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Diario de la tiroides Bata noche vamos a una fiesta para celebrar Ia graduact ‘on Ja universidad de la mujer de mi dentista. Todos « sthos, mientras el dentista trabajaba en mi dentadur mujer ha estado consiguiendo créditos en fa uni por tandas, Entre otros cursos, cada semestre ha etal aprendiendo a pintar con mi may dibujo para grupos reducidos. La mujer de mi d {una entusiasta floricultora y pinta sobre todo flores complemento de los cuadros, esribe sobre ls flores jardin. Mi marido me cont que uno de sus cua df res, expuesto en el Departamento de Artes, fue robado ante la ceremonias por un alumno, pensaba, © Pol dres de un alumno. 4 ‘No supe que estudiaba en la universidad ibimos la invitacion para la festa, organizada amiga suya, secretaria de la facultad. Dias despul egara la invitacién, recibimos otra de La: mis pero con fecha diferent. Yo estaba segura deg dde un error. Pero el caso, simplemente, es que ¥ fiestas y estamos invitados a ambas. “Ahora tengo que preguntarme por qué #3 da intervencién que habfa exigido mi dentadiura como terminé— precisamente un par dem Ia graduacién de la mujer del dentista. Yo 8 sumiblemente él le ido compartir varias remesas Nunca, en cualquier caso, he terminado d le enter ora ole pagal denny a su mujer dinero para los curas 08 onomia del asunto, a nadie, todo funciona: demasiado correcto, a primavera, el dentisa, ia, como su mujer, aung . st que tambien se deca ala uma cutive legumbres ypa- jucro con manzanos, hizo ain os eaando le propuso a mi "esas de plantas que, compra- in mas baratas, Le propuso tomates, ademés de cebollas y ides cantidades, Pero también le int. pe teresa ahorrar, yen este a svete y buena volunted, oF Vamos esta noche ‘er Page fe Sera en casa po “oun pueblo del ota sell ‘id fre see doy event de que me equi fiesta en honor de la muyjer de ani : lela mujer S ce La fiesta de esta oe fe a le la s¢ aT ibe Desa ett que emprende unl *s de muchos afios de alterna oor 1 por ¥ tierra, ha » ha vendido su casa para vivit vir en ‘un velero, aunque en tierra tiene novia, Deberfa haberme acordado, porque en la comida estuve discutiendo con mi marido qué regal de despedida podriamos hacerle. Consi- deramos tres posibilidades: el libro de Richard Henry Dang ‘Dos aos al pie del nvdstil,o un libro sobre nudos marineros aque mi marido habia visto, una botella de vino. Mi mati; do también sugitié una borella de buen brandy, pero-yo pensaba que es0 lo incitaria a beber a solas en el barco. Silo confundo todo un poco, quizé sea por mi roidismo. La falta de rapidez mental es uno de los sintom: del hipotiroidismo, aunque no puedo saber si ahora pienso. con mayor lentitud que antes. Dado que mi cerebro es tinico que tengo para observar cémo pienso, no puedo § plenamente objetiva. $i mi cerebro ha perdido chispa, tiene por qué saberlo, dado que su nivel de funcionamient siempre le parecerd el apropiado. oa Y, ademés, siempre ha habido dias en que mi men ciudad diferentes, que algo de mi alrededor o de mi ‘mal. or ado la méico me explicaba mi enfermedad, maba notas. Tuve que interrumpirla una 0 dos veces dirle que me repitiera alguna cosa para poder apa 50 me ayudaria a recordar, le explique. Me dijo que nog dria que tomer notas si mi tiroides fuera més act molesté un poco, pero no intenté defenderme, pondi que, primero, los libros de autoayuda recom tomar notas en la consulta del médico, y, segundo, que no ¢s necesario en absoluto, pues lo que est no es ninguna informacién que deba recordar. To 386 de las cosas que acabo de decir. Apunto algunas palabras que acabo de usar, como buen tipo o responsable. Apunto los nombres de los miembros de mi familia, y mi propio ni- _ mero de teléfono. Una tarde, jugando con mi familia, me di cuenta de que ‘una y otra vez eta incapaz de recordar de quién era el turno, yde que era incapaz de saber dénde estaba mi ficha en el fablero. Esto podia deberse al hipotiroidismo. No consideraba la tiroides motivo de preocupaci6n, _pues crefa que cualquier problema tenia solucién con una ‘deta estratégica y total. Pero quia, a pesar de todo, me _ preocupe, porque llevo una semana sin dormir bien, desde _que la médico me llam6, Mis problemas de suefio, sin em- 0, pueden deberse al hipotiroidismo. Mimédico, en realidad, no es médico, como mi marido spresura a decir: es s6lo una asistente sanitaria. Mi mari- sitelta eso como si mi médico no supiera de lo que habla. lice para defenderme, como para protegerme de ella 0 ii enfermedad. Pero yo la considero competente y pru- > tengo plena confianza en ella. Ahora s6lo ceno ver- ,¥ me preparo para empezar mi estrategia dietética, daderamente que el cuerpo puede curarse a st mis- cualquier desarreglo con la dieta adecuada y otros tos. Sélo espero el resultado de algunas pruebas y sgue me harén esta semana, para ultimar mi plan de Tengo claro que, sea cuél sea la dieta que elija, no debo hol, pero ya he decidido hacer una excepcién esta a fiesta, istente sanitaria me explicé que la glindula tiroi- rola todas las partes del cuerpo: no sdlo el cerebro, ibién el corazén, la digestién, el metabolismo, la M, ¥ otras cosas que creo que se me olvidan, En. ‘hipotiroidismo todo se hace més lento. Tengo 387 en.un bolso, El dentista estaba sentado enun bien porceacrsalada Nome walSramencentn clo all, en vez de en su consulta, pero ni siquiera asf pue- de sonreitle como a los demés, por cortesia, dado el profundo conocimiento que tiene de mis dientes, especial. ‘mente de mi incisivo superior izquierdo, _— ‘Un sauce tortuoso crece en el jardin de la secretaria de _ Ia facultad, a orillas de un arroyo. En la primera fiesta la hubiera vuelto de repente un extrafio, 0 como sila extrafa 2 ‘secretaria corté un brote del sauce y me lo dio para que k fanaa : _ plantara en casa. Se me alvidé llevarmelo, En la seg rand lo Ahora sé més sobre mis dolencias y no creo que ed _ cog algunos brotes ms, per, yen casa os dj en el ga ‘cuerpo sca capaz de curarse solo, tenga lo que tenga. O,me- _ tf dento un cabo con gu, yl a ohare cao jot sigo exeyéndolo, como principio general, pero no creo de unos dias, se los ofrect a una amiga, pero se me olvide Fe a coal camry aca cape de corre, POSE tarselos, y el agua del cubo se evaporé y se secaron, i nadie parece saber mucho de esta enfermedad, que es una ‘He ido también a Albany a consultar a un especialista enfermedad autoinmune. Se llama enfermedad de Hashi- vest, mis de as neces n opinion demi tac ait ml mastde oc empeta en mace de Ka i Mi marido cree-que el especalista se limita a leer Io ead tados de los anélisis de sangre y que, como otros med “ibe det la primera eta, en honor de nuestra _ fo, me vuclve a citar en su consulta para ganar més dinero, godimarno, ambien ala sepmda,en oor dela gg ‘un amigo mio dice: «Cuando hay problemas glandula del dentista. Fucron dos fiestas muy distintas, a pesar de es gusta verte.» No recuerdo qué amigo fue. " lebrarse en la misma casa. En los parterres diversas. plant ‘Sin embargo, este especialista Parecia evitar verme, Por perennes estaban en flor. La primera fiesta fue informal menos lo evits la primera vez que pisé su consulta: en ver como convenfa a la fiesta de despedida de un marino. L me a mi, se concentré en mi historial médico. Al final vecinos, vestidos de un modo informal, cogian atajos: 6, ladeando un poco la cabeza, con una ligera sonti- Tes atehee pane egar leaped: Parata segunda hb é que parecia expresar una alegria interior no del todo a cargado bandejas de aperitivos y hubo una criada de 1 Pero sélo me miré cuando ya se habia formado forme, En esa fiesta me enteré de que en la ceremonia inién, después de leer en mi historial los resultados graduacién no habian robado un cuadro de la mujer d lis, dentista, sino dos. Y vi que los cuadros eran mucho ti _ % mientras, mi marido ha tenido problemas con l Se a ogee napa deel Bates. El dentista le dio cuatro 0 cinco matas sanas z de la secretaria de la facultad habia colgado uno de'l SS bien plantadas en macetas con turba, y ésas ven ‘ma serie, Era tan pequefio como para caber en un fi marido, a cambio, tenfa que haberle dado cuatro i el pulso lento, la digestion lenta, la mente lenta quiz, la temperatura baja, las manos y los pies frios. A veces tengo cincuenta pulsaciones por minuto, 0 menos atin. No sabia para qué sirve la tiroides. Ahora he averiguado que es tan importante que, de continuar funcionando a tan bajo nivel, ‘me morirfa: me moriria pronto, quiero decir, Nunca me ha- bia sentido unida a una parte tan sorprendente del cuerpo como la glindula tiroides, y me siento como si mi cuerpo se 389) 388 cinco de otra variedad, Pero la mayoria legaron por correo ‘medio muertas, Algunas se han muerto, dos no van mal, y el resto no se mueren, pero tampoco crecen, por Jo menos visiblemente, Mi marido no quiere desprenderse de las tni. cas dos que crecen de verdad. Pero tampoco quiere darle al dentista unas matas escudlidas y enfermizas. Esté esperan- do, el tiempo pasa, y las plantas que no acababan de crecer siguen sin crecer. He intentado comprobar si mi mente es més lenta que antes. En mi trabajo, por ejemplo, cuando traduzco, veo ‘que algunas veces quiero encontrar la palabra inglesa equi- yalente antes de haber entendido la palabra francesa. En- tonces me doy cuenta de que no entiendo el francés, incluso. después de varios intentos, y le echo un vistazo desgan; al parrafo, arriba y abajo, con la esperanza de que el sign cado se aclare solo, como alguna vez sucede. Pero no hoy, nada que me ayude. Quiero poner algo, escribir cosa, sélo para sefialar ese punto, y asi poder seguir tra ciendo y volver mis tarde al problema. Tengo que escribi algo evidentemente erréneo, para advertir después que: punto exige més trabajo, pero todo lo que se me ocurs tan ridiculo que me da vergitenza. No sé por qué m vvergiienza, si nadie lo ve, pero me avergiienzo y no con iio si no encuentro algo decente, aunque esté mal, ‘maiana, por lo menos, consultando el diccionario met Iosamente para comprobar si ésa era la palabra exactag ‘yo queria utilizar, he aprendido algo nuevo sobre lap ‘vergtienza y sus antiguas acepciones de «reserva» y «pudor Pero luego, a pesar de llevar despierta desde las ‘més de una hora trabajando, alguien de la consulted dico, alguien que no me conocia, me dice por teléfono: eTiene voz de no haberse levantado de la cama todavia. jPodria llamarme cuando se levante?» No lo he considera- do un insulto, pero me he preocupado un poco. Al parecer ‘mi voz sonaba lentisima, torpe, por teléfono, aunque yo no ‘me dicra cuenta. Pero, si tengo que acabar la traduccién, ‘que es un trabajo importante, sin la mente clara y sin sa~ ‘ber que no tengo la mente clara, entonces la traduccién no ‘set buena, aunque yo seguramente no lo sepa. Y si no fuera jena serfa un auténtico desastre, porque parte de mis fu- “quros ingresos podrian depender de esa traduccion, En realidad, lo que la recepcionista o la enfermera cre- torpeza podria ser otra cosa; mi nueva actitud, mas des- -upada, hacia los profesionales de la salud. Lo normal poco. Ahora observo que me gusta divertirme a costa de Joshombres y bromear con las mujeres 0, diria yo, bromear mnlos hombres y con las mujeres, pero més agresivamen- Jos hombres. Lo note por primera vez en la consulta del odontélogo. ie tenia aprecio y lo respetaba, pero al cabo del tiempo noté no lo trataba con franqueza y correccién, sino como oma. Me quedlé asombrada, porque los profesionales de id me han causado un respeto imponente toda mi ‘© por lo menos he sido respetuosa, pensara lo que a de ellos. Soltaba las bromas como si por un mo- 0 estuviera bajo el control de otra persona. Una ve2, jemplo, vi una calavera en su consulta e hice el chiste que debfa de ser un antiguo paciente. No parecié im- aunque se sobresalt6, Otra vez me hizo mucho ponerme una inyeccién en la encia y le mordi con rel dedo indice, No fue una broma y no lo hice a pro- | Las dos enfermeras se quedaron aténitas, pero se divirtieron, Aunque puso cara de dolor y sacudié el dato en late, el médico se lo tomé estupendamente y me dijo que era algo que sucedfa de vez en cuando, que s6lo fen a teflejo, Por Ievarle la contraria a mi médico de al homo mi asistente sanitaria, le he dicho que no me gusta nal medicinas porque no quiero depender de las roe. 2 pasaria si me perdiera en la jungla sin mi edicacn ara la tiroides? Se lo pregunts, y es verdad que siempre he sas do que algén dia me perderia en la jungla, sages yoo amemos junglas y,en cualquier caso, nos estemos quedan- do sin junglas, de modo que la palabra juga se va convie- tiendo en una simple idea. Me dijo que aguantaria sin me- dicina hasta encontrar el camino para ser de a jungla. Hace muy poco, sin embargo, se produjo una peat éemergenci, en ln que no sent{ la menor tentacin de 3 tirmea costa del médico. Era un médico. Jove, yu cae ‘su habilidad me parecieron admirables, ademés “aed dolor me mantenfa callada. Me habia lastimado un dedo,y el médico tenia que rebajar la presion bajo la ufia, Lo hia dela mejor manera, segan su opinidn: ala mane recurriendo exclusivamente a una vela y @ un clip gral La recepcionista o enfermera de esta mafana pe ‘que no me habia levantado todavia porque no me s dosis exacta ni el nombre completo dle mi medicina la tiroides. Pero son datos que me dan lo mismo porg actitud hacia la profesion médica es de ccxpici intento ocultar mi actitud. No pretendia falta en ala enfermera, Pero, después de que me dijera oe dijo, percib{ otros dos signos de mal funciona agente inmobiliaria a la que llamé por teléfono esa misma mafiana, creyé al principio que yo agente inmobiliaria. Le pregunté por qué lo crefa __terponer una demanda colectiva contra una tusiasmo, al tono fifo de mi voz. Luego, atin mas tarde, ha- blando con mi marido por teléfono, me expresaba de un modo tan confuso, contradictorio y prolijo, que me com. pat6 con el expediente legal que estaba leyendo. Es un do- cumento de cincuenta péginas sobre la posibilidad de compaiia de seguros por informacion enganosa Después de darle vueltas durante semanas a cémo re- solver lo de los tomates, mi marido me dijo que ibaa expli- carle al dentista que ninguna de las matas le parecta buena para pasérsela, algo que no era exactamente verdad. Pero, _ Sélo unas horas més tarde, me dijo que habfa cambiado de ‘Hla. Iba a arreglar el sistema de riego y a dejar algo mas de po los tomates, Se me ocurre, sin embargo, por otra parte, que quizé cerebro Funcione bien, aunque més despacio de lo nor- Quiz la calidad de mi trabajo sea buena, aunque al- rla me exija més tiempo de lo normal. O quiza la dosis suplemento que tomo para la tiroides, que ya me han Imentado una vez sin efectos apreciables, vuelvan a au- itérmela pronto al nivel necesario para que, cuando lle- borrador final de la traduccién, haya vuelto a razonar Bagudera y rapidez. Y me pregunto si no razonaré en- €Sincluso mejor que antes de a enfermedad, dado que erebro ha estado esforzandose de tal manera, sin el ade- o soporte de la tiroides, que quiza haya desatrollado ‘élulas. Pero no sé lo suficiente sobre la anatomfa ebro como para saber si eso es posible, Puede darse también el caso de que lleve adelante mi #)0 con rapider pero sin demasiada calidad, mientras do mas despacio, la calidad mejore. Asi que las po- son: o ir despacio y hacer el trabajo bien, o ir ‘hacerlo mal. Sabiendo, sin embargo, que éstas han 393 ; 0 alla hora de traducis,lo que} __ ga interesante, nico. pienso: es este cerebro maravilloso ee shore las posibilidades son: oir inc él que « fin de cuentas, al pensar estas costs, se muestra somisdespacio que anes y hacer un abajo ceptable oir F_ magdnimo con el extpido organism Aureos anton so mis despaio que antes | _ verdad, quizd sean las sustancias quimicas del estipido or. te hasta que, en un par de meses, me vea capacitada para -magnénimo. ee trabajar con rapidez y bien, ¢ incluso muy bien. Si me au. vio uae & i al dentist para una limpiezay una te ran la dosis de pronto, afectaria al corazén. - vision, y me ha descubierto un empaste roto en un dien- men principio peveaba i me funciona bien el oxebg MN cg que cgi debe terercnc ree funda, Dice con ane insuicicroa de hormone rodes, edo mee 4 gue me svis6 hace afos Peo, cuando he pospuesto para la cantided adecuada de hormonas titei: = otro momento cualquier intervencién de importancie, ha seer Lange I ce dj de mereeeme conSanes porque sccedido a hacerme un empaste a base de resinas compues- crrirwane conidraba gue ii cerebro funciona bd MMMM gue pucis dussone necho's Poco. Me lama la aten- era el mismo cerebro que suftia insuficiencia hormonal, de sién que haya ced, Me pregunto si no habré perio el cin estar profundamente equivocado, entusiasm, a conviecion —comin, al parecer a todos mis toes eee cue wee pons Macon dentistas— de que cualquier intervencién en mi dentadura gio sate epost que ns dens ban experimen ser lomis extrem y completa posible. También me di Ios tims dias, gobedece al estado del mundo, que @ | euenta de qu, curiosamente, no dijo una palabra de los to- tealoy empeota a rds velocidad dela que quiséramoesg “ales, ni de las otras legumbres de st huerto, ni de sus co- ner para poder salvarlo, y que me da verdadero miedo? §echas, Pero hablamos de lugares de veraneo abarrotados y Jemente a mi bajo nivel de hormones trod ‘de la expansiGn de los Estados Unidos hacia el oeste en ol fst cede ese dl ca ie glo xIx. Su abuelo, de hecho, habia vivido en aquellos pei dena a ies parece aterrador? ,Deberia npos y le hablaba de la expansién hacia el oest. Le pare- “ire: ecuerda tu bajo nivel de hormonas tides ea asombroso que fuera algo tan reciente, cirme: tena, ae ait a _ Seguimos charlando en la recepcién, donde pagué la Sees tE Seeee es nee a enta ycog( un lapiz de la caja de lipices de propaganda, Qué insulto derando el répido crecimiento de la poblacién, dijo, leria volver después de muerto. Yo coincidia con éh, co queria volver, no come persona, porlo menos, ha- tgs a ele aoe clued Actas coal do la salvedad de que, segtin mi opini6n, si tuvigramos fale el cumbo. ¥ luego pienso: no, no es ningtin insultog ie volver, quiz fuera més seguro volver convertidos en sehale el rumt ichas. La recepcionista y la higienista dental, que esta- Ef oyéndonos, parecen haberse sorprendido mucho, causa de que mis ideas, que yo me tomo tan en serio, una direccién u otra, Qué insulto ala maravilla del ceed ‘Ahora que ha empezado el semestre de otofo, la mujer que organizé las fiestas ha vuelto a la universidad. Leo, cas 4 diario, los avisos que manda a toda la facultad. iene una inteligencia aguda y divertida, buena formacidn y una base ‘s6lida, pero el tono de sus avisos, estrictamente pricticos, es deliberadamente neutro, Informan sobre cajas de carton vacias y a disposicién de quien las quiera, gatos perdidos en: 3 el campus, o, muchos, sobre el uso abusivo de las fotocopia dores, Sélo de vez en cuando, por algo que dice de unos sonctos que alguien le ha dejado en el despacho, 0 por lt ret6rica equilibrada de sus frases, 0 por cémo emplea la pax Jabra criteria, percibo su grado de agudeza. Conseguido su titulo, la mujer del dentista ya no asise alos cursos de mi marido, pero no me acuerdo de qué ‘ahora, aunque alguien me lo ha dicho, probablemente marido. 4 Hlemos podido comernos los tomates del jardin, a que la cosecha no ha sido tan buena como otros afios. r ‘marmota cavé un agujero por debajo de la val, legé. tomates y se los ha ido comiendo conforme se poniatt duros. Mi marido tapa el agujero con piedras, pero deg che las quita la marmota. 4 Di por terminado el problema de los tomates. «que no volveria ofr hablar del dentista ni de los res de la época de siembra. Pensé que el asunto nos pro tuna especie de vergilenza 0 incomodidad mutua: ? semana pasada, después de la limpicza trimestral mim do se presenté con una bolsa de cebollas y me di asunto quedaba técitamente resuelto, y que el d habjan hablado de los largos e intempestivos sequia, de cémo los tomates habian sufride un ano. Ni siquiera las matas del dentista habfan cre Y ayer, mientras me empastaba el diente, et den 396 ebmo hace la jalea de wva, Me trai 1e no exista en. “6mo hace la jalea de uva, inquiliza que no exist : equenas y frescas. de prepara se note lo buenas que pitti ane Parece que ahora el corazén me k Si es verdad que pienso con més le athe oie lentitud, también he tees cosas nuevas y -abamos regalandole a y hay mas. é le Yo au segment hb chad pos ho gil i de la palabra vergitenza yla historia de i aes mis ye han dicho lo que es un sauce Es i o Ia expresion resinas compuestas, y ; —— lel diccionario, que el verbo capolar ca depalisar, que el adjetivo extrem esl supelt le aprendido nuevos términos para co el bajo de Albertiyen normas de ier cosa queen las po- si hago jalea de uva, 10 antes de echirsela ble, porque la primera vez se la of ero hurgaba en un ca siete ro hurg iin de calabazas Fdentista meha ensehado que si hone He calentar el azttcar en el horn re Edward Kennedy, : en un momento, la Si ode Drorak, que sonabaen ln radio nae radic aban cl diente, Después de volver. crlsine, aleer la intro- 397 duccién, que ya habia leido hace aftos para después olvid Jo que entonces aprendi, otra vez he sabido cOmo se eset bid Dos afios al pie del mastil, de Richard Henry Dana, ‘como, siendo estudiante en Harvard, su autor cay6 enfe ‘mo, tuvo que dejar los estudios, se hizo a la mar para re brar la salud, y mas tarde escribié sobre sus experiencias, trata, por tanto, dl libro de tn joven, pero yo pensaba que = ‘era obra de un hombre de més edad, solo porque se le e sidera un clisico desde hace décadas. Lo que todavia nog cs por qué lo veo tanto en librerias de segunda mano yg liquidaciones de bibliotecas.

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