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Groenlandia número seis


(Noviembre 2009 \ Febrero
2010)
Editorial 3
Directora: Ana Patricia
Moya Rodríguez
Ensayos
Vicedirectora y
administradora de la Web: Au sencia de valores 4
Bárbara López Mosqueda
Pensando (a propósito de vivir I) 6
Habitantes: Ana Patricia Hombres y mujeres light 9
Moya Rodríguez, Enrique Benditos Malditos 11
Fuentes Guerra (Córdoba),
Yo no leeré a Stieg Larsson 13
Esperanza García Guerrero
(Sevilla), Luis Amézaga,
Adolfo Marchena (Vitoria), Reseñas 16
Andrés Ramón Pérez Blanco
(Toledo), Roberto Arévalo
Márquez (Madrid), Juanma Habitantes
López (Granada).
Ana Patricia Moya 22
Visitantes: Pepe Pereza
(Logroño), Eva Márquez, Luis A mézaga 28
Enrique Portillo, Luisa Andrés Ramón Pérez Blanco 30
Fernández , Ángel Muñoz, Enrique Fuentes-Guerra 33
Óscar Varona (Madrid),
Jesús Suárez (Córdoba), Adolfo Marchena 36
Begoña Leonardo (Zamora), Esperanza García Guerrero 39
Enrique Morales, Milagros Roberto Arévalo Márquez 42
Puebla (Almería), Javier
Juarma L ópez 47
Aguirre, Daniel García
(Vitoria), Vicente Muñoz
Álvarez (León), Sergio Pinto Visitantes
Briones (Chile), Pau Roig
(Barcelona), Antonio
Huerta (Cádiz), Isaac Pepe P ereza 50
Contreras (México). Eva Márquez 52
Óscar Varona 55
Fotógrafos: Alejandro Serna
Rodríguez, Carmen Guillén, Jesús Su árez 58
Luis Sevilla, Juan José Enrique Morales 61
Romero, Raúl Gaitán, Ana Sergio Pinto Briones 64
Patricia Moya, Ángel
Muñoz, Pau Roig. Antonio Hu erta 67
Enrique Portillo 70
Edita: Revista Groenlandia. Isaac Contreras 73

Apoyos Morales: Carmen Daniel García 75


Serrano Fernández, Luisa Fernández 77
Angustias Añón Flores y Javier Aguirre 79
maese Kebran (Andrés
Ángel Muñoz 82
Ramón Pérez Blanco). La
jefa os quiere un huevo de Milagros Puebla 84
pato bien gordo. Begoña L eonardo 86
Pau Roig
288
Vicente Mu ñoz Álvarez 91
Bienvenidos al sexto número de Y, para concluir, gracias, Aída,
Groenlandia. Nos presentamos por la portada y la
puntuales en este mes de contraportada, eres la caña.
Noviembre (por fin se marchó el También llegamos con buenas
dichoso calor) con aportaciones noticias: se confirma que, el año
de autores consagrados (Vicente próximo, tendremos las dos
Muñoz Álvarez, Luis Amézaga, antologías groenlandesas en
Adolfo Marchena, Pepe Pereza, papel, una de poesía, y otra de
etc) y también de artistas narrativa (reclamo paciencia
noveles (Mila Puebla, Enrique porque estas cosas requieren
Fuentes-Guerra, Daniel García, tiempo, que así es como mejor
Ángel Muñoz, Sergio Pinto se hacen las cosas); aparte de
Briones, Antonio Huerta, etc); seguir editando poemarios (en
todo esto sin olvidar las breve, podremos disfrutar de las
maravillosas fotografías de Luis obras de Eva Márquez, Ángel
Sevilla, Carmen Guillén, Ángel Muñoz, Yamila Greco, entre
Muñoz, Raúl Gaitán y Juan José otros) vamos a preparar libros
Romero que decoran este digitales de narrativa, en
número, así como el suplemento. concreto, de relatos y novela
Esperemos que el resultado sea breve, para dar más opciones de
del agrado de los colaboradores lectura. Poseemos, en cartera,
y también de los lectores. Como “Putas”, de Pepe Pereza
es de bien nacida ser agradecida, (¡enhorabuena por la reciente
desde aquí, millones de besos publicación de tu primer libro
para Bárbara, esa mujer que en papel!) y “Cuentos de la
probablemente, si no existiera, Carne”, de esta humilde
Groenlandia tampoco, y también servidora, y que incluye el arte
para un personaje quijotesco de mi “deshecho de pareja” Juan
cuyo empuje me anima a seguir José Romero.
adelante: gracias mil, estimado
Andrés \ Kebrantaversos… Pasad y disfrutad de la revista,
¡millones de besos pá ti! que nos lo hemos currado cosa fina.

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ANA PATRICIA (Directora de Groenlandia)
A principios de verano, robaron en mi casa. Los ladrones, menores de
edad, no fueron detenidos: la policía se resigna a esconder la denuncia
tramitada en una polvorienta carpeta de la comisaría. Semanas
posteriores un caso espeluznante: unos niños violan a una chiquilla.
Casualidad: el delito se repite en otro punto del país. Y lo más terrible,
es que la mentalidad de estos pequeños criminales es la de no ser
conscientes de la gravedad de sus actos, pues sólo lo hacían, tal y como
apuntan los psicólogos, por pura diversión. La urgencia de modificar las
leyes se planta en múltiples mesas de debate. Por supuesto, soy
pesimista y mucha palabrería pero luego, los políticos no se dispondrán a
cambiar la legislación porque eso supondría un día más extra de trabajo
para ellos en su “apretadísima” agenda laboral. Ideal esta cuestión para
promesas electorales que jamás se cumplirán. Eso sí: todos coinciden en
la ausencia de valores. Y no es cuestión de polemizar sobre las
asignaturas de religión o la de educación para la ciudadanía, ni tampoco
sobre la responsabilidad de tutores o padres. Sin valores, los límites se
rompen. Y en el momento en el que el respeto cae, todo se desborda.
Nuestro presente: la época del estrés. Y como el ritmo de vida: los niños
quieren ser adultos rápidamente. Las etapas de su existencia las
experimentan a velocidad de vértigo. Y se aburren. Yo a los trece años
jugaba con mis hermanas y me lo pasaba piruleta. Ahora, a los trece, la
mayor diversión es entrar en una discoteca “light” para ver con cuánt@s
se enrollan y cuántos cubatas soportan esos frágiles hígados. Y el chaval,
a los veinte, será un adulto precoz y amargado, porque en su momento
no existió nadie que le contase que, aparte de alcohol, novias, música a
todo volumen, motos o coches y trabajo mal pagado en hamburguesería,
había alternativas, otras posibilidades. Se puede buscar por otros
caminos, porque tenemos derecho a ser felices. Pero no todo son
derechos: también hay obligaciones. Estamos obligados a esforzarnos.
Pero los adolescentes son comodones. La actitud nihilista no los
desorientan, es que les gusta estar así, no se preocupan por lo
realmente importante. Sí. Los profesores de clase son unos pesados y me

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parto el culo de risa cuando el grupo de gamberros se meten con ese
gilipollas que me hace perder el tiempo con deberes. Papá y mamá están
trabajando, y compran mi cariño con dinero y dándome las llaves para
salir y entrar a mi antojo. Hay videoconsola en casa, pero ni un libro en
las estanterías. Y permito que me eduque la televisión, que me
maraville ese fantástico mundo de color donde todo puede ser posible si
me hago futbolista, modelo, concursante de Reality Show o, por qué no,
contando mentiras sobre encuentros sexuales con famosos. Estos son los
valores principales de hoy día: dinero y egoísmo. Que me lo den todo
hecho sin mover ni un dedo: para eso están los cabrones de mis padres.
Paso de estudiar: total, jamás encontraré un empleo digno. Da igual que
no haya aprendido a leer o a escribir: si hay todos los días en mi mano
un billete de cincuenta euros, yo soy inmensamente feliz. Es paradójico:
se les permite abortar, incluso pueden beber o fumar; para eso sí son
mayores, pero luego hacen lo que les da la gana siempre amparándose en
que tienen menos de dieciocho y la ley les protege con todas las
garantías. Profesores que son agredidos y amenazados, sin posibilidad de
defenderse, sumidos en una rabia que les impide levantarles la mano.
Hijos que maltratan a sus padres. Hijos vagos, que no estudian, que no
trabajan, que viven como reyes, o mejor dicho, como parásitos. Hijos
que roban, que matan, que violan. La culpa la tenemos todos: la
televisión, los progenitores, los docentes, los ciudadanos de a píe,
porque no nos preocupamos lo suficiente. En mi caso, yo he recibido
zapatillazos… pero es que mi madre tenía que lidiar con tres terremotos.
Mi padre nos ha educado con mano flexible: dureza y cariño a partes
iguales. No se arrepienten a pesar de que por cabezona me dejaban el
culo rojo: me ayudaron a depender de mí misma (aunque viva bajo su
techo, yo no tengo la culpa de que mis salarios sean ínfimos). Hoy día,
los chicos y las chicas, que presumen de tenerlo todo, en realidad, no
tienen nada: no poseen valores que les guíen. No son conscientes de la
realidad. Como decía Don Ángel, mi profe del cole, que en paz descanse:
“¡ay, juventud, divino tesoro!”. Tesoro color mierda, querido maestro…
el mismo color de nuestro futuro con semejante tropa generacional…

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Ana Patricia Moya Rodríguez
El terror

Estoy en la cama, con Rosa, viendo una película: “Cadena de


favores”, de Kevin Spacey, y nada más acabar me he puesto a llorar.
Me he levantado de la cama, intentando que Rosa no me viera la cara,
y me he ido al despacho, para ver si podía averiguar el porqué de
dichas lágrimas, e intentar escribir acerca de ello en el ordenador,
para luego, al día siguiente intentar comprenderlo. Como dice
Francisco Umbral, siempre que lloro es por algo. La película trata
sobre un niño y un adulto, que luchan para superar y olvidar la
violencia que sufrieron por parte de su padre. Al final los dos lo
consiguen, aunque al niño se le va la vida en el intento. El terror
producido a un niño por sus padres, en la época en que están
empezando a formar su personalidad, luego es muy difícil de eliminar,
por no decir imposible. Yo tengo ahora cuarenta y cinco años y sé que
no lo tengo superado del todo. El terror producido a un niño, creo que
es el peor que existe. Tu familia es el único mundo que conoces. Un
microcosmos sin salida, sin escapatoria posible. Me explico: si por
ejemplo estás en Vietnam, o en otra terrible guerra, debes pasar
también un gran terror, pero tienes alternativas. Tienes un arma de
fuego, puedes correr, esconderte, yo que sé. Incluso puedes matar a
tu enemigo. Si vas por una calle solitaria y oscura y oyes un ruido a tu
espalda, también puedes sentir un gran terror, pero igualmente
también puedes correr, coger un palo, o puede que no sea nada: un
gato en un cubo de basura. Pero si tu padre te llama, y empieza a
gritarte y a golpearte, ¿qué haces? No puedes correr y escapar de tu
pequeño mundo, tampoco puedes responder a sus golpes. Solo puedes
acurrucarte y rezar. Con el tiempo ves que tus rezos no sirven para

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nada, y comienzas a perder la fe. Yo, en mis tiempos de juventud,
intenté solucionarlo con el alcohol (mis miedos enfermizos), pero no
dio ningún resultado. Posteriormente lo intenté con todo tipo de
drogas. Y empecé una carrera contrarreloj contra el abismo. Llegó un
momento en que todo me daba igual. Entré en un círculo vicioso
descendente. Contra más me pegaban mas rebelde me volvía, contra
más rebelde más sustancias consumía, y más palos recibía y empezaba
todo de nuevo. Hasta que reventé. Por algún lado tenía que reventar,
digo yo. Y ahora, me veo con cuarenta y cinco años llorando por una
película. ¡Qué va, no está superado, sigue ahí, escondido, agazapado,
para aparecer cuando menos lo esperas! Además este terror no
desaparece porque desaparezca la causa, no, que va. Lo digo porque
mi padre ya murió y la cosa sigue igual. Una cosa es que un problema
termine, y otra bien distinta es que este se solucione. Ya forma parte
de mi propia personalidad, y está enquistado en una oscura y remota
cavidad de mi cerebro. No sé como explicarlo. Ves como la seguridad
en ti mismo, aquella de la que tantas veces haces gala, te abandona.
Desaparece en un momento dado sin razón aparente. Algunas veces si
sabes las razones de dicha desaparición, pero otras, sin embargo, no
tienes “ni puta idea”, pero vamos, tan “ni puta idea”, que te permite
ver hasta que grado está instalado el terror en tu subconsciente.

Pues nada, habrá que seguir viviendo con lo que me ha quedado, e


intentar superarlo a la próxima. Aunque en la vida real es bastante
más difícil que en el cine. Lo normal será que nunca venza esos
miedos y angustias. Los terrores instalados en la mente de un niño, no
se marchan jamás. Ya he hecho de todo, desde escribir mis memorias,
hasta intentar superarme como persona. Como si esto fuera un
problema de santidad, y lo que necesitase fuera un exorcismo. Pero
cuando te hacen tanto daño resulta imposible olvidar. Ya forma parte
de mi ser, y habrá gente que no comprenda mis continuos cambios de
humor, tan radicales, y piense: “hay que ver como se ha puesto éste

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por tan poca cosa”. Pero claro, no puedo estar, continuamente,
explicándole a la gente mis problemas.

Y mientras la vida va pasando. Procuraré portarme bien, y ser un buen


tipo. Sólo intentaré que mis hijos tengan una vida diferente. ¿Qué
otra cosa más puedo hacer? Mis hijos deben tener una infancia
diferente a la mía. Por lo menos con los dos pequeños. Con el mayor
llego un poco tarde. Sólo espero que alguna vez me comprenda. Él
está ahora en una edad complicada y tal vez crea que me estorba, o
algo así, cuando es precisamente al contrario. Le necesito más que
nunca. Pero, yo que sé, esto es muy complicado. Simplemente lo hice
lo mejor que pude, pero seguramente él piense que no, que cuando
más me necesitó, yo no estuve. Muchas veces la historia se escribe
sobre errores.

Bueno me acuesto ya, que son las cuatro de la mañana. Por lo menos,
estas conversaciones conmigo mismo, me ayudan a entender que hay
por ahí todavía un problemilla pendiente de resolver. Debemos
convivir con nuestros propios temores, ya sean de la educación
recibida, o de la falta de esta, o del sexo… vete a saber. Cada uno
tiene sus propios temores.

¡Hostia! El terror del sexo también lo tengo. Bueno, lo dejo para


mañana.

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Enrique Fuentes Guerra
El término inglés Light salió de las fronteras de su idioma y se
hizo internacional, gracias al éxito de la aparición de los
productos Light. Estos alimentos cuyo boom comenzó sobre la
década de los ochenta del siglo pasado, se han convertido en la
actualidad en todo un fenómeno, e invaden los supermercados
con una extensa gama de artículos. Se caracterizan por ser
bajos en calorías, ya que han sido desgrasados o reducidos en
azúcares, y por sustituir su sabor original con aditivos
artificiales. Hay que reconocer que gracias a ellos, personas
con problemas de salud, pueden comer ciertos alimentos, y
aquellas preocupadas con su peso, pueden caer tranquilamente
en la tentación de pecar, sin ningún remordimiento.

Ha sido tal el éxito de estos alimentos, y en consecuencia el


vocablo que los define, que incluso se ha utilizado el término
Light para denominar a una tipología de hombres y mujeres,
cuyas características son similares a la que poseen esos
productos, y comparten con ellos su significado esencial, es
decir, la ligereza, porosidad e inconsistencia.

Estos artículos e individuos, evolucionan de forma paralela,


resultando la mayoría de las veces algo engañosa su apariencia.
Por ejemplo: los alimentos, pueden llegar a ser productos
fraudulentos, ya que hacen creer a muchos que consumiéndolos
se puede conseguir perder peso disfrutando de todo aquello que
nos gusta, sin el sacrificio y el esfuerzo de dejar de comer
ciertas cosas, algo completamente erróneo. De la misma
manera, las personas denominadas con este término hacen ver
de forma fraudulenta que el hecho de poseer bastante dinero
para adquirir todo lo que se les antoje da como resultado el

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conseguir disfrutar de la felicidad. Algo también
completamente erróneo, pero que no es impedimento para que
ellos se manifiesten siempre con una aureola de éxito

Al mezclar las características de ligereza, porosidad e


inconsistencia del vocablo Light, y aplicarlas a estos hombres y
mujeres, nos encontramos con personajes frívolos e
incomprometidos, a los que les interesa todo, pero a nivel
superficial. Se han puesto a eliminar todo aquello que para
ellos no es importante, les sobra o les incomoda, convirtiéndose
en individuos descafeinados, donde el egocentrismo y
narcisismo es lo primordial, siendo el eje principal de sus vidas
el dinero, y pasarlo bien a costa de lo que sea, apartando
cualquier sacrificio que pueda hacer tambalear ese goce
permanente. Actúan sin remordimientos, y esto da como
resultado personas sin vínculos y descomprometidas. Los valores
realmente importantes, lo han sustituidos por otro aditivo
artificial como el reconocimiento público o la fama.

En el libro del Psiquiatra Enrique Rojas titulado “El Hombre


Light”, se nos describe a este tipo de individuos con las
siguientes características: “carece de valores, suele estar
enfermo de abundancia, le sobra lo material y reduce al
mínimo lo espiritual, esto hace que se cierre en sí mismo, sin
enfrentarse a los problemas, y que por tanto no llegue a
realizarse plenamente. Esta afectado por una sociedad en la
que se valoran más las cosas que son divertidas y utiliza el
televisor o la literatura Light para culturizarse…”

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Esperanza García Guerrero
“Malditos”. El diccionario de la RAE define esta palabra así:
1) Perverso, de mala intención y dañadas costumbres; 2)
condenado y castigado por la justicia divina; 3) de mala
calidad, ruin y miserable; 4) coloquialmente, que molesta
o desagrada; 5) dicho de una persona que se enfada por su
terquedad u otras malas cualidades.

Siento rebatir, ya de inicio, algunas de estas definiciones.


Y lo hago porque desde este breve artículo quiero dar un
pequeño homenaje a los mal llamados “malditos”, a
aquellos personajes que durante toda su vida, y a través de
sus obras, han mostrado al público su verdad, que no es que
sea la única verdad, pero es la suya y como tal debe ser
respetada, un homenaje a aquellas personas que contra
viento y marea, contra editores y productores, contra el
orden establecido en ese momento, viven y hacen lo que
quieren y eso es signo auténtico del único patrimonio del
hombre, el cual es continua y sistemáticamente
manipulado: la libertad.

“Malditos” (así los denominaremos) siempre hubo, hay y


habrá; voy a citar ejemplos de malditos de algunas
disciplinas artísticas.

ƒ Mi “maldito” favorito: Leopoldo María Panero Blanc,


poeta genial, catalogado como loco. De hecho, toda su
vida ha transcurrido en los psiquiátricos.

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ƒ Charles Bukowski: escritor, alcohólico, con sus
escritos pone “patas arriba” el sueño americano.

ƒ Jess Franco, auténtico, único e irrepetible director de


cine, el más prolífico del cine español

ƒ Juan Piquer Simón: otro de los directores “no


comerciales” de nuestro cine.

ƒ Paul Naschy: el rey de la Serie B hispana.

Infinidad de malditos, de seres libres, de todas las partes,


que si ustedes quieren iremos conociendo en estas páginas.
Groenlandia despide cierto halo de “malditismo” en algunos
colaboradores, que respiran autenticidad y valentía. Sigan
así: libres y malditos.

Luis Antonio de Villena escribe: “el malditismo no debe


buscarse, nunca, se tiene o no, como la belleza”. Si
quieren conocer “malditos”, manden correos e ideas a mi
dirección.

Gracias por leerme.

Andrés Ramón Pérez Blanco


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(kebrantaversos@hotmail)
Seis y media de la mañana, me dispongo a buscar un asiento
libre en el autobús que me lleva a la estación del tren. A mí
alrededor una decena de personas con idéntico destino. Muchos
leen un libro, me fijo en el título: “Los hombres que no amaban
a las mujeres”. Llegamos a la estación, me subo al Cercanías
que me lleva hasta Sol. Hay más gente leyendo. Reparo en el
título: “La chica que soñaba con una caja de cerillas y un bidón
de gasolina”. Me bajo en Sol, entro en el metro, me agarro a la
barra metálica y observo los títulos de los libros de la gente
que lee durante el trayecto: “La reina en el palacio de las
corrientes de aire”…

Stieg Larsson por aquí, Stieg Larsson por allá… es asombroso, y


hasta da un poco de miedo. Todo el mundo lleva los mismos
libros, cómo si les hubiesen mandado una orden a su
subconsciente para que lo leyeran en masa. Todos siguen la
misma directriz que alguien anónimo, o tal vez un ente sin
definir, dicta desde las sombras.

Yo no he leído a Stieg Larsson, voy a ser sincero. Tengo amigos


que sí lo han hecho y que me han recomendado los libros que
forman la trilogía Milenium (que según leí por ahí, no era una
trilogía, sino una saga interrumpida por el fallecimiento del
escritor sueco en el 2004 - ¡Vaya, la fama le llegó una vez
muerto!-) Y aunque al principio me interesé por el primero de
los libros, pronto me prometí a mí mismo no hacerlo.

No. Yo no leeré a Stieg Larsson. Y con todos mis respetos al


escritor y sus historias, que me consta que son excelentes, pero
no lo voy hacer porque no me parece bien que todos,

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absolutamente todos, tengamos que leer las cuatro novelas que
nos mandan las grandes editoriales.

En el 2008, España publicó más de 80.000 títulos diferentes.


Entre éstos hay novelas, poesías, ensayos, recetarios, libros de
autoayuda… hay de todo y para todos los gustos. Pensad
detenidamente en la cantidad: 80.000 libros y sólo contando
España. Ahora sumar lo que haya podido publicar Portugal,
Francia, Italia… podíamos decir que el ritmo de nacimientos de
libros es inmenso. No obstante, la mayoría de ellos no tendrán
un final feliz, pues no conseguirán abrirse un hueco en las
estanterías de las librerías.

Preguntad a vuestro librero habitual. Recibe una cantidad de


títulos semanales tan grande que se ve obligado a devolver casi
en el momento porque no tiene espacio físico para su
exposición. Cómo mucho se queda con algunos, que los apila en
vertical y mezclados, en las estanterías más recónditas de su
establecimiento, aunque no puede descuidarse. Y no se trata de
un simple problema de plazos de devolución con su empresa
distribuidora, que le da un margen para devolver en caso de no
venderlos. El problema es que la semana siguiente recibe más
novelas, la siguiente otras tantas… tiene que devolver o salirse
de la tienda.

Esta ley de la selva que impera en las librerías, dictada por los
distribuidores y editores, y propulsada en parte por la gran
cantidad de autores que escriben a un ritmo superior a lo que
el librero puede vender (qué ya le gustaría a él venderlos), ha
creado una espiral donde sólo el famoso se abre camino, es el
único que vende. Ahora Stieg Larsson está de moda, o dicho en
otras palabras, los libros de este escritor logran estar en las

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estanterías (y en exposición preferente) durante mucho más
tiempo de lo que están los demás. Ya pasó con otros libros: “El
código Da Vinci”, “El Ocho”, “La Historiadora”, “La catedral
del mar”, “La sombra del viento”, Un mundo sin fin”…

Estos libros son los best-seller de hoy en día, lo que todo el


mundo ha leído, los que apoyamos en nuestras rodillas en los
trayectos del tren hasta nuestros lugares de trabajo. Yo antes
hacía lo mismo. He leído muchos de esos libros, auténticas
historias que me apasionaron (algunas más que otras). Sin
embargo, tras conocer plataformas virtuales con libros de gente
anónima, y tras leer otras historias que no sobreviven en la ley
de la librería, me he dado cuenta en lo injusto que es que sólo
leamos los libros de Planeta.

Ahora permitidme que os invite a que la próxima vez que vayáis


a por una novela, no busquéis el stand del escritor del
momento, sino en las esquinas abandonadas del
establecimiento. Encontrad ese libro que yace ahí olvidado,
aquél que el librero no se percató de devolver, y dar la
oportunidad a algo que no lee todo el mundo porque es lo que
toca. Al menos es lo que yo hago: y por eso, cabezón y con
orgullo, digo que no leeré a Stieg Larsson. No porque tenga algo
en contra de este escritor. Sé lo que vais a decirme, que yo me
lo pierdo… lo sé. Pero yo leeré a Iván de los Ángeles Company.
¿Qué no sabéis quien es? Pues vosotros os lo perdéis.

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Roberto Arévalo Márquez
AYAKO (Ediciones Otaku EL ÁRBOL QUE DA SOMBRA
Manga) (Planeta deAgostini Cómics)

En esta historia de intrigas, Manga de carácter histórico que


poder, corrupción y espionaje, nos sitúa en época feudal
Tezuka, dentro de la nipona (en concreto, en la era
producción en su etapa del bakumatsu, entre los siglos
“oscura”, nos demuestra la cara XVIII y XIX). Aquí, Tezuka
más perversa y egoísta del ser coloca como protagonistas a un
humano. Ayako, siendo niña, es personaje real, su bisabuelo
testigo indirecto de un horrible Ryoan Tezuka (aspirante a
crimen; por eso, para evitar el profesional de la medicina,
desprestigio del clan familiar, amén de mujeriego
ante la negativa de quitarle la empedernido) y uno inventado,
vida, deciden ocultarla en un Manjiro Ibuya (guerrero
sótano. Y allí, con las visitas formidable, con un carácter
esporádicas de su madre muy noble). Estos dos
biológica y el incestuoso afecto personajes se verán implicados
de su hermano, Ayako crece y en la principal trama de este
se convierte en una hermosa cómic: la necesidad que tiene
muchacha, hasta que es Japón de abrirse al mundo, de
liberada y es obligada a expandirse, ante la negativa de
enfrentarse al cruel mundo. Lo los sectores tradicionalistas
más sorprendente: el final (toda que se enfrentan a los
una lección para el resto de revolucionarios.
personajes). De dos tomos, fue
publicada hace unos años. Y, Quizás, en ocasiones, se hace
por supuesto, es una lectura pesada (ocho tomos), pero
sobresaliente. No defrauda ni al merece la pena: es muy
público adulto ni a los entretenida y los personajes
seguidores del maestro. son muy carismáticos.

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BUDAH (Planeta DeAgostini ADOLF (Planeta Deagostini
Cómics) Cómics)

Interpretación personal del Adolf fue, junto con Black Jack,


fundador de la religión budista, de las primeras obras de
el príncipe Siddartha de la Tezuka que se publicaron en
dinastía india de los Sakya. España. Sin duda, las mejores
Destinada a lectores jóvenes, es tarjetas de presentación para lo
una obra, sin embargo, con que vendría después. Adolf
carácter maduro y abundantes también tiene, como telón de
notas de filosofía: en ella se fondo, la historia de la
plasman las principales Alemania Nazi y la inminente
obsesiones del autor, también Segunda Guerra Mundial. Esta
cuestiones del budismo, como obra maestra relata las
son el miedo a la muerte, el aventuras y desventuras del
sufrimiento humano o la periodista Sohei Toge, que a
inmortalidad del alma. Por raíz de la muerte de su
supuesto, es una recreación hermano, decide buscar a los
ficticia de la vida de Budah: hay causantes y descubre que todo
personajes reales, pero también se debe a un complot contra
creados gracias a su fértil Hitler: existen documentos
imaginación, como por ejemplo, prohibidos que certifican que el
mi favorito, el divertido y Führer tiene sangre judía.
encantador Tatta. En las Trepidante historia concentrada
páginas de sus diez tomos en cinco tomos. Una joya del
encontraremos planteamientos cómic: todo un clásico.
de todo tipo: sobre la divinidad,
la injusticia, la necesidad de Para el próximo número de
hallar el equilibrio con la Groenlandia, trataremos “Astro
naturaleza, la sociedad de Boy”, “Jungle Taitei”, “Oda a
castas, etc. A pesar de ser una Kirihito” (obra madura, de
lectura amplia por su número temática médica) y su versión
de volúmenes, no resulta nada particular de “Crimen y
pesada y es entrañable. Castigo”.

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Ana Patricia Moya Rodríguez
REVOLUTIONARY ROAD (Pelícu la EL SEXO ESTÁ LOCO (Director:
dir ig ida por Sam Mendes, con J ess Fra nco; MANGA F ILMS)
Leona rdo DiCa pr io y Ka te Wislet)
Una “bendita” locura rodada por
G ran triunfadora de los Oscars de Jess Franco. Película considerada
este año, una interesante pe lícula de culto po r sus seguidores. Una
cargada con un dramat ismo más historia circular, salpi cada de
crudo que el de la gran American escenas aparentemente inconexas y
Beauty, otra producción del mism o faltas de argumento. Memorables
director y q ue, a pesar de escenas, como el diálogo en inglés
caracterizarse ésta por su humor acabando en un coito dentro de un
ácido, no son tan dist intas; me es coche. Otra de mis escenas
difícil no compara r ambas en el favoritas sucede también en un
sentido de q ue pla ntean cuestiones coche, cuando se establece un
existenciales. Revolutionary Road diálogo absurdo a base de cit ar
tiene como protagonistas a un títulos de películas. Mucho sexo
matrim onio que qui e re cum plir sus hirsuto al gusto de la é poca (el film
sueños, romper con el tradicional se clasificó con una S) a cargo de la
ideal americano de felicidad, y esplendorosa y si empre bellísima
American Beaut y habla de la Lina Romay y el resto del re parto.
necesidad de la transformación Una ofrenda humana a San
también en una familia, en un Cucufate. Hasta extraterrestre s
sentido m ás irónico, radical, y con realizando coitos y teniendo un
ciertas notas divertidas que no hijo… ¡cada 9 segundos! Y una
dejan indiferente a nadie. Es nueva forma de convivencia: el
trágica, se centra en la hipocresía cuatrimonio. Y no olvidemos a la
de la sociedad americana, y en ese novia del productor. Este film
“q uerer” y no po der po r excusas encandilará a los más acérrimos
q ue realmente no atan a la rutina seguidores del tío Jess.
de siempre, sino más bien por un Acompañada en esta versión en Dvd
arraigado miedo a lo dist into. po r “SEE YOU LATER COWABUN GA”,
Pa pelones de los act ores, q ue se una locura -pop auspiciada por el
salen (DiCaprio, que no es santo de gran Jess, donde se interpreta
mi devoción, se supe ra, aunq ue mi asimismo. Una deliciosa película-
pe rsonaje favorito es el “loco cómic donde aparece lo más
visionario”), una historia amarga, granado del pop nacional. El cine
q ue incita mucho a la reflexión. po r el cine. Total libertad de
Recomendable. expresión para tu disfrute.

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Ana Patricia Moya Rodríguez \ Andrés Ramón Pérez Blanco
ME MORIAS DEL TÍO J ESS - JESUS
FRANCO (Editorial AG UILAR)
23 PANDORAS (Editor ia l Baile de l
Vida, obra y milagros de J ess So l, segunda edic ión)
Franco. Todo un regalo para lo s
seguidores de este genio (yo lo Buena selección de poemas dirigida
considero así). En primera pe rsona po r Vicente Muñoz Á lvarez , (autor
nos va relatando en diecinueve del prólogo), y muy recomendable
capít ulos, cada uno de ello s antología de poesía alternativa
titulado con nombres de películas, femenina, que recoge un total de
sus andanzas: adolescencia y veintitrés poetisas, desde las más
juventud bajo el yugo de la consagradas o m ás conocidas hast a
Dictadura, su estancia - huida en las inéditas. Lo que más me ha
París, su pasión po r la música y su gust ado: la diversidad poética, los
amor incondicional al cine. Es un estilos tan diferent es que reflejan
libro valiente, sin las censuras q ue sus páginas, cada poeta única en su
tanto sufrieron sus films, en el q ue manera de concebir versos.
narra, de manera muy flu ida, su Abundan colecciones antológicas de
relación con músicos, actores, poesía escritas po r nosotras, pero
colegas del oficio y pro ductores está q uizás sea, a mi modo de ver,
cinematográficos. Espec ialmente la más completita y entretenida (a
interesantes son lo s c a pítulos pe sar del volumen del libro, la
dedicados a Luis García Berlanga y lectura no se hace pesada). Me
Juan Antonio Bardem. Y, sobre q uedo con muchos poem as,
todo, el que dedica a su gran amigo muestro fragmentos de mis
Fernando Fernán Gómez. También favoritos: “Ya descubrirá de día q ue
cuenta como trabajo con Orson la s princesa s madrug a n” (Carmen
Welles. Jess nos muest ra a la Ruiz ), “ Mi cuerpo: pa raíso
pe rfección las entrañas de la fiscal/sólo pa ra tus riq uezas” (Ana
industria del cine, las dificultades Pérez Cañamares), “no me pienso
que encontraba para sus pr oyectos. tocar ning una g rieta con tus ma nos
Mult itud de anécdot as enriq uecen cuad radas/llena s de flecha s, puntos
este libro q ue dest ila humanidad, y acentos circunflejos/sin una sola
rabia, pasión cinematográfica y eÑ e q ue puedas enseÑ arme” (Inma
musical, pe ro sob re t odo verdad. Luna), “Soy una paja de Dios, sólo
Jess Franco es el director más una pa ja\ Un a cto omnipotente de
prolífico del cine español. También tristeza” (Belen Reyes). Y por
es el más ignorado y vapuleado su puesto, muchos más (de Sofía
inmerecidamente. Estas memorias Castañón, Miriam Reyes, Eva Vaz ,
merecen y mucho la pena. María Eloy G arcía, Sonia San
Altamente recomendables. Palabra Román, Carmen Camacho, Roxana
del Kebran. Popelka, etc, etc…)
19
CARTERO (Cha rle s Bu kowski;
Editor ia l Ana grama )

HEADLESS (a u tores: Bernardí Roig


Parece ser q ue el destino ha
/ Leopoldo María Pa nero; La Ca ja
querido que en este número de
Negra Edicio nes)
G roenlandia se mencionen algunas
obras de los denominados “Artistas
Se trata de un catálogo de arte
Malditos”; después de reseñar a
salpicado de excelsos textos (en
Jess Franco y a Leopoldo María
castellano e inglés), diez poemas
Panero, llegamos al controvertido
inéditos de Leopoldo María Panero
Charles Bukowski, quizás el
bajo el título de “Ritma nd o la pena
escrit or – po eta, narrador y
de muert e”. Destaco el siguiente,
ensayist a - m ás agresivo, crudo e
q ue abre la serie: “Lamiendo con
interesante del pa norama literario
mis la bios la cera / el poema es un
del siglo XX. “Cartero” es su
pája ro muerto / y la poesía el ritual
primera novela; es el tragicómico
del neurótico obsesivo / que aún
diario protagonizado po r el alter
escribe en la sombra / ritmando la
ego del autor, Chinaski; aq uí se
pena de muerte”. En este catálogo
retrata al mismo irresponsable,
encontramos, además, una serie de
borracho y m ujeriego, así com o sus
grabados con “La lámpara” como
expe riencias laborales en Correos,
nexo, cinco ret ratos q ue Bernardí
un t rabajo público q ue pod ría ser el
Roig realiza al poe t a. A la cabeza
trabajo ideal de cualq uier pe rsona
pe rdida (de ahí el título:
q ue anhela una vida acomodada (el
“Headless” ) más lúcida de las letra s
gran sueño americano: trabajo
españolas. Cierran este catálogo
pe rfecto, casa enorme con jardín,
cinco inquietantes dibujos, todos
coche grande, familia feliz). Sin
descabezados. Del primer texto de
embargo, Chinaski \ Bukowski le da
este libro - catálogo, firmado po r
la vuelt a a la t ort illa y conviert e el
Santiago B. O lmo y titulado La
deseo del ciudadano americano en
cabez a del abuelo de Claire,
una pesa dilla, pero necesaria, para
destaco el siguiente pá rrafo : “Los
poder so brevivir: horas y horas de
poetas pierden la ca beza pa ra
duras jornadas en la calle – llueva o
iluminar sus espaldas, y caminan a
haga calor – re part iendo la
tientas en la oscurida d pa ra
correspon dencia, dinero para
encontra r su camino, a veces
mantener vicios, viviendo a costa
a rra stra n una luz a sus espalda s.
del cariño de otras mujeres, etc.
Esa que ha y ahí es la luz que nos
Sinceramente: en una historia, el
muestran”. Sólo se editaron 1000
mejor personaje es siempre uno
ejemplares de esta maravilla. Y,
mismo. Realismo sucio, no: es la
afortunadamente, estoy aq uí para
realidad, tal y como es.
contároslo.

20
Ana Patricia Moya \ Andrés Ramón Pérez
Ana Patricia Moya

Luis Amézaga

Andrés Ramón Pérez

Enrique Fuentes Guerra

Adolfo Marchena

Esperanza García Guerrero

Roberto Arévalo Márquez

Juarma López

21
Córdoba (1982). Estudió Relaciones Laborales y es
Licenciada en Humanidades. Actualmente, sigue
pluriempleada y es directora de Groenlandia. Ha
publicado “Bocaditos de Realidad” (Ediciones
Groenlandia) Y ESTÁ PREPARANDO SU PRIMER LIBRO DE
RELATOS DIGITAL, “CUENTOS DE LA CARNE”. Sus poemas han
sido traducidos al inglés, al catalán y al italiano. Ha
participado en diversas publicaciones digitales e
impresas. Tiene poemarios, libros de cuentos y novelas
inéditos. En breve, sus poemas aparecerán en UNA
antología POÉTICA.

Poemas de “Yo soy lo que dicen mis manos”

Yo moriré a los cincuenta y tantos.

No será por la nicotina o el alcohol.

Alguien me dirá: “te querré siempre”

y me dará un infarto de corazón.

Lo que no sé si será por la impresión

o porque será la última mentira

que reviente en mi pecho.

22
Desierto

El corazón en el techo, yo recibiendo


el amor que corresponde a la legítima
mientras me observa desde arriba y lanza
mensajes codificados: “qué poco vales
por morir lentamente entre besos”.
Los tímpanos perciben el eco silencioso
del órgano que late por inercia que me espía
que se mezcla con lamentos los tuyos los míos
que llora por la que está suspirando por huesos
ajenos y que se ha rendido a otras manos.
Con el último suspiro en la soledad
de mi ausente delito me quedo quieta muy quieta
esperando a que regrese el trozo de carne
a su hueco, pero parece inerte, confiesa
con rabia entre los dientes que no desea
ocupar su sitio: no se sentiría cómodo
habitando las costillas

de una extraña.

23
Bienvenidos al paraíso (aforismos de misantropía)

Todos los hombres son estúpidos, pero nobles. La


mujer carece de nobleza. Somos las herederas de una
Eva despechada, es más que lógico que ellos sean así:
en la ignorancia y en el desinterés de indagar en
nuestra verdadera naturaleza son felices.

III

Existen tres tipos de hombres: el insensible, el que


tiene pavor al compromiso, el que sólo entiende del
instinto de su entrepierna. Y tres tipos de mujeres: la
que se conforma, la dominante, la triste sumisa. La
anónima, Lilith y Eva. Desde tiempos remotos, la
humanidad permanece inmutable.

VI

Lo dice la Biblia: Adán y Eva se complementan. Yo


soy una Eva desorientada: no recuerdo la última vez
que un Adán me complementó.

24
Alquiler

Por fin he cobrado. Abro mi cartilla del banco: me han


ingresado el dinero. Han tardado un poco – el jefe del
restaurante donde curro es así de informal -, pero bueno, lo
importante es que ya puedo pagar facturas, deudas y
demás. Saco mis gafas, mi block de notas y mi calculadora:
doscientos euros para papá y mamá, que lo están pasando
canutas por culpa de la hipoteca de casa; cien euros para la
compra, que mi parte del frigorífico está que da pena;
cincuenta euros que le debo a mi hermano por los billetes
del bus; treinta euros para la cena del domingo con mis
amigas; veinte euros para comprar el disco y el libro que
quiero… y otros veinte más para irme de tiendas, que llevo
meses sin renovar el armario de trapitos. ¡Ah! Y veinte
euros más, para los regalos de cumpleaños de mi mejor
amiga y mi novio. Bien: mi sueldo mensual preparado para
todo lo anotado, y espero que con la cosa de la crisis, no
me lo bajen. Mi compañero y dueño del piso entra en mi
habitación, y me ve haciendo cuentas; me recuerda que ya
es fin de mes y tengo que pagar el alquiler. En fin: toca
bajarse las bragas para el polvo regulero con este cafre que
ni sabe lo que es clítoris… pero al menos me ahorro un
pastón.

25
No somos nadie

Habitación número trece del Tanatorio Provincial. Reunión


familiar por la muerte del abuelo. Los hijos y las hijas, las
nueras y los yernos, y los nietos mayores velan al difunto.
Diversas manifestaciones de dolor, en silencio, roto de vez
en cuando por sollozos. En el ataúd, el rostro pálido del
fallecido es escudriñado por todos los presentes: ha muerto
sin dolor, ha tenido una larga vida. En la estancia, algunos
están sentados en confortables sillones, mirando el reloj,
algo nerviosos; otros se pasean de lado a lado, con gesto
meditabundo; los adictos al tabaco esperan fuera de la sala,
fumando ansiosos un cigarro tras otro. Faltan unas horas
para trasladar el féretro al crematorio. Quemarán su cuerpo
hasta transformarlo en cenizas. Los allí congregados no
están consternados por la inminente incineración del
abuelo: están deseando que el abogado haga acto de
presencia para otorgar la herencia a las hienas, a los
vástagos de un hombre rico que murió en un geriátrico,
abandonado, a falta de cariño desde que surcaron las
primeras arrugas: ahora todos, todos le aman. La naturaleza
humana es drama, tragedia, y comedia. La sangre no une.
Ni el cariño.

Une el egoísmo.

26
Pequeñas historias cotidianas

A él se le hincha el pecho de orgullo cuando la amante


virtual le alaba: realmente, es un experto en artes
amatorias. A la hora en la que él cierra la sesión del
Messenger, regresa su esposa del trabajo. Y en la habitación
de matrimonio, la misma discusión acalorada de las
madrugadas: ella no tiene ganas de sexo porque está hasta
los ovarios de que él siempre quiera follársela en la
aburrida postura del misionero.

II

Don Eduardo era un reputado psicólogo. Uno de sus


pacientes era Roberto Rodríguez, un hombre que estaba
separándose de su mujer, a la que todavía amaba. Eduardo
le aconsejaba al paciente que pasara página, que buscara a
otra y Roberto escuchaba al experto por cincuenta euros la
sesión. A las dos horas de acabar Roberto, tocó atender a la
Señora Rodríguez: ella llegó sin ropa interior debajo del
abrigo. A Eduardo le encanta explorar el coño de su
amante. Pero, sin duda, lo que más le gustaba era sacarle
los cuartos a Roberto con tres visitas a la semana: así se
cobraba las placenteras visitas de su ex esposa.

27
Ana Patricia Moya Rodríguez
Luis Amézaga (Vitoria, 1965). Colabora en diversas revistas
literarias, así como en distintas antologías de relatos y
poesía. Autor de “El Caos de la Impresión” (Madrid,
Vitrubio), “A Pesar de todo… adelante” (Canarias, Baile del
Sol), “Dualidad: onda \ partícula” (Premio Literario Café
Mon 2008), “Bolsa de Canicas” (premio de la Revista
Literaria Katharsis 2008), “El Gotero” (Revista
Groenlandia) y “La mitad de los cristales”, escrito de
forma conjunta con el poeta Adolfo Marchena.

Aforismos en pareja

La mezquindad es tan pesada con su celoso afán de


constreñir, que la grandeza de miras da un paso
atrás por evitar el dolor de cabeza.

II

Los celos hablan tanto de quien los padece, que ya


cansan con su egocentrismo.

III

La bondad tarda en implantarse porque perdemos


mucho tiempo intentando reciclar a los indeseables.

28
La fiesta de Oro

Dan las cinco de la tarde cuando al torero le


mariposean ángeles en el estómago, cuando la
capilla se estrecha como un ascensor bloqueado.
Dan las cinco de la tarde cuando un rumor circula
por la plaza. El cosquilleo, los aromas primitivos se
mezclan en la sudorosa tarde. Las manos ávidas. La
mesa puesta. Suenan los clarines y se abre la puerta
de chiqueros. El sobre baila en la taza. ¡Vamos
Maestro! Y el matador se entrega con deleite al
trance diario de tomar el té a las cinco de la tarde.

II

Por una ventana del averno de cemento se escapa


un olor a campo, un anagrama dorado. La cocina se
orilla a un lado de la noche. La mujer ama su
soledad de incienso. La cisterna rompe aguas pero
no su calma. Desde el frío baño escucha los piropos
de la tetera familiar. No hay testigos en su vida
para estos placeres noctámbulos. Bebe a sorbos las
lágrimas reconfortantes, calienta sus manos con el
calor aromático y se pregunta a qué se dedicarán
los espejos cuando nadie se retrata en el reflejo.

29
Luis Amézaga
Illescas, Toledo (1976). Perpetrador del mejor fanzine del
mundo, “Creatura”. Ha colaborado en diversas revistas,
impresas y digitales (“Delirio”, “Cruce de caminos”, “Al otro
lado del espejo”, “Es hora de embriagarse con poesía”, etc).
Entusiasta organizador de recitales poéticos. Ha publicado
un poemario, “Satélite de Inhóspito Planeta”. Ha participado en
las antologías “Bukowski Club” y “Pazlestina”.

Con el número trece… Pimentón

Se escuchan leves palmas cuando el locutor exclama su número


de dorsal y su nombre. Pero allí estaba él, sentado en el
banquillo. Totalmente concentrado. Final de la Copa Nacional
entre el todopoderoso Mitisa Balompié y el humildísimo Atlético
Mutanga. David contra Goliath. El Atlético Mutanga, un
modestísimo equipo de categoría regional, auténtica revelación
de la competición fue ganando, a base de coraje, a todos sus
rivales, causando la admiración de todo el país. Ahora, en la
final de la Copa Nacional se enfrenta al Mitisa Balompié, el
equipo con mejor palmarés del país, el equipo de la capital, el
equipo de la inmensa mayoría. La final se celebra en el estadio
del Mitisa, sería impensable poder haberla jugado en terreno de
tierra, que es donde juega habitualmente el Mutanga. En el
palco todas las autoridades. El país expectante ante el partido.

Pimentón es el portero suplente del Mutanga. Sabedor de sus


limitaciones, aceptó de buen grado su suplencia. Gato, el titular,
es bastante mejor portero que él. Todo el equipo lo sabe. Pero
también saben que Pimentón es el alma de este equipo junto a
Eusebio, su padre, el utillero. Ambos llevan en el Atlético
Mutanga toda su vida. Y nunca el equipo ha llegado tan lejos.

30
Todos los jugadores están concentrados en este partido. Pimentón
está emocionado, casi el que más cuando agarra de la mano a su
padre cuando suena el himno del equipo. Su padre murmura:

- Pimentón, hoy serás historia del Mutanga. Tengo un “plápito”.


- Pálpito, padre. Se dice así. Y no digas esas cosas. Yo ocupo mi lugar.
Ya sabes del poderío de Gato. Todos merecemos estar aquí. Ahora
toca disfrutar de todo esto.

Comienza el partido. Aluvión de ocasiones para el Mitisa, con su


temible delantero Atila. En todas ellas, Gato efectuando
espectaculares paradas.

- ¡Qué bueno eres, compañero! ¡Arriba ese Gato! - grita Pimentón


desde el banco.

En un suspiro pasa la primera parte. Empate a cero. Memorable la


actuación de Gato por parte del Mutanga. Lo ha parado todo. Pero el
Mutanga no ha visto puerta.

Descanso y refrigerio. Y esa charla del mister, que Pimentón y sus


compañeros ya se saben de memoria.

Comienza la segunda parte. El Mitisa vuelva a atacar. Una y otra, y


otra vez. Infructuosamente. Gato es un muro. Atila, hastiado y
enrabietado, después de marrar la enésima ocasión llega a pisar a
Gato la mano y es expulsado. Gato se revuelve de dolor. Hay que
hacer el cambio. Pimentón tiembla primero, calienta después. Tiene
que salir al campo. Mira el rostro de su compañero Gato, bañado en
lágrimas.

31
- ¡Vamos a ganarles Pimentón! ¡Aúpa el Mutanga! - dice Gato.

El acoso a la portería, ahora defendida por Pimentón, sigue. Quedan


tres minutos para el final del partido. Pimentón responde a dos tiros a
puerta del rival. Y muy bien, además. Buenas paradas. Saca de
portería con tanta potencia que el balón llega a Perico, el delantero
del Mutanga. Avanza. Pero un central logra frenarlo. Saque de
esquina para el Mutanga. El primero del partido, aunque parezca
increíble. Falta menos de un minuto para el final. Pimentón arranca a
correr hacia la portería rival, su mister le da permiso. Ahora o nunca.

Se bota el córner. El balón hace una parábola en el aire, impacta en la


rodilla izquierda de Pimentón, al que no cubría nadie, y el balón
entra mansamente al fondo de la portería. Gol del Mutanga. El
estadio enmudece. Sólo aplauden los integrantes del banquillo
visitante y los poquísimos aficionados que han podido desplazarse a
la capital.

Pimentón llora como un niño. Un temblor le recorre el cuerpo. Nota


los coscorrones, los abrazos, los besos, de los compañeros. Nota
como el escudo del Mutanga se graba a sangre y fuego en su corazón.

El Mutanga gana la Copa Nacional

Pimentón hizo historia.

Eusebio, su padre, el utillero, tiene un “plápito”.

Andrés Ramón Pérez Blanco


32
Belalcázar, Córdoba (1958). Escritor y poeta. Ha publicado
los poemarios “Lo que Arde \ Sueño del Herido” (con
fotografía de Juan José Romero y prólogo de Jesús
Alcaide) y “El Laberinto Sentimental” (editado por
Litopress, con prólogo de Alberta de la Poza).

El cazador de sueños

En un principio todos éramos iguales, incluso tú eres


algo tonto. A todo eso se suma, que tu casa no es un
modelo de armonía. Y empiezas a retraerte algo en ti
mismo, y poco a poco van perdiéndose tus ganas de
vivir. Además ves pocas salidas.

Pero un día, un bendito día, sales a dar una vuelta,


nada importante, sólo querer relacionarte algo. Pero
ibas a descubrir a alguien muy importante, a un
cazador de mentes.

Resulta que un amigo mío conoce a un tipo cuyo cuñao


vende hachís, y me dice que pruebe, que es justo lo que
necesito. Entonces empiezo a pensar en pros e
inconvenientes. Inconvenientes les veo pocos. Nada
puede ser peor, si acaso puede que todo mejore un
poco. Y pruebo.

Y me gusta. Es una sensación extraña. Es como si mis


odios y rencores se anestesiaran y salieran a la luz
cualidades que ya creía perdidas, relativas al amor y a

33
la comprensión que solo me eran reveladas en sueños.
Por eso, a partir de entonces, lo llamo “el cazador de
sueños”.

En realidad fumo poco, antes sí. Ahora bien, cada vez


que empiezo a liar uno me siento como yo siempre
tenía que haber sido, un estado de paz conmigo mismo
del que no me apetece regresar. Antes de que agentes
extraños me contaminaran. Por eso no doy a nadie el
derecho de opinar si esto o aquello me sienta bien.

No se porqué la gente, se empeña en hacernos ver la


maldad detrás de aquello que no conoce, ya sea sexo,
música, drogas…

¿Inmoral? Inmoral es tener millones de euros, mientras


otros suplican pan. Inmoral es pegarle a un niño
indefenso, inmoral es meter a tus padres en un asilo,
inmorales son las guerras por ambición, también es
inmoral atentar contra la naturaleza… hay tantos
inmorales, que un poco de humo amarillo sólo es una
gotita de agua en el vasto océano de las inmoralidades.

Además yo no fumo ya… yo cazo sueños.

34
Mis héroes

Mis héroes son de cartón piedra


…y se tambalean
huelen a alcohol
tienen los dientes negros
y los ojos profundos.

Son gente que nunca te pide nada


ni te exigen
sólo te acompañan
…y gimen contigo.

35
Enrique Fuentes Guerra
Adolfo Marchena (Vitoria, 1967). Codirige la revista
“Amilamia”, junto a José Luis Pasarín Aristi, con quien
publica, en 1992, el libro de poesía “Cartapacios de
Lucerna” (Ediciones Libertarias / Prodhufi). Ha publicado
en revistas literarias impresas y digitales, como
“Cuadernos del Matemático”, “Río Arga”, “Groenlandia”,
“Turia”, “Los Cuadernos del Sornabique”, “Letralia”,
“Océano”, “Haritza”, etc. Ha publicado el libro de poesía
“Proteo; el yo posible”. Sus poemas han sido traducidos al
alemán, francés, euskera y árabe. Ha publicado
recientemente dos libros digitales: “La reconstrucción
de la Memoria” (Groenlandia, 2008) y “Planta de
Neurocirugía” (Editorial Remolinos, 2008).

La sombra en el pavimento

Se arrastra como lombriz

Sueño de verano en el teatro

De los sueños sueño de verano

En detrimento del suspiro.

No escribir pensando en nada

Pensando en nadie

No amar pensando en nada

36
Pensando en nadie

Sombra de saxofón

A ritmo de incunable en el corazón

Donde las cucarachas se confunden

Todas con el mismo nombre

Todas bebiendo aguardiente con Kafka.

37
Las noches se suceden

En las largas caminatas

Del invierno de la noche,

En procesión de austeras

Maneras de conformarse

Con un plato de sopa

Después de trabajar el campo

Después de trabajar el recuerdo

Cuando las hojas son vértigo

Y el estruendo de la tarde

Complace los misterios de la ausencia.

38
Adolfo Marchena
Esperanza García Guerrero nació en Sevilla. Actualmente,
forma parte del Proyecto Fahrenheit 451 (Las Personas Libro).
Sus poemas aparecen en diversas antologías: “Poemas para un
minuto” (Editorial Hipálage, 2007) y “Girapoemas” (2009). Ha
participado en diversas revistas, como “Hoja de Papel”,
“Groenlandia” y algunas páginas Web de Literatura. Ha
formado parte del ciclo “Versos Sumados”, dentro del
Festival Cosmopoética (Córdoba, 2009).

La pelota azul

Si hay algo que me lleve a un incontrolado estado de


ansiedad, es la extrema pulcritud, cualidad destacable en
María y que ha condicionado la hora de acercarme a ella.

El sábado como era habitual desde hacía tres meses, la


invité a cenar a casa. Desconcertado ante su inusual
retraso, miré impaciente por la ventana. Había cesado de
llover cuando apareció, iba vestida con aquel impecable
conjunto blanco que no me atrevía ni a rozar y caminaba
con su peculiar repique de pasos: toc, toc-toc, toc… huella
de las clases de flamenco recibidas en la infancia.

Al llegar al portal miró sus brillantes zapatos, con un leve


taconeo sacudió la tierra adherida a la suela, y justo antes
de entrar, desde alguna terraza próxima, una inesperada
pelota azul cayó sobre un charco cercano, e iluminó el
vestido de alegres figuras negras.

Ese día por primera vez… la abracé.

39
Lágrimas de Níobe

Cuando la mandíbula del hombre


devora la última pieza
y la espiral de su garganta
repite el grito animal,
la muerte aparece
marca su juego
señala el camino
Y después…
sólo queda el silencio
de las calles sin compañía
el rastro de la violencia no buscada
o el estanque de los hijos sin retorno.
Es entonces cuando los ojos
recuerdan la imagen del instante
que no debió existir,
el momento donde mano contra mano
teñidas de una misma sangre,
cierran el círculo del dolor.

40
Ella

Pronto en su cuerpo sólo figurará


la huella de la ofrenda,
los pechos caerán
consagrados al tiempo,
la sangre volverá
a marcar su piel
por última vez,
y el curso de la vida
se escapará entre sus muslos.
Entonces ella
tomando posesión de su nombre,
cerrará el ciclo de la tierra
renunciará al fuego sagrado
morderá la manzana
adorará su cuerpo,
y dejará que la luz de Vesta
pase de largo

41
Esperanza García Guerrero
Roberto Arévalo Márquez (Madrid, 1983). Apasionado de las
letras. Ha escrito nueve novelas, cuatro de ellas publicadas
a través de Bubok, destacando una trilogía que está a punto
de concluir. También ha participado en varios certámenes de
relatos de dicha página de autoedición, para editar una
futura recopilación de los mejores. Hasta la fecha, participa
en ese proyecto con dos de sus relatos. Asimismo, también ha
colaborado con diferentes revistas como Remolinos, Cruce
de Caminos y Webs como Relatos Sorprendentes.

Disculpas a tiempo

Cuando terminé de arreglarme el cuello de la camisa, y tras


asegurarme de haberme embadurnado del perfume que tanto
te gustaba, me dispuse a salir bien acicalado hacia la puerta
de tu casa. No era una distancia especialmente larga, aunque
con mi ritmo pudiera hacerse pesada. Y es que tenía que
pensar bien lo que iba a decir, memorizar las palabras de un
discurso elaborado que consiguiera tu perdón.

Por suerte era un día soleado, de brisa suave y agradable, y


que invitaba a dejarse embriagar por la alegría que flotaba
en el ambiente. Y yo, envuelto en ese furor mañanero,
empecé a andar, un paso tras otro, estando cada vez más
cerca de ese momento tan temido.

De camino me detuve en el rosal que había sido testigo de


nuestros encuentros furtivos en más de una noche cuando ya
nadie caminaba por las calles. Me recliné dispuesto a oler
una de esas flores y, sin pensarlo, arranqué una para ti, no

42
sin evitar pincharme logrando que maldijese como si fuera
un perro gruñón.

Ya con ella en mi mano izquierda, mientras me chupaba la


poca sangre que emanaba de la otra, continué hasta tu casa
pensando en mi disculpa. Porque por fin había descubierto
lo importante que eras para mí, y de ahí que aquella
mañana caminase, de tu casa a la mía, desconcertado y
temeroso, pero seguro de lo que hacía y de lo que
pretendía.

Me planté en la puerta de tu casa, cogí aire y anduve los


últimos pasos. El corazón me latía tan rápido que pensé que
se iba a desbocar del pecho y sentí cómo me temblaba la
voz. Incluso llegué a pensar que me quedaría mudo en
cualquier momento, pero aun así no iba a retroceder.
Acaricié el timbre, dudando si apretar o esperar un poco
más, y tras pensarlo dos veces, le di y escuché su agudo
sonido que te avisaba que estaba ya aquí.

Tú tardaste en abrir, no supe si era porque no me querías


recibir o si era porque estabas igual de nerviosa que yo,
pero esperé paciente aprovechando esos minutos para
recordar el discurso preparado. ¡Maldición, lo había
olvidado! Entonces palidecí, lleno de dudas, miedo y
vértigo, sensaciones que aumentaron cuando al fin noté tu
presencia al otro lado de la puerta, y supe que mirabas por

43
la mirilla, dudando si abrirme o hacerme pensar que no te
encontrabas en casa.

Pero finalmente lo hiciste y tu mirada, seria y compungida,


se fijó en la mía, asustada y temblorosa. Yo extendí la rosa
para que la cogieras entre tus manos, susurrando un débil
‘Te quiero’ mientras en mi cabeza me decía a mí mismo que
eso era lo que tenía que decir al final del discurso olvidado,
y no al principio como había hecho.

Tú suspiraste, mirando hacia mis pies y después de nuevo a


mis ojos. Entonces esquivaste la mirada, evitando que
notase cómo la comisura de tus labios había hecho un
amago de sonrisa. Y tras mirar al interior de tu casa, y
recuperar la compostura, te volviste de nuevo; seria, firme,
convencida que no había notado cómo habías bajado la
guardia.

Sin embargo me encontraste una vez más, y esta vez con


esa mueca de niño triste, de perro abandonado: cabizbajo,
con mi labio inferior doblado, los ojos achicados y la rosa
sobre mi pecho. Era lo que llamabas la mirada de Calimero,
a quien nadie quiere y al que todos abandonan. Entonces
reíste, te sumergiste en miles de carcajadas y supe que esta
vez la disculpa había llegado a tiempo, y susurré un casi
imperceptible perdón.

44
Aún dudaste un poco. Pero al final saliste de tu casa y
cogiste la rosa. Te la llevaste a tu nariz y respiraste un
poco. Pero una avispa salió de entre los pétalos y empezó a
revolotear entre tu pelo. Te pusiste nerviosa, tirando la flor
y gritando como una loca implorando que se fuera,
mientras yo intentaba cazarla al vuelo, entre saltos torpes
que me hicieron caer de bruces contra el suelo.

Aquello hizo que te olvidases de la avispa y te rieras de mi


torpeza con más ganas que antes. Te quedaste ahí enfrente,
sin ayudar a levantarme, sólo riendo a carcajadas aún más
sonoras que las otras, viéndome en el césped de tu entrada,
como una cucaracha con las patas arribas intentando darse
la vuelta, y yo sin entender lo que provocaba tanta risa,
esperé a que acabaras. Pero no podías. Se te habían saltado
las lágrimas y yo, divertido y derrotado por una avispa,
confié en que al final tu compasión se apiadase de mi
torpeza.

Tus risas se convirtieron en el escenario de aquel momento,


hasta que moví mi pierna izquierda con rapidez,
provocando que te cayeses encima de mí y aplastando la
rosa que había cogido para ti. Entonces tus risas cesaron
inmediatamente, y con tus ojos bien abiertos me miraste
desconcertada. Luego te volviste hacia la rosa, la cogiste
del tallo y la miraste desolada.

45
- ¿Ves lo que has hecho? – me preguntaste con cierto tono
recriminatorio mientras me enseñabas la rosa espachurrada.
- Lo siento – contesté yo, otra vez expectante y temeroso.

Pero entonces volviste a reír… la disculpa había vuelto a


llegar a tiempo, tirados en tu jardín, con la rosa ya fuera de
este encuentro. Entonces, abrazados, sentí cómo tus manos
acariciaban mi rostro antes de que tus labios se posasen en
los míos, recibiendo tu perdón en forma del dulce de tu
lengua saboreando mi boca.

Aquella mañana conocimos lo mejor tras una discusión; una


reconciliación intensa que no hizo otra cosa que reforzar
los lazos que antes nos unían. A partir de entonces,
nuestros pasos en este mismo camino compartido se
hicieron más firmes y seguros… pero claro, esto sólo sucede
así cuando las disculpas llegan a tiempo.

46
Roberto Arévalo Márquez
Filólogo frustrado, dibujante brutal, albañil por necesidad y
reciente opositor. Creador compulsivo de fanzines. Ha
colaborado en diversas revistas de cómic, como “el batracio
amarillo”, “aceite de ricino”, “cretino”, “tmeo”, “el cubo”, “el
ajopringue”, etc. Su blog: www.vivarumania.blogspot.com.

Poemas de “De Algunas princesas que van en chándal”

Palabras de un vendedor de flores

Pasan deprisa, como suspiros por los saturados páramos de la


Avenida de la Constitución. No se detienen a comprar unas flores
- rosas, margaritas, orquídeas - para sus amantes, porque no
aman. Son mentira, sus “te quiero” sólo buscan un cuerpo con el
que acostarse, unos labios a los que besar sin amor cada noche,
un sexo para estacionar en monógamas rutinas. Quiero que las
personas se enamoren porque tengo hambre. Sería hermoso
contemplar desde el cielo una feliz ciudad de felices enamorados,
sonrientes, diáfanos. Sería bonito. A mí no me importa no
enamorarme, envejecer solo, sin caricias ni aniversarios. Sólo
quiero vender infinitas levedades, canjearlas por billetes y
monedas, comprar cosas: un coche, una casa, una mujer.

Quiero una ciudad de enamorados, con los paisajes pintados de


flores y luminosas estrellas. Quiero una ciudad de enamorados,
con parejas besándose en los parques, con amantes tomando
batidos en las cafeterías, siempre entre rosas. Quiero una ciudad
de enamorados, donde el inesperado amor haga que los
transeúntes se rasquen los bolsillos.

47
Emborráchate

Nada en el cielo, en las calles los niños se mueren


de hambre o tristeza, mientras madres ofertan
sus sexos y padres juegan a hacer el imbécil.
Sólo ruinas. Sólo pelícanos desgajando
sus entrañas para alimentar a sus estirpes:
los asesinos que se asesinan a si mismos.

Emborráchate para huir de tanta miseria.

Juarma López48
Pepe Pereza

Eva Márquez

Oscar Varona

Jesús Suárez

Enrique Morales

Sergio Pinto Briones

Antonio Huerta

Enrique Portillo

Isaac Contreras

Daniel García

Luisa Fernández

Javier Aguirre

Ángel Muñoz

Mila Puebla

Begoña Leonardo

Vicente Muñoz Álvarez

49
AutoR INÉDITO DE RELATOS; Estos han sido publicados
en blogs como “Crónicas para decorar un espacio”
(de Alfonso Xen Rabanal), “Hankover \ Resaca” (de
Vicente Muñoz Álvarez y Patxi Irurzun), “Esto no es
una película, amigo” (del poeta David González), etc.
También ha publicado en diversas revistas como “Al
otro lado del espejo”, “Narrativas”, “Cruce de
Caminos”, “Groenlandia”, etc. EN BREVE, APARECERÁ SU
PRIMER LIBRO DE RELATOS PUBLICADO, “AMORES BREVES”,
EN LA EDITORIAL BAILE DEL SOL.

El incendio

Evaristo estaba sentado en el sofá viendo las noticias de la noche. El


presentador anunciaba, con evidente preocupación, que debido a la
sequía, lo más seguro es que hubiese algunos incendios. A Evaristo le
gustaba ver las noticias mientras hacía la digestión. Esa noche para
cenar se había metido entre pecho y espalda dos platos de callos.
Para cualquier otro, eso habría sido una exageración, pero para él
solo era un tentempié. Pesaba ciento cincuenta y seis kilos y medía
más de dos metros de estatura. Su mujer, Clara, había tratado mil
veces, sin éxito, ponerle a dieta, pero él era un saco sin fondo donde
se podía vaciar la nevera entera. De pronto, Evaristo empezó a sentir
un ligero ardor de estomago al que no dio ninguna importancia. Al
rato comenzó a sudar. El ardor de estomago empezaba a resultar
bastante molesto. Tendría que haber hecho caso a su mujer y no
abusar tanto del picante. Clara fregaba los platos en la cocina
intentando memorizar la compra que tendría que hacer al día
siguiente.

50
- Clara, hazme una manzanilla.
- Ya te dije que no te echases tanto picante… - Le gritó Clara desde la
cocina. - En cuanto termine de fregar, te la llevo.

Evaristo sudaba cada vez más, grandes chorretones de sudor le caían


empapándole la camiseta. Sacó un pañuelo del bolsillo de su
pantalón y se secó cuello y cara. Intentó incorporarse del sofá pero
sólo logró soltar un eructo. Los gases de su estomago al abandonar
su boca lo hicieron en forma de un pequeño fogonazo azul, parecido
a los que echan los dragones de los dibujos animados. Nunca antes le
había pasado algo parecido. Intentó, de nuevo, incorporarse pero las
fuerzas no le respondían. Seguía sudando a mares y su rostro se fue
volviendo rojo intenso. Llamó a su mujer pidiendo ayuda.

- Claaaraaaaa…
- Enseguida te la llevo, déjame terminar con esto. - Le contesto ella
desde la cocina.

Un pequeño chispazo de electricidad estática producido por el roce


con el sofá fue el detonante de la combustión espontánea. Evaristo
no pudo hacer nada, en cuestión de segundos estaba ardiendo como
una gran antorcha humana. Minutos después, cuando Clara le llevó
la manzanilla, comprobó aterrada que el salón estaba lleno de humo
negro. En el sofá había un gran ronchón aún incandescente y en el
suelo estaban las zapatillas de andar por casa de su marido, que
calzaban dos pies que terminaban en unos tobillos carbonizados. El
resto de su marido era ceniza.

51
Pepe Pereza
Madrid, 1974. licenciada en Derecho por la Facultad
complutense de Alcalá de Henares. Actualmente, trabaja
en el sector de seguros. Como poeta, ha publicado en
diversas revistas digitales y el papel, como ping pong,
cinosargo, DULCE ARSÉNICO, cruce de caminos, la otra,
lafanzine, EL CUERVO, REVISTA REMOLINOS, etc. Publica con
Groenlandia su primer libro de poemas, “cosas que
nunca te diré”. Mantiene un blog de literatura y arte,
donde muestra ALGUNOS DE SUS poemas.

Tiembla mi tiempo

tiembla el momento, en que sus


alas se fortalezcan y emprendan
el vuelo
mas tiemblo yo, cuando tenga
un ala rota y mis manos no sean
su cura
tiembla el segundo, en que cierre
por fin la maleta y regrese a mí
solo un domingo tardío
mas tiemblo yo, con los días
asolados de su ausencia sin sus
cosas para tejer una telaraña
de mi tiempo
tiembla el minuto, de una llave
abriendo una puerta recibiendo

52
sólo el abrazo de un sofá soñoliento
de aniñados besos pasados
mas tiemblo yo, con la distancia
de sus te quieros matutinos
con sus sonrisas, sus muecas
de gusto y
de disgusto
tiembla la hora, de llegar a ser
sólo la mamá - abuela paciente
parte de su vida anterior
mas tiemblo yo, con el pensamiento
del día en que nos demos cuenta
que mi tiempo pasó, y
que tan sólo soy
eso,

su mamá.

53
Perder el miedo

cuando un suspiro,
suscita un anhelo
cuando un hormigueo,
genera un suplicio
cuando una miga en su boca,
desala el aliento
cuando una mirada,
incita una esperanza
cuando el salivar de una angustia,
convoca una disputa
cuando el beneplácito de una ausencia,
coexiste con una viciada conciencia
cuando las alas de una herida,
encuentran una ventana abierta
cuando al fin tiene sentido
mirar al frente, y
las palabras cobran fuerza
cuando mi poesía,
eriza un pensamiento

llegó el día, de perder


el miedo al miedo

estoy aquí, y
he vuelto
libre.

54
Eva Márquez
Óscar Varona es un escritor que nadie piensa que lo
sea; un bibliotecario que no se siente como tal; un
perdedor... de tiempo que ha publicado un libro de
relatos titulado "Trémolo"; un bicho raro que ha
publicado algunos relatos en sitios tan dispares como
Argentina, Estados Unidos y España; un fumador
enfermizo que nació en Madrid hace 36 años y que no
ha visto mucho mundo todavía.

Vejez

X sabe que le queda poco tiempo. Lo sabe, lo admite y lo


asume. Es lo que tiene la edad. X es viejo, más viejo de lo que
nunca creyó llegar a ser. Nunca se piensa en esas cosas cuando
uno es joven y cree tener toda la vida por delante. Se dedica a
contemplar sentado, día y noche, la ventana de su habitación,
echando ligeras cabezadas de vez en cuando, pero nunca
durmiendo más de dos horas seguidas. X piensa mucho en lo
que ha sido su vida. Echa la vista atrás mientras permanece
con los ojos pegados al cristal, sin ver, sin oír, metido en su
propio mundo de recuerdos. Es lo único que le queda. A veces
se pregunta qué habrá sido de ciertas personas, y le gusta
imaginar que ellos también piensan en él de vez en cuando. X
sonríe, aunque apenas es un esbozo de la sonrisa que le
caracterizaba. Ni siquiera abre la boca lo suficiente como para
dejar ver sus encías desnudas.

B le observa de pie, a su espalda, inmóvil, con las manos en la


espalda y las piernas tensas. No ha perdido un ápice de su
porte militar. La piel arrugada cuelga medio muerta de su

55
rostro contraído. A B le hubiese gustado tener hijos y verlos
crecer, pero, al igual que X, siempre estuvo solo. Es el
momento de arrepentirse y maldecir las oportunidades
perdidas. Quién sabe lo que hubiese sido de su vida si se
hubiese preocupado un poco más en sí mismo y no en el
ejército. Ahora no tiene sentido quejarse.

P se sienta en el suelo y observa sus manos finas y arrugadas.


Esos dedos con los que acariciaba continuamente el rostro del
único amante que nunca tuvo. Lo recuerda a la perfección,
pese a que han pasado muchos años desde que todo aquello
sucedió. ¿Qué es lo que pasó? Fueron los tres años más felices
de su vida. También sonríe al recordarlo, aunque tal gesto se
borra de inmediato al pensar en la decepción, el dolor y la
tristeza que vino a continuación. Desde entonces, P nunca
volvió a ser la misma. Su corazón se endureció de tal manera
que nunca más volvió a amar. Ahora deja su vejiga suelta de
vez en cuando y micciona sin pudor sobre una alfombra que
poco a poco va perdiendo su color original.

K respira con dificultad tumbado en la cama. Son demasiados


años fumando. Desde los trece, si no recuerda mal, aunque la
memoria comienza a fallarle con cierta asiduidad. Una
traqueotomía de urgencia le impide hablar con normalidad,
aunque hace mucho tiempo que no siente la necesidad de
decir algo. Saca un cigarrillo oculto debajo del colchón y lo
incrusta en el agujero de su garganta. La primera calada
rejuvenece sus pulmones con humo azul venenoso. Es como
volver a aquellos años clandestinos en los que tenía que fumar
a escondidas para que sus padres no le pillaran. Los dos

56
murieron de cáncer de pulmón, al igual que su primera mujer.
K piensa en ello, pero no le asusta la muerte. No puede ser
mucho peor que esto. Mira a su alrededor y se fija en T, la
mujer de la puerta, la cual permanece impertérrita mirando al
infinito y abriendo y cerrando la puerta de la habitación cada
treinta y cinco segundos. Está comprobado, aunque nadie sabe
porqué lo hace. T vive en su mundo, como el resto, pero ella
con más razón, pues perdió toda noción de realidad hará unos
diez años. La historia de la puerta sólo lleva haciéndola desde
hace tres, día y noche, a todas horas, cada treinta y cinco
segundos. A veces se queda dormida y su brazo actúa de forma
mecánica, lo cual es un misterio para el resto, aunque pocos
ya le hacen caso. Tan sólo J, que espera detrás de la puerta
para poder verla un instante cada treinta y cinco segundos. J
está senil, pero ama profundamente a T y no le importa
esperar y permanecer al otro lado con tal de verla un solo
instante. Puede que sea la única persona realmente feliz que
conozco aquí, pues no he visto un rostro tan risueño en toda
mi santa vida. O al menos, no lo recuerdo.

Hablando de recuerdos… me viene a la mente una jovencita


de aspecto oriental que una vez vi en algún lugar, en algún
momento, enseñando su vientre liso y plano, y su ombligo
profundo como una cueva. No hace falta que piense mucho en
ella para sentir mi sexo decrépito excitarse. Cierro las puertas
del armario donde duermo y me masturbo a conciencia. La
espera es larga y tediosa, y no veo otra cosa mejor que hacer
para matar el tiempo.

Oscar Varona
57
(Madrid, 1982). Licenciado en Filosofía por la Universidad
Complutense de Madrid. Durante varios años establece su
residencia en Córdoba, donde participa con la editorial
“La Bella Varsovia”. Ha publicado poemas en revistas como
“El Coloquio de los Perros”, “Radicales Libres”, “Poesía
Salvaje”, “Narradores”, El laberinto del Torogoz”, “Bar
Sobia”, etc. Es creador, coordinador y colaborador de la
distribuidora de literatura libre “Shiboleth”. Ha publicado
“Manual de Instrucciones” (Poesía eres Tú, 2008)

El mundo me cansa,

me resbala,

está en silencio;

mi mundo es de mentira,

hecho a medida,

como un remedio.

58
Tengo un poema agarrado

a la punta de mi lengua

porque han declarado huelga

sus trascendentales versos

y ni Dios, ni Alma, ni Mundo,

no hay ideas que los muevan.

Tengo un poema abrazado

a la punta de la lengua.

59
Poema de “Manual de instrucciones”

Noche cerrada,

Ciudad oculta

En todas sus negras

vertientes,

Igualdad y unidad

En su sentido más pobre,

Noche cerrada del

hombre.

Jesús Suárez
60
Almería, 1991. Ha participado en algunas revistas
literarias como “La sombra del membrillo”, “el
coloquio de los perros”, “Espejos y espejismos”. Posee dos
poemarios inéditos: “grotesquia” y “libro del autista”.
Protagonizó la plaquette “piedra de aluminio”. Ha
escrito obras de teatro, como “la maquinaria
perfecta” y “la sombra demente”. ACTUALMENTE, PREPARA
OTRO TEXTO TEATRAL, LLAMADA PROVISIONALMENTE “LA
GRASA DEL COSTAL”, Y FORMA PARTE, COMO DIRECTOR Y
AUTOR, DEL GRUPO DRAMÁTICO “EL NÚMERO DE LA LEONERA
CIRCENSE”.

El poema indignifica al hombre

Para enturbiar las aguas es necesaria sed.


Se requiere La Sed.

Bajar la cabeza, abrir la boca


como quien traga, y soltar un escupitajo
pastoso torpemente en el río.

Para enturbiar las aguas es necesaria la cana.


Se requiere al poeta.

No quiero tu beso, Asesino.


El destierro es tu pena.

61
La primavera prohíbe cambiar de cuerpo

La ventana abierta deja entrar todo


tipo de insectos afilados manchados
de sol y rabia.

Mi cruz arde fácil.


Mi cruz apesta a la humanidad.
Mi cruz me sigue y me asesina.

Seré nido de insectos.

62
Moritat

El fuego del infierno


o la casa de putas
(Derek Walcott)

Putas saboreando piñas incendiadas


en el oasis púrpura.
Piñas incendiadas sobre los vientres púrpura
de la puta de los oasis.

Reposar eternamente
en la casa de putas convertida
en infierno por el fuego.

63
Enrique Morales
Sergio Pinto Briones (santiago de chile, 1977). Reside en
barcelona. tiene estudios de periodismo, magíster en
literatura por la universidad de chile y master en
documental creativo por la universidad autónoma de
barcelona. poeta experimental, artista, gestor cultural.
Ha colaborado en diversos medios escritos. en el terreno
audiovisual ha trabajado en diversos formatos:
videoarte, documental, cortometraje, reportaje, etc.
“barbaridades in situ” es su primer libro de poesía visual.
Actualmente trabaja en otro libro de poesía discursiva,
“el balcón de la planta baja”

Lluvia negra \ Pluja Negra


64
Vida

65
Camisa de fuerza \ Camisa de força

Sergio Pinto Briones


66
Cádiz (1984). Actualmente, vive en Jerez de la Frontera. Ha
publicado los libros de poemas Mi último verso (2006) y
Tuyo y mío (2007) ; Tiene pendiente de publicación su tercer
poemario aún inédito Dichosa tarde en escala de grises
(2009). colabora asiduamente en revistas literarias, tanto
en formato electrónico como en papel. Ha participado en
el número 4 de la revista digital “El Margen” y en los
números 1 y 2 de la revista literaria hojas Sueltas, así como
en diversos blogs de temática literaria. mantiene su web
personal y diario digital Ahora que nadie nos ve en:
www.antoniohuerta.es

Está acabado

Tengo 24 horas para acabar con esto.

Salir a la calle,
tomar café con un asesino en serie,
y tras acabar,
con suma amabilidad,
invitarle a que esconda su cuchillo
y lea uno de mis poemas.

Más tarde,
cuando el mediodía lo dicte,
reunirme con el director
de la sucursal de mi banco habitual,
hipotecar mi vida a golpe de firma,
de tinta, y como si fuese un libro,
de expectación escondida.

67
Tras vestir de blanco la mesa,
después de un almuerzo único,
acudir al curro con la música
a tope, disfrutar de las calles
que solitarias me esperan,
a 40 grados,
sin un suspiro que alivie su fiebre.

Ocho horas de tedio


son las que me faltan para
dimitir y verte, abrazarte
e irnos a un bar,
a joder como nunca
en el baño de las chicas.

Y llevarte a casa, y escuchar:


- hasta mañana,
y decirte sin que me oigas:
- no, hasta siempre.

Tengo 5 segundos para acabar con esto,


al fin y al cabo el día de hoy ha sido insuperable.

68
Poema de “Dichosa tarde en escala de grises”

Yonki

Busqué bajo mi cama


algo punzante
para agujerear tu recuerdo,
y tan sólo hallé un cúter oxidado.

Con él doté de valor y compañía


a mis dos muñecas.

69
Antonio Huerta
Getafe (Madrid, 1957). Cuentista aeronáutico, algunos de
sus relatos sobrevuelan en llamas en una decena de
antologías. “premio de narrativa villa de el escorial 2007”,
“una imagen en mil palabras 2008” y “la lectora impaciente
2009”. Colabora en diversas revistas literarias: “el
descensor”, “color albero”, “al otro lado del espejo”, etc.
Ha publicado un libro de relatos, “nieve en la habana”, y
participa en los cursos de narrativa del centro de poesía
José hierro. Mantiene un interesante blog personal: WWW.
imaginelebowski.blogspot.com

Triple salto mortal con tirabuzón

Tatiana Kirilenko cae del trapecio y queda tendida en


la arena del circo, muerta, en una postura sólo posible
para una muñeca de trapo. Hace dos días, Pipino, el
payaso que es capaz de tropezar con una mota de polvo
le pidió que se casara con él, le prometió que haría de
ella la mujer más feliz de la tierra. Tatiana se echó a reír
y respondió que jamás se casaría con un tipo que es
capaz de tropezar con una mota de polvo, que eso es de
tontos, que como mucho podrían ser buenos amigos.
Pipino se puso muy triste y como si le salieran lagartos
verdes de la garganta le dijo: Ojala algún día se rompa
el trapecio y te revientes contra el suelo .

Marcel, “El Hombre Bala”, escuchó aquella


conversación, por eso, cuando ha visto a Tatiana
tendida en la arena del circo, muerta, en una postura
sólo posible para una muñeca de trapo, ha ido en busca
de Pipino, ha entrado en su caravana sin llamar a la

70
puerta, y mientras el payaso se pintaba una sonrisa
blanca y reluciente frente al espejo, le ha cortado la
garganta de un tajo seco. Marcel, “El Hombre Bala”,
amaba a Tatiana con toda el alma y hubiera hecho
cualquier cosa por lograr su amor. Ayer, se lo confesó a
Hércules, “El Hombre más Fuerte del Mundo”. Le dijo:
Hércules, no soporto que Tatiana hable con otros, ni
siquiera contigo, la quiero tanto que si no es para mí, la
prefiero muerta .

Esa misma tarde, Hércules hizo el amor con Tatiana


tras la jaula de los elefantes. Cuando estaba a punto de
alcanzar el orgasmo una piedra le golpeo entre las cejas.
No le hizo daño, pero le abrió una brecha que necesitó
seis puntos de sutura para cerrarla. “El Hombre más
Fuerte del Mundo” tuvo la certeza de que el agresor
había sido “El Hombre Bala”. Así que hoy, cuando ha
visto a Tatiana tendida en la arena del circo, muerta, en
una postura sólo posible para una muñeca de trapo, ha
ido en busca de Marcel y le ha estrangulado como a una
gallina.

Tatiana y Hércules eran amantes, aunque a Tatiana le


daban arcadas cuando hacían el amor. Pero si “El
Hombre más Fuerte del Mundo” estaba a su lado, ni el
domador, ni los tres enanos saltimbanquis, ni Don
Guissepe, el dueño del Circo más antiguo de Europa, se
atreverían a violarla. Hércules era consciente de ello,
sabía que Tatiana le utilizaba, pero le daba igual,

71
porque abrazar y besar a la trapecista era como andar
descalzo sobre las nubes, como si un sol espléndido te
calentara después de una noche de tormenta.

Sí, Tatiana Kirilenko cae del trapecio y queda tendida


en la arena del circo, muerta, en una postura sólo
posible para una muñeca de trapo. Don Guissepe, los
tres enanos saltimbanquis y el domador también están
presentes. Tras una larga discusión, concluyen que el
culpable es Hércules y deciden ir en busca del forzudo
para abrirle la cabeza a pedradas. Margueritte, “La
Mujer Barbuda”, intenta impedirlo, les suplica que no lo
hagan. Llora y grita, se arrastra por el suelo. Les jura
que ha sido ella, que ella aflojó los anclajes del
trapecio, que ella ha matado a Tatiana; por celos, por
envidia, porque se acostaba con Hércules. Se lo jura una
y mil veces, se lo jura por Dios. Pero los cinco hombres
no la escuchan, no quieren escucharla, caminan con
determinación, decididos a ajustar cuentas. Encuentran a
Hércules puliendo sus pesas de doscientos kilos y sin
mediar palabra le lanzan una lluvia de piedras, y otra, y
luego otra. A la cuarta el gigante se tambalea y se
derrumba envuelto en sangre. El mundo cruje como si
estuviera a punto de partirse en dos cuando el coloso
toca el suelo. Junto a un carromato pintado de azul, “La
Mujer Barbuda” se abre las venas, sola, desesperada.

72
Enrique Portillo
Isaac Contreras, ESCRITOR, POETA Y ESTUDIANTE MEXICANO
(Mexicali, baja California, 1989). Mantiene en la red el BLOG
PERSONAL: WWW.unamenteobsesionadacon.blogspot.com.
Tiene poemarios inéditos.

La ceniza de un cigarro

Eso es lo que soy para ti


Y por casa por lo general
Es el cenicero

Soy la escoria
Del tabaco prendido
Que entre tus dedos agitas
Y me dejas caer al suelo

Como quisiera ser el humo


Que exhalas de tu cuerpo
Y va a parar al cielo

Le pones tanta atención


Hacia qué estrella se dirige
Mientras que ignoras las cenizas
Que lo crearon

73
Eso es lo que soy para ti
La ceniza de un cigarro

Que tiras al suelo


Esperando que llegue una
Escoba y la barra
O a que llegue una
Ráfaga de viento
Y se la lleve con ella

Eso es lo que soy para ti


La ceniza de un cigarro

74
Isaac Contreras
Vitoria, 1983. Escritor y lector de Bukowski, Palahniuk,
Puertas, Kerouac, Dovtoieski, Fante, Reverte, entre otros.
Colabora en varias páginas y blogs.

Pelea constante

Todos venimos al mundo para pelear,


de una manera u otra,
desde que nacemos hasta que morimos,
unos arrojan la toalla de la vida,
otros pelean por la superación diaria,
algunos se resisten a dejar la vida,
otros se abandonan a su suerte,
algunos se beben la vida,
aunque a veces es la vida quien se bebe a ellos,
unos pelean por sus derechos,
otros pelean por sueños inalcanzables,
el boxeador pelea con la cara hinchada y flaqueza en sus piernas
intentado que la cuenta atrás no llegue a su fin,
otros llegan a su fin antes de acabar la cuenta.

La gente pide "la cuenta",


en ocasiones las cuentas te las piden a ti,
a veces buscamos la suerte,
otras la suerte nos busca,
muchos eligen el camino de su ignorancia,
otras veces la ignorancia elige tu camino,
yo de momento resisto, llámenme Señor.

75
Me consumo

Me consumo,
como el cigarro se consume entre mis dedos,
sin voluntad de sofocarlo.

Me consumo,
entre la hipocresía e ignorancia de la multitud,
naufrago en su lodazal,
me asfixio.

Me consumo,
cuando examino la cartera
y sólo me queda calderilla.

Estoy abatido, me voy a dormir...

Daniel García
76
Madrid. Sus relatos y poemas han sido publicados en
diversas revistas digitales e impresas. Ha escrito novelas y
poemarios, inéditos. Ha ganado diversos premios
literarios.

Asesinato en las Villas

Anochecía en Las Villas, mientras que el inspector Gómez se


acercaba a la puerta trasera de la casa. De fondo, las
sirenas silenciadas de los coches patrulla teñían de un azul
intermitente los setos del jardín. Dio varias caladas
profundas a un Coronas antes de atravesar el umbral, y lo
lanzó a la gravilla de los parterres. Dentro, el olor oscuro
de la muerte le hizo torcer el gesto. Al fondo de la cocina,
una silueta de tiza recortaba la posición exacta del cadáver.
Medio metro más allá, la del arma: un cuchillo. Había una
gran mancha de sangre coagulada sobre el piso. Una mujer
mayor, consumida y diminuta, estaba sentada en un
taburete con actitud alerta. A su lado, su hijo, un
disminuido psíquico en silla de ruedas. Gómez, recogió el
informe a uno de los agentes. Después de leerlo, interrogó
a la mujer.

- Bien, señora García. Aquí dice que es usted la asistenta y


que vivían con la víctima.

Ella asintió con vehemencia.

77
- Que no oyeron ni vieron nada durante la noche –prosiguió
diciendo.

- Sí, señor. Verá, mi hijo apenas puede andar y tiene las manos
completamente inútiles. Tengo que hacérselo todo. Cuando llega la
noche, le doy unas pastillas para que duerma de un tirón y yo
pueda descansar.

Gómez miró con hondura a la mujer. Sus ojeras, su gesto fatigado.


Después, al hombre de la silla de ruedas. Sus ojos vacíos. La baba
corriéndole por las comisuras. Luego, miró sus manos. Le
parecieron pequeños esquejes amorfos. Retorcidas ramas secas que
no dejaban de temblar, como si estuviesen aferrando el aire.
Matando moscas imaginarias.

- Está bien, señora García. Hemos terminado. No olvide que tendrá


que personarse mañana en comisaría para firmar la declaración.

La mujer, tras cerrar la puerta, se asomó a la ventana y vio alejarse


los coches patrulla. Después se acercó a su hijo, y mirándole las
manos con fijeza, en voz muy baja, dijo:

- Y, ahora, quiero que os estéis quietecitas.

78
Luisa Fernández
Licenciado en filología inglesa, imparte clases en la
universidad de santo Tomás de temuco (chile). Ha
publicado varios libros de poesía (“ICARO”, “girasol”,
“varios poemas y un prólogo”, Sálvame de la sombra
abrasadora”, etc) y sus poemas han aparecido en diversas
revistas digitales (bajo hielos, escáner cultural, realidad
literal, espéculo, espacio luke, letralia). Ha sido incluido
en las antologías de “poesía breve” y “ritmos íntimos” y ha
ganado diversos premios de poesía (concurso de poesía
villa de Bilbao, premio de poesía de la universidad de
deusto, ect).

Nevermore

El sol se va; no somos lo que fuimos.


El verano ya nunca más será.
Las luces en la arena se apagaron,
y de la vida resta la humedad.

Pisadas frías en la playa muda,


solo, andando en un mar que ya no ve.
Relámpagos ligeros de entusiasmo,
cada ola la maraña de un adiós.

Recorro aquí lugares ya no míos,


que un día pretendí para después.
Las ramas secas nadan en la nada,
las estrellas son los ojos de Dios.

79
We tripantu (año nuevo mapuche)

El sol es un jardín estrafalario


Mi poema es una camisa muerta
Ningún otoño ha comido en mi mano
Música ajena en las manzanas de oro

Tiemblan los girasoles de tu vientre


Despertarán acaso las preguntas
El río lleva una palabra sola
Muere la luz mientras tu vida suena

Raíz aún en la extendida pérdida


Delfín hollar en la fragante luna
Crucifixión en el agua del río

Mira la luz que avanza hasta tu mano


La realidad del agua nueva emerge
Clarín del sol que amanece de nuevo

80
POÉTICA

III

La poesía debe servir para nacer

hoja nueva en otoño

astro raro en el mundo

estrella que tocada con la mano

ilumina la vida

luz encendida en medio de la noche

para escribir sus líneas

que no acaban

81
Javier Aguirre
ÁNGEL MUÑOZ RODRÍGUEZ (LEGANÉS, MADRID). POETA, ESCRITOR.
LE FASCINA LA FOTOGRAFÍA Y LA POESÍA DE DAVID GONZÁLEZ, JOSE
ÁNGEL BARRUECO, BUKOWSKI, GINSBER, VIKENOONG, PANERO,
EZRA, LARS, HULDEN, ETC. HA PARTICIPADO EN UNA EXPOSICIÓN
POÉTICO-FOTOGRÁFICA Y EN RECITALES. ESTÁ PREPARANDO SUS
POEMARIOS – con groenlandia editará “ya no leo tebeos de
wonderwoman” - Y MANTIENE UN BLOG PERSONAL DE POESÍA:
http://ANGELRODRIGUEZPOETA.BLOGSPOT.COM. Sus poemas han
aparecido en fanzines como deshonoris causa o lafanzine.

Una pequeña puñalada

A la vuelta del viaje,


deshaciendo la maleta,
le dije a mi chica:

¡Lo hemos pasado bien!,


¿verdad?

¡Ha estado genial,


y lo que nos hemos reído!,
me contestó.

Sí, estamos últimamente


muy compenetrados,
solté con entusiasmo.

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Ya, pero hace tiempo
que no follamos,
clavándomela bien.

No quise recordarle
mi pequeña depresión,
la medicación que no colabora
en nada a la erección,
mis ganas de sentirme yo
de nuevo.

Me fui a la cocina,
a meter en la lavadora,
la ropa sucia del viaje
y algún que otro trapo.

Trapos sucios y rasgados


que deben lavarse y zurcirse
en casa.

Ángel Muñoz
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Milagros puebla Sánchez (Almería, 1990). Actualmente,
estudia psicología. Algunos de sus textos pueden
encontrarse en: calledelapalmanumero14.blogspot.com.

A tientas

Tú y tus mínimas palabras.


Tu sonrisa fresca.
Y tus faldas ligeras.
Tú y tu blancura imberbe.
Esa inocencia casi prenatal.
Que yace perdida en el fondo de tu copa.

Quizás esperes que la noche sea larga.


O que charle contigo.
El humo nos une.
Y siento la simbiosis perfecta del ser.
Tú y tu amargo cabello.
Yo y mi cristalino ego.

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Me quito la ropa, con ansia, sin duda, con rabia y estática. Y me quedo desnuda,

hierática. Pura y solemne.

Me quito el corazón, las manos, los dedos y la garganta, ya nadie puede hablar.

Más tarde los pulmones, comienzo a respirar.

Juego con la carne, la arranco y se queja de dolor, en ese instante, me imploro.

Mis piernas son columnas griegas decididas al paso.

Es mío, mi momento. Y te juro que nadie me lo puede quitar. Ahora no soy ni la amiga,

ni la hija ni la puta ni la amante. Ahora soy yo, y siento el agua sobre mi vientre,

Aún demasiado joven para ser fértil, Y demasiado viejo para soñar.

Ahora no soy nadie y lo soy todo.

El tiempo se ralentiza por instantes.

Y la carne flota en el mar de la inconciencia.

Gea.

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Milagros Puebla Sánchez
Nacida en Zamora, España. Trabajadora de la palabra.
colabora en diferentes medios como freelance y su voz
puede encontrarse en formatos digitales, blogs y revistas
literarias (como “almena”). En marzo recitó con las 23
pandoras, de la mano de su antólogo Vicente Muñoz
Álvarez. Su opinión y pensamiento aparece en artículos del
Magazine de la vanguardia. Con el músico Juan Luis Santana
ha colaborado aportando letra a sus composiciones y en
numerosos conciertos ha recitado sus poemas con
acompañamiento coral. Posee tres poemarios: “respira y
luego dime que estás vivo”, “nadie dirige a las palabras”, y “no
frenes la lengua de los pájaros”. En su blog se pueden
encontrar otros textos de su autoria:
WWW.aquinohaycerraduras.blogspot.com.

Poema de “No frenes la lengua de los pájaros”

Una amazona asfáltica

He querido muchas veces


cruzar la calle
y vivir la vida de otra
sentirme
la mujer que se sube a ese taxi
una carrera incierta y misteriosa.
Ser la que en el cine
besa a un hombre que no es el suyo
la que toma de la mano a una niña
muy distinta a la mía.
Ponerme el sombrero aquel
que parece un nido de golondrinas
y atreverme como ésa
con una minifalda
que corte la respiración al de enfrente.

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Ser la chica de la panadería
despreocupada y tontona
que dedica miradas alegres y consoladoras
a cualquiera.
Cometer algún delito
del que no arrepentirme
y correr sin permiso
y gritar
y reír desencajada...
Ser una amazona asfáltica
fuera del tiempo y la ley
surcando cuerpos
devorando aleluyas
con los labios extenuados
y las mandíbulas doloridas
de morder lo prohibido.

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Begoña Leonardo
Joven catalán estudiante del i.e.f.c (ESCUELA DE FOTOGRAFÍA CON
MÁS AÑOS DE EXPERIENCIA EN España y reconocido prestigio
europeo). Ha expuesto en la muestra de arte joven, DENTRO DE
la edición stripart´09; en breve, cinco fotos suyas aparecerán
en la revista timeOUT DE BARCELONA. La fotografía es su forma
de vivir y expresarse, vomitando así su percepción de la
realidad; SU TEMÁTICA ES DIFERENCIADA (MODA, RETRATO,
DESNUDOS…) Y ALGUNAS DE SUS OBRAS PUEDEN VERSE EN
WWW.FLICKR.COM/PHOTOS/PRC_PHOTO. LOS TEXTOS QUE ACOMPAÑAN
A LAS FOTOS PERTENECEN A ANA PATRICIA MOYA.

OPEN 24 HORAS

Te espero en el bar: me he tomado una copa, han desaparecido la mitad de


los cigarros de la cajetilla. Miro el reloj. Sé que no vas a venir. Le pido al
camarero otro cubata. Estarás con tu novia. Otro pitillo. Y no sé por qué
sigo esperándote… porque sé que, aunque me lo prometiste, no vendrás
(palabras de amante: educadas pero inútiles). Supongo que la soledad, eterna
enemiga, me hace aferrarme a un clavo ardiendo. Supongo que valgo tan
poco que soy capaz de arrastrarme por unas migajas de amor clandestino, el
que tú me ofreces cuando te cansas de la que te quiere de verdad. No sé si
pierdo el tiempo o me estoy humillando a mí misma.

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RETRATO DE CHICA DE PELO LARGO

Pesadillas

Abres los ojos:


realidad.
Cierras los ojos:
realidad.

No hay lugar
para los sueños
en Ciudad Angustia.
89
En el silencio de la noche

ASFIXIA

En el silencio de la noche (I)

Hace ca l or.
Las sábanas se me pegan
a esta piel llena
de cicatrices
invisibles.
El insomnio está
acabando
conmigo.

El sudor
me lleva a ti.

Se me repite
tu voz
empalagosa,
de susurros encadenados,
de lujuria
asomando en tus dientes
verdugos de mis hombros
y mi cuello.

No te extraño:
es dura la ausencia
de cariño

aunque sea de mentira.

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Pau Roig (Fotografía)
Ana Patricia Moya (textos)
Poeta, narrador y editor (león, 1966). Ha publicado diversos
poemarios (“estación del frío”, “Privado”, “parnaso en llamas”,
etc) así como obras de narrativa (relatos y novelas como
“buscando la luz”, “los que vienen detrás”, “el merodeador”,
“marginales”, etc). Ha participado en multitud de antologías
(“voces del extremo”, “la venganza del inca”, “poesía para
bacterias”, “qué nos han hecho”) y ha coordinado algunas,
como “23 pandoras” o “hank over\resaca”.

Calor

Estamos sentados en un tablón de madera. A medio día.


Andrés y yo. Fumando y bebiendo. Achicharrándonos
bajo el implacable sol de agosto.

Ayer por la noche, ya un poco cargado, me lo dijo. Me


propuso venir hoy a su pueblo a conocer la finca de su
abuelo, que lleva meses ingresado en el hospital. Y aquí
estamos ahora, aliviando la resaca de ayer con más
cerveza y analizando las posibilidades del terreno.

Hay un pequeño tendejón de adobe lleno de aperos de


labranza oxidados y una tabla dispuesta a modo de
banco en el exterior. La tabla donde nos hemos sentado.
El resto es un gran erial de maleza y zarzas secas que se
extiende longitudinalmente hasta las afueras del pueblo.

A lo lejos, elevándose de entre las casas blancas, el


campanario de la iglesia domina la llanura.

Andrés se lía un cigarrillo y abre otra cerveza. Mientras,


sigue hablando de los posibles usos del terreno. Fantasea
con la idea de montar allí una casa rural o un
merendero.

Yo apenas le escucho. El sol, suspendido en lo alto, me


ciega y me impide conversar con fluidez. Y el humo y la
cerveza hacen el resto.

Durante unos segundos, como en un sueño, me abstraigo


de la realidad. Contemplo el cielo azul y la condensación
del calor en la tierra, que confiere al horizonte un aire
espectral. Después, Andrés salta de la tabla y dice:

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- Vamos a quemar la maleza.

Pero yo no digo nada. Estoy pegado como con cemento al banco,


fundido en él, y veo muy difícil poder levantarme.

- Antes de pensar en nada hay que limpiar el terreno. Vamos,


ayúdame - insiste -, será sólo un momento...

El plan, según me explica, es bien sencillo: él se coloca en un


extremo de la finca y yo en el otro y, a continuación, prendemos
fuego a la maleza y nos sentamos de nuevo hasta que se extingan
las llamas. Así que, casi sin darme cuenta, agobiado por los
mosquitos y el calor, me veo aplicando el mechero al espacio que
me ha sido asignado.

La maleza está seca y arde bien. Se inflama como gasolina al


contacto del fuego y se propaga en círculos concéntricos a mi
alrededor. Pronto, toda la finca es una gran llamarada que se eleva
por encima de nuestras rodillas sobre el suelo.

Andrés, entonces, regresa corriendo a mi lado y grita:

- ¡No hemos pensado en la brisa! ¡No hemos pensado en la brisa y


el fuego está avanzando hacia el pueblo!

Yo apenas reacciono. Me anula el calor. No sé qué decir. No sé qué


hacer. Me quedo alelado observando la progresión veloz de las
llamas mientras él busca en la caseta algo con lo que sofocar el
incendio.

Es entonces cuando empiezan a sonar las campanas: un repiquetear


intenso, enloquecido, que, como una llamada ancestral, despierta
de su letargo al pueblo.

Andrés sale corriendo del tendejón con la cara desencajada y se


planta a mi lado, mientras el fuego, imparable, prosigue su marcha.

Durante unos minutos escuchamos las campanas y contemplamos


idiotizados la escena. Luego, como un disciplinado ejército,
empiezan a llegar los vecinos. Unos pocos, primero, y más y más
dispersándose por la llanura. Vienen corriendo con garrafas, con
calderos, con palas, con mangueras, con mantas, con fumigadores, y

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nos miran con recelo y desprecio mientras, perfectamente
organizados, forman una gran hilera alrededor del fuego.

Andrés y yo nos unimos avergonzados al grupo. A mí me ponen un


azadón en las manos y a él un fumigador con el que se adentra en
las llamas. Durante algunas horas todo el mundo trabaja en cadena:
corren los calderos, se cavan fosas, se agitan mantas, se oyen gritos.

Yo, junto a otro grupo, ayudo a excavar un surco de contención a


la entrada del pueblo. Sudo a chorros. Estoy agotado. Y, de cuando
en cuando, distingo a Andrés con el fumigador corriendo de aquí
para allá.

Son casi las ocho cuando al fin logramos controlar el fuego. La


gente, entonces, comienza a marcharse. Nadie dice nada, pero
todos, niños y ancianos incluidos, nos miran como si fuéramos
violadores o asesinos.

Sucios y abatidos nos sentamos en el banco a contemplar la finca,


que ahora es sólo una mancha de ceniza humeando en el confín.

- Esto mismo me pasó hace tiempo - dice.


- ¿A qué te refieres?

- Al incendio... Me pasó lo mismo hace unos años... Sólo que ese


día estaba mi abuelo y entre los dos logramos detener las llamas...
Me explicó entonces lo del viento y la brisa, pero, por lo visto, no
asimilé bien la lección... Me pareció que hoy apenas soplaba...

Cierro los ojos. Me masajeo las sienes y me intento relajar un poco.


El día ha sido de por sí bastante duro. No tengo fuerzas ni para
contestar.

En el horizonte el sol comienza a extinguirse y, pese a todo, sigue


haciendo calor. Mucho calor.

Efectivamente, apenas sopla viento.

Vicente Muñoz Álvarez


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GROENLANDIA, REVISTA CUATRIMESTRAL DE LITERATURA,
OPINIÓN Y ARTE EN GENERAL, NÚMERO SEIS (Noviembre 2009 \
Febrero 2010).

Todos los textos e imágenes pertenecen a sus respectivos artistas.


Todos los contenidos de esta revista, desde el número cero, están
protegidos. Junto con esta revista, al igual que las que han sido
editadas, se presenta el suplemento Especial correspondiente. Para
su diseño se ha utilizado obras de artistas consagrados así como
ilustraciones de Aída García Corrales (portada y contraportada) y
fotografías de Luis Sevilla (páginas 2, 21, 22, 35, 49, 50, 60, 62, 67,
82, 87, 92-93), Carmen Guillén (52), Juan José Romero (41, 98),
Ángel Muñoz (3, 37, 44-45, 48, 78, 81, 85), Pau Roig (88, 89, 90) y
Ana Patricia Moya (94). Groenlandia respeta las opiniones de sus
colaboradores – las cuales son de su total responsabilidad – y
defiende la autoría de sus obras. Groenlandia expresa que, para
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de sus autores porque las mismas son un trabajo de imaginación y
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PUBLICACIONES DE GROENLANDIA
Revistas y Especiales \ suplementos

Las revistas y los especiales \


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incluyen ensayos, reseñas y obras
(poemas, relatos, fotografías,
caligramas, cuentos, ilustraciones,
aforismos, textos dramatúrgicos,
poesía visual, etc) de diversos
autores, procedentes de distintas
partes de España y del mundo:
Adolfo Marchena, Luis Amézaga,
Silvia Loustau, Juan José Romero,
Ana Patricia Moya, Pepe Pereza,
Verónica Moreno Puerto, Leticia
Vera, Alejandro Serna Rodríguez,
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Carmen Guillén, Esperanza García
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Fernández, Yamila Greco, Daniel
Rojas Pachas, Christian Pérez
Bobadilla, Jorge Santana, Juan
Pablo Herencia, Raúl Gaitán,
Pablo Morales de los Ríos, Jesús
Suárez, Luis M. Hermoza, Gsús
Bonilla, David González, Manuel
Guerrero Cabrera… y muchos,
muchos más artistas. Todos los
números son totalmente gratuitos
y se pueden descargar en nuestra
página.

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PUBLICACIONES DE GROENLANDIA (Libros digitales)

POESIA

Groenlandia ha editado hasta el momento seis


poemarios: “La reconstrucción de la Memoria”, de
Adolfo Marchena (con prólogo de José Luis Pasarín
Aristi), “Bocaditos de Realidad”, de Ana Patricia Moya
(con prólogo de Rafael Infantes), “El Gotero”, de Luis
Amézaga, “Las aguas y las horas”, de Saúl Ariza (con
prólogo de Maritza Núñez), “La conspiración de la
sirena”, de David Morán (con prólogo de Luis
Amézaga) y “Autorretrato sin óleo”, de Pablo Morales
de los Ríos (con prólogo de Nacho Montoto y epílogo
de Adolfo Marchena).

Próximamente:

POESIA

“Cosas que nunca te diré” , de Eva Márquez


“Respirar puede ser un fracaso” , de Yamila Greco
“Ya no leo tebeos de WonderWoman” , de Ángel Muñoz
“La carretera roja”, de David González (reedición)
“Bocaditos de Realidad”, de Ana Patricia Moya (segunda edición)

NARRATIVA

“Putas” , de Pepe Pereza


“Cuentos de la Carne” , de Ana Patricia Moya

Y EN PAPEL…

“Desde la tierra verde de hielo” , antología poética groenlandesa


“Cuentos esquimales” , antología narrativa groenlandesa
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AMIGA DE LA ISLA MÁS GRANDE DEL MUNDO

Revista Cultural Digital de Creación


(dirigida por Aida García Corrales)

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http://delirio-grupofrida.blogspot.com
Todo lo que nos mueve
curiosidad hambre miedo

todo lo que nos ocurre


soledad
búsqueda
trincheras
un frío enorme

todas las fases del amor

( Isabel Bono ) 98
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