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“OTUZCO Y LA GUERRA DEL PACÍFICO”

Aportes para el análisis y la reflexión del discurso patriótico (1879)

YENI CASTRO PEÑA

“…tampoco se puede reconstituir un sistema


de pensamiento sino a partir de un conjunto
definido de discurso”. Michell Foucault,
México, 1997, p. 44.

A pesar de los enormes logros para el estudio de la guerra del Pacífico, el tema aún

sigue teniendo muchos vacíos historiográficos, entre ellos el estudio de la vida cotidiana o

cómo un discurso patriótico logró influir en la sociedad civil. A través de la retórica

discursiva se conocen las necesidades o urgencias en un período de tiempo o en una

coyuntura dada.

En este breve análisis del discurso “patriótico” en la zona de Otuzco, es de nuestro

interés mostrar cómo esta ciudad vivió esta coyuntura de guerra y, cómo esta retórica sirvió

como medio de movilización del ciudadano y del pueblo en 1879. Evidencia el interés

constante de los ciudadanos del interior del país por apoyar la causa peruana en defensa de

la patria, lo que no solo formó parte del discurso político de las autoridades locales sino

también fue parte del discurso de las autoridades eclesiásticas. Sin lugar a dudas, existió una

política discursiva que ensalzó el nacionalismo, manejando un discurso “patriótico” que

hizo que la guerra pase a formar parte de la cotidianeidad en Otuzco el año de 1879.

En este punto es necesario planteamos tres preguntas importantes ¿cómo entender el

amor por la patria que sentían los habitantes de Otuzco? ¿cómo este amor se extiende a un

nacionalismo que incluye todo el territorio peruano?¿era el Perú una nación en la coyuntura

de la guerra con Chile?. Huelga afirmar que, de las tres interrogantes planteadas, la tercera

es aquella que abrió todo una polémica en el centenario de la guerra del Pacífico.1 Sin
2

embargo, no es de nuestro interés un balance bibliográfico del tema en cuestión sino la

comprensión de un periodo en la historia regional para dar luces sobre la historia del Perú.

Otuzco: Patriotismo, nacionalismo y guerra

La provincia de Otuzco se encuentra situada al norte del Perú, hacia 1879 su

jurisdicción perteneció al Consejo Departamental de La Libertad, pero tenía sus

dependencias propias. Estaba dividida entre el Cercado y las Haciendas; si bien poseía gran

autonomía, siempre estuvo en constante y fluida comunicación con Trujillo, que a su vez

estuvo en contacto con Lima.2

Chile declaró la guerra al Perú el 5 de abril de 1879, la vida cotidiana en Otuzco no

volvería a ser la misma a los años que precedieron la guerra. Como en cualquier coyuntura

de caos, la violencia aumentó con la guerra, aspecto que no es exclusivo de Otuzco sino que

se puede apreciar a nivel de La Libertad mediante la revisión de las causas criminales

seguidas ya sea por hurto, abigeato u homicidio.3

En el caso de Otuzco, tanto vecinos como habitantes estuvieron expuestos al peligro

pero tomaron medidas para impedir que “estos malhechores no solamente sorprendan la

Guardia sino que ataquen a la población”.4

La coyuntura de guerra evidenció el amor a la patria que tenían los peruanos, más

por aquella denominada la “patria chica”, lo cual no excluyó que estos poseyesen un

sentimiento nacionalista, propio de las naciones pluriculturales que no han aceptado que su

existencia como nación obedece a su carácter de diversidad cultural.

En primer lugar, es preciso hacer deslindes conceptuales, el nacionalismo

entendámoslo como “el instrumento para la solidaridad, activación y movilización

políticas de la población de una nación por encima de todos los otros intereses, sin

adoptar por anticipado una evaluación positiva o negativa”.5 En tanto, la noción de


3

“patria chica” la definiremos como el amor al espacio que ocupaban determinados grupos

sociales y económicos y estructuraban sus redes en torno al mismo, solo así se puede

comprender un nacionalismo peruano y la existencia de una nación.

A partir de este estudio de caso, notamos la existencia de un patriotismo

instrumentalizado que podemos calificar como nacionalismo por parte de los vecinos de la

ciudad de Otuzco. Las contribuciones hechas en Otuzco y sus dependencias muestran el

interés del ciudadano y de la ciudadana de Otuzco por defender su patria.6

Pero, ¿qué entendió el hombre del siglo XIX por patria?, y, ¿qué significó el

patriotismo para él?. En primera instancia, es imperativo recordar lo que Mc Evoy afirma:

“sin ciudadanos no podía existir la patria”.7

La atestación anterior nos conduce a preguntarnos ¿los que conformaban el pueblo

eran considerados ciudadanos?. Evidentemente, nuestra respuesta es negativa. Sin embargo,

del énfasis que hace la historiadora en la frase que define a los ciudadanos: “la parte

instruida del pueblo (que) era la pieza fundamental para la puesta en funcionamiento de

la república peruana”.8

Podemos deducir que si bien la parte instruida del pueblo tuvo gran relevancia en la

república peruana, no se puede afirmar que puso en funcionamiento toda la república. Es

menester considerar que conformó un grupo importante en la dinámica republicana mas es

imposible excluir a los demás sectores sociales.

En este punto, conviene definir el concepto que daba el ciudadano peruano al

vocablo “patria”?. Según Sanders: “(la) amaba por deber y gratitud”. Su patria era su

“numen y sus amigos los que la servían”.9

En fin, el patriotismo venía a ser ese amor a la patria que iba más allá de solamente

un sentimiento abstracto sino que se cristalizaba en el cumplimiento de deberes y


4

obligaciones cuando la patria lo requería. A este respecto Sanders enfatiza: “era un

sentimiento primordialmente criollo”.10

La pregunta que subyace es ¿qué significa ser primordialmente criollo?. Pues bien,

Carrera Damas con respecto a la conciencia criolla afirma: “(es) el complejo de ideas que el

criollo latinoamericano da por cosa sentada y en función del cual norma explícita o

tácitamente, su conducta social”.11

A lo cual agrega:”no se requiere ser un criollo para pensar como tal”.12 Esta

última atestación significaría que no solamente los criollos tuvieron conciencia de serlo sino

que aquellos que no lo eran se sentían o aspiraban a ser criollos por ende el patriotismo era

sentido por criollos de “forma” y de quienes no lo eran pero pensaban como tales. Huelga

decir que en la coyuntura de guerra, el patriotismo de Otuzco se hizo evidente, los vecinos

cumplieron con sus deberes y obligaciones debido al amor por la patria chica pero en el

discurso se eleva a un nacionalismo.

La amenaza que significó el ataque de la fuerza invasora chilena se convirtió en la

expresión viva del nacionalismo y en catalizadora de un discurso “patriótico”. Al respecto

Sanders asevera: “la guerra que estalló con Chile en 1879 impulsó el patriotismo

peruano, a la vez que paradójicamente demostró la necesidad vigente de consolidar el

Estado y construir un consenso nacional”.13

Pero ¿cuál es la definición de Estado en el siglo XIX?. El Estado es “una unidad

auto-originada, auto-apoderada (con capacidad de poder /dominio), operando

exclusivamente en búsqueda de sus propios intereses. Pero la definición de sus intereses

es continuamente modificada en respuesta a cambios en lo interno y externo”.14

El Estado en sí presupone y complementa una realidad social múltiple más no

engloba a la totalidad de la existencia social. Si éramos un Estado hacia 1879 o no, no es el


5

punto central de nuestro estudio, pero no podemos dejar de admitir que existió un Estado

peruano capaz de difundir un discurso “patriótico” a través de sus diferentes instancias ya

sea mediante sus autoridades políticas provinciales, locales o bien por medio de las

autoridades eclesiásticas.

La guerra de 1879 impulsó el sentimiento nacionalista peruano y logró un consenso

nacional frente a la amenaza externa: “Y se había de propugnar el deber ser de la

cotidianidad, de acuerdo con los intereses de los grupos de poder y las nuevas

circunstancias sociales tanto internas como externas”.15

Este consenso tal vez no fue general pero si podemos afirmar que fue nacional pues

los diferentes pueblos, de las zonas más alejadas se hicieron participes de donativos para

apoyar la causa nacional.

La afirmación anterior nos conduce de manera sagaz a afirmar que éramos una

“nación”, lo cual es cierto, éramos una nación pluricultural, entendiendo nación según la

definición de Benedict Anderson: “comunidad política imaginada como inherentemente

limitada y soberana”.16

Era imaginada pues a pesar que “los miembros no conocen a la mayoría de sus

compatriotas, en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión”. Y afirmamos que

era pluricultural pues no se puede negar la unidad en la diversidad existente de culturas que

se hicieron notorias en la guerra con Chile. No podemos equiparar las actitudes de quienes

eran considerados de aquellas que eran propias del pueblo; además, en cada región del

espacio peruano, el pueblo respondió de manera diferente frente a la amenaza bélica.

En el caso de Otuzco es notorio el imperativo de un discurso patriótico que ayude a

comprometer al pueblo en la defensa de su patria, más en el caso de regiones de los andes


6

centrales, no fueron tanto los ciudadanos como el pueblo quienes se convirtieron en el

estandarte de la resistencia dirigidos por un caudillo.

Otuzco, en esta coyuntura de guerra, comulgó con las necesidades de su país, tuvo

conciencia del llamado de su patria y estuvo presto a demostrar su patriotismo como “suma

de valores y actitudes vinculados al concepto de nación”.

Los vecinos de Otuzco se reunieron y protestaron frente a las acciones que había

tomado Chile contra el Perú, ofrecieron asimismo “el concurso de sus personas y bienes

para la defensa de sus derechos y el honor nacional”.17

En una reunión popular se nombró una Comisión Recaudadora de Auxilios para la

Guerra con Chile, la cual recolectó la suma de S/. 620.00 (soles) y remitió a la Prefectura del

departamento a través del Sr. Teniente de Guardia Nacional Don Carlos La Torre. Además,

cada ciudadano de manera individual hizo un aporte para la causa.18

Pero ¿cómo fue posible lograr este patriotismo exarcebado?. Como ya veníamos

advirtiendo, se debió gracias al manejo de una retórica discursiva que no hacía más que

esbozar los contornos de una determinada lectura de la realidad. El análisis de dicha retórica

apuntará a desenmascarar la complejidad de una conflictividad social; es así que buscaremos

explotar los textos al máximo, analizándolos y mostrando las contradicciones presentes en

los mismos.

El discurso patriótico se expresó en dos niveles: a) Como parte del discurso de las

autoridades políticas y b) Como parte del discurso de las autoridades eclesiásticas.

En el primer caso, fue parte de la política de las autoridades de la capital y por ende,

de la alcaldía de Lima, coordinar los donativos de guerra y lograr que las autoridades de los

Concejos Provinciales apoyen a la causa aludiendo un interés compartido frente a la

calamidad que significaba la guerra.


7

Las diversas misivas del Concejo Provincial de Lima al Sr. Alcalde del Concejo

Provincial de Otuzco evidencian el constante y reiterativo discurso patriótico de las

autoridades para conseguir fondos para la guerra.19

Este fenómeno no se dio solamente en Otuzco, sino a nivel de casi todas las

autoridades políticas del Perú, en el Oficio dirigido por el representante de la Alcaldía de

Trujillo, el Sr. Manuel Moncada, al Sr. Alcalde Municipal de la Provincia de Otuzco, se

refiere en los siguientes términos: “sírvase, pues, Us. acordaos las medidas mas oportunas

i eficaces para, q ese He. Concejo i las Corporaciones q de el dependen exiten el

patriotismo de los ciudadanos”.20

El discurso patriótico evidenció asimismo la capacidad receptiva de los ciudadanos

de Otuzco ya sean funcionarios políticos o civiles, para contribuir a la causa: “Unidos asi

los esfuerzos de las autoridades políticas y municipales al patriótico entusiasmo de los

ciudadanos, no dudo que podremos responder de una manera digna al llamamiento que

se nos hace en nombre de la patria i de la ley”.21

Por parte de la sociedad civil, los vecinos de Otuzco dieron donaciones para la

compra del “Blindado Almirante Grau”, pero las erogaciones no solamente provinieron del

sexo masculino sino también del femenino, lo cual podría abrir nuevas investigaciones para

otra forma de participación de la mujer en la guerra mas aun para hacer evidente el poder

económico de la misma en el norte peruano.22

Estas donaciones podemos apreciarlas, según distrito, villa o hacienda en el siguiente

gráfico y fueron realizadas en billetes y plata sellada.23

Distrito, Villa o Donantes (Sexo) Billetes Plata Sellada

Hac.
Distrito de Lucma Señores 342.70 28 total ambos.

Señoras 60.80
8

Distrito de Salpo Señores 466.00 2.00

Señoras 130.00 -------


Distrito de Lincicajo Señores y Señoras 338.65 9.40
Distrito de Charal Señores 743.00 10.60

Señoras 38.00 ------


Distrito de La Cuesta Señores y Señoras 242.60 1.80
Distrito de Marmot Señores y Señoras ------- --------
Villa de Usquil Señores 441.00 112.75

Señoras 30.90 180.00


Hac. Guachacuat Señores y Señoras 51.00 ---------
Hac. Milluachaqui Señores y Señoras 104.50 ----------
Hac. Chanchacapo Señores y Señoras 42.20 ----------
Hac. Plazapampa Señores y Señoras 22.90 ----------
Hac. Cochaza Señores y Señoras 15.50 ----------
Hac. Cogón Señores y Señoras 15.00 ----------
Hac. De Yaguen Señores 110.00 ---------

Señoras --------- ---------


Hac. De Señores y Señoras 161.00 ---------

Chuquisongo

La cantidad de donativos que se hacen después de culminada la Campaña Marítima y

la consiguiente muerte del Almirante Miguel Grau, el 08 de Octubre de 1879, demuestran la

esperanza, el patriotismo y el nacionalismo de los ciudadanos de Otuzco.24

Sin embargo, aquel pueblo no instruido no deseaba colaborar con la causa

nacional y la guerra le era casi indiferente. Después de la derrota de Angamos las

autoridades tuvieron temor que el discurso patriota no haga el mismo efecto que al principio

y que en cambio, se produzca una especie de “desborde popular” en la población indígena

como ocurriría con los coolíes chinos en las haciendas de la costa: “nos hallamos expuestos

a que el patriotismo se enfríe, la Guardia Nacional desaparesca por temor del

reclutamiento y que no haya individuo alguno trabajador o sirviente que no se retire,


9

causando graves perjuicios a la provincia que hasta hoy no ha omitido sacrificio alguno

para procurar el triunfo de la Santa Causa que defendemos”.25

Ese miedo fue lo que condujo al Estado a través de las autoridades políticas a utilizar

mecanismos de coerción: “están puestos en la cárcel también como reclutas, asimismo se

está tomando indefinidamente a personas de todas las edades”.26

Ahora podemos comprender por qué cuando Patricio Lynch, el Comandante en Jefe

de las Fuerzas de Ocupación Chilenas, preguntó a dos heridos peruanos separadamente: “Y

¿para qué tomo Ud. parte en estas batallas?. El uno le contesto: Por Don Nicolás y el

otro por Don Miguel”. Lo cual fue una explicación para el Príncipe Rojo de porque Chile

había obtenido la victoria. Pues bien, el asunto es aún más complejo que la teoría simplista

delineada por Bonilla que propone la inexistencia de una nación peruana, lo cual no es más

que un mito histórico.

Si bien, existió un fuerte patriotismo alimentado por un discurso patriótico, no

fueron los ciudadanos quienes conformaron las tropas peruanas, sino el pueblo obligado o

seducido por tener algún beneficio, el cual no era un pueblo instruido.27

Al concurso de las autoridades políticas, se le unieron las autoridades eclesiásticas

por petición de las primeras debido al papel regulador que ejercían y en este caso se ponían a

la orden de la defensa de la patria. El clero apoyó y fomentó el “patriotismo”: “En esta

virtud interesa al que suscribe la cooperación de Ud., su concurso para exitar el

patriotismo”.28

Sin lugar a dudas, las autoridades políticas reconocieron el poder de la religión: “La

religiosa nota de Ud. de la fuerza contiene los sagrados deberes del sacerdote y del

patriota por ello se sirve hacer una invitación para que el domingo 23 del actual a las

diez de la mañana se solemnize una misa suplicatoria al Todo Poderoso y a las 4 de la


10

tarde prosesion de Nuestra Madre de las Mercedes patrona de las armas del Perú para

que por su intercicion se apiade benigno y favoresca la causa que sostiene las

Repúblicas aliadas contra la invasora de Chile”.29

Ahora bien, ¿cómo fue que habiendo tanto patriotismo y un fervoroso nacionalismo

perdimos la guerra o bien no resistimos tanto?. Como diría Foucault: “El discurso

manifiesto no sería a fin de cuentas más que la presencia represiva de lo que no dice, y

ese “no dicho” sería un vaciado que mina desde el interior todo lo que se dice”.30

Se trato de exaltar el nacionalismo a través de un discurso patriótico con el cual se

sintieron más comprometidos los ciudadanos que compartían una misma cultura en el país.

Las autoridades políticas trataron de exaltarlo pues tenían un miedo terrible a la ocupación,

lo cual los sometería a un gobierno foráneo y además una parte de la sociedad civil estaría

expuesta a hacer concesiones como sucedió con la imposición de diversas clases de cupos.

CONSIDERACIONES FINALES

El Estado peruano fue incapaz de articular una realidad social múltiple y plantear un

proyecto nacional que buscase un objetivo común; se trataba de un Estado con limitaciones

que no había institucionalizado a cabalidad sus funciones fundamentales y de una sociedad

civil sin instancias organizativas que puedan expresar los intereses de los individuos y grupos

que la constituían. Sirvió generalmente para pedir dinero mas no para la búsqueda del bien

común como lo entendieron los chilenos que dejaron de lado sus personalismos y

protagonismos en pos del bienestar nacional.

Si bien el Estado peruano enfrentaba contradicciones con los elementos nacionales lo

cual hizo que en esta coyuntura de guerra perdiese una de su características per se : tener el
11

monopolio de la violencia; sin embargo, las autoridades políticas de Otuzco, Trujillo y Lima,

supieron ejercer influencia a través del sutil arte de la persuasión y a nivel discursivo

lograron su cometido porque hubo una sociedad dispuesta a acogerlo y apoyó

económicamente la defensa nacional.31

En la retórica discursiva analizada hemos buscado trascender de un estrecho marco

hacia el contexto político y social en 1879, de donde podemos deducir que lo que falló no

fue la nación pues los ciudadanos y el pueblo se movilizaron ante la amenaza de guerra en el

caso de Otuzco pero el Estado no tuvo la capacidad de definirse como un Estado –Nación.

Los ciudadanos mostraron su incapacidad de comprometer al pueblo en la lucha de una

causa común. Éramos una nación pluricultural, difícil de articular una comunidad de

intereses, por ello los proyectos nacionales no terminaron por solucionar problemas

estructurales como el problema del indio que a fines del siglo XIX y en el siglo XX se va a

convertir en el tópico preferido de diversas polémicas y escritos.

Notas
1
Baste citar a Heraclio Bonilla, Un siglo a la deriva, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1980.
2
Expediente 34 del Archivo de la Biblioteca del Concejo Provincial de Otuzco (En adelante será llamada ABCPO). Si se
desea profundizar sobre el pasado histórico de Otuzco véase: Juan Castañeda Murga, Otuzco a través de un informe
etnográfico de 1812. En: Revista Histórica, Tomo XXXVIII, Lima, Academia Nacional de Historia, 1993 -1995.
3
Expedientes 255, 269 y 275 de la Corte Superior de Trujillo. Abril y Mayo de 1879. Corte Superior del Archivo
Departamental de La Libertad.
En los expedientes mencionados es notorio que quienes causan disturbio no son habitantes nativos de la zona sino
pertenecientes a otras zonas como Cajamarca y Lambayeque.
4
Carta de los vecinos de la Provincia de Otuzco al Sr. Subprefecto fechada el 16 de mayo de 1879. Fojas 54. Expediente.
002- C006.
Existe además un oficio de las autoridades de Trujillo al Sr. Alcalde Municipal de Otuzco fechado el 19 de mayo de 1879.
Exp. 40. ABCPO.
Durante la ocupación chilena no se pudo evitar que la violencia llegue a niveles holocausticos, esto se puede ver en el
Oficio del Alcalde Municipal del Distrito de Lucma Sr. José E. Orbegoso al Sr. Alcalde de la Provincia de Otuzco fechado
el 25 de setiembre de 1883. Exp. Suelto. ABCPO.
Si se desea profundizar entorno al tema de la violencia en otras zonas véase: Charles Walker, “Montoneros, bandoleros y
malhechores: criminalidad y política en las primeras décadas republicanas”. En: Carlos Aguirre y Charles Walker (eds).
Bandoleros, abigeos y montoneros. Criminalidad y violencia en el Perú. Siglos XVIII – XX, Lima, Instituto de Apoyo
Agrario /Instituto Pasado y Presente, 1990.
5
Hans-Joachim, Konig. En el camino hacia la nación. Nacionalismo en el proceso de formación del estado y de la Nación
de la Nueva Granada, 1750 a 1856, Colombia, Banco de la República, 1994, P. 507.
6
La ciudadana de Otuzco no fue un personaje que pasó desapercibido, su activa participación en la recaudación de fondos
y su desprendimiento en la donación de sus joyas, perfilan una manera diferente de defender la causa patriótica. Es
evidente que hubieron diversos tipos de mujeres que se unieron a la defensa de su país, el caso de las rabonas es harto
conocido, pero el caso de la mujer de élite de Otuzco no, lo cual podría delinear directrices para nuevos trabajos.
7
Carmen Mc Evoy, Forjando una nación. Ensayos de historia republicana, Lima, PUCP, 1999, p. 198.
8
Carmen Mc Evoy, Op. Cit., p. 167. Se debe aclarar que este concepto es muy semejante a lo que Sanders llama
patriotismo criollo: Karen Sanders, Nación y Tradición. Cinco Discursos en Torno a la Nación peruana 1885 – 1930,
Lima: Fondo del Instituto Riva Agüero, p. 166.
9
Karen Sanders, Op. Cit., p. 167.
10
La afirmación hecha no significa que no exista este sentimiento entre la población indígena. Sin embargo, el discurso
criollo fue manejado de tal manera que los indígenas fueron sometidos de manera simbólica y optaron por quedarse con
ese sentimiento de ser herederos de una estirpe “incaica”, lo cual los mostró de manera estática y en el pasado; recién en el
siglo XX van a optar por un mayor protagonismo. Véase: Cecilia Méndez, Incas sí, indios no. Apuntes para el estudio del
nacionalismo criollo en el Perú, Lima, IEP, 1995. Y Alberto Flores Galindo, Buscando un Inca. Identidad y Utopía en los
Andes, Lima, Editorial Horizonte, 1994, p. 202.
11
Germán Carrera Damas, De la dificultad de ser criollo, Venezuela, Grijalbo, 1993, p. 70 -71.
12
Germán Carrera Damas, Op. Cit., P. 71.
13
Karen Sanders, Op. Cit., p. 168. (El subrayado es nuestro).
14
Gianfranco Poggi, El desarrollo del Estado Moderno. Una introducción sociológica, Stanford, Stanford University
Press, Cap. V.
Véase también Charles Tilly, The time of States. En: Social Research, volúmen 61, n° 2, 1994. pp. 269 -295.
15
Arturo Andrés Roig El siglo XIX Latinoamericano y las nuevas formas discursivas En: El pensamiento latinoamericano
del siglo XIX, México, IPGH, 1986, p. 129.
16
Benedict Anderson, Comunidades Imaginadas, México, Fondo de Cultura Económica, p. 23.
17
Copia del Acta formulada por los vecinos de Otuzco el 10 de Abril de 1879. EXP. 36. ABCPO.
La misma frase se encuentra en el Oficio dirigido por parte de las autoridades provinciales de Otuzco al Sub-Prefecto de
la Provincia de Otuzco, fechado el 15 de abril de 1879. Exp. 002-C006. ABCPO.
Y es reiterativa en el Oficio del Alcalde de Trujillo Don Miguel Valle Riestra al Alcalde del Concejo Provincial de Otuzco
fechado el 20 de abril de 1879. Número 107. Exp. 40. ABCPO.
18
Es interesante ver en el documento fechado el 07 de mayo que las aportaciones no provenían solamente de los
hacendados sino también de los profesores de Colegio y del Director. Acta del oficio dirigido al Sr. Sub-Prefecto de
Provincia por parte de las autoridades provinciales particulares fechada el 07 de mayo de 1879. Número 49. Exp. 002-
C006. ABCPO.
19
Carta de la Alcaldía del Concejo Provincial de Lima al Sr. Alcalde del Concejo Provincial de Otuzco fechada el 04 de
setiembre de 1879. Exp. 37. ABCPO.
El mismo discurso se ve reiterado en la Carta de la Alcaldía del Concejo Provincial de Lima al Sr. Alcalde del Concejo
Provincial de Otuzco fechada el 28 de setiembre de 1879. Exp. 37. ABCPO.
20
Oficio del representante de la Alcaldía de Trujillo Sr. Moncada al Sr. Alcalde Municipal de la Provincia de Otuzco
fechado el 21 de junio de 1879. Exp. 40. ABCPO. (El subrayado es nuestro).
21
Ibíd. (El subrayado es nuestro).
El discurso patriota se puede ver también en el Oficio enviado por el Prefecto del departamento de La Libertad Sr. Elías
al Alcalde del Concejo Provincial de Otuzco fechado el 11 de noviembre de 1879. Exp. 34. ABCPO.
22
Pueden consultarse los diversos testamentos en Trujillo donde aparecen las mujeres como dueñas y poseedoras del poder
económico. Archivo Departamental de La Libertad. Notario: Higinio Gutiérrez.
23
Fuente: Erogaciones de los vecinos de la Provincia de Otuzco para la ayuda de la compra del blindado “Almirante
Grau”. Otuzco, 22 de diciembre de 1879. Exp. 33. ABCPO.
24
Este discurso patriota manejado por las autoridades se va a ausentar muchas veces durante la Ocupación Chilena, lo cual
no significa que el sentimiento desaparezca. En la ciudad de Otuzco para 1883 muchos vecinos se van a negar a cumplir
con los cupos chilenos pero otros van a colaborar con las tropas invasoras, pero ese tema es parte ya de otra historia. Si se
desea profundizar existe una valiosa documentación en el ABCPO.
25
Carta de los vecinos de la Provincia de Otuzco al señor Subprefecto fechada el 28 de Octubre de 1879. F. 127. Exp.
002-C006. (El subrayado es nuestro).
26
Ibíd. (El subrayado es nuestro).
27
Si se desease profundizar entorno a la composición social de los soldados peruanos y de los chilenos véase: Jeffrey
Klaiber Lookood, Los “cholos” y los “rotos”: actitudes raciales durante la Guerra del Pacífico. En: Histórica, vol. II, N°
1, Lima, PUCP, 1978.
La afirmación propuesta no descarta que el pueblo haya tenido un sentimiento nacionalista pero no podemos afirmar que
compartían el concepto de patria que tenían los ciudadanos.
28
Oficio dirigido por las autoridades provinciales al venerable párroco de la Doctrina de Lucma, fechado el 09 de mayo
de 1879. F. 51. Exp. 002 –C006.
29
Acta del Oficio dirigido al Sr. Ediberto Peralta Coadjunto de la Provincia de Otuzco, fechada el 21 de noviembre de
1879. F. 120. Exp. 002 –C006.
30
Michell Foucault, La arqueología del saber, México, Siglo XXI de C.V., 1997, p. 40.
31
Si se desea revisar el documento está fechado el 15 de abril de 1879 y pertenece al ABCPO.
En torno a los patrones de poder que debe poseer el estado, véase: Susan Strange, The retreat of the state, Cambridge:
Cambridge University Press, 1996, p. 17.
Hans Morgenthau, La lucha por el poder y la paz, Buenos Aires, Editorial Crítica, 1963.

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1990 “Montoneros, bandoleros y malhechores: criminalidad y política en las primeras décadas republicanas”.
En: Carlos Aguirre y Charles Walker (eds). Bandoleros, abigeos y montoneros. Criminalidad y violencia
en el Perú. Siglos XVIII – XX. Lima: Instituto de Apoyo Agrario /Instituto Pasado y Presente.

FUENTES PRIMARIAS

Archivo de la Biblioteca del Concejo Provincial de Otuzco (ABCPO)


-Expediente 002- C006.
-Expediente 33.
-Expediente 34.
-Expediente 37.
-Expediente 40.
-Expediente suelto.

Archivo Regional de La Libertad


Sección Corte Superior, causas criminales, abril y mayo de 1979.

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