La historia cuenta cómo los primeros hombres tikunas y los animales trabajaron juntos para derribar el gran árbol Wone, que bloqueaba la luz del sol en la selva. A pesar de sus esfuerzos, Wone se regeneraba. Finalmente, enviaron a una ardilla a convencer al perezoso Mareeke de soltar el árbol, el cual sostenía con sus patas. Cuando Mareeke fue picado por hormigas y tabaco, soltó el árbol. Al caer Wone, la luz del sol entró en la selva y trajo
La historia cuenta cómo los primeros hombres tikunas y los animales trabajaron juntos para derribar el gran árbol Wone, que bloqueaba la luz del sol en la selva. A pesar de sus esfuerzos, Wone se regeneraba. Finalmente, enviaron a una ardilla a convencer al perezoso Mareeke de soltar el árbol, el cual sostenía con sus patas. Cuando Mareeke fue picado por hormigas y tabaco, soltó el árbol. Al caer Wone, la luz del sol entró en la selva y trajo
La historia cuenta cómo los primeros hombres tikunas y los animales trabajaron juntos para derribar el gran árbol Wone, que bloqueaba la luz del sol en la selva. A pesar de sus esfuerzos, Wone se regeneraba. Finalmente, enviaron a una ardilla a convencer al perezoso Mareeke de soltar el árbol, el cual sostenía con sus patas. Cuando Mareeke fue picado por hormigas y tabaco, soltó el árbol. Al caer Wone, la luz del sol entró en la selva y trajo
Hace mucho tiempo, la selva era oscura, el sol no llegaba hasta el suelo y reinaba la tristeza y el silencio. Wone, la gran ceiba, viva en el centro del bosque, su tronco era tan grueso que se tardaba varios das para darle una vuelta, y era tan alto que llegaba hasta el cielo, hasta las estrellas, y sus frondosas ramas se extendan sobre toda la inmensidad de la selva. Abajo, en la selva, siempre estaba oscuro, haca mucho fro, los animales vivan tristes, no haba flores ni colores ni alegra. No haba sol. Yo e Ipi, los primeros hombres tikunas, un da invitaron a todos los animales de la selva para tumbar a Wone. Reunidos all, emprendieron la tarea, los jaguares con sus garras, los caimanes y las borugas con sus dientes, las hormigas con sus tenazas todos los animales ayudaban. Al final de la jornada, se fueron a descansar, y al regresar al siguiente da, Wone, que era un rbol mgico, estaba como si nada hubiese pasado y su tronco haba cicatrizado. Los animales comenzaron nuevamente su trabajo, esta vez con ms empeo, pero al siguiente da, Wone estaba otra vez intacta. As que entre todos decidieron trabajar sin descanso hasta cortar todo el tronco de Wone. Por supuesto tardaron muchos das en lograr talar el inmenso tronco de la gran ceiba. Lleg el da en que slo faltaba cortar el ltimo trozo de madera, en el centro. El veloz conejo fue hasta all para cortarlo con sus dientes, mientras los dems animales corran a refugiarse en la selva antes de que cayera. Sin embargo, rein el silencio por un buen rato. Los cu-riosos animales comenzaron a aparecer poco a poco alrededor de Wone, que para sorpresa de todos no haba cado y flotaba sobre el hmedo suelo de la selva. El desconcierto y la algaraba se apoderaron entonces de los animales que opinaban y gritaban sobre lo sucedido. En medio de aquel ruido se oy el canto del Aypapai mama, una avecita nocturna que siempre est mirando al cielo, y cuya voz, en noches de luna, resuena en la selva. Y su canto contaba lo que haba descubierto. Arriba, en la lejana copa de Wone estaba Mareeke, el oso perezoso, que con sus patas delanteras se aferraba de una estrella y con sus patas traseras sostena a Wone, por lo que sta no caa. Encargaron entonces a la ardilla pequea, la ms veloz de todas, de subir hasta donde Mareeke, para pedirle que soltara el rbol, pues los animales all abajo se moran de fro y aburrimiento. Pero Mareeke se opuso a dejar caer a Wone, pues Gnutapa, creador del universo tikuna, le haba encargado esta labor y el abuelo perezoso no poda fallarle. As que la ardilla baj por
el tronco de Wone para llevar la noticia. Decidieron que la ardillita regresara
hasta la copa del rbol, esta vez con hormigas majias y tabaco, para echarle a Mareeke en los ojos. La ardilla volvi a subir por el tronco, y tard varios das en llegar hasta la copa, y encontr que Mareeke estaba dormido. La ardillita habl al abuelo perezoso, lo despert y ste volvi a negarse. Entonces la ardilla arroj las hormigas majias y el tabaco en los ojos de Mareeke, quien no pudo resistirse al ardor que le producan las picaduras de las hormigas y el tabaco, y solt la estrella de la que estaba aferrado. Wone tard varios das en caer, y a medida que esto suceda, el sol iba entrando en la selva como un amanecer. La vida empez a rer, las plantas florecieron, los animales cantaban y la selva se llen de sonidos y de magia. Las ramas de Wone cayeron en la gran cordillera de los Andes, rasgando la tierra de las montaas, de donde brot agua, y el inmenso tronco cay con tanta fuerza en el centro de la selva que form el cauce de Tat, el gran ro Amazonas. La historia cuenta que una de las ramas al caer golpe la cola de la ardilla, y es por esto que hoy en da todas las ardillas tienen la cola partida hacia adelante. Las lluvias Los hombres, cansados del sol, no saban qu hacer para que cayera agua sobre sus cultivos. Un da, Bigidima se encontraba recogiendo agua para regar su sembrado de yuca y chontaduro cuando, de pronto, salt un gran pez de las profundidades del ro, que lo asust mucho. Enfurecido, Bigidima sac su lanza y la arroj con toda su fuerza, pero la punta de la lanza slo alcanz el fuerte cuello del animal. Inmediatamente, el pez sopl con tal fuerza que el agua que haba tomado sali por la herida y cay en forma de lluvia. Desde entonces se sabe que siempre que hay lluvias, el delfn del ro est soplando por el orificio que le hizo la lanza del airado Bigidima.