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1. Conviértete en un experto en relajación.

Todos creemos que


sabemos relajarnos. Pero repanchingarse delante de la pantalla del
ordenador no es relajarse de verdad. (Dependiendo de lo que veas en la
televisión o de lo que hagas con el ordenador, hasta es posible que te
ponga más tenso.) Lo mismo ocurre con el alcohol, las drogas o el
tabaco. Tal vez parezca que alivian la ansiedad o el estrés, pero inducen
un falso estado de relajación que sólo es temporal. Lo que necesita el
cuerpo son técnicas de relajación —como la respiración profunda, el
taichi o el yoga— que producen efectos físicos sobre la mente. Por
ejemplo, la respiración profunda ayuda a relajar un nervio importante
que va del diafragma hasta el cerebro, enviando un mensaje a todo el
cuerpo para que se relaje y se deje ir.

2. Duerme lo suficiente, aliméntate bien y haz ejercicio físico.


¿Quieres que tu mente y tu cuerpo estén lo bastante fuertes y relajados
para poder afrontar sin problemas los altibajos de la vida diaria? Duerme
el tiempo adecuado para satisfacer tus necesidades, ni demasiado ni
demasiado poco. Aliméntate bien: elige la fruta, la verdura, las proteínas
magras y los cereales integrales, que proporcionan energía a largo plazo
(en vez de la inyección de energía de corta duración que proporciona un
exceso de azúcar o la cafeína). Y haz ejercicio regularmente para enviar
oxígeno a todas las células de tu cuerpo a fin de que tu cerebro y tu
cuerpo puedan funcionar al cien por cien.

3. Conéctate con otras personas. Pasa tiempo con amigos o


familiares. Las actividades organizadas son estupendas, pero salir
simplemente a dar una vuelta también va bien. Hacer cosas con
personas que nos aprecian y a quienes apreciamos nos ayuda a
estrechar lazos y a sentirnos apoyados y seguros. Y la diversión y la
experiencia de compartir nos alegra la vida y nos ayuda a preocuparnos
menos por las cosas. Si hay algo que te preocupa o estresa, el hecho de
hablar sobre ello con alguien que sepa escuchar y que te aprecie puede
ayudarte a sentirte comprendido y más capaz de afrontar tus problemas.
Te ayudará a recordar que todo el mundo se siente estresado de vez en
cuando y que no estás solo.

4. Conéctate con la naturaleza. Dar un paseo por un parque, hacer


una excusión por el monte o adentrarse en un bosque puede ayudar a
cualquiera a sentirse en paz y conectado con la tierra. (Elige un lugar
donde te sientas seguro para que te puedas relajar y disfrutar del
entorno.) Actividades como pasear, hacer montañismo, coger la bicicleta
de montaña o calzarse unas raquetas de nieve ofrecen el beneficio
añadido del ejercicio físico. Invita a un par de amigos —o familiares— y
disfruta al mismo tiempo de la sensación de conexión.

5. Piensa en positivo. Una buena forma de alejar las


preocupaciones de tu mente es centrándote en cosas que sean buenas,
bonitas y positivas. Permítete soñar, desear e imaginar lo mejor que
puede ocurrir.

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