Qué iban a pensar aquél grupo de muchachos reunidos
entorno a un banco de la Plaza Isaac Peral, cuando acariciaron la posibilidad de fundar una nueva Cofradía que procesionara el Martes Santo -ya que dicho día no lo hacía ninguna otra Hermandad en El Puerto-; que estuviera dirigida principalmente para y por los jóvenes; cuya principal característica fuera la seriedad y sobriedad en su recorrido; y enfocada hacia la caridad al prójimo, que 50 años más tarde los portuenses reconocieran tan gráficamente esas primeras tan buenas intenciones.
Caridad, una de las tres virtudes teologales del
cristianismo, palabra que la Hermandad del Dolor eleva a su máxima expresión, y que por sus hechos claros, contundentes y precisos convierte en tolerancia, bondad, ternura, afecto y humana sensibilidad en actitud solidaria con el sufrimiento ajeno, con las desgracias de nuestros semejantes más cercanos.
Ciertamente no es ésta una Hermandad al uso, sin
menoscabo de sus coetáneas, pero nadie puede negar su implicación directa dentro del tejido social de la ciudad, en donde raro es no encontrar a un hermano o hermana del Dolor haciendo uso de su condición como tal, dejando testimonio fehaciente de los valores propios que propugna su organización religiosa.
Cualquier acontecimiento ciudadano es motivo suficiente
para que la Hermandad conocida popularmente también como la de “La Virgen de los Palos”, se haga presente participando activamente en todo lo que se le demande. Desde la Campaña de Navidad, en donde con lo que recaudan se reparten bolsas de alimentos entre las familias que se sabe están en precaria situación o pasando por un momento económico bajo, y que no son atendidos por otras instituciones; hasta el reparto de juguetes a los niños más desfavorecidos de El Puerto; las visitas a chicos y chicas con síndrome de Dawn y otras minusvalías; las meriendas a los niños de la Asociación APADENI, y la atención durante todo el año al Centro SOL Y VIDA, comedor de los sin techo. Amén de la multitud de actos culturales con que impregnan las calles portuenses.
Cuando con fecha 6 de junio de 2007, la Casa Real notificó
que S.M. El Rey de España, D. Juan Carlos I de Borbón y Borbón, aceptó el nombramiento de Hermano Mayor Honorario, y la Reina Doña Sofía de Grecia, el de Camarista Mayor Honoraria, ni que decir tiene que se puso la primera piedra para el reconocimiento que en esta Solemne Sesión Plenaria, Extraordinaria y Pública se hace a la Hermandad del Dolor, concediéndosele tan merecidamente la Medalla de Oro de la ciudad de El Puerto de Santa María.