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MIS DIAS EN MEXICO, 1944 NORBERT WIENER Norbert Wiener nacié en Columbia, Missouri, en 1894 y murié en Es- tocolmo, en 1964. Recibid el grado de doctor en matematicas en la Universidad de Harvard en 1912. Estudié en Oxford con Bertrand Russell y Alfred North Whitehead. En 1919 se inicia su larga asocia- cién con el Instituto Tecnolégico de Massachusetts (MIT). Entre sus campos de estudio pueden contarse la teoria browniana del movi- miento y el andlisis arménico. Durante la segunda Guerra estudié el control de armas de fuego y realizé su mayor aportacién: la ciber- nética. Su libro Cybernetics: or Control and Communication in the Ani- maland the Machine, publicado en 1948, present a la opinién piiblica una nueva disciplina. La guerra continuaba. En consecuencia, el trabajo de los cientificos puros, como yo, pasé a manos de proyectistas, por lo que me quedé sin quehacer. Aproximadamente en enero de 1944 me enteré a través de Vallarta* que en la primavera se iba a reunir en Guadalajara la Sociedad Matematica Mexicana y que esperaban una buena asisten- cia de matematicos estadounidenses, la mia en especial. En cuanto crucé la frontera quedé encantado con las casas de adobe, de color rosa y azul, asi como con el claro y penetrante aire del desierto, con las plantas y las flores nuevas, con los indicios de una manera diferente de vivir, como con mas gusto del que nosotros, los inhibidos norteamericanos, somos capaces de experimentar. El clima fresco de la ciudad de México, los colores brillantes de las jaca- randas en flor y de las buganvilias, la arquitectura mediterranea, todo esto me preparé para algo nuevo y emocionante. Y esas prime- tas impresiones no han sido defraudadas en ninguna de las ocasiones subsecuentes en las que he regresado a México. Sera muy triste para mi cuando sienta que ya no tengo otra oportunidad de renovar mis contactos con ese pais y de participar en su vida. Los Rosenblueth fueron a recibirme a mi llegada y se encargaron de conseguirme alojamiento en los dormitorios de los practicantes, en el Instituto Nacional de Cardiologia. Apenas me aclimatéy me re. cuperé de la tremenda languidez que provoca la altura, Arturo y yo empezamos a investigar juntos esa especie de temblor muscular co- nocido como clono: vibracién espasmédica que mucha gente experi- menta al sentarse con las piernas cruzadas, con una rodilla debajo de la otra, y que parecia ser un buen ejemplo para estudiar el temblor de retroaccién en el sistema neuromuscular. autor se refiere a Manuel Sandoval Vallarta, (N. del T,) 241 Habia emprendido el viaje con un conocimiento muy pobre del castellano: con una nocién general del latin y de las lenguas neolati- nas y dos o tres lecciones de espaiiol que me habia dado un estudiante mexicano en el MIT (Instituto Tecnoldgico de Massachusetts). Llevaba conmigo una gramatica espaiiola, y trataba de que mi ina- decuado espafiol sirviera como medio de comunicacién con mis compaieros de dormitorio, cuando la mayoria de ellos hablaban un inglés bastante pasadero. Por lo general comia con los practicantes en el comedor de médicos y con el tiempo fui aprendiendo a tomarle gusto a las salsas picantes, que parecian ser compaiieras invariables de todos los platillos. Los practicantes eran muy sociables conmigo y al mismo tiempo muy corteses, ya que tanto la lengua espafiola como la tradicién mexicana permiten una combinacién estrecha de la cor- tesia y la familiaridad. Se dirigian a mi como maestro,* término que aplican tanto a un profesor como a un artesano, ya sea carpintero o. albafil, pero que, al aplicarlo a un profesor, resulta mucho mas fami- liar a la vez que mucho mas respetuoso que la palabra sevior.* Con frecuencia jugaba ajedrez con los jévenes médicos, y, en oca- siones, con Arturo, aunque creo que su opinién de mis aptitudes como jugador se ilustra con el hecho de que cuando yo lo visitaba lo que jugdbamos eran damas chinas Me gustaba caminar al centro para ir de compras, cosa que, sin embargo, no pude hacer sino hasta que mi hemograma fue lo sufi- cientemente alto para poder sobreponerme a la anemia funcional que acosa a todo nuevo visitante de la ciudad de México. Llegué a saber mucho mas de Arturo en ese viaje de lo que ya sabia de él. Me enteré, por ejemplo, de que él no se inicid como cientifico sino como misico, y de que se habia ganado la vida, durante un tiempo, tocando musica para Piano en un restaurante de la ciudad de México. Arturo también es un ajedrecista de primera y unjugador de bridge espléndido, tanto que en ninguno de los dos juegos me per- mite jugar con él. Es un gran entusiasta del clima y del arte de su tie- Tra, cosa en la que no lo puedo contradecir. Por otra parte, como pre- fiere la ciudad, me parece que tiende a menospreciar el campo de Nueva {Inglaterra y, es mds, el campo en general. Después de México, el pais del que habla con mayor admiracion es Francia, en donde cursé la mayoria de sus estudios médicos. Habla- tia bien de Nueva Inglaterra si su interlocutor no fuera de Nueva Inglaterra, ya que le gusta molestar. Es.un trabajador muy asiduo y de lo mas exigente por lo que hacea la sinceridad y laboriosidad tanto de si mismo como de sus colabora- *En espafiol en el original. (N. del T,) NORBERT WIENER — 243 dores. Desde mi punto de vista, se compromete tan profundamente con el resultado esperado de determinada investigacion, que, si de hecho el resultado es diferente, se preocupa y se esfuerza de modo desproporcionado en tratar de salvar algo ya claramente insalva- ble. Nuestro trabajo sobre el clono progresé satisfactoriamente para mi, pero no alcanzé la altura de los rigidos requisitos que Arturo pe- dia de una investigacién experimental. El trabajo no se ha publicado nunca, aun cuando creo que muchas de sus ideas han Ilegado a ser por lo general aceptadas, x Ademis del estudio sobre el clono, trabajamos también sobre el coraz6n como conductor de contracciones ritmicas. Este trabajo fue Posteriormente perfeccionado por otro de los colaboradores de Ar- turo En cuanto pude moverme solo por la ciudad busqué a los Vallarta y a los matematicos de la universidad. Manuel y su esposa Maria Luisa nos dieron una calurosa bienvenida en México. Vivian con va- tios hermanos, cufiadas, sobrinas y sobrinos, en la amplia casa de los papas de Maria Luisa, sobre la avenida Insurgentes, El sefior Mar- gain, que murié recientemente, era médico y sus hijos médicos, ar- quitectos y abogados. Como otros mexicanos de su circulo, mis amigos, Manuel y Maria Luisa tenian alguna relacién con la leyenda de Maximiliano, Un tio abuelo de Maria Luisa, el teniente Margain, habia sido quien, en Querétaro, comandara el pelotén que fusilé a Maximiliano y a sus dos generales, Mejia y Miramén. Por otro lado, una de sus tias abue- las habia sido dama de compaiiia de Carlota. Un antepasado de Ma- nuel habia sido gobernador de una provincia y entusiasta partidario del antagonista y vencedor de Maximiliano, el presidente indio Be- nito Juarez. De esta manera, mi visita a México me hizo sentir de in- mediato como si hubiera estado sumergido en la fascinante y vio- lenta historia del pai: Otro cientifico amigo mio era Napoles Gandara, profesor de ma- tematicas de la Universidad de México, quien me invité a dar confe- rencias alli. Habia estado en el MIT estudiando con Dirk Struik. Su principal mérito no es tanto el valor de su investigacién original sino Ja manera en que durante tantos afios ha apoyado las matematicas y la preparacién de matematicos. Es tal vez enteramente de sangre in- dia y posee una buena dotacién de esa modesta terquedad derivada de su ascendencia indigena. En México el elemento indio y el espaiiol difieren en mas de un sen- tido. El espafiol, mas que el indio, es el que tiene ese élan que asocia- mos con el sur. Por su parte, el indio es insuperable en cuanto a fir- meza, lealtad y rectitud se refiere. Asi, cada una de las razas propor- ciona cualidades que el pais necesita. Me parece maravilloso que el indio haya logrado hacer valer sus derechos Y que esté participando en el desarrollo de una nueva clase media que se sostieneen el tripode de lo espaiiol, lo indio y lo extranjero. Mis amigos mexicanos descendian de estos tres componentes dela Sociedad, y resultaba emocionante ver cémo esta nueva clase media, de diferentes origenes, constituia un grupo social amistoso, cordial y bien organizado. Mi amigo Erro, el astrénomo, me llevé a ver a Torres Bodet, Se- cretario de Educacién, quien hacia mucho por la educacién de los analfabetos. Uno espera que cuando en un Pais latino el director de un observatorio nacional presenta a un catedratico extranjero al Se- cretario de Educacién, se trate de un asunto de levitas, pantalones a Tayas y gran formalidad. De hecho, Erro lleg6 con pantalones de montar y una especie de suéter azul y blanco. México combina de una manera encantadora la formalidad espaiiola y latinoamericana con las costumbres despreocupadas y comodas de los Estados Uni- dos, Me llevaba mucho con el circulo médico en la ciudad de México asi como con los matematicos, fisicos, y astronomos. En todos lados me encontraba a alguien con talento, fresco y activo, en formacién. Los mexicanos estan bastante conscientes de la distancia que tienen que recorrer para alcanzar el nivel de paises mas maduros que el suyo en cuanto a reputacién cientifica se refiere, pero asimismo resueltosa No quedarse atras, y a compensar con doble esfuerzo su arribo tardio ala historia de la ciencia, De esta manera, el nivel de trabajo aumenta afio con afio. Mientras tanto, hay algo tan especialmente encantador en la amigabilidad y afecto, y en la dedicacién intelectual de estos amigos mios, que México nunca me parecer del todo un pais extran- jero. Entre mis amigos médicos me gustaria hablar particularmente del Dr. Garcia Ramos, ya que él, con su Propia personalidad, es un sjemplo vivo del nuevo México. Nacid en Ouerétaro, de padres bas- tante humildes. En cuanto a sangre es desbordantemente un indio otomi. De nijio estuvo en el ejército y en todo examen o muestra de habilidad sobresalié con el primer lugar. Ahi mismo asistié a la es- cuela de medicina y se gradué con verdaderos honores. Arturo lo tomé como su ayudante, Garcia Ramos es, hoy en dia, un reputado fisiblogo por derecho Propio. Fue becario de la Fundacion Guggenheim y estudié en los Estados Unidos. Cuando lo traté por primera vez tenia el grado de mayor y ahora es coronel. Se ha retirado del servicio militar activo, y NORBERT WIENER 245 en la actualidad es director del Instituto Nacional de Nutricién. No hay porvenir para un general cuyo principal interés no seael ejército. Asi, Garcia Ramos se ha retirado de él, ya que encuentra muchisimo mds interesante la investigacién médica. El difunto profesor G. D. Birkhoff, de Harvard, ha tenido una gran jgftuencia entre los matematicos mexicanos. Algunos aiios an- tes habia desarrollado una explicacién alternativa para ciertos fe- némenos que ocupan una posicién clave en la teoria de la relatividad de Einstein. La teoria de Birkhoff, que no es en realidad relativista, tiene por objeto explicar el desplazamiento de la luz mediante la atraccién del Sol, en referencia a ciertas anomalias en la érbita de Mercurio, y al cambio de luz desde los puntos mas remotos del uni- verso hacia el extremo rojo del espectro, Cuando Birkhoff llevaba a cabo este trabajo algunos mexicanos estaban en Cambridge en con- tacto con él. Y ahora ellos estan transmitiendo asus propios alumnos la influencia de Birkhoff. Este nuevo tema se volvié uno de los favori- tos en la joven escuela mexicana de matematicas, y un trabajo tras otro se publicd sobre el de Birkhoff. Después de la muerte de éste, en 1942, los mexicanos siguieron ocupandose de esa materia, como un homenaje. Podria seguir enumerando a todos mis amigos, pero hay una per- sona a quien debo mencionar de manera especial: Olvera, nuestro Portero. Se trata de un sirviente alto, flaco, duefio de esa cultura instintiva que con tanta frecuencia se encuentra en estratos de la so- ciedad mexicana que tienden a ser analfabetos Pero que tienen cierto orgullo en hablar el espafiol de modo correcto y elegante. No es que Olvera sea analfabeto. Por lo contrario, ha sabido sacar partido desu situacién como empleado de una institucién de ensefianza para ex- tender su cultura en muchas direcciones, En especial, junto con algu- nos de los médicos mas jévenes y las mecandgrafas, es alumno de una clase de inglés que imparte la Sra. Rosenblueth. Olvera ha sido uno de los estudiantes visiblemente mas aplicados que la Sra. Ro- senblueth haya tenido. De hecho, en la actualidad puede desenvol- verse en inglés con la misma cualidad de eleccién léxica que su espa- fiol, y cuentan que en cierta oportunidad hizo la siguiente observa- cién a dos norteamericanos que alborotaban en el laboratorio: “Gentlemen, this conduct is not worthy of an Internacional scientist’? (Caballeros, este comportamiento no es digno de un cientifico in- ternacional”). En realidad, la eleccién que hace Olvera de sus pala- bras, tanto en espafiol como en inglés, es tan notable que cuando Ar- turo y yo nos topamos con cualquier problema de fraseologia en al- guin articulo que estemos escribiendo decimos: “{Cémo lo habria dicho Olvera?” 246 MIS DIAS EN MEXICO. 1944 Olvera esta totalmente dedicado al laboratorio y a Arturo y, en ocasiones, esta dedicacion puede incluso llegar a ser desconcertante, Como hombre vivaz que es, Arturo prefiere, naturalmente, ir él mismo a la peluqueria o a que le lustren los zapatos, como toda la gente; pero no, Olvera no se lo permite. El peluquero y el limpiabotas deben ir a la oficina de Arturo cuando Olvera juzga que el aspecto del jefe necesita retocarse un poco, y a Arturo no le queda sino sentarse abochornado en su silla mientras lo atienden. El principal orgullo del moderno y bello edificio del instituto es el par de murales de Diego Rivera sobre la historia de la medicina del coraz6n. A pesar de lo extravagante que Rivera es en lo Personal, es- tas pinturas muestran una gran profundidad, estudio serio y erudi- cidn. Las piezas de instrumental médico que aparecen en ellas estan en su totalidad dibujadas correctamente. Sean todas del patron acep- tado o no, todas funcionarian, Para lograr esto, Arturo y Rivera se consultaron mutuamente en mds de una ocasion. Sin embargo, el mérito artistico de estas obras va mucho mas alla de estos detalles tecnicos. Uno de los murales, que concierne a la his- toria temprana de la cardiologia, tiene un tono general rojo, que pro- cede de Ja hoguera en la que quemaron a Servet. Debe recordarse que Servet, ademas de ser un hereje a los ojos de Juan Calvino, fue uno de los descubridores de la circulacién de la sangre. Naturalmente, un hombre como Rivera se deleita en mostrar que la quema de los here- Jes fue un delito tanto de los protestantes como de los catélicos. El otro mural es en gran medida azul, segiin la luz que emana del tubo de Réntgen y los otros aparatos eléctricos del cardidlogo mo- derno. En ambas pinturas hay una descripcidn cuidadosa no sélo de los personajes individuales que han contribuido a la ciencia sino de de sus claros tipos nacionales, Muchas caras por separado, o grupos enteros, son retratados con gran comprensién y emocion, y en parti- cular hay una escena espléndida que muestra al tisico Laénnec apli- cando su estetoscopio al corazén de un paciente moribundo. Uno puede ver la actitud del médico enfermo repitiendo en cada rasgo la actitud del paciente, que muestra el caracteristico rostro del agoni- zante. Llegé la fecha de la reunién de matematicos en Guadalajara ala que hube de ir. No diré que las matematicas que discutimeén esa reunién fueran ni en extremo novedosas ni muy emocionantes, aun- que si representaban un intento genuino, por parte de un pais mas bien recién llegado al campo de las matematicas, de trabajar a alto ni- vel. La reunién en si y la ciudad en la que tuvo lugar me parecieron igualmente encantadoras. Eramos todo un continge de norteamericanos los que llegamos.a la NORBERT WIENER 247 reuni6n, tanto invitados como espontaneos. Uno de los miembros invitados era el profesor Murnaghan, de Johns Hopkins, a quien le fue dificil, como a la mayoria, adaptarse a la dieta del pais. Una ma- fiana los Rosenblueth bajaron temprano, y Rosenblueth dijo sin diri- girse a nadie en especial: ‘jMe siento bien, punto!”, a lo que con- testé: urnaghan se siente malisimo, coma.” Hicitnos muchas excursiones por Guadalajara y sus alrededores. A mi me parecié fascinante la pintura genuina y viril de Orozco. En la gubernatura habia un gran cuadro suyo, en el que represen- taba las guerras entre el fascismo y el comunismo de una manera sim- bélica, a la vez poderosa y brutal. Sin embargo, el conjunto ms inte- resante de sus obras era el que se encontraba en el Hospicio. El Hos- picio era un orfanatorio piiblico que me parecié mas humano y mucho menos institucional que la mayoria de los internados. Los ni- fios no Ilevaban uniforme y jugaban, con ropa comin, con un sin numero de juguetes en los patios sombreados y Ilenos de arboles. Ha- bia dos orquestas de la escuela, una integrada por los nifios mayores y la otra por los mas chicos. El director y maestro de musica, que ha- bia obtenido admirables resultados a un nivel verdaderamente profe- sional, era un hombre mayor, indio, con esa expresién impasible en la cara que uno ha aprendido a reconocer en los retratos de Jud- rez. La capilla de este instituto habia sido decorada por Orozco y, aun cuando sus pinturas no eran precisamente convencionales dentro de la tradicci6n cristiana, si eran, sin lugar a dudas, pinturas religiosas y, sobre todo, representaciones de un nuevo Apocalipsis. Tenian algo del rojo y del azul del Greco. A pesar de que el uso del color no era su fuerte, el dibujo era en extremo moderno. Una de esas pinturas mostraba una rueda aplastando el muro de la ciudad de los aztecas, La moraleja de esto era que la civilizacion, en la figura occidental de la rueda (que los aztecas no conocieron) habia aplastado las culturas indigenas. Otros cuadros desarrollaban el tema de la conquista y mostraban a los soldados espafioles con sus espadas y a los monjes con sus habitos. A lo largo de la nave de la gran iglesia, construida hace siglos, las pinturas de Orozco poseian un espiritu de una belleza y poder austeros, y uno sentia, a pesar de esa austeridad, que consti- tuian un fondo digno ante el que los nifios podian desarrollar un sen- tido de la nobleza del arte. Los miembros del congreso presenciamos una exhibicién de danza ejecutada por los maestros de la escuela de Guadalajara, tanto hombres como mujeres. Ni ellos ni ellas tenian nada de pedantes, afectados, u obsoletos. El espectaculo transcurrié con tal entusiasmo y sinceridad que lo apreciamos con verdadera admiracién. Cuando regresé a los Estados Unidos me encontré con que el tipo de trabajo que Arturo y yo habiamos estado haciendo juntos, es de- cir, la aplicacién de técnicas matematicas modernas al estudio del sis- tema nervioso como problema de comunicacién, habia suscitado un vivo interés. Uno de mis colegas habia persuadido a la Fundacion Macy, en Nueva York, a organizar varias reuniones dedicadas a este tema, reuniones que se sostuvieron a lo largo de varios aiios. Llega- ron a asistir a ellas psiquiatras, socidlogos, antropdlogos y profesio- nistas relacionados con estas Areas, junto con neurofisidlogos, mate- maticos y expertos en comunicacién y en el disefio de maquinas com- Putadoras, para ver si podian encontar una base comin de pensa- miento. Las discusiones eran interesantes y, en realidad, si aprendimos a hablar més o menos en el lenguaje de cada uno; pero existian grandes obstaculos que impedian una comprensién completa. Estas dificul- tades semanticas residian en el hecho de que en general no existe otro lenguaje que pueda sustituir la precision de las matematicas, y de que gran parte del vocabulario de las ciencias sociales es y debe ser empleado para la expresién de cosas que aiin no sabemos expresar en términos matematicos. Por cierto que entonces me di cuenta, como me he dado cuenta en muchas otras ocasiones, de que uno de los principales deberes del matematico, al fungir como consejero de cientificos de campos me- Nos precisos, es el de desanimar a dichos hombres de ciencia de espe- rar demasiado de las matematicas; de que deben aprender que no constituye una virtud intelectual (sino que, mas bien, es un serio vicio intelectual) usar tres digitos cuando nuestro sistema actual no cuenta con mas de uno. De este modo, mientras estébamos bien convenci- dos de que son iguales las formas de Ppensamiento que recorren los problemas de comunicacién —ya sean éstos sociales, fisioldgicos o mecnicos—, fueron los matematicos, y no los fisiolégicos ni los soci6- logos, quienes se encargaron de. apagar el entusiasmo que todos tenia- mos al hacer una estimacién excesiva de las posibilidades detalladas de las matematicas para resolver los problemas de otros campos. Arturo asistié a varias de estas primeras reuniones. Queriamos continuar colaborando en la forma intima en la que ya habiamos em- pezado a hacerlo y asegurar un respaldo que nos permitiera conser- var este futuro trabajo durante varios aiios. Conseguimos que el MIT y el Instituto Nacional de Cardiologia se interesaran en el Proyecto, asi como asegurar fondos en Nueva York en la Fundacion Rockefeller. Ahi, Warren Weaver, que ya habia regresado a su labor normal después de su quehacer en la guerra, se mostré muy entu- siasta y esperanzado ante las posibilidades Qe se derivaban de mis NORBERT WIENER 249 investigaciones sobre la prediccién. Representaba en esto al grupo de ciencias naturales de la@undacién Rockefeller. E] Dr. Robert Mori- son, que representaba al'grupo de las ciencias biolégicas, también se mostré interesado en la proposicién. Era amigo cercano de Arturo y habia sido miembro de nuestra mesa de comedor de la Escuela de Medicina de Harvard. Entre él y Weaver se encargaron de que dieran luz verde a nuestro proyecto. El MIT, el Instituto Nacional de Cardiologia y la Fundacién Rockefeller decidieron que durante cinco afios yo debia pasar en México seis meses cada dos afios, y que, por otro lado, Arturo debia pasar parte de los afios intermedios en el MIT. Con ligeras modifica- ciones nos hemos apegado a este programa, del que no queda sinome- dio afio, que Arturo pasaré en Boston. Aparte del trabajo que Arturo y yo hicimos sobre la conduccién del corazén y sobre el clono, existe un grupo de investigaciones bio- légicas en algunas de las cuales hemos colaborado, mientras que de otras he sido yo, independientemente, quien se ha encargado. La mayoria de dichas investigaciones no han alcanzado un resultado definitivo, pero atin presentan aspectos de interés que pueden ser es- tudiados mas ampliamente. Uno de los trabajos que Ilevé a cabo con Rosenblueth se refiere a la tentativa de establecer y de resolver las ecuaciones diferenciales de la corriente de impulsos a lo largo de un nervio, y de esta forma computar la distribucién de electricidad que tiene lugar cuando pasa un impulso. Es la llamada teoria de la espiga del nervio. Este sibito ascenso y subito descenso de potencial al pasar un impulso nervioso me parecia dividirse por lo menos en tres fendmenos con- secutivos separados. Otra investigacién que emprendimos juntos tenia que ver con Ya teoria estadistica de la conduccién de impulsos a través de una si- napsis, o un lugar en el que fibras nerviosas entrantes se unen con fi- bras que proceden de distancias mas lejanas en el sistema nervioso. Esto fue llevado a cabo durante una de las estadias del doctor Ro- senblueth en Cambridge. He emprendido, en colaboracién con investigadores del laborato- tio de electronica del MIT, y en particular con el doctor Jerome Wiesner, otras dos investigaciones que no han madurado atin pero que parecen prometedoras. Una de ellas, en la que la idea principal es de Wiesner, se refiere a una tentativa de analizar sonidos instru- mentalmente, de tal modo que el patrén de los sonidos pueda ser transmitido a la piel como una serie de presiones o vibraciones loca- les. Logramos avanzar prometedoramente, pero no llegamos a preci- sar como lograr que tales aparatos estuvieran al alcance de sordos, como modo alternativo de registrar el sonido mediante el tac- to. Esto representa una fase de mi interés general en la filosofia dela protesis. He creido que se podria lograr mucho con miembros artifi- ciales al observar que la carencia del amputado es tan sensorial como motriz, y que la pérdida que el amputado sufre de parte de la informaci6n disponible por una persona normal, lo fuerza a asumir una condicién semejante no sdlo a la paralisis sino a la ataxia. La ataxia, que es la pérdida de los impulsos de direccién, no impide a alguien moverse, pero si le impide moverse de manera dirigida, al privarlo de la conciencia de sus propios movimientos. Estrechamente relacionada con este concepto estd la idea de pro- ducir un pulmén de metal mas adecuado para los paraliticos. El pul- mén de metal con que se cuenta en la actualidad ha salvado muchas. vidas, pero tiende a hacer que el paciente dependa de un proceso de respiracién rigido sobre el que no ejerce control alguno, al mismo tiempo que lo inclina a que des-aprenda el proceso normal de respi- racién. Me parece que existe una verdadera posibilidad de quitar las sefiales eléctricas de los musculos respiratorios que no estan comple- tamente muertos, y de amplificar éstos para que el paciente pueda tener la satisfaccién de controlar su propio pulmén de metal, asi como la de utilizar, mediante ejercicio, lo que le queda atin de sus miusculos respiratorios. Esta empresa espera la organizacion de un grupo de fisidlogos, médicos e ingenieros que conduzcan las investi- gaciones necesarias. De cuantas cosas he realizado dentro de la fisiologia, la que me parece mas significativa es la de la aplicacién de la teoria estadistica de lo que se conoce como series de tiempo al estudio de los impulsos eléctricos cerebrales. Mi trabajo durante la guerra, referente a la filtracion y a la predic- cidn de las series de tiempo, habia representado una extension de mi trabajo anterior en relacién al andlisis armonioso generalizado y al movimiento de Brown, como herramientas para el estudio de fend- menos regulares distribuidos en el tiempo. Durante aiios quise em- plear estas herramientas en toda regién en la que parecieran ser em- pleables. Desde que comenzamos el estudio de los impulsos eléctri- Cos cerebrales y desde que estableci contacto con algunos de los pri- meros médicos que aplicaron electroencefalogramas del seminario de Arturo en la Escuela de Medicina de Harvard, yo habia sentido que en este campo podria lograr algo; y no he dejado de importunar a mis camaradas neurofisidlogos con la suplica de que presten aten- cién benévola a estos métodos, y de que, de serles posible, los pon- gan a prueba sobre datos experimentales, NORBERT WIENER 251 Cuando empezamos el estudio de los impulsos eléctricos cerebra- les se suponia que las corrientes eléctricas desviadas del cerebro, se- gun podian observarse a través del créneo, darian nueva luz a la fi- siologia det cerebro y los fenémenos mentales asociados a ella. Scha logrado mucho en el tratamiento de la epilepsia a través del estudio de los impulsos eléctricos cerebrales, pero las grandes esperanzas que se tenian en los afios treinta aiin no se han cumplido. La razén es que los impulsos eléctricos cerebrales, como los vemos original- mente, son una mezcla de diversos fendmenos, semejantes a los que encontrariamos si, por ejemplo, observaramos las corrientes eléctri- cas desviadas alrededor de una maquina computadora o de una ma- quina reguladora. Hablan un lenguaje propio, pero no es algo que uno pueda advertir a simple vista, observando los registros en tinta del electroencefalograma. Estos registros en tinta contienen mucha informacion, pero ésta es como la del lenguaje egipcio que teniamos antes de la Piedra Roseta, que nos proporcioné la clave para desci- frarlo. Desde hace algunos afios he sido miembro de un grupo integrado por investigadores de los diferentes laboratorios del MIT y del Hos- pital General de Massachusetts, que han estado tratando de encon- trar el equivalente de la Piedra Roseta para descifrar la escritura de los impulsos eléctricos cerebrales, mediante el analisis arménico. Un visible ejemplo del éxito que, en el pasado, hemos tenido en este campo, es el trabajo del gran fisico experimental norteamericano Michelson. Michelson inventé un instrumento llamado interferémetro, que es la maquina mas delicada que se haya inventado nunca para el es- tudio del espectro de la luz, y que le permitié llevar a cabo esa tarea aparentemente imposible que es la determinacién de los angulos subtendidos de la Tierra por efecto de algunas de las estrellas fijas. El principio de este instrumento puede de hecho realizarse en un aparato que estudie los impulsos eléctricos cerebrales y otras oscila- ciones por el estilo, Hemos llamado a este instrumento el autocorre- lator. Muchos investigadores en el MIT, y Lee en especial, han ido perfeccionando el diseiio de los autocorrelatores hasta grados sor- prendentes. Cuando los registros originales crudos de los impulsos eléctricos cerebrales se transforman mediante el autocorrelator, obtenemos una imagen de notable claridad y significado, bastante diferente de la ilegible confusion que presentan los registros crudos que entraron a la maquina. Estamos apenas en el principio de nuestra labor en este campo, pero tenemos grandes esperanzas en cuanto a lo que pueda ofrecernos para el futuro; y no debemos sorprendernos si ahora empiezan a realizarse los ambiciosos sueiios de los primeros médicos que hace treinta afios aplicaron los electroencefaldgrafos. La analogia entre el interferdmetro y el autocorrelator es profun- da y significativa, y los primeros trabajos de Michelson nos han pro- porcionado todo un lenguaje para la lectura de los resultados que semejantes maquinas nos presentan, En cuanto a mi toca, he desempefiado la mayor parte de mi cola- boracién en el estudio de los impulsos eléctricos cerebrales durante los Ultimos tres aiios, cuando finalizé mi visita a México, pero lo considero esencialmente como la consumacién de los lineamientos de investigacién que Arturo y yo habiamos trazado juntos. El estudio de la autocorrelacién de los impulsos eléctricos cere- brales no es el tinico campo en que mis intereses matematicos y los intereses fisiolégicos de Rosenblueth se han encontrado. La analo- gia original que descubrimos entre la realimentacién de una maqui- na y la de una persona ha ha sido reforzada una y otra vez mediante sorprendentes nuevas analogias que seguimos advirtiendo entre el sistema nervioso y las maquinas reguladoras o las computadoras. Desde el principio me sorprendi de las similitudes que existen en- tre el sistema nervioso y la computadora digital. No pretendo soste- ner que estas analogias sean completas 0 que podamos agotar las propiedades del sistema nervioso llamandolo computadora digital. Simplemente quiero sugerir que determinados aspectos de su com. Portamiento se aproximan a los de una computadora digital. EI sistema nervioso si es una red complicada de elementos que transmiten impulsos. En sintesis, si un impulso es lo suficientemente fuerte para viajar de un extremo de una fibra nerviosa al otro, y si es que lo hace, llega al extremo més distante en conjunto, sin mucha influencia de la fuerza del impulso en el extremo mas cercano. Asi, la fibra nerviosa transmite sies y noes. Cuando un impulso llega al extremo de una fibra nerviosa, se combina con otros impulsos mas que han Ilegado al mismo nivel para determinar si la préxima fibra nerviosa va a descargar o no. En otras palabras, la fibra nerviosa es una maquina légica en la que una decision posterior se lleva a cabo, basdndose en el resultado de diferentes decisiones anteriores. Esta es esencialmente la forma de funcionamiento de un elemento en una maquina computadora. Aparte de esta semejanza fundamental, te- nemos semejanzas auxiliares concernientes a fendmenos como la memoria, el aprendizaje, etcétera. Hay otro aspecto médico que ha llamado mi atencién en los ulti- mos ajios. Walter Cannon, remontandose a Claude Bernard, hizo énfasis en que la salud, ¢ incluso la existencia misma del cuerpo, de- penden de lo que se conoce como Procesos homeostaticos, es decir, NORBERT WIENER 253 Procesos que tienden a mantener, tan establemente como se necesita Para que la vida sea posible, la temperatura, la Presién sanguinea, y todos los demds factores del medio interno de un ser vivo. Es decir, el equilibrio aparente de la vida es un equilibrio activo, en el que cada desviacién de la norma causa una reaccién en la direccién puesta, que es del tipo de lo que llamanos una realimentacién ne- gativa. De esta manera, cuando el cuerpo falla, habra casos en los que la falla sea un derrumbamiento intrinseco del Proceso de realimenta- cidn, y en donde la descripcién matematica de la forma de la falla in- dique la naturaleza del proceso de realimentacién y la naturaleza del derrumbamiento. Junto con un colega mio, Paul Hahn, hemos apli- cado esta clase de exposicién a la historia de la leucemia, y vemos considerable evidencia de que en este crecimiento excesivo de los globulos blancos de la sangre hay un Proceso homeostatico equili- brando la creacién y la destruccién de las células sanguineas que no esta completamente abolido, sino que continua en un nivel incorrec- to. Me parece que este concepto de una enfermedad de homeostasis puede resultar util en muchos campos de la medicina. Enel pasado ha existido una gran tendencia dentro de la medicina @ pensar en funcién de localizaciones. Esto se ha dado particular- mente en asuntos concernientes al cerebro, en donde se ha descu- bierto o postulado una funcién separada para casi cada Area de la corteza o superficie de los hemisferios. Sin embargo, la tendencia a hacer un fuerte énfasis sobre la localizacién se ha dado para subor- dinar interrogantes generales de la organizacion a fendmenos até- micos localizables. Me parece que nuestros estudios de aparatos reguladores nos es- tan proporcionando un conocimiento mas profundo del modo en que estos fenémenos locales se convierten en Brandes procesos que abarcan todo el cerebro, 0, de hecho, todo el cuerpo. Estos procesos deben comprenderse en una actividad sana, ya que bajo condiciones patoldgicas pueden descomponerse de manera no adjudicable a la falla de partes individuales. Hay enfermedades, como la leucemia, en las que ciertos procesos, como la formacién de glébulos blancos, aparentemente se han desenfrenado. Sin embargo, aun en esta acti. vidad enferma existen fuertes indicios que indican que lo que esta fa- llando no es tanto una ausencia de todo control interno sobre el pro- ceso de la formacién y la destruccién de gldbulos, sino un control que esté funcionando en un nivel falso, Gran parte de las investigaciones que Arturo y yo emprendimos a lo largo de mis diferentes visitas a México, y de las suyas a los Esta- dos Unidos, han sido ya publicadas en revistas técnicas. Ya tendré mas que decir sobre los detalles de mis visitas posteriores, Mi esposa ¥ yo esperamos visitar México de nuevo en el futuro, ya sea para se- guir con mis investigaciones ¥ escribir, o sélo para disfrutar la vida de un pais que ha sido tan encantadoramente hospitalario con noso- tros.

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