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Historia de una antiemperattiz

,Fface casi cien años rnwnó asesinada wrua de las rnwieras


rnás fascinantesy rnbfenosas de Ewro/a. í/iena cowfterruh
ra la ¡fgura de la emperatnz ausente con an especfuÍcwlo
comercíal que incluye ery'osiciorues, mulñecas, licores, una
ópera roch e incluso un auión. Pero su auténtica irnagen
¡1,te muy dtfererute de la que le ha fabncado la lostendad.
Angeles Caso la rnuestra en la biogra¡fa Elisabeth, gil€
aÍarecerá er¿ No sé si existe la etemidad. Si las almas que abandonan este mrmdo se pasearr
por otro, al tanto de lo que aún ocuüe sobre el planeta que un día ocuparon
sus cuerpos finitos. Lo que si sé es que, de ser eso cierto, Elisabeth de Aus-
los lrimeros tria-Hungría estará en estos momentos lamentándose, una vez más, de la in-
mensa estupidez humana, y de Ia maldición que la ha perseguido m'ás all'á de
la tunba. En los tiempos que corren, uno ya no se puede fiar ni de la posteri-
días de di- dad. La emperatriz Elisabeth tuvo una üda más bien hfeliz. Fue una mujer
fuera de su tiempo y fuera de su lugar. Y ella, que gozó de r]l1a inteligencia y
una lucidez tan por encima de lo habitual en su entomo, Io supo siempre y,
sin duda alguna, sufrió por ello. Desde muy joven la persigüó ura leyenda ne-
gm, inventada por los sectores conservadores de la corte de Viena a los que se
enfrentó inemediablemente, y que llegaron a acusa¡la de muchos de los
"ma-
les" del Imperio: el Compromiso con HurgrÍa por el cual Ia monarquía centra-
lista de los Habsburgo se convttió en la doble monarquía de Austria-Hungía,
la llegada de los liberales al poder en Ia década de 1870, el progresivo aleja-
miento del Imperio respecto a.l Vaticano, los amores extramatrimoniales del
emperador Francisco José y hasta el suicidio de su hijo Rodolfo, además de
cal.ificarla de adriltera, histérica, narcisista, anoréxica e incluso loca. Elisabeth )

40 Elsemana 23 novl€r¡bre 1997


Betrato privádo de Elisabeth,
real¡zado por Fránz Xaver Winterhaiter
(1864), para el despacho
del emperador Francisco José,

E Senrana 23 novie¡bre 1997 4l


Sissi con su hetmano Carl Theodor.

Primera fotografía de la emperatriz, tomada en 1856.

En el cine
Tres son las grandes
películas que se ocuparon
de la vida de a emperatriz
Elisabeth, protagonizadas
por una oe a y F€tralo ideálizedo de la prometida
desconocida actriz que no delemfrerador, a los 15 áños.
consiguió librarse de la
sombra de Sissi hasta su > conoció a fondo esa leyenda, y trató con todas sus fuerzas de
muerte. Romy Schneider y vivir a.l margen de ella, sin hacer nada por desmentirla ante la
el director Ernst [/]ar schka
pergeñaron una kilogía opinión públjca, pero sin agacha.r mmca la cabeza. Sin embar-
que comenzó en 1955 con go, estoy segura de que jamás pensó que, algún dÍa, una mente
S/ssi aunque un año antes sádica se vengarÍa defulitivamente de ella translormando la leyenda negra en Ellsabeth con su
filmaran otro melodrama perro, Sombra,
otra aún peor, la leyenda rosa.
histórico -Los /óyenes en el estudlo de
a década de los 50, la década de la dulce posguerra mundial, im-- su fotógrato
años de una re¡na,1954-,
que a gunos consr0eran plantó en todo el murdo rur modelo femenino y doméstico ema- prelerido,
Angerer, en 1863.
parte integrante de esta nado de Ia esencia misma de ta cultura estadounidense y de su
saga austrohúngara. En mejor valedor, el cine de Hollyrvood. Fueron los años de las espo-
1956 se estrena S/ss¿ sas caxamelo, cantarinas y algo regordetas, reitas de encantado-
emperattE y comtenza a
res hogares imbuidos de sólidos principios burgueses. La coronación de ese
iorjarse una leyenda en
torno a la emperatriz que mito, imperial coronación, vho de Euopa, de Ia propia Austria: en 1959 se
aún perdura. El dest¡no de estrenó Ia primera de las tres pelícdas sobre Sissi dirigidas por Ernst Ma-
S/ssi (1957) cierra este rischka y protagonizadas por una jovencísima y preciosa Romy Schneider
cic o de tanto éxito como (quien, por cierto, casi 20 años más tarde se atreveia a retomar el papel para
poco rigor histórlco. Años
el Ludui,g de Visconti, pero esta vez con muchas más simütudes con la rea-
después, Rorny Schnelder
aceptó la propuesta del lidad). El apodo famüar de EJisabeth, Sissi, se conviftió a partt de esas pelí-
director italiano Luciano culas vistas por varias generaciones de niñas en sinónimo de muchas de las
Viscontiytrabajaasus cosas que ella odiaba: la ñoñez, la cursileia, el feliz matrimonio por amor, Ios
órdenes en tuls r (1973), lazos, los valses, los salones rococós, todo el k¿rsc¿ decimonónico interpreta-
donde vuelve a ser Sissi,
esta vez cuarentona. Una
do por el k¿tsch del celuloide del siglo XX.. . Pero ella no hubiera merecido
producción televisiva de ese trato. La verdadera emperatriz fue un ser radicalmente disthto de ése
hace cinco años -Slssl E/ cuya imagen ha llegado hasta nosotros y que aúr se resiste a desaparecer.
beso del emperador es, Elisabeth de Baviera habÍa nacido en Múnich en 1837. Su madre era hija
por ahora, la última de las
del rey Maximüano I de Baviera, y su paüe, el duque Max, pertenecia a una
sBs¡películas.
rama secundaria de la familia reinante, los Wittelsbach, y era uno de los
miembros más extravagantes de aquella dhastÍa plagada de extravagancias:

42 ElSemafa 23 nov embre 1997


Franz Schrotzberg rcalizó su retrato en 1860.

En la ópera
Dos son las presencias de
Sissi sobre los escenarios
vieneses. De una parte,
El¡zabeth, el mus¡cal, un
lmpresionante éxito de
taquila que se representa
todos los días -excepto
miércoles- en el Theater
an der Wien a las 19.30
horas. l\,4ás información y
reservas oe enlraoas en
Viena Ticket Service,
Tel.:(07)431 588 30 31
y Fax: (07) 431 588 30 33.
Todos los días del l0 de
julio al 15 de agosto de
Ultima totografÍa de la empe¡atriz. 1870. Famoso retralo de corle con estrellas en el t;aje y en el pelo. realizado
1998, excepto lunes y
por F. X. W¡nlerhalter, en 1864.
domingos, se representará
en e teatro del palacio de
vividor, intelectual, rebelde y con profundas tendencias democráticas, el du Schdnbrunn la opereta
que Max fue un pésino marido para su esposa Qo cual no le impidió hacerle Slss/: Estrenada
ocho hijos, además de otros varios que tuvo fuera del matrimonio) y un pa- origlnalmente en 1932, a
obra narra el comienzo del
dre etemamente ausente. A pesar de ello, Elisabeth heredó muchos rasgos
romance entre Francisco
de su carácter y de sus gustos: el amor por la literatura, el desprecio a los tí- José y Elisabeth. Nlás
tulos, el placer de los viajes, la pasión absoluta por la übertad. intormación en Wiener
Eljsabeth tenÍa sólo 15 años cuando la prometieron con su primo carnal, Kammeroper, Te].: (07)
el emperador de Austria Francisco José. Aquello fue pura casualidad, pues 431 51201 00 y Faxi (07)
431 512 01 00 30.
estaba preüsto que el emperador contrajese matrimonio con Ia hermana ma-
yor de la fanüa, la prircesa Helena. Sin embargo, Francisco José se atreüó
a oponerse por prinera y única vez en su vida a los planes de su dominarte
madre, la archiduquesa Sofia, y decidió casarse con la pequeña Sissi. Ése es
Primer plano
el único deta.lle (trascendenta.l detalle, sin duda alguna) en el cual Ia película
lomado por de Marischka es fiel a Ia realidad. A ella nadie le preguntó su opinión. Y hay
Angerer en 1865. muchos datos paxa pensar que, de habérsela pregrurtado, hubiera sido nega-
tiva: en los meses previos a la boda e inmediamente después, la novia escri-
bió numerosos poemas lamentándose de Ia pérdida de la übertad, hablando
de su nostalgia de Baüera ¡r recordando a r.m antiguo amor que había falleci
do. En ellos decía cosas como éstas: golondrina/ a un pa
"Préstane tus alas,
ís lejano llévame." El tono de todos esos versos no deja lugar a dudas sobre
sus sentimientos.
Sin embargo, es justo reconocer que el amor de Francisco José por su es-
posa fue real e imperecedero, como lo fue el alecto y la lealtad que ella sintió
por Pero jamás consigüeron entenderse, y sus desavenecias fueron per-
é1.
marentes. Todo lo que Elisabeth tenía de fantasiosa, turbulenta, anticonven-
cional y sensible, lo tenía el emperador de práctico, sensato, conservador y
ordenado. La existencia de Francisco José transcurrió al servicio del Estado
y de la dinastía. La de Elisabeth, en función del espíritu, Ia libertad y la bús-

ElSemanal 23 novenrbrc 1gg7 43


En libros
A pesar dei abundante
material edltorial que
existe en centroeuropa
sobre Elisabeth de Austria, Grabado popular de la pare¡a ¡mperlal con Rodolto de Habsburgo atfondo,
la mayoría de estos libros cuyo nombre llevaba el príncipe heredero.
no ha llegado a España.
Brigitte Hamann publicó > queda inlatigable de la belleza. EI emperador vivió atado a sus deberes, sin
en 1987 Slss¿ emperatriz pemitirse más caprichos que las cacerías, Ias tontas comedias del teatro im-
contra su voluntad perial y diversos amores exhamatrimoniales, el más largo de los cuales, que
(Juventud). La primera
duró hasta su muerte, fue respaldado y sostenido por su propia esposa, com-
obra de ficción sobre ella
la escribió Ángeles Caso poniendo un auténtico rnénoge-it-trois que mereció muchas crítrcas en su
en 1992, titulada E sabe¡h momento. Elisabeth, por el contraxio, se sintió siempre un cuetpo ertraño
de Austr¡a-Hungría a el en medio de la corte ultraconservadora, ultracatólica y u1traftÍvola, y detestó
hada nald¡ta (Planeta). A el destino que le había tocado soportar y contra el cual no había podido ha-
prirneros de diciembre, la
autora edita una obra
cer nada. Como respuesta, se pasó la vida ocultándose a la gente detrás de
biogáfica, E\¡sabeth enormes abanicos y tupidos velos (a pesar de la enorme fama de su belleza).
(Planeta). Otros títu os viajando, subiendo montañas, camhando por las ciudades de paÍses extra-
relacionados con la ños sin séquito ninguno, navegando en medio de todas las tempestades, per-
emperatriz son, Yals siguiendo la memoria de los héroes en las tieras griegas, leyendo a los gran-
negro, de Ana l\,4aría lvlolx,
(Lumen, 1992, ficclón) y des poetas y los €lrandes pensadores y escribiendo ella misma poemas durísi-
Mayerl¡ng, una noche, de mos en contra de las monarquías y la aristocraciá, sin salvar a la propia
Néstor Luján (Plaza y f¿milia de los Habsburgo, a los que, salvo ciertas excepciones, nurca pudo
Janés, 1991, ficción). sopor¡ar.
n realidad, la emperatriz de Austda-Hurgría se comportó siem-
pre como una antiemperatriz. Nunca trató de ser ejemplar,
nunca creyó en la devoción o el amor de sus súbditos. e incluso
llegó a promrnciar, con su despiadada lucidez, frases como és
tas: <La gente es muy curiosa. En cuanto hay algo que ver, todo
el mundo acude corriendo. Da igual que sea un mono bailando sobre un or-
ganillo o yo. ¡Ese es su amor! No me resulta fácil creer en la devoción. No me
dejo engañar por la vanidad.> Ni siqüera entendió por qué el pueblo harn-
briento y miserable seguía soportándolos v marteniéndolos. En uno de sus
poemas dijo: pueblos de este vasto Imperio,/ me causás en secre,
"iAmados
to admüación:/ Con \-uestra sa.ngre, con \.Lrestro sudor/ alimentás. con cora- >

44 E Senanal 23 nov¡ernbre 1997


En dibujos
Está prev sto que Antena 3
Televlsión estrene, la
prox ma pr ftavera, a
serie de d bujos animados
La prrcesa S/ssr Creada
pof Saban -productora de
las Powet Rangers- esfa trl
sene se centTa en os
p¡ meros años de la
re ación entre Francisco
José y Elisabeth.
Estrenada con mucho
éxito de audienc a en ltalia Sissi con sus h¡¡os, G¡sela y el príncipe Rodotfo. Su hija mayor Solía había muerto.
y Francia, t ene como Acuarela de Joseph Kriehuber.
protagonlstas pr nc pales,
adernás de Sissi y el zón benigno/ a esta canalla de degeneratlos!" Fjtr realjclad, su rara lucidez, a
emperador a Tomr¡y, Ltn
veces üsional'ia, la llevó a creer que el Imperio carecÍa cle futuro y que la re-
nlño salvado por S ssi que
se convlerte en su pirblica acabarÍa instaurándose en sus tenitorios, cosa que en electo ocurrio
confdente,yaSombra el clos años después Lle la muerte de Flancisco José, etr 1918. Fue i¡r.everenl,e
perr to de compañía de con la Iglesia católica, provocadot"a coll los nilitares, a los que detesLaba. y
S ss . Los malos de la
desdeñosa con los aristócratas y los reyes, a quienes se negaba a tratar con
histor a son Solía, rnadre
las normas que el protocolo exigía. Defendió. por encima de todo, su libertacl
de Franc sao y He ena, ex
nov a qe ernperaooT. e in¡imiciad. resistiéndose a practicar la c¿ridad o la devoción. a asistir.a los
actos sociales y, en definitiva, a ofrecerse en espectácrüo ¿1l¿ls gentes.
n 1889, Elisabeth, qrie )'a habí¿ sufi.ido la muene a los dos airos
(Le su hija mayor', tuvo qlre sopoltar un dur'ísirlo golpe, del qLre
nllnca se recuperó: el suicidio cle su único hijo varón, y hcredero
.lel lr'ono, el archiduque Rodolfo. Roclolfo se parecÍa cleniasiado
a su rtradre: flre, como ella, lüperscnsible, iltteligente y rruy cul-
to, con nurcadas tendencias antiaristocrálicas I' denroclatizadoras. Pero su
caráctel er¿ mucho más frágil que el (le Elisabeth, y sLl papel como hereclero
del hnperio, un Imperio en cuyo futuro tantpoco creí¿, rmrcho más clifícil cle
sobrelleval. Enfermo cle gonorrea. el archiduque, que irabía visto clelnlrbar-
se su m¿trimonio con la princesa Est-^Iánía ile Bólgica, se habituó al consu
nlo dc ciertas drog¿s. cocaína y norfina eu p¿rrticulal', I ccetailas por los mé,
clicos como análgesicos para los dolores provocaLlos por su enfeunadacl. Ro-
clolfo no puclo soportar las presiones a las que cstaba sometiLlo y la
ince¡tidlurbre de su r.ida. En conpaña
de uua de sus amantes, la joven Mary
\¡etscra, que sóio tenía 16 anos elt aquel
monlelto, el heredero se suicicló en su
pabellón de caza de Mtwerling. Las vcr-
siones contradictorias y itunca del todo
cl¿rras qLle la corte clio sob|c aquella
muerte hiciclon circular (les(le el pri
nlel' dÍa toda clase de leycnclas quc harr
Elemperador y la emperatriz ante el
cadáver del príncipe heredero Rodolfo.
45 E Sema¡a 23norembre 1997
Rehato oticial
de la empeatriz coml
re¡na de Hungría,
de Georg Raab.1867

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La gama de productos de r; "."".'q;..,"*z
IOOaS CtaSeS que se van a .r,,-...'¿.--.-r', J
j'-/ q,¿
---.
comercializar con la r". t--. -.-. ga:;l
".:
emperatriz Elisabeth como
motivo -algo que a ella le Elisabeth se esconde los fotógrafos durante un paseo a caballo.
habría hororizado- es
amplia y diversa. Desde > dado lugar a numerosos libros y películas y que, sin embargo, son desmenti_
un licor hasta bombones, das una vez más por todas las pruebas y los testimonios fiables.
sedas y damascos, ropa
de cama, cristalerías y lisabeth se convir.tió desde aquellos momentos en un ser fuera
joyas. Todos los del mundo. Se vistió para siempre de negro, huyó definitiva-
establecimientos vieneses mente de los seres humanos y se dedicó a navegar y viajar con Un autógrafo de 1885.
que han tenido algo que más intensidad que nunca, a contemplar la naturalez¿ v a estu, Siss¡ no de¡ó sus poemt
ver con a familia imperial en Austda sino
diar griego, idioma al que solÍa traduci, por entretenerce, los
ofrecen todo tipo de en Su¡za, con la condlci(
otljetos y mercancías con
textos de Shakespeare o Schopenhauer. Uno de sus profesores de griego, de que no serían
Sissi por bandera. En Constantin Christomanos, dejó escrito rut diario cle sus días junto a la empe- publicados antes d
l

España la empresa Bizak ratnz J que constituye un testimonio exaltado pero muv interesarte sobre el
comercializa 30 juguetes extraño desapego del mundo y sus vanidades de aquella emperatriz que ru
distintos sobre Sissi y en srqniera poseía ya joyas.
toda Europa son más de
40 las licencias otorgadas El 10 de septiembre de 1898, cuando estaba a punto de cumplir los 60
para comercializar 200 años, Elisabeth de Austria-Hungría fue asesinada por un anarquista en Gi_
productos disUntosr desde nebra. Su muerte, tal vez trágica a los ojos del mundo, fue sin embargo co-
zapatos y polainas, a mo ella deseaba, rápida y lejos de los suyos, y tuvo además, como toda su
camisetas y paraguas,
vida, un extraño y hemoso carácter simbólico: aquella emperatdz que huía
cosme¡cos y otros_
Incluso un avión de las de ios séquitos y Ias yigilancias murió sola, sin más compañía oue la de ura
lineas aéreas austriacas dama de honor, en una repúb)ica que amaba üsitar juslamenie porque en
ha sido bautizado como ella no había pincipes, a bordo de rn vapor de línea en el que viajaba como
Princesa S¡ss¡. una ciudadana anónima, y asesinada de un certero golpe en el corazón, que
tan ntensa.mente habÍa latido toda su vida, en nombre de un credo que des,
preciaba a los reyes.
En sus funera.les no hubo tumultos. La gente lloró la desgracia de su ama_
do emperador, no la desaparición de una emperatriz que siempre se negó a
serlo. Al f]I.t y al cabo, Eüsabeth se había enftentado a la esencia misma de lo
imperial en lo más hondo de sus raíces. Es de comprender que m.mca se lo
perdonaran. I
48 ElSema¡al 23 no! embre l99Z
La emperatriz poeta
Elisabeth fue una gran amante de la literatura y de la poesía en particular.
ConocÍa en sus propios idiomas a Homero y Safo, Shakespeare y Swinburne
Eótvós y otros autores húngaros. Pero su favorito fue Heinrich Heine, el gran
poeta alemán de la primera mitad del siglo XlX. A su vez, la emperatriz practicó
la poesía desde joven. Sin embargo, la mayor parte de su obra, 500 páginas de
poemas, datan de su edad madura. Al morir fueron publicados y los beneficios,
según su deseo, entregados .a los hijos desamparados de os condenados
polítlcos de a monarquía austro-húngara", es decir, a los descend¡entes
de os perseguidos por el régimen neoabsolutista implantado por su marido.

A Bismark 6ic)
Sin título Predestinado, ahíto de aictorias
Cuando ueo una uela blanca Vas, genio supremo d.e Ia época,
Surcar eI horizonte, Enauelto en tu armadura Por el vnundo,
Quisiera ir Segando a tu placer pueblos enteros.
Cuand.o ueo sobre las olas ¡Férreo astro de sangrienta órbita,
In gauiota uolar, Que auanzas imparable hacia adelante!
Quisiera ir ¿Dónde tendrá su rtn tu audaz carrera?
Cuando ueo a ese pescador ¿En lo mós alto o en el hond,o abismo?
Izar la dura ancla,
Quisiera ir
La pareia imperial paseando Pero dirigir a un norte
en Bad K¡ssingen, unos meses anles
del asesinato en G¡neb¡a. La rtroa de mis deseos...
¡Soy incafaz!

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