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Universidad del Salvador Filosofia y Teologia San Miguel Argentina AG ISSN 0049 - 2353 UNIVERSIDAD NEL SALVADOR BIBLIOT: tq CENTRAL Hemeroteca Afio XXXVI - Enero ~ Junio 1980 - N? 1/2 Stromata EL DERECHO DE PROPIEDAD EN PUEBLA. UNA ‘CONSTANTE DOCTRINAL EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA. UN NUEVO PUNTO DE PARTIDA EN LA FILOSOFIA LATINOAMERICANA, VER O INTERPRETAR. LA PERCEPCION EN LAS “PHILOSOPHISCHE UNTERSUCHUNGEN”, SENTIDO DE LA EXPRESION “UNION PERSONAL QUE SE HACE EN LAS CONGREGACIONES DE LA COMPARIA” EN LA PARTE Vill DE LAS ‘CONSTITUCIONES DE LA COMPARIA DE JESUS. A PROPOSITO DE LOS TRABAJOS DE LOS PP. DE ROECK Y EGANA. PROMOCION HUMANA Y EVANGELIZACION A PROPOSITO DEL ARGUMENTO DE AUTORIDAD. REFLEXIONES SOBRE LA RAZON Y LA VIDA Y LA CONDICION DEL MAESTRO. PSICOTERAPIA Y FE PERSONAL NOTA SOBRE LA PERSONA HUMANA = UNA COLECCION DE ESPIRITUALIDAD: “ICHTYS’ a CONTENIDO E. J. LAJE El derecho de propiedad en Puebla. Una cons- tante doctrinal en el magisterio de la Iglesia 3/24 J. C. SCANNONE Un nuevo punto de partida en’la filosofia lati- ‘ noamericana ....... arntaneed Sth ccncrwmaga% a 25/47 M. L. PFEIFFER. 5 ee Ver o interpretar. La pereepcién en las “Philo- sophische Untersuchungen” ................ 49/64 J. AMADEO . 5 Sentido de la expresién “unién personal que se hace en las Congregaciones de la Compafifa” en la parte VIII de las Constituciones de la Compaiiia de Jesus. A propésito de los trabajos de los PP. De Roeck y ZB. scecccennaremmmsemcmss maT eureay ents ¢ 63/76 J. L. AVILA Promocién humana y evangelizacién .............. 77/82 8S. BAKIRDJEAN de HAHN A propésito del argumento de autoridad. Reflexiones sobre la Razén y la Vida y la condicién del Maestro 83/90 M. A. MORENO Psicoterapia y fe personal OL/115 R. DELFINO i Nota sobre la persona humana .............0.005 117/130 M. A. FIORITO Una coleccién de espiritualidad: “Ichtys” ......,, 131/147 BOLETINES BiBLIOGRAFICOS: Biblia y vida espiritual’ -. 149/166 NOTICIAS BIBLIOGRAFICAS: Sagrada Escritura, 167/168°¢ Teologia; Sa- eramentos, Historia de la Teologia, Liturgia, 168/175 ® Ecumenismo, 175/176 ® Espiritualidad, Historia de la Espiritualidad, 176/183 @ Historia de las Religiones, 183/184 © Filosofia, Historia de la ‘Filosofia, 185/160 *. Psicologia, 190/191 © Varia, 191. INDICE BIBLIOGRAFICO ...........0..0.cccccseceegeeenee 193/194 is crus (ontigus-6mR Feeitades do Filositia 'y Toolo 2 Universidad ae Salvador San Migngl? (Pela. de Buenos Aires), Argentina ae % nye ¥ DIRECCION. DIRECTOR: MIGUEL ANGEL FIORITO S. 1. Consejerou: V. Marangoni 8.1, J, C. Scannone 8.1, R, Delfino S. 1, Rte de S.1, JH. Amadeo 5. * SECRETARIA DE REDACCION Seeretario de Redaccién; M. A. Moreno 8.1. SECRETARIA ADMINISTRATIVA: Becretario: M. A. Moreno 8.1. SUSCRIPCION ANUAL (a partiz de 1977) 15 Détares en América Latina 18 Délares en los demés paises NUMERO SUELTO 6 Délares el nimero simple (10 Délares si'es doble) para todos ea paises fuera de Argentina Se puede adquirir en Ine siguientes librerias: Del Instituto de Cultura Religiosa Superior (Rodriguez Peis 1082 Panlinas (Callao 326) ; EL DERECHO DE PROPIEDAD EN PUEBLA. UNA CONSTANTE DOCTRINAL EN EL MAGISTERIO con DE LAIGLESIA. . por E, J. LAGE, 84:) (San. Miguel) -s,', EA au disciirso'jhaugural, de J4 HI Conferencia General’ del :Bpiscopado Latinoamericano en Puebla, Juan Pablo II, al hablar del auténtigo compromiso evangélico de la Iglesia, se refirié al tema de la propiedad con estas palabras; “Nace de abf la cons- tante preocupacién de la Iglesia por la delicada cuestién de la propiedad. Una prueba de ello son los escritos de.los Padres de la . Iglesia a través del primer milenio del cristianismo (San‘Ambro- ‘ sio, De Natuthee, cap. 12, n. 63). Lo. demuestra claramente la doctrina vigorosa de Santo Tom4s de Aquino, repetida tantas ve- ces. En nuestros tiempos, la Igiesia.ha hecho apelacién a los mis- mos principios.en documentos de tan largo alcance como las En- efclicas sociales de‘los ‘Gltimos Papas. ‘Con una fuerza y profun- didad particular, hablo'de este tema el Papa Pablo VI en su En- Scliee jy materen Progressio (Cfr. 28-24; Juan XXIII, MM * - “Hsta voz de la Iglesia, eto de la voz de la conciencia hu- mana, que no cesé de resonar a trayés de los siglos en medio de los més variedos sistemas y_ condiciones socio-culturales, merece y necesita ser eseuchada también en nuestra época, cuando la ri- queza. creciente de unos, pocos sigue Paralela a la creciente miseria de 1g3.masas, zi . “Es entonces cuando adquiere carfcter urgente la enseflanza de Ia Iglesia, segin Ia cual sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social’! 1, I. LA HIPOTECA SOCIAL DE LA PROPIEDAD « ‘El Documento de Puebla, al tocar l tema de la propiedad, cita varias veces estas Gltimas palabras del Papa? El texto més ‘importante es el siguiente: “Los bienes y riquezas del mundo, 1 Diseurso inaugural, Il, 4, en La Evongelisacién en el presente y en el futuro de América Latina, Documonto de Puebla, Conferencia Epis- copal Argentina, Buenos Aires, 1979, pp. 21-22. 2 Cfr, Puebla, 492, 795, 1224, 1281. oe : be por su origen y naturaleza, segin voluntad del Creador, son para servir efectivamente a la utilidad y provecho de todos y cada uno de los hombres y los pueblos. De ahi que a todos y a cada uno les compete un derecho primario y fundamental, absolutamente in- violable, de usar solidariamente esos bienes, en la medida de lo necesario, para una realizaci6n digna de la persona humana. To- dos los demas derechos, también e] de propiedad y libre comer- cio, Je estan subordinados. Como nos ensefia Juan Pablo IT: ‘So- bre toda propiedad privada grava una hipoteca social’... La pro- piedad compatible con aquel deréclio primordial es més que nada un poder de gesti6n y administracién, que si bien no excluye el dominio, no lo nace absoluto ni ilimitado. Debe ser fuente de libertad para todos, jamés de dominacién ni privilegios, Es un deber grave y urgente hacerlo retornar a su finalidad primera (Cfr.. PP 28)”*,, _ Las palabras del Papa y del Documento de Puebla no hacen mag que repetir la doctrina constante de la Iglesia. Esta, sin em- bargo,.ha sido a veces mal interpretada e incluso tergiversada, porque no se ha tenido, suficientemente en cuenta un principio fundamental, que sefiala Leén XIII y repite Pio XI, y a cuya luz es necesario leer los documentos de la Tradicién y del Magisterio: la distincién entre la recta posesién y el recto uso. Distincién entre la recta posesién y el recto uso de la propiedad “Sobre el uso de las riquezas, dice Leén XIII, hay una doc- trina excelente y de gran importancia, que, si bien fue iniciada por la filosofia, la Iglesia la ha ensefiado también perfeccionada por-complete y ha hecho que no se quede en puro conocimiento, _ sina que informe de hecho las costumbres, E] fundamento de di- cha doctrina consiste en distinguir entre la recta posesién del di- nero y el recto uso del mismo. Poseer bienes en privado, segin hemos dicho poco antes, derecho natural del hombre; y usar de este derecho sobre todo en la sociedad de la vida, no sélo es licito, sino incluso necesario en absoluto. Hs licito que el hombre posed, cosds propias. Y es necesaria también para la.vida humana (2-2 q.66 4.2) Y si se pregunta cu4l es necesario que sea e] uso de los. bienes, la Iglesia responderé sin -vacilaci6n. alguna: En cuanto a esto, el hombre no debe considerar las cosas externas co- mo propias, sino como comunes, es decir, de modo que las com- parta fécilmente con otros en sus necesidades. De donde el Apéstol dice: ‘Manda a los ricos de eate.siglo... que den, que compartan 3 Puebla, 492. —5 con facilidag:-(2-2 q.86 3.2). A nadie.se-manda sogorrer_a los demas con lo necesario pare sus usos personales 0 de los suyos; ni siqpierm dar.a otro lo que. él miamo necegita para conservar lo que; gonvenga a la persona, a su, decoro: Nadie: debe vivir.de une, manera inconveniente {2-2 q.32 4.6). Pero cuando se. hg,aten- dido suficientemente a la necesidad y.al decoro, es,.un.deber goco= qrer a los indigentes con lo que sobra, Lo que sobra, dadlo de li- mogna (Le 11,41). No son éstos, sin embargo, ; deberes. de Justicia, salvo en:los casos de necesidad extrema, sino de caridad crilstiana, Ja cual ciertamente no hay derecho de. exigirla por la ley” 4." “Hay que establecer previamente. como fundamento, repite Pio, XJ, lo que ya senté Leén XIIF, esto es, que el derecho de pro- piedad se distingue de su ej jercicio” 5, 5, : El autor de esta distincién parece haber sido Aristételes, pues, en. su critica a la Repibliea.de Platén, dice que “es evidentemen- te preferible, que la. propiedad ses particular, y que sélo mediante el uso se haga comin” *, Sto. Tomaés de Aquino, en el comentario de este pasaje, al in- terpretar el pensamiento del estagirita, afirma que la propiedad debe ser particular, es decir individual, en cuanto al dominio (po- sesién), y en cierta manera comin en cuanto al uso’. Explica m&s ampliamente eats. distincién en la Suma Teo- légica:*. El dominio individual de la propiedad Sto. Tomas define el dominio particular o individual como “el poder.de administrar y dispensar” °, Poder de administrar no significa que el propietario es un mero administrador de los bienes de la comunidad, porque es el propietario y no la comunidad, el que tiene el poder de tomar las decisiones sobre el uso de los bienes poseidos segin su criterio y voluntad. Se trata de un verdadero poder estable y personal que no esté subordinado a un poder jerarquico superior del cual dependerfa para tomar sus decisiones. E] propietario decide sobre 4 Leon XIII, Rerum Novarum, 16, en Ocho Grandes Mensajes, BAC, Madrid, e ed., 1978, pp. 32-33; ASS 29 (1890/91) 651. XI, Quadragesimo Anno, 47. : Aristételen Politica, II, cap. I, traduccién de P. de Azerate, Obras Comeleeas t.1, Anaconda, Buenos Aires, 1947, p. 563, ‘Thomae Aquinatis In Libros Politicorum Aristotelis Bezoritin; L, II, i a, n? 201, Marietti, Taurini, 1961, p. 67. sa fr. E. Laje, La propiedad en la Suma Teolépico, Ethos, vam) Si ® “Potestas procurandi et dispensandi” (8. Th., HII, 4.66, 0.2). 6 sus bieties de acuerdo a'su propio juicio y ‘sélo -trente a su" con- ejencia 1°, Esto aparece mas claro en el Quodlibet, ‘Vi,art. XII; donde- refiriéndose 9 los bienes patrimoniales o a los legftithamente ad- quiridos, Sto. Tom4s afirma que el hombre es verdaderamente su duefio, y por tanto, en cuanto. 4 lo que toca a la Gondicién de la misma cosa, puede usarla-como quiere “, En cuanto al significado de dispensor, conviene tener pre- sente que “para Aristételed’ (lo mismo que para Sto. Tomés), debe distinguirse cuidadosamente la econemia, del arte de adqui- vir riquezag, En efecto, esta econom{a consiste en dispensar como conviene, en casa o en la ciudad, las Tiquezas anteriormente ad- quiridas” 17, * Por eso, “dispensar aqui tiene’ evidentemente ‘el ‘sentido de distribuir, Debemos recordar, a este ‘propésito, que en todas las versiones medievales, la palabra cikonomia sé traduce por dispen- satio. Esto no tiene nada de extrafio, Dispensatio, en efecto, cornbina des ideas cuyo conjunto designa e] juicio distributivo. Hay, primeramente, la idea de particién, dada por la particula dis, y luego la de sopesar, de juzgar: pensatio. Ahora bien, lo mismo ocurre con ofkonomia. Nomta, en efecto, viene de némo, que quiere decir repartir. La oikonomia es la reparticién, la dis- tribucién en el 4mbito doméstico. Desde este punto de vista, la economfa serfa la reparticién en e] 4mbito de la polis, y, para ser del todo correctos, deberfamos hablar de la poiinomfa. Es claro, pues, que esta economia (o esta dispensetio) se distingue del arte de fabricar, de adquirir y, @ fortiori, de aeumular riguezas” 8. Sto. Tomds afirma que en cuanto al “poder de administrar y dispensar”, es no sélo Meito sino también necesario para la vida humana que el hombre posea-cosas propias‘**. Hin esto con+ siste el dominio o la posesién. Ste. Tomds no usa la terminologia moderna, propiedad pri= qada individual oO personal **; pero usa expresiones que contienen 1° Ofr. P. Bigo, Doctrina Social de la iglesia, Instituto Catdiico de Es- tudios Sociales, Barcelona, 1967, p. 264. 11 “Bonoram patrimonialium vel Heite acquisitorum, hémo vere est dominus; unde, quantum pertinet ad conditionem ipstue rei, potest ré sua uti vult” (Quodtibet. VI, art. 12). Cfe. también’ S.Ph.,, TEI, q.118, 0:2. 12 P. D. Dognin; Introduccion a Karl Mare, Cedial, Bogota, 1975, p. 314. Cfr. Sto, Tom&s, In Pol 1, n 100 y 181, = 38 P, D; Dognin, op. cit, p, 814, tote 50. 2 14 ILI, q.66, 0.2. 2 eget 218 Bi wawndo’ moderne forraula el problema do! le "doped ‘en thr. minos de propiedad publica y de propiedad privada, La propiedad es publica euande €] sujeto poseedor es una persona de derecho piiblico, ef Estado, la iE a mismo. concapto: poseer glowng. cosa come; propia ** 2 propiedad de.las pasesignes 1", poser, cosas, propias 18, Esta. propiedad, pogesién, 0. .domiz onsiste, por. tanto, en el poder de administrar y dispensar las cosas que se poseen como propiss, y ea individual, 2 . Bl uso social de la propiedad. eee eer En ‘cuanto. al uso de ls propiedad, dies Sto. Toméa, que “el hombre no debe considerar ‘las cosas externas coma propias, sino como comunes, es decir, de modo que fas comiparta facilmente con otros en,sus necesidades” ’*. E] uso no significa aqui ef pader de ‘usar de las cosas como duefio, que incluye el poder de ‘poscerlas mediante unz detenta- cién estable y duradera, sino la “fruitlo”, es decir, ‘et goce ré- pidamente desaparecide que procura. el simple consumo o empleo transitorio. de las cosas 7. .* ‘Este ‘tiso o “fruitio” debe ser social, Esto significa que la afectacién de los bienes poseidos, pars el uso propio, no es nunca automética, sino el resultado ‘de un juicio, por medio del cual, el propietario evalia sus necesidades‘y tas necesidades ajenas, sin aitribuirse m&s de lo digno en la sociedad a fe cual pertenece, y considerando la pobreza’ que lo tadea *. “Si los bienes son de tos que podrian calificarse, en términos | Guantitativos, necesarios, es evidente que estos bienes deben servir primero a su propietario; pero no es menos evidente que con ello estin cumpliendo, ademas de esa funcién individual de satisfacer las necesidades de su titular, una funciénu social, ‘ya que el propietario, por el necho de serlo, no esté exclufdo deta colectividad, y los bienes que le sirven a él estén por ello sirviendo a la colectividad. Y supuesto que son bienes necesarios, por el mero hecho de servir 2 un miem- bro de.la colectividad, no hay colisién alguna con otros miembros Igiesia, el municipio... La’ propiedad es privada cuando el sujeto poseedor es una. persona privada fisica.o moral (Cfr. I. Gonzalez Moral, Philosophie meralia, Sal Terrae, Santander, 1945, p, 329). El mundo feudal, en cam- bio, “s6lo’ conocia dos, situaciones: poseer como propio o poseer en comin, Js, propiedad o la comunidad” (P. Bigo, op. cit. p. 260). 316 *Rem aliguam quasi propriam possidere” (II-I, 4.66, 2.2). . 3.Proprietas possessionum” (IL-II, q.66, a.2, ad 1; 9.57, 2.8). 18 “Byopria possideat” (II-II, q.66, a.2). 19 TI-II, q.66, 9.2, Téngase ‘presente que este texte es el citado ‘por Leén II en ‘a pasaje mencionado més arriba (cfr. nota 5). 20 Ofr. I. I. Calvez y J. Perrin, Iglesia y Sociedad Reonémioe, Men- sajero, Bilbao, 1965, p. 279. 21 Cfr, Bigo, op. cit., p. 265. a— de la misma. Si los bienes exceden de lo necesario, es entonces * cuando el titular debe hacer uso de su potestad de administracién libre y anténoma, pero moralmente dirigida a obtener de-os bie- nes el mayor beneficio’para‘los demds’’ 2%, Sto, Tomas lo explica de esta manera: “Las cosas que alguien tiene sobreabundantemente se deben por derecho natural al sus- tento de los pobres” 2, Esto se debe a que “segdn el orden natu-- ral instituido por la divina providencia, las cosas inferiores estén ordenadas @ que de‘ellas ge aubvenga a la necesidad de los hom- bres... Pero dado que son muchos los que padecen necésidad, y no se puede subvenir a todos con la misma cosa, se encomienda al arbitrio de cada uno la distribucién, de las propias cosas, para que de ellas subvenga a los que padecen necesidad” *+, Nadie, sin embargo, esta obligado a vivir de modo inconve- niente a su estado”. Leén XIII ensefia, por otra parte, que estos deheres sociales del propietario no son obligaciones de Justicia, sino de .caridad eristiana, y no pueden exigirse con la fuerza de la ley civil 26, Pio XI ecreyé conveniente darificar estas ensefianzas de Leén XHI con ulteriores precisiones, para disipar malas interpre- taciones: “La justicia Hamada conmutativa manda, es verdad, respetar santamente la divisién de la propiedad y no invadir el derecho ajeno excediendo los limites del propio dominio; pero que log duefios no hagan uso de lo propio si no es honestamente, esto no atafie ya a dicha justicia, sino a otras virtudes, el cum- plimiento de las cuales no hay derecho de exigirlo por la ley. Afirman sin raz6n, por consiguiente, algunos que tanto vale pro- piedad como uso honesto de la misma, distando todavia mucho 22 F, Rodriguez, La propiedad em la doctrina social de ta Iglesic, en Curso de Doctrina. Social Catélica, BAC, Madrid, 1957, p. 611. 8 ILI, 4.66, 4.7. Respecto de esto, dice Pio KI: “Tampoco quedan en absoluto ai arbitrio del hombre los réditos libres, es decir, aquellos que no le son necesarios para el sostenimiento decoroso y conveniente de su vida, sino que, por el contrario, tanto la Sagrada Eseritura como les San tos Padres de ia Iglesia avidencian con un lenguaje de toda claridad que Jos ricos estén obligados por ¢] preceptoe gravisimo de practicar la li- mosna, la beneficencia y. la liberalidad. Ahora bien, partiendo de Tos ‘prin- cipios del Doctor Angélico, Nos colégimos que el empleo de grandes capi- tales para dar més amplias facilidades al trabajo asalariado, siempre que este trabajo se destine a la produccién de bienes verdaderamente jtiles, de- be considerarse como la obra més digna de Ja virtud dé la liberalidad y au- oa apropiada a las necesidades de los tiempos” (Quadragesimo Anno, 51). - 24 Thid. 25 TI-II, q.32, 2.6, 20 Rerum Novarum, 16. —9 més de ser verdadero que *1 derecho de propiedad :perezca o se pierda por el abuso o por el siemple ‘no uso” a ee Fundamentacién del dominio individual de ta propiedad Aristételes indica algunos. de los inconvenientes que tiene la compnidad de bienes 78, “one a. “No estando igualmente repartidos el trabajo y el goee, ne cesarlamente se suscitarén. reqlamaciones contra los que gozan y reciben mucho trabajando poeo de parte de los que raciban poco y trabajen mucho, Entre los hombres, son en general Jas relacio- nes permanentes de vida y.de comunidad muy dificiles, pero lo son més atin en la materia que nos ocupa... vt “Adem4s de este primer inconveniente, la-comunidad, de bie- nes tiene otros todavia mayores. Yo prefiero, y mucito, et siste- ma actual, completado por las costumbres publicas y sostenido por buenas leyes. Retine las ventajas de los otros dos; quiero decir, de la mancomunidad y de la posesién exclusiva. La pro~ piedad en este caso se hace comin en cierta manera, permane- ciendo al mismo tiempo particular; Jas explotaciones, estando to- das ellas separadas, no darém origen a contiendas; prosperarén més, porque cada uno las miraré como asunto de interéa perso~ nal, y la virtud de los ciudadanog arreglar4 su aplicacién de con- formidad con el proverbio: ‘entre amigos todo es comin’. Atin hoy se encuentra rastros de’ este sistema en algunas ciudades, lo cual prueba, que no es imposible; sobre todo en ‘los Estados bien organizados o existe en parte o podria facilmente completarse. Los ciudadanos, poseyéndolo todo personalmente, ceden o prestan @ sus amigos el uso comin de ciertos objetos. Y asi en Lacedonia cada cual emplea los esclavos, Ios caballos y los perros de otros, como si le perteneciesen en propiedad, y esta mancomunidad se extiende a las provisiones de viaje, cuando la necesidad sorprende a@ uno en despoblado” 2°, “Por lo demas, afiade més abajo Arist6teles, es poco cuanto se diga de lo gratos que son Ia idea y e] sentimiento de la pro- piedad. El amor propio, que todos poseemos, no es un sentimiento reprensible, es un sentimiento completamente natural, lo cual no impide que se combata con razén el egofsmo, que no es ya este mismo sentimiento, sino un exceso culpable; a la manera, que se censura Ja avaricia, si bien es cosa natural, si puede deciree 31 Quadragesimo Anno, 41. i ee #6 Se refiere tanto al suelo (propiedades). como o..aus frutos. (Palitiog TE, emp, ID, op. ely p. 368). : bid. 10— asi, que todos tos hombres. aprecien el dinero,,.Es un verdadero encanto el favoreesr y socorrer a los amigos, a. tos, huéspedes, a fos compafieros, y esta satisfacci6n sélo nos la puede proporcionar la propiedad individual. Este encgnto desaparece cuando se, quie- re establecer esa exagerada unidad del Estado, asi como se arranca # otras dos virtudes la ocasién de desenvolversé; en primer lugar, a la continencia, puesto que es una virtud respetar por pruden- fa la-mujer de otro; y en segundo, a la generosidad, que es im- posible sin la. propiedad, ‘porque en. semejante repiiblica el ciuda- ‘dano no puede mostrarsé nunca liberal, ni ejercer ningdn acto de generosidad, puesto que esta virtud sélo puede hacer con mo- tivo del destino que se dé a lo que se posce” *, Sto, Tomds sigue uria’ argurhéntacién ‘parecida. Afirma, en efecto; que es leito y también necesario para la vida humana, que ef hombre posea cosas propias, por estas tres razohes: 1) Cada uno cuida con mag solicitud lo que te pertenece exclu- sivamente que aquello que es propiedad comin de todos o de mu- chos; en tal caso, efectivamente, cada uno, evitando el] esfuerzo, déja-a los dem&s Ja incumbencia de cuidar lo que es comin, como suvede cuandé hay un gran nimero de servidores. 2) Existe més orden en la administracién de los bienes cuando se confia el euidado de cada‘-eosé’ discriminadamente a diversas personas, al paso que existirfa la‘confusién si todos se ocuparan indistintamente de todo, > 3 : 3) La. paz-entre jos hombres esti garantizada mejor si cada cual esté satisfecho con’ lo que le pertenece. De heclio, vemos que surgen més disensiones entre log que’ poseen una cosa en comin e indivisa *, : Los argumentos no son @.prieri sino empiricos; y. se refieren ala mejor manera de disponer y ordenar los bienes de este mundo, en primer lugar, con respecto a su mejor aprovechamiento (la inversién que m4s valores humanos produzca) ; en segundo lugar, en_orden a la. mejor’ utilizacién de-la capacidad productiva del odo Ibid., p. 564. E 3 3 81 "Et: quantum ad hoc: licttumest quod hamg propria possideat., est etiam necessazium sd humenan, vitam propter.tria. Prime quidem, quia magis sollicitus est unusquisque ad_procurandum aliquid quod sibi soli com- petit quam aliquid quod est commune omaium yel multorum: quia unusquis- que, Iaborem fugiens, relinguit’ alter! {d'quod pertinet ad communes sicut accidit'in multitudine ministrorum. Alio modo, quia ordinatius res huma- nee tractantur si singulis immineat propria cura alicuius rei procurandae: ‘esset autem confusio si quilibet indistinete quselibet procnraret. Tertio, quis per hoc .magie pacificus-status homigum conservatur, dum unusquiaque re sua contentas est. Unde videmus quod inter eos qui communiter tex in- divieo aliquid possident, frenquentius iurgia oriuntur” (II-I, 4.66.2). —~11 hombre, y, en tereer lugar,:en funcién de la paz social, esto 4; eon respecto @ un orden social en el que cada.cual puede desarrotlarse libremente segiin su propia inclinactén” *2, : i LEON XII, sin embargo, da mas relieve a estos otros argi- mentos:: < : ti ‘ “ 1) Le propiedad fruto del trabajo *: El obrero trabaja con el fin de “procurarse algo para si y Poseer con propio derecho una cosa como suya’™, y “para con- seguir lo necesario para la comida y el vestido” **, Por eso,~“mer- ced al trabajo aportado, adquiere un verdadero y perfecto derecho ne. sdlo a exigir el salario, sino también para emplearlo a su gusto” 8, ge : Si el obrero ahorra, prosigue Le6n XIE, ¢ invierte el dinero ‘que ha-recibido como retribucién de su.trabajo, esa inversién “no es otra cosa que el mismo salario‘ revestido:de otra apariericia” °7, Por. consiguiente, lo que el obrero -ha- adquirido con su inversién “debe ser tan de su dominio como el salario ganado con su tra~ bajo” **. Los socialistas “empeoran la situacién de los obreros todos, en cuanto tratan de transferir los bienes de loa particulares ala comunidad, puesto que, privandeles de Ja Nbertad de colocar ‘sus beneficios, con ello mismo los despojan de-la ‘esperanza y de la facultad.de aumentar los bienes-familiares y de procurarse utili- dades” *. Por tanto, negar ta propiedad privada individual es privar al hombre “de cosas producidas.con su trabajo” ®. 2) La propiedad, un derecho dado por la naturaleza: “El poseer algo en privado como propio, dice Leén ‘XIUI, es un-derecho dado al hombre por ta naturaleza” “", Y fundamenta #2 A. FP. Utz, Blementos permanentes y elementos variables en ef oon- wepto de propiedad, Estudios Filossticos, 22 (mayo-ngosto, 1978), 195-198, ‘pp. 191-192. -.__ & Chr. BE. J. Laje, Iglesia y Liberacién, GRAM, Buenos Aires,-19T5, B. 51. . "4 Rerum Novarum, 3. : 25 Thid. 38 Ibid. at Thid. 38 Thid. 3° Tbid. © Thid., 8. 4 Rerum Novarum, 4. 12—~ esta afirnacién con dos argumentos que se basa en la, natura leza racional del hombre: a) Existe una gran diferencia entre e) hombre.y el génera animal. Las bestias, gobernadas por el instinto, usan de las cosas que esti, a su-alcance inmediato para conservar.su vida. y su especie. Pero el hombre se distingue de las bestias porqua.es el. dnico animal dotado de razén o inteligencia, Y por esta causa “es de necesidad conceder al hombre no sélo ei uso de los bienes, cosa comin a todos los animales, sino también ¢l poseerlos con derecho estabie y permanente, y tanto los bienes que se consumen con el: uso cuanto los que, pese al uso que se hace de ellos, perduran” *, ; hb) <“Esto resulta todavia mas claro cuando se estudia en si misma Ia naturaleza del hombre. Pues el hombre, abareando com su corazén cosas innumerables, enlazande y relacionande las cosas futurés con las presentes y siendo duefio de sus actos, se gobierna a sf mismo con la previsién de su ‘inteligencia;.seretide ademas a la ley eterna y bajo el poder de Dios; por lo cwal tiene en su._mano elegir las cosas que estime més. convenientes para su bienestar, no: 86l@ en cuanto al presente, «ino también para el futuro. De donde se sigue Ja necesidad de que se halle en el hombre-el dominio no-séle de los frutos terrenales, sino también el de la tierra misma, pues ve que de la fecundidad de Ja-tierra le son proporcionadas las cosas necesarias para el futuro. Las necesidades de cada hombre se repiten de una manera constante; de modo que, satisfechas hoy, exigen‘nuevas cosas para méfiana. Por tanto, la naturaleza tiene que haber dotado al hombre de algo estable y perpetuamente du- radero, de que pueda esperar la continuidad de! socorro. Ahora bien, esta continuidad no puede garantizarla més que la tierra con su fertilidad” *. “Y no hay por qué inmiseuir la providencia de Ja reptblica, pues que el nombre es anterior a ella, y consiguientemente debié tener por naturaleza, antes de que se constituyera comunidad po- Iitica alguna, el derecho de velar por su vida y por su cuerpo” #4, 3) El trabajo, titulo de propiedad: “Cuando'el hombre aplice su habilidad intelectual y sks fuerzas corporales a procurarse los bienes de la naturaleza, por este mismo hecho se adjudica a si aquella parte de la naturaleza corpérea que €é) mismo cultiv6, en la que su persona dejé impresa una a modo S Ibid. El subrayado es nuestro. 4 Ibid. 6. —13 de huella, de modo que sea absctutamente- justo que use de esa parte como suya y que de ningGn ‘modo sea lfeito-que venga nadie a violar ese derecho de él misme” 4°, Se entiende aqui trabajo inde- ‘ pendiente, es decir, sobre-}a cosa. propia y & cuenta propia. (cfr. nota 71). 4) La propiedad derecho de la familia: “No hay ley humana que pueda quitar. al hombre el.derecho natural y primario de casarse, ni limitar, de cualquier modo que wea, la finalidad princtpal del matrimonio, instituido en el principio por la autoridad de Dios: Creced‘y multtplicaos. He aqui, pues, la familia o sociedad doméstica, bien pequefia, es cierto, pero ver= dadera sociedad y m4&s antigua que cualquiera otra, la cual es de absoluta necesidad que tenga unos derechos y unos debéres propioa, totalmente independientes de-la potestad civil. Por tanto, es nece- Sario que ese derecho de dominio atribuido por la naturaleza a cada persona, segin hemes demostrado, sea transferido al hombre en cuanto cabeza de la familia; més atin, ese derecno es tanto mas firme cuanto la persona abarca més en la sociedad doméstica, Eis ley santfsima de naturaleza que e] padre de familia provea ai sus- tento y @ todas las atenciones.de:los que engendré; e igualmente se deduce de la misma naturaleza que quiera adquirir y disponer para sus hijos, que se refieren y en cierto modo prolongan la per- sonalidad del padre, algo con que puedan defenderse honestamente, en el mudable curso de la vida, de los embates de la adversa fortuna. Y¥ esto es lo que no puede lograrse sirto:- mediante la posesién de cosas productivas, transmisibles por herencia a los hijos’ 4, 5) El orden social y la libertad; La supresién de Ja propiedad privada, dice Leén XIII, causaria Ja perturbacién y el trastorno del orden social, porque de ellos se seguiria la opresién de los ciudadanos. Ademés “se abriria de par 49 Ibid., 7. Pio XI dice: “Tanto la tradicién universal cuanto la doc- trina de nuestro-predecesor Leén XIII -atestiguan claramente que som 4i- tulos de dominio no sdlo la ocupacién de una cosa de nadie, sino también el trabajo 0, como suele devirse, la especificrcién. A nadie ae Je hace in- juria, en efecto, cuando se ocupa una cosa que esta al ‘paso "y no tiene duefio; y el trabajo que el hombre pone de su parte, y en vwirtid del cual la cosa recibe una nueva forma o aumenta, es lo tinico que.adjudica esos frutos al que los trabaja” (Quedragesimo Anno, 52). El ‘trabajo indepen- diente adjudica ios frutos inmediatamente al que. trabiaja, el dependiente, ex cambio, sélo do manera mediate, es decir, mediante el! salerio. Cfr. le nota 71. ¢ * 4¢ Thid., 9. 4— en par la puerta a. las.mutuas.envidias, ala maledicencia y-a Jas. -discordiad; quitande el. estimulo-al ingenio y a la hebilidad de los. -individuoa, necesarismente vendrian 2 secarse-las mismas fuentes . de; las, riquezas, y esa igualdad con -que. suefian: no seria cierta- mente otra cosa que una general situacién, por igual miserable y abyecta, de todos los hombres sin excepcién alguna” *7, PIO XI, en Quadragesimo Anno, fundamenta el derecho de dominio privado con estas razones: 24) para que log individuos puedan atender a sus necesidades propias y a las de sus familias; 2).-para que por medio de la. propiedad privada, jos bienes que el-Creador destiné a teda Ja familia humana sirvan efectiva~ mente. para tal fin” 8: 8) porque “rechazando o-disminuyendo el cardcter privado.e individual de tal derecho,.se va necesariamente a dar en.el colec- tivismo o, por lo menos, a rozar.con-aus.errores’?“, 9... PIO XI afirma con: Le6n XIII que todo orden econémico y social normal “debe apoyarse sobre Ja base sélida.del derecho a la propiedad privada” de bienes de consumo y de produccién *. Da_estos argumentog: 1) la propiedad privada es, de una manera particular, él fruto natural del trabajo; 2) se adquiere gracids a-una voluntad enérgica del hombre de asegurar y de desarrollar, con sus esfterzos, la propia existencia y la de su familia; 8) de crear para si y los:suyos un dmbito de justa libertad, no s6lo en.el orden econémico, sino también en el politico, cultural y feligiose ; 4) la inatitueién de la propiedad privada debe ger segtin los designios de la sabiduria divina y las disposiciones de Ja naturaleza, un elemento del orden social, un presupuesto necesario de las inicia- tivas humanas, un estimulo para el trabajo, en beneficio por con- siguiente de la libertad y de la dignidad del hombré creado a 47 bid, 11. 4 48 Quadragesimo Anno, 45. “9 Ibid, 46. 50 Pio XII, Radio Mensaje, 11X-1944, AAS, 96(1944) 24-9258; en A. Savignet, A. F. Utz, J. F. Groner, Relations humaines et société conterpo- raing. Synthese Chretidnne, Directives de 3. S. Pie XIZ, St. Paul, Fribourg/ Faris, n? 302. En adelante citaremos esta obra con la sigla RHSC. ‘1 Ybid, RHSC, 808. 15 imagen de Dios, quien, desde el-priacipgio,.le asigné,-para su utilidad, un dominio sobre las creaturas materiales 5%... - .. f JUAN XXII subraya la intima relacién entre propiedad -pri~ vada y libertad: “En vano se reconoeerfa, al ciydadano el. derecho de actuar-con libertad en:el campo econdmico sino le fuese dada al mismo tiempo la facultad de elegir y. emplear. libremente lag .cosas indispensables para el ejercicio de dicho derecho. Ademéas, la his- toria y la experiencia demuestran que en los. regimenes, politicos que no reconocen a Jos particulares la propiedad, incluida la de los bienes de produccién, ge viola o suprime totalmente et -ejereicic- de Ia libertad humana en Jas cosas m&s fundamentales, lo cual demuestra con evidencia que: el ejercicio de la jibertad.tiene su garantia y al mismo tiempo sy estimulo en el derecho de pro- piedad” *, ia ve Juan XXIII afirma asimismo la importaricia @el derecho de ' propiedad privada de bienes de prodiiccién para “ednciliar' la lber- tad con ta justicia” “; para “asegurar los derechos que Ja libertad’ concede a la persona humana” ®; come’ “un medio efieiente para garantizar la ‘dignidad de la persona humana y el éjercicio Hbre de Js propia misién en todos Jos tampos de Ia actividad econémica” *;- y_ como “un elemento de tranquilidad'y de consolidacién para la vida familiar” *", . 2 : El CONCILIO VATICANO I1 acentfa ‘el aspecto personali-- zante de la propiedad privada: “contribuye a-la expresién de la persona y le ofrece ocasi6n de ejercer siz funcién responsable ex la sociedad y en la economia” *®; “asegura a eada cual una zona absolutamente necesaria para la autonomia personal y familiar,. y debe ser considerada como ampliacién de la libertad humana” 5, Fundamentacién del use social de Ia propiedad Aristétéles, como ya hemos visto, lo fundamenta en la amistad > “entre amigos todo es comin” @, 88 Thid., RHSC, 805; cfr. 806. 58 Mater et Magistra, 109, " tbid., 110, %5 Thid., 111. 86 Ibid. 112, st Thid. 58 Gaudium et Spee, 71,1. 4 Ibid., 71,2. Cir, J, Y, Calvez, La vie économique et. sociale, en Va- tican I, L’Egtie dans ie monde de ce temps, t. II, Commentairee, Cerf, Paris,. 1967, pp. 483-616, principalmente pp 507-811. %0 Politica I, cap. II, op. cit., p. 563, 16— Sto; Tomds en cambio apelz a la intencién de Dios Creador, que hizo todas las cosas de este. xmmndo ‘para el hombre, pues siempre los seres mas imperfectos existen para los més perfectos”. Dios que tiene el dominio principal de todas-las cosas, ordendé segin ‘au providencia alguna cosas al sustento corporal del hombre. Por eso; el hombre tiene un dominio natural de las cosas en lo que se refiere a la potestad de wsarlas *?, LEON XIII, siguiendo este mismo camino, ensefia que Dios ha dado la tierra a la totalidad del género humano para usufructuarla y disfrutarla ®, PIO XI reitera la misma ensefianza “. Pero es PIO XII quien la afirma con mayor fuerza y claridad. En su Radiomensaje La Solemnité (1-VI-1941), establece como punto fundamental de la cuesti6n social, “que los bienes creados por Dios para todos los hombres ileguen con equidad a todos, segtin jos principios de la justicia y de la caridad” *. “Todo hombre, afiade Pfo XII, por ser viviente dotado de razén, tiene efectivamente el derecho-natural y fundamental de usar de Jos bienes materiales de la tierra, quedando, eso si, a la voluntad humana y las formas juridicas de los pueblos el regular mas parti- cularmente la actuacién practica. Este derecho individual no puede suprimirse. en modo alguno, ni aun por otros derechos ciertos y pacificos sobre los bienes materiales. Sin duda, e] orden natural, que deriva de Dios, requiere también la propiedad privada y el libre comercio mutuo de bienes con cambios y donativos, e igual- -mente la funcién reguladora del poder ptiblico en.estas dos institu- eiones. Todavia todo esto queda subordinado. al fin natural de los 61 ILI, 4.66, 2.1. 2 ILE, q.66, 2.1, ad 1. Esta relacién elemental y primaria del hom- ‘bre con lag cosas ha sido califieada de diversas maneras: destino universal de los bienes (Utz, Recht und Gerechtighkeit, Kerle, Heidelber, 1953, p. 521 ss); comunismo negativo de los bienes (Welty, Catecismo Social, Herder, 1963, IJ, p. 30); cardeter fundamentalmente comfin del dominio natural (Dognin, La dottrina tomiata de Ila proprietd, Ed. ‘Romane, 1961); derecho -de todo hombre a usar de los bienes de la tierra (Bigo, 0.c., p. 267; Calvez~ Perrin, 0.¢., p. 273; Van Gestel, La doctrine social de‘ la Iglesia, Herder, Barcelona, 1959, p. 166); sefiorfa prejuridice (Dictionaire de Théologie Ca- tholique, art. Propriété Paris, 1986); sefiorfo potencial del hombre sobre las cosas (Utz, oc., p. 415); fin esencial que preside la relacién del hmbre con ias cosas, y situaeién en que los bienes se encuentran abstractamente respecto al hombre, asimismo abstracto (Rodriguez, op. cit., p. 597-598). 88 Rerum Novarum, 6. 4 Quadragesimo Anno; 45, 85 Radiomensaje, I-VI-1941, AAS 88(1941)195-205; RHSC, 588.

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