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Leibniz, Monadologa, Argentina, Aguilar, 1980.

Mnada-substancia simple, sin partes. Forman partes de los compuestos, pero


no son cuerpos ni materia, slo en su expresin como partes de los
compuestos. Se expresan de manera fenomnica. Lo compuesto es la
presentacin (fenmeno) del montn o aggregatum de simples, de
elementos de la naturaleza (p. 26). No mueren ni nacen naturalmente, puesto
que no es formada por composicin. Slo pueden comenzar por creacin y
terminar por aniquilacin. Slo aquello que est compuesto comienza y
termina por partes.
La mnada no es alterada o cambiada en su interior por ninguna otra
creatura, porque Las Mnadas no tienen ventanas, por las cuales alguna cosa
pueda entrar o salir en ellas. (p. 27, pargrafo 7). Ninguna mnada puede
recibir influencia exterior, es imposible, ni actuar tampoco sobre ninguna otra.
Cada mnada es diferente a otra:
Es necesario que tambin cada una de las Mnadas sea diferente de toda otra.
Porque no hay en la naturaleza dos Seres que sean perfectamente el uno como
el otro, y donde no sea posible encontrar una diferencia interna, o
fundamentada en una denominacin intrnseca (p. 28, 9).

Sin embargo, la mnada est sujeta al cambio, como todo lo creado. Pero qu
es lo que puede provocar el cambio en una mnada sin ventanas? No puede
ser nada exterior, tiene que ser entonces a causa de un principio interno.
Eso que cambia es un detalle que comprende una multitud (pluralidad de
afecciones y relaciones) en la unidad o en lo simple (podran ser las personas
que forman las naciones, esa fuerza del cambio?). Es un dinamismo psquico,
porque no hay nada material en ellas. Por ello a este estado de la multiplicidad
en la unidad le llama Percepcin. El paso de una percepcin a otra (la accin
del principio interno) le llama Apeticin.
Las mnadas son entelequias, porque tienen cierta perfeccin y hay en
ellas suficiencia, es decir, en ellas est la fuente de sus acciones internas
(Autmatas incorpreos). El presente de la substancia simple es consecuencia
de su estado precedente, por lo que, concluye Leibniz, su presente est
preado de su porvenir (p 33, 22). Aunque aquello anterior no sea
apercibido, esos cambios o percepciones anteriores estn ah.

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