Amoletto, E.J.: (2007) Curso de Teorfa Politica, Edicién electronica gratuita. Texto
completo en
www.eumed netilibros/2007b/300/
CURSO DE TEORIA POLITICA. AUTOR: Eduardo Jorge Amoleto
Capitulo 12: LA TEORIA POLITICA ANTE AMERICA LATINA. ANALISIS Y
PERSPECTIVAS.
introducci6n.
‘Al cabo de este recorrido queda en pie, para un politslogo latinoamericano, un
interrogante: en qué puede ayudar la Teoria Politica a comprender los procesos
lafinoamericanos? Este ultimo -y breve- capitulo es el esbozo de un intento de respuesta
a esa pregunta; un anticipo de un futuro trabajo de mayor aliento.
Toda la tercera parte de este libro fue un intento de apertura desde la Teoria Politica
hacia et panorama actual del mundo, buscando comprenderlo. En este ultimo capitulo
‘queremos plantear algunas ideas més especificas sobre nuestra region. Esa reflexion se
cordena alrededor de cuatro interrogantes:
~ cuales son las principales caracteristicas estructurales de América Latina.
= cudles son las causas del subdesarrollo de los paises {atinoamericanos.
- cual es nuestra situacién actual y nuestra perspectiva a mediano plazo en cuanto a
dependencia ° autonomia.
~ cules son las tendencias y perspectivas a largo plazo.
a) Principales caracteristicas estructurales de América Latina.
Pese a opiniones en contrario, entendemos que en este mundo post-guerra fia, el
esquema centro-periferia sigue siendo valido como modelo de interpretacin def mundo.
Ya hemos planteado algunas observaciones al respecto (ver pag. lll-12 y ss.) que no
vamos a repetir aqui.
Dentro de ese esquema, fos paises latinoamericanos son paises periféricos. Ninguno de
ellos forma parte del centro desarrollado y poderoso de! mundo. Pese a haber iniciado
hace ya bastantes afios procesos de industrializacion, todos dependen del mercado
mundial en su condici6n de productores de materias primas y productos alimenticios. Los
principales paises de la region (Brasil, México y Argentina), que son también los mas
industriaizados, poseen una industria no integrada, dependiente en cuanto a insumos-
clave y a tecnologia, y desnacionalizada en cuanto a la tituiaridad de las entidades
productoras principales. Por otra parte, todos estos paises se encuentran en el area de
influencia directa de los EE.UU.
Los paises latinoamericanos forman claramente parte del llamado “tercer mundo". Como
ya vimos, ha surgido una singular opinién segtin la cual, al haberse derrumbado los
Tegimenes politicos de "socialismo real", que conformaban el "segundo mundo” tampoco
existiria el tercero... Esa opinion ha provocado sobre todo comentarios irénicos, pero
aparte de ellos, pensamos que el tema no es una cuestién de ntimero de orden sino de2
realidades estructurales, y en ese sentido hemos propuesto (ver pag. 9d2) la expresion
"paises subdesarrollados” por entender que no es un eufemismo (como la famosa frase
"paises en vias de desarrollo’) ni tiene gran carga ideolégica (como “mundo pobre").
Los paises latinoamericands forman parte, pues, del mundo subdesarroliado, pero
presentan una diferencia notable con otras regiones del mismo mundo (1) que han sido
‘sede de grandes civiizaciones milenarias y cuya cultura no es dependiente de la europea,
de modo que, aunque estén sometidos a la presién de los intereses econémicos, y
aunque experimenten cierta aculturacién en aspectos de fa vida practica, en su vida
‘intima, cultural, reigiosa, siguen siendo ellos mismos.
‘América Latina es, por el contrario, “un mundo deducido" (seguin Ia feliz expresion de
‘Alain Rouquié), llevado por medio de la conquista a la esfera de influencia directa de la
cultura europea. Aunque algunas regiones de América fueron también asiento de grandes
culturas, y su presencia se hace sentir hoy, la opcién general es por el mestizaje y el
sincretismo cultural y religioso. Ese caracter "europeo” o “europeizante" de los paises
‘americanos tiene una clara consecuencia: en {a estratificacion intemacional aparecen
como una "clase media" de las naciones: ni totalmente europeas ni totalmente del “tercer
mundo".
Quizds por ese motivo, la dependencia de los paises latinoamericanos respecto de los
paises centrales no se manifiesta solo como una consecuencia obligada de la relacién
asimétrica de fuerzas, 0 sea como una imposicién extema, sino también como algo
internalizado, algo que condiciona desde adentro. Se trata, desde luego, de la fuerte
aculturaci6n que evidencian las élites dirigentes, pero también de conductas mas sutiles y
lizadas, como ponerle a los hijos nombres sajones, o admirar el pelo rubio y los
Una prueba de la dependencia de los paises latinoamericanos puede encontrarse
aplicdndoles las teorias de la modemizacion. Como vimos (pag. 362 y ss.) el proceso de
modemizacion estudiado en los paises europeos y en los EE.UU. presenta una serie de
caracteristicas y recorre una serie de fases 0 etapas en una secuencia determinada. Ese
es el camino que debiera recorrer todo nuevo candidato a la modemizacion. Esa es la
idea implicita en los “modelos evolucionistas decursivos" (ver pag. 9d3 y ss.) y en los
teéricos anglosajones del subdesarrollo como “desarrollo insuficiente" que debe ser
resueltd siguiando los patrones evolutivos evidenciados por los paises ya desarrollados.
La modemizacién y el desarrollo latinoamericanos han sido, por el contrario, procesos
imregulares y atipicos. La industrializacién fue tardia, no integrada y no auténoma; la
urbanizacion fue excesiva y no relacionada sélo con la industrializacion sino también con
tl caracter expulsivo del medio rural; fa secularizacion fue anterior a la industrializacion y
relacionada con la insercién en el mercado intemacional como fuente de materias primas,
@l desarrollo del sector terciario de la economia fue prematuro, excesivo y parasitario.
Esas perturbaciones indican claramente que se trata, no de un proceso “insuficiente” sino
de un proceso “mal llevado"; mas exactamente, indican la presencia de un centro de
decisiones extemo al sistema, que no responde a los intereses del sistema pero que esté
en condiciones de determinar su comportamiento. En otras palabras, se trata de paises
penetrados.3
La dependencia también se evidencia en {a distribucién de la poblacién. La poblacién
latinoamericana esté mal distribuida para las exigencias de un desarrollo endégeno. Su
actual distribucién, periférica y macrocefélica, es principalmente consecuencia de! rol
‘econémico desempefiado por los paises latinoamericanos en el mundo.
En paises de economia extravertida, su comercio exterior es su salario. La extraversion
econémica latinoamericana la acompafia desde su ingreso a la historia “europea’.
América Latina ha tenido varios "duefios" (Espafia o Portugal, Inglaterra, EE.UU.) pero
esa caracteristica se ha mantenido constante. Dice A. Rouquié que "con la conquista, las
sociedades americanas..se integran al mercado mundial en funcién de las necesidades de
las sociedades europeas. La extraversién econémica..ha condicionado las modalidades
de introduccién del capitalismo en América Latina". Por tal motivo “..a caracteristica
Principal de estas sociedades..es el desfasaje entre lo econdmico y lo social..Las
situaciones econémicas son independientes de las relaciones sociales..Esta
‘desarticulaci6n’ es producto de una dependencia multiforme..de un acceso indirecto,
mimético, a la civilizacién industrial y de una integracién a un escenario cuyo actor
dominante es extranjero”.
Otro rasgo caracteristico de ese desarrollo mal llevado (0 mejor dicho, Ilevado en funcién
de los intereses de otros) y no simplemente incompleto o insuficiente, es la enorme
magnitud de los desequilibrios regionales intemos. Se ha hablado de “colonialismo
intemo" y de la “simuitaneidad de lo no contemporéneo" para aludir a esa extrafia
situacion en la que lo arcaico, fo tradicional y lo avanzado, e incluso lo futurista, conviven
‘en el mismo pais. De Brasil, por ejemplo, se ha dicho que es como si en el mismo
territorio coexistieran Inglaterra, la India y el Africa. Dice Helio Jaguaribe: “El Brasil se
caracteriza por un brutal contraste entre sus indicadores econdmicos -que lo sittin como
la octava economia del mundo occidental- y sus indicadores sociales, de nivel afro-
asidtico" (2).
Brasil es un caso extremo de desequilibrio en la distribucién del ingreso, pero con distintas
variantes y niveles ésa es una situacién general en Latinoamérica. Incluso aquellos paises
que, como la Argentina y el Uruguay, hablan alcanzado alrededor de la década de los
sesenta un grado ponderable de equilibrio en la distribucién del ingreso y una consolidada
y voluminosa clase media, han experimentado y siguen experimeniando un proceso
Tegresivo, algo asi como una marcha desde el desarrollo (limitado y relativo pero
desarrollo al fin) hacia el tercer mundo: una “latinoamericanizacién” de la América blanca
del cono sur...
EI regimen de tenencia de la tierra, en Latinoamérica, ha producido practicamente en
todas partes la paradojal presencia simulténea, antagénica y ala vez complementaria, del
{atifundio y el minifundio.
El latifundio es funcional para economias orientadas hacia la satisfaccién de las
necesidades de otros mercados, pero en el caso latinoamericano no es sélo una
institucién econémica: es fundamentalmente una institucién de caracter social y politico,
que hace posible el mantenimiento con un minimo de resistencia de un orden social
tradicional. En si mismo es una especia de aparceria precaria combinada con la
prestacion de servicios laborales en varias formas de servidumbre personal. Desde un
punto de vista politico, es la institucién que hace posible fa concentracién del poder
politico en los garantes del pacto de dependencia.4
El regimen de tenencia de la tierra y la organizacién misma de la actividad agropecuaria
hacen qua las reas rurales sean expulsivas, y que las poblaciones migren hacia las,
grandes ciudades, Otro rasgo paraddjico de [a realidad latinoamericana es que un
territorio casi desierto o al menos muy poco densamente poblado es la sede de los
conglomerados urbanos més grandes del planeta: se calcula que ciudad de México y San
Pablo alcanzarén ese nivel a fin de este siglo.
Esos conglomerados urbanos, de infraestructura absolutamente deficitaria, se
caracterizan por el crecimiento de un enorme sector terciario parasitario, por la
marginalidad y por la proliferacién de asentamientos espontaneos. La magnitud de esa
urbanizacion desesperada no guarda ninguna relaci6n con el proceso de industrializacion
ni tampoco con fa densidad de poblacién promedio del pais, ni con su porcentaje de
crecimiento vegetativo global. Es un proceso alimentado por las migraciones intemas,
impulsadas por las situaciones desesperantes en los lugares de origen y Ia ilusién de
‘encontrar algun modo de vida diferente en las grandes ciudades.
En esos enormes nticleos urbanos, con sus “ciudades perdidas", sus "favelas’,
"poblaciones" o "villas miseria’, la calidad de vida se ha ido y se continua deterioranda
hasta niveles asombrosos, y cunde la criminalidad por todas partes, con ribetes de guerra
social, tanto de parte de los marginales como de las “fuerzas del orden", con sus
escuadrones de la muerte y sus ejecuciones sumarias... mientras los que poseen algin
patrimonio viven en edificios fortificados, como prisioneros al revés, y las clases dirigentes
latinoamericanas tienen un escaso nivel de cohertencia intema: son modemas y arcaicas
a la vez, son avanzadas y retrogradas, cultivan intelectualmente una cultura y estilo do
vida tipicamente europeos pero ejercen una dominacién patemalista tipicamente
tradicional... Aqui no puede aplicarse la regia de "congruencia" de la que habla Parsons.
‘Aqui la “incongruencia” es funcional para los fines del capitalismo dependiente. Rouquié
lo explica diciendo que las clases dirigentes, al no ser duefios de la situacién sino
garantes de la dominacién extema, se proveen de legitimaciones ideolégicas y culturales
de origen extemo para ejercer su hegemonia intema, que sdlo es viable mediante las
practicas autoritarias tradicionales.
Esa brecha pasmosa entre la deologia dectarada y el comportamiento real ha generado
una verdadera “cultura politica de las apariencias”. En lo formal y sobre todo en lo verbal,
todo ocurre como si la adhesién a las regias de la democracia pluralista y liberal fuera
completa y sin grietas: hasta fas revoluciones (en realidad, golpes de estado) y el
terrorismo de estado se ejercen en nombre de una presunta restauracion del orden
democratico conculcado por el desorden y la corrupci6n... Esto ha hecho que sucesivas
violaciones al orden constitucional recibieran nombres tan pintorescos como Revolucion
"Libertadora’, "Argentina, "Proceso de Reorganizacién Nacional” y otros semejantes.
En lo real, en la vida politica concreta, vemos que detras del escenario ptiblico, destinado
al recitado de los grandes principios y al culto formal de la voluntad popular, funciona otro
‘escenario, un escenario "privado”, donde el acuerdo 0 conformidad de los factores reales
de poder otorga 0 no la viabilidad a las decisiones de! pueblo supuesto soberano. Dice A.
Rouquié que "la voluntad colectiva no es nada sin el reconocimiento de la razén colectiva,
‘expresada en las élites”. Tales son nuestras democracias.
Se nos podra objetar, y no sin raz6n, que situaciones de este tipo no son ajenas al resto
de las democracias occidentales, aun las mas avanzadas. Se trata, a nuestro entender,5
de una cuestién de grado: las democracias latinoamericanas presentan un panorama
extremo, y en ocasiones caricaturesco (sélo superado por las "democracias” africanas) de
fos problemas vigentes en las grandes democracias occidentales. La habitual asimetria en
la interacci6n élite-masa presenta en nuestro caso una tendencia a la dominacién
unidireccional que cuestiona permanentemente al principio mismo de la soberania popular
que se invoca.
Esto nos lleva, naturalmente, a plantear el tema de la violencia. Es ya una tradicién en la
literatura sobre el tema considerar que América es un continente violento. En realidad, si
se toma un periodo de tiempo suficientemente prolongado (por ejemplo, los titimos cien
afios) y se mide la violencia por algiin parametro objetivo, como seria, por ejemplo, la
cantidad de hombres muertos por otros hombres, en nombre de fines estatales o
privados, nos encontramos con que Europa es largamente mds violenta que América.
Pero América merece igualmente el calificativo, sobre todo por la existencia en su vida
Politica de una violencia social cotidiana, estructural, vinculada con el mantenimiento de
situaciones de injusticia social. Esa violencia forma parte integrante, normal y habitual, de
las relaciones sociales asimétricas. No se exterioriza mientras la resignacién de los
sumergidos los miantenga lejos de actitudes contestatarias, pero se manifiesta
plenamente en cuanto la protesta social sobrepasa un cierto nivel verbal. En ésto no hay
mayormente diferencias de regimenes: gobiemos democriticos o autoritarios proceden de
manera similar.
Esa violencia estructural impregna el estilo de las relaciones sociales fundamentales,
especialmente entre los sectores integrados en la dindmica social y los sectores
marginales. El incremento de la delincuencia en los grandes conglomerados urbanos de
‘América Latina tiene ya muchas caracteristicas de "guerra social’, asi como el modo en
‘que proceden los organismos de seguridad: asesinato de marginales y de menores
vagabundos a cargo de los "escuadrones de la muerte", detenciones arbitrarias, pruebas
obtenidas mediante tormentos, maltrato con propésitos intimidatorios a los detenidos, etc.
Mas ocasionalmente pero también presente es la llamada violencia politica expresiva, que
es una modalidad de participacién politica, un modo de expresién politica, que no es un
mecanismo capaz de producir cambios por si mismo sino una forma de enviar un
“mensaje” enfatizado a los que gobieman sobre el caracter insostenible de alguna
situacién, en un contexto dominado por la precariedad de los canales de comunicacién
normales entre gobemantes y gobemados. En general, esos “mensajes” indirectos son
escuchados, como puede verse estudiando las ulterioridades de los “bogotasos’,
“cordobasos" y "caracasos” que jalonan la historia reciente de América Latina.
En cambio, es mucho més escasa la violencia revolucionaria. Pese a la fama de
“continente revolucionario" que tiene América Latina, las verdaderas revoluciones son
aqui muy escasas. Es certo que se ha abusado mucho del término "revolucién’, y se fo
ha usado para toda clase de golpes de estado, asonadas y pronunciamientos, siempre
més 0 menos palacieges, pero revoluciones verdaderas, es decir, manifestaciones de
violencia politica que producen cambios sociales estructurales, hay solamente tres: la
mexicana, la cubana y la nicaragiiense o sandinista. La mexicana ha terminado
desembocando en una situacién rigidamente institucionalizada y conservadora, diferente
pero a la vez semejante a la situacion anterior a la revolucién. La cubana produjo cambios
estructurales muy grandes y ostenta algunos logros notables (salud, educaci6n) pero su6
fracaso econémico global es completo y politicamente consistié esencialmente en un
cambio del centro del cual depender; ai colapsar ese nuevo centro (la U.R.S.S.) tiene
ahora los dias contados, al menos bajo su forma actual, que nunca alcanz6 una plenitud
democrética intema. La sandinista quebré al poco tiempo sus alianzas originarias,
enfrent6 una fuerte oposicion alimentada desde el exterior y termind frustrando sus
propésitos originarios (excepto la caida de los Zomoza) en una ambigua salida electoral.
Resumiendo, si medimos la trascendencia de Ia violencia revolucionaria latinoamericana
‘p06. sus frutos histéricos concretos la podemos considerar casi nula. Lo propio de América
Latina no es el espiritu revolucionario sino el conservadurismo, vivido en una modalidad
que Rouquié llama acertadamente "inmovilidad convulsiva”.
Desde el punto de vista cultural, la principal caracteristica estructural de América Latina es
ef sincretismo, con neto predominio de la cultura europea, especialmente de su variante
ibérica, aunque también se encuentran elementos de otros origenes, traidos por la
inmigracién posterior a la formacion de las naciones latinoamericanas.
Se caracteriza también por marcadas diferencias cualitativas entre la cultura de las élites
y la cultura de las masas. La cultura de las masas es més tradicional y aferrada a las,
originarias raices indigenas e ibéricas, mientras la cultura de las élites se muestra mas
influenciada por los orbes culturales dominantes del mundo occidental modemo: la cultura
francesa en el arte, la literatura, la miisica y la moda; la cultura inglesa en las instituciones.
y el comercio, y la cultura norteamericana en el estilo corriente de vida.
Se podria aplicar aqui el concapto formulado por Toynbee, el "herodianismo", que es esa
situacién de aculturacién en la que la élite dominada acepta la cultura dominadora y la
fusi6n de pueblos bajo su égida, con el apoyo de la clase media, mientras el bajo pueblo
permanece ajeno a la realidad del praceso o es neutralizado. Este concepto surgié del
andlisis de fenémenos culturales del mundo helenistico, y con algunos matices (por
ejemplo, el uso de los medios de comunicacién modemos permite que muchos elementos
de la cultura dominante lleguen al bajo pueblo también) puede aplicarse al caso
latinoamericano.
Se ha dicho que, en su acceso al mundo modemo, la cultura latinoamericana ha
encontrado una gran traba en su escasa vocacién cientifica y tecnoldgica, que la ha
privado en su desarrollo modemizador de una fuente esencial de autonomia. Es cierto
que, comparativamente, la cultura ibérica se adapto peor a las exigencias de la
modemidad que otros paises occidentales. Pero también es cierto que, curiosamente, hay
muchos latinoamericanos trabajando en los centros de investigacién de los paises
avanzados, donde encuentran la oportunidad laboral que no encuentran en sus propios
paises, lo que habla de un designio politico, mas alla de los condicionamientos culturales.
Resumiendo fo dicho hasta aqui, tenemos que Latinoamérica esté compuesta por un
conjunto de paises que presentan, en general, las siguientes caracteristicas estructurales:
se trata de paises periféricos, que configuran una "clase media” de las naciones dentro
de! mundo subdesarroliado; un “mundo deducido" de la cultura europea y dependiente,
con una dependencia no sdlo impuesta sino también intemalizada, cuya modernizacion y
desarrollo han sido hasta aqui irregulares y atipicos, con una industrializacion tardia, no
integrada y no auténoma; con una urbanizacién excesiva, una secularizacion no
relacionada con la industrializacion y un desarrollo desproporcionado del sector terciario.
Su poblacién esta mal distribuida, en forma periférica y macroceféllica, en funcién de su7
‘extraversién econémica, que esté también en el origen de su desequilibrio en el desarrollo.
relativo de sus diversas regiones y en el desequilibrio entre sus indicadores econémicos y
socio-culturales. La tenencia de la tierra se caracteriza por la presencia simulténea de
latifundio y minifundio, y se advierte la presencia de fuertes migraciones intemas hacia las
megalopolis, en una "urbanizacién desesperada’. Su clase dirigente no es congruente en
su ideario explicito y su accién, y practica una cultura politica de las apariencias, en la que
predomina la violencia social cotidiana y {a violencia politica expresiva antes que la
Violencia revolucionaria. Prima en ellos un sincretismo cultural del tipo "herodiano", con
marcadas diferencias entre la cultura de las masas y la cultura de las élites.
(1) Alain Rouquié “EXTREMO OCCIDENTE. INTRODUCCION A AMERICA LATINA’,
Emecé, Bs.As., 1990.
(2) Helio Jaguaribe et al. "BRASIL, 2000 - PARA UN NUEVO PACTO SOCIAL", Paz e
Terra, Rio de Janeiro, 1986.