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-AI Cc I q | | CENTRO NACIONAL DE INVESTIGACION, DOCUMENTACION & INFORMACION DE ARTES PLASTICAS El arte y los debates sociales Historia Y TEORIA DEL ARTE LATINOAMERICANO CONTEMFORANEO ZAPATISTAS: LUCHA EN LA SIGNIFICACION Cristina Hijar Gonzalez Al menos des hemos sido testigos de un cambio histérico en las luchas de América ¢ finales de la década de los-ochenta del siglo xx, Latina. Antes cundian los procesos revolucionarios y los movimientos de liberacidn nacional protagonizados durante largos periodos por or- ganizaciones politico-militares, muchas de ellas con estrategias insu rreccionales y de dimensiones nacionales. AGn no han sido suticien- iemente evaluadas las derrotas sandinista, salvadorefia y guatemalteca, por mencionar las mas cercanas, pero es evidente que no queds todo ahi, Movimientos sociales, sectores concretos de varios paises latinoa- mericanos comenzaron a cobrat una fuerza politica de tal magnitud que incluso derribaron pres deradas, al margen de pat identes, Las diversas comunidades empo- 9s politicos, enarbolando y reafirmando las diferencias, definiendo distintas estrategias y formas de organiza- Gién y de accionar, se constituyeron desde entonces en las protagonis- tas de esta nueva fase histérica earacterizada por la resistencia Si bien podemos afirmar que la resistencia ha sido una constan- te de nuestros pueblos, en esta etapa histética se caracteriza por ser una resiste cia abierta que ha afectado las relaciones de poder. Ya no son e505 movimientes callades, focalizados, intermitentes, sino un en- frentamiento dire oy franco; producto uulturales colectives que han constituide espacios sociales y sujetos nuevos en donde no sélo se ha modifieado sustancialmente el pensamiento sino también las practica la produccién y reproduccién dé Ia vida elegida, Esto ha sido un largo proceso, desde a construceién del diseursa oculto en espacios restringidos' hasta articular un discurso que co- Jajmi NQUENTRO = EL ARTE ¥ LOS DEBATES SOCIALES existe y replica al hegemonico y, lo mas destacable, sus consecuencias la edificacién de un espacio y un territorio rebeldes y en resistencia. La territorializacién de los actuales movimientos sociales y po- pulares es el rasgo principal de los nuevos sujetas y en él se configura practicas: una nueva espacialidad.t Este no es un asunto menor; implica una crisis de las territorialidades instituidas ¢ impuestas. Primero, de un. espacio, entendide como la materializacién de Ja existencia humana y lugar de las relaciones sociales, y segundo, del territorio, concebido como dominie politico con determinadas relaciones sociales con reco- nocimiento politico, cultural, econémico y juridico. Cuando el nuevo sujeto, no preexistente, sino erigido en el mismo proceso de lucha, transforma las relaciones sociales para construir otras nuevas, estable- ce otro territorio. Se enfrenta, entonces, un proceso de desterritoriali- n, territorial movimiento zapatista. Valga redundar en que no estamos refiriéndonos a sujetos in- dividuales sino a un sujeto colectivo, construido en el proceso que zac izacion y reterritorializacién. Esta es la dimension del incluye la creacién de comunidad. Este es el sujeto de la apropiacién territorial, el que ha pasado de Ia resistencia cultural a constituirse en un contrapoder real. I que produce, construye, vincula, resuelve, convive, articula un t mas de organiza separacin entre lo ptiblico y lo privado como no existe tampoco en- jo relacional que afecta y define todas las for- ; familiar, comunal, social. Por lo tanto, no existe tre lo social ¥ lo politico. Empefado en crear comunidad, este sujeto colective esta produciendo y reproduciendo su vida sobre la base de criterios auitogestionarios y solidarios, para construir espacios de auto- "James C. Scart, Las dominadas y el arte de la sesistencia, México, Era, 2000, “Rail Zibechi, “Espacios, territorios y regiones: la creatividad social de los nuevos movimientos sociales en América Latina”, Contrahistorias, nam. 5, septiembre de 2005 a febrero de 2006. nomfa territorializada, Espacios integrales ¢ integradores, polifum nales, que afectan las microfisicas det poder con la capacidad de hacer del sujeto autonomo. Una de las conelusiones del Seminario Permanente Anual sobre Derechos de los Pueblos Indigenas (Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, 2005) fue la siguiente definicién colectiva; ES importante destacar el elemento mistico en el concepto de territo~ fio. Territorio iio es un pedazo de tierra nada mas, no se puede definir con una sola palabra —de hecho, no existe una traduccion directa en Jos principales idiomas indigenas de Chiapas. Tiene que ver con donde gembramos e! maiz, donde nacemos, donde nos casamos, donde tene- mos los hijos. Tiené que ver con los bosques, con los animales, con los Jugares sagrados, las cuevas; las lagunas, los cerros. El territoria somos los pueblos: El sujeto auténomo, producto de este mismo proceso y garantia de su: sobrevivencia, define:e instinye nuevas dindmicas y practicas que acaban por constituir un contrapoder-social realmente existente cluye desde una re- definicién del espacio geogréfico, una nueva disposicién del mismo, hasta su renombramiento. Dice Rati! Zibechi que “el cambio social empieza a relacionarse cada vez mis con la capacidad de hacer que con la conquista del poder,"* es decir, a nuevas relaciones sociales, otras relaciones de poder. El sujeto social del cambio existe en tanto hay un proceso de lucha; en él se constituye, y en éste obran tanto fa objetividad con- tra la que se establece la lucha como la objetividad por construir, en sus nuevos territorios. En el caso zapatista “Idem. DELARTE LATINGAMERICANO CONTEMPORANEO mp4l PAjm EENQUENTRO| EL ARTE ¥ LOS DEBATES SOCIALES La cuestidn es que estos procesos politico/sociales no se conciben sin una subjetividad en lucha permanente contra ciertas determinaciones y con la institucién de otras. La dimensién del cambio es maytscula dado que incluye tanto el universo de las relaciones materiales como €l de los imaginarios sociales, los universos de sentido. Concebir una nueva realidad social y echarla.a andar, desde los es~ pacios de la vida cotidiana, hasta la proposici6n de nuevas estructuras, nuevas institucion: que una declaracién o manifiesto. Aqui cuentan, y mucho, los recursos subjetivos, los no racionales (que no irracionales}, creadores de sentido , nuevas pricticas politicas, requiere mucho més, colective que acaba siendo individualizado justamente por ello.) Hay un reconocimiento, valor de verdad, en los significantes colectivos que van, entre muchos otros, desde el renombramiento de lugares y espa- cias, la decoracin mural de los mismos como caracteristica zapatista, hasta el pretocolo de ingreso a uno de los denominados “caracoles™ 0 los distintos “rituales”, por llamarlos de algiin modo, de cualquier acto zapatista. Asf plantean, producen y viven otra realidad social, produc~ to de una interpretacidn y eleccién colectiva, con tado y su carga ima- ginatia, "Verdad, belleva y justicia resultan asi constitutivos de un ideal inconereto en su existencia pero real como orientacién”, dice Alberto Hijar, Todo ello acabara siendo la potencia constituyente del nue- vo poder, lugar de produccién y reproduccién de los sujetos, del sujeto autonome y de la nueva vida. Es en el espacio y dimensién estética en inta y otra de confor donde sucede la constitucién de una Iégica macion del sujeto. Miguel Angel Esquivel afirma de manera contundente que el gjercicio politica del Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional (EZLN) viene de una estética, “de este modo irrumpe en los espacios de inter “Ante, multinud y contrapoder, Mexico, CNCA, INBA, Cenidiap, Estampa Artes Gnificas, 2005, (Abrevian Ensayos.) § Tidem. A DEL ARTE LATINGAMERICANO CONTEMPORANEO locucién y de esta manera los demarea”. Califica a dicha estética como de liberacin y'vida pero, sobre todo, de conocimiento; politica de lo posible, la estétiea como critica histérica. El autor agrega que “el po- -sicionamiento politico de su estética viene de la comprensidn teérica rio. Su ideario parte de un dispositive colectivo de enuneiacién y es aqui donde esta Jo politico de su estética”. A partir de ello, el EZ.N construye una “audaz hermenéutica” y Ja comparte con otros, con todos, para afectar de manera total jas vias del racionalismo positivistay proponer otras formas de sentido. “La dimensién estética que ha concretado dota de sentido a formas no de de un-discurso que se sabe necesariamente comu poder sino de posibilidad” para todos sus interlocutores que advierten la ineludible dimensién colectiva, comunitaria, de esta propuesta his~ t6tica. Al final dé su importante ensayo, Esquivel advierte los limites dé Ja via estética para la apucsta politica, precisando que la estética permite avizorar, pero no precisar, ademas que los tiempos en politica son otros que los de la estética, para concluir que con la Sexta Declara- cién de la Selva Lacandona, una nueva politica va adelante del ideario estético que le dio origen* ‘Una caracteristica destacable de los zapatistas es el vinculo crea- tiva que establecieron desde el inicio con su movimiento politico. Considero que fue la organizacién zapatista, el EZLN-como tal, la que posibilité Ia articulacién de varias elementos que estaban ya, desde siempre, en el seno de las comunidades indigenas pero, quizd, como procesos intuitivos'¢ instintivos que se consolidaron de manera cons- ciente durante el proceso organizativo. Cuando colectivamente se van Miguel Angel Esquivel, “La enttica del Ez al Estado y sus formas politicas de eaistencia: indicios de marxismos en una estética que la montana deconstrnyo", en Marco Amonio Gonadlez Pérez (coord,), Lu polftica rads alld de las wrmas. Una lectura multidiseiplinaria, México, Casa Juan Pablos, TrESM-CEM, 2006, pp, 97-111. Teaco se. ARTE VY LOS DEBATES SOCIALES construyendo y enunciando, primero jas demandas zapatistas y des- pués los programas o planes para su consecucién, se definen las for- mas de vida y organizacion social que lo politico require, Esto ineluye, por supuesto, las construcciones simbolicas renovadas en un inédito escenario en el que cobran, también, nuevos sentidos. Hay, pues, un proceso de reconocimiento y de reapropiacién de tradiciones, simbolos comunitarias, historias, cosmovisiones a la luz de los planteamien- tos nuevos y de la realidad social en proceso de construccisn. Esto exigfa la generacién de una significacién que diera cuenta de ello (de las comunidades indigenas empoderadas, un concepto que en parti- cular me parece més que apropiado). El diseurso habia dejado de ser ‘oculta, lo gritaban ya a los cuatro vientos, ocupaban su lugar en un ancestralmente escatimado y se efi espacio tanto fisico como soci gian como una voz colectiva que advertia un nunca mds. Todo apuntaba a ello, desde los comunicados, hasta las nuevas formas de convivencia generadoras de comunidad, y no s6lo hacia afuera del movimiento, sino sobre todo hacia adentro,; cuando ja comunidad se reencuentt asi misma en este momento de fundacién y refundacién en don la memoria, la raza y la identidad cobran sentido pleno. : Este proceso generé un despliegue amplio de la imaginacion y creatividad; habia que resignificar conceptos como comunidad, huma= nidad, solidaridad, indigenas, lucha, autonomfa... en la produccié significantes propios, no impuestos ni ajenos. Hoy, a trece afios del levantamiento armado zapatista y cl tro afios de la fundacién de los caracoles y juntas de buen gobi no, durante el Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo realizado en el Caracol de Oventie en enero de 200; los representantes zapatistas participaron en ja mesa titulada “ comunicacién, el otro arte y la otra cultura”. Ahi hablaron de la cin actual de las radios comunitarias (que a pesar de las dificultade HISTORIA ¥ desafios que enfrentan son un ejemplo de programacidn util y gozosa), la Internet, los periédicos murales y del manejo'y uso de ta “cémara fil- madora”, con la que han producido muchos documentales extraordl narios (aunque lamentablemente poco difundidos) de yatiados temas, siempre relacionadas con su nueva vida. Sobreel “otro arte”, las autoridades auténomas de Oventic dicen: “Como parte del trabajo de los pueblos zapatistas es aprender e imagi- nar cosas nuevas como el aprender a componer sus propias canciones, miisicas, poesias, textos, dibujos y pinturas, son ahora las formas de manifestarse y expresarse sobre todo de los jévenes". Los demas parti- cipantes en la mesa hablaron sobre las artesanias y los murales comu- nitarios, el arte de tejer, bordar y hacer ollas de barre e, incluso, el arte de cocinar; plantearon también que “la mayor parte de los nifios tienen sus propias artes de cémo jugar y construir sus propios juguetes con n con la naturaleza”, sin dejar de hacer mencién a sus fiestas y celebraciones. cosas naturales y tienen buena t Sdlo por la dicho aqui, reconacemos la relacién estrecha entre la dimensién politica y la estética, ademas de apreciar ¢l sentido trans- gresor del arte recuperado; un arte que-se incerpora y convive con eltiempo productive. Este es un ejemplo de la encrme capacidad zapa- tista de impughar al sistema y construir los sujetos del cambio y aqui se asienta la radicalidad de esta hicha. A\la par de generar y reivindicar los espacios para la expresién a tistica, crean viniculos, producen sentidos nuevos, construyen su legiti- midad coneeiéndese y recenociendo al otro firman el arte en la vida. La creacién misma se ve cuestionada en su nocién tradicional y conser- . Lo artistico coma potencial y cualidad humana de expresion y conocimiento vadors para manifestarse como un derecho y posibilidad cole complementario y diferente a Ja vla rackonal; y lo vstético como capital y CRIA DEL ARTE LATINGAMERICANO CONTEMPORANEO mp45 JAgmLENCUENTRO = EL ARTE Y LOS DEBATES SOCIALES dimensién afectada desde nuevas perspectivas. La lucha, entonees, noes. sélo.un hecho cultural sino un factor de cultura,” Subversion cultural concretada, por mencionar algunos ejem= plos, desde la inscripeién del derecho a Ja cultura y a la informacion a las once demandas zapatistas originales que todos conacimos aquel ~ 1 de enero de 1994, hasta la incorporacién de materias como el bor-_ dado y cantos y juegos, conviviendo con el cultive de hortaliza 0 la | apicultura, en los planes de estudio del Sistema Educativo Revolucio: | nario Auténomo Zapatista de Liberacién Nacional (SERAZLN); la rei- vindicacién de los trajes y vestimentas tradicionales; la anexién de sus propios dibujos y graficos en las publicaciones auténomas de historia que, ademas de contar con los capitulos formativos, incluyen canei neros; la relacion respetitosa con la madre naturaleza que abarca desde el impulso a la agroccologia hasta la instauracién de leyes revoluci narias, en este sentido aplicables en todo el territorio zapatista'y, por stipuesto, las fiestas y celebraciones en donde conviven la lectura. comunicadas e informes politicos precisos con la celebracién religio los bailes, el teatro y la infinidad de grupos musicale: dos por instalaciones decoradas casi todas con bellos murales, sig listintivo del territorio zapatista. “La metateoria de los zapatistas es nuestra practica”, dijo el 5 visual ya de ahi su rebeldia, entendida no como una cualidad abstracta sino co pricticas concretas y simbélicas, producto de la reflexisn, la concienel y la voluntad; de ahi su rebelién como verdadera irrupcién semidtis 7 Cristina Hijar, “Las compas én lucha”, Crénias, nim, 13, 1E, UNAM, 2008.

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