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El género en disputa, obra fundadora de la llamada teoria queer y emblema de los estudios de géner coro se conocen hhoy en dia, es un volumen incispensable para comprender la teoria ferinista actual: constituye una licida critica ala Judith Butler idea esencialsta de que as identidades de género son inmutables y encuentran Su arraigo en la naturaleza,en el disputa cuerpo o an una heterosaxualidad normativayobligatora. Peele. Libro interdiscptinario que se inscribe simulténeamente en Beneiew x jaa la flosofa, la antropologia, a toorta Morara y el psicoandiss, dela identided este texto es deudor de un prolongado acercamiento de la autora al ferinisme teéricn, a los debates sobre el caréctor socialmente construide del género. al asicoandisis. alos estudios pioneros sobre el travestismo,y también a su activa participacién en movimientos detensores dela diversidad sexual. AS( con un pie en la academia y otro en la militancia apoyada en su lectura de autores como Jacques Lacan, ‘Sigmund Freud, Simone de Beauvoir, Claude Lévi-Strauss, Luce Irigaray, Julia Kristeva, Monique Wittig y Michel Foucault, Butler ofrece aqui una teoria original, plémica y jesde luego subversiva, responsable ella misma de mas de tuna disput, Judith Butler ocupa la cétedra Maxine Elliot de Retérica, Literatura comparada y Estudios dela mujer ena Universidad de California, Berkeley. Es autora, entre otros libros, de Cuerpos que importon, Deshacer ef género y Vid precaria, todos ellos publicados por Paidés. f ae FL eRuRo EN PISELTA, cil geneto, la verded intema del deseo femenino, une iden tidad sexoal verdadera que Ia reptesion ha mantenido ente rads; la peacalogia indaga sobre les intreses politicos que hay en seal como orge y cause las categories de ident ac que, de hecho, som les efectos de instraciones, pricticas y tazonamientos de-origen diversoy dfuso. La labor de este ‘nestionamiento es eontrar —y deseenteat— esas insitucio: nes definitorias: el falogocentesmo y I heterosexuslidad obligetoria, Jastamente porque «femenino» ya no parece ter uns no: ign estable, su significado es ran preblemitico y vago come ‘mules. ¥ pucsto que ambos términos adquieren sus signi catos problemiticos dinicamente como coneeptos relatos, ‘sta bésrucda sc basa en dl aneroy en cl andisisde relacioncs| ‘gue sugiere. Ademis, que a teore feminista debe determinar fos asuncos ce ident primaria para seguir com Ie labor de la politica ao esi tan claro, Pore ecntrario, deberiames pre surtar: ga ahernativas poltias son consecuencia de una critica radical de las caregorias de identidad? originado en la investiga. cin estrocroralista. Aungne el texto corte el riesgo de ser ccurocéntrico en Estedos Unidos, en Francia se considera una amenaza de UTA ‘une con el feminismo en el feminism lésbico, FZ genera en disputa eaaba de refunar la idea de que Ia practica lésbica materialize la teora feminisea y esahlece una relacién mis problematiea entre los des téminas. En este escito, el les- bianisino no supone un regeso alo que es au importante acerca de ser mujer; tampoco consaera la feminidad ni nuestra un mundo ginoetotricn, lesbianism no es lar lizeciba extica de una serie ce creencias polisicas (la sexu lady ls creencia estén reiacionedss de wna forma mucho ‘mas comple y con frecuencia no coinciden|, Por el contra soe texte late sme as prea smal ro norma vs euestionaa la estabilidad del género como categoria de andlisis, ¢Cémo cicrtaspricticas sevuales exgen la pregun ‘2 qué es una mujer, gué ce un hombre? Sic! yénero ye 00 se entiende como algo que se consolda a través de la sexua- dad normasiva, entonces chay una crisis de género que sea ‘expecifia de los contextoc queer? La noeiéa de que la practica sexval tiene el poder de de- sestabilizar el género surgi tras leer «Ihe Traffic in Wo- mew», de Gayle Rubin, vpretendia determiner que la sexue lidad rormativa consolida el genero nosmativo, En pocas palabras, segan este equema conceptual, una es mujer cn la ‘medida en quc funciona como mujer en la estructura hete- rosexnal dominante, y poner en tela de juicic la estructura posiblemente implique perder algo de nuestro seatido del Jugar que ocupamos en l aéncto. Considero que esta es la primera formulacién de «el problema del géneso» 0 ela dlisputa del zéncrom en este texto, Me propute entender par te del mi y la ansiedad que elgunes personas experimen tan al evolverse gays, el miedo. perder el lugar que se ocu panel género.o. no saber quign terminara sierdo uno si se acucsta con alguien ostensiblomente del «nismor género. nerncro (1999) 3 [Eso crea una certa cite en la omtologla experimentada en clnivel de la sexualidad y del lengueie. Esta cuesti6a se ha agrevado a medida que hemos ido rellexionando sobre va- fas formas nuevas de pensar un género quehan surgido ala hz del transgénero y la transexualided, le paternidad y la maternidad lesbicasy gays, y las evs identidades lésbicas| sasculina y femenina. ¢Cuindo y pot qué, por camplo, al zanas lesbianas masculmas que tienen jos hacen de «papa» yorras de «mam? Qué ocurre con Ia dea, propuesta pos Kate Bomstein, de que una persona transexual no puede ser definida con los sustantivos de eaujer u ehombre>, sino que para releitse svela debon utizarse verbos activos que atestigien fa trane- formacién permanente que «exo la nueva identidad ©, en cfecto, la condiciéa eprovisionale que pone en cucstién al ser de la identidad de género? Aunque algunas Teshianas afieman que la identidad lésbica masculina no tiene maca que ver con «es hombre», otras sostienen que dicha ident- clad n0 es o noha sida mis que un camino hacia el deseo ce ser hombre. Sin duda seas paradojas han proiferedo en los ‘imos anes y proporcionan pruebas de un tipa de dispus sobre! género que el texto mismo no previs* ‘No obstante, ceudl es el vineulo entre género y sexua- lidad que pretends recalcar> Fs evidente que no estoy afizmando que ciertas Formas de prictica sexual den como resultado ciertos géneros, ino que en condiciones de he: tcrosexualidad normativa,vigilar€l génezo ocasionalmen te se utiliza como una forma de afitmar la heterosexual dad, Cashatine MseKinnon plantea este problema de una ‘mancra parecida a la mia pero, el mismo tiempo, con alg ‘nas diferencias decisivas e amportantes. MacKinnon afirma: «Suspendida como si fuera un atuibute de una pessone, Ia 14 EL GeMERO Eo DISPUT desigualdad sexual adopca la forma de género: moviéndose ‘como una relzcin entre personas, adopta la forma de se xualidac. El genero emerge coma la forma rgicla de a sexa- lzacién de la desiznaldad entre el hombre y la snuicr» Sogn este plantzamionto a jerarquia sexual era y rsPuTs dada es extrafio, ¢ incluso exasperante para alyinos, descu- borir que wa libro que no se lee ficilmente sea spoptlap» se- pin los extindares académicos. La sorpresa que esto casa uind sea debids «que subestimamos al lector, su eapactdad ou deseo de leer texzos complicados y que constituyan us desafio, enando Is eomplicacién no es gratuita, cuando el safle sirve para pone: en dude verdaces que se dan por sentadat, cuando en realidad dar por hecho esat verdad es opresivo. Consideto que el estilo es un terreno fiangoso, y desde luego no es algo que se eli. 0 se controle unilateralmene con les objctivos que de modo consciente nes proponemos. Fredric Jameson explicé esto en su primera obra sobre Sar- tre. Aungue es pasible practica esilos. los estlos de los que ros servimes no gon en absolute una cleccién conscienre ‘Ademés, nila gramétice i el estilo son politicarnente neu- tros, Aprendet las reglas que ngen el ciscussointcligible, Av: tal Ronell recuerda el momento en el que Nixon micé a ks ‘ojos de la nacion y dijo: «Permitanme dejar algo totalmente ce claro», y 4 continuacién empezé a meni. ¢Quées fo que se escande bajo el signo de «claridad y cud sezia el previo de no mostrar ciertas reservascoticas cuando se anuncia ia Ucgada dela lucide? Quin inventa les prococalas de wc Tideds y a qué intereses siven? gQué se excluye al pesisir clos estindares provincianos de transparencia como un lemento necesario pata toda consunicacién? ¢Qué es lo pe esconde la «transparencies? reef entendicndo algo sobre la vielencia de las normas lel genero: un tio encarcelado pot tener tin cuerpo ana ‘micarncate anémalo, privado de ta familia y de fos amigos, que paso el reszo de sus dias en un «institut» en las pred” ras ce Ransos:primos gays que tuvieron que abandonsr et hogar por su sexuslidad, real 9jimaginads; mi propia ytem- pestuosa declaracién pablica'de homosexualidad a los 16 «ios, yclsubsiguiente panorama adulto de trabajos, amanies yyhogares perdidos. Todae esas experiencia me sometieron una fuerte concen que me mare6, pero, aformnadamen- fe, no impidi que siguieza buscando el placer inistiendo cen el reconocimientolegtimizador de mi vida sexual. Tden- ‘fear esta violencia fue fill precisamente porque ol xéie- 4 1 GENERO EN DISFUTA 10 era algo que se Gaba por tentado y que al mismo tempo sevigilabs terminancemente. Se presuponie que ere una ex: ‘ptesin natural del sexo 0 una constente cultural que ning ‘a accién humana era capar de modificar. Tambien legis entencr algo de la violencia del vida de exclusin, aque {que n0 se considers «vida», aquella euya encarcelacisa can- duce a la suspensién de la vida, o una semtencia de muerte sostenida. El empetio obstinado de este texto por wdesnata ‘aizar» el péneta tiene su origen en el deseo intenso de con: trartcstar la violencia aormativa que conllevan les mortolo: sins ideales del sexo, asf como de eliminar ls suposiciones sJominantes acerca de la heterosexualidad natusal o prestn ta que ac basan en ls discusses ordinarios y académicos so Dre la sexvalidad, Escribir sobre esta desnaturalizacion no obedecié meramente @ un deseo de jugar con cl lenguaje 0 de cecomendar payasadas teacrales en vez de la politica ‘reals, coma algunos citicos han afrmado (como sie eae ‘to y La politica fueran siempre distintos); obedece a un de- se0 de viti, de hacer la vida posible, y de replantear lo posi- ble en cuanto al. eCéme cenderia que ser el mundo para que mi tio pudiere vivir con su familia, sus annigos 0 algsin otra tipo de parentesco? 2Cémo debemos reformula las lita ciones morfologicasidéneas que recaen sobre los seres hu ‘manos para que quienes se alejan dela norma no escén con- denados a una muerte en vida?" “Algunos lectores han pregantado si! gévero on dispuia procura amplia las opciones del género pot algiin motivo, Proguntan con que objetivo se engendran esas nuevas cont guracioner del gérero, y cémo deberfamas distinguitls Con frceucncia la pregunta conduce a una premise aaterior, cs decir, que el texto no plantoa In dimnensién normativs 0 prescriptiva del pensamiento feminisca, Es evidente auc lo PALI0 (1999) 2» “-normtivor tiene al menos dos signifieados en este encacn- tro crtico, pues es una de las palabras que utiliza con fre- tambien are la justificacién ética, como se establece, y qué consecucncias conercuas se dexprenden deella. Una de las preguntas critcas que se ban plantesdo sobre El genera em disputa es ésta:ccfimo actizinos para emit juicios acerca de cme ha de vivirse el género basin: ddonos en las deseripciones terieas que agut se exponen? No es posible oponerse alas formas enorunativas del génc- rossin susctibir al mismo tiempo cierto punto de vista nor mative de cémo deberia ser el mundo con género. No obs- tante, quiero puntclizar que lavsién nexmativa positiva de ‘ste texto no adopta la forma de cna preseripcin (ni puede hacerlo} como: «Subvirtames el género tal come lo digo, ya vida sera buenas. ‘Quicnes hacen tale afirmaciones. 0 quienes estin dis- pests a decidir entre expresiones subversivasy no subver sivas del péneto, basan su jucios en una deseripci6n. El ge ‘acto aparece de tal o cual forms, y a continuacién sc dabora un juicio normative sobre esas apatienciasy sobre la base de Jo quc parece. Pero zaué determing e dominio de las apa- tencis del género mismo? Podemos sentimostentados aes tablecer la siguiente distineién: una explicacién devorpsiva del géncroincluye cuestiones sobre fo que hace ineligible el _sénero, una exploracion sobre sux condiciones de viabilidad, mientras que une explicacia normative intenta Gar vespues- taala pregunta de qué expzesiones de género son aceptables Y eufles no, ofteciendo motivas convincentes para disinguir % SL GENEHO EN DISPUT es ya de por sf uma pregunta (que ascqurs una operaciGn ce peder predominsnremente ‘otmetiva, una opersciéa fugiciva de equé sacederé> bajo la sibriea deaqué snore». Asi, le descripcin misma del cam po del género:no es en ningrin caso anterior ala pregunta de su operscisn normativa, ni se puede separar deella. Nome propongo formular juicios sobre fo que distingue losubversivo de lo no subversive, No solo creo que tales jui- ios no se puecien hacer fuera ck contexte, sino que también pienso que no se pueden formulae de forma que sopertea el paso dal tiempo (las econtextos» son de por sf unidades postuladas que expcrimentan cambios temporal y revelan su falta de unidad esencial). De la misma forma que lax me ‘fores pierden su eanieter metsfSrico a wecida que, con el 1p2s0 del tempo, se consolidan como conceptos, las practi- ‘as subversivas corren slempre el riesgo de convesticse et dlichés adormecedores « base de repetitlas¥. sobre todo, al repetitlas en una caltura en la que todo se considera mer. cancia, yen la que lt esubversir tiene un valor de mactea> do, Obstinarse en establccer el criterio de Jo subversive siempre fracasari, y debe hacerlo, Entonces que esté en juego cuando se usa el términe? ‘Une de los temas que mas me preocupan 50 ls sigue tes tipas de preguncas: gqué corsticuye una via intligihle y qué no, y eémo las suposicionss acerca del pénetoy le sexs lidad normativos deciden por adelantado lo que pasar a for: mar parte del campo ce fo ehumann y de to wivible»? Di: cho de otra forma, ¢cdmo actin las suposiciones del género ‘normative para testing el eampo mismo de la descripcign «que texemos defo hamano? ePor qué mecio advertinos este poder demarcador, y con que medios lo transformamas? PunFacto (1999 a El debate del tavestismo que El sénero on dispute pro pone para exponer la dimensidn eonstruida y performativa el aéoero no es ciertamente wn ejemplo de subversién Considerarlo un paradigma de a occién subvetsva , inc 0, coma un modelo de Is accidm polities serfaun erro, pues se trata de algo bastante diferente. Si pensames que vemos a tn bombre vestido de mujer 0 2 una mujer vestida de hom- bre, entonees estamas tomando el primer término de cada una de esas percepciones como la «realidads del géneror el sénera que se introduce mediante el sil no tiene «reali- dade, vcs una figura ilusoria. En las percepciones cn las que una realidad aparente se vircula a una irrealidad, creemos saber cuales la realidad, y tomamos la segunda apariencia del género como un mero arifiio, juego, fabedad ethusion, Sin embargo, zcudl es el sentido de erealidad de gener» ‘que origina de esce modo dicha pereepeién? Tal vez creemas saber cuil es a anatomia de a persona (a veces no, y con se suridad no hemos repatado en le variacién que hay en ei vel de la descripeién anatomical. 0 inferimos exe conn rmiento de Ia vestimenta de dicha persona, 0 de cSmo se ‘usan esas prendas. Este es un conocimicnto naturalizado, aunque se basa en una serie de inferencias cultucaes,algu nas de las cuales son bascante incorrectas. De hecho, si sus- tituimos cl ejemplo de trevestis por el de la transexuali dad, entonces ya no podremos emir un juicio acerca de la anatomia esteble basindonos en a ropa que viste articula «l cuerpo. Ese cuerpo puede ser preopetatorie transicional ‘o pestoperatorios ni siquicra avers of coerpo puede dar rex puesta ala pregunta, ya que ¢eudles son las categories rae ‘dante las cuales vemos? Einstante en que nests percep ciones culturales habitusles y serias falan, cuando no conzeguimos interpretar con seguridad el cuscpo que esta % 1 GENERD En DISPUT ‘mos viendo, es justamente el momento en el que ya no esta mos seyuros de que el cuerpo cbservado see de un hombre ‘6 de una mujer. La vacilacién misma entee las eategosias constiruye I experiencia del cuerpo en cuestiso. Cuando tales categorfas se ponca cn tela de juicio, tam bien se pone en ducia I reatided del gemero: Ia frontera que separa loreal de lo treal se desdibuja. Yes en ese momento cuando nos damos caenta de que lo que considersmes -realy, fo que invocamos como el conacimiente natutaiz do del género, es, ce hecho, una realidad que puede cam biar y que es posible replantear, limese subversivao lime se de otra forma. Aunque esta idea no constinuye de por si ‘una revolucién politica, no es pesible ninguna revolucin politica sin que se produzea un cambio radical en muescra ropia concepci6n de lo posible y lo rea. En oeasiones este ‘cambio €s producto de ciios tipos de practicas que ante ‘eden a su teorizacion explicca y que hacen que nos replen teemos tstras categoria bisicas: qué el gener, como s¢ produce y reproduce, y cules son sus opciones? Ein este punto, el campo sedimeitadoy reificado de la arealidad> de séneto se concibe como un ambito que podria ser de otra forma; de hecho, menas violent Exe libro no tiene como objetivo celebrate traveatismo ‘como la expresicn de un género modelo y verdadero (si bien «5 importante opamerse a 'a denigracian del travestisma que «a vores tiene higar), sino demosttar que el conocimiento me turalizac del género actita como una circunseripeion con desecho preference y violema ce lx realidad, En la medida en que las normas de género (dimortismo ideal, comple imentaciedad heterosexual de ls euerpos, ideals y dominio dela masculinidad y la feminidad adecuades einadec usc, suchos de los cuales esti respaldados por codigos raciales ‘ruzeacto (1993), a ce puurezay tabies en contea del mestizsje) determinan lo «gue se inielgiblemente human lo que no, lo que se con- siderana «tealv lo que no, establecen el carnpe ontolégico encel que se puede atribuir lot cuerpes expresisa legitizns, i hay una labor normativa positiva 9 El género en dispae € poner énfosis en Ia extensin de cita legitimidad a los ‘aterpos aut han sid vistos como falos,irealese ininteligi- bles. El trasestseao es un ejemplo que tiene por objeto xta~ blecer que la «realidad no estan rigida como cteemos; can este ejemplo me prepongo exponer lo tenu de la xrealidads cel genero para contracrestar la violencia que ejercen les rnonmas ce género. Tanto en este texto como en otros he trstado de enten- cer lo que podtia ser la acciin politica, dado que éta es in- Sisoriable de la dinimica de poder de la que os consecuen Gi. Lo iterable de Ia performarividad es una seorfa de ka capacidad de accidn (0 agencia), una teozia que no puzde ‘egat el poder como condicion de su propia posibiidad., Ewe texto no analiza en profundided la performativiéad en fancién de sus dimensiones socal, psiquica, corporal vtem~ poral En algunos aspeccos, seguir trabajando en esa carifi- cacién, cn respuesta a varias exticas exeelentes, ¢s Io que ‘motiva la mayor parte de mis publiesciones posterores. En os ltimos diez afios han surgido otras preocupacio- nes sabre este texto, y he intentado respondetlas en vatios sscitos cue he publicado, Sobre e] higer que ocupalamate- rialidad del cuerpo, he ceflexionado y revisado mis puntos Ge vista en Cuerpos que importan. Sobre la necesidad de la categoria de amen» para el andlissFeminista, he cortegido y ampliado mis posturas en «Contingent Foundations», pu~ biseado en Feminists Theortze the Politieal, volumen que 30 FL Gtrto Ex Diseus compile junto con Joan W. Scot, y en Feminist Contentions, deautoria coleciva, ‘No considero que el postestructuralismo conlleve a de- saparicidn de la escritura aurobiografiea, aunque s llama la stencién sobre la dficultad del «yom para expresarse me- diantee! lenguaje, pues este que los lectoresleen een parte, coaseewencia de la gramética que rig la disponibil- ‘dad de las personas en el enguase. No extoy fuera del len- ‘sug que me estructura, pera tampoco estay determinada por el denausie que hace posible este «yon. Este exc vincur Jo de amoexpresitn, tal como lo entiendo. Le que significa que usted, Jectora © lector, no me recibiré nunca separada dela groruitica que permite mi disponibilidad con usted. Si trato esa gramatica como algo de clardad meridians, enton- 22 n0 pocité despertatsu interés por esa esfera del lenguaje que establece y desestabece la inteligibilidad, y eco equiva dia precisamente a tecgiversr mi propio proyecto tal como Jo he deserito para los lectores aqui. No es mi intencion ser diel, sino dri la atencion hacia na dficultad sin Ja cual ningin «yo» puede apareces. Dicha difienitad adopta una dimension conereta cuun do se enfoca desde una perspectiva psicoanalitica, En mi pretension por entender la opacidad del «jo en el lengua Je. cesde la publicacitn de El género en disputa me he cen ‘ado cada vex mis en el psicoaniliss, El intento habitual le polarizar Ja reoria de Ia psique desde la teria del poder se parece contraproducente, pues uns parte de lo que es. tan opresive acerca de las formas sociales del yéncro tiene su otigen on las dificultades psiquicas que generan. Fn Me. ‘anisms psiqnicos de poder intemté rovisar las mancras en qe Foucault y el psicoanilisis pedrian pensarte yontes. ‘También he vtlizado e psicoandliss para refrenar el volun Prayacio (1999) aL tatiemo eventual de mi idea de performativided sin que con cllo se debilite una teotia més general de la accin. El géne~ 10 en dixpuia a veces se interpreta como si el génexo fuera tuna invencién propia 0 como si el significado psluica de tuna presentacién dotede de géncro pudiera interpretarse directamentea partir desu exterior. Ambos postulados han tenide que ser perfilalos con el paso del tianpo. Ader, ‘mi teorin a veces oacila entre entender la performatividad ccorno algo Fingistico y plancestlo come reacra. He legado ala conchusién de que ambas interprecaciones estin tela cionadas obiigatoriamente, de una forma quidstica, ¥ que replanteat el acto discursivo como un ejemplo de poder permanentemente disigela otencioa hacia amas dimensio nes: [areata y la lingiistica, En Eaciteble Speech argunen- 6 que el acto discursivo es a la vez algo cjecutado {perfor- 2medi (y pot tanto eatral, que se presenta ante on publica Ysujetoa interpretacin),ylingiitico, que provoca una se re de efectos mediante su relacion irplicita con las con. venciones lingtisticas. Si queremos saber emo se relacions sna teora lingiistica del ato discursivo con los gestos cor porales slo tenemos que tener en cuenta que el diseurso ‘mismo es un acto corporal con consecuencias lingifsticas ‘especifcas. Ai, e discurso no es exclusive ni de Ia presen ‘acid corpérea ni del lengnae, y sa condickin de palabra y cobra es cieremente ambigua. Hota ambigiiedad tiene con secvencias para la deelaracién publica de Ia homosexual sled, para el poder insurreccionel del acto discursive, pasa cl Ienguaje como condicion de la seduecisn corporal la amenava de di Si ahora tuviera que volver « eseribis este Libro, inchiria una discusion sobre el tansgénero y la intersexvalidad, $o- bre cSt se activa cl dimortisme de géacro idea en ambos 2 GENER EN DISPUT tipos de discursos, sobre las diferentes relacioncs que estos ‘temas establecen con Ia intervencién quinigica, También inca una ciscusi6n sobre la sexualidad racalizaday, con cretamente, sobre cémo los tabiies en conta del mestizje (y 1a romantizacin del invercambio sexual imcertaci son ba sion pera las formas naturalizadas y desnaturalizadas que cl _género adopra. Sigo alhergando la esperanza de que las mi noc sexuales formen una coalici6n ue trasciende las ca- ‘egorias simples delaidentidad, que rockace el estigna dela bisexualidad, gue combate y suprima la violencia impuesta por las normas corporal restrictivas, Deseario que dicha coalicién se fundara en Ia complejidad irreducible de Ia se- xualidad y en sus implicaciones en distintas dinémieas del poder discursho e instrucionsl, y que nade se apresurata a resrar poder a la jerarquia y a negar sus dimensiones polit- «cas productivas, Si bien pienso que gaxatse el reconoci- miento de a propia condicién como minoria sexual es una ardaa tarea cn ef marco de los iscursos dominaates del de echo, la polite y el lengusje, sigo considerandolo una ne. cesiaal para sobrevivir. Le mevilizacin de las categorias de ‘dentidad con vistas ala politizacion sicupre est amenzza da por la posbilidad de que la identidad se transforme en un instruments cel poder al que nos oponemos. Bse no ¢8 razén pats no utilizar la identidad, y para no ser utilizados por ella, No hey ninguna posiciée politica purificada de po- der, y quiz sea caaimpareza lo que oessiona le capacidad de accién como incerrupciin eventual y cambio tol de los regimcnes reguladores. No obstante, aguelos a quicnes se considera cirreales» siguen aferredos a lo real, an aferra- miento que tiene lugar ce comin acuerdo, y esa soxprest performativa produce una inestabilidad vital. Este libro esta ssctico entonees como perte de la vida cultural de un com- pneracio (1999) B bate colectiva que ha tendo y seguiré teniendo ciesto éxito cp [a mejora de las posibilidades de conseguir una vida lle ‘yadera para quienes viven, o watan de vivir, en la marginal dod sexual.” Juprey Burr Berkeley, California Junio de 1999 PREPACIO (1990) Los debates feminises contemporéneas solace los sign’- ficados del género conducen sin cosara cera semsacién de probleme 0 disputa, como sila indeterminacion del género, con el tiempo, pudiera desembocar en e! fracaso del feri- hismo. Quid no sea necesatio que Jes problemas teagan ‘na carga tan negativa. Segin ef discurso igaperante en mi infancia, uno nunca debia crcar problemas, poraue precisa- mente con ello uno se metia er problemas. La rebelign y su ‘eprensiGn parecian estar atrapads ct los inisinostérminos, loque provecs mi primera tellexin ertca sobre es sutiles estratagemas del poder Ia ley subistenre nos emenazaba con problemas ¢ incluso nos metiaen problems, tode por intenter no tener problemas. Por tanto, legué a la concht- sim de que los problemas son inevitables y que {objetivo «a descubrireémo erearos mejor ycafl era la mejor mene ra de mererse en ellos. Con el tiempo aparecieron mis am- bigitedades en la critica. Me percaté de quc kes problemas a ‘veces planteaban como eufemisme alguns cuessi6n —per lo secneral secreta— vinculaca al aparente mister de waa ls cosas femeninas. Leia Beauvoir, quien afirmebe que ser mu jer en el seno de una cultura mascalinista es ser una fuen- te de misterio y desconvcimicnto para los hombres, ¥ eto 36 FL GtMERO Ex Dispur parecié corroborarne de alin modo cuando lef a Sattre, pra quien todo deseo —aceptado problemiticamente come bhetcrasexual y masculino— se deseribia coimo un problems, Pata ete sujcto masculino de! desea, los problemas se con ‘fan enum sno conf itomii rpc, a ac ion imprevists, de un eabjeras femienino que incomprens!- ‘lemente devuelve ls cnirada, la modifica y desafia el lugar y la autoridad de la posicion masculina, La dependeacis rad cal del sujeco mascalino respecto del «Chto» Fomenina reve 1a de pronto que su autonotaa es irreal. No obstante, esta particular inversion diakéctica del poder no me interesaba tanto come otras. Aparentemente, el poder era algo mis "nti ete stow o un lan deiner ntinua entre un suicto y un Otro; de hecho, el poder pa. recia centrarse en la prodiuccia de exe mismo marca bine fo paca rflexionar acerca del género. Me pregunt® catun ces: equé configuracion de poder constye al sujeta y al (Otro, ese selacion binaria entre ehombrese y «mujeres» y la ‘stabilidad intema de esos términes? {Qué resiriceién end ‘perando squi? 2Fstin esos téeminos bres de problemas s0lo en 16 medida en que se amoldan a una matziz heterose- xual para conceptualzar el neta y cl deseo? lingissticay paities delnicron con anteriorided el criterio mediante cl cual se originan los sujet mismos,y la consecuencia es que le representacin se extiende Gnicarnente a lo que puede reconocerse camo un sujet, Dicho ce oten forma, dcben curplitsc los reguisitos para rerun sue anes de gue pueda extenders In eps. fentecién sujEtos pe sexo/oFNeRo/DEST a Foucault afirma que los sistemas juridivas de pacer pro- ucen alos sujetosa los que mis tarde representan.§ Las s10- cones jutidieas de poder parecen regulat la esfera politica Sinicamente en términos negatives, es decir, mediante la initacién, la prahibici6n, a roglamentacién, el contzcl y has tala «proteccisa» de lat personas vinculadas a cxa cstracta 1a politica a wavés dela operacién contingente y retactable dela eleccién. No obstante, los sujetos regulados por esas festrucruras, on virtudl de que escin sujeios a cles, a consti tuyen, sc defen y se reprodicen de acuerdo con las impo: riciones de dichas estracturas. Si este andlisis es correcta, tesntonces la formaciéa jutidica del kengvale y de la politica que presenta las meres come wel sujeto» del feminismo (5, de pot si, una formacién dscursiva y el resatado de wna versa especfica de la politica de representacién. Asi, ls jeto feminicta esta discursivamente formado por la misma bsinictura police que, supucstamente, permitié su eman- cipaci6e. Esto se convierte en una cnesti6n peliticament problemitia se puede demosirar quc cx sistema creas jetes con género que se sian sobre un ee diferencal de do- rminacton 9 sujtes que, supuestamente, son masculines. Ea tales casos, recurvr sin embages 2 ese sistema pasa Ja ctman- cipacién de las «mujeres» serd abiertamente contraprod- cent, TE problene del esujeto» es fundamental pata la peliti- ca, coneretamente para la politica feminista, porque les su jetos juridicos siempre ve construyen mediante certs pri. tices excluyentes que, una vez determinada Ia eseractura juridica de [a police no ese percibenr. En defnitiva, la consti pola del suo ls con guna che tivos legitimadoresy excluyentes,y estas operaciones polit cas se esconden y naturalizan mediante us andlisi politico 48 [BE GEMERO ER BIsRUTA cn el que se baxan las estructaras juriicas. El poder jorid. co «producer irremediablemente lo que alirma s6lo repre sentar; ai, Ie politica debe preocuparse por =a dable fun ciéa del poder: la juridica y a productva, De hecho, la ley produce y posterioamente esconde la nocién de cun sujet anterior a la leys' para apelar a csa fomaciéa discursive como una premisa fundecional naturalizada que posterior ‘ence legitima la hegemonia reguladora de esa ruima ley. No basta com investgar de qué forma las mujeres pueden x- tar representedas de mancta ms precisa en el ensue la poli La critica feminists tambien éeberia comprender ‘que las mismas esrteturas de poder mediante las cuales se pretendela emancipacisn crean y imiten la categoriade elas mujeres, sojeto del feminism. En efocto, la cuestisn de ls mujeres como sujcto del fe- ‘minismo plantea Ia posibilidad de que no hays un sujevo que cesta antes» dela ley, esperando la representacion en y por cesta ley. Quiais cl sujeto yn invocaciéa de un eantes»temt- poral sean ereados por la ley eamo un fundamen ficticio desu propia afirmacia de legtimicad. La hipétesis peva leciente de la integridad ontolégica del sujto antes de la ley Alche ser entendin como el vestigio contemperinen de 1s ‘ipétesis del estado de naturelera, esa fSbula fondacionista ‘que sienta las bases de ls estructuras juridicas de liberals. smo disieo, La invocacién performativa de ua «antes» 1 histético se convierteen lo premise fundacional que segura tuna ontologa presocia de inclividuos que aceptan libce- mente ser gobetnadosy, con ello, forma la legituidad del contrao social Sin embargo. apacte de las ficeiones fundacionistas que respaldan lanocién de sueto,esté cl probleme politico con el que se enitenta el feminismo en la presuncicn de que el s1yot0s ne sExO/GENEROZDESEO ” ‘téemino «mujeres indica una identidad comin, Ea higar de tun significance estable que reclama la aprebacisn de aque- Ilas a quienes preiende descebir y representa, meres o wun sexo naturabe se forma yesia- blces como «prediscursivos, anterior als cultura, una su perficie politicamente neatrel sobre la cua! acuia le cultra Trararemos de nuevo este construccién del «sexo como lo radicalaente no construide al recordar ea el capitulo 2 lo que alrman Lévi-Strauss y el estrecruralisme, En esta c- yruncara yt queda patente que tna de ls formas de asegurar de manera electiva la stebildad inteana y el marco binario del sexoes situa fa dualidad dal sx en un earnpo predis- curtivo, Esta produceién del sexo como lo prediscursivo debe enterderse como al resultado del aparato de comstruc- isn eukural nombmaco por el gévere. Entonees, zcSmo dobe reformulaise c! géuero pata inclut ls relaciones de poder que provocan el efecto den sexo prediscatsino yes condea de esta manera ese mismo procedimiente de pro- uceicn discursia? (GEnsn0: LAS HUINAS CIRCULARES DEL DEBATE ACTUAL. , Ex tal c#s0, la cultura, y 90 la bio~ logia, se convierre ea destino, Por otra parce, Simene de Beauvoir afitma ch El seat do we que ero se oe nes: en wa a eor* Pare wor, el pénero se , pero en su plantcamiento ued implica un agent un enzo cul en ceo ode atop ose aac de et neo.» psa, pa faceptar algén otto, {Es el género tun variable y voli como planteacl estudio de Beauvoir? ePodria circunseribir. sentences la econstruccién> auna forma de eleccién? Beau- Soir soene rorndante sue a leas» er mut siempre bajo la obligacion cult cere. Y exevi- Uc ex slctnn ln cession Eo vueslo po hay nada que asegure que la spersoma> que se co op ani acd obligetorumence del sexo feerin. Si tl {uerpo es na ituscins, * como afirma, no sc pucde aludir ‘run cuespo que no baye sido desde siempre interpretado mediante signifcados culturales; por tana, el sexo podria ‘no cumplit los requistos de una facticidad anasémica pre iscursiva, Dc hecho se demos:raté que el sexo, por defin- cin, siempreha side género." 58 HL cENRO EN basrUTa Le polémica surgi respects al significado de construct cin parece desmozonarse con la polatidad filosfics eon. veacional entre libre albedafo y determinisin. En conse. ‘uencia ¢s razonable suponer que una limitacon ingiietica comin sobre el pensainiento ctea 7 restringe los términos del debste. Dentro de esas términos, l «cuerpo» se man firsta como un medio pasivo sobre cl cual se circunscriben [pt silcades curls o como ef stumntomeiate tuna voluntad apropiadona e incempretacva establece tun sznificado culture paras mises, En ambos cmon ol cuerpo es un mero instramento o medio con el cual se rela- entze sujetos socialmente const tides en cantextox concretos. Esta perspectiva relacional o Contextual sfala que lo que «es la persona y, de hecho, lo (que ceo el ganero siempre es reativo alas relacionss cons fraldlas en las que se establece:” Gomo ua fendmend varia ble y contestual, cl género no designa a un ser sustantivo, sire a un punto de unin reativo entre copjuntos de rel sions cts hives epics, ne Poro Irigaray afiemaré que el «senor femenino ¢s cuesion de amerciatngiisica, br imposiblidad de une Suvanciasramatcelnente denotadaj, por eva 60, lt repectiva que muestra que esa sustancia ¢s una usin rerrmciuey funlacondl down cscs macula Ea fusencia no esti marcada como ial dentro de 1a cconomfa significante mascufina,afirraaciin que da la waelte al arg mento de Beauvoit (y de Wittig) respecto a que el sexo fe- mening esta meatcad, mientras que cl xx0 masculino no lo ‘std. Irigaray sortenc que el sexo femenino 90 o5 uma eca- ren sorte ue mkeentey negate define al sujeto en su masculinidad, Por el contrario, el exo feme- no eve las exigencias mismas de representacién, Poraue fila no e8 ni «Otro ni «carencian, pucy ¢5a5 categorias 5 fuer siendo sclaivas al sujco saxtzeano; inmanentes a ese tsquema falogocéntrico. Asi pues, paca Irigaray lo emenino ‘nunca podria ser ls marca de at sueto, como afirmatia Beat Wit, Asimismo, lo femenino 20 podsa teorizarseen (én tres de una rlactn especifica entre lo masculino yo feme rina dentro de un discurso dado, ya que aquiel discurso no co ua nocidn adecuada,Ineluso en su variedad, Jos dincur 0s czean otras tantas manifestaciones del lengusje falog céntrico, Ast pues, cl sexo femenino es tambien of s4jeto que 'no €s uno. La relacion entre masculino y femeino no puede @ EL GONERO EN BISRLTA representarseen uns economia skgidicante en a que fo mas- culino es un circulo cerrado de sigoifcentey significedo. Pa radgjicamente, Beauvorr antici esta imposibilidad en ET segundo sexo al aleyar quelos hombres no pode legat a un scuerd respecte al problema de las mujezes porque entom ‘es estarian acruando como juez y parte Las difesenciacioncs enuc les yosiciones mencionadas no son en absoluto clara: puede pensarse que cada uma de cllas problematiza la Toca dad ye significado tanto del «su jero» come del «género~ dentro del contexto de la asime tra entre los péneros socialmente instaurada, Las opciones interpretativas del género en ningtin sentklo se acaban en las opciones mencionadas anteriormente. La circularidad problemdtica de un cuestionamienta feminista del género se hace evidente por le presencia de dos pesiciones: por un Jado, as que afirman que el géneto es una carscterfstica se cundaria de las persoras, y por oir, as que sostienen que lanocién masma de persona situada en el enguaie cono un . Se ha intencado planteat politicas de coslcién que no den por sctado cui seria el conreniio dle emujerese, Mis bien propomen un conjunto de encuentrosdialdgicas en box que mujeres de ponturas divereas propongan disuntas iden Hhades dentro del marca de una coalicién emengente. tevidente que no debe subestimarse el valor dela politica de ‘ealiciGn, pero lafotma miema de cosicién, de un conjunto emergente e impredecible ce posiciones, no puede imag frase por edelantado, A peser del impulto,claramente de nocratizaden, que incita a construc una coalicién, elguna teériea de esta posiciin puede, inveluntaciamente,reinser, tarze como soberana del procedimienta al tratar dc estable tet una forma ideal enricpada para las estructuras de coal- ‘gon que realmente aseguze la unidad como conclusion. Los alueraos por procsar quées y qué nocsla forma verdadera 6 EL GENERO EN oISFLTA cde an didlogo, qué consttuye una posicin de sujetoy, sb: rks ceca asec loenntins, puedes aged la cindmien auroformatva yautolimitante de le coaicin. lesistir anicipadamemte en la canidads de coalicidn como objetivo implica quel solidaidac, a cualquier precio, unt condi prvi pra aac alice Poo cane a requiere exe tipo de unideal amtcipada? oenakctn ae ec bn coaneo ‘6 de comenzat a actuar conservando intactas dichas con- tradicciones. O auizi pare deo que implica la compcensiGn clalgien see acepta la civergencia, a ruptura, la rapmen. tacidn y la divisién come parte del proceso, por le general rortoso, de la democratizacién. El concepto mismo de ‘edislogo> es culturelmene especifico ehistrico, pues mien- tras que ux heblante puede afirmar que se estd manteniendo lune conversacin, otto pucde ascgurar que no s ai, Prime 1 deben porerse en tela de juicio las relaciones de poder ‘que ceterminan y restringen las posibilidadcs dialégicas. De Jo contravio, el modelo de dilogo puede volver 2 caer en us modelo liberal, que implica que los agentes hablantes poscen Jas mismas posiciones de poder yablan cen las mismas pee suposicianes acerca de bo que es «acuerdo» y cnidads y, le hecho, que é05 son los abjetives cue se pretenden. Seria ‘rroaeo suponer anticipadamente que hay una eategoria de qaujetesr que simplemente debe poscer distintss compo nentes de raza, clase, edad, tnicidad y sexualidad para que cesté complets. La hipetesis de sn caricterincompleto esen: cial posibilita que esa categoria se utilce como un lugar de significados refurados que existe de forma permanente. £ cariecer incompleto de la definicién de esta categorie puede sre enoner, como del norma dexprviw de seyeros De sxO/CRMELOV DESEO e Es peecis It eunidad> para una accion politica ici? ‘gs justamente [a insencia premataen en cl objetivo de fa ida la eausante de una divisin cada vee snés amarga en teelos grupos? Alzurias formas de division reconocida pue ‘Jen fucktar la accion de una coalicién,justamente porque fa eanidads de la eatenorfa ce les mujeres ni se presupone ini ae desea, Establece la una norma de schdast Thad excloyente en el arubito dela identidad, que excluye la Soubiidad de diferentes acciones que modifica as fonte- eer mismas de kos coneeptas de identidad © que precisa- dente intentan conseg.it exe cambio como un objetivo Po Inco explicta? Sin la presuposicion il el objetivo de tconidads, que en ambos casos Se rea en wn nivel concep tual, pueden aparecer uklades provisionales ene contexte de acciones expecifices cayos propésitos no son la exganiza ign de a tdemided. Sin la expectativs obligatotia de cue tas acciones feminists deben conetruiree deste una idcati dad enable, unificada y scordada, &tas bien podrian ini ‘Garse mde ripidamente y perecer mas aceptables para aleu- fs arnujerer>, pata quienes ef significado de la categoria siempre discutble Bete acercamicrto antifundacionssta a a politica de coe liciéa no implica que la «identidad> sea una pretaiza ni que Ja forma ye significado del conjunto en una coslsién pace Gan conaceise antes de que se efectde, Puesto aue [a &2 teacraraeiéa de una identidad dentro de limites cultures “Beponibles etablece una definicion que descara por ade- lantao la apericin de nuevos conceptos de identidad en aeeiones politicamente comprometidas ya traves deellas 1a téctica funcacionista no puede tener como fin aormativo La translormaci6n 0 la ampliacin de los conceptos exisrentes Setdentilad Asimismo, cusndo las identidades acordadss 0 0 BL GEEEO EN oisrura las estructuras diskgicas exipuiladas, mediante las cuales se comunican las identidades ya establccidss, ya no san el tema o-e sujeto dela politica, entonces la identidedce pueden Negara existe y descomponerse conforme a las practica es peectfices que las hacen posibles. Algunas précticas poltcas estublecen idcatidades sobre na bate consingente para con seguir cualquier objetivo, La politica de coalicin no exige uo cate pad de naj aan idetded i ternamente miltiple que deseriba su com; le mane 1 inmediat, — de BESO um compel cua totaled se postegs ‘manera permanente, munca aparece completa en una de. terminada copmtura en el diempo, Ast una coalickin abier. ta crear identidades que slemadamente se instauren ye sabandonen en fuacién de fos objetivos del momento; se tra- tae de un conjunto abiero que permits mills eon! IDENTIDAD, SEXO Y LA METAFISICA DE LA SUSTANCIA _ {Qué significado puede toner entonces la identialn cual 3 Ja base dela presuposiciém de que las identidades som idéeticas @ sf mistaas, y que se manitienen a través del tempo can quale unica eimerrament herent? por encima de todo, ceme configuran esta lr dios sb tnd eat? Sct pensar que primero debe analizase la widentidads y dey puss a identidad de género por la sencilla razén de que las “personas sdlo se vuclven intelgibles cuande pesca un ‘sénero que'se aja a normas reconocibles de intcligilidad SUIEIUS DE SEXO/GENEKO‘DESEO 1 de genero, Los anilisis sociclogicos convencioncles inten- ‘en dar cuenta de la ides de persona en funcién ce la capar cidad de actuacién que requicre prioridad onvoligica rex pecto de los dstintos pepeles yfunciones mediente les cuales sdquiere ur visibilidad social y un significado, Dentro del propio discurso filoséfies, la idea de ela personae se ba am pliado de manera analtia sobre Ix hipétesis de que el con- texto social sem que ené une persona de algune tanera enté extemamente relacionado con Ia estructura de a defi. nicién de «calidad de persone» [personbood ya se la cox ciencia, le capacidad paca el lenguaje 0 la deliberacioa mo- ral, Si'bien no profondizaremos en esos estudios, una preinisa de esas investigaciones ts su énfasis en la explore- ion critica ya nversiin, Mientras que la cuesice de qué es lo que establecela eidentidad personal deniro de los esta- dios filosoficos casi siempre se centea en Ja pregunta de qué aspecto interno de Ja persona determina la continui- dad oa propia identided dela persona a través del tiempo, hhabsia que preguntas: cen qué medida las prdctcnsregula- doras dela formacién y la separaciGn de género determinan laidcnsidad, ls coherencia interna del sujeto y, de hecho, la o weiecto» de ambos en la apari- ie. del deseo seal «aves dela préctice sexual. La nocién de que puede haber una everdad» del sexo, ‘como la denoeinaironicamente Foucault, cree justaren tea través de las pricticas reguladoras que producen identi ddades coberentes através de a matriz de roglas coherenes dd sévero, La heterosexualizacin del desea exige einsteu ‘ala produccis de oposiciones discretasyasantaics entre tho de que «ser» de un sexo 0 un géneto es basicamense im- ponible. Seatn Iigeay, a gramaten nunca puede ser ua in dicio teal elas relaciones entre los géneros porque respalda justaneate el modelo sustancial de gémero coma uns rel cn binaria entre dos términos positivos y epresentables.” ‘Para ligaray, la gramética sustantiva del pénero, que imeli- ‘caa hombres y mujeres, asi como sus atriburos de masculi- ‘no y femenina, es ur ejemplo de una opesiciéa binaria que ce hecho distraza el discurso univaco y hegeménico de ko smascalino, el falogocentrismo, acellando lo femenino come tun Ingar de multiplicidad subversive. Para Foucault, la gra- anitice sustentiva del sexo exige una relaciéa binatia arti ficial entre los sexos, y también una cohetencia intema artificial deatro de cade término de esa relacicn binaria. Le teglamentacion binaria de la sexualidad clini le aatip cidad subversiva de una sexualidad que trettoca las hey rmonias heterosexual, reproductiva y médico-usidica, Para Wittig la restrccin binara del sexo esti supedita dda a os objetivos reproduetivos de un sistema de hetero- sexualidad obligstoria; en ocusionesafina que el derruta- bamiento de ésta dard lugar @ un verdadero humanismo de eda pessonay liberada dels grilles del sexo. En otros 6oe- textos, plntea que la profusién y Ja dfusién de uns econo ria erética no fslocéntrica haran desaparecer las ilusiones cde sexo, énez0e identidad, En octos frgrnentos de sus x tos cla lesbians» aparentemente aparece como un tercer gé- rere que promete ir més alé de la restriccin binaria del sea istatrada por el sistema de betcrosexualidad obligato- ria, En su defensa del es, para Beauvoir 4 Wittig, una unin dela categoria de rijeres con las carac- tevtsticas aparentemente sexsalzacas Jesus cuerpos y por consiguiente, un rechazo a dar libertad y autonotnie » ls ‘mujeres como aparentemente lis disfratan los hombres. fc xu facateoria desxo seria desi un aie, el sexo, que a través de-un geste misdgino de singedoque ha seupace lugar ce persona ceo mnodeemeat Dicho de otra forma, slo los hombres san «personas séle hay un énero: el femenino El gcncro ese facie ingirstico dela cposicise, d l= la cposicisn politica emir os sexes, Genero uilize aqui en singular porque cea. mente no hay dos pers. Unicamente ay tne: elfemering, aes el “masculino” noes un incre, Pocaue lo masculino no ‘lo masculino, sino lo genera * Asi pues, Wittig reclama la desteucciéa del sexo» para ‘ue las mujeres puedan aceptar la posicion de un sujeto uni versal. En el camino hacia esa destraccién, les «anuicres» deben osumir tanto una perspectiva particular como otra universal En tanto que sujeto capaz de consegnir lt un:- versalidad concreta a través ce le libertad, la lesbiaaa de SPIO Dr SixEVGENEROYDESEO ” \Wirtigcosrobora la premesa normativa de idcales humanis- ts que se asientan en la premisa ce la metafsica de la sus- tancia, en vez de refutazla, En este sentido, Wittig se des- -marce de lrigaray no s6io en lo refereate a ls aposiciones ahora muy conocidas entre esencialismo y materialism,” sino tambign en la achesiés a une metafisica cla sustancia que corrcbors el modelo normstivo del humznismo como-l marco del feminismo. Cuando Witig parece defender un proyecto radical de emancipacion fesbianay distingue entre lesbian y eanujer, lo hace mediante Ia defense de la persona» anterior al género, zepresentada como libertad. Eston sélo confirma el carictet presocial de la bertad ‘mana, sino que también respaldla esa metafsica de la sustan- ia que es responsable ce la prodvecion y la neturalzacion. dea categoria del sexo en si Las wectafsiea dela sestancia cs na frase rlecionada con Nietrsche dentro de la crties actual del discurto flossfico, En un comentario sobre Nietasche, Michel Haar afirma que nurnecosss ontologias fiossficas se han cuedado atrapacias en eras ilusiones de «Ser» y «Sustancis» animales por la idea de que la formulscin gramatical de sujeto y predicado reflea lt realidad ontalégica preva de sustancia yatribuo, Extos coastructos, segiin Haer, conforman los raedios filo soficos atificiales mediante los cuales se crean de manera electiva la simplicidad, el orden y la idenuidal. Pero en nio- sin caso mucstran ni representan un orden real dels cosa. Para nuestros fines, esta critica niewzscheana es instruciva si seatribuye alas categorias psicok’gicas que rigen muchas re- Aexiones populares tedricas scbre la identisad de genero. Como sostiene Har, fa critica de la metafisiea dela sustan- cia conlleva une critica de la mocxén misma de la persona psicolégica como una cosa sustantiva 8 HL Geno EN Disrora 1 detrucsin daipica mediante geese i ca ackmaés la desaparicién de las caregorfas picolinate fe des en esta Iigica, Todas bas categorias psicolégices (el yo, el ‘ndiduc la person) proce ee tsen de er ve socal Feo stan regres iscarene tne meh ‘que exipafia no sélo al sentido comén, sino tambien alos ‘lésofos, es decir, la ctecncia en dl lenguaie i inds concreta- sec cala ve delat exogoes ganatcaler Le roses tica (la estructura de sujete y predicado) sugitis la cerreza de Descartes de que «ya es el sujeto de epiensom, cuando més. ben sone pensanioosoa que ves es end on lafeen, a grantca solaments camunice la volunzed descr la ‘cw des penaniztes propic Elauiet aly, ei soon a 28 fas onc soe lads fcis en sistance cio orgcn cs cachavnvene “una realidad lingtistica."' ~_- i: Wittig oftece un critica diferente al salar que las per- sonas no pueden adquirt significado dentro del lenguaje sian Ja marca del género, Analiza desde la perspectiva politica la wramética del géncto cn francés. Para Witig, el genera no sélo designa « personas —Jas ecalfico» por ast decilo—, sino gue constituye una epstiene concepeaal mediate le cual se universaliza cl marco binarlo del género. Aunque el {rancés posee un genero peta todo tipo ce sustantivos de Personas, Wittig sostiene que su anilisis tambien puede aplicarse al inglés. Al principio de «The Mark of Gender» (1984), escribe: Pars los gramiticos, la manca del género esti relaconada ‘con los sustantivos. Fizcen celerencia a este en términos de faneién. Siponen en duds su significado, lo hacen en brernt, mando a xéncio un esexoficicios [1 End que conc ‘S1JETO6 De stxo/onNEAO/DESEO ” ane alas cateyucias dela persona, aubes lings y francés) sou portadores de género en la misma medida, En realidad, ant- ‘bos originan un concepto oniolégico primitivo que en el kea- aj divide aloe cert en sexos cities [..J. Come concep. tw onteldgico que tats dela naturtcea ck! Ser, junto.con una nebulcea dstinta de otros conceptos primitive que pertene- ‘con ala misma linea de peasamiento el géncto parece staier princpalmente ala flog?” Elhecho de que el género «pectenezea ala Elosofiay sig nifica, segtin Wittig, que pertenece 4 «ese cuerpo de con- ceptos cvidentes por si selos, sin Ios cuales Ios fésufos 20 pueden definir una linea de rxzonamiento y que sogtin ellos se presuponen, ya existen previamente a cualquier pensa- tuisno werk oval ea la atone Elvamocenienso de Wittig se confirma con ese discurso popular sobse la identidad de géneto que, sin ningtn tipo de dada, atribuye la inflexign de 5 «una causa> dela experiencia, la conduct e de- seo sexuales, El euestionamiento gencaligico de Foucaule muestra que esta supuesta «causa» es «an efecto», la pro duccién de un tégimen dado de sexualidad, qe intenta re- sgulat la experiencia sexual al dexerminar las categoria dis- cetas del sexo como funciones fumdacionales y causal en , ua edlato seusiblen, ‘aesgos fisicoos qua pertenacen a un orden natural. Paro lo que consideramos uns peveepin lisice y diecta os dice mente ung consinucciin mitiea y comple, una aformacon, iamaginisn Puesto que esta producciéa por parte de a se desarzella de acuerdo cor los dictados de la heterosexua lidad obligatora, Ia aparicon cel deseo homosexual, segtin ella, va mas alld de las categorias del sexo: «Si el desco pur dicta ibererse, no tendrie nada que vet con las marcas pre Jminares de los exos» ‘Wiig have referencia al «sexo» como tina marca que de alguna forma se refere ala heterosexwalidad intivcinall zada, una marea que puede ser eliminada u ofuseada me- ddiante pricticas que necesasiamente nicgan esa insttuciGn. ‘Obviamente, su visidn se aleja radicaimznte de la de Lriga- ray. Esta entiende la «marca» de génezo como parte de Ja ‘economia siguificante hegemménica de lo masculino la eual funciona mediante los dispositivos de especularizacion que furcionan por s solos y que pricticemente han esrable- cido ol campo de la ontologia cn la tradicién filoséfica occi- dental, Para Wintig,o! lengua es un insirumento o herra- a que en ningin caso-es mis6gino en sus estructuras, sino s6lo en sus utlizaciones.® Para Irigaray, la posbilidad de otro lenguaje © economia sgaificante es la nica forme de cevitar a eamarcar de género que, para lo emenino, no es sino le eliminacién falogoeéntrica de su sexo. Mientras que Tega intern explica la relacion presuntirnente «bination sits De sea PNERO/DESEO a atte los sex0s come una estratagera mascilnists que nie= 3 completamente lo femerino, Wicig sfiema que posturas Como la de Irigaray vuelven a afianzer lo binario entre mi ccalino y fermenino y vuelven a poner en movimiento una n0- ‘én mitica de lo femenino. Clararenteiallida pot le crit ca que Beauvoir hace del mito deo femenino en EZ seguro sexo, Wittig dice: «No hay “escricura fersnina’.S ‘Wittig es pecfecramente consciente del poder que posee 1 kenguaje para suboedinar y excluir « las amijres. Con indo, coma emateralistas que es, cree que el lengua scatro orden de materialidsd>;" une instucién que puede odifiearse de manera radical, E] lenguaic es una de las Dricticas cinstituciones concretas y contingentes menteri- das por laeleceion de los individuos 3, por lo tanto, debilea- “dis por les aeciones coletvas de los individuos que cligen. La ficcién kngiistica del sexo», sostiene, es una categoria producida y extendida por el sistema de hetercsexvalidad ‘bligatoria en un intenio por eefir a producctén de ideati- dades sobre el eje del deseo hetororexual En algunos des csertas, la homosexualidad —— es el ties que no ‘* En realidad, la idea de desarrollo puede interpzctase silo como una nonmalizacign dentro ce la mattiz heterosexual. Pero, cesésta la unica interpretecida posible de Freud? <¥ en qué medida esta implica la prictca de cinversiin> de Wittig, con el mismo moxelo de normalizacin que ella pretende re hratir? En definitive, i el modelo de una sexualidad antige- ital y més difusa cs la nics opeisa de opasicion a la es ‘muctura hegemsnice de a sexualidad, gon qué media est ce relacion binaria obligada a reproducirse de mancea in terminable? Qué posiblidad existe de alrerat Ia oposicign binaria en s? La reiacin de oponicién con el psicoandliss planteada por Wittig tiene como consccuenicia que sit teorfa stipone ptecinamente esa teorfa psicosnaltica det desursollo, ahora totalmente «invertidar, que ella intenta vencer. La pecversi dad polimorfa, que supuestamente existe antes que las ma cas del sexo, 2 valora como o rlas deta sexualided bume ‘na Una posible respucsta psicoanalitica feminista a Wittig seria que Ge subteoriza y subestima el significado y la fur bn del dene ela que deve lugar ela marca del géncros. ‘18705 SExO/OHNERO/DESEO Po “Wing concibe I pritica de marcar cama algo contingent, radicalmente variable y hasta prescindible. La eategoria de una prohibicvim Fundamental en la teoria Tacaniane opera con mayoe fuerza y menor comtingencia que ta idea de uns prdetca reguladors ex Foucault, 0 el aniiss materialsta de tun sistema de daminacisn heterosexista en Wir En Lacan, asf como en cl replamteariento peslacaniane de Freud que hace Irigaray, la diferencia seeual no es un mero bixaisno que preserva efsica de la tania como su fundamento, El ssuictor masculine es tna cons: teuccidn fctciaelaborads pot la ley que prohibe el incesto 5 dictamina un desplazzmiente inficive de un deseo hetsco- sexudlizador. Lofemenino nunca es ce sate femenino no podria ser un eatribaro> de un género. Mis bien, lo Femenino es Ia significacién de la fat, signficada porlo Simbslico; un conjunto de reglas lingisticas diferen- ciadoras que genevan Ta diferencia sexual. Ts postura lin sista masculina soport a individualizacién y la heterose srualzicin exigidas por ls prohibiciones Fndadoras de la Jey Simbelica a ley del Padre. El tabi del incesto, que aja alhijo de la madre y de este modo determina la relaciéa de parentesco ene ells, es una ley que se aplies een el nom- bre del Padrer, De forma perccida, a ley que epudis ede +20 de la hija por la madze y por el padre exige que la nita aceptee]emblema dela maternidady preserves regs del parencesco. De esta manera, tanto la posicion masculine ‘como la femenina se extablecen por medio de ley prohibi- tivas que crean génerosculruralmenceintliiblcs, pere én camente a teaves de la erencion de una sexnalidad incans. ciente que reaparece ex el fmbito de lo imaginerio* La apcopiacin Feminista de la diferencia sexual, ye sea viata coma opesicién al falogocentritmo de Lacan Irigaray) 50 EL GENER EX DISPUTA, ‘como una reformulacion critica de Lacan, no teosiza lo fe ‘merino como una cxpresin dela merafisca dela sustancia, sino como la ausencia no representable claborada por la ne zaci6o {maseutina) en la que se atienta le econoasia signifi. ante através de la cxclustn. Lo femenino como lo recha ‘zado/exeluico dentro de ee sistema posbiita la critica y la steracion de ese esquenis concepeual hegemiénico. Las obras de Jacqueline Rose” y de Jane Gallop" exponen de distintas formas la condicién construida de la diferencia sexual. lp inestabilidad propia de exa conscruccisn y la consecuencie Goble de una prohibiciéa que al mismo tiempo estabiece ‘una identidad sexual y permite enseiar a fragil base de esa

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