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L__ Ue a wa fatcled in 7 a0e,e-) 1. MAIZELIS FINALES DE PEONES Ante la escasez de literatura subespectall- zada sobre los finales de partida. el aficio- nado, el jugador medio y hasta el més ele- vado, encontraré en este libro la solucién al problema matemstico de los finales de peones, porque si bien Ja fase inicial del juego es rica hasta el absurdo en variantes y posibilldades, el final de la partida per- tenece al campo en que Imaginaci6n debe ceder ante la técnica, en que el ta- lento es eclipsado por el studio, ins- plracién reemplazada por la transpiracién Intelectual. De ahi que la aparicién de esta nueva edicién abra un nuevo y amplisimo campo de investigacién al aficiont con- clenzudo asi como al maestro. quien ne- casita depender cada vez més del andlisis de laboratorio para el remate de sus par- tidas. Desde que Philidor («los peones son el alma del ajedrez+) revaluera el concepto medieval del pe6n y lo democratizara has- ta despertar al mundo ajedrecistico a la reslided aplastente de su importancia, son muchos los autores que progresivamente Penetraron en los misterios de esta figu- ra primaria del ajedrez. Berger, en su obra monumental, y més tarde Euwe, Robino- vieh y Fine contribuyeron amplismente 8 este fogro tedrico. Maizells, en el presente volumen, ofrece al aficionado un resumen de estas tendencias, a veces diferente: y aunando estos estudios a Ia clésica In- vestigacién de Dedrle sobre la teoria de Jas casillas criticas, presenta el tema sobre la ba una teoria cnica de finales de pe6n, He aqui su mérito, Cublerta de G. Mart ‘Si usted desea estar informado de nuestras publicaciones, slrvase remitimos su nombre ¥ direccién, o simplemente su tarjeta de vi indicindonos los ternas que sean de su imerés. Ediciones Martinez Roce, S. A Dep. informacién Bibliogratc Gran Via, 774 08013 Barcelona 1. MAIZELIS FINALES pe PEONES I, MAIZELIS FINALES DE PEONES \QUES: EDICIONES MARTINEZ ROCA BARCELONA FINALES pr PEONES J. Maizelis Traducci6n directa del ruso de Lypia Kuper DE VELASCO y AnpRES FIERRO MENG Proemio de JAIME LLADO LUMBERA Maestro Nacional de Ajedrez Revision técnica de Jost M2 JUSTE BoRRELL © 1969 por EDICIONES MARTINEZ ROCA S. A Gran Via, 774, 72 - 08013 Barcelona RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS Este libro no puede ser reproducido en todo, ni en parte, sin permiso IMPRESO EN ESPANA > PRINTED IN SPAIN ISB Depésito Legal: B. 17054-1988 Libergraf, S. A. - Constitucié, 19 - 08014 Barcelona PROEMIO En realidad, este libro no necesita presentacién de ninguna clase. Viene precedido det suficiente prestigio internacional para que lo mismo el profesional que el aficionado, que incluso aquel que por primera vez asoma su curiosidad al campo de batalla, tan incruento como apasionante, del ajedrez, le dé no sélo como bueno sino como ejemplar y ainico hasta ahora. Pero me parece oportuno aducir agut el argumento de que, entre los numerosos Libros que tratan de ajedrez, son pocos — por lo menos que yo conozca— los consagrados a los finales de partida. Yo sé de esa especie de angustia que se le presenta al ajedrecista cuando, previendo ganada la partida, se ve en el trance de elegir. Muchas, muchtsimas veces, la eleccién Uega a sus dedos como por divina inspiracién. Pero no es eso. Dejar que et azar intervenga, aunque sea para traerle el triunfo, no conjuga ni atin de lejos con lo que constituye para el jugador la esencia misma de su personalidad: lo exacto. Lo que esté en sus manos evitar, 0 provocar. Se hacta precisa una sistematizacién de la experiencia en esta ma- teria, hasta — si ello era posible — convertirla en sencilla, pura y simple teorfa. Y tenfa que ser un hombre de la talla de un Maizelis quien consiguiese un propdsito de tanta envergadura. Este libro, FINALES DE PRONES, recoge y remata cuanto sobre ello se ha experi- mentado. Lo més dificil del propésito era conseguir una claridad a> expo- sicién tal que Uegase a la comprensién inmediata incluso del profano. En este sentido, la obra de Maizelis puede presentarse como un modelo de la didéctica. Es clara, es eficaz; es poco menos que exhaustiva. Jammy L1apé Lumnera Maestro Nacional de Ajedrez va INDICE Proemio Introduccién Casillas crfticas © clave. Puntos de invasién Distancias, oposicién y casillas conjugadas Capitule primero: REY Y PEON CONTRA REY Capitulo I, REY Y DOS PEONES CONTRA REY Capitulo III: PEON CONTRA PEON 1. Peones en la misma columna 2. Peones en columnas vecinas 3. Dos peones pasados Capitulo IV: DOS PEONES CONTRA UN! 1. Peones ligados cee 2. Peones aislados : 3. Peones aislados doblados Capitulo V: DOS PEONES CONTRA DOS PEONES 1. Finales con peones pasados ace 2. Fimales sin peones pasados Capitulo VI: TRES PEONES CONTRA DOS PEONES Y CON. TRA TRES Diese). 1, Finales con peones pasados 2. Finales sin peones pasados Capitulo VII: DESARROLLO DE LA TEORIA DE LAS CA- SILLAS CONJUGADAS en 1. Oposicién corriente (sistema rectangular) 2, Sistema del cuadrado y el triéngulo 1x < Bow Bx8s BKB B & 107 120 143 143, 160 179 180 184 3. Sistema de las ocho 4. Sistema «T» ae es Algunas observaciones y conclusiones Capitulo VIII: FINALES DE MUCHOS PEONES 1, Algunos procedimientos técnicos . . 2. Ventajas y desventajas de posicién 3. Ejemplos de la lucha de maniobra Apéndice: FINALES DE PEON QUE PASAN A SER FINALES DE DAMA rrr ———— 1, Dama contra peén . 2. Paso al finaldedama . . il 196 207 212 220 221 235 246 263 264 270 A la memoria de mi esposa Evguenia Mijailovna Zoetkova-Maizelis. 1. Mazes. INTRODUCCION La famosa expresién de Philidor «los mes son el alma del ajedrezs conserva toda su actualidad, pero ahora se da una interpre- tacién distinta —no del todo philidoriana— y mas profunda al papel de los peones en el juego. _ De ordinario, los peones constitnyen Ia base de la posicién y deter- minan, en gran’ medida, sus peculiares caracteristicas. Tiene extracr- dinaria importancia el papel de los peones en la fase final del juego, cuyo objetivo fundamental es la conversién del pedn en Dama. La mayorfa de los finales son de peones, y hasta en los de figura es preciso calcular las posibilidades de nn final puramente de peones. Tras la aparente sencillez de los finales de pedn, suele ocultarse una gran profundidad. Sin embargo, su cardcter original, a veces incom- prensible, se explica por las leyes generales por que se rigen y a cuya comprensién se va acercande poco a poco la teoria ajedrecistiea. El desarrollo de la teorfa de finales de peén es un proceso largo y complejo, de particularidades diffciles o tal vez impostbles de precisa. Fue extremadamente largo el perfodo de acumulacién inicial de mate- tiales y su comprobacién analftica. El libro de J. Berger, que podemos considerar como la primera experiencia de sistematizacién cientifica del ajedrez, significé un cierto resumen de esta labor. Mas tarde, se publi- caron los trabajos de Rabinovich, Euwe, Fine y Cheron, pero cada uno de estos autores estaba mis o menos influido por sus antecesores. En las obras enumeradas no se habia intentado signiera esbozar ni desarrollar los problemas generales de la teorfa de finales de pedn. Para Berger, lo fundamental era el concepto de «oposicién» y la aplicacién practica de este métodox. Rabinovich, ademAs de esto, aplicaba el método de «casillas conjugadas». No obstante, seria vano buscar en las obras de ambos autores una fundamentacidn tedrica de los métodos indicados. Esta falta de fundamentacién tedrica y de base tinica de exposicién constituye un defecto de las obras indicadas que, aparte de eso, son sit- mamente valiosas Hoy dia, la teorfa dispone de métodos que le permiten hacer una sintesis mas amplia y sentar reglas que facilitan, en cierto modo, el desarrollo practico de muchos finales de peon, El objetivo de este estudio es dar a conocer estos métodos a los lectores. Es el prime: intento que se hace de exponer el tema sobre 1a base de una teorfa tinica 1 de finales de pe6n, en la medida que pueda considerarse establecida actualmente. La teorfa de finales de peén se formé sobre la base de la experiencia prctica de los maestros de ajedrez y del estudio analitico de numerosos ejemplos. Fue también muy considerable la aportacién de los teéricos, a los que se deben art{sticos andlisis, tanto de algunos aspectos de esta fase del juego, como de ciertas leyes gencrales. En este trabajo se dan Jos nombres de los autores de las posiciones (0 de su solucién). Han contribuido activamente al desarrollo de esta teorfa general: F, Durand, que en 1860 y 1874 publicé unos ensayos sobre casillas criticas; Dedrle, que profindizé considerablemente esta teorfa en 1921 y 1925, y Grigériev, que fue el primero en estudiar Ia teorfa de las casillas conjugadas (1922). Pero el mérito de Grigériev no radica sola- mente en eso: destacado investigador y fino artista, contribuyé sin- gularmente al estudio de los finales de peén y de sus leyes. El tema principal de todos los finales de peén es su transformacién en Dama. Como ¢ logico, sélo ofrecen interés las posiciones donde este objetivo se consigue superando las dificultades, cuando resulta impo- sible a causa de una defensa acertada, o bien en algunos otros casos, debido a las peculiaridades de 1a posicién. Los finales de peén pueden subdividirse en dos grupos: «dinamicos» y ebloqneados». En el primer grupo, juegan un papel importante los peones méviles, secundados habitualmente por el rey. En el segundo grupo, los peones permanecen inméviles: bien por bloquearse mutua- mente, bien por no poder moverse bajo la amenza de captura evidente. Como ‘es légica, en finales de este iiltimo tipo maniobran tan s6lo los reyes, tratando de ocupar ciertas posiciones decisivas y ventajosas. En la practica se conocen posiciones de tipo eintermedio» ; su inclu- sion en uno de tos dos grupos fundamentales depende del grado de movilidad que atin poseen los peones. Sin embargo, en todas las circunstancias, os decir, en finales de cual- qquier, tipo, los reyes desempefian un papel importante y con frecuencia lecisivo, atacando (también contraatacando) y defendiendo los puntos débiles, es decir, criticos, de Ia posicién. Estos puntos, cuya ocupacién determina el resultado de la partida o, por lo menos, 1a realizacin de un importante objetivo intermedio, suele Hamarse puntos clave. Un factor decisivo del juego stele ser el grado de proximidad o Iejania de los reyes de los puntos criticos .o clave, debido a lo cual nace el concepto de edistancia critica». Las posibilidades de transformar el peén, los puntos claves de la posicién, las distancias que median entre los reyes y ess puntos determinan, en lo fundamental, el contenido estratégico de casi todos ios finales de peén. En los ejemplos concretos expuestos a continuacién explicamos los principios arriba indicados. CASILLAS CRITICAS O CLAVE. PUNTOS DE INVASION Para comprender mejor los principios fundamentales de Ia teorfa general de finales de ajedrez, examinemos algunos ejemplos elemen- tales. En el ejemplo 1 Jas blancas consigiten triunfar en el caso de que consigan coronar al peén. Moviendo tas blancas, resulta posible: 1 PIAD, RAD; 2. RIC y 3. PSAD. Si el sey blanco ocupase Ia casi 6D, después de 1. PIAD, R2CD, obtendriamos el mismo resultado con 2. RID, Sin cmbargo, si la Salida fuese de las negras, jugando 1... RICD (6 1... RUD estando el rey blanco en 6D) ; 2, PTAD+, RIAD, Jas megras hacen tablas. ¢ Como se explica esto? ‘En el primer caso, las blancas consiguien ocupar con su rey la casilla 7CD (6 7D), asegurando asf Ja coronacién del peén ; en cambio, movien- do Jas negras esto resulta imposible. Estaremos eu lo cierto al afirmar que la ocupacién por el rey de la casifla 7CD 6 7D decide la pastida. Estas casillas se Jaman scriticas, _ya que su ocupacién por el. rey blanco pone a las negras en situacion ‘critica, Més justo seria calificarlas de posiciones «claver, ya que st osesidn asegura el objetivo que se persigue, 8 decir, Ta ‘coronacién jel_peon. shies imbiese tocado jugar a las negras la partida seria nula, ya que el rey negro no habia permitido la ocupacién de Jas casillas clave} la posicién del rey negro frente al blanco se llama, en térmitios ajedrecis- ticos, eoposiciém ‘Asi pues, la «oposiciéns es un procedimiento tactico, un medio de lucha por las posiciones clave (pero, como veremas més tarde, no es, ni mucho menos, el imico). En la posicién vemos que la couversién del peén en dama se reduce ala lucha por la posesién de casillas patticularmente importantes y decisivas. ‘Veamos ahora la posicién 2, Un simple andlisis nos hace ver que las blancas ganan independientemente de la salida; es decir, que en este caso la eoposicién» no juega un papel decisivo. Lo mismo resulta si el rey blanca esté en 6CD o en 6D. Ahora bien, en el 2 las casillas 6CD, 6AD y 6D son también «claves, pues st posesién asegura la posibilidad de ocupar la 7CD y la 7D, ¥ coronar, por lo tanto, el peén. Resultado de ello es que el PSAD, que se encuentra en la otra mitad del tablero, obtiene un sistema de casillas clave indicados en el ejemplo 3, Tan, pronto como el rey blanco ocupe uno de estos 6 puntos, queda asegurada la conversién del peén en dama, independientemente de la posicién del rey negro y de a quién le toque jugar (a excepcién, claro est, de que las negras puedan capturar al peén en la primera movida). La tinica razén de. que las casillas 3CD, 3AD y 3D sean criticas para las negras se debe a que su rey est4 limitado en sus movimientos por su proximidad a la banda del tablero. Eu el 2, donde el peén ha pasado ya de la mitad del tablero, las uegras pierden después de 1. RECD, RICD; 2. P6AD, RIAD; P7AD, las negras pierden por Zugzwang, ya que no tienen casillas para retroceder. En el 4, donde el no ha pasado de la mitad del tablero, el cuadro es totalmente into; después de 1. RSCD, R2CD; 2. PSAD, R2AD; 3. P6AD, las negras juegan 3... RIAD y'hacen tablas. Asi pues, si el rey bianco domina las casillas 5CD, SAD, 5D, la posicién no eS peligrosa para las megras, Son criticas ‘para éllas\ las casillas 3CD, 3AD y 3D, situadas fila por medio del peén en la misma vertical, y en las dos vecinas. La ocupacién de tno de esos campos clave pot el rey blanco asegura a coronacién del peén. Si en el cuadro 4 les toca jugar a las negras, se ven obligadas a ceder inmediatamente al rey bianco uno de los puntos de invasion a la fila siguiente, es decir, la casilla 3CD 6 3D (movimiento envolvente), después de lo cual toda resistencia es vana. Si salen las blancas, no pueden ocupar ninguna casilla clave, ya que el rey negro toma la opasicién y no deja paso al rey blanc: Examinaremos con mas detalle estos finales en el capitulo I. Por ahora nos limitaremos a formular los resultados obtenidos : a) El peén pasado tiene su sistema de escaques critics o de clave. b) Cuando el rey de la parte atacante ocupa una casilla clave queda asegurado el objetivo de dicho final: 1a coronacién del peon. ¢) En esta clase de finales se Incha fundamentalmente por 1a posesién de casillas clave. ‘Examinemos el cuadro 5. En la posicién 5, el plan de las blancas consiste en capturar pri- meramente el peén 4D y, seguidamente, coronar su peén 5D. Una vez 4 capturado el peén 4D (objetivo inmediato de las blancas), se intenta realizar la otra parte del plan. s evidente que si el rey blanco consigue ocupar alguna de las casillas ER, SAR 6 SCR, el pedn negro 4D esth irremisiblemente perdido. Por lo tanto, este peén también tiene sus puntos criticos. La realizacién del primer objetivo (captura del peén) no significa que la otra parte del plan se consiga, Las negras pueden impedir que las blancas coronen su peén.. Por ejemplo, en la posicién 5 las negras, al jugar, pierden la oposicién y no tienen mis remedio que dejar que el rey blanco, ocupe la una casilla clave. En respuesta a . R3R; las Blancas jnegan 2, RSCR (esta maniobra se llama movimiento envolvente, que es tna consecuencia de la pérdida de oposicién. Mas adelante veremos que donde no hay amenaza de rodeo no es obligatorio ocupar la oposicién ; yéase 6). Sigue luego 2.. RAR; 3. RSAR, RID; 4. ROAR, R3AD; 5; ROR, R2A (Las negras entregan el pebn 4D,’ pero no dejan que el rey blanco pase a las casillas clave del peén pasado 4D) ; 6, Rx PSD, R2D y tablas La verdad es que el sistema de casillas clave del peén 5D es mucho mas complejo. Forma un rectangulo 5TD, 7TD, 7CR y 5CR. Lo veremos. claramente en el cuadro Sa, Las casillas ‘marcadas con una cruz en los cuadios 5 y 5a, sefialan el Ifinite de la ezona critica» del peén 4D, la «primera linea>, por decitlo asi, de la defensa de las negras. Como es natural, el peligro maximo: para el peén negro 4D emana del rey blanco situado 5R 6 6R (que son las casillas clave fundamen- tales), pero, como hemos visto ya en el cuadro 3, la ocupacién de la casilla 5CR’ (invasién de Ja zona critica), asegura el dominio de las casillas SR y 6R. El peén blanco 4D en el cuadro 5 también tiene su zona critica simé- tricamente situada, limitada en su parte superior por las casillas 4R, 4AR, 4CR, 4TD, 4CD y 4AD, Por eso, fa situaciém del rey blanco en cualquier punto de la zona critica del peén negro AD no significa Ja captura de esta pieza, ya que el rey negro puede, a su vez, inva Ia zona critica del peén blanco 4D. Vemos, pues, que la distancia hay entre los reyes y fas correspondientes zonas criticas, es decir, casillas clave fundamentales, tiene mucha importancia. Conviene recordar gue en la lucha por tres puntos clave, situados en fila o en columna, el rey consigue triunfar solamente si consigue tomar Ja oposicién. Este es su ainico medio de lucha. Pero si sélo hay dos casillas clave, como ocurre en cl cuadro 6, la defensa por medio de la oposicién deja de ser obligatoria, ya que las blancas no pueden realizar st. movimiento envolvente. Los diagramas 7, 8 y 9 muestran la posicién de los puntos clave en otra clase de finales de pedn. Si en estas posiciones les toca salir a las negras, las blancas se apoderan de las casillas clave y ganan. Con- viene seBalar que, aunque en los diagramas 8 y 9 s6lo hay dos casillas clave, la opgsicign es imprescindible, ya que las negras pueden con- trolar también el peén 3AR, es decir, de hecho, tres casiflas. Mas adelante hablaremos de las particularidades del juego en si- tuaciones semejantes. Por ahora nos limitamos a sefialar io siguiente : hal), Cada disposicion de los peones tiene su propio sistema de caf clave. b) La ocupacién de esas casillas asegura la realizacién del objetivo fundamental (o intermedio) que se, persigue en dicho final. c). La lucha se reduce a la lucha de los reyes por la posesién de e803 puntos clave. En los capftulos siguientes (principalmente en el 7.°), veremos que los campos clave pueden estar en distintas filas o columnas y separados unos de otros. DISTANCIAS, OPOSICION Y CASILLAS CONJUGADAS En los ejemplos arriba examinados las negras estaban condenadas q una defensa pasiva y Inchaban s6lo por conseguir tablas, para lo Cual su maximo esfuerzo consistla en no dejar pasar el rey ‘contrario a las casillas clave. Pero las negras disponen con frecuencia de posibi- lidades de contrataque, es decir, que a su vez pueden atacar a los peones blancos. En estos casos Se hace preciso calcular la distancia que media entre los reyes y los peones o los escaques clave, asi como Ta que hay entre los peones y Ia fila de coronacién. Examinemos los siguientes ejemplos : a 1 a4 a En la posicién 10 las blancas necesitan 7 jugadas para capturar al peén 3TR'y coronar el peén STR. La dinica defensa de las negras es ae be a 6 contraatacar el pen 47D, pero nccesitan 8 jugadas para convertir sw pen en dama; por lo tanto, pierden Tas negras, aunque les toque mover, no ganan si signen atacando al peén 41'D, ‘pero pueden hacer tablas’ si se oponen a la coronacion del pedn STR, impidiendo que el rey blanco ocupe_la_casilla clave 7CR. Por ejemplo: 1... R4AD; 2. R5AR R4D!; 3. R6CR, R3R; 4. Rx P3TR, R3AR; 5. RITR, R2AR; 6. P6TR, RIAR; 7. R6CR, RICR. El rey bianco puede ir Racia el peén TD, pero de todas formas son tablas, ya que el rey negro, una vez capturado el peén 6TR, tiene tiempo de impedir que el rey’ blanco domine 1a casilla clave 7CD, ocupando la 1AD. (En el 151 explicamos el modo de calcular répidamente estas posi- ciones.) En el 11 las negras, en respuesta a la 1.R4R o R4D, juegan 1... R3R 6 1... R3D, ocupando Ja oposicién y defendiendo las tres casillas de Ja fila quinta que atacaba el rey blanco. En el caso de que 1. R4AR, RR, el rey negro sdlo defiende dos casillas (SR_y 5AR); la tercera casilla, SCR, estA defendida por el peén negro 3TR. Después de la 2.R4R, las blancas pasan a la oposicién, pero el cAlculo de las distan- ciag demuestra que después de 2... R3AR, lo mejor para las blancas es jugar 3. R4AR y hacer tablas. ‘AI hacer el cdlculo de las distancias no hay que perder de vista algunas peculiaridades egeomeétricas del tableros. ,_ En el diagrama 12 las casillas 1R y 'D_ se hallan en distancia diagonal. El rey puede alcanzar 1a casilla STD en 4 jugadas. Resulta evidente que el camino en diagonal es el mds breve de todos las posibles. Las casillas 1R y 8R estdn situadas en linea recta, en la vertical del R. El rey blanco, avanzando por ella, alcanza la casilla 8R en 7 jugadas. Es evidente que el rey podfa haber segnida otro camino. El lector quedaré seguramente sorprendido al saber que, ademas de ese camino, hay otros 392 (!) que le permiten alcanzar 1a casilla 8R en las mismas 7 jugadas. El rey puede avanzar hacia esa casilla por los caminos mas fantasticos y zigzagueantes, con tal que se encuentren en el marco del paralelégtamo dibujado en el diagrama 12 (representa 7 las distancias diagonales mas breves) y de que el rey pase cada vez de una horizontal a la siguiente. De esta forma, el movimiento del rey en linea recta (vertical u hori- zontal) puede sustituirse, cn caso de necesidad, por un movimiento en zigzag. (Una ilustracién prictica de este importante principio la tenemos en el diagrama 58.) Pasemes a estudiar tas diversas formas de oposicién; de paso, expondremos algunas ideas importantes para el enfoque teédrico ge- neral de este problema. El esquema 13 nos presenta el cuadro completo de tollas clases de oposicién posibles. Decimos que hay oposicién cuando los reyes estén colocados frente a frente, en linea recta o diagonal con un ni- mero impar de casillas (1, 3, 8) entre ellos. La situacién de cualquier rey negro en cl 13 respecto al rey blanco situado en ICD es de oposi- én; cuando entre los dos reyes solo media una casilla, decimos opo- sicién inmediata, vertical, horizontai o diagonal, pero’si son 3 6 5 casillas las que hay entre ambos, hablamos de oposicién distante Tomar la oposicién es ventajoso, ya que coloca al adversario en tuacién de zugzwang y asegura la ‘invasion del rey propio gracias al movimiento envolvente. Por ejemplo, si tomamos la posicién RICD- R6CD, Jas negras, al jugar, se ven obligadas a ceder al rey blanco Ja casilla 21D 6 2CD, después de lo cual no pueden impedirle que avance como quiera. En el ejemplo 15 se representa el mecanismo de este avance. Estudiando la situacién de los reyes en un tablero sin peones, vemos que solamente la oposicién vertical u horizontal es la verdadera y efectiva; la oposicién diagonal es tan s6lo una posicién virtual, que permite pasar a la oposicién real (por ejemplo, si examinamos la osicién RICD-R6D, entonces a la jugada 6A 6 7D, responden las Blancas con 1A 6 2¢); la oposicion diagonal es incapas de impedir el avance de tn rey contrario activo. En la posicién RIC-RGD, los reyes estan situados en diagonal en los Augulos del cuadrado 1C-3C-3D-1D, constituido por un ntimero impar de casillas (3x3=9) ; las cuatro casillas angulares de este cua- 8 drado son del mismo color. Estas mismas particularidades caracterizan las oposiciones distantes y virtuales, es decir, cuadrados con reyes situados en ICD-4AR (5x5=25) y iCD-2TR (7x7=49). En ciertas posiciones el saber utilizar estos indicios caracteristicos tiene gran importancia prictica (véase ejemplo 185). Si tomamos, por ejemplo, tipos de oposiciones distantes, como RICD-R4CD 0 RICD-R2CD, veremos que, en cierta medida, también son virtuales, pues dan paso a la opbsicién inmediata. Las maniobras istancia no constituyen un objetivo por sf solas. Teniendo la opo- sicién distante, el rey blanco la puede convertir siempre en inmediata y ilevar a cabo Iuego Ja invasién (véase ejemplo 15). Lo caracteristico de 1a oposicién consiste en. que conserva toda su fuerza si la distancia entre los reyes disminuye 0 aumenta en un né- mero par de casillas («ley de dos casillas»). La distancia entre los reyes se determina con las cifras 1, 3, 5; cuando los dos reyes se aproximan ganando una casilla cada uno, la oposicion sigue en pie. Esto que, al parecer, no supone ninguna no- vedad, se convierte en un principio importante, que se aplica en la iréctica durante 1as complejas maniobras.en las posiciones bloqueadas {capitulo 7). Estudiando la posicién de los reyes en el esquema 14, vemos que solamente la ‘ién de arriba, R6CD-RIAR, posee los caracteres de una oposicidn real. Los cuatro éngulos del’ rectingulo tienen el mismo color, es impar el ntimeto de casillas (3x5=15). Lo tinico que falla_es que’ los reyes no estan el uno frente al otro. Es la Namada oposicién virtual, a la que Hamaremos «conjigacién rectangulars (*). Sin embargo, sigue conservando toda su importancia la sitacion de Jos reyes; en el caso que analizamos, a las negras no les conviene salir, ya que después de R2R (R2AR, R2CR), las blancas ocupan una oposicién efectiva jugando R7TD (R7CD, R7AD) ; en respuesta a RIR, las blancas, con R6AD, se posesionan de la oposicién inme- diata diagonal. V la jugada 1... RIC; 2. R6A, RIT; 3. R6D significa un aplazamiento qtie en sf no’ cambia la situacién. En el esquema 13 se ha sefialado con puntos las posibles situaciones det rey negro que le colocan en ; las negras carecen de un campo andlogo y se ven obligadas a buscar su equivalencia en una de Jas casillas de Ia zona «principal». Las blancas juegan ahora 3. R4A, amenazando la casilla 5A 6 5D, pero el rey negro ya no tiene segundo escalén que le permita pasar a 2A 6 1A, la equivalente de Ja casilla 4A es la 2C 6 2D, pero son inacce- sibles a las negras que pierden la conjugacion y, por culpa de ello, la irtida. Putas! pues, la parte pasiva pierde cuando séio ung casille suya es 1a conjugada de dos colindantes del adversario (Grigériev, 1922). Repetimos brevemente 1a solucién: 1. RSD, RIA; 2. R4D, RIC; 3. 3... RIA (pierde la conjugacién) ; 4. R5D (las blancas toman la conjugacién en la zona principal), R2A; 5. R5A, y ganan. Se habfa obtenido la posicién inicial, pero con la salida de las negras. Para ganar tiempo (dejar la salida ai adversario), las blancas han utilizado el tridngulo formado por las casillas 5D, 4D y 4A. La razdn de este pro- cedimiento, practicamente importante, reside en la necesidad de una mayor libertad de maniobra del rey activo que conduce al adversario ala pérdida de la conjugacion, Hemos visto que el juego en el 17 no se atenia a las reglas de la oposicién. Algunas casillas conjugadas (1, 2) respondian a los requeri- mientos de Ia «oposicién verticaly ; otras, ia 4D y la 1C, a los de eopo- sicién rectangulars, y las casillas 1A se encontrahan a larga dis- tancia de caballo. La jugada 3 de lis negras, RIA (en respuesta a 3, R44}, con la cual habian tomado la oposicion distante, significd el desmoronamiento de la defensa, Resulta evidente que el concepto de 13 casillas conjugadas es mas amplio y supone un método mas general de juego que el concepto de oposicién; cabe decir que éste viene a set st parte integrante. 2 li, “ih a 4 Ae © Bu i i, BS a wal eee a. 27 En el 18 la y coposicién» (es decir, con- jugacién en linea recta) no hay diferencia de principio. Es muy curio- jo el hecho de haberse encontrado en un manuscrito del siglo XV un parecer por primera vez, robarlo se vio que las letras indica- ban casillas que estaban en oposicin inmediata y distante (de tres escaques). EI método de Ia oposicion es un cierto sistema cideal de juego en el tablero vacio; el de conjugacién, en cambio, es de juego en condi- ciones reales. Por ello, las leyes de 1a oposiciéa conservan su fuerza cuando Ios peones que hay en el tablero no influyen en las maniobras de los reyes (véase 15) y, por el contrario, se modifican o alteran cuando la estructura de peones se hace sentir de alguna manera. Sa bemos, por ejemplo, que tas leyes de la oposicién no rigen, habita mente, en las columnas donde hay vallas o casillas inaccesibles (15). Sin embargo, siguen actuando, en clerta medida, en posiciones donde. por una u otra razén, conviene que medie entre los reyes un mimero impar de filas, que no de casillas (377). Mas adelante nos encontrare- mos con esta accién refleja de tas leyes de la oposicién, en particular cuando estudiemos la maniobra distante en posiciones bloqueadas. En todo caso, podemos consignar que en posiciones de conjugacién sigue ri- giendo, en una u otra forma, Ia «ley de las dos casillas», que puede enunciarse del siguiente modo: Ia conjugacién se conserva cuando se modifica en un numero par de casillas Ia distancia entre los reyes 0, mis exactamente, su distancia de los escaques de zugzwang, situados junto a los puntos de invasién. Este problema se estudia’ con més detalle en el capitulo 7. Para resumir, diremos que el método de conjugacién es parte inte- grante de una #eorla més amplia (que, tal vee, deba ser considerada como teorfa tinica para toda clase de finales) de lucha por los puntos clave de una posicién, La teorfa de los puntos clave no es més que un ‘an paso en la creacién de una teorfa general de finales de peon ; no llega a la categoria de teorfa general, pues no establece con exactitud en qué condiciones y limites tigen sus tesis y métodos ; tampoco ha podido precisar ni formular definitivamente la esfera y los métodos de su aplicacién prictica, Es cierto que en el capitulo 7, que se titula «Desarrollo de la teorfa de las casillas conjugadas», el lector vera lo mucho que se ha hecho en el terreno del desarrollo del método de equivalencia, esa arma fundamental de la teorfa de puntos clave, pero, al mismo tiempo, se dar4 cuenta de los muchos problemas todavia pendientes de solucién y del camino en que debe orientarse su estudio. Por las causas arriba expuestas, la teorfa de los puntos clave y el método de conjugacién se aplican’con ciertas limitaciones en los. ca- pitulos que siguen. Sin embargo, el lector encontrar en el capitulo VII explicaciones complementarias para ejemplos mas complicados. En los capitulos siguientes la exposicién se hace, donde ¢s posible y racional, a base de los principios teéricos arriba explicados. Y si no Se consigue abarcar del todo la infinita diversidad de los finales de 16 se debe a que muchas clases de finales cuentan con sus leyes propias, no establecidas ni estudiadas todavia. En estos casos no queda otro recurso que atenerse al modo analitico de solucién. Bl autor se planteaba como objetivo hacer un resumen general de tode Jo conseguido por la teoria en este terreno, a base de un estudio deta- Wado de la literatura especializada, de numerosas revistas, publica- caciones, etcétera, que permiten, pese a todos los fallos inevitables en esta suerte de empresas, ver claramente no sélo lo ya conseguido, sino también las «manchas blancas» que atin quedan. La plenitud de exposicién (alrededor de 850 ejemplos, de ellos mis de 400 en diagramas, fruto, naturalmente, de una concienzuda seleccién de un ntimero mucho mAs clevado de posiciones) puede satisfacer todos los requerimientos del investigador. E} autor ha procurado presetitar el desarrollo de la teoria de finales de ajedrez en su perspectiva bistérica y recoger en este sentido todo cuanto pudiere ser de alguna utilidad. Para completar la seccién dedicada a finales, hemos incluido un Apéndice titulado «Finales de peones que pasan a’ser finales de daman. CaPiTuLo PRIMERO REY Y PEON CONTRA REY Con estas piezas se pueden dar mas de 80.000 posiciones diferentes {exceptuando las simétricas en Jos flancos de la ma y del rey). Sin embargo, en cada una de ellas podemos determinar al instante el resultado final, es decir, si se a 0 se hacen tablas. Para ello nos fijaremos en dos cosas: '1) en ef «cuadrado» del peén, y 2) en sus ca- sillas clave o crfticas, Se sobreentiende que con un peén de mAs s6lo se gana en el caso de convertirlo en Dama. Cuando el pedn se halla alejado, como vemos en el 20, lo decisive es «a distancia», Saliendo las Dlancas, el peén llega a la octava casilla sin impedimento, Pero si les toca jugar a las negras, el rey tiene tiempo de capturarlo. Para enjuiciar previamente la situacion se recurre a la eregla del cuadra- do», es decir, se calcula si el rey psdes en caso de salir primero, legar al ccuadrado» del peda (en dicho caso 3T-8T-3A-8A). Mas sencillo es trazar mentalmente una Ifnea, la diagonal del cuadra- do. Por él nimero de casillas 1a diagonal es igual a mm lado del cuadrado. No se debe olvidar que el ccua- Arado» del peén ZT (por su opcion a salida doble) es igual al cuadra- do del 37. El peén 21 y 37 Wegan 18 @ la octava casilla en las mismas cinco jugadas. La existencia de otros peones en el tablero pnede impedir, como es natural, la entrada del Rey en €1 ecuadrado» del pedn, pasado. 20a, — R. Bianchetti, 1925. Blancas: RIAR, PTD, PaD; negras: R6AR, PSR, P2AR. Ga- nan blancas. 1, PSD!, PxP; 2. PAT y ganan, Sino estuviese el peén negro en 2A, ademas de PSD, se ga- naria jugando 1. PaT, R5R; 2. PST, R4D; 3. R2R (no se debe perder, tiempo, jagando POT ?); j... R3A; 4. R3R, etc. Mb. — A. Troitzki, 1913. Blancas: RICR, P2TD, P2CD, P5AD, PSD, PSAR. ‘Negras: RSTR, P5CD, P2AD, P2D, P2CR, PICR, P2TR. Ganan blancas. 1, P6AR, PxP {se ha interceptado la diagonal 4T-8D; las blancas deben salvar todavia la amenaza R4T-3C); 2. RxPIC, RSC; 3. PAT, PxP; 4. PxP, R4A; 5. PAT, "RAR; 6. PeD!, PxP;'7. P6A!, PxP; 8. PST y ganan. Los nfims. 71, 72a y siguientes, la lucha por 75 y otros ilustran el «cuadrados. Examinemos el caso de cuando el peén precisa del apoyo de su rey para avanzar. Son ejemplos sencillos, pero asi suelen ‘acabar muchos ‘finales complicados. Esta posiciones, desde el punto de vista de la posibilidad o impo- sibilidad de ocupar Ja casilla cla- ve, son estudiadas en otro Ingar (1) Para ganar el pedn debe avan- zar hacia a fila 7 sin dar jaque. Estas situaciones peculiares se deben a que el pen se encuentra en la columna de la torre o del caballo. En el 25 el rey negro debe retro- ceder forzosamente a 1A (después de I, RSC, RIC?; 2. REC no salva; 2... RIT en vista de 3. R7A). En el 26 se hacen tablas jugando 1, .R2C. Si juegen las blancas, 1 REA se puede responder 1... RIA y 1... RIT. a Wa. Va. Wa ao 8 YU 7 a oeee Después de 1, RSD pierden inme- diatamente las negras: 1... RIA, 1 2. REA; no les salva la manio- ra 1... R2D; 2. R5A, RID; 3. R6D!, RIA; 4. REA, etc. Si el peén no estuviese en la fila 6, sino en ta quinta 0 ms lejos aiin de la octava banda, destacaria todavia mas la desventajosa situa- cién del rey propio junto al peén 0 detris de a 19 A pesar de la oposicién las blan- cas no pueden ganar. Si en el 27 desplazasemos toda la posicién ha- cia una fila inferior, serian tablas independientemente de quién ju- gase primero (la partida seria igual a la representada en el dia- grama 28 v 28a). Ordinariamente se debe procu- rar que el rey propio esté colocado delante del pebn, para asegurar su posibilidad de avance. Como he- mos explicado ya en el Prélogo, el objetivo de este tipo de finales tadica en dominar las casillas clave © criticas del pedn. Estando el peén en 2C, sus ca- sillas clave resultan las 4T, 4C y 4A, Si las blancas consiguen octl- par con su rey alguna de esas ca- sillas (y éste debe ser su objetivo inmediato), ganarén independien- temente de Ia salida y de la opo- sicion. En el 29 las blancas, en caso de salir, consiguen su objetivo en 20 tres jugadas, Si salen las negras, on tres jugadas colocan su rey en 4C (6 47, 4A, tomando la oposi cién frente al rey blanco), no permitiendo que las blancas ‘ocu- pen alguna de las casillas critic: (Hemos dado unas variantes sen- cillas después del 32.) A cada movimiento del peén, los campos criticos se desplazan jun- tamente con él: para el peén 3C, las casillas criticas gon la ST, 6C y 5A; y para el peén 4C, la’ 6T, 6c _y 6A. ee ‘Citando el peén Mega a la quinta fila, al rey negro le queda poco sitio para maniobrar y el niimero de casillas erfticas pasa a ser de seis (esquema 30). Si el rey pro- pio ocupa nna de ellas, Ia victoria est& asegurada, sea cual fuere la oposicién. 31, 1... RIR; 2. P6A. Si salen las blancas 1. R6A, RIR; 2. RIC. 2 32. 1... RIT; 2, POC; 1... RIC; 2. R6C; el juego se complica un poco (debido a la proximidad del PC a la banda); si les toca salir a las blancas: 1. R7A! (de ningdn modo P6C+?, RIT); 1... RIT; 2, ROC!, RIC} 3. RET!, RIT; (0 4. RIT); 4. POC, ete. Estos ejemplos muestran que la posibilidad de dominar las casillas criticas nto es mas que un elemento del objetivo que se persigue; se debe jugar teniendo en cuenta to- das las particularidades técticas (proximidad del extremo del ta- blero, posibilidades de tablas, et- tétera). Volvamos al 29; 1.R2A, R2A R3A, R2C; 3. RAC, R3C (Ias «as han ocupado fa casilla clave; las negras, tomando 1a oposicion, impiden la ocupacin de casillas clave sucesivas); 4. P3C {ahora son clave las casillas ST, 5C y SA; las negras se ven obligadas a ce: det una de ellas, ya que la oposi- cién ha pasado a jas blanca). 4 RST; §. RSA, RAT (si 5... R2C, entonces : 6. RSC!, etc); 6. RGA. Las blancas han asegurado el avance del peén hasta ja quinta fila, después de haber ocupade ia casilla critica, El final viene 2 ser idéntico al 32, Asi pues, el pen debe avan- zarse inicamente después de ha- ber quedado asegurado el dominio de nuevas casillas clave. 33. 1, R3A!, Re? (*); 2. RADI, etc. Cualquier otra maniobra de Jas. blancas habrfa conducido a tablas. (Los ptntos en el diagra- ma indican las posiciones de’es- ra del rey negro saliendo las sfancas.) 34. Si les toca jugar a las blan- cas, no ganan en ninguna de las 8 posiciones del rey negro sefiala- das en el diagrama, ya que las blancas no pueden’ dominar la () EL signow significa jugada de espera. casilla clase; en las restantes po- siciones del rey negro. ganan. Sa- liendo las negras, consiguen ta- blas s6lo si juegan 1... RBA! (2. R2A, R3C!). La casilla clave 5C es la mas distante de las negras; por eso i. R2A, R2R; 2. RIC, RID; 3. RAC, R3A; 4. R4S y ganan (no se debe jugar 1. R2D? por 1... R2R; 2. R3D, R2D!; N.° 34). Con el peén en 4C también se gana avan- zando el rey blanco en diagonal. 38a. Blancas: R6TR, PAAD. Ne- gras: RSTR. Tablas. La «regia det cuadrado» se entrelaza en este caso con la irrealizable aspisacién de las blancas a ocupar el escaque clave 5D. Las tablas son evi- dentes. 35b. Blancas: R4D, P4R. Ne- gras: RIAR. Ganan biancas: 1. RSD! Con un peén de torre el juego se reduce a la lucha por la tinica casilla clave, que es cl punto de invasién, segiin se muestra en .el esquema 36. 2 Se puede ganar sélo en el caso de que el rey negro esté alejado de las casillas IT, 1C y 1A, como se ve en las posiciones 37-42, En el 37, incluso estando el rey negro en 3R, las blancas tienen’ tiempo de coronar el peén. Conviene subrayar en seme- jantes posiciones Ia lucha que se entabla por el dominio de la ca- silla BA. En el diagrama 42 vemos que, 78 saliendo las negras, al rey le da tiempo de ocupar la casilla 1A, haciendo tablas. En algunos casos raros, para evitar tablas, el peén se convierte en torre; por ejemplo, en las a ciones, AR, ey ee R6AD, P7A) ROTD, ROA Cartruo 11 REY Y DOS PEONES CONTRA REY Esta superioridad suele asegurar una victoria facil. Pero Ia situa- cign cambia si se pierden ambos peones 0 uno de ellos y e} otro carece fe del debido apoyo por de su rey. La siones de las posibilidades de le; tida nula depende en oca- ra la situacién de rey ahogado (con peones de torre o peones doblados y en posicién muy avanzada). “ Los peones ligados ganan si uno puede defender al otro, y siempre jue tengan el apoyo de su rey. UB. he RIT, 2 ROD, R2G; 3. PST=D4!, RxD; 4.’ RGA, y 5. PIC. Los peones doblados no tienen de por si defensa frente al atague frontal del rey enemigo. A veces tienen menos fuerza que un “peén s6lo; basta comparar el 44 con el 23, el 46 con el 21 y 22 y el 47 con e1'26. En ocasiones, un pedn de més supone una traba (45); ad- quiere importancia cuando 'per- mite ceder la jugada al adversario (48) o cuando imposibilita a éste Ta ocupacién de algunas casillas (48a). En el 45 las blancas, para ganar, necesitan tener la salida (1. P8C= D+), y en el 46 la salida debe ser del_adversario. En el 47 las negras juegan en las casillas 2C y 1C; a R6A respon- den 1A (o RIT). En el 48 es facil ganar, ya que al tomar las negras la oposicion (R6A-RIA), sigue PSC (46). ‘Asi pues, pudiendo clegir las jugadas no se deben avanzar los’ peones doblados uno tras otro. Como 1a posibilidad de ga- nar est& basada en el zugewang, 23 es preciso dejar un peén detras para tener tiempo de reserva, y también para evitar tablas (véa- se 120). En el 47, con un tercer pedu en 4C se ganarfa después de 6C-7C, ro estas posiciones no tienen immportancia prdctica Tus peottes doblados tienen ana capacidad catacteristica de deten- sa en caso de un ataque lateral. 48a. Grigdriev, 1935 (ejemplo didictico). Blancas: RIAD, P2CR, PSCR; Negras: R4R. Se gana jw gando: 1. P4C! (jugada tnica) 1... R3R; 2, RAD, R2A; 3. R3R, R2C; 4."R4R!, RIC; 8. RAA y ganan (véase N.° 186 a y b). Son més variados los casos de peones aislados. 49. 1... R2C; 2. RED, RIA; 3. PST 6 3. RGA. Tablas. ‘La tenta- tiva 2. Ria, RxP; 3. POT es initil (jpedu de torte!) ; pero si esta posicién se desplaza’a la de- recha, se gana jugando de esta forma (27) 30. 1... Rx P6A; 2. REC 6 1... RIA; 2. R6C. Si ‘son mano las 24 blancas, Ia partida es nula (1 R8T, RIA). Los peones aislados, lo mismo que los ligados, suelen defenderse indirectamente los unos a los otros (ya que el rey, al capturar el peon rozagado, sale’ del «cuadrado» del otro), pero, al revés de los liga- dos, ‘pueden, en algunos casos, avanzar hacia Ta octava fila sin ef apoyo del rey. Sl. Después de 1... RAT; 2 P3A 6 1... R4A; 2. PST, el “rey negro no puede ‘atacar de inme- diato al peén avanzado, ya que su casilla clave de la misima fila est defendida por et otro pedn. Esta circunstancia da tiempo a que se acerque el rey blanco, y esto decide fa partida. 52. 1... R&T; 2. PSD (no con- duce a “nada 2. R2C, RxP; 3. R3A, RAC); 2... RIC y 3... R4A. Tablas, A diferencia del ejemplo anterior, el rey negro ataca répi- damente al peon 5D, cuyo esca- wie etitico (GA) ya’no esta de- fendido por el otto peén. De la solucién se deduce et por- qué la fuerza defensiva de los peo- nes en el ejemplo 52 es inferior al del 51. La distancia de dos casi- Mas entre los peones es Ia menos ‘ventajosa. Una clara explicacién de lo di- cho Ia encontramos en el siguiente e) jlo: 52a. Blancas: R2CR, SEB" pio: Negras: Rac, PSAR, PSTR. Las negras ganan, salga. = ies no podfan avanzar por si Zolos hacia fa octava fila. Muy dis- finta serfa la sitnacién si su ecua- arado comin» liegase a la banda del tablero o pasase de ella. Los peones situados en la mis- ma fila tienen un cuadrado comin, we cambia de situacién a medi- eae st avance (de abt su nombre de cuadrado «erranter), Cuando este cuadrado Mega al extremo del tablero (53) es sefial de que Jos peones pueden avanzar sin apoyo del rey. Situemos, por ejemplo, el rey negro en 2CD en el 53. Las blancas, después de 1. P6D, R3AD; 2. POTD, ganan; lo mismo pasa’saliendo fas ne} después de 1... R3TD; 2. POD, RaCD; 3, POTD+ 6 3. PID, ete. La regla del «cuadrado errante> tiene sus excepciones; por ejem- plo, cuando el rey adversario cap- tura inmediatamente uno de los peones, o la representada en el 34 (ain para las blancas es la posicién del rey negro en 3CD). Por otra parte, hay veces en que los peones pucden avanzar independientemente, aun antes de que su ecuadrado comin» Megue al horde del tablero; por ejemplo en ja posicién P3CD, P3AR de las blancas. Rey negro en 4R se puede jugar: 1. PAC, RSD; 2. P4A. Asf, pues, si la posicién Io e3 ge, los peones deben mantenerse én’ la misma fila, adelantando el rezagado a fin de poder avanzar uno cuando sea atacado el otro. Se debe avanzar primero el peén que esté mas alejado del rey adversa- rio (véase 206). 25 Cariruzo II PEON CONTRA PEON La igualdad material hace suponer que los finales de peén contra peén deben producir partidas nulas; en efecto, asi ocurre en muchos casos. Pero de hecho no es la igualdad material lo decisivo, sino la ventaja posicional de una de las partes. Las formas de esa superioridad son muy diversas. Suele manifestarse en un peén mas adelantado, en una posicién mejor del rey, y en otros factores, imposibles de incluir en una férmula general; para explicarlo mejor daremos ejemplos con- cretos. A sar del ntimero limitado, minimo, por decirlo asi, de piezas (ya ‘himos visto que en los finales con un peén solo, capitulo 1, no hay ningdn misterio), en los finales de ped contra pedn se encierra una asombrosa variedad de ideas y numerosos rasgos peculiares. Estas ideas, que constituyen la base de finales més complejos y nutridos, merecen ser estudiadas con la maxima atencién. ‘Al analizar los finales ser& conveniente dividirlos en tres grandes grupos: 1) Peones en la misma columna; 2) Peones en columnas ve- Cinas, y 3) Los dos peones pasados. 1, PEONES EN LA MISMA COLUMNA Con peones inméviles, bloquea- dos, el juego, como es natural, se reduce a las maniobras de los’ re- yes con el fin de capturar el peén del adversario y coronar luego su propio peén. Después de 1. RSC, es decir, una vez dominada una de las ca- sillas clave (véase el Prdlogo), el destino del peén 4D esta decidido, por ejemplo: I... R2R; 2. R5A, R3D; 3. ROA, R2D; 4, RSR, R3A; 5. ROR. Las negras no tienen mas remedio que seguir maniobrando asi para impedir que una vez cap- turgdo el pedn 4D, el rey blanco ‘ocupe alguna de las casillas clave 6 del peon do 4D (6A, 6D y GR), a saber=5... R2A; 6. Rx PAD, R2D!, tablas. De esta forma vemos que la posibilidad de ocupar uno de los escaques clave del peén bloquea- do 0, por el contrario, la posibili- dad de su defensa eficaz, puede servir de buen punto de referencia para precisar el objetivo de Ia maniobra y establecer de antema- ano si se pitede o no ganar el peén bbloqueado. $Sa. Blancas: R3CR, P4CD; Negras: RITD, P3CD; ‘las blan- cas gaan si son las primeras en r; si lo hacen las negras es Eifine: ‘Después det: PSC” las blancas se posesionan de las casi- las criticas del pedn 3C y lo cap- turan, y como el peén de las blan- cas se encuentra en la fila quinta, Ja partida se puede considerar ga nada. Si juegan las uegras, en- tonces despuce de 1... P&C! siem- Pig,podrin responder a Rx, con 20 y tablas. Pese a lo elemental de este pro- cedimiento, no se tiene en cuenta muchas veces, Sb. Blancas: RID, P2AD; Negras: R7CD y P4AD; tablas. En una partida jugada'!. R2D hizo perder a las blancas después de 1... P5A, Se hacen tablas ju- gando 1, P4a! 5c, Yates-Tartakower, Bad Homburg, 1927. Blancas:’RICD, PACD; Negras: R4D, PACD y P6CD. Después de 1. R2C, R5A; 2. R3T, P7C las blancas se salvan del mate gracias a una jngads no Prevista por las negras; 3. R2T! El limite de la zona critica para Peén GD esta constituido por las casillas 6R, 6A y 6C (véase 5). Si juegan las blancas, ganan ocu- indo el escaque critico: 1. RSC!, 2A; 2. RSA, ete. (56). Si salen Jas negras consiguen, utilizando el método de la oposi- cién cortiente, defender las casi- las de invasién; 1... RLA!, asi, r ejemplo, 2.'R5C, R2C’6 2. 5A, R2A, Se ve claramente que en este caso no se trata de la opo- sicién, sino de la defensa de las casillas de invasién, pues si tras- Jadamos el rey blanco a 4T, mo- viendo las negras son igualmente buenas las jugadas 1... RIA como 1... R2A, a7 Un, a, Y Y g aS GD ae El rey blanco se encuentra ya en la zona critica del peén 3D, mientras que el rey negro sigue sin haber penetrado en la zona critica del peén 5D. En esta posi- cién las blancas tienen ventaja porque ambos reyes se encuentran a la misma distancia de los peo- nes. Se debe jugar 1. R7R! (pero no R6R?, R4A! y ganan); en 21 cambio, si 1... R4A o R2A, sigue 2... ROR. En el 57 las blancas se valen de que su rey tiene acceso a dos ca- sillas crfticas del peén 3D (a sa- ber, 6R y 7R), mientras que el rey’ negro sélo dispone del escape 4 Se comprende que si el rey es- tuviese mds lejos de los peones, en 5CR, por ejemplo, se ganaria sélo en el caso de que jugaran las blancas; saliendo fas negras, las blancas ‘serfan mate. Si el_rey negro estuviese en 4CD (57a), las posibilidades de ambos bandos estarfan equilibra- das y todo dependerfa de la salida. 37. A. Chéron (sistema Sal- violi_y Berger), 1926. Blancas: RAAD, PAR; Negras: RIR y P3R. Ganan blancas. 1. PSR!, RZA ( R2D, R5C!); 2. RSA,’ R3C! R6A', RAC; 4. R7D!, Ra ROD y ganan. (Véase 188c.) 57c. I. Moraviets, 1952. Blan- cas: R3AR, P2D; Negras: R7TD y P4D. Ganan biancas. 1. R4A! (después de 1, P4D?, R6C, las blancas deben buscar las tablas) ; 1... RC; 2, RSR, RSA; 3. PAD y ganan. 57a. A. Mandler, 1949. Blancas: R2CR, P4AD; Negras: R&D, foe Tablas. 1. R2A! (No se debe jugar R3A ?, pues le seguiria RD, como. tampoco. 1, RIA?, P4A); 1... RID; 2. PSA, RED, RIR, 'tablas. La proximidad del extremo del tablero aporta, como regia, sus en- miendas en casos de posi ahogado. En la situaci gjemplo: Blancas Negras: RIAR, P2CR. Como es natural, no se puede hablar de ca- sillas criticas y es evidente que la partida seré aula. Con peones cn’ 1a columna de torre, la posibilidad del rey aho- gato impone, a veces, maniobras je un tipo especial. RID, PECR. 28 El peén negro 2T est indefenso y a las negras no les queda mas Temedio que responder a la juga- da inevitable Rx P2T, con R2AD (pero la aproximacién del rey negro al peon 6T por las colummnas def A y del C no mejora Ja situa- cién, como se ve claramente). Si el rey blanco elige el camino de 6R-6D-6A-7C, el rey negro deber& avanzar irremisiblemente por Ia Mnea quebrada 6A-SD-4R-3D-2A. La defensa consiste en responder a R6D con RSD, y a R6A, con RAR (jrodeo!). Pero como las blancas no tienen un itinerario impuesto, pueden acercarse al peén utilizando los més diversos medios (58). Para ganar se debe jugar: 1. R6R RGA 2. RSD!; 1a imposibilidad pa- ra las negras de jugar RSD les re- sulta funesta (*) (*) La posicién 68 estd tomada de Ja partida Snage-Auhes (1921), que acabé en tablas vilgares después de 1. ROR, RGA; 2. R6D?, RBD; 3. RCA, RAR; 4 RIC, RID; 5. RxP2T, ROA’ Maizelis fue’ el primero en dar la solucién justa y por ello se le debe considerar autor de la posicion 58. Rabinévich lo reconoce asien la pri- mera ediciin de su libro «Finales de ajedrem, 19:7. — N. de Ia RB. Este ejemplo es un testimenio Ipable de las particularidades BoE egoometria Hel tableros, de que hablabamos antes. En el’ 58, jas blancas han sustituido el mo- yimiento en horizontal del rey ha- tia el P2T por el movimiento en Iinea quebrada, jen las mismas 8 jugadas! Pero las negras, para it desde la casilla 7C a la 4R debian hacerlo sélo en diagonal, ya que les era imposible seguit otro camino con el mismo ni- mero de jugadas. La posicion que estudiamos nos da ‘ut ejemplo de maniobra del rey con doble objetivo, igual que en el conocido estudio de Reti (71). Pero el objetivo de las blan- cas es completamente distinto: eapturar el peén y, al mismo tiem- po, impedir el acercamiento del rey adversario. Este procedimien- to suele jugar un gran papel en muchos finales. La idea fundamental de la po- sicién SB fue desarrollada en tos trabajos de Grigériev y también por otros teéricos. Oftecemos a la atencién de nuestros lectores las siguientes variantes : Zakman, 1924; Grigériev, ancas: R8CR, P2TD; Ne- : R3CR, PTD. Tablas. No se lebe jugar R8A, ya que después de 1.. RSA, el Tey negro avanza por el camino mAs corto, en dia- al, hacia la casilla 7C y las lancas no se lo pueden impedir, ro después de I, R8T!, R3A2; . RIT!, al rey blanco le da tiem- po de Hegar a la casilla 2AD. 1925. $8b (tomado de un artfeulo de Grigériev, 1925). En una_partida se dio el siguiente final: Blancas: R8AD, P2TD. Negras: ROR, PSTD. Los adversarios_no supie- ron captar la idea del final y ju- garon erréneamente; 1. R7A? (en vez de R7D!); 1... R6D? (1... RSD!); 2. R6C? (debian ha- ber jugado 2. R6D 6 2.R6A; en esta situacién las blanecas no pue- den salvarse) ; 2... R6A; 3. RSC. PET; 4. RAT, RIC; 5. RAC, Rx y las blancas se rinden. Lo ¢ rrecto habria sido: 1. R7D, RSD; 2. ROR, POT; 3. RSA, RGA; 4. RAR, RIC; 5. RID, etc. Grigd- riev ‘subray6 con mayor expresi- vidad esta bella trayectoria del rey blanco en Ia siguiente posicién. Este final (diagrama 59) resu- me las ideas de las posiciones 57 y 38. La posicién inicial del problema presentado por Grigériev (1931) es la siguiente: Blancas: .R4TR, T8AD, PSCD; Ne; R8TD, POCD, P2CD y PAAD. Tablas. BS cil prever que por el on 6C las Blanche tendvdn "gue abt el Ge tor rre y quedaré un final para el cual las “blancas deben prepararse de antemano. Después de 1, P6C!, PIC; 2. TST +! (es prematuro 2, TxP4A, ya que 2... PBC=D; 3. TST+D7- Tl; 4. TxD+, RxT ¥ el rey negro, queda una jugada mas cer- ca del peén 6C que en la variante fundamental) ; 2... R8C; 3. T8AD!, eee ee TST+, R6C; 6. TSC+, R7A; 7. TxD,'RxT’y queda la posicion representada én el diagrama. En su movimiento hacia 7A 29 pierde el rey blanco, ya que las negras ocuparan la ‘casilla 3T también en 5 jugadas (57). El plan de la defensa consistiré en responder a Rx P6C, R4C. Por eso. 8 R3C!, R7A; 9. R2A, RED (6 9... RID; 10, RIA, R6D; 11. RIR, etc.); 16. RIR, RSA; "Il. RZD, RAC; 12, R3A, RxP; 14. RAC y tablas. 59a. F. Dedrle, 1936. Blancas: R4TD, P6CR; Negras: R8CR, P2CR, tablas. Se trata de la mis: ma terminacién que en el proble- ma de Grigdriev, pero en otro flanco. 39. L. Prokesr, 1947. Blancas: RSTD, P2TD; Negras: R6AD, P3TD} tablas. Los peones todavia no estén bloqueados, pero en el tablero no tarda en’ formarse la posicion, Sb, 1 RIC PAT; 2. Al, PST; 3. RSD, POT (es pre maturo 3... R7IC?; 4. R4A, Rx P 2T; R3A y tablas). 4. R4R, RIC; 5. R&D, ete. 59. I. Moraviets, 1952. Blan- cas: RGAD, P2TD; Negras: RUAR, P2TD; ganan ‘blancas. 1. RIC!" (pero no RSC?, R6R, ta- blas). I... PAT; 2. REC y ganan o... R6R; 2. RxP2T, RSD; 3. R6C y ganan. Si trasladamos el rey negro a 5CR, lo correcto es 1. RSC (pero not. R7C?, PAT; 2. P€T, R4A, tablas). S9d. Pertenece al tipo de po- siciones que analizamos el_anti- wo final de Horwitz y Kling Tisst), Blancas: ROR, PER; Net gtas: RIR, P2R; las blancas no eden ganar. 1: P4R, RIA; 2. “1D, PAR!, tablas (55b). Son ind- tiles todas las tentativas de ga- nar tiempos: 1. P3R, RID; 2, PAR, RIR; 3. PSR, RID; 4. RTA, R2D (en esta posicién habrian ganado Ias blancas, en caso de jugar el ad- versario, pero saliendo las blancas no les queda mas remedio que ha- 30 cer partida nula, teniendo en cuen- ta que 5. P6R+ ? les hace perder) : 5. RBA, R3R; 6, RBR y tablas. Si Ios peones no estén bloquea- dos, su moyilidad equivale a una reserva de tiempos no gastada, que se puede utilizar en cualquier mo- mento y dar resultado sensi- bles modificaciones de la posicién, Si, ademas, los peones se encnen- tran separados por considerable distancia, unos de. otros, la parte atacante, en st intento de captu- rar el peén adversario, deberd pro- curar no perder su propio pedn, que el rey adversario puede atacar por la retaguardia. En estas circunstancias, las ma- niobras de los reyes adquieren en algunas posiciones un cardcter su- mamente complicado y, a veces, resulta muy dificil hacer célculos previos. RSC... es evidente que no con- viene mover el pe6n 2C, ya que el rey negro, después de capturarlo, iene tiempo de dominar, las, po- siciones clave del pen 2C. (Por regla general, a la parte atacada no le conviene, en estas posicio- nes, aproximar los peones, ya que ast facilita ta doble misién lel atacante, que consiste en ga- nar el peén’ del adversario y en defender el suyo.) Sélo queda la ibilidad de rodear el peén ne- . por la retaguardia, ie R5SR 2. REA RAD 3. RIR a Las negras se encuentran aho- ra ante un dilema: o bien seguir desplazando al rey blanco, o bien avanzar el peén 2C. 3. oe R3A Si 3... PAC, entonces 4. R7D, PSC; 5. R7A, R4A; 6. RIC, PEC} 7, ReT, RSC; 8. ROC, RSA; 9. RST y tablas. 4. ROR! Seguir a rajatabla la tactica an- terior serfa funesto para las blan- cas: 4, R8D?, P4C; 5. R8A, PSC nan, ya que eh compafacion Joa la varlante anterior (nase la dada para la tercera jugada), el ‘blanco no dispone de una’ sa- Hida conveniente que le aproxime al peén (60). 4. P3C RIA RSA Pac R6C RIT 6. L 8. 9. . RIA 10. P4C! y tablas. 0a. Grigériev, 1938. La posi- cién es la misma, pero distinta la situacion de los reyes; rey blanco en 3TR y el negro en 7AR. El resultado es tablas, que se consi- guen més ripidamente. 60b. Grigériev, 1938. Rey blan- co en STR; rey negro en SAR. En esta posicién las blancas no se salvan, ya que su rey, avanzando por tna’ diagonal més alejada del » llega tarde: 1. REC, R4R; . RTA, R3D; 3. R8R, PAC; 4. RSD, PSC; 5. RBA, R3A!, ete. Las ‘blancas pierden tiempos en 1a octava fila. 0c. Leyk, 1948. Blancas: R8- AD, P4AD3 Negras: R3AD, P4AD. Las blancas pierden s6lo en este caso y siendo ellas mano, porsjemplo: RED, R&D! 6 1. REC, ICI, ete. Se hacen tablas jugando 1, R2T?, RIC; 2. RIC, ROA; 3. R4A, en vista de que 3... RSR!; 4. R5A, RAR; 5. PAC (REC, RAD); 5... R3R; 6. ROC, RAD. El rey blanco, en su aproxima- cién al pe6n 2C, debe ir creando barreras para impedir que el rey negro se acerque tanto al peén negro como al blanco. ’or eso Jo correcto seria: 1. RIC, RIC; 2. R2A, R6A; 3. R3D!, RSA} 4. R4D, R4A; 5, RSD, RSA! 6. RD, R2A'; 7. PAC! (es' inatil 7. RID, R3A_y mal 7. R7A?, R3R) ; 7... RIR; 8. RTA, PAC; 9. R6A y gana. 61a, Blancas: R3TR, P2CR; Ne- gras: R3TD, P2CR; ganan blan- cas (jugado por Moraviets en 1952 con el rey negro en 2TD). 1. RAC! (no 1. RAT, RAC; 2. REC, R4A 1; 3. PAC, R3D, y no 1. R3C?, R4C; 2. R4A, 'R3A!;3. RSA, RID, tablas) ; 1...’R4C; 2. RSA, le si- 2, PEONES EN COLUMNAS VECINAS Con peones inméviles en colum- nas vecinas, los dinicos casos que ofrecen interés son cuando una de las partes tiene evidente superio- ridad de posicién (mejor situado el rey) y Ja otra no carece de me- dios de defensa. Son relativamente mas sencitlos los finales donde los peones estan To mas cerca posible, es decir, cuando no tienen terreno para mo- verse. Sin embargo, también en estos casos existen diversas posi- bilidades de juego; a veces se de- ben a la proximidad de los peones a'la banda del tablero, y otros a la perspectiva de forzar ei des- miento de las casillas crf- En la posicién 62, después de 1. RIA, RIT! (1... P&T?, 2. PSC); 2. ROC, las negras consiguen ta” blas jugando 2... P4T! (3. RxP, R2T; 3. PSC, Sta, Berger, 1890. Blancas: RIAD, PSCD; Negras: RITD, P2TD. Ganan blancas: 1. R8A, PAT (6 37); 2, POC, PST; PIC+ y mate en tres jugadas. En la posicién 63, las negras amenazan al peén 5D, conservan- do el dominio de las casillas erf- ticas del peén 2A. Las blancas se salvan jugando 1. P6D!, imponien- 32 do un cambio yentajoso de zona critica; 1... Px P; 2, RIC y tablas. (Véase 233b.) 63a, Grigériev, 1933 (final_ del problema 253)’: Blancas P3CR, Negras: RID, P4Al negras hacen tablas. 1... 2.°PxP, RIR y tablas. 118.) 63d. fets, 1952. : RICD, PSAR; Negras: R2D, P2- CR, tablas. 1. R2A, R3D; 2. P6A!, PxP; 3. R2D, tablas. 63c. Moraviets, 1940. Blancas : R3CD, P2R; Negras: RATR, PAD. Ganan blaneas. 1. RAC,’ RAC (RSC) ; 2. RSA, RSA; 3. RAD! y ganan. No se gana si a 1. R3A?, le si- gue 1... POT! La jugada 2. PxP conduce a tablas sin duda alguna; si se jue- 2. P3C, se desplazan las ca- Sillas criticas de este peon a la fila de arriba y al rey negro le da tiempo de defender hasta la ca- silla 4T, que es la més alejada de 41, ya que las blancas se ven obli- gadas a jugar (jperdiendo tiem- pos!) R2A, RIC, R2T. No condu- ce a nada 2. PAC, ya que las blan- cas mo podrén dominar los esca- ques critices 6T, 6C y 6A. Por eso lo cofrecto seria jugar 1, RIC!, P6T!; 2, P3C!, RAR; 3. R2T, RAD; 4. Rx P, RIA; 5. RAT, RAC} 6. RAC y ganan 4a. Moraviets, 1952. Blancas: RIAR, P2CR; Negras: RIAD, P¢TR. Ganan blancas. 1. R2At {amenazando 2. R3C); 1... PST; 2 RIC!, ete. lo mismo que en ei n@mero anterior, Se trata de una interesante profundizacién de Ia posicién 64. 64b. Moraviets, 1952. Blancas: R2AD, P2CR; Negras: RSTD, PSTR. Ganan las blancas. 1. R3D, RAC (SC) ; 2. RAR, R4A; 3. RSA (no 3. R4A?, POT! y tablas) ; 3... R3D; 4. RAC! 6 3... POT; 4. Px P, RID; 5. R6A y ganan. ‘Si los peones’ no estén tan cer- ca, la posicién resulta mds inte- resante por la reserva de tiempos de que se dispone y Jas posibili- dades de sobrepasar el pedn de la parte atacante por la retaguardia. El juego suele tener el mismo cardeter que en finales andlogos con peones en la misma columna. 1. RTA Las blaneas deben evitar, ante todo, que las negras a Rx P3T, respondan con RSA. Por eso pre- cisamente no se consigue ganar con un ataque en linea recta al 3T, como, por, ejemplo: |. RID, R3C; 2. R6R, R4A; 3. RSA, RSD; 4. ROC, ROK; 5. RxP, Rsal y a Es prematuro también i. fh ee RST Si el rey juega 1T, acaba ga- nando el peén a 4C. Esta circuns- tancia determina el resto de la partida. 2. R6A RAT 3. RSA. RST 4. Rta ROT 5. R3A, RIT 6. R2A R6T Es mala jugada 6... R8T por 7 PAC 0 la 6... PAT, por la 7. R3D, eteétera. 7, Paci! a Este modesto movimiento del peor ey gf ue decide ta partida. i 7. PAC ?, entonces SC; 8, R3D, R4A ;'9. RAR, R3D; 10. RSA, PATH; 11. PxP, R2R’y el rey alcanza a tiempo la casilla salva- dora 1A. La jugada de espera 7. P3C evita el sactificio del PAT. ‘boo RIT yuivocadamente, au- tor de esta posiciin a Dedrle, quien Ya utilizé en uno de sus artfettos sin referencia de origen (1991). En. rea, Tidad la posicién RIAD, PACD, PER - RAD, PSTD se dio en una partida. Un tal doctor Kassidi indieé en 1864 el modo de ganar: 1. RIC! (Rste fi- hal fe utilizado aquel mismo aio por el famoso analista Horwitz, que ideé toda la. partida.) La variante publi cada en Ta antologla de Tattersoll se diferencia de la imicial por estar algo mis reducida, Ahora la jugada 7... RSC, etc., pierde sentido y las negras’ vuel- ven a la idea del rodeo por la re- taguardia (8. R3D, RIC). 8. PAC! y ganan, Grigériey indica que si la posi- én ficial del peén blanco estu- © viese en la tercera fila, seria imposible ganar. 65a. Gorgufev, 1936. Blan- cas: RITR, P3TD. Negras : R8AR, P3cD; tablas. Este problema co- rresponde a la afirmacién de Gri- goriev y no tiene interés propio. Leyk, 1948, Blancas : R2R, 3 Negras: R6TR, P3TD. Leyk propuso esta posicién, plan- teando la siguiente pregunta: gen qué posicién del rey ganan ‘las blancas, teniendo la salida? La respuesta es como sigue: las blancas ganan si consiguen captu- rar el pedn 3T en 4 jugadas, o bien, ocupar a la primera jugada la casilla 2A, colocando asi a las negras en situacién de zugzwang. Estando el rey en 2R gana. I. R2A!, pero serfa erréneo jugar 1. P4C (esto se ve en el 65). Si en la posicién inicial el rey blanco esta en 2A, son las blancas quie- nes estan en zugzwang y no pte- den ganar. Son muy aleccionadores los si- gitientes ejemplos de Moraviets, 1982. 65c. Blancas : R5CD, P2CR; Ne- 27D, PSTR. Ganan blan- . R6A. (pero no 1. R5A?, 2, R6D, RIA! 3. RIR, , RAR; 7. ROC, RIA); 1... RIC; 2. R7D'!, R2C} 3. ROR y gana. 65d, Blancas: R7TR, P2D. Ne- R2AR, P5AD, 'tablas; 1 65e. Blancas: R5CD, P2CR. Ne- 34 s: ROTD, PSTR. Ganan blan- as. 1. R4A, RIC; 2. RID, RBA; 1. R2R (no R3K?, RSD); 3... 4, R3A y ganan. (La mis: ma idea que en ef 60 b.) 6 1. RAD! Esta es la dnica jugada. Las blan cas interceptan el camino de ata que a su peén por la retaguardia y de paso colocan el rey en una diagonal cémoda para atacar el peén 3C. Si 1. P4A, la respuesta de las negras ser 1... RSA, ya 1, R5D?, se consiguen tablas’ju- gando 1... RSC!;"2. RAD; 2.. R6C!; 3. P4A, R7A. Un ejemplo tpico' de maniobras con duble cb- jetivo. (Véase-58.) 1... 2. RSR 3. P4A y ganan. Esta posicién fue Ppublicada en el afio 1926 por Dobiash, y aquel mismo afio Prokop Propuso un problema, cuyo final tenia una icién andloga. Blancas: R4AD, 2CD. Negras: R4AR, P3TD con la misma solucién (1. R4D!, et- cétera). 66a. Moraviets, 1952. Blancas : RICR, P2CR. Negras: R2TD, P3TR. Ganan_ blancas R2A, RSC; 2. R3R, R4A; 3. RAR, R5At 4. PAC y ganan. R3A RIA 3. DOS PEONES PASADOS Si los dos peones son pasados, ambas partes se esfuerzan en co- fonar lo antes posible su peén e impedir que lo haga el adversario. ‘A veces resulta imposible impedir ai coronamiento del peén enemi- go, pero, en compensacién, se consigue un mate forzado o se ga- na la dama con golpe doble («ja- de rechazo»). Si no hay con- Uciones para ello o si no se puede convertir el peén en dama, la par- tida, como es natural, termina en tablas. ‘Las maniobras de los reyes en los finales que estamos estudiando obedecen plenamente a las consi- @eraciones generales arriba indi- cadas. Los ejemplos que citamos a continuacién nos dan a conocer las diversas clases de maniobras que se hacen para conseguir los siguientes objetivos: mejorar la posicién del rey propio, ganar tiempos, atraer_ al rey adversario a una casilla desventajosa (para coronar el peén propio y dar jaque © capturar la dama adversaria con doble jaque), desplazar .al rey contrario 0 interceptarle el cami- no, tomar la oposicién, dominar un escaque clave o conjugado. Hay, asimismo, un grupo de movimientos complejos realizados Y ll - La g Te 0, 2 sen Qo 77 ot, Wes reyes Mamados emanio- ras con doble objetivo». En algunos casos el rey manio- bra teniendo en cuenta el final futuro, Estos finales los estudia- remos en el Apéndice. En el diagrama 67 las blancas necesitan abrir el camino que con- duce a su peén a la octava fila, se debe meditar muy bien la jugada del rey: el objetivo que se pltea exige que el rey vaya a derecha, pero la contraamena- za por parte del peén negro im- Rone una moderacién imprescin- ible. 1. RADI... Es mala Ja jugada 1. RSD por la respuesta 1. PAT, 2. PAS, PST. En el caso de 1. RAC se pierde 1 R6R? (67a), pero con 1... RSR 2. P4A, RARI; 3. RSC, R3D! 6 3. PSA, R3R! se hacen tablas. No basta tampoco 1, RSC, ya que 1... RSR; 2. P4A, RSD; 3. RAC, PAT + 63. P5A, R4D!; precisamente es- ta posicién de los reyes, pero sa- Hiendo el adversario, y con un pedn en 5A constituye en estas va- riantes la esencia de la Icha. Thee RSA 2. PAA R4A 3. RSD R3A A3... PAT, sigue 4. PSA, PST; 5, POA y lag blancas coronan su peén y dan jaque. 4. R6D R2A Si ahora 4... P4T, sigue 5. PSA, PST; 6. P6A y las’ blancas hacen dama en la diagonal 8T-IT. 5. P5A. RIR 6. RTA Pat. 7. P6A PST 8. RIC y las blancas ganan coronando eI peén y dando jaque. 67a, Grigériev, 1931. Blancas: RACD, P2AD. Negras R6R, P2TD. Ganan blancas. P4A, 35 RSD; 2. P5A, R4R !. (mejor relati- vamente; si 2... R4D, entonces 3. RSC! y a la 2... PaT+, sigue 3. RSC, PsT; 4. P6A, P6T; 5. PIA, PIT; 6. PBA=D, PST=D; 7. DE T+); oe ee ee R4D; 5. RSC, R4R o R3R; 6. ROA, PAT; 7. RIC y ganan. 67. Grigériev, 1931, Blancas: RiR, PTR. Negras: RITD, P2CR y P2TR. Ganan blancas. La idea de este final es coronar el peén y dar jaque. 1. PAT! (no 1. RTA?, PAC!; 2. RIC, ROC; 3. Rx Py RSA; 4. R6C, P5C!, este pedn dis- trae ia ‘atencién del rey blanco a fin de liberar el camino hacia la IT a su rey. 5. RSA, RAD); 1... PaT! (i... PIT; 2. PST); 2, RBAT! (si 2. R7A2, entonces 2... PAC! 3. PP, PST y tablas; en cambio, ahora, en caso de 2... PAC las blan- cas coronan pedn con jaque) ; 2. P3C; 3. R7R y ganan. 67c, Damiano, 1512, aproxima- lamente. Blancas: R5R, P4AD. Negras: R4CR, PATR. A princi- pios del siglo xvr se conocia ya esta _partida, donde se da_jaque con la dama en 8C y 8T. En los roblemas actuales este _ataque final no siempre resulta tan evi- dente. 674. Moraviets, 1952. Blancas: R4AD, PACD. Negras: RSAR, P4TR.’ Ganan’ blancas. 1. PSC, RAR; 2, PEC!, R3D; 3. RSC, PST; 4 R6T y ganan. Aunque las blancas coronan st pesn con jaque, pero después de 1. PAC, PAC; 2. PSC, PSC; 3. POC, P6C+, ‘las negras, gracias al jaque (jganancia de tiempos !), cofonan su peén antes; 4. R3A, PICD; 5. PIC, P&C=D;; Ie signe 6. P8C=D+, RBT! y fa partida acaby en tablas. La$ blancas sortean esta difi- cultad con una habil maniobra: 1. R3A! Ret ced RST Las blancas disponen ahora de suficiente amplitud para seguir jugando con cl rey. 3. PAC Pac + 4. R3D! R6T Las negras pierden tiempos, ya que a_la inevitable 4... PSC, le signe 5. R2A. 5. PSC PSC 6. PEC PEC 7. PIC PIC 8. R2A! RIT Los reyes han vuelto de nuevo a la posicion inicial, pero la situa- cién_es distinta. 9. P8C=D+, dando mate a la jugada siguiente. 68a, Grigériev, 1928. Blancas: R3D, P2AR. ‘Negras: RSTD, P3CD. Ganan blancas. 1. R4D!, PAC (6 1... RAC; 2. RSD!, R3T; 3. PAA! Roi R2A; 5. R6R! RID; . - PSC; 8 RIC y ganda; si 2. RST, entonces 3. P4A, P4C; PSC; 5. R4A, PEC; 6. RIA, ROT; 7. P6A y ganan, lo mismo que en la variante fundamental) ; 2. P4A, PSC; 3. PSA, P6C; 4. R3A, ROT; 5. P6A, PIC; 6. PIA, P8C=D; 7. P8A=D + ; entonces bien 7... RST; 8. D8T+, ganando la dama, o bien 7, R7T; 8. D8T++. 68b. Breniev, 1931. Blancas: ROR, P2TR. Negras: R7R, P2CD. Ganan blancas. 1. PAT, P4C; 2. RSD, RED (el secreto consiste en flevar al rey negro a 3D); 3. PST, ee eee 6 PET=D, PeC=D; 7. DIT +. 68¢, Mandler, 1938. Blancas: RIAD, P2AR.’ Negras: RTD, P2CD. Ganan blancas. 1. R6D!1, ROT!; 2. R5A!, RST; 3. P4a, PAC; 4. PSA, PSC; 5. R4A!, PEC} 6. R3A, ROT; 7. PeA y ganan. 684. Prokop, 1943. (Terininacién del problema). Blancas: RSD, P3D. Negras: R4AR, P2TR. Ta- blas. 1. R4D! (no R5A?, PAT; 2. PaD, PST; 3. PSD, POT; 4. POD, RBR'ty ganan). ¥ tablas, ya que es impos jaque al rey blanco. Pierden las blancas, ya que 1. RST?, P4A ; 2. PAC, PSA; 3. PSC, RA! 4. P6C, R3A; 5. ROT! POA; 6. PIC, PIA; 7. P8C=D, POA=D+; 8 RST, DET+. Se consiguen tablas mediante un juego muy sutil: 1, R3C!, R6ED (no... P44; 2. R2A); 2. R2T!, P4A; 3. PAC, RSA; 4. PSC, RxP} 5. RAC y tablas. @9a. Moraviets, 1952. Blancas: RSCD, P2CD. Negras: R4R, PAD. Tablas. 1. R&C! (pierde i. PAC?, en vista de 1... PSD; 2. R4A, RSR; 3. PSC, PSD, ete.) ; 1... RED (6 1... RSR; 2. 'R3A, "RE; 3. R2A, RIR; 4. R3A); 2. RST! y tablas, 69. Moraviets, 1952. Blancas: RSCR, P2R, Negras: R2D, P3TD, tablas. 1. R7A, R3D; 2. R6A, RAD; 3. RSA,’ PAT; '4. “PARY, R3A!; 5. PSR!, PST; 6. R6C! Tablas. Para terminar este apartado reproducimos un grupo de posi- ciones que ilustran las maniobras del rey con doble objetivo. Las combinaciones mas frecuen- tes de objetivos son las siguientes : a) _capturar el_peén contrario, dificultando al mismo tiempo el acercamiento del rey adversario, con el fin de evitar tablas o deten- der st propio peén (este procedi- aniento lo hemos visto en los ejem- plos 58, 61, 65 y 68); b)_asegurar el avance del peén propio, oponiéndose a las ma- niobras del adversario (67 y 68 a; uno de los ejemplos mas aleccio- nadores y antiguos es el reprodu- cido en fa posicién 70) ; ¢) amenazar el peén del_ad- versario, apoyando al mismo tiem- po el avance del pedn propio, o apoyar el peén propio con el tin eutralizar ef contrario (Ty 1, RSA! (70) Es Ja jugada clave de las blan- cas; el rey se adelanta lo suficten- te para poder oponerse al acerca- miento del rey negro (1. R4A? lo habria Nevado a una partida nu- la) ; en cambio, ahora, después de i... PAC, sigue estando en el cua- drado det peén y a las blancas tes da tiempo de jugar 2. P4C, por ejemplo: 2... PSC; 3. R4D, 37 RSA; 5. P6C y el peén se convierte en dama, dando jaque); 5. R3R, RSC;'6. PEC, RET; 7.PIC, PIC; 8. R2A y ganan. eee R3C 2. PAC R2A 6 2... R3A; 3. RED! 3. PSC R2R 4. R6A! Claro que no 4. P6C?, R2D! 4. RID 5. RIC PAC 6. P6C PSC 7. RIT (8T) y las blancas ga- nan, coronando su peén y dando jaque. A primera vista parece imposi- ble que las blancas consigan ta- blas y, sin embargo, las hacen, avanzando el rey por la diagonal con el doble fin de neutralizar el pedn en torre de rey y apoyar el suyo. 1, RIC PST En caso de 1... R3C, las blancas juegan 2. 6: ; 3._R5R {amenazando R4A); 3... P6T; 4. ROD, PIT; 5. PT y tablas, R2C; 6. RID Ta 2. RA P6T Si ahora jnegan 2... R8C. si- gne: 3 R5R! y tablas como antes. 3. RGR (7R!) Tablas. La original solucién de Reti produjo en su tiempo una gran impresién e impuls6 a la basque- da de posiciones andlogas, enri- queciendo considerablemente 1a teoria de los finales. Mas tarde, Reti volvié a este tema y propuso nuevas posiciones, sumamente va- Tiosas. Son también interesant los trabajos de otros autores (Vv se los diagramas), que en su con- junto nos sirven de palmaria ilus- tracién de las inagotables posibi- Haades del juego de ajedres. Tia, 1. POA!!, PAT; 2. RIC!, R3C (6 2... PST; 3. R5A!, POT. “ ROD, 2 tablas) ; 3. R4A!, PST; 4 (amenaza RAR); 4... forts RED, tablas. Si 1...’ R3C, entonces 2. RAC, PAT (2... Ru P} 3 BAA, Pats 4. RAD). 3. R4A, eer; RSD. Tablas. asi las tablas parecen ain ms inverosimiles. Después de 1, ROC son posibles tres continua- 3 2.RxP, PAT; 33. R6A, PSA; Ve, a aie, -- PAT; 2. Rx P2C, PST; 3. y tablas; c) 1... P4A; 2. RxP, PSA; 3. R6A, P6A (63... ges: 4. RSR); 4. R6R- (7R), ta- as. Tle. 1. PAT, ROC; 2. PST, REA (62... R5A; 3. P6T, R6D; 4. P7T, PIA; 5. P8T=D y 6. DOT+); 3. RIC (no 3. P6T ?, RID, ni tampoco 3. R3C?, R5D!; 4. POT, R6R y tablas) ; 3... RSD 5. RIA, y ganan. 714, J. ROC, POT; 2. RBA, POTS 3. RGR, tablas, o R3C; 3. RSR/, POT (3. RxB; a “RAD) 5 4. R6D, tablas. Tie. RTA, (amenazando con pa- sar al cuadrado del peén con la fogada 2. ROR; cs mala jugada PAA 32. RTA, RSAI); Pak (pero no 2. R6R, PST; 3. PAA, POT; 34. Per, ROR; a que 2... 4. PSA, PTT; 7 P6A, PeT=Dj P8T=D; 6. P7A, DAR J. ‘RBA, RAT 6 RAC y ganan) 5's, Pat =D; 6. P7A, tal pit 1, RSC {amenazando com 2. P4T; 2. R6A! y o bien Abit 3 RICy bien 2). RIA: 3. RSD y tablas. He aqui unas posiciones mas. 71g. Feiter, 1939. Blancas: R8- TD, P4AR; ‘Negras: R4CD, P3- ‘TD. Tablas. 1. RIC, PAT; 2. RTA, las. ! PST; 3, PSA); 3. RID, R4D; 4. RIR, RSR; 5. ROR! RXxPs 6. RSD, y tablas. (Véase 2.) 71h, Moraviets, 1952. Blancas: RSTD, PACD. Negras: R4D, P2D. Tablas. Se juega lo mismo que en el Tig). 1. RIC, RSA; 2. RTA, P4D; 3. RGA, y tablas, 7M. Moraviets, 1952. Blancas: R3TR, PSR. Negras: RIAD, P2TD: Tablas. 1. RAC, PAT; 2. RSA, PST (existla la amenaza de 3. RAR); 3, R6C!! Tablas. 71]. Moraviets, 1952. Blancas: net R3TR, bz. Negras: _RSTD, P2CD. Tablas. | 4C, PAC; 2. P4D, PSC; 3. PSD!, RAC; 4. P6D!, RSA; 5. RSA, POC (... RxP; 6, RAR}; 6. ROR, y tablas. El interés de este ejemplo con- siste en que su autor Jo ha anali- zaddo con el rey en diversas post ciones, Las blancas no pueden ganar, esté donde esté su rey. Bierden en el caso de que su rey ccupe una de las signientes seis casillas: 8T, 8C, 8A, 3CR, ITR, 8TR. En todos ‘los demfs casos la partida es nula. Por ejemplo, con el blanco en 2TR: 1. P4C, RSA; 2. PSC! RxP; 3. RBC, ¥ tablas. Con el rey en 8D se hacen ta- blas moviende el rey con doble objetivo: 1. PAC, RSA; 2. RIKI, PAC; 3. RGA!, R'xP (3... PSC; 4. PSC); 4. RSR'y tablas, lo mismo que en el Tig. Esta idea fue Nevada a la pric- tica por Las y después se ha vuelto a repetir en reiteradas oca- siones. 72a, Lasker-Tarrasch. San Pe- tersburgo, 1914. Blancas: RICR, P2CD, P3CD, P2TR. Negras R4AR, PATD, PACD, P4AD. Des- és de t. PAT!, RSC; 2. ROC!, xP; 3. RSA, Se han’ cambiado tas tornas y ahora son las segias esfuerzin por hacer farshall. Carlsbad, 1929. Blancas: R4D, D3D, P2AR. RITD, PSTD, PACD. A uivocada’ 1, R4A?, Pot; 2. 'DxD+, RxD; 3. RAG, le sigue 3... R7C!; 4. RxP- BT, R6A, y tabias. 7%. Grigoriev, 1930. Blancas: R8AD, P4TD, PACR. Negras: R4D, P3AR, P4CR. Ganan blan- cas, 1. PST!, R3A; 2. R8C!, RAC; 3. RIC!, Rx PST; 4. R6A, P4A; 72a. Gorguiev, 1931. Blancas: RETD, P2TD, PSAD. Negras: RIAD, P2TR. Tablas. 1. P6A!, P3T!;'2. P3T!, R2A (las negras no han consegtido ganar tiempos y Ja segunda jugada conduce a tablas, 2... PAT; 3. PAT, PST; 4. PST, POT; 5. POT, P7T; 6. PIT, P8T=D, Tablas); 3. PAT, Rx P- 6A; 4. PST, R4C; 5. RIC, Rx PST; 6. R6A y tablas. (Véase 75.) Log ejemplos postetiores son, en realidad, repeticiones. Ze. Prokesh, 1937. Blancas: R8CD, P2TD. Negras: R2D, P2- TR, tablas. 1. P4T, R3A; 2. PST, RAC; 3. RIC. Signe como Grigé- riev'y Gorgufev. 72f. Prokesh, 1947. “Blancas: R8D, PSTD. Ne- gras: R3D, P2TR.’ Tablas. 1. RBA, R3A; 2. R&C, y sigue el tmismo juego 72h. Korolkov, 1950. Blancas: RICD, PSTD, PSD, PSR. Negras: R4AD, P6D,'P2TR. Ta- blas. Después de 1. P6R, RID; 2. PTR, RxP; 3. RTA, PID; 4. P6D+, R3K; 5. PID, P8&D=D; 6 P8D=D, 'DxD+; 7. RxD, R3D y se obtiene la posicién re- preseatada en 72f Lo nuevo de esta partida es su introduccién. 4a CaritvLo IV DOS PEONES CONTRA UNO La practica ha demostrado que la existencia de un peén de mis tiene tanta mayor imtportancia cuantos mas peones hay en el tablero. Por eso, dos peones contra uno supone una superioridad material minima. De ordinario, esta superioridad resulta, sin embargo, suficiente para_ga- nar, atinque hay muchas excepeiones. A la parte fuerte le conviene que sus peones estén lo més alejados del peén contrario y que el rey se encuentre delante. Por lo tanto, hay que evitar el acercamiento prematuro de los peones y, sobre todo, su bloqueo. Los ejemplos que vamos a examinar estén subdivididos en tres grupos fundamentales: 1) peones ligados; 2) peones aislados, y 3) es doblados. El problema teérico a resolver consiste en delimitar en cada uno de esos grupos los casos en que la posibilidad de tablas est& condiciona- da por Ia propia posicién y aquellos en que se logra (o se evita) utili- zando métodos determinados de juego. 1, PEONES LIGADOS Si todos los peones son pasados, el tinico problema que se plantea es si podré el rey de la mas so normal del juego, como ciertas excepeiones debidas, fundamen- talmente, a la proximidad del ex- fuerte detener ef pen pasado del adversario en su camino hacia la casilla de promocién. En caso afir- mativo, el juego se reduce al sen- ilo final ‘de trey y dos peones ligados contra rey». Si es imposi- ble detener el pedn, la superiori- dad material, como es légico, pier- de su importancia’ y gana la partida quien primero corona el Los ejemplos que damos a con- tinuacién ilustran tanto el proce- 42 tremo del tablero. En el 73 el rey negro se enfren- ta con un problema superior a sus fuerzas: impedir el avance de los peones blancos y defender su pro- pio pedn. Si Salen las negras, jierden en seguida: 1... RAR; 2 iC, R3A; 3. PST. Por cousi- guiente, las biancas, teniendo la salida, deberdn limitarse a cedér- sela al adversario, lo que se con- sigue por el procedimiento del triangulo. Por ejemplo: 1, R2A, RBC; 2, R2R!, R4A; 3. RIR y ganan. En el 74, después de 1... PTR, las blancas tienen tiempo de rea- lizar la maniobra 2. +, RIT) 3. RIA, P8R=D; 4. PIC+' y m: te en dos Jugadas. Si la salida fuese de las blancas, cabe otra maniobra: 1. PIC,. PIR. 2. R6C, PER=D; 3. PIT+'+. En el 75 tenemos un ejemplo de cuando la parte mas fuerte se ve Sbligada a'Iuchar para evitar el mate, 1. PAC + RxP No se consigue nada renuncian- do al sacrificio: 1... R4C, 2, RIC! (pero no 2, PAT + ?, en’ vista de 2... RxPT; 3. REC, RxP; 4. R6A, R5A;'5. ROR, 'RSR y nan); 2... P4A; 3. PAT 4+! y ‘si 3... Rx PT, entonces 4. R6A, PSA; 5. PSC, v si 3... Rx PC, entonces 4. ROC, Rx P; 5. RSA. 2. REC PAA Si_no se inega asf, seguirfa 3. ROA. 3. PAT! y tablas (72). 75a, Jachek. Blancas: R8TR, P2CR, "P4TR. Negras: R4TR, PSR. Tablas. 1. RIC, PAR; 2. PACH, Ry PC. 3. REC 62. RxPT; 3. REA. 75b. 1... Prokesh, 1948, Blancas: RB8AR, P4D, P3R. Negras: R5R, P2CD. Tablas, t. R7R’ (amenaza de 2. R6R); 1... RAD; 2. RID}, x oe ee Las posiciones que examinamos (es decir, con varios peones pa- sados) conducen frecuentemente a finales de dama. Si la parte mas fuerte, de dos peones ligados, tiene uno’ solo pa- sado, son posibles dos clases de estructtras de peones: 1) inmévil, cuando el peén de Ja parte débil se encuentra blo- quead 2) mévil, cuando todos los peo- nes pueden moverse, En el primer grupo de finales {con dos peones bloqueados), 1a parte mds fnerte posee un peén pasado y defendido, que limita la movilidad del rey adversario, por Jo cual a la ventaja material se une la superioridad de posicién. Sin embargo, hasta en este caso son posibles las partidas nulas, sobre todo si fos peones se hallan en_los flancos. Examinemos ahora la siguiente distribucién de peones: e] peén 43 pasado y defendido se halla pro- ximo al centro, y el peén inmévil que le apoya esta més cerca del extremo del tablero. En estas posi- ciones, el rey de la parte més fuerte apoya directamente al peon pasado, cosa que, por regla, ase- gura una répida victoria.’ Hay Excepciones en casos de peones muy ayanzados en los flancos 0, por ¢l contrario, en peones que no ‘an sido movidos todavia. ‘Estudiatemos primero las posi- ciones de flanco, que son las mas frecuentes y, por lo tanto, mas importantes para la prictica, sin olvidar que las peculiaridades que se originan por la proximidad de Jos peones al extremo del tablero, desaparecen cuanto mas cerca estén de las columnas centrales. En el 76 las blancas ganan, ocu- pando con su rey, en determina das condiciones, ‘la casilla 5A. Las negras pueden oponerse s6lo temporalmente. R4A; 2. R3D, R&D; 3. R3R, RAR; 4. R3A, RAD. Como es natural, cl rey debe permanecer en el ‘cuadrado del pen. SC. 5. RIA, R3D5 8. RAR, 3R; 7. RAD, R3D; 8. R4A, R2A; 9. RSD! No conviene jugar de golpe 9. RSA por 8. RIC; 10. POC? RST y tablas, Las blancas deben 44 ecupar el escaque SA, estando el rey negro en 2C, Se’ comprende ye ex ina posicién andloga, pero lesplazada a la derecha, el rey ahogado es imposible, y tampoco son necesarias estas maniobras. 9... R&C (6 9... R2D; 10. PEC, RIA; I. R6A); 10. R6D, R2C; 1, RSA, R24; 12. PéC+, R2C; 13. R5C'y ganan. Por el final de esta solucion se deduce que con esta posicién si- tuada en la fila superior (77) es imposible ganar, ya que las ‘lti- mas jugadas conducen a tablas. En el 76, las maniobras de los reyes pneden resultar algo mas complicadas. 76a. Grigériev, 1930 (la termi- nacién del problema véase en 138) Blancas: ROR, P5SCR, PATR. Ne- gras: R3CR, P4TR, Ganan blan- cas. 1, R6D! (no se consigue nada con 1. R5R, R2A!); 1... R2A; 2. RID, RIA (o 2... RIC; 3. RIR. R3C; 4. ROR); 3. ROR, R2C; 4. R5A'y ganan. El tey ahogado explicado en las observaciones a la 9 jugada en el ejemplo 76, se consigue con ma- Yor rapidez en algunas posiciones. 76b (ideado por Troitzki), 1930, Blancas: R3AD, PaTD. Negras RSR, P2TD, P3CD. Tablas. 1. PsT!, PAC; 2. POT!, RAD; 3. RAC, 'R3A; 4. RST, R4A y tablas. Si’ desplazamos la posicién 77 a la columna de la derecha, vere- mos que las blancas ganan fécil- mente, sacrificando en el momen- to oportuno su peén lo e in- vadiendo la zona erithea del negro. Por ejemplo: 1. RSD, RIA; 2, RED (6 2. ROR, R2A; 3. R7R, RIA; 4, PIA); 2... RID; 3. FIA+, RIA; 4. ROR, RxP; 5. RIR, ete. Si desplazamos esta posicion a la segunita columna de fa derecha, se hace posible otra solucién mas : las blancas colocan su rey en STD, y_en respuesta a R2C, continéan PTD, Teniendo un pedn pasado - defendido en Ia fila 6, éste sacri- ico es un procedimiento tipico mprescindible. las posiciones de flanco del ipo 76 las tablas son evidentes, y 2 mismo ocurre en la posicion ntada en el 78. Pero si la esplazamos a la columna de la ferecha, ya no serén tablas, pues a blanco consigue efectuar el odeo por la inquierda, Lo mismo ocurre si colocamos as abajo la posicién 79; saliendo as negras, las blancas no pueden janar, pues tan pronto como se parte sti rey, las negras consi- jen capturar el peén blanco y oronar el suyo. ‘Lo mismo ocurre si desplaza- nos la posicién 79 a la columna fe Ja derecha. Sin embargo, si la colocamos en a segunda columna de la dere- ha, las blaneas tienen Ja pers- ectiva de rodear por la izquierda ganar Ja partida; ejemplo: oe ROR, 2 RID, yal 2. BOD, mtonces 3. R2R, y si uegan 3. RIA, etc, Pero también en este caso hay xcepciones. Grigriev enriquecio @ teorfa de estos finales con un o ReA, detaile interesante que subraya la importancia que tiene, ademas de la estructura de peones, la situa- cién de los reyes. Con el rey negro en 5D, las blancas, en este ejemplo, habrian nado, como hemos dicho ya. ero como el rey negro esti en 5A, las cosas cambian. Dos factores determin: sibilidades de Ia defen: gras deben evitar que el rey blan- co pase a 2R (con amenaza de pasar a 3R) y que rodee el esca- que 2T (amenazando R3C); cosa que evitan jugando Ri Pueden impedir la jugada R2R, tomando la oposicién: 1... R6R, pero esta jugada resulta un craso error, ya que 2. RID, RSD (en caso de 2... R6A; 3. RAI, las negras no Iegan a tiempo a 8C); 3. y ganan. Ya que 1... ROR? no sirve, y es. imprescindible impedir R2R, no queda mas remedio que 1... R6A, ¥ esta jugada es efectivamente sai- 2.2, RID, sigue 2... R6l 3 4. RIC, R4A; ro si 2. RIA, enton- ROR; 3. R2C (8. RIR, . RID y tablas. La jugada 1..; ROR? en el 80 es un ejemplo de oposicién «per- judicials, Sin embargo, con otra estructura de peones puede resul- tar acertado tomar la oposicién en vez de jugar con el rey ea distan- cia de caballo», Es preciso, natu- ralmente, obrar siempre de acuer- do con lo que la situacién exi en dependencia de ella clegir los medios técnicos de defensa: Ja oposicién o la distancia de ca- ballo. La posicién del ejemplo 80 tie- ne dos puntos de invasién (dos casillas eriticas para las negras) : 2R y 3C, El camino més corto en- tre ‘ellas es: 1D, 1A, 1C, 2T. A este camino, formado_ por casillas negras, le corresponde otro, «el corto», de las negras, tam- bign constitnido por 4 casillas ; 45 6R, 5D, 4A y SC. Las casillas de Jos «camminos mas cortos» guardan entre si estricta equivalencia: 1D-6R; 1A-5D, ete. Por eso deci- amos que es mala jugada 1... R6R, porque permite a las blancas con- seguir la eequivalencias con 2. RID; en cambio, es buena 1... R6A!, ya que después de 2. RID, ROR, Ia «equivalenciay queda en poder de las negras. (Véase 332.) Ofrece interés la posicién 81. La estructura de peones es la misma, pero estén situados en la fila in- tnediata_superior. En «Finales», de Rabindvich (1938) esta posicién se enjuiciaba como tablas, en vista de la si- uiente variante: I. R2D, RSR; . R2R, RSA; 3. R2A, RSR; 4. RSC, ROD; 5. PSD, Rx P; 6. PED, R7C;, 7. P7D, P6A; 8. P8SD=D, P7A y tablas, pues las negras tie- nen pedn de alfil y el rey blanco -esté lejos. Euwe, en 1940, sefialé que para ganar era preciso jugar 1. RIA, ya que con esta fa las blancas seguian a la misma distancia de las casillas 2D y 37, y, en cam- dio, las negras se vefan obligadas a apartarse de una de las casillas conjugadas, la 5R 0 la 4C (la mis- ma idea que en el 80), ejem- plo: 1... RSR (si no 2. RAD y 3. 46 R3R) ; 2. RAC, ete, Chérom (1952) reiterd la afirmacién de Euwe, y otros autores insistieron en que 1, RIA era la Gnica jugada que permitia ganar. Pero en realidad gana cualquier jugada del rey blanco. La mas sencilla de todas es: 1. RIA!, pero también son buenas! 1. RID 1, R2D. Por ejemplo: 1. RID (en ei 80 las blancas no tenian esa posibilidad de maniobra por la retaguardia) ; 1... RSR; 2. R2D o bien 2... R4D; 3. R3R,’o bien 2... RSA; 3. R2A; 6 1. R2D, R5R; 2. RID, R4D; '3. R2R, RSR;’ 4. R2D, etc. (la misma’ utilizacion del triéngulo que en el 73). Lo exptesto en los ejemplos desde el 76 hasta el 81 demuestra ue cuanto mas lejos del extremo det tablero se encuentren los peo- nes, menos posibilidades tiene de hacer tablas la parte mas débil; con peones situados en el centro (en las columnas de la D y del R), estas posibilidades désapa- recen. Si ei pedn pasado y defendido esté mas cerca del extremo y el inmévil mas cerca del centro, el rey de la parte fuerte no presta St apoyo directo al pebu pasado y las maniobras de los reyes tie- hen un catdcter completamente distinto. [os bg rasgos maniobras del rey negro Jimitadas por el pen pa- ado 47. no tiene otro recurso que ermanecer en su cuadrado y de- tmder, ademas, las casillas ‘clave el peén propio 4C. Las casillas Ay 5R, 5R y IR forman el limi- Pde la zona Critica de las negras, | borde delantero de su linea de ejemplos 82 y 83 muestran fundamentates de estas 2. ‘En los antiguos manuales de se aconsejaba, en estos 908, «tomar la oposicién_y con- ervarla en cada jugaday. Pero en 2 posicién que analizamos, esta egla falla. Salicndo las blancas 1, RSC), tomar a oposicién es far sin pensar en ella. lo J RAR, ocupando el es- sare ole aque clave. Mas clara atin es la ituacién; si salen las negras: R3A} (jtoma de oposicion!) jierden, mientras que con 1... BD! (jrenuncia de oposicién!) acen tablas. Es un ejemplo elo- uente de lo perjudicial que es el mpleo mecénico de la oposicién ino se ahonda en la esencia de x posicién. ‘Bn el ejemplo 82, las negras de- en limitarse a defender ias casi- las de invasién y, siendo mano, meden hacer frente a esta mo- esta tarea. Grigétiev sefialé, en 1922, que aientras el rey blanco mani n la la segunda fila, al rey ne- zo le basta con recorrer Tas easi- 3D y 3R, pero tan pronto co- ao el rey blanco salj ila, el rey n¢ elegir obli- ‘atoriamente la casilla conjugada. «RGR 6 R3C, las negras deben ontestar R4R!, y a R3D, R3A RST, la dinica respuesta es RAD! ‘or esta raz6n, las negras procu- arin ocupar lo antes posible la asilla 3D 6 3R, sin pensar ert la pero es mucho mas ala tercera Posicién, Ahora se comprende por qué sa- liendo las negras es preciso jugar 1... R3D! El rey blanco ya esté a umto de pasar a la fila tercera; jicho con otras palabras, el juego se traslada al «borde delantero» y Jas respuestas de las negras deben méxima precision, por . RIC, RAR!; 3. R3A, 4. R4A, RSD!; 5. RSA, (claro que no 5... R6A?? ete. El hecho de que conjugadas estén en el borde delantero. de la defensa coincide plenamente en este caso con el concepto de la oposicién, constituyendo asi el caracter pe- culiar de esta posicién. En el caso de la errénea jugada de las negras 1... R3A, las blancas continéan de forma que las ne- no puedan tomar la oposicin inmediafa: 2. R3C! (no 2. R3A?, RAD) ; 2... R4A (si 2... R3D, en R4A!, RAD; 4. RSA con ma en la zona critica; en cambio, ahora a 3. R4A?, le signe 3 3. R4C!, (valiéndose de que Ja casilla 4A es inaccesible a las negras) ; 3... R3A; 4. R4A! (amenazando con 5. R4R); 4. R4D/ 5. RSA y ganan. Las blan- cas han tomado la oposicién en una de las filas principales (en este caso son tres: la 5, la 6 y la 7)_(véase 15). Damos a continuacién cuatro ejemplos de Dedrle, 1925, con la misma distribucién de ' peones, pero con reyes en distinta posi- cién, que nos muestra la _posibili- dado imposibilidad de tomar la oposicién en la fila principal. 82a. Blancas: R2CR. Negras: RSR. Tablas, independientemente de la salida.' (1... R5D!; 2, R2A, RSR!, etc.) 82b. Blancas: R3CR. Negras: RAR. Ganan blancas en el caso de que salgan las negras. 82c, Blancas: R4CR. Negras: R3R. Ganan “blancas, independiente mente de la salida (jcasilla criti- ca 4R!). 82d. Blancas: R6CR. Ne- 41 gras: R3AD. Ganan blancas, in- dependientemente de la salida. 1. RSC!, R4A; 2. RAC! La oposi- cidn inmediata (R6C-R3R) daria tablas, y la distante (R6C-R3A) hhace perder a las negras por la existencia del escaque 4 El dltimo ejemplo muestra que sien el #2, después de 1... RID; 2. R3T; R4D!, las blancas avan- zan su ‘rey por la columna de Ja ‘TR, las negtas deberan mantener el suyo en Ja columna de la D conservando siempre la posibili dad de tomar la oposicién inme- diata, por ejemplo: 4. R&T, RSD !; 4C, RSR!; 6. RST, R4D1; 7. ROT, R3D!; 8. ROC, R3RI, ete. Si cl peén pasado y defendido Wega a Ja fila quinta, es decir, deja atris la mitad del tablero, una de las casillas clave del peén adversario (en dicho caso 5R) queda fuera del cuadrado en habiendo peones bloqueados el tablero. Esta estructura mé- il, en Ja cual todos los peones ueden moverse, posee ciertas sculiaridades que fueron estu- iadas en los trabajos de Grig6- ev. En el 86, saliendo las blancas \ victoria se consigue sencilla- tente con 1. R2D, Inego 2. R&D, ic. Pero si la salida es de las , pueden hacer tablas ju- tudo agi: 1. R6A!; 2. RID lo MC), PéD; 3. PxP, RxPD! 3 RPC) estando el rey blanco ac). Fracasa el intento de romper imediatamente la fila de peones ya lancos jugando 1... P6D?, we 2. P4Ay ganan. Pero sid lazamos esta posicién a la fila ¢ arriba, veremos que el peéu de Gl ya no posee la salida doble las negras pueden empezar en ez de 1... RSA, con I... PSD. A 12. Px®, sigue 2... RSA! y las lancas se encuentran en “zug- wang; si 3. R2D, entonces 3. txPD; y si 3, R2C, entonces _RxPC y tablas. Si en esta’ situacién (R2A, PAC PAD de las blancas y el rey ne- fo en 5A) saliesen las negras, se wontrarfan con el zugzwang y ererfan ta partida después de = RxPD (6 1... RPC; 2. R3D!); 2. RIC}, RAD; 3. RAT, etcétera. 86a. Grigériev, 1933, Blancas: RSAR, P2D. Negras: RIAR, P2R, P3AR. Tablas. De las observa nes hechas al 86 se deduce que después de 1. R6R!, RIR, las blancas deben avanzar su pedn de dama de forma que su jugada P6D coincidan con el rey ne- gro en ID 6 (A (pero no en IR). Por eso 2. P3D!, RID; 3. PAD, RIR; 4. PSD, RID; 5. POD, Px P; AaB a! Estos célewlos para el avance de un peén o de varios peones son tipicos de ciertos finales; para facilitarlos conviene guiarse por el siguiente principio: Estando en 1R, el rey negro ocuparé las ca- sillas 1D 6 1A coincidiendo con el niimere impar de jugadas ; por lo tanto, el pebn blanco, en su avan- ce hacia la casilla 6D, debera ha- cerlo en un miimero par de juga- das. Si saliesen las negras, antes de que el peén empezase su avan- ce, el rey negro ya estaria en 1D o en 1A-y volveria a ocupar esas casillas en un néimero par de ju- gadas; por eso las blancas debe- tan jugar (P2D)4D1, a fin de al- canzar el escaque 6D en un nie anero impar de jugadas. Esta indicacién tiene cardcter general, pues prevé también los casos de avance de dos peoues blancos (ntimeros 131, 132 y 133) Pero en el 86a, donde s6lo avanza un pe6n, el célculo resulta mas sencillo:’si salen las blancas y el rey negro no esté atin en la casilla precisa, hay que colocar el peén én la casilla del mismo color que en dicho momento ocupa el rey adversario. Una vez explicada la idea fun- damental de los finales anali: dos, se comprenderén facilnente las ‘maniobras de las partes en 1a posicién 87. 1. RIT! 49 Es un camino original para ga- par, pero como 1. R2C?, P5D; 2. RIA, R6A, lo mismo que 1. RIC?, R6A1; 2. RIA (2. R2T, Rx P2A); 2... PSD conduce a tablas. a R6A 61... PSD; 2. R2C. 2, RIC RSC 6 2... PSD; 3. RIA. 3. RIA R6A 3. RID PSD 5. RIA y ganan, 87a, Grigériev, 1933. Blancas: RD, PACD, P3AD. Negras: R4- CD, 'P2D. Ganan las blancas, in- cluso si salen las negras. Después de 1... RSA, resulta la misma si- tuacién, mas 0 menos, que en el 87, después de la cuarta jngada de’ las blancas, pero es preciso tener en cuenta la posibilidad de movimiento simple 0 doble del peén dama 2. RID o RIA (pero no R2A?, pues le seguiria P4D! y tablas). 2. R&C; 3. R2A1, RSA (no se debe permitir que el rey blanco pase a 3D) ; 4. R2D (recu- triendo al «triéngulo», las blan- cas han ganado tiempos, cediendo Ja mano al adversario) ; 4... P3D (si jugasen 4... P4D, ganarfan las blancas en seguida;'5. R2A, aho- ra deben ganar tiempos por se- tunda vez); 5. RID, R4C; 6. 2A, RSA; 7. R2D, PAD; 8. R2A y ganan. La posicién final del zugawang pierde su caracter _obligatorio {aunque sea parcialmente) si hay en el tablero otros peones. 87b. Alatérzev, tomado de una partida correspondencia en 1934-1935. Blancas: R2R, P4TD, P3R, P4AR. Negras: RSR, PATD, P4D. Salen blancas: 1. RIR! (es la Gnica jugada), y queda recha- zada la amenaza de PSD. 50 Para completar el 87a, nos que- da por examinar el caso de cuan- do os _peones estin distribuidos en la fila inmediata superior. 87e. Moraviets. Blancas: RID, PSD, PAR. Negras: R2AD, P2AR- Ganan blancas. 1. R2R, R3D; 2. R3A, R4R; 3. RAC!” PIA; 4. Ret}, P4A; 5. P6D, Rx PD; 6. PxP'y ganan. Es muy interesante e instructi- va la partida de este ejemplo. 1, R2D No se puede jugar 1. P4C?, ya que 1... PAT. ow. RIA 2. R3R oe No basta 2. R2R?, por 2... RSR y 3.. PAT 6 2, R&D? por 2... PAT; 3. R3R, RSC; 4. RAR, Rx Pac. Qo P3T Pierde inmediatamente -2... P¢T por 3. R3A, asf como 2... RSC, a causa de 3.'R4R. Ahora ya no se puede jugar 3, R2A por 3... PAT. 3. R2A! RSC Si 3... RSR, entonces 4. R2C, PAT; 5. R3T, R4A; 6. RAT, R3C} 7. PEAY y ‘por el’ peén de alti, Jas blanca’ obtendrfan el peon de torre, aduefidndose al mismo tiem- po de las casillas criticas del peén 3C. 7Qué deben hacer ahora las blancas? La situacin es comple- tamente distinta que en 87 y 87 Hx evidente que obtener ta’ posi- cién de «rey blanco en 2C, peén negro en 47, incluso saliendo las negras», 0 cs ventajoso, ya que Jas. negras pueden jugar PST, wali€ndose de que después de PxP, el peén pasa a ser de torre xyse hace posible la réplica Rx PA. Conviene orientarse a la coro- macién del peén de alfil, tanto mas que el rey blanco, a diferen- cia de las posiciones 87 y 87a, ma- tiobra al otro lado def peén pa- sado. Ya que en el caso 4. R3R, PAT, fas blancas quedan en zugewang, no queda otra solucién que jugar: 4, RIR! 04... RAA; 5. RIK, RSC; 6. RAR. Abora son jas negras’ quienes estén en zugzwang. PAT. 5. R&R RxP pedespués de 6. PSA, PST: 7. PA, 38. PTA, P7T; 9. P8A=D, PRT=D, las blancas ganun (véase 3 en eAnexo»): 88a, Leyk, 1939. Blancas: R4- CD, P4D, P3R. Negras: R4D, P2AR, Ganan blancas. Lo mismo que en el ejemplo 88, pero en las columnas centrales, donde el jue- 0 requiere menos precisién. 1. R3A, P3A (1... RSR?; 2. RAA y ganan). R2D (a diferencia del 88, aqui es posible también 2. R2A) ; 2.. R5R; 3. RIR (cabe jugar 3. RID); 3... R4D; 4, R2R, R5SR; 5. R2A, P4A ; 6. R2R y ganan. Aunque la idea del sacrificio det pedn pasado por el del adversario se ha explicado en el ejemplo 88 (observaciones a la tercera juga- da), reproducimos aqui algunos ejemplos para mayor claridad. 89. (Herberg, 1936): 1. R3Ct (no 1. P3C, por 1... RSC y P2A, 4A, 5A), 1... PAA (si 1. P3A, entonces 2. R3T, P4A; 3. P3C) ; 2. R3A!, Rx P4T; 3. R4A y ganan. Al principio, el autor habia des- plazado esta ‘situacién a la se- anda columna de la izquierda. Como se comprende, en este caso, ademds de 1. R3R, gana también 1. P3R; por ejemplo: 1... R5R; ae eee R2R, RSR; 4. R2D, ete. 89a. Ebersz, 1942. 1. PAT, RSC; 2. R&D, RAT!; 3. R3A!, Rx PAT 4. R4A, RAT; 5. RxP, y ganan. Hasta ahora hemos ' éstudiado las posiciones de dos peones li- gados contra uno, teniendo la par- te fuerte un pebn pasado. Pasemos a los casos en que no hay peén pasado. También aqui caben dos clases de estructuras de peones: 1) inmévil, con dos peones blo- queados, y 2) mévil. Los finales con peones bloquea- dios y sin. peén pasado son, como st es natural, meuos favorable para la parte més fuerte. Se ganan, de finario, independientemente de la salida, si uno de los peones li- gados llega a la fila 6, 0, dicho de otro modo, si el peén adversario se halla todavia en su casilla ini- cial. En los restantes casos, el uae del juego se determina icin de los reyes y la Poids Ben ine posiciones de flan- co, las maniobras suelen tener el mismo caracter que en situacio- ues del tipo 82. Pero si los peones se encuentran en las columnas del aifil de dama o alfil de rey, el caracter de las maniobras cambia, debido a la existencia de puntos de invasién en ambos flancos. xaminemos, primero, las po- siciones en que un peén rezagado {avs se del iende) de la parte ierte se encuentra cerca de las columnas centrales, En este caso, el rey ike atin esta en condi- ciones de prestarle cierto apoyo. En el 90 el peén negro sigue en su casilla inital y las blaneas ga nan, salga quien salga. Por ejem- plo: 1... RIA (si 1... R2R, enton- ces 2. PGA); 2. RER! (peto no 2. POA?, RIC y tablas) ; 2... RID; 3. ROD, RIA; 4. RIR, RIC; 5. RID, RIT; 6. P6A!,’PxP; 7. RTA’ y mate en tres ju; Si las blancas tienen la salida, utili- zan el tridngulo a fin de pasar la salida a las negras: 1, R5R, R3A; 2, R4D, R2D; 3. R5D_y’ ganan (pero no 1, P6A+?, RIA!; 2. R6D, RIC! y tablas). Los peones de torre suelen dar las ‘excepciones habituales. En la 82 osicién 91, veremos que después 1... RIC (1... R2D?; 2. P6C 2. RGD, RIT, se hace evidente ef resultado nulo de Ia partida. Desplacemos ahora ambas posi- ciones a la fila inmediata interior. En el ejemplo 92 tas blancas, a diferencia dei 90, no pueden ganar teniendo la salida, por ejempt: RAR, R3R! (claro que no I... R4A?, que permitiria a las blan- cas la utilizacién dei «tringulo» ; Jas negras, en este caso, no tienen por, ug femer Ia incursions, 2 SA). 2. R4A, RSD; 3. RAR, RR} 4. R3R,'R2R o'R2D. Ta- blas.’ Conservar la oposicién es obligatorio sélo en la eprimera If- near de la zona critica (lo mismo que en el 82); a R4R, las negras tesponderén con RGR; y a R&D o R4A, con R3D. Si la’salida la tienen las né (ejemplo 92), pierden la partida: eee 2R ; 2. RSR (se puede juger también 2. PSA); 2... R2D; 3, RSD (domi- nando las casillas criticas del peon 6C), 6 1... R2A; 2. RSR! Hs evidente que en el ejemplo 92 el resultado del juego no cam- bia si la posicién se desplaza ha- cia_abajo. an gambio, en el 93 (0 en una desplazada hacia Bie Jo mismo que en el 91, las blas Son inevitables, salga quien ig a: a R3D es inatil 2. PSC; Si juegan jas blancas, a 1. RAD, se puede replicar 1... R3D ¢ inclu: 50 1... R&C (2, R3A, R3A), ya que ra las negras no es peligroso perder Ia oposicion 93a. E) rey negro esta en IAD. ‘tablas. (Véase 325.) Saliendo las megtas eS preciso, a fin de defen- der las casillas ctiticas 6C, 6A ¥ 8D, jugar: 1... RID! (2. RSA, R2A 6 2. RSD, R2D). (Véase 94.) ‘Si desplazamos la posicién 90 a Ja derecha, el resultado det juego no varia: las blancas ganan, salga quien saiga (saliendo las blaneas, ademas de 1. RSA, resulta posible nna jugada mds sencilla: 1. P6- Dy!). Tampoco varia el resultado de 1a partida si el ejemplo 92 se des- plaza a la derecha; ganan blan- fas, si son mano las negras. Lo interesante de esta posicién es que los reyes han salido ya a la «primera iinea». Pero si esto no se ha dado afin, el resultado del juego se detetmina por la situa- Gi6u de los reyes y sus correspon dientes maniobras, como vemos en Jos ejempics siguientes Maniobrando en la retaguardia, las negras pueden desentenderse de la oposicién ; tan sdlo en RAR © R4A deberdn’replicar, respecti- vameute, R3R 0 R3A. No condu- ce a nada Ja tentativa de envolver Por la derecha: a R4C, las negras responderan R3R, con amenaza de R4D. Si las blancas intentan el rodeo por la izquierda, necesitaran 4 jugadas para Slegar a Ja casilla 81; por consiguiente, el rey ne- gro, para Megara tiempo a 2C, puede estar en la columna dei alfil. En eso radica toda la idea de la.defensa de las negras. c R2Al No se debe 1... R2D?, por’ 2. R4A!, RIR (no se puede hacer otra cosa) ; 3. R4R, Rip; 4. RSA, 63... RIA; 5. PSD y ganan. 2. RBA R2R! Jac tablas son evidentes: 3. R&C, R3R!; 4. R4A, R3A!; 5. R3IR, R24 (o R2R);'6 RID, RI (0 R2D). Ta posicin siguiente muestra los grandes recursos que tiene la defensa, donde la parte ms fuer- te tiene incluso tiempos de te- serva. 94a. Ebersz, 1942. Blancas: R3- CR, P3AD. Negras: R3AR, PSAD, P3). Tablas. Las blancas no d ben larvar su rey de primera in- tencién a la linea avanzada. Si 1. R4A?, entonces 1... PAD; 2. R3A (2.'RAC, PSD); 2... R&A; 3. R3R, R4R o 1. R4C?, PAD; 2. R4A, R3R; 3. RBA, RA; ganan. A 1. R3A, la soluciém es L.. RAR, y si 1. R2C?, entonces 1. R4A%; 2. R3A, PAD y ganan. Lo correcto es 1,’ R2A! "(en este caso la defensa tiene casualmente forma de oposicién) ; 1... R&R. 2. RR (tiene gran importancia ractica y de principio el hecho le que, ademas de esta solucién dada por el compositor, cabe tam~ bién 2. R3R); 2... RA; 3. R3R, RAR; 4. R3A, RAD; 5.'R4A (se uede jugar también'5. R3R); 5... 3A ( si 5... R3R, entonces 6. 6. R4R, R4A; 7. R3R, RAC; 8. R4D); 8. R2D, 33 RAC; 9. R2A, RST; 10. RAC y tablas. Qué explicacién tiene, esta diferencia de resultado (95) en comparacién con e] 94? Como el peén de la parte mas débil es central, las negras tienen que defender en el flanco de da- ma_un frente mas amplio: tres casillas en lugar de dos. Con el rey blanco en SC resulta insufi- ciente la réplica R2A, por R6T; a RSC es preciso responder R2C. Por consiguiente, el rey negro no yuede retroceder’a la columna del R, ya que desde allf a la casilla 2C hay 5 jugadas, mientras que el rey blanco, para alcanzarla, pre- cisa lo mismo que antes: 4 ju- gadas. ‘TTeniendo la salida, las negras jerden: 1... R2R; 2. RACI, 6 1. 2C; 2. RIR!, R2A; 3,’ RID {pata replicar a's... RBA; 4. RAD, AC; 5. PSR); 3... ROR; 4. R4A. Pero si salen las blancas, la par- tida resulta nula. Salva a Jas ne- el conservar Ia oposicién (en las columnas principales del alfil de rey y caballo de dama). 1. R3C, Boe! (go R3T, R3A!; 3. R3C, ''(pero no 3... R4C?, ya que después de 4. R3A, la casilla 5A es inaccesible para las negras) ; 4. R2A, R3A 0 RIA; 5. R3R, 54 R2R; 6. R3D, RAD(1D) ; 7. RAD, RID (2D), ete. Amaticenios’ ahora las posicio nes en que el peén rezagado (que se defiende) se encuentra proxi- mo al extremo del tablero. Esta estructura de peones es, en cierto rado, atin menos favorable para ia parte mas fuerte. Se explica en lo fundamental, por el hecho de que el rey no esté al lado de su peén rezagado y por eso el avan- ce, a veces posible, de este alti- mo, pierde eficacia, En el 96 es imposible sacar el rey negro de su rincén ae 2, R6D, RIC; 3. RID, RIT; 4: P6T, RIC! y tablas. Si desplazamos hacia abajo esta posicién en una o varias filas (97) el resultado sigue siendo el mis- mo: 1... R3RI; 2, R4R, R3D!, tablas. (Después de 3. RSA, R4A, ya son las blancas quienes deben procurar tablas.) 97a, Blancas: R5R, P4TD, PSCD. Negras: R2R, P3CD.. De- cide el resultado el turno de sa- lida. En esta posicién de los re- es 0 mas distanciados entre si, la lucha se Ieva por los escaques eriticos del peén 6C(3C). Es in- negable que las posiciones de este tipo, en comparacién con el 82, son mucho menos peligrosas para las negras. 97b. Blancas: R4D, P3TD, PSCD. Ney R3R, P3CD. Ta- blas. Ni siquiera la reserva de tiempos de las blancas modifica este resultado. 1. R4A, R3D; 2. RAC, las negras pueden jugar 2... RZD para replicar a 3. PAT con &.. R2A. Pero también pueden “ R2A} 3. PéT, R2C, ya que después de 4. R4A, R2A} 5. RSD, ab, Jas negras liegan tiempo de ja te p defender las casillas criticas y reserva de tiempos de las blan- ‘ya esta agota Pero otro resultado se obtiene en esta posicién desplazada a la fila inmediata inferior (98). Esto ge debe a que el peén 2T conserva a opcién a la jugada doble. & RAD R3A, Las jugadas de las negras son cas, ya que no pueden permi- tir la posicién del rey blanco en 4D ni en 6D, por el peon (2T)3T. Las casillas ‘3D, 3A y 3C de las cas son las conjugadas de las negras 4R, 4D y 3; En esta posicién las blancas ga- nan fécilmente si consiguen pa- sar la jugada al adversario, Fl método ‘habitual para _conseguirlo € el etridngulos, es decir, la uti- Vizacién en este caso de las casi- Was de retaguardia 2C y 2A. Para conservar el equilibrio, las negras hacer lo mismo én um tridn- gulo similar. Pero en_ respuesta a3. R2A 0 a 3, R2C, las negras no pueden utilizar Tos escaques, de retaguardia 2A 6 2D por la jugada “del rey blanco (3A)4D, que les darfa la victoria, y tam- poco disponen del triéngulo 3A, 4A y 3D, porque les es inaccesible la casilla 4A, Por consiguiente, no les queda mas que el triéngulo 3D, 4D y 3A; pero si colocan su rey en 4D (6 3A), permiten que ef rey blanco-ocupe Ia casilla con- jugada 3A. 6 3C, y por ello pier- den. En los manuales se dice erré- neamente que se gana tan sdlo jugando 3. R2C y que 3. R2A conduce a tablas. Pero, en reali- dad, ambas jugadas son equiva- lentes. 3. RA 63. RI Y.J8s negras se encuentran inde. fensas, por ejemplo: 3. R2A, R3D (3... R4D; 4. R3A, y si 4... R4R, entonces 5. R&C y 6. PAT, y si 4... R3D, entonee ». RAD; a 4... R3A, se puede replicar también 5. R4D ¥ 5. RSC); 4. RAC, RBA; 5. RIC, RIC; 6. RSA, R3A' 7. RAD, RID} 8. P3T y ganan; lo mismo resul- ta si se juega 3. R2C, RID; 4. R2A, R3A (4... R4D; 5. R3A); 5. R3C y ganan. La solucién propuesta estable- cfa,.con fines metédicos, la equi- valencia de tres casillas funda- mentales (Ia «linea avanzada»). Sabiéndolo se puede acortar en una jugada Ja solucién, utilizando inmediatamente el triéngulo: 1. R2A!, R&D (1... RSD; 2. RIC; 1... RAD; 2. RBA) ; 2, R&C! RAD; 3. R3A, RBA; 4. RSC, ete. Si desplazamos la ‘posicién 96 a Ja columna siguiente o a las posteriores (99), las blancas ga- nan siempre. 35 Saliendo las blancas conviene jugar: 1. R5D (no 1. R5A?, RAD); 1... RID; 2. ROR, RIR; 3 POC y ganan. Sin embargo, si desplazamos la sicién 99a la fila inmediata in- ferior y mAs abajo adn (el pen negro ‘ya no esté en sa casilla inicial) resulta imposible ganar, independientement: de la salida: En una posicién anéloga con peones de alfil bloqueados, pero con un peén en 4D en vez de 4C, Jas blancas podrfan ganar, siem- re que saliesen las negras. A 1... 3A, seguirla 2. PSD. En este caso la incursién 2 PSC pierde efi- cacia debido a que 2.. PxP; 3. PGA, R3R o 3, RSD, PSC. No se consigue nada’con la jugada 1... R3A, pues 2. R4A, R3R; 3. RAR, RBA; 4. RAD, R3R; 5. R4A (con Ja amenaza de 6, PSC); 5... R2D, etcétera (100). Si son mano, las blancas consi- guen rechazar’el rey adversario a la fila siguiente, por serle inac- cesible Ia “casilla’ 6D, pero, no obstante, Ia partida ¢s mula: R4D, R2D! (no 1... R2R?; RSR’ y tampoco 1... R2A?; 2, 56 R4A, R2R; 3. PSC) ; 2. RSR, R2R; 3. RBA, R2A (4. RSC, R3R). En la posicidn siguiente la pai te débil tiene muchas. posibilida- des de defensa en comparacién con el ejemplo 94. 10a, Blancas: R3R, PACD, PSAD. Negras: R2R, P3AD. En el 94 se consiguen tablas com la finica jugada 1... R2A! En cam- bio, en este caso cualquier prime- ra jugada de las negras basta pa- ra hacer tablas. (Sin embargo, cuando el rey negro esté en 1AR SIR fe blancas tengan la sa- Tide, Ja defensa debe ser muy exacta; su indole se deduce de Tas variantes més arriba expues- tas. Si en el ejemplo 98, anterior- mente analizado, desplazamos la posicién a la columna de la dere- cha (obteniendo asi peones de alfil bloqueados), no se modifica ni el resultado ni el caricter del ju i un poco esta posicién y enriquecié 1a teo- rfa con una ‘idea interesante y original, tor Las blancas tienen dos tiempos de ‘reserva, pero, ;c6mo utilizar- log? Esti muy claro que la agre- sidn directa a las casillas criticas 6D, 6A y 6R no promete la victo- ria, pues el rey negro recorreria Yas casillas 3R y 3A (101), redu- géndose la partida al mimero 100. ‘riunfa un plan ingenioso, Ma- niobrando con un objetivo apa- gente, las blancas colocan su rey en ST, provocando la réplica R2C. Pespués de eso invierten uno de gus tiempos de reserva en la ju- P3C_y obligan asi a que Tey negro juegue 2T, cosa que jes permite dominar en el centro elescaque 5R, teniendo otro tiem- de reserva. Para Mevar este ‘a la practica, las blancas ben superar todavia algunas di- ficultades tacticas. 1. RAR R2D Es inttil 1... R2C; 2. R3D, R3T por 3. PAC, RAC} 4. RBA, RST; 5. R4A!, R2C; 6. RAD y ganan. 2 R3D RAR! Es un momento critico. Si 3. R4A, sigue 3... R3R y las blancas ge encuentran en zugewang: 4. RAD (4. RAC, RAD); 4.... R3AT; 5. R3A, R4R!; 6. R4A, R3R! y tablas. Pero para las blancas hay otra solucién. 3. R3A! 3... R2D; 4, RAC. Ahora son las negras quienes estin en zugzwang, Toda la «sal» de las maniobras tac- ticas se basa en la decisiva conju- gacién de las casillas 4A y 6R. 4. RAA! Ja 4... RAR, decide la 5. PAC 6. BSc, continuacién es sencilla: 5. Me R2A ; 6. RST, R2C; 7. P3C!, 3 8. R4C, R2C (6 8... R3T; i RAC, sigue 10. 510. RAA, RIT; 1. PAC) ; 9. R4A, R2A; 10. RAD, R3R RD R2D; tt. R5R, RAR ganan. ‘Si uno de los peones ligados es central, en las posiciones del tipo se gana siempre, independiente- mente de la salida. Si desplaza- mos esta posicién hacia abajo, la parte mds fuerte gana sélo cuando es mano el adversario. 12, Pa y En el 102 (0 en Ia posicin de RSA blancas y R2A negras) se gana nicamente en el caso de que salgan las negras. Después de 1... RSC (6 1... RAR; 2. RSC, R2A; 3. RSA) el rey negro queda dema- siado lejos de Ya casilla 2T (6 jugadas), mientras que el rey blanco alcanza el escaque ST en 5 jugadas. El juego es andlogo al 95, Pasemios ahora al estudio de es- tructuras de peones méviles sin peén pasado, es decir, de casos en aug no hay peones bloqueads. ‘Cuando los peones estn en con- tacto directo cabe el paso a posi- ciones ya examinadas con peones bloqueados. Lo fundamental en esta estrue- tura de peones es que uno de los peones ligados tiene frente a si e6n adversario en la misma co. lumna y el otro se halla en la columna vecina; como éste no tiene enfrente vaila alguna, posee mayor capacidad de avance (es un «candidato» a peén pasado o un «semipasado»). Es evidente que la presencia proxima del rey pro- pio refuerza la importancia del peén dotado de mayor movilidad, 87 y resulta mds ventajosa para la parte fuerte que si el rey estu- viese lejos; hemos visto la con- firmacién de ello en uma serie de ejemplos con peones bloqueados. Otra cosa que tiene muchisima importancia es la reserva de tiem- Pos que tenga la mas fuerte al pasar a una posicién bloqueada. ’a hemos examinado posiciones con una estructura de peones en Jos flancos y centrales. Ahora nos conviene seguir un orden inverso, ya que las estructuras centrales Son, relativamente, més sencillas; tienen més importancia practica Jas posiciones de flanco que, ade- mas, son més complicadas y seen un mayor nfimero de pecu- jiaridades. Si el pe6n de Ja parte débil se encuentra en alguna columna central (de dama-o de rey), se puede evitar el mate en contadisi- mas excepciones. En el caso, por ejemplo, de que el rey adversario se encuenttte muy lejos y no pueda prestar el debido apoyo a los peones ligados. Como regla, la parte més fuerte gana siempre. Lo més sencillo en este caso es 1, R3D (es decir, apoyar el peén jue tiene mayor movilidad) ; 1... 3D; 2. R4A, R3A; 3. PSR y ganan (92). 58 También gana 1, R4A, R3A; 2. RAC (no 3, PSR+?, R2AI, tar blas) ; 2... R2C (a 2. R8C? la jugada decisiva es 3. PSR, ya que en el caso 3... RST las negras no tienen tiempo de defender el flan. co de dama); 3. RSC, R2A; 4. R6T, R3A; 5. PSR+ y ganan, Si’saliesen las negras, entonces a1... R3A, no se debe contestar 2, R4A? por 2... PAR+; 3. PxP+, R3R y tablas. Lo correcto es 2. RBA 4 2. R3D. ‘Como es natural, en la posicién 103 se gana también si se la des- plaza arriba o abajo. Estando el mn negro en 2R (los _peones Blancos en SD y SR) después de 1. RSA, R2A, sé gana también ju- gando 2. POR+. A Ia parte mas fuerte no le con- viene, sin manifiesta necesidad, aproximar demasiado los peones, para tener mas de un tiempo de reserva, Se gana mAs fécilmente si se economizan tiempos (103), 103a, Fine, 1941. Blancas: RAR, P2D y P2R: Negras: R3R, P2R Ganan blancas. La tarea inmedia- ta de las blancas es ocupar con su rey la casilla 6R. 1. P3R, R3D; 2. RSA, R4D; 3. P3D, R3D; 4. PAR, R3D; 5. RSR, RID; 6. ROR, RIR. Ahora el rey debe ocupar 1a casilia 7D 6 7A. 7. PSR (67. PAD); UN a ‘a ee meee “8 6 a Ae W RIA; & RID, R2A. Queda el peén negro; 9. P4D, Be 10. POR y ganan, Een’ algunas posiciones las mna- sigbras de los feyes son mas. com plicadas., a Este ejemplo es una ilustracién manifiesta de un procedimiento €ipico. 1. RSC, R3A; 2. R4A, SR!; ahora 3. Px P? pierde, ya que 3.. POD; 4. RIA, RAR! 5. R2A (6 5. P4R, RSD; 6. PSR, ROA y ganan) ; 8... RSK; 6. RIA, R6A!; 7. RIR, RxP. Es co frecto'3. R3A!, RAR; 4, RORY fablas. Es mauy ilustrativo. el ejemplo 105 (Leyk, 1941); 1. R2A! {no 1, RAR?, ROA; 2. R3R, PARt); 1... R4A;2, RID! (es un error jugar 2. RIA 6 2. RIA, por 2... PAR, que permite a las negras tomar la opo- sicién en la columna principal, lo mismo que en el 15; por ejemplo: 2 RIA, PAR; 3. RID, R3D!; 4. R2D, R2D!; 5. R3A, tas blancas han ‘conquistado Ia fila, pero no Ja oposicign 5.. 2A, tablas); 2... RSD (2... PAR; 3. ROR; 3. R2D!, P4R; 4. ROR! R6A; 5. R3R) ; 3. R2D, PIR (3. R4A; 4. R3R); 4. R2A, RAA; 5. RID, RSD; 6. R2D, R4A; 7, R3R, PAR; 8. R2R, RSD (8... "RSI RSA; 8... RSC; 9. RSA, REA 10. RSR, RSC; 11. PAD); 9. R2D, R4A} 10. R3A y ganan. La posicién que damos seguida- mente es de diffcil solucién. No se consigue nada con la ten- tadora jugada P4R, ya que 1... RIT! (no RIC ?; 2. PSR, P3R; 3. RAC y las); 2. PSR, P3R; 3. R3A (es vana la tentativa de capturar el peén 7D, pues el rey negro tiene tiempo de ocupar la casilla 5D); 3... R6T; 4. R4A, RST; 5. RSA, R6C y ganan. ‘Tampoco salva a las blancas 1. RSA, porque I... RIC; 2. REC, R6A; 3. RTA, PAR (6 3... 4D) ¥ ganat, La tinica posibilidad de la de- fensa cousiste en aprovechar la mala posicién del rey negro. Para este fin no sirve I. R3A?, que deja a las negras la réplica L... RIT. 1. RBC! P3R Si 1... R8C, entonces 2, P4R, R8A (en caso de 2... PIR; 3. PSR, el rey negro no podra abandonar la fila primera); 3. R3A, R8D; 4. R3D, R8R; 5. PSRI (no 5. R3R?, PAR! y ganan); 5... RTA (6 5... P3R; 6. R3R); 6. PER, P3D; 7. R4R, R6C; 8. RSA y tablas. 39 2. PAR! P3D 6 2... R8C; 3. PSR y tablas. 3. PSR! Feta jugada fuerza el resultado aulo, Después de 3... PAD; 4, R3T, el rey negro queda encerrado para siempre y el movimiento del pen de dama resulta inttil. Con un peén de alfil tiene esen- cial importancia para la paite dé bil el hecho de si es central alguno de los peones ligados y en ciertos casos a qué lado de los peones se halla el rey que los apoya y quién 3 mano. La posicién 107 se diferencia de 4a 103 por el hecho de que el rey, por falta de espacio, no puede itrumpir por la derecha, Sin em- go, se gana jugando 1. RAC, R3C; 2. R3A (no 2. P5A+ ?, R2A oO R2C y tablas) ; 2... R2A;3.'R3R; R2R; 4. RAD, R3D; 5. PSA y ga- nam.’ Saliendo las’ negras: 1... R3C; 2. R3C!, R2A; 3. R3A, RAR 4. RBR, R2D} 5. R4D, R3A (5, R3D; 6. PSA); 6. R4A, R3D; 7. RSC y ganan. En cambio, en el ejemplo 108, donde tas blancas no tienen un pe6n central, la partida termina 60 en tablas, independicntemente de la salida’ Cuando se llega a la posicién R4D de las blancas y RAD de las negras se puede con- siderar nulo el resultado dee- és de PSA, RSA o después de 4A, R3A: las blancas podrian ganar sélo si Saliesen las negras (REA, R5R o R6R, R4A) en el flanco de dama, pero conseguir esta situacién partiendo de la po- aicién del 108 es imposible. Si desplazamos el ejemplo 108 hacia arriba, las blancas ganan; silo hacemos hacia abajo, sigue siendo tablas, pero si al mismo tiempo situamos ambos reyes ea Ja columna de dama, las blan- cas ganan s6lo si son mano las negras. Si en el 107 desplazamos Ja po- sicién hacia arriba, la victoria resulta todavia més facil para las blancas. Pero si lo hacemos hacia abajo en una o dos filas, las ne- gras adquieren la sorprendente facultad de poder hacer tablas, si bien en el caso de tener la salida. El secreto de la defensa ra en que las negras deben tener siempre la posibilidad de replicar a RAT con R3C, a RAC con R3A, a R3C con R2A. El rey negro debe estar més cerca del centro que el rey blanco, Ahora explica- remos el porqué de esos consejos. El ejemplo 109 nos Weva rapida- mente a Ja situacién repiesentada en el 110. 1... RAC! (si 1... R3C, entonces 2. RAT y las blancas quedan victoriosas ; como tampoco se puede admitir 3. RST, las ae- ras se ven obligadas a jtigar 2... R5r, pero entonces Tas blancas colocan su rey ea 3D, consiguen la situacién R3D, RSD y ganan mediante P3A, P4A, lo mismo que en el 107. Para defenderse, las negras deberan responder a R3D con R4A!); 2. R2C (2. RSC, P5A+ ; 2. R21, RIC); 2... RAS; 3. R&C _y hemos Iegado al pro- blema de Dedrle (110). La soluci desde el princip: servando la_posil car a 2. R4T con RSC, y a 2. R2C 62, R4A con R3A); 2. R2A, R3R, 3. ROR, RAD(3D); 4. RID (4. R2D, R3D! o R3A!); 4... RAS; 5. R3A (5. PAR, RID!) ; 5... R4D} 6, RAC, PSA! (y en eso reside todo el secréto: si 7. Px P, entonces 7... R3R; si las blancas no toman el m, quedara bastante cerca de la fila de promocién, cosa que m0 existia en el ejemplo 107); 7. PAR+, RSD; 8. RSC, ROR; 9. PSR, RxP3A; 10. POR, RIC; 11. PTR, P6A; 12, P8R=D, PTA y tablas. Saliendo Jas blancas en el 109 rT) Vi na la jugada R3C, R2A, ete., v, Enel 110, AA. Las tablas se consiguen jugan- do 1... RSC; 2. RIC, P6AT Des- ués de 3, PSR, R4A; 4. RIA (4. fer, RSC; 4. RIT, RAC); 4. SR’ (y se reproduce el problema de Grigériew, nimero 80) ; 5. RIR, RGD; 6. RID, RGA; 7. RIA, ROD y tablas. Saliendo las blancas se gana ju- gando: 1, RAC(1C), ete. Si en el 11! cambiamos la posi- cién de los reyes, situdndolos en 2D y 5D, respectivamente, a las as no las salva el tener la salida: 1... RSA; 2. PAR! y ga- gan, ila. Keres, 1943. Blancas: RI- TR, PaR y P2ZAR, Negras: RSCR, P5AR. Ganan blancas: 1. R2T!, R4A; 2, R2Cl, R3A; 3. RIA, RAR; 4. RIR, R5D; 5. R2D, R5A:6, PAR!, RSD; 7. PSA, RSA; 8. R2R, R5D; 9. R2A, R4R; 10. RIA y ganan, lo mismo que en el BL. Teniendo tiempos de reserva es més facil ganar, pero, a veces, resulta bastante complicado. En el 142 la victoria es sencill: 1, R4D, R3D; 2. PAC, R3R (2. R3A; 3. R4R); 3. R5A; 6 1... RIA; 2. RSD, RSC; 3. R6R, Rx P3C; 4. PSA. Saliendo las negras, las tablas se hacen evidentes en el acto. 1... P4A+ (2. R4D, R3D). Analizando este problema, Berger hizo la sen- cilla deduceién de que si el peén estuviese en 2C (113), seria posi- 6t ble 3. P8C y se ganaria indepen- dientemente de la salida. Berger, sin embargo, no ha sefialado cémo se gana en el 113 saliendo las blancas. Fine (1941). propuso la siguien- te solucién para el ejemplo 113: 1. R4D, R4A (1... R3D; 2. PAC) 2, R3R, RSC (2... R3R; 3. R4R) 3._RAR, RST! (no 3... ROC; 4. RSA); 4. R3A! (no 4. RSA?, uz M3 RAT; 8. “RBA, RIC) 9. ROR 5 RA! (pe FO 20 5. P3C+ ?, Re 6, R2A, Ronn: 5... RSC; 6. P3C, R4T (6... R6T; 7. R3A, RUT; 8. PAC); 7. RBA! R3C; 8: R3R y ganan. (Véase 125 y 126b, 1936.) mM nS Este procedimiento de ganar conserva su importancia si, por ejemplo, se da la situacién’ R3R de Jas blancas y R4A de Jas negras o RAR y RSC, teniendo que jugar las negras. Pero en la posicién ini- cial se gana mucho mas facilmen- te (segin Grigériev) jugando: 1. P5SA+!, R3D; 2. R4A!, etc. (101), En el jem lo 114 (Lasker-Ward, 1913) : + condujo a la vi toria debido al error del adver: sario. La posicién es de tablas (108). Algunos opinan y Berger también nos habla de ello, que se puede ganar jugando 1. R2t y si 1... R3T (0 RSC), entonces 2, R2C, RIC; 3. R2A, eteétera, Ne- vando el juego al 112. Leyk opina que en caso 1. R2T las tablas se hacen evidentes después de 1... PAA. Mas decidido es el intenio 1. R2C, pero con una_defensa eficaz nto da resultado. Leyk no ha dado explicaciones para esta filtima variante, y lo hacemos ahora nosotros: 1... RSC! (las de- més jngadas Piston 1... PAA; 2, R3AG 3C; 2. ROA, R4A 3... R3C; 4. RAR); 2. (s R2A, cntonces 2... R6T; 3. R3A, P4A) ; 2... R4AT (Esta es la anica iugada: R6A; 3. R3T; 2 RAT; 3. RIC); 3.’RIC (3. RAC, RSC; 3. R3T, RIC; 4. Res, PAA); 3... R3R! Otra ver la tinica juga: da, pero ahora las negras amena- zan 4... PAA y tablas, y en caso de 4. PC las tablas también son evidentes. En el 115 los peones ligados estén condenados, pero las blancas los sacrifican a fin de desplazar en beneficio propio las casillas clave: 1, P6C!, Px P (si 1... Rx P, Jas blancas tienen tiempo de de- fender el peén 4A) ; 2. P5A, Px P; 3. RIC! y tablas. El problema de Matison tiene la siguiente distribucién: Blan- cas RITR, P4AR, PATR. Negras: RSTR, P2AR, PACR. Después de 1. PTxP+!, RAT, obtenemos 1s posicién representada en el 115. ‘Un complemento del 106 es la siguiente enjundiosa posicién que parece tomada de una partida ju- Pada en la practica. Los peones ligados est’n ame- nazados y tarde o temprano ser& preciso jugar P3A, para rechazar el ataque de R7A ‘mediante PAC; la réplica PSA no es de temer, Ya gue despats, de RAC, al rey anco le da tiempo de Megar a 4D. Sin. embary inmediata de 1. P3 que 1... R6A! , la jugada ‘no sitve, ya 32, RAT (2, RT? incluso pierde espués de 2. PSA) ; 2... RSA, etc., y tablas. Es evidente que ef rey’ blanco, para evitar que lo «encierren», debe to- mar parte del juego, acercindose a fos peones. oe R6R zConviene seguir ahora 2.R5A? hegras amenazan_ ya con 2.. RID; a esto le seguira 3. P3A, RTA} 4. PaC y aqui es donde se manifiesta el riuevo recurso defen- sivo de las negras: 4... P5A!, es decir, la amenaza de hacer tablas contra dama, gracias al peén de alfil. Para evitarlo, el rey blanco debera estar lo suficientemente cerca (casifla 3A !, véase 85 a). Por consiguicnte, por ahora, no se de- be alejar de Ia fila cuarta, El peén, sin embargo, se debe avanzar. 2. P3A RSR Se intenta la salvacién por otro medio. 3. RSC RAR Si 3... RED, entonces 4, RAA! El «paselto» siguiente de los reyes favorece a las blancas; disminuye el peligro para los peones Tigados, y fas blancas, en su plan de ata~ as al pen negro por la retaguar- ia, tendran que «envolvery al rey negro (colocindose a Ja distancia de jugada de caballo); podrén hacer esta maniobra gracias a los tiempos de reserva de que dispo- nen P3C o P4A. El juego que si- gue se comprende, aunque cada variante precisa un célculo exacto. 4. REC RR 5. RIC! S Ain es temprano para jugar 5. P3C por 5... RAR; 6. RTA, PSA! Y se puede seguir: a) 5... ROR; 6. P4A!, R3R; 7. RBA, RAR (7... R3A; 8. PIC); 8 R7R!, R5D; 9. P3C, R6A; 10. R6D y ganan. d) 5... PSA; 6. REC (6. R8A?, RBA, tablas) ; 6... RAR; 7. RSC, RR; 8. R6A!, R6D;’9. R5R, R7Aj 10. R4D,'y ganan. ¢) 5... R4A; 6. RBA! (no se pue- de jugar de otro modo: 6. R7A, P5A; 6. P4A, R5SR; 6. RBC, R3A}); 6... PSA (6 6... RIR; 7. P4A, Io mismo que en ta_variante a); 7. RTA!, R&R; 8. RIR y ga- nan. ‘Como ven los lectores, se trata de unas maniobras complejas en casi todo el tablero. 117 se parece al 90, pero es atin ms favorable para’ las_blancas. 1... R2D, ademas de la réplica 63 normal 2. RSD, cabe también 2. PGA, RIR; 3. PxP, R2A; 4.P8C =D’y 5. R6A. El resultado no cambia si tras- ladamos la posicién hacia abajo, a cualquiera de las filas. Las ex- cepeiones que se sefialan para el caso de que las negras tuvieran peén de alfil, no cuentan para este ejemplo. Con peones en ZAR, 2CR y 4CR a 1... RSD la solucion es 2. °P4A! ‘Es muy interesante 1a posicién Gel 118. La salida en este caso no tiene importancia, ya que las ne- gras, igual si salen que si res- ponden, deberan jugar lo mismo; Bor, ciempto: 1. RSD, R2A (I. 2D ti 2, POT). Después de 2. ROD, RIA; 3. R6R se consi; tablas con’ 3... RIR!; 4. RSA, R2A! Seria erréneo, por una aparente analogfa con el ejemplo 96, meter el rey en la esquina antes de la jugada P6C, por ejemplo: ch ao RIC? 4 RR Rat No es una solucién jugar 4. RIT, ya que 5, RTA, R27; 6. POT! (6 Pec+). 5. R8A Se puede también 5, R7A, RIT, pero en vez de 6. P6T?, R2T, se debe jugar 6. R6C!, RIC; 7. PeT, RIT (7... Px 8. RxP; 8 PxP+!, RIC; 9. RET y ganan a RIT 6. P6T y ganan. Si en el 118 colocamos el rey blanco en 4C y el negro en 2f (118a), las negias, moviendo, con- siguen hacer tablas, mediante 1... RIC! Jugando primero las blan- cas, las negras pierden: 1. R5A, RIC (en este caso [... PIC+ no implica tablas, ya que le sigue 2. ROA, PxP; 3 RTA); 2. REC, RIT; 3. RIA! (no 3. P6T?, a cau’ sa de 3.. RIC! y tablas); 3. R2T; 4. P6T, P3C; 5. R6A y ganan, En ia posicién 118, Pospishil, 1955, donde las blancas ocupan! R3CR, P5CR y PSTR. Negras: R4R, P2CR, las blancas no pue- den ganar: i, R4T, R3R! (no 1. R4A%, en vista de que 2. P6C. R3A;’3. R4C y ganan); 2. P6C, R4A tablas; o bien: 1. R4C, R3R; 2. POC, R3A!; 3. R4A, R2R; 4. RSC, RIA; 5. POT, RIC y ts- bias. Se explica porque después de PEC las casillas 4C y 3A, asi como las de 4T y 4A, estan conju- gages (debido Ia’ amenaza de El conservar la qposicién salva a las negras en situaciones seme- jantes, pero trasiadadas a una o varias filas mas abajo. Como las blancas tienen un tiempo de reserva, PSC, las ca- sillas clave, en este caso, som sD, 5R y 5A. (Por eso estando el ‘ey blanco en 5D y SR, con el rey en la séptima fila, las ne- yras pierden). La solucién para filas es conseryar Ja oposicién en ‘as columnas de rey y de dama: 1. R4D, R3D (2. R4A-R4R); (, R4A, entonces 1... R3A, defen- fiendo ‘de 1a invasién el escaque SC. Pero, ¢cémo jugar en respues- a2. RIA? No sirve 2... R3R? a causa de 3. RAR 6 2... ROR, por 3. R3R! y a oposicin est4 en manos de lis slancas. La dmica jugada es 2... R2A! En la columna del alfil no 1s obligatorio mantener 1a oposi- ion por ja existencia de casillas reriticass; si_3. R3C, se puede eplicar 3... R3A, ya que uo se igue nada con 4. R4A, por 4... consi 24C-+. En la columna del alfil, el ‘ey negro encuentra refugio cuan- Jo le amenaza la pérdida de la nposiciu, por ejemplo: 3. R3R, RAR (6 2R); 4. RBA, RBA? Una vez aclarado esto, se com- orenderdé ficilmente el juego en el i19a, En este ejemplo, dicho sea je paso, se manifiesta un nuevo recurso defensivo de la parte més Yébil, estando los peones blancos canto en Ia fila tercera como en la iegunda. Higa. Grigériev, 1938. Blancas: RICD, P3CR, P3TR. Negras: R2CD, PACR (con cambio de co- cores) ; tablas saliendos las negras. Debido a la amenaza PAT, las aegras deben entrar en el cuadra- Jo del peén de torre, es decir, ir aacia la columna del alfil de da- na, pero jueguen como jueguen. @ oposicidn sigue en poder de las slaucas. Hay que buscar Ja salvacién en @ columna del alfil de rey. 1... R2A, RIA (después de 2. R2A, R3A'! la oposicién habria gasado a manos de las negras) ; 2... R2D; 8. RID, R2R; 4. RIR (las blancas siguen sin poder ini- siar la maniobra envolvente; por ejemplo: 4. R2A, R3R!; 5. RBA, RAR; 6. R3D, RAD y tablas) ; 4... R3A’ (ahora’5. R2A, R4A,’ nos habria Hevado a tablas evidentes, ¥ por es0 las blancas inician wna peligrosa_maniobra envolvente) ; 5. R2D (al parecer, las negras se encuentran en un callején sin sa- lida, todas las jugadas del rey pierden); 5... PSC} He aqui la salvacién. Después de 6. P4T, RGR, las negras consiguen la po- sicién del 82 (el peén de torre no ha cruzado el centro del tablero) y para hacer tablas basta que el Tey negro se pasee por las casillas 3D y 3, mientras que el rey blan- co permanece en la segunda fila. La parte més fuerte puede con: fiar mAs en la victoria si los peo- ‘nes no estén en contacto inmedia- to y, sobre todo, si el rey se en- cuentra delante de los peones ligados. ‘En ei 120 no gana 1. PSC? por 1... PSC. Es curioso que Capablan- ca, en la primera edicién inglesa de cAjedrez fundamental», atir- maba (mas tarde rectified) que 1. PSA tampoco gana por 1... P3C (dejaba el desarrollo de la va- Hante para el lector). En relacion con eso presentaba la solucién: 1. RAR, R3R; 2. PSA+, R3A; 3. R4A, ete. Sin embargo, precisa- mente gana antes 1. PSA; si 1 PSC, sigue 2, PxP, R2R’ (6 2... R3R; 3. PSC!, R3R; 4. RSR, RIR; 5. ROR, RIA; 6, R6A, RIC 7, PIC, R2T; 8, P&C=D+!, sa liendo 2... R2R, las negras impul- san a st adversario a que avance 6s rematuramente el peén rezagado : . PSC?, RIA; 4. R5R, R2C; 5. RSA, RIC; 6. R6A, RIA; o RIT y tablas); 3. R5R! y ganan, lo mismo que en la variante arriba indicada. En el 121 todas las jugadas, a excepcién de 1. RST?, conducen al mate, como se deduce de las observaciones para los mameros 118 y 118. En los ejemplos 122 y 123 los peones ligados son més débiles por la posicién retrasada de su propio rey. 122, 1. R2A, R2C; 2, RIC, PAT; 3. RAT; RSC; 4. PIC! y ahora 4... R3T tables. El 123 tiene gran importancia tedrica. 1, R2A, RST (1... R2C; 2, PAC, PST; 3. PSC PAC; 2. P3C); 2. Rac, RAC; 3. RSTI, RAA (6 3... RSA; 4. RAT, R4A3 5. PIC! y, tablas, segin’ Sacconi, 1924, véase 124); 4. R4T!, RSA; 5. PAC!, PxP y tablas. Esta posicién, objeto de nume- rosas discusiones en el pasado, fue solucionada correctamente a los ochenta afios de haber sido publicada. - En contra de la opinién de Lasa (que la propuso en 1843), Berger (1922) y Fine (1941), las blancas no pueden ganar siendo mano las 66 negras, La demostracién que ha- cen de la victoria de las blancas siendo mano, carece de solidez y necesita de algunas correcciones. ‘Berger demostraba erréneamen- te Ia victoria, jugando las blancas mediante: 1. , RAC; 2. P3T, R4T; 3. R3A, RST (o antes 3... RAC; 4. RAR, RST) ; 4. R4A, con- tinuando las negras 4... P4C+ ? 4... RAT?, con lo cual pierden. Sin’ embargo, como ha indicado Sacconi en 1924, 4... P3C, asegura el empate. Chéron (1952), teniendo en cuenta el 123, precisé la solucién: 1. R3C, R4C; 2. PAT 4+!, RAT (6 R4A; 3. R3A, P3C; 4. P3C) 5 . RST, PIC; 4.’ P3C!, PAC; 5. PaC+ y ganan. Es -muy instructiva, aunque més larga, la solucién dada por Sacconi (1924); 1. R3A, R4C (1... P3C; 2. PAT; I... PAC; 2. PACH, reduciendo el juego al 98, pero es més sencillo, naturalmente, 2. RSC y 3. PAT); 2. RAR, RSC; 3. RSR, RAC; 4. RGR, R3C; 5. RR, R2T; 6. RIA, R3T; 7. PAC, R2T (7... RAC; 8. P3T, RIT; 9. PAT); 8. PSC, RIT; 9. R6C 'y ganan. (Véanse las observaciones al 86a ; en este caso, después de 9... RIC, el rey pasa a la casifla que le con: viene para jugar, 4T-3T, y por ello peén debe pasar a un escaque §erotro color: 10, PAT! "Mis complicado es el juego sa- las ne; La variante principal de la solucién que damos $s abajo se ha hecho partiendo de un andlisis de Grigériev que so ha sido publicado*. ho RSA! Después de esa jugada el rey planco mo consigue ponerse de- lante de los peones. 2. RR Si 2. P3C+, para hacer tablas basta cualquier jugada del rey en casifla blanca, por ejemplo: 2... R4A; 3. R3A, RAC, lo mismo que en la variante principal 6 3. P4T, PAC; 4: PST, PSC 6 3. PIT, PAC; 4. R&R, RAR’ (también 4... PSC); 5. P4T, R4R y lo mismo que 119) y tablas. Lo més sencillo de todo és la réplica 3... RSC! a RSR! 3. PIC R4A! Berger y Fine contingan 3... PAC?, que pierde en seguida 4. F3t. También pierde 5. PIC. yaque 4, PaT, Ra (4. RA, . RBA, PAC; 6. PAC + 65... RRS 6. RAC y 7. PST); 5. R3R, PAC @. PST, RAA (6... ESC; 7. POT) P4C+, R4R; 8. R3D (esto es mas sencillo que 8. R3A, R3A). 4. R3A Grigériev habla anotado esta varian- te, sin comentarios, en las mérgenes del libro de Berger (para refutar las deducciones de este ultimo) que me fertenecta a mi. Chéron habia sefia- lado también 1a decisién correcta (1962), citando a Sacconi; pero et andlisis dado por Sacconi es erréneo a partir de la sexta jugada y Wega a la equivo- cada conclusién de que ganan las blancas, Es evidentemente débil 4. P4T, RSC; 5. R2A, por 5... PAC y la continuacién ‘P3T nos conduce, con cambio de jugadas y pérdida de tiempo, a la variante’ principal después de 4... RSR o (no 4... PAC?; 5, RID! y n0 4... P3C 5. RGR!) ; 5. R2A (65. PAT, RA} 6. R3A, PSC!; 7. PAC+, R3Al, 119); 5... R4A; 6. R3R (6. R3A, PACl) ; 6... RAR; 7. R3A, R4A 8. PAC+, RAC! . Ae RAC! Pero no 4... P3C?; 5. PAT y no. 4... PAC?; 5. PAC+’ (08). 5. Pat Si 5. PAT+, juega 5... RAT; 6. R4A, P3C, lo ‘mismo que en el 123 y a 5. PAC sigue 5... RST y tablas. cE cn R4A! Chéron continiia 6. PAT, P3C? (Sacconi analiza tan sélo 6... RSC? y 6.. P4C?); 7. PACH, R3A! y tablas (119)."A este mi mo final nos Teva 6. PAC+, R4 7. R3C, P3C!; 8. PaT+, R3A! El andlisis hecho por Grigériev pone a las negras ante una nueva prueba. 6. R3R RAR 7. R3D Rap! {Cémo se interpreta este signo ae! admiration, puesto por Grige riey sin aclaracién alguna? ‘Se comprende que a 7... PAC, ana 8, R3R; pero si las negras Sejan en reserva un tiempo, ju- gando 7... P3C, las blancas con: guen lo mismo con la réplica sutil ¥ nada facil de 8. RAR!!, siguien- do Inego asf: 8... R5R; 9. PAT; 8... R4A; 9. R3R; 8... RR o R3A; 9. R3A y ganan. oT 8. PAT RAR 9. R3R RA 10. R3A. P3C! i. Pace R3A! y tablas, como en el ejemplo 119. Los 125 y 126 nos ofrecen un ejemplo de maniobra complicada. soStlva a las blancas el ataque a jos peones r el flanco y Ia retaguardta (128), 1, RSD, RSC; 2. R6R!, PAA; 3. R6A, PAC; 4. R5R!, PSA. Las negras han avanzado al m4- ximo sus peones, pero la continua- cién no se presenta ficil: no pue- den capturar el peén 2C ler los suyos, ni cambiar el SA por el 2C’sin perder el 4 5. R6A!, RST; 6. RSA! Esta posicin de los reyes es muy interesante: el que la ha con- seguido con su jugada, coloca al versario en posicién de zug- zwang. 6... RAT; 7. RSR! Otra vez jugada tnica. Si_7. RAR? entonces 7... RSC y_ 8. P6A. En cambio, ahora a 8... RSC, seguiré 8. RAR. 7.,, RC; 8. RARI, R4T (habia la amenaza de 9. P3C) ; 9. RSR! y tablas. ‘No ‘cambia nada si las negras, después de 1. R5D, juegan con mayor reserva, procurando con sus maniobras’desplazar_ al rey blanco de las casillas conjugadas ; por ejemplo: 1... R&C. (1... RIT; 2. R6R, P4Sa; 3. P3C! 6 2... R2C; 3. PaC!; 4... P4A; 2. RGR, PSA ROA, PAC; 4. R5R!);"2. ROR, P4A; 3. RTA, P5A; 4. ROR!, RSC; 5. RA, R4T; 6 RGR! (no 6. RSR?, PAC!) ;'6... RSC; 7. REA, PAC; 8. ROC!, RST; 9. RSA! y tablas 1... RAC; 2. ROR, P4A; 3. RTA, RAT; 4. ROA, RIT; 5. ROR! RAC; 6. RSR, RSC; 7, R6A, RAT (7... PAC; 8. RBR); 8. PIC! y tablas. Si 1. RSD, RSC; 2, R6R!, RAC, entonces 3,’ P3C! 3... PAA; 4. R7A!, RAT; 5. ROA!, RIT; 6. R6R!’y tablas. Es preciso darse clara cuenta de que si las negras, en el ejemplo 125, no pueden ganar, se debe tinicamente a que no disponen de una columna més para poder maniobrar libremente (a la dere- cha de la columna de torre). Una explicacién de ello lo tenemos en Jos ejemplos 125a y 125b. 125a, Spielmann-Rubiustein. San Petersburgo, 1909. Blancas: R6- CR, P2AR. Negras: R4R, P3AR, PSCR. En esta posicién las blan- cas abandonaron. Rabinovich dio, en 1938, la siguiente variante: 1! ROT!, P4A; 2. RST!, RSD!! (es- fa es ‘una jugada qué Tas negras, en el ejemplo 125, no han teni- do); 3, RAE (6 3. RSC, RSR!); 3... ROD! 4, R3C‘o RSC, RSR y ganan. 125b, Halberstadt, 1936. Blan- cas: RICR, PSAD, P3D. Negras: R6CD, P2D. Ganan blancas: 1. R6A, ‘RSC ‘1... R6A; 2. R7R, RSD} 3. RED); 2. PAD, RAC (2... RSA; 3. RSR!); 3. RSA! (no 3. SR? 6 3. R7R? por 3... R3A; 4. RAR, P3D 6 4 ROA, RAD); 3... RSC; 4. RAR!, RSA (4... R&C} 5. RSD); 5. RSR y ganan. 127 En el 126 no se consigue nada jugando 1. P4A 6 1. P3A después del... RIA. (Esto se deduce cla- ramente dei ejemplo 125). Para ganar, las blancas tienen que re- currir al distanciamiento del rey negro. Ce © td) RITR De ninguna manera se debe pemnitir que ol rey negro, pase. a IR, por ejemplo: 2. PAA? R6R; 3. RST, PSC!6 2. P3A2, ROR; 3. PAC, P3C!; 4, RSC, PAC y tablas. 2. PAC! R6D 3. R3A! = Otras jugadas conducen a ta- blag; por ejemplo: 3. RST, RSR 4. R3C, PAC 6 3. P4A, RSR; 4: RIC, PaCt; 6 3. RIC, RSRI; 4. PSA, RAR; 5. PAA, RSR; 6. PSC (si 6. PSA, entonces 6... R&R; 7, RAT, R5R!); 6... RAA; 7. R3A, RBR, ete, 3 ae PAC 4. RIC os No 4. R3C?, por 4... RSR; 5. P3A+, ROR (RAR) y tablas. Bee RSD Si 4... RSR, entonces 5. R3C, RAR (6 6. P4A); 6. R3A, RSD; 7. R&R, R5R; 8. P3A+, RSD; 9 R2D, R4D;"10. R3D y’ ganan. En cambio, ahora nada consi- guen las blancas con 5. R3A, RD, ni 5, R3C, RSR, ni tampoco con 5. RIT, R4R; 6. R3C, RSR. 5. RIA! RAR A 5... ROD, seguiré 6. PAAR 6. RR RSR Si 6... R5A o RSD, entonces 7. P3A. 7. P3A4 y ganan. {Una obra de arte analitica! Ingenioso es el ejemplo 127. 1. BC! (es preciso’ prevenir la amenaza_ del PSC, pero para eso no sitve 1. P4C?, ya que L R3T! y tablas); 1... R4T (1. RST; 2. PAC,’ RIC; 3. REC Y¥ ganan) ; 2. R8C! (no 2. PAC + ?, RST, y no 2, RIC?, PSC; 3. PAA y tablas); 2... PSC (6 2... R3C; 3. P4C); 3. P4A, R3C; 4. RBA, R3A; 5. RSD, R3D; 6. R8R, R3R 7. R8A, R3A; 8. R8C, R3C RST, R3A (9... R3T; 10. PSA); 10, RIT, R2A; 11. ROT, R3A; 12. RST, R4A; 13. R4T, RSA; 14. RST, R&A (L 15. R3C, R4C SR, R&R; 18. RID y ganan, El inerario del rey es de Jo mas cu- ioso, habiendo suscitado no pocas imitaciones. Si la parte débil tiene un peén de torre, el néimero de partidas con resultado nulo aumenta con- siderablemente. Estos finales sue- Jen darse con frecuencia en la practica y merecen por ello una atencién particular. En el 128 no tiene importancia si est4 el negro en 2A o en 2C. Siendo mano, las negras juegan 1... P3T; 2. PEC-+, R2C (77), pero ieden seguir también 1... R2C; . ROR, RIT; 3. R7A, P3T 6 2... RIC; 3. RGA, RIT; 4. P6C, RIC! y tablas. Saliendo las blancas, la Jugada 1, P6T nos Neva al 91. En el 129 no salva a las negras Ja 1... PAT (76), ni 1... R3R; 2. R4R, R3A; 3. RSD, R3C; 4. RSR, R2C} 5. RSA, R2A'; 6, PST y ga- nan, 'Siendo mano fas blancas, 1. PST nos leva a tablas (93). Si los reyes no estin adn todo Jo cerca posible, como ocurre en el 129, las maniobras se efectaan a base de la oposicién corriente (véase 324). En el 1298) al ocupar, el rey blanco la columna del alfil, las negras se salvan tomando en ella 0 la oposicién, Si son mano las ne- gras, se consiguen tablas jugando 7... R3C! En el ejemplo 129b se consigue nar mediante 1. RIA! Saliendo fis negras, se_consiguen tablas jugando 1... R3C 6 RSR. El resultado de la partida no varia si trasladamos la posicin 129 a la fila inferior. Pero si la desplazamos dos filas mas abajo (130), el resultado volverd a ser nulo,’ independientemente de la salida ; por ejemplo: 1... RSR (no 1... P6T?; 2. PIC+, RSC; 3. RIK, RAC; 4. RAD! y ganan); 2. R2R, RSA; 3. R3D, PeT!; 4. P3C+, RBA. 130 131 ‘Ba As{ pues, en las posiciones es- tudiadas (128-130), las tablas son inevitables si el peéu negro 0 los peones blancos no se han movido; en las situaciones intermedias, el resitltado depende del dominio de la oposicién, Con otra distribucién de los re- yes, el resultado del juego puede ser distinto. Por ejemplo, sien el 130 el rey negro est4 en SC, las blancas ganan si son mano. El ejemplo 131 reproduce una situacién curiosa. Si salen blan- cas, con 1. P6C, la partida acaba en tablas; pero'si jiiegan las ne- gras, después de I... RIT, .gana 2. POC. Se trata de una posicién de zugzwang en la cual a ningu- na de las partes les conviene ser mano. La misma posicién existe estando el rey negro en IT y el m blanco en 4C en vez de SC. esulta que cuando los peones ligados estén en escaque de dife- rente color, también los reyes de- ben ocupar casillas de color dife- yente; y si los peones ligados Seupan casillas del mismo color, también los reyes deben ocupar casillas del mismo color. Esta ob- servacion, hecha por Bird en 1936, facilita los cdlculos previos. En el ejemplo 132 el resultado es nulo, independientemente de ja salida. Los peones ligados es- tan en casillas del mismo color; por eso se hacen tablas jugando 1... RIC!; 2. R6Y, RIT! Si 1. P4T, se debe jugar 1! RIT (1A) 15 2. R6T, RIC! Dominando libremente los esca- ues 1C y IT, las negras no pue- yerder, por muchas maniobras que hagan las blancas. En cambio, en el ejemplo 133, donde el peén 2C no se ha mo- vido ain, las blancas pueden siempre inclinar el platillo de la balanza a su favor: les conviene empezar: 1. PAC! (el mismo co- Jor); si son mano las negras, a 1... RIC, seguira 2. P3C! (color diferen Esta eregla del colors permite enjuiciar rapidamente la posicién. as posiciones de los ejemplos 134 y 135 son una excepcién del 133;'en ellas las blancas no pue- m ganar, a pesar de no haber movido todavia un peén. En el 134, las blancas. no. pue- den colocar su tey en 6T sin haber “Se ve ficilmente movido previamente su peén 2C, pero si lo hacen perderan toda su ventaja y hardn tablas, lo mismo que en el 132. A 1. RSA, consigue tablas cualquier jugada de rey, menos ‘I, RST? por 2. RAC, R2C; 3. RSC y les toca jugar a las negras. En el 135, uno de los peones estA demasiado avanzado y las blancas_no tienen tiempos de re- serva, Si 1, RST, viene 1... PIT! y tablas. La posicién 136 resulté en Ja partida Marshall-Schlechter, 1911. WAZ Tas "8 & We WY? os ue en caso de 1... RSC; 2. R2A, ROT; 3. RIC, a las blancas no les da tiempo de ccupar con el rey Ja casilla con- jugada (por el color) IT y pier den. Pero en ver de eso se jugé 1... RBR?; 2. R2A, RED (el rodeo es infitil en este caso); 3. R3A, P4C; 4. R2A, RSR; 5. R2R, RSA; 6. R2A (véase 137); 6... RSC; 7. R2C, PST; 8. PIT + y tablas. Saliendo las uegras, en el 137, como hemos visto ya, no pueden anar, pero tampdco ganan las Jancas en el caso de ser mano: 1, R2C, RSC; 2. RIT (se puede 2. R2A'6 2. RIA); 2... ROA (2... ROT; 3. RIC, 132); 3. RIC, PSC Pst); 4. RIA! (4. RIT?, 5. P3T, P6C 6 5. PAT, ROC) ; 4... BST; 5. RIC (6 5. PST); 5... POC; 6. PxP 66. P3T y tablas. Asi pues, a la parte mas tuerte a no le ayuda siquiera que el re: esté delante de fos peotes. _ Los ejemplos que damos a con- tinuacién ilustran ampliamente Jas maniobras de los reyes en las diversas peculiaridades de la po- sicién. En el ejemplo 138 muy unpor- tante desde el punto de vista ted- rico, las blancas consiguen el triunfo, pero sélo si son mano (véase también el 357a). Ante todo se debe procurar que el rey negro no pase a 6C antes de Hempo; "por ejemplo: 1. Pac?, R3C aC, PAT; 6 1. RAGA, RSC; 2. R4A,'R3A; 3, PAC, RIC} 4. Pa, R3A’y tablas. 1. RST! 2. PAT! Las blaneas ban terminado su preparacién. 3. RAC! RIC Al parecer, gana ahora 4. R4A, RSA; 5. PAC, igual que en el 129; pero'a 4. R4A?, sigue 4... RAT! Yy ya no se puede 5. R5A, por con- ducit a rey ahogado, y si 5. R3A, entonees 5... RIC; 6. RAR, RSA} 7, PAC, RGR, y tablas. La situa: mm de zugzwang que se origina después det. RAT), conaictona el juego siguiente: 72 4. RBA! RAA 4... R&T; 5. R4A (ahora son las negras quienes estén en zug- twang); S.. RIC; 6. RSR!, RAT; 7. ROA !'y ganan. Nosirve de nada PAT 6 4... P3A, por 5. RAR 6 R2A, debido a 5. PAC?, RAR; SR, R2A; 7. RAD 6 4... R2C et vista de 5. R4A! (no 5, P4C?, R2At y no S R4R?, RIAN); 5. R3A; 6. PAC, R3R; 7. RAR. 5. PACH RAR 6. RIR y las blancas ganan, por ejemplo: 6... R4D; 7. R4A, RSR; 8. RAR) 9. RSD, R2R; 10. SR; 1. RSA, R2C; 12. R6R. ‘Al egar aqui, Grigériev, en su deseo de Hevar el problema a una posicién teéricamente interesante, con las maximas dificultades para Jas blancas, cometié una inexacti- tud: 12... R3C (con el propésito de 13. RIR, P4T), sin darse cuen- ta de Ja réplica 13. PST+ (13... RAC; 14, R7A). Sin embargo, ta posicién que aspiraba se consigue con un sencillo cambio de juga- das: 12... PaT!; 13. PSC, RSC. Ahora las jugadas 14. R7R, R2C 6 14, RSR, R2A!; 15. R5A, R2C; 16. ROR!, R3C no conducen mas que a una pérdida de tiempo. Lo correcto es 14. R6D!, ya que las jugadas precisas pata conservar ‘posi icién 14... R3A o R3T son imposibles. (Véase 76a). El andlisis hecho por Grigériev precisa ciertas observaciones com- plementarias, Las negras no pier jen porque sti peén esté debilitado por el avance a 31, como puede parecer a primera vista. La causa radica en la desafortunada posi- cién del rey en 2T. Si el rey estu- viese en 2C habrian sido tablas. Por ejemplo: 1. RST, R2T; 2. PAT, R2C; 3. R4C, R3A! (en eso estriba todo: 3... R3C? pierde, va que 4, R3A1). Ahora a 4. R3A sigue 4... R8C! y si 4. R4A se puede jugar 4... R3R y 4... paT. De csta manera, las negras, en él ejemplo 138, hacen tablas si_son mano jugando 1... R2C! La misma idea, pero en distinta posicién, inspira’el N.° 139. 1. RST oe Claro que no 1. P3T? 6 1. R3T?, jue 1... R5A y not. R3C?, por j... R4C; 2. R3A, RST y se pasa a la posicién 133. Para el estudio teérico de estos finales tiene im- portancia que a {. R3T, también gana 1... R&C; 2. R3C, PAT!, por ejemplo: 3. R3A, RST; 6 3. RST, PST; 4. R2C, RSC 6 3. P3T, R4A} 4, RAT (4. R3A, PAC); 4... PIC {el mismo zugzwang que en eb 138) ; 5. R3C, RSR, ete. ow. R3A No gana 1.. RSA; 2. ROC, R6A; 3. RxP, PAT, por la ma: niobra de rodeo R-6A-5R-4D-3R (88). Véase rodeo en el 143.) 2. PAT! R2A A diferencia del 138, es la parte débil quien utiliza las ventajas del zugewang. Conduce a tablas 10 mismo: 2... R2R; 3. R6C, RIA; 4. PST, que 2..’R4R; 3. REC, RSA; 4. Rx P, PAT; 5. ROA, ete. 3. RAC RIK 63... PIC; 4. RIAL 4. RIA - Pero no 4, RST?, R3A!; 5. RAC, RAR y ganan 4. PSC 8. RAR y tablas. La posicién 10 (Lolli, 1763) suscitaba, al principio, lo’ mismo me la 124, apreciaciones contra- ictorias. Saliendo las negras, las tablas son sencillas: 1... R5A; 2. P3C+ (2. P3T, P3T!; 3. P3C+, R4A; 4. RBA, PAT) ; 2... RSC; 3. RC, PAT; 4. PIT4, RACH; 5. RBA (5. PAT, R3C!); 5... R4A. Se tardé en ballar una defensa correcta saliendo las blancas: 1. R3A (1. RIC, RAC; 2. PAT +, RAA. 62. P3T, PST!) ; 1... PAT] (Reich- helm, 1873); 2, R3R_ (2. R3C, RAC; 2. PIT, PST; 2. PAT, RAR; 3. P&C, R4A); 2... RAR; 3. PIC, R4A; 4. P3T, RAR, ete, Las blancas tendrfan probabili- dad de ganar si hubieran conse- guido ocupar con el rey la casilla 6T (131) o atacar el pedn 2T por Ia retaguardia. La posicién 141 se originé en la 140 en los tiempos en que (por in- fiuencia de Lolli y Walker) se consideraba que las negras no debfan mover el peén 2T para su mejor defensa. (1. R3A, RIC; 2. RAR, RSC; 3. RSR, RAC). White, con ‘sus andlisis, 'demostré, en 1873, que en esta posicién se podfa ganar. 1. R6R RC Chéron observé en 1952, que si i... PAT (a 1... Re, a excepcién de 3C, sigue 2. R6A; 6 1... P3T; 2. RIA, PaT; 3. P3T, PST; 4. B RIC), entonces 2, RSR! (pero no 2, RIAD, por 2.. PSTI con ame- naza de (SI)6T; 3. BST, RAAl y tablas); 2... RSC, 3... PST; 3. ROA y 4. PIT +. 2. Pat R2C . P3T (2... PAT; 3. PAT); 3. PAC Sh 2 RAC, entonces 3 R7A, R3T PAT; 4. Foc, Raa’; SPAN RSG; 6 REC) a. RGA, RAT; 5. RIC, 'P3T; 6. P3C, RAC} 7. PATH, RAT; 8. RIT. 3. RSA y las blancas ganan; Ror, ciemplo: 3. R2A; 4. RSC. 2C; 5. PAT, R2A; 6. RET, etc, (133). En este ejemplo las blancas ganan independientemente de la salida. Las jugadas para ganar no son “inicas, pero en cada una de las variantes se requiere, en ciertos momentos, una gran precisién, te- niendo, adem4s, en cuenta las’ po- siciones anteriormente examina- das (a partir del 128). Teniendo en reserva jugadas de peones (tiem- pos), a las blancas les conviene dejar, aunque sélo sea un peén, el 2C, por ejemplo, en su sitio (recordando el ejemplo 134) y mo- verlo tnicamente en situaciones "4 francamente victoriosas. Citamos algunas variantes (142). liendo las blancas: 1. RAC, R&C; 2. P3T, P3T; 3. PIC, R3A; 4, R4A, RIC; (4... R3R; 8. PAT, R3A; 6. PAC); 5. RSR (también na’ 5. PAC, ‘pero no 5. PAT ?, 4T 1, 139); '5... RAT; 6. ROR, RAC; 7. RIA, PAT; '8. PATH, R4A} 9. RIC,’ RSC; 10. REC y nan. Saliendo las negras: 1... R3C; 2, R4C (se puede también: 2. RSR, levandolel juego al |4l) ; 2 R3T; 3. RSA, RAT; 4. ROA, RIT; 5. PaT (5, RTA, RAC; 6. RIC?, PAT! y tablas) ; '5... RAT; 6. P3C, C(G. RBT; 7, RIA); 7, RIC, Rapsey 8 ver y las blancas ganan. O 1... P3T, a lo cual gana la jugada 2. P3T y la 2. PAT; ejemplo: 2. PSE, RIC; 3, Paty, RAT; 4. P3C (139); 2. PAT, RIC (2... R3R; 3. P3C!, RIA; 4, PAC) ; 3. RACI! "(véase 139, las observa- ciones para la primera jugada) ; 3... RB, Pat, RB: ; 5. R3A, ete, (138). ” El ejemplo 143 viene a ser una sintesis de muchas de las ideas que hemos expuesto antes en si- tuaciones de mayor libertad de movimientos del rey negro (en comparacién con el 142). No 1. R4D?, RSA y no 1, P3T?, REA; 2. ROR, REC; 3. RGA, 4. PAT, RGA (rodeo!) ¥ i. Pst Es initil 1... R3A; 2. RID, R2A, por 3. PIT, RIA; 4. R6R 6.3., R3A3 ROR, PAT; 5. PC y nan. Si I... PAT, no se debe jugar 2. RIR?, PST’ (con amenaza de P6T) ; 3. P3T, RAR! y el rey blan- co queda al’ margen del “juego, sino 2. RSD!, PST; 3. P3T, RSA; 4. R6R y gaan. 2 P3T! A2... PAT sigue 3. R7R, PST; 5 i 2... R5A, entonces 3. ROR, R6C; 4. RSA! Rx P2C; 5. PAT y ganan (la maniobra envol- vente 5... R6A fracasa por culpa del rey blanco en 5A). R3A! 3. RID! No se gana con 3. P3C?, ya que 3... RAA; 4. RSD, R3A; 5. RAR, R3R (136); 6. P4C, RA 7. R4A, R3C; 8. PAT, R3A. O'4. R7R, RSR; 5. R6A, R6A; 6. PAT, RxP3C; 7. PST, RSA! (al re blanco no ie ha dado tiempo de ocupar la casilla 5A). oo. 4. PIC 04... P4T; 5. PAT, R3A ; 6, RED!, R4A; 7. R7R! y ganan (142). Tad blancas deben ahora evitar la 5. RED ?, R4A y tablas (véanse observaciones a la tercera jugada). 5. R8R! 6. RIA 7. ROC y ganan. R2A R3A RAA R5R Para poner punto final a esta Parte del libro que trata de los Peones ligados, nos conviene vol- ver a estudiar posiciones del tipo 138 y 139 —Jlas mas complica- das — y examinar los andlisis he- chos hace tiempo y otros mas re- cientes. 44 En el 144 Jas negras tienen un tiempo de reserva P3C. Por ello las blancas deben evitar to- mar con su rey la oposicién en columna, ya que después de P3C qedan en zugzwang (la ‘oposicién pasa a manos de las ne- gras), Vemos claramente, por lo tanto, la conjugacién de las casi- Has de las linea avanzada_(con Jas casillas criticas 5R, 5A a donde no se debe permitir que pase el rey negro; véase 7), ne- gtas: R3R 6 3C; blancas, R4A, y también, negras: R3A y blancas RAR (ja distancia de’ caballo!). Sin embargo, a R3A no se pue- de replicar R4C (por R4R, que Jes da la victoria). Esta infraccién de las reglas de la conjugacion se explica por las peculiaridades thcticas propias de dicha estruc- tura de peones que se ha estudia- do en el 139 (a R3A se puede replicar RST, ya que la respuesta R4A, que habrfa asegurado el Exito en esta posicién desplazada a la izquierda, no se da aqui por el peligro de rey ahogado. Bn esta situacién se manifiesta de nuevo 15 la conjugacién de los escaques. Negras: R3A. Blancas: RST y R2A de las negras con RAC de Jas blancas. ‘Una vez establecidos esos fac- tores, el juego en el ejemplo 144 se hace muy comprensible: 1. R3C! (para at » replicar 2. RAC); 1... RAR; 2. RIA!, R3A; 5. v_ R2A3 2. RACI, R3A (2... R3R; 3. R4A; 2... RIC; En este ejemplo las blancas dis- ponen también de un tiempo de reserva y de antemano se adivina que Jas negras procurarin coloca: su rey a distancia de caballo del rey blanco. La posicién de zug- zwang recproco es la siguiente. Blancas: R4A, y negras: R3C (en caso de P4T, seguira R3A ; pero si en vez de mover el peén, el rey retrocede, entonces las negras jue- gan PAT? y, al revés, si PAT, PSC, ue RBA ‘seguiré PAT. Si el rey Jlanco esti en 4A y las negras en 3R, la posicién es también.de zug- zwuang. Asi pues, hemos visto la equivalencia de las casillas en la primera linea. En este ejemplo pierde a las negras la circunstancia de que no puedan tomar Ja oposicién en nin- gan momento antes de la jugada 6 PAT. Se gana asf: 1. R2D! Si las negras replican 1... R2A, entonces 3, P4T! y quedan las blancas en posicién victoriosa, iniciada por la maniobra de rodeo de las blancas, con el propésito de convertir la oposicién distante en inmediata. Por ello, el juego se desarrolla’ del siguiente modo: 1. RAR (6 1... RED; 2. R3R!); 2, R3D!, R3R; 3. RAD! y ganan, ya que a3... R3D 6 3... R3A, si- gue 4. PAT! (Véase 355a.). La distribucién de los_peones en el 146 es andloga al 138. Las blancas disponen de un tiempo de reserva} las negras, de dos. Si se mueve un pe6n, se origina una posicién ya estudiada, cada una con sus peculiaridades, es decir, con su sistema de casillas criticas ¥ conjugadas, Como Tesulia imposible impedir que el rey negro ocupe las casillas 4A 6 4R, las blancas deberdn, en primer lugar, defender sus esca- ques criticos 4R y 4A. Estando el rey negro en 4A, parece posible conseguirlo mediante R3A o R3R. Sin embargo, no sirve la réplica R3R? o RSA, ya que las negras, mediante PAT, pueden lograr una situacién favorable del tipo 144, o mediante P4C la posi- cién estudiada en el 145, ocupan- do en ambos casos su rey la pre- cisa distancia de caballo. Por ello, fa defensa correcta a R4A. es tan solo R3A (toma de oposicién) : st PAC, R&C, y si PAT, PAT 6 RGR Las otras’ “asillas conjugadas de la primera linea sou: 3R, 4R 3C, 4C; por consigniente, las casi- ilas de la retaguardia préxima, 2A, 3A y 2R, 3k (para las casillas de ja retaguardia Jejana no es nece- saris la_oposicién). Hs evidente que se consiguen tablas jugando: 1. RIR!, R2R 2. RiA! (se conserva la posil dad de tomar la oposicién en 2R 6 2A. jugando las negras 3R 6 3A) ; 2... R8A; 3. R2A, R4C; 4. R3C, RAT; a esta jagada lo mas senci- lo e3 repticar 5. PAT!, pero tam- pierde 5. R2C (no 5. R2T?, 138). Se comprende que en el 146 Jas tablas son inevitables saliendo jas negras (véase 357a). En el 147 las posibilidades de las blancas son més amplias; pue- den imponer bien la necesida Ia conjugacién «a distancia de ca- ballos, jgando P4C, bien la toma de oposicién con P3C, Pero las ne- gras pueden neutralizar esta ju- gada con PAT. 2, PEONES Si no existe la amenaza de que el peén de la parte débil se con- vierta en dama, dos peones sue- Jen ganar facilmente contra uno, cuando ambos son pasados 0 cuan- do estan lo suficientemente lejos el uno del otro. En ailtimo caso, el rey de la parte débil no puede defender simultaneamente su pro- pio peén ¢ impedir el avance del peén contrario. Si el cambio de tno de los peones de la parte fner- te es inevitable, el desenlace del juego, como es’ natural, depende de las posibilidades que se des- Prenden del final «rey y pedn contra rey» Lo mismo qne en la parte an- terior, las partidas que insertamos For eso, a las negras les convie- jugar «a la oposiciéns con el fin de poder replicar a PAC con la conjugacién a distancia de ca- ballo. Por ejemplo, saliendo las _ne- gras: 1... R2A; 2. RIA, R2R (ma- niobrando en Ta retaguardia leja- na, las negras esperan) ; 3. R2R, RGR; 4. R3A, RA; 5. PSC, PAT 65. P4AC+, RAC y tablas. Pero si salen las blancas, toman inmediatamente la oposiciéa, obli- gando a las negras, bien a ser las primeras en mover el pedn, bien a ceder el paso al rey blanco o a permitir que las biancas pasen a un sistema favorable para ellas de casillas conjugadas. 1. R2R! (con las casillas eriticas en 4R, 4A y 4C, y la columna principal de alfil,’ las blancas ini- cian su maniobra_envolvente) ; 1... R8A; 2. R2A!, RAC; 3. R3RY, RSA; 4.'R3A, RAR (4... PAT, 5. PSC; 4... R&C; 5, RAR); 5. RAC, R3A; 6. R4A! (es inatil 6. RST. 138; ‘ahora son las blancas quie- nes se han apoderado de las ca- sillas criticas); 6... R3C o R&R 7 PAC y ganan. AISLADOS a continuacién estan sistematiza. 7 das segiin tenga o no un peén pa- sado la parte fuerte. ‘Cuando todos los peones son pa- sados, el juego no es complicado, si no hay finales de peén corona- do, y sia la superioridad material no Se une posicién deoventajoes Esto tiltimo puede complicar el juego y, producir un resultado Inesperado. La cercanfa de los peones ne- Bros y la desfavorable situacién el rey negro es la causa de que pierdan en el ejemplo 148 ( a 148a). La base de este prob lemma es el final de epeén contra peén». 1. R4D! A tablas conduce 1. RxP?, R6A; 2. RSD, RSA, ete. Cc PAA+ Ahora 1... R6A es insuficiente 2. PAT!, RSA; 3. PST, PAR+ ; . R3A. Si i... PaR+, entonces 2: RxP (no 2. R4R?, RIR; 3. PAT, P4A; 4. RxP4R, RED y'tablas) ; 2... ROR; 3, PAT (3. R6D?, RSD); 3. R6D!; PST!, P4a; PSA; 6. P7T, P6A; 7. PS PTA; 8. DSD'+! y ganan (véase Se en el Apéndice). 2. RxP Es inttil 2.. PaR; 3. RSD, ROR; 4. RxP, R6D; 5. RSD, RGA ; 6. RSA. Pero ahora, después de 2... R6C, ao se puede jugar 3. R4D?, por 3. RSA; 4. PAT, P4R4; 5. R3A, PSR (amenazan- ROC! do 6... R&R); 8 PST, P6R!; 7. P6T, R6C! y tablas. 3. PAT! PAR 4. PST PR 5. R4D! a y las blancas ganan (5... RSA; 6. Por, POR; 7, RSD, REA; 8. PIT, ete.). 18a. Grigériev, 1928. Blancas: 8 R&R, P3CR. Negras: R7TD, P3AD y P3R. Ganan blancas: 1.’ R4D!, PAR+ (6 1... ROC; 2. PAC, PAR | 3. R&R! y ganan); 2, RBA! y ganan, 148b. Herberg, 1941. Blancas: R3CR, P4R, PTR. Negras: RL TR, PATR.’ Ganan blancas: 1. Reb, R2C} 2 RSC, RxP; 3. RxP y ganan. Es similar el ejemplo 148 c. Gai, 1942, Blancas: RICR, P5AD. Ne- gras: RIR, P5AD, P3AR. Tablas: I. R2A, R2D; 2. R3R, R3A; 3. RAD, POAT; 4. R3D!, R&D; 5. R2Al, R3A} 6. R3D, PIA; 7. RxP, RxP; 8. R3A y tablas. 148d. Guliaiev, 1930. Blancas: R8TD, PSTD, P2AD. Negras: RIAD, P2TR. Tablas: 1. PTT, PAT; 2. P3A! 6 I... PIT; 2. PAA! {El problema 74d, de Grigériev, nos enta una posicién muy parecida, pero con una idea dis- tinta.) 148e, Sevitov, 1937. Blancas: R8TD, P2TD, P6AR. Negras: RITR, P2TR.’Ganan blancas. 1. RIC, P4T; 2. RGA, RIC; 3. RSD, R2A; 4. PAT y ganan. Cuando la parte més fuerte s6lo tiene un pedn pasado, la situacion de peones suele ser ta siguiente: Jos peones blancos y los negros se encuentran en la misma colum- na y, con frecnencia, se bloquean mutuamente. Hay también, como es natural, posiciones en donde los peones ‘ocupan columnas vecinas, y en este caso el resultado del juego se determina por la posibilidad y 1a conveniencia del cambio. La teo- rfa no ha prestado casi ninguna atencién a estos finales. Citamos a continuacién casi los finicos ejemplos aparecidos en las publicaciones tedricas Blancas: R3D, P4AD, PAAR. Negras: R3R, P3D. Ganan blan- cas, independientemente de la sa- Jida. La tentativa del cambio 1... P4D se impide jugando 2. PSA. Alekhine-Reti, “Viena, 1922. Blancas: R4CR, P2TD, PSTR. Negras: R2AR, PSCD.' Tablas, galiendo las negras: 1... R2C, si Jas blancas intentan capturar el én SC, el rey negro, después de Eomer el PST, llega oportunamen- tea LA. (Con peones-en 3T y 4C, en vex de 2T y SC, las blancas anan, y con peones’en 4T y 3C, fis blancas, ademas del movimnien: to hacia el'pedn 3C, pueden ence- rrar al rey negro en la esquina 8T ya PAC replicar PST, etc.) El iitimo cjemplo nos condu- ce, por analogia, a casos prictica- mente importantes con peones de torre bloqueados. M9 En el ejemplo 149 son tablas: 1. RAR, RAC; 2. RSD, Rx P33. RSA, R4A; 4. R5C, R3R; 5. Rx P, R2D; 6. R6C, RIA. En este ejemplo, donde el rey y el peén pasado estén desplazadés a la columna de la izquierda, las blancas ganan: 1. R4D, R4A; 2. RSA, RxP; 3. RSC, "RAR; 4 RxB, RID; 5. REC, R2D; 6. RIC (150): Asi pues, el resultado del juego depende del Ingar donde se en- suentre el peén pasado, suponien- do que los reyes ocupen una po- «normal» (en la que se in- cluye también la situacién de los reyes en 44 y 3A en el 149 y en 4R_y 3R en él 150). El resultado de la partida de- pende también de lo avanzado que esté ef pedn bloqueado de la parte fuerte, En el ejemplo 151, lespués de I. RSR, etc., el rey negro, como se ve claramente, no logra ocupar Ta casilla LA. Resulta’ superfluo alargar la partida jugando 1. P6C+ ?, R2C; conviene 2. RSC! (2. R6R'?? in: cluso pierde); 2... RIC; 3. R6A, RIA; 4. RR, etc. El ‘resultado dei juego en esta clase de finales se subordina, se- 151 9 gin ha indicado Bird en 1936, a varias reglas generales (como es natural con la estructura arriba sefialada), Regla primera, Si el blo- queado de 1a parte ins fuerte ha pasado del centro del tablero, la partida, en general, se gana siempre. Las excepciones son_posibles, sobre todo cuando el peén pasado se encuentra en la columna cen- tral proxima a los peones blo- queados o cuando est afin en su casilla inicial, Con un peén bloqueado en ST. Sta, Blancas: R2AD, PSTD, P2D. Negras: RSAD, PSTD. Ta: bias, independientemente de la salida. En la posicién de R3AD, PSTD, PSD, Negras: R4AD, P3 TD; tablas jugando las biancas. (Si' seguimos desplazando esta posicién hacia arriba, se ga- nard en todos los casos, indepen- dientemente de la salida.) Con un peén bloqueado en 6T: 151b. Son tablas todos los casos en que el peén pasado est en la columna de dama, a excepcién de Ja_posicién siguiente: Blancas: ROAD, P6TD, P6D. Negras: Ri- AD, P2TD. Las blancas ganan si_son mano las negras. La siguiente posicién de tablas R6D, PETD y P6AD, RID 6 1A, P2TD no corresponde a la confi: guracién que estudiamos (lo mis- mo que la posicién de tablas R6- AD, PSTD, P6CD. RIAD, P3TD). Por eso tratamos, en lugar apar- te, los casos de ‘peén pasado en {s'coluonne tel ABS . Blancas : R2D, P6TD, P2R. Negras: RSD, P2TD. Tablas, in- dependientemente de la salida (el iinico caso en la columna de rey). El resultado, naturalmente, sera distinto con otra posicién de los reyes: 151d. Krum, 1913. Blancas: RIR, P6TD, P2R.’ Negras: R6R, P2TD, Ganan blancas. 1. RIA, 80 R5D; 2. R2A, R4A; 3. P4R!, R3C (6 3... RSD; 4. R3A); 4. PSR! y ganan. Pero si los reyes y el peén pasado estuviesen en Ja columna de la dama, serfan ta- blas, como en los casos anteriores (véase 275b). Regla segunda. Si el pedn blo- queado no ha pasado de Ja mitad jel tablero, sélo se puede ganar cuando el peén pasado esté dentro de la zona que limita una diago- nal determinada (véase 152). 152 En este ejemplo, con el peén bloqueado en 4TD, ta diagonal 6D-2TR marca la zona ganancial del peén pasado (comparese con el 149, donde el peén 4CR esti fuera de la zona, y con el 150, donde el, peén 44K se encuentra en la misma diagonal, es decir, en_los mites de la zona). Si el pedn blogueado estuviese en 3T, la diagonal se determinaria de forma similar: mentalmente se pasa una linea desde el peén ne- ‘0 ST por las casillas SC y 6A ¥ luego desde 6A hasta 2CR} la ca- silla 6A se descarta y obtenemos Ja diagonal 5D-2CR. ‘Al pe6n bloqueado en 27, le co- mde la diagonal 4D-2AR. Chéron observé en 1952 que era preciso descartar Jas columnas del ‘D y AD (es decir, las dos colum- 5 tas), después de lo Qual Ta zona ganancial queda co- Go un triangulo, cuyos lados tie- fen el mismo mimero de casillas ; fa diagonal seria la hipotenusa de triangulo. A los peones blo- eados en 4T, 3A y 21 les co- Hresponden tres triangulos de este tipo: 6D-2D-2T, §D-2D-2CR, y tb2D2aR. He aqui un ejemplo que confir- ma la esegunda regia»: 152a, Blancas: R2b, P4TD, poR. Negras: RSD, PATD. Gavan blancas: 1, PR41; RSA (6 1... RSR; 2. R2K, etcétera) ; 2. R2A!, RS 3. R3D!, RxP; 4. R4Al, ROT; 5. PAR y tas blancas ganan desptiés de coronar su pedn (véase 3en ei Apéndice). La ‘inica excepeién de este ca- so 63 la proxituidad de la colurana principal. 152. Blancas: R2AD, PATD, P2D, Negras: RSAD, PATD; ta: blas, siendo mano las blancas. Como el pen pasado se halla fuera de la zona. ganancial, no puede ganar (149). Chéron ‘con- Sidera tna excepcién_posiciones del tipo K6AR, PTD, POCR; RIAR, P4TD, en la que se gana saliendo las uegras; peto, como €s légico, la regla de Bird nada tiene que ver aqui. eae Ye, Vi utilizacién de las reglas arri- ba indicadas facilita y acelera, en gran medida, el cAlculo, y de ello podemos conyencernos con el si- guiente ejemplo: En el 153, después de 1, R3R (toma de oposietén), las negras se ven obligadas a perder uno de Sus peones, pero de ellas depende la eleccién de cual de ellos. Si ierden el peén 47, obtendrén un final con un peén bloqueado de Jas blancas que ha pasado del cen- tro del tablero; por cousiguiente, Ja situacién es de pérdida para cllas. Pero si pierden el peén 31, se encuentran con que el peon pasado del adversario esta fuera de sa zona ganancial (diagonal 6R-2T!). Asi pues, las negras deberin conservar el pein 47 (y no el 3T, como puede parecer “a primera vista); para ello tienen que de- fender’ las casillas eriticas 4R, 44 y 4C. Hasta que el rey blanco no salga a la primera linea, las ne- gras, maniobrando en la retaguar- dia, replican_a 1, R3R con 1... R2A!; 2. R4D (rodeo), R3A! pnede ganar (149) (claro que no 2... R3R?; 3. R4R y ganan); 3, RSA, R3I |. R6C, RID; 5. Rx P, R24’ (para abreviar la partida se juega 5... R3A; 6. RIT, R2A; 7. P6T, RIA; 8. R6C, RIC, ete.) ; 6. RSC, R2C. Se ha Megado a la posicién «normals del final que estudiamos con un peén pasado en zona neutra; el rey negio ocu- para oportunamente Ia casilla 1A. Pasemos a otras posiciones con cones bloqueados 6 no en la co- jumna de torre, pero con una dis- tribucién de reyes libre de las limitaciones del tipo de diagrama 149, En este ejemplo el rey blanco necesita espacio pata apoyar cl avance del peén en la columna de rey, pero como ya sabemos por el ejemplo 152) se debe evitar, al hacer las maniobras, la_posicion R2A-RSA, siendo mano las blan- at cas. Esta posicién neutra, hallada or Grigériev, constituye la base fl problema: Tas negras, a su vez, deben evitar la salida ‘en esa posicién. Es facil hallar la solucién si to- mamos en cuenta las posiciones auxiliares 152 a y 15le. 1, R3C!, R5R; 2. R2C!, R6R; 3. RIA, R5R; 4. RIR, R6R (las jugadas de las’ partes son inicas) ; 5. RID, R5A; 6. R2D, R5R (6 6... RSC; 7. R3R, RxP; 8 R4A y anan); 7. P3R, R6A; 8. R3D, 6C; 9. RAR! (9. PAR?, Rx P); 9... RSC; 10. RSR, RxP (6 11. P4R); 11. R4A, R6T; 12. P4R, R2C3'13, PSR! (13. RSC?; REC!) } 13... PST; 14. POR y ganan (3 en el Anexo). ° 154a, Leyk, | 1939. Blancas: R2AR, P2R, BATR. Negras: R5- CR, P2TR.’ Ganan_blancas: 1. RSR, PAT; 2. RAR, ROC; 3. RSA, 82 RxP; 4. R4A! (no 4. PAR, REC y tablas); 4... ROT; 5. PaR y ganan. En el ejemplo 155, después de 1. P6A, RIA, se gana valiéndose del «triangulo» (véase 17). En el 186 se puede ganar de otro modo: sacrificando el peén de dama y capturando el pedn contrario; por ejemplo: 1. PéD, RID; 2. P7D!, RxP (2... R2R; 3. PBD=D+!); 3. RSD y ganan. En el ejemplo 157 (tomado de una partida prdctica) después de 1. R2D, POA +; 2. R2A, RSA, las 157 158 blancas, teniendo en cuenta la po- sicién del pen 4T, se han salvado con 3, RIA! Si en vez de 2... RSA, las negras hubieran jugado 2.. PST, habria salvado a las blancas 3. RID! (publicado en la «Nuova Rivistay italiana). Horwitz y Kling, desconocien- do, por lo visto, esta solucién que pone de manifiesto la fundamen fal estratagema de dicho final, propusieron en 1889 el problema 158, con la siguiente solucién: 1. PsT, PxP; 2. RID, PST; 3. RIA, RSD; 4. 'R2A, RSA; 5. P3T (22), y tablas (12). Precisamente la jugada 5. P3T' es la que pierde (185). Lo correcto serfa (Neustadt, 1899) : 5. RID! (si 5. RIA, enton- ces 5... R6D; 6. RID, P7A+; 7. RIA, ROA; 8. PST, REC y ganan) ; BIALeD (son tablas evidentes y Scspués de 5... POT); 6. RIA, SGR/'7, Pat y tablas. Si después fel PST, PxP; 2. RID, las ne- en vez de 2... PST, juegan pe TAs, son tablas det formas; 3. RIA, R6A; 4. P3T!, ROC; 5. PAT. Neustadt ha sefialado, ademés, que no es obligatorio empezar ju! do 1. PST (se puede empezar PRID, PTA+} 2./RIA, ROA; 3. PST y tablas) 'y ‘si se’ setira el peon AT y se traslada el peon 3C E°2r, ganan las negras, juegue quien juegue. 158, Grigériev, 1933 (véase Ia terminacién del problema en el 313). Blancas: RSD, P3CD, P6AD. Negras: R2AD, P4TD, PSTD, si son mano las negras, las blancas ganan. En el 188 no tenfa impor cia si estaba el rey blanco en 1A.o en 1D, ya que el pedn 2T Ma, segdn las. circunstancias, 3r 6 4T. En la posicién de Grigériev el peén uo esté en 2T, sino en 3T, y ya no tiene opeién a la salida oble. Por eso el rey negro dispone sdlo de una casilla segura para la retirada: 1... RID! y si ahora 2. R6D, RIA; 3. PTA?, entonces 3... PST; 4. Px P, PAT y tablas. Ta situacién del’ peén en 37, en vez-de 27, permite el 0 del rey blanco ‘a la casilla Cy las blancas ganan, cediendo Ia salida a las negras:'1... RID, sigue 2. R4A(4D) !, lo mismo que en el 17. La observacién final que hemos hecho para el 158, est4 ilustrada con el ejemplo 159. 1. R4D, RID; 2. P5A+, R3A; 3. R4A, R2A; 4. RSD, R2D; 5. PeA+, R2A; 6. R5A, RIA; 7. ROD, RID, 8. PTA+ (como ha indicado’ Chejover, cabe jugar también 8. P4T, RIA; 9. PST!, RID; 10. P7A+, RIA; 11. ROA, P3T;' 12. R6C);'8... RIA; 9. R6A_y ‘ahora 6 9... PAT; 10. PST!, PST; 11. R6C 6 9... P3T; 10. PaT!, PAT; 11, R6C y ganan. Como se verd en el ejemplo 162, cou un peén en 3T en vez de 2T se puede ganar también. Rabiné- vich, en 1938, traté de demostrar- Jo erréneamente a base de la solu- cién 159; después de 6, RSA, con- tinuaba ‘6... RIA? (y después 7. R6D, RID; 8. PaT!), sin embar- go, con un peén en 3T lo dnico correcto es 6... RID! 159a, Blancas: R6CD, P3TD, P6 AD. Negras: RICD, POTD 5 ga nan blancas; 1. RST, R2A(2T) 2, RSC y ganan, 159b. Chéron, 1952. Blancas: RIAR, P2AR,’ P2TR. Negras: ROAR, P2TR.’ Tablas. 1. RIR, PAT; 2. RIA, PST; 3. RIC (3. RIR, RIC 6 3. PIT, RSR!; 4. RAR, R5A} 5. P3A, ROC); 3... RSC! (no 3... P6T?; 4. RIA); 4. R2C, P6OT+; 5. RIC, R5A;'6. RIA ROA; 7. RIR. RIC y tablas. Muchas de las jugadas que he- mos examinado en este final estén artisticamente realizadas en el 160 1. RA RSC 2. R3R! a Las blancas obligan a las negras a mover el pe6n 3T; después de 83 conseguirlo ya no les amenaza el mate. 2 .. P3T 3. R2A R5A 4. RIR! se Es la tinica defensa con un peén negro en 3. Si el peén estuviese en 4T (2... P4T), serfa preciso ju- gar 4. RIA! (véase 157). Al elegir ta casilla para retro- ceder, el rey debe situarse en la que tenga el mismo color de la gue, ocupa el peén del adversario en la columua de torre; . ROR 5. RIA PAT Si 5... P7A; 6, PST!, R6A; 7 PAT, REC; 8. PST. 6. RIR PTA+ 7. RIA ROA 8. Pat REC 9. PAT y tablas, Es distinto el juego si el peén pasado se encuentra en la fila cuarta, y el otro peén, aunque no esta en st casilla inicial, puede asegurar el tiempo necesario para conseguir una posicién en zugz- wang. En este caso tiene impor- tancia que el rey se encuentre de- 84 lante de su peén pasado (161 162). : 16 161, 1. RSD, R2D; R2A; 3. R6R!, R3A (zugzwang), R2A (6 7D, RE) 6 ROA! ¥ ganan) i RIA; RGD. RID; 7. R6A, 1.8. PSA); 6 RSD, R3D; 7. R8A, R3A; 8. RBC, R3C} 9, P5A+, R3A; 10, RxP, R2A; 11. P6A 'y ganan. Si salen las negras: 1... R2D ; 2. RSD, R2A; 3. PST, R2D; 4. PET, 5 MAGS. R2A; 5. ROR, R3A; 6. RIR, R2Al y tablas. 162. 1. RAC!, RSC; 2. PAT, R3A; 3. PST, R2C; 4. RSC, R2A, 5. RSA, R2D; 6. RSD, R2A; 7. ROR, RGA; 8.’POT! y gauan. Si’ juegan primero las negras: L gee Rac, Rac, 3. Rac, R3A; 4, PaT, RIC; 8. PETS, R3Ay tablas. ‘Ahora se comprende que el 159 se resuelve mas sencillamente: 1. R4C!, RIC; 2. PATI, etc. ‘Examinemos ahora posiciones con pareja de peones, uno blanco y otfo negro, en otras columnas que no sean de la torre. La posicién 163 es el primer ejemplo publicado (1920) de apli- cacién consecuente del método de las casillas conjugadas en finales de este tipo (antes de eso se em- pleaba el método prictico del Stridngulor). Se pierde si se cede a la tenta- cién de jugar 1. P4D, R5R; 2. R3A, ya qtte ahora no sigue R4D? (que pierde por 3. RSD), sino 2... R4A! y tablas; por ejem- plo: 3. R3D, R5A!; 4. R2D, R5R; 5. R3A, R4A; 6. PSD (es lo tinico Jue se puede hacer) ; 6... RAR; 7. ep, Ro; 8. R4D y aunque tas Blancas captnran ef peon 4C, nO gaan, ya que su pedn no ha pasado del centro del tablero. En esta posicién desplazada a la fila inmediata superior, las blancas, i ado asf, habrian ganado I . Ya que la jugada PAD no da resultado, hay que buscar otros metios. Se ccha de ver en seguida que si salen las negras, las blan- cas consiguen avanzar facilmente Sa rey (I... R5A; 2. ROR, ete.). Por consiguiente, hay que ceder la salida al adversario. Sin embargo, en esta posicién no basta el’ simple calculo del «triangulo. Al tridngulo 2D, 2A, 3A (junto a la casilla inaccesible 3D, véase la «Introduccién»), equivale el tridngulo de las ne- §tas 6A, 5A, 6R (junto a la casilla Inaccesible '5R). Estas casillas constitnyen Ia zona principal y en ellas las negras siempre pueden conservar la conjugacién, Por lo tanto, hay que pensar en los escaques de la retaguardia in- mediata; resulta que si el rey blanco maniobra por las casillas 2 y 3C, el rey negro no podra disponer ce los escaques 6C y 5C, ya_que las blancas jugarian {R3A)4D. La base de la solucién se hace evidente y s6lo queda Nevarla acertadamente a la prdctica, 1 Raa REA Se perderfa tiempo con 1, R3A, RGR, después de R2A, pierde en seguida 1... R6R por 2. R3A. 2. R3C 6 2. R2C, pero no 2. RIA. a R6A El rey negro sigue en la zona critica, ya que el paso a la quinta fila no le proporciona ninguna ventaja, como vemos en la si- guiente’ variante: 2... R4A; 3. R3A, RAR; 4. R2D!, RSD; 5. R2A1, RAR; 6. RID’ (maniobra jndicads ya por Horwits y Kling) 6... R&D; 7. R2R!, RSD; 8. R2D, ete., como en la vatiante principal. 3. R&C! Después de esta jugada, las ne- gras pierden la conjugacién. 3. 4. ROA! RSA R6A Hemos hablado ya del paso a Ja quinta fila; las blancas han conseguido ya Su objetivo funda- mental: ceder la salida a las ne- gras. & RD La continuacién es relativamen- te facil : 5... R9A; 6. R2R, RAR ; 7. RSR, RAD; 8. PaD. Se ha llegado ‘a un momento importante: las blancas, después de reconquistada la casilia 3R, no tiene mis reme- dio que permitir a las negras 8... RSA; se comprende que si esta posicién estuviese en la columna inmediata de la derecha, la posi- cién de las negras, con un peén de alfil, supondria un peligro serio (la partida terminaria en tablas; véase 163b) ; pero si el pedn ne- 0 estuviese en 3A, es decir, toda la posicién en la fila inmediata superior, las blancas ganarian: 8... RSA; 9. RAR, RxP; 10. PSD, R4A. O 10... RAT; 11, P6D, R3T; 12. RSR, PSC; 13. ROR!, P6C; 14. PID 'y ganan; 11. R5R, PSC; 12. P6D, R3A; 13. RGR, P6C;) 14. PID, PIC; 15. PBD=D, P&C=D 16 D8A+ y ganan (Véase la posicién 163 despla- zada a la columna izquierda en el 386a). 1632, Blancas: R2AD. PSD, P5AR. Negras: R3CD, P3AR- Ganan blancas. 1, R3D, R4A; 2. RAR, R3C; 3, POD!, R3A; 4. PID, RxP; 5. RSD y gana. 168b. Blancas: RICR, P3AD. Negras: R2D, P4AD, P3R. Ta- blas. 1, R6A, RID; 2.'P4A, R2D; 3. RSR, R2R; 4. R4Al, RBA; 5. RAR, PAR; 6. RSD, 'RAA;’ 7. Rx, PSR; 8. REC! (jugada finica) ; 8... POR ; 9. PSA, P7R; 10. P6A, P8R=D; il. PTA’ v tablas (8 en el «Apéndices.) En la posi- cién 163b, situada en la fila de abajo, el ‘peén blanco no habria tenido tiempo de llegar a la ca- silla 7A. 1. PAD (jugando el peou 4D se gana en el ejempjo 164 si la po- Sicién se desplaza a la fila inte- rior, 165); I... R2A; 2. RSA, 86 R2D; 3. PSD, R2A; 4. POD+, R2D; 5. RSD, RID (1A) y tablas. © i. RSR, R3A; 2. PaD, RAD; 3. RSA, RSD; 4.’ RSC, R3R; 5. PSD+, RxP;’6. ROT, R4R (Sal- violi continnaba : 6... R3D ; 7. R77, R2D y tablas; sin embargo, a 7, RIT? se gana jugando 7... RAR!) } 7. RSC! (no 7. R7C?, R3R), y tablas. Salvioli indicé que con un peén en 2D en lugar de 3D, las blancas habrian ganado jugando: 1. RR, RBA; 2, REA, RADY 3, RSC, RAR: 4. P3D!, R3R; 5. PAD, R4D; 6. ROT, ete. Si'el ejemplo 164 se desplaza a Ja derecha o a Ia izquierda, siguen siendo tablas. Tan s6lo la_posi- cién RSTD, P3TD, P6AD; R2TD Myr ZAP cS, ventajoss para las lancas (vease 168) E] problema 164a de Grigériev profundiza y desarrolla el anélisis del 164, demostrando, entre otras cosas, que en ese ejemplo las blan- cas no pueden ganar ni aun sa- Tiendo Tas negras. 1. RIA, RAR; 2. RID, RSD; 3. RR, R5R. Nada consiguen Jas negras, con 3... RSA; 4. RR, RSC; 5. RAD, ni tampoco 4... RAC; 5, R3D 6 RAR (pero no 5. R4D?, RSC; 6. R&D, P4R y ganan), 4, R2A, RSA; 5. R2R, R6C!; 6. RSD! Pero no 6. R3R?, P4R! y ganan. Ahora a 6... ROA le seguir 7. RxP, PAR; PAR; 8. RD, RIAS 9. R3D! Después de 6... P4R no se debe 7. RxP a causa de 7... PSR. 6.. PAR; 7. R3R!, RIC; 8. RIK}, PSR; 9. RIR!, RGA; 10. RIA, POR; 11. RIR,'P7R y ta- bias. Chéron, en 1952, ha publicado este problema de Grigériev, pre- miado en un concurso, sin indicar el nombre de su autor. En 1890, Berger sefialé tan slo 1. RAR, R4A; 2. PAD+, R3D, con las siguientes maniobras de Hor- witz y Kling: 3. R3R, R3A; 4. R2D, RSD; 5. R3A, RAD; 6. RID. En 1922 ahadié la variante: 2. RSA (3. R3R, R4C; 4. R&D, RSC; 5. PSD, son jugadas victo- riosas, ya qué el peén 5A ha pa- sado del centro del. tablero,. & R4A; 6. RAR, R3C; 7. PED, ete también sefialé otras dos solucio- 1, R4A, RAR; 2. P4AD+, 3. PSD y la otra, tam- bién sencilla, de I. P3D, R3A; R4A, R3D;'3. P4D, ete. Estas jugadas no consiguen su objetivo en la posicién siguiente, donde el poon negro, esté mas proximo de la octava fila, En_el anélisis de la posicién 166, Berger cometié algunos erro- res muy ilustrativos (1916, 8. edi- cién de «Bilguers). Después de 1. R3D su continuacién «1... R4C!s (joposicién mecdnica), ‘no es la mejor de las defensas,’ ya que se gaua facilmente: 2. P3A, R4A; 3. R2D, ete. (165). Mas segura, na- turalmente, es 1... RSC! ¥ la con- tinuacién 2, P3A+, ROC} 3. R2D, RST! y Incgo, como Grigériev, 3. R2R(3R)! y_ganan, lo mismo que en el ejemplo 163. Pero lo fundamental no es eso. 87 Después de 1. R3D, RAC, Berger analiza la jugada 2.’R3R? y vuel- ve a aconsejar ia toma de oposi- cién «2... R4A!» En la realidad se consiguen tablas jugando tan s6lo 2... RSA! y no 2... R4A?; en el ejemplo dado por Berger no pier- de, porque contintia’ 3. R2R?, RSA; 4. R3A, RSD. Segiin Dedrle (1921), a 2..."R4A? se debe repli- car: 3. R2Ai (maniobra de Kling, 168); 3... RSA; 4. R3C!, RSD; 5 ROA, ROA; 8. RAC y’ ganan 57). En el ejemplo 166, donde se gana con I, R3D con el avance Siguiente dei peén 2A, no hay necesidad, como es natural, de semejante rodeo, pero se hace imprescindible st el peda de las negras es de alfil, como en el 167. (Observemos, de’ paso, que si Ja posicion, 160’se desplaza a ta. co- jumna de la derecha, las blancas ganan sélo si son mano las ne- gras.) Segiin Dedrle (1921), en_ esta posicin no gana 1. R3D?, R4A! (las variantes se deducen de la exposicién anterior), ai 1. P3R?, R5R_6 1. R3C. RSD (en caso de 2. P3R+, las blancas pierden ambos peones). Lo cotrecto es 1. R2C!, RSR; 2. R3T!, RSD; 3, R3C, RGR; 4. RAT a8 y ganan. La conjugacién de las casillas se determina por las po- siciones decisivas R3C-RSD R3T-RER. En el ejemplo 168 (Walker, 1841) Ia_posicidn critica es Ia de R3D-R5C y Ja solucién es andloga en todo al 167. Sin embargo, antes de empezar la maniobra, es pre- ciso obligar al rey negro a que retroceda a la fila sexta (de otro modo el rey negro se aproximaria demasiado al peon 2T). Para ce- der la salida a las negras, se uti- liza el tridngulo 37-2C-% 1. R3T, R3C; 2. R2C!, R4T (6 2... R3T;3. R28 !, RAT; 4. RDI); 3. R3IC!, RIC; 4. R3A, RAT; R2D! (sefialada por Kling; W: ker _continué 5. P3T?, RST; 6. R8D, RxP y tablas); 5... RST; 6. R3R, RSC; 7. R3D, RGT; 8. R4R, RST; 9. RSD, RSC; 10. P3T4 y ganan. En el 168a (posicién fundamen- tal de Walker) cabe 1. R3C, RAT, 1 mismo que en el 168, pero es mas sencillo jugar de ‘primeras (utilizando el’ triangulo 4T, 3T, 3C); 1. RIT, RIC (6 1... RAT; 2: R3C); 2. R2c, ete. ‘Vamos a terninar el andlisis de peones en Ja misma columna cot algunos ejemplos de maniobra mas complicada. 169; Para transformar el pen 5C en dama (1. RSD ?, etc.), a las Tail, aa un tiempo, y 1, R6A? también pierde, debido al... RSC; 2, RxP, R4A. Por eso, 1. RS5A!, ya que crea una situacién aguda para ambos ban- dos y las negras, en caso de co- ‘meter alguna inexactitud, pierden. 1... RST; 2. R4A, ROT; 3. K3A, RIT; 4. R2A. Es facil de comprender que las blancas no podian en ningwin ino- mento ir a la captura del pedn de alfil, ya que las negras, dando un rodeo por la retaguardia, legarlan al pen 5C y lo tomarfan. Las negras intenfan ahora liberar a su rey. 4 P3A El célculo que hacen es el si- ente: mientras las blancas cap- an el pedn, las negras podrin {en las mismas cuatro jugadas) trasladar el rey a 5D y ganar. 5. R3A ‘RBC 6. RAR! Jugada de doble fin: ahora 6... RIC? sigue 7, R5A y ganan después de 6... R7A, queda inter- ceptado el camino del peén de alfil cia dama, lo que proporciona a Jas blancas el tiempo que les fal- taba al principio. As{ pues: 6... R7A!; 7. R5D!, P4a; tablas. 8. R6A y La salyacién de Jas negras se basa en dos posibilidades : 1) cap- tura del peén 2A, para hacer tablas contra dama gracias al peén de alfil, y 2) captura del pen de alfil rey para poder repli- car a la jugada Rx P con R4A. Por ejemplo: 1, R8A?, R3A; 2. RSR, R3R; 3. R8D, R3D; 4. RBA, R4A! y si 5. RTA, entonces 5... RSC; 6. P4A, ROT; 7. PSA, RIC y tablas (primera posibilidad), & a PIAS entonces 5... RSD; & PSA. RAR} 7. RIA, Rx P; 8. ROD, R3A!; 9. RSD, R2R; 10. R4D, 1. RxP, R4A (segunda osibitidad) . También se hacen ta las con 1. P3A?, RAR; 2. RTA, R5A; 3. ROR, RO6R!; 4. P4A, RID, ete. Por estas variantes se ve que las blancas, en primer lugar, no deben mover antes de tiempo el e6n 2A (dejando libre la casilla BR para el tey megro), y, em se- gundo lugar, no les conviene acer- €ar su rey por la octava fila, que en ese caso queda mucha dis- tancia hasta el peén negro. De todo esto se deduce la solu- cién: 89 1. RIC, R4R; 2. R7A! (aproxi- muacign al peém negro por la. sé tima fila); 2... R4A (6 2... RSA; 3. R6R, R6A; 4. R5D, R7R R4A y ganan) ; 3. RIR, RAR} 4. RID, R4D; 5. R7A! (5. P3A?, RSD’; 5, B4A?, RSR; 6. ROR, ROR!; 6 6. PSA, RxP; 7. ROD, R3A!); 5... R4A (hay la amenaza de 6...’ REC); 6. PAA! RSD; 7. P5A! (7. ROD?, R6R) ; 7... RAR; 8. R6A! (8. PBA?, RxP; 9. RED, oe er 2 ganan, 170a, Moraviets, 1925, Blancas: ROR, P2AR, P2TR.’ Negras: ROTR, P6AR: Tablas. La arena. za de'captura del P2T, ‘la evitan las blancas atacando P6A. Se con- siguen tablas s6lo con i, RSD!, RIC!; 2, PAT, RxP; 3. PST, RIC; ‘4. PéT, PTA; 5. PIT! se hace evidente que en caso de 1. RSA ?, lo decisivo habria sido 5... P8A=D+, y en caso de 1, R5R a6. P8ST= , seguirfa 6... DST + 170b. Blancas: RICR, P4R. Ne- [ee RIAD, P4R, P3TR. Las lancas no pueden ganar. 1. R6A!, ROD (también 1...” R6A o REC, pero no I... PAT?; 2. Rx P, RED; 3. R4A, RSD; 4. PSR, R4D; 5. RSA y ganan); 2. RxP, R5A!; 3. R&A, R4A! 6 3, RSA, PAT y tablas. Pasemos ahora al estudio de po- siciones con peones aislados sin peén pasado. En estos casos se gana, por regla general, cuando el rey puede ocupar tana’ posicién de bloqueo ante el peén enemigo y luego atacarlo de lado, o bien cambiar con ventaja alguno de sus peones. Suelen tener una im- portancia decisiva los tiempos de reserva. La partida depende, en mucho, de la distancia que haya entre los peones y la situacién de Jos reyes. Examinemos algunas posiciones sencillas de finales con reyes en oposicién vertical y horizontal. 90 En el ejemplo 171, a 1... RaD, sigue 2. PSD! (6 1... R2C; 2. PSC!) y ganan. Si son mano Jas blancas, el cambio de peones es iniitil, pues no se puede ganar. Ila. Glazer, RSR, P2R. Ne; P4AR. Ganan bl 1939. Blancas: as: RIR, P4D, iancas. La idea es ™ Ja misma: 1. R6R!, RID (6 1 PSA); 2. RxPAD;' i... RIA 1... PbD); 2. Rx PaA. Eni el extremo del tablero, cuan- do uno de los peones es de torre, el resultado def juego cambia. En el cjemplo 172, las uegras se salvan con 1... R2A! (ya que nada consiguen las blancas con 2. P5A ff 2. ROT, R3A), pero se pierde, naturalmente, con 1... R2T?, ya que 2. PST (véase 260). Si las posiciones de los ejemplos 111 y 172 se desplazan arriba o abajo, el resultado no cambia; pero si el peén negro se encuentra en su posicién inicial, aparecen ciertas peculiaridades. 1% En el 173, después de 1... RID, se hace partida nula inmediata: mente con 2. P6D?, ya que 2. RIAT; 3. PID+, RID; en cam bio, gana 2. RIC!, R2D; 3, REC! (algunos manuales, siguiendo a Chéron, hacen un’ juego dema- giado sutil: 3, R8T!?, como si quisiesen. ganar «por segunda vez» e! final ya claro; esta clase de maniobra es, en cambio, muy adecuada en otro grupo de finales que estudiamos ‘mas adelante; yéase 185) ; 3... RID (3... R3D; 4. RBA) ; 4. POD !, Px P; 5. PGC, ete. En el 174 se consiguen tablas con 1... RIA!, peto not... RIT?; 2. RIA! (2. PeT?, RIC!); 2. R2T; 3. R8A, RIT; 4. POT!, ete. Esta posicién angular era cono- cida ya por Carrera en 1617 (175). 175 175. 1... R2D!, o si salen las blancas: 1. R4A, R3A; 2. RAC, R2A; 3. RSC, RIA; 4, R6C, RIC; as{ pues, se hacen tablas también cuando el rey blanco esté en 5C eu vez de 5D; este resultado no varfa en uinguua fila ni columna. En el ejemplo 176 la partida es nula independientemente de quien tenga la salida (comparese con el 180). En el 177, después de t. RTD (6 1, ROR, R3T). 1... RIC; 2. RED (@ 2 RSR, RIT! pero nto 2. R8A?, ya que el peén en 3A im- pediré a las negras conservar Ia oposicién: 3. R7R, R2A; 4. RER y_ganan; problema de Neustadt, 1890) RIC falla la combina- cién 3. PSC, lo mismo que en el 173 (el peén negro se encuentra més cerca de la octava casilla). Pero las negras, en caso de ser mano, pueden conservar la oposi- cién: I... R2C; 2. RID, RC; 3. R8A y ganan. En el ejemplo 178 al rey negro le falta espacio para conservar la oposicién. Las blancas ganan ju- gando 1. RID, R2T (6 1... RIC; 2. PST) ; 2. RTA, ete. En el ejemplo 179, con un en posicién inicial, el dominio de la oposicién no salva a las negras. El juego se reduce a la final mi- mero 173 R8D, RIC; 2. P6C y ganan. Jo mismo en el 180, donde el rey blanco no esté en un extremo del tablero, como en el 176. A este tipo de finales se redu- 1 181a cen habitualmente __posiciones donde hay una gran distancia en- tre los peones o los En el ejemplo 181 la existencia de un tiempo de reserva (peén en 3D en vez de 4D) permite ganar a las blancas: 1. R4D, R2D; 2. RSA, R2A; 3. PaD 6'1... R2A, 2. RSA, R2D; 3. ROC!, RID; 4. P4D (177). Sin embargo, en el 181a, las blancas, siendo’ mano, no pueden 1. R&C, R4D; 2. R3A, En el 182, la tentativa de tomar Ja oposicién con 1. RSC? fracasa- rfa, ya que con 1... P3A+, las negras juntarfan los peones 'y el rey blanco no tendrfa buenas ca- siflas para retroceder: 2. RSA, R2A; 6 2. R4A, RIC; 6 2. RST, R2r y tablas. ‘Se gana s6lo con 1. RSA !, P3A (de otro modo, 2. R6A), 2. PSC! Siendo mano las negras, Fine so en 1941, en posicién and- a, 1... R3A, que en caso de 2. PEC+, R3C, conduce a tablas sin grandes |complicaciones, Ciertas ificultades produce 2. R3A, por clemplo, 2... RAC; 3, PSD.'y st negras jugasen despreocupa- damente 3. ROC? (3. PSA? 4. P6D), entonces 4. Rd, la nica salvacion es 3: 4. R4A, RSC. 92 En vista de eso, saliendo las negras, lo mas sencillo es conti- nuar I... P3A!; 2. RSA, R2A Om, 6 _ R3C! y tablas. El ejemplo 183 es un viejo pro- blema’‘tedrico (1843), en cuyas complejas peripecias es facil orien- tarse, conociendo los andlisis an- teriores. Lo fundamental en él es la lucha por la casilla 4A. Ganan las blancas, si son mano, tomando la oposicién. 1, RaCt Se hacen tablas con R3A?, R4A! (no 1... P4A?; 2. PID 6 P3C _y no I... P3A?;'2. PaD), y ni siquiera la existencia de tiem- pos de reserva asegura a las blan- cas Ja ocupacién de la casilla 4A, por ejemplo: 4) 2, PaC+, RAC! (una defensa correcta exige que la retirada se haga en la columna del pedn avanzado; si 2... R4D?, entonces 3. R3D!, P3A; 4. R3A_y, como antes, eS initil 4... P4A por 5. PSC); 3. R3C, P3A!l y a 4. R3A 6 4. P3D, sigue 4... PAA y 4, PAD también conduce a tablas, 175. b) 2. P3C, RAC! (no 2... P3A?; 3. PACH! RAC; 4. RIC 6 3... R4D; 4. R3D) ; 3. PAD, P3A 6 3. PAC,’ P4A. ib ca RAA 2. PAD; 1... PAA; 2. P3C y ganan. 12. R3A. P3A De lo anterior se deduce que si 2... RAD, sigue 3. P4C!, 6 2... RAC, P4D! (En la exposicion ulterior omitimos las variantes simétri- RAC y las blancas ganan; por ejem- lo: 4... RT; 5. R4A, RIC; 6. 23D!, R2A; 7. RSA, RAD (7... w2C;' 8. PSC); 8. REC, R3D; 9. 21C, R2D; 10. P4D, “RSD; ‘11. %BA, R3R; 12. R7A, R4D; 13. x7D. Si son mano las negras, las ta- ‘las se aseguran con 1... RSC; 2. 23D (6 3C), P4A!, pero se puede ambién I... R5A; 2, P3C+, RSC; PAD (0 de otro ‘modo 3... 'P4A) j i. P3A; 4. R2C, R4T!; 5. RBA, UC y tablas. 1832, Fine, 1941. Blancas: R4D, 22AD, P2R.. Negras: R3D, P2D. sanan blancas. Con el rey en 4D e consigue facilmente la victoria on I. P4R y 2, PSR. Es intere- ante el ejemplo del_ siguiente taque incorrecto: «1. PAR, R3A; 1 RSR, R4A; 3. R6A?, RSD; 4. °SR, R4D!; 5. P3A, RSR! (pero to 8... RSA; 6. RIR, RAD; 7. RxP, RxP; 8 RGA’ y gana) i, PAA, RSD; 7. RIR, RxP: fine no indicaba la jugada vic: ofiosa en lugar de RGA, pero 1 caso es que no existe (3. 983A, RSA; 3. RSA, RSD; 4. 25R, R4D!; 5. P3A,’ RSA 6 5. XGA, RSD). Por consiguiente, se tacen tablas con 2. RSR? y 3. 6A no es mas que una de tantas ‘ariantes. Tambiéu es incorrecta mel andlisis la jugada «4. U4DI>; es mas sencilla 4... RSR! Cuando los reyes estén lejos el tno det otro, ¥ también de los veones, los problemas tedricos se aanifiestan en forma algo mds omplicada. 183. Grigériev, 1936. Blancas: XICD, P5R, P3CR. Negras: R1D, °2AR. Ganan blancas. 1. R6A, 22R; 2. RSD, R2D (en su pr ito de trasladar el rey a Ia casilla Jloqueadora 6A, las blancas, desde 1 principio, se oponen ala ju- yada P3A, y ahora, persiguiendo 1 mismo’ objetivo, tendran que vitar la_posicién 'R4R-R3R, te- tiendo ellas la salida). 3. R4D!, ROR; 4. R3R, R2D; 5. RAA, RR; 6. RAR, R2D (es inatil 6... P3A, r 7. PxP, RxP; 8 R4A); 7. 1A, R2R;' 8. PAC, RIR!;) 9. R6A! (no 9. P6R?, R2R o RIA); 9... RIA; 10, PSC! 'y ganan (173): 183, Ebersz, 1942. Blancas: R2D, P3AD, PAR. Negras: R3AD, P3D: Ganan blancas: 1. R3R (1, R3D?, R4A; 2, R2D, RSA; 3. R2A, RACI, tablas 182}; 1... RED (1... R4A;'2, R3D) ; 2.'R3D! (2. R4D?, R&R, tablas, 18la); 2... R2R; 3. R4A, R3R; 4. RAD y gana. 1884. Ebersz, 1941. Blancas: RIR, P2R. Negras: R3AD, P4D, P3AR, tablas. Pierde 1. R2D?, 1... PSD!; 2, P3R, RAD; 3. RSD, PxP 6 2. PAR, R4AC!; 3. RSI R4A. También es mala’ 1. P3R R4A; 2. RAD, RSA; 3. RAR, REA? 4. R2A, R6D; 5. R3A, P4A y ga- nan. Lo correcto es 1. R2A!, R3D. (Nada se consigue con 1... PSD 6 1... R4A; 2. R3A y etc. ; 183a) ; 2, R3R! (no 2. R3A?, R4R; 3. P3R, R4A 6 3. R3R, P4A; ‘4. R3A, P5D); 2... R&R} 3. R3D!, PSD; 4. P3R 6 4R y tablas. 183e. Moraviets, 1941. Blancas: RR, P2TD, P2AD. Negras: R4AD, PACD’ ganan blancas. Es 93 prematuro 1. P3T?, por 1... R3A; 2, ROR (6 2. RAD, R3D; 3. P3A, RSA); 2... R4A; 3. RID, PSC; 4. PAT, RIC. Lo correcto es 1! ROR!, 'R3A; 2. RTR, R2A; 3. PST, R3A; 4. R8D y ganan. ‘Como las. negras tienen en este problema tiempos de reserva, no toman la oposicién, sino que es- peran a que la tomen las blancas, Bare quitfrsela con la jugada 3D. Debido a ello, también las blancas evitan el tomarla Siendo mano las negras se_ju- garfa 1... RSA! (no I... RSD?; 2. RSA, ROR; 3. PSR 6 2... PID; 3.-R4A y tablas) ; 2. R3R (2. RAC, P3D! 6 2. R5A, (3A), RSD; 3. R4A, PD); 2.’ P3D!; 3. ROR, RsD; 4. R3A, R6D;'5. R4A, RiR, apoderndose de las casillas exiticas del peon 4R (8) ; las ne- gras ganan. La partida se determina en este caso por las posiciones decisivas . RSA-RS5D, R4A-R5A, R4C-R4A. Dicho de’ otro modo, las casillas SAR, 4AR y 4CR (junto al esca- que inaccesible 5C), son las con- jugadas de las casillas 4D, 4AD y SAD (junto al escaque inaccesi- ble SD). En esas easillas conju. las se salvan las blancas de la funesta, en este caso, oposicién (en los escaques de retaguardia adyacentes las negras no pueden maniobrar, por tener amenazado el peén 34). De todo to que ante- fe se deduce claramente la so- Tucién: 1, RAC! (1, R3R?, R3ID!; 2. R4A, R3R)j 1. RSA’ (1... RID; 2. RSA); 2. R4A!, RSD (2... P3D; 3. R4C; 2. R3D ; 3. PSR); 3. R5A!, P3D (después de esa jugada las blancas se defienden por medio de la oposicién) ; 4. R44, RED ; 5. R3A, RSA; 6. RAC y tablas. 184, Ebersz, 1941. Blancas: R3TR, P3AD, PaR. Negras: R4TD P4D, ganan las blancas. La idea es la misma, pero ofrecen interés las maniobras en las casillas de 94 retaguardia, proximas a las zonas eriticas: 4CD, 4AD y 5AD de las negras y 4AR, 5AR y 5R de las blancas; 1. R4C! (las blancas ata- can dos’ casillas de la zona prin- cipal, obligando a las negras a defensa correspondiente: no bas ee ee tablas) ;'1... RIC! (es mas débil 1... RST; 2. RSA, ROC; 3, R6R!, RSA; 4. R5R y ganan); 2, RSC! (no 2. R5A?, R4A) ; 2... RBA; 3 R6A! (amenazando con ocupar la casilla 5R, y como las negras estan lejos'de la 4A, se ven obli- gadas a penetrar en la zona prin- cipal; las blancas no tardan ex ocupar en ella las casillas conyu- radas decisivas); 3... R4C; 4 GR!, R4A; 5. RSA! (el resultado final ya es evidente, pero la con- tinuacién sigue siendo instructi- va); 5... RAC; 6. P3R, R3C; 7. RGA (toma de oposicién en Ta fila principal ; (13); 7... R4C; 8. R7R (irodeo!)’, 8." RAA; ROR (la oposicién ‘distante pasa a ser in- = ganan. Los siguientes ejemplos mues- tran ciertas peculiaridades de ma- niobra en las filas. Desde el unto de vista tedrico, Dedrle (1925) expuso errénea- mente la soluci6n. El rey blanco no puede pasar je golpe a la fila 7, ya que las negras tomarfan la oposicién dis- cante y la partida acabarfa en ta- las. #1 rey blanco debe acercarse 2 las casillas criticas del peén 5D {réase 8)-por ia fila 8, conserran- jo la conjugacién «rectangulars, que poco después ha de transfor- arse en oposicién lineal decisiva (véase 13): 1. R8C (los Angulos el tecténgulo 6TD, STD, SCR 3CR son del mismo color); 1... RSC; 2. R8A, R3A; 3. RBR, RID; 1. R7A (como el rey negro'ha pa- sado a una columna desfavorable sara él, pues su propio pedn le im- bide mantener a oposicién, las plancas pueden ya emprender la sonquista de las casillas criticas; ‘ etrénea la afirmacién de Dedrle Je que no gana 4. R8D, por 4... R3A; 5. R7R, R2A; en vez de 3, RIR?, lo acertado'es 5. RBAI, 43D ; 6.’R7C y ganan, lo mismo ue ‘en 1a variante principal) ; . R2D; 5. R6A, R3D; 6. RSA 3.7. R4A, R3D; 8. RAR, RAA 1. RR, RSA; 10. R6D y ganan. En este ejemplo, la fila princ val es la 5, pero las blancas han enido que ‘conquistar primero la xptima, valiéndose del 'método myolvente. A diferencia del ejem- alo 15, que tenia otra distribucién le los reyes, en este caso es de mportancia decisiva el domimio le la cconjugacién rectangulary, a que de ello depende 1a toma de rposicién estando el rey blanco ‘n 8D, Lo veremos ms claro si con la nisma posicién son mano las ne- gas: 1... R3C; 2. R&C, R3A; 3. %8A, RIC! (3... RID ?; 3. RTA); . RER, R3A; 5. R&D, R3D (fijan- lo para siempre al rey blanco en a fila _octava) 6 5. R7R(TA), %2A(20) y tablas, Si la_posicién inicial del ilanco.fuese BC, la ‘solucion de- venderfa de la salida: las blancas nan sdlo cuando juegan las ne- ras. Examinemos ahora otra defensa de las negras en este mismo ejem- plo, después de 1. R&C 4T (6 1... RAC; 2. RIAN); 1. RIC! (las “blancas deben reconguistar del mismo modo Ia fila 6); 2... RST. Las negras renuncian inme- diatamente a la indtil defensa de Js fila 6. Esta fue la causa de la confusién del propio autor del pro- blema 185, quien afirma que la tinica jugada correcta ahora es 3. RGA, y que 3. R6C, con Ja toma mecinica de la conjugacin «rec- tangulars, es un error irreparable. Pero en realidad las dos jugadas son buenas: la conjugacién «re tangulary pierde su importanci ya que el rey negro se encuentra fn una ‘fila esventajona (le es- orba su 10 , ejem- io: 3, ROA, ROG; 4. RBR, RS ROD y_ ganan).. Después de R6C cabe jugar 3... RAT (3... RSC; 4. R6A!. RGA; 5. RSR); 4. REC/ (es indispensable tomar la icién en la fil cipal), ahora o bien 4 5. R4A, RAC; 6. R5A!; RST; 5. R6A! y ganan. De ahf se deduce que 3: R6A es mejor que 3. RGC, a que, sin necesidad de man bras superfluas, Heva mas directa- mente al rey ai objetivo: la con- quista de las casillas criticas. 185a. Dedrle, 1921. RICR, P2CD,' P2D. Negr R2AD, P5AD. Las negras hacen tablas. El rey negro se encuentra en posicién desventajosa, pero también el rey blanco esté lejos ; 1... R3A!; 2, R6C (2. R6A, RID o RIC) ; 2... R4A; 3. RSC, RSD (8C); tablas. Si i... RSD(3C) 2, entonces 2. R6A, R&D(AC); 3. RSA, R5D(5C); 4. ROR! y ganan. 185b. Mandler, 1929. Blancas : RSTR, P4AD, P4R. Negras: R2 TD, P3D. Ganan blancas: 1. R6C, R3t; 2. RIC!, R2T; 3. Rsci, RIT’ (la téctica de atraccién del rey negro a la fila 8 resulta tu- 95 nesta para las negras, y, adeinas, el rey se aleja de su peén); 4. PSA! (esta combinacién es posi- ble sélo en el caso de que el peén del enemigo esté poco avanzado) ; 4... PxP (el rey negro no puede jugar 2A); 5. PSR y ganan. 185¢. Herberg, 1936. Blancas: R3CD, P3R.”” Negras: RSTR, P4D, P4AR. Tablas. Nos encon- tramos con una forma distinta de la posicién anterior; 1. R2A! (no 1, R4C?, RSC y no 1. R2C, R6T; 2. R3C, RIT; 3. R2C, RET; 4 RIC, PSD 6 4. RSC, R&C; 5. R3A, R8A y ganan) ; 1... RSC; 2. R2D!, RET; 3. RID, RIC (3... REC; 4. R3A); 4. R2A!, R&T; 5. RID!, RSC;"6. RIA, PSD; 7. R2D y tablas. 3. PEONES AISLADOS DOBLADOS Los peones doblados, natural- mente, son mucho mas débiles que los ligados o aislados, pero serfa erréneo exagerar su debili- dad, pues a veces sélo es aparen- te. En 1935, Grigoriev escribfa: «Los peones doblados, incluso ais- ados) stuponen a veces una gran fuerza. En todo caso, mayor de lo que se suele pensar. Pueden pri- ‘yar_al contrario de importantes casillas y significar tiempos de reserva... Inciuso en apariencia impotentes, encierran muchas po- sibilidades de victoria». Las finales de peones doblados contra un peén ‘fueron durante mucho tiempo una «mancha blan- ca» en la teorfa de los finales. Los numerosos anilisis hechos Grigériev en 1931, 1932 y 1835 sentaron la base del estudio de ese. final. EI cardcter de estos findles cam- bia, como es légico, segiin la dife- rente estructura de los peones; los peones pueden ser pasados, 0, si no lo son, hallarse en la misma columna que el mn contrario o en la vecina. Todas esas peculia- ridades de la estructura de peones las examinaremos aisladamente. Tos casos en que todos los peo- nes son pasedos se ae menos: a ana apreciacion general, ya que ge puede products” fieilmente an final de «dama y pedn contra dama». Pero si la partida se re- suelve desde el principio hasta el 96 final sélo con peones, se mani- fiestan, casi siempre, las peculia- ridades més tfpicas de los peones doblados, es decir, los tiempos de reserva y la inaceesibilidad de las casillas para el ataque lateral del rey adversario. Este ejemplo ilustra la autode fensa de los peones doblados: 1. PST, R4A ; 2. PAT, R3D; 3. R&D, P4A ; 4. P6T!, R3A; 5. PST, PSA; 6. RBA, P6A; 7. P7T, PIA; 8. P8T=D+ y ganan. 180, Grigériev, 1935. (Proble- ma_didéctico), Blancas: RICR, P2CR, P3CR. Negras: R4CD, POR. Ganan blancas. Lo correcto es 1. RIA!, R5A; 2. R2R, RSD; 3. PAC, RSR; 4. P3C, ete, (48 y i120), pero no 1, P4C?, RSA; 2. RIA, R6D!; 3. RIR,’ RSR; 4. P3C, RAR; 5. RR, R5R!; 6. RIA (calculando que 6... R6D ?; 7. RIR y ganan); 6... R&R; 7. RIR, R3A ¥ tablas, 186. Grigériev, 1935. Blancas: RIAD, PSR. Negras: R3CD, P4AD, P2AD. Tablas. La idea de Ja defensa consiste en imponer a Jos peones negros el avance hasta BAY 4A (47). 1. R2D!, R3A!; 2. R3R, RAD; 3. R4A, R3R (a las negras les conviene ahora 0 a la séptima ju- gada pasar a un final de dama, con 3... PSA; 4. RSA, P6A; 5. PER, R3D; 6. ROA, PTA; 7. PIR, P8A=D; 8 P8R=D, D5A+; 9. R6C, D4R, etcétera, ya que el final de peones no da perspectiva alguna de victoria) ; 4. R4R, PIA; | =e R4A, POA (7... RAD!) 8. R3R, PSA’, 9. RIK, RxP; 10. RID! (no 10. R3R?, R4D o R4A; 11. R2R, R5R y ganan); 10... RSR; 11 R2A, RSD; 12. RIAY, tablas. 186. A. Votava, 1937. Blancas: RSTD, P4AD, P2R, P4R. Negras: ROTD, P2D;' ganan blancas. La solucién est4 inspirada en ta idea de Grigériev (186) 1. PSA, RSC; 2. POA, PxP; 3. PSR, R4A; 4. PAR, etc. No basta 1. RIC, RSC; 2. RUA, RxP y tablas (188b). La lucha en el ejemplo 187 es algo complicada. No se gana con 1. RSA, R2C; 2. PIC, RIT (6 2... P4D) ; 3. PAC, RAC; 4, RSC, PAD; 5. RSA, PSD'y tabias. Las blancas ‘deben obligar a las negras a mover el peén 2D, a fin de ‘cambiar el peén 6C. Pero, al mismo tiempo, no deben mover el peén 2C, ya que teniéndolo en 3C seria imposible dominar sus casi- Uas erfticas. 1. Ret! Pap! Sin lucha pierde 1... P4D?; 2. RSC, R2C; 3. RSA 6 1... RIT? 2, PIC+, RIC; 3. REC, PAD; 4. RSA. Después de 1... P3D! son flojas Jas continuaciones : 0) 2. PIC?, PAD; 3. RSC, RxP; 4, RSA, RST; b) 2. P3C?, PAD; 3. RSC, R2C; 4. RSA, PSD; 5. RxP, RxP; 6. RAA, R3A ¢)'2. RSC? R2C (las blancas estan en zugzwang); 3. RST (6 3. PSC, P4D); 3... PAD; 4. REC, PSD y’ tablas. 2. RST! Empiezan a utilizar el «trién- galos. En caso de 2... R2C; 3. RSC son las negras quienes estarin en zugzwang. La continuacién es sencilla: 2... RIT; 3. RAC, RIC; 4. RAT, RIT; 5. RST, RIC; 6. ROT y ganan, como en las ‘observaciones a la primera jugada. Para finalizar damos un ejemplo de rey ahogado, que constituys la base de una serie de problemas. 187a, Tomado de un partido ico, 1922, Blancas: RTAR, STR, 'PGTR. Negras: RITR, PACR, tablas. 1, R6A!, PSC; 2. R6C, PEC; 3. P7T, PIC; 4. ReT, P&C=D oT y rey ahogado. (Véa- se 208, ¢, d). oT Peones en columaas vecinas Esta estruetura es, naturalmen- te, mas favorable para los peones doblados, ya que la parte mas fuerte puede tener posibilidades de cambiar uno de los peones do- blados y ganar con ayuda del otro. Por eso lo mejor es colocar el rey en la columna del peén adversario, a fin de ocupar la ca- silla bloqueadora. En este sentido, existe cierta semejanza entre esta clase de finales y los del apartado anterior (peones aislados sin peén pasado) La dificultad mayor para ganar es, habitualmente, la gran vulne- rabilidad de los peones doblados ante un ataque del rey adversario por la retaguardia, En este ejemplo la jugada pri- mera no conduce al objetivo: 1. R2D?, R2A; 2. R3D, R2D! (no 2... R3A?;'3. R4A); "3. RAD, R2A; 4. RA (4. RSD, R2D); 4... R3A; 5. RAC, P3C y tablas. Tiene interés la indicacién de Grigériev de que en vez de 5... P3C, se con- siguen también tablas con 5... R4D; 6. RSC, RSRI! (esta posi- cién de tablas tiene importancia para la teorfa). Lo correcto es 1. R2A! (es el camino més corto a la columna 98 del caballo); 1... R2A; 2. R3C, R2D; 3, RACI, R3A_ (la casilla SCI) 5 4. R4A, R2D; 5. RSC, R2A y ahora decide el tiempo de re- Serva 6. P4A (7. R6C; 8. PGA). 1882, Grigériev, 1935. Blancas R2D, P3AD, P4AD. Negras RITD, P3CD. Ganan blancas: 1. R2A!, R2C;'2. R3C, R2A; 3. RAT! R3A;'4. RAC y ganan. 188. Blancas: RIAD, P2R, PAR. Negras: RSAD, P2D (véase 186c) ; las blancas no pueden ga- nar: i. P3R, R6D; 2. PSR, RSR; 3. R6D, R4A; 4. RSD, R5C! (la posicién tedrica es de Grigériev ; véanse sus indicaciones en el 188), tablas. 188. Krum, 1913. Blancas: R4AD, PAR, PSR. Negras: RIAR, P2AR} ganan blancas: 1, P6R!, PxP (6 1... P3A; 2. RSA); 2: PSR! y ganan (Sib). 189 Es muy aleccionadora la partida de este ejemplo. 1. R3C 2 RAA RIR RIA Para hacer tablas, es lo mismo jugar 3. PAC, RIC; 4. PEC, PxP; 5. PSC, R6T!, que 3. RSA, REC; 4. R6A, RSA!; 5, P3C+, RSC. 3. RSR! REC Es una jugada obligada por la amenaza de 4. R6A, ‘pero ahora Tas blancas ponen al adversario en situacién de zugawang, alcan- zando un efecto inesperado, 4. RSA! RST 5. R4At = El rey negro esté en la reta- guardia de los peones y ocasiona ello bastantes molestias; las Flancas 10 desplazan a una posi. cién més cémoda para ellas. oo RAT. 6. P3C R3C 7 RAC y Jas blancas ganan, lo mismo que en el 188 (véase 261). El zugzwang que constituye la base del 189, tecibe una explica- cidn complementaria en los ejem- plos relativamente sencillos, 190 y 101, que pueden ser considerse ‘como auxiliares para posicio- nes més diffciles representadas en los ntimeros 192 y 193. 190 En el ejemplo 190 no gana 1. R5A?, por 1... R6A; 2, R6C, ROC; 3. PST, RST 61. PST?, REA; 2. RSA (2, ROR, R5A!); 2... REC, 3. R6C, RST, que nos Iteva al mis- mg final, ya que las blancas se encuentran eu zugzwang. Pero si Jas negras tuviesen que jugar aho- ya, habrian perdido, Para conse- irlo, las biancas deben legar a no en dos jugadas, sino en tr 1. R6RI, RSA; 2. RIA, REC; 3. PST, RST; 4. R6C, y ahora son Jas negras’ quienes ‘estén en zug- wang. 190a, Terminacién del problema, 1913, Blancas : R5R, PaTR, PSTR: Negras: R6AR, P2CR. Ganan blancas: 1. R5A (no 1. P6T?, PxP; 2 RSA, PaT!; 3. RSC, RSRj 4. RxP, R4A y tablas) 5 1... ROC; 2, P6T!, PxP; 3. PST y ganan. 190b, Jander-Prokesv, Praga, bi Pat, PaTD, 1928. “Blancas: R4AR, P2CR. Ne RSAD, PSTR. PATR.. Salen las’ biancas, que pierden después de 1. R4R, RSC; 2. R&D, RxP; 3. R4A, POT ‘(también ‘gana 3... ROT; 4 R3A, PST); 4. PxP, PST, etc. ‘Més ‘interés’ ofrece 1a’ variante 1. RSC, PET! (Anica); 2. PxP, RSC} 3. RxP, Rx Py ganan. 196c, Moraviets, 1938. Blancas : ROR, P2CD, PATR, PSTR. Ne- fins: ROCD, PSAD, P2CR, Ganan lancas: 1. R5D, RSC!; 2. R6A, RST; 3. RSA, R6C; 4, RSC, P6A!; 5. PxP, RxP; 6, R5A, ROD; 7. RSD, ROR; 8. RSR, R6A; 9. RSA, ROC; 10. POT!, PxP; ti. PST y ganan. De otro modo se consigue ganar en el ejemplo 191. Después de 1. RSA!, RIC; 2. PST, ROT, las blaneas en vez de 3. R6C?’ (por 3... RSC1) juegan primero 3. RSC1, para obligar al rey negro a un retroceso fatal. En el ejemplo 192 es imitil 1. R5C?, RGA; 2, PAT, RIC; 3. PST, ROT 6 1. R4C?, RIA; 2. PAT, RIC; 3. PIT, PIC. 90 1, R3C! R6R Grigériev rechazaba el intento de ataque por la retaguardia 1... R8A con fa siguiente combina- cidn: 2, PAT, P3C (0, de otro mo- do, 3. PST y P4T); 3. R4A (pero no R4C? "para evitar el jaque en la cuarta Jgada) ; 3... RIC} 4. PST!, Px P; 5. PAT y ganan. Gri- goriev ha indicado que en esta posicién, desplazada a la columna de la izquierda, la combinacién anterior pierde (en vista de 5... R6C; 6. RSA, RST); de ahi de- duce’que la posicién del problema no puede ser desplazada, es decir, que_en ese caso las biancas no pueden ganar. Sin pmaharee. después de 1... RBA; 2. PAT, P3C, se puede ganar sin necesidad de la combinacién, jugando: 3, P3T y si 3... R&C, sigue 4. PST, Px?; 5. PAT y si 3... R7R, entonces 4. R4A, RTA; 5. PST, Px P; 6. PAT y en ambos casos las negtas no pueden rodear por la izquierda (lo mismo que én el $8). Esta solucién es gene- ral, es decir, la que proporciona Ja victoria en todas las columnas, y_Ja combinacién es una excep: cién, posible tan sélo cuando hay peones de torre, Después de i... R6R, también es ficil ganar: 2. P4T, RSR; 3. 100 RAC, RAR; 4. RSC, RSR; 5. PST!, ROA’ 6. RSA! y ganan (191) En el ejemplo 193 no se consi- gue el objetivo con 1, RSA?, PAT; 2. RSC, PST; 3. RST, P3T ni con 2. R6A?, RSA; (191). Se hacen tablas slo con I. R5D!; por ejem- plo: 1... RSC (6 xP; 2 R4A, ROT; 3. R3A; 6 1... PAT 2. RSA); 2, R6A, PAT; 3. RIC, PST; 4. 'R6T y tablas. 193a._ Flohr-Ragozin. Mosca, 1936. Blancas: R6AR, P2CR, PACR. Negras: R4D, P2TR. Las negras se han defendido con toda correccién: 1... R5R; 2. RSC, ROR; 3. ROT. RSA; 4. PSC, R4A; 5. RST, RSA; 6. RAT, ROR; 7. RSC, RSR; 8. RAC, R6R;’ 9. RSA, RTA; 10. RGA, R6C; 11. RIC, RSC; 12. RET, RST, tablas. 193b, Bbersz, 1942. Blancas: RSTD, P2CD,’ P3CD. Negras: R4R, P2AD. Ganan blancas. No basta 1. R6T? 6 1. R4C? por 1 RSD!; 2. RSC, R6D lo mismo que 1. P4C?, RSD; 2. RSC, RGD. Lo correcto’es 1.’ RSC, R4D (1 RSD ; 2. R6A); 2. PAC, PIA+ (es tarde ya para 2... RSD; 3. RGA, ROD por 4. RSD!; 191); 3. Rsv! Pegaian, (3. RSA; 4. RAT y 5. °C) ; serian tablas si 3. R4T?, RSA; 4. R3T, R6D! (4... R4D? R&C, RSD;'6. PSC); 5. RIC RID!, etc. 193e. Ebcrsz, 1942. Blancas: R3TD, P4AR," PSAR. Negras: R8CD, P2CR. Ganan blancas: 1. R&C, RBA ; 2. RBA, RSD; 3. R3D, RGR’; 4, RIK, RBA’ 5. RIA, RBC; 6. PGA, PxP;7. PSA, RIT; 8. RAR y ganan. No se debe de golpe: 1. P6A?, PxP; 2. R3C, por 2... RBA hasta la 5... RBAR: 6. R3A, P4A! y tablas. La estructura de «peones en co- lumna> permite hacer un juego més variado que el que acabamos de analizar. Berger, que no daba més que un ejemplo sobre ese te- ma, ¥, ademas, poco tipico (194), suponia que Ja parte mas fuerte sna s6l0 por excepcién, sin em- Birgo, 10s ‘andlisis de Grigériev han demostrado que, incluso si gon excepciones, no Som pocas y acaba uno por no saber si la$ ex- cepciones son regla en esa clase de finales. ‘Las probabilidades de ganar de- nden exclusivamente de la po- sibilidad de capturar el pen a versario. Por eso tiene importan- cia el grado de proximidad de los peones (tiempos de reserva) y la posicién que ocupan los reyes. En los finales con peonés blo- gueados predomina la idea del rodeo por los flancos ; 1a lucha por el dominio de las casillas criticas recuerda en mucho los finales de epeén contra peém». Si no hay peones bloqueados, uno de los medios m&s eficaces de defensa es el ataque por la retaguardia (igual que en los casos de peones en columnas vecinas), que da Iu- gar a numerosas posiciones de augzwang. Estos finales son mu- cho. més" complicados, pues al mover cualquier peén’cambia el pistema de Jas, casillas critica Jos finales del primer tipo (con peones bloquealos) existen en ellos como una posibilidad po- tencial, Las probabilidades de las blan- cas estén en el flanco del rey (in- vasion de la casilla 6T). Las blancas nada pueden conseguii por la izquierda del peén 3A, si el rey negro se encuentra en la misma columna que su pe6n (en Je posicién, por ejemplo, de R4D- 3D, las negras tienen la jugada R3A, que acaba con todos los tiempos de reserva de las blancas; en la posicién RSD-R2D, lo deci- sivo es el juego del pedn 2A). Entre 1a casilla ST y el rey blanco median sélo dos jugadas; en cambio, del rey negro a 2CR hay cuatro; la tinica salvacién de las negras es contratacar el peén BA. Si son mano, las blancas no ganan; por ejemplo: 1. R4C, RSR!; 2. P3A+, R4R! 6 2. P4A, ROR!; si 1. R3C, entonces 1... R4R!; 2. R4C, RSR; si 1. P3A, entonces 1... R3D!, y mada se con- sigue con 2. R4C, R4R!, ni 2. R3C, R2R! (como las blancas han perdido tiempos, el rey negro judo acercarse a la casilla 7C) ; g R4T, R2A; 4. R4C, RIA (con tuna casilla de reserva, las negras defienden victoriosamente ambos flancos; véase 194a); 5. RST, R2C, Pero si las negras tienen la sa- Yida, estan perdidas: 1... RSD (a 1... R3D decide en el acto 2. RAC, R4R; 3. P3A); 2. P3A!, RAD; 3. R3C!, R&D; 4. R4T!, RAR; 5. RAC y 6. RS’ Por una simple casualidad la posicién 194 fue la base de un roblema de Bianchetti le Grigériev. La posit reyes en el de Bianchetti era: RID-R2CD; la primera parte del juego se reducfa a aproximar los : 1. R2R, R3A; 2. R3A, R4D; 3. R4A (no sirve, eviden- temente, 3. R4C?, RS5R). En el problema de Grigériev, la situa- cién de los reyes, R4R-R3AD, creaba una posicién més comp! cada, ya que pianteaba la urgen- 101 te mecesidad de lograr 1a conjuga- cién decisiva: 1. R3A!, RAD; R4A! (Grigériev indicaba que si el rey negro estuviese en 3D 6 4AD, las blancas no podrfan ga- nar.) 194a, Grigériev, 1935. Blancas: R4AR, P3AR, P6AR. Negra: RAD, P2AR. Ganan blancas: 1. RSA!, R3D (6 1... RSD; 2. P4A, R4D; 3. R4C!); 2. P4A, RAD; 3. RAC, RIR; 4. RST!, RIA; 5. RSC. Por no tener un escaque de reser- va, las negras pierden: 5... RIR; 6. R6T; 5... RIC; 6. RSA, RIA; 7. R5R, RIR; 8. R6D, RID; 9. PSA 6'6... R2T; 7. R4R, R3T; 8. RSD, R3C; 9. RSR y 16. RED. (Si esta posicién se desplaza a la izquierda, se gana més facilmente, ro si se coloca més abajo o a la jerecha, no se gana.) 194b. Horwitz y Kling, 1851 Blancas: R3D, P4D, PSD. Ne gras: RID, P2D. Ganan las blan- cas si son’ mano. Tas negras, te- niendo la salida, hacen tablas ju- gando 1... P3D!y conservando la oposicién en las columnas princi- pales (15). Las blancas ganan con la jugada 1. P6D!, RIR; 2. R4A (el camino mas corto hacia Ja casilla 6T), pero también gana 2. R4R, RIA; 3. RSD, R2A; 4. R4Al, ete. El resultado no se modifica si Ia posicién se traslada abajo, pero las blancas pueden ganar, en caso de ser mano, sdio en las colum- uas centrales; de otro modo no se consigue el rodeo. ‘Lo mismo ocurre en la posicién siguiente: 194c, Prokop, 1925. Blancas: R2AD, PSR, POR. Negras: RIR, P2R. 'Ganan blancas. 1. R3D, RID; 2. RAR! (2. RAD? o RIR?, R2A |, tablas) ; 2... RIR; 3. R3R!, RID; 4. R4A 6 3... RIA; 4. RAD y ganan. Tas posiciones siguientes ilus- 102 fardia tran el ataque por la retay lébil a del rey de la parte m4s unos peones doblados. En el ejemplo 195, Grigériev acorta la solucién (R8R)7A- (R3D)4R. Después de 1. R6C (no 1. RxP?, R4A), la posicién se simplifica. Es imitil para las ne- gras R3R; 2. P4C, R4R; 3. PSC y 4. RxP. Por eso I... RSK 2. P4C, R5A (2... R4R; 3. P3C; ROR; 3. RSA! y el peén puede avanzar hasta 6C); 3. PSC!, RSC; 4 P8C y ganan, Después de 3. PSC la posicién es de zugzwang recfproco, Si en semejante situacién tuviesen que jugar las blancas, habrian sido tablas: 1. P3C+, R5C 6 1. RST, R6C (no 1... R4A?, PIC); 2 POC, RSA; 3. PAC, RAR. Pero si desplazamos esta posi- ciéu a la columna del alfil (196), Tas blancas no estarin en zug: zwang. La penetracién prematura del rey en 6A se corrige facilmen- te: 1. R5C!, R4D (1... R6A; 2. P6A y 3. R6T); 2. P6A!, Ril 3. P3A!, R3R; 4. P4A y ganan. En este ejemplo el rey blanco no consigue Iegar a la esquina ITD, que le habrfa asegurado las tablas. La tinica posibilidad radica en el ataque por la retaguardia de tos peones doblados, pero para consegutirlo es preciso sacar ven- taja_de las posiciones de zug- Fwang que caracteriza ef ejem- plo 195. 1. R2A RSC Esta jugada parece la indicada, pero es mejor la I... RST, que analizamos ids adelante. 2. R3R R6C RSA, entonces 3. R2D!, REC; 4. RIA! (pero no 4. R3D?, PAC! 5. RAD, PSC); 4... RIT. 5. R2A, P4C (para ganar haria falta la jugada PSC; 6. R3A. y tablas. La jugada 2... RST tiene el ca- rhcter de una celada, pero 3. R2D 1,5, BBD consiguen tablas ; pierde 3. RAD? por 3... R6C (195). 3. RAD si lo comparamos con el 195, Ia posicién de zugzwang parece vuel- del revés; es mano la parte més fuerte, en vez de la débil, cosa que asegura el resultado nu- lo: 3... P&C [a 3... RSC, cabe 4. RSD _y 4. R3D) ia esquina IT!; 4. Rsb! (no 4. R5A?, PSC); 4. PSC; 5. RSA! P3C+; 6. REC 6 4... P3C R6A! 6 4... RSC RAD!, P3C; 6. RE . La situacién, después de la ter- cera jugada de las blancas, viene a ser un curioso paralelo del 193, donde los peones doblados se en- cuentran en Ja columna de la torre. En respuesta a 1. R2A, es mis vigorosa la réplica 1... RST (a fin de que el rey no estorbe el avance del peén) : i Ret Pie 8 a Las blancas deben ser ahora muy precavidas, Son igualmente malas: 3. R2D?, R6C!; 4. RIA, RIT; 5. R2A, PSC!, que 3. RID ?, RCI; 4. RAD, PIC, que 3. RAD ?, RSC!; 4. RSD, R6C!, 5. RED (5. RSA, PSC); 5... R5A!; 6. R7A, PSC’y ganan. 3. RAR!! RSC A 3... PAC se puede responder con 4, RSD y 4. R4D, y si 3... P3C 6 3... REC, entonces 4. RSD! 4, RAD! A 4... P3C 6 4... R6C, sigue 5. RSD y tablas. 1978, Grig6riev, 1935. Blancas: R5R, P2CD. Negras: RSTD, PACD, P2CD, tablas. Se trata de la primera version simplificada del problema anterior, pero se dis- tingue por una introduccién inte- resante: 1. R6D!, R6C; 2. RSD!, eteétera. 197b. Grigoriev, 1935. Blancas: RITR, P2CR, P3CR. Negras: R3CD, P3CR. Ganan_blancas Con un peén en 2C (en ver de 3C) las negras, sin moverlo, se harfan fuertes en la esquina ITR. En este caso las blancas ganan. pero las negras replican con un movimiento” impetuoso, por la diagonal 6C-2A, al avance de Jas, blancas por la columna de torre. Es preciso, aunque sea con pér- 103 dida de tiempos, acercar el re} para impedir también el movi miento del rey negro: 1. RIC R4A; 2. R2A, RSD; 3. R3A, RAR (6 3... RED; 4. R4AT; y 5.'PAC); 4. R4C, R3A; 5. R4A PAC+ (de otro modo, 6. RSC) ; 6. R&R, R3R; 7._P4C y ganan. El ejemplo 197 plantea la nece- sidad de analizar detalladamente los casos de cuando los reyes se encuentran delante de los peones © al lado de ellos Las posiciones de los ejemplos 198 y 199 son una ilustracién au- xiliar de alguna de las variantes de los, problemas de Grigériev que reprodicimos m&s abajo (1936), pero al mismo tiempo tienen su propia importancia tedrica. Estan- do los peones en las columnas centrales, las blancas ganan. En el 198 (cl rey negro puede estar también en 2R), las negras deben estar en condiciones de res- ponder con R3C, a RAT. El rey negro debe mantenerse a la ézquierda del blanco, ya que si ocupa la casilla 37, el rey blan- co se apodera de 4D (las negras no aicanzan a replica: con R4D a R3R). La defensa de las negra es sencilla, pues a R3C pueden res- ponder ‘con R3A 6 2A; si el rey Dianco esti en 3T, el negra’ puede 104 ocupar 3A, 2A y 2C. Segtin Grigé- riev, las negras tienen «exceso dé casillas conjugadas». Lo mismo octirre en el centro. Por ejemplo: 1. R3A, R4D; 2. R3R; parece que es una’ posicién de zugewang pa- ya las ‘negras, pero cabe jugar 2... RSA y 2... R4A, ya que des- ués de 3. R3A, R4D!, a la 4. Rac, sigue 4. RER (6 4. ROC, R3R). Se comprende que las negras no habrian conseguido defender Jas casillas eriticas si la posicién estuviese en las columnas cen- trales. Las blancas no pueden ganar, si Son mano, debido a que los ones se encuentran en la co fummna de alfil y no en la central. La tentativa 1. P5A+, R3D, nos Tieva répidamente al 104; por ejemplo: 2. RAD (2. R4A, RAD); oe RBA; 3, R3R, RA’ (6.3. R3D; 4.’ RAR, R4A); 4. RBA, RSD!; 5. R4A, RAD y tablas. Nada se consigue con la otra variante: 1. R4D, R3D (no 1. RIA?; 2. R3R, R3R; 3. RAR V Jes toca salir a las negras); 2. RR (6 2. R3D, RAD; 3. ROR, P4A!); 2... RAD (es erréneo 2. RR?) 3. R3A!, R2A; 4. PSA, R2R; 5. R4A! y ganan; 200) ; 3. R3A, P4A! y tablas, lo mismo que en el 198, Sien el ejemplo 199 colocamos Jos reyes en 4CR y 3CR, las blan- cas ganan (véase 200). Si la posicién del ejemplo 200 estuviese en la columua de caba- llo, no habrfan ganado las blan- cas. En la columna central, las blancas habrian ganado moviendo sa rey bien a la derecha, bien a la izquierda. Pero cn esta situaciin el movimiento del rey hacia el centro I. R4R nos leva a tablas, pues R3R; 2. P&A, P3At (199). La jugada correcta es 1. R&C (también se gana después de 1. R3C), 1... R3C; 2, P4A, P3A (2... PAA + ; 3. R3A3 2. R3A; 3. PSA, RAR; 4, RSC, RSR; 5. ROA 6 4.” RAD; S. PEA!; 196): 3. PSA, R2A "(6 3... RIT; 4. B3A y luego 5. R4A); las blancas tienen aho- ra dos caminos para ganar: 4. RST, R2C; 5. P3A!, R2T; 6. RAC 6-4.’R4A, ROR; 5. RAT, R2A; 6. RAR (6 5... R3D; 6. RAC). Saliendo las negras 1... R3R; 2. RSC, R4R; (2... PIA +; 3. RIA) 3. P4A+, RSR (3... RIR; 4. P3A 64, P5A'+); 4. PSA y ganan co- tuo arriba (teniendo en cuents el 96). 200a, Grigdriev, 1936. Blancas: R2R, P2AR, P3AR. Negras: R3CR, P2AR. Ganan blancas: 1. P4A! (no 1, R3R?, R4A; 2. PAA, R3R; 3. R3A, PSA, 198, 6 3, RAR; 3A, 199); 1... R3A; 2. R3A%, R4A; 3. RIC!, RIC; 4. RAC, ete. . Grigériev, 1936, Blanca: RIAR, “P2AR, P3AR. Negr R2R, 'P2AR. Ganan blancas: 1. R2Ci, R3R; 2. RIC (no 2. Pad P4A!, ni tampoco 2, R2T?, RAR 3, RSC, P4A! y tablas) ; 2... R4 3._P4A’y ganan; PAA; 2. R3C(3T), R2A; 3. RAT!, RIC} 4. P4A y ganan. Ahora ya no resulta dificil orientarse en la compleja posicion del 201, en la que estén incluidas todas las variantes. Con el rev blanco en 3T se harfan facilmente tablas con R4C (RGD, PSA) ; pero si el rey negro estuviese en 2D, las blancas habrfan perdido, ya que P4A y R3A (20a). La tarea fundamental de las blancas, impedir que las negras coloquen st rey delante de los peones, se _consigue facilmente: 1, R3C, RID; 2. RAAY, PAA. (ju. gada obligada) ; 3. R3D! y tablas, ues 3... RAR; 4. R4A, RID; 5. 3D 6 3... R3A; 4. P4A (198), 6 3... R&D; 4. P3A, ete. (199). 105 Cariruto V DOS PEONES CONTRA DOS PEONES En los finales que hemos estudiado hasta ahora (con un niimero mftimo de peones), 1a expésicién era, dentro de lo posible, exhaustiva, oa partir de esta parte ya uo nos planteamos semejante objetivo. emendo en cuenta, sin embargo, la posicién intermedia de los finales de «dos peones contra dos peones», hacemos de ellos un andlisis mas detdllado que de los finales siguientes de «tres peones contra dos y tres_pedness. El aumento del némero de peones no cambia, claro esté, los prin- cipios fundamentales del juego. Muchas de las ideas ya expuestas vuelven a aparecer de nuevo en esos finales, en una’ orquestacién mis amplia, por decirlo asf. Pero, al mismo tiempo, el aumento del material impone que se amplie el’ circulo de ideas estratégicas y tic- ticas, incluso de ideas que no podfan haberse expucsto con menos material. Los finales de dos y tres peones tienen sus peculiaridades especificas propias, y por ello los vamos a estudiar por separado. El propésito de sistematizar detalladamente el material segiin su estructura de peones tropieza en finales de «dos peones contra dos ones» (sin hablar ya de los siguientes) con dificultades considera- les, debido a la multiformidad de esas estructuras. Por ello los autores de libros sobre finales no han hecho, hasta la fecha, ninguna sistema- tizacién, limitandose, en el mejor de los casos, a destacar los finales de peones pasados, s indudable que la existencia o la falta de peones pasados da un cardcter radicalmente distinto a los finales que estudiamos, y por eso Jos hemos dividido en dos grupos fundamentales. Pero como esto no nos parece suficiente, hemos subdividido cada uno de los grupos fundamentales en partes complementarias, precisas para destacar mejor os tipos de finales que posean sus propias caracteristicas, Estas subdivisiones son las siguientes: a) peones ligados contra peones ligados; b)peones ligados contra peones aislados; c) peones aislados contra peones aislados (incluidos los doblados), 106 1, FINALES CON PEONES PASADOS Es conveniente subdividir estos finales en dos grupos: a) finales con dos peones pasados, y b) finales con un pedn pasado. a) Dos peones pi Si en el final de edos peones contra dos peoness, una de las tes posee dos peones pasados, Pr otra parte, como es natural, también tiene dos peones pasados. Estos peones pueden ser ligados fo aislados, centrales o laterales, y estar en diversas posiciones. Por Jo tanto, se podran hacer deduc- ciones generales sélo en finales reducidos a grupos todavia mas restringidos. La practica ha de- mostrado, por ejemplo, que los peones laterales y aislados tienen, en la mayoria de los casos, ven: tajas sobre los peones centrales y ligados. ‘La enorme variedad de casos particulares nos obliga a pasar a Jos ejemplos concretos, distribui- dos segiin el sistema arriba indi- i7. cado. SAS , BARom wack En el ejemplo 202 (Fine, 1941), e! rey blanco presta un gran apo- yo a sus peones. El peén negro 27 necesita hacer cinco jugadas Para convertirse en dama, pero apenas haga tres o cuatro juga- das, las blancas, ganando tiempos gracias a los jaques, bien corona- ran el suyo, bien darn mate (74). Tas blancas, desde la fila 4, nece- sitan seis jugadas por lo menos (y nueve desde la 3) para hacer dama. Por consiguiente, en _po- siciones andlogas se puede ganar sélo si los peones propios no estan por debajo de la fila 4, si el rey esta bien situado 0 si hay posibi- lidades de impedir el avance de los peones adversarios. 202a, Horwitz, 1879. Blancas : R3AR, P4D, PSR. Negras: R4CR, P4AR, P3CR. Ganan blancas (son mano'las negras) R3T (1... PSA; 2. PSD, R4A; 3. POD y g: nan)’; 2, R4A (o primero PSD) ; 2... R2C; 3, RSC, R2A; 4. PSD, R2R; 4.’ POR, R3D; 6. REA y ganan. roblema_clésico del letn, Ia dificultad de Ja solucién se debe a la situacién del rey negro en 2A. Si el re negro estuviese en 1R, se ganai jugando RSR, con amenaza de pasar a 6R. Esta amenaza cons- tituye la base de la posicién 203. Con el rey negro en IR, el rey blanco podrfa pasara la fila quin- ta, sin hacer caso del avance del peén SD. La jugada frontal de 1. RAR? 107 nos Hevarfa a tablas: 1... PAA; 2. R3D, RIR; 3. R4A, R2A; las blancas no pueden ganar tiempos. Lo correcto es 1. R3A!, P3A; 2. R4A!, P4A, y ahora las blancas mueven su rey a 3AD en un né- mero impar de jugadas: 3. R4R, RIR; 4. RSD (se puede también R3D), 4... R2D; 5. R4A, RIK; 6. RxPi, Pep; 7. RED, R2A; 8. RID y ganan (véase 354). 23a, Lasker, 1895. Blancas: R3AR, POR, P6AR. Negras: RIR, P2AD, PSD. Ganan blancas, (Ejemplo didactico tomado dei libro «El sentido comén en el aje- drez», que profundiza considera blemente el problema de Betinsh). 1, R4A!,, RIA; 2. R4R, PAA; 3. RD, RIR; 4. PIR! y ganan, Algo més’ elegante ¢s li Solucién es- tando el rey blanco en 4AR, a sa- ber: 1. R3A!; Bianchetti (1925) sefialé erréneamente: «1. P7R!, R2A; 2. R3Aa, ete. A 1, PTR? no se debe replicar 1... R2A?, sino 1... P4Al y tablas. La ju- gada P7R (toma de la casilla con- jogada decisiva) se debe hacer 56- lo cuando se_alcance la posicién R3D-RIR (154). 203b. Blancas: R2D, P7AD, POD. Negras: R2D, P5R, P2AR’ Ganan blancas. En ‘un manual se daba la siguiente “solucién: 1. R3R, P4A; 2. R4D, RIA; 3. RSA, Ravi 4. ROC y ganany. Sin em- bargo, en vez de 3... R2D?, lo co- recto es 3... R2C!, después de lo cual se debe seguir 4. RSD!, POR; 5. R6R, P7R; 6. RTD, P8R=D; 7. PBA=D+,'R3C; 8. D6A+, 9. DSA+ y 10. DxP y gana pro- bablemente. 203c, Herberg, 1935 (segiin Be- tinsh): Blancas: R4AR, P7R, P6AR. Negras: RIR, | P5CD, P2AD. Ganan blancas: 1. RS5R, R2A; 2. R4D, P3A!; 3. R3D!, P4A; 4. R4A, RIR;'S. RxP y ganan. 108 203d. (Torneo de Barcelona de 1932). Blancas: R4CR, P6AR, PICR. Ney R2AR, P2D, PSR. Las blancas acceden a ta- blas. En 1950, Dedrle indicd 1a forma de ganar: 1. R3C!, P3D; 2. RAC! PAD; 3. R4A, RIC; 4° R5C!, R2T (4... R2A;"5. R6T); 5, R5A!, POR; 6. ROR, RIC (6 PIR; 7. RIA); 7. BIA+, 6 RIR y ganan. Igo mas complicadas son las maniobras en el ejemplo 204: 1, R3A, RIC (1... PSR+; 2. R4A; 1... PSA; 2. RAR); 2, R2A!, R2A (2... PBR; 3. R3R’ 6 2... PSA; 3, RBA, ete.); 3. R3C, RIC, (3. P5A+; 4, RAC) ; 4. RAT, R2A (si 4... P5A, entonces 5. RSC!, R2A; 6 RAC; 64... PSR; 5. RSC, R2A; 6. R4A); 5. RSC, PSA; 6. RAC y ganan, colocando el rey en 4R. La complicada posicién de este ejemplo nos hace ver con suma claridad hasta qué punto deben permitir las blancas la aproxima- cién del rey negro. Las blancas no pueden dejar de mover sts peones, pero no cons- tituyen una barrera_ suficiente- mente fuerte (la casilla 4R!) ni amenazan con la conversién; por ejemplo: 1. R2A?, RSC; 2. RSD, RSA’ (segdin Grigériev, se gana en esta posicién incluso saliendo Jas negras *); 3. R2A, R5SR; 4. RSC, R6D, 64. RID, P6D; 5. RIA, PTA’ (se' puede ‘también 5.. P7D+) ; 6. R2C (si 6. R2D, no se debe jugar 6... R5D?2, sino 6... R5A!; 7. RIA, R4A!; 8. R2D, RSR, etc.) ; 6. RSD; 7. PAC, RER} 8 PSC, R6A; 9. P6C, PTD y ga- nan. 1, P3A! Jugada finica: al rey_negro se Je priva de la casilla 4R. Sit. P4A, RSC; 2. P3C 6 1. PIC, RSC; 2: P4A. entonces 2... R¢A y 3... RSR. ih = RsT Es mala 1... R4C?, por 2. P3C! tablas, pero no 2. R2A ?, por 2. R3D, R6C; 4, R2A, R3D, P7A’o R&R ¥ 2 Pach RAC 3. R2A RSA 4. R3D y tablas en vista de la posicién de Zugzwang (las negras no pueden ganar tiempos) Se puede aplicar a los peones aislados que se encuentran en la misma fila la regla del ecnadrado errantes, que dice: si el cuadrado comdn de los peones aislados Ie; al extremo del tablero o se sale de su marco, los peones pueden avanzar hacia la octava casilla por sf solos, sin el apoyo del rey (véa- se 51-54). Si el cuadrado comin de los peo- nes no ha Hegado todavia al ex- tremo del tablero y el rey propio no puede prestarles apoyo, tiene decisiva importancia la distancia entre los peones, Si les separa una casilla, pueden defenderse venta- josamente de un ataque frontal Gel rey adversario. Si median en- tre ellos dos casillas, los peones recen sino han alcanzado la Hla quinta. Si son tres casillas las que hay entre ellos, se salvan si consiguen llegar a la fila cuarta. ‘Ast pues, en el ejemplo 206, los peones negros estarfan condens- jos de no encontrarse defendido uno de ellos por su rey. Sin em- bargo, la blaneas ganau con una maniobra exacta: permiten el + En efecto, si esta posicién la con- sideramos inicial, las negras_juegen 1... R6C!; 2. ROA’ (2. PIA, REC) RAA?; 8. ROD, RGA, y les’ toca a las Blancas, 6 8. PSA, RBA, 6 8. POC, ROR y ganan. 109 avance del peén de torre, pero co- ronan su pe6n de alfil y son las primeras en tener dama. 1, R4A1, R3C (si mueven algin edn, pierden ambos) ; 2. RSA!, 2A; 3. RGA! (es prematuro 3. ROR?, PsT); 3... RIC; 4. ROR!, R2A;' 5. RSD, PAT; 6. PEC+, RxP;7.RxP y ganan. Ejeinplos didacticos : 2062, Blancas: R4CR, PATD, P4R. Negras: R4AD, P4CR, PsTR. Ganan blancas. fn esta misma posicién, pero con los peo- nesen OR y 31, a pattida ce mala: 1. RIT!, RSA; 2. RAC, ete., (como los peones no estén ‘obligados a moverse, se defienden indirecta- mente el uno al otro). Es muy ins- tructivo el problema de Rauch: Blancas: R2R, P3CD, P3AR, P3TR. Negras: RSD, P6CR, PSTR. Ganan blancas. Si se transfiere la salida a las negras, después de RAD, R3R, los peones pasan por sf solos. Por eso: 1. RIA. R6D; 2. RIC, R5D; 3. R2C, R6D; 4. RiA, RSD; 5. R2R y ganan. 206b, Blancas: R3AD, P6CR, PITR. Negras: R2CR, PSTD, P4AD. (1, R4A, RIT; 2. R3A R2C) tablas. Gana la_posicién: R4A, P6CR, P7TR; RITR, PaTD, P3AD (I. R5A, R2C; 2. RED, PST; 3. RIR, POT; 4. PST=D+, etc.) Son impotentes los peones centrales ligados contra los ais- lados de los flancos en la posicién RACR, PAD, PAR; R2D, PACD, PACR: 26c, Blancas: RICD, PSTR, P6TR. Negras: R3AR, P6TD, P2AR, P6AD. Ambas partes se enctentran en zugzwang: el que empieza, pierde. Si trasladamos el peén 6AD a 5A y el rey a 3AD, gana la jugada,i. R2A. 206d. Stolz-Nimzovich, Berlin, 1927. Blancas : R2D, P4TD, P5SCD, P3CR. Negras: R4R, PSD, P4AR, 110 PSCR. Después de 1... PSA! PxP4, R3D!1, los peones pasa- dos de las negras les aseguran la victoria, Otra ‘idea preside el ejemplo 206e. Walker, 1841. Blancas: RSTD, P2TD, P2CD. Negras RATR, P2AR, P2TR. Ganan blan- cas. Después de coronados los peo- nes y cambiadas las damas me- dianie DSC+, decide PAT. En este ejemplo se gana avan- zando sucesivamente los peones — = R6C o P4D, tablas); 1... RSC; 2. PAT! (2. R2C?, PAT! y ganan) 2... PAD; 3. PSA, R4A; 4. PST (la jugada 4. R2C?, R3D!, conduce a tablas) ; 4... PSD; 5. PEA (tam- bién gana 5. R2C, RSA; 6. P6A, P6D; 7. P7A, P7D; 8. PBA. P8D=D;9. DIA+, etc); 5... RID; 6. P6T; P6D; 7. PTA, R2R; 8. PIT, PID; 9. PBA=D+, RxD; 10, P8T=D+ y ganan. La segunda solucién no queda climineda si se aflade tn ‘peon blanco en 2CR, ya que a la quinta jugada el rey blanco puede ir a IC; por ejemplo: 5. RIC, RSA ; 6. R2A, ROC; 7. P6A, PS! PID; 9. P8A=D,’ PB D3A y ganan. Tampoco elimina ese defecto la propuesta de afiadir un peén blanco en 3AR (Halberstadt), ya que sigue siendo posible 5. R2C con el final victorioso de dama, después de 5... RSA; 6. P6T, etc. fs abajo incluimos otros dos intentos de enmienda, pero en el primero el camino de fos peones est reducido a la mitad, y en el otro se ha attmentado el miaterial. 2072, Jachaturov, 1947, Blancas: K2D, P4AR. PA4TR. Negras: RSCD, PaD, PSCR. Ganan blan- cas: 1. PSA, RSA; 2. PST, PEC; 3. RIR!, P5D; 4. P6A, R3D; 5. PeT, PIC; 6. R2A, POD; 7. PTA, R2R; 8. PIT, PBC=D+ ;9. RxD, PID; 10. P@A=D+, RxD; il PET=D+ y ganan. 207b, Maizelis, 1954. Blancas: RITR, PATD, P3D, P2AR, P2TR. Negras: R61D, P4TD,” P3CD, P2CD, PSD. Ganan blancas: 1: P4A (1. PAT jd... RSC! 2. PAT, PAC; 3. PSA!, R4A 1; 4. PST, PSC (6 4... PxP); 5. POA, RSD} 6 POT, PEC; 7. PTA, R2R; 8. PIT, PIC; 9. P8A=D'+, RxD; 10, P8T=D +, R2R; U1. DIT+ (si en la cuarta jugada’ se hubiera ju- lo 4... Px Py el_peéu, en vez fe TC, estuviese en 71, se jugarfa ahora 11, DxP; U1... R3D; 12. DxP y las blancas gauan. En este ejemplo, los peones ne- gros no alcanzan a ocupar una posicién. salvadora en la misma fila (106b y c), por lo cual pier- den, pero la lucha se complica porque las negras utilizan un re- Curso defensivo inesperado (como cn el problema de Reti nfamero Tl): 1. P3T, P4A; 2. RIC, PSA; 3. R2T (este ataque al vulnerable peén «de cabeza» en circunstan- cias corrientes habrfa_proporcio- nado Ia victoria, pero en tal caso entra en juego'el oculto recurso defensive de las negras); 3... P6A!; 4. R&C! (si 4. RxP? entonces 4... R6C!; 5. PSA, R5A; 6. P6A, R6R; 7. PIA, PTA; 8. P8A=D, P8A=D+, y tablas) ; 4... PTE; 5, RxP’ (las blancas han conseguido que el peén 8A se convierta en dama sin jaque) ; 5... REC; 6. PSA, RSA; 7. P6A, ROR; 8. PTA, P7A;9. PBA=D, P8BA=D; 10. DéT+ y las blancas ganan. ‘A continitacién damos otras po- siciones con las mismas figuras, pero de contenido diverso. 2082. Elinek, 1944. Blancas: R5CD, 2D,” P2TR. Negras: RSAR, P2TD, P3AR, Ganan blan- cas: 1. P4D, RSR (6 1... P4A; 2. PSD, R4R; 3. RSA, PSA; 4. PED, etoétera) ; 3. RSA, PAT (en caso de 2... P4A; 3. PSD, etc., lo decisivo es DSRi); 3. PAT, P4A (6 3... PST; 4. RAC, P4A;'S. PST, PSA; 6. PeT, P6A; 7. PTT, PIA; 8. P8T=D,, P8A=D; 9.’ DSR+ y nan) ; 4. P&T, PSA; 5. PET, A; 6. PIT, PIA; 7. P8T=D, P8A=D; 8. D8R+, y ganan. 208b. Blancas: RSCD, PID, PSAR. Negras: R2R, | PACR, P2CR. Tablas: 1. R6A, RID; 2. RSD, Rx P7D; 3. RAR! (3. RSR?, R2R} 4. R4D, R3A; 5. RAR, PSC; 6. R4A, PGC; 7. Rx PEC, RxP y nan); 3... RID (6 3... RAR; 4. RGA, RPA; 5. RSC, RGA; 6. RAC tablas) ; 4. R3A, R4R; 5. RAC, 3A ; 6. RST, RxPSA y tablas. Es un final muy instructivo. 1 La base de los siguientes pro- blemas es la misma que en el 187a. 208c. Kubbel, 1922. Blancas: R3R, PSTD, 'P6TD. Negras: RIAD, P4CD, P2D. Tablas. 1. R4D, P3D!; 2. R3A! (obligando Ja jugada de las negras y liberan- do la casilla 5A); 2... PAD; 3. RAD!, PSC; 4. RxP4D, POC; 5. ROA, RIC (6 6. PIT); 6. REC, PIC; 7. PIT+, RIT; 8 ROT, P&C=D'y tablas, 208d. Gorgufev, 1950. Blancas: RAR, PATR, PSTR. Negras: R2R, P3AR, P5CR, tablas: 1. P6T, RIA; 2. PST, R2A!; 3. R3R!! (no 3. R4A?, PAA; 4. R3C, RIC y ganan) ; 3... RIA!; 4. R4A}, PAA; 5. RxP4A, POC; 6. R6A!, RIC 7, ROC, PIC; 8. PIT+, RIT; 9. ROT y tablas. b) Un peén pasado Hay que distinguir 10s casos en que ambas partes tengan un pen doo que lo tenga sélo una nel primer caso tiene primor- dial importancia la posicién del a (su proximidad a la octava anda, si esta defendido o aislado, etc.). En el segundo caso la exis- M12 tencia del pen pasado significa, habitualmente, una ventaja deci. siva, pero. su coronacién suele ir acompaiiada de ciertas dificulta- des y no se exceptian finales de tablas. En el ejemplo didactico 209, las blancas tienen un pe6n pasado ST que distrae al rey negro de la lefensa del suyo en 3A. El blo- queo de este peon es también un para las blancas. Sin embargo, serfa premature 1. P6T+?, Rx POT; 2. Rx P3A, por 2... R4T y tablas (véase 65; el pen esta en 2C y no en 3C). Va- ji¢ndose de que el rey negro se encuentra clavado, las blancas avanzan su pe6n por el otro flanc: 1 PAC, PST (6 1. R2A; 2, POT, P3T); 2. POT+ y ganan. el rey blanco factor favorable 209a. Nimzovich-Tarrasch, San Scbastién, 1911. Blancas: RSAR, P2CR, PaTR. Negras: R2AR, P3TD, P3AR. Juegan las negras 1... PAT, 2. RAR, PAA4!!, y las blancas abandonan en vista de 3. RAD, P5A!, después de lo cual pierde los peones 2C y 4T. 209b. Schelochilin-Magergut, Sa- ritov, 1955. Blancas: R3R, P3TD, P3AD. Negras: R4AR, P4TD, P6L), P2AR. Juegan negras, Para que el distante pedm pasado 24 se corone es indispensable impedir Ta jugada P4A. 1... RAR? (lo correcto en este caso seria: 1. P7D!, segén ha indicado Mantei- fel; véase més abajo); 2. PAT? {hace tablas slo 2, RxP); 2. R4D?; si se jugase 2... P7D, se irfa’ ganar todavia, pero ahora las tablas son inevitables); 3. RxP6D, R4A; 4. P4A, PAA; 5. R3A, PSA (por no’ poder hacer ofras jugadas, el peén se ha sa- lido de su zona ganancial; véase 152); 6. R3D, RSC; 7. RAR y ta- blas, ya que’el rey blanco Mega oportunamente a 1A. Para ganar hubiera sido preciso: 1... P7D' 2. RxP, RSR; 3. PAT (6 3. R2R, PST; 4./R2D, P4A; 5. R2R, PSA; etc.); 3... P3A! “(pero no 3. p4A?; 4. R2R, PSA, por 5. PAA tablas) ; 4. R2R, 'P4A, por 5. 2D, R6A!; 6. R3D (6. P4A, BSR}; 6.. PSA, y la partida ter- mina con la coronacién del peén y jaque. La aparente sencillez de la po- sicin 210 puede inducir ficilmed- te a un error irreparable. Es evidente que para hacer ta- a ee ee RIT, R3A); 2... RIC; 3. REC, P4D; 4. RSA, R2C. Es menos evidente que también se hacen tablas jugando 1. R6C?, RR; 2. RSA, R2A; 3. R&R, RIC y, los peones perecen al mismo tiempo (las blancas habrian_ga- nado si en respuesta a Rx P3D, Jas negras pasasen a SC por lo menos con una jugada de retraso, He iue emtonces el rey negro no egaria a tiempo a la casilla SAD (1AD) 6 2. PSC, P4D; 3. RIT, PSD y coronarfan’ simulténeamen- te (pero las blancas habrian gana- si el rey negro estuviese en @R(3R) gracias al jaque). La clave para la solucién la te- memos en Ia existencia de dos po- siciones de zugzwang. La prime- rade ellas es de R6C-R2R; si juegan_las negras, pierde R3R, por PSC y se coruna con ja: gue, igual que P4D, por RSA. La segunda posicién de zugewang es RSA-R2A; saliendo las negras, a RR, sigue R6C y ganan lo mismo que arriba. Asi pues, las casillas conjugadas en este ‘caso son 5A-2A y 6C-2R. Por lo tanto, lo nico correcto es 1, RSC!, a fin de ocupar la casilla 5A o la 6C, segin sea la jugada del ad- vetsario. Las negras no disponen de una jugada de espera: 1... RIA, por 2. R6A y a I... R2A, sigue 2. RSA, R2R; 3. R6C y ga- nan 21a. Ostropolski, 1952. Blan- cas: RSCR, PACD, P3AR. Negras R3D, P3AD, P2TR. Ganan blan- cas. EI rey negro est4 situado en la diagonal fatal de 3T-8A. La jugada 1. R6A! coloca a las ne- gras en posicién de zugzwang ; en caso de I... P4A; 2. PxP+, Rx PSA; 3. P4A, este peén en algu- nas ‘variantes se corona dando Jagne; si 1... P4T, entonces 2, RSC, RAR (2... RIR; 3. PAA); 3. PAA, RSR y ahora no 4. PSA?, PST sino 4. PSC! (para limpiar la dia” gonal) y ganan. 210b. Andlisis hecho darievski y Chejover, 1 cas: R5R, P3TD, P2AR. Negras: R2AD, P2TD, PATR. Las blancas no pueden ganar, Véase 322, des- pués de Ia tercera jugada de las negras. En este ejemplo, el rey blanco se ve obligado a esforzarse no poco para conseguir, en fin de cuentas ¥ gracias al aislado peén pasado 21, las tablas (211). 1, RAD!, RSC; 2. RID, REC; 3. R2D, RSA! (3... RIC?; 4. PAT y man); 4. R2A, R4D; 5. R3C, Ry rer, 6. Ret, RAA (oi 6 R4D, entonces 7. PAT, PAR; 8. PST, R3R; 9. Rx PAT,” R4A;' 10. RSC y tablas); 7. Rx'PAT, Pa U3 8. RAC, RSA (68... PSR; 9. RIA, ete.) ; 9 R3A! (9. PAT?, PSRI; 10. PST, P6R; 11. R3A, ROA! y gauan) ; 9... R6A; 10. R2D, RTA; 11, R3D y tablas. En los ejemplos siguientes el pen pasado distante se neutraliza cilmente. 2ila. Grigériev, 1933. Blancas : R8CD, P3AD, PSAR. Negras: RATD, P3TD,'P3AR. Tablas. 1. RIA, RAC; "2. R6D, PAT; 3. P4A4! (las blancas quieren libe- rarse del peén que les harfa per- der en un final de dama) ; RxP4A (si no lo hace, 4. PSA); 4. RGR, PST; 5. Rx P3A, P6T; 6. R7Ri, PTT; 7. P6A, PET=D; 8 PTA y tablas. 211b. Grigériev, 1931 Blancas: R6R, P3D, P4AR. Negras: R8R, PATD, P4AR. Ganan blancas: 1. RSD, R7D; 2. R4A, ROR; 3. PAD, RxP4A; 4. PSD, R4R; 6. RSA, PST; 6. P6D, R3R; 7. R6A, PET; 8. P7D, PTT; 9. P8D=D, PET =D; 10. D8R+, R3A; 11. DET+ y ganan. En la’ partida de Capa- blanca-Dake, 1931, podia haberse producido wna situacién seme- jante, segtin el andlisis hecho por Grigériev, pero desplazada a la columna de la derecha, en cuyo 4 caso las blancas no podrian ganar; Blancas: R4R, P3R, P4CR. Ne: : RIR, PACD, PACR: 1. RAD, 2. PAR, Rx PAC; 3. PSR, 4. RSD, PSC y las negras no pierden la dama. 21lc. Maizelis, 1954. Blancas: RSR, PSAR, P5CR. Negras: R2R, PATR, P2TR. Ganan’ blancas, juegue, quien juegue: 1. R4a, R3D; 2. R3C, R4R; 3. POA, R3R? 4. RAT, P3T; 5. Rx PAT!, PxP 6. REC y ganan. Si juegan negras: 1... PST; 2. R4A, R3D; 3. RAC, RAR; 4. POA, POT; 5. Rx POT, RIK; 6. RAT, PIT; 7. RST y ganan. 22 (La posicién inicial de este pro- blema es: R4TR, PSAR, PSCR, POTR. Negras: 'RICR,” P3AR, P2CR. La posicién representada en el diagrama se obtiene después de 1, P6C, PxP; 2. RAC, RIA). En el ejemplo 212, la existencia de un peén pasado y defendido asegura la victoria de las blancas. Con. st movimiento envolvente por la izquierda, que supone una seria amenaza para las negras. bien obligan a mover el peén 3T. después de lo cual se pierde, bier dan mate. 1, R4A, RIR (1... PAT; 2. RBC, RIC; 3, R3T! y ganan); 2. R4R, R2R, 3. RSD,, RIA (6 3... RIR 4. ROR; P4T; 5. PIC); 4. RED, RIC (4... R2C; 5. R6R, PAT; 6, RSD); 5. R7R!, PAT (6'5... R2C; 6. ROR) ; 6. Rx P3A, PST; 7. PIC (también gana 7. R7R); 7... P6T; 8, R6C y mate en dos jugadas. Este ejemplo nos muestra una posicién en la cual, pese a un peén pando y defendido, la parte més rte io consigne ganat un peén aislado del adversario que esté a un_lado. El rey negro defiende el peén 4G, sin salir de los limites del cua- dro del pedn 5A; por ejemplo: 1. RGR, RAR; 2. RSA, RAA; 3. R3C, RAR! (3... RIA?; 4. RAC y ga- na); 4. R4C, RSA, tablas. Saliendo las negras, se hacen tablas, segiin los andlisis hechos teriormente, con I... R4R; 2. 3R, R4D!, pero no 2... R4A?, por SRéD: PSC; 4. RED!, POC . P6A y las blancas ganan la dama IC’ o la cambian. La jugada 4. RSD!, es la que més rapidamente Neva ’al objetivo, Peto desde el punto de vista teé- Tico tietie importancia que tam- ana 4. R3R (segin el mé- todo. 7 en el 21a). De ahi Yesulta, por ejemplo, que en la icin R3R, PACD, P5AD y 4R, PACD, PSCR, las blancas ganan, independientemente de quien juegue. La ituacién que nos interesa (con un peén aislado en la co- lumna del alfil y no en la del ca- ballo, que de hecho no cambia nada}, la encontramos en la va- riante’ fundamental del siguiente problema 23a, Grigériey, 1930, Blancas R2D, Pa’ P2CD. Negras RIAR, P4TD, P5AR. Ganan blan- cas: 1. PAC!, RAR! (1... PxP; 2. PST); 2. PSC!, RID; 3. R2R. R3R; 4. R3A, RAR; 5. RAC! R5R} 6. P6C, PA; 7. RIC!, ROR; 8. PIC, PTA; 9, P8C=D; PBA =D; 10. DSR+!, RID; 11. Dx P4T+, R8D (el cambio de damas es obligado en todas las varian- tes) ; 12. DSD+, R8A; 13. D5A+, RED; 14. DAD 4, ete. Si en el ejemplo 213 trasladamos el peén 4C a 4TR, 0 desplazamos a posicién a la fila inmediata su- perior (el peén 4C estarfa enton- ces en 5C), las blancas ganarian sin dificultad. 213b. Blancas: R4AR, PACD, PSAD. Negras: R4D, P4CD, PSD. Las negras pierden Si son ‘mano Pere si juegan Tas blancas, enta- lan; por ejemplo: 1. R3C, RAR; 2. R3A, R4A; 3. R3C, RAR; 4. RAC, R3R (mejor todavia RSR!) ; 5, R4A, RAD, etc. (Compérese con ei 19a, ‘donde los peones estan en la fila de arriba.) A una posicién andloga, pero con un mn de mas de las blan- cas, nos Ieva a este interesante y complejo final : 213c. Halberstadt, 1954. Blan- cas: R3TR, P2AR, P3CR, PACR. Negras: R2R, P4R, P3CR: Ganan blancas. No se debe permitir 1.. PAC, pero 1. PSC no gana. Por eso 1. P4A!, PAC!; 2. PSA!, PSR {era preciso jugar asi ahora o a la jugada siguiente, pues resulta evidente que defender el peén 4R 115, desde 3D no conduce a nada; et autor del problema daba la solu- cién: 2... R2D!, desde el punto de vista del método resulta mAs cémodo este cambio de juga- das para precisar mejor Ja conti guracion de peones y mostrar més claramente fas maniobras de los reyes) ; 3. R2C!, R2D (de la po- sicién de zugzwang R3R-R4R, se deduce que las casllas conjugadas son 24D y ZR4D, cosa que ex: plica todo él juego que sigue: el Sbjetive de las blancas es. conse ir la posicién R4AD-R4R con salida de las negras); 4. RIA!, RIA; 5. RIR!, R4A; 6. RID! (para esta maniobra se tiene en cuenta Ia conjugacién de las ca- sillas 2D-3D y 2A-3A y, ademas, Ja conjugaciéa de 3A-4D y 3C-4A, condicionada por la posicién de zugewang R4A-R4R) . R3A; 7. R2A!, R4A; 8 R3C!, RID; 9. R4C! (las blancas ‘se acercan a la meta decisiva) ; 9... RAD; 10. R3A!, R4A (en el 213b cabia la réplica R4A, pero en este caso, cotno las blancas tienen un peon de més, la jugada (P6A gana) ; 11. R4A! y ganan. (Véase 3532.) El ejemplo 213d es de otro gé- nero. Marishko, 1948. Blancas: : R3R, 1. P5D+, R4AD, P4D, P3AR. Negras P2CR, P3TR. Tablas: RID; 2. RAD, PIC (si 2... PAC, entonces 3. R4R, PAT; 4. RSA, PST; 5. RAC y 6. P4A; 62... PAT 3. R4R, PST; 4. R4A, RxPSD: 5. RAC, R4R; 6. Rx PST, RSA; 7. RsT); 3. R4R, PAT; 4. R4a, Rx PSD; 5. R5C, RAR} 6. PAA+, RSR 6 R3R; 7. Rx P3A y tablas, Lo fundamental del 214 es ta lucha por las casillas criticas del peén pasado. 1. R2A, RAT; 2, RC, PIT; 3. R2C!, RSC; 4. RIT!) Rx PAT (4... Rx PAA; 5. Rx PTT, tablas) ; 5. PSA!, PxP; 6. RxPIT y ta: blas (63). No es menos instructiva la po- sicién, siguiente, por cierto més complicada: 2i4a, Grigériev, 1923. Blancas: RAR, P3D, P6CR. Negras: R3R, P4R, P4CR. Ganan blancas: 1. PIC, R2A; 2. RSA! (2. RxPR, RxP; 3. RSA, R2A, tablas) ; 2... RIC! (2... Rx PIC; 3. Rx PAC y ganan) ; 3. RAC! (a 3. Rx PAC?, sigue 3... PSR!; 4. PxP, Rx PIC; y tablas); 3... R2A (6 3... PSR; 4. PxP, R2A; 5. RSA, RIC; 6. R6A, PSC; 7. PSR y gana); 4. Rx PAC! (pue- de comerlo, porque el rey negro esté en 2A: si 4... RxPIC; 5. RSA, P5R; 6. Rx PSR! y ganan) 5 4... PSR; 5. R6T!!, RIC; 6. Px P y ganan. El siguiente ejemplo ilustra la lucha por una posicién de zug- zwang. 214b. Blancas: R3CD, PS5R, PSTR. Negras: RICK, PA4D, P3TR. Ganan blancas. En caso de UR3A, R2A, no se debe jugar. 2. R4D?, R3R! y después de 2. R3D, R&R, la partida acaba en tablas. Pero las blancas pueden al- canzar la casilla 4D, no en dos ju- gadas, sino en tres: 1. RAC!, R2A; 2. RSA, R3R; 3. RAD y ganan. Lil, En este ejemplo, las blancas, con tin juego preciso, deben evitar ciertas dificultades: '. R2A, ROT (6 1... P6C+ ; 2. RIC, como’en la variante principal) ; ’2. RIC (2. P5A?, R7T) ; 2... RST; 3. R2C (3. R2T?, Px}. 3... POC; 4. RIC! {no 4. RIT??, R6T! y las negras dan mate con el peGn de torte) ; 4... PIC; 5. R2T!, PBC=D+; 6. RxD y ganar. ‘Vamos a estudiar ahora posicio- nes donde sélo una parte tiene én pasado. De ordinario, la par- més fuerte consigue la victori con medios elementalfsimos. Omi- timos esos casos para estudiar tron mas complicates. 26 La tnica posibilidad de las ne- gras, en el ejemplo 216, es trasla- lar ‘el rey a 3A y jugar P4T, a fin de romper la cadena de peo- nes de la parte contraria. Por ello, Jas blancas deben defender ei peén 5A desde la casilla 4R. De aqui se deduce la posicién de zugzwang R4R-R3A, que de- termina plenamente las maniobras de las partes. R2C, R2C; 2. RIA, R2A 3. R3R!,R2R;"4. RAD, RBA (8 5. RSR); 5. R4R, R2R; 6. RSR, R2A; 7.'P6A, PAT (no'se puede hacer otra cosa); 8. PxP, PSC; 9. POT, PEC (69... RIC; 10, RER, PoC; (i: PIA y ganan}; 10. PIT, PIC; 1, P8T=D, P&C=D; 12. DIT+, RIA; D7R+, RIC; 14. PTA+'y ganan. 27 En la posicién 217 (resultante de la posicién RIA, P4CR, PSTR: RIR, P2AR, P3CR, después de las jugadas 1.’ P6T, RiA; 2. PSC, RIC; 3. R2D, R2T), también exi: te Ia amenaza de rotura, pero las biancas obtienen en compensa- cin un pe6u pasado y peligroso pata €l bando contrarig: 1. RaR» 3A; 2. PxP, Rx POT, en la situacién que se origina’ de «peon contra pedn», decide 3. R4A!, R2T (6 3... PACH; 4. RSA, PSC} 5. R6R, PEC; 6. PTA); 4: RSC, a7 RIT; 5. R6T!, RIC; 6 Rx PIC y ganan. A primera vista no parece diticil anar en esta posicién; sin em- argo, las blancas tropiezan con serias dificultades, debidas a que la distancia entre’ sus peones no es lo suficientemente grande y que, ademés, uno de los peones es de torre. No se consigue la vie- toria con medios normales ; ejemplo: 1. R4A, R2A; 2. REC, R2C; 3. P6D, ya’ que después de 3... R2A, el rey negro logra on turar el peén pasado y ocupar la casilla 1A (en vez de 3. P6D ?, es preciso jugar 3. R4A). El otro contratiempo que acecha a las blancas lo vemos en la si- iente variante: 1, R4D, R2A! ho 1 ...R2R?, por 2. R5R, R2A; 3 POD 6 2... ROD; 3. ROA y ga” nan facilmente; de esto se des- pisnds la posicién de zugzwang ‘SR-R2R ; pero también la posi- cin R4D-R2A es de zugzwang como veremos ahora mismo) ; 2. P6D? (fuerza las tablas, lo mis- mo que la continuacién 2. R5A?, PAC; pero afin se puede volver a Ja_posicién inicial) ; 2... R3R; 3. RSA, R2D, 4. RSD, P4C; 5. Px P, PST 'y el peén se ‘corona con ja- que. El rey blanco, como se ve, be evitar la casilla SD. 18 Esta variante nos da la clave para resolver el problema; sabe- mos ya cudles son las posiciones fundamentales de zugzwang, es decir, 1a conjugacién de las casi- Mas 5R-2R y 4D-2A. El tercer par de casillas ‘incluidas en la «zona principals es, naturalmente, 4R- 3A (véase la «Introduccién»; Ia zona de las blancas es 5R, 4D y 4R al lado de la casilla inaccesible 5D; la de las negras: 2R, 24 y 3A, junto al escaque inaccesible 3R). Asi pues, 1. R4R!, R2A (no P4aC, por 2. PxP+, vale_ 1. Rx PSC; 3. RSR); 2, R4D!, RIK (es mas débil 2... ROR; 3” RSR 6 2... R3A; 3. RSA, PAC; 4. PxP+); 3.'P6D (las negras ya no pueden replicar R3R) ; 3... R2D (Jas blancas se encuentran ante la iiltima prueba; es mala, natural- mente, 4. R5D, pero (qué elegir? a4. R5A 6 4. RSR? Se precisa un céleulo muy exacto. Después de 4... PAC, se obtendré un final de dama en el cual las blancas, lo mismo que en 216, jugaran D7A + 3 por consiguiente, se hace necesario quitar al rey ‘negro la casilla 6A); 4. RSA}, PAC; 5. PxP, PST; 6, P6C, PET; 7. PIC, PIT; 8 P8C=D, P8T=D; 9. D7A'+ y mate en dos jugadas. 218a, Pospishil, 1954. Blancas: RITR, P3CR, PATR. Negras: R3R, PSD, PATR. Tablas. Es la misma ion que 1a 218, (pero con cambio de color; el rey, ade- més, est4 fuera de la zona critica (3A, 2A y 2R de las blancas, y 4R, "4D y 5R de las negras). En el 218, el rey atacante ha conse- guido’ tomar inmediatamente la conjugacién, pero en este caso no lo consigue. 1, R2C! (para repli- car a R4R 0 R4D con R3A 0 R2A, respectivamente) ; 1... R3D; 2. RIA!, P6D (2...'R4D; 3. R2A}; 2... RAR; 3. RIR!); 3. R2A, . RAD, RSD} 218b. Prokop, 1926. Blancas: RIR, P2CD, 'P4AR. Negras: R2AD, P3TD, PSAD. Ganan blan- cas. Se comprende que los peones SA y 4A se pierden y el final es de, . 1. R3A1, PAC; 2. PAR, PSC; 3. R2R!, P6C; 4. RID!, REC; 5. PSR, PxP; 6. PD, PSR; 7. PID, POR (si en su cuarto movimiento el rey blanco hubiese pasado a 2D, este movimiento del peén que aca bamos de anotar hubiese ido acom- Paiiado de jaque y se tendrian ta- las) ; 8. P8D=D y ganan. 3002, V. Smetana, 1942. Blan- cas: R4R, P2AR, P3AR, P5CR. Negras: R3R, PaCR, PATR; posi- cién ventajosa de tas blancas. 1. P4A, PST; 2. PSA+!, PxP+3 3. RBA‘, R2A; 4, R2C, RIC; 8. PAA y las blancas ganan. 2, FINALES SIN PEONES PASADOS Hemos dividido los finales sin Peones pasados en tres grupos. En ef primer grupo, todos los peones se hallan situados en un mismo flanco y enfrentados ianos a otros. Primeramente se examina Ta lucha de los peones ligados de uno y otro bando, después de los ligados contra los aislados (contan do entre éstos a los doblados) y, fi- nalmente, de los aislados contra Jos aislados. En el segundo grupo, los peones se encuentran separados unos de otros y-en distintos flancos. Las demés disposiciones de tos peones en el tablero (mezclados, sueltos) han sido recopiladas en ei tercer grupo. Dentro de cada grupo la sistema- tizacién se ha levado a cabo segin un orden temético, lo que en ta mayorfa de los casos se halla di- rectamente ligado a la estructura de los peones que se considera. En estas condiciones se dan en primer lugar los finales de tres peones contra dos y después contra tres, pero, como’es natural, anicamen- te en aquellos casos en que a con- secuencia de esto la distribucién temética general del material no sufre alteracién alguna. Examinemos el primer grupo de finales, 0 sea, el de los peones en- frentados en ‘un mismo flanco. 160 Tochndoles jugar a las blancas, ¢l finico camino que lleva a la vie~ toria en el 301 es: 1. P6C. Tanto 1. P6T?, PxP; 2. PxP (189) como 1. P6AY?,'PxP+; 2. PxP+, R2A; 3.RSA, RIR! (157) condu- cen a tablas. Después de 1. P6C! a las negras no las salva ni 1... PT xP; 2. PTxP (90), nil... PIT; bien es verdad que en este dltimo caso no se puede mover inmediata- mente 2. PBA+?, PCxPA+; 3. RSA, RIA; 4. RxP, RIC y tablas (77), sino que hay que arfinconar previamente al rey negro en ITR; por ejemplo: RSD, RIA (2... R2D; 3. P6A ; en contestacién a 2... R3A se ptiede mover el corriente 3. R¢R y el atin ms simple 3. R6D, Rx P; 4. R7R); 3, R6D, RIR; 4. R6R, RIA; 5. RID, RIC; 6. R7R, RIT; 1. POA, PCx PA; 8. RTA, Sies’ a las negras a quienes Jes corresponde jugar: a) 1... P3T; 2. PEC, o bien, 2. Px P (fnicamente que no como indicaba Berger: 2. P6A4 2, ya que 2... R2A!); b) 1... P3C} 2. PTxP, PTxP; 3. P6A+, 0 bien, atin més sencillo: 3, PAxP!, RIR; 4. R6R!, RIA; 5. ROA (46); c) 1... R2A; 2. POC+. RIC (2... PTXP; 3, PTx P+, 90), siendo ahora posible tan- to 3. ROR, RIT; 4. R7A, PTxP (4... P3T; 5. P6A) ; 5. POT, PCx PT; 6. PAxPC, como segiin Sal- violi, 3. PCxPT+, RxPT; 4 R6R, R3T; 5. RTA, R2T; 6. R8A, RIT} 7. P6T (180). 3la_ I. Maizelis, 1954. Blancas: R4R, P4AR, PACR. Negras: R3R, P3CR, P3TR ; posicién favorable a Jas blancas ' independientemente de a quien le toque jugar. (No de- ja de ser cn extremo sorprendente al que esta posicién no haya sido comentada en ninguna publica- cién.) El desplazamiento de la po- sicién 301, en una o varias filas mis abajo, es, en general, favora- ble a las blancas, pero, en este ease, aparecen peculiaridades pro- pias de esta posicién: asf, 1. PSC?, PT xP conduce a tablas’ (92, 97), pero, en cambio, 1. PST, o bien, 1, P5A-+, Hevan'a ia victoria; to- cdndoles jugar a las negras, a I... PAT se puede contestar; 2, PCx PT; 2. Puc y 2 PSA+, yen cl caso I... R3A, ganan tanto 2, PST como 2. PSA (pero no 2. PSC+ ?). 301b. Blancas: RIAD, P3AR, P3CR, P3TR. Negras.’ R4AR, P4CR, P4TR (en 1841, Woker tras- Iadé el rey blanco al escaque 1AD; en 1766, Kotsio lo situaba en 3AD) ; el resultado viene determi- nado por el turno de jugar 1. R2D, PST; 2. PCxPT! (Berger reco- mendaba 2. PAC + ?, RSA; 3. RR; sin embargo, 3... R6C da tablas; esta variante s6lo es posible para Jas blancas en una posicién situa- da una fila més alta) ; 2... PCx PT; 3. R3R y ganan. Tocindoles jugar a las negras, PST; 2. PCx PT (2. PAC + ? pierden) ; 2... PCxPT se alcanzan tablas. BS- tando situada la posicién de las negras una fila mas alta, el rey negro no tiene salvacién. 301c. Illin-Zhenevski-Abramian, semifinal del XI Campeonato de Ja U.RSS,, 1938. Blancas: R2R, P2CR, P3TR. Negras: R3CD, PSAR, PSCR, PSTR; juegan las negras. 1... P6A +?’ (incompren- sible error, puesto que ni siquie- ra 2. PCx'PA, P6C da ventaja a Jas negras) ; 2. R2A, PCxPT; 3. PCxPT, tablas. La victoria’ se conseguia con 1... P6C!; por ejemplo; 2. R3A (2. RIA no da nada, véase el 300), 2... R4A; 3. RxPA, RSD; 4. R&C, ROR y ganan. 302. Se trata de una posicién de tablas que no se menciona en nin- una parte (tocindoles jugar a las jlancas). Si admitimos que el peon blanco se hallaba en 2TR y el ne- gro en 2CR, resulta que el movi- miento P4T? (lo correcto. seria P3T) es, en vista de P3C!, el error decisive. Moviendo las blancas: a) 1. P5A+, PCx PA; 2. PCx PA+, ta- blas (157); 6) 1. PSC, RID; 2. PSA, PCxPA; 3. RxP, RAR (128), o bien 2.'P5T, R3R; (92, 3. POT es indtil), o bien, 2. R3A R3R; 3. R4C, R2R(2A), tablas; c) 1.PST, PCxPT; 2. PSC, PST} 3. PoA+, RSD; 4. PEC (4. R4A, POT, tablas; comparese con el 2lic) ; 4... Px PC; 5. Px P, R3R; @) 1, R4D, R3D; 2. RAA,’ R3A; 3. R3A, R2A!, con lo que los peo- es blancos mo pueden pasar. ‘Tocindoles jugar a las negras, después de 1... R3D, las blancas no consiguen nada ni con 2. PST, ni con 2. PSC, lo mismo que con 2, PSA, PCxPA+; 3. RxPA, ROR (137) ; 4. RSC, R2A; 5. ROT, RIC, tablas (el peén de TR no se halla ni en 3TR ni en 2TR). 161 Después de I... R3D se consigue a victoria de forma bastante com- licada: 2. R4D, R3R; 3. RSA, 2R (o bien, 3... PAT; 4. PCx PT!, PCxPT; 5. RAD, R4A; 6. R3R, RSC; 7. RAR, RxPT; 8. R3A’ y ganan); 4. RSD, R3A (0 bien, 4... RAD; 5. R5R, R2R, igual que en la variante principal); 5. ROD, R2A (no salva la situacion 5... PAT, debido a 6. PSC + !, R4A; 7. RIR, etc); 6. RSR, R2R; 7. PSC!, R2A; 8 R6D! (8. PST?, R2R! no se puede, pues serian tablas) ; 8... RIA; 9. RR, RIR; 10. R6A, RIA; 11. PST!, PCx PT; 12, RSR, PST’ (o bien, 12... ROR (2A); 13. PSA! y ganan, lo mismo que en el 21 ic) ;'13. R&R, R2R (o bien, 13... R2A; 14, PSA!); 14. R3A'l, R3R; 15. "RAC y ganan. 303. 1. ps eS P4C+, R3A; 3. RAD, PSC; 4. PSA y ganan: 1... PAT; 2. R4D, R3A 3. P5A, R2D; 4. R4A, R3A; 5. P3C, P3C; 6. PAxPC, Rx PC} 7. RSD y ganan); 2. PSC, P3C; 3. RAD! REC; 4. PST!, Rx PT (4. PCx PT; 5. PSA); 5. R3A, PAC; 6. PSA, PSC+; 7. R4D y ganan. 304, 1. R2T!, PSC; 2. Px PC, Px PC; 3. RIT!, PTA (3... REC; 4. RIC); '4. P3C+, RAC; 5. R2C, R4A; 6. RxPA, RSD; 7. R2D, tablas. 162 Al considerar Ia posicién 305, al- gunos (Woker, Berger) han es! mado equivocadamente que ¢] tur- no de jugar no influfa en el resul- tado. Sin embargo, la victoria sélo es posible si son'mano las blancas; 1, R2C, P5A; 2. PCxPA, Rx PA} 3. P3A, RAR!; 4. RIA! R4A; 5. R2R, RSA; 6. R2A, RAR; 7. RIK, R4A; 8. P4A, RSC; 9. RAR; Rx PT; 10. R3A, ete. En el 305, saliendo las negras hacen tablas, pero no mediante 1... P5A? (a causa de 2. R2C, PAx . Rx PCI, o bien, 2... PEA+ ; , R4A; 4. PAC4!, PT x ;. REC), sino moviendo 1.. ; 2. RIG (tampoco da resul- tado la continuacién 2. RIR, PSA; 3. PCx PA, Rx PA; 4. R2R, RSC); 2... PSA; 3. R2T, PAxPC+; 4. PAxPC (93). Es evidente que en el 306 romper la nea defensiva contra no puede dar la victoria. No queda, pues, mas remedio que intentar aprovecharse de la debilidad del peén negro 3AR, manteniendo en reserva el tiempo PST, pero, en esta tipica posicién de juego, el camino que conduce al objetivo Propuesto sorprende por lo inspe- rado. a} 1, RAD, R3A; 2. R4A, RID; 3. RSC!, R4D! (en caso de 3... R4R, entonces 4. RSA, R5A; 5. RSD, RxP; 6, ROR o bien: 4... PAT; 5. PxP, RxP; 6. RSD y ganan); 4, R6C, R3D; 5. RIC!, RAD; 6. PST, RSD; 7. R8A, R4R; 8. R7D, RSA; 9. ROR, R4C; 10. RIA y ganan. 3068. Z. Elinek, 1932. Blancas: R2AD, P2AR, P2CR, P2TR. Ne- gras: R8TD, P7TD, P4AR, P2TR; posicién ventajosa para las blan- cas. Caso tipico del factor tiempo al enfrentarse tres peones contra dos, cuando a las blancas sélo les interesa la promocién de dama en STR. 1. RIA!, PSA (1... PAT; 2. PAT; 1... PIT; 2. P3T); 2. R2A!, PGA; 3. PAC, PIT; 4. PIT, PAT; 5. PAT y ganan. F, Dedrle (1950) evité que ca- yese en el olvido la interesante po- sicién 307. Esta se dio en un torneo de juego simulténeo y, después de unos cuantos intentos infructuo- sos de ganar la partida, Charousek se conformé con tablas. No obs- tante, el andlisis realizado por I. y Y. Kvichal demuestra la posibi- lidad de ganar. De las tres casillas cifticas 6AD, 6D, 6R (igual que en el 5), la «principal» es la columna «D>. Si Jas posibilidades de las blancas consistiesen dnicamente en ocupar la oposicién en Ta columna prin- cipal, no obtendrfan resiltado al- guno, La victoria sélo es posible combinando esta amenaza con la PAT, convenientemente preparada. 1.” R4RI, RIR!; 2. R3A! En este momento las negras se hallan ante un dilema: en el caso 2... RR pierden la oposicién, y si juegan 2... R2A, 6 2... R2D, las lancas consiguen realizar PAT, por ejemplo: a) 2.. R2R; 3. R3R, R2D; 4. R3D, RAR; 5. R&A, RID; 6. RAD, RIR} 7.R5A, R2D; 8. RSD, R2R; 9. R6A (acorta la partida en com- paracién con la continuacién 9. R5R, -R2A; 76a); 9... R3A; 10. R6D, R2A; Il. RID, RIA; 12. ROR, RIR; 13. P6A, P3C; 14. PTA+, RIA; 15. ROD! (véase 241); 15... RxP; 16. RID y ga- nan; b)’ 2... R2A; 3. PAT! (amena- zando 4. PST; hallandose el rey negro en 2R o en 2D, esto no se lega a producir debido a 3... Px P; 4. PSC, R3D, siguiendo después R4R; en cambio, ahora, el rey no dispone de la casilla 3R); 3... PxP PSC, R2R; 5, ‘RAC, R3D;'6. Rx P, R4R;7. RAC, R3D; 8 R4A y luego P6C (90): 163 ¢) 2... R2D (el rey negro se ha alejado tanto que a las blancas les queda tiempo para la jugada pre- paratoria que necesitan; 3. R3C!, R2R; 4. PaT, PxP+; 5. RxP, R3A ‘(de Io contrario, 6. RSC) ; 6. RST y ganan, ; Buen anilisis! 307a, Pillsbury-Mason, Londres, 1899. Blancas: R6R, P4CR, PSCR, P4TR. Negra: RIAR, P3CR, P2CR; les toca a las blancas. 1. PST, RIC? (jugando 1... PxP; 2. PxP, RIR! se conseguian tablas ; Neo 118); 2. RIR, RIT; 3. RBA, R2Tj 4. RIA, Px B; 5. PxP, RIT; 6. ROC! y ganan. En el 308 Jas negras pierden a causa dela debilidad del peén 5A. 1, R2R, R3A; 2. RID, RAR (0 bien, 2... RAC} 3. RAR, RST; 4. RxP, ROT; 5. R3R!, 'RxP P4A ganando en final de dama; véase el 3 en el cApéndicer) ; 3, R4A, PST! (amenazando después de PeT con crear un refugio de tey ahogado en ST); 4. P3T!, RR; 5. RAD, R4A; 6. RSD, RAC; 7. RSR, RSC; 8. Rx P, R3A;9. RAR! (9. RAC?, RAR); 9... R3R; 10. P4A, R3A; 11. PSA, R2A; 12. RSR, ROR; 13. PEA+, RIR! (157 siguiente) ; 14. R4R, RIA; 15. R4A, RIR; 16. RSR! (pero no 16. RAC) RIA; 17. Rx P?, R2A) ; 16... 164 R2A; (7. RSA, PAT; 18. RSC, RIA; 19. RxP, R2A} 20. RSC, RIA; 21. RxP y ganan. 308a, F. Zakman, 1913. Blan- cas: R6R, P2CR, PACR, P3TR. Negras: R4CR, P6CR, P2CR ; po- sicién ventajosa para las blancas. 1, RBR! (1. R7A?, P3C!; 2. RIC, RST, tablas) ; 1... R9T!; 2. PSC!, Rx P33. RAR, RAT; 4. R3AT (4. 4A, RST; 5. R3A, PAC, tablas) ; 4... RST (o bien, 4... P3C; 5. RxP, PAC; 6, R2A!, RST; 7, R3A, RAT; 8. R3C y ganan) ;'s. R4A, P3C; 6. R3R, RS; 7, R3A, RST; 8. R4A, PAC R3A y ganan. En la posicién $09 (Chigorin- Tarrasch, Ostende, 1905) las blan- cas movieron: 1. 'PxP? (segura- mente pensando en 1... PxB; 2. RAC, RSR; 3. RST, RxP; 4. ROT, RSC; 5. RxP, P4A; 6. REC, ta- blas), pero, al’ descubrir un error en esta variante, rinden después de dos jugadas. T.os comentadores de esta'partida afirman que en lu- gar de 4... RSC, lo “nico correcto es 4... R3R!; 5. Rx P, P4A ganan- do en final’ de dama (el'3 del «Apéndices) ; sin embargo, lo mas sencillo es precisamente 4... R5C!; 5, RxP seguido no de 5... P4A?, sino de 5... R4T! y ganan. En lu- gar de 1. Px P?, las tablas se con- seguian, como indicé Maroczy, ju- gando: I. R4C!, RS5R; 2. P6C!, PST ; 3. RST!, Rx P; rey ahogado. 309a.-G. Neustadt. Blancas: R5AR, P3CD, P2AD, P3D. Ne- gtas: R3D, PACD, P2AD, P4D; posicién ventajosa para las blan- cas. 1: PAC! (tapando el agujero en.5AD); I... P4A (en el caso 1... PBA, el rodeo y el «tiempos de re- serva son los que deciden: 2. P4D, R2D; 3. R6A, R3D; 4. R7A!, R2D} 5. P3A v'ganan) ; 2. PADIS, PxPD (0 bien, 2... PxPC); 3. R6A y ganan. La ventaja de las negras en el 310 =(Kotnauer - Thomas. Lon- dres, 1947) es evidente. 1... P4C!; 2, Ria, PAT; 3. RIC, P3A (exce- siva pérdida’ de tiempo. Ya que 3... PST no resultaba de in- mediato, debido a 4. P4C ; 10 légico 310 310a,_ G. Mattison, 1929. Blan- cas: R3CR, P4AR, P2CR, P2TR. Negras: RSTD, P3CR, P2CR, P3- TR: las blancas tienen ventaja. Es dado suponer que el rey negro tuvo que capturar un peén en STD. A pesar de esto, consigue regresar a tiempo, causando serios contra- tiempos al rey blanco. No da la victoria, por ejemplo: 1. R3A?, RéC; 2. RAR, R3A; 0 bien, 1. RAC?, RAC; 2. PAT, R4A; 3. PST, PxP+!; 4. RxP, R4D;’5. R6C, RSR; 6. PC, PAT!H!; 7. Rx PC (6 7. RxPT, R4A; 8. RAT, P3C; 9, R3T, PAC); 7... R4A; 8. ROT, RSC,; 9. PSA, PST!; 10. PxP, RxPA. Lo correcto es: 1. P5A!, RAC; 2. R4A!, R3A; 3. RSR, R2D; 4. PGA, RIRj 5. PxP (o bien, 3. ROR, RIA; 6. P3C o P3T; y Pos- pishil, 1956); 5... R2A; 6. P&C= D+, RxD; 7. R6A y ganan (223). att 312 hubiese sido 3... P4A!, y entonces, © bien 4, PAT, PxP; 5. PxP, RIR!; 6. R2C, PSA; 7. RIC, PA; © bien, 4. RIA, PST; 5.'PxP, PxP, etc.) ; 4. RIA, PAA; 5. PAT, PxP'; 6, PxP, RSC! (por el mé- todo anferior es ya imposible con- seguir la victoria) ; 7. R2C, RxP; 8.°R3A, R4C? (a pesar de todo, 8... ROT!; 9 R4A, RIC daba ef triunfo); 9. R3C, 'P5A+ (6 9... R&C; 10. P4A); 10. R3T. Tablas. En el 311 las blancas acercan ve- lozmente el rey a la casilla SC, conservando de reserva los tres tiempos de sus peones. Triunfar de otro modo es imposible; por ejem- plo: 1, P4A?, R2C; 2, R3A, PST 3. PxP, R3T!, contestando las ne- gras con la liquidacién de los peo- nes blancos 47 y 4A al intento del rey blanco de efectuar el rodeo; o bien, 1. R2A?, R2C; 2. R3R, R3A (ahora'no prometen’ ventaja’ ni 3. 165 R4A, P4C+; 4. R3R, R4R; ni 3. P4A, PAC!; 4. RAD, PST!, 6 4. PAT, PxPi; 5. PxP, R3R); 3. RAD, RAC! (tanto 3... R3R?3 4. P4A, con rodeo gracias al tiempo de feserva, lo mismo que 3... P4C?; 4. RSD serfan desastrosas) ; 4. PéT+ (0 bien 4. RSR, PST!); 4... R3A P4A (5. R5D?, PSA), 5... R3R; 6. R5A, R2R!, mante- niendo el ‘negro la én. Lo correcta es: 1. RT!, RIC [0 defiende 1... P4C, a causa de 2. P4A!, PxP; 3, PxP, R2C, y aho- ra, segtin Bondarevski, 4. R4T!, RSC; 5. PIT, RIT; 6. R3C, PST +, © bien, R3C; 7. R3A! y’ ganan? a esto hay que afiadir que en el caso 4... R3T gana. 5. R3C, R3C (5... PST+; 6. RxP; 168); 6. R3A, PST; 7. RAR}, y si 7... RAT, entonces 8. P3T!, ‘contestando a 7... P6T con 8. R3A!, ete]; 2. RAT!, R3A (a 2... P5A no se puede 3. P4C?, R3T, sino 3. Px P, trasla- dando a’continuacién el rey a 4R; véase el 318) ; 3. P4A, R2A (ahora las blancas emplean los dos tiem- os de peén que les quedan) ; 4. SC, R2C; 5. PIT!, R2A; 6. ROT, R3A; 7. PAT y ganan. Bila, N. Grigériev. Blancas: RID. P2AR, PSCR, P3TR. Ne- gras: RIAD, P4AR, P3CR, PATR; ventaja blanca. Se resuelve de for- ma andloga: 1. R2R, R2D; 2. R3A (2. R3R?, Pa PAT, P5A+; PxP, BxP); 2... R&R’ (o bien, PAC; 3. PAT): 3. RAA, RBA; 4. P4T, continuando jo mismo que més arriba se indicaba, En el 312, las blancas s6lo dispo- nen de dos '(y no tres) tiempos de reseiva; por eso, el desplazamien- to del rey a 4T est& condenado al fracaso; pero, en cambio, estando bloqueados los peones negros es posible el rodeo y ocupar la oposi- cién en la fila principal (la sépti- ma, ya que las casillas criticas son 6CR, 7CR y 8CR). 166 + R2A, R2A; 2. R3R, R3R (6 2... R3A; 3. RAD, PAC; 4. PATI, 309a); 3. R4D, R3D; 4. P3T!, RSR; 5. RSA, R2R ; 6. blas R2I . PAT, R2A; 9. ROD, R3A; 69. RSD, R2A, o R2R ; este tiltimo precisa para conquistar jén en Ia fila principal) ; 7. P4T!, R2R; 8. R7A!, RIR; 9. R6D); 9, R8D, siendo la disyuntiva ora 9... R&D; 10. RTR, RSR; 11. RA, R6A; 12 RxP, RxP (6 12... RSC; 13. RGA); 13. RSC!, ora 9... R2A; 10. RID, RUA; U1) RAR, R2C;" 12. RIR, RIC; 13. REA, RIT; 14, RUA, R3T; 15. R&C y ganan. 312a, _N. Grigériev, 1938, Blan- cas: RATR, P2TD, P2CD, P4AD. Negras: RITD, 'PATD,” P3CD, P4AD; ventaja’ blanca.’ Después de 1. PAT !, las blancas, disponien- do de un tiempo de reserva, ocupan facilmente la oposicién en'la final principal (séptima). 312b. Blancas: R6AR, P4AR, P2CR, P3TR. Negras:’ R3TR, P4AR, P3CR, PSTR; las blancas Nevan’ ventaja. Las blancas con- juistan la oposicién gracias a la Ita de facilidad de maniobra del rey negro en el extremo del ta- blero: I. RIR, R2C; 2. R6R, R2T; 3. RTA (3... RIT; 3. REC, PAC; 5. R7A, PxP; 6. RGA, ganan), Vea- se también el 319b. 312. Match de consulta «So- ciedad de Ajedrez de Riga» - «Es- cuela Politécnica», Riga, 1892. Blancas: RIAR, P4AR, P3CR, RSCD, P4AR, gan las blancas. (La misma posicién de los peones jue en el 312 pero Ia de los reyes worece a la parte mas débil, es decir, en el caso que se consider a las blancas.) El blanco_ perdi después de 1, R2R? (1. PST? es también insuficiente a causa de I... PxP; 2. R2C, PST!), 1... RSA; 2. R3R (otras jugadas ya no sal- vaban la situacién) ; 2... R6A; 3. RR, R7A; 4. R3R, R&D; 5. R3A, PAT! Sin embargo, conforme in- dicé K. Betinsh, las blancas alcan- yaban tablas moviendo: 1. R2C!; ejemplo, 1... R5A; 2. PST!, 33. RIT, RID; 4. RAT, RSR; 5. RxP, R6A; 6. RSC (0 bien, 6. RAT, RSR; 7. RSC, RGA); 6. RxP; 7. RxP. Hay que abad que después de 1. R2CI es initit 1... PAT debido a 2. R2A!, quedan- do el blanco con 1a oposicién. E] 313 es instructivo. A pesar de ta disposicién simétrica de los peo- nes, no se consigue nada ocupando Ja oposicién mediante 1. RSR, ya que las negras no estan obligadas acontinuar 1... P&T? ; 2. P&T; des- de 1... R2A; 2. R7R encuen- n su salvacién tactica en la j gada 2... PAC!, que da Ia. posibil id de rey ahogado, lo mismo que en el 309; por ejemplo: 3. ROR, PSC; 4. PAT, R&C, etc., en caso _. |. RSD, se al- canzan tablas moviendo 5... P&T 6. RSA, PST. No se evita la j gada P4C (después de 1. R&R, R2A) mediante 2. P4T, ya que las negras de cualquier modo mueven 2... PAC (3. PST, PxP; 4. PxP, RSD, etc; 3. RTR, R3C; 4. R6D, PSC, lo mismo que se indicaba mAs arriba). Por eso inmediatamente : 1, PAT! R2D Ahora 1... P4C sélo debilitaria sin remedio al pe6n 4A (2. PST, R2D: 3. RTA). ‘La respuesta de Jas blancas 2. PST es forzada (2. R7A?, PAT!), ro al mismo tiempo es la base fe la solucin. 2. PST! Rap! 2... PAC 6 2... PxP sigue 3. RTA; en caso de R3R_(RID) se contesta: 3. PxP y 4. PIC, lo mismo que en la variante prin- rN las bk: las blancas es pre- maturo PPK P, R3A; 4. RIR, Rx P; 5. R6D, a causa de 5... RAT! {de nuevo rey ahogadg). 3. RIA RD Q bien: 3... RAR; 4. PxP. Es- téril resulta también 3... Px P de- bido a 4. R6A, R3A (o bien, 4... PST; 5. PxP, PAT; 6. RSA); 5. ROR, R3C; 6. ROD, PST; 7. PxP, RAT; 8. RxP, alcanzando antes dama. 4. ROA 5. RSA R3D R2A Relativamente mejor: Si_ 5... ROR, entonces 6. PxP!, RID; 7. PIC}, R2A; 8. ROR, RxP;' 9. RTD, igual que en la variante prin- cipal ; en caso de 5... R2D, la con- testacién serfa: 6. R5R, R3A; 7. R6R, PAC (0 bien, 7... R2A;.8. RSD, R2C; 9. RED) }8. RSR, R2A; 9, RED, BaP; 10. PxPy 11. RxP (135). 5. R6R! Una pérdida de tiempo es 6. RIR a causa de 6... R2D. 167 6... R3A, 7. RIR R2A 8. RBR! RIA Si 8... R3A (8... R3D; 9. Px P!); entonces 9. R8D!, Px P; 10. RIR!, R2A; 11. RGR, R3A; 12. RSR, R2A;' 13. RSD, R3C; 14. R6D, R2C; 15. RxP, R2A; 16, RSD, R2D; 17. PSA, R2A; 18. POA y ganan (158a). 9. PxPl RC 10. RD RxP © bien, 10... P4T; 11. RED, RxP; 12. RSD. AL. R8AT iZugewang decisivo! (Si juegan las blancas ‘no ganan; por ejem- plo, R&C, PATI, o bien R7D, RAT.) Ty os R3A Si 11... R&T, entonces 12, RIC, RSC; 13. RxP y ganan. 12, REC! a y_las blancas ganan (12... R3C; 13. RST, PAT; 14. RBC, PST; 15. PxP, RAT; 16. RIC (7A), RxP; 17. R6A, RSC; 18. RSD). En el’ 314, los peones 3T y 3A odrian estar situados en 21 y 2A. in interés del blanco esté el blo- quear los peones enemigos, ya que el rey blanco puede conquistar f4- 4 cilmente la oposicién en Ia séptima fila (al rey negro le molesta su propio pe6n 3C). Es necesario, asi- mismo, evitar la jugada PSA, que da tablas. 1. PAAl R2C Las negras amenazan con un re- fugio de rey ahogado en el 4T me- diante P3C-4C-5C. Ademis (como réplica a 2. R5C, por ejemplo), pueden también jugar 2... P4T, amenazando PST, y en caso de 3. P4T entonces: R2A!, mante- niendo el. negro la oposicién (312c).. 2. PAT! R3A Los peones negros estén parali- zados:? en caso ede PAC; 3. PST, perece el peén 4A, y si 2 PAT, las blancas mueven 3. R6T!, conquistando la oposicién, va que el negro no puede jugar R3C. 3. RSCr Es claro que no 3. R6C?, PAT, tablas. (A 2... R2A hubiese segui- do 3. R6C!.) 2 R2A O bien, 3... RID; 4. RSA!; 6 3... RID; 4. R6A!, R3D; 5. PST! (lo mismo que en el 313), vero no 4. PST? a cansa de 4... R3R!; 5. R4A, PxP; 6. RAR, PST; 7. PxP. P4T, tablas. 4. ROA! Pero no 4. RSA?, PAT! y tablas, ya que el blanco no ha conse; ain la oposicién en 1a. séptima fila. 4 R2D Amenazando con respunder a 5. RSR (5A, 7A) con 5... PAT y ta- blas. 5. PST! y, las blancas, igual que en el 313, alcanzan una posicion victoriosa después del cuarto movimiento blanco. Ambos ejemplos (313 y 314), ilustran el debilitamiento de los mes negros, que tiene lugar pa- Fa'la colocacibn del peén ‘en ST en lugar de 27. Sida. Del torneo celebrado en Alemania Oriental en 1949. Blan- cas: R4D, P4AR, P2CR, P3TR. Negras: 'R3D, 'P4AR, | PSCR, P2TR. Después de 1. PAT, las ne- gras se defendieron mal: 1'.. R3R; 2 RSA, P3T; 3. PIC, PAT; 4. REA y,ganan. EI comentador de la par- ida considers que el etror decisivo fue 1... R3R_y recomendaba P3T (2. PIC, PAT; 62. PST, Px P} 3. P3C, PST; 4. PxP, Pat); in- dudablemente, esto dab tablas, Jo mismo que, dicho sea de paso, 1... PAT; por ejemplo: 2. P3C, R3R; 3. RSA, R2R, o bien R2D. {No obstante,’ 1... R3R no pierde Ia partida! EI error decisivo estuvo en 2... P3T; en contestacién a este movimiento lo mAs sencillo hubie- se sido 3. PST; pero afin después de 3, P3C el negro no puede defen- derse (a cualquier jugada del rey sigue 4. PST). En Tugar de 2... PST ?, tablas daban Ia jugada R2R (2D); estando situados dia- gonalmente, los peones negros son invulnerables, y a P3C se puede contestar (maiteniéndose en_ Ia oposicién) P4T. También 2... PAT Neva a tablas (véase el 314b). 314b. I. Maizelis, 1955. Blan- cas: RSAD. P4AR, P2CR, PATR. Negras: R3R, P4AR. | P3CR, PATR. Ta partida condtce ala Victoria sélo si les toca jugar a Tas negras (curiosa posicién de zug- zwang reciproco). Después de 1... R2R; 2. ROA, o bien, 1... R2D; 2. RED, ete., to que decide es ef tiempo ‘de reserva P&C. La par- tida es tablas si les toca salir a las blancas; por ejemplo: 1. RBA, R2R; 2, RIA, R3R; 3. R8D, RAD; 4. RIR (el rodeo es inaitil, ‘puesto gue el pebn 4A no esté defendido) ; 4. ; 5. ROA! (5. P3C?, pier: de) ; 5... RxP; 6. RxP, RSC; 7. PSC, RxP; 8 RxPA, RxP; 9. RAA, tablas. Los peones doblados representan ‘un serio debilitamiento de 1a posi- cién ; sin embargo, para obtener Ja victoria suelen ser necesarias otras circunstancias favorables En el 315, las blancas se esfuer- zan en trasladar el rey a la 4AR; por st parte, el recurso defensive de las negras consiste en el movi- miento PST, que quita todo valor a los peones blancos. La posicién decisiva de zugzwang es R2R-R4R. 1... RAR; 2. R2R (en caso de 2. R2D, Capablanca hubiese conti- nuado 2... PST!; 3. PxP, PSA!; 4, PST, PxP+! y tablas); 2... R5R!; 3. P3T (o bien, 3. R2A, PST, 'siguiendo lo mismo que an- teriormente) ; 3 ...R4D!; 4. R3A, RAR (después de esto el blanco se ve precisado a emplear su iiltimo tiempo); 5. P4T, R4D; 6. R4A, R3R (7. PAR, PxP; 8. RxP, P4A+), tablas. N._Grigériew (1935), indies que 1... RAD? hubiese hecho perder, 169 debido a 2, R2D!, RAR (2... PST; 3. PxP, PSA; 4. PxP, R5R; 3. PST; 2... RSR 3. R2R!, PST; 4. PxP, PSA; 5. PST!, R4A;' 6. PxP, o bien 3... RAD; 4. R3i R4Rj 5. P3T!, RAD; 6. R4A, RIK; 7. PAT y ganan) ; 3, RIR!, R4D; 4. R2A1, RSR; 8. R2R, ganando Jas blaneas. Grigériev hizo ver que, ademas de 1... RAR, hubiese sido posible 1... R2A; por ejemplo: 2. R2R, R3C; 3. R3A (3. R2A, R3T); 3... RAC} 4. PIT, PST!;'5. PXP+, RxP; 6. R4A (0 bien 6. R2C, PSA ;'7. PxP, P4A, empate) ; 6 RxB; 7. RxP, ROC, tablas, 315a._N. Grigériev, 1935. Blan- cas: R4D, P3R, P3CR, P2TR. Ne- gras: RIR, P4AR, P3AR, PATR; tablas. 1. RSD, R2D; 2. P3T, R2R} 3. R6A, R3R; 4. PAT, PSA (pierde 4... R4R?; 5. RTD, R5R 6. ROR, RxP; 7. Rx P5A!, 6 6... ROA; 7. Rx PEA, RxPC; 8. Rx PSA, RxP; 9. R4A!, ROT; 10. PAR, etc.)) 5. PCxP, R&A; 6. RSD, RSC; 7. RR, Rx P, tablas. De otro modo: 1. RSA, R2R(2D) ; 2, RGA, R3R; 3. P3T (3. PAT ha sido ya’examinada ; si 3. R7A, en- toncés 3... R4R; 4. R7D, R5R; 5. ROR, RxP; 6. Rx PSA, ROA; 7. RxP6A, PST!, tablas) ;'3... RAR; 4. RTD, PST; 5. Px P, PSA, tablas. Hay ‘que afiadir a’ lo expuesto que a tablas Ileva también 1. P4R, PuPy 2. RxP, PST; 3, P&C, POT? 4. R4A, R2A; 5. RIC, RIC; 6. RxP, PaA. 315b. F. Dedrle, 1942. Blancas: R4AD, PSR, P3CR, P2TR. Ne- gras: R3R, P4AR, P3AR, PaTR; vencedor (?!). No ha sido posible hallar una solucién publicada, pe- ro basdndonos en el andlisis de Grigériev, podemos suponer que el estudio de Dedrle no la tiene. BiSc. Lasker, E., 1911. Blancas: R4AR, PATD, P3CD, P2AD. Ne- 170 gras: R3R, PATD, P2AD, P3AD; juegan las blancas. EI objetivo que se perseguia con esta posicién de estudio era ilustrar la debilidad de los peones aislados; 1. R4R, R3D; . RAD, P4At ; 3. R4A, R3A; 4 oe RSC; 5. RSD, P3A+ ; 6. R4A man. A. Fainstein (Tallin) ha Tadicado aue después de I. RAR, se consiguen tablas moviendo 1... P4A!; por ejemplo: 2. R3D, R&D; 3. R3A, P3A; 4. R3D, P5SA+; 5. PxP+, R4R1 y P4d. El ejem- Jo es correcto en la posicién R4R- 3D. 316 Las blancas tienen cuenta Ja amenaza PSA ; por ejem- 1, R4D?, PSAL; 2. PxP, US; 8. PAR, RATS 4, BSR, POC! 5. R3R, RxP; 6. POR, RET; 7. PTR, PIC, tablas. Sin embargo, no es stificiente 1. R3R?, a causa de jue tener en 1.,, R3T1; 2, R&A, RAT; 3. P3R, R8T; 4. RSR, PAC!; 5. PxP+, RxP, tablas. 1. P3R! RIT Es la mejor defensa. Si... R2C, entonces 2. R4D(4A), R3A; 3. RSD, R2R (o bien, 3... R2A; 4. RSR, R2R; 5. P4R, Px P; 6. Rx P, RBA} 7. R4A, R2C; 8, Rx P, RIT; 9 R3A, RAT —9... Pac, “10. R4aC—, 10. R4A, RBT; 11. RAC y nan); 4. R5R, R2A; 5. PAR, 4C! (la Gitima chance); 6. PT x PI, PxP; 7, RxP, R3C; 8. R4A, RAT; 9. P6C, R3T; 10. RSA, R2C; 41. RSC y ganan. 2. R4D 3. RSD! RAT R&T! A 3. RSR? hubiese seguido 3... PAC; 4. PxP, RxP, y tablas des- pués de 3. RSD!; pierde 3... PAC?, a casa de 4'PxP, RxP; 5. RSR, R3C; 6. ROR, RAC; 7. RIA y 8. RGA. 4. RER RAT! 5. RIR!! oy En el caso de 5. R6A(7A) ?, las negras se salvan mediante ’5. P5A!!; 6. PRxP, PAC; 7. PAxP, 0 bien PTxP, rey ahogado. rp R3T Ahora, 6. RTA seria una pérdida de tiempo a causa de 6... R2T y las blancas necesitan conquistar la oposicién (312b). 6 R8A! RAT! Al objeto de a7. R7C? contestar con 7... PSA! 7. RBC! RIT. 8 RST! RAT. 9. RIT = y las blancas ganan de idéntica forma que en el caso 9... PSA; PRxP, PAC; 1. PSA!, Px PT 12. P6A, PxP (POT); 13. PTA, PIC!; 14. P8BA=D, P&C=D; 18. DET ++; lo mismo sucede ‘des- pués de 9... PAC; 10. PxP, P5A; il. PCxP, POC; 12. PEC, PIC; 13, PIC, P&C=D, 14. PSC=D. hu- yendo de los jaques de la dama negra (14... D8C+; 15. R8T, DET + ; 16. DIC, DIT} ; 17. RIT, DSR+ ; 18. R&C!, DIT+ 19. DBA, DIC+!; 20. R8T!, DIC+; 2l- DIG, DiC+ ; 22. RTT, DEC4’; 23. REC, DIC+ j 24. DBA, etc.). Pasemos a examinar el segundo grupo de finales con distribucién separada de los peones en distintos flancos. Cttando no hay més remedio que jugar sélo con los , hay que estimar previamente a quién se le acabaran antes los movimientos (tiempos). El 317, junto con las posiciones que se sefialan en 317a, b y c, com- Prende todas las disposiciones ima- ginables de dos peones contra Gtros dos contrarios, cuando unos y otros se encuentran todavia en ‘sus casillas iniciales. En el 317, el tener que jugar implica desventaja. A 1. P4A hay que contestar 1... PAT!, a fin de impedir la continuacién 2. P4C (lo que asegura al blanco Ia posibili- lad de pasar), y después 2. PSA, PST, o bien, 2. P3C, P3D. A 1. P3A lo correcto es 1... P3T!; 2. P3C, P3D. Sia 1. P3A, se contesta 1... PAD, entonces, después de 2. P3C, P4T, uno de los peones blancos puede de nuevo llegar a dama, aun- we mas tarde que el contrario festo hay que entenderlo en sen- tido teérico, por cuanto las posi- ciones en el flanco del rey pueden m1 ser extraordinariamente variadas; en el caso que se considera, el blan- co es mate en 4CR). En el 317, tocéndoles mover a las negras, a 1... P3T (1... PAT; 2. P4A), sigue 2. P3A, P3D; 3. P3C, PAD; 4. PAC y ganan. En el flanco de rey se supone, para simplificar, la misma situa cién que en el 3i7 (en la practica, el rey suele encontrarse casi siem- pre en posicién de zugewang con gran cantidad de peones). En el 317a y en el 317, no hay més que imitar las jugadas del sontrario;, por ejemplo (en, ¢l eee ee ae PAC, 6 1. PSA, PATI, 61. PA, p3tt En el mimero 317, ganan_ los peones ligados, independientemen- te de 2 quien le toque jugar, te- niendo en cuenta que én primer lugar debe jugarse el peén 2C: si mueven las blancas, 1. P4C!; co- menzando las negras, 1... P44; 2. P3C!, ete. Si 1a distancia qe separa los peones es inferior a cuatro filas, o algunos peones se hallan adelanta- dos, son posibles otros resultados y excepciones de diverso género, con la particularidad de que a ve- ces tiene no poca importancia el que un peén (0 varios peones) pue- da saltar dos casillas al salir. 172 El 318 nos muestra una combi. nacién tipica. 1. P6A+!, PxP+; 2. RAR! {no 2. R5A?, PST!) ; 2. PT (esto es mejor que lo que re- comiendan los autores, 2... R2R, ya que sigue no 2. PSA, PST, sino la jugada, ain més decisiva 2. PST, que da una facil victoria) ; 3. PSA; R2R; 4. RSA, R2A; 5. RSC, R3R; 6. Rx P, RAD; 7. REC, RxP; 8. PAT, RID! (obligando a las blincas a perder tiempo bajo la amenaza de R-2R-1A)); 9. R6A', P4A; 10. PST, PSA; 11. POT, POA; 12, PIT, PTA; 13. P8T=D, P8A 314. DBD+ y ganan, 318a. B. Horwitz, 1879. Blan- cas: R4AR, P3AD. P2R, PAR. Ne- gras: R3AR, PSAD, P4AD, P3D; ventaja blanca. 1. PSR+, Px P+} 2. R4C!, R3C(3R) ; 3. PAR, R3A; 4. RST y ganan. 318b. Del torneo juvenil cele- brado en Hastings, 1949. Blancas: RSD, P3AR. P4CR. Negras: R4D, PAR, P3R, P4CR; juegan las ne- gras. Los’ adversarios acordaron tablas. G. Thomas indieé la forma de ganar: 1... PSR+!; 2. Px P+, R4A! (2... RAR ?; 3. RR, tablas) | 3. R3A, PAR y ganan. Hay que agregar que la’ posicién inicial da Ja’ victoria a las negras indepen- dientemente del turno de jugar; ejemplo: 1. R3R, PSR; 2. xP+ (0 bien, 2, P&A, PxP+5 3. RxP, RSD y ganan) ;'2... R5A, o bien, R&R y ganan. La posicién que damos a conti- auacién tiene un cierto parecido Jejano con 1a anterior y, a su mo- do, es instructiva, 318c. Lovtski-Rubinstein, Var- sovia, 1916. Blancas: R2AR, PATD, P2CR, P3TR. Negras: RSR, PATD, PSAR, PSTR; juegan Jas negras.’ 1... intento de P6A! (ingemioso ranar; en el caso 1... 3A, "RA; 3. RxP, | PACH RP y el yn. blanco llega antes a la pro- Peon) 32. PxPs, RSA! (no'2. ROD, a causa de 3. P4A, RR; 4. PSA, Rx P; 5. R3A y a las negras Jas silva anicamente el que el peén TR se halla fuera de la zona de yentaja; 152); 3. R2R! (jugada finica; en caso de 3. R2C?, ROR, el negro gana el peén AR, después de lo cual su rey se dirige hacia el peén TD, sin preocuparse de tornar el peén TR, lo que salvarfa a las blancas) ; 3... R6C, 4. R3R!, Rx P; 5. R2A!, RIT; 6. P4a, POT; 7. P9A, RST; 8. PGA, PIT, tablas (ahora a las blaneas les ha faltado un tiempo para obtener la victoria en final de dama). 319 319, 1, P6C, PxP (tampoco salva la situacién 1... P4T); 2. PxP, R4C; 3. RSD, RIC; 4. R4A, RAT; 5. RSA, RST; 6. R6C, RET; 7. RSC, RIC; 8. RxP, RxP; 9 R4A y ganan. Si én este sencillo final se modi- fica Ia situacién de los _ reyes se descubren modalidades inte~ resantes. 3194. N. Grigériev, 1932. Blan- cas: RATD, P2TD, P3CR, P3ITR. Negras: RS5AD, 'P5CD, P4CR, P4TR; tablas. Si los peones del flanco'de rey estuviesen bloquea- dos, las blancas ganarfan a condi- cién de que les tocase jugar a las negras, pero precisamente esto es imposible de conseguir. 1. PAC!, PST! [no 1... Px P?; 2, Px P, RAA (2... RGA; 3. RSC) ;'3. RST, RSA; 4, REC y ganan]; 2. RST, R4A! y tablas (pero no 2... POC?; 3. Px P+, RxP; 4. RSC, R6A; 5. RSA, RED; 6. RSD, ROR} 7. RSR, RA} 8. RSA, ROC; 9. RxP, RxP; 10. R4A!, ganando las blancas en fi- nal de dama; véase el 3 en el «Apéndices). No deja de ser inte- resante el que otras jugadas, salvo 1, P4C!, hagan perder al blanco; por ejemplo: 1. PAT?, PSC! 2. RST, PGC, o bien, 1. RST?, PSC!; 2. PxP, PxP; 3. RAT, ROA, y 4 P6C. Si en la posicién inicial el rey se hallase en STR. seria tam- bién tablas: 1. PAC!, Px P! (s6lo asf); 2. PxP, R4A. (La soluciin del autor no fue pubticada y la po- sicién 319a no fue estudiada a fondo. 3195. De una partida real, 1936. Blancas: R4ATD, P4CD, P2CR, P4CR. Negras: R5AD, P3TD, P4CR, P3TR; juegan las negras. 1... R5D!; 2. RST (0 bien, 2. RIC, ROD) ; 2... ROA; 3. RAT, RIC; 4. P3C, RGA; 5. RST, RED 1; 6. RAT, RSA; 7. R3T, R6A; 8. RAT, RIC y ganan. (La’idea es idéntica a la del 312b.) 173 En otro sentidu, pero también practico, son muy interesantes los ejemplos siguientes : 319%, M. Levit, 1915. Blancas: R3AD, P2TD, P2CD, P5SCR. Ne- gras: RATD, PSTD, P3CD, P3CR; ventaja blanca. 1. R4A,’ PAC + 5 2, RSA, R3T; 3, PAC!, PxP; 4. PxP, RAT; 5. R6A!, RSC; 6. REC y ganan. 319d, V. Ber, 1934, Blancas: R2CD, P3AD, P6CR, PSTR. Ne- gras: RSAD/ P4AD, P2CR, PS ‘R; ventaja blanca. i. R2A, R4D (o bien, I... R4C; 2. R3D1) R3C!, R3A (2... RID; 3. RAT R3A; 4. RST); 3. RAA, RID; 4. RSC, RAD ; 5. REC!, RSA; 6. REA (no deja de ser divertida’ la _con- quista consecutiva de la oposicién en 24D, 4AD, 6AD) ;6... Rx P; 7. RxP y ganan. Tocdndoles jugar a las negras se aleanzan tablas me- diante 1... R4C! (sinicamente) ; 2. RSC, PSA+, etc. 319e. I. Glazer, 1939. Blancas: RATD, PSD, P2CR, P3CR. Ne- gras: RIR, 'P2D, PSCR; ventaja del blanco,’ 1. RSC, R2R’ (o bien, 1... RID; 2. P6D, y ora 2... RIA; 3. ROT, ‘ora 2... RIR; 3. R6C, R2A; 4. RIC, etc.) ; 2, RSA, RID; 3. ROD, RIR; 4. R7A, R2R; 5. 114 R8A, R3D; 6. RBD, RxP; 7. Rx P, RAR; 8, RIR, R4A; 9. R7A, 4C; 10. ROR y ganan. 320. 1. R2A, R4A! (en caso de 1... P4A, las blancas se apoderan del escaque 4AR con el rey, reser- vandose el tiempo PSC) ; 2. R3A, RAR!; 3. PAC, PxP+;'4. RxP, RS5R; 5. PST, P4A+; 6. R3T!, PSA; 7. POT, P6A; 8. PIT, PTA; 9. R2C y ganan. Botvinnik compuso este estudio basandose en un dificil final, del ue fue protagonista en un torneo simultaneo, y teniendo en cuenta los errores que él descubrié en el andlisis de Fine (1941). 320a Knoch-Van Scheltinga, Amsterdam, 1936, Blancas: R3CR, P2TD, P3CD, PTR. Negras RICR, PSCD, P3AR; juegan las negras. 1... R4A; 2.’R3A, RAR; 3. RAC (no 3. PST, R4A); 3... RR; 4. PST, PAA + ; 5. R3C (ma- Ja jugada ; lo correcto es, como se- fialé “Botvinnik: 8. R3T!); 5... ROR; 6. PéT, P5A+, tablas (evi- Uentemente, Fine no tuvo en cuen- ta la continuacién 7. RAC, PA; 8. P7T, P7A; 9. P8T=D, PBA =D; 10. DSR+,’RID!; 11. D4D+, RTA; 12. DxP). Botvinnik acompafiaba su estu- dio de una nota irénica: «Segura- mente, se demostrari que el estu- dio no es original; jes tan diffcil a estas alturas inventar algo nue- vo en el ajedrez!» A esta observa- cin respondié 0. Nedelkovich en el afio 1951, al hallar el siguiente ejemplo de Euwe (1940) : 320b. Blancas: R3R, P2TD, P2CD, P2AD, P2TR.” Negras: RAR, P2TD, P2CD, P2AD, P2AR; las ‘blancas tienen ventaja. 1. PATD, PAT; 2. PAA, PAAD; 3. P3C, P3C; 4. PAT, R4A; 5. RBA, RAR; 6. RAC, RSR; 7. PSTR, P4A4 ; 8 R3TI, etc. «Creo que esta combinacién no es nueva», sefiala Nedelkévich. Esta suposicién es cierta; véase, por ejemplo, el estudio de Grigé- riev 68, el cuarto movimiento de las blancas (1928), asi como el 3334, 1926). La interesante y diffeil posicin del 321 ha sido hasta la fecha poco conocida, ya que su solucién no ha sido nurtca publicada. Para hacer- la mas asequible examinaremos en primer lugar el final, bastante més sencillo, que damos a conti- nuacién: S2la, Volpert - Bielova, 1949. Blancas: R4CR, P3TD, P4CD, P3TR. Negras: R3CR, P3TD, PACD, P3T! les toca a las ne- gras. El movimiento t... PATR+ ? fue un error decisivo a causa de 2. R4A, R3A; 3. PATR. Segiin sefiald P. Romanovski, se empataba ju- gando I... R3A (y también con 1. R2C). Después de 1... R3A (I... R2C; 2. RSA deja a las blancas con un peén de ventaja en final de da- ma «RATD, ACD, PSTD; RSCR, , juegan las negras», que- dando’ las tablas todavia por de- mostrar). 2, R4A, R3C (hasta se Bhede R3R), o bien, 2. P4TR, 3 3. PsT+, R3A; 4. R4A, RSR} 5. R4R, R3A las tablas son evidentes, En el 321 se ve claramente que debera darse una posicién final andloga, con la diferencia de que los peones negros en el flanco de dama son mucho mas débiles y las, blancas necesitan bastante menos tiempo para alcanzar dama. Es evidente que el rey blanco de- bera ocupar el centro del tablero, manteniendo la oposicién. Por eso? 1. R2A!, R2A! (es claro que no se debe jugar 1... R2C?; 2, R3R; en caso de I... R2R, sigue 2. R3R; y Ja tarea de las Blancas queda re Suelta al ocupar la oposicién en Ja columna «Rs; por ejemplo: 2... RAR. 3. RAR, RBA; 4. RSD, o bien, 3...R3D; 4. R4D!); 2, R3A, R3A; 3. R4A, 'R3C! (hemos Megado al momento mds dificil de la solu- cién; a primera vista parece que ahora 4. RSR da la victoria; sin embargo, como se ver& mas ade- ante, esto no es asi); 4. RACH! (las blancas crean voluntariamen- te esta posicién que parece condu- cir irremisiblemente a tablas) ; 4... R3A (4... R2C? Meva inmediata- mente a la derrota) ; 5. PAT!, R3C; 6. PIT +, R3A; 7. RA, RS RAR, RIA (continga siendo ain un misterio de qué modo pueden ganar las blancas; tanto al negro como al blanco les hacen falta el mismo ntimero de movimientos, ocho, para ser mas precisos, para aleanzar dama a la vez); 9. R5D, R4C; 10. RSA, RxP; tl. RxP, RSC; 12. R4Al! (en esto consis tla la solucién: el rey blanco no s6lo ha liberado el camino de su peén, sino que, ademés, se ha in- troducido en la casilla’ del peén 6TR); 12... PAT; 3. RID!, RGA (pues de lo contrario el rey blanco va a 1AR; en caso de 13... R6C, el rey es jaque en 8CD); 14. PSC y Jadama negra en 8TR’es captura- da en jaque doble. Queda sélo por dilucidar una cuestién: ;Por qué la jugada 4. RSR? no lleva a la victoria por el mismo método? La respuesta es 175 jue hubiese seguido 4... R&C; 5. Kop, "RST; 6° RSA, RaP; 7. RxP, con to que ahora ya no se puede ni 7... R5C?, como en la variante principal, ni 7... RIC? a causa de 8. RxP, con el subsi- guiente cambio de damas (jaque por la diagonal), sino 7... PATR!; 8. R4A, PSTR! y, dado que el ne- gro no ha abierto su sistema de defensa, las blancas se encuentran ante una alternativa igualmente desagradable: ora 9. P5C, RSC}, ora 9. R3D, R7C!, en ambos casos el mismo resultado, tablas, Ahora Se comprende por qué era necesa- rio evar él peén 3TR hasta STR, habia que quitar a las negras la posibilidad de realizar esta. ma- niobra. jEsta es una de las numerosas obras maestras de Grigériev! 321b. I. Louma, 1939. Blancas: RIR, PSTD, PECD, P2TR. Negras: ‘R2D, P3TD, P2CD, P2TR; venta~ ja blanca. Lo mismo que en el 321, 1a columna principal es la de «R> (los peones negros 2CD y 2TR son débiles). La situacién en el flanco de dama'es atin mas favorable pa- ra el blanco. La amenaza de las negras Rx PATD debe ser contra- rrestada mediante R5A (R4TD, RGD), lo mismo que en el N.° 224). 1, R2A! (comenzando ast ej rodeo y el acercamiento al peén 7TR ; al mismo tiempo, a R8AD-4CD’ se puede contestar ahora R-3R-4D) 1... RSR o RIR (1... RAR; 2. RIK 1... R3D; 2. R3A!, RAD; 3. R4A, R4A; 4. RSR, 0 bien, 3... RID 0 R3R; 4. RSC); 2. RIC!, R2AI; 3. RAT!, R3C (3. R3A; 4. RST): 4. RAC, PIT; 5. P3T!, R3A; 6. R4A, R3R} 7. RAR y ganan, E] andlisis de V. Chejover puso al descubierto las dificultades de a posicién 322, 1, R&A P3TR! En caso de 1... R3D, tendriamos 2, RSC, R4R; 3. P3A! (no 3. 176 ROT?, RSA; 4. PSC, RSC; 5. P3A+4, RSA y tampoco'3. P4A's 7, R5R!; 4. PSA, Px PxP, . POA, R3R); 3... PATR; 4. PAA+ ! (es inftil 4. Px P, Px P 3. P4A+, a causa de 5...’R3R! 6. P5A+, ROA; 7. RxP, R3A; RAC, PAT !; 9. PAT, R2A’y tablas; 152); 4... R3R; 5."PSA4!, PxP; 6. PxPT!, PaT; 7, PAT, R2A; 8. RxP y ganan. 2. RSR PATR 3. PxP PxP 4. PAT! - No se consigue nada con 4. R5A, R3D; 5. RSC (o bien, 5. PATD, R4D; 6. RSC, RSR); 5... RAR; 6. P3A, P3TD!; 7. PaTD, PAT! P44, R3R; 9. PSA+, R2A y ta- blas, lo mismo que mAs arriba. Bee PAT Esta jugada hace perder. Es tam- bién mala 4... PaT a causa de 5. RSA, RSD; 6. RSC, RAR; 7. P4A+!, R&R; 8. PST, de igual modo que 4... PSTR a causa de 5. R4A, R3D; 6. RAC, R4R; 7. PST. Ahora bien, las negras podrian hallar afin su salvacion mediante la sutil jugada propuesta por J. Bondarevski 4... R3A!, por ejemplo: 5. R5A, RAD; 6. RSC, R5R!; 7. P4A, PSTR, 0 bien 5. PST, PSTR; 6. R4A, RAD; 7. RAC, RAR! (pero no 7... RSR?; 8. P6T, P6OTR; 9. R3C! y ganan)’; 8. P6T (o bien, 8. P3A, PSTD) ; 8... RER; 9. P3A'+, ROR; 10. P4A, POTR, tablas. A la mala jugada 4... PATD si- 16: 5. RSA, R3D; 6, RSC, RAR; P3A!, R3R (7... PSTR; 8. RAC); 8, P4A, PSTR; 9. Rx P, R3A; 10. RAC, RIC; 11. RBA, 'R3A5) 12. RAR, R3R; 13. RAD! y ganan (el peén se halla precisaimente en la zona de promocién; 152). Pasemos a examinar el tercer grupo de finales, cuya caracterfs- fica es la disposicién «desperdiga- da» de los peones, es decir, cuando unos se encuentran en el centro del tablero y otros en los flancos. Entre ellos puede haber dos liga- dos, pero lo mAs corriente es que todos estén aislados. En este caso de debilidad de los peones de am- bos bandos, la dificultad estraté- fics coniste en lo que podrfamos ymar correcta eleccién de la edi- reccién del ataque principal», ya que el dirigir todos los esfuerzos contra uno de los peones significa entregar otro al adversario. 323 Wie A Y As DD a Sa ae fo WZ a i, El 323 es uno de los primeros, y de pocos conocido, estudios de Gri- gériev (su solucién no fue publi- cada). La posicién de las negras posee una capacidad de resistencia espe- cial, debido a que los peones 2CD y 2CR se encuentran aan en sus casillas iniciales ; ademés, las ne- gras dominan Ja oposicién. La ta- tea del blanco consiste en arreba- tar a su adversario estas ventajas. 1. RAR, R2D! (ocupando la co- rrespondencia en la «zona princi- pals, ahora; el apoderarse de la oposicién mediante 2. R3D inten- tando jugar directamente contra el pe6n 2CD, es infructuoso, debido a 2.,. R2A!); 2. RSR, R2R; 3. PSCD1!, P3CD’ (debilitamiento for- zado, ya que a 3... R2D sigue 4. P5A, Px P; 5. Rx P, R2R ; 6. REC. RIA} 7, RTT, R2A; 8. PSCR y ganan); 4. PSA, PxP; 8. RxPi, R2A (cugzwang: las negras pier? den si se les transmite la obliga- cién de jugar); 6. RSC!, RIA (fnica jugada) ;'7. R4A!! y, una vez perdida la ‘oposicién, fas ne= gras quedan indefensas ; por ejem= plo 7... RIR (o bien 7... R2A, 0 R2R; 8. RSA); 8. R4R, R2R; 9. RSR'y ganan. 323a. N. Grigériev, 1938. Blan- cas: RID, P3CD, P3D, P2TR. Ne- gras: RIAR, P3CD, PSD, P2TR; ventaja blanca. El blanco gana ef pe6n SD, pero pierde el 3CD; ade- més, cambian los peones 3D y 3CD (después de su promocién); ef pen 2TR asegura la victoria. 1. R2R, R2R; 2. R3A, R3D; 3. PAC!, RBA’ (3... RAR; 4.’RAC); 4. RAR, R4C; 5. RxP, RxP; 6. RSR, PAC: 7. P4D, R6A; 8. PSD, PSC; 9. P6D, POC; 10. PTD, PTC; II. P8D=D, P8C=D; 12. D4D +, RIA 6 6C; 13. DAR 6 6C+, RW DxD+, RxD; 15. R6A!, RTA} 16. RIC!, PaT; 17. R6C, PST; 18. REC, POT; 19. R4C, RED;’ 20. RxP, R5R; 21. R4C y ganan. 323b. Valtuch Michell, South- TT port, 1905. Blancas: R2AR, P2TD, P4AD, P2TR. Negras: R3R, P3CD, PSR, P3CR; juegan las ne- gras, gana el blanco. Las negras cuentan con un peén pasado, pero, o bien es cambiado por el 4AD, 0 bloqueado. 1... R3D (si 1... RAR, entonces 2. R3R, P4CR; 3. P3TR, R4A; 4. P3TD!!, RAR; 5. PATD, R4A; 6. PSA!, PxP; 7. PSTD y ganan, pero hay que tener en cuen- ta que serian tablas si 4. PATD?, a causa de 4... R&R; 5. PSA. PxP; 6. PSTD, R4D; 7. POTD, R3A; 8. RxP, RIC; 6. RSD, RxP; ‘10. RxP, R2C); 2, RIK, R4A "(2 RAR; 3. PATD!, R4A; 4. PSA'); 3. RxP, RxP;'4. PATRI, PACD; 5. RSR, PSCD; 6. R6D' (no 6. R6A?, R6A RxP, RIC; 8. PSTR, RxP; 9. P6TR, POC, ta- blas) ; 6... R&C; 7. RSD, RST; 8. R4A y ganan, Yo mismo que en el 19. 323e._V. Leik, 1940. Blancas : RAD, POTD, PIAR, PATR, PSTR: legtas: R6CR, P2TD, P3) CRS ventaja blanca 1” ROR’ Roe PA'(1.. RxPT; 2. RxP, RxP; 3. RID) ; 2. Rx P, RSC; 3. PETRI! (3. R6D?, Rx PST; 4. R6A, Rx P4T, tablas) ; 3... PxP; 4. RED y al negro no le salva ni 4... RxP, ni 4... R#A. ‘3234, V. Leik, 1940. Blancas: RICR, P2D, P4AR, P6TR. Ne- gras: R2D, P6D, P4AR, P2TR; ventaja blanca. 1. R2A, "RAR; 2. R3R, R3A (en caso de 2... R3R ; 3. RxP, R4D; 4. R3R, RSA, la vic toria ‘se alcanza lo mismo que en has 163); 3. RAD! (no 3. Rx P?, RSC); 3... R3C; 4. RSR, Rx P; 178, 5. R6A, RAT; 6. RxP, R3IT; 7. ROA, RAT; 8. P5A, RSC; 9. RER y ganan. 3230, XY Grigériey, 1930. Blan- cas: R8AR, PSTD, P2AR, POTR. Negras: R3D, P2CD, PSR, P2TR; superioridad blanca. 1. R8R!, RIK (la continuacién 1... R3A y 1... RAR ge examinan iés abajo) ; 2. RD, R3D; 3. R8A, R3A; 4. R&C, RAC; 5. RxP, RxP; 6. REA, RST; 7. RSD, R3C; 8.'RxP y el rey ‘entra en GAR. 1... R3A; 2. RIR!, R4A; 3. R6R, RSA; 4. RSR, RAC; 5. R6A!, Rx P; 6. RIC, PAC; 7. RXP, PSC; 8. RIC!, PEC; 9, PI PIC; jo. Pet =D, F8C=D i 11, D8TD+ 'y ganan. 1. Riph Roa? S$" ReDI RSG RR, RAC; 5. RxP, RxP;6. Rea, Rac; 7. _R6R!, P3T; 8. P3A!, PAT; 9. RSA, RST; 10. P4A! y ganan. 3281. K. Tatersoll, 1910, Blan- casi R3D, P4AD, PSD, P2R. Ne- gras: R4R, P3D, PSAR; las blan- cas llevan ventaja ‘si se tras- Jada la posicién a la izquierda es tablas). 1. P4R!, P6A; 2. PSA!S, PxP; 3. R3R y ganan. Si 1... PxP'a p,, viene 2, RxP, R3A 3. RAD!, ROR; 4. R3A y las blan- cas ganan realizando ‘un movi- miento envolvente, lo mismo que en el 102 (este movimiento es im- posible cuando la posicién se en- cuentra situada a la izquierda y Ber 22, es tablas; véase el 100). pués de 1. P4R, la situacion no se salva ni con 1... R3A a causa de 2. R2R, RIC; 3. R3A, RAC; 4. PSA! y ganan, CarirvLo VIE DESARROLLO DE LA TEORIA DE LAS CASILLAS CONJUGADAS Antes de pasar a la demostracién de los finales de peones en parti- das de tornecs, ereemos necesario ultimar nuestro estudio de los «flnales con fuerzas reducklas» con un pequefio andlisis que ampli los conoci- mientos sobre las casillas conjugadas. Este capitulo tiene un indudable valor practico, pero, a diferencia de los demés, es mucho més compli- cado, recomendandose su estudio slo a ajedrecistas de alta calificacién. ‘Las casillas conjugadas comienzan a ser citadas con frecuencia en Jas publicaciones del afio 1901, después de haber editado E. Lasker la situacién que se dio en una de sus partidas (337). No obstante, s6lo en 1922, en el analisis de N. Grigétiev sobre la maniobra de los reyes, fue tedricamente encauzada esta cuestidn. A partir de entonces tuvo lugar, como sucede siempre en estos casos, un proceso de acumulacién de material, es decir, de aquellas posiciones para cuya solucién es preciso contar con la existencia de las casillas conjugadas. De estas posiciones, unas se dieron en la prictica y otras fueron planteadas en forma de problemas. ea el perfodo comprendido entre 1925 y 1936 (y posteriormente), R. Bianchetti, K. Ebersz, V. Halterstadt y M. Duchan, V. Berg, ete. publicaron artfculos y libros dedicados al estudio de problemas aislados de la teorfa de las casillas conjugadas. En 1936, V. Berg, después de haber ilado més de cien posicio- nes en las que se daban las casillas conjugadas, intenté por vez primera su sistematizacién. Aun evando, a nuestro juicio, son muchos los puntos discutibles en este trabajo, y hasta alguno que otro francamente erréneo, la linea general seguida por el autor nos parece acertada. En este capitulo se intenta umificar lo esencial de lo que el pensa- miento tedrico ha alcanzado hasta la fecha respecto a las casillas con- jugadas, dar la continuidad necesaria a la exposicién de esta teorfa y desarrollarla en ciertos puntos. Es facil comprender la enorme dificultad que presenta el examen eritico del extenso y complicado material que a este respecto existe, expuesto, por regla general, bajo los contradictorios puntos de vista 179 de diversos autores. Tanto ms, que la mayoria de las posiciones que se estudiaron, sélo presentan interés desde el punto de mira exclusiva- mente tedrico, lo mismo que algunos de los métodos que para su resoltcién se, proponen (clas distaucias riticas» de Bianchetti, el «sistema coordinado» de Ebersz, etc.). De ahf el que nuestra tarea haya consistido en cousiderar este material desde el punto de vista préctico, eligiendo lo més. valioso y ampliando y profundizando despues, en la medida de nuestras fuerzes, a esfera y los métodos de una verdadera aplicacién practica de la teorfa de tas ‘casillas conjugadas. En primer lugar, expondremos los principales sistemas de casillas conjugadas, sacando a continuacién algunas conclusiones. Es éste el sistema de casillas conjugadas més simple y més frecuente. Puede observarse en el diagrama 324. Hallindose distribuidos los peo- nes tal y como se indica en el 324 (el blanco dispone de un tiempo de reserva), las casillas criticas son 5AD, 5D, 5R. Las casillas conjugadas (oposi- cién inmediata y distante) se ha- Man sefialadas ‘con idénticas ci- fras; en este sistema conjugado son siempre casillas del mismo co- lor, situadas unas frente a otras en la misma columna o en la mis- ma fila, Las zonas principales en el cam- po,de cada uno de los adversaries ‘an sido limitadas por rectangu- los. A la derecha de estas zonas 180 OPOSICION CORRIENTE (SISTEMA RECTANGULAR) no pueden extenderse mas: si el rey negro se hallase en la colum- na AR, la victoria se conseguiria facilmente continuando 1. PSC, PxP; 2. PST. Examinemos la posicién R3R- R&D. Juegan las blancas y ocupan Ja oposicin en la primera fila mo- viendo 1. R4D, y después de 1... RBA, lo que decide es el movi- miento envolvente: 2. R5SR, R24; 3 RSD, R2D; 4. RSA, R2A. Las blancas’ se han apoderado de las, casillas criticas, pero 1a oposicién ha pasado a poder del negro. Sin embargo, vuelve a ser conquistada inmediatamente moviendo 5. P5T, después de lo cual el peén negro 3T no tiene salvacién. Hay que prestar especial aten- cién a este momento caracterist co; al pasar el peén a ST ha vari do la distribucion de casillas criticas (véase el 325). Hablando con toda exactitud, habria que decir que 1a variacion tuvo lugar después de la jugada 2. RSR. Cuando el rey ocupa una de las casillas criticas, el sistema formado por estas casillas pierde su valor 0 es sustituido por otro. Esto tiene lugar también en el caso en que el rey, que se ha estado defendiendo hasta cierto instante, pasa a atacar a su ver. Ahora bien, lo més frecuente es que estas va- riaciones en el sistema de las ca- sillas criticas sean producidas por el movimiento de los _peones. En el 325, las casillas conjuga- das estan distribuidas no en rec- tangulos, sino en cuadrados. A simple vista puede parecer que no hay diferencia alguna entre ambos casos, puesto que lo que decide es la misma oposicién. Pero la reali- dad es que en este tiltimo caso lo finico que tiene valor es la oposi- cién inmediata (la Mnea avanza- da). Recordemos el némero 93a: R4AD-RIAD, tablas, independien. temente de a quien le toque ju- gar; cor oe al negro, sigue: 1... RID!; 2, R&D, RIAT; 3. RSR, R2A (amenazando R3A, Jo que impide a las blancas ejecu- tar el rodeo tan caracteristico de Ja oposicién corriente); 4. RSD, R2D, tablas. Se dan, claro est, situaciones en las que hay que seguir riguro- samente la oposicién distante ; por ejemplo, cuando es necesario de- fenderse en ambos flancos (en este caso, las casillas P4D y P8D de- berdn sefialarse con la cifra «4). Pero en contraposicién a esto se conocen posiciones en las que las zonas principales no se hallan si- tuadas siguiendo un estricto or- den simétrico, sino en zigzag. Todo lo dicho nos obliga a consi- derar el sistema «cuadrador de conjugacién como un tipo especial que se diferencia de la oposicién corriente. (Los mumerosos ejem- plos que se dan en el apartado si- faiente sirven de confirmacién a fo expuesto.) Si en la icién R3R-R3D le toca jugar al negro, hacen tablas mediante: 1... RR! (pero de nin- gin modo 1... R4R?, a causa de 2. R3D, R4D; 3. R3A, y las ne- gras pierden la oposicién debido a la imposibilidad de alcanzar la casilla 44D); 2. RAD, R3D; 3. R4A, R3A. Ahora, 4. P5TD es infitil: las blancas ‘no han conse- guido ni siquiera apoderarse de las casillas criticas en la quinta fila i tanto menos podran hacerse con Jas nuevas de la sexta. En la posicién R2R-RiD, las blancas ganan si les toca jugar: 1. R2D!, convirtiendo gradualmente la opesicién distante en inmediata (véase el 15). Cuando el rey negro se sitta en la columna AD, el rey blanco realiza un movimiento en- volvente a través de la columna D, con la particularidad de que, co- mo ya se dijo en la eIntroduc- ciéns, el conservar las «casillas rectangulares», es decir, la elec- cién de escaques blancos 0 aegros, no influye en absoluto en la posi- cién 324 (completamente distinto es lo que hemos podido observar en la jicién 185) El sistema conjagado que aca- bamos de analizar es tan sencillo que, claro est4, en Ja practica no es preciso recordar signo ni cifra alguna. El haber hecho uso de elfos en nuestra exposicién, tenia por objetivo hacer mas visible la distribucién de las zonas principa- les, asf como subrayar la afintdad caracteristica de las casillas sepa- radas por una fila (esto es muy importante y haremos uso de ello més adelante). En el caso de cuatro o més casi- las criticas en una misma fila (como, por ejemplo, en las posicio- nes del tipo de fa 256a), las zonas principales (recténgulos) aumen- tan su longitud, manteniendo la misma anchura de dos filas. Como m{nimo constan de seis escaques. En el 526 los puntos criticos son 5AD, 64D, TAD, 8AD (9). De acuerdo con esto se poseen dos fi- las principales (la sexta y la sép- tima), teniendo las blancas dos fir nales’ posibles, a eleccién, para ganar. Como el escaque 4CD es inacce- sible al rey negro, éste se ve obli- gado a pasar a la sexta horizontal en su primera jugada. Entonces el 181 rey blanco ocupa en ella 1a oposi- cidn (lo que decide la partida). Por el momento debe quedarse en Ja quinta horizontal, siendo la tni- ibilidad de hacerlo el jugar SAR. La continuacién es muy sencilla y en los capftulos anteriores he- ‘mos tenido ocasién de analizarla mas de una ve R3T; 2. R6R); 2. RTA, RIC (0 bien, 3... R8R); 4. R6R, R2C; 5. RID, R3C; 6. RBA (esto es mas sencillé que 6. R6D y 7. Rx PSA) y ganan, Zakman consideraba que Ia cap- tura del peén negro 4AD antes de haberlo sido el 3AD conduce la partida a tablas (este error se man- tiene hasta la fecha en ciertas pu- blicaciones), por lo que jugaba 4... R2A; 5. R7R, RIA; 6. R6D, R2C, esperando el lance 7. Rx PSA. ES indudable que la jugada mas sen- cilla para ganar es 7. R7D ; sin em- bargo, es perfectamente’ posible jugar'7. Rx PSA, R2A; 8. RAC, R3C; 9. P5A+! (y no 9, Rx PAT?, P4A, tablas), y 10. Rx PAT (168), o bien, 8... R83D; 9. Rx PAT, R&A; 10. R3C, R3C; 11, R3A, P4A (R4A); 12. R3D y ganan. Sitdemos en el’ 326 los reyes en SCR y en ICD. Para esta posicién el resultado depende del turno de 182 jugar (de quien sea el primero que ocupe una de las filas princi- pales). Si les toca jugar a las blancas, es clarg que sigue 1. R6A, acer- cando el rey a los peones; en caso de que el rey negro vaya a la sép- tima fila, las blancas ocupan in- tamente en ella Ia oposicién iva. Si, por el contrario, les toca ju- Bat 2 J9s negras, éstag hacen ta. las mediante 1.°. R2C, 2T, y en caso de que el rey blanco entre la sexta fila, las negras ocupan en ella la oposicién que las salva. Es importante sefialar que se consi- guen también tablas jugando 1... R2A(1A), ya que ocupando uno de los escaques 3D 6 2D, el negro tiene la posibilidad de jugar con- tra el peén 4A; por ejemplo: 1 RIA, 2. R6A, R2D; 3. RTA, R3D, y no se puede mover 4. R8R, a causa de 4... R4R, El estudio de Zakman tuvo éxi- to en los tiempos en que atin no se vela claramente qué es la fila principal y lo que significa el ocu- par en ella la oposicién. El no comprender a fondo la esencia de Ja oposicién distante explica asi- mismo la utilizacién totalmente a destiempo del método de las casi- las conjugadas que se encuentra en muchos libros de aprendizaje. Hay que tener en chenta que el empleo de este método cuando no existe una razén real que lo jus- tifique, no hace mas que compli- car la’ solucién y desacreditarlo. Los enemigos de este método han Hecho con frecuencia alusion a desafortunadas explicaciones, co- mo fa que acabamos de resefiar, de la posicién 326, creyendo de este modo demostrar la inutilidad del método conjugado. Para resolver la icién 327 el numerar las casillas (oposicién simple) es tan necesario co- mo en el 326. Aqui se da con el solo objeto de poder comparar con el 324, a fin de demostrar que la disposicién vertical de las zonas principales es andloga a la hori- zontal. El ganar el peén_negro 4D no da nada, ya que a RxPS5D sigue R2D; RSA, R2A; PSD, R2D, y mientras el blanco 'se dedica a cap- turar los peones doblados, las ne- gtas tienen tiempo de suprimir el pe6n «Ds y ocupar con el rey la casilla 1A. La clave de este estudio reside en que, en primer Ingar, hay que capturar los peones doblados y solo después de esto el peon né- gto 4D. Esto se puede conseguir apoderandose de la oposicién en Jas filas principales (sexta y sép- tima). De ahf el que, lo mismo gue en el 326, se deba jugar 1. RSA, R3C; 2. R6A!, R2C; 3. RTA! (s6lo después de esta jugada se puede comenzar el movimiento envolvente; a 3. R5R? sigue 3... R2A!), 3... RIC; 4. R6R, R2A 5. RIR!, R3A; 6, R&D, R3D; 7. RBA, R3A; 8. R&C, RIC; 9. R&T y las blancas ganan. No debe perderse de vista que 1, RSTR quita la oportunidad de ganar. Es cierto que las blancas conquistan la oposicién, pero per- miten al negro amenazar al peén 4D, por ejemplo: 1. RIT?, R3A (2A, 1A); 2. R6C, RID; 3. R6A, R2D, y resulta indtil 4. RBR a causa de 4... R2R, mientras que después de 4. R7A, R3D no se puede 5. R8R, debido a 5... R3R. Asi pues, las casillas 3D y 2D salvan a las negras, lo que deter- mina ell posible grado de aleja- miento del rey blanco de los peo- nes en posiciones semejantes (compérese con el 326). 327a, I. Moraviets, 1955 (segin Botvinnik). Blancas: R4CR, P4 TD, PAD. Negras: RITD, PATD, P3TD, PAD; ventaja blanca, 1. RIC; 2, RSA; 0 . R6A) ; 2. R6C!, R6A'y ganan. He aqui una ‘feliz aplicacién del estudio 327. Ademés de la oposicién ordina- tia, en el 328 desempefia un gran apel la distribucién de las casi- conjugadas cerca del peén ne- gro 3CR. La posicién RSCR-R2CR (y la R6TR-R3AR) —que en sf es iaofensiva para el negro—, se con- vierte para ellas en un zugzwang decisivo a causa de poseer las blancas el tiempo de reserva de 3C-4CD. Por cuanto las casillas 4AR-GAR se hallan conjugadas una respecto a la otra, es facil de- 183 terminar el tercer_par de casillas conjugadas: 4CR-TAR. Esto nos mite ver claramente la clave fe la solucién : a dos casillas con- jugadas_adyacentes de las blan- cas (3AR y 4CR) corresponde un solo escagie (2A) a las negras. 1, R3R, R4R; 2. R3A, R4A; 3 R3C, RIR (3... PACR; 4. PSTR} o bien, 3... R3A; 4. R4A); 4, RAC! R2A; 5. R3A!, R2R; 6. R3R!, R2A (6... R2D, "7. R4A) ; 7. RAD, RR; 8.R4R, RID; 9. R4A, R3R; 10. RSC, R2A; 11. RT, R3A; 12. PAC! (en este momento precisa- mente: si 12. RITR?, entonces 2... PACR!, tablas); 12... R2A; 13. RIT, R3A; 14. REC, R4A; 15. RTA(7C) y_ganan. En este ejemplo se han entrela- zado el sistema de 1a oposiciéu or- dinaria con un sistema que exa- minaremos més adelante. Sin em- bargo, la influencia de este dltimo sistema se hace notar tnicamente en la lucha por la oposicién, sien- do esto precisamente lo esencial de la posicién 328. 328, K. Ebersz, 1941. Blancas: R8CR, P3AD, P4D, PSR. Ne- gras: RIR, PAD, P2b; el blanco tiene ventaja. Si'en el 328 1a zona principal tenfa un «complemento», aqui, por el contrario, se nos apa” rece en forma irregular (incom- pleta), debido a que ciertas casi- Has son inaccesibles a las negras: a los escaques del blanco 6CR, TCR, BCR, corresponden los del negro 3R,'2R, 1R, pero para la casilla blanca 6TR el negro no tie- ne «qué oponer». 1. R7C, R2 R6T!, R2A; 3.R7T, R3R;; 4. Ri RIR;'5. RIC, RIR} 6. RA, RIA; 7. POR, P3D;, 8. PIR+, RIR; 9 ROC, Rx P; 10. RIC, RIR (10. R3R; 11. RBA); 1. RGA, RD; 12, RTA y ganan. 328b. Krilov-Runza, 1991. Blan- cas (RTD, PSAD, P4AR, P3ICR, PATR. Negras: RR, P2AD, Pd AR, PSCR, PTR; juegan” las bianeas. 1. RIT! (y no 1. RIC? R2D; 2. R&C, R3A; 3. RBA RxP; 4 RxP, RAD y ganan); L... R3R; 2. R8C!, R4D (o bien, 2... RID; 3. RIC, RID; 4. PAD) 3. RxP, RxP; 4. RID y ganan 2 SISTEMA DEL CUADRADO Y EL TRIANGULO Después de 1a oposicién corrien- te, es este sistema de casillas con- jugadas el que le sigue en impor- “Cipales tancia y en frecuencia. Su esencia ha sido expuesta en el diagrama 329. En el 329 Jas zonas principales ‘se presentan ae la forma de pe- queiios triangulos, pudiendo ser jas casillas que los completan a cuadrados, accesibles 0 inaccesi- bles a los’ reyes, En el diagrama que comentamos, las zonas se ha- lan desviadas ua respecto a la otra, pero puede darse también una disposicién absolutamente si- métrica de las zonas (véase el 325 y, de paso, las explicaciones que dan). Ademds de las zonas prin- ‘tienen también gran im- portancia las casillas de la reta- guardia colindantes con estas 70- nag (su nimero y las particulari- dades de su situacién). Examinemos varios ejemplos. En el 330 (V. Halsberstadt, 1935, la posicién se halla desviada ala izquierda en una columna) no se debe permitir que el rey negro se al escaque 3AR. Por eso se lebe contestar a R2A con RSC, y mediante el contraataque R6C las blancas se salvan de R2R del ne- . De ahi se desprende la con- jugacién 8AR-STR. En la posicion inicial, el rey negro puede estar situado en «1» 6 en «2»; por eso es reciso: 1. RAT! para disponer de las mismas posibilidades (mala ju- da serfa 1. R3A?, R2A; 2. RSR, 2R; 3. R3A, R2D!; 4. R3R, R3A} 5. R4R, R3D y ganan) ; 1. RIA; 2. RST, R2A; 3. RSC, RAR; 4, REC, RIA} 5. RST, tablas. 330a, V. Halberstadt, 1935. Blancas: R2TR, P5AR, P3CR. Ne- gras: RITR, P4R, P2CR, PATR; fablas. Para nosotros la solucién es extremadamente ffcil, puesto que conocemos la clave de esta po- sicién (330). 1 P&C! (no 1. R2C?, R2T; 2. R3A, RIT; 3. RAR, RAC y ganan); 1... PxP (si 1... R2T, entonces 2. PSC, RIC; 3. R3C, R2A; 4. R3A, tablas); 2. R3C, R2T; 3. RAT! (no 3. Rx PC, RIT; 4. R4T, PIR; 5. RAC, POR); 3. RIT; 4. Rx PC, RIC; 5. RAT! ete. Damos a continuacién dos posi- ciones ms con la misma disposi- cién caracterfstica del par blanco- negro de peones, pero disponiendo a LLrUrCrO 330b. J. M. Labousdonnais, 1838. Blancas: R2D, P4AD, P2AR, P2CR. Negras: R3AD, PSD, P4 CR, PSCR. Labourdonnais estaba en fo cierto al sefialar que a la vie- toria Heva: 1. R3D, R4A; 2. P3C. Sin embargo, hubo eriticos que afirmaban que 1. R3D pierde a causa de 1... P6C; 2. P3AR?? (por lo visto se olvidaron de las reglas de la captura) ; 2... R4A, Esta po- sicién thene interés cuando les toca jugar a las negras; éstas pueden dafvarse movicado |... POCt; 2. P3A! (2. PxP?, pierde); 2... R3D; 3. R2A, RBA, ete. 330c. Ilin-Zhenevski-Botvinnik, semifinal del XI Campeonato de la U.R.SS., 1938. Blancas. R3CR, PSR, P2CR, PSTR. Negras: R2 AR, P4AR, P2CR, P3TR; juega el blanco. Siguié:’ 1. R4A (pen- sando en 1... R3R; 2. PSC y ga- nan); 1... P3C! y 'tablas. Lo co rrecto hubiese sido, segin sefialé P, Romanovski: 1. R3A!, P3C (0 bien, 1... R2R; 2. R4A!, RIK; 3. P3C}; 2. PxP+; RxP; 3. R4A, PAT; 4. PIC, En la posicién inicial del estu- dio 331, los peones se hallan en 3C el blanco y en 3C el negro. El diagrama nos muestra la posici6n que se dio después de las jugadas 1. P4C, PAC. Las blancas se ven obligadas a jugar: 1. P4C, ya que moviendo el rey pierden; por ejemplo: 1. R3IT?, RAC; 2. RaT, RSC; 3. R2C, PAC} 4, R2A, ROT; 5, R3A, RIT; 6. RAC, RIC, et cétera; o bien, 1. R2C?, RAT; 2. R3A, RAC; 3. 'R2C, RSC} 4. R2A, R6T; 5. R3A, P4C, etc, Después de 1) PAC!, las negras no tienen 185 ibilidad de utilizar el tiempo le reserva P4C; por ejemplo: 1... RAC(2C); 2. RIC, RIA; 3. R3A! (no 3. R4A?, PaC4 5’ 4. R3A, RAR; 5. R3C, R3R; 6. R2A, RAD; 7. R2R, R3A; 8. R2D, RAC; 9 R2A, RST; 10. R2C, RSC y ‘ga- nan)’; 3... R3R; 4. R&A, RIA; 5. RBA, R2R ; 6. R4A, R24; 7. RSC, R2C} 8. R&A, R3T; 9. RSA, RAC; 10. R3C, R3A; 11. R3Al, tablas. Ast pues, a las negras no les que- da otro recurso que intentar blo- quear los peones con la jugada 1... PAC. Pasando de largo estas pri- meras jugadas, consideraremos que la posicién del diagrama es Ta inicial. El 331 es una posicién con dos puntos de ataque: el zugzwang de- cisivo para las blancas es RSAR- RAR y R2CD-RSCD (R2TD-R5 "TD). Para poder legar a tiempo a defender el flanco de dama (es decir, para contestar a RSTD con R2TD), el rey blanco debe man- tenerse forzosamente en la misma columna que el rey negro; al i i ta necesidad de wulténeamente el pun- to 4AR obliga a las blancas, a di- ferencia de lo que ten'a lugar en el 325, a guardar con todo rigor Ja oposicién en las zonas princi- les (de ahf la numeracién de s casillas 1, 2, 3, 4). Sélo et augzwang R3AR-R4R es un «sal- to de caballo», pera las negras no pueden aprovecharse de esto por impedirselo su propio peén 3D. Pasemos a examinar ta solu- cin: 1. RIC (2C, IC), RBC; 2 R2C, R3C (Ia oposicién que man- tienen las ne; en la columna CR es inditl por haber en ella una barrera, pero ahora, a pesar de to- do, sobreviene el momento critico, ya que no es indiferente en qué casilla de la columna CR se en- cuentra el rey blanco); 3. RIC! (en esta jugada se tiene en cuenta 186 la disposicién de las casillas con- jugadas en la zona principal: 3. R3C? pierde a causa de 3... R2A!; 4. R3A, R2R; 5. R2R, R3R!; 6. R2A, R2D, entrando en el flanco de dama); 3... R2A; 4. RIA!, R2R; 5. RIR, R3R; 6. R2R, R2D; 7. RID(2D), R3A; 8 RIA(2A), RAC; 9. RIC(IC), RST; 10. R2T, tablas. Las posiciones con dos puntos de ataque no son sélo posibles en éste, sino en cualquier otro siste- ma de casillas conjugadas. La ma- niobra de los reyes en estas posi- ciones no viene determinada de ningin modo por ta forma que presente el zugzwang. Puede, co- mo en el 331, tener caracteristicas de oposicién, Los reyes pueden mantenerse en columnas vecinas, como en el 332. La maniobra pue- de ser también mixta (combina- da) y hasta completamente distin- ta de las dos indicadas, como se aclararé mas adelante. El quid de la cuestién estriba en que el tipo de la maniobra depende en cada caso -concreto de las caracteristi- cas de la estructura de los peones, es decir, del sistema de casillas criticas que corresponde a esta es- tructura. Consideremos el fundamento te6- rico de la maniobra de los reyes en las nosiciones con dos puntos de ataque. El ejemplo 332 (V. Leik, 1941) se halla muy distante de ser el pri- mero en este sentido y su concep- cién tampoco es original, ya que Ia idea tiene precedentes. No obs- tante, esta posicién es cémoda pa- ra el estudio, gracias a su sencillez ¥ a que esta desprovista de gran- des zonas de conjugacién (el 80 era atin més sencillo). En la posicién inicial del pro- blema, la situacién en el flanco de rey es distinta; a saber: RIAR, P2TR-RSCR, P5TR. En contesta- cién a 1. R2C es malo 1... POT +, que después de 2. R2A, RST; 3 RGA, las negras’ pierden un pen. Sélo queda I... R4C! (no se jebe 1... RAT?, a causa de 2... R3A, RAC; 3. P3T, RAT; 3. RIK, encamindndose a 7CD); 2. P3T, RAT. Esta posicién, fijada en ef diagrama, 1a consideraremos co- mo inicial. El 332 se caracteriza por los pun- tos de ataque (casillas crfticas) 4CR y TCD y sus correspondientes sugzwangs : R8AR-RACR y R6TD- RICD. Los caminos mfs cortos entre las posiciones de zugzwang coustan, para uno y otro adversa- tio, de seis escaques (los de blan- cas 3AR-2R-6TD; los de negras: 4CR-1D-ICD). EI rey negro debe mantenerse una coltimna a la de- recha del blanco. El concepto de camino més cor- to fue establecido por R. Bianchet- ti en 1925, al hacer el andlisis de una posicién. El sefialé cada casi- Mla con dos cifras que indicaban las distancias que le separaban de la primera y de la segunda posicién de zugzwang. Aquellos escaques en los que ambas cifras coincidian los consideraba_econ- jugados». En 1931, K. Ebersz adopté esta numeracién de las ca- sillas para construir su teorfa ma- tematica (en gran parte abstracta) de la maniobra de los reyes, basa da en un sistema de coordenadas. El final de su artfculo (las conclu- siones) no fue publicado. En 1952, A. Chéron se aproveché de la in geniosa idea de Bianchetti, pero con el tinico fin de escoger por su mediacién las casillas conjugadas mis eficaces entre todas; a partir de este momento sefialé las zonas conjugadas por letras. Les distancias que separan fas casillas de los puntos de ataque (distancias ccriticas») se ven in- mediatamente en el tablero, y esto parecia que debiera dar al juga- dor el punto de orientacién que le es tan necesario en las complica- das maniobras de los reyes. Sin embargo, como se ver mas ade- lante, y' sin dejar de reconocer cierta utilidad en las consideracio- nes que acabamos de exponer, no deja de ser dudoso el que sobre esta base sea posible crear un mé- todo completo para resolver las po- siciones bloqueadas. Las casillas del camino ms cor- to han sido marcadas en el 332 con cifras que sefialan sus distan- cias (mimero de jugadas) al pun- to de zugzwang izquierdo, prime- To, y después al derecho. Estas ca- sillas corresponden exactamente a las anflogas del adversario y, en este caso, pueden ser considera- das como zonas principales. En caso de que el rey blanco se situa- se en uno de los escaques del ca~ mino més corto, el rey negro de- berd responder ‘haciendo lo mis- mo, precisamente porque el cami no es el ms corto. En muchas posiciones, el método a seguir pa- ra ganar consiste en obligar al rey contrario a situarse en una de las casillas de su camino mfs corto y, después de esto, ocupar la ca- silla conjugada de su camino mis corto, En el 332 el problema es més sencilfo. Basta con echar una ojea- da al diagrama para ver lo estre- cha que es la «senda» de las ne- gras en la octava fila, En ésta no 187 disponen de escaques adyacentes al camino més corto y, por consi- guiente, en este tramo del camino no se hallan en situacién de sopor- tar la menor desviacién, cosa que, por el contrario, pueden permi- tirse Jas blancas. La solucién debe estar ya clara: 1. R3A, R4C (las negras se ven obligadas a realizar una marcha «paralela»); 2. R2R, R3A; 3. R3D, R2R; 4. R3A!, RIR (las ne- gras ‘han podido todavia contestar a la desviacién del rey blanco, pe- To ya no pueden repeler la segun- day siguiente desviacién) ; 5. RAC, RID; 6. RAA!y ganan (6. RIA; 7. R3D; o bien, 6.. R2R; 7._RSC). E} blanco ha comenzado la ma- niobra decisiva (utilizacién del «tridnguloy) en la cuarta jugada. El aplazarla hubiese sido, para la estructura de los peones que se considera, erréneo; por ejemplo: 4. R4A, RID; 5. RAC?, RIA, si guiendo 6... RIC, con lo que se jonen en condiciones de atacar a los peones 3R y 4R. Menos mal que en este caso es posible corre- gir el error mediante 5. R3D!, R2R; 6. R3A! (ejemplo de posi- cidn «reversible» ; si las negras no se hallasen tan privadas de movi- mientos, es decir, si dispusieran de una zona suficiente en la reta- guardia, semejante equivocacién podria evar a tablas, y no debe perderse de vista que estas posi- ciones cirreversibles» aparecen con bastante frecuencia). La posicién 332 es muy. senci- Ma; el tipo de maniobra de ésta no’ hubiera variado aun siendo otra la posicién de los reyes; por ejemplo: RIAD-RICR. Mas ‘ade- Jante examinaremos casos mas complicados. Pasemos a considerar las posi- ciones con un solo punto de ataque. Estas posiciones son muy numero- sas y variadas. Pero bajo este nombre se suelen comprender s6lo Jas que constan de una o de dos 188 columnas libres entre los peones (generalmente, cadenas de peo- a menos fre- general son nes), y éstas ‘son cuentes. Como regi muy complicadas. En el 333, el punto de ataque de las blancas es el escaque 4R. Estando situado el rey blanco en 3D, las negras pueden defenderse mediante R&R y R4AR. La posi- cién R4R es mAs fuerte, ya que a R3D-2R se puede contestar inme- diatamente R4R-5D; estando si- tuado el rey negro en 4AR, las ne- gras, debido a ser inaccesible el escaque 5K, deberén emplear un tiempo m4s para alcanzar 5D. Fl negro dispone también de un pun- to de ataque (5D) que las blancas pueden defender desde la casilla 3D ola 3AD. Resumiendo, podemos decir que Jos puntos de ataque se hallan su- ficientemente defendidos y de por sf no son peligrosos. Es muy raro el que en la prActica se dé el caso de que en las posiciones con un punto de ataque se Ieve éste a efecto precisamente en ese punto. Lo més frecuente es que la lucha se decida en un flanco, general- mente después de haber perdido el tiempo anteriormente mencionado ; en el caso que consideramos los finales pueden ser extraordinaria- mente variados. Después de R2A, las posibilida- des de las blancas en el 333 consis- ten en el movimiento P4CR, lo que les da un peén pasado, mien- tras que la contramaniobra de las negras reside en la jugada RSD, y, si hay oportunidad, en PSTD (también en PTD). Esta partida la perdieron las ne- gras después de 1... R&R; 2. PATD!, RSD; 3. RID, RAR; 4. R3D!, R4A; 5. R2R, RAR; 6. R2A, RSD; 7. PACR, PARxPCR+; 8. RxPCR, RAR; 9. R2C1, RSD; 10. P4AR. Mucho més consistente hubiese sido la defensa 1... PSTD, a la que, segiin Taiménov, hubiese podido seguir 2. PCD x PT!, R4K (0 bien 2... R4A, véase A); 3. RSD, R4A; 4. ROA! RAR; S. RBA! RAA; RSC, RAR; 7. PSTD!, PCD x 8. RAT, RSD; 9. REC, PSTD; 10. P3TD!| REA} 11. RxPA, REC 12, RSD, Rx BT; 13. PSAD, Ri 14. P6AD, PSTD; 15. P7AD, P7TD; 16. P8AD=D, P8STD=D; 17, D5AD+, ROC; 18. D4AD+, siguiendo el’cambio de las damas y ima facil victoria. A) 2... R4A; 3. RID, RAR; 4, RBA, R3D, R3C (o bien, inmedia- tamente 5. PSTD); 5 ...R3A; 6. PSTD, PCD x PT; 7. RAT, RIC (se ha dado una posicién con’dos pun- tos de ataque; hay que atraer al rey negro al escaque 6TD); 8. PSTD!, R3T; 9. R3C, R3C;’ 10. R3A, R3A; il. R3D, R3D; 12, RAR’ y ganan. Exdminemos ahora otros ejem- plos: 33a. G. Wolker, 1841. Blan- cas: R2AR, P3D, P3AR, PACR Negras: R2CD,' PSD,” PACR, P3TR ; las blancas no pueden ga- nar. 1.’P4A !, R3A (no 1... PxP?); 2. R3C, RAD, 3D; 5. PSA, (3. RBA, Px Pt); 3. R3D! (teniendo en cuenta 1a posicién de zug- zwang R3A-R4R); 4. R2A, R4D; 9. R3A, RARL, y la jugada’6. PEA no da nada. 333b, Blancas: R3AR, P3AD, PSAR, P4CR. Negras: RSD, PS AD, P3AR, P2CR; tablas. Es in- itil’ 1. R4A 6 1. RAR, ya que las casillas SR y 5A son inaccesibles a las blaneds, Los escaques criti- cos aqui son SD y 4D, y las ne- gras pueden defenderlas con éxito. 383c. Blancas: R5AR, P4AD, PSCR, P6CR. Negras: R3D, P4AD, P2CR; ventaja blanca. En contestacién a R5A, las negras se defendieron con R3D; en caso de R4R habria que jugar R3R; sélo ala casilla 4AR no tiene el negro otra que opouer. Por eso 1. R4A, R3R; 2. RAR, RID; 3. RSA y ganan. 3334. _R. Bania, 1926. Blancas: RITR, P3TD, PSD, P3CR, PACR. Negras: RITR, PSTD, P3D, P2D, P4CR; el blanco tiene ventaja. (Para que el problema tenga solu- cién se ha aftadido el peén 3CR.) 1. R&C, R2C; 2. RIA, R3A; 3. RAR, RIC; 4. RID! RBA; 5. R4D, R&C’ (las blancas han ganado un tiempo; ahora ‘decide la partida el peén'TD, junto con la maniobra del rey); 6. R4A, R3A; 7. RAC, RAR; 8.’ RxPT,'RxPD (de no existir el peén 3CR, el negro se salvarfa jugando: 8... RSA); 9. RSC, RAR'; 10. PAT, PAD; 11. PIT, PSD; 12. R4A, RSR; 13. POT, PAD+; 14. RIC}, PED; 15. PIT, PTD; 16. R2A y ganan. En el 334, después de un intere- gante juego en los flancos,resuelve la Iucha fa ocupacién del escaque de ataque. El peén de més y pasado 4D (corgullo» de la posicién de las negras) deber4 a ciencia cierta ser sacrificado a fin de asegurar un punto de ataque al rey negro. Pe- 189 ro antes de esto es preciso obligar a los peones Hancos de torre a mo- verse (gastar sus tiempos de re- serva). 1... P3TD! (asegurando el flan- co de dama); 2, R4D, R2D; 3. RSA, R2R; 4. R4D, R2A (esto obliga a 5. PATR, ya que amena- za PACR y RAT); 5. PATR, R2R; 8. R3A, R2D; 7. R4D, R3A; 8. R3D, R3C; 9. R3R! En esta partida las blancas ju- garon: 9, R4D, con lo que permi- tieron que inmediatamente siguie- se: 9... PATD; 10. P3TD, PT x PC, etc. En cambio, ahora’ preparan una celada: en caso de 9... PATD ?. seguirfa 10. PACRI!, y en vista dela amenaza 11. PSTR, PCx PT; 12. PSCR, las negras se ven obli- gadas a gastar su tiempo de re- serva mediante 10... PTR, des- pués de To cual el ganar es comple- tamente imposible. Pierde 10... PARxPC?, a causa de 11. PSTR, PCRx PT; 12. P5AR, PRxPA; 13. PER, R2A; 14. PCDxPT!, P6CR; 15. P7R, R2D; 16. P6TD, PSD+'; 17. R3A, PED} 18. P7TD, PID; 19. R2R, PTCR; 20. PR= D+, RxD; 2i. PBTD=D+, y 22. DxPCR. 9... R2C(2A); 10, R2R, R3A; U1, R3R, PATD! El rey negro se halla mas cer- 190 cano en un movimiento a la co- lumna «Ro, y el avance 12. PACR ? da resultado: 12... PARx PC!; 13, PSTR, PCRxPT; 14. PCDx PT, P6CR; 15. P5AR, PR xPA; 16. POR, PsD+; 17. R3A, P6D; 18. PTR, R2D; 19. P6TD, PID; 20. R2R, PICR’; 21. PTTD, P8D =D+; 22, RxD, P8CR= 23... Dx PTD. 12, P3TD (o bien, 12. PCDx PT; 13, PACR, P4TR! y ganan) ; 12... PTx PC; 13. PTx PC, R2C 6 2A (serla prematuro 13... BSD+?; 14. RxPD y la conjugacién que darfa de las blancas); 14. R4D, R3C; 15. R3A, PS5D+!; 16. R3D, R2C} 17, Rx BD, R3A!; 18. R3A, R4D; 19. R3D, PATR y ganan las negras. _La posicién 385, cuya composi- cién es un tanto irregular, ‘expresa claramente la idea de un avyance en el centro mediante las’ ma- niobras correspondientes, después de lo cual se consigue la victoria gracias a que se dispone de un tiempo de reserva. ‘Las zonas principales son asi {4 ciles de determinar. Algo mas di- ficit resulta establecer 1a_conju- gacién de las casillas de la reta- guardia (2D y 2R); pero 2R es Fiin'a la casifla AR y 2D comple: menta 2R y 3R un triéngulo. (Este encadenamiento de tridngulos no deja de ser curioso y caracteris- tico.) La solucién es ahora sencilla: 1. RID!, R3A; 2. RD, R4A; 3. RR, R3A; 4.R3A, RAD; 5. R3R, R4A’, 6. R&R, R3A; 7. R4D, RIC; 8 Rx P3D, R3A (ahora nos halla~ mos ante una nueva fase, la fi- nal); 9. R4D, R3C; 10. "P4AD, R3A; it, PSAD, R2A; 12. R4A, R3A; 13. P3AR 'y ganan. El 336 se dio en la partida Neus- tadt-Porges, 1901, que terminé en tablas. Las zonas principales estan claras; los reyes se hallan ya si- tuados en ellas, en las casillas que deberdn ir sefialadas con la ci el», La situacién aqui es otra, en Jas casillas de Ia retaguardia, que en el 335, donde el rey negro no podfa alcanzar el escaque 4CD. La casilla 4AD puede ser ocupada des- de dos escaques, equivalentes, el 4CD y cl 3CD. Este «sobrante de conjugacién» de las negras obliga a mirar con ciertas reservas un po- sible empleo del tiempo de reserva de las blancas en el transcurso de Ja partida (mediante P4T). En todo caso, se hace preciso obligar previamente a las negras a situarse en la posicién de zug- zwang (R4D-R4CD, y, antes de esto, R4R-R4AD). 7 Cémo Sevar esto a cabo? Hay que traspasar el turno de jugar al negro mediante el método del «triéngulo». El rey blanco se ver4 obligado forzosa- mente a salir de la zona principal y volver después a ella hablendo conquistado Ia conjugacién. El éxito es seguro, ya que si el rey negro se sitda en 4CD o en 3CD (eis), pierde contacto con la casilla 4D (el»), al tiempo que el rey blanco, maniobrando por los escaques 2R y 2AR, no se aparta ni un Apice del escaque 3R («1») ; si, por el contrario, el rey negro va a mantenerse eu la zona prin- cipal, las blancas, gracias al uso que pueden hacer de las casillas de la retaguardia, siempre halla- ran un instante propicio para en- trar en la zona principal. 1. R3A, R3A Ahora ya no se consigue nada con 2. R4R, a causa de 2... R4A, y en caso de 3. PATR?, se tiene 3... R3A; 4. RAD, RAC y tablas, y si 3, P3TR?, entonces 3... PS TRI, y tampoco ganan las blan- cas, ya que a R3A el negro siem- pre puede contestar con R4D; por ejemplo: 4. R3R, R34; 5. R2A, R4A; 6. R3A, RAD! v_no se puede 7, RAC a causa de 7... RSR. Hemos Negado asf al momento principal que determina la dificultad de es- te final : al movimiento de los peo- nes en la columna TR. De ante- mano es evidente que las blancas no pueden avanzar por el centro; st plan debe consistir en atraer ef peon negro 4TR a OTR, donde seré posible liegar hasta él no sélo des- de la casilla 3AR, sino también desde la 2AR. 2. R2R, 6 2AR, R4A (o bien, 2... R4D; 3. R3R, R4A; 4. RAR y las negras se encuentran en zug- zwang); 3. R2A, 6 2R, R3A; 4. RBA (conquista de 1a conjugacién en Ia zona principal) ; 4... R4D; 5. R3R, R44; 6. RAR, PSTR (obli- 191 ado, debido a 6... R3A; 7. RAD, AC; 8. PATR; pero ahiota es pre: ciso conseguir'el movimiento del im negro 6TR) ; 7. R3A!, R&D; . R3R 1, R4A; 9. RAR, RAC (peor seria 9... R3A} 10. R4D, RAC; 11. P3TR); 10. R4D, P6TR (el obje- tivo ha’sido alcanzado, comenzan- do ahora una nueva fase del final, el paso a la cual se realiza me- diante la t{pica ganancia de tiem: ets soe ae ieee 4D; 13. R3A, R4A; 14. RBC, RAD; 15. Rx PTR, R5R; 16. RAC y ganan, Tos diversos finales que se ori- gitan no guardan relacién directa con nuestro tema y se explican de ada: a) 16... R6R; 17. R3C, SR; 18. PATR, R6R; 19. PSTR, PCRxPT; 20.'P5AR, PRx PA; 21, P6CR, PARxPC; 22. POR, P5A+ 5 23. RET; b) 16... RAD; 17. R3A, R4A; 18. P3TR, RAD; 19 PAT, R4A; 20. RAC, RAD; 21. PSTR, PCRxPT+ ; 22. Rx PTR, RSR; 23. POCR, BAR PC4 ; 24. RxPC y 25. RGA; c) 16... RED; 17, R341, RTA; 18 PATR, RxP CD; 19.’ PSTR, PCRxPT; 20. PSAR, PRxPA’ (20... Rx PTD 0 bien, Rx PAD; 21. P6CR, PARx PC;’ 22. PARxPR); 21. P6CR, PARxPC; 22. POR, RxPT; 23. PTR, RIC; 24. PER=D, POTD; 25. pscb+ y' ganan. E] final 387 (*) ha desempefiado 'in papel histrico en el desarrollo de fa teorfa de los finales de peo- nes. En el perfodo en que la es- cnela de los partidarios de la opo- sicién triunfaba en toda la linea y era de todos reconocida, se hizo ptiblica una posicién en la que los seguidores de esta escucla se vie~ ron metidos en un callején sin sa- lida y, hablando lisa y lanamente, les fallé el terreno sobre el que se apoyaban. Este final Namé extra- ordinariamente la atencién y sus- cité infinidad de comentarios, con- ferencias y discusiones (en el curso de todo esto se volvié a hablar de un estudio de ,, Publicado con bastante anterioridad, y que en su tiempo pasé casi inadverti- do; véase el 342). M. I. Chigorin fue uno de los primeros en sefialar ) Existe. una gran diversidad de opiniones respecto al origen de este problema y hasta de quién puede ser st autor. “La comprobacién tealizada nos permite afirmar lo que sigue. En Ja primavera de 1901, Lacker se presen- taba en distintas eiudades de Jos Esta- dos Unidos, pronunciando conferencins y realizando’ toraeos simultineos. Se- sfin testimonio de un testigo presencial, cl conde A. I. Razvadovski, Lasker demostré 1 21 de mayo de 1961, en un clab de Chicago, euno de sus litimos Finales, ligeramente modificado pot Reichgelm» (887). Esta noticia fue co- piada por fa revista eShajmatnoe Ohoz- Fenie>r (1901, pég. 245) de «Nuova Ri vistan (nim, 6). Ea este mismo afo, ju estudio en el «Man. ig Newss, y Reichgeln, en el «Chicago Tribunes. Queda sin aclarar si la posicién 837 se dio en st totalidad en el torneo simultineo de Lasker 0 si {ue sélo Ja distribucién ea- racterfstica de los peones, pero en todo caso €8 indudable que el final no sur- #i6 cen el match Lasker-Reichgelms A mis preguntas, Lasker, en 1937, contesté: el estidio es mio. Yo co- noci a Reichgelm en. Filadelfia, en 1004, donde éi me dio a conocer st modificacions, Hay que reconocer que Ja variante de Reichgelm eleva avin mas el valor teérico del estitdio oti- ginal. Ja importancia de las «casillas con- jugadas: Las dificultades que surgen al maniobrar con los reyes (menores en el 337 y un poco mayores en la variante de Reichgelm, 37a), se intentaron salvar miltiples veces, Proponiendo métodos de solucién cles, «sin quebraderos de cabe- za». Para el final que considera- mos se conocen por lo menos tres recetas de este tipo. La tiltima de que tenemos ao- ticia recomienda, después de ha- ber determinado las posiciones principales de zugzwang (R4AD- 3CD y RATR-RICR) y de habet comprobado que en éstas los reyes se hallan sitdados en columnas ve- cinas, habiendo una fila de sepa- racién entre ellos, considerar estas posiciones, (lo mismo que euando distancia que separa los reyes es de tres y de cinco filas) como base de ia maniobra. Segiin esto, en el 337 la solucién es: 1. R2C!, y en el 337a, 1. RICH, ote, La primera receta (teniendo en cuenta 1a época en que fue publi- cada) recomienda en fin de cuen- tas lo mismo, pero en forma més sencilla: «Situar el rey en la co- lumna vecina y en un escaqué de color distinto». Sin embargo, ambos autores no dijeron por qué en la posicién RID-R2D, tocindoles jugar a _las blancas, se debe mover R1D-2A! {y ng RIA o RIR), adm cuando en este caso el nimero de filas que fos separan inesperadamente resul- ta ser par y los escaques 2A y 2D son del mismo color. Si se trata de una excepcién, ¢qué explica- cién tiene? ; Como averiguar estas excepciones para no equivocarse al maniobrar? Es indudable que las recetas proptestas no abarcan todo el contenido del 337. El inconveniente de las solucio- nes mecdnicas consiste precisa. mente en que no permiten averi- guar la esencia de las posiciones y se hallan stifetas al riesgo de caer en un error en cuanto estas filtimas se apartan lo més minimo de la norma de antemano estable- cida. Examinemos detalladamente 1a solucién de la 337, por cuanto ésta ilumina con claridad diéfana la teorfa general de los finales de este tipo. 4. Cémo se debe enfocar la solu- cin de las posiciones con dos pun- tos de ataque ? Ante todo deben determinarse las posiciones de zugzwang alrede- dor de estos puntos (las «ar y «bp en el 337) y establecer las ca- racteristicas del «camino més cor- to» entre las casillas de zugzwang (véase el 332). Para ambos adver- sarios éste se compone de seis es- caques: los del biancy son: 44D, 3D, 3R(2R), 3AR(2AR), 3CR, 4TR, y Tos del negro, 3CD, 2AD, 2D(iD), 2R(1R), 2AR, 3CR, En caso de que el camino de las blan- cas resultase ser més corto, hablan- do en términos generales, no ha- bela ejugadar, ef rey se dirigiria sencillamente al punto 4TR. Com- parando entre sf las casillas con- jugadas del camino més corto, se Nega a la conclusién de que el rey negro debe mantenerse todo el tiempo una columna a la izquierda del blanco. Después de esto pasamos a exa- minar las posiciones de zugzwang. No se necesita un andlisis para convencerse de que serfa infructuo- so intentar dar fa batalla alrededor del punto SCR ; es més, en casy de que el rey negro sea atraido a esta casilla prematuramente, las tablas son inevitables, ya que las blancas no podrian volver al flanco de da- ma a causa del contraataque de las negras sobre el peén 4AR. ji, en general, las blancas son capaces de conseguir algo, esto sélo ede ser en el flanco de dama. Bnicamente egandndole la parti da» aqui al adversario (por ejem- plo, obligando al rey negro a des- viatse dos columnag a la izquier- 193 da), pueden realizar el ataque de- cisivo sobre SCR. = Al analizar la situacién en el flanco de dama, partiremos de la posicién principal de zugzwan; 4AD-3CD. La segunda de estas posiciones es la 3D-2AD (no hay que olvidar que las casillas del ca- mino més corto se corresponden siempre unas a otras). De abi se desprende la conjugacién de los escaques de unién 3AD y 2CD (se- fialados con la cifra «2s). As{ pues, la zona principal de las blancas (en el punto inaccesible 4D) es el triangulo a, 1, 2; la zona de las Regras (en’ ei punto inaccesible 3AD) es andloga. Ta linea avan- zada ha sida facil de establecer, entrando después en accién el «en- cadenamiento de triéngulos» y las «casillas afines» de que se traté al analizar el 335, Razonaremos asf: el rey blanco alcanza las casillas «ly y «2s desde el escaqne 2D («3s) con este iiltimo s6lo puede estar conjugado el 1AD (una co- lumna a la izquierda) v de ningén modo lo esti 1CD (dos columnas més a la izquierda). Del mismo modo se determina el «4» y lega- remos a la conclusién de que nos hallamos ante un sistema de con- jugacién «cuadrado-tridngular. Y si esto es asi, la conjugacién de las casillas de'la zona de la «reta- guardia» se ve inmeditamente, de acuerdo con la caracterfstica de Ia «afinidad> (saltando un escaque, segiin las leyes de la oposicién). {Por qué hemos eliminado, en resumidas cuentas, la casilla’ ca» de la zona principal? Esta es una cuestién de método y puede ser enjuiciada de diversas formas. Los escaques de zugzwang son casillas especiales, para las que no hay andlogas en el tablero. Pero a ve- ces se las incluye en Ia zona prin- cipal, por ejemplo, cuando la ma- niobfa se halla limitada por falta de espacio (véase a este respecto, entre otros, el 338). 194 Después de haber determinado las casillas y las zonas de conju- gacién (el hallarlas rapidamente Se consigue mediante ejercicios sistematicos), pasamos a conside- rar el momento principal del an- lisis, es decir, a poner en claro si Jas blancas pueden hacerse con la conjugacién en la zona principal. Resulta que las blancas se apode- ran de la conjugacién inmediata- mente, en su primera jugada, ev Jas casillas de la retaguardia,’ an- tes de que los reyes leguen’a la zona principal. Concretamente, en el 337 se debe jugar 1. R2C! y las negras ya no pueden defenderse, por ejemplo: 1... R2T; 2, R3C (la casilla ICD es también «conjugada»; n0 obs- tante, a la primera oportunidad hay que salir a la «linea avanza dap); 2... R2C; 3. R3A, R2A; 4. R3D y ganan (4... R2D; 5. R4A, o bien, 4... RIC, 2C; 5. R3R, ete.)- Una variante interesante es: 1. R2C, R2T; 2. RIC, R3T. Es claro que las blancas continian 3. R2A!, eligiendo Ja casilla para la que las negras no tienen conjugacién (has- ta 8C hay mucho trecho y a 3. R&C sigue 4. R2D!, con 16 que el escaque 3A de las negras deja de ser inaccesible). Tocdndoles jugar a las negras, éstas se apoderan de la conjuga- cién mediante 1... R2C y, sin per- derla ya (2. R3C, R2T, o bien, 2. Rac, RIT) alcanzan tablas. Tam- bién’ se puede 1... RIC, ocupando la conjugacién después de haber entrado el rey blanco en la colum- na CD. En el 387a (RITD-R2TD), se de- be jugar 1. RIC!, R&C; 2’ RIA, R2A; 3. RID. Conservando todo el tiempo la conjugacién, las blan- cas no han podido todavia apode- Tarse de ella en la zona principal. Sin embargo, las negras se hallan ahora en un momento critico: en caso de 3... RIA, sigue 4. R2D!, y si 3... R2D(1D); 4. R2A1, apro- ¥echdndose de que para la casilla 2A las negras no tienen ahora con- yugacién (jhasta el escaque 8C hay un gran trecho!). Después de 4... RIA; 5. R2D!, R2D; 6. R3A, ; 7. R3D, la victoria de Jas blancas es evidente. Los movi- mientos finales son extraordina- riamente caracteristicos: después de haber entrado en condiciones favorables en la zona principal, el rey blanco se ha acercado corise- cuentemente al punto de ataque (poseyendo también aqui todo el tiempo la conjugacién), hasta que Jas blancas logran su objetivo principal: sacan’al rey negro «al camino mas corto» tocindole ju- gar. Perteneciéndoles mover a las ne- gras, se consiguen tablas median- te 1... R2C (también se puede 1... RIC}, pero de ningain modo con 1... R3C?, a causa de 2. R2C!, quedando ‘las negras sin casilla conjugada. Extraordinariamente_ instructi- va restilta la comparacién del 337 con el ejemplo que a continuacién se da, ya que descubre totalmente lo esencial de las zonas conjuga- das (1a relacién mutua entre flancos) El 338 es una variante de R. Bianchetti (1925), propuesta por €1,, junto con el 337, con el deseo evidente de demostrar la inmuta- bilidad del método de solucién de todos los finales de este tipo. E consideraba que las blancas ganan después de 1. R2C, R2T; 2. R3C, etcétera. Sin embargo, el parecido de las posiciones le ‘engaié por completo. Habiendo establecido para el 337 la numeracién de las casillas a fin de determinar sus distancias a ambos puntos de ata- que (lo mismo que en el 332), se olvidd de hacer esto para el 338, a pesar de que estaba obligado a hacerlo, ya que habia variado la estructura de los peones al tras- ladar los 4AR (blanco) y 4AR (ne gto) a OTR y 2TR, respectivamen- te, Como ya sabemos, toda varia- cién en la distribucién de los peo- nes da lugar a un nuevo sistema de casillas criticas. La esencia de este sistema puede continuar sien- do la misma, pero también puede cambiar radicalmente. Es de suponer que Bianchetti comparé tinicamente «los caminos més cortos» (a-b) y comprobé que cada uno constaba de cuatro casi- las. Pero debfa haber comprobado todos los escaques de 1a zona prin- cipal. Si tomamos la casilla 2D, veremos que en el 337 le corres: pondia solamente Ia 1AD, mien- tras que en éste se halla también conjugada con ella la casilla 1CD, ya que tanto desde 2D como desde ICD se precisan tres movimientos para alcanzar sus correspondien- tes escaques de zugewang «b> (las distancias erfticas para 2D y 1CD son_iguales, respectivamente, a «2, 39). Asi pues, la zona de conjuga- cin en el 338 resulta menos rigi- da para las negras: a tres casillas (2CD, 2AD y 2D) de las blancas. corresponden dos (ICD y 1AD) de las negras, en las que estas ‘lti- mas pueden realizar maniobras de espera. Esto permite al negro ha- 195, cer tablas; por ejemplo: 1, R2C, RIC! (y no 1... R2P?, como ju- gaba Bianchetti); 2. R2A, RIA! {jnada de maniobrar en las colum- nas vecinas !) ; 3, R2D, RIC!! (se- sjante libertad» serfa’inconce- bible en el 337) ; 4. RR (a4. R3A, 3D contestarfan las negras con 4... R2C, 2A); 4. RIA!; 5. R4A, R2D, 1D;'6. RSA, R2R, tablas. Bien es verdad que las blancas pueden rea- lizar ain una Altima tentativa : 6. RSC (en Iugar de R9A) ; 6... ROR; 7. RSA, ROA y da la impresion de que el rey blanco puede lanzarse al punto 4AD, pero la realidad es que se ve ya obligado a guardar al peén 6TR. j Esta es la verdade- ra causa de Ia elibertad de ma- niobra de las negras»! Fl traslado de tos peones de ambos colores a 6TR y 2TR pone a las negras en condiciones de contraatacar, lo que determina en definitiva todo el sistema de escaques criticcs. Si afiadimos a las blancas un peén en STR (3882), veremos cudn dificil resulta a veces deter- minar las zonas principales. Si en el final de dama que resulta (8. RAR, R3A; 9. RID, RAC; 10. RAA, RxPaT!; 11. RSC, Rx P3T; 12. R6A!, R2C!; 13. Rx P6D, PATR; 14. R7R, PSTR; 15. POD, POTR; 16P7D," PTR; 17. P8D=D, P&TR=D), las negras_pudieran hacer tablas, serfa real para el 3382 la numeracién de las zonas tal y como en el 328, pero como Jas blancas ganan (después de 18. DBAR+, R3C; o bien, inmediata- mente, R2T; 19. D6AR+, R2T; 20. DIAR+'y 21. PSD), ‘resulta que para nuestra posicién 338a son orrectas las zonas sefialadas en el La conclusién practica es que, sin entrar en los profundos cAlcu- los arriba citados, lo més seguro es defenderse segin las zonas del 337 (a R3R, 4R salva RID, 1D y en caso de R4A, habria que jugar RIR!, siendo ‘la continuacién: RSA, 'R2R!, o bien, RSC, R2A!; véase las zonas del flanco de rey) no obstante, ctando no hay elec- cién, hay que defenderse de acuer- do con el 338, y si la defensa no tiene éxito, esta es debido “nica- mente a que la posicién no tiene defensa de cualquier modo que se la mire. En el 338 es también interesante la distinta disposicién de los reyes en la columna TD, cuando les toca jugar a las blancas. Si el rey negro se halla en ITD, la partida termi- na siempre en tablas, independien- temente del Iugar en que se en- cuentre el rey blanco (en ITD, 2TD 6 3TD). Estando situado el rey negro en 3TD, ganan siempre las blancas. En caso de que el rey negro ocupe 2TD, son tablas si el rey blanco est4 en ITD, y cuando éste se halla en 2TD 6 31D, las negtas pierden. Todo esto es facil de deducir de la distribucién de tas casillas conjugadas. 3. SISTEMA DE LAS OCHO CASILLAS Este sistema abarca mayor né- mero de escaques que el del cua- drado y el triéngnlo, pero, como pronto’ quedaré demostrado, su aplicacién-en las partidas es, por regla general, més facil. El esque- ‘ma 385 nos permite ver los rasgos caracterfsticos del sistema de las ocho casillas. En el diagrama 339 se dan dos 196 distribuciones distintas. En la pri- mera, la zona de las blancas se contrapone a la zona de las_ne- gras, situada a la inquierda. Adn cuando se hallan desviadas una respecto a la otra, estas zonas son simétricas horizontalmente. En la segunda distribucién, a esta misma zona de las blancas se contrapone, a la derecha, la 20- na simétrica diagonalmente de lay negras (en el esquema se muestra xm simetria completa, pero pue- den darse desviaciones). Las zonas tienen la forma de un cnadrade de 3x3, en el cual falta “uma casilla (inaccesible al rey), y constan, por lo tanto, de ocho es- caqtes, Si en el sistema del cuadrado y el triangulo era relativamente fé- cil recordar la conjugacién de tres y cuatro casillas, en el que ahora consideramos esto parece mas di- ficil. Es, pues, comprensible el que a los practicos les asuste, ge- neralmente, la perspectiva de ma- niobrar con los reyes en tan gran- des espacios, tanto mas cuanto un movimiento falso puede variar el resultado de la partida. Sin em- bargo, estos temores, basados en una apreciacién superficial, son en gran parte exagerados. Mas adelante daremos a conocer méto- des sencilios de orientacién en las zouas de ocho casillas, que permi- ten hacer uso de estas'dltimas con gran facilidad. En priter lugar, es necesario Megar a comprender la estructura de las zonas y, entonces, resulta que no es tan diffcil recordar el Sistema de la conjugacién; es mas, en fin de cuentas, no es ne- cesario mantener nada en la me- moria. En contra de Ja opinién de los tedricos que consideran més clara la representacién por medio de le- tras que de cifras, nosotros esti- mamos que se debe hacer uso de una u otra segiin el objetivo que se persiga. En el caso que estu- diamos, la anotacién numérica es senciliamente imprescindible. La base del sistema de las ocho casillas, su micleo, lo forma el tridngulo, que ya conocemos, al- rededor del punto inaccesible. Ge- neraimente, aun cuando esto no es obligatorio, la cifra «1» repre- senta el escaque de zugewang la «2y, la casilla m4s cercana del ca- mino mas corto, y la «3» el esca- que de unién. As{ pues, quedan Cinco casillas colindantes con el tridngulo. Consideremos la zona de las blancas en el 339, Las cifras 4,5 y 6 se htallan en una misma columna de arriba hacia abajo, y Jas 6, 7 y 8, en idéntica fila y de izquierda a derecha. Esta distri- bucién (mental) de las cifras debe ser siempre seguida, Pasemos ahora a examinar lag zonas de las negras. Merced al eje de simetrfa que tienen, se puede decir que son la eimagen reflejada en un espejo» de las zonas de las blancas. Si se dobla mentalmente el tablero por este eje, resulta que Jas zonas (a veces hasta después de haberse desviado), al ser su- perpuestas, coinciden. ‘Si consideramos 1a zona iaquier- da de las negras, veremos que el orden de las cifras en las filas es el mismo que cl de las blancas, correspondiendo en las colummnas a la imagen invertida por un es+ pelo, (confrentense 4 y 45 y 5, 6 y 6). “Ast pues, nos hallamos ya en condiciones de formular la prime- ra deduccién practica: para con- servar la conjugacién en la zona principal (simétrica horizontal- 197 mente), hay que contestar al mo- vimiento del rey por una columna (0 por una fila) con un movi- miento andlogo del rey propio por Ja columna (0 por la fila). Pero en Jos sistemas simétricos diagonal- ‘mente se debe maniobrar precisa- mente al contrario, Examinese atentamente el orden de las cifras: las de las blancas situadas en los columnas (4, 5 y 8, por ejemplo), corresponden a las cifras de las ne- gras que se encuentran en filas (las mismas 4, 5 y 6), correspon- diendo a las filas blancas las co- lumnas de las negras. En este caso es preciso contestar a un mo- vimiento a lo largo de una colum- na con otro a lo largo de una fila, y viceversa. Sin embargo, no pue- de ser tomada esta regla como ab- soluta. De ella quedan excluidos los movimientos «envolventes» de os reves, acerca de los cuales se hablaré ‘més adelante. Pueden también darse excenciones en unos 1 otros casos espectficos de la po- si Asf pues, debemos recordar: en los 4ngulos de cada zona hay siem- pre un «6», y en el centro, un «3, En lo que respecta a las casillas de la retaguardia (afines), se las numera de acuerdo con las leyes de 1a oposicién (saltando una ca- ‘Un medio auxiliar para deter- minar la conjugacién de las ca- sillas en ciertos casos complica- dos puede ser también el color de Jas mismas, seg”in se vera més adelante. En el sistema horizontal que consideramos (339), las casi- Mas conjugadas son de colores gpuestos. Si se desplaza la zona de las blancas hacia la izquierda, sus colores son entonces idénticos (oposicién ordinaria); lo mismo cocurte si,se desplaza la zona hacia la derecha. En el sistema diagonal (el mismo 339), las casillas conju- gadas son del mismo color, gracias a la simetrfa absoluta; pero pue- 198 den ser de colores opuestos si se desplaza Ja zona de las blancas ha- cia la izquierda. Pasemos a examinar algunos ejemplos pricticos. En el 46 las blancas disponen del tiempo de reserva P. . En relacién con esto, las casillas STD, SCD, GAD ya'no pueden ser consideradas como criticas, de- biendo serlo las STD y 5CD (a RSC es insuficiente contestar con R2C, a causa de P3CR). En el flanco opuesto el punto eritico es 6AR. De esto se dedu- cen las casillas de zugzwang: 4AD-3CD(1) y 5AR-2R, asi como «el camino mAs cortos.” Construi- mos mentalmente el tridngulo 1, 2, 3, situamos a la izquierda 1a serie vertical 4, 5, 6 y la zona de las ocho casillas ‘queda comple- tamente determinada. Esta tam- bién clara la conjugacién (repre- sentacién) de cada uno de los esca- oues de la retaguardia. El rey blanco se encuentra en «3s, y el negro, en e5s. Las blancas pueden apoderarse inmediatamente de 1a conjugacién (primero en la zona de la retaguardia). 1. RIC, R2C; 2. RIA, R2A; R2C! (maniobra envolvente carac- teristica: las blancas aprovechan Ta primera ocasi6n que se Jes pre- senta para entrar en la zona prin- cipal. El blanco ocupa «6, por cuanto el negro no puede contestar de la misma forma. Observaremos de paso que al realizar la maniobra envolvente se puede infringir la «regla del colors. Queda por afia- dir que, ademas de 3, R2C, gana también 3. RID, y en caso de 3... R2C, defendiendo «7s y «8», debe jugarse 4. R@R!); 3... RIA (las negras se basan en que el rey blan- co no puede llegar a «8s, pero en estos casos las blancas continéan el movimiento envolvente); 4. RSC!, R2A; 9. RAC!, R3C; 6. R4A! (serfa ‘prematuro 6. P3CR ?, a causa de unas simples tablas des pués de 6.. R3TD; la jugada P3CR liquida todas las zonas). El problema esta ahora resuelto: a 7... R2A seguiria 8. RSC, R2C; 9. PACR: y si6... RAT (contraataque gue suprime todas las considera- ciones acerca de las zonas), habria aue jugar 7, RID, R5C- 8. RAR, RSA; 9. R5A, Rx P4D (o bien, ee P3CR); 10. Rx PAR y, segiin se pudo determinar hace tiempo con- tando las jugadas, el peén TR Mle- ga antes a la promocién Comenzandd las negras, éstas hacen tablas ocupando «3s. Una ‘vez. que se han hecho con la oposi- . ya no pierden, puesto que nada frena_su_ maniobra:_ 1 R2C!; 2. RIC, R2T; 3. R2T, RIC; 4. R3T, R2C, ete. En los finales de este tipo pue- den darse varias variantes, pero en resumidas cuentas no hay necesi dad de ellas: el resultado es evi- dente; no hay més que no equivo- carse al elegir la casilla conjugada (bien es cierto que a veces es pre- ciso soslayar algun que otro «es- collo» ; véase el 344). N. Grigériev, refiriéndose al es- tudio 341, hizo al margen de} libro una lacbnica acotacién: «jEstu- pendo!> ‘Las casillas criti¢as son aqui: SAD, 5D y 6CR. De forma ana- Joga al ejemplo anterior, los trian- gulos 1, 2, 3, se determinan facil- mente. Por cuanto no pueden ser complementados hasta un cuadra- do, ante nosotros tenemos un sis- tema de ocho casillas (véase el dia- grama; las casillas de la retaguar- dia uo han sido cifradas). Las blancas disponen del tiempo de reserva PSTD, y la conjugacion de Jas zonas es valedera hasta que éste haya sido gastado (lo mismo que en el 340). La posibilidad del cambio P&TDxPCD asegura un contraataque inevitable en el fu- turo de las negras en el flanco de dama, cuando el rey blanco se di- rija (al final) a la casilla 6CR. ‘Las blancas ganan apoderindo- se de la conjugacién. 1. RID!, R2D; 2. RIR, R2R; 3. R2D!, RID (infructuoso ‘intento de salvarse mediante la oposicién. {No es esto Jo que ahora procede!); 4. R2R, RIR; 5. R3D!, R2D; 6. R3R! (el ocupar junto con la conjugacién a casilla «3s es siempre el prin- cipio del fin) ; 6... R3D; 7, RAR, R3A. La lucha en la zona ha ter- minado a favor de las blancas, pe- 199) ro en el estudio quedan atin otros sutiles detalles. ‘Comienza ahora Ja fase del «des- bloguco» y de la promocién de los peones, fase que en cada final pre- senta facetas distintas. Aqui, el final es el siguiente (no es facil calcularlo de antemano) : 8. R3A, RAD; 9. R3C! (en caso de 9. R4C?, salva la situacién 9... RSR); 9... RSD; 10. RAT!, REA (0 bien, 10... RSR; 11. RIC, R6R; 12. RST, Rx PA; 13. R6C, RAR 14. PITD! y ganan) ; 1. PT x PC! PxP; 12. RST, Rx PSC; 13. REC, Rx P6C; 14. RxPAR, R6A!; 15. RSR, PSCD; 16. POAR, P6CD} 17. PTAR, PICD; 18. PBAR=D, P8C (ahora el cambio de damas viene forzado) ; 19. DSAD+, R7D; 20. D2AR+, R6A, 6D; 21. DAD + y ganan, Examiriemos las distribuciones diagonales. El 342 es la més antigua com- osicién sobre el tema que consi- Reramos. Conociendo los dos ejem- plas precedentes, no presenta ya lificultad alguna el imaginarse Jas zonas de las ocho casillas. Las blancas ganan si halléndose el rey en 4D pueden jugar PSR, o bien, encontrandose el rey en 3R, pue- den ocupar 4AR. De esto se ‘dedu- 200 cen las posiciones de zugzwang RAD-R3AR(I) y R3R-RACR(2). EI camino més corto consta, en total, de dos escaques. La zona de la retaguardia de las blancas es mucho més rica, lo que les permite elegir el momento en que el rey blanco pueda entrat con éxito en Ta zona principal (donde, por ne- cesidad, se encontraré mucho an- tes el rey negro). ‘Sin embargo, la columna TD no puede ser utilizada por las blancas como base de operaciones a causa de su alejamiento del peén inde- fenso 4R. Supongamos que en el 342 les toca jugar a las negras. Estas hacen tablas moviendo 1... R2C, ocupando inmediatamente la conjugacién («5»). Pero pueden también jugar 1... R27, ya que las blancas ng se encttentran en situa- cién de aprovechar esta «libertad». En efecto, de acuerdo con el sis- tema de las casillas conjugadas, deberfan contestar: 2. R2T, pero resulta que, por la indole espectfi- ca de la posicién, no todos los es- caques eafines» son buenos; des- pués de 2.. R2C (amenazando R3A y RAR) es ya francamente mala 3. R3T?, y no hay mas re- medio que jugar 3. R2C (IC, 3C) en contestacién a Ja cual tienen las negras casillas conjugadas que las salvan A propésito de esto sefialemos que después de 2. R2C, las negras no deben pensar en ‘eoposiciény alguna y s{ dmicamente en las «casillas conjugadas». Pierde, por ejemplo, 3... a causa de 4, R2AT (aprovechdndose de que el escaque 7TR se halla muy lejos ; movimiento envolvente) ; 4... R24 (o bien, 4... R&C; 5. R3A!; a 4. RAC, 2C contestan las blancas con la conjugacién mediante 5. R3D, 5. R2D!, R3A; 6. R2R!, R3C; 7. R3D y ganan. Perg en contestacién a 3. R2C se alcanzan tablas moviendo 3... RIT, o bien, 3... R&T (el escaque «1» no subs- tituye al e7», atin cuando todo esto es toposicién») ; por_ejemplo: 4. R&C, RIC (0 bien, R&C); 5. R2A, R2T, ete. Es evidente que en un principio las blancas deberan maniobrar, no a lo largo de la columna TD, sino por Ja primera fila, con tanta mas razén que en ésta se apoderan in- mediatamente de la conjugacién. Su juego deberd estar supeditado a dos exigencias: 1) hacer Hegar lo antes posible el rey a la zona principal ; 2) entrar sin retraso en el tridngulo decisivo, poseyendo Ta conjugacién en ambos casos o apoderandose de ella. 1. RIC!, R2C (damos una de Jas_variantes como ejemplo); 2. RIA, R3C; 3. RID, R4C (ahora tienen ocasién las blancas, por vez primera, de entrar en a zona prin- cipal mediante un movimiento envolvente, es decir, por el mo- mento sin apoderarse directamen- te de la conjugacién: una pérdida de tiempo hubiera sido 4. RIR, RIC, viéndose obligadas las blan- cas a regresar con el rey a 1D para, después de R4C, realizar, por fin, Ja jngada correcta; de esto se de- duce que la maniobra por Tas ca- sillas conjugadas de ning modo ede ser mecdnica); 4. R2A!, '3T ; 5. R2D (apoderdndose de la conjugacién; pero en el caso 4... R3A, este mismo movimiento 5. R2D hubiese tenido el valor de un rodeo) ; 5 ...RAT; 6. R3A! (6, RAR hubiese resultado de muevo ser emarcar el paso»); 6... R4C; 7. R4A!, R3C; 8. RSD y ganan. (La continuacién para nuestros fines no presenta interés alguno.) "El metodo de la conjugacién (zo- na de las ocho casillas) es actual- mente no sélo el método mas sen- cillo, sino el mas seguro cuando deban jugarse finales de este tipo. Examinemos, a fin de comparar, otros métodos. Segiin cl método de las edistan- cias criticasy (en el caso que con- sideramos desde el» y 2s), el escaque ICR, ocupado por el rey negro, se sefiala con «2, 3». Para apoderarse de la conjugacién, pa- rece que las blancas deberian ju- gar: 1. R2C (también «2, 32). No obstante, esto conduce inmediata- mente a tablas después de 1... RIT. Es evidente que en este caso no se puede partir de las distan- cias a los escaques de zugzwang. Pero, por consiguiente, tampoco se puede, en genera, hasta que no aya Sido determinado en qué ca- 0s y por qué hay que hacer ex- cepciones. Suscita también dudas el «sis- tema de coordinadas». En éste las distancias se miden hasta los ejes coordenados, cuyos «puntos de apoyo» son los escaques inaccesi- bles en e} campo de cada uno de los contricantes. En las negras, por ejemplo, desde el punto 4AR, se toman los segmentos 4AR-IAR y 4AR4TR; las distancias que se- paran la casilla 1CR de estos seg- mentos quedan especificadas me- diante la anotacién «1, 3». Para las blancas («punto de apoyo» 4R) se toman los segmentos 4TD-4R_y IR-4R. Hay que jugar 1. RIC}, ya que el escaque ICD tiene como coordenadas «3, 3». Puesto que si una de las cifras coincide, y la otra es mayor o menor en un na- mero par de casillas (cley de las dos casillas»), se consigue 0 se con- serva la conjugaci6n. A 1... R2C (1, 2) hay que contestar 2. R (3, 2). Continuemos la variante 2... RBC (1, 1); 3. RID (3, 1), RAC (1, 0); 4. R2A (2, 2). Esto es ya incomprensible y exige explicacio- nes especiales, pues de lo contra- rio acaso no se acierte en esta ju- gada. 4... R3T (2, 1); 5. R2D (2, 1), RAT (2, 0) ;6. R3A (1, 2). jin comprensible de nuevo! (No obs- tante, si se juega «segtin el siste- may, hay que seguir 6. R2R (2, 0), R&T (2, 1);7. R2D (2, 1), ete. Sin moverse del sitio. Resulta que 201 el sistema efallay en lus movimien- tos envolventes, a no ser que los casos en «0» deban ser tratados de forma especial; pero ; qué for- ma es ésta?); 6... R4C (1, 0); 7. R4A (0, 2). El mismo «embrolios Sin embargo, el final es correcto; 7... RBC (I, 1); 8 R3D (1, 1), ¥ ganan, _ Para dar aquf fin a esta breve informacién sobre el sistema de «coordenadas», sefialaremos st enorme complicacién: 1) en cier- tas posiciones no se puede deter- minar por dénde deberan pasar los ejes coordenados ; 2) al pasar el rey al otto lado del eje, las dis- tancias vienen dadas por magni- tudes negativas; 3) para explicar las diferentes particularidades de una posicién, su autor (Ebersz) hace uso de numerosos conceptos nuevos, abstractos y poco convin- centes. Es de suponer que el mis- mo autor Teg a la conclusién de la inutilidad del método, o bien, de la imposibilidad de terminarlo, ‘ya que ces6 de publicar en la revis- fa Ia continuacién de su estudio. ‘A pesar de todo, consideramos que seria prematuro rechazar de plano tanto el «sistema de coorde- nadas» como el emétodo de las distancias eriticas». Algo hay de cierto y “til en estas teorfas. Queda ain por examinar el mé- todo simplificado de solucién, «la receta preparaday, similar a la del 337. Consiste en la recomendacién de ocupar en las diagonales de ca- sillas negras la oposicién ordina- ria (dejando un numero impar de escaques entre los reyes) y situar Jos reyes en las diagonales de ca- sillas blancas de modo que entre ellos haya un nimero par de esca~ ques, Berger (seguramente tenien- do en cuenta las posiciones det ti po 342a), hasta se atrevié a gené- ralizar: en las diagonales abtertas, oposicién ordinaria; mientras que en las que tienen barreras, distan- cias pares. Sin embargo, esta re- 202 ceta no resiste comprobacién al- guna: 1. R2T, R2A (entre los re- yes hay un ndmero par de, casi las); 2. R2C, R3A (ndmero impar) ; 3, R2A y las negras deben rendirse, ya que el escaque 4AR es inaccesible y el 2TR esté muy lejos. O bien, examinemos 1a posi- cidn inicial siguiente: R3D-R3CR ; 1. R4A, R2A; 2. R3C, RIC; 3. R2T, R2A (lo correcto es sélo'3. R2T') ; 4. R2C y las negras pier- den de ‘nuevo, lo mismo que en el anterior. De acuerdo con la receta propuesta, en la posicién RID- RACR hay que jugar 1. RIA, y si 1... R3C, entonces, evidentemen- te, 2. RIC. En caso de 2... R&C resulta que 3. RIT? pierde sin nin- in género de dudas, mientras que la receta fto nos dice qué es aqui lo correcto. ‘Lo expuesto nos obliga a acep- tar las «zonas de las ocho casillasy como base de la solucién de los fi- nales que consideramos, ,sin que por esto renunciemos a ciertas pro- yechosas combinaciones auxilia- res que se proponen en otros métodos, aun cuando de por sf es- tos fitimos sean defectuosos. Recomendamos que se examine la siguiente variacién de la posi- cién 342, ya que pone de manifies- to ciertos aspectos sumamente ins tructivos. 3420, V. Bird, 1936 (segéin Te- cocq). Blancas: RITD, PSAD, PAD, P3AR, P3TR. " Negras RITR, P3AD, P2AD, P5AR, PS TR; ganan las blancas dnicamen- te si les toca jugar a las negras tocdndoles a aquéllas jugar, ta blas. Los caminos més cortos ‘son: 4AD, 3D y 3R, 4AR. No sélo las zonas de las ocho casillas son exac- tamente simétricas, sino que lo son también las zonas de la retaguar- dia (de igual magnitud). Los reyes se hallan ya en los escaques con jugados, €s decir, en la posicién de zugewang. La solucin tiene dos variantes principales (1. R2T, RIC, o bien, 1. RIC, R2T, etcétera) "y no ‘contiene’ nada nuevo. Sin embargo, gana en in- terés al afadir a las negras un peer en 4TR. Con este «regalo» las negras pierden hasta jugan- do el blanco el primero. Después de 1. RIC, R2T (siguiendo el es- piritu del sistema de contestar a tn movimiento horizontal con otro vertical); 2. RIA, R3T; 3. RID, las negtas pierden la con jugacién, ya que el escaque que necesitan, 4TR, es inaccesible, y pierden, por ejemplo: 3... RAC; 4, R2D, RIC; 5. R2A, RAC; 6. R3C!_ (movimiento _envolvente) ; 6.. R4A; 7. RACI, R3A; 8 RBA, etc. ‘A ‘causa de la barrera en 4TR Jas casillas en la columna TR han dejado de ser conjugadas. Pero si se traslada el rey negro a 1AR o a 3AR, las negras pueden siem- pre hallar la conjugacién en la 20- ha principal, sin necesidad de la tolumna ‘TR para maniobrar, al- canzando tablas si les toca jugar a las blancas. En el 343 la zona de las blancas se halla desviada respecto a la gona de las negras una columna (la simetrfa total se habla dado hallarse esta zona una columna Mis a la izquierda). Debido a es- to, las casillas conjugadas son de colores opuestos. No deja de presentar interés en este caso la determinacién de los escaques de zugzwang. Estando situado el rey blanco en 5AD es suficiente contestar con R2R; el rey negro no tiene por qué perder fiempo en desplazarse al escaque 2D. Pero, debe acaso admitirse gue a R&R tengan que contestar las negras con R4C? En este caso el camino mas corto para las blan- cas constarla de tres casillas, y para las negras de cuatro, lo que traerfa como resultado el que éstas no pudieran defender sus casillas débites a puntos criticos (3D y SCR). Es evidente que desde la Posicién RS5AD-R2R, las negras no pueden impedir la jugada R4AR y deberén contestarla con RATR. Asf pues, los caminos mis cortos contienen el mismo nfimero de escaques y en estos caminos se hallan las casillas el» y «2», a par- tir de las cuales construimos men- talmente las zonas principales. La solucién no presenta para nosotros dificultad alguna: las blancas ganan moviendo 1. R2T, etcétera; comenzando las negras, éstas alcanzan tablas mediante I... RIC. Aqui, por cierto, aparece de nue- vo claramente la insuficiencia del método de las edistancias crf cass, propuesto por Bianchett los escaques IAD, 1D, 1R se ca- racterizan por las’ mismas distan- cias («4, 3»), y los 2D, 2R, por las «3, 2». Por eso, cuando el juego tiene lugar en estas casillas, faltan los indicios diferenciadores nece- sarios para conservar una conjt- gacién exacta. En la posicién inicial del pro- blema 34 (V. Leik, 1939), el rey blanco se halla en 3TD y el peén negro 3D, en 2D. Es indudable que el autor pre- tendié situar el centro de grave- dad del problema en la demostra- 203 cién analitica de que las negras ganan, si les toca jugar, del modo iente: 1... R2C, IC; 2, RAC (de no contraatacar, las blancas pierden a causa del tiempo de mas que tienen las negras) R3A, 2A; 3. RSA, R3R (la existencia de esta posicién de zugzwang era conocida de antemano; de ella par- te el sistema de conjugacién del cuadrado y el triangulo que aqui opera "y cuyos detalles ahora no nos interesan); 4. R4C (no 4.. RAC?, R3D); 4... RAR; 5. RAT. (en caso de 5. RBA, se ‘tiene 5. P3D+, y a 6 RxP, gana 6.. R2D; si las blancas no toman en 5D, entra en accién el sistema de las ocho casillas, representado en el diagrama, por ejemplo: 6. R4C, R2D; 0 bien, 6. RSC, R3R y ga- nan); 5... R3A!; 6. R4C, PSD {cambiando el sistema de ‘conju- gacién) ; 7. R3A, R3R; 8. R3D, R2D y ganan. Tocéndoles jugar a las blancas, el autor se limita a sefialar que después de 1. R4C, P3D, se consi- guen tablas mediante 2. R4T!. EY estudio presenta interés como ejemplo del paso de un sistema a otro, asi como por las jugadas que se realizan en el primero de estos sistemas; no obstante, nosotros s6lo examinaremos a posicién que 204 se da después de 1, RAC, P3D (344). ZA dénde debe ir el rey blanco ra conquistar la conjugacién_y acer tablas? Los escaques 3TD, 3CD (lo mismo que los STD, 5CD} quedan inmediatamente elimina- dos, ya que el rey negro ocupa una de las casillas : la « Ja «3. jueda tinicamente Ia dificil clec- cidn entre RATD y R3AD. Uno de estos movimientos salva la situa- cién; el otro, la pierde. EI color de las casillas (xopues- to» en el sistema diagonal con des- viacién que se considera) habla en favor de 4TD. Sin embargo, no se puede uno fiar de este indicio, ya que tanto R4T como R3A son movimientos envolventes, En favor de 4TD tenemos un in- dicio mAs seguro: el rey negro se halld en el escaqne «6»; por otra rte, Ia comparacién de las casi- Has del negro ITR, 1AR, 1D, lo mismo que las del bianco 2tD, 4TD, son claros testimonios de Ja afinidad de «i> y «6s. Al comprobar esta conclusiéa mediante métodos auxiliares, nos conyencemos definitivamente de su justeza. Las distancias eriticas para el negro RITR son «5, 39; y para el blanco 3AD, «2, In (esto evidentemente no ‘nos sirve), mientras que para 4TD son el, 3s, es decir, precisamente lo que hace falta (una de las cifras es igual y la otra cuatro unidades mayor). Del mismo modo, por el sistema de coordenadas ‘obtene- mos: para el negro RITR, «4, 2> y para el blanco 3AD «1, I» (no sirve); para 4TD, «O, 2» (plena- mente’ satisfactorio) «La ley de las dos casillas», com- prensible en las circunstancias de la oposicién ordinaria (la distan- cia entre los reyes), puede parecer incomprensible al ser aplicada a las distancias criticas. Sin embar- go, la eparidads tiene facil expli- cacién: si uno de los reyes se halla mas cerca que el otro del punto de ataque en una casilla, el ctro ain puede equi tuacidn, sicmpre y cuando le to- que jugar; ea cambio, una dife- rencia de dos casillas ug puede sal- varla con un movimiento. Asf, pues, en el 344 se aleanzan tablas con |. R4T!. En cambio, 1, R3A? pierde, ya que deja es- capar la conjugacién a causa de 1... RIC!, ete. (el mismo sintoma de afinidad «2» y «5»). Esta obser- vacién nos permite, de ahora en adelante, escoger las casillas del movimiento envolvente con ma- yor seguridad, mejor dicho, con seguridad mAs fundamentada. La posicién del 345, completa- mente natural Pe su aspecto, se caracteriza por la singutaridad con que se hallan distribuidas las 2o- nas. Los escaques de 2ugzwang, Jo mismo que los caminos mas cortos, se determinan facilmente En estos caminos se encuentran «lp y «2», Pero ypor qué al cons- truir las zonas se han tomado (en calidad de puntos de partida) los escaques inaccesibles 3R y 6R y no 4D y 5AR 0 cualquiera otra combinacién de estos escaques ? Por la sencilla razén de que, en caso contrario, «1 y 2x, en ambos contrincantes, no se encontrarfan a igual distancia de sus respec- tivas casillas de zugzwang. Una vez determinadas las zonas el problema est& resuelto: las blancas alcanzan tablas con R2A! (Tocindoles jugar a las negras, éstas no hacen ims que acercarse al peén blanco 3AR.) El 346 nos da a conocer un caso interesante. Las posiciones de zugawang se determinan facilmente R3AR-R4 CR y R4AR-RATR. El escaque 3R, desde el que se puede pasar tanto a 3AR como a 4AR, tiene su con- jugado en el del negro 3CR («2»), Este es uno de los extremos del camino més corto, en el que tam- bién ge halla situado «lr (a R3R- 4D, las negras se ven obligadas a contestar R3CR-2AR, ya que R3CR-CR ilega tarde). El empla- zamiento de las zonas principales esta ya claro. Pero zqué sucede con el otro extremo del camino mis corto? A RGA de Jas blancas las negras pueden defenderse con RID. Sin einbargo, después de esto el rey blanco se ve ya obligado a man- tenerse en el flanco de dama, pues- to que las negras disponen de un ataque contra el peon SCD. 2A partir de qué momento se presen- 205, ta éste? Inmediatamente después de las jugadas R5A, RIR, pueden las _negras contestar a R4D con RID, haciendo caso omiso de la conjugacién en las zonas. Del mis- mo modo, en la posicién R4AD- RIAR alcanzan tablas las negras con RIR. Por consiguiente, las ca- sillas 44D (del blanco) 'y 1AR (del negro) no son conjugadas y quedan fuera de la zona. La solucién no presenta ahora dificultad alguna: 1. R2A! (con- mista de la _oposicién) ; IC; 2. R3A, RIA (atrayendo Jas biancas a que cometan el error 3. R4A?); 3. R2D! (movimiento envolvente y al mismo tiempo tni- ca forma de acercarse al escaque AAR sin perder la conjugacién) ; 3... RIR! (la mejor jugada, ya que la maniobra en las zonas ‘es completamente inatil; por ejem- lo: 3... R2A; 4. R2R, RIC; 5. 3R_y ganan; o bien, "3... R2C; 4. R3D, R2A;'5. R4D! y ganan; en la diltima 'variante, Grigériev alargaba en demasia la solucion, considerando que la ‘nica jugada era 5. R2R). La continuacién se aparta de nuestro tema, pero el final es, a st. modo, interesante. Las blancas ganan: 4. R3R, RID; 8. RAA, RIA; 6. REC, R2C; 7. REC! (7. Rx PTR? conduce a tablas); 7... R3C_ (0 bien, 7... RIA; 8. RICI; fila principal») ; 8. RIA, RxPCD; 9. RxP7R, P4AD; 10. RxP6R, PSAD; 11. RIA, P6A; 12. POR, P7A; 13. PIR, P8AD=D; 14. FBR=D+ y Jas blancas, después de haber tras- ladado la dama a 5AR, avanza el peén R. Tocandoles jugar a las negras, éstas, en el 346, alcanzan tablas mediante 1... R2T!, ete. Como conclusién’ sefialaremos un método practico para jugar en Jas posiciones en las que el mime- ro de casillas conjugadas es supe- rior a ocho, faltando sintomas tan 206 evidentes para la construccién de las zonas como sun los puntos in- accesibles (véase el 347). Fl hallar los puntus de zug- zwang y el determinar los cami- nos m&s cortos no presenta difi- cultad alguna. En el 347, el rey blanco se halla precisamente en él centro del camino mas corto (2, 2). Traslademos con la mente al’ rey negro a esta misma posicion (a 3R). Los reyes se encontraran en situacién de zugzwang, ya que to- das las casillas de los caminos mas cortos se hallan conjugadas unas con otras. Los escaques de la re- taguardia son también todos con- jugados, cuando son adyacentes a las casillas del camino mAs cor- to. Tomando los emplazamientos de los reyes como. puntos de par- tida, podemos, utilizando el mé- todo corriente, construir junto a ellos las zonas de las ocho casillas. De este modo hemos separado el niicleo principal de la masa de las casillas conjugadas. En la reali dad, tiene lugar ademés 1a conju- gacién 4CD-2D y 4TD-1D, asi co- mo 2D-4AR y 1D4CR. Puede decirse que ante nosotros tenemos un sistema de doce casi Mlas, siendo éste, al parecer, el If mite posible en el tablero de 8x8, a causa de las barreras de peones. Estos sistemas son ‘0 frecuen- tes y no hay necesidad de recor- darlos si se utiliza el métodg pric- tico que hemos recomendado. Es posible que los sistemas de las ocho casillas sean parte (fragmen- tos) de sistemas completos de do- ce que no tienen cabida en el ta- blero del mismo modo que los sis- temas del cuadrado y del triangu- Jo sean parte de sistemas comple- tos de ocho. Después de haber determinado en el 347 el emplazamiento ya conjugacién de las zonas de las ocho casillas y conociendo, ade- més, Ia conjugacién de los’ esca- ques del camino més corto, potire- mos , si hace falta, determinar f4- cilmente en cualquier momento la conjugacién de varias casillas ad- yacentes. Si el rey negro ocupa «3» (en Ja zona de la’ retaguardia), las blancas hacen tablas mediante 1. R2CI, ete. A esta conclusién se podia ha- ber legado también bas4ndose en el método de las edistancias cri- ticas» ; éstas, para la casilla de las negras 2TR, son «5, 3» y para la de las blancas 2CD «3, 3» (ley de las dos casillas). No obstante, ante- riormente vimos que en este mé- todo los escaques fo tienen una caracteristica de un solo valor, por lo que pueden producirse erro- res; ademas, la bisqueda de la casilla «3, 3» se halla ligada al c&lculo de las distancias para to- das las casillas que la rodean, con la. particularidad de que estos cAlculos (comparativos) hay que realizarlos mientras dure la _ma- niobra (prueben a calcular la exac- titud de la maniobra con varias ju- gadas de antelacién), mientras que estando determinadas las zo- nas completas de ocho casillas, se tiene a primera vista la orienta- cién que se precisa. En caso de que ge diesen posi- ciones en las que los caminos mas cortos posean nn niimero par de casillas y, por consiguiente, ten- gan dos Pintos medios, étos puc- jen ser mentalmente representa- dos por «l» y «2», y Inego cons- truir alrededor de ellos las zonas de ocho casillas. Para otros casos que se puedan dar, es imposible que no se encuentre una solucién prdctica que corresponda a la si- tuacién dada. 4, SISTEMA ¢T» Este sistema, que se presenta frecuentemente’ y cuyo nombre propuso Bird, se halla representa- do en el esquema 348. En el 348, a tres casillas de la fila corresponde una zona en for- complementada hasta un cuadra- do (348). La zona principal de las Dlancas tiene la forma de una «T». La determinacién del sistema «T> no suele presentar dificulta- des; pero, a veces, se dan casos complicados. Veamos unos cuan- tos ejemplos. En la posicién original los reyes 207 We, LAs se hallaban en 2D y 1D. Bl des- plazamiento que hemos efectuado sigue el fin de hacer mas visi- le las representaciones numéri- cas en las zonas, y, al mismo tiem- po, es una pequefia mejora del es- tudio para el caso en que les toque jugar a las negras. in el 349 se determinan facil- mente las conjugaciones: 5D-2D, 5R-2R, 6AR-1AR y, en relacién con esto, SAR-IR. Los escaques 1, 2, 3 som atacados simultinea- mente por las blancas desde 4R, con el que se halla conjugado por parte de-las negras 1D. Con esto termina la determinacién de las zonas principales. La estructura de la zona de la retaguardia es caracteristica. Las casillas afines se distribuyen en cada columna igual que en la opo- sicién ordinaria, pero si se abar- can con la mirada las tres colum- nas a la vez, resulta qpe todos los «3» y todos los «1» se encuen- tran entrelazados unos con otros por saltos de caballo (2D-3AR-4D- SAR y 3D-4AR-5D). Por otro la- do, a'la derecha y a la izquierda de'la columna central «Ry, vernos en cada fila y la alternacién 1-3, - Los escaques 2AR, ID, IR, JAR, no estan cifrados, ya que en 208 este caso no son cién con las posibilidades de con- traataque de las negras (el peén S5CR!). Sefialemos de paso que es- tando el rey negro en 3R, 2R y IR, no amenaza P3AR, a causa de P6CR. Después de haber determinado Jas zonas, la solucién no presen dificultad alguna: el rey negro se encuentra en «39; por eso las blan- cas se hacen con la conjugacién 1. R2D!, RID; 2. RAR, RIR; 3, R3A, R2R; 4. R3R, RIR_ (4. R3R; 5. R4R); 5. RAD, RID; 6. R4R, RIR; 7. R5A, R2R; 8. RSR, R2D; 9. R6A, RI 10. RIC, R2R; il. Rx PTR, RIA; 12. R8T y ganan. Tocandoles jugar a las negras 1... RID! (pero de ningin modo 1... R2A; 2. R2D!, RIA; 3. R3R! y ganan); 2, R2D, RIR; 3. R2R, RID; 4. R2A (a ‘esta casilla es afin la «ls); 4... R2D; 5. R3a, RIR; 6. R3R, R2R Lo Ee 8. R5A, RIR; 9. R4R, RID; 10. R4D, RIR; 11. RSD, R2D; 12. RS5R, R2R; 13. RSA, RIR; 14, R6A, RIA, tablas. 349a._V. Bird, 1936, Blan R2D, P5SCD, PSCR, P6TR. Ne- gras: RID, P3CD, ‘P2AR, P2TR; ventaja blanca, pero si les toca ju gar a las negras es tablas. Las 70- nas principales son Jas mismas pero en relacién con los cambios en 1a estructura de los peones en el flanco de dama, las negras pne- den ahora utilizar las casillas 3D, 3R (en contestacién a R4D y R4R, y.a R4A mover R2D). Ademas, a diferencia del 349, las negras pue- den maniobrar_ con éxito en las casillas 2AD y 1 AD (en contesta- cién a R3R y R3A), pero tnica- mente mientias el rey blanco 10 esté mas alla de la tercera Dan tablas 1... RIA (IR), ete. Siendo el turno de Tas blanc tas ganan con 1. R2R, ete. Estas variantes han sido compuestas s0~ bre la base del 349b. B48b,K. Eberz, 1985, Blan RIR, PATD, PSCR, POTR. Ne- aras: RIR, P3CD, P2AR, P2TR; ‘as blancas tienen ventaja. 1. R2D, RID; 2. R2R, RIA(IR); 3. R3A, R2A; 4. R3R, RIA; 5. R4D, RID; 3. RAR, RIR} 7. RSA, ete Es extraordinariamente intere- sante el que, a pesar de la seme- janza de las posiciones, el ejem- plo que se da a continuacién ten- ya otras zonas y exija una forma completamente ‘distinta de Mevar ‘a partida. 349c. K. Ebersz, 1939. Blancas: RICD, P3TD, PSCR, P6TR. Ne- wr RIAR, P5TD, P2AR, P2TR; zentaja blanca. La zona de las ne- yras es la misma. En la zona de as blancas quedan s6lo 1, 2, 3 en a quinta fila; Jas casillas 4D, 4R ambian su representacién por 4, } (en lugar de 3, 4); las represen- taciones numéricas restantes no son necesarias. Resulta un siste- ‘na del cuadrado y el triéngulo con ‘a cifra complementaria «3» en 3AR (parecida al 328); en este vaso Tas blancas se hacen con la conjugacién_1. R2A, R2R (1... >4AR; 2. PCRx PA, R2A; 3. R3A ren caso de 3.. R&C, se jugaria 4, P7AR!) ; 2. R3D, R2D; 3. R4R, RIK; 4. R4A, RAD (4.. PIAR; 5. P6CR); 5. RSA, RIR; 6. RAR! este escaque también es’ edo} ; 6. RID; 7. R4D, con lo que fa resis- encia de Jas negras se viene aba- ©; 7... R2D; 8. RSD, R2R; 9. 38R, RIR; 10. RED!, RID; tt. R5A, ROR; 12. R&C, RR; 13. Xx PTD, R4A; 14, RAC, Rx PCR; 5. P4TD, P4AR; 16. PSTD, 25AR; 17. R3A, RSC; 18, R2D y Arey negro es atraido a 7CR, don- le sera jaque al promover el peén dlanco. Nuestro conocimiento del caro- vio de Ta estructura de las zonas A variar la colocacién de los peo- les serd atin mas completo con el jemplo siguiente: 349d. V. Bird, 1936. Blancas: R2AD, PACD, PACR, PSTR. Ne- gras: RIR, P&CD, P3AR, P3TR; Yas blancas Mevan_ventaja. En comparacién con el 349a, todos los Peoties se encuentran una fila mis abajo y el movimiento del_peon CR en contestacién a P4AR ca- rece de la fuerza’ que antes tenia. Por esto el rey blanco ya no puede maniobrar libremente ‘en el fondo de la retaguardia; Ia zona de la retaguardia blanca se hace menor. La zona principal de las negras abarca las casillas 3D, 3R, 2D, 2R, y Ja de las blancas, 4D, 4R, 4AR, 3R. De la zona de la retaguardia de las blancas quedan sélo los escaques 3D (3s) y 3AR («1»). Las blancas ganan mediante 1. R2D, RID (si el rey se encamina a la’séptima fila, jas blancas se apoderan inmediatamente de la conjugacién) ; 2. R2R, RIR; 3. R3A, RD; 4. R3R, R3D; 5. RaD, R3A; 6. R4R, R3D} 7. RSA, ete. Tos ejemplos que siguen in tran el sistema «Ts con otras es- tructuras de peones. La estructura de las zonas en el 350 es la misma que en el 349d. Serfa erréneo deducir, partiendo de la posicién de zugzwang R5CR- R2CR, que las blancas deben ocu- 209 wr la oposicién con la jugada 1. Rep. Después de L. ROR; 2 R3R, R2A ; 3. R3A, R2R; 4. RAC, R24; 5. RSC, R2C, es evidente la inutilidad de’las tentativas de re- irse por la oposicién ordinaria. To correcto eg 1, ROR!, RIR Ula entrada en la séptima fila hubiese permitido a las blancas apoderar- se inmediatamente de la conjuga- cién) ; 2. R2A, R2A (0 bien, RIA; 3. RSC!) ; 3. R3R, R2R; 4. R3A, R24; 5. RAC, R3A'; 6. R4A, R3R’ (o bien, 6... R2A;'7. R5R, R2R; 8. PSCD, PTDxPC; 9. PA CD); 7. RSC, R2A; 8. R6T, R3A; 9. PSCD! y ganan. - PTDxPC (en caso de 9... PADxPC, se tendria 10. P6AD, R3R; 11, RxPCR, PATD; 12. PSTR, PSTD; 13. PCDxPT, PSC!; 14. PTAD, R2D; 15. PBAD =D+, RxD; 16. POTR y ganan); 10. PACD, R4A’ (10... R2A; 11. RIT, y 12. R&C) ; 11. RIC, PACR; 12, PTRxPC, RxPC; 13. RIA, R4A; 14. RIR, RAR} 15. RID, R4D; 16. R7A, R5A; 17. Rx PA, Rx PC; 18. R6C, RST; 19. P6A y ganan. En el ejemplo siguiente la zona de las blancas se extiende hacia abajo hasta el Ifmite del tablero. 350a. V. Bird, 1936. Blancas: RID, P2AD, P4AD, PATR. Ne- gras: R2D, P4AD, P3CR; superio- tidad banca. 1.” RIR, R2R; 2. RIA, R2A; 3. R2C, R3A; 4. R2A, R2A’ (o bien, 4....PACR; 5. PS TR!); 5. R3R, R2R; 6. R3A, R2A;'7. RAC, R3A: 8, R4A. RR; 9. RSC, R2A;; 10. R6T, R3A; 11. P3AD y ganan. ‘Al exponer los capftulos ante- riores hemos tenido ocasién de em- plear el sistema «Ts, pero, por ne- cesidad, en forma «camufladay. ‘Al explicar la posicién 255 era prematuro hablar al lector, todavia no preparado pera ello, dé un sie; tema eT», Fue preciso recurrir al método simplificado del «encade- 210 namiento» de los triangulos, Jo ue, no obstante, esclarecia de forma insuficiente la situacién en Jas columnas AD, D y R. Pero si se compara ahora la so- lucién del 255 con las zonas en el 351 (sin perder de vista el obje- tivo estratégico base de la ma- niobra), resulta que aquel compli- cado ejemplo se resuelve de forma sorprendentemente sencilla: 1. 3D, RIC; 2. R4R (atacando a «2 y a 3»); 2... RIA; 3. RAD, RID; 4. R4A, RIA; 3. RSC, R2A; 6. RSA, ete. Consideremos ahora una posi- cién con tal entrelazamiento de ca- sillas conjugadas que la busqueda del sistema «Ts exige una aten- cién concentrada. En el 352, el autor ha sefalado Jas casillas conjugadas en el cam- ode Jas negras mediante seis ci (en la séptima horizontal, «5, 4-y I»; en la sexta, «2 y 3», y en Ja quinta, 6), y con estas mismas cifras ha marcado de forma and- loga todas las casillas en el cam- po de las blancas (3AD, «5», 3R, «6, y las dos primeras ‘filas, cou «1, 4). Se obtienen ast unas zo- nas de conjugacién en cuya es- tructura no hay sistema alguno y, en todo caso, nada que se pueda srecordar para maniobrar en el ta- blero, ptivado de sefiales. Todo esto es comprensible si se tiene en cuenta el estado en que en aguel tiempo se encontraba la teo- ria. Sin embargo, actualmente, aun conociendo la’ existencia del sistema «Ts, no es facil determi- nar en seguida el sistema que en este caso actia. Cualesquiera que sean las cir- cunstancias, se debe comenzar por deferminar los puntos de zug- awang y los caminos mas cortos (todos jos escaques de los cuales se hallan conjugados unos con otros). Sin dificultad podemos en- contrar las conjugacimes 3R-4A y 2D-3R, asi como la 2R-2AR. Ha- ciendo caso omiso de las casi- Mas «a», que no forman parte de las zonas, resulta que a la serie 2R, 2D (ely y «2s, contando a par- tir del rey blanco) corresponde a la serie 3AR, 3R de las negras. Los escaques «1, 2» pueden ser ata- cades pur las blancas desde 1D, IR y defendidos por las negras desde 2R, 2AR. fe experiencia adquirida nos indica que la zona de las negras es un ctiadrado. Lo finico que no sabemos es cémo situar en 61 «3, 49; las distancias eriticas no dai respuesta a esta cuestion, Dirigiéndose al escaque siguien- te del camino més corto, el 3AD, hallamos 1a conjugacién’ 3AD-2D, y por cuanto 2D-3R nos es ya co- nocida, se determina asimismo la conjugacién 2AD-2R. Esto pone inmediatamente en claro la cues- tin. Junto a los escaques «1, 2» de las blancas se junta en la misma horizontal una tercera casilla, 1a conjugada, de la cual se presenta en las negras, en Ja retaguardia de la linea mas avanzada del cua- drado. ¥ esto es precisamente lo que caracteriza al sistema «Ts. La situacién de las zonas y las repre- sentaciones numéricas las velnos ahora con perfecta claridad. El rey negro se halla situado en «4», y Jas blancas pueden conquistar Ta conjugacién. De esto se deduce que en la in- evitable carrera por fos «caminos més cortosy las blancas han de re- sultar vencedoras. La tinica con- trachance de las negras consiste en sacrificar, en el momento opor- tuno, el peén SCR, a fin de que, después de haberse situado con el rey en 4TD, jugar PSCD. Sélo que este momento del contraataque exige un cAlculo exacto, ya que la iobra de los reyes, cuando la relacién de fuerzas por ambas partes ha sido puesta al deseu- ierto, es dmicamente cuestién de stécnicar 1. RIA!, R&R; 2. RIR, R2A (situarse en el camino més corto significa perder antes: 2... R3R5 3." R2D, o bien, 2... R2D; 3. RIR, R3R; 4, RED); 3. RID, RAR; 4 R2A, R2D (inés débil es 4... RR, a causa de 5. R2D, R3A; 6. R3A R2R; 7. RAC, R2D; 8. RST, R2A; 9. RET, RID; 10. R7C, RAD; 1 R6C) ; 5. RBA, R2A; 6. R2D, R2C; 7, RSR, RST; 8. R&A, RAT; 9. RsR!, PSCD; 10. PTDxPC+, Rx PG; 11. ROD, ROT; 12. RxPA, Rx PT; 13. RxPD, POT; 14. PO AD, R6C; 15. PTAD, P7TD; 16. P8AD=D, PSTD =D; '17. Dx PCR y las blancas ganan. ait En la posicién que sigue la zona presenta una forma original. Comparandd el 383 con el 19a podemos convencernos de que lo que a primera vista parece una dis- tribucién desordenada de las casi- Mas conjugadas forma en realidad un sistema armonioso. EI 213c se basa en un sistema andlogo. Para determinar todas las particularidades de la ma- niobra, ofrecemos la configuracién de tas’ zotas que se sefiaia en el diagrama. La victoria se alcanza de ‘una forma tinica que no per- mite inexactitud alguna. Si se con- jente que las negras, en cual- quier instante y higar, se apode- ren de la conjitgacién, las tablas son inevitables. 5. ALGUNAS OBSERVACIONES Y CONCLUSIONES En los parrafos anteriores se han dado a conocer los sistemas de con- jugacién principales y més fre- cuentes. La oposicién ordinaria es rela- tivamente sencilla y hace mucho tiempo que se conoce, pero para dominarla a la.perfeccién es nece- sarig conocer Ja naturaleza de la columna y de la fila principal, in- cluyendo el principio del «movi- miento envolvente» y, cuando esto es necesario, de la econjugacion rectangulars, El sistema de las ocho casillas, después de los métodos practicos de orientacién que hemos sefiala- do, deja de ser ese «coco» que an- tes parecfa. En resumidas cuentas, es también bastante sencillo, aun 212 cuando en él se hallaran sin duda todavia casos particulares intere- santes y se precisaran detalles ge- nerales En lo que respecta al sistema del cuadrado y el tridngulo, que en- cuentra amplia aplicacién en las mas diversas circunstancias, no ofrece la menor duda de que debe ser atin profundamente estudiads. En los «encadenamientos» de los triangulos, fantasticos a veces, es dificil orientarse con absoluta cla- ridad. El sistema de la tT», desctt- bierto por Bird, puede servir de ejemplo de individualizacién, es decir, de separacién en un grupo més 0 menos independiente de de- terminadas clases de conjugacién Es indudable que cn este punto sun posibies otros hallazgos fe- lices. ‘Acaso la misma denominacién de sistema del «cuadrado y el triéngulos haya que considerarli como pasajera. En su_sistemati- zacion, Bird reconoce vinicamente el sistema del «cuadtador conside- rando en él como indispensable la posibilidad de que el rey negro tenga acceso a las cttatro casillas. Sin embargo, no se observa dife- rencia alguna de principio en la maniobra, cuando una de las ca- sillas resulta ser inaccesible. He aqui por qué para empezar hemos reunido todos estos casos, inclu- endo ademas Ia conjugacién de tos triangulos sencillos en un solo grupo. Bird no pasé de st. sistemati: cidn y descripeién de las zonas pri- mitivas en esencia. Por nuestra parte hemos crefdo necesario cer alguna que otra gencrali ein, dar indicaciones de cardcter practico y sefialar algunas ¢xpe- riencias que suelen generalmente adquirirse cuando se estudia con atencién un extenso material que trata de un mismo tema, Hay que ponerse en guatdia contra la desmedida aficién a sis- tematizar, que conduce a una su- cesién de fantasticos y «raros» ca- $08 de conjugacién. Sé est4 mas en Jo cierto partiendo de que existen unas leyes generales de distribu- cién de las zonas conjugadas, atin cuando éstas pueden sufrir varia- ciones (o alteraciones) en 1ela-~ ein con las particularidades de la estructura de los peones, o bien, cuando la parte pasiva puede ju- gar a la contra (véase, por ejem- Plo, el 346). Para que sirva de aclaracién a lo dicho, comparense los dos ejem- plos siguientes: En el 354 (los reyes se hallan situados en 4AR y 2AR) se mues- tra la zona principal, que caracte- tiza a uno de los estndios de Be- Eee st Bg, & yj iones de zugawang que se presentan en la practica. En cada case, estas posiciones se determi- nan (se hallan) en el transcurso de la partida, No hay necesidad de basar en no importa «qué siste- mass todos los grupitos de casillas conjugadas de este género. Otra cosa es la posicién que signe: Y, a g Bird da la anotacién del 355 (los reyes se hallan en IR y IR) como ejenplo de «sistema raro», convirtiendo este caso poco menos que en una excepcién, algo asi co- 213 mo un «caso curioso». Pero, en rea- lidad, esto no es mAs que una ano- tacién incompleta de las casillas conjugadas, que, por haber sido insuficientemente madurada, in- duce a error. Efectivamente, no hay raz6n alguna que justi el que no se sefiale la conju; ioe de las casillas 4R-3AR, de. terminando con esto definitiva- mente «la linea avanzada»; de acuerdo con esto se determina la conjugacién de las casillas de la retaguardia. Las zonas presentan entonces el aspecto siguiente : Compérese con el 335a Ia solu- cién de la posicién 145 y se vera que la conjugacién de tis casillas explica ficilmente’ todas las va- riantes. Es m4s, el esquema 355a da la solucién genera! para todos Jos posibles emplazamientos de los reves en la estructura de los peones que se considera. Sélo se necesita darse clara cuenta de estos emplazamientos pueden lle- var en s{ (por ejemplo, cuando el rey negro se halla lo suficiente- mente cerca, 0 el blanco alejado, de los peones) la posibilidad de ‘un contraataque, que, como ya sa- bemos, es capaz de hacer ineficaz Ja conjugacién de casillas aisladas {como en el 46) y hasta Ja de toda la zona, aia Por ejemplo: en la posicion R2R-RIAR (juegan las negras), en contestacién a 1... R2C, lo mis sencillo es 2. P4TR, pasando al sistema de la oposicién ordinaria, en el que a colocacién del rey en 2R es equivalente al comienzo de un «movimiento envolventes ; ga- na también 2. R3A con la ocupa- cién de la casilla conjugada. Sin embargo, una mala jugada es 2. R3D?, a causa de 2... PATR; 3. PSCR, PHTR y tablas. Las casillas 3D y 2CR no estén conjugadas, mientras que las 3AR ‘y 2CR lo estén wna con la otra, Del mismo modo, en contestacién a R4R no sirve R3D, pero esta misma juga- da da tablas si se hace en contes- tacién a R&A. En el 355a se produce el sistema de las seis castllas, conjugacién ésta que hasta el presente no he- mos examinado. Para ciertas es- tructuras de peones, lo caracteris- tico es que en una de las zonas las marcas «5, 6» se encuentren cn orden inverso. Una correcta ordenacién de las zonas es de una importancia escn- cial (es claro que ahora no nos re- ferimos a los casos en que se co- meten errores de bulto). Los ejem- plos 356 y 357 nos serviran para esclarecer este punto. En el 356 se da la ordenacion de Bird, gue ve en este caso un s1s- tema de ccuadrados. Centrando indebidamente la atencién en no se sabe qué simetria respecto al punto situado entre (1) las colum- nas, deja al mismo tiempo sin des- cubrir todas las correspondencias eft los flancos. Lo correcto es, indudablemente, la ordenacién del 356a, basada en que se esté ante un sistema «T». La distribucién hecha por Bird en el 357 tiene su origen, eviaen- temente, en el 324, por cuanto uti- liza ia representaci6n «5s. Lo mis- mo que en el 356 , las correspon- dencias en los flancos han sido ol- vidadas por completo. La ordenaciéén que dams en el 357a (sistema del cuadrado) nos parece ser mas correcta. En ella se descubre con toda precisién la po- sibilidad de jugar en el punto 3TR («2x y «3» en el flanco se hallan en la oposicidn y el» es ta casilla de union) ‘Las zonas conjugadas en el 355, 356a y 357a permiten resolver fa- cilmente todas las posiciones del tipo 138, 139 y 144-147. ‘No debe pasar inadvertido el que en cl 387a el movimiento de cualquier pen negro obliga a pa~ sar de la oposicién a la maniobra en ssaltos de caballo. La jugada P4TR trae como conseciencia la transicién al sistema «T» (356a), y el movimiento P4CR nos condu ce al sistema de las seis casillas (355a, cambiando los colores). La eleccién que hemos hecho de las posiciones 358a-357a (en com- binacién con las 324 y 325), pre- tendia alcanzar un objetivo’ com- plementario y mas amplio: de mostrar ejemplos concretos de la posibilidad, que ya se presentia, de un nuevo método de explicacién de una serie de finales (por ejem- plo, «dos peones contra otro en uno de los flancos»), en el que, ante todo, se estudia ia estructura de los peones, con lo que se abar- ca inmediatamente un emplaza- miento cualquiera de los reyes. Cuando este método haya sido ter- minado, los complicadas estudios de solucién individual de antes pa~ saran, sin mas, a formar parte de la categoria de los finales regu- lares. Después de haber sefialado al- gunas perspectivas del posible desarrollo ulterior de la teotfa de Ja conjugacién, vamos a enunciar ia conciusién mas importante que se desprende de lo que hasta el presente hemos examinado. Sin pretender que esto sea definitive ni tampoco alcatzar una precision extraordinaria, se puede formular la tesis siguiente: El éxito del atague o de Ia defensa en las posiciones bloquea- das viene determinado de ante- mano por la posibilidad de ocu- par y conservar la conjugacion en la zong principal. El objetivo de la maniobra consiste en apo- derarse de la conjugacidn en la «linea avanzadas de la zona prin- cipal. ‘Las consideraciones respecto @ lo complicado del método de las conjugaciones son muy dignas de ser tenidas en cuenta, Sin embar- go, no hay que perder de vista en 2s ningin instante que mas compli- cado que el método lo son las po- siciones a las que este altimo se aplica. De momento no existen otros métodos para resolver estas posiciones. En lo tocante al méto- do en si, es necesario sefalar que sn. aplicacién prictica se va sim- plificando y mejorando gradual- mente. Lo importante es que en los nu- merosos articulos y discusiones dedicados a tratar del método de Ja conjugacién no ha babido na- die que hasta la fecha haya podido oponer la menor objecién seria, tanto en lo que se refiere a la teo: ria en sf (lo que es perfectamente comprensible, puesto que sus prin- cipios son irrefutables), como con- tra sus métodos de’ aplicacién prictica (que, mal que mos pese, Uistan adr mucho de ser ‘perfec: tos). A continuacion damos, puede decirse que el tinico ejemplo exis- tente, que subraya, segdin piensa su autor, los defectos del método, si se tiene en cuenta su apticacién prictica, Para poner en claro la conjuga- cion de las casillas en el 358, el autor hizo uso de 11 (1) letras, sustituidas aqui por cifras. Sefia- Tando como complemento caminos 216 mas cortos, cosa que el atitor no hizo, vemos claramente el métodc que utilizé para determinar las casillas conjugadas. Ebersz afirma que hay casos en que Ia ocupacién de la casilla con- jugada no resuelve nada por el momento; hay que retroceder con el rey y Sélo después de efectuar el movimiento correcto. Se refiere en este caso a ese estancamiento que se produce cuando no se rea- lizan como es debido los movi- mientos envolventes; de ello se traté ya en ejemplos anteriores, y ra evitarlo se dieron algunas indicaciones (342, 344}. Induda- blemente, es necesario perteccio- nat el mado de reconocer las me- jores casillas para efectuar el ro- deo, pero, en fin de cuentas, la pér de un movimiento no es tan de lamentar ; lo importante es que, conservando la conjugacién en la zona principal, la victoria no se escapa de las manos. Se suele admitir, continta di ciendo Ebersz, que se pueden € tar estas jugadas innecesarias si se tiene la precaucién de acercar Jo mas pronto posible el rey a los puntos de ataque; pero he aqué un ejemplo (358) en que, precisa~ mente, el acercamicnto es insufi- ciente, mientras la maniobra vale- jada» que sigue a continuacién re- Sulta ser lo que hacia falta, Si ea el 358 se-juega 1. RIR, R3A; 2. RIA, R2A; 3. R2R (acercamiente sin perder la conjugacién), resul- ta que después de 3... R3A, hay que, volver a jugar de nuevo. 4 1A, para a 4... R2A contestar con 5. RIC! y seguir el anico ca- mino correcto que leva a la vic~ toria. qAcaso hay que deducir de esto que la casilla 2R, que se halla con- jugada con !a negra 4AD, no con- pee al mismo tiempo y del todo lacasilla «affine de este dltime 2AD? La posicién 358 puede ser com- prendida con més profundidad, claridad y sencillez si se hace uso de la técnica moderna de solucion de estos casos, y que, en compara cién con Ia qite se utilizaba en 1931, ha avanzado considerable- mente (véase 358a). {Como hemos Hegado a la con clusién de que en ef a58 tiene In- gar el sistema de las seis casilias ¢ La ordenacién «1, 2, 3» se determi- na como de costumbre. E} eseaque IR se marca con 4CD, a causa de 5. PETD!, y ia inico’ que salva a las blancas es itacar al peén negro 2TD. ‘Asi, pues, si en el flanco de lama se encontrasen los los yeones en su posicién inicial, una ila_m4s abajo, la jugada 1... >4TR! habria dado a las negras ina facil victoria. Nos queda por afiadir que des- oués de 4. P5TD!, R2A, lo més tencillo_para las’ blancas seria nover 5. R4A, R3A; 6. RAR, o i RSR, RR; 6. POAR+, 22A; 7. RSA, RIA; 8. R4R, pero ingtin modo 8, R6R?, a causa 4CD! y ganan. 386a. Shumilin-Livshin, Mosct, 1950. Blancas: R4TR, P3TD, P2 2D, P4CR. Negras: R3D, P2TD, CD, P'4Al les toca mover a as blancas. Estas ganan después le i. RST, R3R?; 2. REC! (por jemplo: 2... PTD; 3. PCR, 25AD; 4, RIL, PSCD; 5. P6CR, Acétera). Segdn el andlisis de 3humilin, hubiese resistido mas or ejemplo: 2. R6T!, . PATD (o bien, 3. . RSA); 4. R5A, PSAD 3. R4R, PSCD P4TD, R3C; 7. 24D, PAD; 8. PCD x PA, P6CD; ). R3D, R4C (las blancas debe thora capturar el pedn 6CD, le- vando 1a partida a la posicién vic- oriosa 163, trasladada una colam- jaa la izquierda, pero seria erré- wo 10, P4AAD?, Rx PC; 11. R3A, RSA; 12. Rx PC, RAY; y tabias, como puede verse en el mismo 163) ; 10. R2D!, Rx PC; 11. RIA, RSA; 12. R2C, R5R; 13. Rx PC, R6D; 14. R2C, y ganan, del mis- mo modo que ea ef 163. 386b. _Ilin-Zhenewski-Rabino- vitch, 1926. Blancas: R&R, P3AR, P5AR, P2CR, P2TR. Negras: R2R, P5SCD, P3CD, P3D, P2CR, P2TR; juegan fas’ blaneas. Los peones pasados débiles de las ne- gras no pueden ser peligrosos si carecen del apoyo de su Tey; esto ltimo es imposible, presto que Jas blancas crean en’ el flanco de rey wha situacién de apertura de brecha, 1. PACR!, R3A ; 2. PAAR!, P4D; 3. RAD, PITR; 4, RID, R2R; 5. R4D, R3D; 6. PATR, ta- bias.’ Los peones pasados avanza- dos no desempefian en el 386b el papel corriente de sdistraers, ya que el rey negro no est en condi- ciones de atacar a los peones ene- migos. : En la posicién que sigue a con- tintacion puede tambien obser- varse Ja insuficiente accién de

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