You are on page 1of 1

Oda al tomo

Pequesima
estrella,
parecas
para siempre
enterrada
en el metal: oculto,
tu diablico
fuego.
Un da golpearon
en la puerta
minscula:
era el hombre.
Con una descarga
te desencadenaron,
viste el mundo,
saliste
por el da,
recorriste
ciudades,
tu gran fulgor
llegaba
a iluminar las vidas,

eras
una fruta terrible,
de elctrica hermosura,
venas
a apresurar las llamas
del esto,
y entonces
lleg
armado
con anteojos de tigre
y armadura,
con camisa cuadrada,
sulfricos bigotes,
cola de puerco espn,
lleg el guerrero
y te sedujo:
duerme,
te dijo,
enrllate,
tomo, te pareces
a un dios griego,
a una primaveral
modista de Pars,

acustate
en mi ua,
entra en esta
cajita,
y entonces
el guerrero
te guard en su
chaleco
como si fueras slo
una pldora
norteamericana,
y viaj por el
mundo
dejndote caer en
Hiroshima.
Despertamos.

Pablo Neruda, Odas


Elementales.

You might also like