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ESCENARIOS PARA ENTENDER A LA SOCIEDAD DE LA INFORMACION Y EL CONOCIMIENTO ANTECEDENTES on la cafda del bloque socialista y la consolidacién de un mundo estructurade a partir de la hegemonia esta- dounidense, el panorama mundial se transforma, dan- do lugar a acciones que tienden a afianzar ese nuevo or- den. La década de los 80 es particularmente importante para América Latina, porque marca el inicio de las politi- cas neoliberales y con ellas, las reformas estructurales del Estado. También lo es la de los 90, porque a partir del denominado Consenso de Washington, emerge como fe- némeno la integracién de mercados en bloques regiona-~ les,’ dando lugar a un proceso que conocemos como globalizacién, el cual ha facilitado el control de esos mer- cados por parte de empresas y corporaciones estadouni- denses, europeas y algunas asiaticas. En este panorama destacan dos instituciones: el Fon- do Monetario Internacional, FMI; y el Banco Mundial, BM, que a partir de los 80 venian alcanzando un papel prota- génico frente a la crisis latinoamericana, debida al peso de la deuda externa, desatado en esa década. Como sa- 1 Recordemos que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, se pone en marcha el 1 de enero de 1994. bemos, ante Ja amenaza que esa crisis representaba para Estados Unidos y su sistema financiero, aparecen los pro- gramas de ajuste segun los cuales es la poblacién quien asu- me el mayor costo. A partir de esta situacién general, va surgiendo un nuevo tipo de sociedad y también un Estado de nuevo cufio: se pasa de un Estado de bienestar —preo- cupado por la proteccién del empleo, la industria nacional y el mercado interno-, a un “Estado minimo”, que cede sin mas al mercado sus responsabilidades como regulador del orden sccial. El FMI era una institucién que habfa sido creada para corregir en el corto plazo los desequilibrios monetarios, pero no tenia capacidad para resolver los problemas a mas largo plazo que implica el mencionado paso de un Estado de bienestar a un Estado minimo. El BM surge asi como institucién encargada de consolidar las reformas estructurales del Estado. Los 90 configurarfan una década donde destacan he- chos importantes para el escenario mundial: la caida del muro de Berlin, el inicio formal de Ja globalizacién de la economfa y la consolidacién de Estados Unidos como po- tencia hegeménica, al desaparecer los contrapesos que hasta entonces se presentaban en el orden mundial, con- solidacién en la que dichas instituciones juegan otra vez un rol destacado. Como sabemos, el papel que juegan el FMI y el BM es fundamental porque, a partir de su hegemonia, comien- zan a generarse documentos, dindmicas, acciones, linea- mientos sobre la orientacién que debfa tener el proceso de cambio que el mundo estaba experimentando. Desde nuestra perspectiva, este liderazgo de ambas institucio- nes tiene una importancia crucial, debido a que son las que se encargan de aportar el contenido simbdlico y la explicacién a los cambios que se estaban operando, Con- sideramos que la labor del FMI y el BM, ademas de las orientaciones de cardcter econémico, de por si fundamen- 17 EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES tales, se ubica en ef plano discursivo y simbélico, lo que les permite redefinir algunos conceptos y llenar de senti- do otros que hasta entonces no lo tenfan. En el marco de la teorfa de la comunicacién, las accio- nes de orden simbélico del Fmi y el BM pueden ubicarse en Io que conacemos como hipétesis de la agenda setting, que sostiene que los medios no nos dicen qué pensar, sino aque- Uo sobre Jo cual debemos pensar. En este caso, no se trata de medios de comunicacién, sino de instituciones finan- cieras internacionales que colocan, en la agenda de los go- biernos globalizados; los temas acerca de los cuales se debe pensar y actuar; acciones que desde luego refrendan los medios, al incorporar a sus propias agendas, informacién sobre las reuniones internacionales y las actividades gu- bernamentales. La influencia en el simbolismo de dichas organizacio- nes se inserta también en las caracteristicas del modelo neoliberal, a la sombra del cual se fortalecieron: L..] el neoliberalismo, en tanto teorfa econémica, tiene la caracteristica de ser dos cosas a la vez: por un lado una economia y, por otro lado un slogan, una publicidad. Si algo caracteriza al neoliberalismo como teorfa econémica es esta conjuncién de propaganda y teorfa; publicidad y concepto; cabria examinar si esta relacién entre teoria y propaganda es casual o esté inscrita en la teorfa misma (de la Fuente Lora en Crovi: 1995:47). Es dificil analizar, en este espacio, sila publicidad esté o no inscrita en la teorfa neoliberal, pero s{ es posible afir- mar que slogans e ideas-fuerza han atravesado todo este proceso de cambio estructural. A partir de tal premisa y dado el propésito de este trabajo, haremos referencia a la sociedad de la informacién y el conocimiento, enten- dida como un nuevo paradigma o marco general en el cual se insertan los cambios que estamos experimen- 18 DELIA CROVI DRUETTA tando en materia educativa, de produccién, trabajo y entre- tenimiento. SOCIEDAD DE LA INFORMACION Algunos autores (Nora y Mine, 1979; Tremblay y Lacroix, 1995; Negroponte, 1995; Miége, 1998; Castells, 2000) ubican el nacimiento de Ja sociedad de la informacién a mediados de los 70. El andlisis de este proceso de cambio se ha efectuado desde perspectivas diversas: politica, eco- nomia, filosofia, comunicacién, sociologia, entre otras. De tal riqueza de enfoques deriva un buen nimero de nom- bres que designan a este fenémeno: informatizacién de la sociedad (Nora y Mine), sociedad de la comunicacién (Vattimo), revolucién informacional (Miége), informacio- nalismo (Castells),;-era de la postinformacién (Negroponte), sociedad del conocimiento (Drucker, Levy) o tercer entorno (Echeverria). De manera general, entendemos por sociedad de la informacién, sl, a una sociedad caracterizada por un modo de ser comunicacional que atraviesa todas las activida- des: industria, entretenimiento, educacién, organizacién, servicios, comercio, etc. En este tipo de organizacién so- cial, la informacién ocupa un lugar sustantivo y se con- vierte en fuente de riqueza (Miége, 1998). Se produce un crecimiento répido de las tecnologias de informacién y comunicaci6n, Tic, las que impactan a todos los sectores sociales. En efecto, a pesar de haber grandes diferencias en el acceso a estas nuevas tecnologfas entre las naciones y entre los individuos, todos los pafses tienen al menos una franja social que las ha integrado a sus actividades. Como sabemos, la mayorfa de esos desarrollos tecnolégi- Cos (tanto su parte dura, hardware, como en su parte blan- da o légica, software) se produce en los pafses del primer mundo, lo cual da lugar al concepto de brecha digital, que 19 EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES indica las diferencias que en este aspecto existen entre paises y personas ricas y pobres. Esa brecha también se manifiesta en la infraestructura disponible en los pai- ses, asf como en las condiciones sociales, econémicas y culturales en que se desenvuelven las sociedades y sus ciudadanos. La digitalizacién es una de las claves técnicas de la SI, proceso que ha dado lugar a nuevos medios; nuevas for- mas de producir, almacenar y difundir la informacién; y que ha modificado sustancialmente las relaciones interper- sonales y los sistemas de produccién, educacién y entrete- nimiento. Entre los cambios mas importantes de orden general, figura una nueva interpretacién de la dimensién espacio-temporal de los individuos que pone en juego tan- to los conceptos tradicionales, como Ja organizacién de su vida cotidiana. Desde un punto de vista técnico, destaca ademas la convergencia de tres sectores que hasta entonces traba- jaban separadamente: telecomunicaciones, informatica y audiovisual o mediatico, los cuales se integran en redes. Aunque inicialmente esta convergencia se plantea sélo en el Ambito tecnolégico, trajo consecuencias de orden econémico, politico y cultural. La idea de una sociedad del conocimiento que paco a poco ha ido sumandose a la SI, o incluso reemplazdndola como concepto, nacié ligada a las nuevas formas de tra- bajar impuestas por las Tic y el cambio de modelo politico econémico. Peter Drucker estuvo entre los primeros en sefialar que la nueva forma de trabajar estaba relaciona- da con el manejo de la informacién y que el cambio de paradigma permitia hablar del paso de una sociedad in- dustrial a una sociedad del conocimiento: Lo que llamamos revolucién de la informacién es de he- cho una revolucién del conocimiento [...] es la reorganiza- cién del trabajo tradicional basado en siglos de experiencia, 20 DELIA CROVI DRUETTA mediante la aplicacién del conocimiento y en especial del anélisis sistemdatico y légico. La clave no es la electronica sino la ciencia cognitiva. Eso significa que la clave para mantener el liderazgo en Ja economia y en la tecnologia que van a surgir estard en Ja posicién social que tengan los profesionales del conocimiento y la aceptacién social de sus valores. Para ellos ser considerados “empleados” tradicionales ser{a equivalente al trato que en Inglaterra (durante la revolucién industrial) se dio a los tecnélogos, como si fueran comerciantes (Drucker, 1999, en Micheli, 2002). No se trata, como vemos, de incorporar innovaciones tec- nolégicas al 4mbito laboral, sino de una auténtica revolu- cién de cardcter cultural. Pierre Lévy, quien ha trabajado esta idea centrandose en la inteligencia colectiva, se pregunta: “2Qué es la in- teligencia colectiva? Es una inteligencia distribuida por todos lados, valorizada sin cesar, coordinada en tiempo real, que conduce a una movilizaci6n efectiva de las com- petencias” (Lévy, 2000:29). Este autor menciona cuatro espacios en la evolucién de la humanidad, que no se sustituyen entre sf, sino que co- existen: el espacio némada de la tierra (mitos, ritos), el espa- cio del territorio (escritura, geometria, cartografia), el espacio de Jas mercancfas o productos (bienes materiales) y final- mente el espacio del saber, que corresponde a nuestro tiem- po y.que él vincula a las cualidades humanas. Para Lévy, el conocimiento no es el saber cientffico: Cada vez que un ser humano organiza o reorganiza sus res- puestas a sf mismo, a sus semejantes, a las cosas, a los signos, al cosmos, est4 comprometido en una actividad de conocimien- to, de aprendizaje. El saber [...] es un saber vivir o un vivir saber, un saber coextensivo a la vida. Se trata de un espacio cosmopolita y sin frontera de relaciones y de cualidades; de 21 EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES un espacio de la metamorfosis de las respuestas y de la emergencia de maneras de ser; de un espacio donde se re- men los procesos de subjetivacién individual y colectiva (Lévy, 2000:138). Para este autor, es importante enfatizar la dimensién so- cial y colectiva del conocimiento de la inteligencia colec- tiva, ya que, como él mismo expresa, cuando pensamos, creamos, trabajamos, lo hacemos con un referente co- munitario. Aunque la idea de sociedad del conocimiento o sociedad cognitiva tiende a reemplazar a la de sociedad de la informa- cién, consideramos que at quedan muchas dudas entre un concepto y otro. Es por ello que, en este trabajo, adoptamos una combinacién de ambas nociones: sociedad de la infor- macién y el conocimiento, sic. Desde nuestro punto de vis- ta, ambos conceptos no son excluyentes y, ademas, atin falta mucho trabajo de andlisis te6rico y empirico para lograr se- pararlos y diferenciarlos. Lamentablemente, en la practica y en los discursos polfticos hegeménicos existe una tendencia a equiparar informacién con conocimiento, sin explicar que ambos conceptos, aunque tienen en comin su dimensién social, se diferencian porque la informacién es una suerte de materia prima o insumo del conocimiento.? Ademas, tal como lo han planteado destacados investigadores del tema, existen diferentes tipos de conocimiento. Mas alld de la denominacién que podamos dar a este proceso de cambio social, consideramos que es impor- tante rescatar la dimensi6n comunitaria y colectiva que presenta el concepto de sociedad del conocimiento, en la que se establece una dindmica de participacién entre miembros activos que intercambian experiencias y sa- beres, Esta nocién, sin duda, resulta bastante mas rica 2 Rste tema sa aneliza en el apartado “Universidad y sociedad del conoci- miento, £Qué conocimiento y quign lo distribuye?”, inclulde en este libro. 22 DELIA CROVI DRUETIA que una sociedad individualista, fragmentada y aislada por los medios técnicos, perspectiva que deriva del mo- delo neoliberal y que tanto ha sido criticada. No obstan- te, falta saber si en la prdctica es posible esa dindmica de participacién y en qué condiciones se da. La construccién de una sociedad de la informacién y el conocimiento, sic, todavia en proceso, constituye un verdadero laboratorio de andlisis para el campo de estu- dio de la comunicacién. En el contexto de esta disciplina, que es desde la cual parten estas reflexiones, considera- mos que existen aspectos que deben ser analizados. En- tre ellos, destacan los siguientes: . El proceso de comunicacién como objeto de estudio se ha redimensionado en Ja medida en que se incorpora aactividades nuevas para este campo de conocimiento, como son el trabajo, la produccién de bienes y servi- cios, la educacién virtual, el intercambio y la construc- cién del conocimiento, entre otras. 2. La informacién y la comunicaci6n se han transfor- mado en insumo y producto de Ios nuevos procesos sociales. . Apartir de las Tic, es necesario repensar los modelos comunicativos, tomando en cuenta las condiciones en que se establecen Jas relaciones mediadas por esas tecnologias. 4, Es necesario realizar estudios criticos sobre la fun- cién social de la comunicacién, referidos tanto a la economia polftica de los nuevos medios, como a sus contenidos y al impacto que estos procesos tienen en los individuos. . Las estrategias de comunicacién ocupan un lugar destacado dentro del modelo politico econédmico neoliberal, en la medida en que dicho modelo intro- duce una dimensién simbélica que permite, por un lado, legitimarlo o constituirse en instrumento de w mn Po 23 EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES gobernabilidad’ y, por otro, insertar en las agendas gubernamentales de todo el mundo, ciertos temas que buscan convertirse en acciones. En el contexto de este ultimo punto, destaca el concepto de brecha o abismo digital,’ porque ha sido una de las ideas y slogans que han acompafado la construccién de la sociedad de la informacién y el conocimiento. Su trata- miento ha ocupado un lugar destacado en las reuniones internacionales del mas alto nivel, asf como en las pro- puestas y diagnésticos del FMI y el BM. Sin embargo, la con- sideracién del abismo digital ha sido parcial, ya que la Jectura de este problema se ha centrado en una perspec- tiva de determinismo tecnolégico que ha Ilevado a sub- estimar el problema o responder a 61 de manera limitada, ya que no se toma en cuenta més que la infraestructura, dejandose de lado los condicionantes culturales, educati- vos y econémicas del acceso. Al mismo tiempo, este deter- minismo tecnolégico pocas veces va acompafiade de la voluntad polftica de brindar a las ciudadanos una igual- dad de oportunidades que haga de las TIC instrumentos de participacién politica y ciudadana. Sin embargo, las propuestas para librar esta brecha han sido, en el mejor de los casos, parciales. En general, bus-~ can flexibilizar la legislacién a fin de permitir inversiones extranjeras, con lo cual los grandes consorcios internacio- nales de la industria de la convergencia legan a ocupar 3 Para ampliar este tema, ver: Delia Crovi, TelavisiGn y neoliberalismo. Su articulacién en el caso mexicano, tesis de doctorado en Estudios Lati~ noamericanos, FCPyS, UNAM, 1995; y Delia Grovi, “Los medios de comu- nicacién en la construceién de los escenarios polfticos”, en Silvia Molina y Vedia, coordinadora, Credibilidad politica, UNAM y Fundacién Buendfa, México, 1996. + Este tema se amplfa més adelante an el apartado de este libro que titula- mos ““EI cartero llama dos veces’. Educacién a distancia y mediaciones tec- nolégicas”. Asimismo, algunas cifras que ilustran la dimensién de la brcha digital pueden consultarse en el trabajo que titulamos “Universidad y so- ciedad del conocimiento, éQué conacimiento y quién lo distribuye?”. 24 DELIA CROVE DRUETTA lugares destacados en los paises en vias de desarrollo, con- virtiéndose en proveedores de la nueva infraestructura. Son, por otra parte, iniciativas que, por lo comin, se dirigen aun consumo individualizado (self media) que responde a un concepto de sociedad fragmentada e individualizada, en el cual se pierde la dimensi6n colectiva y social del saber. Pero la SIC constituye un fenémeno mucho mds com- plejo que la mera brecha digital. Por ello, surge la necesi- dad de identificar argumentos que expliquen este proceso, ya que no basta contar con infraestructura tecnol6gica 0 tener capacidad para integrarse a la econom{a global, como sostienen las grandes potencias mundiales y los or- ganismos internacionales encargados de promover la SIC. Consideramos, en cambio, que la sociedad de la informa- cién responde a dinamicas sociales particulares que im- primen matices y variantes especfficas segtin el pafs del cual se trate, aun cuando es claro que sus lineamientos basicos son similares en la medida en que se insertan en el modelo politico econémico neoliberal. Por otra parte, se trata de un proceso en construccién que es también irreversible, por lo que se hace necesario analizarlo desde una perspectiva critica. Esta afirmacién se apoya en tres argumentos basicos: la persistencia del modelo neoliberal; el discurso dominante de las naciones {originado en las centrales e incorporado a las dependien- tes), que apoya y promueve la existencia de la sic; y el propio desarrollo tecnolégico que impone un distancia- miento entre paises y personas, en la medida en que al- gunos pueden actualizarse siguiendo este desarrollo vertiginoso, y otros no. Pero la obsolescencia de las innovaciones tecnolégicas no constituye el centro de interés de este anilisis, sino la percepcién de que la tecnologia sola es incapaz de gene- rar los cambios sociales a los que asistimos en los tiltimos afios, los cuales han sido cada vez mas evidentes. Asi, par- timos del rechazo al determinismo tecnoldgico, que suele 25 ‘EDUCAR EN LA BRA DE LAS REDES ser el punto de vista para analizar la sic y para disefiar programas que la incorporen a las practicas cotidianas. Debido a su componente informative, el desarrollo especffico de la sic en cada pais se articula con los pro- cesos comunicativos en todos sus niveles: intrapersonal, interpersonal, intermedio y masivo, en los cuales se ma- nifiesta una clara tendencia a la mediatizaci6n tecnoldégi- ca. Tal articulacién est4 presente en la puesta en marcha del modelo neoliberal que, como sabemos, produce me- canismos de apropiacién y resistencia en ésta y otras materias, obligando a una permanente resemantizacién del papel de la comunicacién. Asi, y en virtud de la com- plejidad del tema, en estas reflexiones pretendemos iden- tificar algunos de los cambios que ha experimentado la comunicacion a partir de la sic. El andlisis buscara enton- ces recuperar la perspectiva de este campo de conoci- miento que consideramos sustantivo dentro de la sic.* PRINCIPALES ESCENARIOS DE LA SIC Los antecedentes y caracteristicas de la sic pueden bus- carse en varios escenarios que, lejos de actuar de manera independiente, se interrelacionan; entre ellos, destacan el histérico, el politico-econémico, el tecnolégico y el social. Me referiré brevemente a cada una de ellos, sin perder de vista que estan en permanente movimiento y que son inter- dependientes. 3 Debido a la resistencia que ha despertado e! status cientifico de la comu- nicacién, basada en la imprecisién de su objeto de estudio, conviens acla~ rar que, desde mi perspectiva, tal objeto de estudio es clare y Io identifico con el proceso comunicativo, que puede ser estudiado de manera global o en alguna parte puntusl de sus componentes. Puede asimismo ser anali- zado desde sus repercusiones sociales, su economia politica, sus procesos productivos y estéticos, sus usos y practicas sociales, las apropiaciones medidticas, entre otras perspectivas, 26 DELIA GROVI DRUETTA 1. ESCENARIO HISTORICO En el escenario histérico, destacan los hecho que hemos subrayado en los antecedentes de este trabajo, ocurridos en las décadas de los 80 y 90 (cafda del Muro de Berlfn, inicio formal de la globalizacién de la economia, implanta- cién del modelo neoliberal y la consolidacién de Estados Unidos como potencia hegeménica). Como se dijo, en este contexto, los organismos internacionales creados por en- tonces emprenden acciones de orden simbélico a fin de imponer un proyecto de sociedad en la cual la informacién se transforma en un insumo capaz de producir riqueza. Las instituciones financieras internacionales se transfor- man. asi en fuentes informativas y promotoras de un tema: Janecesidad de construir una SIC, el cual se coloca tanto en la agenda de los gobiernos, como en la de los medios de esos paises. Los medios, comprometidos con los intereses nacio- nes y trasnacionales de la globalizacién, refrendan y pro- fundizan estos contenidos y acciones, al incorporar a sus propias agendas, informacién sobre las reuniones interna- cionales y las actividades gubernamentales. Hay que agregar que, junto a esta accién explicativa de los cambios ejercida por el FM y el BM, a fines de los 80 y principios de los 90 se empiezan a concretar los pro- cesos privatizadores en los que se incluye a los propios medios de comunicacién. Por ejemplo, en el caso mexica- no, se promueve una accién conocida como la venta del paquete de medios, cuya finalidad fue ir transfiriendo al- gunos medios en manos del gobierno, al sector privado. En este paquete, debido a su cobertura y penetracién, destacan dos importantes cadenas de televisién, 7 y 13, privatizadas en 1993. La venta de los medios ptiblicos o en manos del gobier- no tiene el efecto de profundizar la fuerza del discurso privatizador, en tanto que se da una coincidencia de inte- reses entre las argumentaciones del FMI, el BM y los demaés a7 ‘EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES organismos internacionales; los gobiernos de corte neoli- beral que van tomando el poder y los propios intereses de esos medios. A partir de los rasgos que distinguen al modelo neoli- beral, lo ptiblico gana descrédito; en tanto que se da a lo privado un papel no sélo fundamental, sino positivo para operar el cambio que se estaba anunciando. El futuro (signado por la privatizacién en todos los 4mbitos) es portador de verdad; en tanto que el pasado (piiblicc, gubernamental, estatal) es falso y, por lo tanto, objeto de criticas por inefi- ciente e inadecuado. “El neoliberalismo busca a la esfera pblica vigente en el pasado como portadora de la falsedad frente al futuro, esfera de lo privado, que es visto como el espacio de la verdad... Lo real es lo que va a ocurrir y no lo que ocurrié” (Jiménez Cabrera en Crovi, 1995:67). As{, desde el escenario histérico, la repercusién més honda que se deja sentir en el campo de la comunicacién es la reconfiguracién del mapa mediatico y de las teleco- municaciones. Desaparecen los medios publicos, tanto los gubernamentales, culturales, educativos, como los que pueden considerarse mixtos, debido a que retinen mds de una de esas caracteristicas; al tiempo que se da lugar a privatizaciones, alianzas, fusiones, etc. Se cierra una etapa de oposicién/complementariedad que tuvo como ca- racteristica fundamental establecer un juego entre me- dios publicos y privados, segtin el cual, al menos en teoria, los primeros se identificaban con las necesidades cultu- rales, educativas y sociales de la sociedad civil; en tanto que los segundos perseguian fines de lucro. Aunque en la préctica este juego tuvo diversas varian- tes y no todas fueron buenas, ya que algunos de esos medios pasaron a ser sélo instrumentos de reproduccién y propaganda politica, hay que reconocer que también hubo muchos medios rescatables que se fueron mime- tizando con el avance privatizador que los obligé a solici- tar patrocinios 0, directamente, a vender publicidad. 28 DELIA CROVI DRUETTA Si el mundo perdié la bipolaridad consagrando la hege- monia de Estados Unidos, la comunicacién perdié también esa bipolaridad entre medios publicos y privados que, aun- que dificil y en ocasiones dudosa, existia. Como veremos enseguida, al consagrar la hegemonfa de los intereses eco- némicos en los medios, se estaba construyendo un nuevo mapa que seria fundamental para defender el modelo neoliberal en etapas posteriores. 2, ESCENARIO POL{TICO-ECONOMICO Ala sombra del discurso hegeménico internacional, se ini- cia asi el proceso de reconversién del proyecto tecnolégico en manos del Estado hacia el sector privado. Los plantea- maientos politico-econémicos neoliberales empiezan a tomar més fuerza, pudiendo ser ubicados en América Latina a fi- nales de los 70 y comienzos de los 80. En el caso especifico de México, su nacimiento se sitta en 1982, 0 sea, al inicio dei sexenio del presidente Miguel de la Madrid Hurtado. neoliberalismo no posee caracteristicas uniformes debido a que su aplicacién responde a la situacién concre- tade cada nacién, determinada tanto por su condicién inter- uaa, como por su capacidad de negociacién con las grandes potencias. No obstante, en América Latina, a juzgar por las acciones llevadas a cabo por los gohiernas, es posible afirmar que su aplicacién responde a rasgos més o menos similares, entre los que destacan los siguientes: 1. la privatizacién de la economia social y disminucién del papel regulador del Estado en la economfa (salvo en el control de los salarios); 2, integracién al mercado mundial, dando prioridad a Ja inversién extranjera; 3. ajuste severo al gasto publico y, en contraste, pago puntual de Ja deuda externa; 10. 29 ‘EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES . abandono de las pequefias empresas, para centrarse en el sector moderno de la economia, con tecnologia de punta; . desarrollo de sistemas financieros que privilegian los aspectos especulativos frente a los productivos; . modernizacién e internacionalizacién aparente de la vida interna de la regién, que oculta su destruccién en muchos démbitos (educacién, trabajo, praduccién agri- cola, medio ambiente, etc.); . debilitamiento del poder de los gabiernos naciona- les, en favor del capital privado y financiero nacional e internacional, asi como de los gobiernos de los paises poderosos; . disminucién de las tradicionales instancias de me- diacién polftico-sociales frente al poder, por Io cual éste aparece como autoritario. Tales instancias des- aparecen 0 pasan a manos del capital privado; . creacién de una politica y una economia duales: con sectores altamente integrados y dindmicos, frente a otros excluidos; y como producto de laresistencia que despiertael modelo neoliberal, Ja irrupcién de crisis polfticas nacionales sin alternativas y, si las hay, éstas son inoperantes (Crovi, 1995). Tales rasgos permiten hacer un ejercicio de sintesis, ubi- c&ndolos en las industrias mediaticas y culturales. Se priva- tizan medios gubernamentales o del Estado, cumpliendo con la meta de reducir el gasto ptiblico. Un nuevo marco juridico facilita la integracién del sector al mercado mundial, permi- tiendo y ampliando la inversién extranjera, lo que da como resultado el fortalecimiento de los grandes consorcios inter- nacionales, en detrimento de los medios locales. Esto confi- gura un sistema dual en el cual las pequefias empresas estén siempre en riesgo de ser absorbidas, desaparecer o pasar a ser simples proveedoras de los grandes consorcios. La bre- 30 DELIA GROVI DRUETTA cha que se establece entre empresas multinacionales y lo- cales se marca también en el acceso a la tecnologia de pun- ta que tienen las primeras; frente a la imposibilidad de contar con tales innovaciones tecnolégicas, entre las segundas. Algunas de las megaempresas de medios buscan am- pliar sus ganancias incursionando en el sector especula- tivo y financiero, u obtener capital cotizando en bolsa. En cuanto a Ja dualidad en el desarrollo de un sector de medios y el descuido de otros, cabe destacar el efecto de los sistemas de pago, que ha jerarquizado el acceso a la infor- macién de acuerdo a lo que se puede pagar por ella, lo que da lugar a sectores de la poblacién sobreinformados frente a otros desinformados. Finalmente, al pasar a manos pri- vadas, los medios se transforman en voceros del propio modelo neoliberal y suelen ser aliados invaluables frente a Jas crisis nacionales sin alternativas que se presentan, lle- gando incluso a ocupar el lugar de las tradicionales instan- cias de mediacién. Estos factores permiten insistir acerca de la ausencia de neutralidad de la tecnologia que, en cambio, establece una relacién dialéctica con los demas escenarios. El mo- delo polftico-econémico neoliberal se apropia de las TIC que venfan desarroll4ndose desde afios atrds en dmbitos militares, para reconvertir su uso hacia la privatizacién de diversas actividades sociales y ponerlas al servicio de sus principales rasgos y objetivos. Sin embargo, cuando los gobiernos neoliberales de Ja regién toman medidas y realizan acciones para incorporar las Tic a las practicas culturales, en general parten del determinismo tecnolé- gico y de una supuesta neutralidad tecnolégica que bus- ca ocultar los verdaderos rasgos del modelo.* ® Bjemplo de esto son los citados intentos de acortar la brecha digital a través de programas que proveen infraestructura técnica, pero no conoci- mientos para incorporarla a las précticas sociales, lo que infortunadamente da como resultado un uso instrumental y no racional de las T1c. 31 EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES La ya mencionada influencia en lo simbélico se inserta en las caracteristicas del modelo neoliberal y constituye un mecanismo para promover su aceptacién: L..] el neoliberalismo, en tanto teoria econémica, tiene la caracterfstica de ser dos cosas a la vez: por un lado una economifa y, por otro lado un slogan, una publicidad. Si algo caracteriza al neoliberalismo como teoria econdmica es esta conjuncién de propaganda y teoria; publicidad y concepto L..] (de Ja Fuente Lora en Crovi: 1995:47). Es posible afirmar que ciertos slogans e ideas-fuerza han atravesado todo este proceso de cambio estructural. Entre esas ideas o slogans, como ya se dijo, est la brecha digital, que se presenta como un desafio para las naciones menos favorecidas cuya superacién encierra una promesa de de- sarrollo. En realidad, como sabemos, acortar las distancias tecnoldégicas suele ser sélo una condicionante para présta- mos, apoyos y sanciones favorables a esas naciones. Otros de estos slogans son: la preferencia por lo privado en lugar de lo publico, sin mediar razones; el suefio del triunfo indi- vidual pero, a la vez, la promocién de la colaboracién como eje del trabajo y el estudio; las ventajas de la flexibilizaci6n en ambitos diversos, entre los que sobresalen los tiempos de trabajo o de estudio; la tecnologia como signo de mo- dernidad y también de éxito, entre otros. EI proceso de flexibilizacién tiene su base, en buena medida, en la legislaci6n que cambia para acompafar las transformaciones que se estin produciendo. En casi to- dos los paises, los cambios introducidos al marco jurfdico han sido dificiles y controvertidos, debido a que se trata de modificar una base normativa que en ocasiones es afieja e incompatible con el proceso de desarrollo tecnolégico actual y su marco polftico-econémico, pero que, a la vez, representa y condensa muchos de los logros de la socie- dad en materia Jaboral, educativa, individual, de salud, 32 DELIA CROVI DRUETTA etc. La tendencia mundial ha sido flexibilizar la legisla- cién para permitir mayores margenes de inversién ex- tranjera, fusiones, privatizaciones y relaciones laborales compatibles con el modelo vigente. Las polfticas ptiblicas en materia de Tic, cuando las hay, parten del discurso internacional dominante traslad4ndolo al plano local, en el cual crean una nueva hase jurfdica defi- nida por su flexibilidad. Esta flexibilidad se hace patente tanto cuando se trata de abrir las posibilidades a la inver- sién extranjera, como en las condiciones laborales, en la promocién y defensa de grupos oligopélicos, o en Ja incor- poracién del concepto de copyright, en lugar del de derecho de autor. En este contexto, el capital cultural y creativo de Jos individuos también se privatiza, pasando a manos de las corporaciones de la cultura. Asi, aunque parezca paradéjico, las politicas pttblicas en materia de Ia sic se orientan al sector privado estableciendo Jas bases para su hegemonfa y dejando en un segundo pla- no otras acciones que deberfan serles prioritarias: brindar orientacién para la convergencia tecnolégica, financiar cier- ta infraestructura, disefiar politicas de investigacién y de- sarrollo, detectar y canalizar demandas sociales, y buscar y crear formas novedosas de financiamiento para Ja reno- vacién tecnolégica. Como parte de este horizonte o escenario politico-eco- némico, a partir de la segunda mitad de los 90, los Estados estén disefiando y Mevando a cabo estrategias para la in- corporacién cultural de la sic. Tales acciones, que son qui- 2A el rasgo mas evidente de lo que podrfamos considerar polfticas piblicas en la materia, constituyen un paso deci- sivo en la breve historia de la sociedad de la informacién y el conocimiento. Sin embargo, estos esfuerzos parten de dos limitaciones: “informacién no es conocimiento” y la mayoria de las propuestas de nuestra regidn se adhieren al determinismo tecnolégico, descuidando educacién, limi- taciones econémicas y de participacién, o sea, diferentes 33 ‘EDUCAR EW LA ERA DE LAS REDES dimensiones de la brecha digital a las que aludf al inicio de estas reflexiones. Desde el punto de vista de la comunicacién, el Estado minimo produce un verdadero parteaguas en esta materia, al dar lugar a un movimiento de privatizaciones, alianzas y fusiones que no tiene precedentes. Al mismo tiempo, el nuevo modelo polftico-econémico promueve y fortalece la industria de la cultura y las telecomunicaciones, se convier- te en un sector sustantivo de las economifas nacionales, aglu- tinando fuertes capitales y dando lugar a la formacién de oligopolios y megaempresas trasnacionales de la comunica- cién. En los 90, este tipo de empresas, como sabemas, llega incluso a ser parte del sector mds fuerte de las economias (incluyendo la de Estados Unidos), situacién que comienza a decaer a principios del siglo xxi, tanto por su vinculacién con manejos fraudulentos, como por el reacomodo del pro- pio sector frente a la demanda y las expectativas que habia despertado. £] resultado del fortalecimiento industrial de las comu- nicaciones es que, como nunca, los mensajes son tratados como mercancfa. En efecto, por un lado, las innovaciones tecnolégicas permiten cambiar los procesos productivos, informatizdéndolos; y por otro, las empresas emisoras se comportan y organizan como las de otras ramas de la pro- duccién. Los consorcios de medios repiten sefales y mo- delos comunicativos en diferentes zonas del planeta, en especial en las que existen acuerdos comerciales que les son favorables, al tiempo que incursionan en diferentes medios, al abrir nuevas ramas e hileras de produccién. En materia de comunicacién, los acuerdos comercia- les han servido para garantizar a los consorcios mediaticos el dominio sobre un territorio, en el cual pasan de inme- diato a vender sus mercancfas culturales. La posibilidad tecnolégica de reproduccién y ampliacién de sefiales, asf como el aseguramiento de una regién de influencia a tra- vés de acuerdos comerciales, en la prdctica, lleva a la re- 34 DELIA GROV! DRUETZA Ppeticién de contenidos y a su unificacién en el plano glo- bal. De este modo, en los medios, la globalizacién se ma- nifiesta por una produccién y distribucién centralizada en unas pocas empresas; y en términos de comunicacién, Jos procesos globales comienzan a entenderse como la capacidad de ciertos consorcios trasnacionales de vender su produccién en todo el planeta. En tiempos de la nueva economia basada en las tran- sacciones en red, el sector medidtico practica también una suerte de economia de escala, distribuyendo en el planeta miles de copias de producciones audiovisuales o impresas. En estos sistemas, en el mejor de los casos, las empresas pequenias de producciones locales se transfor- man en maquiladoras de dichos contenidos y, lejos de esta- blecer redes de intercambio, este esquema responde a un disefio “de uno a muchos”. Desde nuestro punto de vista, esta situacién, ademas de desmantelar los equipos locales de produccién (televisiva, sonora, de prensa y cine), desdibuja el sentido de los medios publicos, al arrebatarles una parte importante de su fun- cién, que es la difusién de la cultura nacional. Cambia asi la concepcién de los mensajes, profundizdndose su dimensién mercantil a través de producciones que dan como resultado mensajes purgados 0 lavados, sin contexto, que pueden ser recibidos en todo el planeta y por ptiblicos heterogéneos (Lacroix en Crovi, 1996). La proliferacién de sefiales ha recrudecido la compe- tencia entre medios, Llevando a explotar la busqueda in- cesante de lo novedoso, lo espectacular, lo amarillista y hasta lo descabellado, siempre con el propésito de garan- tizar mayores audiencias. En este contexto, la relativa objetividad periodistica (entendida s6lo como un deber ser) comienza a ser perturbada por un sesgo en el conte- nido, en las fuentes y en lo retérico. Lo excepcional ocul- ta a lo cotidiano y lo effmero destaca sobre lo duradero; se acentua la fragmentaci6n y los mensajes surten un 35 EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES efecto de falsedad, amparados en el desconocimiento que existe sobre sus sistemas productivos (Rodrigo, 1989). Un fenémeno periodistico genuinamente americano que ha puesto precisamente en crisis en los afios 70 al propio con- cepto de objetividad es el denominado “nuevo periodismo”. Este es periodisme mucho mas subjetivo. En la estructura narrativa lo anecdético se convierte en leimotiy, se invierte la piramide de la noticia. Aumenta el interés por los hechos pequefios en lugar de los grandes acontecimientos. Lo coti- diano se abre camino en el objeto de interés periodistico. La imaginacién recobra importancia periodistica. Hay utili- zacién tanto de la realidad como de la ficci6n (Rodrigo, 1989:167). Esta situacin, iniciada en los 70, se va acentuando con el concurso de las innovaciones tecnoldgicas y el modelo neoliberal. Todo parece indicar que los parémetros teéri- cos del valor de la noticia deben ser revisados, sobre todo, los relacionados con los estudios de economfa politica de la comunicacién que pongan en evidencia las alian- zas, compromisos e intereses que defienden determina- dos emisores, amparados en el neoliberalismo. Ademas, es fundamental analizar la relacién entre medios tradi- cionales y nuevos, a fin de verificar cémo se esta reaco- modando el acceso a la informacién de actualidad; el papel que los medios desempefian como fuentes de informacién; y el lugar que ocupan como instrumentos de comunica- cién en la educacién, el trabajo, las relaciones sociales y el entretenimiento. No menos importante es indagar tam- bién la fragmentacién informativa y el acceso a la infor- macién, asi como la funcién propagandistica que los medios pueden desempefar dentro del modelo neoliberal. Vale la pena recordar aqui a Umberto Eco y Paolo Fabri (1978), quienes establecieron las caracterfsticas de la infor- macién que recibe un individuo, agrupandola en comunica- 36 DELIA CROVI DRUETTA cién estrepitosa y comunicacién discreta.’ El destinatario, segun Eco y Fabri, no recibe mensajes sino conjuntos tex- tuales que no remiten el mensaje a un cédigo, sino a un conjunto de prdcticas textuales depositadas; ademés, nun- ca recibe un mensaje solo, sino muchos sincrénicos y dia- crénicos. Desde esta perspectiva, para Ja comunicacién es adn una asignatura pendiente conocer cémo se incorporan los nuevos medios a esos conjuntos textuales y a esas prac- ticas textuales depositadas, partiendo de la nueva dimen- sién espacio-temporal que proponen. En suma, los medios, y de manera especial los electré- nicos, producen una suerte de presente continuo, sin pa~ sado ni futuro, concepcién que embona a la perfeccién con la propia nocién neoliberal que desecha la historia para buscar el éxito y las realizaciones en lo que vendra. Este presente continuo facilita el incumplimiento de prome- Sas por parte de los politicos, asi como la falta de memo- ria en la gente comin, que no siempre esté en condiciones de recordar los detalles de la vordgine informativa pasa~ da. En este contexto, Internet, como medio emergente efi- mero pero plural, constituye una voz alternativa para el recuerdo, para puntualizar lo banal y lo importante, y para rescatar aquello que se tiende a olvidar. No obstante, como decfamos, las diferencias en el acceso a este medio mar- can también una gran diferencia en el acceso a la infor- macién contextual que, aunque no soslaya lo anecdético, tampoco echa en saco roto los grandes acontecimientos y lo perdurable. 7 En la primera, ubican alos medios, fiestas, miisica, sefieles viales, publi- cidad, comunicaciones verbales colactivas e institucionales, cuadros, es- tatuas, etc.; en tanto que en Ie segunda, clasifican a las mercancfes, al espacio, las fiestas de cardcter ritual, comportamientos verbales, gestuales. posturas corperales, moda, musica artesanal, entro otros. 37 ‘EDUCAR EN LA ERA DE LAS RRDES 3. TECNOLOGICO El antecedente directo de la sIC en materia tecnolégica se encuentra en las TIC que, por poseer una parte dura (hard- ware) y una parte blanda a légica (software), se diferencian de las generaciones anteriores. Esto, que a estas alturas parece bastante obvio, es lo que determina tanto su condi- cién de interactiva, como su capacidad para eliminar barre- ras de espacio y explorar servicios multicrénicos (diferidos y en tiempo real); esto asimismo determina el desarrollo de dos importantes sectores industriales: el software y el hardware. Por otra parte, el escenario tecnoldégico participa de una de Jas ideas centrales de Ja sic: la flexibilidad. En el caso de Jas nuevas tecnologias, tal flexibilidad se mani- fiesta en los procesos reversibles a partir de los cuales reordenan sus componentes, su organizacién y, desde lue- go, su propésito. En Ja base de estos cambios tecnalégicos que abarcan no sélo las TIC estan la digitalizacién y la microelectrénica, que conducen a ampliar el volumen de informacién disponible, as{ como a hacer mas rapida y eficaz su transmisién. En los afios 70, se reconoce a la digitalizacién como la Jectura més segura y exacta para la operacién de circuitos integrados y microprocesadores, lo que da lugar a cambios importantes en tecnologias ya existentes y que luego serian protagonis~ tas de la sic (satélites, computadoras, telefonfa, etc.). Asi, a partir de estas posibilidades y con el desarrollo de inno- vaciones técnicas para comunicarnos, se transforman los sistemas de produccién, distribucién, recepcién y almace- namiento de la informacién. Algunos autores (Castells, 2000; Miége, 1998 y 2002; Mattelart, 2000 y 2002) destacan el aumento en Ja media- tizacién de las relaciones sociales que se producen a partir de las Tic. Trabajo, educacién, entretenimiento, partici- pacién polftica y social son, entre otras, actividades que 38 DELIA CROVI DRUETTA, han ido incorporando parcialmente el uso de estas nuevas tecnologias y configuran un proceso que se identifica (Levy, 1999; Echeverria, 1999 y 2000; Rheingold, 1996) con la virtualizacién de las relaciones, que ha llevado incluso a una reinterpretacién de lo que entendemos por virtual.® Pero quiza el aspecto mas destacado de estos desarro- llos tecnolégicos es que, por primera vez, se produce la convergencia en redes de sectores que venfan trabajando separadamente: la informatica, las telecomunicaciones y Ja industria mediatica. El resultado mas visible de esta con- vergencia es Internet, considerada como la red de redes y Ja materializacié6n de la carretera de la informaci6n. Conviene recordar que desarrollos tecnolégicos origina- dos en el sector militar se sittian en los paises avanzados. No obstante, la convergencia repercute en todo el planeta, Jo que convierte de facto a los pafses que no producen tec- nologia de punta en sus consumidores. Desde la perspectiva de los procesos comunicativos, la convergencia tecnoldgica, el desarrollo de nuevos medios y, en fin, las contribuciones del escenario tecnolégico hacen realidad un viejo suefio: un medio capaz de explorar todos Jos niveles comunicativos, a la vez de establecer intercam- bios simbélicos unidireccionales, bidireccionales y multi- direccionales, Internet, la cara visible de la convergencia y vehfculo del ciberespacio, emplea recursos multimedia re- uniendo las ventajas de diferentes lenguajes en comunica~ ciones multinivel. Con el nacimiento del ciberespacio y su vehiculo de navegaci6n, la sincronizacién reemplaza a la unidad de lugar; mientras que la interconexién sustituye a la unidad de tiempo. El ciberespacio es una visualizacién espacial que sin- tetiza todas las informaciones ya elaboradas de datos, proporcionadas por las actuales y futuras redes de comu- * Para ampliar el tema de Ja virtualizacién, vor los trabajos de Pierro Levy y Howard Rheingold, asf como las propuestas de Javier Echeverria sobro el tercer entorno. 39 ‘SDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES nicacién que permiten, a su vez, la presencia compartida y la interacci6n de multiples usuarios, facilitando el juntar y divulgar datos remotos, controlar los mismos por medio de la telepresencia,.y la total integracién e intercomu~- nicacién con una gran gama de productos inteligentes en el espacio real (De Sanctis, en Crovi y Girardo, 2001:37). Las caracteristicas que adquiere la virtualidad a partir de la convergencia tecnolégica y, mds especificamente desde el uso de Internet, nos hacen pensar que la red desincorpora elementos intelectuales o simbélicos vinculados estrecha- mente con la individualidad. Asi, tecnolégicamente, la red pareciera encarnar el potencial intelectual del género hu- mano: “[...] la realidad infovirtual® forma parte del tercer entorno, es decir, de un nuevo espacio social generado por las tecnologfas informaticas y comunicacionales” (Echeverria, 2000:68). El répido avance en materia tecnolégica nos ha llevado aconsiderar como tradicionales a los medios masivos, que conviven ahora con los self media, medios personalizados con los que se establecen relaciones desterritorializadas, multicrénicas y en red. Paralelamente, el lenguaje del hipertexto rompe con la linealidad de la escritura y coloca ala imagen en un lugar preponderante, posibilitando for- mas expresivas inexistentes hasta entonces. Desde el 4mbito especifico de Ja comunicacién, es tam- bién importante sefialar que la convergencia tecnolégica no sélo aporta un recurso expresivo y relacional nuevo, como es Internet, sino que transforma los procesos pro- ductivos de los medios ya existentes, su emisién, cireu- Jaci6n y recepcién. éQuién puede imaginar al cine actual, sin las posibilidades de la digitalizacién? éQuién recuerda cémo era la radio antes de los enlaces instantaneos, del uso de los celulares o de las transmisiones via satélite? éCémo era el trabajo de los periodistas antes de las bases ® Para Echeverria, infovirtualidad son las formas de realidad virtual gene- radas por fas tecnologias informaticas. 40 DELIA CROVI DRUETIA de datos, la telefonfa celular o las computadoras? éCé6mo era la TV antes de los recursos que las TIC ofrecen a la produccién, posproduccién, emisién y recepcién de men- sajes? 2Cémo era la biisqueda de informacién antes de Internet? 4, ESCENARIO SOCIAL En el nuevo orden social promovido por el neoliberalismo, el individuo y la familia reemplazan paulatinamente a los grupos y clases sociales como centro de atencién, por lo que las caracterfsticas de los nuevos medios, los self me- dia, resultan operativas. Es en este sentido que se ha estruc- turado un discurso dominante que busca lograr un cambio de paradigma social y cultural, para lo cual promueve su uso en diversas actividades sociales, entre las que desta~ can el trabajo, la educacién, las relaciones sociales y la ocupacién del tiempo libre, Si, en el plano econémico, las empresas buscan ganar territorios mediante acuerdos comerciales regionales (en general beneficiosos para las corporaciones de los pafses dominantes); en el plano individual, los usuarios estan vi- viendo la desterritorializacién y la instantaneidad. Las tec- nologfas permiten que los individuos estén on line Jas 24 horas del dia y para ello organizan sus vidas. Quienes usan telefonfa celular, correo electrénico, Internet o algunas tec- nologias més antiguas como el fax saben que ya no pueden regresar al estadio anterior, pretecnolégico; pera también, saben que se han entregado a la irrupcién de Jos otros, que entran en su mundo de manera intempestiva a veces, brin- cAndose espacios y tiempos. Esto ha modificado el sentido de la privacidad, precio que algunos pagamos por estar visibles en una sociedad transparente, como dice Vattimo, debido a que, para este fil6sofo defensor de la posmodernidad, todos tenemos la 41 ‘HDUGAR EN LA ERA DE LAS REDES posibilidad de extrafiamiento, o sea, de expresarnos (a través de innumerables paginas web, por ejemplo). Au- tores como Henry Battis, Gianfranco Bettitini y Fausto Colombo hablan incluso de un individuo en movimiento que se desplaza por el mundo sin dejar del todo su lugar habitual, porque esta conectado on line. Tal parece que estos nuevos medios, sobre todo Internet, vehiculizan las afirmaciones de Milton Friedman, paladin de neoliberalismo: freedom tu choice, libertad de elegir, pero de elegir dentro de un discurso predeterminado por las grandes corporaciones que manejan las telecomunica- ciones, las bases de datos y, en general, los productos audiovisuales e impresos. También la telefonia celular pa- rece vehiculizar esa premisa en materia de tiempo y espa- cio; sin embargo, como sabemos, la aparente libertad de movimiento y de estructuracién del tiempo que permiten los celulares tiene su lado obscuro, representado por una vigilancia permanente y un presente continuo donde no se diferencian las horas dedicadas al descanso, al trabajo, ala educacién, a la familia; como tampoco se diferencian los espacios para realizar esas actividades. El discurso dominante amalgama y exhibe las ventajas de las Tic (flexibilizacién, libertad espacio-tiempo, inte- raccién, comunicacién en tiempo real y diferida, multi- media, hipertexto), en tanto que las corporaciones tomman la delantera y, sin esperar los lineamientos de las politi- cas ptblicas, ofrecen servicios que dan como resultado un cambio sustantivo en la vida cotidiana de los indivi- duos 0, al menos, de una parte de ellos. Paralelamente, el mereado laboral y el educative inducen a Ja poblacién a sumarse al uso de las TIC, para no quedarse afuera y ser parte del cambio. En este contexto, en América Latina, regién donde el abismo digital se manifiesta tanto con respecto a los pai- ses centrales, como al interior de Jas naciones, a fin de contar con acceso a los nuevos medios, sobre todo a Internet 42 DELIA CROVI DRUETTA y telefonfa celular, se ha explorado, como siempre, el ca- mino de la creatividad para enfrentar las carencias. Las respuestas son ricas y diversas, ya que abarcan estrategias de acceso personales, publicas y compartidas. Estas for- mas novedosas de acceso a las redes (cabinas ptblicas, cibercafés, cafés Internet, telecentros, asi como el aprove- chamiento de infraestructura personal o institucional) nos permiten distinguir, al menos, tres tipos de sociedad de la informacién que conviven entre sf: 1. la simbélica 0 discursiva, o sea, la prometida por el discurso hegeménico como Mave para alcanzar el de- sarrollo; 2. 1a real, caracterizada por desigualdades y diferen- cias en el acceso y la apropiacién de las redes, en la cual sélo un sector pequefio de la poblacién se ha apropiado de la convergencia; y 3. la de la exclusién (también real, pero menos reco- nocida o aceptada), donde permanecen intactas las practicas sociales y culturales de la sociedad indus- trial e incluso preindustrial. Sin duda, el escenario social es el mas complejo, porque la sociedad de la informacién afecta a todas sus 4reas, pero también porque se ha tratado de imponer como un nuevo paradigma, lo cual coloca a este escenario en la base misma de las acciones de la vida cotidiana. Es el espacio donde debe producirse el paso del paradigma anterior al actual, que significa incorporar a nivel per- sonal un nuevo modelo cultural asumido, como ya se dijo, de manera desigual. En este paso, la comunicacién juega un papel funda- mental, tanto en las acciones de promocién masiva del nuevo madelo, como en la presién que aquélla ejerce so- bre las pr4cticas cotidianas para que se involucren con el uso de los nuevos medios. 43 ‘EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES Estébamos acostumbrados a los discursos de los gran- des medios, con sus ventajas y limitaciones, pero no a la prdctica de la comunicacién horizontal o dialégica,’* me- diada por tecnologfa. En efecto, hasta la aparicién de Jas TIC, este tipo de comunicacién (una aspiracién a veces so- brevalorada) estaba reservada por lo general ala interaccién. cara a cara. Sin embargo, hoy en dfa se realiza con media- cién tecnolégica y ofrece posibilidades de interaccién diver- sa (correo electrénico, chat, grupos de discusién) que pueden. traducirse en acciones sociales concretas. En este sentido, el ejercicio de una comunicacién horizontal mediada por tecnologfa en red ha demostrado que puede pasar a la ac- cién social directa, oponiéndose no sélo a los discursos de los grandes medias, sino a los proyectos politicos hegemé- nicos a través de emisores multiples, con visiones diversas sobre un mismo problema o situacién. Como si se tratara de un reflejo de la red, e interviniendo en este juego entre lo real y lo virtual, la vida a partir de los parémetros de flexibilidad tiempo y espacio, interactividad, etcétera ha pasado a ser una suerte de hipertexto en el cual se integran diferentes actividades, relaciones y asociacio- nes, siempre en tiempo presente y segtin la realidad social objetiva de los individuos. Este modo de vida, que a primera vista parece estresante, puede también estar propiciando un nuevo tipo de pensamiento, mas analégico, menos li- neal, con mayor capacidad asociativa. Por su importancia creciente, las redes plantean, ade- més, la necesidad de contar con habilidades adicionales para manejar sus mecanismos; a la vez que, en los niveles personal y familiar, se realizan inversiones importantes para conservar la situacién de individuos on line, conecta- dos, que es la nueva forma de permanecer en el escapara- te de las actividades laborales, educativas y relacionales. 1° Aunque comunicaci6n horizontal y dialégica representan una aspiracién similar, ambos términos no son sinénimos y pueden enunciar procesos diferentes. 44 DELIA GROVI DRUETTA En cuanto a las redes como estructura de relaciones, vale la pena mencionar que, para la comunicacién, estos esquemas no son una novedad: han existido tanto en su corpus teérico como en la prdctica, por ejemplo, de la co- municacién en dos etapas vinculadas a los Ifderes de opi- nién. Sin embargo, el soporte técnico que hoy en dia ofrecen las redes informaticas constituye un nuevo horizonte de andlisis para identificar los comportamientos de grupos virtuales, acciones contestatarias, organizaciones de la so- ciedad civil, e incluso los mecanismos alternativos de infor- maci6n y respuesta que presenta la red frente a los discursos oficiales. La mediacién tecnolégica creciente, la virtualizacién de diferentes procesos, la inversién en tiempo y dinero para estar en red, la ubicaci6n de la comunicacién como un proceso sustantivo en una sociedad cuyo insumo basi- co es Ja informacién convierten a la comunicacién en una disciplina que de pronto amplfa su rango de influencia, pero a la que paraddjicamente se le manifiesta una cierta desconfianza en cuanto su nivel cient{fico. La aparente visibilidad de los medios de comunicacién, acompafiada de un profundo desconocimiento de sus procesos produc- tivos, ha conspirado contra una necesaria proliferacién de sus estudios, situacién que deberd cambiar radical- mente, si queremos entender a la sic y, sobre todo, si queremos influir criticamente en su construccién. DOs MUNDOS CONVIVEN EN LA SIC La sic atribuye una enorme importancia a los sistemas edu- cativos. En esta materia, se han experimentado grandes transformaciones debida a que existen varios puntos de co- incidencia entre trabajo y educacién, lo que permite perci- bir que la mirada ulterior esta puesta en acercar la educaci6én al mercado. Educacién y trabajo establecen asf una relaci6n 45 ‘EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES que, apoyada en la convergencia tecnolégica, se transfor- ma en factor productivo. Los cambios en la educacién son especialmente noto- Tios en los sistemas a distancia que estén pasando, de los medios masivos de comunicacién a los medios perso- nalizados, No obstante, de manera menos visible pero igual- mente sostenida, el uso de las redes se va incorporando a Ja educacién presencial. Tales cambios permiten incluso que se hable de un nuevo momento en la historia de la ensefianza a distancia, apoyada ahora en procesos cola- borativos, donde el] alumno es el centre de atencién y el maestro se transforma en un tutor o asesor, Ademéas, la educacién rompe barreras espacio-temporales y se plan- tea como un proceso que dura toda la vida. El sistema de redes facilita el cumplimiento de estas caracteristicas, so- bre todo en la capacitacién para el trabajo, la actualizacién y los cursos de posgrado. Pero el ideal de una sic igualmente promisoria para todo el planeta esta muy lejos de ser cierto. Por ejemplo, en América Latina, su presencia y desarrollo estan vin- culados, sobre todo, a la consolidacién de grandes con-~ sorcios multinacionales del audiovisual; en tanto que la incorporacién de la convergencia a los procesos producti- vos se limita todavia a determinados sectores industria- les, de servicio y administrativos. En la educacién sucede algo similar: existen instituciones que disponen de las més recientes innovaciones tecnolégicas, las cuales con- viven con otras excluidas de los desarrollos. Esto esta dando lugar a un sector capaz de desmaterializar o virtualizar la economfa, mientras que sobrevive otro mu- cho més grande que permanece al margen de los cambios tecnolégicos y continvia trabajando dentro de un esquema de produccién cl4sico, con presencia escasa de las Tic. La educaci6én experimenta un proceso similar: cursos y progra- mas virtualizados conviven con otros en los cuales las trans- formaciones han sido minimas o nulas. Al mismo tiempo, 46 DELIA CROVI DRUETIA en el uso y consumo doméstico de las TIC, es posible afirmar que, en la regién, sélo un sector de la poblacién (muy proba- blemente el que acumula el consumo tecnolégico de distin- tas generaciones) es el que se ha incorporado efectivamente al proceso de produccién, educacién y relaciones sociales, ligado a la informacién y el conocimiento. Estas diferencias se reflejan en los tres tipos de ocupa- ciones que, para Robert Reich, conviven en la nueva SIC: los servicios de produccién rutinaria, los servicios personales y los simbélico-analiticos. Entre los primeros se ubica a la pro- duccién rutinaria de bienes para el mercado mundial. El segundo sector, mds reducido, se dedica a atender necesi- dades personales de un mercado en crecimiento asociado a las premisas de satisfaccién del cliente y justo a tiempo. En el tercer grupo de servicios simb6lico-analiticos, estén quie- nes trabajan con las redes, manipulando informacién, da- tos, palabras, simbolos (Reich en Micheli, 2002). Sortear la brecha digital es también acortar las dis- tancias entre estos grupos de trabajadores, ya que, en los paises periféricos, los dos primeros tienen una presencia mayor en los sistemas productivos, que los ultimos; en tanto que los trabajadores simbdlico-analfticos integran un sector mds pequefio, debido a las condiciones estruc- turales de esas naciones. Esta situacién transforma a la sic en un desideratum y permite seguir sosteniendo un discurso que la muestra como promesa de desarrollo. De manera general y a partir de los antecedentes y caracteristicas analizadas, podemos resumir que la SIC es una sociedad atravesada en todas sus actividades (indus- tria, entretenimiento, educacién, organizacidn, servicios, comercio, etc.) por procesos comunicativos. La SIC se presenta asi como una sociedad cuyo capital basico es la inteligencia colectiva y la informaci6n, distri- buida en todos lados, continuamente valorizada y puesta en sinergia én tiempo real. La paulatina incorporacién de los procesos de convergencia en las diferentes activida- AT EDUCAR EN LA KRA DE LAS REDES des de la vida cotidiana provoca transformaciones en las practicas culturales. Cabe agregar finalmente que, a pesar de haber grandes distancias en el acceso a las Tic entre las naciones y entre los individuos, todos los pafses tienen al menos una franja social que las ha integrado a sus actividades, lo que nos compromete a analizarla e intervenir en su desarrollo. Apartir de esta caracterizaci6n de la Sic, creo que vale la pena detenernos a analizar algunos conceptos: infor- maci6n, conocimiento, inteligencia y comunicacién. INFORMACION, EL CONOCIMIENTO ¥ LA INTELIGENCIA Si, en el discurso oficial, se ha dado un trénsito que va de la enunciacién de una sociedad de la informacién a la so- ciedad del conocimiento o la suma de ambos conceptos como si fueran sinénimos, en la prdctica no es facil equipararlos. Por ello, creo que vale la pena deslindarlos, aportando algunos elementos para su diferenciacién. El concepto de informacién es esquivo debido a que generalmente su explicacién remite al propio proceso y acci6n de informar. El origen latino de este término presu- pone la idea de dar forma: in-formar, formar desde aden- tro. Desde Ja teoria periodistica, se acepta asimismo que es la disponibilidad de un ménsaje para ser utilizado en un proceso comunicativo. Pero desde el punto de vista del uso que se hace de los men- sajes como portadores de significacién, el concepto de “in- formacién” se refiere al contenido de un mensaje dado a conocer a una persona, o a un publico destinatario, con inde~ poendencia de que para significar lo mismo pueda sustituirse fisicamente un mensaje por otro, siempre que el contenido no cambie (Pifiuel y Gaitén, 1995:29). 48 DELIA GROVI DRUETTA Retomando a Angel Benito, Pifiuel y Gaitén sefialan que “en resumidas cuentas la informacién es la noticia, el dato, y la comunicacién es su transmisi6n social” (Pifuel y Gaitaén, 1995: 45). De acuerdo con estos autores y en consonancia con algunos otros, tenemos entonces que in- formacién es una suerte de materia prima, de dato o su- ceso, que puede ser transmitida socialmente por medio de procesos de comunicacién, o sea, a través del inter- cambio simbélico de significados. El debate sobre el problema del conocimiento no sélo es mucho mas antiguo, sino més complejo y ha sido tra~ bajado bastamente (Piaget, 1950, 1965, 1974, 1987; Bourdieu, 1976 y 2002; Garcia, 2000; Hessen, 1976 y 1999, entre otros). Platén formulé una teorfa sobre el conocimiento, considerdndolo como algo alcanzable, ya que sostenfa que las ideas son abstractas, inmateriales, eternas e inmutables y existen en las personas aun antes de su nacimiento. Por su parte, Aristételes considerarfa al conocimiento coma producto de un proceso de abs- traccién que, a partir de objetos concretos, permite deri- var conceptos. Es en la Edad Media cuando Santo Tomas de Aquino agrega la nocién de percepcién en el inicio del proceso de conocimiento, afirmando que la légica es el instrumento para llegar a 61. Aportaciones posteriores muy diversas llevan a diferenciar el conocimiento exacto, de- rivado de ciencias consideradas como tales, del conoci- miento inexacto, en el cual intervienen las variaciones propias de la sociedad y sus individuos. Aparece también una distincién entre el objeto percibido, lo que se percibe de él y lo que se conoce como resultado de este proceso. Esta Ultima distincién centra el debate en el problema de Ja objetividad, una discusién que también es propia del 4mbito de la informacién enuncia asimismo la capacidad diferenciada de los individuos de percibir y conocer. Co- bra fuerza asf la nocién de interaccién social, de un indi- viduo actuando conforme a su entorno. La relacién entre 49 EDUCAR EW LA ERA DE LAS REDES el sujeto y e] objeto percibido ha derivado en la distincién entre el conocimiento cientffico producto de la razén y el basado en hechos y experiencias, identificado con el co- nocimiento intuitivo. Este ultimo es un conacimiento com- partido por todos, ptiblico, construide de manera personal y, en términos generales, podemos suponer que es tam- bién el tipo de saber al que alude la sociedad de la infor- macién y el conocimiento. Juan Hessen sostiene que, en el conocimiento, sujeto y objeto estan frente a frente: “El conocimiento se pre- senta como una relacién entre estos dos miembros, que permanecen en ella eternamente separados uno del otro. El dualismo de sujeto y objeto pertenece a Ja esencia del conocimiento” (Hessen, 1976:26). Hessen diferencia dos tipos de conocimiento: intuitive y mediato. Conocer significa aprehender espiritualmente un objeto. Esta aprehensién no es por Jo regular un acto simple, sino que consta de una pluralidad de actos. La consciencia cognoscente necesita dar vueltas, por decirlo asi, en torno a su objeto para aprehenderlo realmente. Pone su objeto en relacién con otros, lo compara con otros, saca conclusiones, etcétera (Hessen, 1999:51). Para este autor, esa consciencia cognoscente se sirve de Jas més diversas operaciones intelectuales, por lo cual se trata de un conocimiento mediato, discursivo."! ¥ agre- ga: “Esta Ultima expresién es singularmente exacta, por- que la consciencia cognoscente se mueve, en efecto, de aquf para all4” (Hessen, 1999:51). Aclara que, ademés del discursivo, hay un conocimiento intuitivo, directo, que consiste en conocer viendo, por e] cual se aprehende in- mediatamente al objeto. Esta intuicién puede ser racio- nal, emocional o volitiva. * Para ampliar el tema del conocimiento cientifico, mediato, discursivo, ver al trabajo de Pierre Bourdieu (2000), Los usos sociales de la ciencia, Bue- nos Aires, Nueva Visién. 50 DELIA CROVI DRUETTA Desde otra éptica, Piaget enfatiza el cardcter dialéc- tico de la construccién del conocimiento y su dindmica de desarrollo. Establece que el conocimiento posee tres niveles: mental, ffsico y social. Para él, en la raiz biolégi- ca esté la base de la continuidad del conocimiento, lo que ne implica continuidad en los contenidos, ni en su forma de organizacién. Es a partir de la continuidad que surgen los procesos cognoscitivos, la cual incide asimismo en los mecanismos cognoscitivos precientfficos y cientificos.” Considera que el conocimiento se origina en un proceso de organizacién de las interacciones entre un sujeto y los ob- jetos como parte de Ja realidad, de cuya coordinacién sur- gen las estructuras légicas. Piaget sostiene que el desarrollo del conocimiento no es uniforme, no se da por acumulacién, sino por la reorganiza- cién sucesiva de los objetos por parte de los sujetos, lo cual da lugar a procesos cognoscitivos que se producen en todos los campos, independientemente del dominio. Finalmente, afirma que el sujeta de conocimiento se desarrolla en un contexto social que influye sobre él, a tal punto que condi- ciona y modula los instrumentos y mecanismos de asimila- cién de los objetos de conocimiento y aprendizaje. Debido a que, en su componente cognitivo, la sic valora Ja inteligencia colectiva, es necesario recordar nuevamente el concepto de inteligencia segiin Pierre Levy: inteligencia es facultad de conocimiento, de adaptacién, de sintesis y de unidad; es el conjunto de actitudes cognitivas: capacidad de percibir, recordar, aprender, imaginar... Ejercitar estas ca~ pacidades involucra una parte colectiva o social por dos razones: porque nunca pensamos solos, sino que Io hace- mos implicando a comunidades vivas, y porque estas co- % Bourdieu refloxiona sobre el 4mbito en el cual se produce, distribuye y legitima el conocimiento cientifico, el cual no sélo es especifica, sino que posee normas y reglas no escritas que lo condicionan y orientan. Esta dimensién, por supussto, también es social, Argumentos parecidos de- fionde y fundamenta Tony Becher. 51 ‘EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES munidades estan siempre presentes en nuestro pensamien- to (Levy:1999). Como ya se dijo, este autor vincula el co- nocimiento a la inteligencia colectiva, afirmando que la inteligencia colectiva esta distribuida por todos lados, por Jo cual, al ser puesta en comin, constantemente se valora y se coordina en tiempo real, lo que conduce a una movili- zacion efectiva de las competencias que poseen los indivi- duos (Lévy, 2000:29). Recordemos también que, para este autor, el conoci- miento no es slo el saber cientifico. Lévy otorga un gran valor a la dimensién social y colectiva del conocimiento y la inteligencia. A partir de las argumentaciones expuestas {sélo indi- cativas de lo mucho que se ha analizado el conocimiento), podemos entender que, mientras la informacién es el nd- cleo duro, el dato o suceso que puede ser transmitide en men- sajes de formas diversas; el conocimiento implica un proceso mucho mds complejo en el cual se percibe, recuerda, apren- de, imagina, razona, discurre, especula, reorganiza. Hessen diferencia conocimiento intuitivo del mediato o discursiva; la perspectiva piagetiana lo entiende como continuo, dialéctico y reestructurante, un proceso vivo y cambiante; en tanto que Levy reivindica el saber vivo, vi- vir-saber.™ En este contexto, no tenemos indicios que nos permitan tomar como sinénimos los conceptos informacién yconocimiento. En el mejor de los casos, es posible recono- cer que ambos procesos (informar y conocer) poseen una dimensién social, colectiva y comunicativa. Cabe entonces preguntarnos: éde qué tipo de conocimiento habla la sic?, ése refiere al intuitivo planteado por Hessen? Y en este caso, édénde ubicamos el conocimiento discursivo, dialéctico, es- peculativo, cientifico, la inteligencia que conduce a una movilizacién efectiva de las competencias? 1 Bn el timo apartado de este libro, referido al papel que juegan las uni- versidades en la distribucién social del conovimiento, ampliaremos el pro- blema de la dimensién social del conocimiento desde la perspectiva de Alfred Shutz. 52 DELIA CROVI DRUETTA UNA SOCIEDAD COMUNICACIONAL Informacién y conocimiento sdlo pueden ser sustento de una sociedad, circular en ella, ponerse en comin, actuali- zarse, si ambos factores se comparten en forma de mensaje, en un contenido comunicativo, simbdlico. ¥ si conocimiento ¢ informacién tienen en comin sélo su dimensién social, asi como su capacidad y voluntad de ser comunicables, uno como dato, el otro coma aprehensién de un objeto reorganizado continuamente por el sujeto cognoscente, seria entonces mas adecuado hablar de una sociedad de la comunicacién, como ya la han denominado algunos. La forma de ser comunicacional que se atribuye a la sic en los discursos oficiales internacionales (retomados y legitimados por gobiernos locales y medios de comuni- cacién) se sustenta en que ambas nociones, informacién y conocimiento, son similares y se tocan en su dimensién colectiva, social. Pero, no debemos olvidarlo, informacién y conocimiento se ponen al servicio de la produccién eco- némica, orientados por una racionalidad instrumental.’* Optar por distintas acepciones de estos conceptos cla- ve da, en la prdctica, dos puntos de vista contrapuestos sobre la sic: a. uno, que rescata su dimensién comunitaria y colec- tiva, es decir, una sociedad en la que se establece una dindmica de participacién entre miembros ac- tivos que intercambian experiencias y saberes;9y \ Bsta racionalidad instrumental de la informacién y el conocimiento ha transformado las relaciones de praduccién, la forma de trabajar, ha incor- porado las nuevas tacnologfas y se rige por valores abstractos tales como eficiencia, productividad, calidad, servicio, etc. © La dicotomfa entre una sic en la que circulan los saberes y otra quo los privatiza explica por qué no es facil hacer circular libremente el saber cientffico entre las comunidades especializadas. Ateniéndonos a las dis- tinciones de Hessen, éste es un conocimiento derivado de la razén y los procesos discursivos y, por lo tanto, original, tinico; pero, de acuerdo al modelo politico-econémica vigente, esas comunidades cientificas debon ee 53 EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES b. otro, individualista, que ve en este tipo de organiza- cién una oportunidad de ligar los desarrollos tecno- légicos a procesos fragmentados y aislados por los medios técnicos, mediante los cuales se privatiza lo social y colectivo, siguiendo premisas que se derivan del modelo neoliberal. La comunicacién dialégica, horizontal y participativa es la aspiracién del primer tipo de Sic; en tanto que mecanis- mos verticales, de una sola via, que consideran al receptor como un consumidor de las innovaciones tecnolégicas en- cajan en la segunda perspectiva. Mientras que, en el pri- mer caso, se considera la posibilidad de sacar provecho de las ventajas interactivas de los medias; el segundo enfatiza Jo individual, la singularidad de los intercambios a través de los self media. Por ello, resulta fundamental documen- tar el modo en que se estén dando los procesos de uso y apropiaci6n de las innovaciones tecnolégicas, a fin de dar cuenta de su riqueza y profundizar el debate sobre las con- diciones en que se establecen las dindmicas de participa- cién con los nuevos medios. Si, como pensamos, se trata de un proceso en el cual atin podemos incidir, es necesario que sepamos distinguir y analizar cuando la sic se refiere a informacién; cuando, al conocimiento, de qué tipo de conocimiento se trata y, sobre todo, de qué tipo de sociedad estamos hablando: de la individualista, fragmentada, o de la que realmente bus- ca enfatizar los procesos colectivos. También debemos res- pondernos algunas preguntas: équé tipo de informacién alimenta a la sIc?, érealmente el conocimiento se incorpo- raala sic como tal, ose trata de incorporar conocimiento ser evaluadas y medidas por su produccién (ractonal y discursive, no intuitiva). Esto reduce su circulacién a los pares, con capacidad no sélo de valorarlo, sino de medirlo adecuadamonte en términos praductivos. Asi, el que circula con mayer libertad suele ser conacimiento intuitive que, ante el avance desmesurado de la mediatizacién, suele ser confundide con el cient{fico, b4& DELIA CROVI DRUETTA sdlo a los procesos productivos y econémicos?, écudndo entra en juego la informacién y cudndo el conocimiento?, élas politicas educativas promovidas a partir del neoli- beralismo buscan acortar la brecha entre los diferentes ti- Pos o etapas de conacimiento, de manera que cada vez més el cientifico discursivo responda a cuestiones instrumen- tales ligadas a la economia de mercado? ASIGNATURAS PENDIENTES Los conceptos informacién y conocimiento poseen un ca- rdcter estructurante y se erigen como elementos centrales de un nuevo tipo de sociedad que se encuentra atin en construccién, Este proceso de cambio de paradigma es quiza Ja conclusién més amplia que podemos extraer de tales reflexiones. Sin-embargo, se ha simplificado tanto la con- ceptualizacién de la sic, como los mecanismos para en- frentar uno de sus mayores problemas: la brecha digital. Las transformaciones se estén operando de maneras di- versas, segtin las condiciones econdémicas y culturales de Jas naciones pero en su hase histérica, tecnoldégica y politica estan las mismas premisas neoliberales. Y aunque es preci- so estudiar detenidamente cada caso, valorando su contex- to especifico y comparandolo con otros, de manera preliminar se puede advertir que existe una tendencia, entre los paises periféricos, a hacer suyas (por opcién o por presién) las pro- mesas de desarrollo y progreso que acompafian a la SIC, res- pondiendo con la presentacién de programas (no de polfticas) tendientes a superar la brecha digital. En este contexta, poco importa cual es el nombre que se dé a un proceso que tal vez en su denominacién no sea claro, pero que silo es en las condiciones concretas que impone en materia productiva, econémica y educativa. Asi, la oferta de un supuesto desarrollo, de alcance glo- bal, gracias a la reconversién de las sociedades en socie- 55 EDUGAR EW LA ERA DE LAS REDES dades de Ja informacién y el conocimiento, tiene al me- nos dos planos: el del discurso y el de la realidad. Es pre- ciso, por ello, estudiar ambas dimensiones e incidir en el disefio y puesta en marcha de polfticas publicas referidas ala integracién de una SIC. De estas reflexiones surge, asimismo, la necesidad de continuar con el andlisis del concepto de sociedad de la in- formacién y el conocimiento, cuyas interpretaciones son hasta ahora diversas. La combinacién, en un mismo proce- so, de lecturas diferentes y contrapuestas: una SIC indivi- dualista y fragmentada, frente a otra colectiva y colaborativa; una sic discursiva que convive con otra real y una més, de exclusiones son perspectivas que obligan a ahondar en el tema para deslindar conceptos y ver cémo se representa en las polfticas nacionales ¢ internacionales que promueven el desarrollo de este tipo de sociedad. El proceso de comunicacién como objeto de estudio se redimensiona a partir de la sic, abriendo nuevas posibili- dades para su andlisis. En efecto, en el dmbito especifico de la comunicacién, eje que atravesé este articulo, es nece- sario abrir la investigaci6n hacia nuevos temas y activi- dades. El trabajo, la produccién de bienes y servicios, la educacion virtual, el intercambio y la construccién del conocimiento son procesos que se transforman en nue- vos &mbitos de interés para la comunicacién. Asimismo, la Sic plantea la necesidad de volver a pen- sar los modelos comunicativos a la luz de las condiciones que establecen las relaciones mediadas por las nuevas tecnologias, sobre todo, aquéllas en las que se valora lo colectivo y social, Es en este escenario donde estan apa- reciendo procesos alternativos, de nuevo cufio, que sue- len concretarse en acciones sociales de signo inverso al esperado por los sectores dominantes 0 por los sectores que buscan la privatizacién de las redes. En suma, el de- saffo se presenta en tres ambitos: eee 56 DELIA CROVI DRUETTA 1. En lo macro, indagar sobre las polfticas pablicas en materia de SIC, asi como cursar estudios de economia politica de los nuevos medios, ver las repercusiones que ha tenido la desaparicién de la bipolaridad pabli- co-privado en los medios de comunicacién, asf como los nuevos marcos legales atravesados por procesos de flexibilizacién, etc. Es también indispensable ejer- cer una defensa de la informacién como bien piblico, enfrentando con ello las tendencias privatizadoras de los contenidos que circulan en la sic. 2. En lo intermedio, analizar la importancia de las ins- tituciones y organizaciones emergentes en la SIC, en especial las educativas, de la sociedad civil y labo- rales, depositarias de innumerables acciones socia- les con dindémicas peculiares en torno a las TIC y su apropiacién. — 3. En lo micro, analizar las condiciones de uso de los lenguajes hipertextuales; Ja incorporacién de los men- sajes multimedia al depésito de contenidos y practi- cas textuales; la percepcién, por parte de los usua- tios, de la nueva dimensién espacio-temporal que proponen los medios digitales en red; la apropiacién, uso y consumo de las Tic, entre otros temas. En la cara positiva de la sic, que es amplia e irrenuncia- ble, no debemos dejar escapar de la mira de nuestros es- tudios las nuevas formas expresivas que permiten los medios digitales, los nuevos canales que se abren para emisores de diversa indole, las relaciones multiculturales facilitadas por las redes que también permiten procesos més participativos y horizontales; y quizds lo mAs impor- tante: un pensamiento menos lineal que nos ha Ilevado a vivir la vida como un hipertexto, senda que puede con- ducirnos a descubrir horizontes inesperados. 57 EDUCAR EN LA ERA DE LAS REDES Como ciudadanos y desde la academia, tenemos la po- sibilidad de realizar intervenciones que permitan pasar de la simple propuesta discursiva, optimista, de los organis- mos financieros internacionales, a una lectura de la reali- dad que lleve a delinear polfticas piiblicas acordes con las necesidades de los pafses. Esta es la puerta que nos deja abierta una sociedad de la informacién y el conocimiento: inconclusa, planteada més en el discurso, en el desidera- tum, que en Ja realidad. Se trata sin duda de una tarea compleja, multisectorial, cuyo objetivo es hacer, de los nue- vos medios y su convergencia, una herramienta para el conocimiento y la participacién social. BIBLIOGRAFIA Bourpiev, Pierre, 2000. Los usos sociales de la ciencia, Nueva Visién, Buenos Aires, Argentina. CASTELLS, Manuel, 2000. La era de la informacién. La sociedad red, vol. 1, Siglo xx1, México. Crovi, Delia, 1995. La televisién y neoliberalismo. Su articula- cién en el caso mexicano, tesis de doctorado en Estudios Latinoamericanos, FCPys, UNAM, México. (coordinadora), 1997. Desarrollo de las industrias audio- visuales de México y Canada. Proyecto monarca, FCPys, UNAM, México. y Cristina Girardo, 2001. La convergencia tecnolégica en los escenarios laborales de Ja juventud, UNAM, México. DrUucKER, Peter, 1993. 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