de realmente hablar de un antagonismo de clases entre pro-
pietarios de esclavos y sus esclavos.
El capitulo siguiente se ocupa de los esclavos de la
ciudad y sobre todo de Roma; su situacién es mejor, son
més independientes, estén en contacto con gentes libres que
trabajan como ellos, tienen un peculio que les interesa por
su trabajo y son admitidos en los collegia: asi su situacién
se acerca a la de los emancipados y los artesanos libres, que
tienden a formar con ello un mismo proletariado. La eman-
cipacién es muy antigua y su desarrollo no representa una
crisis de la esclavitud, mas bien es el signo de cambios eco-
ndémicos y sociales, crecimiento del artesanado, expansién
del aparato de Estado (que exige emancipados para el servi-
cio ptblico), elevacién de la cultura de los ricos (necesidad
de esclavos secretarios, copistas etc.). Sobre la ideologia de
los esclavos, el autor llega a conclusiones cercanas a las de
F. Bomer (ef. su resumen del libro Die Wichtigen Kulte und
Religionen in Roma und in lateinichen Westwn, 1957, apa-
recido en VDI, 1958, pdgs. 199-206). Pocos investigadores
admiten hoy que los esclavos hayan tenido fines revolucio-
narios conscientes, su deseo era sobre todo ser liberados
y volver a su patria.
Por ultimo, la huida y el sabotaje del trabajo por los
esclavos tuvieron consecuencias poco peligrosas; las revuel-
tas serviles no deben ser sobreestimadas y es preciso no
trasladar ciegamente a la Antigiiedad las nociones de luchas
de clases. Sin embargo, sigue siendo dificil de explicar el
fracaso de Espartaco, debido quizd a la heterogeneidad de
sus tropas.
Del mismo autor es un articulo importante, «La situa-
cién de los esclavos-al final de la Reptblica», VDI, 1963,
2, pags. 80-99, del que distinguiremos tres partes:
1°. La agravacién de la explotacién de los esclavos por
los amos al final de la Republica. Es preciso no juzgar las
cosas segtin el humor personal de los amos, a veces sadicos,
a veces bastante condescendientes, y en este aspecto el in-
forme de S. Lauffer en el XI Congreso de Estocolmo ha
sido juzgado con severidad’ por G. G. Diligenski, VDI,
1961, 2, pags. 133 y sigs. Se precisa juzgar el espfritu
mismo del sistema y en conjunto las condiciones econdémi-
cas han impuesto una mayor explotacidn de los esclavos
como medio de produccién y enriquecimiento para los gran-
des propietarios, a causa del desarrollo de la economia mo-
netaria de mercado. El esclavo despersonalizado es asimi-
lado cada vez mds a una herramienta de produccién, ya que
la ley no castiga al esclavo que ha cometido un asesinato
por obedecer a su amo (ley aguileya); los magistrados pt-
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