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bre los juegos de azar en los casinos de Nevada se basan en uun estudio que se realiza en Ia actualidad. ‘Los ptimeros cuatro trabajos se publicaron mientras yo era miembro del Laboratorio de Estudios Socioambientales, Insti- tuto Nacional de Salud Mental, y agradezco el apoyo del Ia- boratorio, Estoy agradecido al Centro para Asuntos Interna cionales, Universidad de Harvard, por su respaldo para la reunién de estos seis trabajos para su publicacién. E.G. 6 corti nl Libel & 6 Infrae’. 10 Introduccion El estudio de la interaccién cara a cara en escenatios natura- Jes no tiene todavia una denominacién adecuada, Mas aim, jos limites analiticos del campo siguen siendo oscuros. En cierto modo —pero sélo en cierto modo— se abarca un breve apso, una extensién limitada en el espacio y una demostra- cién de los sucesos que deben continuar hasta completarse, ‘mma vez que han comenzado. Hay un estrecho entrelazamien- to con las propiedades rituales de las personas y con Jas formas ‘egocéntricas de la territorialidad. No obstante el objeto es identificable; es la clase de sucesos que se producén durante la copresencia y en virtud de ella. Los materiales conductales bisicos son las miradas, los gestos, Jas posturas y las afirmaciones verbales que las personas intro" ducen continuamente en la situacién, con. intencién o sin ella. ‘Son los fignos exteriores de orientacién y de compromiso, estados dp la mente y el cuerpo que por Jo general no se ex: mina en felacién con la organizacién social, El examen sistematico y cualitativo de estas “pequefias ‘con ductas” ha comenzado a desarrollarse, estimulado por los impresiorlantes estudios actuales, referidos al lenguaje, al com- portamieyto animal y respaldado por los materiales obtenido al estudio de la inieraccién en el “pequefio grupo” y de la psicoterapia. Uno de los. objetivos del manejo do estos datos consiste en deseribir las unidades naturales de interaccién que se construye ‘con ellos, partir de la més pequetia —por ejemplo, el fugaz movimiento facial que puede hacer un individuo en el fuego de expresar su situacién respecto de lo que esté sucediendo—, para terminar por asuntos como una conferencia de una se~ fmana do. duracién,siendo éstos los mastodontes soraccionay Tes que llevan al limite lo que se podria denominar circuns- tanch social. Un segundo objetivo es el de descubrir el orden normative que predomina en y entre dichas unidades, es de- Gir, el orden conductal que se encuentra en todos Tos Tugares blades, ya sean publicos, semipiblicos o privados, y se Ereuentron bajo los avspicios de una ocasin social organizada n © bajo las imposiciones més chatas de un simple marco social ratinizado.® ‘Ambos objetivos pueden Jograrse por medio de una etmografia Gientifica, debemos identificar las incontables pautas y se- Cuencias naturales de conducta que se dan cuando Tas perso- ‘bas se encuentran en Ja presencia inmediata de otras. Y es pre- tiso que veamos estos sucesos como objetos perticulares, ana- Iiticamente distintos de los de areas vecinas, como por ejem- plo: de las relaciones sociales, los pequosios grupos sociales, fos sistemas de comunicacién y la interaccién estratégica. ‘Aqui se aboga por'una sociologia de las ocasiones. La orgs nibacién social es el tema central, pero lo que se organiza es el Imezelarse do las personas y las empresas interaccionales tem- porarias que pueden resultar de ello. Esta en disowsién una Retructura normativamente estabilizada, una “reunién social”, pero se trata de una entidad mévil, ‘necesariamente inestable, Greada por legadas y anulada por partidas. Los einéo primeros trabajos de este libro aparecen en el orden de su publicacién original, con unos pocds cambios de redac- cién; 41 sexto, que abarca casi la mitad del volumen, se Pu- Bilea aqui por primera vez. Se concentran en un problema que sigue siendo de interés para ol etnégrafo, y que siempre tendré que set objeto de alguna consideracién. Say por supuesto que el estudio correcto de la interaceiém no Se yelaciona con el individuo y su psicologia, sino mas blew Con las relaciones sintacticas entre los actos de distintas per- Sonas mutuaménte presentes las unas ante Jas otras. Ello no ‘Obstante, como los actores individuales son quienes ofrecen Tos materiales definitivos, siempre resultaré xazonable preguntar- se qué propiedades generales deben tener para que pueda experarse de ellos ese tipo de contribucién. Qué modelo mi- imo de actor hhace falta si queremos darle cuerda, colocarlo entre sus_semejantes y lograr un intercambio ordenado de conductas? {Qué modelo minimo se necesita para que el estu- Gioso preven ‘los lineamientos segiin los cuales un individuo, qua interactuante, puede resultar efectivo 0 derrumbarse? A {odo ésto so refieren los trabajos. Hay, por necesidad, una psi ‘cologia, pero desnuda y comprimida para adaptarse al estudio sociolégico de la conversacién, los encuentros en el hipédromo, los banquetes, los juicios por jurado y los paseos por la calle. No so trata, pues, de los hombres y de sus momentos. Mas bien, de los’ momentos y de sus hombres. © En Behavior in Public Places, Nueva York, ‘The Free Press of Glet coe, 1066, hice un intento en ess sentido. rR Sobre el trabajo de la cara* Andlisis de los elementos rituales de la interaccién social ‘Toda persona vive en un mundo de encuentros sociales, que Ie compromete en contactos ara a cara 0 mediatizados on Stros participentes, Hm cada wno de esos contactos tiendo a Fepresentar fo que a veces se denomina una linea, os decir, tir eoguema de‘actos verbales y no verbales por medio de los cuales! expresa gu visidn de la sitaacidn, y_por medio de ella Si vnludetén do los. partiipantes, en especial de st mismo. No importa que la porsona tenga o no la intencién de seguir fina Tita; descubrira que en ia prictica ast lo ha hecho, Los otros participantes darin por supuesto que ha adoptado una Posleign en forma més o menos voluntaria, de manera quo si fore naar Ta ven os fento aca debed fam. osu cm caneideractin in impresion que pueden haberse formado de ella. Pee Pucde definirse el término cara como el valor social postive {que una persona reclama efectivamente para si por medio de Wiinea duc los tos suponen qua ta anguido durante deter minado contacto, La cara es la imagen de la persona delineada en términos de atributos sociales aprobados, aunque se trata Go una imagen que otros pueden compartir, como cuando una persona enaltece aa Soe fesign_o Su roligién gracias a sus pro- ~~ _pios méritos* a “vn fa tiende_a “experimentar una reaceién emocional samodfata ante Ia-cafa que le permite ol eontacto con Tos otros: Este ‘tioulo fue eserito en Ta Universidad de Chicago. Por ol aporte Giiahtioro, debo agradecer el tubsidio do Salud Pabliea de, los Estados “Gniios CN M702 [61 MHL [S}), otorgado para el estudig sobre “Las ca ‘Noteraticas de la interacci6a social entre personas”. Dicha investigacién Eee itigide por el Doctor William Soskin del Departamento do Psi- ‘cologia de ia Universidad de Chicas seit Gentle del concoplo chino, do cara, véanse Ins siguientes ‘brass Hsien Chin Hu, “The Chinese Concept of Face", American An- Ghropologist 1044, 48. 45-64, Martin ©. Yang, A Chinese’ Village, Nuova Jone CSltmnbta. University ‘Press, 1045, pags. 167-172; J. Macgowan, B catectiza su cara; sus “sentimientos” quedan adheridos a ella. Se enewento confama tna fragen de Ja persona que te fa dado por sentada hace Gempo.'es probeblo que tenga o- (ie tontibtentos al Tespecto, Silos sucsios 4o extablocen tna eta mcjor dela que Habria podido esperar, os probable que GATES wea’, Figo ao emmplon sus, expectatives comunes, we aeons Nive ac "sontré mal” 0 se vsentira ofendida™. En were Seego douna persona por ums cata determinada Benen fa deelidad Gon Go la informacion, desoonfirmadore aide ot eaumitida por le yobs, constitaye uno. de los Penne ele gee eoeudatre que le peticipecibn en euniguler rao, ontios dems Gn’ compromise, Una persona ton. Some Oe tations sobre le cera. que presentan lor fos Curdcipentes, yr aunque dichos, sentientos puedes diferr auad'y”drecclén respect. de Tos que Nene tac sare, Zonstitayen un compepmiso. con la de Jos oles, Pretamediato y espontineo como el que tiene en Telacién con Hapa Te Jeople care y\la de lor demas son consteucoio- MP ER tunmot orton; lax gles del grupo y le dobinictin de Ieatuacon dctermian custo sominiente 20 debe tener por te Sam te gud maners se ibs se somiionto ve fea ces fanaloctacen, Packs deciise que una persona tion 0 ésid eno mantione la Pade docie ieliinen que sigue efectvamente. presenta de Ta ca ere Longer Ghe recite imtriormente coberente, Tm. Person oor ion juice las evidentias enprosados”por los pedate Ee aniehy sortionadn por fas oridcuras ongeoam Gas por medio Ge'instrumentos impersonales de la sitoscion fen caro que en tes sitmaciones ta cara de Te persona Berge que ng se encutioa bicado on o sobre su Compo, sino més bien algo difuso.que thay en el fluir de los sucesos del encuentro, y quo-stle 2 Ya 1 Bie cities cuando dichos ‘sucesos son vistos e interpretados segrin las-valoraciones que poy Pee emantenida,por-y para ana persona dure fensivas, Las personas muestran respeto y cortesiny y So 980 guran de extender a los demés ouslquier tratamiento Oorgeee Biel que pudiera.corresponderles. Emplean discreci¢, — vial pioncionar hechos que en forma impltcita o explicit Sesetontradeeir y perturbar les sfirmaciones hechas Po Shoat ‘Utilizan circunloquios y evasivas, formulan sus Tes Sromacy ca ks pemmser svat pelos pola dere parents sponte del 8 Hay un ejemplo en K. S. Latourette,, “The Chinese Their History and 3 Biya Some on Lange wc pe. acon le Mets a eo pode presenta sug buenos ie Ph aie ol pater fae Gt egal cid genie nr Set ps foge, n egh ae Areata a oe al mismo Gempo Is dignidad de Tos dos’, vol. 2 PAB 2 en un trabajo inédito, Harold Garfinkel he suxerido que, suand, je Gerfinkl enum conwversacion, pued® E%joe ste la gue la Gorey a escos de dose Piesap, no zblo de ocultar 1s pérdiia, de 1s ee eye itiien de volver mmagicamente a un, momento del, Homps cart, ee dorm sido ponble salvar In cara mediante Ia evitacién. det {0 Guando a persona conoce bien a 10s otros, sabe fe. deben plantear y e2 y.senset gn borad Jug problemas no we Snmctnes no hay que clocay oe ots ‘Sands lag otros feToon desconocidos, invierte & i ties 2 puestas con cuidadosa ambigiiedad, de modo de conservar la Peete los otros, aunque no se conserve su bienestar.™ Em- flea cortesias, modifica un tanto sus exigencias of sus valora- Pies os respecto de los demés, de forma que puedan definir 1a sores ge wome una en la cual su respeto de si mismos no Sino peligro, Al presentar una exigencia desdorosa a los otros, Sout Exputarles atributos poco elogiosos, puede emplear una o alera burlona, cosa que les permite adoptar Ja Tinea de que maMpuenas personas, capaces de apartarse de sus normas co Sientes de orgullo y honor. Y antes de dediearse a un acto potenclalmente ofensivo, puede que ofrezes explicaciones 8 Potnte a tos motives por Tos cuales los otros no deben sentirss Sfandides. Por ejemplo, si sabe que seré mecesario retirarse Seren encuentro antes que haya terminado, es posible que Giga a los otros, por anticipado, que tendré que irse, pera, ITS aE roe tengan caras preparadas para ello. Pero la newsrslt- 30. eer auto potencialmente ofensivo no tiene por qué be rien ee forma ‘verbal. Puede esperar um momento propicio cerse i tesrupeién natural —por ejemplo, en la conversacién, Gea pause, momentinea, en la cual ninguno pueds Sone up dons y entonces irse, usando de ese modo, él contexte oho sus palabras— como garantia de inofensividad. Frag Pa tpersona no logra. impedir un_ineidente,, puede: ere argo, tatar de mantoner 1a ficciin de que no te oct, sin embareemaenaza contra Ja cara, El ejemplo més flagrant rida uns, ‘encuentra cuando la persona actia como si po so de ce Gado un suceso que contiene una exprosién peligross. tepi aplicar # sus propios actos esta estudiada no observa" crak y wo linia zones expecifieas que sabe sopuras.. Em tales cosy route y te limit * Sumols Fe ia diperecign 0 comets, £0 mee net ome BET pple hacia lotr, aca su volunted,empecht feu, 260 op oreo tog apartarnos del conocimiento de toy geal tal Seale am fora exon Veese The Sooitony of lo age lotr, He oe Fp Walls, ed. y comptiador, Glencoe, Tl, Free pecsk 1950, pigs. 320-21. Prsse 1950, Phat tral slia. quojerse de que jamés se podia,comiss 11 EL alee ocean lo. que querian dele, sno que sempre, Isc fo che tee parecta que su oysate oseider 1 ae tee arte Far ocaidentlgs ram broweos, groseog Fmt So s0_guolaban de que tor queen terminos do las formas chines, 16 con, Festa un clental cf tan torpe, que sroa une, ituacidn, molest Y ducts de we co a evitar too tipo, de emucsta directs «6, Se obliga al asitico 9 oi crvacion que puoda rescatay al occidental te ema on ol ag scion en que se ha colocado. (Véase, Smith Poss compro Rae indicegtion”). Bate os un lemplo dev lagotane gps de mal cena an Se ‘Joramte a interac rete asm que poviean de ps con GiStntas:normas 1 23 | | | cién ~como cuando no admite por ningiin signo exterior que Su estéago hoya ocho agin Saldo'y tania ow slog de los demas, como cuando no “ve” que otro ha trastabillado. La vida social en los hospitales para enfermos mentales debe mucho a este proceso; los pacientes lo emplean en relacién con sus propias peculiaridades y los visitentes lo utilizan, « menudo con una leve desesperacién, respecto de los pacientes. En general, una ceguera discreta de este tipo sélo se aplica a los sucesos que, si'se los percibiera, sélo serfan percibidos ¢ interpretados como un peligro, para la cara. Se practica un tipo més importante, aunque menos espectacu- lar de evitacién. Ocurre al thscer la vista gorda cuando una persona reconoce abiertamente un incidente como un suceso que ha ocurrido, pero no como un suceso que contenga una expresién amenazanto. Si no os la responsable del incidente, su ceguera tendré que ser respaldada por su tolerancia; si_es Ta que ha cometido la accién amenazante, su ceguera tendré que ser apoyada por su disposicién a buscar una forma de encarar el asunto, cosa que lx hard peligrosamente dependien te de Ia tolerancia cooperative de los otros. Otro tipo de evitacién ocurre cuando una pexsona pierde e! dominio de sus expresiones dorante un encuentro. En tales ocasiones puede tratar, no tanto de hacer caso omiso del in- jdente, como de ocultar o disimular de alguna manera su actividad, con lo cual permitixA que los otros eviten algunas de las. dificultades ereadas por un participante que no ha mantenido la cara. En forma correspondiente, cuando una persona es sorprendida sin su cara porque no esperaba verse, obligada a participar en Ia interaccién, 0 porque intensos sen —~_ Uimientos han fragmentado su mascara expresiva, los otros se apartardn protectoramente de ella o de su actividad, por un momento, para darle tiempo a reponerse. El proceso correctivo. — Cuando los participantes en una em- presa o encuentro no logran impedir que ocurra un hecho expresivamente incompatible con los juicios de vali social que se mantiene, y cuando el hecho es de un tipo dificil de pasar por alto, es probable que los participantes le concedan ‘una jerarquia de incidente acreditado —para ratificarlo como amenaza que merece una atencién oficial directa— y traten de corregir sus efectos. En ese momento tino 0 varios parti 12 Lg ben efmple de slo sn enone op Ie gues gn Jor luge le desiles, quo puod obligar a los que pevticloan en el Gexfilo @ tatay a quion se Haya’ desvanecide| como St nd stuviera preset 1) cipantes se encuentran en un estado establecido de_dese- quilibrio ritual, o de deshonra, y es preciso levar a cabo un intento de restablecer para ells un estado ritual satisfactorio. Empleo el término ritual porque me refiero 2 actos por me- aio de cuya componente simbélica el actor muestra cudn dig- no es de respeto 0 cudn dignos son los: otros de ese respeto. ‘La imagen del equilibrio es adécueda en este caso, porque la prolongacién e intensidad del esfuerzo correctivo sc adapta Gelicadamente a la persistencia ¢ intensidad de la amenaza, * La cara de uno, entonces, es una cosa sagrada, y por Jo tanto el orden expresivo necesario para sostenerla ¢s de orden ritual ‘A Ja secuencia de los actos puestos en movimiento por una amenaza reconocida para Ia cara, y que termina en el resta- blecimisnto del equilibrio ritual, Ia denominaré intercambio, '* Si.sc define un mensaje 0 movimiento como todo lo que es trismitido por un actor durante una accién, se puede decir quo un intercambio abarcari dos 0 miés movimientos y a dos 0 més participantes. En nuestra sociedad pueden encontrarse ejemplos evidentes en Ia ‘secuencia “Perdone” y “No es nada”, y en el intereambio de regalos o visitas. El intereambio pare- ce ser una unidad concreta basica de actividad social, y pro- porciona una forma ‘émpfrica natural de estudiar Jas interac- ciones de todo tipo. Las pricticas de salvacién de la cara pueden clasificarse ‘itiimente segin su posicién on la secuen- fia natural de movimientos que eompronde esa unidad. Apar- «te del hecho que introduce la necesidad del intercambio

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