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‘LEOPOLD BELLAK y SONYA SOREL BELLAK TEST DE APERCEPCION PARA EDADES AVANZADAS (SAT) MANUAL INDICE Caricter y propésito de este test ‘Construccion del Test de apercercisn para edades avanzadas ADMINISTRACION Instrucciones DESCRIPCION DE LAS LAMINAS Y RESFUESTAS TIFICAS Interpretacién Puntos bdsicos referentes al Test de apercepciOn para edades avanzadas Validez y confiabilidad Estudios experimentales basados en el SAT ‘Sugerencias sobre futuras investigaciones ‘AGRADECIMIENTOS BIBLIOGRAFIA u rr 2 7 7 19 19 2a n 2B En 1949 publicamos €l Test de aper- cepcién infantil (CAT), que es una pro- Jongacion del TAT (Murray, Bellak). Es muy natural, pues, que ahora, por im- perio de los tiempos que,corren, procu- xtensivo él método de la apercepcién —de proba- da utilidad en los dos tests ya mencio- nados— a los problemas de la generacién de més edad. Porque, en la actualidad, el 10% de la poblacién de los EUA (20 millones de personas) sobrepasa los 65 afios, porcentaje éste que ha de aumen- tar en forma gradual. La sociedad norteamericana no se ha- lla mejor preparada ante la explosién demogrifica de ancianos de lo que lo estaba frente a los efectos ecolbgicos del incremento de la poblacién, el des- arrollo del poderfo atémico 0 cualquiera de los demas cambios en progresion geo- métrica de nuestra época. Es decir, entonces, que los problemas de la ancianidad son muchfsimos, como Jo demuestran, por ejemplo, el trabajo de Sloate (24) y el amplio anilisis pu- blicado por la American Psychological Association (15). Cardeter y propésito de este test En fa actuatidad se piensa a menudo que los problemas de la ancianidad gi- ran en torno de la soledad, la incapaci- dad, la enfermedad, el desamparo y la menor autoestima. Al parecer, esto no deberia ser asf. Desde el punto de vista médico, segin la opinién de muchos, buena parte de lo que hoy se asocia con la vejez no deberia serio, ni tampo- co gran parte de lo que incluye la cul tura norteameritana respecto de la an- cianidad, desde los puntos de vista so- ial, psicoldgico y econdmico. En otras ilturas, el contenido que se refiere a las edades avanzadas es muy diferente. En nuestro intento de proporcionar estimulos que propendiesen a facilitar el reflejo aperceptivo de los problemas de la ancianidad no podfamos caer en utopias. Habfa que idear kiminas que, aun siendo lo bastante ambiguas como para permitir libertad de interpretacion al individuo, sirvieran para reflejar las situaciones y problemas que enfrenta la persona de edad en su deseo de conti- Auar siendo un elemento util ala soci- ad. Aun cuando esto signifique preparar estimulos que permitan abordar temas de soledad, enfermedad y otras vicisitue des, también hay Miminas que se prestan para que se reflejen sentimientos de di- cha, como la alegria que dan los nietos, Jos encantos de una reunién danzante ¥ la relacién social que se establece con los juegos de salén (3, 5), y cinco dibu- jos lo bastante ambiguos como para que se presten tanto para temas felices co- mo para reflexionar sobre ciertos pro- blemas (1, 4, 7, 13, 15). Un nécteo familiar, una escena en un centro para ancianos, pertenecen 2 este grupo. Comparado con el TAT y el CAT, consideramos que el SAT es de aplica- cién a la vez més amplia y més restrin- gida. Estimamos que su aplicabilidad es més amplia por cuanto creemos que al- gunos de los problemas relativamente superficiales que se revelan por su inter- medio, pueden ser Gtiles para los profe- sionales que no tienen preparacién espe~ cial en psicologia clinica, como ocurre con los médicos, los asistentes sociales y las enfermeras. 8 LEOPOLD BELLAK Y SONYA SOREL BELLAK Las historias que se ‘relatan en res- puesta al SAT suelen ser una gufa muy concreta respecto de las evidentes preo- cupaciones acerca de la manera de lle- varse bien con las personas de la misma edad o con las mas jévenes, de la salud © del ingreso en un hogar para ancia- nds, Las personas de edad cuentan, con més frecuencia que los adultos jévenes ¥ que algunos nilios pequefios, historias telativamente concretas, con muchas re- ferencias a si mismas, situdndose as{ er ese nivel de infere: En este sentido, el SAT ofrece menores posibilidades que el TAT y el CAT para dar una id-a de la dindmica general de la personali- dad. Esta opinién coincide, por ejemplo, con la de Pfeiffer y Busse (Mental il ness in later life, pig. 110):(“Los tras- tornos psicolégicos que por lo comin se presentan en la vejez, tienden a ser més bien simples reacciones directas an- te situaciones de tensién en las que se recurre a mecanismos psicolégicos de defensa relativamente sencillos e, inclu- 80, primitivos,] Por eso, las defensas que se advierten én este grupo de edad sort sobre todo el retraimiento, la negacion, la proyeccién y la somatizacién, meca- tismos éstos que, adquiridos a edad’ femprana, se utilizan para luchar contra la ansiedad. A veces las personas de edad no recurren siquicra a estos sim- ples mecanismos, con lo cual la ansie- dad que provocan las circunstancias ad versas se experimenta sin modificacién alguna, El empleo de estas defensas re- lativamente simples o la ausencia de de- fensas es Jo que da forma a las manifes- taciones clinicas de los trastornos psi- quidtricos de 1a vejez, y lo que impone modificaciones en el diagnéstico y en la técnica terapéutica. Con esas modifica- ciones. .. se procura tener en cuenta las necesidades, limitaciones y_circunstan- cias especificas de las personas de edad” (13). ‘Al mismo tiempo, claro est, muchas de las historias se prestan al tipo de elaborada interpretacién sobre la repre- sentacién del impulso inconsciente, los conflictos, las ansiedades y el funciona- miento del yo, para la cual son de utili dad el TAT y el CAT. Los propésitos del SAT son modes- tos en Ia misma medida en que, tam- bién, son especificos. En muchos casos no es necesaria una gran perspicacia dinica ni, por cierto, test alguno, para darse cuenta de que una determinada persona de .edad padece de depresin, de soledad o de irritabilidad. Lo que tal vez el SAT pueda afladir a la informa- cién son_las formas especificas que, en un individuo determinado, pueden asu- mir esos estados generales q_en que purden ser_causados. Tal o cual ancia- ia, por ejemplo, jestd deprimida por- que se siente abandonada por su hija mayor, 0 porque la ha dejado su otra hija o su hijo? {0 lo est4, acaso, porque tiene aguda conciencia de cierta pérdida de sus facultades 0 porque se siente herida en su amor propio al perder atractivo como objeto sexual? Ademés, iqué defensas y demés impulsos sugiere su historia? A menudo, las historiag reflejan problemas que el paciente no puede comunicar verbalmente en forma directa. Nada hay que pueda hacerse respecto de los hechos cronoligicos del envejeci- miento 0 de los procesos patolégicos responsables de Jo que a menudo se considera eréneamente como envejeci- miento, ni acerca de ciertas aflicciones de dnimo que la sociedad actual impone a los ancianos. En cambio, sf hay algo ‘que se puede hacer respecto de la sign ficacién especifica de los diversos est dos emocionales, si se comprende el conjunto de circunstancias particulares que los precede o los precipita. En ese aspecto, las aflicciones de la ancianidad no implican problemas tera- péuticos distintos de los estados que se presentan en cualquier edad y en los que interviene un factor més 0 menos desencadenante, Hace tiempo se obser v6 que las enfermedades del corazon (6) y la tuberculosis (7) tenfan significacio- nes especificas para quienes las pade- cfan, al igual que otras dolencias (5), Como sefialamos en particular en. el li- bro referente a psicoterapia breve y de ‘TEST DE APERCEPCION PARA EDADES AVANZADAS 9 urgencia (12), es esencial que, antes de encarar intervencién alguna, se entien- dan y se formulen dinémicamente las causas especificas y peculiares y los fac- tores desencadenantes del pinico, la de- presi6n, etcétera. Todo cuanto suele ha- cer falta, es una intervencién breve y Umitada, Por otra parte, segin los principios generales de la psicoterapia, es impor tante conocer y situar en su secuencia el mal principal del momento, en fun- cién de las caracterfsticas anteriores de Ja personalidad. La gente reacciona de distinta_ manera ante la pasidn, la vio- lencia, 1a pérdida de un ser querido, el retiro’ y los cambios de domicilio, al igual que ante el envejecimiento. La persona que en su juventud ha sido muy narcisista y vanidosa en su fisico, muy a menudo reacciona frente a la vvejez con un excesivo menoscabo de ese narcisismo. El hombre cuya mayor de- fensa contra la ansiedad y la depresion descansa en el orgullo de su virilidad, hha de padecer més sus achaques que los otros individuos. Es decir, entonces, que en la medida en que Ia historia de vida y los datos del SAT nos dan un cuadro general de Ja estructura y la dindmica de la purso- nalidad, nos proporcionan los funda- mentos especificos que conciernen a la perturbacion aguda: 0 sea que tal per turbacién puede ser considerada dentro del panorama de un cuadro més amplio. De esta manera, el SAT puede ser utili- zado, también, para encarar una inter- vencién terapéutica eficaz y para rees- tructurar fa situacién, Esta cuestion de la psicoterapia dins- mica es bastante vieja, incluso aplicada a los moribundos. Sigmund Freud traté con tanto éxito al baron hangaro An- ton yon Freund durante su altima dolen- cia, que el paciente, agradecido, doné Jo que luego constituirfa 1a Internatio- nal Psychoanalytic Publishing Company. Es de esperar que el SAT sea utiliza’ do por psicblogos, médicos, psiquiatras; asistentes de rehabilitacién, enfermeros, terapeutas y demés profesionales encar gados de la atencién de ancianos. Su finalidad es contribuir a que aquéllos puedan moderar la repercusion irracio- nal de los hechos inexorables de la exis- tencia de las personas de edad, a fin de que la vida de éstas, asf como la de quienes las rodean, sea més agradable y Mevadera. Construccién del Test de apercepeién. para edades avanzedas, Respecto del SAT, debemos comen- zar por algunas nociones fundamentales acerca de los temas que hemos querido destacar. Aparte de la experiencia clini- ca personal, los temas tratados en la bibliograffa gerontolégica nos parecie- ron importantes (14, 15, 16, 17 y 18). Comenzamos, pues, por hacer dibujos adecuados para suscitar temas que, lo sabemos por experiencia, son impor tes para los ancianos, segiin se aprecia a lo largo de la préctica médica particu- lar, en las clinicas y otros sitios. Sonya Sorel Bellak dibujé una serie correlativa de 44 laminas que, en fotocopia, fueron administradas a una muestra estratifica- da de ancianos, entre los cuales habia quienes trabajaban y quienes estaban ju- bilados o internados y otros que vivian en sus casas, etcétera, Mientras se recogfan las historias (ca si todas fueron grabadas en cinta mag- netofonica), se puso de manifiesto que algunas laminas pocas veces inducian a buenas historias, y que otras las suge- rian con escasa variacién. De manera que, de las 44 liminas, se descartaron 0 modificaron 30, para llegar a} actual conjunto de 16. Segin el anilisis clinico, la causa de que algunas liminas no ejercieran influ- jo fue en algunos casos su insuficiente 10 NEOPOLD BELLAK Y SONYA SOREL BELLAK ambigtiedad, y en otros ta falta de inte- és del tema, Este dltimo motivo fue el que influy6, para nuestra sorpresa, en Jo que respe Vémina que mostra- ba a una familia de duelo, detrés de un féretro. La falta de historias sustancio- sas en respuesta a esa ldmina parece coincidir con la impresion clfnica co- riente de que el antiano tiende a consi- derar a la muerte como algo muy natu- ral 0, sencillamente, a evitar que la idea de ella le preocupe. En otros casos, como ciertas Himinas no arrojaban los resultados que se espe- raban, hubo que desecharlas o volver a dibujarlas. Como suponiamos que el problema del control de los movimien- tos y de su pérdida tenfa que ser funda- mental para el anciano, presentamos una Jémina en la que aparecfa una per- sona de edad a la que se le cafa una de sus dos muletas, limina con la cual se esperaba suscitar aquellos temas pero que encontré escasa respuesta: en las historias no se advirtio tendencia espe- cffica alguna a hablar de la pérdida o del temor a la pérdida de aquel control y, en general, no despert6 mucho inte- xés a juzgar ‘por la extension de esas historias o por la vivacidad de los temas expuestos. En consecueneia, procuramos encarar ese problema con una lamina distinta: una persona de edad, de pie junto al cordén de la acera, mientras un nifio atraviesa corriendo ‘una calle _colmada de camiones y automéviles. Este cua dro, frecuente en los medios urbanos, pensamos que Ilevarfa, en general, a re- flexiones acerca de la pérdida de rapi- dez y agilidad, y de los peligros que de {al pérdida se derivan para los ancianos. También nos parecié verosimil que las historias referentes a la facilidad con que el jovencito podfa atravesar la calle por contraste con las dificultades que deben afrontar los ancianos—, pusieran de manifiesto diversos rasgos individua- les: enfado, autoconmiseracion, adapt cién, temor a sufrir lesiones, retraimie to y envidia por el joven. Con todo, pesar de que la limina se rehizo dos veces a fin de destacar el problema, la mayorfa de las respuestas versaron s6lo acerca del muchacho, sin que para nada se mencionase el problema de crudar la calle, Incluso después de eliminar de la limina al niflo, no se produjeron relatos referentes al problema del trinsito, de modo que la retiramos de la serie. Habfa también otra Mimina en donde se vefa el mostrador de contro! de un supermercado, cuyo propésito era él de suscitar respuestas acerca de las preocu- paciones econdmicas (consideradas co- rrientes en la vejez) y que pudiera refle- jar, tal vez, ansiedades particulares, © incluso irracionales, més alld de las in- quietudes ordinarias. Esta, empero, tam- poco dio resultado, de modo que quedé suprimida. Decidimos contar con Ia mayor canti- dad de figuras ambiguas por sexo, y proyectamos las léminas para que fue- sen de tamafio algo mayor que las del CAT 0 el TAT, por cuanto la insuf- ciencia visual es'un problema frecuente en este grupo etario. El espiritu de las laminas constituyé un problema especial, pues el objetivo de los estimulos es la manifestacion de Jos posibles problemas psicoldgicos. Por definicién, pues, no cabe suponer que sean léminas alegres, del mismo modo que las del TAT, y hasta cierto punto las del CAT tampoco lo son. No obs- tante, de algin modo se procuré evitar que fuesen demasiado deprimentes o del todo tristes, a fin de no desmorali- zar a los sujetos mas de Jo imprescindi- ble en esta clase de tareas. Muchos esfuerzos se hicieron por 1o- gar que las escenas se adaptaran a di- versas situaciones socioeconémicas, étni- cas y de la vida personal. * Quienquiera que haya tratado con ancianos se habri dado cuenta de que el de ochenta afios, por ejemplo, cuan- ‘En J version castelina tas liminas han sido ligeramente retocadas con autorizacién express del ator. IN. det.) ‘TEST DE APERCEFCION PARA EDADES AVANZADAS iu Go se refiere a otro de su misma edad, suele decir “ese viejo” o ‘esa vieja”; 0 sea que negar hasta cierto punto la propia edad parece muy corriente. Al respecto, nos parecié casi inevitable que hubiese cierta resistencia a identificarse con las figuras de ancianos de las lami- nas. (Nos viene a la memoria la modifi- cacion Thompson del TAT para negros que, cuando se publicd, resulté menos aceptable para éstos que el TAT co- man.) ADMINISTRACION El SAT es un test que se presta para muchos usos distintos. En consecuencia, las condiciones que deben Menar las per- sonas que lo administran (y que lo in- terpretan) dependen del uso que se de- see darle. Siun clfnico general o un |, que carecen de prepara- cion psiquidtrica 0 psicoldgica espe- cffica, desean simplemente ampliar el cuestionario de rutina por medio de al- gunas respuestas a estas léminas, a fin de recoger més informacién virtualmen- te en el nivel de la conciencia, no nece- sitan de otras condiciones para la admi: nistracion e interpretacion. Es decir ‘que, respecto de la administracion, nada hay que vaya més alld de la prudencia clinica ordinaria para mostrar las timi- nas con tacto y con las palabras que aqui se recomiendan. Al administrar el SAT hay que tener fen cuenta los principios generales para establecer la relacién psicolégica y una concordancia general para el trabajo. ‘Ademés, hay que recordar ciertos facto- res que pueden ser especfficos para el grupo de mas de 65 aftos. Entre los factores generales hay que asegurarse de que el paciente esté co- modamente sentado, que el clima sea amigable y que se le demuestre cierto interés humano normal. Esto, en ningiin caso, debe suponer una actitud condes- cendiente, como Iamarlos “abuelo” 0 “abuela”.' Los pacientes de edad pueden tar cheat deleatiady cancados, 65 T=: fier agilidad suficiente o no ver bien (lo cual puede ser cierto, aun cuando, por el contrario, a menudo resulta que no es asf: en ‘ocasiones sucede que han podido distinguir a Ia perfecci6n las co- sas pequeflas, en tanto que las grandes no las vieron en absoluto). Con frecuencia, sin duda, las perso- nas de edad tienen un lapso de atencién més limitado_o tienden a ser_més con eretas_que los adultos jévenes. No po- nen distancia entre sf y la lamina, 0 sea que se inclinan a referir el contenido a si mismas. El “‘apartamiento del estimu- lo” es también més frecuente en este isupo de edad, de manera que, para retrotraerlas a la Kimina-estimulo, ha de ‘obrarse con tiento, a la vez que se regis- tran sus expresiones espontineas. A ve- ces puede ser necesario 0 apropiado que el sujeto interrumpa el relato para be- ber un sorbo de agua Lo mismo que en el caso del CAT y del TAT, finalizada la presentacion de Jas laminas se_puede volver_atrés para formular preguntas especificas sobre ciertos aspectos de las respuestas. Instrucciones 8) Cada entrevista debe durar a lo estén produciendo muchos rechazos; en sumo media hora, lo cual depende de la tal caso, acuerde un tiempo mayor a las Gaporeion det tujeto.y de lo pronto laminas’ a las cuales el sujto tiene de- que se canse. No conceda mis de cinco scos de referirse. Si una determinada minvlos por Kimina, a menos que se limina no suscita respuesta alguna, di- 12 ga: “Es posible que volvamcs cobre és- ta’ b) Coloque el micréfono fuera del alcance del sujeto, en su soporte. (La grabacion de las historias debe hacerse con el permiso del paciente.) c) Si bien el SAT se basa en la exposi- cién de 16 Kiminas, no es preciso admi- nistrarlas todas, en particular si el suje- to es propenso a fatigarse con facilidad ‘© a que su atenci6n dure poco. Se pue- den elegir las liminas que, segiin acon- sejen los antecedentes clinicos, sei més adecuadas para aclarar los proble- mas que se estin tratando. Cuando éste es el caso, empero, es conveniente ministrarlas respetando la secuencia nu- mérica original (por ejemplo, 5, 7, 8, 9) y anotar con claridad cuales se han em- pleado. Si al cabo de la serie el sujeto no est atin cansado, y siempre que sea de alguna utilidad contar con mayor informacién, se pueden mostrar més lie minas. La mayorfa de las liminas del SAT son ambiguas en lo que respecta al se- xo. Hay dos, sin embargo, en las que a las claras se ve que se trata de mujeres, y una en la que aparece un hombre; no obstante también éstas se pueden admi- nistrar_a ambos sexos. Aun cuando la identificacién evidente puede ser menos clara en el caso de las figuras del mismo sexo que en el de las ambiguas, el suje- to puede tener tanta més propensin a LEOPOLD BELLAK Y SONYA SOREL BELLAK reflejar algiin problema subyacente mis profundo, Esta tendencia a atribuir pro- blemas a figuras distintas de las de in- mediata identificacion, dice Murray que responde a necesidades de objeto, es decir necesidades (del sujeto) atribuidas 2 otros objetos. Se ha dicho que tales necesidades 0 problemas son, a menu- do, de un cardcter especialmente in- aceptable para el sujeto y que, en con- secuencia, se los aparta un poco; 0 sea que se permite su expresién porque pa- recen alejarse de uno por la identifica cidn evidente, Este aspecto ticne importancia res- pecto de la limina 16, la cual merece instrucciones especiales: cuando se pre- senta esta lémina, quien administra el test debe de: ‘En esta ldmina se ve a una persona dormida que esté soflando. Cuénteme, con algin detalle, acerca de qué puede tratar el suefio; procure que tenga animacién™. Este dibujo, aunque represente a una mujer, también puede extraer de os hombres. informacion muy til, incluso, tal vez, algin mate- tial menos custodiado. ) Coloque tas Kiminas cara abajo, antes y después de mostrarlas, Mantén- galas fuera del alcance del sujeto hasta que Ilegue el momento de exhibirlas. Entregue cada lamina al sujeto para que Ja observe. Si es necesario, coloqie la Vimina siguiente encima de ta que estd observando, retire suavemente la prime- ray pOngala cara abajo a un costado. DESCRIPCION DE LAS LAMINAS Y RESPUESTAS TIPICAS Como ya hemos dicho, las léminas fueron proyectadas para que reflejaran los pensamientos y maneras de sentir de las personas de edad avanzada. Para ello comenzamos con una mis bien trivial, para continuar con otra referente a un problema concreto de cardcter econémi- co, porque su misma especificidad, asf como Ia intrascendencia de la primera, facilitan que el sujeto se adentre en Ia tarea, La mimero tres es una de las léminas que, a menudo, se consideran agradables sin reservas. Si bien es obvia Ja raz6n por la cual se lan ordenado las liminas del modo en que lo hemos he- cho, cada administrador debe utilizar su propio criterio en cada caso, comenzan- do, por ejemplo, con la agradable nik mero tres, para proseguir, digamos, con la amena escena que lleva el namero quince, a fin de animar a una persona desdichada. ‘TEST DE APERCEPCION PARA EDADES AVANZADAS 13 A continuaéién presentamos los te- mas t{picos que se suscitan en respuesta a las diversas liminas. Lémina 1: Tres personas _maduras conversando. Con frecuencia se conside- 7a que la del centro es un hombre. Se a elegido ésta para mostrarla en primer término, porque es anodina y se la pue- de conectar bien con alguiia forma de relacién social, Los temas que se suscitan giran, a menudo, en torno de la interaccién so- cial: dos mujeres que se disputan la atenci6n de un hombre, discusiones 0 referencias a cuestiones sociales. Con frecuencia muestran con claridad la ma- nera en que Ia mujer se relaciona con sus iguales, si toma parte activa, si se mantiene algo apartada, si es criticona, si espera el momento oportuno para intervenir, eteétera. También se han sus- citado temas sexuales, de adulterio y rivalidad (rivalidad entre personas de edad respecto del hijo o de la hija, 0 de una madre respecto de la hija por lo que atafie a su relacion con el sexo opuesto). En los relatos también aparecen mé- dicos. Hay temas tales como dos de las figuras que aconsejan a una tercera, sea porque ésta tiene algin problema, sea porque se encuentra enferma, Lémina 2: Una pareja de ancianos mirando una vidriera donde se exhiben comestibles cuyos precios estén bien a a vista, Esta lamina despierta, en particular, preocupaciones de orden econémico y referentes a la alimentaci6n, asf como reflexiones acerca de la relacién entre ambas figuras. Lamina 3: Una mujer y un hombre maduros, la primera a la derecha y el segundo'a la izquierda, con los brazos extendidos hucia la figura del centro, presumiblemente de un nitio, Ademis del esperado gozo de los abuelos, esta escena trasunta una puja por atraer la atencién del nifio. Obser- vamos hostilidad entre las personas de edad, asi como una hostilidad velada hacia el nieto y‘ los padres de éste. También se suscitan historias respecto de recibir o efectuar visitas, y de temas concomitantes. Lémina 4: En primer plano, a la de- recha, una mujer madura; a la izquier- da, una figura més o menos indefinida que sostiene a un pequefio, Mas atrés, una joven de “minifalda” que muestra ‘sus mustos, echada en el suelo, mientras habla por teléfono, y la figura parcial. mente visible de una mujer —que al * parecer es de mediana edad— en la coci- ng; ademds, al fondo, una mesa y sillas, Los temas se refieren a las relaciones familiares, quizd de rivalidad respecto de los nietos, a las actitudes hacia los adolescentes y el sexo, a vivir en familia © visitar la casa de ésta. A la mujer mayor de la derecha se la considera relacionada con el individuo de la izquierda (el hombre joven) como ‘esposa, si bien a veces se estima que ese hombre es hijo de ésta, con lo cual el niflo viene a resultar su nieto. Se produ- ce una confusion de identidad, al consi- derar al hombre tanto abuelo como pa- are. A la figura del fondo hay quienes le atribuyen la condicion de sirvienta. Otros dicen que es la madre de la mu- chacha y del nifio, y por ende la esposa del hombre joven, la cual se halla dema- siado atareada, preparando la cena, co- mo para poder participar en las activi dades de la familia, Han habido mani- festaciones respecto de una oculta riva- lidad entre la mujer de edad y esta otra, en particular cuando se estima que ‘el hombre joven es el esposo y no el hijo de la primera. El deseo de tomar el lugar de la mujer joven se manifiesta de continuo con mucha claridad cuando se interpreta mal la figura del hombre, el 14 LEOPOLD BELLAK ¥ SONYA SOREL BELLAK ‘cual es evidentemente joven comparado con Ia“mujer del primer plano. Es la finica. manera légica en que surge 1a rivalidad por los favores del hijo. La muchacha suscita a menudo co- mentarios desdefiosos como, por ejem- plo, “‘una chica hablando por teléfono, Como todas, por cierto, zno?. A veces se dice que esté “despatarrada”, y se alude de manera indirecta a la sensual dad que trasunta el grabado. Lémina 5: Ocho figuras, unas for- ‘mando grupos y otras aisladas, en un lugar que podria ser un comodo hogar de ancianos o una casa particular. Hay un ventanal a través del cual se aprecia un paisaje: una pequefa viejecita, de espaldas al salén, que mira por él; cuatro jugadores de naipes en primer plano; dos mujeres chismosas a la dere~ cha, y un hombre, a la izquierda, leyen- do wn diario, El grabado se presta para la elucida- cién de sentimientos y necesidades so- ciales, en particular dentro de una insti- tucién. La anciana del fondo causa la impresiOn de ser bisabuela y los cuatro Jugadores de bridge, la de ser, tal ver, ‘compafleros que buscan distracrse 0 que estin sumidos en una ardua lucha. De 1a figura de la izquierda, la del abuelo, a menudo se dice que esti descansando © que se desentiende del resto; y, de las. “dos chismosas de la derecha”, que ha- blan de sus familiares 0 de lo que no les gusta de la vida de sus vecinos. Sue- le interpretarse que se trata de una gran tertulia o de una agrupacién de perso- nas en el salon de reunién de una insti- tucién. ‘A las dos mujeres de la derecha se las considera envidiogas de las que estin en primer plano, pues éstas se hallan en la compania de un hombre. La impresion respecto de la mujer que mira a través de la ventana es la de que no le intere~ san las cartas ni los chismes, sino que esté atenta a Ia calle, quizd porque es- pera alguna visita Lémina 6: Una mujer mayor, con la mirada fija en el teléfono, Las reacciones respecto de esta limi- na se refieren, sobre todo, a la soledad, el abandono, ia pena. Suscita, asimismo, temas relacionados con la ansiedad (la espera de un llamado telefénico que puede producirse 0 no, o que pueda traer malas noticias). Despierta senti- mientos de abandono, de infortunio por la desconsideracion de la familia del su- jeto, y acerca de que la mujer pueda ffectuar un lamado telefénico para ahuyentar su malestar. Otro de los temas es aquel en el cual se seflala que la mujer aguarda a que su marido vuelva a casa, pues se ha retrasa- do. Hay historias en las que la persona se pregunta por qué Ia han abandonado; ella ha hecho cuanto ha podido y hard cuanto pueda por no quejarse. Lémina 7: Un camién de mudanzas, Un changador leva un sillén mientras una mujer mayor y otra joven Hevan valijas. Esta escena es indicada para inducir a temas bastante caracteristicos de las personas de edad, sea el de abandonar el propio hogar para ir a vivir a la casa de otra persona, o el de dirigirse a una instituei6n. Si bien las dos figuras feme- ninas no miran hacia la casa, a veces hay historias en las que se interpreta que la mudanza es hacia ésta y no de ella a otro lugar, lo cual tiene, con frecuencia, un carécter de defensa. La figura de edad es ambigua, y tan comin es que se la considere de hom- bre como de mujer. Tenemos, pues, a una hija que leva a la madre (0 al padre, segin el caso) a vivir con ella, a una institucién u otro lugar de residen- cia, 0 al hospital. Son més las veces que a la mujer joven se la considera con buenos sentimicntos. ‘A menudo se estima que la figura que aparece en Ja ventana es la de un vecino curioso, y en ocasiones se le atribuye el cardcter de consorte de ta ‘TEST DE APERCEFCION PARA EDADES AVANZADAS 15 Persona mayor que esté en la calle. Cuando se la considera como consorte, tal persona ha sido echada a un lado y ‘no sabe —prosiguen las historias— si ella se quedard allf o si iri a reunirse con su esposo, o si la enviarin a otro lugar, ‘en algin asilo 0 con otro hijo. Casi siempre apena que el hogar se desmem- bre, y a veces el sillon asume el cardcter de una upreciada prenda que se va con ellos 0, lo que es més triste an, de la cual se deshacen. Todos lamentan que se deje el hogar y quisieran que no tuviesen que abandonarlo. Hay sujetos para quienes, en realidad, las dos personas que estin en la acera forman una pareja de la misma edad. Incluso en los protocolos que por lo demis son cabales, a veces se estima que se trata de una pareja de recién casados. ‘Otras veces es la figura que esté en Ia ventana la que se muda y vigila el aca- rreo de sus pertenencias. También se ha considerado que !a persona de edad que se halla en la acera ayuda a mudarse a la joven. Algunos sujetos le asignan a esta limina un caricter relativamente intrascendente, como que la persona de edad se va de viaje con su hija. También ha dado lugar a una salaz cu- riosidad. Se teme que los muebles sean maltra- tados o que los roben. Dentro de este contexto, surgen las actitudes de las mujeres respecto de la ineptitud de los hombres. Se presentan diversos grados en las actitudes en cuanto a ser trasladados a tun hogar para ancianos: desde aquellos que procuran comprender y tomar el hecho con naturalidad, hasta quienes les irrita que los “echen” porque los hijos consideran que los padres constituyen una carga. Se piensa que la gente joven no tiene interés, en realidad, por los ancianos, siendo que éstos s6lo se inte- resan por ella, Se estima que a los an- cianos ya no se los necesita mis y que se dispone de ellos, aun cuando sea con amabilidad. Esta limina suscita 0 genera més con- fusion que todas las otras en los proto- colos que, en cuanto a lo demés, son perfectamente cabales. Lémina Una mujer a ia cual se le cae el recipiente hondo que Wlevaba ha- cia la mesa ante la cual se halla sentado un hombre mayor. A través del vano de a puerta se ven dos pares de zapatitlas al lado de una cama, Esta lamina se presta para hacer sur- gir qué se siente acerca de la pérdida del control del cuerpo y las actitudes respecto de este fendmeno, respecto del propio cuerpo y del envejecimiento dentro de ese contexto, En algunas personas despierta agrest vidad, observaciones acerca de que lo que se ha derramado estaba hirviendo y se ha esparcido por la habitacién, 0 de que la persona que esté sentada a la mesa no ayuda (0 se rehtisa a hacerlo). Lamina 9: Dos personas mayores sen- tadas en puntos opuestos del mismo banco, mirando a una pareja de jévenes que se abrazan, Esta lémina es apropiada para las ex: presiones de compafterismo y sexual dad entre las personas de edad, asf co- mo para los sentimientos referentes a la nueva generacion. Las respuestas més comunes sor nostalgia, alejamiento, ansias de comp: ferismo, envidia y desaprobacién. Se presentan clatos indicios de mecanismos de control y de prueba de realidad. Lamina 10: Una figura acostada, so- 1a, en una habitacién apenas amueblada, Sobre la mesa de noche que estd a su lado hay una cuchara, un vaso, un relof yun frasco. La limina sugiere historias de sole- dad, enfermedad, sentimientos de ai miento y de pobreza. El medicamento puede suscitar ideas de suicidio. ‘A veces hemos escuchado historias en las cuales meramente se relacionaban 16 LEQHOLD BELLAK Y SONYA SOREL BELLAK los elementos: una persona enferma to- ma el remedio, descansa bien durante la noche y se Fecupera; una mujer que ora, oa Ia cual todo cuanto le ocurre es que el personal la ha despertado de- masiado temprano y desea dormir un poco més; un pobre anciano que espera que.sea la hora de tomar el remedio; un individuo que trata de mantenerse des- pierto, que parece estar muy enfermo y del cual ni el médico puede decir si ha de morir. Otro de los temas que suscita es el que se refiere al malestar que sigue a los excesos de bebida. Lémina 11: Un hombre que tiene en sus manos la seccién de “empleos ofre- eidos” de un diario, Desde la ventana se ve a un individuo que asciende a un automévil y a una pareja de jovenes que leva patines para hielo. Esta limina es a propésito para susci- tar temas respecto de Ia envidia que se tiene a las personas de mayores recur 808, as{ como referentes a Ia juventud. La mayorfa de las historias que te ‘mos trasuntan envidia tanto por los j6- venes como por el individuo que se introduce en su propio automévil, en tanto que el personaje central tiene que buscar trabajo y no puede disfrutar. Se manifiestan sentimientos deprimentes y se menciona la desesperanza en cuanto @ encontrar trabajo. Se observa la co- modidad del gato asf como los demas objetos. Lémina 12: Una mujer apenada, con la cabeza entre las manos y el anillo de boda en el dedo, El cuadro que se ve sobre su hombro izquierdo representa a una joven pareja y leva a imaginar la vida de esa mujer en tiempos de su juventud, con su esposo y compafiero, © puede suscitar historias respecto de los hijos. Los temas giran en torno del pesar que provocan la muerte, las enfermeda- des, las malas noticias, un marido muje- riego © que abandona el hogar, 0 los problemas con los hijos. La pena de la mujer se atribuye a una abrumadora sensaci6n de desamparo, a la pérdida de Ja cartera con todo su dinero, al duclo por un ser querido o al miedo al futu- ro. Suele aparecer con mis intensidad ta afliceion de la madre por sus hijos que por el marido. Lémina 13: La escena se desarrolla en un aeropuerto, En ella se ve a una mujer mayor que lleva un péjaro en su jaula y a un changador que transporta el equipaje, A la izquierda hay un hom bre, La limina se presta a muchas inter- pretaciones: dejar un lugar o ir a encon- trarse con alguien, o emprender un viaje (lo cual es menos probable, puesto que aparece un péjaro). Como se ve la cabi- na de tréfico, puede conducir a que se experimente contrariedad por no haber podido encontrarse con alguien y a que se tenga la sensacién de hallarse perdi- do. Entre las historias figuran tanto aque- lias en las que se dice que se trata de tuna mujer corriente que vuelve a su casa después de un viaje, o de un ancia- no que también retorna a su hogar, hasta aquellas en las que se habla de un viaje para visitar a un hijo, de Nevarle golosinas a alguna persona, de ir a visi- ar a algin familiar porque le disgusta la soledad, o de abandonar el hogar quizis a causa de una disputa con el esposo. Hay, también, historias de celos y de separaciones, asi como reflexiones acerca de la agitacién del mundo en medio de la cual nadie se ocupa de nadie salvo de sf mismo. Se han mani- festado, también, sensaciones de ansie- dad en cuanto al recibimiento en el lugar de destino. Lémina 14: Un cuarto de baito y, en a, una persona que exirae de un arma- rio un frasco de remedio, Esta Mimina provoca con frecuencia ‘TEST DE APERCEPCION PARA EDADES AVANZADAS W cierta conmocién y, por ende, suscita historias respecto, sobre todo, de dolen- cias fisicas, medicamentos, ideas hipo- condrfacas 'y pensamientos suicidas. La mayorfa de las referencias son, empero, bastante intrascendentes: se habla de in- digestiones, de somn{feros que permitan pasar una buena noche, de resfrfos, de hacer la limpieza del bafto, etoétera. En algunos protocolos hay alusiones, fran- ‘cas 0 encubiertas, al suicidio y al alco- holismo, 0 a beber a hurtadillas. Hay, también, frecuentes referencias a que, ‘cuando se es viejo, uno trata de compo- nérselas lo mejor que puede. Lamina 15: Este grabado constituye un alivio frente a los anteriores, En él se ve a un hombre de edad bailando con una joven, y a una mujer mayor con un joven, Hay dos figuras de ancia- nos en la parte inferior. La limina se presta para una serie de temas: las relaciones entre una genera- cién y otra en el plano de to social y de [os sexos, los sentimientos sexuales de las personas de edad hacia los hom- bres y mujeres mucho més jévenes, las pugnas, la impotencia, fos celos, los re- sentimientos, la célera y la desaproba- cin, También hemos registrado histo- rias amables referentes a personas jve- nes que bailan con las de edad, encanta- das de servir de distraccién a los ancia- nos, en una velada familiar. Con fre- cuencia sirve para averiguar si se percibe la realidad con entereza. Lamina 16: La figura reclinada de, una mujer dormida, Respecto de esta limina se dan ins trucciones especfficas: “Se trata de una persona que esté soflando. Digame qué es lo que sue- fia, con todos los detalles y lo més vividamente que pueda.” Las personas que hasta el momento han tropezado con inconvenientes para relacionar los otros temas especfficos, quizé puedan hacerlo por medio de es tas instrucciones precisas y estar algo menos prevenidas para hablar de un suefio, En este caso no damos ningtin ejem- plo por ser amplio el material que se suscita. Interpretacion El SAT es solo una ligera variante de Ja técnica clinica de preguntarles a las personas qué molestias sienten, y todo cuanto se pretende es facilitarle al indi- viduo el proceso de comunicar sus sen- timientos ¢ ideas, procurando que res- ponda a estimulos corrientes més que a has preguntas habituales de! médico. Cuando se trata de extraer inferen- cias acerca de las implicaciones precons- cientes e inconscientes de las respuestas, es necesaria la intervencion de los psicé- Jogos clinicos muy capacitados y los ps quiatras con formacion y ‘experiencia para emplear técnicas proyectivas. La interpretacion del SAT puede efectuarse por medio de una técnica idéntica a la que Bellak sefialé para el CAT y el TAT (8). Puntos bésicos referentes al Test de apercepcion para edades avanzadas Por costumbre, se clasifica al SAT Je presenta un estimulo y se analizan entre los tests proyectivos: al sujeto se las respuestas que da en forma de histo- 18 rias, palabras y tipos de conducta, en busca de lo que puedan revelar acerca de tal sujeto, En 1950, Bellak comenz6 el estudio de las defensas en las técnicas proyecti- ‘vas (9); en un trabajo de 1954 (10) ex- tendié la aplicacién de la psicologia del yo a ellas y, mas tarde, amplié ese concepto en su obra referente al TAT y al CAT (8). El término que en la actualidad se emplea generalmente para abarcar la to- talidad de las respuestas, mis o menos insinuado en las. referencias anteriores, es el de “estilo cognitive”. Como quiera que a cada persona se la estudia como individuo, las formas ideogréficas idio- sincrésicas de manejar una determinada situacién de estimulo influyen en el proceso que se estudia. Por tal motivo, Ja expresion de Herman Rorschach res- pecto de su investigacion por medio de manchas de tinta fue la de Versuch, 0 * Sea experimento, que con mucho sigue siendo la mejor y deberfa preferirse a la de “test”, con sus connotaciones nor- mativas dentro de la psicologia. Por es- ta razon serfa preferible considerar este Test de apercepcién para edades avanza- das como una Técnica; esto es vilido, también, para el TAT y el CAT. En las respuestas a estos estimulos grificos, lo que se hace es manejar una Gestalt par- ticular de procesos mentales, de la es- ttuctura tanto como del contenido. Toda vez que las inferencias acerca de una persona se basan en la compari ci6n entre sus respuestas y las de un grupo de individuos, hay ciertas normas que son indicadas y de utilidad. La pu- blicacion de la Asociacién Norteameri- cana de Psicologia referente a las nor- mas para tests (1) se ocupa con sums minuciosidad de estos asuntos, y més adelante volveremos sobre ellos. {Cudles son los elementos fundamen- les con que debe contar un test co- mo el SAT? 1) Cierta seguridad de que las perso- nas refieran, en realidad, historias de alguna extension y cuyo contenido ten- ga sentido, En nuestros casos. esto sig- LEOPOLD BELLAK ¥ SONYA SOREL BELLAK nifica que las léminas puedan suscitar historias que revelen algo acerca de ta personalidad y de los problemas de las personas de mas de 65 affos, para quie- nes estén destinadas. Segin nuestro procedimiento, par ticndo experimentalmente de una gran cantidad de liminas, y viendo que algu- nas de ellas no eran de utilidad, hicimos lo correspondiente para probar la hip6- tesis de invalidez: tuvimos, pues, que su- primir algunas Liminas (28, de un total de 44), porque las historias resultaban cortas, triviales 0 no reflejaban el proble- ma que querfamos que se trasuntara. 2) La extension de las historias que se relatan acerca de las liminas, parece tener elevada correlacién con el Indice de Ambigtedad, segin Prola (22), de modo que la medida de la utilidad de una Himina esté dada por este criterio de aceptacion general. 3) El inventario de los temas y el estudio de su frecuencia es'también una manera de satisfacer esta necesidad; otra la constituye ta validez nominal por coherencia con la informacion clini- ca —y por su ampliacién, dotada de coherencia interna—. Aun cuando en los tests de aptitud y de inteligencia no se concede mucha importancia a la validez nominal, la coherencia interna con se- ries de informaciones dinimicas y con la realidad, que se obtiene por medio de Ia entrevista y Ja historia, le confiere fen este caso un mayor valor. 4) Estar lo bastante imbuida de la idea general respecto de los temas “po- pulares”, es decir, de aquellos que los estfmulos suscitan con frecuencia. Por lo demés, esto justifica y sirve de base para la seleccion de ciertas laminas en general, y para que se elijan algunas de ellas para determinadas personas en par- ticular, Ademés, establecer ciertos. te- mas populares puede facilitar la posibili- dad de extraer algunas deducciones pro- visionales cuando las respuestas del indi- viduo se apartan de modo apreciable de ja norma corriente. ‘TEST DE APERCEPCION PARA EDADES AVANZADAS 19 : Valider y confiabilidad No se pretende fundamentar ta vali- dez y confiabilidad de esta técnica en ‘complejas estadisticas, sino en el hecho de que las Kiminas representan situacio- nes que se observan con frecuencia en la vida cotidiana y que, en consecuen- cia, son adecuadas para suscitar respucs- tas, sentimientos y pensamientos tipicos respecto de ellas. ‘La presente informacion acerca del SAT se funda en las respuestas de un centenar de personas (sin contar las des- cartadas previamente), entre las que ha- bia 46 hombres y 54 mujeres cuyas edades oscilaban entre 65 y 84 afios. Hemos procurado contar con una mucs- tra socioeconémica representativa, Es dudoso que hayamos logrado incluir en forma pareja representantes de todas las clases de, por ejemplo, el Indice Ho- Dos estudios experimen ‘basados en el SAT? En su tesis, Nancy Altobello estudié fa esperanza y el desaliento por medio del SAT, y artibé a interesantes resulta- dos que contradicen las hipétesis de Neugarten (1968) sobre la desvincula- cién y confirman su conclusién poste- rior (1972) de que las personas de edad, si disponen de un medio social relativamente propicio, optan por su participacién personal. La “teoria de ta desvinculacion”, enunciada originariamente por Cum mings y Henry (14), fue investigada y después propuesta por Neugarten. Al comienzo, sostenfa que las personas ma- yores experimentan una disminucion del interés emocional durante el proceso de! envejecimiento y que, en consecuen- se apartan de las actividades que ituian el rasgo caracteristico de su vi Estas personas desvinculadas conservaban, segin su hipdtesis, una sensacion de bienestar psiquico y de satisfaccion por la vida. En un estudio posterior, empero, Neugarten observd llingshead, Hemos administrado el SAT cen distintos medios (véanse los “Agra- decimientos”). Entre las historias de estas cien per sonas, la extensién promedio en pala bras fue de 112, con una media de 138 y un modo de 280. El tiempo prome- Gio de administracion de diez ldminas ‘oscil6 entre 20 y 30 minutos. ‘Como observacién complementaria puede decirse que, al parecer, los ancia- nos cuentan historias mas concretas que fos nifios 0 que los adultos de 18 a 65 aos, estos tiltimos en respuesta al CAT y al TAT, respectivamente. Esta obser- vaci6n no’ se funda sino en meras im- presiones clinicas, pero coincide con la presuncién corriente de que muchas personas de edad muestran tendencia & restringir su esfera de intereses. tales que las personas de edad socialmente fctivas y dispuestas, mis que las que se apartan, son las que mantienen un alto grado de satisfaccion por Ia vida (20). ‘Altobello comenz6 no sélo'a someter a prueba sus hipdtesis de que las perso- has de edad tienen més carga de expe- riencia en cuanto a la desesperanza, la muerte y las sensaciones de lucha que un grupo control de estudiantes, sino también a analizar si la teorfa de la desvinculacion tenia asidero. Efectud cstimaciones del interés por el célculo de las palabras, realizé evaluaciones del grado de participacin y compard los tipos de esperanza y desesperanza que experimentaban los ancianos con los de Jos jévenes. Durante este proceso, tam- bién comparé el SAT con el TAT. Para Jos sujetos de edad utilizé tres Mminas ‘Tanto la exis de Nancy Altobello como ta do Lynette Ackerly. se hallan depositadas en la Be ‘lioteea del College de Purchase de la Universidad Estatal de Nueva York. 20 del TAT y veinte del SAT, si bien algu- nas de estas dltimas han sido modifica- das © suprimidas de la serie actual. A los sujetos jévenes se les administro el mismo conjunto de liminas del SAT y de la misma manera, pero a causa de las limitaciones de tiempo no sc les sumi- nistr6 las del TAT. Lucgo se evalud cada una de las historias en cuanto a tipos de actividad, grado de implicacion interpersonal, temas de desesperanza, resultado y ‘cantidad de palabras. Se analiz cada puntaje con respecto a la edad y a las diferencias de sexo, y en uunto a las desemejanzas entre el SAT y el TAT. En cuanto a las cinco subclases de actividades (ensuefios diumos, rutina diaria, pasividad, conflicto y afiliacién) no hubo diferencias relacionadas con el sexo ni entre los sujetos de edad ni entre los estudiantes. También llama ta atencion que, para los estudiantes, las principales actividades fueran las mis- mas que para los ancianos, excepcion hecha de la rutina diaria, que fue un poco mayor para los primeros. Por Jo que atafie a las cinco subclases de esperanza del SAT (felicidad, opti mismo, esfuerzos por conservar el. sf mismo, sentido de purentesco ¢ interés por Ia gente), no hubo diferencia entre los grupos. En cuanto a los grados de implica- ccién social, tampoco se manifestaron di- ferencias entre los estudiantes y los an- cianos. Los hombres de ambos grupos Parecen tener mas puntajes en implica~ cién moderada, en tanto que las muje- tes tienen mis puntajes en baja implica- cién, Segin tas observaciones de Pro- 4a (22), los rubros de cantidad de pala- bras y de implicacién parecen estar rela- cionados. Los sujetos que registran ma- yor cantidad de palabras tienden a te- ner més puntaje en cuanto a un elevado grado de implicacion. Con respecto a las tres kiminas del TAT —administradas con el objeto ds observar las reacciones a dibujos desti- nados a personas mis jévenes—, las actividades computadas tuvieron ‘rela cidn con los resultados del SAT, pues LEOPOLD BFLLAK Y SONYA SOREL BELLAK se obtuvieron clasificaciones similares en cuanto @ afiliacién, rutina diaria y pasividad. Aun cuando se utilizé una cantidad demasiado pequefia de laminas del TAT para extraer conclusiones, es interesante que estimulos tan distintos levaran a contenidos temiticos simila- res, La hipdtesis de que las ldminas del TAT podian suscitar més respuestas de esperanza y menos de desesperanza en comparacién con las del SAT, no se ‘confirmé en este estudio. Los resulta- dos del TAT fueron, en realidad, de mis desesperanza que los del SAT, y las liminas de esta iiltima no despertaron el espanto que quiz4 se esperaba. La presuncion de que las personas de edad responderian inevitablemente con ideas de desesperanza y de muerte no tuvo confirmacién en este estudio. Las historias que suscit6 cl SAT demostra- ron el anhelo de los ancianos por rela- cionarse y desarrollar actividades. A despecho del temor a las enfermedades y a la muerte, estos estfmulos suscita- ron aspectos relacionados con la espe- ranza, lo cual significa que no hay que considerar al envejecimiento como algo que deprime, que sume en la desespe- ranza y que afsla. En su totalidad, el grupo de control formado por estudiantes no difirié en esencia del de ancianos. La Gnica dife- rencia notable se present en cuanto a los sexos. En una investigacion acerca de las preocupaciones psicosexuales de las per- sonas de edad y de los efectos que et envejecimiento puede tener en el con cepto sexual de aquéilas, Lynette Ackerly empleé el SAT, asf como el TAT y el Rorschach. Las hip6tesis de Ackerly eran que las personas mayores demuestran su interés por el sexo en las historias que narran en respuesta a los distintos estimulos grificos; que el TAT puede suscitar una proporcién mayor de imagenes sexuales que cl SAT, a causa de que Ia gente de edad tiene actitudes estereotipadas acer- ‘ca de los sentimientos sexuales; que en el anciano puede haber un mayor por- centaje de imagenes sexuales como ‘TEST DE APERCEFCION PARA EDADES AVANZADAS compensacién por los deseos sexuales insatisfechos; y que, mas que las dife- rencias de edad, son las diferencias indi- viduales las que pueden reflejarse en los grados de respuesta sexual frente a los materiales proyectivos. Tomé, pues, quince sujetos de 65 a 86 afios, cuya edad promedio era de 75,6 aflos. De los siete hombres, dos eran solteros, tres viudos y dos casados. De las ocho mujeres, una era soltera, cuatro viudas y tres casadas. Luego es- tudié la frecuencia de sicte temas: de- presion y soledad; competencia, antago- nisnio y_agresion; desaliento y desilu- sion; seguridad y preocupaciones de sa- ud; ‘carencia de alimentos; afiliacion y compasion, y sexualidad. ‘A los sujetos se les administraron 21 a Himinas del SAT, 4 del TAT y las 10 del Rorschach. A siete se les administra- ron primero las del SAT, en tanto que a los otros ocho se les mostraron en primer lugar las del TAT y las del Rors- chach. La observacion mas sorprendente fue que la sexualidad no desaparece a med da que la gente envcjece: entre los siete temas, resulté quinta en frecuencia con el SAT, pero scgunda en cl TAT. En general, ta mitad de mas edad de los sujetos demostr6 tener tanto interés por los asuntos sexuales como 1a mitad mis Joven. No se encontré ninguna diferen- cia importante entre el gradu de interés sexual de los hombres y de las mujeres. Hubo, en cambio, manifiestas diferen- cias individuales. Sugerencias sobre futuras investigaciones Quid les interese a los investigad res, en Jo futuro, realizar un anilis comparativo por, “cantidad de ideas”, entre grupos de jévenes y de ancianos. Parece de interés, por ejemplo, contar el ndmero de palabras referentes a la esperanza, a la desesperanza, a las ten- dencias de afiliacin y al sexo, como se ha hecho en los dos modestos estudios ‘experimentales que acabamos de men- cionar. Se podria, también, contar las palabras que se refieren a la muerte y a Ja agresion, y el nGmero de adjetivos y de adverbios que denotan afectividad. Las futuras investigaciones podrian abarcar una diversidad de estudios ana- liticos del contenido, por émputo de palibras, El estudio analitico efectuado por Judson (19) respecto del contenido (por cémputo de palabras) de amor y de muerte de los cuentos de Somerset Maugham, condujo a resultados muy si- milares a los que obtuvo Bellak (4). Puede resultar de interés averiguar si los enfoques divergentes en cuanto a las historias del SAT han de arribar, en lo futuro, a una similar convergencia en la informacién, Ademas, seria interesante efectuar una comparaciér. asi entre el grupo de mis de 65 afios y otro de adultos jovenes. Podrian determinarse otros criterios © palabras que sirvan de criterio de de~ presiOn, desorientacion, deterioro (en funcién del sindrome ‘cerebral orgini- co), 0 de evidencia de una perturbacién: mental, Serfa por entero posible definis’ criterios en las respucstas al SAT y co mrelacionarlos con los criterios de los tests establecidos de perturbacién men- tal, deterioro o escalas de depresién, y obtener mediciones de validez. Podrian realizarse otros estudios de clasificacion de los pacientes por sus nes sociales dentro de un hogar para ancianos, por medio de escalas de evaluacién de la conducta, y obtener coeficientes de correlacién ‘con las me diciones de sociabitidad derivadas del SAT. También es perfectamente posible comparar los resultados que se obtienen con el SAT con los que se alcanzan con el TAT y el Rorschach 0 con otros tests, de personalidad. Es probable, sin embargo, que el valor de semejante ta- 2 LEOPOLD BELLAK Y SONYA SOREL BELLAK tea sea limitado, puesto que incluso estas viejas y bien establecidas técnicas, a su vez, nunca han satisfecho los criterios de validez que se exigen por su misma naturaleza a Jos tests de inteligencia 0 de aptitud, El constructo sobre desvin- culacién de Neugarten podria ser estu- diado definiéndolo cuidadosamente para una muestra de poblaci6n, determinan- do las variables de contenido de relacio- nes sociales o desvinculacién en el SAT, y computando las correlaciones entre la conducta observada y la que se reflcja en el SAT. AGRADECIMIENTOS Deseamos expresar nuestra profunda gratitud al doctor Bernard Landis, pro- fesor adjunto de Ia Universidad Estatal de Nueva York, en Purchase, por su asesoramiento y por haber supervisado los dos estudios experimentales; a Nan- ey Altobello y a Lynette Ackerly, quie- nes Ilevaron a cabo esos estudios; a la seflora Geraldine Frenkiel del Hospital Municipal Bronx; a Ludwig Bellak, y a Rhoda Katzenstein por su colaboracion en ta redaccidn del original. Hacemos extensivo nuestro especial agradecimiento a la sefiora Lenore Luft- man, M.S.W., de los Westchester Jewish Community Services, por su tan valiosa cooperacién para la formulacién de las importantes esferas de problemas de los ancianos, asf como por habernos puesto en contacto con una considerable canti- dad de sujetos. Ademis, vaya nuestro particular reco- nocimiento a todas las personas que nos abricron tas puertas de sus instituciones para realizar enirevistas: a Paul S. Roth, director, y a la sefora Audte Goldfed a cargo de los servicios sociales, Smbbos. del Brandywine Nuring Home, Briarcliff Manor; al scfior John Nyberg, propietario de ‘la Manor Inn, Larch- mont; a Harold O. Mawhinney, director del Osborne Memorial Home, Rye; a Richard Bloom, director, y a las sefloras Gloria Gold y Margaret Kalshed, del Sarah R. Neuman Nursing Home, Ma- fa seflora Minnie Graham, 1 Swiss Home, Mount Kise directora co, y a los Rye Senior Citizens y a la selora Tricia Pasquale por la col boracién que prestaron para reunir su- Jetos.

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