nimero de perrios calientes que se com pran diariamente. 48) Sil vendedor venta vendiendo 300 perritos calientes al da, zeusintos ingresos ha obtenido? b) {Cual es la elasticidad-precio de la demanda de perritos calientes? ©) El vendedor quiere obtener mayores ingresos. ;Debe subir el precio de los perritos calientes 0 debe bajarlo? 4) (A qué precio obtendri unos ingresos totales méximos? 1d. Ordene los valores absolutos de las elasticidades-precio de la demanda en los puntos A, B, C, D y E de las tres curvas de demanda del gréfico adjunto. a a ao 15. Trace las curvas de Engel de los bienes siguient patillas deportivas haratas (4,096 el par), alimentos, vacaciones en Hawai, anacardos, za- 16, {Es ta elasticidad-precio cruzada de la demanda de los siguientes pares de articulos positiva 0 ne- gativa? a) Las raquetas y las pelotas de tenis. ) La mantequuila de cacahuete y Ia mermelada, ©) Los perritos calientes y las hamburguesas. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 125 #17. En 1981, X costaba 3$ y se vendieron 400 unidades. Ese mismo afto, un bien relacionado con este, el ¥, costaba 10S y se vendieron 200 unidades. En 1982, X segufa costando 38, pero s6lo se ven~ dieron 300 unidades, mientras que el precio de Y subié a 12S y solo se vendieron 150 unidades. ‘Manteniéndose todo lo dems constante y suponiendo que ta demands de X es una funcidn lineal del precio de ¥, Bstasafirmaciones sobre la disposicion a pagar slo son literalmente cies sila curva de demands + la que noe referimos s una curva de demanda compensada como la que analizamos en el apéndice del Capitulo 4 (véase el apa tdo For the Instructor en muestra pégina Web wew.mihe comleconomicsifranks). Sila curva de demand mostrada fae ‘wut curva de demanda orinarla del tipo que hemos Vendo utlrando, nos dita que el consumidr esara dspues- to. comprar I unidad a un precio de 148, 2 unidades a un precio de 13S, etc. A partir de esto no seria estictamente ‘carrete llegar Ta coaclusin de que una vez pagadoc 148 por la primera unidad, cl consumidin esas dispucsi Ba tar otros 138 por la segunda, Si el efeco-renta dela demands del bien ex positvo, el hecho de que el consumidor sea sore 14S mis pobre que antes significa que estara dispuesto a pagar algo menos de 138 por la segunda vidal Pero ‘como los efectos-renta de la mayoria de los bienes son pequetios, generalmente seré una aproximacién aceptable me dire excedente del consumidor wilizando la curva de demanda ordinaria, En un aniculo que se cita con mucha f= ccucucia, Rubext Willig ostiene que cl metodo de la curva de demanda cast stempre da un resultado que se aproxima bastante al verdadero valor de ls beneficios del consumidor. VéaseR. Willig, «Consumer Surplus Without Apology’, American Economie Review, 66, 1976, pigs 589-507, 136 FIGURA 5.5 A2$ ello, e! excedente del ‘consumior ens ‘epresentado pore ‘rea del triéngulo AEF. A3$ lit, el ‘excedente de ‘Consus reduce al rea del twdngulo ACD. La pérdida de excedente ‘el consumidores Ia thferencia ene ene dos areas, que ese Srea de la tesion sombreada, CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL ¥ DE LA DEMANDA PERDIDA DE EXCEDENTE DEL CONSUMIDOR DERIVADA DE UNA SUBIDA DEL PRECIO DEL PETROLEO P&S por lito) Pérdida de excedente del consumidor Gasolina (itros semanas) ‘correspondiente al precio de 2S el liro esid representado por el rea del tridngulo AEF de Ja Figura 5.5, EC = 1/2(10—2)8 = 325 semanales. Tras la subida del precio, su consumo EC’ = 1/2(10 ~ 3)7 = 24,508 semanales. Su pérdida de excedente del consumidor es la di- Ferencia entre estas dos areas, que es el rea del apezoide DEEP. evs santeeade de. ta Figura 5.5. Esta Srea es igual a BC —EC"= 3224.5 = 7.508 semanales, Exercicio 5.1 {Cuno disminuria el excedente del consumidor de} Ejemplo 5.1 si el precio‘de la ga- Solina subiera de 38 el litro a 4S? APLICACION: FIJACION DE UN PRECIO DE DOS TRAMOS, Ejempto 5.2 El razonamiento econémico sugiere que un comprador y un vendedor realizarén un intercambio voluntario si y s6lo si mejora el bienestar de los dos. Por lo que se refiere al comprador, pode- ‘mos decir que la disposicién a realizar un intercambio depende de que espere recibir un exce- dente del consumnidor como consecuencia de la transaccién. La teoria econémica no nos dice mucho sobre la manera en que se reparten las ganancias derivadas del intercambio entre el comprador y el vendedor. A veces el comprador tiene més poder de negociacidn, lo que le permite obtener Ia mayor parte de las ganancias. Otras, sus op- cones son més limitadas y, en este caso, es probable que su excedente del consumidor sea me- nor. De hecho, como muestra el ejemplo siguiente, el vendedor a veces puede idear una estra- tegia para fijar los precios que capture ‘odo el excedente del consumidor. ¢Por qué algunos clubs de tenis cobran una cuota anual a los socios ademés de una tarifa por hora por tas pistas? ©: Unhelit de'ténis alquila sus pistas por 258 por persona y hora, La Figura 5.6 muestra ia * curva'de demanda de tiempo de pista por parte de John, P = 50— 1/40, medida en horas ~ * anitales. Suponiendo que no hay ningtin otro club de tenis en la ciudad, {cust es la cuota * anual maxima que estaria dispuesto a pagar John para tener derecho a comprar tempo de > pista por 255 la hora? MICROECONOMA Y CONDUCTA 137 FIGURA 5.6 ‘Aun precio de 258 {a hora, John recibe 1.2508 al ano te frea sombreada) de fxcedente del onsumidor Alguilando tiempo de pista La cuota anual maxima que puede alae pa hacer Socio es de 12508, [CURVA DF DEMANA DE TIEMPO DE PISTA POR PARTE DE UNA PERSONA Precio ($ por hora) 5098 8 2 a > Tiempo de pista (horas anuales) o 100 200 La respuesta a esta preguntas ol excedente Uel consumidor que recibe John por poder Comprar tanto tiempo de pista como desee al precio de 25S la hora. Es igual al drea del Uwidngulo ABC de la Figura 5.6, que es EC = 1/2(50—25)100 = 1.2508 al afio. Si el club ‘cobrara una cuota ms alta, John mejoraria su bienestar no alquilando tiempo de EJERCICIO 5.2 Enel ejemplo 5.2, cual serfa la cuota anual maxima si el club cobrara solamente 208 la hhora por el tiempo de pista? * El ejemplo 5.2 aporta luz sobre muchas de las précticas de fijacién de los precios que ob- servamos en toda la economia, Por ejemplo, muchos parques de atracciones cobran una canti- dad fija por la entrada y otra por cada atraccién, Muchas compaiifas telefonicas cobran una cuo- ta mensual fija y cobran, ademas, en tuncién del niimero de llamadas realizadas. Y algunas empresas de venta por correo cobran una cuota fija por el derecho a comprar los articulos de sus tiendas o catalogos. Este tipo de sistemas de fijacidn de los precios suele denominarse fijacion de precios de dos tramos. Su efecto es transferir una parte del excedente del consumidor del comprador del producto al vendedor. Comparaciones globales del bienestar Exempto 5.3 El concepto de excedente del consumidor nos ayuda a identifivar lus beneficios (0 10s costes) de los cambios que se producen en los mercados. A menudo queremos saber si los cambios que afcctan a més de un mercado mejoran 9 empeoran el bienestar de los consumidores. En este caso, nuestro modelo de la elecci6n racional también nos permite hacer toda una variedad de titles deducciones, Veamos el siguiente ejemplo. Jones gasta toda su renta en dos bienes, el X y el Y. Los precios que pagé y las cantidades que 200.000. Y como la cesta C se encuentra en una curva de indiferencia més alta que la A, disfrutamos de un bienestar mayor que antes de la subida del precio. Como cabria esperar, cuando sube el precio de la vivienda, la respuesta mejor es comprar ‘menos unidades de vivienda y més de otros bienes. Obsérvese que estamos aislados del dato ue produce el efecto-renta de la subida del precio, ya que esta subida aumenta el valor de la vi- vienda que poseemos. Hasta ahora todo va bien, Veamos el caso que para muchos estudiantes era el més dificil, aa saber, el caso 2, en el que los precios de la vivienda se reducen a Ia mitad. Adoptando de ‘nuevo las unidades de medida utilizadas en el caso 1, tras el descenso de los precios de la vi- vienda nuestra restriccién presupuestaria es la B, de la Figura 5.9. Para hallar su ordenada en ‘SUBIDA DE LOS PRECIOS DE LA VIVIENDA Y BIENESTAR, DE LOS PROPIETARIOS DE VIVIENDAS Otros bienes Cantidad de vivienda 140 FIGURA 5.9 Cuando el precio de Ta vivienda se educe ala mitad, noes restiecion Precupuestaria se Eonvierte en 8, que tambien conten ruesra cesta inci ‘A. Como , la cesta ‘rsima de Be encuentra en una ‘curva de indiferencia ‘masala que A, el descenso del precio de la vivienda mejoca nuestro bienestar. CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA, DESCENSO DE LOS PRECIOS DE LA VIVIENDA Y BIENESTAR DE LOS PROPIETARIOS DE VIVIENDAS Otros bienes| By, Sy, Contd de vvonl el origen, obsérvese que la venta de nuestra vivienda actual ahora sélo genera 100.0008, que, cuando se suman a fos 200.0008 que ya tenemos, hacen un maximo de 300.000$ para la compra de otros bienes. Para calcular la abscisa en el origen de B,, obsérvese que cuando baja el precio de la vivienda a 100.0005, ahora con nuestros 300.000$ compramos un maximo de 3 unidades de vivienda. Dada la restriccién presupuestaria B,, la mejor cesta asequible es la D, que contiene H, > 1 unidades de vivienda y 0, < 200,000 unidades de otros bienes. Al igual que en el primer caso, la variacién del precio relativo nos lleva de nuevo a una curva de indi- ferencia més alta. Sin embargo, ahora el sentido de la sustitucién es el contrario: como ahora la vivienda es més barata que antes, respondemos comprando més unidades de vivienda y me- nos de otros bienes. Obsérvese que en ambos casos nuestra nueva restricciGn presupuestaria contiene nues- tra cesta inicial, lo que significa que tenemos que disfrutar al menos del mismo bienestar después de la variacién de los precios que antes. Obsérvese también que en ambos casos la variacién de los precios relativos significa que nuestra nueva restriccién presupuestaria contiene ccestas que se encuentran par encima de nnestra curva de indiferencia inicial, lo que permite con- seguir un resultado mejor en ambos casos. APLICACION: SESGO EN EL [NDICE DE PRECIOS DE CONSUMO El indice de precios de consumo (IPC) mide las variaciones del «coste de la vida», la cantidad que debe gastar un consumidor para mantener un determinado nivel de vida. El IPC, publicado ‘mensualmente por el Bureau of Labor Statistics, se halla calculando primero el coste de una cesta representativa de bienes y servicios durante un perfodo de referencia y dividiendo ese cos- te por el coste acluall de Ia misina vesta. Asi, por ejemplo, si cuesta 1008 comprar la cesta ve- presentativa en el periodo de referencia y 1508 comprar la misma cesta hoy, el IPC seria 1.5. Al anunciar esta cifra, los portavoces oficiales explicarfan que significa que el coste de la vida ha ‘aumentado un 50 por 100 en comparacién con el periodo de referencia. ‘Sin embargo, lo que no tiene en cuenta el IPC es que cuando suben los precios de los dife- rentes bienes en diferentes proporciones, los consumidores generalmente no compran la misma cesta de bienes que solfan comprar sino que normalmente sustituyen los bienes cuyos precios han subido més. Reasignando su presupuesto de esta forma, pueden evitar, al menos en parte, MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 141 los perjudiciales efectos de las subidas de lox precios, Como el IPC no tiene en cuenta la sus- tituci6n, tiende a sobreestimar las subidas del coste de la vida. Un sencillo ejemplo basado en el modelo de Ia elecci6n racional lo demuestra inequivo camente. Supongamos que los tinicos bienes que hay en la economia son arroz y trigo y que el consumidor representativo consume 20 kilos al mes de cada uno de cllos en el periodo de re- ferencia, Si el arroz y el trigo cuestan cada uno 1S el kilo en el perfodo de referencia, jcual seri el IPC en el periodo actual si el arroz ahora cuesta 2$ el kilo y el trigo 36 el kilo? El cos- te de la cesta del periodo de referencia a los precios de ese periodo era de 408, mientras que 1 loo precios actuales csa misma ccata ahora cuesta 1008. El IPC wana, pues, el valor de 100$/40S = 2,5. Pero jes realmente correcto decir que ahora el coste de la vida es 2,5 veces el de antes? Por poner un ejemplo extremo, supongamos que nuestro consumidor representativo consi- dera que cl arroz.y cl trigo son sustitutivos perfectos en una proporcién de uno a uno, lo que sig- nifica que sus curvas de indiferencia son rectas de 45° de pendiente negativa. En la Figura 5.10, su cesta inicial esta representada por A y su curva de mnditerencia inicial (que coincide exacta- mente con su restricciGn presupuestaria inicial) es la /,. Ahora supongamos que preguntamos ‘cunta renta necesitaria en el periodo actual para lograr el mismo nivel de satisfaccién que lo- ‘gr6 en el periodo de referencia. A los nuevos precios, la pendiente de su restriccién presu- Puestaria ya no es -1, sino ~3/2. Con una restriccién presupuestaria de esta nueva pendiente, po- dria alcanzar su curva de indiferencia inicial de una forma més barata comprando la cesta C de {a Figura 5.10. Y dado que el coste de C’a los precios actuales es de 805 solamente, podemos decir que el coste de mantener el nivel inicial de satisfaccién se ha multiplicado por 2 sola- mente, no por 2,5. En general, podemos decir que el grado en que el IPC sobreestima el coste de Ia vida au ‘menta conforme son mayores las posibilidades de sustitucién. El sesgo también es mayor ‘cuando hay mayores diferencias entre las tasas de subida de los diferentes precios. ‘SESGO INHERENTE DEL INDICE DE PRECIOS DE CONSUMO_ ‘Aroz (kilos mensuales) = Cesta ptima en el periodo actual 404 Cesta Spima en el periodo de referencia 20 Pendiente = —2 ‘igo tkitos mensuates) ° 20 0 FIGURA 5.10 Para este consumidor el arrozy el trigo son susttutivos perfectos. Cuando el precio de cada uno era de 1S el kilo {compraba 20 kilos al mes de cada uno en el periodo de referencia, lo que hacla un gasto total de 40$ al mes. Silos precios actuals del aroz y el trig son de 2$ y 38 el kilo, respectivament, el gasto necesaio para comprar la esta inicial es de 1008 al mes, EI IPC osc cociente entre eston dos pasts, 108/403 = 2,3, Peto este comsumidor puede alcanzar su curva de indiferencia inicial, ly comprand la cesta C, que cuesta solo 80S alos precios actuals. El coste de mantener el nivel inicial de Satisfaccion se ha multiplicado, pues, por 2,0 solamente, 142 CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCIGN RACIONAL Y DE LA DEMANDA FI. CAMRIO DE LA CALIDAD: {OTRO SESGO EN EL IPC? Es posible que la tarea de recoger datos sobre los precios de los bienes y servicios parezca sen- cilla, Sin embargo, en la practica es compleja debido a la existencia de descuentos, devolucio- nes y otras promociones en las que el precio real de transaccién puede ser muy distinto del pre~ cio oficial, La existencia de datos exactos sobre los precios, con todo lo importante que es, no basta para estimar los cambios del coste de la vida, También debemos tener en cuenta los cambios de Ia calidad do lo que compramoo y evo ec, desgraciadaments, mucho més complicado que medir las variaciones de los precios. Basta observar brevemnente la industria automovilistica para ver la dificultad. Segtin cl De- partamento de Comercio de Estados Unidos, en 1994 el precio medio pagado por un vehiculo huevo cra de 19.6755, lo que representa una subida del 5,1 por ciento con respecto a 1993 y de 72,8 desde 19844, Durante ese mismo periodo de 10 afios, el IPC s6lo subié un 42,6 por 100. {Significa eso que los precios de los automéviles han subido mucho mas deprisa que los de otros bienes y servicios? No necesariamente. Al fin y al cabo, los automéviles recién produ- Cidos tienen muchas caracteristicas que no tenian los modelos anteriores. Por ejemplo, mientras que alrededor del 90 por 100 de los automéviles vendidos en Estados Unidos en 1994 levaba airbags y alrededor del 40 por 100 llevaba frenos antibloqueo, casi ninguno os tenia en 1984. Aigunos articulos especiales como las lunetas térmicas posteriores y los elevalunas, eléctricos, que antes s6lo levaban los autom6viles de lujo, aumentaron més de un 50 por 100, durante esa misma década. El Departamento de Comercio calcula actualmente un IPC especial para los vehiculos de motor, que deduce el coste de esas caracteristicas adicionales en un intento de medir las varia- cones de los precios de autom6viles que tienen caracteristicas similares. Este indice s6lo subié tun 32,2 por 100 entre 1984 y 1994, es decir, alrededor de un 10 por 100 menos que el IPC global ‘Aunque estos ajustes ayudan claramente, s6lo recogen una pequefia parte de los cambios que ha experimentado la calidad de los automéviles en los gltimos afios. Por ejemplo, el IPC de los vehiculos de motor no tenfa en cuenta el hecho de que los automéviles de 1995 habjan lo- ‘grado una reduccién de las emisiones de hidrocarburos del 40 por 100 y de los éxidos de ni- ‘régeno del 60 por 100 en relacién con los automéviles de 1984, Tampoco tenia en cuenta el he- ccho de que los automéviles son mucho més fiables, seguros y resistentes a la corrosién que hace diez aio. El ritmo de mejora de la calidad de los automéviles se observa claramente comparando el .dan Honda Civie DX de 1995 —uno de los automéviles mas pequefios y baratos de la com- paiifa durante el afio de ese modelo— y el sedn Accord de la gama mas alta de Honda de 1982. ‘Ademis de tener una serie de elementos de seguridad que no se encuentran en el Accord mas, antiguo, el Civic de 1995 tiene un interior mayor; un motor més silencioso, més limpio y, sin ‘embargo, mas potente (102 caballos frente a 75); mejores ncumsticos y frenos; y una suspen- sign mucho més sofisticada. El Civic de 1995 pasaba de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos, mien- tras que el Accord de 1982 pasaba en 12,2; el Civic de 1995 consumia 6 litros de gasolina a los, 100 kilémetros, mientras que el Accord de 1982 gastaba 7,5. Mientras que el acabado del Civic de 1995 sobrevivird a seis inviernos del norte y estard casi como nuevo, el Accord de 1982, ex- puesto a condiciones similares, acababa lleno de éxido. El Accord de 1982 tenia un precio ofi- cial de venta al pblico de 8.9955, pero como habia pocos, muchos concesionarios lo vendfan por unos 10,000$. El Civie de 1995 tenia un precio oficial de 12.360 y la mayoria de los con- cesionarios lo vendian con un considerable descuento, Por lo tanto, incluso despues de trece * Los datos de este apartado proceden de Csaba Csere, 1 en A, se dice que el consu- midor muestra una preferencia temporal positiva en ese punto, lo que significa que se necesita ‘més de una unidad de consumo futuro para compensarlo por la pérdida de una unidad de con- sumo actual. $i |AC/AC,| < I en un punto, se dice que muestra una preferencia temporal ne- gativa en ese punto, Esa persona esta dispuesta a renunciar a 1 unidad de consumo actual a ‘cambio de menos de una unidad de consumo futuro. Por tiltimo, si |ACJAC\|= 1 en un punto, se dice que el consumidor tiene una preferencia temporal neutral en ese punto. Con una pre- ferencia temporal neutral, el intercambio entre el consumo actual y el futuro se produce en una relacidn de uno a uno. ‘AI igual que ocurre en el caso atemporal, parece justificado suponer que la tasa marginal de preferencia temporal disminuye conforme nos desplazamos en sentido descendente a lo largo de tuna curva de indiferencia. Cuanto més consumo actual tenga ya una persona, mayor serd la can- tidad a la que esté dispuesta a renunciar para obtener una unidad adicional de consumo futuro. Por lo tanto, para la mayorfa de nosotros la preferencia temporal sera positiva, negativa 0 neutral dependiendo de dénde nos encontremos en nuestros mapas de curvas de indiferencia. El ‘véstago de una rica familia que no pueda pedir un préstamo aportando como aval los 5.000 mi- Hones de délares que heredaré dentro de dos afios tendré con toda probabilidad una preferencia [UN MAPA INTERTEMPORAL DE CURVAS DE INDIFERENCIA G ‘Aumenco de la satisfaccion ‘ q 7 Uslizando el método del calcul, la tsa marginal de peferencia temporal viene dada por (Ja 150 FIGURA 5.16 Al igual que ocute fenel modelo aternporl, la cesta ‘de consumo intertemporal 6ptima eata Ase encuentra en la curva de indiferencia mas alta alcanzable, Eneste caso, esa fen un punto de langencia FIGURA 5.17 (a1E! consimidor paciente pospone la ‘mayor pated Consumo al futuro, (6) El consumidor Impactente consume mucho mas en el periade actual. Pero ‘en condiciones de equilbro, los dos ‘consumidores tienen Ja misma tasa marginal de referencia temporal +a ‘CAPITULO S: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL ¥ DE LA DEMANDA. LAASIGNACION INTERTEMPORAL OPTIMA temporal muy positiva, En cambio, el primitivo agricultor que no puede almacenar los ali- ‘mentos perecederos probablemente tendré una prefereucia temporal negativa tras una excelente cosecha. La distribucisn éptima cntre el cousumy actual y el consumo futuro se determina exacta- ‘mente igual que en el modelo atemporal. El constumidor selecciona un punto de su restriccién resupuestatia que correspond i la curva de indiferencia mas alta alcanzable. Si las curvas de indiferencia intertemporales tienen la forma convexa convencional, normalmente obtenemos tuna solucién de tangencia vomno la que muestra la Figura 5.16. Si la TMPI es en todos los pun- tos mayor que (o en todos ellos menor que) la pendiente de la restriccién presupuestaria, se ob- tienen soluciones de esquina, al igual que en el caso atemporal. Obsérvese que en la Figura 5.16 la tasa marginal de preferencia temporal correspondiente Ja cesta optima (C;, C,") ¢s positiva, ya que el valor absoluto de la pendiente de la restriccién resupuestaria es 1 +r > 1. En el ejemplo representado en el grafico, el consumidor tiene la ‘misma renta en cada perfodo de tiempo, pero consume algo més en el 2 La asignaci6n dptima varia, por supuesto, de unos consumidores a otros. Por ejemplo, a asignacién éptima que representa la Figura 5.17a corresponde a un consumidor cuyas prefe- rencias se inclinan mucho més hacia el consumo futuro. En cambio, la que muestra la Figu- a 5.17b corresponde a un consumidor al que le preocupa mucho més el consumo actual. Pero obsérvese que en ambos casos la pendiente de la curva de indiferencia en el punto Sptimo es la misma, En la medida en que los consumidores puedan pedir 0 conceder préstamos al tipo de in- PACIENCIA E IMPACIENCIA, G G Paciencla Impaciencla Pendiente =e G @ 150 FIGURA 5.16 Aligual que oes fen el madelo ‘temporal, [a cesta de consumo imtertemporal 6ptima (esta Ase fencuentra en la curva de iniferencia ‘nds ata alcanzable Eneite caso, esa fen un punto de tangencia, FIGURA 5.17 (21 consumdor paciente pospone la ayer pate cal Consume al futuro, (6) El consumidor Impactente consume mucho mas en el perieda actual. Paro fen condiciones de equilbro, los dos ‘consumidores tienen la misma tasa marginal de referencia temporal +e, CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA LA ASIGNACION INTERTEMPORAL OPTIMA — Pendiente sate G o cM, temporal muy positiva. En cambio, el primitivo agricultor que no puede almacenar los ali- ‘mentos pereeederos probablemente tendré una preferencia temporal negativa tras una excelente cosecha. La distribucién éptima entre el cousumo actual y el consumo futuro se determina exacta- ‘mente igual que en el modelo atemporal. El consumidor selecciona un punto de su restriccién resupuestaria que currespondda a la curva de indiferencia mas alta alcanzable. Si las curvas de indiferencia intertemporales tienen la forma convexa convencional, normalmente obtenemos luna solucién de tangeucia vomo la que muestra la Figura 5.16. Si la TMPI es en todos los pun- tos mayor que (0 en todos ellos menor que) la pendiente de la restriceién presupuestaria, se ob- tienen soluctones de esquina, al igual que en el caso atemporal Obsérvese que en la Figura 5.16 la tasa marginal de preferencia temporal correspondiente a Jacesta optima (C,", C,") es positiva, ya que el valor absoluto de la pendiente de la restriccién resupuestaria es 1 +> 1. En el ejemplo representado en el grafico, el consumidor tiene la misma renta en cada perfodo de tiempo, pero consume algo més en el 2. La asignaci6n éptima varia, por supuesto, de unos consumidores a otros. Por ejemplo, 1a asignacién éptima que representa la Figura 5.17a corresponde a un consumidor cuyas prefe- fencias se inclinan mucho mas hacia el consumo futuro. En cambio. la que muestra la Figu- 1a 5.17b corresponde a un consumidor al que le preocupa mucho mas el consumo actual. Pero obsérvese que en ambos casos la pendiente de la curva de indiferencia en el punto Sptimo es la misma, En la medida en que los consumidores puedan pedir 0 conceder préstamos al tipo de in- PACIENCIA E IMPACIENCIA G G Paciencia Impaciencia Pendiente salen Pendliente “en G @ » MICROECONOMIA Y CONDUCTA ISI EJEMPLO 5.4 FIGURA 5.18 Cuando sube el tipo se itort, la resticeién presupuestaria Intertemporal gra en tomo al punto de tari acta Siel punto de dotacisn actual (A) era éptimo i tipo de interes mas bajo, la nueva cesta ‘6ptima (D) contend tuna cantidad menor de consumo actual Yuna mayor de consume futuro. terés r, a tasa marginal de preferencia temporal correspondiente a la cesta Optima serd (1 +r) (salvo, por supuesto, en el caso de las soluciones de esquina). En el caso de las soluciones in- teriores, lo normal es que la preferencia temporal sea positiva, independientemente de las pre~ ferencias del consumidor. Convencionalmente se supone que tanto el consumo actual como el futuro son bienes nor- males, Por lo tanto, un aumento del valor actual de la renta percibida a lo largo de toda la vida elevars tanto el consumo actual como el futuro, manteniéndose todos los demés factores cons- tantes. Una persona tiene una renta actual de 100.0008 y una renta futura de 154.0008 y puede pedir y conceder préstamos al tipo r = 0,1. En estas condiciones, puede consumir exactamente su Trenta en cada pertodo. Verdadero o falso: una subida de r ar = 04 lo induciré a ahorrar par- te de su renta actual. La linea B de la Figura 5.18 es la restricci6n presupuestaria inicial. Su abscisa en el ori~ gen es el valor actual de ta renta percibida a lo largo de toda la vida cuando r= 0.1 : 100,000 + 154.000/1.1 = 240.0008. Su ordenada en el origen es su renta futura mids (1-1) muliiplicada por la renta actual: 154.0008 + (1,1)(100.0008) = 264.0008. La ces- {a Optima se encuentra en el punto A, por hipotesis, 1o que implica que Ia TMPT co- rrespondiente a A es 1,1. Cuando el tipo de interés sube a 0,4, la restriccién presu- Puestaria intertemporal es B'. Su abscisa en el origen es 100.0005 + 134,0008/1.4 = 210.0008. Su ordenada en el origen es 154.0008 + (1.4)(100.000S) = 294.000s. Como la TMP correspondiente a A es menor que el valor absoluto de Ia pendiente de Ja restriccién presupuestaria B’, el consumidor disfrutard de un mayor bienestar con- sumienido menos en ta actualidad y ms en el futuro que en A. La nueva cesta Sptima se encuentra en el punto D de la Figura 5.18. EFECTO DE UNA SUBIDA DEL TIPO DE INTERES otis) ‘Area ampliada 208 Geils) C100 210 240 152 ‘CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DELA DEMANDA ‘APLICACION: LAS HIPOTESIS DE LA RENTA PERMANENTE Y DEL CICLO VITAL Renta Permanente Valor actual de la renta percibida a lo largo de toda la vida, Los economistas supontan antes que el consumo actual de un individuo dependia principal- mente de su renta actual. Asf, por ejemplo, si un consumidor recibia unos ingresos extraordi- narios aproximadamente iguales a su renta actual, se predecia que duplicaria més o menos su consumo, Sin embargo, en Ios afios 50 Milton Friedman, Franco Modigliani, Richard Rrumberg y otros afirmaron que el modelo de la eleccién intertemporal sugiere lo contrario’. Consideremos, a modo de ilustracién, el caso de un consumidor que tienen una renta actual y nna renta Futura de 120 y que puede pedir y conceder préstamos al tipo r = 0,2. El conjunto de puntos B de la Fi- gura 5.19 es la restriccién presupuestaria intertemporal del consumidor; la cesta Sptima co rrespondiente se encuentra en el punto A. Obsérvese que la abscisa en el origen de B es el valor actual de la renta percibida a lo largo de toda la vida, a saber, 120 + (120/1,2) = 220. Obsérvese lo que ocurre cuando la renta actual de este consumidor aumenta de 120 a 240. Ahora su restriccién presupuestaria es el conjunto de puntos B" y la cesta éptima correspon- diente la D. Por lo tanto, el aumento de la renta actual eleva no s6lo el consumo actual (que pasa de 80 a 150) sino también el futuro (que pasa de 168 a 228). Como las curvas de indiferencia intertemporales muestran tasas marginales decrecientes de preferencia temporal’, general- ‘mente lo mejor que puede hacer cl consumidor es no concentrar una purle demasiado grande de su consumo en un perfodo. Repartiendo sus ingresos extraordinarios entre Tos dos perfodos, pue~ de obtener mejores resultados, Segtin la hipotesis de la renta permanente de Friedman, el principal determinante del con- sumo actual no es la renta actual sino lo que él denomina renta permanente, que en nuestro sencillo modelo de la eleccién intertemporal no es més que el valor actual de la renta percibida alo largo de toda Ia vida (tras el aumento de la renta actual de la Figura 5.19, la renta perma- nente es 240 + 120/1,2 = 340). Si pensamos que, en realidad, el futuro no estd formado por un ‘nico periodo sino por muchos, resulta evidente que la renta actual representa solamente una pequefia proporcién de la renta permanente (por ejemplo, si los periodos futuros relevantes fue- an 10, un aumento de la renta actual de un 10 por 100 sélo provocarfa un aumento de la renta permanente algo superior a un 2 por 100)". Friedman sostenfa, pues, que una variacién pro- orcional dada de la renta actual debfa provocar una variacién proporcional mucho menor del consumo actual, como hemos visto en la Figura 5.19 (la hipdtesis del ciclo vital de Modigliani y Brumberg es esencialmente la misma). FACTORES QUE EXPLICAN LAS DIFERENCIAS ENTRE LAS PREFERENCIAS La incertidumbre que rodea al futuro es una de las razones para preferir el consumo actual al consumo futuro. Por ejemplo, en los paises que estén en guerra la poblacién suele vivir como si no existiera el mafiana, como de hecho no existiré para muchas de esas personas. En cambio, Ja existencia de un clima internacional pacifico, un empleo seguro, unas redes sociales estables, una buena salud y muchos otros factores similares tienden a reducir la incertidumbre sobre el futuro, lo que explica al mismo tiempo que se dé un mayor peso al consumo futuro que al con- sumo actual * Véase Franco Modigliani y R, Brumberg, «Utility Analysis andthe Consumption Function: An Intezpretation of (Cross-Section Data», en K. Kurihara (cokmp,1, Post Keynesian Eronomirs, Votes, Allen & Unwin, 1985; y Milton Friedman, Theory ofthe Consumption Function, Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 1957, ” La asa marginal decreciente de preferencia temporal es el concept intertemporal ano ala relacin marginal decreciente de sustitucion del model aterporal "© Suponiendo. de nvevo, que el tipo de interés es r= 0,2. MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 153 FIGURA 5.19 El efecto de un aumento de larenta Ssetual (de 120 9 240) Se traduci en un aumento no slo del Consumo actual (de 80. 150), sino también en un ‘aumento del Consumo futuro (de Teb.a 228). EL PRINCIPAL DETERMINANTE DEL CONSUMO ACTUAL NO ES LA RENTA ACTUAL, SINO LA RENTA PERMANENTE 264 28 168 120 Los mapas de curvas de indiferencia intertemporales, al igual que en el modelo atemporal, también varian de acuerdo con la disposicién del individuo. Por ejemplo, mi primer hijo tiene referencias temporales muy positivas en la mayorfa de las situaciones (sus curvas de indife- rencia son muy inclinadas con respecto al eje del consumo actual). Desde pequefio, siempre ha ‘omido lo que mas le gustaba primero y se ha dejado para el final lo demas, Sélo comfa verdura cuando le presiondbamos e incluso, en ese caso, era lo tltimo que comia. Mi segundo hijo es el caso opuesto. Siempre come primero lo que menos le gusta, reservando cuidadosamente para el final su comida favorita. Este modo tan distinto de comportarse en la mesa se encuentra en casi todos los aspectos de nuestra vida. La preferencia temporal también depende de las circunstancias especifioas de Ia eleccién de ue se trate. Existen algunos estudios experimentales en los que se han aislado determinadas si- tuaciones en las cuales la mayorfa de las personas tienen una preferencia temporal muy posi- tiva, otras en las cuales tienen una preferencia temporal muy negativa. Por ejemplo, George Loewenstein, economista de la Camegie-Mellon, pidié a las personas que participaron en un ex- perimento que imaginaran que se habian ganado un beso de su actor favorito y a continuacién les pregunté endndo les gustarfa més recibirlo. A pesar de que una de las opciones era en sc guida, la mayoria de los individuos declararon que esperarfan una media de varios dias, lo que implica que su preferencia temporal era negativa. Segin Loewenstein, la mayoria de las per- sonas querian tener simplemente un poco més de tiempo para disfrutar pensando en el beso, Loewenstein también pidié a un grupo de personas que imaginaran que ibun a recibir una dolorosa descarga eléctrica y les pregunt6 cudndo les gustaria recibirla. En esta ocasién, la ma- yorfa declaré que inmediaiamente. Parece que quetian ener el menor tiempo posible para pensar en la descarga. Pero como una descarga eléctrica no es un «bien» sino un «mal», estas elecciones también implican que la preferencia temporal es negativa, " Véase George Loewenstein, «Anticipation andthe Valuation of Delayed Consumption», Economic Journal, 97, septiembre, 1987, pgs, 66-684, 154 CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA Aunque a veces se observan preferencias temporales negativas en casos particulares y es po- sible conseguir que las personas lo manifiesten en experimentos convenientemente clegidos, el ‘caso més frecuente es con mucho una preferencia general por el consumo actual frente al futuro. Podemos estar seguros, por ejemplo, de que si ponemos delante de los individuos que partici- paron en el experimento de Loewenstein una lata de anacardos tosiadas y recubiertos de miel, no habria muchos que quisieran esperar unos dias para disfrutar pensando en el placer de co meérselos. Probablemente. los anacardos desaparecertan, por el contrario, de inmediato, incluso aunque eso significara no tener hambre a la hora de cenar. Segtin Eugen von Bihm-Rawerk. economista del siglo sax, una de las eausas de exte tipo de conducta se halla en que las oportunidades de consumir en la actualidad las percibimos direc- tamente con niestros sentidos, mientras que las futuras sélo las podemos imaginar. Por ejemplo, cel placer de comer los anacardos tostados es intenso e inmediato. Incluso las personas que pre fieren claramente cenar a comer anacardos suelen carecer de autocontrol para esperar. Blun- Bawerk crefa que nuestra «defectuosa facultad telesc6pica» no era una buena razén para asig- ‘ar un mayor peso a los placeres actuales que a los futuros. Dejaundo a un lado la incertidumbre, pensaba que la vida satisfarfa mas a los individuos si éstos ponderaran por igual el presente y el futuro. OTROS FACTORES QUE AFECTAN A LA ELECCION INTERTEMPORAL Preferencia por un nivel de consumo creciente. La evidencia existente parece indicar que la ‘mayorfa de las persons parecen preferir un patron de consumo que dé aun mAs peso al con- sumo futuro que al actual debido a que la satisfacciGn no s6lo depende del nivel de consumo sino también de su tasa de variacion, Existen pruebas, por ejemplo, de que una mejora de! nivel de vida puede reportar a menudo una mayor satisfaccién que un nivel de vida superior pero es- titico, Esta idea 1a confirman, en un plano més fundamental, nuestros conocimientos sobre el modo en que el sistema nervioso humano percibe y procesa la informacién, Segtn las explica- ciones de los psicélogos y los bidlogos, somos mucho menos sensibles al nivel absoluto de cual uier estimulo sensorial que a las desviaciones de las normas 0 criterios de referencia que adoptamos a partir de la experiencia, Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York el estrepitoso 0- nido de las bocinas suele pasar inadvertido a los peatones, mientras que las personas que viven en Zonas rurales a menudo se sobresaltan por sonidos mucho més débiles. Un nivel constante de ‘consumo se converte, como el ruido ensordecedor de la ciudad, en una norma. Y como tal, se da Por sentado, al menos en parte, y sirve de patrén para medir los niveles futuros de consumo, La conducta de los votantes constituye otra prueba més de la importancia de la mejora del nivel de consumo. Los resultadas medias que obtuvo la economfa de Estados Unidos durante el primer mandato de Ronald Reagan fueron algo distintos de los que obtuvo durante el de Jimmy Carter. Sin embargo, existe la creencia general de que el empcoramiento de la econot contribuy6 a la derrota de Carter en 1980, lo mismo que la mejora de Ia economfa contribuyé a la reeleccién de Reagan en 1984, Para comprobar que comprende intuitivamente la importancia de un perfil ascendente, imaginese el lector que vive en una isla desierta en la que sole se le permite elegir una vez en. tre los dos perfiles de consumo representados en la Figura 5.20. ,Cudl elegiria? En una mucstra de 112 estudiantes universitarios a Ios que se les pidiG que hicieran una eleccién similar a la que representa la Figura 5.20, 87 (el 78 por ciento) eligi el perfil creciente (panel b)". Ese patisn pareve estar claramente en desacuerdo con la idea de Bohm-Bawerk de "* Véase R. Frank y R, Hutchens, «Wages, Seniority, and the Demand for Rising Consumption Profiles», Journal ‘of Economie Behavior and Organization, 21, 1993, pigs. 251-276. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 155 FIGURA 5.20 ‘Muchas personas 0, en condicio- nes de equilibrio los consumidores muestran una preferencia temporal positiva, independien- temente de la forma de sus curvas de indiferencia. Uno de los campos importantes en los que puede aplicarse el modelo de eleccién intertempo- ral es el de las decisiones de ahorro. Las hipstesis de Ia renta permanente y del ciclo vital se basan ‘en este modelo para demostrar que no s6lo es la renta actual, sino el valor actual de Ia riqueza ob- tenida a Jo largo de toda la vida el que dicta el consumo actual (y, por lo tanto, el ahorro actual), En un apéndice de este capitulo (véase el apartado For the Instructor en nuestra pagina Web www mhhe ramlecanamiesifrankd) analizamos otrae aplicaciones de laa teoriaa de la cleccién racional y de la demanda, incluidos los indices del coste de la vida y la utilizacién de las curvas de indiferencia para medir el excedente del consumidor. Temas de repaso Problemas 1. Explique con sus propias palabras por qué un impuesto sobre la gasolina cuyos ingresas se devuelven al consumidor en un pago de una sola vez reducirsn, no obstante, el consumo de gasolina. 2, Explique con sus propias palabras qué es un sistema de fijacién de precios de dos tramos y por qué lo utilizan los vendedores, 3. {Cree usted que la elasticidad-precio (gastos de matricula) de la demanda de estudios universitarios es ‘alta 0 baja? 4. Explique con sus propias palabras por qué incluso los bebedures que hace mucho tlempo que beben pueden ser muy sensibles alas subidas del precio de las bebidas alcohdlicas. ‘5. Explique por qué 1 més el tipo de interés del modelo de la eleccién intertemporal es anslogo al cociente de precios relativos del modelo de la eleccién del consumidor analizado en el Capitulo 3. 6. Los servicios de autobts generalmente consumen menos energfa que las personas que utilizan el aue ‘fom6vil para desplazarse al trabajo. Sin embargo, en los tltimos treinta atios la proporcién de personas ‘que utilizan el autobis para ir a trabajar ha tendido a disminuir a pesar de que han subido los precios re- ales de la energfa, Por qué? 7. Jennifer, que percibe un sueldo anual de 20.0008, gana 25.000$ en la loterfa. Explique por qué lo mas probable es que el afio que viene no gaste todo lo que ha ganado. 1, Explique por medio de un gréfico como el de la Figura 5.2 por qué con el método actual de finan- ciacién de la educacidn, una familia rica tiene muchas mis probabilidades que una pobre de mandar sus hijos a una escuela privada, 2. Cuando el precio de la gasolina es de 1S el litro, usted consume 1.000 litros al ato. Ahora ocurren dos cosas: (1) sube el precio dela gasolina a 2S el litroy (2) fallece un tio lejana y deja dicho a su albacea ue le enviea usted un cheque de 1.000S al aio. Si no se producen otras variaciones de los precios 0 de la enta, zmejoran estos dos cambios su bienestar? 3. Lay demanda fresas de acuerdo con la ecuacién P = 4 ~ (Q/2), donde P es el precio de las fresas ($ por kilo) y J es 1a cantidad (kilos semanales). Suponiendo que el efecto-renta es insignificante, {custo le perjudicard una subida del precio de las fresas de IS/kilo a 2S)kilo? MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 159 4, El nico videoclub que exist le cobra 4S por pelicula y di. Sisu curva de demanda de alquiler de vi- deos es P = 20 = 20, donde P es el precio de alquiler($ al dia) y Q es la cantidad demandada (pe- iculas al aio), gcudl es la cuota anual maxima que estarfa dispuesto a pagar por hacerse socio? 45, Jane gasta toda su renta en perttos calientes y caviar. Su curva de demanda de caviar es inelistica a todos los precios del caviar. Desgraciadamente, el accidente de Chernobyl ha provocado una reduc cidn de la oferta de caviar y una subida del precio. ;Qué ha ocurrido con el consumo de perritos ca- liontes de Jane? Explique su respuesta (nora: debemos suponer que el accidente de Chemobyl no ha afectado al precio de los perritos calientes o a las preferencias de Jane por el caviat). 66. Jones gasta toda su renta en dos bienes, X e ¥. Los precios que pagé y las cantidades que consumié el afio pasado son los siguientes: P, = 15, X = 20, P, = 25 e ¥ = 30. Silos precios del aflo que viene son P,=6y P,= 30y la renta de Jones es de 1.020, ;serd su bienestar mayor menor que el aiio pasado? ‘Suponga que sus gustos no varian, 7. Smith vive en un mundo que tiene dos perfodos de tiempo: este y el siguiente. Al princi periodo recibe una renta de 210. Sil ipo de intrés,expresado en tanto porto, €8 0.05 e iodo, cul eel valor actual dela rentaobtenida alo largo de toda la vids? Represent su restriccion presupuestaria intertemporal. Represente on los mismos ejs ou restriceién preaupuestaria intertem- poral correspondiente al caso en el que r = 0,20. 8 Suponga que el protagonista del Problema 7, Smith, considera que el consumo actual y el futuro son sustitutivos perfectos en una proporcién de uno a uno. Halle su cesta éptima de consumo. 9. Suponga que el protagonista del Problema 7, Smith, considera que el consumo actual y l futuro son. ‘complementarios en una proporcién de uno a uno. Halle su cesta Gptima de cousuine. 10, Karen gana 75.0008 en el perfodo actual y ganaré 75.0008 en el future, 8) Trace su restricin presupuestria intertemporal suponiendo que estos son los ds tnicos perfo- «dos y que los bancos de su pais piden préstamos y prestan al tipo de interés r = 0. b) Suponga ahora que los bancos oftecen un 10 por 100 de interés por los fondos depositados en el Periodo actual y oftecen prestamos a este mismo tipo de interés. Trace su nueva Fesrici6n pre- supuestaria intertemporal 11. Halle el valor actual de 50.0008 que se recibirdn dentro de un aio sil tipo de interés anual es de a) 8 por 100 ) 10 por 100 ©) 12por 100 12. Crusoe viviré solo en su isa este periodo y el siguiente. Su tinica renta es una cosecha de 100 coves ‘que recoge al comienzo de cada periodo. Los cocos que no consume en el perfodo actual se estro- pean a una tasa de 10 por 100 en cada periodo. a) Trace la restriccién presupuestaria intertemporal de Crusoe. Cul serd su consumo en cada perfodo si considera que el consumo futuro es un sustittivo perfecto en una proporcin de uno a uno del ac- tual? 1b) {Qué consumird en cada perfodo si considera que 0,8 unidades de consumo futuro valen una uni- ddad de consumo actual? 13. En otofto, Crusoe coloca 50 cocos de su cosecha en una cueva justo antes de que entre en ella una fa- ‘milia de os0s para hibemar. Como consecuencia, no puede sacar los cocos hasta que no salen fos 0308 «en la primavera siguiente. Los cocos se estropean a la misma tasa independientemente de donde los _guarde y, sin embargo, todos los afios hace lo mismo. :Por qué? 14. Kathy gana 55,000$ en el perfodo actual y ganaré 60.0008 en el period futuro, ;Cusl es el tipo de in- terés maximo que le permitirfa gastar 105.000S en el perfodo actual? ,Y el tipo de interés minimo que le permitirfa gastar 120.5008 en el perfodo futuro? 160 ‘CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL ¥ DE LA DEMANDA 15. Smith recibe 1008 de renta en este periodo y 1008 en el siguiente. A un tipo de interés del 10 por 100, consume toda su renta en cada perfodo. Tiene una tasa marginal decreciente de preferencia tem- poral entre el consumo del siguiente periodo y el de éste. Verdadero o falso: sil tipo de interés sube {420 por 100, Smith ahorrard parte de su renta en este periodo. Explique su respuesta, 16, A los precios actuales, la vivienda cuesta 508 por unidad y el bien compuesto tiene un precio de 1 por ‘unidad. Un rico benefactor ha dado a Joe, persona que no tiene ni un centavo, una unidad de vivienda ¥ 50 unidades del bien compuesto. Alia cl precio de la vivienda se reduce a la mitad, Verdadero o fal ‘so: Aumenta el bienestar de Joe como consecuencia de la variacién del precio. Explique su respuesta, 17. Tom y Karen son economistas. En un intento de impedir que su hijo Harry utile tanto el autom6- vil dela familia, le enbran 20 centavos por kilémetro. A ese precio, ain utiliza el automovil més de Jo que les gustaria, pero son reacios a enfadarlo volviendo a subir simplemente el precio, por lo que Je hacen la siguiente pregunta: ;cuél es la subida minima de la paga semanal que aceptarias a ‘cambio de que subigramos lo que te cobramos por usar el automévil de 20 a 40 centavos por kild- mato? Harry, que e conocido po su sineridad ene preferencias convencionales, responde que 108 semanales. a) Si'Tom y Karen suben 10 semanales la paga de Hasty y le cobran 40 centavos por kilémetro, {eonduciré menos que antes? Explique su respuesta. b) {Seri el ingtese derivado de las cantidades adicionales cobradas por el nimero de kilémetros su- perior, inferior o igual a 10S a la semana? Explique su respuesta, “18, Todos los compradores de libros tienen las mismas preferencias y, en la situaci6n actual, los que ccompran libros usados a 228 reciben la misma utlidad que los que compran libros nuevos a 08. El tipo de interés anual es del 10 por 100 y la compraventa de libros usados no tiene costes de tan- saccién, La produccién de cada nuevo libro de texto cuesta mS y los libros nuevos duran 2 aos 1a) {Cual es el precio de reserva del comprador por el uso de un libro nuevo durante un aio? b) {Cdn bajo tendria que ser m para que a un editor le resultara rentable inupriis libros con finta eleble, tinta que desaparece un afio después de Ia venta de un libro nuevo, eliminando asi el ‘mercado de libros usados? Suponga que la eliminacién del mercado de libros usados duplica ‘exactamente las ventas del editor. "19. Herb quiere trabajar exactamente 12 horas semanales para complementar su beca de doctorado, Pue- de trahajar en la biblioteca a 6§ la hora o dar clases précticas a estudiantes de primer aiio de eco- ‘noma, Dejando a un lado las diferencias salariales, 1os dos trabajos le son indiferentes. Tres estu- dlantes de primer affo tienen cada uno de ellos una curva de demanda de clases précticas igual a P = = 10—Q, donde P es el precio en délares por hora y @ es el nimero de horas semanales. Si Herb tie- ne Ia opeién de fijar una tarifa de dos tramos por sus clases de pricticas, jcusintas horas semanales de clases précticas deberd impartir y cusntas deberd trabajar en la biblioteca’ Si lega a dar clases, {ual debe ser su estructura de precios? "20, Comell se ha comprometido a permitir ue los hijos de su profesorado estudien en Ia universidad sin pagar matricula. Supouga que la curva de demands de hijos del profesorado de Comell (HPC) de pla- 2as en otras universidades viene dada por P = 50 ~ 5Q,, donde P es el precio de la matricula que co- bran otras universidades (en miles de d6lares) y Q, es el ntimero de HPC que asisten a esas univer sidades. Ahora Comell esté considerando la propuesta consistente en subvencionar una parte k de 1a ‘matrfeula que se cobra a los HPC que estudian en otras universidades. Suponga que Comell sabe que ‘puede cubrir todas sus plazas con estudiantes que no son hijos de profesores de la universidad y que pagan Ia matricula completa de 15,0008 al aio. Suponiendo que todos los HPC que no estudian en tras universidades iri a Commell, ,qué valor de k maximizard los ingresos de Comell por matricu- tas, una vez descontadas las subvenciones para estudiar en otras universidades, si el precio de la ma- tricula de todas las demas universidades es de 8.0008 al aio? * Los problemas marcados con un astersco (*) son més dficiles. * Los problemas marcados con una eruz (+) se resuelven mis fécilmente mediante el eélculo. Micnogconomts ¥ CONDUCTA 161 121, gn qué variaré su respuesta al Problema 20 si la matricula de las demés universidades cuesta {fo008 al ato? ;Cual es la interpretacién econémica de un valor de & mayor que 1 +22, Hany posee un pequefio cine cuyos clientes tienen todos ellos los misinos gustos. precio dee aaana de cada cliente por la pelicula es de 5S y la curva de demanda de palomitas de su puesto por fume de cada cliente viene dada por P, = 4 — 2, donde Pes el precio de las palomitas on dace y Jp es a canidad de palomitas en bolsis.Sielcoste marginal de permit que oto cliente ves I pe- Bedi cero y el coste marginal de las palomitas es de 15, ,a qué procio debe vender Harry las en ttadasy las palomitas si su objetivo es maximizar sus beneficios? Suponga que Harry es expez de huneraesin Costes st estuctata de preciosa loo pooiblesclianter. Respuestas de los ejercicios 5.1. El excedente inicial del consumidor en el caso en que P = 38 (y Q = 7 litros semanales) es EC = 110 ~ 3)7 = 24,508 semanales. El excedente del consumidor en el caso en que el preciv es nds alto, P’ = 48 (y Q'= 6 ltros semanales) es EC’ = 1/2(10 ~ 4)6 = 18S semanales. La pérdida de Taeedente del consimidor viene dada por el rea DUEF, que es igual a 24,5 ~ 18 = 6,505 semanales Precio ($ por lito) toh Pérdida de excedente ‘el consumidor Gasolina (litros semanates) 5.2, La cuota méxima ahora viene dada por el rea del triéngulo AB‘C’, que es EC = 1/2(50 20)12% 1,800$ anuales. Precio ($ por hora) Tiempo de pists ‘horas anvales) 5.3. El grifico muestra las dos rectas presupuesarias y la cesta éptima del alo pasado. Si observamos més ke crea el punto de tangencia (Area ampliada), Veremos que este ao Jones puede comprar una ces- ta que prefiere a la que compraba el aio pasado, 162 ‘CAPITULO S: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DELA DEMANDA ‘Area ampliada Presupuesto del ano pesado Presupuesto deeste ano 7 20 60 70 S44, VA = 50.0008 + 42.0008/1,05 = 90.0008. Consumo fururo maximo = 3U.U005(1,05) + 42.000 = 94.5008. La ecuacién de su restriceién presupuestaria intertemporal es C, = 194.500 ~ 1,05C,. CAPITULO La economia Avance de la informacién y la eleccién en condiciones de incertidumbre [UANDO un sapo y su rival luchan por la misma pareja, cada uno ha de tomar una impor- tante decisin estratégica. ;Debe pelear por ella o irse en busca de otra? Pelear es arriesgarse a quedar malherido, pero continuar la busqueda también tiene costes. En el mejor de los casos, leva tiempo, y no hay garantia alguna de que la siguiente pareja posible no sea objeto de los afectos de otro sapo. En la eleccién de una de estas opciones desempefia un importante papel Ia valoracién que hhaga cada uno de los sapos de la capacidad de lucha del otro. Si el rival es considerablemente mayor, la probabilidad de vencer serd baja y la probabilidad de quedar malherido alta, por lo {que seré prudente continuar buscando. En caso contrario, es posible que compense pelear. Muchas de estas decisiones deben tomarse par Ia noche, cuando es dificil ver. Por ese mo- tivo, los sapos recurren a algunas pistas invisibles. La mas fiable es el tono del canto del rival. En general, cuanto mayor es un sapo, mAs grandes y gruesas son sus cuerdas vocales y, por lo tanto, més grave es su canto. Si un sapo escucha un canto grave por la noche, puede deducir ra- Zonablemente que procede de un sapo grande. De hecho, algunos experimentos han demostta- do que al sapo comin suele intimidarle més un canto grave que uno agudo?. La informacién constituye un importante factor en las decisiones, no slo de los sapos sino tam- bign de los consumidores y de las empresas. En los modelos presentados en los capitulos an- teriores hemos supuesto que la informacién era perfecta. Sin embargo, en la préctica solemos star pésimamente informados. El tema de la primera parte de este capitulo es la manera en que Tecogemos y evaluamos la informacién relevante. Dado que muchos de los temas de los que nos ‘ocuparemos aparecen de una manera sencilla en el problema del sapo, éste constituye un titi punto de partida del andlisis. Veremos que los principios que rigen la comunicaciGn entre los sa- os nos ayudan a comprender cuestiones tan diversas como las garantias de los productos, las ‘Véase Joan Kiet y Richard Dawkins, «Animal Signals: Mind Keading and Manipulation», en J. Krebs y N. Dac vies (comps), Behavioral Ecology: An Evoluionary Approach, Sunderland, Mass. Sinaver Associates, 1984, 2ed, 163 164 CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE précticas que se siguen en las contrataciones ¢ incluso la manera en que elegimos las personas con las que queremos relacionamos. También examinamos la discriminacion estadfstica, el pro- ceeso por el que nos valemos de las caracteristicas de los grupos para estimar las caracteristicas de sus miembros. ‘Aunque la calidad de las decisiones a menudo puede mejorarse recogiendo informacién de ‘una manera inteligente, es casi imposible adquitir toda la informacion que puede ser relevante. La tarea de la segunda parte de este capitulo es ampliar el modelo de la eleccin del consumi- dor del Capitulo 3 para tener en cuenta las decisiones que se toman en condiciones de incerti- dumbre. La economia de la informacién LA COMUNICACION ENTRE ADVERSARIOS POTENCIALES Los problemas de comunicacién entre sujetos cuyos objetivos estén potencialmente en contflicto son fundamentalmente diferentes de los problemas de comunicacién entre sujetos que tienen objetivos comunes. Los sapos que buscan una pareja evidentemente pertenecen a Ia primera ca- tegorfa, como ocurre en general en cualquier intercambio econémico. Por ejemplo, el vendedor ‘a veces tiene un incentivo para sobreestimar la calidad de su producto y el comprador suele te- ner un incentivo para subestimar la cantidad que esta dispuesto a pagar por él. El trabajador po- tencial puede sentirse tentado a no revelar sinceramente sus aptitudes para ocupar un puesto de trabajo. En cambio, los jugadores de bridge que forman parejas comparten claramente unos objeti- ‘vos comunes. Cuando un jugador de bridge utiliza las convenciones habituales de las apuestas para comunicarle algo a su compafiero, no hay raz6n alguna para que éste no sc lo crea. Nin- ‘uno de los dos jugadores tiene nada que ganar engafiando al otro. En este caso, a comunica- in es un mero problema de transferencia de informacién. Un mensaje s6lo tiene que ser des- cifrable. Dejando a un lado los errores, su credibilidad no esta en cuestién Sin embargo, la I6gica cs muy diferente cuando quienes intervienen en la eormunicaciGn tic nen o pueden tener intereses contrarios. Supongamos, por ejemplo, que el jugador de bridge le susurra al adversario que esta a su izquierda lo siguiente: «siempre apuesto conservadora- mente». {Cémo debe interpretar el adversario esa afirmacién? Es perfectamente inteligible. Sin ‘embargo, si se eree que todas las partes son racionales, la relacion entre elias es tal que a afit- ‘macién puede no transmitir ninguna informacién real. Si tener fama de apostar conservadora- ‘mente fuera una ventaja, esa seria una razGn mas que suficiente para que un jugador lo dijera de si mismo, independientemente de que fuera verdad o no. La afirmacién no es ni crefble ni in- creible. Simplemente no contiene informacién alguna. El comprador con experiencia sabe recelar de las afirmaciones exageradas sobre la calidad de los productos. Pero ;cémo distingue exactamente un buen producto de uno malo? ;Y como convence un productor a un posible rival de que bajaré radicalmente su precio si éste entra en el mercado? Las afirmaciones como «bajaré el precio» plantean problemas en el mismo sentido que las afirmaciones de los jugadores adversarios de bridge, Dado que el productor tiene in- ‘centivos para hacer esas afirmaciones, independientemente de que sean ciertas 0 no, no deben transmitir ninguna informacién. Sabemos, sin embargo, que los adversarios pueden transmitir informacién que tiene valor estratégico. Al fin y al cabo, los sapos son capaces de trancmitir informaci6n de este tipo, pero no la transmiten diciendo meramente «soy un sapo grande». La afirmacién implicita del sapo grande sélo es ervihle dehido a las barreras fisicas que impiden al sapo pequefio croar en un tono grave. El canto del sapo es un ejemplo de sefial: un medio para transmitir informacién. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 165 Sefiales ‘Comunicacién que transmite informacin, El ejemplo del sapo ilustra dos importantes propiedades de las sefiales que se transmiten los adversutius potenciales: (1) debe ser costoso fingirlas; y (2) si algunas personas utlizan sefiales, que transmiten una informacién favorable sobre ellas mismas, otras se versin obligadas a reve~ Jur informacin incluso aunque sea considerablemente menos favorable. Estos dos principios son importantes para comprender cémo recogen informacién los agentes econémicos y cémo la interpretan, Comencemos tormulandolos con el ejemplo del sapo y exarninemos a continuacién su aplicacién en distintos contextos econémicos. EL PRINCIPIO SEGUN EL CUAL FINGIR ES COSTOSO iio sewin et cual fingir es costoso Para que tuna sefial transmitida a un adversario sea crefbe, tiene que ser cosioso fing. Para que las sefiales que se transmiten los adversarios sean crefbles, debe ser costoso (0, en tér- ‘minos més generales, dificil) fingir. Sia los sapos pequefios no les costara nada imitar ¢l canto grave que caracteriza a los grandes, ésta dejarfa de ser una caracteristica de los sapos grandes. ero no pueden imitarlo. Los sapos grandes tienen una ventaja natural y es ese hecho solamente el que permite que su canto grave sea una sefialfiable. Este principio segrin el enal fingir es costoso se observa claramente en las sefales que se ‘ansmiten las personas, Se encuentra, por ejemplo, en el siguiente episodio de Fata! Vision de Joe McGinnis. El capitén Jeffrey MacDonald, médico del cuerpo de los boinas verdes, recibe la noticia de que es sospechoso de haber matado a su mujer y a sus hijas. El ejército le asigna un abogado defensor militar. Sin embargo, entretanto su madre contrata a Bernard Segal, renom= bbrado abogado privado de Filadelfia para defender a su hijo. Cuando Segal llama a MacDonald al Fuerte Bragg (en Carolina del Norte) para conocerse, su primera pregunta sc reliere al abo- gado militar: ««gLleva los zapatos brillantes?» ««{Qué?», respondié incrédulo MacDonald, Ahi estaba, acusado de haber matado a su mujer y «a sus hijas, y en su primera conversacién con el abogado de Filadelfia que se suponta que habia sido contratado para arreglar las cosas, la primera pregunta que le hacia era sobre el estado de los ‘zapatos del otro abogado. Segal repitis la pregunta. «Y esta vez», dijo més tarde, «casi ofa Jeff sonreirse por teléfono. Fue entonces cuando supe que fenia un cliente que no s6lo era inteligente sino que cogia las cosas al vuelo. Me contest6 que no, que, en realidad, los zapatos del abogado eran algo zarrapastrosos. Le dije, “en ese caso, de acuerdo, conte en él, Colabore con 61 hasta que legue yo", La cuestion ‘es que si un abogado militar lleva los zapatos brillantes es que esté tratando de impresionar al sis- ‘ema, Y si estaba tratando de impresionar al sisteura eu esa situaciGn —y el sistema ya habla de- ‘mostrado tener interés en que se condenara a su cliente, al anunciar publicamente su sospecha— no iba a ayudar nada a Jeff. Es posible que el hecho de lcvar sucios los zapatos significara que fe it= teresaba més ser abogado». Evidentemente, el estado de los zapatos del abogado no era una indicacion perfecta de sus prioridades vitales. Sin embargo, constitufa al menos una razén para sospechar que no era un mero lacayo del ejército. El abogado que llevara unos zapatos zarrapastrosos meramente para transmitir la impresién de que no estaba tratando de ascender en el ejército no ascenderia. Por lo tanto, las inicas personas que pueden enviar sin correr riesgos una sefial de ese tipo son aquellas a las que les interesa realmente mAs su papel como abogados, He aqui algunas aplicaciones econémicas del principio segiin el cual es costoso fingir. Garantia de la calidad de los productos. Muchos productos son tan complejos que los consumidores no pueden examinar directamente su calidad. En e508 casos, las empresas que ofrecen productos de elevada calidad necesitan transmitir de alguna manera esta informacién a Jos posibles compradores, pues, de lo contrario, no podrén cobrat unos pievivs sulivieute- mente elevados para cubrir los costes adicionales. ‘CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE Una manera de resolver este problema consiste en ganarse la fama de ofrecer productos de buena calidad , Pero las circunstancias no siempre permiten a una empresa hacer esto. Consi- deremos el caso de los vendedores ambulantes que venden relojes de pulsera en las calles de ‘una gran ciudad, Si una «empresa» de ese tipo decide cerrar, puede hacerlo sin apenas incurrir en pérdidas. No tiene ninguna sede central, no tiene un equipo de capital costoso, no tiene clien- tes leales por los que preocuparse; de hecho, no tiene costes irrecuperables de ninguna clase. In- cluso aunque lleve aftos offeciendo productos de calidad en la misma esquina, eso no garantiza que abrird el puesto el préximo dia. Y si estd planeando cerrar, tendré incentivos para vender ‘mercancfa de la peor calidad posible. En suma, una empresa que no tenga un claro interés en permanecer en el negocio, tendra dificultades inherentes para convencer a los posibles clientes de que cumpliré sus promesas. ‘Los incentivos son diferentes en el caso de una empresa que tenga unos elevados costes inre- cuperables. Si quiebra, pierde el valor de cuantiosas inversiones que no puede liquidar. Por lo tanto, a esta empresa le interesa hacer todo lo posible para seguir produciendo. Y si los com- pradores lo saben, pueden confiar mucho més en la promesa de que vende un producto de bue~ na calidad. Si una empresa de ese tipo cobrara tn precio acorde con una elevada calidad y des- pués vendiera una mercancta de mala calidad, no tendrfa un nvimero de clientes que le volvieran a comprar lo suficiente para sobrevivir y, por lo tanto, habria incurrido en vano en unos costes irrecuperables fijos. Estas observaciones sugieren una razén para creer que los productos que se anuncian mucho ‘con, de hecho, de mejor calidad, como dicen los anuncios. Una gran campafia publicitaria na ccional es un coste irecuperable, cuyo valor se pierde para siempre si quiebra la empresa. Por lo tanto, una vez realizada tamafia inversi6n, ésta tiene todos los incentivos del mundo para cum plir to prometido, El hecho de que los anuncios que publican las empresas en la prensa suelan decir «...anunciado en TW» demuestra que creen que muchos consumidores se han dado cuen- ta de este patrén. Cémo elegir un trabajador fiable. Existen muchas situaciones en las que los trabajadores tienen la oportunidad de engaftar a los empresarios. Muchas actividades productivas tendrfan que abandonarse si las empresas no fueran capaces de contratar trabajadores que no engafiaran en estas situaciones. Las empresas necesitan una sefial que les permita identificar a 1os posibles trabajadores fiables. Una posible sefial podria ser la relacién entre el cardcter de una persona y los costes o beneficios de la pertenencia a determinados grupos. Por ejemplo, tal vez. las per- sonas fiables generalmente disfrutan trabajando como voluntarias en instituciones benéficas, ‘mientras que las personas poco fiables tienden a considerar que eso es una pesada carga. En e508 casos, los grupos a los que decidan unirse transmitiran una informacién estadfsticamente fiable sobre su cardcter. Esta idea parece que la confirma la manera en que muchas parejas de profesionales de Nue- trices para sus hijos. El cuidado de los hijos es una de las tareas en las que tiene una importancia evidente la fiabilidad, ya que es dificil controlar directamente la conducta de estas personas. Al fin y al cabo, la razén misma por la que se necesita a una persona que cui de de ellos se halla en que no estamos nosotros para hacerlo, La amarga experiencia ha con- vencido, al parecer, a muchos neoyorquinos de que el mercado local de trabajo no es un buen ugar para contratar personas que se comporten de nina manera finble sin supervisi6n, La solucién que han adoptado muchas de estas parejas consiste en anunciarse en los perié- dicos de Salt Lake City pidiendo una institutriz. Han descubierto que las personas educadas en la tradicién mormona son més fiables que el neoyorquino medio. La serial funciona porque @ tuna persona que quisiera meramente parecer fiable le resultaria desagradable, cuando no im- + Esa ilustracion se basa en el articulo de Benjamin Klein y Keithy Leffler, «The Role of Market Forces in Assu- ring Contractual Performances, Jounal of Political Economy, agosto, 198) 166 ‘CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE Una manera de resolver este problema consiste en ganarse la fama de ofrecer productos de buena calidad, Pero las circunstancias no siempre permiten a una empresa hacer esto. Consi- deremos el caso de los vendedores ambulantes que venden relojes de pulsera en las calles de ‘una gran ciudad. Si una «empresa» de ese tipo decide cerrar, puede hacerlo sin apenas incurrir en pérdidas. No tiene ninguna sede central, no tiene un equipo de capital costoso, no tiene clien- tes leales por los que preocuparse; de hecho, no tiene costes irrecuperables de ninguna clase. In- cluso aunque lleve afios ofteciendo productos de calidad en la misma esquina, eso no garantiza que abriré el puesto el préximo dia. Y si estd planeando cerrar, tendré incentivos para vender mercancfa de la peor calidad posible. En suma, una empresa que no tenga un claro interés en permanecer en el negocio, tendré dificultades inherentes para convencer a los posibles clientes de que cumplira sus promesas. Los incentivos son diferentes en el caso de una empresa que tenga unos elevados costes irre- cuperables. Si quiebra, pierde el valor de cuantiosas inversiones que no puede liquidar. Por lo tanto, a esta empresa le interesa hacer todo lo posible para seguir produciendo. Y si los com- pradores lo saben, pueden confiar mucho més en la promesa de que vende un producto de hue~ na calidad. Si una empresa de ese tipo cobrara un precio acorde con una elevada calidad y des- [pués vendiera una merrancia de mala calidad, no tendrfa un nvimero de clientes que le volvieran & comprar lo suficiente para sobrevivir y, por lo tanto, habria incurrido en vano en unos costes irrecuperables fijos. Estas observaciones sugieren una raz6n para creer que los productos que se anuncian mucho on, de hecho, de mejor calidad, como dicen los anuncios. Una gran campafia publicitaria na cional es un coste irrecuperable, cuyo valor se pierde para siempre si quiebra la empresa. Por lo tanto, una vez realizada tamafia inversién, ésta tiene todos los incentivos del mundo para cum. plir 1o prometido. El hecho de que los anuncios que publican las empresas en la prensa suelan decir «..anunciado en TV» demuestra que ereen que muchos consumidores se han dado cuen- ta de este patron. (Como elegir un trabajador fiable. Existen muchas situaciones en las que los trabajadores tienen la oportunidad de engaffar a los empresarios. Muchas actividades productivas tendrfan que abandonarse si las empresas no fueran capaces de contratar trabajadores que no engafiaran en estas situaciones. Las empresas necesitan una senal que les permita identificar a tos posibles trabajadores fiables. Una posible sefial podria ser la relacién entre el caracter de una persona y los costes 0 beneficios de la pertenencia a determinados grupos. Por ejemplo, tal vez. las per- sonas fiables generalmente disfrutan trabajando como voluntarias en instituciones benéficas, mientras que las personas poco fiables tienden a considerar que eso es una pesada carga. En 505 casos, los grupos a los que decidan unirse transmitirén una informacién estadisticamente fiable sobre su cardcter, Esta idea parece que la confirma la manera en que muchas parejas de profesionales de Nue- vva York buscan institutrices para sus hijos. Bl cuidado de los hijos es una de tas tareas en Tas que tiene una importancia evidente la fiabilidad, ya que es dificil controlar directamente la conducta de estas personas. Al fin y al cabo, la razn misma por la que se necesita a una persona que cui- de de ellos se halla en que no estamos nosotros para hacerlo. La amarga experiencia ha con- vencido, al parecer, a muchos neoyorquinos de que el mercado local de trabajo no es un buen lugar para contratar personas que se comparten de nna manera finble sin supervisién. La solucién que han adoptado muchas de estas parejas consiste en anunciarse en los peri6- dicos de Salt Lake City pidiendo una institutriz. Han descubierto que las personas educadas en la tradicién mormona son més fiables que el neoyorquino medio. La sefal funciona porque a tuna persona que quisiera meramente parecer fiable le resultaria desageadable, cuando no im + Esta ilustracion se basa en el articulo de Benjamin Kein y Keithy Leffler, «The Kole of Market Forces in ASSU- ring Contractual Performance», Journal of Political Economy, agosto, 198 MICROECONOMIA Y CONDUCTA 167 posible, mantener la tradicién mormona, que implica un continuo e intenso adoctrinamiento moral, experiencia que a la mayorfa de las personas meramentc oportunistas les resultaria de~ ‘masiado dificil de soporta. Al igual que el tono grave del canto del sapo es una sefial de su ta- ‘afi, la pertenencia a la tradici6n mormona es una buena seital de fiabilidad, ya que seria muy costoso para una persona oportunista simularla, ‘Como contratar a una persona lista y trabajadora. Consideremos, como tiltima ilustra- ion del principio seguin el cual fingir es costoso, el caso de un titulo de una universidad elitis- ta obtenido con la calificacién de matricula de honor. Los empresarios estén buscando personas Listas y dispuestas a trabayar. Lvidentemente, hay muchisimas personas en el mundo que po- seen estos dos rasgos y, sin embargo, no tienen un titulo de una universidad elitista. Aun asf, los ‘empresarios pueden suponer sin temor a equivocarse que una persona que tenga un titulo de esas universidades es lista y trabajadora, pues cuesta pensar que una persona que careciera de esos rasgos intentaria obtener un titulo en una universidad elitista con la calificacién de ma- tricula de honor, Nadie pone realmente en cuestiGn el hecho de que los titulados de las instituciones elitistas ‘generalmente son trabajadores productivos. Pero existe, de hecho, un acalorado debate sobre el grado en que la asistencia a estas instituciones genera una elevada productividad. Las personas que piensan que sf sefialan que los titulados de las instituciones elitistas ganan unos sueldos sig- nificativamente més altos. Sin embargo, los escépticos advierten que la diferencia no puede atri- ‘buirse totalmente a la calidad de sn enseianza. Fl problema radica en que los estudiantes de las mejores instituciones ya eran, indudablemente, mas productivos desde el principio, pues al fin y al cabo estas instituciones seleccionan minuciosamente a sus solicitantes y slo aceptan a los ‘que tienen los mejores expendientes académicos. EL PRINCIPIO SEGUN EL CUAL DEBE REVELARSE TODA LA INFORMACION Principio segin et cual debe revelarse toda la, informacion Los individuos deben revelar incluso sus ccualidades desfavorables, si ro quieren que se interprete por su silencio que tienen algo aun peor que ocultar. El segundo principio importante que ilustra cl ejemplo del sapo pucde denominarse principio segiin el cual debe revelarse toda la informacién y dice que si unas personas tienen algo que ganar revelando un valor favorable de algtin rasgo, otras se verén obligadas a revelar sus valo- res menos favorables. Este principio ayuda a responder a la pregunta inicialmente desconcer- tante de por qué los sapos nds pequefios se nnolestan en croar®, Croando, les indican a otros sa- pos cudl es su tamafio. Por qué no se quedan callados y dejan que los otros se lo pregunten? Supongamos que todos los sapos cuyo canto tuviera un tono superior a un determinado ni- vel se quedaran, de hecho, callados. Imaginemos que tenemos un {ndice de 0 a 10 que mide el tono del canto de un sapo, en el que 10 es ef maximo y U es el minimo, y supongamos arbitra- riamente que los sapos que tienen un {ndice superior a 6 se quedan callados (véase la Figu- ra 6.1). Es fécil comprender por qué un pattén de ese tipo serfa inherentemente inestable. Consi- deremos el caso de un sapo que tiene un indice de 6,1, que es algo superior al limite conside- rado, Si se queda callado, ;qué pensaran otros sapos? Sabrin por experiencia que su canto debe de tener un tono més alto que 6, ya que se queda callado, Pero ;cusnto més alto? Al carecer de informacién sobre este sapo, no pueden saberlo con exactitud. Sin embargo, generalmente serd posible hacer una conjetura estadfstica. Supongamos que los sapos estuvie~ ‘an distribuicos de una manera uniforme en la escala de tonos. Eso significarfa que si eligiéra- ‘mos un sapo al azar de toda la poblacién de sapos, el tono de su canto podria adoptar cualquier valor de la escala de tonos. Sin embargo, al fijar el limite en 6, un sapo que se quedara callado serfa diferente sisteméticamente de un sapo seleccionado al azar. En concreto, la experiencia nos 5 Véase Krebs y Dawkins, 1984, 168 CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE, FIGURA 6.1 St ssl se molest fen croar los sapos ceuyo tono tiene un indice inferior a 6,0, los que se queden ccallados revelaran {que su tono tiene, en Promedio, un indice Significativamente superior 2 6,0. LA INFORMACION IMPL{CITA EN EL SILENCIO Limite iniciat Ctoar <--> o croar beri tii is ee eee e789) 10 ono més bajo “Tono més ato dirfa que el indice medio de los sapos que se quedan callados es 8 (a mitad de camino entre 6 y 10). Todo sapo que tuviera un indice inferior a 8, por el mero hecho de quedarse callado, da- ria la impresiGn de que es més pequefio de lo que realmente es. Por lo tanto, lo mejor que podria hacer el sapo que tuviera un indice de 6,1 seria croar. ‘Asi pues, siel limite para quedarse callado fuera 6, a todos los sapos que tuvieran un indi- ce inferior a 8 les interesarfa croar. Naturalmente, si croaran, el limite ya no seria 6 sino 8. Pero tun Iimite de 8 tampoco seria estable. Al poner el limite en ese nivel, les interesaria croar a todos los sapos que tuvieran un indice inferior a 9. Por razones parecidas, cualquier limite inferior a 10 estaria abocado a variar. Fso no ocurrrfa porque los sapos pequefios quisieran Lamar la aten- cidn sobre su tamaiio croando sino porque se verfan obligados a hacerlo para no parecer més pe- quefios de lo que son realmente. El principio segtin el cual debe revelarse toda la informacién se deriva del hecho de que no todos los posibles adversarios tienen acceso a la misma informacién. En el caso de Jos sapos. la asimetria consiste en que el sapo que se queda callado sabe exactamente cudl es su tamafio, mientras que su rival s6lo puede hacer una conjetura documentada. Como demostraréin los guientes ejemplos, este tipo de asimetrias da lugar a la transmisién de importantes seales en- tte los agentes econémicos. La garantia de los productos. Por ejemplo, las asimetrias de la informacién contribuyen a explicar por qué el productor de un producto de baja calidad podria revelar ese hecho ofreciendo solamente una garantéa muy limitada, En este caso, la asimetria se halla en quc los productores ‘conocen mucho mejor que los consumidores la calidad de sus productos. La empresa que sabe que su producto es el mejor tiene poderosos incentivos para revelar esa informacién a los consumidores. Para que ésta sea crefble, puede ofrecer una generosa garantfa contra los defec~ tos del producto (esta formula es creible debido al principio segtin el cual es costoso fingir: uit producto de mala calidad se estropearia frecuentemente, por lo que serfa demasiado costoso ofrecer una garantfa generosa), ‘Cuando aparece el producto de méxima calidad con una generosa garantia, los consumi- dores poseen de inmediato una mayor informacién que antes, no s6lo sobre sw calidad sino tam- bién sobre la calidad del resto de los productos. En concreto, saben que los que no tienen ga- rantia no pueden ser de la maxima calidad. Al carecer de cualquier otra informacion sobre un producto sin garantia, el consumidor prudente estimard su calidad en funcién del nivel medio de {e508 productos, pero eso significa que subestimars la calidad de los productos que sean tinica- mente algo inferiores al mejor. Examinemos la situacién a la que se enfrenta el productor del segundo producto mejor. Si continéa sin ofrecer ninguna garantia, los consumidores pensarin que es peor de lo que real- ‘mente es. Por lo tanto, le interesard ofrecer una garantia, Pero como su producto es de una cali- dad algo inferior, las condiciones de su garantia no pueden ser tan generosas como las del mejor. Una vez. garantizado el segundo producto mejor, el resto de los productos que carecen de ‘garantia tiene ahora una calidad media menor que antes. Entonces se pone en marcha un proceso irreversible y a la larga todos los productores deben garantizar sus productos o ha- MICROECONOMIA Y CONDUCTA 169 cerse a Ja idea de que los consumidores consideran que sus productos son de la peor calidad. Los términos de las garantias generalueute seran menos generosos cuanto peor sea la cal dad del producto. Es evidente que los productores no desean anunciar la baja calidad de sus productos ofteciendo una cicatera garantfa. Su problema radica en que si ni siquiera la ofte- cen, los consumidores considerardn que sus productos son todavia peores de lo que son en realidad, ‘Cuando Chrysler declara «los garantizamos més porque los fabricamos mejor», no podemos estar totalmente seguros de que esté diciendo toda la verdad. Pero si su afirmacién es excesi- ‘vamente engafiosa —es decir, si los automéviles de Chrysler tuvieran muchas mas probabil ddades de estropearse que otros— serfa una mentira realmente cara y, por lo tanto, existe un mo- tivo racional para que los consumidores den crédito a la afirmacién de Chrysler. La regulacién de las entrevistas realizadas a los solicitantes de empleo. El principio se- tin el cual debe revelarse toda la informacién tiene otra ilustrativa aplicacién relacionada con las dificultades que predice que tendrén las autoridades que traten de limitar Ia cantidad de informacién que pueden pedir las empresas a los solicitantes de empleo. Consideremos, por ejemplo, la legislacién que prohibe a los empresarios preguntar por el estado civil y por los pla- nes referentes a la procreacién, Antes de que se aprobara esta legislacin, los empresatios $0- licitaban rutinariamente este tipo de informacién, sobre todo a las mujeres. Dado que esta in- formacién esta correlacionada con la probabilidad de abandonar la poblacién activa, el motivo de los empresarios para solicitarla era evitarse invertr en la eontratacién y la formaci6n de tra- bbajadores que no iban a permanecer mucho tiempo en la empresa. Como es costoso falsificar la informacién demogréfica (pocas personas dejarfan de casarse para que pareciera menos pro- bable que iban a abandonar la poblacién activa), esta puede servir de sefial entre las partes cu- yos intereses pudieran estar en conflicto. El propésito de la legislacién era impedir a los en presarios favorecer a los candidatos en funcién de su situacién demografica, Sin embargo, para lograr este objetivo no basta con prohibisles pedir informacién sobre la situacién demogréfica, pues si una mujer se da cuenta de que su situacién demografica la sitta cn la categorfa de contrataciGn uns favorevida, tiene todos los incentivos de] mundo para ofte- ‘cet voluntariamente esa informacién, Este hecho desencadena el conocido proceso imreversible por el que los solicitantes de empleo acaban ofreciendo voluntariamente toda la informacion, salvo la menos favorable. Se supone simplemente que el candidato que no suministre volun- tariamente la informacion, independientemente de lo desfavorable que sea, pertenece a la ca- tegoria menos favorable. Para que la legislaciGn lograra el fin que pretende, tendrfa que probi- bir de alguna manera a los solicitantes de empleo que revelaran voluntariamente la informacién. Las personas y las cosas pertenecen a categorfas, y étas, a su vez, suelen estar ordenadas je- rérquicamente. Unas son, por unanimidad, mejores que otras, Ser fiable es mejor que no serlo, ser trabajador es mejor que ser vago, etc. El mensaje general del principio segtin el cual debe re- velarse toda la informacién consiste en que la falta de pruebas de que una cosa pertenece a una categoria favorecida suele inducir a pensar que pertenece a una menos favorecida. El principi asi expresado, parece de una claridad meridiana. Y, sin embargo. sus implicaciones a veces dis- tan de ser obvias. El principio de los sea la éinica raz6n que lleva a vender un automévil. Sin embargo, incluso aunque fuera una razén secundaria, impediria al propietario de un autom6vil bueno obtener todo st Va- lor en el mercado de segunda mano. ¥ ex posible que eso sea suficiente para poner en marcha el ya conocido proceso irreversible. De hecho, raras veces llegan al mercado de segunda mano automéviles que no planteen problemas, salvo como consecuencia de las presiones de cir- ccunstancias externas («vendo Volvo por cambio de residencia» o «por lesién, vendo automévil con cambio manta»). La explicacién de Akerlof respalda, pues, nuestra idea intuitiva de que la depreciacién fisica es una causa insuficiente de la gran diferencia de precios que existe entre los automoviles nue- vos y los usados. Es més plausible pensar que esta se debe al hecho de que la calidad media de Jos automéviles usados que se ponen en venta, considerados en conjunto, es simplemente peor que la de los que no se ponen en venta. El estigma del recién egado. El principio segin el cual debe revelarse toda la informacién también sugiere por qué antes era mas dificil que ahora escapar a los efectos de la mala fama que daba el hecho de trasladarse a otro lugar. En la situacién actual, en la que la movilidad es elevada, una persona poco honrada se sentirfa tentada a irse a otro lugar cada vez. que la sor- prendieran engafiando, Pero cuando habia menos movilidad, esta estrategia era mucho menos eficaz, pues cuando las sociedades eran mas estables las personas fiables tenfan mucho més que ganar estindose quietas y recogiendo los frutos de Ia buena fama que se habfan ganando. De la misma manera que al duefio de un autom6vil bueno no le interesa venderlo, asf a una persona honrada tampoco le interesaba trasladarse a otro lugar. En los entornos generalmente estables, las personas que se trasladaban a otro lugar eran sospechosas, como los automéviles usados. Sin embargo, actualmente hay tantas presiones externas para trasladarse que el mero hecho de ser tun recién legado apenas quiere decir nada. ~ George Akerof, «The Maske for “Lemons"s, Quarterly Journal of Economics, 1970. MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 71 LA ELECCION DE LAS AMISTADES La mayorfa de las personas quieren relacionarse con personas amables, atentas, sanas, inteli- gentes, fisicamente atractivas, ctc. La informacién sobre el atractivo fisico puede ubtenerse a primera vista, pero muchos de los dems rasgos que buscamos en nuestras relaciones son difi- tiles de ubservar, por Io que a menudo nos basamos en signos de su conducta que los revelen. Para que estos signos sean eficaces, ha de ser costoso falsificarlos. Por ejemplo, una persona que esié buscando un compariero muy disciplinado podria muy bien tener especial interés en las per- sonas que corren un maratén en menos de dos horas y media. ‘A veces dice mucho incluso el grado de interés que muestra una persona por un posible compafiero. Groucho Marx dijo en una ocasién que nunca se haria socio de ningun club del que €1 tuera miembro, La adopcién de una estrategia similar en la bisqueda de relaciones eviden- temente seria frustrante. Y, sin embargo, no hay duda de que Groucho querfa decir algo. Puede haber buenas razones para evitar a una persona aparentemente atractiva que se muestre dema- siado ansiosa por buscar relaciones. Si es tan atractiva como parece, {por qué esa ansiedad? Una postura asf suele inducir a pensar que posee rasgos dificiles de observar que tienen valores des- favorables. Las propiedades de las sefiales eficaces ponen. pues. de manifiesto por qué la timi- ez, dentro de unos limites, es tan adaptable. Parece que a las personas ansiosas les resulta muy U(40), debemos aceptar el juego; de lo contrario, debemos rechazarlo. La utilidad esperada de un juego tiene una sencilla interpretacion geométrica. Primero construimos la cuerda que une los puntos de la funcién de utilidad que corresponden a perder y ‘ganar el juego, respectivamente (es decir, los puntos A y C de la Figura 6.3). En el caso de la UNA FUNCION DE UTILIDAD CONCAVA or) u=um) “ Yeas e apendice del Capitulo 3 para un analiss ms aropio de la tilidad marginal (se encuentra en el apata- {40 For the Instructor en nuestra pagina Web www.mhe comieconomicsfrank). 178 ‘CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE, FIGURA 6.3 La uta esperada de un juegos ‘cuerda que une los Puntos Ay C. Sila probabilidad de fanar es 1/2, la lida experada co fencuentra en punto medio del Segmento que une A YC. Dado que un unto dal arco de {una funcion concava. siempre se encuentra por encima del punto correspondiente de {a cuerda, la utlidad csperada de un juego Justo siempre sera menor que la Utilidad de rechazatlo. Esemrto 6.2 LUNA PERSONA RENUENTE AL RIESGO RECHAZA SIEMPRE UN JUEGO JUSTO v funcién de utilidad que muestra la Figura 6.3, la utilidad esperada del juego es igual a 0,5(18) +0,5(38) = 28. Obsérvese que este valor corresponde al punto de la cuerda entre A y C que se encuentra directamente por encima del valor esperado de la riqueza correspondiente al juego (40). Obsérvese que la utilidad esperada de rechazar el juego es simplemente U(40) = 32, que es claramente mayor que la utilidad esperada del juego. De hecho. la Figura 6.3 muestra claramente que una persona renuente al riesgo rechazarii no s6lo los juegos justos sino incluso algunos que tengan un valor esperado positivo. En el caso de la funcicn de utilidad mostrad, todos los juegos en los que el valor esperado de la riqueza final es menor que 54 generan una utilidad esperada menor que la que se deriva de quedarse con el nivel inicial de riqueza 40. ‘Los juegos que hemos analizado hasta ahora se decidfan tirando una moneda al aire. Habia tuna probabilidad de 1/2 de que el resultado fuera bueno y una probabilidad de 1/2 de que fue- ra malo. Sin embargo, generalmente la probabilidad de ganar en un juego puede ser cualquier ‘iimero situado entre Oy 1. Pero como muestra el ejemplo y el ejercicin siguientes, la utilidad eesperada de un juego puede seguir interpreténdose como un punto de la cuerda que une los pun- 408 extremos correspondientes al caso en el que se gana y al caso en el que se pierde, inclisa, ‘cuando la probabilidad de ganar no es de 1/2 Nuestra funcion de wiilidad es U = VM y nuestra riqueza inicial 36. ;Aceptartamos un juego en el que gandramos 13 con una probabilidad de 2/3 y perdiéramos 11 con una probabilidad de 113? La utilidad esperada del juego es UEg = (2/3)V136 +13 + (1/3/36 = 11 = 14/3 45/3 = 19/3. Si rechazamos el juego, nuestra utitidad sera V3 ‘que debemos aceptario, gue es menor que 19/3, pocto MICROECONOMIA Y CONDUCTA 179 Persona que Dbusea el riesgo Preferencias deseritas por una funcién de utilidsd enlaque la uta marginal dela riqueza es creciente FIGURA 6.4 El arco de una funcién conver se ‘encuentra por debajo dela cuerde ‘correspondiente. En el caso de las personas que buscan el riesgo, la utilidad fsperada de un juego justo, UE, siempre es superior la utilidad derechazarlo, UM). Ezercicio 6.1 Represente la funeién de utilidad del Ejemplo 6.2 en el éaseten el que 0 . La regla general que ilustra el ejercicio 6.1 establece que si la probabilidad de ganar es p y la de perder es | ~ p, la utilidad esperada se encuentra una proporcién 1 — p a la izquierda del pun- to C, que es el punto extremo correspondiente al caso en que se gana de la cuerda que une los puntos correspondientes a los casos en que se gana y en que se pierde de la funcién de utilidad. EI supuesto segtin el cual la mayoria de las personas son renuentes al riesgo tiene una ex- plicaciGn intuitiva: los incrementos de la riqueza total reportan una utilidad marginal decre- Ciente, lo que significa de nuevo que cuanto mayor es el nivel de riqueza del consumidor, me- nor es el grado en que auimenta sui utilidad como consecuencia de un ineremento unitario de la riqueza, La mayorfa de nosotros coincidimos en que 100S adicionales significan més para una persona si tiene una riqueza total de 4.000 que si tiene una riqueza total de un millén de délares. Obsérvese que esta idea intuitiva equivale a decir que la funcién de utiidad es céncava con res- ecto a la riqueza total, lo cual implica, a su vez, que un aumento dado de la riqueza produce un aumento de la utilidad menor que la pérdida que causa una pérdida comparable de riqueza. El hecho de que los individuos sean o no renuentes al riesgo es, por supuesto, una cuestién ‘empirica. Sabemos que al menos algunas personas no lo son en algunas ocasiones (por ejemplo, las que cscalan escarpados acantilados o los que practican el parapente con un tempestuoso Viento). También sabemos que la mayorfa de nosotros no somos renuentes al riesgo al menos en algunas ocasiones (por ejemplo, cuando juyamos a la ruleta en un casino 0 a cualquier otro jue- 0 de azar que tenga un valor esperado negativo). Cunsideremos el caso de una persona que tiene un nivel inicial de riqueza de M, y que se encuentra ante un juego en el que se obtiene B con una probabilidad de 1/2 y -B con una pro- bbabllidad de 1/2. Si esta persona busca el riesgo, su funcion de utilidad seré como la que mues- tra la Figura 6.4, Es convexa con respecto a la riqueza total, lo que implica que la utilidad es- perada de aceptar un juego justo, UE,, seri mayor que la utilidad de rechazarlo U(M,). Geométricamente, una funcién de utilidad convexa es aquella cuya pendiente aumenta con la Ti- queza total. LAFUNCION DE UTILIDAD DE UNA PERSONA QUE BUSCA EL RIESGO ES CONVEXA uv M8 My Mee B 180 CAPITULO 6:LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE Neutral ante et riesgo referencias que se deseriben ‘modiaate una funcién de utilidad fen la que a utilidad marginal de la riqueza es, constante. EJEMPLO 6.3 FIGURA 65 Un consumidor rout ante oreo Sinden eve Seeptar un juego justo oreenazarto, ya quela ulidad Spcrada de fceptrlo, UE, es igual que a wlidad ‘segura de rechazarl, UM EJERCICIO 6.2 ‘Gonsidaré caso de una persona que'tene tin nivel inicial de riqueza de 100 Jarposi- bilidad de ganar 20 con una probabilidad de 1/2 y de perlev 20 von una probabilidd de £42, Si su funcibn de uid es UUM) = MP, cacepuard este jueg0? oF Finalmente, se dice que una persona es neutral ante el riesgo si gencralmente es indiferente entre aceptar un juego justo y rechazarlo, Su funcién de uilidad es lineal, como la que muestra Ia Figura 6.5. Exercicio 6.3 Goalie el ead de iia persona que tiene un nivel inicat de riqueza de 100 y 1a posi : Batdad de ganur 20 con una probabilidad de 1? y de perder 20 con una probabilidad de. 1/2. Sisu funcién de uulidad es UC) = M, caceptard este juezo? Supongamos que se sabe que es defectuosa una determinada proporcién z de todas las compu- tadoras personales. Sin embargo, las defectuosas no pueden ser identficadas salvo por sus pro- pietarios. Los consumidores son neutrules ante el riesgo y conceden un valor de 2.0008 a cada tina de las computadoras que no son defectuosas. Las computadoras se deprecian fisicamente ‘con el uso. Las nuevas se venden por 1.0008 y tas usadas por 5008. ;Cuél es el valor de 2? “De weusrdo On el principio de los «éutiaribs>, sabemdé Gl todas tas compatidoras use das que esti en yenta son defectuosas (los propictarios de: las otras no podria venderias por lo que valen en el mercado de segunda ninuty, por lv qne xe qucdan con ells»). Por lo fanto, el precio de una computadora Usada es igual que el valor de una nueva y defevtuose (recuérdese que las méquinas no se deprecian por e] hecho-de estar vsadas), Como 6 ‘consumidores son rieutrales ante el riesgo, el precio dé una computadort-nueva "1,000$— es simplemente una media ponderada de 10s valores de fas yompatadoras gite ‘no'son defectuosas y de 1as que lo son, donde los pesos son las probabilidades respectivas. Por lo tanto, fenemos que. * 1.0008 = $00S= + 2,0008(1 — 7) de donde sé deduce que NEUTRALIDAD ANTE EL RIESGO uv Ko) UM, + f= UE,= VIM) UMy- 8) My My Mat B MICROECONOMIA Y CONDUCTA I81 EJEMPLO 6.4 EJERCICIO 6.4 ‘Suponga que una de cada cuatro computadoras personales nuevas es defectuosa. Sit ent- hhatgo, las defectnnsas no pueden ser identificadias salvo por sus ducios, Los consumi dores son neutrales ante el riesgo y conceden a las compuicdoras que no son defectuosas ‘on valor de 2,000$ cada una, Las computadorus no se deprccian fisicamente con el uso, Si las usadas se venden por 6008, ,por cudnto se venden las nuevas’? Los juegos que hemos analizado hasta ahora s6lo tenfan dos resultados. Sin embargo, ge- neralmente un juego puede tener cualquier ntimero de resultados posibles. El valor esperado de Juego que tenga mas de dos resultados es, al igual que antes, la suma ponderada de los resul- tados posibles, donde los pesos son. de nuevo. las respectivas probabilidades. Asf, por ejemplo, un juego que tenga tres resultados posibles, B,, B, y B,, cuyas probabilidades sean p,, p, y P;, respectivamente, tendré un valor esperado de p,R, + p,#, + p,B,. Dado que la suma de las pro. babilidades debe ser igual a 1, sabemos que p, = | — p, ~p,. Por lo tanto, la utilidad esperada de este juego es p,L(R,) + p,U(B,) + (1~p, ~p UB). Para que los conceptos del modelo de Ia utilidad esperada resulten mas facies, es util analizar algunos sencillos ejemplos numéricos. En el siguiente utilizamos un diagrama en forma de Arbol para mostrar ios resultados y las probabilidades de una decisién tomada en con- diciones de incertidumbre. Sarah tiene una funcin de utilidad von Neumann-Morgenstern que viene dada por U = 1 ~ 1/M, donde M es et valor actual de la renta que obtenulré durante toda su vida. Si se dedica a la en sefianza, obtendré M = $ con una probabilidad de 1. Si se dedica al teatro, obtendré M = 400 si s¢ convierte en una esirelta, pero sélo M = 2 en caso conirarto, La probabilidad de que se con- vierta en una estrella es de 0,01. Smith es wn juez infalible del talento de actor. Tras una breve entrevista, puede decir con certeza si Sarah sera una estrella. ;Cudl es la cantidad maxima que estaria dispuesta a pagar ella por esta informacién? = Para fespoitder a ésia piegimta, debemios calcula: priiero la utilidad esperada de Sarah si no tiene acceso a la informacién de Smith. Si se dedicara a l’enseftanza, tendefa ana reu- ta durante toda su: vida de 5 con una probabifiiad de 1, por lo que su utiidad esperada se- Soria simplemente ‘Si Optara por la carrera de actri2, su utilidad esperada seria UE, = 0,010 = 1/400) +0,994 ~ 1/2) 505 Dado que su utilidad esperada es mayor dedicandose a la ensefianza que al teatto, se dedicard a la ensenanza y tendra una uttlidad esperada de 08. Supougamos ahora que tiene acceso a una entrevista con Smith qué reveld Con certe~ za si se convertiri en una estrella si se dedica al teatro, Y supongamos que le cobra P por Ja entrevista, donde P se mide en las mismas unidades que M (véase la Figura 6.6). 1La ventaja clara de tener fa informacién que suministra Smith se halla en que si le dice que tendra éxito en el teatro, puede aprovechar esa carrera profesional Inctativa pero) 182 CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE FIGURA 6.6 Panton de lo resultados supuestos, la utlidad esperada de dediearse al teatro les menor que la ida experada de dedicarse ala lensefanza. Pero ‘como una actriz de ito gana tanto ‘cama in prac. lt Informacion sabre si Ia carera de actriz sera un exto ene tun claro valor feconémica, EJEMPLO 6.5 EL VALOR DE REDUCIR LA INCERTIDUMBRE Pagar P por la entevista = 100s el nivel inicial de rgueza de cada individuo. Las miembros del rupe | pucten poder cada uno 36 con una probebilidad de 05, Los del grupo 2 pueden perder lo miso con una proba, bilidad de 0.1 8) {Cul es la cantidad méxima que estaria dispuesto a pagar un miembro de cada grupo para ase~ gurarse contra esta perdida? ») Sis imposible para un extraio descubrir qué individuos de la parte (a) pertenecen a cada grupo, {818 posible para los miembros del grupo 2 asegurarse contra esta pérdida en un mercado ompetitivo de seguros? (Para que el problema sea més sencillo, el lector puede suponer que las compas de seguros sélo cobran lo suficieute eu primus para cubrit las indemnizaciones que es eran tener que pagar.) Explique su respuesta, ©) Suponga ahora que las compaiias de seguros de la parte (b) disponen de un test imperfecty para ‘dentificar las personas que pertenecen a cada grupo. Si el test dice que una persona pertenece a un determinado grupo, la probabilidad de que pertenezca realmente es x < 1,0. ,Qué valor debe adoptar x para que cambie la respuesta a la parte (b)? "20. Hay dos grupos del mismo tamailo, cuya funcién de utilidad viene dada por U(M) = VM, donde ‘M-= 144 es el nivel inicial de riqueza de cada individuo. Los miembros del grupo | pueden perder ‘cada uno 44 con una probabilidad de 0,5. Los del grupo 2 pueden perder lo mismo con una proba. bilidad de 0,1 a) {Cul es la cantidad méxima que estarfa dispuesto a pagar un miembro de cada grupo para ase- urarse contra esta pérdida? b) Sices imposible para un extrailo descubrir qué individuos pertenecen a cada grupo, zqué pro poreién del niimero de clientes, potenciales puede ser miembro del grupy 1 antes de que sea im- Posiblo para una empresa privada que tiene una restriccién de beneficio nulo asegurar a los miembros del gropo >? Para que el problema sea més sencillo, puede suponer que las compa fAias de seguros s6lo cobran lo suficiente en primas para cubrir las indemnizaciones que espera fener que pagar y que los individuos siempre compran seguros cuando su precio es igual o infe rior asu precio de reserva. Explique su respuesta, * Los problemas marcados con un asterisco (*) son més difciles, MICROECONOMIA Y CONDUCTA eta) 21, Dada una cleccién entre A (una ganancia segura de 100) y B (una probabilidad de 80 por 100 de ga- nar 150 y una probabilidad de 20 por 100 de ganar 0), Smith elige A, Pero cuando se le da a elegir entre € (una probabilidad de un 50 por 100 de ganar 100 y una probabilidad de un $0 por 100 de ga- nar 0) y D (una prohabitidad de un 40 por ciento de ganar 150 y una probebilidad de in 60 por 100 de ganar 0), elige D. Demuestre que las elecciones de Smith son incoherentes con la maximizacion de la utilidad esperada, Respuestas de los ejercicios 6.1. La utilidad esperada del juego corresponde al punto D, que se encuentra a un tercio del segmento que tune C y A partiendo de C, 6.2, Si acepta el juego, su mtildad esperada viene dada por UE, ~(1/2)(120%) + (1/2)(804) = 10,400. Si re- chaza el juego, su utilidad s6lo es 100? = 10.000, por lo que debe aceptar el juego. 6.3, Si acepta el juego, su utilidad esperada viene dada por UE, = (1/2)(120) + (1/2)(80) = 100. Si rechaza el juego, su wtiidad también es 100. por lo que es indiferente entre aceptar el juego y rechuzarlo 6.4, Al igual que en el Ejemplo 6.3, la clave reside en darse cuenta de que slo son defectuosas las com- putadoras usadas que estan en venta. De acuerdo con el principio de los «eacharros», el dueio de una ‘computadora buena no podria venderla en el mercado de segunda mano por lo que vale para él. Por fo tanto, si el valor de una computadora defectuosa ex de 600S, el valor de una computadora nueva para un comprador neutral ante el riesgo debe ser (1/4)(600S) + (3/4)(2.0008) = 1.6508, 6.5, Basta con igualar la utilidad esperada de estudiar en A y la utilidad de un empleo cuyo nivel de sa- laos sea M’ y despejur M': CaPiTULO — Explicacidn de los gustos: el altruismo y otros tipos de conducta desinteresada LANAtiSis microeconémico parte del supuesto fundamental de que los individuos son ra- cionales. Sin embargo, dista de haber unanimidad sobre lo que significa esa palabra exac- ftamente. Dos importantes definiciones del concepto de racionalidad son el llamado eri- terio de los objetivos inmediatos y el del egoismo'. Si recordamos el andlisis del Capitulo 1, una ‘persona ¢s racional segtin el primer criterio si es eficiente en la realizacién de los objetives que tenga en cada momento. Segtin este criterio, no se intenta averiguar si los propios objetivos tic- nen sentido. Por ejemplo, si una persoua tieue preferencia por la conducta autodestructiva, la tinica condicién para que sea racional segiin el criterio de los objetivos inmediatos es que siga esa conducta de la manera mds eficiente posible. En cambio, segun el segundo criterio, se supone de partida que los motivos de los individuos son congruentes con sus intereses mate- rales, Seguin este criterio, no se tienen en cuenta otros, como el altruismo, la fidelidad a los principios, el deseo de justicia, etc. ‘Cuando Ios economistas describen en los libros de texto la elecci6n racional, suelen optar por el criterio de los objetivos inmediatos. Se dice que los gustos vienen dados exégenamente Y que no existe raz6n légica alguna para ponerlos en cuestién. En palabras del economista del siglo x1x, Jeremy Bentham, el gusto por el juego de los alfileres no es menos vilido que el gus- 10 por la poesia. La dificultad que plantea el criterio de los objetivos inmediatos es lo que George Stigler, economista de la Universidad de Chicago, podria denominar problema del «aceite del carter» Si vemos que una persona esté bebiéndose el aceite del cérter y que se retuerce de dolor hasta ‘morir, podemos afirmar que debfa de gustarle realmente el aceite del cérter (si no, ;por qué se lo ha bebido?). Casi todas las conductas. por muy extravagantes que sean. pueden «explicarse» 4 posteriori suponiendo simplemente que gustan. Por lo tanto, el principal atractivo del mode- Jo de Tos objetivns inmediatos resulta ser también su principal inconveniente. Camo nos permite explicarlo todo, terminamos no explicando nada, ‘Ante esta dificultad, Ia mayoria de los economistas parte en sus investigaciones reales de al- ‘guna versién del criterio de la racionalidad basado en el egofsmo. Ese es el enfoque que hemos adoptado en los capitulos anteriores y, como hemos visto, aporta muchas y poderosas ideas so- bre la conducta humana. Ayuda a explicar, por ejemplo, por qué la gente se pone de acuerdo * Vease Derek Parfit, Reasons and Persons, Oxford, Clarendon, 1984 195 196 Avance CAPITULO 7: EXPLICACION DE LOS GUSTOS: EL ALTRUISMO Y OTROS TIPOS DE CONDUCTA DESINTERESADA para ir en el mismo autom6vil cuando suben los precios de la gasolina; por qué los miembros de Jas empresas de «servicios» como los clubs Rotary y Kiwanis suelen ser con més frecuencia agentes de la propiedad inmobiliaria, dentistas, agentes de seguros y dems personas que tienen algo que vender que trabajadores de correos 6 pilotos aéreos; etc. El egoismo es, sin duda al- guna, un importante motivo humano. ‘Sin embargo, no es el tinico. Las personas que viajan por las autopistas dejan propina a ca- ‘mareras que no volverén a ver jams. Las personas que participan en sangrientas peleas fami- liares buscan la venganza incluso hasta inducirse a la ruina ellas mismas. La gente deja pasar transacciones rentables cuyos términos le parecen «injustos». Los briténicos gastan enormes cantidades de dinero para defender las islas Malvinas, incluso aunque apenas les quede impe- rio que defender de una futura agresién (el escritor argentino Jorge Luis Borges comparaba la ‘guerra con Ia pelea de dos calvos por un peine). En estos y otros muchos casos, los individuos no parecen maximizar funciones de utilidad del tipo egofsta. El modelo del egoismo no tiene en cuenta el hecho de que la mayoria de nosotros perseguimos toda una variedad de objetivos que parecen estar en conflicto con el egofemo en sentido estrict. Comenzamos este capitulo con un ejemplo de cémo pueden incluirse las motivaciones desin- teresadas cn cl modelo de Ia cleccin racional: en este caso, una sencilla aplicacién del crterio de los objetivos inmediatos. Pero nuestro verdadero reto es averiguar cémo pueden surgir sas motivaciones. Todos coincidimos en que las personas que se esfuerzan deliberadamente por ser mas esponténeas estén abocadas al fracaso. También veremos que las personas cuyo nico Objetivo es buscar su propiv provecho tienen Tos imismius tipos de dificultades. Hay importantes poblemas que las personas egoisias no pueden resolver muy bien. ‘Desde el punto de vista descriptivo, veremos que es posible predecir mucho mejor la con- ducta de los individuos cuando se tienen en cuenta las motivaciones desinteresadas. Aplicacién del criterio de los objetivos inmediatos: preferencias altruistas Como sabemos por experiencia que no todo el mundo tiene las preferencias estrictamente egoistas que supone el modelo del egoismo, es tentador ampliar el andlisis afiadiendo simple- mente otros gustos, suponiendo, por ejemplo, que los individuos obtienen satisfaccién de mu- chos tipos de conducta que estén en conflicto con el egofsmo en sentido estricto, como donar di- nero a instituciones benéficas, votar, tirar la basura en el lugar adecuado, etc. Veamos como puede introducirse formalmente en nuestro modelo de la elecci6n racional la idea de que al- ‘gunas personas tienen preferencias altruistas. Consideremos, por ejemplo, el caso de Franny. a la que no s6lo le preocupa su propio nivel de renta sino también el de Zooey. Estas preferencias pueden representarse mediante un mapa de curvas de indiferencia definido en funcién de sus respectivos niveles de renta, como el de la Figura 7.1. Obsérvese que las curvas de indiferencia de Franny tienen pendiente negativa, lo que significa que est4 dispuesta a tolerar una reduccién de su propia renta a cambio de un aumento suficientemente grande de la renta de Zooey. Obsérvese también que sus curvas de indiferencia muestran un RMS decreciente, lo que significa que cuanta més renta tenga Franny, mayor seré Ja cantidad a la que esté dispuesta a renunciar para que Zooey tenga més. Lo que debe preguntarse Franny es si disfrutarfa de un mayor bienestar si entregara parte de su renta a Zooey. Para responder a esta pregunta, primero debemos mostrar la restriccidn pre~ supuesiatia ielevante a la que se enfrenta. Supongamos que su nivel inicial de renta es de 50,0008 anuales y que el de Zooey es de 10.0008, como muestra el punto A de la Figura 7.2. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 197 FIGURA 7.1 Franny estaria dlispuesta a tener ‘menos renta para ‘que Zooey tuviera mis, FIGURA 7.2 Enel punto Gla RMS de Franny entre su renta y la de Zoocy es ‘exactamente igual al valor absolute dela pendiente de su Festicctén presupuestaria Badas sus referencias, lo efor que puede hacer es dare a Zooey 19.0008 de ‘us 50.000$ inciales yy quedarse con 51.0008. FL MAPA DE CURVAS DE INDIFERENCIA DE FRANNY, UNA PERSONA ALTRUISTA Renta de Franny ‘Aumento de la satisfaccion 4 1, 4 Renta de Zooey Cuailes son las opciones de Franny? Puede quedarse con toda su renta, en cuyo caso permanece en A, 0 puede darie parte a Zooey, en cuyo caso tiene 1$ menos por cada délar que le entregue, Por lo tanto, su restriccién presupuestaria es el conjunto de puntos denominado B en la Figu- 147.2, que tiene una pendiente de —1. Si Franny se queda con toda su renta, termina en la curva de indiferencia J, de la Figura 7.2. Pero como st RMS es mayor que la pendiente de su restrici6u presupuestaria en A, es evidente que puede irle mejor. El hecho de que RMS > | nos indica que est dispuesta a renunciar a més de un délar de su propia renta para que Zooey tenga un d6lar inds. Pero la pendiente de su res- triccién presupuestaria nos indica que darle un délar adicional a Zooey solo le cuesta un délar. Por lo tanto, disfrua de un mayor bienestar si entrega parte de su renta a Zooey. La transfe~ rencia 6ptima esté representada por el punto de tangencia C de la Figura 7.2. Lo mejor que pue- de hacer es darle a Zooey 19.000$ de su renta. Obsérvese, sin embargo, que la conclusién serfa muy diferente si Franny no partiera del punto A de la Figura 7.2 sino det D. En ese caso, Ia restricciGn presupuestaria s6lo seria la par- te de la recta B que se encuentra debajo de D (jno tiene la posibilidad de hacer un regalo ne- gativo a Zovey!). Y como en D su RMS es menor que 1, lo mejor que puede hacer es no darle ningiin dinero a Zooey (recuérdese que en el Capitulo 3 vimos que esos resultados se denomi- nan soluciones de esquina). [LA TRANSFERENCIA OPTIMA DE RENTA DE UNA PERSONA ALTRUISTA, Renta de Franny 198 CAPITULO 7: EXPLICACION DE LOS GUSTOS: EL ALTRUISMO Y OTROS TIPOS DE CONDUCTA DESINTERESADA. EJEMPLO7.1 La funcién de utitidad de Smith es U, = M,M,. donde M, es el nivel de riqueza de Smith y M, es el de Jones. Al principio Smith tiene 90 unidades de riqueza y Jones 10. Si Smith es un maxi- mizador de la utilidad, zdebe transferir parte de su riqueza a Jones y, en caso afirmativo, cudn- 1a? Trace la curva inicial de indiferencia de Smith y la curva de indiferencia correspondiente al caso en el que cada uno tiene SO nidades de riqueza. Trace también la restriccién presu- ‘puestaria de Smith en el plano MM, ‘Smith ¥. Jones tienen juntos un total de 100 unidades de riqueza, lo que significa que si la Fiquoza de Smith e3 Hf,, la de Jones es LOO My.Pur lo way, la Functon ce utlidad de Smith puede expresarse de la forma siguiente: U/; = M,(100 ~ M,), que se reptesenta en el patel superior de la Figura 7.3. Obsérvese que la uuilidad de Smith alcanza un maximno de 2.500 cuando M, = 50. Con la asignacién inicial de la riqueza, la utilidad de Smith es 900 solamente. Pot lo tanto, si Sinith es un maxitnizador de la utilidad, deberd transferir 40 Uunidades de su riqueza a Jones. La linea de trazo grueso del panel inferior es la restriceién resupuestaria de Smith en el plano M,M,. Obsérvese que la curva’de indiferencia U, =2.900 es tangente a esta restriccién presupuestaria cuando M, = M, FIGURA 7.3, UN ALTRUISTA MAXIMIZADOR DE LA UTILIDAD El panel operon muestra que Smith Urilidad de Smith ‘maximiza su utlidad uedandose con 50 Unidades solamente Ue tinea de aco 2500 sgrueso del panel inferior es a resticeion presupuest Smidhen ef Us— mg(100- 5) de Md, Obsérvese que lacurva de indiferencia 900 U,= 2.500 es tatgente asa resticclon 30 90 100 MICROECONOMIA Y CONDUCTA 199 El papel estratégico de las preferencias EE atractivo del criteio de la racionalidad basado en los objetivos inmediats 1eside en que nos permite ampliar nuestro andlisis para tener en cuenta los motivos desinteresados cuya existen- Cia esta perfectamente documentada en los datos empiricos. Sin embargo, como hemos seiia~ Jado, la persistente dificultad metodoldgica es que, a menos que nos impongamos algunas restricciones, el criterio de [os objetivos inmediatos nos permite explicar casi todos los tipos de Conducta extravagante pastulando simplemente tin gusto por esos fipos de conducta, Nuestro di- Jema es cémo ampliar nuestra teoria de los motivos humanos sin volvernos al mismo tiempo ‘vulnerables a la objecién del accite del edrtcr de Stigler. Los bidlogos han descubierto una Solucién para resolver este dilema, que se basa en un and lists de cardcter microeconsmico por excelencia. En biologia, os gustos de un organismo no es- tn arbtrariamente dads, como en los modelos econémicos, sino que los bidlogos suponen que son forjados por las presiones de la seleccién natural para ayudar alos organismos a resolver ‘importantes problemtas en su entomo, Consideremos el ejemplo del habitual gusto de los seres hhumanos por los duces. ;Cémo explicarian los bidlogos ese gusto? Su argumento es sencillo. ‘Comianza con la observacién de que algunos tipos de azicar on particular, los que 22 en Ccuentran en fa fruta madura— eran mas faces de digerir que otros para nuestros antepasados primates. El paso siguiente es suponer que inicialmeute hay diferencias entue los pustus Ue los individuos, es decir, poner que algunos estaban més predispuestos que otros a que les «gus- taran> tos fipos de azicar que se encuentran en la truta madura. Movidos por este gusto, estos primates tenfan mds tendencia que otros a comer fruta madura. Como los azdcares de a fruta ‘madura se digieren mejor, los individuos a fos que les gustaba este tipo de azicar tenian mas pprobahilidades que otros de sobrevivir y de dejar descendencia. ¥ cama consecnencia de esta ‘entaja, los genes que hacfan que les gustaran los tipos de azticar de la fruta madura acabaron difundiéndose por tode la poblacién. Ast pues, segtin la explicacién del bi6logo, nucstro gusto por los dulces es una caracteristica heredada de nuestros antepasados, en los que surgis por r zones funcionales. Existen pruebas de que este gusto ya no es funcional en el entorno actual. Antes os tipos de aziicar que se encontraban en la fruta madura eran suficientemente escasos como para que 10 cexistiera el rieseo de que se abusara de ellos. Actualmente, dada la abundancia de dulces. nues- tro gusto por ellos a veces nos lleva a excedemos, lo que tiene algunas consecuencias negativas. stas fueran suficientemente graves, las presiones evolutivas acabarian reduciendo nuestro _Busto por los dulces. Pero como para que se produzca este tipo de cambios normalmente tienen que pasar miles de generaciones, es con casi foda seguridad un gusto que seguiremos feniendo ‘de momento. El gusto por los dulces es una sencilla preferencia, en el sentido de que habria sido ati para tuna persona independientemente de que otras lo compartieran o no. Sin embargo, otros son més cComplejos, en el sentido de que la utilidad de tenerlos depende de la proporcién de miemibros de {a poblacién que lo compartan. Este segundo tipo se denomina preferencia estratégica y ayuda al individuo a resolver importantes problemas de interaccién social. Uno de los primeros ejemplos de preferencia estratégiea que se encuentra en los estudios de biologia es el gusto por Ja conducta agresiva. El andlisis detenido del modelo del bidlogo de la evolucién de este gusto nos ayuda a aflanzar las ideas para nuestro andlisis posterior de toda urta variedad de impor- tantes preferencias estratégicas, LA PARABOLA DE LOS HALCONES Y LAS PALOMAS CConsideremos para empezar tna poblacién formada por individuos que son todos iguales salvo ‘en su gusto por la conducta agresiva, Uno de los tipos de individuos, llamémoslo «halcén», tie- 200 CAPITULO 7: EXPLICACION DE LOS GUSTOS: EL ALTRUISMO Y OTROS TIPOS DE CONDUCTA DESINTERESADA, ne una clara preferencia por esa conducta?, El otro, llamémoslo «paloma, prefiere estricta- ‘mente evitar la conducta agresiva. Sélo importa el tipo al que pertenece un individuo cuando en- tra en conflicto can afro par un importante recurso, come la comida, la pareja, etc. La estrate- gia del halcén siempre es pelearse por el recurso. La estrategia de la paloma es no pelearse nunca. Si los dos tipos compiten por los recursos escasos necesarios para sobrevivir, ;que tipo ga- nard? A primera vista, parcee quc los halcones, ya que siempre vencerfan en sus cuuflicius con las palomas. Pero esta opiniGn no tiene en cuenta lo que ocurre cuando se enfrentan dos hal- cones. Dado que en este caso ambos individuos estén predispuestos a ser agresivos, puede de- sencadenarse una enconada pelea. Dependiendo de las consecuencias de esa pelea, quizd resulte muy arrlesgado ser un halcon, El posible inconveniente de ser un halcén resulta aun més claro cuando vemos lo que ‘ocurre cuando se entrentan dos palomas por un importante recurso. En este caso, se evitan los costes de una sangrienta batalla y las palomas comparten el recurso. En nuestra poblacién hipotética, los pares de individuos interactian aleatoriamente y hay {tes posibles emparejamientos: (1) dos palomas, (2) dos halcones y (3) un halc6n v una paloma. Para ver cémo evoluciona esta poblacidn, necesitamos saber cudles son los rendimientos de cada uno de estos tres tipos de interaccién, Para facilitar el andlisis, supongamos que un bidlogo, ha recogido datos que nos permiten expresar estos rendimientos en unidades de una medida co- matin, por ejemplo, calorfas, Supnngamos que el conflicto est motivado por comida que con. tiene 12 calorias. Cuando interactiian dos palomas, comparten la comida, por lo que cada una ‘btiene un rendimiento de 6 calorias. Cuando interactéan un haleén y una paloma, la paloma sc rinde ante el hale6n, por lo que éste obtiene 12 calorias y la paloma ninguna. Por tiltimo, cuan- do interactian dos halcones, el vencedor de la pelea obtiene las 12 calorfas y el perdedor tin ‘guna. Sin embargo, cada halcén pierde 10 calorias en la pelea, lo que significa que el rendi. miento neto es igual a 12 ~ 10 = 2 calonias en el caso del vencedor y ~10 calorfas en e! del perdedor. En el curso de numerosas peleas entre halcones, es de esperar que un haleén dado zane la mitad de las veces y pierda la otra mitad. Si pensamos en los halcones como un con- Junto, el rendimiento medio de las peleas entre halcones es igual a (2 — 10)/2 = ~4 calorfas por individuo. El Cuadro 7.1 muestra los rendimientos medios de las diferentes combinaciones de inte~ racciones suponiendo que X e ¥ representan dos individuos de la poblacién. Tal como ven Jos bidlogos la cuestién, se sabe si es mejor ser un halcdn que una paloma averiguando qué tipo obtiene més calorfas en promedio, para lo cual debemos conocer prime- 10 la probabilidad de que se produzca cada tipo de interaccién. A modo de ilustracién, supon- ‘gamos que la mitad de la poblacién esté formada inicialmente por halcones y la otra por palo- mas, En ese caso. cada individuo interactuarfa la mitad de las veces con halcones y Ia otra mitad con palomas. El rendimiento medio correspondiente a un halcén, representado por P,, seria, pues, una media ponderada de los dos rendimientos posibles: Py (122) (4) + (12)02) = ay El rendimiento medio correspondiente a una paluuna, representado por P, serfa Py = UI2N0) + (1/2)6 = 3 2 La visidn del biotogo de la competencia entre los halcones y las palomas parte del supues- to implicito de que el tipo que obtenga més calorias tenders a tener una familia mayor y, por lo 2 Los trminesshaleén» y «paloma» se uilizan metafiricamente pars deseihir los micmbwos dela misma especie «que tienen gustos diferentes por la conductaagresiva. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 201 CUADRO 7.1. LA MATRIZ DE RENDIMIENTOS DEL HALCON Y LA PALOMA, Individual ¥ Haleén Paloma Haleén 4 calorias para cada uno 12 calortas para X Individuo x O calorias para ¥ Paloma O-calorfas para X 6 calorias para cada uno 10 ealorine para ¥ ee Dos individuos entran en conflicto a causa de una comida que vale 12 calorfs. Cuan. {do se encuentran dos halcones, se desencadena una pelea que consume 10 calorias de cada uno, por lo que el rendimiento neto medio es de —4 calorias para cada haledn. Cuando se encuentran palomas y heleones, las palonnas celen, por To que los halcones Thomas Schelling, The Sirategy of Conflict, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1960. 4 Tid, pigs. 43-44, * Obstivese lu aloyfa con los uiccanismos para comprometerse que analizamos en el Capitulo 6, mediante los cuales 10s individvos se obligan a s{mismos a ahorrar. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 205 CUADRO 7.3, _ RENDIMIENTOS MONETARIOS DF UN PROYECTO CONJUNTO Smith Desertar Colaborar Desertar 2 para cada uno O para Smith — 6 para Jones Colaborar 6 para Smith 4 para cada uno O para Jones Los rendimientos del cuadro tienen la misma estructura que Ins rendlimiantne dal dle ‘ma del prisionero, Si se mantiene fifa la conducta del ot jugador, lo mejor que puede hacer cada uno es deserar. Sin embargo, en ese caso, cada uno obtiene 2 solamente, ‘mientias que cuando colaboran ambos, cada uno obtiene 4 feresados compiten en una lucha por la supervivencia, El problema del campromiso al que se en- frentan surge en los proyectos conjuntos, cada uno de los cuales esté formado por un par de per~ sonas. En estos proyectos, cada una puede comportarse de dos formaas: puede «eolaborar», to que significa tratar honradamente con su socio, o puede «desertar», lo que significa engafiar a su so- io. Los rendimientos de cada uno de los dos Socios representativos, Smith y Jones, dependen de a combinacién de conductas elegida de la manera que muestra el Cuadro 7-3. Estos rendimien- tos sitdan a los socios ante una versién monetaria del dilema del prisionero. Obséivese que Tones obtiene un mayor rendimiento desertando, independientemente de lo que haga Smith, y a la in- Versa. Si Jones cree que Smith va a comportarse de una mancra interesada, predevité que Smith desertaré. Y aunque s6lo sea para protegerse, probablemente se sentiré obligado a desertar también. Cuando los dos desertan, cada uno obticne solamente un rendimiento de 2 unidades, La frustracién es, como en todos los dilemas de este tipo, que ambos podrian obtener unos rendi- mientos mucho mayores. Si colaboraran, cada uno obteudria un rendimiento de 4 unidades, Supongamos ahora que no se trata solamente de Smith y Jones sino de una gran poblaci Se forman de nuevo pares de personas que ponen en marcha proyectos conjuntos; el Cuadro 7 ‘muestra la relacién entre la conducta y los rendimientos correspondientes a los miembros de M,. Segtin la l6gica del modelo basado en el egofsmo, el que recibe piensa que, aungue una ganancia de 1 centavo no es mucho, menos es nada, que es lo que obtendria si re- cchazara la oferta. Dado que el juego s6lo se realiza una vez, no tiene sentido rechazar Ia pro- puesta con la esperanza de animar al otro jugador a hacer una oferta més favorable. {Qué prediccién harfamos si acmitimos que al que recibe no slo le preocupa saber cudl serd su nivel final de riqueza, sino también la justicia? Es natural decir que el reparto més jus- to del excedente en un juego de negociacién basado en el ultimétum es dividirlo a partes igua- Tes, Sea S la suma total de dinero que ha de repartirse y P/S = (20 P,)/S la proporcién del ex- ccodente que obtendria el que recibe si aceptara la propuesta. Una til manera de expresar la preocupacién del que recibe por la justicia es decir que su satisfaccién disminuye conforme el ‘cociente P/S se aleja —-en cualquiera de los dos eentidos— del valor 0,56. Ast, por ejemplo, el ‘mapa de curvas de indiferencia definido en funci6n de M y P/S podrfa parecerse mas o menos al de la Figura 7.9. Las curvas de indiferencia mostradas parten del supuesto adicional de que ‘un reparto unilateral es més objetable si favorece a la otra persona, lo que no es sino otra forma Ue decir que li RMS aumenta més cuando nos desplazamos hacia la izquicrda de P/S = 0,5 que cuando nos desplazamos hacia la derecha " ‘Evaluemus ahora la proposicién unilateral que predice ¢! modelo convencional basado en el egoismo, en la que P, = 19,998 y P = 0,018. Si el que recibe acepta la propuesta, terminaré en cel punto (0,01/20, My + 0,01), que es el punto C de la Figura 7.10. Si la rechaza, tendrd casi cl mismo nivel de riqueza, M,. Si puede considerarse que el rechazo de la oferta da un valor de PIS de 0,5 (ya que ninguna de las partes gana terreno a expensas de la otra), el que recibe te minaré en el punto D de la Figura 7.10. Y como D se encuentra en una curva de indiferencia és alta que la C, lo mejor que puede hacer es rechazar la propuesta (s la acepta, el aumento in- significante de su riqueza seria insuficiente para compensarlo por la desutilidad de la transac cién unilateral). Y lo que es més importante, si el que asigna sabe que el que recibe tiene esas preferencias, nunca haré una oferta unilateral. En el ejemplo anterior, al que recibe sélo le cuesta un penique castigar al que asigna por ha- cer una oferta unilateral. :Estén dispuestos los individuos a rechazar las ofertas unilaterales que ‘mplican unas pérdidas sustancialmente mayores? Werner Guth y sus colegas han realizado es- tos experimentos con cantidades maximas de 50S y han observado que, incluso en este caso, es frecuente ver que el que recibe rechaza la oferta si el que asigna le oftece menos de un 20 por 100 del total 1 La observacn de este ajempi sera esencialmente la misma si las curvas de indiferencia del receptor de la Fi- gua 7.9 tovieran pendiente negativa en todos sus puntos. 216 CAPITULO 7: EXPLICACION DE LOS GUSTOS: EL ALTRUISMO ¥ OTROS TIPOS DE CONDUCTA DESINTERESADA FIGURA 7.10 La aceptacién de una oferta unilateral coloca al que la feeibe en el punto C: Sirechaza la oferta, te acaba en el punto D, en el cual, inluso aunque su tiqueea final 98 alg ‘menor, se encuentra fenuna curva de indiferencia mas alta, Ejempo 7.2 (GANANCIA DERIVADA DEL RECHAZO DE UNA OFERTA UNILATERAL ‘Aumento de la satisfaccién es 901 t 2 001720 Os 10 Naturalmente, es probable que Hegado a un determinado punto la preocupacién por la Justicia deje paso a la precoupacién por la propia ganancia absoluta. Seria sorprendente, de he- ccho, que el que recibe rechazara una propuesta de un 10 por 100, por ejemplo, de 1 millén de délares. En este caso, la mayorfa de las personas considerarfan sin duda més atractivo el par 0,1, M, + 100.000, 0,1) que (0,5, M,). La funcién de utilidad de Hatfield es U, = M,/\Mz donde M,, es el nivel de riqueza de Hafield y My es el de McCoy. La funcién de uttlidad de McCoy tiene una forma parecida: U,, = My MMe. Supongamos que M, = M,, = 4 inicialmente y que hay una tarea. ni agradable ni desagradable, que ambos tienen que redlizar conjuntamente y que generard 2 unidades adi- cionales de riqueza que deben repartirse entre los dos. Ninguno de ellos puede realizar a tarea solo 0 con otra persona. ;Cuél es Ia cantidad mds baja que aceptaria Hatfield a cambio de esta tarea? McCoy recibe la diferencia entre 2 y la cantidad pagada a Harfield. Fs ésta viable? Las funciones de utilidad de este ejemplo son funcionés en las que cada persona sé siente mejor cuando aumenta su tiqueza, pero peor cuando aumenta la de la otra. La tarea ‘aumenta la riqueza de las dos personas. Por lo tanto, de: lo que se trata es de ver si el efec~ to positivo de la tenencia de una mayor renta generada por la realizacién de la tarea com- pensa el efecto negative que produce el hecho de que la otra persona también tenga nds renta. El nivel inicial de utilidad de Hatfield es 4/4 = 2. Supongamos que realiza la tarea con McCoy y recibe P, por lo que queda 2 ~ P para McCoy. En ese caso; ef nivel de utilidad de Hatfield sera U,, = (4+ P)\4 +2 = P = (4 + Py — P. La menor cantidad ceptable para Hatfield es aquella que mantiene su utilidad en el mismo nivel-que si no participara: (4 + PysJ6 — P= 2. Reordenando los términos, ienemios que P? +.12P — 8 = 0, de donde se deduce que P = 0,63 (vase la nota 12).Dado que el problema es simé- ttico, esta también ¢s la cantidad minima que serfa aceptable para McCoy. Y dado que la ganancia (otal derivada Ue la wealizacién del proyecto (2) es mas que suficiente pura gue cada persona obtenga 0,63, la realizardn. Asf, por ejemplo, si cada uno acepta ung canidad de 1, cada uno tendr un nivel de wilidad de (4 + 14+ T= 5, que es mayor > ‘que el nivel inicia) de utilidad de 2: "2 Roeuéedese que la solucién de waa ceuaciéa dc Ia forma ax? + ybx +e —0 viene dada pur 1 MICROECONOMIA Y CONDUCTA 217 La importancia de los gustos El modelo basado en el egofsmo parte de ciertos gustos y restricciones y averigua qué ac- ciones servirén mejor a esos gustos. Este modelo es muy utilizado por los economistas y otros cientificos sociales, por los especialistas en teoria de los juegos, por los estrategas mi litares, por los fildsotos y otros. Sus resultados influyen en decisiones que nos afectan a to- dos. En su forma convencional, supone que los gustos por los distintos bienes de consumo, tanto presentes como futuros, por el ocio, etc., son puramente egofstas. La envidia, la culpa, Ja rabia, el honor, la simpatfa, el amor, etc., no suelen desempefiar ningdn papel en este modelo. En cambio, los ejemplos de este capitulo ponen el énfasis en el papel que desempefian estas ‘emociones en la conducta, Los racionalistas hablan de gustos, no de emociones, pero desde el punto de vista analitico los dos desempefian papeles exactamente paralelos. Asf, por ejemplo, luna persona que est motivada para evitar la emocién de la culpa puede describirse también ‘como una persona a la que le «gusta» la conducta honrada Los gustos tienen importantes consecuencias para la accin. La inclusién de gustos que ayu- dan a resolver los problemas de compromiso altera significativamente las predicciones de los modelos basados en el egofsmo. Hemos visto que a los individuos puede compensarles preo- cuparse por la justicia por s{ misma, porque esa preocupacién les hace ser mejores negociado- res, Sin tener en cuenta la preocupacién por la justicia, no podemos confiar en predecir qué pre- cios cobrarin las tiendas, qué salarios pedirdn los trabajadores, cusnto tiempo resistirén los ejecutivos ante una huelga, qué impuestos recaudard el Estado, a qué velocidad aumentard el resupuesto militar o qué posibilidades tiene un lider sindical de salir recicgido. La presencia de la conciencia también altera las predicciones de los modelos basados en el egoismo, Estos modelos predicen claramente que cuando las relaciuues eure los individuos no se repiten, éstos engafian si saben que pueden quedar impunes. Sin embargo, los datos muestran sisteméticamente que la mayoria de las personas no engaflan en estas circunstancias. Los mo- delos del egoismo también sugieren que los propietarios de las pequefias empresas no se su- iarfan a los grupos de presin patronales. Al igual que ocurre en el caso del Voto de una per sona, su aportacién parece demasiado pequeita dentro del total como para inclinar Ia balanza. ‘Sin embargo, muchas pequefias empresas pagan cuotas a las organizaciones patronales y mu- chas personas votan. También hay muchas més instituciones benéficas de lo que predecirfan ‘nunca los modelos basados en el egoismo. No existe nada mistico en las emociones que impulse a comportarse de ese modo. Estas constituyen, por el contrario, una parte evidente de la constitucién psicolégica de la mayo- ria de las personas. Lo que hemos visto es por qué podria ser ventajoso, incluso en términos puramente materiales, tenet preocupaciones que impulsaran a comportarse desinteresada- mente, GES LA GANANCIA MATERIAL UN MOTIVO «APKUPIADU> PARA LA MORALIDAD? Es posible que algunos objeten que fa perspectiva de obtener una ganancia material es de alguna ‘manera un motivo inapropiado para adoptar valores morales. Pero esta objeci6n malinterpreta el mensaje fundamental de este capitulo, que es que los motivos desinteresados s6lo dan una ventaja material si la satisfaccién que reporta hacer lo correcto es intrinseca a la propia con- ducta. De lo contrario, la persona carecerd de la motivacién necesaria para tomar decisiones sa- crificadas cuando nadie esté mirando, y una vez que otras personas perciban ese aspecto de su cardcter, no habré, de hecho, ventajas materiales. Por la propia naturaleza del problema del com- ‘promiso. los sentimientos morales no pueden generar una ventaja material a menos que sean sinceros. 218 CAPITULO 7: EXPLICACION DE LOS GUSTOS: EL ALTRUISMO Y OTROS TIPOS DE CONDUCTA DESINTERESADA Resumen Los dilemas del prisionero y otros tipos de problemas de compromiso abundan en las transac- ciones econémicas. El hecho de que se sepa que no s¢ tienen unas preferencias estrictamente egoistas puede resultar extraordinariamente uitil para resoverlos. Para que esus preferencias tengan ventajas, otT0s deben ser capaces de percibirlo. Si las pre- ferencias pudieran observarse sin costes ni incertidumbre, en el mundo slo habria personas Ccolaboradoras. Pero como los costes y la incertidumbre constituyen una parte mherente del pro- ‘ceso, siempre habré un espacio en el sistema ecol6gico, al menos para algunas de las personas oportunistas de las que parten fos modelos convencionales basados en el egoismo. Los dos puntos principales de este capitulo son los siguientes: (1) el modelo basado en el egoismo, que supone que todo el mundo se comporta de una manera oportunista, esté abocado a cometer grandes errores en la prediccién de la conducta real; y (2) las personas que se preo- ‘cupan por los intereses de los demés no tienen por qué salir perdiendo por ello, ni siquiera en términos puramente materiales. Dado que otros pueden reconocer el tipo de personas que son, tendrén oportunidades que no tienen los oportunistas. Temas de repaso Problemas 1. Resuma con sus propias palabras las principales dificutades de los criterios de la racionalidad basados em los objetivos inmediatos y en el egoismo, 2. xplique el papel del andlisis racional en el modelo de la motivacién humana del psieslogo. 3. ‘Trate de imaginar al menos dos problemas de compromiso con los que se haya encontrado personal- ‘mente el afto pasado, 4. Enel modelo del compromiso, ;qué papel desempena la posibilidad de observar las predisposiciones emocionales? ‘5. Explique por qué una carrera de armamentos entre Estados Unidos y la antigua Unién Soviética tiene a misma ectnictnra formal que un dilema del prisionero. 1. Una poblaciGn esté formada por dos tipos de personas, las «amistosas» y las «agresivas», Cada una se relaciona con un miembro de la poblacién elegido aleatoriamente.Cuando se relacionan dos amistosas, ‘cada una obtiene 3 unidades. Cuando se relacionan dos agresivas, cada una obtiene O unidades. Cuan- do se relacionan una amistosa y una agresiva, la primera recibe un rendimiento de una unidad y Ia se- ‘Bunda un rendimiento de 5. La tasa de crecimiento de cada tipo es proporcional a su rendimiento me- dio, ;Cusles seréin las proporciones de equilibrio de cada tipo? 2. Considere el caso de una poblacién en la que hay dos tipos de personas, C y D. Las relaciones entre al- unas combinaciones de los dos tipos peaducen los siguientes rendimientos: C-C: 6 cada una; C-D: 8 para D y 0 para C; D-D: 4 cada una, Existen unas gafas que cuestan 1 unidad y que permiten al que las lleva identificar con seguridad a ‘cada persona segdn su lipo, Sin ellas, no es posible distinguir los dos tipos. 1) ;Cusles serdn las proporciones de equilibrio de los dos tipos? 'b) (En qué variard su respuesta si el rendimiento fuera de 5,5 en el caso de las relaciones D-D? MICROECONOMIA Y CONDUCTA 219 3. La funcién de utilidad de Alphonse es U,=MM, donde M, y M, son los niveles de tiqueza de Alphonse y Gaston, respectivamente. Si el nivel incial de 1- ‘queza de Alphonse es 100 y el de Gaston 20 solamente, qué parte de suriqueza daré Alphonse a Gaston? 4. La funcién de utilidad de Abdul es donde M, es el nivel de niqueza de Abdul y M, es el nivel de riqueza de Benjamin. La funcién de uti- lidad de este dhtimo es Me 0, = Me og ‘Suponga que M, = M, = 10 inicialmente y que hay un proyecto conjunto que Abdul y Benjamin ‘pueden realizar y que genera 10 unidades adicionales de riqueza que pueden repartirse entre los dos. El proyecto no es dgradable ni desagradable. ;Cual es la cantidad minima que debe recibir Abdul para gue ‘acepte realizar el proyecto? ;Cual es la cantidad minima a la que debe renunciar Benjamin? {Realiza- raat el proyecto? 5. Suponga ahora que la funcién de utlidad de Benjamin es Uy ~M,? en el Problema 4 y que Abdul fir- ‘ma un contrato segin el cual donaré 20 a una causa a la que se opone si recibe menos de un 90 por 100 del dinero que gane conjuntamente con Bejamin. ;Aceptars Benjamin una oferta de «todo o nada» de tuna unidad de Abdul? ‘6. Devcriba tas ventajas y los inconvenientes de elegir un Lider politico que se sabe que es partidario de evar a cabo duras represalias militares contra las agresiones extranjeras, incluso cuando estas son le- sivas para nuestros propios intereses nacionales, 7. La utilidad de Harold viene dada por 17 = 3M + 60V, donde M es el valor monetario de su consumo anual del bien compuesto y V toma el valor 1 si vota y 0 si no vota. Harold financia su consumo tra. bajando por 308 por hora durante tantas horas como quiera trabajar. En ira votar, hacer cola y volver tarda un total de 20 minutos. $i considera que su tiempo de transporte y de espera no es ni més desa- sgradable ni menos que trabajar una cantidad equivalente de tiempo, :cudn larga debe ser la cola en las ‘umas para que decida no votar? Respuestas de los ejercicios 7.1. Sea h la proporcién de halcones que hay en la poblacién, de tal manera que 1 — h representa la pro- poreién de palomas. Dado que los dos tipos interactdan al azar con otros miembros dela publaciGn, el rendimiento esperado de las palomas viene dado por P= HI —h) +200) -h El rendimiento esperado de los haleones es P= 61 ~h) + 1(h) =6~Sh La combinacién de poblacién se encuentra en equilibrio cuando los rendimientos esperados de los dos tipos son iguales. Si A* representa la proporcigu de ialeones de equilibrio, tenemos que 3h = 65h" de donde h’ = 3/4. La proporcién de palomas de equilibrio es 1 — 220 CAPITULO 7: EXPLICACION DE LOS GUSTOS: EL ALTRUISMO Y OTROS TIPOS DE CONDUCTA DESINTERESADA, 7.2. P=0,9(4) +0,1(0) = 35, 7.3. Si todos los colaboradores pagan el coste de Ia vigilancia, cada uno obtendré un rendimiento de 4~1,5=2,5. Si no lo paga ninguno, ol rendimiento esperado ser P= 06(4) +040) = 24 ‘que es menor que 2,5, Por lo tanto, deben pagar el coste de la vigilancia. 74, Ahora el rendimiento. una vez descontado el caste de la vigilancin, #8 4 — 0,5 ~ 3,5. Si los eolabo. radores no pagan el coste, su rendimiento esperado viene dado de nuevo por P_ = 4c. Para hallar el valor de c correspondiente al punto de nivelaciGn, resolvemos la ecuacién 4c" ="7.5, 1o que nos da el siguiente resultado: c’ = 7/8 En el caso en que c < 7/8, los colaboradores tienen un mayor rendimiento esperado si pagan el ‘coste, En el caso en que c > 7/8, tienen un mayor rendimiento esperado simplemente con proba suer- te. Enel caso en que c < 7/8, los desertores se versin obligados a relacionarse entre si, por lo que ob- ‘endrén un rendimiento de 2. Sin embargo, una vez que c > 7/8, los C dejan de pagar el costey el ren dimiento esperado de los desertores se convierte en P=06+(I-c)2=2+4e Las funciones de rendimiento esperado de los colaboradores y los desertores son las que muestra el grafico: Rendimionta media de los desertores Rendimiento medio de los colaboradores a ee oe ee ° 7 10 ‘Obsérvese que el rendimiento medio de los colaboradores es mayur yu el de los desertores siem pre que ¢ < 7/8, mientras que el de los desertores es superior siempre que c > 7/8. Por lo tanto, siini- Gialmente ¢ > 7/R, In proporcién de colaboradores disminuiré a 7/8, ya que la tasa de crecimients Ue los desertores ser mayor que la suya, Si inicialmente c < 7/8, la proporcidn de colaboradores au- mentard a 7/8. CaPiTULO Limitaciones cognoscitivas y conducta del consumidor tuna al aire libre y otra cubierta. Para poder acceder a las instalaciones al aire libre hay (que pagar una cantidad fija cada temporada, independientemente de lo que se utiticen. En cambio, para acceder a las instalaciones cubiertas no slo hay que pagar una cantidad fija cada temporada sina también 15S la hora cada vez que se utilicen. El hecho de que cueste ms entrar cn las instalaciones cubiertas se debe a los costes adicionales de calefaccién, electricidad y man- tenimiento del edificio. Las instalaciones cubiertas se abren a principios de octubre, momento en que puede haber en Ithaca desde un sol radiante y temperaturas suaves hasta una impresio- nante tormenta de nieve, Las instalaciones exteriores permanecen abiertas, siempre que 10 permita la situacién meteorol6gica, hasta principios de noviembre. Las dos instalaciones tam- bign estén abiertas simultdncamente durante un mes en primavera, La demanda de las instalaciones cubiertas es intensa y las personas que quieren jugar pe- ri6dicamente deben comprometerse a reservar una hora especifica todas las semanas. Una ‘vez hecho eso, deben pagar la hora independientemente de que vayan o no a jugar. Cuando hace buen tiempo, casi todo el mundo prefiere jugar en las instalaciones al aire libre, que se en- ‘cuentran en una de las gargantas mds bonitas de Ithaca. He aqut el problema: una persona se ha comprometido a jugar en las instalaciones cubiertas alas 3 de la tarde del sbado 20 de octubre, que es la tinica hora a la que puede jugar ese dia, Hace una calida y soleada tarde otofial. ;Dénde debe jugar? {Dentro o fuera? He observado sorprendentemente que muchos de mis amigos que no son economistas se re- sisten cuando les digo que lo tinico sensato es jugar en las pistas al aire libre. «Pero ya hemos pagado para jugar en las cubiertas», se quejan invariablemente. Y les pregunto: «Si las dos pis- {as costaran lo mismo, jcudl elegirfais?» «La de fuera», me responden inmediatamente. En- tonces les explico que las dos pistas cuestan de hecho lo mismo, puesto que el precio de una hora es de 15S independientemente del lugar en el que juguemos, independientemente de que juguemos 0 no. Los 158 son el coste imrecuperable, por lo que no debe influir en nuestra deci- sin. Sin embargo, incluso después de esas explicaciones, muchas personas parecen sentirse in- ‘cmodas por desaprovechar la pista cubierta que han pagado. Sin embargo, la alternativa es de- saprovechar la oportunidad de jugar al aire libre, en lo que todos coincidimos que es atin més valioso. Ciertamente, es malo ser despilfarrador, pero se va a despilfarrar a/go, cualquiera que sea el lugar en el que juguemos. I A UNIVERSIDAD de Cornell tiene dos instalaciones de pistas de tenis para el profesorado, 221 222 CAPITULO 8: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS Y CONDUCTA DEL CONSUMIDOR A [a larga, la mayorfa de las personas acepta que es més sensato dejar la pista cubierta, aun después de haberla pagado, y jugar en la exterior en los dias otofiales soleados. El modelo de lat eleccién racional nos dice inequfvocamente que eso es lo que debemos hacer. Pero no parece ser Ja inclinacién natural de 1a mayorfa de las personas. Mas bien al contrario, si no hiy un evo- nomista que lo plantee, la mayoria de la gente que ha pagado una pista cubierta acaba utili- zéudola, inclusy en lus dias mas agradables. Avance En el Capitulo 7 hemos visto por qué hay otros motivos, aparte del egofsmo, que pueden ser im- portantes, Estos suelen levar a los individuos a comportarse de una manera que se considera irta- cional en el modelo basado en el egoismo. Pero irracionales o no, algunos tipos de conducta, ‘como dejar propina en un restaurante de la carretera o devolver un monedero perdido a su pro- pietario, se realizan sin lamentarlo. Si un racionalista dijera que el camarero de una lejana ciudad ‘no puede tomar represalias por no haberle dejado propina, 1a mayoria de nosotros responderia: ¢¥ qué?» No nos lamentariamos de repente de haber estadu dcjadv propina toda nuestra vida. Este capitulo pone el acento en una conducta irracional de un tipo totalmente distinto, re- sultado de la incapacidad para ver claramente cudl es la mejor manera de lograr un resultado de- seado. Un ejemplo es la incapacidad para dejar de lado los costes irrecuperables de la pista de (tenis cubierta. A diferencia de lo que ocurre con los tipos de conducta que hemos analizado en el capitulo anterior, los individuos a menudo desean alterar esta conducta cuando comprenden claramente sus consecuencias. ‘Al margen de Ia incapacidad para dejar de lado los costes irrecuperables, veremos que los, individuos violan las prescripciones de 10s modelos de la eleccién racional de muchas otras for- ‘mas. Lo importante para nuestro andlisis es que estas violaciones suelen ser sistematicas. Exa- ‘minaremos varios modelos de la eleccin basados en la conducta que suelen predecir mejor las decisiones reales que el modelo de la eleccién racional. Seré importante recordar, sin embargo, que estos modelos no pretenden tener un mensaje normativo. Nos dicen, por ejemplo, que a me- rudo tendemos a dejar de lado los costes irrecuperables, no que debemos dejarlos de lado. Segiin el modelo de a eleccién racional, podemos tomar mejores decisiones dejando de lado Ios costes irrecuperables, y la mayorfa de las personas, cuando lo piensan, se muestran to- talmente de acuerdo. El valor de los modelos basados en la conducta se encuentra en el hecho de que laman la atenci6n sobre situaciones en las que es probable que cometamas errores. Constituyen una importante herramienta para ayudamos a evitar frecuentes trampas que se co- meten en el proceso de tomar decisiones. Racionalidad limitada EI Premio Nobel Herbert Simon fue el primero que impresion6 a los economistas cuando dijo que los seres humanos eran incapaces de comportarse como los seres racionales que des- criben los modelos convencionales de la eleccién racional, Simon es un pionero en el campo de la inteligencia artificial y lleg6 a esta conclusién cuando trataba de ensefiar a una computadora 4 «razonar» un problema. Descubrié que cuando nos encontramos ante un enigma, raras veces llegamos a una solucién de una manera clara y lineal, sino que buscamos de una manera casual hechos e informacién potencialmente relevantes y normalmente desistimos cuando nuestra ni- vel de comprensién alcanza un determinado umbral. Nuestras conclusiones suelen ser incohe- rentes, incluso totalmente incorrectas. Pero la mayoria de las veces damos con soluciones ser- vibles, aunque imperfectas. En palabras de Simon, somos «satisfacedores», no maximizadores. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 223 Otros economistas posteriores han recogido el testigo de Simon y han desarrollado una re~ finadisima literatura sobre la toma de decisiones con informacién incompleta. Ahora sabemos ‘que cuando recoger informacién es costoso y la capacidad cognoscitiva para asimilatla es li- mitada, no es ni siquiera racional tomar decisiones totalmente documentadas del tipo que des- criben los modelos sencillos. Paraddjicamente, es irracional estar totalmente informado. La li- teratura sobre la toma de decisiones con informacién incompleta, lejos de ser un reto para el ‘modelo de la eleccién racional, ha reforzado, de hecho, nuestra confianza en él. Pero existe otro descendiente de las investigaciones de Simon que se lleva peor con el mo- delo de la eleccién racional. Esta vertiente. en la que han influido podernsamente Ine psicélogns cognoscitivos Daniel Kahneman y Amos Tversky, demuestra que incluso cuando los problemas son sumamente sencillos, los individuos snelen violar los axiomas més fundamentales de la eleccién racional. Un ejemplo que viene al caso es la decisién de jugar al tenis en una pista cu- bierta 0 al aire libre. Los hechos relevantes en este problema dificiliente podrian ser més sim- ples y, sin embargo, como hemos sefialado, sisteméticamente tomamos decisiones irracionales. Estos ejemplos no son en modo alguno casos aislados. Uno de los dogmas més apreciados del modelo de la eleccién racional es el de que la riqueza es fungible, lo que implica, entre otras cosas, que es nuestra riqueza total, no la cantidad que tenemos cn cualquier cuenta, la que de- termina lo que compramos. Kahneman y Tversky, sin embargo, han demostrado con un grafico experimento lo contrario'. Le dijeron a un grupo de personas que se inayinaran que, después de haber comprado las entradas a 10S, llegaban al teatro y se daban cuenta de que las habfan per- ido; y a otro que se imaginara que legaba justo antes de yue comenzara la sesidn para comprar Jas entradas y se daba cuenta de que se le habfan caido 10S por el camino. A continuacién les Peguntaron a los miembros de los dos grupos si mantendrian su plan de asistira la obra. En el modelo de la eleccién racional, as fuerzas que rigen esta decisién son las mismas en los dos ‘grupos. La pérdida de una entrada de 105 deberia producir exactamente el mismo efecto que la érdida de un billete de 10S (recuérdese que en el Capitulo 3 vimos que si los gustos y las res- ticclones presupuestarias son iguales, también deben serlo las decisiones). Y, sin embargo, en repetidas pruebas, la mayoria de las personas del primer grupo afirmé que no asistirian a la obra, mientras que la inmensa mayoria —88 por ciento— de las personas del segundo afirms que si asistirfan. Segiin Kahneman y Tversky, parece que los individuos organizan sus gastos en «cuentas ‘mentales» separadas para los alimentos, la vivienda, el esparcimiento, los gastos generales, etc. Las personas que pierden la entrada actiian como si hubieran cargado 10$ en su cuenta mental para esparcimiento, mientras que las que pierden 10$ los cargan a su cuenta para gastos gene- rales. Para las personas del primer grupo, la pérdida hace que el coste aparente de asistir al es- pecticulo aumente de 10$ a 208, mientras que para las del segundo éste sigue sienclo de 106. El modelo de la elecci6n racional pone de manifiesto que la valoracién del segundo grupo es correcta. Y, de hecho, la mayoria de las personas, cuando Io piensan, coinciden en que perder una entrada no es una raz6n mejor para no asistir al espectéculo que perder un billete de 10S. La funcién asimétrica de valor Segtin el modelo de la eleccién racional, los individuos deben evaluar los acontecimientos o los. conjuntos de acontecimientos desde el punto de vista de su influencia global en la riqueza total, Supongamos que A es un acontecimiento consistente en que recibimos inesperadamente 10S y Bes otro acontecimiento consistente en que volvemos de vacaciones y nos encontramos con luna factura de 80$ procedente del ayuntamiento por la reparacion de una caferia rota que pasa * Véase Amos Tversky y Daniel Kahneman, «The Framing of Decisions and the Psychology of Choice», Science, 211, 1981, pgs, 453-458, FIGURA B.A Fre! modelo de ta eleccisn racional, ‘cualquier ‘combinacion de acontecimientos que incromente la ‘iqueza total también aumento la utilidad tora CAPITULO 8: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS ¥ CONDUCTA DEL CONSUMIDOR por nuestras propiedades. Segtin el modelo de la eleccién racional, deberiamos considerar que estos dos avontecinuienlus son algo bueno, ya que su efecto neto es un aumento de nuestra riqueza total de 208. Kahneman y Tversky observan, sin embargo, que la gente suele sopesar cada uno de los acontecimientos por separado y conceder mucha menos importancia a la ganancia que a la pér- dda, tan poca que muchas personas se niegan, de hecho, a aceptar pares de acontecimientos que aumentarfan su riqueza global. ‘Naturalmente, en el modelo de la elecci6n racional, eso no puede ocurrir nunca. Ante los dos acontecimientos A y B que acabamos de describir, una persona que tenga un nivel inicial de riqueza M, sabe exactamente cOmo reaccionar. El efecto combinado de A (una ganancia de 1008) y B (una pérdida de 80S) es un aumento de su riqueza aM, + 20. Y dado que la utilidad una funcidn creciente de la riqueza total, los dos acontecimientos considerados en conjunto hacen que la utitidad aumente de U,,a U,, como muestra la Figura 8.1. Segtin Kahneman y Tversky, los individuos no evalan las alternativas con la funcién de uti- lidad convencional sino con una fiuncién de valor que se define con respecto a los cambios de la Tiqueza. Esta funcién de valor tiene una importante propiedad: es mucho mAs inclinada en las pérdidas que en las ganancias. Ohsérvese, por ejemplo, en Ia Figura & 2-que asigna un valor mu- ‘cho mayor, en términos absolutos, a una pérdida de 80S que a una ganancia de 1008. Obsérvese también que Ia funcién de valor es céncava en las ganancias y convexa en las pérdidas. Esta propiedad es andloga a la utilidad marginal decreciente del modelo tradicional. Indica que el efecto de las sucesivas ganancias o pérdidas disminuye conforme aumentan estas. Kahneman y Tversky hacen hincapié en que su funcidn de valor es un instrumento pura- ‘mente descriptivo, Tratan de encontrar regularidades en la manera en que los individuos pare. ‘cen tomar sus decisiones. No pretenden afirmar que deban elegir tal como predicen sus fun- ciones de valor. Segin Kahneman y Tversky, es muy frecuente que evaluemos por separado cada uno de los acontecimientos de unas serie de ellos y que tomemos las decisiones en funciéu de la sua de sus distintos valores. En este ejemplo, V(100) es mucho menor, en términos absolutos, que V(-80). Dado que la sun algebraiva de los dos es menor que cero, todo el que utilice este mecanismo de decisién rechazaré el par de oportunidades A y B, incluso aunque su efecto neto sea un incremento de la riqueza total de 208. La funcién de valor de Kahneman y Tversky tiene, en realidad, dos importantes caracte- risticas. En primer lugar, los individuos tratan las ganancias y las pérdidas asimetricamente, con- cediendo en sus decisiones un peso mucho mayor a las segundas que a las primeras. En segundo lugar, evaltan primero los acontecimientos y después suman los valores. La primera caracte- ristica no implica necesariamente que la conducta sea irracional. Al fin y al cabo, no es inco- herente que pensemos que una pérdida causa més dolor que la felicidad motivada por una ga- LUTILIDAD DE UN PAR DE ACONTECIMIENTOS QUE AUMENTA LA RIQUEZA TOTAL Utilidad MICROECONOMIA Y CONDUCTA 225 FIGURA 8.2 A diferencia de la funcién de utlidad ‘eadiciona, a funcién de valor se define con respecto a los cambios dela riqueza total. Es ms ‘nlinada en las pérdidas que en las anancias, céncava fen las ganancias y convexa en las LA FUNCION DF VALOR DE KAHNEMAN Y TVERSKY Valor va) Ganancias nancia de Ia misma magnitud. Lo que sf suele parecer irracional es el segundo paso: examinar ‘cada acontecimiento por separado en lugar de considerar su efecto conjunto, Se trata esencialmente de cémo formulamos los acontecimientos. Si una persona le dijera a orra que el efecto neto de dos acontecimientos, A y B, es un aumento de su riqueza de 20S, ésta Probablemente dejaria répidamente que sucedieran. Formulados como una entidad, constituyen evidentemente una mejora frente al statu quo. El problema radica en que, en las decisiones reales, puede parecer més natural formular los acontecimientos por separado. Sera ttl poner otro ejemplo para explicar esta cuestién. Recientemente, una empresa sus- cribi6 un nuevo plan de seguro médico para todos sus trabajadores. Fl antiguo pagaba el 100 Por 100 de todos los gastos médicos cubiertos; la prima era del orden de unos 500$ anuales por familia. En el nuevo plan, los trabajadores dehen pagar los primeros 2008 de gastos médicos anuales, pero una vez traspasado ese limite, el seguro paga, al igual que en el plan anterior, el 100 por 100. La prima del nnevo plan es de 2508 anuales, la mitad quc la del antiguo. Los tra bajadores tienen la posibilidad de seguir con el antiguo plan o de pasarse al nuevo. Vista desde Ia éptica del modelo de la eleccién racional, el nuevo plau es mejor que el an- tiguo. El ahorro en primas de 250$ compensa con creces el pago de los primeros 200$ dolares de gastos médicos. Las familias quc gasten menos de 2005 anuales saldrdin ganando aun mas con el nuevo plan. No obstante, muchos trabajadores desean obstinadamente seguir con el an- tiguo plan. Si unas personas consideran el aliorro de 250S en primas y los 20US adicionales de gastos médicos como acontecimientos independientes, la funcién asimétrica de valor predice exactamente esa conducts, Cumo indica la Figura 8.3, la perdida de 200S tiene mas peso que la ‘ganancia de 2508. Costes irrecuperables ‘Segtin otro dogma basico del modelo de la eleccién racional, los costes irtecuperables no deben tenerse en cuenta en las decisiones. En el ejemplo del tenis expuesto al principio de este capt- tulo, hemos visto que es este principio, no los costes irrecuperables, el que a veces no se tiene ‘en cuenta, Richard Thaler, cconomista de la Universidad de Comell, sostiene que estos ejemplos no son casos aislados, que los individuos muestran, de hecho, una tendencia general a tener en cuenta los costes irrecuperables. Thiler es el autor del experimento analizado en el Capitulo 1 226 FIGURA 8.3 Dado que el ahoro en primas (2508) es ‘mayor que et ‘aximo aumento posible de for gartor ‘no cubiertos (2008), el nuevo plan es mejor que el antiguo. Pero si os indsiduos reqisan las fananeiasy as peérdidas por Separado, es posible ‘que rechacen ef cambio de poiza ‘CAPITULO 8: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS Y CONDUCTA DEL CONSUMIDOR RECHAZO DE UN PLAN DE SEGURO DOMINANTE Valor Ganancias ee es en el que se podia comer toda la pizza que se quisiera, Recuérdese que en ese experimento los comensales los que se les devolvfa el coste de la cena comfan menos trozos de pizza que los demds. Thaler offece algunas otras graficas ilustraciones de este patron. Una de ellas es un experimento hipotético en el que se nos pide pritnero que imaginemos que hemos comprado un par de zapatos muy modernos por 200S y descubrimos que nos quedan muy estrechos. Mejoran algo después de amoldarlos, pero siguen molesténdonos considerablemente, {Qué hacemos con estos zapatos? ;Continuamos poniéndonostos o los tiramos? ;Responderfa- mos de otra forma si no los hubiéramos comprado sino que nos los hubieran regalado? Segiin el modelo de la eleceién racional, da igual que hayamos comprado los zapatos o que nos Jos hayan dado. En ambos casos, ahora son nuestros, y la tinica cuestiGn es ver si las mo- Testias que nos causan son suficientemente grandes para dejar de ponérnoslos. Las personas de las dos categorias deberian dejar de ponérselos con las mismas probabilidades. Sin embargo, ‘conttariamente a esta prediccién, muestran una tendencia mucho mayor a decir que tirarian los zapatos si se los regalaran. Parece que el hecho de no haber desembolsado 200$ hace que pocas personas se muestren decididas a soportarios. Un iiltimo ejemplo de costes irrecuperables: supongamos que acabamos de pagar 40$ para ver un partido de balocesto esta noche a 60 kildmettos al norte de nuestra casa. De repent, se pone a nevar copiosamente y las carreteras que conducen al norte estn transitables, aunque con dificultades. ;Seguiriamos pensando en ir al partido? {Responderfamos de otra forma si en lu- gar de haber comprado las entradas nos las hubieran dado gratuitamente? Thaler observa que la ‘mayorfa de las personas irfan si hubieran comprado las entradas, mientras que se quedarfan en casa si se las hubieran regalado. Naturalmente. segiin el modelo de la eleccién racional la de- cisi6n serfa la misma en ambos casos. Si el placer que esperamos que nos reporte el partido es superior a la molestia que esperamos que nos cause el ir, debemos ir: de lo contrario, debemios quedamos en casa, Ninguno de los elementos de este célculo de coste-beneficio debe depender de la manera en que hayamos conseguido las entradac. Costes desembolsados frente a costes de oportunidad ‘Thaler sugiere que nuestra tendencia a tener en cuenta los costes irrecuperables puede inter- pretarse de una manera sencilla mediante la funcién de valor de Kahneman y Tversky. Vol- MICROECONOMIA Y CONDUCTA 227 viendo al ejemplo del tenis, la imposibilidad de jugar en las pistas al aire libre en un buen dfa se registra mentalmente como una ganancia perdida, mientras que el hechw de nv jugar en las pis- tas cubiertas de 15S, que ya hemos pagado, se registra como una pérdida. A pesar de que la ga- nancia sea en este caso mayor que la pérdida, la mayor inclinacién de la funcién de valor en la zona de las pérdidas crea un sesgo en favor de la pista cubierta Algunos otros ¢jemplos plausibles pueden interpretarse mas 0 menos de la misma forma? Consideremos el caso de una persona que en 1955 compré una caja de botellas de vino a 5$ la botella. Actualmente, ese mismo vino se vende @ 100S 1a botella. La tienda en Ja que suele com- prar el vino le ofrece 608 por cada una de las botellas y él rechaza la oferta, aun cuando lo ma- ximo que estaria dispuesto a pagar actualmente por ese vino son 35§ por botella. El modelo de Ja eleccién racional excluye esa conducta, Pero si los gastos desembolsados (por ejemplo, por la compra de vino adicional) se registran como pérdidas, mientras que los costes de opor- tunidad (por ejemplo, de no vender el vino a la tienda) se registran como ganancias perdidas, la funcion asimétrica de valor predice una respuesta de ese tipo. Un ejemplo atin mas comiin es el de las entradas para acontecimientos deportivos especia- Jes. Las entradas para asistir a la final del campeonato de futbol americano de 1985 se vendie- ron a 250$ a través de los canales oficiales, pero en el mercado abierto los precios legaron a al- canzar los 2.5008. Miles de aficionados utilizaron sus entradas de 2508 para ver el partido, desaprovechando, pues, la oportunidad de venderlas a 2.5008. Sin embargo, muy pocos ha. brian gastado 2.500S en una entrada para el partido. Thaler oftece el ejemplo paralelo del hombre que se negarfa a cortar el césped del vecino aunque le pagara 20$ y, sin embargo, corta el suyo, que es idéntico, incluso aunque el hijo de su vecino esté dispuesto a cortérselo por 8$ solamente. Esta conducta, asf como la de los aficio nados al futbol, también es coherente con Ia idea de que los gastos desembolsados se registran como pérdidas y los costes de oportunidad como ganancias perdidas. Formulacién hedonista La funcién de valor de Kahneman y Tversky sugiere varias maneras especificas en que los ven- dedores, las personas que hacen regalos y dems pueden formular sus ofrecimientos para au- ‘mentar su atractivo?, Thaler menciona estas cuatro estrategias: + Descomponer las ganancias. Dado que la funcién de valor es céncava en las ganancias, el valor total es mayor cuando descomponemos una gran ganancia en dos (o en varias) ‘més pequefias. Ast, por ejemplo. la Figura 8.4 muestra que una ganancia de 100 crea més valor total si se descompone en dos ganancias separadas de 60 y 40. En este caso, la mo- raleja es, en palabras de Thaler, «no pongas todas los regalos de Navidad en la misma caja». Thaler ha contrastado la validez empirica de esta recomendacién preguntando a la gente cual de las dos siguientes personas pensaba que estaba més contenta: la A, que re- cibfa das hilletes de loterfa y ganaba 50S en uno y 258 en otro; 0 la B, que recibja un bi- llete de loterfa y ganaba 75S. El 64 por 100 de las personas encuestadas respondié que la A estaria més contenta, el 18 por 100 respondié que la B y el 17 por 100 pensaba que lis dos estarfan igual de contentas. Naturalmente, el modelo de la eleccién racional nos dice «que las dos estarian igual de contentas. * Véase R. Thaler, «Toward a Positive Theory of Consumer Choice», Journal of Economic Behavior and Organi- zation, 1980, * Este pertado se basa cn gran medida en los aguinenton y prusbas presents en R, Thaler, «Mental Accoanting, and Consumer Choice», Marketing Science, 4, 1985, 228 CAPITULO 8: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS Y CONDUCTA DEL CONSUMIDOR FIGURA 8.4 LA VENTAJA DE DESCOMPONER LAS GANANCIAS Dado que Is funcién de valores céncava Valor en las ganancias, el Valor toal de dos | via0) + veeu) pequefas ganancias ‘consideradae or separado [vi60) + aon es mayor que ef valor desu summa [V1001, var Pérdidas Ganancias vw + Combinar las pérdidas. La convexidad de ta funcién de valor en la zona de las pérdidas implica que dos pérdidas separadas parecerén menos dolorosas si se combinan en una sola pérdida mayor. Como muestra la Figura 8.5. por ejemplo, las pérdidas separadas de 20 y 30 tienen un valor conjunto mayor, en términos absolutos, que el de una pérdida de 50. ara contrastar esta prediccién sobre la eficacia de combinar las pérdidas, se pregunt6 ‘una muestra de individuos quién se sentiria peor: A, que recibe una carta del fisco en la que se le reclaman 1508; 0 B, que recibe dos cartas, una del fisco en la que se le reclaman 100S y otra del ayuntamiento en la que se le reclaman 50$ (también se les dijo que las cartas no tenfan ninguna repercusién salvo el pago de los impuestos adicionales). He aqui sus respuestas: el 76 por 100 declaré que B se sentirfa peor, el 16 por ciento declaré que A, 18 por 100 dijo que no habja ninguna diferencia. Una vez més, el modelo de la elec cidn racional nos dice que las dos deberian sentirse igual. FIGURA 8, Dado que Ia Funcién de valor es comvexs Valor fn las pérdidas, el ‘efecto de dos pérdidas onsideradas por separado 1M-20) + M3011 es mas doloreso que el efecto de su suma I-50 LAS VENTAJAS DE COMBINAR LAS PERDIDAS Ganancias MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 229 FIGURA 8.6 Dado que is funcisn de valor es mas inclinada en las petdidas que en las fanancias, el dolor de una peda [M-200)] a menudo serd mayor que el placer de una ganancia algo mayor FVD 5001 Flan ia una pérdida de ese tipo puede evitarse ‘cuando es posible ‘combinarlo con la ‘mayor ganancia para producirun efecto eto positive [M50)] Pérdidas LA VENTAJA DE COMPENSAR UNA PERDIDA CON UNA GANANCIA MAYOR Valor vias Ganancias vw Los comerciantes parecen haber descubierto el principio de que las pérdidas son ‘menos dolorosas cuando se combinan que cuando sc consideran por separay. Un jacuz2 de 2.0008, por ejemplo, parece mucho més barato cuando su precio se suma al de una casa de 150,000$ que cuando se valora por separado. El gasto de 150.0005 realizado en la casa ya aleja al comprador tanto de la parte plana de la funci6n de valor que 2.0008 ‘més parecen causar poquisimos dafios adicivuales. Compensar una pequefia pérdida con una ganancia mayor. La mayor inclinacién de Ja funcién de valor en 1a zona Ue las pérdidas puede evitarse siempre que sea posible com- binar una pérdida con una ganancia mayor. Asf, por ejemplo, una ganancia de 250 y una pérdida de 200, si se evuldun por separado, producen un valor neto negativo, Sin embar- ‘80, como muestra la Figura 8.6, el efecto de la suma de las dos es claramente positivo. Para comprobar que el lector comprende intuitivamente Ia ventaja de compensar las pérdidas con ganancias mayores, pregtintese qué persona piensa que estarfa mas conten- 4; a A, que gana 100$ jugando a la loteria, pero ese mismo dia se le cae una botella de tinta en la alfombra que le causa una pérdida de 80S; o la B, que gana 208 jugando a la lo- teria, E170 por 100 de una gran muestra de personas que respondieron a esta pregunta de- claré que la B, el 25 por 100 declaré que la A y el 5 por 100 pensaba que las dos estarian igual de contentas , EI modelo de la elecci6n racional, que predice el segundo resultado, esté de nuevo en contradiccién con la opinién de la mayorfa. Recuérdese el andlisis anterior de la empresa cuyos trabajadores se mostraban reacios a adoptar el nuevo plan de seguro médico. Esta empresa podria conseguir una aceptacién mucho mayor si formulara la decisi6n en funcién del efecto neto en lugar de formularla ‘como una pérdida y una ganancia separadas. Separar las pequefias ganancias de las grandes pérdidas. Se pregunté a una muestra de individuos cual de estas personas crefan que estaba més contrariada: la A, cuyo auto- ‘mévil habia sufrido dafios por valor de 200$ en un aparcamiento el mismo dia en que ha- bfa ganado 25S en una loterfa realizada entre los compaficros de la oficina; o la B, cuyo automévil habia sufrido daiios por valor de 1758 en el aparcamiento. El 72 por 100 de los ‘que respondieron declaré que B, el 22 por 100 declaré que A y el G por cieulw declaré que las dos por igual. El modelo de la eleccién racional predice que estarfan igual de contra- *R.Thaler, op. cit, 1985. 230 FIGURA 87 Sie registra una devolucién de dinero ‘como una ganancia Independiente (M1.200)] y el precio Gel producto como, tuna pérdida [M-11.200), efecto iota [V1.200) + M11 200) es ‘Cuando el producto se ofrece a un precio mis bajo (M-10.0001, ‘CAPITULO 8: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS ¥ CONDUCTA DEL CONSUMIDOR EL EFECTO DE CONSOLACION Y LA DEVOLUCION Valor var Pérdidas Ganancias vay rladas, ya que su riqueza experimentarfa la misma reduccion. La funcin de valor de Kah- neman y Tversky predice, por el contrario, que B estarfa més contrariada, lo que coinci- de con ia respuesta de la mayorfa de las personas. ‘Thaler llama a la separaciGn de una pequefia ganancia de una gran pérdida «efecto de Ja consolaci6n» y sostiene que puede ayudar a explicar por qué tantos comerciantes ofrecen la devolucién de dinero por 1a compra de sus productos («;compre un Dodge nue- -vo antes del I de octubre y le devolveremos 1.200$!»). Desde el punto de vista del mo- delo de la elecci6n racional, parece que es mejor la simple alternativa de reducir el precio del producto, ya que el comprador debe pagar un impuesto sobre las ventas que recae so- bre el precio total del articulo, incluida la cantidad que se le devuelva. En la ciudad de Nueva York, donde el tipo de este impuesto es de un 8 1/4 por 100, eso significa pagar ‘99$ més por un automévil con una devolucién de 1.200 que por un automsvil idéntico con una reduccién del precio de 1.200S. Y, sin embargo, esta préctica persiste. Si lleva a los individuos a registrar el precio del producto como una pérdida y la devolucién como uuna ganancia (véase la Figura 8.7), el enfoque de la funcién de valor pone claramente de manifiesto por qué puede ser tan eficar. este método, La eleccién en condiciones de incertidumbre El modelo convencional de la eleccién racional en condiciones de incertidumbre es el modelo de {a utilidad esperada de von Neumann y Morgenstern, analizado en el Capitulo 6. Este mo- delo constituye una valiosa gufa sobre ia mejor manera de elegir entre opciones inciertas. Pero Kahneman y Tvesky han mostrado que no siempre describe satisfactoriamente la manera ‘en que los individuos deciden en la realidad’, Para ilustrarlo, presentaron una serie de opciones ‘a un grupo de sujetos voluntarios. Comenzaron con el siguiente problema, que suscitd res- puestas que eran perfectamente coherentes con el modelo de la utilidad esperada: * Vease Amos Tversky y Daniel Kalevi, udyment Under Uneettanty: Heuristics ad Biases», Science, 185, 1974, pigs. 1.124-1.131. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 231 FIGURA 8.8 Sila funcién de wlidad es suficientemente ‘oncava, UM 240) ser superior a la utlidad esperada de tun juego cuyo valor esperado sea Posiivo, 0.25U0M + 1.000} + 0,750, Problema 1. Elija entre ‘A: Una ganancia segura de 2408 (84 por 100) B: Una probabilidad de un 25 por 100 de obtener 1.000$ y una probabilidad de un 75 por 100 de obtener 08 (16 por 100) Las cifras entre paréntesia indican cl porcentaje Uc sujclus yue eligieron cada opcion. kn este caso, la mayorfa de las personas eligieron la ganancia segura de 240S, incluso aunque el va- lor esperado del premio de loteria, de 2508, fuera 108 mayor. Para verificar que esta pauta es coherente con e! modelo de Ia utilidad esperada, sea U la funcién de utilidad de una persona, definida con respecto a la riqueza total, y M su riqueza inicial en dolares. Ein ese caso la utili. dad esperada de la opcién A es U(M + 240), mientras que la de la opcién B es 0,25U(M + + 1.000) + 0,75U(). Si a utilidad es una funcion cncava de la riqueza total (es decir, si los in- dividuos son renuentes al riesgo), vemos en la Figura 8.8 por qué es posible que A sea més atractivo que B. A continuacién se le pidi6 a este mismo grupo de sujetos que examinaran un problema apa- rentemente muy parecido: Problema 2. Klija entre C: Una pérdida segura de 7508 (13 por 100) ‘Ds Una probabilidad de un 75 por 100 de perder 1.0008 y una probabilidad de un 25 por 100 de perder 0S (87 por 100) En esta ocasién, el premio de loterfa tenfa el mismo valor esperado que la opcién segura. Por lo tanto, eu el modelo de la utilidad esperada, los individuos renuentes al riesgo deberian elegir de nuevo la opcién segura. Pero esta vez observamos un giro espectacular. El nimero de Personas que eligi6 el premio de loteria era el séxtuple del que eligié la pérdida segura de 750S. UNA PERSONA RENUENTE AL RIESGO NORMALMENTE PREFIERE UNA GANANCIA SEGURA ‘AUN PREMIO DE LOTERIA CUYO VALOR ESPERADO SEA MAYOR uv U0 + 240) 0,25U(M + 1.000) + 0,75U\W0 } 232 ‘CAPETULO &: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS ¥ CONDUCTA DEL CONSUMIDOR Finalmente, se les pidi6 que examinaran el siguiente problema: Problema 3. Elija entre E: Una probabilidad de un 25 por 100 de obtener 2408 y una probabilidad de un 75 por 100 de perder 7608 (0 por 100) F+ Una prohabilidad de un 25 por 100 de obtener 2508 y una probabilidad de un 75 por 100 de perder 7508 (100 por 100) Las respuestas del Problema 3, examinadas por separado, no son nada sorprendentes. El premio de loteria de E es simplemente peor en todos los sentidos que el de F y s6lo lo elegiria tuna persona que estuviera distrafda. Pero obsérvese que el premio de loterfa E es lo que se ob- tiene cuando se combinan las opciones A y D de los problemas | y 2 y que. del mismo modo, el premio de loteria F es el resultado de la combinacién de las opciones B y C de los dos proble- mas anteriores. En las dos primeras, la combinaciin de RB y C fue elegida por menos personas (3 por 100) que las demés, mientras que la combinacién de A y D fue con mucho la més po- pular (fue elegida por el 73 por 100 de todas Ins personas), a pesar de que la combinacién de B y C era mejor en sentido estricto que la de A y D. Ni que decir tiene que estas observaciones su- ponen un claro desafio para el modelo de la utilidad esperada. Kahneman y Tversky sostienen que el patrdn observado es exactamente el que prediria su funcién asimétrica de valor. Obsérvese, por ejemplo, que en el Problema 1 se trata de elegir en- tre una ganancia segura y un premio de loterfa cuyos resultados posibles no son negativos. Dado que la funcién de valor es eéncava con respecto a las ganancias y quc el valor esperado del pre- mio de loterfa s6lo es algo mayor que la opcién segura, predice la eleccién de esta titima, ‘Eu caubiv, en el Problema 2 se trata de elegir entre una pérdida segura, por una parte, y un juego de loteria en el que los dos resultados posibles son una pérdida, por otra. Dado que la fun- cin de valor es convexa en las pérdidus, predice una conducta buscadora del riesgo Con 1es- pecto a una opcién de ese tipo, y eso es, por supuesto, 1o que hemos visto. Dado que el Pro- blema 3 obligaba a combinar las ganancias y las pérdidas relevantes, Ios sujetos eran mas capaces de ver que un par de opciones dominaba a la otra y elegir en consecuenci Es tentador suponer que solo se viola el modelo de la utitidad esperada cuando el problema es suficientemente complicado para que los individuos tengan dificultades para calcular lo que prescribe el modelo, Pero Kahneman y Tversky han demostrado que incluso los resultados de las decisiones més sencillas pueden manipularse formulando de una manera algo distinta las di- ferentes opciones. Por ejemplo, pidieron a un grupo de sujetos que eligieran entre distintas medidas para hacer frente a una rara enfermedad que se Hevarfa 600 vidas si no se hacfa nada. A un grupo se le pi- di6 que cligiera el programa A, que salvaria exactamente 200 vidas con seguridad, o el B, que salvaria 600 vidas con una probabilidad de 1/3 y ninguna con una probabilidad de 2/3. En este caso, el 72 por 100 eligié el programa A. Al otro grupo se le pidié que eligiera entre el progra~ ma C, en el que morirfan exactamente 400 personas, y el D, en el que habfa una probabilidad de 1/3 de que no mnriera nadie y una prohabilidad de 2/3 de que murieran las 600 personas. En esta ocasién, el 78 por 100 cligié el programa D. Basta una breve reflexién para ver que los programas A y C son exactamente iguales, al igual que el B y el D. Y, sin embargo, las elecciones de los miembros de los dos grupos fueron espectacularmente diferentes. Segiin Kahneman y Tversky, el primer grupo registré las «vidas salvadas» como ganancias, por lo que se mostré renuente al riesgo en la eleccién entre A y B. Del mismo modo, el segundo grupo registré las muertes como pérdidas, lo que los llevé a bus- car el riesgo en la eleccidn entre C y D MICROECONOMIA Y CONDUCTA 233 ‘También es tentador suponer que la conducta incoherente con las prescripciones de! modelo de la utilidad esperada s6lo se observa en buena medida en situaciones en las que quienes han de tomar la decisi6n son inexpertos 0 en situaciones en las que tiene poca importancia lo que esté en juego. Kahneman y Tversky observaron, sin embargo, que incluso los médicos con ex- Periencia también recomiendan tratamientos incoherentes cuando los problemas se formulan de ‘un modo algo distinto. La moraleja es que debemos ser cautos cuando tomamos decisiones en condiciones de incertidumbre, Tratemos de formular las opciones relevantes de forma distinta y veamos si hay alguna diferencia. Y en caso afirmativo, tratemos de ver qué formulacién re- Coge mejor nuestras verdaderas preocupaciones. Reglas heuristicas y sesgos a la hora de juzgar las situaciones Muchos de los ejemplos que hemos analizado hasta ahora ponen de manifiesto que incluso ‘cuando conocemos perfectamente los hechos relevantes, con frecuencia no tomamos decisiones racionales. Pero el modelo de la eleccién racional plantea otra dificultad més, a saber, a menu- do deducimos erroneamente cuales son los hechos relevantes. Y Jo que es mas importante, mu- cchos de los errores que cometemos no son aleatorios sino sistematicos. Kahneman y Tveresky han identiticado tres reglas heuristicas, o reglas précticas, especialmente sencillas que utilizamos para hacer juicios de valor y deducciones sobre el entorno'. Estas reglas son eficientes en el sentido de que nos ayudan a ahorrar esfuerzos cognoscitivos y nos dan respuestas mas o menos correctas en la mayorfa de las ocasiones. Pero en muchos casos también generan grandes errores predecibles. Examinemos por separado cada una de ellas. DISPONIBILIDAD ‘A menudo estimamos la frecuencia de 1in acontecimiento o de una clase de acontecimientos por la facitidad con que podemos recordar ejemplos. La mayorfa de las veces existe una estrecha re- lacién positiva entre Ia facilidad con que podemos hacerlo y Ia verdadera frecuencia de apari~ cin, pues, al fin y al cabo, es més fécil recordar ejemplos de cosas que ocurren frecuentemente, Pero la frecuencia de aparicién no es el tinico factor que determina la facilidad con que se recuerdan las cosas. Por ejemplo, si le preguntamos a la gente si en el estado de Nueva York hay todos los afios mas asesinatos que suicidios, casi todo el mundo nos responderd convencido que si. Y, sin embargo, siempre hay més suicidios, Segiin Kahneman y Tversky, pensamos que hay ‘mis asesinatos porque los asesinatos estén més «disponibles» en la memoria. Las investiga- ciones sobre la memoria han demostrado que es mucho més fécil recordar un acontecimiento ‘cuanto més intenso 0 sensacional es. Incluso aunque hayamos ofdo hablar del mismo numero de suicidios que de asesinatos, es probable, por esa razén, que seamos capaces de recordar una pro- porcién much mayor de los asesinatos. ‘También hay otros elementos en la mecénica de la memoria que pueden afectar a la dispo- nibilidad de los diferentes acontecimientos. Preguntémonos, por ejemplo, si hay en inglés ‘més palabras que empiecen por r que palabras que tengan una r en tercer lugar. La mayorfa de Jas personas responden convencidas que hay muchas mas palabras que empiezan por r, pero en realidad hay muchas més palabras que tienen una r en tercer lugar. Almacenamos las palabras en la memoria casi de la misma forma que se almacenan en un diccionario —alfabéticamente, comenzando por la primera letra— y conocemos multitud que tienen una r en tercer lugar, pero no es més facil recordarlas que encontrarlas en el diccionario. * Véase Tversky y Kehneman, ibid, 234 ‘CAPITULO 8: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS Y CONDUCTA DEL CONSUMIDOR Los acontecimientos también tienden a estar més disponibles en la memoria si han ocurri- do mas recientemente. Segtin un gran niimero de investigaciones, tendemos a conceder dema- siada importancia a la informacién reciente cuando valoramos el rendimiento relativo, Por ejem- plo, en el béisbol Ia forma en que los jugadores han bateado en promedio a lo largo de toda su vida a un determinado lanzador es el mejor instramento para predecir su rendimiento frente a ese mismo lanzador la préxima vez. Sin embargo, parece que no es infrecuente que un entre- nador deje sentado en el banquillo a un bateador cuando le toca enfrentarse a un lanzadar con tra el que no ha tenido mucho éxito las dos titimas veces, incluso aunque lo haya hecho muy bien contra él durante muchos afios. El problema estriba en que el entrenador estima al rendi- miento del jugador en funcién de los ejemplos que le vienen facilmente a la memoria. ¥ los ms recientes son lox mas ficiles de record. Desde el punto de vista econémico, el sesgo de la disponibilidad es importante, porque a menudo tenemos que estimar el rendimiento relativo de distintas opciones econémicas. Por ejemplo, los directivos de las empresas deben sopesar los méritos de los diferentes empleados cuando tienen que ascender a alguno. Los mas eficaces serén aquellos que sc guarden de la ten- dencia natural a dar un peso excesivo a su rendimiento mas reciente. REPRESENTATIVIDAD FIGURA 8, Incluso aunque la vimidez sea mas representativa de los bibliotecarios que de los vendedores, hay muchas fe probabilidades de ‘que una persona sea Yendedora que bibliotecaria. La ‘3360 #9 halla en que hhay muchos mais vendedores que Dibliotecaros, Kahneman y Tyersky también han descubierto uu interesante sesgo en Ia manera en que in- tentamos responder a preguntas del tipo «;qué probabilidades hay de que el objeto A pertenezca ala clase B?». Supongamos, por ejemplo, que Steve es una persona timida y que queremos es- ‘timar la probabilidad de que sea bibliotecario en lugar de vendedor. La mayoria de las personas esti deseando responder que es mucho mas probable que sea bibliotecario, ya que se considera 4que la timidez es un rasgo representativo de los bibliotecarios e inusual en ios vendedores. Sin embargo, este tipo de respuestas suele estar sesgado, ya que en la probabilidad de pertenecer a la categoria en cuestién influyen muchos otros factores importantes, ademas de la representa- ‘uvidad. Ln este caso, influyen poderosamente las frecuencias relativas con que aparezcan los vendedores y los bibliotecarios en el conjunto de la poblacién. ‘Veamos un sencillo ejemplo que muestra la esencia del problema. Supongamos que el 80 por 100 de todos los bibliotecarios es timido y que sélo lo es el 20 por 100 de todos los ven- dedores. Supongamos, ademés, que en la poblacién hay nueve vendedores por cada bibliote- cario. Partiendo de estos supuestos razonables, si sabemos que Steve es timido y que es o bi- bliotecario o vendedor, ;qué probabilidades hay de que sea bibliotecario? La Figura 8.9 DISTRIBUCION DE LOS BIBLIOTECARIOS Y LOS VENDEDORES SEGUN EL TIPO Bibliotecaros Vendedores mide ‘imiton 3 18 1 Bibliotecarios | 10 timidos 2 AO Verner | 10 timidos | 7 MICROECONOMIA Y CONDUCTA 235 contiene las cifras relevantes para responder a esta pregunta. Observamos que incluso aunque hhubiera una proporcién mucho mayor de bibliotecarios que fucra timida, hay més del doble de vendedores timidos que de bibliotecarios timidos. La razén se halla, naturalmente, en que: hhay muchos més vendedores que bibliotecarios. En este caso, de cada 100 petsonas, 26 son tf midas, de las cuales 18 son vendedores y 8 bibliotecarios. Eso significa que las probabilidades dde que una persona timida sea bibliotecativ vélu son de 8/26, es decir, menos de un tercio, Sin embargo, las personas que se encuentran ante este ejemplo se muestran reacias a decir que Ste- ve es unt vendedor, ya que la timidez es muy poco representativa de los vendedores. Ezercicio 8.1 ‘Supongamos que el 90 por 100 de todos los bibliotecarios es timido y quie sto lo ¢s'e! 20) por 100 de todos los vendedores y que hay el cuddruple de vendedores que de bibliote- carios. {Cudl es la probabilidad de que una persona timida elegida al azar sea bibliote: ‘aria, dado que es 0 vendedora o bibliotecaria? « Otro ejemplo del sesgo de la representatividad es el fenémeno estadfstico conocido con el nombre de efecto de regresién o regresién hacia la media. Supongamos que se realiza un test de inteligencia a 100 personas y que las 20 que obtienen los mejores resultados tienen una pun tuaci6n media de 122, es decir, 22 puntos por encima de la media de la poblacién. Si se realiza de nuevo el test a estas 20 personas, su puntuacién media seré casi sicmpre significativamente inferior a 122. La razén estriba en que en la realizacién de los tests de inteligencia hay un cier- to grado de alcatoricdad, por lo que entre las personas que 1ejor realizaron el primer test pro- bablemente habra un nimero desproporcionadamente elevado de ellas cuyos resultados fueron casualmente mejores de lo normal eu ese determinado test, Disponemos de abundantes experiencias de primera mano sobre los efectos de regresién en ‘nuestra vida diatia (por ejemplo, los hijos de padres excepcionalmente altos tienden a ser mas bbajos que sus padres). Kahneman y Tversky sefialan, sin embargo, que a menudo no los tene- ‘mos suficlentemente en cuenta en nuestros juicios de valor. La razon se halla, a su juicio, en que pensamos intuitivamente que un producto (por ejemplo, un hijo) debe ser representativo del agente (por ejemplo, el padre) que lo produjo. Hace tiempo que se viene observando que el «novato del aflo» en la liga de béisbol de Es- tados Unidos (asf como en otros deportes) suele tener una segunda temporada mediocre. Esta tendencia se atribuye al «maleficio del segundo afio». Un fenémeno parecido es el del «male- ficio de Sports Illustrated», por el que un atleta cuya foto aparece una semana en la portada de esta revista est predestinado a tener un mala actuacién la siguiente. En una ocasién se dijo que Shirley Babashoff, medalla olimpica de natacién, se haba negado a aparecer en la portada de la revista por temor al maleficio’. Sin embargo. estos dos supuestos maleficios se explican fécil- ‘mente como el resultado de la regresin hacia la media. Una persona solo puede ser la figura del afio después de haber tenido una temporada extraordinariamente buena. Del misma moda, los atletas s6lo aparecen en Ia portada de Sports Illustrated cuando han tenido una actuacin ex- cepcionalmente huena. Su actuacidn posterior, incluso aunque siga siendo superior a la media, sera inevitablemente inferior a la que les valié los aplausos. Una consecuencia especialmente pemiciosa del hecho de no tener en cuenta la regresi6n ha- cia la media es la influencia que ejerce en nuestras estimaciones de la eficacia relativa de los elogios y de las censuras. Los psicdlogos demostraron hace tiempo que los elogios y otros tipos Véase Thomas Gilovich, How We Know Wha Isn't So, Nueva York, The Free Press, 1991 ‘CAPITULO 8: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS Y CONDUCTA DEL CONSUMIDOR de refuerzo positivo son mucho més eficaces que el castigo o la censura para ensefiar las des- trezas que se pretende. Pero es improbable que realicemos esta deduccién de la experiencia si nos olvidamos de la importancia de la regresi6n hacia la media, La razén se halla en que, independientemente de que una persona reciba alabanzas o cen. suras, es probable que una buena actuacién suya vaya seguida de una peor y una mala actuacién de una mejor. Por lo tanto, una persona que elogie las buenas actuaciones probablemente ex- traerd erréneamente la conclusién de que los elogios generan perversamente tna actuaci6n peor. YY una persona que censure una mala actuacion probablemente atribuird espuriamente a sus cen- suras una mejora, que se debe en realidad a los efectos de regresi6n. La evolucién paralela de Jos elogios, las censuras y la actuacion convencerfa a todos, salvo a los analistas mas refinados, de que las censuras surten efecto y los elogios no. Los directivos que estén tratando de que sus trabajadores trabajen de la manera mas eficaz posible no pueden permutirse el lujo de pasar por alto esta leccién, ANCLAJE Y AJUSTE En una estrategia que se utiliza habitualmente para efectuar estimaciones y que se conoce con el nombre de «anclaje y ajuste>, primero se elige una estimacién preliminar —un ancla— y a continuacién se ajusta de acuerdo con la informacién adicional que parezca relevante. Kahne- ‘man y Tversky han descubierto que las estimaciones que se realizan con este procedimiento suelen estar sesgadas por dos razones. En primer lugar, el ancla inicial puede no guardar rela- cin alguna con el valor que ha de estimarse. Y, en segundo lugar. incluso aunque guarde rela- cién con él, tiende a ajustarse demasiado poco. Para demostrar el sesgo del anclaje y el ajuste, Kahneman y Tversky pidieron a una mues- tra de estudiantes que estimara el porcentaje de paises africanos que pertenecfan a las Naciones ‘Unidas. Primero le pidieron a cada uno que hiciera girar una rueda que indicaba un nimero en- tre 1 y 100. A continuacién les preguntaron si sus estimaciones eran superiores 0 inferiores a esa cifra. Y, por tiltimo, les pidieron su estimacién numérica del porcentaje. Los resultados fue ron sorprendentes. Los estudiantes a los que les salié el 10 en la rueda tenfan una estimacion, ‘mediana de 25 por 100, mientras que aquellos a los que Ie salié cl 65 tenfan una estimacién me- diana de 45. Scguramente todos estos estudiantes sabian que el mimero aleatorio inicial carcefa de re- levancia para estimar el porcentaje de paises africanos que pertenecen a las Naciones Unidas y, sin embargo, estos ndmeros influyeron espectacularmente en las estimaciones declaradas, En al- ‘gunos problemas parecidos, parece constituir un buen punto de partida cualquier nimero. Kahneman y Tversky sefialan que el ofrecimiento de una compensacién monetaria por la exactitud no alters la magnitud del sesgo. tro ejemplo es el de dos grupos de estudiantes de bachillerato a los que se les picid que es- timaran el producto de 8 nimeros en 5 segundos. Al primer grupo se le dio la siguiente expre- sign: 8XTKOXSK4X3K2x1 mientras que al segundo se Ie dicron exactamente los mismos ntimeros pero en sentido con- trario: 1x2x3x4x5xX6X7XB El limite de tiempo impidié a la mayorfa de los estudiantes realizar todo el célculo (que da- ria Ia respuesta correcta de 40.320). Lo que parece que hicieron muchos fue realizar las pri- ‘meras multiplicaciones (su ancla) y efectuar una estimacién del resultado final. Las anclas de MICROECONOMIA ¥ CONDIICTA 237 los dos grupos de estudiantes resultaron ser sumamente incorrectas y las proyecciones clara- ‘mente insuficientes. El sesgo resultante muestra exactamente el patrén predicho: la estimacién ‘medians del printer grupo fue 2,250 y la del segundo 512 solamente. Una importante aplicacién econémica del sesgo del anclaje y el ajuste es la estimacién de las tasas de fracaso de los proyectos complejos. Consideremos, por ejemplo, la puesta en mar- cha de una nueva empresa. Para que tenga éxito, es necesario que se dé un gran ntimero de con- diciones. Es necesario conseguir una financiacién satisfactoria, encontrar un emplazamiento via~ ble, concebir un proceso de produccién de bajo coste, contratar mano de obra suficientemente cualificada, llevar a cabo una eficaz campatia de comercializacién, etc. La empresa fracasaré si ‘no se cumple cualquiera de estas condiciones. Cuando las condiciones son muchas, Ia tasa de fracaso es invariablemente elevada, incluso aunque sea alta la probabilidad de tener éxito en cada una de ellas. Por ejemplo, un programa en el que deban cumplitse 10 condiciones y cada una de ellas tenga una tasa de éxito de 90 por 100, fracasard el 65 por 100 de las veces. ‘Cuando estimamos las tasas de fracaso de este tipo de procesos, tendemos a tomar como pun- to de partida ta baja tasa de fracaso de la condiciGn representativa y a ajustarla en una cuantia claramente insuficiente. El sesgo del anclaje y el ajuste puede ayudarnos a explicar, pues, por qué fracasa la inmensa mayoria de las nuevas empresas. La psicofisica de la percepcién Ley Weber- Fechner Propiedad de ta percepcién segin Tacual la diferencia ‘minimamente perceptible en un estimulo tiende a ser proporcional a su valor, Existe otro patrén mas de la manera en que percibimos y procesamos la informacién que tiene importancia en Ins aplicaciones econémicas. Se deriva de la llamada ley Weber-Fechner de la Psicofisica. Weber y Fechner pretendfan descubrir cuanto tena que cambiar un estimulo para {que pudiéramos percibir la diferencia de intensidad. Por ejemplo, la mayoria de nosotros somos incapaces de distinguir una bombilla de 100 watios de una de 100,5. {Qué diferencia de inten- sidad debe haber para que podamos identificarla con fiabilidad? Weber y Fechner observaron ue la diferencia minimamente perceptible es mas o menos proporcionai a la intensidad origi- nal del estimulo, Por lo tanto, cuanto mas intenso sea éste, mayor tendra que ser la diferencia, en términos absolutos, para que podamos percibirla. ‘Thaler sugiere que cuando pensamos si merece la pena preocuparse por las diferencias de precios, parece que funciona Ia ley Weber-Fechner. Supongamos, por ejemplo, que estamos a Punto de comprar una radio-despertador en una tienda por 25, cuando un amigo nos dice que ‘en otra tienda que esta solamente a diez minutos de ésta la venden por 20$ solamente. ;Vamos a la otra tienda? ;Serd diferente nuestra respuesta si estamos a punto de comprar un televisor or 5008 y un amigo nos dice que lo venden en la otra tienda por 4958 solamente? Thaler ha ‘observado que la mayorfa de las personas responden afirmativamente a la primera pregunta y negativamente a la segunda. En el modelo de la clecci6n racional, es incoherente responder de forma distinta en los dos casos. Una persona racional ird a la otra tienda si y sélo si el beneficio de ir es superior a los Costes. El beneficio es de 5S en ambos casos. El coste también es el mismo, independientemente de que sea para comprar una radio o un televisor. Si tiene sentido ir cn un caso, también tiene sentido ir en el otro, La dificultad de decidir en la realidad En el modelo de la eleccién racional, no debe haber decisiones dificiles. Si las dos opciones son muy parecidas —es decir, si se predice que las dos reportan aproximadamente la misma utili- dad— debe dar igual cudl se elija, Si una de las opciones tiene claramente una mayor utilidad 238 FIGURA 8.10 Manipolando ‘convenienterente os alquileres ensuales y lat distancias del ‘conseguir que un grupo de estudiantes te divida en partes Jguales en cuanto a ss elecciones entre Ayes. ‘CAPITULO 8: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS Y CONDUCTA DEL CONSUMIDOR esperada, la eleccién también debe ser facil. En cualquiera de los dos casos, no hay razones evi- dentes para mostrar ansiedad e indecisi6n. ‘Naturalmente, todos sabemos que en la realidad las decisiones dificiles son la regla més que Ia excepcidn. Hay muchos pares de opciones a las que nuestras funciones de utilidad no parecen asignar una ordenacién de las preferencias clara e inequivoca. Los casos en los que las opciones se diferencian en pardmetros dificiles de comparar son los que plantean las mayores dificultades. Si las tres cosas que nos preocupan de un automévil son, por ejemplo, la comodidad, el consumo de gasolina y la seguridad, serd fécil decidir entre dos automéviles si uno es mas seguro y mucho mae rémoda y consime menos gasalina que el atm. Pera zy si tina es mitcha més eémod pera ‘consume mucha mas gasolina? En principio, se supone que tenemos curvas de indiferencia que znos indican la tasa a la que estarfamos dispuestos a intercambiar una caracterfstica por la otra. Sin ‘embargo, en la préctica a menudo parece que tenemos dificultades para reunir la informacién im- plicita en estas curvas. Y a menudo parece que el propio hecho de intentarlo provoca desaso- siego. Por ejemplo, no es infrecuente que demos vueltas a la posibilidad de que lamentemos la decisién que tomemos, cualquicea que sca ésta («si clio el automévil més eémodo, gqué ocurriré si me trasladan de puesto y tengo que recorrer diariamente una larga distancia?» Este tipo de dificultades parece poner en duda un axionta fundanvental de la teurfa de ba elec cin racional, a saber, que las decisiones deben ser independientes de las opciones irrelevantes. Este axioma suele ilusirarse mediante una historia como la siguiente. Una persona entra en una tienda de comidas preparadas y pregunta que tipo de sandwiches tienen. El dependiente le dice que tienen sandwiches de rosbif y de pollo. El cliente se queda pensando un momento y final- mente pide uno de rosbif. El dependiente le dice: «Oh, se me olvidé decirle que también tenemos de atin.» El cliente responde: «Bueno, en ese caso creo que me llevaré uno de pollo.» Seguin el modelo de la eleccién racional, la existencia de sandwiches de atin sélo deberfa importar si es la ‘opcién que més le gusta al cliente. No existe ningiin fundamento inteligible para que el hecho de que haya sandwiches de atin haga cambiar el de rosbif por uno de pollo, ‘Tversky ha realizado algunos intrigantes experimentos que inducen a pensar que, en reali- dad, las decisiones pueden no ser siempre independientes de las opciones irrelevantes. Uno de sus ejemplos es la elecci6n entre dos apartamentos que se diferencian en dos aspectos: en el al- quiler mensual y en su distancia del campus universitario. Desde el punto de vista del estu- diante, un apartamento es mds atractivo cuanto més cerca esté del campus y ms bajo sea su al- quiler mensual. Se le pidi6 a un grupo de estudiantes que eligiera entre dos apartamentos como el par que muestra la Figura 8.10. Obsérvese que en esta figura no domina claramente ninguno de los dos. El A es mds caro, pero el B est més lejos del campus. Esperamos que los. estudiantes a los que les preocupa relativamente més el alquiler elijan el apartamento B y que aquellos a los que les preacupa principalmente el tiempo de desplazamiento elijan el A. Mani- pulando la distancia y el alquiler, es fcil conseguir que un grupo de estudiantes se repartan por igual entre los dos apartamentos. ELECCION ENTRE DOS APARTAMENTOS Alquiler mensual A Distancia del campus MICROECONOMIA Y CONDUCTA 239 FIGURA 8.11 Dado que 8 domina 3G, nadie debe Clegiclo nunca, Pero aunque nadie elige Gel hecho de que fet dispnnihle hace ‘que sea mucho mis probable que se lia 8. Resumen EXISTENCIA DE UNA OPCION IRRELEVANTE Alquiler mensual A eo Distancia del campus Hasta ahora, ninguna sorpresa. Pero ahora Tversky introduce un tercer apartamento, el C, en Ja lista de opciones, lo que nos da fa situaciGn que representa la Figura 8.11. Obsérvese que B domina a C, es decir, C esté més lejos del campus y es mas caro que B. Ante la eleccién entre A, B y C, uingan consumidor racional elegirfa C. Y, de hecho, en los experimentos reales casi na. die lo elige. La sorpresa se halla en que tas opciones como C’influyen en la eleccién de los individuos entre el resto de opciones. Tversky y sus colegas han descubierto que cuando se afiade un apar- tamento como el C al par A y B, la eleccién de los individuos cambia significativamente en fa- vor de B. Antes de que existiera C, los estudiantes se repartian por igual entre A y B. Sin em- ‘argo, una vez introducido C, mas det 70 por 100 eligié B, que es la opcién que domina a C. Parece que a muchas personas les resulta dificil elegir entre A y B. La apariciGn de C les permite hacer una comparacién fécil entre B y C. Tversky apunta la hipotesis de que crea un «efecto de aureola» en favor de B, que hace que sea mucho més probable que se elija frente a A. Tal vez un efecto similar sea el que hace que la disponibilidad de atin lleve a una persona @ cambiar su decision de tomar rosbif por la de tomar pollo. Cualquiera que sea el motivo de esa conducta, es evidente que viola el axioma de que la elecci6n es independiente de las opciones, inrelevantes. Existen numerosos ejemplos de conductas que contradicen las predicciones del modelo con- vencional de Ia eleccisn racional. Parece que 10s individuos olvidan con frecuencia los costes irrecuperables. Juegan al tenis en las pistas cubiertas cuando preferirian jugar fuera. Se com- pportan de forma distinta cuando prerden una entrada que cuando pierden una cantidad equiva- lente de dinero. Los psicélogos sostienen que ese tipo de conducta es el resultado de limita- ciones de la capacidad cognoscitiva del hombre, Utilizamos sistemas contables mentales que reducen la complejidad de nuestras decisiones, en ocasiones a costa de su coherencia con los axiomas de la eleccién racional. arece que una importante clase de desviaciones de la eleccién racional se deben a la fun- cién asimétrica de valor descrita por Kahneman y Tversky. En contraste con el modelo de la elecci6n racional, que utiliza una funci6n de utitidad definida con respecto a la riqueza total, la teoria descriptiva de Kahneman y Tversky utiliza una funcién de valor definida con respecto a los cambios de la riqueza. A diferencia del modelo tradicional, en las decisiones concede a las ppérdidas mucho més peso que a las ganancias. Esta caracteristica hace que las decisiones sean sumamente sensihles 4 la formulacién de las opciones. Por ejemplo, un par de ganancias es mis atractivo si se presentan por separado que si se presentan juntas. En cambio, las pérdidas causan 240 ‘CAPETULO 8: LIMITACIONES COGNOSCITIVAS Y CONDUCTA DEL CONSUMIDOR ‘menos impacto si se consideran juntas que si se consideran por separado. Por otra parte, una Pérdida combinada con una ganancia algo mayor produce un efecto positivo, mientras que si se cconsideran por separado su efecto neto es negativo; y, por \itimo, una pequefia ganancia sepa- rada de una gran pérdida produce un efecto negative menor que las dos juntas. En cambio, se- gin el modelo de la eleccién racional, no debe importar ninguno de estos dos efectos de la for- mulacién. Las decisiones en condiciones de incertidumbre también suelen violar las prescripciones del ‘modelo de Ia utilidad esperada. Y, de nuevo, la funcién asimétrica de valor describe de una ma- ‘era coherente algunos patrones importantes. Los individuos tienden a ser renuentes al riesgo en Ja zona de las ganancias y a buscar el riesgo en la zona de las pérdidas. Como consecuencia, la existencia de una diferencia sutil en la formulacién del problema puede alterar el punto de re- ferencia mental utilizado para percibir las ganancias y las pérdidas, lo que puede producir, a su vez, patrones de eleccién radicalmente diferentes. Otra desviaci6n importante de la eleccidn racional es la que se produce en las reglas heu- risticas o reglas practicas que utilizamos para estimar importantes factores de decisién, La regla heuristica de la disponibilidad nos dice que tna de las maneras de estimar la frecuencia de una clase dada de acontecimientos es la facilidad con que podemas recordar ejemplos relevantes, lo {que genera sesgos predecibles, ya que la frecuencia real no es el tinico factor que determina la facilidad con que pueden recordarse ejemplos. Tendemas a sobreestimar la frecuencia de acontecimientos intensos o destacados y de otros acontecimientos que son especialmente féci- les de recordar. tra importante regla heuristica es la representatividad. Los individuos estiman la proba- hilidad de que un artfculo pertenezca a una clase dada en funcidn de lo representativo que sea de esa clase, Hemos visto que esta regla suele generar un sesgo significativo, ya que la represen- tatividad no es més que uno de los muchos factores que determinan esta probabilidad. Lu ti- ‘midez puede ser, de hecho, un rasgo representativo de los bibliotecarios; pero como hay muchos més vendedores que bibliotccarios, cs mucho més probable que una persuna (fmida elegida aleatoriamente sea vendedora que bibliotecaria El anclaje y el ajuste es ta tercera regla heuritica que suele generar estimaciones sesgadas, de importantes factores de decisién. Seguin esta regla, solemos hacer estimaciones numéricas cligicndo primero unt ancla cOuoda (pero veces irrelevante) y ajustandola (a menudo de un modo insuficiente) basdndonos en otras informaciones potencialmente relevantes. Este proce- dimiento suele llevarnos u subestimatr la tasa de fracaso de los proyectos que exigen que se den muchas condiciones. Un proyecto de ese tipo fracasa si fracasa cualquiera de sus elementos ‘esenciales, 1o que significa que incluso aunque la tasa de fracaso de cada elemento sea extra- ordinariamente baja, hay muchas probabilidaddes de que fracase un proyecto que tenga muchos elementos. Dado que tendemos a tomar como punto de partida la tasa de fracasos de la condi- cién representativa y a ajustarla de modo insuficiente, solemos sobreestimar claramente la probabilidad de éxito. Tal vez esta regla ayude a explicar el ingenuo optimismo de las personas. {que emprenden un nuevo negocio. Otra desviacién de la elecci6n racional nos lleva a la psicofisica de la percepci6n. Los psi- edlogos han descubierto que el cambio, apenas perceptible, de un estimulo cualquiera es pro- porcional a su nivel inicial. Parece que también ocurre lo mismo cuando el estimulo en cuesti6n es el precio de un bien o servicio, No nos lo pensamos nada cuando se trata de atravesar la ciu- dad para ahorrar SS en la compra de una radio de 25$, pero jamds se nos pasaria por la imagi- nacién hacerlo para ahorrar S$ en Ia compra de un televisor de 500S. Por tiltimo, las desviaciones de la eleccién racional pueden deberse simplemente a que te- nemos dificultades para elegir entre opciones que son dificiles de comparar. El modelo de la celeccién racional parte del supuesto de que tenemos una ordenacién completa de las preferen- cias, pero en la practica a menudo parece que necesitamos hacer grandcs esfucrzos para clegir, incluso entre opciones muy sencillas. MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 241 Los modelos de la eleccién basados en la conducta suelen predecir mucho mejor las deci- siones reales que el modelo de Ia eleccién racional, Es importante recordar, in embargo, que ¢stos modelos no pretenden transmitir mensajes normativos. Es decir, no debe pensarse que el mero hecho de que predigan, por ejemplo, que solemos dejar dle lado los costes irrecuperables quiere decir que debanios dejartos de lado. Segiin el modelo de la eleccin racional, podemos tomar mejores decisiones dejando de lado lus costes imecuperables, y la mayoria de nosotros, cuando lo pensamos, estamos totalmente de acuerdo. En este sentido, los modelos de la eleccién basados en la conducta nos ayuda a evitar las trampas habituales que existen en el proceso de tomar decisiones, Temas de repaso Problemas 1. Supongamos que usted fuera el propietario de una pequefia empresa y que le preguntaran cuénto estarfa 8. Al no disponer mas que de una cantidad limitada de capital para trabajar, los tra- bajadores adicionales pueden acabar molestindose unos a otros. ‘La propiedad de que la producci6n crece al principio a una tasa creciente puede deberse a las ventajas de la divisién de las tareas y de la especializacién del trabajo. Con un traba- Jador, todas las tareas deben ser realizadas por la misma persona, mientras que con dos 0 mas pueden dividirse y los trabajadores pueden realizar mejor las tareas en las que se espe- cializan (lo mismo ocurre con la especializacién en una tarea durante un perfodo cualquie- rade tiempo). La tiltima propiedad de la funcién de produccién a corto plazo de la Figura 9.3 que hemos sefialado —a saber, que a partir de un determinado punto, la produccién crece a una tasa de- ereciente conforme sc incrementa cl factor variable— se conoce con cl nombre de ley de los (OTRA FUNCION DE PRODUCCION A CORTO PLAZO comida semanales) 86 ar n| al Q2 Fk 2 a 252 Ley de los rendimientos docrecientes Si otros factores se mantienen fijos, cel aumento de la produecién generado por un aumento del factor variable debe acabar disminuyendo. CAPETIT 0 0-1-4 PRODUCCION rendimientos decrecientes. Y aunque tampoco es una propiedad general de las funciones de produccién a corto plazo, es extraordinariamente frecuente, Se trata de un fenémeno a corto plazo, Formalmente, puede expresarse de la forma siguiente: Si se afaden cantidades iguales de un factor variable y se mantienen fii todos los demds facto- res, acaban disminuvendo los incrementos resultantes de ta produccién. ‘Thomas Malthus, economista briténico del siglo XIX, sostenia que a ley de los rendi- mientos decrecientes significaria la miseria final para la raza humana, ya que la tierra agricola era fija y, traspasado un determinado punto, la aplicaci6u de trabajo adicional yenerarta in- ‘crementos decrecientes de la produccién de alimentos. Segtn Malthus, el crecimiento de- mogréfico reduciria inevitablemente el consumo medio de alimentos hasta situarlo en el nivel de inanicién. ‘Aunque est por ver que se cumpla la prediccion de Malthus en el futuro, nunca habria ima- ginado que la produccién de alimentos per cépita iba a ser 20 veces mayor en 1985 que cien aos antes. Obsérvese, sin embargo, que la experiencia de los itimos 100 afios no contradice la ley de los rendimientos decrecientes. Lo que Malthus no previé fue el crecimiento explosivo de {a tecnologia agricola y no digamos las grandes inyecciones de capital adicional, que han sido superiores al efecto de la oferta fija de tierra. Aun asf, persiste la despiadada l6gica de la ob- servacién de Malthus. Independientemente de lo que avance la tecnologia, serfa claramente im posible producir suficientes alimentos en una sola maceta para alimentar a toda la poblacién mundial. Y por extensién, si la poblacién contintia creciendo, tarde o temprano los alimentos escaseardn incluso en los pafses ms ricos Las mejoras tecnolégicas de la produccién se representan gréficamente mediante un des- plazamiento ascendente de Ia funcién de produccién. Por ejemplo, en la Figura 9-4 las curvas F, yy F, se utilizan para representar las funciones de produccién agricola de 1797 y 1997, respecti= ‘amente, La ley de los rendimientos deerecientes actia en las dos curvas y, sin embargo, Ja pro- uccién de alimentos ha crecido al mismo ritmo que la cantidad de trabajo durante el periodo miostiade EFECTO DEL PROGRESO TECNOLOGICO EN LA PRODUCCION DE ALIMENTOS Q Qn Qn Lie bie FIGURA 9.4 F, representa la funci6n de produccin de los alimentos en ol afo 1797. F representa la funcién correspondiente de 1897. El efecto que produce el progreso tecnologico en la produccién de alimentos hace que f, se encuentre or encima de f, Incluso aunque la ley de fos rendimientos decrecientes se apique tanto a F, como a F, el ‘rccimiento que experiments la producciénenive 1797 y 1997 ha sido ms © menos parecido al que experiments el trabajo durante ese mismo period. MICROECONOMIA Y CONDUCTA 253 PRODUCTO TOTAL, MARGINAL Y MEDIO Curva de producto total ‘Curva que muestra la cantidad de produccién en funcin de la ccantidad del factor variable, Producto ‘marginal ‘Variacién del producto total provocada por una variacién unitaria del factor variable. Las funciones de produccién a corto plazo del tipo representado en las Figuras 9.3 y 9.4 suelen denominarse eurvas de producto total. Rclacionan la cantidad total de produccién von la can- tidad del factor variable. También es interesante en numerosas aplicaciones el producto mar- ginal de un factor variable. Es fa variaciOn que experimenra el producto total cuando se altera el factor variable en una unidad (manteniendo fijos todos los demas factores). El directivo de ‘una empresa que esté constderando la posibilidad de contratar o de despedir a otro trabajador tiene un claro interés en saber cual es el producto marginal del trabajo. En terminos més formales, si AL representa una pequetia variaciin del factor variable y AQ Ja variacién resultante de la produccién, el producto marginal de L, representado por PM,, se define de la manera siguiente: ey PM,= a 0.2) Desde el punto de vista geométrico, el producto marginal correspondiente a un punto cuz quiera no es sino la pendiente de 1a curva de producto total en ese punto, como muestra ¢l pa- nel superior de la Figura 9.6 *. Asf, por ejemplo, el producto marginal del trabajo en el caso en que L = 2es PM,,, = 12. Del mismo modo, PM,_, = 16 y PM,_, = 6 en el caso de la curva de producto total representada en la Figura 9.6. Obsérvese, finalmente, que PM, es negativo ‘cuando los valores de L son superiores a 8. El panel inferior de la Figura 9.5 representa la propia curva de producto marginal. Obsérve- se que aumenta al principio, alcanza un méximo en L=4 y a continuacién desciende volviéndose negativa en los valores de L superiores a 8. Obsérvese también en el grafico que el punto maxi- mo de la curva de producto marginal corresponde al punto de inflexién de la curva de producto total, el punto en el que su curvatura deja de ser convexa (ascendente a una tasa creciente) para ser c6neava (ascendente a una tasa decreciente). Obsérvese también que la curva de producto marginal es cero en el valor de Len el que la curva de preucto tatalaleanza tn méximo. Como veremos més detalladamente en capitulos posteriores, la importancia del concepto de producto marginal se halla en el hecho de que las decisiones relacionadas con la direcci6n de una empresa suelen manifestarse en forma de decisiones sobre cambios. ;Debemos contra- tar otro ingeniero 1 otto contable? ;Debemos reducir el personal de mantenimiento? ,Debemos instalar otra fotocopiadora? {Debemos alquilar otro camign de reparto? Para responder de manera inteligente a estas preguntas, debemos comparar el beneficio del cambio en cuestién con su coste. Y como veremos, el concepto de producto marginal desem- Pefia un papel fundamental en cl célculo de los beneficios cuando alteramios el uivel de ut fat~ tor productivo, Examinando la Figura 9.5 podemos identificar un intervalo de valores del factor variable que nunca emplearfa un directive racional. En conereiu, en la medida en que el traba- jo tenga un salario positivo, un directivo de ese tipo nunca querria emplear el factor variable en cl érea en la que su producto marginal es negativo (C > 8 en la Figura 9.5). En otras palabras, nunca emplearia un factor variable traspasado el punto en el que la curva de producto total al- ccatiza su mséximo valor (en el que Pi, = 0). Execiciy 9.2 {Cust es et producto mdriginal del trabixjo cuando £ = 3 en el caso de la funcién dé pro- > duccién representada en la Felita 9.33? ;Y cuando L = 1? ;Muestra el trabajo rendi- «mientos decrecientes’en esta funején de produceisn a con plazo?

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