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INTRODUCCION Esta obra trata del significado, pero de una subseccion bastante especial del significado general de los enunciados', de la penumbra pragmatica que rodea al significado oracional: trata del significado de los enunciados-tipo, no del significado de los enunciados-muestra, que ha sido un punto esencial cn los estudios recientes de Pragmatica. Los significados de los enunciados- (ipo competen a las interpretaciones preferidas —los significados presumi- bles del titulo de este libro— que transporta la estructura de los enunciados, «dada la estructura del lenguaje, y no en virtud de los contextos particulares de cnunciacién. En cierto modo, las ideas que aparecen en este libro son con- servadoras, y la mayoria de ellas no son nuevas (sera particularmente evi- dente que estoy en deuda con los tempranos trabajos de Atlas, Harnish, Horn y Gazdar). No me disculpo por repetir vieja informacién puesto que estas ideas prometedoras se hallan en peligro de ser eclipsadas y olvidadas antes de que se hayan apreciado adecuadamente. Por lo tanto, parte del mévil de este libro es recopilar en un mismo lugar dichas ideas e informaciones cono- cidas, de forma que la sistematicidad de las observaciones pueda ser juzgada directamente y sea posible apreciar de manera adecuada sus implicaciones. ' Permitanme que enfatice: vo se trata de una teoria general sobre la naturaleza de la comunicacién. Hasta donde mi vista alcanza, tal teoria sera una amalgama de muchos fac- tores y consideraciones distintos, incluyendo factores especialmente interaccionales que se ignoran en esta obra casi en su totalidad. La mayor parte de la resistencia a la teoria de las implicaturas conversacionales generalizadas se basa en el hecho de que no se entienden sus muy limitadas ambiciones. 24 Significados presumibles Sin embargo, desde otro punto de vista, las ideas presentadas aqui amplian las vi ideas lo suficiente para que veamos que son, potencialmente, bas- (ante explosivas: amenazan gran parte de la ortodoxia relativa al significado y a la forma dentro de las ciencias lingitisticas, He intentado evitar tecnicismos. En parte se debe a que entre la primera y la segunda version de este manuscrito se interpuso media docena de afios, y este tiempo me revelé la naturaleza pasajera de muchos de los formalismos. y teorias formales con los que el material de este libro podria estar relacio- nado”. Los comentarios en este libro parecen tener una independencia ge- nuina de esas nubes pasajeras, y por lo tanto parece que vale la pena separar-} los de los tecnicismos. No obstante, supongo que es inevitable que haya’ fragmentos bastante densos. Por eso, he pensado que seria valioso esquema- tizar aqui en la introducci6n, en un estilo bastante informal, el tipo de ima- gen de comunicacién lingiiistica que surgira de este estudio. Lo haré, en gran parte, a través de una analogia. Observen el boceto de Rembrandt de la figura 0.1 (de Toney, 1963, lamina 94). Inmediatamente y sin esfuerzo, interpretamos esta imagen como una reu- nién de gente ante una construccién, probablemente una puerta; la gente esta escuchando a una figura que habla en el centro de la escena. Es posible que ustedes y yo percibamos los detalles bosquejados de forma ligeramente distin- ta: para mi, el orador tiene barba, el hombre a la izquierda en primer plano Ile- va un sombrero y las personas sentadas parecen mujeres; pero ustedes pueden tener su propia interpretacién. Conociendo algo sobre la época de Rem- brandt y sus temas preferidos, podemos estar casi seguros de que se trata de Cristo, que cuenta parabolas a la multitud ante la puerta de una ciudad. No ? Partes del manuscrito han estado en circulacién durante un largo tiempo y tienen su propia historia de citas (en concreto, una versién del cap. 3 ha estado circulando desde 1987; una versién del cap. 1, desde 1989; y una version del cap. 4, desde 1991). Entretan- lo, algunos estudiosos mas jévenes han escrito material relacionado, algunas veces sefia- lindo independientemente el mismo fenémeno, y en consecuencia he intentado actualizar todas las referencias; mis disculpas si he pasado por alto algun trabajo reciente. Boceto de Rembrandt 26 obstante, todo esto es un milagro, ya que es poca la informacion detalla > ere y mediante las lineas y las sombras (tal y como se ven). Cada linea es una ed: 1 bs m milagre: de unos simples y esquematicos garabatos, ustedes y yo coincidi4 mos on i lar el esbozo de una escena coherente (que podamos discre a ¢ Ja imaginacién y nuestro conocimiento de historia del arte, oe po mensionales a partir de log patrones bidimensionales en la retina. Por lo tan. cin. j i nompeenn ejemplo, a las convenciones culturales centroaustralianas sobre eee wedinn que constituyen episodios enteros a lo largo del tiempo. '¢ Importante es que el boceto se ni Fire . sentacion, no como. Por asi deci: bre un Hnclen none, 5 irlo, garabatos sobre un lind sa 0 , un lindleo, y como re- mantis bey una fen pacto entre el dibujante yel espectador que ee Squeda del detalle representado —si : a r —Se€ supone que con |: i atencion deberiamos ser capaces de recuperar las intenciones del artista ota te pequefio mi : . i Ps cueno ner Visual Un enunciado no es ni una maqueta realista ii ias condicion ye le a escena que describe, aunque muchos asertos sobre obra del primes ween jad Podrian llevar a uno a suponer Jo contrario (la ted ittgenstein investigaba esta idea, en un principio atractivz ‘sde entonces nunca ha sido erradicada Por completo de nuestras men. Introduccién 27 ten). Un enunciado es tan esquematico como el boceto de Rembrandt. Dado ol modo en que estamos disefiados y las convenciones culturales que caracte- tlvan una lengua concreta y su despliegue apropiado, estamos inexorable- imente destinados, por lo menos en la mayoria de los casos, a un entendi- iniento comun (y, como en el bosquejo de Rembrandt, incluso tenemos una {va clara acerca de los aspectos en los que podemos divergir). Es la natura- leza al parecer determinante de este procesd, la que obra el milagro. Una uracion como «Esto pronto estara listo» [«It will be ready soon»] es sin duda tun esquematica como el boceto de Rembrandt: esto puede referirse a cual- quier cosa sobre la faz de la tierra excepto a un ser humano, estard especifi- cu una serie infinita de espacios temporales futuros y /isto podria interpretar- ke como «cocinado» (como si el enunciado fuera la respuesta a la pregunta «Cuando estara la cena?») «asfaltado» (como respuesta a «{,Cuando se abri- ra la autopista?») o «leno de combustible» (en respuesta a «,Cuando sale el vuelo?»»). Y claramente, pronto puede tomar diferentes valores en los con- textos de servir una comida o terminar una tesis doctoral. No obstante, en cada uno de estos diferentes contextos, «esto pronto estara listo» nos propor- ciona sin esfuerzo una interpretacién apropiada y, aparentemente, determi- nada. ~_Como? Esta es la pregunta que debe hallar su respuesta en una teoria sobre la comprensi6n de los enunciados. Al igual que sucede con los proce- sos visuales, en los que se basa la interpretacién del boceto de Rembrandt; permitanme confesarles que no tenemos ni Ja mds minima idea de cémo fun- ciona. Los principios fundamentales incluso parecen sugerir que la recupera- cién de la intencidn del hablante a partir de lo que ha dicho es, en un princi- pio, imposible (Levinson 1995b)°. Libros como los de Sperber y Wilson (1986), Atlas (1989), Horn (1989) o la presente obra, que intentan explicar 3 El problema es que, mientras el hablante razona desde una intencién hasta un medio verbal de alcanzar dicha intencién, uno nunca puede invertir el razonamiento de las con- clusiones a las premisas que lo produjeron —por la simple razon de que siempre existen infinitas candidatas. Dado que de hecho parece ser que si realizamos inferencias correctas de este tipo, tiene que haber alguna limitacién heuristica al problema de espacio. Pienso que estas heuristicas son de distintos tipos: las investigadas en la teoria de las ICGs, por ejemplo; asi como los distintos tipos investigados en el andlisis secuencial del discurso; las que dan origen a las ICPs, Todo esto se desarrolla en el capitulo 1. Significados presumibles en detalle algunos de los procesos pragmaticos involucrados, son mas 0 me+ nos palos de ciego, Lo que he intentado hacer en la presente obra ha sido ais- lar una pequefia parte de este problema y argumentar que tiene que haber} una poderosa heuristica que nos proporcione interpretaciones preferidas sin demasiados calculos, de asuntos como la intencién del hablante, el conoci- miento enciclopédico de lo que se habla; 0 cdlculos de los procesos mentales. de otros. Tales interpretaciones preferidas pueden ser invalidadas; y, sin lu- gar a dudas, complementadas, por célculos de esta complejidad. Sin embargo, no parece plausible que la fenomenologia de la interpretacién determinada e' instanténea pueda comprenderse tinicamente por medio de razonamientos sobre cuestiones tales como la potencialmente infinita regresién a lo que el. hablante esté pensando que el oyente pensar que el hablante esta pensando, y asi ad infinitum*. - Hasta ahora, los temas relacionados con el Procesamiento cognitivo han desempefiado un papel explicito inicamente en una teoria pragmatica: en la teoria de la Relevancia de Sperber y Wilson (1986), el destinatario infiere tanto como puede mediante el coste de procesamiento, siguiendo una mini- | maxima estrategia. De alguna forma, esto debe guardar alguna correlacién general con la intencién comunicativa del hablante. No creo que el marco de Sperber y Wilson pueda ofrecer una explicacién de los fenémenos que se discuten en este libro, precisamente porque las inferencias en cuestién son relativamente invariables a los cambios de contexto y a los supuestos basi- cos, a pesar de ser anulables (esto es, se eliminan en presencia de suposicio- nes contrarias). Es esta invariacién relativa la que proporciona a estas infe- Tencias su importancia lingulistica, como proveedoras sistematicas de los procesos seménticos y del cambio lingiiistico, y creo que debemos conser- var las valiosas observaciones que han recogido Horn (1972, 1989) y otros. Las consideraciones explicitas del Procesamiento no entran en el marco que ofrecemos aqui, pero si forman parte de su sustrato; porque la naturaleza de Jas inferencias en cuestién como inferencias por defecto puede entenderse mejor, creo, sobre la base del procesamiento cognitivo. Partiendo de la bi- ] * Existen muchas indicaciones sobre cémo evitat esta tegresi6n; en algunas versiones de la teoria del significado de Grice se evita por medio de una intencién reflexiva (autorre- ferencial) —el hablante busca el reconocimiento de esa intencién. Véase, por ejemplo, | Bach (1987b). Introduccion 29 = 9 bllografia psicolingiiistica, la prueba es, hasta donde se nos permite Hewat que cl oyente considera progresivamente las hipotesis sobre el significado -«-segiin va recibiendo las palabras, por asi decirlo. No parece probable que puciera lograrse esto sin una poderosa heuristica, porque habra momentos iniciales en el procesamiento de proferencias en los que la informacion pro- posicional o clausal por inferir, simplemente no esté disponible todavia. Por gain razOn, la teoria de Sperber y Wilson no es psicolingilisticamente plausi- bale, o por lo menos no es plausible en lo que respecta a los momentos inicia- lek del procesamiento de enunciados. Por contra, parte de la heuristica que se olteceré aqui puede seguir un procedimiento palabra por palabra ae plo, un cuantificador escalar como alguno invocara, como mostraré, signifi- ios por defecto, incluso antes de que el predicado esté disponible. Observadores préximos dentro de esta direccién se han dado cuenta de (Jue ésta constituye un renacimiento de ideas de la teoria de la Informacién: Estas nociones pasaron de moda en la lingitistica teérica —y creo que esta es la forma adecuada de exponerlo— cuando Chomsky (1956, 1959, etc.) criticé (correctamente) su asociacion con el, tabula asd, COn- ductismo radical y los modelos de estados finitos de 1a adquisicién del jenguaje y de la gramaticalidad. Su rehabilitacion, en el marco de mode- Jos mas satisfactorios de la estructura y uso del lenguaje, es muy bienve- nida (Lyons, 1995: 239-240) Permitanme que regrese ahora a la idea central que yace tras la presente obra, y que es sorprendentemente simple. El hecho basico central, una ob- xervacién de la teoria de la Informacién, es que la codificacién del discurso humano es relativamente lenta: el proceso de articulacién fonética propia- mente dicho es un cuello de botella en un sistema que, de otra forma, puede funcionar cuatro veces mas rapido (un aspecto que Tecogemos en el cap. 1). Hs facil observar la presién que esto ejerce en el lenguaje —un ejemplo, la presion para reducir las palabras frecuentes, documentada hace tiempo B por Zipf, 1949). Zipf (y, mas recientemente, Horn, 1984, 1989) vio el patr " resultante como un equilibrio entre dos fuerzas: el deseo de economizar de! hablante y la necesidad por parte del oyente de informacién suficiente. Esta tensién, bastante real, no es el centro de la presente obra. En su lugar, doy por sentada una especie de coincidencia de intereses, tomando la comunica- cion lingiiistica como un «juego de coordinacion pura» en el sentido teérice de juego de Schelling (1960), una imagen que creo que Grice (1957) supuso: 30 Significados presumibles| el hablante intenta encontrar un medio econémico de hacer Hegar unas ide: concretas al oyente, sabiendo que esto es exactamente lo que espera. Enton- ces, la solucion que propongo para el cuello de botella codificador es senci-| lamente ésta: dejemos que el *hensaje sea portado no solo por el contenido, sino también por las propiedades metalingiiisticas del enunciado (esto es, poi su forma). O bien, encontremos un medio para que un. significado eve cuestas otro significado. 4Cémo puede lograrse esto tiltimo? Solamente utilizando la forma, la esé tructura y el conjunto de opciones dentro del enunciado, para transmitir I. informaci6n adicional que hay més alld del significado de sus constituyentes En consecuencia, aqui propongo tres simples heuristicas, las cuales servirai para ampliar el contenido del enunciado: . 1. Si se ha construido el enunciado usando formas simples, breves y ni marcadas; esta indicdndose que no hay nada especial, que la situaciér descrita tiene todas las propiedades esperadas, estereotipicas. 2. Si, por el contrario, se ha construido el enunciado usando formas} marcadas, prolijas, 0 poco comunes; lo que se sefiala es que la situa- cién descrita es en si misma poco comin, inesperada, 0 con propie- dades especiales. 3. Cuando un enunciado contiene una expresién seleccionada entre un grupo de expresiones opuestas, se admite que las expresiones esco- gidas describen un mundo que por si mismo contrasta con aquellos. mundos rivales que habrian sido descritos por las expresiones opues- tas. . : Esta descripcién es imprecisa, naturalmente. Sin embargo, a lo largo de} las siguientes lineas uno puede imaginarse un tratamiento formal de este de- sarrollo del significado. Dejemos que la informacién metalingijistica contro- le el modelo mediante el cual se interpreta el enunciado; dejemos que escoja, del conjunto de mundos posibles, un subconjunto apropiado que tenga los ti. pos de propiedades sefialadas por las propiedades metalingitisticas del enun- ciado; dejemos que determine el dominio del discurso; dejemos que restrinja los modelos a uno por el cual se obtengan ciertas propiedades adicionales. A lo largo del libro, especialmente en el capitulo 2, se daran muchos ejemplos que indican las direcciones mas precisas que deben tomar estas restricciones en la interpretaci6n. El punto esencial aqui es que no se proponen principios especiales, exdticos, hermenéuticos; un examen metalingitistico por parte del Introduccién 31 doxtinatario de la forma de un enunciado, que incluye la consideracion de las apciones prominentes, sera suficiente para ampliar el contenido de las expre- alones y liberar la presién del cuello de botella codificador; sabiendo esto, el hublante se halla obligado a ajustarse a la misma heuristica. Las teorias sobre el significado son tan distintas y dispersas que quiza al lector le sirva de ayuda conocer cual es la posicion del autor respecto a unas tuestiones que exceden lo tratado directamente en este libro. Asi que déjen- Ie que les descubra mis cartas: 1. La distincién entre Semantica y Pragmatica es una entre un nimero de distinciones esenciales en el estudio del significado; tal vez a la larga la distincién se disuelva en un grupo mayor de distinciones, pero no ganamos nada agrupandolas en nuestro intento de compren- der la comunicacion humana. 2. No debe confundirse la Semantica con la «estructura conceptual» ni con el «lenguaje del pensamiento»; la semantica de una lengua es un fendémeno especificamente lingiiistico, y su proyeccién a partir de un «denguaje del pensamiento», una relacion nada evidente entre estruc- turas anisomorfas (Levinson, 1977). , 3. Los aspectos del contenido semdntico (normalmente solo cuando se enriquecen con especificaciones pragmaticas) pueden determi- narse por medio de una definicién recursiva de verdad, pero es po- co probable que tengan un equivalente cognitivo directo. Considé- rese la analogia con la visién: podemos especificar objetivamente la relacién entre el mundo que vemos y las sefiales que Ilegan al cértex visual, y comparar con la experiencia visual subjetiva. Sin embargo, esta proyeccién psicofisica no siempre preserva la ver- dad: hay numerosas condiciones bajo las cuales vemos cosas que no existen, no vemos cosas que si existen, etcétera —el conjunto de ilusiones que ios psicofisicos estudian como parte central de su trabajo. De modo similar, la semantica vericondicional, considera- da de forma realista —como una proyeccién veritativa directa de estructuras semanticas a partir de estados de cosas (evitando tener que usar la cabeza, por asi decirlo)— es util como patron del com- portamiento humano. Los procesos cognitivos deben hacer algo como esto, pero al igual que en el caso de las ilusiones visuales, puede que no lo hagan, y cdmo lo hacen generalmente no guardara ninguna relacién con el mecanismo de la semantica vericondicio- nal. Por 1o tanto, si que podemos tenerlo todo: podemos servirnos 32 > Significados presumibles de las revelaciones de la semdntica vericondicional sin tener que) aceptar la exigencia del realismo, y sin importarnos si obviamente no puede ajustarse a algun criterio de adecuacion como modelo Cognitivo. Es un poco como comprar un par de zapatos: nos ale: No existe algoritmo que, dada una cadena sintactica en una lengua, Ponga en funcionamiento su forma légica exclusiva o estructura semantica. El punto de vista de que existe tal algoritmo ha sido el fundamento de mucha teorizacion lingiiistica, desde Montague hasta las mas recientes posiciones de Chomsky. Sin embargo, man- tener tal perspectiva es a todas luces absurdo, Primero, esta la’ enorme cantidad de ambigiiedades en el lenguaje natural (que re- quieren al menos una correspondencia uno-a-muchos). Segundo, las estructuras sintacticas pueden ser realmente indeterminadas en: ciertos aspectos (Matthews, 1981, pags. 17-21). Tercero, la resolu- cién pragmiatica €s crucial ante la interpretacién semdntica o la: asignacién de estructura semantica: nadie disputa aqui el papel de la deixis, pero hay otros muchos aspectos de la resolucién pragma- tica desde la determinacién de la referencia anaférica hasta la asignacion del alcance. La imagen general recogida por Sadock ( 1991) 9 Jackendoff (1997) aqui es cuando menos correcta: Fono- logia, Sintaxis y Semantica son areas cada una con sus propias ca-| pacidades generativas, y hay desequilibrios significativos entre las cadenas estructurales de cada representacién, que al final, acaban siendo asociadas unas con otras. Lo que relaciona unas con otras son reglas de correspondencia 0 Procesos sin un caracter determi- nante. Jackendoff sugiere que el modelo de las unidades léxicas no es en principio diferente: son correspondencias entre representa- ciones fonoldgicas, sintacticas y semanticas; pero las correspon- dencias pueden ser parciales y no del tipo uno-a-uno (considérense las expresiones idiomaticas, o la desigualdad entre palabras fono- ldgicas y sintdcticas). En la medida en que podemos llegar directamente desde las estruc- turas sintacticas y el material léxico a la Tepresentacién semantica (que en su mayor parte, bajo mi punto de vista, no podemos), las re- Presentaciones seménticas solo estén parcialmente especificadas, Introduccion 33 son plantillas de informacién parcial demasiado inespecificas para determinar condiciones de verdad. 6. El papel global que cumple la Pragmatica en tal esquema es esen- cialmente diferente de ese bosquejado en los manuales (incluyendo el mio de 1983). No existe tal esquema que proyecte estructuras sin- tacticas sobre estructuras semanticas que por si mismas representan proposiciones con todas las de la ley,,y que son el input de la Prag- miatica, la cual proporciona inferencias adicionales 0 restricciones de significado, Mas bien, los procesos pragmaticos cumplen un papel crucial en las reglas de correspondencia que proyectan estructuras sintacticas sobre representaciones seménticas; y, a su vez, proyectan representaciones semanticas sobre pensamientos comunicados 0 sig- nificados de enunciado. El esquema de la teoria global del significado que surgira de este libro os asi radicalmente diferente del punto inicial del que partio la pragmatica priceana. La distincién entre Semantica y Pragmatica fue interpretada des- dv la teoria estindar como la distincién entre significado de la oracién y significado del enunciado, siendo el output de la Semantica el input de la Pragmatica. Por razones que se detallan mas detenidamente en el capitulo 3, esto no puede ser correcto. En su lugar, bajo mi punto vista, deberiamos dejar de pensar en la distincién en cuanto a niveles de representacién. En yu lugar, deberiamos pensar en ambas, Semdntica y Pragmatica, como pro- vesos constituyentes que ofrecen sus propias contribuciones diferenciadas 4 un Unico nivel de representacién. Los procesos se mantienen bien sepa- rados, y por ello debe conservarse la distincién entre Semantica y Pragma- tica. Esta nueva perspectiva de la arquitectura de una teoria del significado es una de las consecuencias explosivas, mencionadas al principio, que surgen de una observacién detenida respecto al fenémeno aparentemente menor de las interpretaciones preferidas. Otro conjunto de consecuencias de largo al- cance esta relacionado con las restricciones en la forma sintdctica, analizadas cn el capitulo 4 a través del estudio de las anaforas, donde se argumenta que los patrones de las interpretaciones preferidas explican la distribucién y tipo- logia de las expresiones anaféricas. Como fundamentaci6n de todo esto, el capitulo 1 expone las razones pa- ta suponer que las interpretaciones preferidas sin duda existen y tienen vida 34 Significados presumibles propia. El capitulo 2 ofrece un catélogo de estos fendmenos de acuerdo con tres sencillos principios neogriceanos, y esboza su interaccion. El lector en- contrara aqui muchos datos familiares reunidos quiza de forma poco fami- liar. Un catalogo puede hacer tediosa la lectura, pero creo que no existe otro lugar donde los estudiosos puedan encontrar expuestos todos estos fenédme- nos, y es importante para las tesis de esta obra que se vea que la teoria de las interpretaciones preferidas tiene una aplicacién totalmente general. En resumen, esta es la estructura del libro: un capitulo que introduce la idea de los significados presumibles, un capitulo que presenta muchos ejem- plos diversos y un esquema que los organiza, un capitulo que investiga las consecuencias de todo ello para las teorfas semanticas; y un cuarto capitulo, que investiga las implicaciones para la Sintaxis.

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