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Secretaría de Publicaciones
Materia: PENSAMIENTO ARGENTINO
Cátedra: Prislei
Teórico: nº 1 – martes 31-03-09
Tema: Generación de 37
Profesora: Leticia Prislei

[No Corregido por la profesora]

Profesora Leticia Prislei: Buenas tardes. Este año vamos a tratar de desarrollar

un Programa donde vamos a articular algunos interrogantes y problemas que nos

permitan reflexionar acerca de esto que en esta materia ha coincidido bajo el nombre de

“Pensamiento argentino y latinoamericano”, y que, centralmente en este curso, vamos a

organizar en torno a “Pensamiento argentino”.

La primera cuestión que nos planteamos es esta adjetivación del pensamiento

con una nacionalidad. El Pensamiento argentino nace como denominación de la materia

a mediados de la década del 40, cuando se produce una reforma del Plan de estudios.

Un intelectual filósofo que vamos a trabajar: Astrada, es quien propone, dentro de las

modificaciones del plan de estudios de la carrera, algo así como pensar las ideas

argentinas. Era un clima muy particular. Vamos a ver que entre la década del 30 y del

40, la cuestión nacional, los nacionalismos, los intentos de pensar una nación -que

implica también pensar que esa nación genera un pensamiento propio- va a ser parte de

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las problemáticas incluso del sentido común, de la época, por lo menos dentro del

campo intelectual de casi todos los países.

Eso no quiere decir que se haya adjetivado por primera vez. De Filosofía

argentina se va a hablar mucho antes, y vamos a ver que uno de los que va a reflexionar

sobre todo, sobre la necesidad de plantearse una filosofía que tenga un sello propio del

lugar donde se produce un pensamiento, va a ser entre otros, José Ingenieros. Y también

vamos a ver en la primera parte de este programa, que esa preocupación de pensar de

modo diferenciado respecto de otros que están pensando en otros lugares del planeta, va

a ser también parte de la reflexión y la problemática que se va a plantear la generación

del 37, que va a ser nuestro punto de partida hoy.

El Programa esta a articulado justamente a partir de que empiezan a reunirse una

serie de textos de producciones intelectuales, que piensan el país buscando instrumentar

algo que vamos a ver en estos inicios del siglo XIX y va a ir recorriendo el amplio

espacio de producción de aquello que se va a llamar en esa época “La republica de las

letras” . La “republica de las letras”, va a incluir producciones tanto filosóficas,

historiográficas, literarias, y vamos a ver que justamente esa suerte de indiferenciación

que se da en cuanto al territorio propio, en cuanto producción de aquellos que

“piensan”, de aquellos que son letrados, y que pueden producir escritos-, esta

indiferenciación inicial, también avanza sobre el campo de la política. Hay una suerte de

indiferenciación entre Republica de las letras y campo político. Alguien que escribe

también interviene en el campo político. Por lo tanto la producción intelectual y la

política, van a estar en una situación de proximidad muy importante en estos inicios del

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siglo XIX. Justamente de lo que se va a tratar – porque vamos a empezar desde 1830,

pero la ambición en este año es inclusive llegar por lo menos a las proximidades de

1980-; vamos a ver si a lo largo de todo este periodo que abarca, casi poco menos de

dos siglos, se va a ir dando un proceso de diferenciación creciente entre aquello que son

las lógicas y la forma de expresión y ejercicio de lo intelectual, con aquello que

pertenece al campo político. No obstante, esto no es una historia lineal, va a haber

momentos de mayor diferenciación en los campos, pero también va a haber momentos

de enorme proximidad, porque la relación entre el estado, la política, los intelectuales, la

universidad, - como sabemos-, va a ser unan relación problemática, que a veces va a

tener reglas propias- en el caso del campo intelectual tratando de legitimar su propia

producción y tratando de defender cierta autonomía-; y otras veces esa autonomía

relativa que se consigue en algún momento, es desconocida por el poder político. Por lo

tanto hay una suerte de intervención, a veces mas explicita, a veces mas solapada, con

respecto a aquello que es la producción intelectual. Cuando vayamos avanzando en el

trabajo que tenemos que hacer, vamos a tener en cuenta alguna de las reflexiones y

apuestas que se han ido elaborando en las últimas décadas respecto a la historia de las

ideas, la historia intelectual, sociocultural, de las ideas. Esta denominación

“Pensamiento argentino”, la vamos a problematizar y a actualizar desde las perspectivas

de trabajos mas contemporáneos. Con esto digo lo siguiente: nosotros vamos a trabajar

textos, producciones, de intelectuales, de algunos que se reconocen como tales; de otros

que discuten, inclusive, posiciones mas criticas a los intelectuales- aun siendo

intelectuales ellos-, o sea, algunos que son francamente antiintelectualistas: Por lo tanto

estas producciones, textos, que tienen un autor, - y uds. saben que esto es problemático

en términos de análisis intelectual contemporáneo- esos textos que están fechados,

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publicados en un determinado momento, van a ser justamente parte esencial del

problema que nosotros queremos abordar. Es decir, cuando hablamos de historiografías,

o historia de las ideas, en el caso del análisis que vamos a hacer nosotros,

fundamentalmente vamos a atender a estas producciones de intelectuales, de aquellos

que en algún momento se plantean, a veces concientemente y a veces desde la practica

misma, intervenir en la sociedad, y aquellos que piensan, aquellos que reflexionan,

aquellos que proponen, sea comprender , sea transformar, sea conservar lo que

consideraban que había que conservar, siempre con respecto a la sociedad en la que

vivían. Por lo tanto, a lo largo de este cuatrimestre, de lo que se trata es de analizar la

producción, circulación, difusión, de discursos intelectuales que fueron generados en un

determinado momento. Una de las preguntas que nos vamos a hacer es “¿Quién escribió

esto?” Cuando nos hacemos esa pregunta lo vamos a vincular muy fuertemente a lo que

podríamos denominar “condiciones de producción del texto”. Esa pregunta se responde

ubicando a ese intelectual que lo produjo, en una red de relaciones. No es un intelectual

aislado. No se puede responder solamente con la biografía o la curva personal de ese

intelectual. Ese intelectual forma parte de fracciones de intelectuales; ha adquirido su

formación en determinadas instituciones: familiares, educativas; esta inserto en una

determinada sociedad, en un determinado momento; por lo tanto la respuesta al “Quien”

es una respuesta compleja, no puedo responder solo con la curva intelectual y personal

solamente, de quien ha producido ese texto; lo inscribo en la sociedad de la cual forma

parte, y en la que hay instituciones. También forma parte –ese intelectual-, de partidos

políticos, de clubes, de redes de sociabilidad, de grupos de discusión. También ha

intervenido algo que es fundamental: cómo ha hecho su acumulación de capital

intelectual, de qué manera han intervenido las redes familiares, que a su vez han tenido

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su acumulación de capital intelectual, en aquellos que pertenecen a familias que tienen

grandes bibliotecas; o bien, si desde la carencia de capital intelectual acumulado

familiarmente, sin embargo ha logrado buscar capital intelectual propio. Vamos a ver en

el caso de la Republica Argentina, donde por momentos se abren posibilidades de

fronteras productivas y además posibilidades de movilidad social, entonces vamos a ver

qué ocurre con esto que veremos que se va formando como un campo intelectual. En un

campo intelectual sabemos que hay capital intelectual acumulado; algunos lo tienen y

otros no. Y va a haber grupos nuevos permanentemente, que van a disputar participar de

este capital intelectual acumulado. Va a haber disputas, tensiones, alianzas,

confrontaciones. Entonces, cuando nosotros preguntamos “Quien” vamos a empezar a

recorrer esa red de relaciones complejas, donde a la historia individual de cada uno, se

le van a sumar múltiples sobredeterminaciones: económicas, culturales, políticas; y

donde de lo que se trata es, de ver de qué modo esta funcionando esa producción de ese

texto en ese momento, de qué modo va a circular, y quienes van a ser los receptores –

quienes se van a ocupar de leer, discutir esos textos-, y si esos textos generan polémica

o no; si son ignorados temporariamente y luego recuperados, etc.

Entonces, la primera pregunta va a ser “Quien”. La otra pregunta va a ser “Qué”,

qué escribe este que escribe, de qué habla, qué nos puede decir este texto. Ahí va a

intervenir aquello que esta mas vinculado a ciertas reglas de composición. Si nosotros

comparamos a lo largo de la materia el Facundo, - uno de los textos que vamos a

analizar- con La Formación de la conciencia nacional, de Hernández Arregui, vamos a

ver que las reglas de la composición del texto variaron totalmente. Hay reglas, las

reglas de la escritura: cómo esta escrito ese texto, de qué manera. Y a partir de las reglas

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de la escritura por un lado, y por el otro, de l horizonte, del universo de ideas disponible,

de las corrientes de pensamiento, de las corrientes políticas, de las preguntas que en ese

momento se están planteando como problema, y del intento de dar respuesta a dichas

preguntas, nosotros vamos a ir pediendo empezar a armar este acertijo de por qué dice

esto que dice, qué esta diciendo este señor. Por ejemplo en el siglo XIX se habla de

“democracia”, entonces qué dicen Echeverría, Sarmiento, Alberdi, cuando dicen

“democracia”. Ahí entramos justamente en aquello que, por un lado se torna visible al ir

analizando esta suerte de corrientes de ideas que están circulando, (vocabularios

políticos, teóricos, disponibles. Y la colocación, (desde dónde escribe): como

funcionario, como estadista, como filósofo, como escritor, etc. Con qué figuras

intelectuales se identifican. Estas figuras tienen que ver con el modo de pensarse e

imaginarse a sí mismos una vez que emprenden esa aventura de ponerle nombre

(palabras) a las cosas (ven el mundo de una determinada manera), y a través de la

escritura empiezan a dar cuenta de eso que ven, eso que piensan, los problemas que

plantean, y las respuestas posibles e imaginadas. Por lo tanto entonces, al “Quien” se

agrega el “Que” escriben. Y vemos que sobre el “Qué” escriben, no hacemos solo un

análisis de contenido, sino que para hacer inteligible esto que dicen, nosotros tenemos

que entrar a tratar de averiguar de qué manera se construye socialmente significado.

Cuando nosotros decimos “¿Qué quiere decir Democracia?” Hay una constitución social

de significado. El significado de “democracia” lo están buscando entre la experiencia y

las ideas. En ese cruce es donde nosotros nos vamos a colocar para analizar los textos.

Pero además hay otras preguntas, por ejemplo “Cómo” lo dicen. De esta manera

también tenemos retóricas diferenciadas. Las retóricas de la primera mitad del siglo

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XIX son distintas a las de fines del XIX. Se empieza a complicar bastante ya a inicios

del siglo XX, y durante todo el siglo XX, hasta hoy. Entonces también tenemos que

explorar el tipo de retórica. Y dentro de la retórica sabemos que algunos elementos son

fundamentales. Como uds. recuerdan, la retórica une dos objetivos centrales: uno es

persuadir a otro a través de sumar argumentos y desarrollar un razonamiento…A partir

de ahí trato de persuadir a otro. Y por otro lado, también produce un efecto

preformativo, es decir, induce a la movilización. Movilizar al otro para que haga algo, o

para que deje de hacer algo…Entonces cuando nosotros analizamos estos discursos

tenemos que tener en cuenta esta dimensión retórica: qué esta tratando de hacer cuando

desarrolla tal o cual argumentación; o, cuando en lugar de argumentar, lo que hace es

atacar al otro. Ustedes saben que en la retórica clásica esta justamente el desarrollo de

dos tipos de retórica: una es esta retórica ab dominen: al otro lo ataco para

desprestigiarlo, porque si el otro es bueno va a producir un pensamiento bello; en

cambio si el otro no lo es, es un mal ciudadano. Entonces, el ataque desautorizando al

otro, -a la persona, no a los argumentos- es también de vieja data. Pero en el siglo XIX,

sobre todo a principios, – y hoy vamos a ver un texto que tiene estas características-

justamente el ataque al otro es tratar de sacarlo del juego político, agraviándolo,

desautorizándolo. En la prensa del siglo XIX esto va estar como signo retórico durante

bastante tiempo, en casi todos los países y en América Latina en particular.

La otra cuestión tiene que ver con la argumentación, desarrollar argumentación.

Cuando veamos dos cartas de Echeverría a Pedro De Angelis…- Echeverría pertenece al

campo de los intelectuales que se oponen a Rosas, y De Angelis va a ser (el) intelectual

rosista-; en esas cartas, una lleva el sello del argumento contra la persona, y la otra va a

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desarrollar la retórica de la argumentación. En ese territorio impreciso es donde

prácticamente se va a desarrollar lo que es la sociabilidad política en el la primera mitad

del siglo XIX en nuestro país.

Otra de las preguntas que nos vamos a hacer cuando analizamos un texto es

“¿Qué efectos produjo el texto?” Y cuando apuntamos a los efectos de un texto ya

estamos ingresando a otro territorio de análisis que es el de la “recepción”. Un texto

interviene y produce determinados efectos. Como decía antes: a veces hay silencio. No

necesariamente cuando hay silencio significa que el texto paso desapercibido. Tenemos

que ver en qué momento del combate intelectual, de la lucha política, ese texto entro a

circular. Entonces, estar atentos a eso, nos permite a nosotros ver si hay un silencio que

nos habla de una de las formas de invalidar a otro: no reconocerlo, hacer como que no

existe, y entonces para que no exista hay silencio total, todos saben que esta pero nadie

habla. O si ese texto cayó efectivamente en un momento donde no logro eco. En el

caso de aquellos textos que intervienen generando polémica, entonces tendremos que

ver qué polémicas se generaron y quienes entraron en ella. De qué manera se puso en

movimiento un combate, y qué tipo de combate se ha puesto en circulación en ese

determinado momento. Y en esto de los efectos, hay que estar también muy atentos al

tipo de redes que generan los vínculos intelectuales. Cuando veamos por ejemplo, el

Ariel, de Rodó, a principios del siglo XX, de pronto vemos que empiezan a surgir

arielistas en toda América Latina. Eso nos esta hablando de que existe una red. Aun en

esos momentos tempranos en que no hay forma de comunicarse rápidamente con otro,

sin embargo en muy poco tiempo toda América latina esta leyendo lo mismo ¿Qué

paso? ¿Cómo se fue generando esa red? Esto nos habla de redes que se van gestando

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desde mucho antes, y que en algún momento eso hace eclosión. Justamente cuando la

Reforma universitaria recorre también toda América latina, lo hace a través de esas

redes intelectuales que se han ido gestando. ¿Como se han gestado esas redes? Y ahí

tenemos que jugar entre lo intelectual y lo político. En determinado momento los

intelectuales se van a vincular a través de esos instrumentos intelectuales que son las

revistas. Un grupo se reúne, se torna visible, a través de fundar una revista que convoca

a otros a escribir, y comienza a recorrer el mundo, entre aquellos que son los viajes

iniciaticos. Un punto de encuentro va a ser Paris, España, Europa, en determinado

momento. Después, a través de los grandes diarios. Y los grandes diarios, a través de

sus suplementos culturales. Los intelectuales van a ser contratados en distintos lugares

del mundo. Entonces, así como existe el montaje del diario La Nación, o el diario La

Prensa – que tempranamente van a tener corresponsales en el mundo, así también otros

diarios montan sus suplementos culturales en otros lugares de América, y buscan

colaboradores entre aquellos que son los letrados, aquellos escritores que son

justamente los que pueden informarles qué es lo que pasa en otros lugares. Al mismo

tiempo, parte de estos intelectuales del siglo XIX van a ocupar sitios en la diplomacia, y

por lo tanto van a viajar por América, como por ejemplo Rubén Darío; y en el caso

nuestro, Miguel Canè también. Estos recorridos llevan a que se vayan conformando

vínculos en al ámbito intelectual, y que lo que se publica en algún lado empiece a

circular en los otros lugares de América. Hay una revista en Cuba, y en la Argentina hay

vínculos con esa revista, a través de alguien que ya se vinculo, y por lo tanto empieza a

hacer intercambio de escritos, con posibilidades de viajar de un lugar a otro, y así se va

armando la red. Entonces, los efectos no quedan circunscriptos al ámbito nacional, sino

que, estos efectos de escritura van a circular por el continente, -y les decía, no

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desvinculados de la política. En el siglo XIX, el exilio político es una forma de

vinculación de los intelectuales, por toda América. También se van a trasladar a Europa,

donde van a conocer a otros que son exiliados a su vez. Y ya a finales del XIX y

principios del XX, vamos a ver la red internacionalista del Comunismo y del

Socialismo; eso va a ser central para el tipo de redes que se van multiplicando entre los

intelectuales. Como sabemos, las vinculaciones a través de los partidos, van a llegar

hasta hace muy poco tiempo atras.

Para que tengan una idea un poco general de lo que vamos a ver le voy a

comentar muy rápidamente algunos de los núcleos centrales. Hoy ya estamos

empezando con la Generación del 37 (Echeverría, Sarmiento, Alberdi). Vamos a

trabajar eso especialmente. En un segundo momento, vamos a ver desde el 80 a la crisis

de fin de siglo. Ahí vamos a trabajar positivismo, en particular, Ramos Mejìa,

Ingenieros, JB Justo; -eso lo van a ver con el profesor Martínez Mazzola. En un tercer

momento vamos a ver Modernismo, y de qué manera se van a dar una serie de

producciones y de matices respecto de esta corriente que es el Modernismo, desde

Ingenieros y Lugones en la Montaña, hasta el “Ariel” de Rodó; y la pregunta que se va

a instalar en el Centenario, que es la pregunta por “que es la nación”. Empieza la larga

zaga –que había empezado en el siglo XIX- del Martín Fierro. El Martín Fierro

redefinido como poema nacional, y los rasgos constitutivos de eso que se va a llamar la

“nacionalidad”. Y algo que también vamos a ir discutiendo a lo largo del programa, es

cómo se articulan las tradiciones (intelectuales y las políticas). Esto lo van a ver con la

profesora Karina Vásquez.

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En cuarto lugar nos vamos a reencontrar nosotros. O sea que nuestro encuentro

va a llevar cien años de distancia: vamos a partir juntos en 1830, y nos volvemos a

encontrar en 1930, donde ustedes ya van a saber muchísimas cosas de lo que va a

transcurrir en este periodo. Y ahí volvemos con el cuarto punto que tiene que ver con la

crisis que se da entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. De que manera esa crisis

va a atravesar nuestro país, de que manera se va a reflexionar en los años 30 acerca de

un país que se había imaginado – y vamos a ver cómo se lo fue imaginando a lo largo

del siglo XIX. Que paso con la experiencia de sufragio ampliado, con la emergencia de

la corresponsabilidad política entre radicales, socialistas, y conservadores. Como se

llega al golpe de 1930, y qué problemas se plantean en ese momento. Entre otros vamos

a ver a Ezequiel Martínez Estrada estableciendo una interlocución critica con

Sarmiento, y tratando de pensar qué Argentina es la Argentina que él esta transitando

entre 1930/33; y junto con él, como va emergiendo esto que se ha llamado “el ensayo

de interpretación nacional”; la pregunta por el país – otra vez-, pero en un marco

distinto, en una coyuntura diferente, y ante una fuerte emergencia, por un lado del

nacionalismo, por otro lado, del primer balance de la Revolución rusa. Es un periodo

donde todo esta puesto en discusión: aquello que lentamente se va desmontando, el

montaje del Estado liberal, el ensayo de Democracia representativa, el Parlamentarismo;

todo eso va a estar puesto en discusión en los años 30, y van a emerger nuevas

propuestas, entre ellas el Nazismo y el Fascismo. Vamos a ver cual es la recepción en el

país, de estos problemas. Al mismo tiempo, ya más cerca de la década del 40, va a

emerger el Peronismo. Que pasa con el Peronismo y la Universidad. Qué pasa

justamente con la producción en ese momento Quien es Astrada, cómo Astrada va a ser

en esta etapa, prácticamente, el filosofo mas importante que tiene el peronismo. Como

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Astrada va a ir abandonando el espacio peronista, a mediados de los 50. El 55 es el

primer peronismo en debate, justamente es la caída del primer peronismo, y como los

intelectuales se representan ese momento. De que manera se trata de buscar claves para

tratar de entender lo que paso (como leer el peronismo). Y vamos a ver las diferencias

que se dan entre la vieja izquierda, la nueva izquierda, el grupo Sur, y los mismos

peronistas que construyen su autoimagen. Y dentro del peronismo, los matices: de

Jauretche a Hernández Arregui hay matices.

Por ultimo las décadas del 60 y el 70. Ahí justamente, lo que vamos a tratar de

hacer es ver cómo va cambiando el cuadro de la producción intelectual, qué es lo que

esta en el horizonte; desde qué universo de ideas se esta pensando; que es lo que se pone

en discusión; de que manera va a producirse la renovación de los saberes; que es la

sociología en los 60, a diferencia de lo que vamos a ir planteando como ciencia desde

fines del siglo XIX en adelante. De que manera impacta entre la juventud argentina y

los intelectuales de aquel momento, las lecturas que están puestas en circulación,

también desde el punto de vista de la filosofía. Y lo que vamos a tratar de hacer es un

intento de ver que pasa con los intelectuales en ese pasaje que se da entre el intelectual

critico (comprometido) al intelectual revolucionario. Como se da ese pasaje entre los 60

y los 70. Y de algún modo también vamos a ver la respuesta del Estado a partir de le

emergencia del “terrorismo de Estado”. En cuanto a la cultura, por lo menos empezar a

pensar cómo pensar- a partir de uno de los trabajos que se están haciendo y de las

preguntas que seguimos formulándonos-, como `pensar la cultura en el Proceso y

apenas comienza la transición hacia la Democracia. Este seria el plan que tenemos, y

que vamos a tratar de desarrollar en teóricos y en prácticos.

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En cuanto a las comisiones de TP. Para que se puedan inscribir, van a ser las

siguientes:

Martes de 21 a 23hs, Omar Acha.

Martes de 21 a 23hs, Matías Farias

Miércoles de 11 a 13hs. Daniel Sazbon

Miércoles de 13 a 15hs Karina Vásquez

Miércoles de 15 a 17hs, Karina Vásquez

Jueves de 13 a 15hs., Ricardo Mazzola.

Esta semana empezamos simultáneamente los teóricos y los prácticos, así que a

partir de mañana vayan a las comisiones. Los feriados, y los TP que no hayan tenido los

recuperaremos de algún modo. Tenemos la complicación de dos jueves feriados. Lo que

dijo Ricardo es que se hallara el modo de recuperar: o bien acuerdan un mismo día

quedarse un poco mas, o bien proponen algún otro día ¿si? Hoy, después del teórico, ya

funcionan las dos comisiones de TP. Se anotan directamente en las comisiones que

elijan. Los teóricos se graban en CEFYL y en SIM.

Bien. Vamos a empezar hoy con el punto I que es “La Republica letrada y la

configuración de la Republica liberal. La construcción moderna de la noción de

individuo. Búsqueda de un estatuto jurídico-político pata organizar la nación.

Echeverría, Sarmiento y Alberdi.”

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Este primer conjunto de intelectuales y problemas que vamos a abordar, tenemos

que ubicarlos en la primera mitad del siglo XIX cuando desde hacia muy poco se había

quebrado lo que era el pacto colonial entre España y América. En 1830 estamos a veinte

años de la Revolución de Mayo, o sea que esta muy próxima. Era una suerte de

situación tormentosa en América Latina porque todo aquello que había sido, en parte

seguía siendo, pero al mismo tiempo empezaba a rearticularse todo. Aquellos puntos de

referencia fundamentales como el Estatuto jurídico-político –social con el que se habían

regido hasta entonces (formar parte de una Monarquía, formar parte de un mundo donde

una metrópolis poderosa era la que articulaba los vínculos con América Latina) marcaba

que de algún modo había instituciones que se habían ido montando desde hacia tres

siglos, como aquellas que regían la justicia, hasta instituciones muy discutidas como los

Cabildos –muy discutidos por entonces-. Ahí hay un modo de gestionar el poder a

través de Virreinatos, Capitanías generales; y todo esto se había derrumbado, pero al

mismo tiempo estaba. Quiero decir, la situación revolucionaria pone en discusión el

orden existente, pero al mismo tiempo no sustituye aquello que esta. Sin embargo lo que

sigue estando, esta absolutamente cuestionado. Entonces, una de las preguntas que van a

surgir, es qué es lo legal y lo legitimo en estos lugares donde todo esta puesto en

discusión, De que manera esto que se va instituyendo como nuevo (la Primera Junta, los

Triunviratos, la Junta grande) -estas formas de reorganizar el gobierno-, implican

también la necesidad de plantear en la sociedad cuales son las reglas por las cuales la

convivencia social se regula, se sostiene, se practica. De que manera la convivencia

social es posible a partir de tener formas de referencia conocidas y con cierto grado de

consenso general. Cuando todo esta puesto en discusión, cuando la situación es critica,

una de las cuestiones importantes es como se van construyendo los consensos. De que

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manera se llega a aceptar colectivamente algo que son las reglas de juego básicas, y por

medio de las cuales una sociedad funciona. Cuando se habla justamente de

“gobernabilidad” se hace referencia justamente a esto que, cuando funciona, esta

naturalizado. Hay cuestiones que nosotros no nos planteamos como problema porque

las reglas ya están internalizadas y naturalizadas, - como cuando uds. se tienen que

anotar en una materia-. Lo mismo nos pasa con el sufragio obligatorio en nuestro país,

uno sabe que cuando hay elecciones tiene que ir a votar para no tener problemas –

independientemente que este más o menos convencido; esa regla esta naturalizada: es

así. Cuando algo “es así” es porque se pasó de la discusión de un debate a la

construcción de un consenso, y ese consenso se naturalizo. Cuando esto empieza a hacer

ruido y la gente lo empieza a cuestionar y a discutir, es porque tenemos por lo menos,

indicios de una crisis. A veces deviene efectivamente una crisis, y esa crisis puede, o

bien solucionar, o bien llevar a confrontaciones muy fuertes que implican desde

revueltas hasta revoluciones. Nosotros estamos en el siglo XIX, primeras décadas, en

donde en toda América latina se ha desarrollado la Guerra de la independencia. Ha

habido confrontaciones armadas con la Metrópolis. Cuando hay una confrontación

armada, esto lleva a poner en discusión todo, y al mismo tiempo están persistiendo

instituciones que venían ya siendo (no todo se sustituye rápidamente). En esa

persistencia, en ese combate entre lo viejo y lo nuevo, es que esta situada la Generación

del 37. De que manera – esa es la pregunta- hacemos legitimo un gobierno, y

convencemos, persuadimos a todos, de que esta es la legitimidad aceptable, valiosa,

compartida por todos o por lo menos por aquella mayoría que va a habitar algo que

todavía no se sabe qué es. Ya no es una Monarquía, y tampoco se sabe, ni están

convencidos, de si quieren habitar un reino, o una republica – se va a discutir si es reino

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o si es republica-. Y si es republica, que características tiene en un mundo donde la s

republicas no tienen tanta historia en ese momento. Pensemos que en 1830

prácticamente los únicos que habitan una republica son los norteamericanos, que es una

republica que tiene muy poco tiempo y por lo tanto, inclusivo dentro de los ensayos que

se han hecho, las cosas son muy nuevas. En la Revolución francesa la republica aparece

como algo muy poco prestigioso (cortan la cabeza al rey), como algo muy nuevo, muy

abierto a la incertidumbre y a la dificultad de ser reconocida en el mundo hasta ese

momento. Si por un lado, el pensar en un Estatuto jurídico-político esta el problema de

cómo pensarlo (como republica, como monarquía, etc.); por el lado del punto de vista

económico, también es un mundo revuelto, complicado. Entre el siglo XVII-XVIII se va

a dar la Primera revolución industrial, el Capitalismo va a ir avanzando y

desarrollándose, pero también va a ir confrontando con esos valores e ideas que venían

de otra sociedad que no era capitalista. El capitalismo en su avance, esta estableciendo

otras relaciones sociales de producción que a su vez conviven con otras formas más

corporativas, donde se va empezando a teorizar acerca de la división fuerte entre el

Mercado y el Estado. Mercado y Estado va a ser un vinculo problemático que ya esta

tematizando, desde el XVI-XVII-XVIII, el campo económico, y donde ya se va

instalando lo que va a ser característico entre el XVIII y el XIX, que es una sociedad

donde hay dos nociones centrales de lo que va a ser la teoría novedosa desde el punto de

vista político del liberalismo: una es la noción de “individuo”, y otra es la noción de

“contrato”. Individuo y contrato entonces, van a ser dos nociones centrales. Y a estas

dos nociones centrales se les van a sumar algunos de los valores centrales del

Liberalismo, como son: la propiedad, la igualdad, la libertad, la seguridad y el derecho a

la vida. El Liberalismo, a medida que va desarrollándose – también el Capitalismo- va a

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tener dos dimensiones: una tiene que ver con lo económico, y otra, tiene que ver con

los derechos individuales. En lo económico, la noción de “individuo” es central, esta

muy ligada al Mercado. Los individuos, libremente, van a poder trabajar, comerciar con

otros, a partir de un instrumento jurídico fundamental que es el contrato. El contrato es

esa relación jurídica que se establece entre dos, donde se ponen de manifiesto derechos

y deberes de las partes contrayentes. La sociedad capitalista es una sociedad de contrato

donde se pacta, se acuerda desde un alquiler hasta un contrato de trabajo; un contrato de

matrimonio; de compra-venta; y esto va ir desplazándose a otras esferas dentro de lo

individual y más allá de lo económico. También la idea de contrato va a estar

desarrollada centralmente en cómo se piensa a la sociedad. Cuando nosotros decimos

que en el siglo XVII-XVIII se desarrolla la teoría contractualista del origen del Estado,

estamos justamente instalando estas categorías contractualistas en un mundo que esta

cambiando, y en el que las relaciones entre los seres humanos se van a pactar justamente

a partir del contrato. El contrato jurídico-político que hace posible esta acción jurídico

política, que es pensar el origen de la sociedad a partir del contrato, justamente establece

dos tipos de pacto: un pacto por el cual se establece este vínculo entre iguales, y es que

todos los hombres, para poder establecer una convivencia social posible, deciden

acordar determinados derechos y deberes. Esa decisión igualitaria va a transformarse en

una relación asimétrica a través del pacto de sucesión. Una vez establecido el Estatuto

jurídico-político, algunos deciden delegar el ejercicio representativo del poder en otros,

imponiendo condiciones que si no se cumplen, el contrato se rompe. Entonces, algunos

se sujetan al gobierno de otros, pero ese gobierno es limitado. Se trata de evitar la

tiranía: el gobierno de uno tiránicamente ejercido a través de la concentración de poder

en uno solo, o en algunos pocos. Como sabemos va a haber un debate dentro del

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Liberalismo, entre aquellos que van a tener una concepción de Estado mínimo, y

aquellos que van a atener una concepción de Estado máximo. En la concepción de

Estado mínimo uno puede poner el Liberalismo anglosajón como punto de eferencia: el

Estado tiene que ocuparse de que las leyes pactadas se cumplan; poca intervención en

los asuntos económicos, tiene que ocuparse de la seguridad, y de las relaciones

internacionales. Relativamente ligada a esta concepción de Estrado mínimo esta el

sistema representativo: pensar en representantes. Hay un muy largo trecho entre pensar

una republica, pensar una sociedad con un pacto social como origen; y la democracia.

Liberalismo y democracia, no necesariamente han tenido un vinculo feliz y armonioso

desde el comienzo – tensiones que continúan hasta hoy día-. (El problema de la

“representación” lleva mucho tiempo y lo vamos a ir desarrollando a través de nuestro

Programa).

En esta primera década del siglo XIX, la representación es una discusión muy

fuerte, y lo vamos a ver en Echeverría mismo. ¿Quienes pueden ser representantes?

¿Quiénes pueden ejercer el voto activo? (El voto pasivo es justamente aquel por el cual

se elige). Por lo tanto ¿Quiénes pueden a su vez, elegir? ¿Cómo se establece eso? Y esta

discusión no solo ocurre en Argentina, sino en el mundo. Les decía que “liberalismo y

democracia” no tienen un matrimonio armónico desde el comienzo; tampoco lo tiene el

socialismo – lo vamos a ver con Echeverría, que escribe el “Dogma socialista”-. Las

discusiones son parecidas, la historia del sufragio es una historia complicada en el

mundo, por lo que se trata de imponer justamente, condiciones. En el siglo XIX hay

una figura dentro del liberalismo anglosajón, que es muy difundida y es la del

ciudadano propietario: puede votar aquel que tiene propiedad, aquél que paga

18
impuestos, aquel que demuestra que es responsable en su vida privada, ese puede

ejercer alguna intervención en lo público. Ahí aparece otra distinción: lo privado y lo

público, muy ligado justamente a este mundo moderno que se viene conformando en

este periodo.

También hablábamos, dentro del liberalismo, de la concepción de Estrado

máximo. Ahí tenemos un teórico que es muy discutido: Rousseau, quien dice que “La

democracia es la voluntad general expresándose en forma absoluta.” ¿A partir de qué?,

De la asamblea, donde participan todos los ciudadanos. Lo que esa asamblea decide es

lo que se hace, por lo que no hay nada privado que pueda quedar fuera de la decisión

colectiva: la voluntad colectiva reglamenta la vida privada. En el liberalismo anglosajón

de signo mas clásico, hay una esfera privada de las personas que tiene que ver con la

religión, y hay otra esfera privada que tiene que ver con la economía; el Estado no tiene

que intervenir.

En esta otra concepción que estamos viendo, el Estado si tiene que intervenir, y

además, aquellos que han sido elegidos para ir a la Asamblea a tomar decisiones, no

pueden nunca tomar una decisión con autonomía propia, siempre tienen que preguntarle

a la Asamblea general qué hacer. Ella manda; no se pueden tomar decisiones con

autonomía relativa. Lo cual sí, es posible, con la teoría de la representación: el

representante puede tomar decisiones, inclusive hay cierta autonomía entre lo que se

propuso en un determinado momento como programa, y lo que por cuestiones que el

representante evalúa en un determinado momento, toma una decisión distinta a lo que

los votantes habían votado. En la Democracia representativa con relativa autonomía,

19
esto no es ni ilegal ni ilegitimo. En cambio, en una concepción donde lo que se tiene

como punto de referencia es la voluntad general y hay que hacer lo que esta voluntad

general decide, no hay autonomía relativa. Aquel que toma una decisión en contrario, se

tiene que ir. Estos problemas son los que están en discusión a principios del siglo XIX:

qué tipo de representación; cual es la representación; de qué manera vamos a

representarnos; que pasa con el sufragio. Todas preguntas que atraviesan las decisiones

de los intelectuales de entonces.

Es en este clima donde nosotros vamos a situar a Echeverría. Este es uno de lo

miembros de esto que se va a ir conformando a lo largo de los 30 que es la generación

que la historiografía reconoce después (tal como ellos se reconocieron a sí mismos)

como la Generación de 1835.

Echeverría vive entre 1805 y 1851. Es decir, nace cinco años antes de la

Revolución de Mayo, y muere unos mese antes de que Rosas sea derrotado. En su

juventud va a atravesar la Revolución de Mayo con los primeros ensayos de Primera

Junta, Junta grande, etc. Y en su juventud Echeverría va a vivir justamente la época de

Rosas. Hay una institución muy importante en ese momento, donde se forman los

jóvenes de familias mas o menos acomodadas de Buenos Aires, que es el Colegio de

Ciencias Morales, el que luego va a ser el Colegio Nacional de Buenos Aires. En ese

periodo- alrededor de los años 20 al 26- es el periodo en que la figura mas importante

desde el punto de vista político, va a ser Bernardino Rivadavia. Rivadavia, como uds.

saben, va a ser también una figura discutida dentro de lo que es la política y la

historiografía argentina. Rivadavia va a ser el modernizador a ultranza. De ideas

20
unitarias, va a abrir la puerta a intelectuales, algunos muy vinculados a una corriente de

ideas de ese momento que es la “Ideología”, y que piensan que las ideas son aquellas

que pueden llegar a transformar la sociedad. Y uno de estos profesores de esta corriente

va a ser justamente profesor de Echeverría: Fernández de Agüero. Echeverría también

va a estar vinculado al comercio, que es una actividad en la que muchos de los jóvenes

van a hacer sus primeras experiencias de lo que va a ser en ese momento el inicio de

constitución de un mercado en el Río de la Plata. En 1825 Echeverría va a hacer su

primer viaje a Europa, allí va a empezar a hacer una acumulación de lecturas y autores,

y va a empezar a hacer el cruce en medio del cual se va a situar, que es el cruce entre las

ideas de la Ilustración y las ideas del Romanticismo. Ilustración y Romanticismo van a

ser los puntos de referencia, como gran universo de ideas de la Generación del 37.

Desde el punto de vista político-económico, va a ser el Liberalismo. Desde el punto de

vista de las ideas filosófico-literarias, va a ser la Ilustración y el Romanticismo.

Vamos a ver – a medida que vayamos analizando estos textos- que no

necesariamente se conjugan sin tensiones, las propuestas provenientes de un universo y

de otro. En la Ilustración, como todos sabemos, hay un instrumento central que es la

razón. La razón permite conocer, la razón permite el progreso, permite la posibilidad de

establecer la convivencia social, y a la vez establece responsabilidades entre aquellos

que hacen un ejercicio del desarrollo de la razón, y aquellos otros sectores de la

sociedad que no han tenido mas remedio que someterse al esfuerzo del trabajo, de las

dificultades económicas, etc. Entonces, en la concepción ilustrada, aquellos que tienen

el privilegio del uso de la razón, tienen la responsabilidad y también el “derecho” de

guiar a los otros. Entonces, las pasiones son colocadas en el terreno de la

21
confrontación. La pasión constituye justamente la contracara de la razón. Decíamos que

algunos iluminados por la razón son los que tienen la responsabilidad tanto como el

derecho, de guiar a los otros. En el caso de la Ilustración hay también una concepción

cosmopolita: el mundo es de todos, y lo que hay que hacer es un mundo racional. En el

pensamiento ilustrado no hay una idea de desarrollo de nación, sino de desarrollo de la

patria-humanidad. La concepción esta ligada a la idea de Patria humanidad, un

humanismo cosmopolita que hace que alguien que lucha en algún lugar de la tierra por

la libertad, se pueda trasladar a otro lugar para luchar por la libertad junto a otro pueblo,

porque la lucha por la libertad es una lucha de la humanidad toda. Esta dentro de ese

ideal compartido el que la “patria” es posible en cuanto la humanidad va afianzando la

libertad en todo el mundo. En el caso del Liberalismo y de la Ilustración, es importante

la idea de que un individuo es un sujeto conciente, racional, que toma decisiones; aquí

no importa el sujeto inconciente, no existe esa idea como significativa. A lo que se

tiende, cuando se apunta al “individuo”, es a la idea de que hay un sujeto que es

conciente , racional, puede dominar sus pasiones, tiene esa concepción cosmopolita del

mundo, tiene esa idea de “libertad a realizarse”, y donde esta racionalidad es la que

prima al momento de pensar: las relaciones entre los seres humanos; la forma en que la

sociedad debería funcionar; y la búsqueda de ciertas regularidades y leyes que permitan

explicar qué es lo que pasa en el mundo. Y con una idea de futuro muy abierta, en cuya

idea, el futuro implica mejoramiento constante, por eso es que existe esa idea de que en

el futuro todo va a ser mejor, es decir, de progreso constante. En la concepción ilustrada

esta la certeza de que la humanidad va a ser cada vez mejor, y además cada sujeto

racional es el que puede intervenir para asegurar que el mundo sea cada vez mejor.

22
En el caso del Romanticismo, vamos a ver que hay una concepción central que

es la de la “nación”. Lo que está es la idea de comunidad, de nación, y además hay una

positivaciòn de las pasiones y del sentimiento, pues la razón no alcanza. El sentimiento

es fundamental, hace posible un ejercicio más pleno de la voluntad. Aparece entonces

fuertemente esta idea de “nación” muy ligada a lo que significa el participar de una

cultura común: el sello de la particularidad prevalece. Ahí es donde empiezan a

desarrollarse las primeras ideas del nacionalismo. A partir del Romanticismo va a haber

una multiplicidad de derivaciones desde esta concepción culturalista de la nación a una

concepción mas ligada al territorio, a las características mas ligadas de las

particularidades de cada grupo. Y ahí vamos a entrar en una derivación mas complicada

del Romanticismo, que se va a articular con otras ideas en el transcurso del siglo XIX, y

que lleva a esta idea excluyente de la “nación”, inclusive a la idea racista de la nación.

Entonces, dentro del romanticismo, apenas se da la emergencia del XIX, es como muy

fuerte esta idea de nación ligada a la cultura, así como de aquellas naciones pequeñas

que han sido sometidas por naciones mas grandes. Entonces, en muchas de las luchas

del siglo XIX, la idea de nación, justamente conlleva la idea de independencia con

respecto a otro estado-nación que ha sometido a otro mas pequeño y mas débil. Por lo

que muchas ideas de liberación del siglo XIX, están ligadas a la idea romántica que se

va a ir desarrollando a lo largo del siglo. Lo peculiar importa tanto como la búsqueda de

aquel origen lejano, donde estarían aquellos rasgos constitutivos de un determinado

grupo humano que esta circunscripto a esto que llamamos la nación. Entonces, en el

romanticismo tenemos lo particular, a diferencia de lo universal-cosmopolita en el caso

de la Ilustración. En cuanto a los sentimientos, tenemos la razón ponderada en el caso

23
del Iluminismo. Y vamos a ver también, las concepciones de “pueblo” en uno y otro

caso.

En el caso de la Ilustración el pueblo es justamente lo contrario de la cultura: la

cultura reside en aquéllos que hacen uso de la razón. En cambio, el pueblo es todo

aquello que la razón ha venido a arrasar: la ignorancia, la falta de conocimiento, es

decir, no hay una concepción positiva del pueblo en ese sentido. Sin embargo, sí hay un

principio recuperado por la Ilustración, que es el principio de la “soberanía popular”.

Entonces, hay un pueblo que es lo contrario de la cultura, y a la vez hay un principio

que es el de la soberanía popular, que es lo que hace legítimo el ejercicio del poder. Es

en esta tensión donde se instala el pensamiento ilustrado.

En cambio, en el caso del Romanticismo, va a ser el pueblo el que sea

recuperado justamente como creador de cultura: es en el pueblo donde la verdadera y

profunda cultura está, y es desde ahí de donde debe emerger la verdadera creatividad de

un país. Inclusive esto pasa en los movimientos literarios: los cuentos recuperados por

los hermanos Grimm, justamente es eso, ir al pueblo a recuperar lo anónimo que debe

ser recuperable, porque eso es creación del propio pueblo. De todos modos los

desarrollos, tanto del Romanticismo como de la Ilustración, tampoco son tan lineales,

hay cruces. Hay cruces permanentemente, porque primero, cuando surge un

pensamiento, - el Romanticismo es posterior a la Ilustración- no se reemplaza por eso

todo lo anterior, sino que vamos a ver zonas de tensiones, de conflictos, de

apropiaciones, de resignificaciones; y en este territorio de lo romántico y de ver qué se

puede recuperar como propio, qué es lo que hace a la existencia de una nación; y

24
también aquella idea de “patria humanidad”; entre ambos es que se va a instalar a la

Generación del 37, y ahí esta Echeverría. Echeverría va a ser alguien que, por un lado,

practica la literatura romántica, -recuerden que en “La cautiva” esta en busca de

aquellos personajes que pueden dar cuenta de lo peculiar nuestro, y cuando se invente la

representación del “desierto” va a ser también la búsqueda de un paisaje nuestro,

distinto de otros paisajes, y un sello de lo nacional. Y cuando escribe el “Dogma

socialista” el pensamiento esta a la búsqueda de dar respuestas a las preguntas que le

plantea el país. Ahí es donde vamos a ver que se produce esta tensión entre los

elementos de la Ilustración y los provenientes del Romanticismo.

Bien, descansamos unos minutos, y volvemos para la segunda parte de la clase.

Profesora Prislei: Entre 1832 y 1852, prácticamente, la figura de Rosas va a ser

central en la política argentina. Rosas va a ser un componente más dentro de la

discusión inevitable. En este sentido cabe señalar que una característica dentro de la

economía capitalista, va a ser salir a buscar mercados. Se esta constituyendo el

Mercado internacional capitalista, y al mismo tiempo que eso ocurre, se alternan dos

modos de intervención por dos vías, en los países que están en una situación

preferencial. Hay dos modos de intervención, una es la vía militar por un lado, y la otra

es la vía de las presiones ejercidas por los bloqueos y tratados internacionales con los

otros países, con el propósito de alternar formas de intercambio. Es una conformación

asimétrica en cuanto a poderío armado, como en cuanto a poderío económico, el de

estos países europeos. Una Europa que va a estar convulsionada. Una figura muy

importante va ser Napoleón, cuya expansión va a despertar en algunos países, el deseo

25
de rebelión con la idea de liberarse. Una Europa convulsionada, porque además, desde

otros sectores va a haber tensión entre los que apuestan por lo moderno y los no

modernos. Vamos a tener revoluciones burguesas, y en 1848 como sabemos, en Francia

también va a aparecer la necesidad de reconocer la Republica socialista, y en ese año

además Marx, da a conocer el Manifiesto comunista, que vamos a ver que va a tener

repercusiones en múltiples lecturas, en un mundo donde este tipo de producciones van a

llegar hasta el Río de la Plata.

Rivadavia había fundado la UBA en 1821, y empieza a dar becas para jóvenes

del interior pertenecientes a familias que no pudieran pagarles sus estudios, y que el

gobierno va solventar para que se trasladen a voluntad. Vamos a ver que en torno a la

UBA se van a empezar a reunir algunos jóvenes. Uno de ellos es Marcos Sastre quien

da la Primera conferencia cuando se crea el Salón literario de 1837, donde ya Marcos

Sastre hace una critica radical de los estudios impuestos en la Universidad, y donde

justamente el Salón literario es un espacio en el que los jóvenes se acercan a esa

literatura nueva, distinta, que circulaba por el mundo, y que ponía en vinculación a

aquellos autores como por ejemplo los de la Revista enciclopédica. La Revista

enciclopédica es una revista que sale para expresar y difundir el pensamiento

saintsimoniano entre otras cosas. Saint Simón, como ya saben, es el representante del

llamado socialismo utópico- el socialismo antes de Marx. Un socialismo que va a

reconocer Echeverría. Cuando sale esta revista, los intelectuales de la época empiezan a

discutir a Saint Simón entre otros. En ese sentido vemos que el Salón literario, que se

funda en 1837, es un lugar donde las condiciones para su existencia, están vinculadas

por un lado, a hacer circular libros, revistas, nuevas publicaciones; todo lo nuevo que

esta circulando en el mundo va a circular por allí. Y por otro lado, los intelectuales que

26
van a participar comienzan a compartir lo que escriben. Se paga una suscripción y se

tienen reuniones periódicamente. En este salón, además de M. Sastre, va a empezar a

participar Echeverría, quien va a ser reconocido como alguien que va a traer nuevas

ideas (recordemos que estuvo en Francia), que ha escrito algunas cosas que no han

tenido mayormente difusión todavía. También va a participar Alberdi, Quiroga Rozas,

López, y Alfredo De Angelis quien va a ser del circulo de Rosas.

Les comento que al comienzo del Salón literario hay expectativas con Rosas.

Hay expectativas con respecto a un ideal de hombres que contribuyan a organizar el

país. Por tanto no hay, desde el comienzo, una confrontación del Salón con Rosas, sino

que se hace posible una articulación entre los jóvenes que piensan el país, y un gobierno

que se ha establecido en ese momento. El gobierno unitario y sus intentos del

unitarismo han fracasado, el unitarismo es un fracaso en ese momento; y la

confrontación ha sido realmente muy fuerte. Es en esa circunstancia cuando va a ser

Echeverría quien va a empezar a pensar el “Dogma socialista” (1838) que va a ser

publicado por primera vez en Montevideo, en el exilio, luego de ser discutido. Entre los

miembros de este grupo están Miguel Canè (padre del escritor); Andrés Lamas, y

después Alberdi. Esta primera publicación va a ser acompañada por otra publicación del

“Dogma” (mediados de los años 40, …en 1845-46) la cual va a ser precedida de otro

escrito que lleva por nombre “Ojeada retrospectiva” La Ojeada retrospectiva es un

intento de escribir sobre el movimiento intelectual que se conforma desde el año 37,

pero que en realidad apunta a una cuestión intelectual que es cómo se va a

constituyendo la memoria. La Ojeada esta dirigida a los mártires que han muerto por la

patria, y justamente en esa dedicatoria se incluyen a todos aquellos que han muerto en

27
su confrontación con el rosismo , (entre ellos Marco Avellaneda, Acha, Lavalle, Masa,

Rufino Varela, Beròn de Astrada); constituyendo de esta manera, una suerte de

búsqueda de ir conformando cual es el pasado a recuperar, e ir armando una especie de

esbozo de panteón nacional, y quienes son los que tienen que constituir ese panteón,

quiénes son los mártires de la patria.

Entonces en este primer texto lo que tenemos nosotros como elemento

importante, es que en esas contiendas de la lucha por el poder hay algo que se llama

“desarrollo de políticas de la memoria”, selección del pasado, y cómo se constituye ese

pasado que esta abierto en el presente. La Ojeada retrospectiva no cierra la historia,

sino que va abriendo y siendo un pasado. Vamos a ver que se va a conformar un contra-

panteón nacional donde esos mártires van a ser criminales famosos. Por lo cual, en el

panteón de la memoria se desarrolla una lucha.

Las dos facciones en que esta dividido el país, son la unitaria y la federal. Una es

una concepción más centralizada de país, que considera que a través de las leyes se

puede transformar un país. Y otra concepción es la que intenta que se haga conjugar las

distintas realidades existentes de nuestro país. Entonces, hay una concepción unitaria

que es una búsqueda con ciertas características que tienen que ver con la concepción

unitaria, central e ilustrada de país, contra una voluntad despótica, tiránica que es la que

se ha instalado, y que difícilmente pueda lograr la constitución de un país para todos.

Por lo tanto hay un movimiento intelectual en el Plata, de jóvenes disconformes con uno

y otro bando, que justamente están tratando de conformar una alternativa distinta. Esta

alternativa distinta va a tener que ver con una generación que se concibe a sí misma

28
como “heredera de Mayo” en cuanto es heredera legitima de la “religión de la patria”.

Es la generación nueva. Se esta hablando de la religión de la patria, y como se entiende

esto. Justamente desde los siglos XVII-XIX hay un desplazamiento creciente desde las

religiones teológicas hacia la política. La política empieza a sacralizar algunas ideas,

algunas instituciones, es posible que la política engendre ideas de ideología que

sustituya a la religión (un conjunto de creencias). La ideología constituye de esa manera

un desplazamiento de las ideas de la religión hacia la política, y así se constituye un la

“patria” como un conjunto de condiciones laicas con cierto peso religioso (preceptos

laicos). Ya no es Dios, sino – concepción antropocéntrica- los seres humanos los que

deciden acerca de cómo se distribuye el poder. Y aquí hay ciertas ideas vinculadas al

Romanticismo: cómo se llega al conocimiento, con revelación. Y esta es una idea muy

vinculada a la figura del profeta laico (“El tiempo de los profetas”): social cristianismo,

socialismo anterior al marxismo. En el caso del Romanticismo, -a diferencia de la

Ilustración cuya figura central es la figura del filosofo-, en el Romanticismo la figura

central es la figura del poeta. El poeta accede a la verdad a través del pensamiento, pero

a través de una revelación. Va ingresando ese archivo de ideas que viene de

romanticismo. Cuando Echeverría escribe el Dogma hace referencia a las palabras

simbólicas: Mayo (una de las palabras mas importantes), democracia, progreso. Son

palabras importantes porque condensan algunas ideas centrales que van a hablar de las

características que imaginan para la patria. Aquí se van a colocar Sarmiento, Alberdi,

Echeverría, y otros miembros que conforman el Salón literario, ente ellos Juan Maria

Gutiérrez, quien va a publicar las obras completas de Echeverría cuando este muera.

Este es el grupo de intelectuales con los cuales mantiene una interlocución casi

permanente Echeverría.

29
En esta constitución de la nueva generación tenemos que tener en cuenta esta red

que empiezan a conformar, a organizar estos jóvenes. Uno de los núcleos centrales van

a ser algunas palabras que tienen que ver con cómo imaginan la patria, y una de estas

palabras es “asociación”. Asociación ligada a unidad de creencias. Justamente la

“asociación” es lo intermedio entre lo individual y lo colectivo, y este va a ser el

socialismo en Echeverría: tratar de conjugar los interese individuales – sin que esto se

constituya como el único referente en la sociedad- con los intereses colectivos- (no

absorción total del individuo a la sociedad). Para que esta asociación sea posible hay un

componente fundamental: hay que buscar una unidad de creencias. Esa idea proviene de

otro intelectual francés que es Jouffroy, quien justamente reflexionando acerca del

contexto de situación de la sociedad moderna, apuntaba a señalar que seria conveniente

que no se multipliquen los disensos – lo que haría imposible la gobernabilidad de la

sociedad- y para que esto fuera posible había que llegar a una unión de creencias

comunes fundamentales, es decir, instalar un conjunto de creencias comunes, lo que

nosotros llamaríamos hoy “sentido común”. Entonces, también Echeverría va a decir

que debemos establecer “creencias comunes”, este es el propósito fundamental. Dice:

“En el país ha habido dos épocas -[Vamos a ver que hay dos épocas, una que

corresponde a revolución]-. Nosotros estamos pensando en una segunda época – [Cómo

la caracteriza, dice]- tiene que ser pacífica, laboriosa y reflexiva.” Esta idea de las dos

épocas las van a encontrar en Sarmiento, y también en Alberdi.

Acá ya ha pasado el momento de la revolución (confrontación). Lo que hay que

hacer ahora es organizar el país, pacíficamente, a través de la razón y no de las pasiones

30
de la guerra; organizar el trabajo, la producción, el comercio, y una sociabilidad que

este por la paz. Hay que regenerar a la patria,. Regenerar alude a ideas de la Ilustración,

que son diferentes a las ideas del Romanticismo. En esa búsqueda de regeneración es

donde precisamente entran en tensión ambas ideas. En el romanticismo es donde están

condensados rasgos culturales de la nación. Por lo tanto no hay mucho más para mirar

como punto de partida que la Revolución de Mayo. Nuestro pasado nacional empieza

con la Revolución de mayo. Entonces se va construyendo el antes y el después, con la

Revolución de Mayo empieza la historia de la patria. La Revolución de mayo implica el

juicio sumario a ese pasado europeo (dominio de España) y por lo tanto el país se

constituye a distancia de lo español. Ahí vemos no solo la imaginación política, sino la

constitución. Mayo esta dentro del imaginario, como una línea democrática. Y está

también la idea de progreso en el sentido ilustrado: vamos a mejorar, un mejoramiento

que va a partir de la razón. Entonces se debe constituir entre todos una especie de

programa, y así se va articulando el Dogma. El Dogma tiene que reunir un credo

(conjunto de creencias) una bandera, y un Programa. El Programa no solo tiene que ser

para los doctos sino para el pueblo. Este programa tiene que estar basado en el progreso,

el progreso de acuerdo a las condiciones particulares de nuestra sociedad (critica a los

unitarios). No puede ser cualquier legislación, hay que ver las características de la

sociedad y recién a partir de ahí, vamos a poder encarrilar las vías del progreso. Cada

pueblo tiene sus propias condiciones (idea de componentes románticos). La idea de

progreso lleva consigo la idea de conseguir el bienestar general, que no puede alcanzar

solo a una parte de los ciudadanos, sino sobre todo, a aquellos menos favorecidos. Estas

ideas tienen más que ver con el pensamiento ilustrado, con las ideas del socialismo,

31
pero con la salvedad de no someter la propia inteligencia a las ideas de la intelectualidad

europea.

Cuales son los obstáculos que hemos encontrado a esta idea del progreso que se

inaugura con la revolución de Mayo. Un obstáculo central ha sido la anarquía y la

guerra civil, y por otro lado la falta de creencias comunes. Antes de Mayo no existía la

patria ni tampoco existía la libertad. Necesitamos principios para la democracia. Como

es tomada la democracia en el Dogma socialista. Es tomada como tradición, como

principio, y como institución. Como tradición es “Mayo”. Ahí aparece como una

especie de contradicción en los términos, porque Mayo es tradición, y a la vez es

progreso continuo, es las dos cosas. Es una tradición progresiva, pero en realidad uno

podría definirla como una memoria de un pasado por venir. Es un pasado que todavía

no esta realizado, y que se va a constituir en la medida en que el porvenir retome

aquello que inicialmente estaba en Mayo. Como principio esta regido por los tres

componentes enarbolados por la Revolución francesa: libertad (también de conciencia,

de cultos), fraternidad, igualdad. En cuanto a “igualdad” se trata de igualdad ante la ley.

Concepto central del Liberalismo es la igualdad jurídica: todos los hombres son iguales

ante la ley, y lo que esta puesto en discusión son las jerarquías que se legitiman a través

de vínculos de sangre. Eso esta puesto en discusión. Las diferencias legitimas son

aquellas que se consiguen por merito propio, por el trabajo y el esfuerzo de cada quien,

esto es lo que hace que algunos se diferencien de otros. Estas son las desigualdades

legítimas para el Liberalismo.

32
Echeverría también agrega las desigualdades económicas graves. Es decir, de lo

que se trata es de ir igualando las condiciones de las distintas clases, ir acortando las

distancias que llevan a la marginación. Por otro lado esta la concepción ilustrada que

dice que el Estado tiene que dar educación al pueblo. Entonces hay que lograr la

educación, hay que disminuir la distancia social, hay que sacar al pueblo de la miseria.

Y por otro lado tenemos la “fraternidad”. Y acá es donde se juegan las

alternativas de ser una sociedad más armónica. Por un lado està esta concepción de la

fraternidad, pero por otro hay una concepción de la fraternidad que tiene que ver

también con la idea de patria-humanidad de todas las naciones que luchan por la

libertad del mundo. Todas las naciones que luchan por la libertad deben unirse en un

vínculo fraternal. He ahí entonces donde van a confrontar dos ideas de nación, una que

va a hacer una alianza con Francia con la idea de derrocar a Rosas, y otra que va a

confrontar acusando de traición a la patria a los exiliados, porque están aliados contra el

gobierno nacional. Unos y otros va a argumentar haciendo hincapié en las cultura

nacional, o bien en todas las patrias y libertades que luchan contra la tiranía del mundo.

Si Rosas esta considerado un tirano, no se trata de traición a la patria, sino que se trata

de patriotas que luchan por la libertad del país. Esto va a ser parte del combate que

vamos a ir viendo.

La democracia entonces, implica también, ya que es progresiva, la

independencia del antiguo régimen, de la tradiciones retrogradas – dice Echeverría- que

nos subordinan al antiguo régimen. Por lo que se va a dar un ajuste de cuentas con las

instituciones que todavía sobreviven por la herencia española. Dice que en el teatro de

33
la revolución se instalaron dos tipos de ideas (esto es Saint Simón): la idea estacionaria

y la idea reformadora. En este caso, estas ideas saintsimonianas están circulando, y se

las esta apropiando Echeverría en el “Dogma”. La lucha en nuestra sociedad se va a dar

entonces entre ambas concepciones (estacionaria y reformadora). Todavía perduraban

de España dos cuestiones, una tenía que ver con las costumbres y la otra con la

legislación; ambas incompatibles con la democracia, porque por un lado se establece la

jerarquía corporativa del antiguo régimen, y por el otro, esto aparece practicado a través

de las costumbres que se han venido practicando a lo largo de siglos. La democracia por

lo tanto implica una reforma radical de las costumbres, hay que imponer nuevas formas

de relación. Pero también las costumbres son parte de las características culturales de

una nación. Y la transformación de las costumbres se puede lograr a través de la

educación, a través de las leyes, pero puede haber una tensión muy fuerte si no se miran

las características de la sociedad donde están instaladas. Por eso también hay una

búsqueda de igualdad – como veíamos antes- que implica el imperativo de ilustrar a las

masas para que puedan ejercer la ciudadanía. Junto con esta idea de democracia va a

aparecer la de construir la republica, una republica de ciudadanos. El ejercicio de la

ciudadanía va a ser central, y este ejercicio implica la de aceptar que la única jerarquía –

como decíamos antes- es la de la inteligencia, la virtud, la capacidad y el merito: “a cada

hombre según sus obras.” (Saint-Simón).

Cuando hablábamos de libertad, decíamos que, también con respecto al culto

que no debe ser impuesto por el Estado, sino librado a la privacidad de cada quien.

¿Cual es la postura respecto a la religión en ese momento? La función de la iglesia era

la de poner freno a las pasiones. Es desde la iglesia que se establece qué es el bien y que

34
es el mal; qué es lo que se permite y qué es lo que se prohíbe. El control de la iglesia es

fundamental en el control de las pasiones, y además la iglesia es un punto de

sociabilidad central. Pero si nos quedamos sin religión, ¿de qué manera hacemos que la

sociedad mantenga cierta disciplina?. Entonces, si el culto queda reducido a la esfera

personal de cada cual, ¿qué es lo que va a poder disciplinar a una sociedad? Por lo que

aparece la necesidad de fundar diarios, de hacer propaganda ideológica mediante la

prensa, los libros, las bibliotecas, la escuela. La escuela, a través de la educación

pública, es transmisora ideológica. Por ejemplo Inglaterra, que tenía un pensador en ese

momento de izquierda (Thompson) trae un debate muy fuerte acerca justamente, de

llevar a los sectores populares hacia la educación publica, la cual se va a convertir en

usina de ideologización, por lo que los socialistas ingleses como Thompson, van a

hablar de la necesidad de fundar escuelas alternativas

En cuanto a la religión, es necesario ver un modo de que no entre en

competencia con el estado moderno. ¿Cómo se organiza la patria sobre una base

democrática? Y acá el principio de la soberanía popular es fundamental. El poder se va

a legitimar a partir de la soberanía popular. Pero la razón colectiva no es igual a la

voluntad colectiva. Hay aquí una especie de diferenciación interna del pueblo: hay en el

pueblo una fracción racional, conciente, ilustrada; esta seria la “razón colectiva”. Pero

también hay en el pueblo una mayoría que ignora los conocimientos fundamentales para

coadyuvar a formar esta republica democrática. Por lo tanto, la parte racional es la que

debe ejercer el poder, y la otra parte del pueblo (la que ignora) debe estar tutelada por

una ley que reconozca los derechos y deberes de los ciudadanos. Por lo tanto se

emprende la búsqueda de una constitución. Una constitución como ley fundamental de

35
la nación. La nación debe tener este marco jurídico-político que establezca con claridad

los derechos, deberes, garantías, etc., y que establezca quienes son los ciudadanos

habilitados para intervenir en los asuntos públicos, es decir, ahí es donde justamente se

va a ir conformando esto que es la “esfera pública burguesa”. La esfera pública, donde

los intereses privados se resignan para discutir asuntos públicos. Asuntos que tienen

alcance, no solamente para aquellos que están participando en la discusión, sino que van

a tener alcance para todos aquellos que componen el Estado nacional. Si vamos a hablar

de la esfera burguesa, nosotros sabemos que en el caso de la Argentina hay dos sujetos

que preocupan mucho ¿quienes son los burgueses y quienes son el proletariado?. La

discusión es acerca de ¿hay que constituir una Republica burguesa? Si se puede hablar

de una Republica burguesa, se puede hablar de una Republica de la clase obrera; eso es

parte del debate. O también se podría hablar de una esfera publica pluralista. ¿Qué es lo

que hace a la esencia de nuestra republica sobre todo en algo que tiene alcance sobre el

conjunto, sobre muchos?. Entonces, lo que aquí estamos viendo es que hay un intento

de establecer ciertas relaciones que pongan distancia entre lo que es la expresión de esa

voluntad popular, y el ejercicio del poder. ¿Cuál es la mediación? ¿Cómo se establece la

legitimidad? Habrán escuchado el concepto de Colegio electoral. Los colegios

electorales son instancias mediadoras, donde no hay directamente la expresión de la

mayoría, sino que se envían representantes. El Colegio electoral discute entre los

representantes de cada partido, y finalmente decide quien es el presidente. Ahí la

discusión es la del siglo XIX, basada en la desconfianza de la elección del pueblo por

voto directo (¿el pueblo sabe votar?), es decir, desconfianza del voto de las mayorías. A

través del Colegio electoral no gana el partido que saca mayor porcentaje de votos, sino

el que obtiene mayor porcentaje entre las alianzas que se conforman dentro de ese

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espacio. Y esto esta basado en la desconfianza en el voto directo. Entonces, cómo se

constituye una mayoría en democracia, en democracia representativa, una democracia

que represente a los sujetos racionales, concientes, sociables (en el sentido que puedan

controlar las pasiones). Para esto Echeverría propone pensar en la razón colectiva como

mediadora ante este pueblo que necesita ser educado. Por lo tanto el sufragio universal

sin ningún tipo de límite, llevaría al desastre. Es necesario establecer algunas

condiciones: hacer que la democracia no sea el despotismo absoluto de las masas ni de

las mayorías. La democracia es el régimen de la razón, y si es así, entonces es opuesta a

la tiranía. Es importante el mejoramiento de las condiciones que lleven a la igualdad de

clases, es decir, que ninguna clase tenga mas privilegios que otra al momento de votar,

etc. “El gobierno procurara llevar a la clase proletaria al mismo nivel de las otras clases,

emancipando primero su cuerpo, con el fin de emancipar después su razón. Todas las

instituciones sociales deben dirigirse al fin de la mejora intelectual, física y moral de la

clase más pobre y más numerosa. El fin de la política es organizar la asociación sobre la

base democrática. La soberanía reside en la razón con su base en el pueblo.”

Si pensemos esto comparativamente, vemos que en los años 30 en Inglaterra

existían los Burgos (propietarios, pagadores de impuestos, etc.), y eso significaba que

no podían votar aquellos que no existirán en el padrón. También en Francia se coincidía

con la idea de que los habilitados para votar eran aquellos ciudadanos que pagaban

impuestos. De modo que esto, con el tema del sufragio universal, implica todo un

debate. Si vota aquel que es responsable y tiene conciencia política, entonces será el que

habrá de tomar una buena decisión. Por lo tanto el sufragio universal queda condenado

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tanto por la izquierda como por la derecha, por los socialistas (en este caso motivados

por la posible demagogia); y por los liberales.

En este sentido él (Echeverría) aboga por lo que decíamos antes, tener el ojo

clavado en el progreso de las naciones, y el otro en las entrañas de nuestra sociedad.

Estas metáforas que aluden al cuerpo (“entrañas”) Echeverría las va a volcar también a

su literatura (“El matadero”): el país es un matadero. Recuerden que en esa obra aparece

el personaje del unitario que esta cabalgando cerca de lo que era el matadero donde se

carneaban las reses. ¿Y quienes trabajaban en el matadero de Buenos Aires? El pueblo.

Los matarifes formaban parte de los grupos de choque de Rosas (era un “pueblo de

mataderos”). Aparece el unitario, bien vestido, con galera, cabalgando, elegante.

Empiezan a molestar al unitario, hasta que este estalla de bronca y se muere. Los

matarifes dicen que solo querían asustarlo, no lo querían matar. Sin embargo, el

resultado es la muerte. Y ahí aparece el cuerpo del unitario, en el matadero, en medio

de las reses carneadas, etc. etc. Lo cual era una comparación con lo que pasaba en el

país gobernado por Rosas, con lo que significaba la mazorca, las persecuciones, etc.

Entonces, les decía esto de la metáfora del cuerpo, - en el caso de Sarmiento

también vamos a ver esto, el rol central del país: hay que “desentrañar” qué es lo que a

ahí pasa con esa violencia extrema de aniquilación del adversario que se ve como un

enemigo, y esta cuestión es como una cuestión central. En ese momento va a haber un

tema, el de que parece que la vida no vale nada. Vamos a ver en los textos el tema de la

liquidación del adversario, tanto de un lado como del otro; es decir, la confrontación a

muerte. No hay una discusión, un debate, sobre los puntos de vista de cada quien, sino

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una sociedad jugada en la aniquilación del otro. Y esto se refleja en las tensiones que

hay entre el discurso y la practica. En Sarmiento vamos a ver que cuando habla del

gaucho, habla de la barbarie (que alude al rosismo), es decir de una práctica bárbara,

hay zonas sindicales, sectores de la sociedad que emplean estas prácticas de

aniquilación. Se empieza a ver que existen rasgos de una cultura política basada en

creencias y practicas que atraviesan a todos, son prácticas liquidacionistas que implican

la eliminación material del adversario. Entre la eliminación simbólica y la material, hay

un largo trecho.

Ahora, en esta búsqueda de una sociedad donde se respeten las libertades, donde

se promueva la igualdad, donde se respete la vida, entran otras cuestiones. Pero también

vemos que hay tensiones en el discurso, incluso de los intelectuales como Echeverría,

que propugnan estos valores. Y hay tensiones por cuestiones que están naturalizadas por

una forma de ejercicio del poder que al mismo tiempo ha criminalizado a ciertos

sectores de la sociedad.

De todos modos – volvemos a las cuestiones centrales que esta planteando

Echeverría- va a decir “estamos abogando por la emancipación del espíritu americano”.

Algo que se va a instalar como problemática. ¿Los americanos pensamos con ideas

propias o importadas? Hay una cuestión de emancipación del espíritu americano que se

puede pensar que viene de la Ilustración. Cuando Kant escribe “¿Qué es la Ilustración?”

dice que realmente es emanciparse de al autoridad establecida y ser capaz de pensar por

sí mismo; no hay poder sagrado, sino justamente de lo que se trata es de que el espíritu

del individuo se emancipe. ¿Cómo transitar el espíritu americano? Esto se refiere a dos

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problemas – dice Echeverría- : “la emancipación política, por un lado, y por el otro,

constituir la sociabilidad americana con todos los elementos de la civilización, pero al

mismo tiempo pensando en los ejes de nuestra peculiaridad. Entonces ¿qué es lo que

hay que pensar? Por un lado en el elemento político, qué política para estos países. Por

otro lado, y esto va a tener que ver con la filosofía, la filosofía reconoce la razón

individual como un valor que concierne al individuo; y a la razón colectiva (o consenso

general) como principio soberano de todo lo que atañe a la sociedad. La filosofía, en la

sociedad, propendrà a establecer el pacto de alianza entre la razón individual y la razón

colectiva; entre el ciudadano y la patria.

Por otro lado también es necesario pensar desde el punto de vista científico. Acá

tenemos entonces la confianza depositada en la ciencia. La ciencia es justamente lo que

enseña al hombre a conocerse a sí mismo. También se hace necesario pensar un arte

propio, un arte americano. Es por eso que la Generación del 37 va a imaginar el paisaje

propio donde justamente el “desierto” y el “gaucho” van a ser una marca fuerte, lo que

va a ir conformándose como la tradición nacional argentina (la pampa y el gaucho).

Pero el gobierno de la democracia también implica tener en cuenta, ya en el

plano de la organización institucional, la división de poderes. El poder legislativo (que

representa la razón del pueblo); el judicial (la justicia); y el ejecutivo (su acción). Claro

que en esa base – y aquí vamos ver un punto en común con Sarmiento- hay una

derivación de lo municipal. Los municipios están conformados – fíjense que esta es una

idea muy ligada a la participación- por los ciudadanos. Y por otro lado, en el caso de

Echeverría, los municipios están muy ligados a la cuestión de redefinir lo local. Si lo

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local aparecía como patrimonio de la reivindicación federal, los municipios aparecen

como una apuesta superadora a esta idea, en el plano local. Entonces el municipio va a

ser a su vez, el receptáculo donde van a converger y se van a difundir, las creencias

comunes. A partir de esta unidad de creencias, se va a establecer la base de la

organización nacional, va a ser un lugar de formación del ciudadano, de ese modo ese

sistema de creencias se piensa como parte integrante de la nación. O sea que va a haber

una fuerte jerarquía cuya base esta en el municipio, y la que a través de esta unidad de

creencias, termina en la organización del Estado nacional. En este sentido habla ese otro

elemento que aparece mencionado por Echeverría cuando expresa – refiriéndose a

unitarios y federales- “nosotros somos el partido de la patria”. Y aquí aparece una

noción que tiene que ver con nuestra cultura política, aparece la noción de “partido”

como algo que subsume a la nación entera, es decir, aparece la noción de “partido”

como algo que expresa “somos la patria”. Y vamos a ver que esto va a tener expresiones

diferentes a lo largo de nuestra historia como país. Vamos a ver que en los primeros

gobiernos después de la ley electoral, el radicalismo se imagina como el partido de la

patria. Mas tarde el peronismo se va a imaginar como el partido, o más bien como el

movimiento de la patria entera. Y el socialismo va a decir que es el único partido

pluralista, capaz de comprender los intereses de todos. –Por ahora digo esto así, ya lo

vamos a ir retomando a lo largo de las clases-. El “partido de la patria” es el partido que

tiene subsumidos a los otros partidos. Al mismo tiempo va a suceder que es importante

que en el país existan partidos. Por lo que tenemos esta tensión entre “el partido” y “los

partidos”.

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Bien. Algunas cuestiones más. Así como el “Dogma” y la “Ojeada” plantean

estos problemas, se está dando el proceso de globalización de la sociedad industrial que

plantea asimetrías entre países en distintas condiciones, donde también existen

distintas condiciones de legitimidad del poder, y donde empiezan a circular distintas

ideas a través de los diarios. Entonces, que pasa con el Dogma, como se distribuye,

como circulan estas ideas, ¿Qué efectos produjo el Dogma? Si por un lado fue una

discusión entre intelectuales exiliados como para intentar imaginar algún vocabulario

conjunto; por otro lado también la recepción despertó polémica, y se lo trata de empezar

a combatir. El que va a traducir el Dogma al francés va a ser Alfredo De Angelis quien

pertenece al grupo de la Confederación rosista. Y por otro lado, De Angelis va a ser

también quien funda, nada más ni nada menos, aquello que constituye un punto

fundamental de los estados nacionales de todo el mundo, que es el archivo. El archivo

tal como lo conocemos nosotros, es la institución que guarda los documentos

pertenecientes a la historia del Estado nacional, y es la institución que los estados van a

llevar adelante en todo el mundo entre los siglos XVIII-XIX. El Archivo es la memoria

del Estado, es la memoria de la Nación. Aquello que el Estado decide dejar aparte,

aquello es lo que el Estado hace que no exista. La noción de “archivo” va a ser muy

discutida a lo largo del tiempo. Pero en ese momento, constituir el archivo, es parte de

la política oficial, donde se encuentran los documentos oficiales. ¿Qué es lo que queda

archivado? Aquello que el Estado nacional hace. Entonces, en aquel momento quien

tiene a su cargo la organización del archivo público va a ser De Angelis, que es quien va

a confrontar con Echeverría.

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Bueno, por hoy terminamos, y en la próxima retomamos desde acá, y vamos a

ver a Alberdi y algo de Sarmiento. Hasta entonces. .

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