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‘raducin de ie Arabi OUTSIDERS hacia una sociologia de la desviacién howard becker ase rupo ett 0 vento Soe nx estore, riod TR aos, won fatlodepiginn ——bibtecanuova anthropos i Goauidere et 2 ep unos Ave: Sgo Vane Eres, sua Stops tld em. Sacto ite) “Teaduid por pine Arambide // SBN 078087 6200898 1. Socooy pine Arabi, al HT (© 2005 Sige Vena Bares SA, ito de collins hain kat Dato de eben Pees rsun-oreowran88 Inpresn en Artes Gres Delo // le, Soler 2480, Araneta linesde ann 28 ec el depsioque mare ao 1.728 Iieprees on eget // Mad Arent Aveces no tay agro de que alguien gu tn derecho dec quae oco yen na Rees enso que ninguno de nosotros en de ta oo {eteodo ano ht a mayors de noe e suelo es Escomori no importa mucho fo qin face sno el odo en que nin enter domes a aceon VLA ens las ges Indice Presentacién, Actualidad de Howard Becker or Claudio B Benseery TIntroducci6n ala presente edicién ‘Agradecimientos La desviacion y la respuesta de los otros Las rogls de quién? ‘2 Tipos de desviaclén: un modelo secuencial Modelos de desviacién simultanecs ysecuenciales La carrera del demviado, 3: Convertise en un consumidor de marihuana ‘Aprende la técnica Aprender a percibir los efectos Aprender a disfrutar de lot efectos 4 Consumo de marihuana y control social Proveedores Secreto Moralidad 9 a 38 34 30 e “ 59 64 n 0 a 9 5 Lacultura de un grupo desvindo de la norma: ‘eliisica de baile a investgacion {Las misicos ylos “cuadrados” Reaeciones frente al confliew Alslamiento y autosegregacidn 6.1La carrera en un grupo ocupacional desviado: cl mésico de baile Las eamarilas y el éxito Padres y esporas 17. Las rogla yu aplicacin ‘tapas de la aplicacin de la norma Un cato usteativo: Ia Ley de Impuesto ala Marihuana ‘8. Toicatives morales Los ereadores de normas I destino de las eruzadas morales Agentes de aplicacion de la norma Desviacin e inictatva: un resumen El eaudio de Ia desviacién: problemas yafinidades| 10, Revisign de Ia teorfa dl etiquetado ‘Ladesviacién de la norma ‘como accién colectva Desmitficar ln desiackén Problemas morales Conelusién Referencias bibliogrieas {indice onoméstico 103, 105, 16 138 135 335 a4 148 154 167 167 178 175 181 Presentacién Actualidad de Howard Becker Claudio B Bemecry* Howard Becker ha dado en numerosas ocasiones una confereneia en I que pregunta en parallo: gqué pasacon el ase- sinato?, qué pasa con Mozar® Intentacon elo enfatiar el modo fn que grupos sociales particulars seSalan como especial deter- ‘minado acto mediante la construccién de etiquetss. Ea un casolo hace inquiriendo aquello que es clatificade como dessiado hasta el punto de ser castgadlo~; en el otro, aquello que es marcado como carisnéticamente genial o fuera de lo ordinario y que, en consecuencia, lene garantizdo un gar de privlegio. En do tos en extremo dlstmiles Becker encuentra un proceso que se puede comprender analfdeamente como similar: se tata de una Construccién procesual y relaciontl de etiqueta, que naturaliza a agentes y grupos dentro de eategorfas "fuera de Jo normal”, Fate movimiento en contra de lo exencial de eierta actitudesy activ dads tavo (y tiene) consecuencias sociolégieas y politicas que vale la pena destacan En el caso de la desnaturalzacion de 1s lo- tos y oe cxtsinales, el principal efecto es sacar el debate sobre It ‘rtninlizacién de ls Bpicas de la anomia, la desonganizacion so- cial y ls actitudes innatas. En el eso de la demolicién de as eies ‘sarigteas, st trabajo a sido celebrado por sa perspectiva de- rmocritica y seculariadora, que enfatiza Ia productividad de os ‘convenciones yl comprensi6n del arte como una actividad. AZos ‘jeniplos extremor del asesinato y de la genialidad, Becker toe * ble Atent, Departamento de acolo, Uneniad de Co "Anbu: Mom? Wht aout Mai eral dena cont stor de Heer 3008) pponde explicitamente por igual: gpara quignes estos comport ‘mientos estarian fuera de la norma? (a lo que podiamos agregar ecusndo? y zdénde?), No todo asesinato es eriminalizado; aceprar {que Mozart es un genio implica aceptar las convenciones de un ‘mundo socal en particular que Yo decara einsiaye como tal. Eta historia sitetia algunas de In ideas cardlinales de Becker: entender las canvenciones y las etiquetas como algo relacional (entze grupos que detentan distintostipos de esatus) y procesual (que funciona en términos de carrera), concebir la dewiaci6n no como algo sobre lo cual moralizar ni lamentar como fala de inte- sracién social; revelar ef modo en que las reglas morales (ylas cir sificaciones sociales en general) ton moviizadas por ereadores y promotores de norms, asf como la forma en la que la autoiden- Lilicackén se constitaye no en téeminos de clase sino a partir de la socializacién progresiva en una profesién, y Ia manera en que la temporalidad (la acciones prevas de ott) constrife la creative dad de la acci6n individ ‘La mirada de ecker nace de ns extuio con Everett Hughes ¥ de i perspectiva de interaccionismo simbélico, aunque -a dife- rencia de otros autores usualmenteinclvidos dentro de la mi “excuela” (Becker, 1999), como Herbert Blumer la eultara apa rece como aquello alo que se apela para organizar -parcialmen- te, y de manera contextualizada ylocalizada—Ia experiencia més allé de a inmediatea dela interaccin, Su trabajo posterior sobre late retoma algunas de ss preguntas inicialessiguiendo el est- dio que 6! mismo realizar sobre otros mundos profesionalce (Ia ‘medicina, por ejemplo) Outsidres hoy considerado un elisico. Mas que discursir aqui sobre las caracterftcat particulates que la obra retine (para eso esti el libro), permitanme mostrar de qué manera los movimien- tos analfcos que Becker desarrolla instauran una eusia en laso- ciologia que atin continGa. Fi primero de estos movimientos punta a proponer que la sociologia de Ia criminalidad, en lugar de observar aquello que scede sobre la base de las estadistieas 2 Vine Ger Hes, Sain y Becher (061). 7" que suclen constrtir a los agentes como “problemas sociales", ‘como cifras en una categoria entramada de antemano-, debe acercarte aos signlicados locales de manera etnogréties, nf rando las distorsiones que imponen las miradas "desde arviba” El segundo movimiento busea superar estas etnogratist locales Y ddoctimentar Ine similitudes exenciles ~en términos de mecanie mos y relaciones sociales~ de actividades generalimente tratsdas como distints. Esto vale para actividades lejanas entre como el arte el erimen pero también para otras emparentadas, como lat ates y ls artetanfas. En ambos casos los procetos suponen ett+ blecer fronterasarbitratia entre prictcas alas que se hace iff cil dstinguir socilgicamente, halla ls profesiones pariculares ‘que mantienen estos limits, los modos en que ls agentes son 80> cializados en estos mundos particulaes, las ceremonias que pro- yelmodo en el que se comuniea ese adlentro con el "afuora”. Fl tercer movimiento consste en subrayar e6mo, amtente locales, po- ‘demos realizar el trabajo de induccién analitica que nos lleva a ‘comprender por un lado qué hipstesis encuentran respuesta en los datos que prodicimosy, por el otro, cl mado en que el ext dio de fenémenos igados 2 circiunstanclar extremas (el crimen, Jn genialidad de artista) nos ayuda a comprender la presencia de Tos mismos mecanismos y procctos en cireunstanelas tenos "pu rat" teGricamente. El ctisto movimiento “que lo despegs’del Interaceionismo simbolico ms tradiclonal-es el que enfatiza la manera en que el ciclo de vida consti crecientemente Ia erea tividad de Ia accién. Mientras que el aprender a fuhsar mart Juana es un asunto que nos¢ explica por proveniencias socials, sino que suicede’en el ptoceto en’ él que uno'se cofivierte en rmiembro de un grupo socal, conceptos como “cultura latente” 9 “compromiso" muestran en qué medida un adult socializado en tun mundo en particular adquiere recursos y convengiones que condicionai sus posbilidades y moticiones para la accién. Es en este éniasis en las convencionesyque-aparecé en la metafora ‘el jazz (ésta asoma temapranamente'en ls eapeulos de este libro sobre el mundo de los misicos profesionales), donde paradéjica- mente Becker ve Ia posibilidad de encontrar Kneas de accién exes tivas en ia interaccién cooperativa en Tas que la conducta esté ‘onstrofida por tradiciones yrecursos® Precissmente es el foco en Jo cooperative lo que lo ha conver= ‘ido en algo asf como el antiBourdieu en tos Estados Unidos =y también en Francia~, Donde éste ve s6lo mediaciones ideol6g- «as, dominaci6n y capitales, Becker ve redex eomplejas de coo- Peracién (aunque no siempre horizontales). A Ja abstraccin “campo cultural” contrapone los conceptot de primer orden {que acompaiian Ia idea de "mundo social” (Becker y Pessin, 2006). Este interés por la construccién de lo social ce modo més cercano al mundo vivido por los propios agentes se puede leer cen In estrategia de investigacin en la que se basa otro de sus Ii Dros importantes, Ls mundo dal arte (2008), al que &l dice haber escrito “en el camino”, rehaciendo la cartogratiaanalitica en el nn cacchar que todo abordaje nuevo ha producide lo quc el hhistoriador de la ciencia Thomas Khun land una *reveluelén cientilica” (Kuhn, 1970): Pero debo decir que este aborlje de Ia ‘desviacién no era en absolute revolucionatio, Mas bien pod de. nermoDuccIOn 4 La wasmere amseH6 15 cle que ea una sonarrewincisn, que devo aa lanesigs ‘én sociological cares conection. (Vet tobe ere pont inverernte ans de Col, 1978) ‘Gomencé hablando del elt, Pero ahora, en el dkimo p& rrafome ie efrido see campo de trabajo conn “deni Hleamblo signet. Redirige a stenclon sn problems tis general que fa pregunta de quién comet un dl, Noe Hevea considera toda cat de actividades, Advertinar queen todas parts Ia gente ques vole en tina aciGn colectva define aquelo que x nalo™y que no debe hacere, yen gene- ral da lo patos neceraio pra evar ques reac ee tipo de ‘Ahora bles, to son tod deci, de ninguna manera yen ningtn set dea palabra. Algnas norma xn ret fas an grupo expecta: lon judoe que baer as norma de ft religign no deberianingerc alimentos que no sean koe, perolosdemdsenen abet de hacerlo. Agus nora 6: Blernan wn dnbite de actdades resting, Eas regis del rt y lox oegoa wn de eve pr el modo en que ino mee tis ple de jeden slo ene Imporanci no et jugando Con siuien que toma en serio ae eos ev jog, yea tanci por lar ea gs queda en manos dea comin dedreeaexcaitamente Stn embargo, dentro de eas com tna operen lo miamos tos de provers de ceacin dere tiasy deecion de nfacor. En otrosenio, algunos comportamlentos pueden seconde: mayoria per pueden no exit sera orga pata dete tar alas personas que vlan en regi informal. Algunon de lo, tpeentemente tai pueden tenet que ver on el ncuap tent deri de Is equa (erica donde noe debe, por Gjempl). Haar solo porta calle (menos que wenganox unto tee ecilaren a mano) servo come ago enranoya geal pede llega s pensar que uno es tn poco ar, pero la mayor Gens veces nade interendrs ni ard nan lrexpecto ‘alguns ocsloney, eos omporamietos oea dio carén pueden hacer que es emis decidan que un no en med 16 ovrstmens, ado" ni “raro’, sino que esd “mentalmente enfermo”,y es ahi cuando pueden Hegar las sanciones ya uno lo Hevan al hospital, Erving Gofiman, un colega de poxgrado, exploré en profundidad ‘sas altemativas, especialmente en su estudio sobre los hospitales psiquiatricos (Gottman, 1961a). Para Goffman, para m{y para muchos otros colega, el vrmino "desviacién” servi para abarcar todas esa pobiidals,y weamos 1 método comparativo para encontrar in proceso bisico que to- ‘ase diversas formas en diferentes stuaciones, de ls cuales solae mente una era delitva Las cistintasformulaciones que propusimos atrajeron la sten- ci6n y Ins crtcas de muchos, a algunas de las cuales respond en 1 ikime capstulo de la edicin revieada del libro, Pero alo largo de los aos se ha desarrollado una vasta literatura en tore a los problemas del “etquetado” yla “desviacin”y no he revisado elit bro para dar cuenta de ells. Silo hiciese, daria gran importancia a una idea que Gilbesto Velho, el dstinguido antropélogo urbano braileio, aport a este ‘ema (Velho, 1976; Velho, 1978), y que a mi entender clarifca al- sgunas ambigiedades que han preoeupado varios lectores. Velho sgeria eorientar evemente el enfoque y hacer un estudio del proceso de acueacién en base a esta pregunta: gquién acusa a ‘quién? @De qué-se estan acusando? (Ln qué circunstancias tienen éxito esas acusaciones, en el sentide de ser aceptadas por ios otros (al menos por algunos de ellos)? [No he semuido trabajando en el campo de Ia desviacién. Pero Ihe encontrado una versién més general del mismo tipo de pen- samiento en el trabajo que realizo desde hace muchos aioe #0- bre la sociologfa del arte. En ese campo surgen los mismos pro- Dlemas, ya que nunca se sabe claramente qué et arte” y qué no Ios, yen ese dmbito se observan los mismos argumentos y los ‘isms proceso. Por supuesto.que en este caso a nadie le molesta que loique nace sea considerado arte, por lo tanto ese! mismo proceto pero visto en espejo. La edqueta no dafa ala persona oa at trabajo, ‘como suele suceder con el rétulo de desviado, Porelcontrario, le agroga valor urrnoDUCctON A.A PRaseNTe EDICION 17 ‘Todo esto es simplemente para decir que el terreno que yo y tantos otros relevamos en el campo de la desviacién todavia eats vivo y ex capar de generar interesante temas de investigncin. San Francisco, febrero de 2005* + ec eno fe inci niin dane de Oey (Hans Riz abies, 005) Agradecimientos CGuatio capitlos de exe libro aparecieronoriginalmente cen otras publicacionesy con ligerss modiicactones. EI capitulo 3 spareciS en el nimero LIX (noviembre, 1958) det Amerctn Jour tal of Sociology, capitlo 5, en el niimero LVI (septiembre de 1951). Ambos son reproducidos aqu eo» et permiso del fournaly de ls University of Chicago Press. H capitulo 4 apareci6 en el no eto 12 (primavera, 1958) de Hunan Organization yes publicado {en este volumen con el permiso de la Sociedad de Antropologia ‘Aplicada, El capitulo 6 apareci6 en Socal Problems, 3 julio, 1955), 1ylo reproducimos aqu con el permiso de Ia Sociedad para el Es tidio de los Problemas Sociales. El material de los capltulos 8 y 4 fue preparado originalmente para mi tesis de dactorado en sociologiaen la Universidad de Chi ago, bajo la direcciGn de Everett C. Hughes, Wiliam Lloyd Wa net y Harvey. Smith, Dan C. Lortie también hizo observaciones sobre el primer borrador de uno de esos texto, Reale la investigacién en la que se basan Tos capiusos 8 y 6 ‘cuando integraba el equipo de la Chicago Narcotics Survey, un proyecto de relevainiento de datos de la Chicago Area Projects, Tne, con la ayuda de una beca de Instituto Nacional de Salud Mental Entre quienes hicieron ertias yeomentarlos alas prime- ta versiones de estos textos ae cuentan Harold Rinestone, Eliot Freidson, Erving Goffinan, Solomon Kobrin, Henry McKay, An- scl Strauss yl difunto R. Richard Wohl. -Enioy en deua con Blanche Geer, que ley y coment6 conmigo varias versiones del manuserito completo. Mi forma de pensar 1a ‘esvaciGn ylasoctologia en general le debe mucho a mi amigo y inaestro Everett C. Hughes,

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