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PRIMERA PARTE tree tate Red LASOLEDAD QUE ©4 Gace ALOS 15 AN LACRISIS EMOCIONAL i PORLA SEPARACION Dee AVE Na LOS PRIMEROS AMORES... AQUI, EL MUNDO PRIVADO DEL CIENTIFICO MAS FAMOSO DEL SIGLO XX WemIS ILO )s iq. 0) stele, Ibert Einstein naci6 el 14 de marzode 1879,en Alemania, cen laciudad de Ulm, aorillas del Danubio. Fue el cientifi- Bho mis famoso cel sigloXXx, “desarrollé la teoria general de la relatividad, rompis con la fisica de Newton y sent6 las bases dela fisica modema, Con sus investi- zgaciones nucleates, abrié el camino alaera ‘atémica, y se convittié en gran pacifista y firme defensor del desarme, tras conocer de cercaloshorrores dela guerra y lacapacidad destructiva de las armas atémicas. Suspadres, Hermann Finstein y Paul ne, nacida Koch, eran judios no practican- tes. La pareja llevaba tres afios decasados,y tenian 31 y 27 ios, respectivamente. Albert fue su primer hijo y ellos lo recibieron con alegrfa, aunque les alarméel tamafio dema- siado grande de su cabeza. —{Se trataré de una malformacién? —pregunts Pauline, preocupada, —Esperemos a ver qué pasa en el tran ‘curso del crecimiento —dijo el médico. ‘Albebé se leempez6 airlacabeza de lado, ‘aunque pronto podo sostenera normalmente y los temores de Pauline se calmaron, Hermann y Pauline tenfan personalida- des muy diferentes. Ella era una mujer se~ ria, autoritaria, pero dotada de un exquisito talento para la musica, deleitando siempre ‘asus invitados y familiares como pianista, Hermann era cordial, amable y bondadoso, ssucaracteristica mésnotableera subuenbu- ‘mor. Desde temprana edad habia mostrado isposicion para las matematicas, y poseia tun modesto negocio electromecsinico en la plaza de Ulm. Un ano después del nacimiento de Albert, Jakob, el hen menor de Hermann, que era ingeniero,loconvencié para que se uniera a su negocio de instalaciones de electri- cidad en Munich, Tite encargaris de la contabilidad y las ventas, J mientras que yo seguiré ocu- pando el cargo de asesor técnico ¢ inventor —le habfa explicado Jakob a Hermann, so implicaba que tendrian que mudarse ‘a Munich. Pero Jakob lo tenia resuelto, Les he alquilado un piso muy espa- cioso en el centro de la ciudad, donde est la pura actividad —les dijo. ‘Todos los nuevos cambios resultaron felices para la familia, y para colmo de dicha, Pauline quedé nueva- ‘mente embarazada. —Deseo muchi ‘motener unanifiaen es- tw ocasi6n y completar asi la pargjita Sus deseos-se vieron ‘cumplidos. Apenas Al- berthubocumplido los aos deedad, Pauline dio aluz una niniaa la ‘quenombraren Marie yapodaron Maja, Albert adoré a su hermana desde cl primer instante y durante toda su vida; los dos man- tendrfan siempre tuna estrecha rela- cién, aunque de pequetitos el chi- cco jugaba un poco brusco con Maja, una ve7 le arroj6 un bolo a la cabeza y en otra ocasién la golpes con un juguete Lasalud de lberterabuena, pero presen \retraso parahablarhasta los 4afios deedad. Antes dedecir una odos palabras, esper6 hase ta poder hacerlo en oraciones y desarroll6 cl bite de decirsea simismo la oracién antes de hacerlo en vor alta. Hasta los 9 aiios é cearecerfa de Mluidez en el lenguaje Albert también result6 un nifio trangui Jo, ensimismado, poco dado @ participar en juegos colectivos ni en ningtin tipo de deporte y, sobre todo, le desagradaban los Jjuegos donde habia violencia, como el de Jos soldados, lo que generalmente atrafa a los chicos de la Alemania Imperial, Una vee, cuando él presencié un desfile militar, se eché a llorar en brazos de su madre, no disfrat6 de sus vistosos uniformes ni del byrillo que emanaban sus fusiles. A él le gustaban los paseos por el Cam po, contemplarel correr del agua de un rfo, observar la naturaleza, el ir y venir de las hhormigas, las estrellas en la noche. Se afi- ciond.pasatiempos solitarios,como formar complicadas construcciones con piezas 0 ‘construia casas de naipes de hasta 14 pisos, {que dejaban a Maja admirada. Un dia que estaba enfermo, su padre le trajo de regalo una batjula. Un recuerdo si nificativode euandounsuceso cambianuestro sees conceptohabitual delascosas que el propio Einstein conts, 6S.itos mistardeen suauto- biogratia cientifica Elements autobiographiques. Se ma- ravillé al mover el migico aparatito a la derecha y a la izquierda, sacudirlo, bambo- Tearloy deque laagujasiem- pre volviese la misma direcci6n. — {Por qué vuelve la aguja al mismo lugar? le pregunt6 asu padre. —Sefala al norte, Los marinos la usan para mantener la direccién en el mar. y los exploradores para. —{Pero por qué la aguja sefiala siempre al norte? —insistié el pequefto. —Mejor se lo proguntas atu to Jakob, ‘que sabe mas de estas cosas, hijo—Ie dijo Hermann, pues no sabia la respuesta Eltfo Jakob le hablé por primera vez de ‘que en el espacio vaefo y en la naturaleza cexistian algunas cosas que no podfan ser vistas ni tocadas, pero que actuaban por su propia fuerza y se regian porleyes peculia- res, como ocurria con el magnetismo, que hhacfa que Ia aguja de Ta brjula sefialase siempre hacia el norte —Fs algo muy complicado, en lo que no debes pensar todavia —concluy6. Pauline, taninclinadaalamésica,decidié {que alos Saitos de edad, suhijo comenzaraa recibirclases de violin y contrats a una pro- fesora, Lasprimeras leceiones resultaron una tortura para Al- ‘ert, con tantas instruecio —Fijate, no se toma por la caja, sino por el méstil y con la mano izquierda —le decia ‘Albert se exasperaba de ‘que la profesora le triturase los dedos o le retorciese la mufieea, de que lo hiciese colocarel violin en el hueco del hombro y el ment6n en el lugar apropiado, que tuviese que mantener hombros v nuca rfgidos, y todas esas cosas molestas paraen= seftarle las posiciones correctas. Sus “;No! jAsIno!”, lo aturdian, Un dia, perdié el control y le arroj6 una, silla a la profesora durante una sesién. La el instrumento, a DESDE PEQUENO, RECIBIO CLASES DE VIOLIN JSICA Des aime Pat Habit, aie Solute y Este. Estos ean ‘us colegas en Bema ca. 1810). ‘mujer sali ccortiendo despavoriday jamds vol- vi6 a casa de los Einstein, Pero Pauline fue inflexible y contrat ‘otra persona para que continuara con la instruccién musical de suhijo, Los avances de Abert no pasarfan de discretos hasta los 13 afos. El acompatiaba con el viol ‘madre o a su hermana al piano. La miisica centonces se convirtié en una necesidad in- terior para él, on una compara constante y llamarfa a su violin, “mi viejo amigo, a través del cual hablo y canto aquelle que no suelo admitirme a mi mismo, pero que me hace reir cuando Io observo en otros Muchos afios més tarde, Hans Albert, suhijo, también recordaria: “Mipadre solia ecirme que una de las cosas ms importan- EINSTI SE CONVIRTIO EN NECESIDAD INTERIOR tes de su vida era la misiea. Siempre que crefa que iba a llegar al final del camino ‘undo se enfrentaba a un problema en su trabajo, se refugiaba en la musica, y eso resolvia todas sus dificultades” ‘Cuando Albert tenia 6 aos, sus padres y suttio Jakob habian prosperado y construy ron casas lindantes en el suburbio de Send ling, quetenfan dos plantascon solariumenta terraza y rodeadas de jandines. EL ta Iler se encontraba detris de la casa, Cada vez que Albert pod, bur Jaba la vigilancia de su madre y se ‘metia a curiosear en el taller de la familia donde se fabricaban dina ‘mos, armaduras, Limparas de arco varios tipos de medidoresekéctri- ‘cos. Elpeligroexistiaa cada paso, pero tio Jakob, que lo adoraba, se hacia cargo de €l y contestaba todas sus preg Aos Taos, Albert fue mati cculado en a escuela primariap blica mas cereana a su casa. Fra ‘una institucidn catolica:élerael \inico nifiojudiode su clase. Fue incorporado al segundo grado porque en casa habfa recibido struceién previa. ‘Comoni Paulineni Hermann visitaban sinagoga algunani practicaban lositos reli ias0s judos, no significé conflieto alguno paraellos que laescucla fuese catia. Para Einstein fue distinto en el borrador de una carta escrita afios més tarde en 1920, sefal6 que ene! colegio no existia discriminacion ppor parte de los profesores, sin embargo, eran sus compaiieros de clase quienes fre- ‘cuentemente lo atacaban 0 daban malos tratos cuando iban camino a clase Eso aument6su sentimientode marginali- dad, Mis tarde seialé que soloempe76 aestar plenamente consciente de sjudassmo tras la Primera Guerra Mundial, Einstein recibi6 de nfo lecciones de judaismo, en casa, porparte de un pariente y se llené de fe. Era el tinico «desu familiaque se negaba a comer carne de cerdo,yalos I afioscomponia canciones de alabanza 2 Dios IN nae. UNA para cantarlasen lacalle Siempre ha existido Ia leyenda de que Binstein fue un estudiante oscuro cuando comenz6 sus estudios. Pero no fue asi, Ciertamente él no respondia con rapide? a las preguntas en clase, preferfa meditarlas, en parte por prudencia, pues si daba una res puestaincorrecta el profesorledaba un golpe en los nudillos. A sus compatieros poco les imponaba salir del paso respondiendo cual: ‘quier disparate y recibir golpes, por lo que la meticulosidad de Einstein les chocaba o les dabarrisa,y le pusieronde nombete “Elbuen Juan” el que nunca se queria equivocar. Albert odiaba tedo lo que significase so- metimiento orepresi6n. Sein el bi6grafo Ernesto Gareia Camarero, en su libro Albert Einstein, él detestaba la escuela pri ‘maria que vefa como una organizacisn que efercia sobre los nos una presién constan- tepara inculearles obediencia y diseiplina, ¥ Se les obligaba a aprender cosas de me- ‘moria sin la menor reflexién, Tampoco se les permitia hacer preguntas Pero las calificaciones de Einstein eran ‘buenas, Segsin Albrecht Folsing, autor del libro Einstein: A Biography, en agosto de 1886, Pauline escribi6 a sumadreque Albert, “una vez més" habja recibi- do calificaciones brillantes en la escuela y que era el primero de la Allos 9 afios y medio de edad, Finstein ingres6 en la escuela secundaria Leopold Gymnasium de Munich, bajo un régimen que poste riormente tacharia deautori- tario y sometido a métodos de edue: cos y aburridos: “Solo aptos para producir sibditos sumisos"” Su rechazo a las imposi- clones eratanobvio, que una ‘vez, unprofesordelLeopold Gymnasium le dijo —Preferirfa que no viniese usted més ‘este instituto, —iPero si no tengo la culpa denada! —Desde luego que no —replicéel macs: to —. Perosu sola presenciaen laclase bas- ta para destruir todo respeto, De todos sus profesores, Einstein solo ‘guard6 recuerdo de uno de ellos llamado Ruess, pues este le hizo aumentarel interés por los clisicos alemanes como Schiller y Goethe, y porel inglés Shakespeare. Aunque le gustaba Ia actividad fisic ‘como caminar, Albert procuraba que lo di pensaran enel Instituto de loseje nsticos y de los deportes organ Jo demas, trataba de cumplir con el resto del programa educativo, Su aficién por las ma- tematicasno se ledesperté en laescuela. Fue sitio Jakob quien le descubri su vocacién Porestacienciay leensenié lgebra alrededor de dos afios antes de tener la materian laes- ‘cuela Jakob renfauna forma tinicadeenflocar el tema, que sin duda atraia muchisimo al sobrino. Este lo tomaba como un juego re- FUE SU TIO JAKOB QUIEN DESCUBRIO SU AVele7Ne(0)y) POR LAS MATEMATICAS Y LE ENSENO ALGEBRA ANTES QUE oO 0) WN ae ‘unanimal desconocido yle decfa: —Cuado cacemos al animal, lo agarra. rremos y le daremos su nombre correcto. Albert tuvo otras influencias. Un po- Jaco judio Hamado Max Talmey,quees- tudiaba medicinaen Munich, y cenabaen ceasade su familia to- ndose a aX como doslosjue- ves, impresionado por su inteligencia, empez6 a tratarlo como un igual in- telectualy lo inicis cn ideas filos6ficas; le presté libros de ciencias naturales para que los estudiar, y un texto de geome- trfaenelque Albert comenasatrabajarconlos ejercicios ya buscar pruebas alterativas para ‘muichos teoremas que allfaparecian, Pero en 1894, cuando Albert solo tent 15 anos, su vida dio un dramitico ¢ inespe- rado giro, Por dificultades econémicas, su padre y su tio se vieron obligados a liquidar su negocioen Munich para fundar otro pare- ido en Mili, ciudad industrial al norte de Italia, Peto Albertlefaltaban dos aos para obtenerel diploma que lo capacitaria para ir ala universidad. Sus padres decidieron: —Te quedards en Munich hasta que ter- ‘mines tus estudios en el instituto, Albert. [Los Einstein vendieron hasta sus casasen Munich, que fueron derribadas para cons- truir complejos de edificios. Ellos dejaron instalado a Albert en una habitacién de la ‘modesta pensién de una amiga. Destacan los autores Roger Highfield y Paul Carter, ensu libro The Private Lives of Albert Einstein, questa fue una decision dura, que demostré queel interés que sentian ert stein eyed. Pauline y Hermann por los estudios de Einstein, les importaba mucho més que la necesidad de tenerlo cerca, y aquello pro- vyoes en el adolescente una de las grandes crisis emocionales de su vida. Albert perdi su casa y su hogar: La com- pafifa de sus padres, de su amada hermana y de su tio Jakob. Los muebls, los cuadros, las cosas que habia visto siempre. Lascomodida- des y privacidad de su habitacién, Las cenas familiares, Los plato favoritos que su madre siempre le preparaba con tanto gusto. Lasex- uisitas veladas musicales en la sala de esta. Lasbromas de paps as confidenciasde Maja, ls sabios consejos del io Jakob, Sumundo se derrumb de pronto yélsesintitan desdicha- do que perdi el interésen losestudios. En la primavera del aio siguiente ya no podia aguantar més la nostalgia por los su ‘yos,y sin consultara sus padres, de repente fabandon6 la escuela; present6 a sus profe- sores un certificado de su médico en el que docia que padecta de “problemasnerviosos” y necesitaba un deseanso, Aunque solo le faltabaun afioy medio para su examen final a €1no le import6 y cruz6 los Alpes para ir ‘areunirse con su familia. No estaba seguro de e6mo lo recibirian Cuenta el bidgrato Jean-Francois Griblin €n su libro Histoire d'un enfant attanté ou lavie d’Albert Einstein, que su familia le dio ‘una jubilosa bienvenida; su made Io abrazs _goretrocedié para observarlo, Pero logue Vio no la hizo sentirse muy contenta. Albert habia adelgazado y estaba muy palido, y sus parpadios aparecian pesados, como sise rehu saran a abrirse del todo ante cualquier cosa

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