La guerra Cristera estalló entre 1926-1929 cuando campesinos católicos se levantaron en armas contra las leyes anticlericales del gobierno mexicano que restringían el culto religioso. Luego de tres años de conflicto armado que dejó más de 90,000 muertos, el gobierno y la iglesia acordaron una amnistía general y la devolución de propiedades eclesiásticas, poniendo fin a la guerra. Aunque se respetó la libertad de culto, las tensiones entre el estado y la igles
La guerra Cristera estalló entre 1926-1929 cuando campesinos católicos se levantaron en armas contra las leyes anticlericales del gobierno mexicano que restringían el culto religioso. Luego de tres años de conflicto armado que dejó más de 90,000 muertos, el gobierno y la iglesia acordaron una amnistía general y la devolución de propiedades eclesiásticas, poniendo fin a la guerra. Aunque se respetó la libertad de culto, las tensiones entre el estado y la igles
La guerra Cristera estalló entre 1926-1929 cuando campesinos católicos se levantaron en armas contra las leyes anticlericales del gobierno mexicano que restringían el culto religioso. Luego de tres años de conflicto armado que dejó más de 90,000 muertos, el gobierno y la iglesia acordaron una amnistía general y la devolución de propiedades eclesiásticas, poniendo fin a la guerra. Aunque se respetó la libertad de culto, las tensiones entre el estado y la igles
Ley Calles Radicalizacin de gobiernos estatales Cesacin al culto (31 de julio 1936)
Los cristeros
Agosto de 1926- Primer alzamiento armado en
Zacatecas. En seguida Jalisco se une. El pueblo alzado da el grito de la fidelidad: Viva Cristo Rey!... Entre agosto y diciembre de 1926 se produjeron 64 levantamientos armados, espontneos, aislados, la mayor parte en Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Michoacn y Zacatecas. El termino cristero era una manera despectiva con la que el gobierno comenz a llamar a los alzados.
Bandera cristera Museo de la Revolucin
En un principio, los grupos que se levantaron
contra las medidas del gobierno no contaban con armas. No tenan otra fuente de municiones que el ejrcito, al cual se las tomaban o se las compraban (Jean Meyer) Con la generalizacin del movimiento, era necesario liderazgo y organizacin y eso lo logr la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, aunque el movimiento fue principalmente rural.
Ejercito Unin Popular Cristera, San Jos
de Gracia Michoacn Museo Nacional Cristero
El alzamiento viene expresado as en la carta de un cristero campesino, como
lo eran casi todos, Francisco Campos, de Santiago Bayacora, en Durango: El 31 de julio de 1926, unos hombres hicieron por que Dios nuestro Seor se ausentara de sus templos, de sus altares, de los hogares de los catlicos, pero otros hombres hicieron por que volviera otra vez; esos hombres no vieron que el gobierno tena muchsimos soldados, muchsimo armamento, muchsimo dinero pahacerles la guerra; eso no vieron ellos, lo que vieron fue defender a su Dios, a su Religin, a su Madre que es la Santa Iglesia; eso es lo que vieron ellos. A esos hombres no les import dejar sus casas, sus padres, sus hijos, sus esposas y lo que tenan; se fueron a los campos de batalla a buscar a Dios nuestro Seor. Los arroyos, las montaas, los montes, las colinas, son testigos de que aquellos hombres le hablaron a Dios Nuestro Seor con el Santo Nombre de VIVA CRISTO REY, VIVA LA SANTISIMA VIRGEN DE GUADALUPE, VIVA MXICO. Los mismos lugares son testigos de que aquellos hombres regaron el suelo con su sangre y, no contentos con eso, dieron sus mismas vidas por que Dios Nuestro Seor volviera otra vez. Y viendo Dios nuestro Seor que aquellos hombres de veras lo buscaban, se dign venir otra vez a sus templos, a sus altares, a los hogares de los catlicos, como lo estamos viendo ahorita, y encarg a los jvenes de ahora que si en lo futuro se llega a ofrecer otra vez que no olviden el ejemplo que nos dejaron nuestros antepasados ( Jean Meyer ).
Escena de Viernes Santo en
pleno siglo XX, del archivo del Presbtero mexicano Jess Mara Rodrguez.
En agosto de 1926 muchos campesinos, de la zona central de
Mxico se echaron al monte, como Francisco Campos: En Cocula (Jalisco), desde el 1 de agosto la iglesia estaba custodiada permanentemente por 100 mujeres en el interior y 150 hombres en el atrio y en el campanario, de noche y de da. Los cinco barrios se relevaban por turno y a cada alarma se tocaba el bordn. Entonces, todo el mundo acuda al instante, como refiere Porfiria Morales. El 5 de agosto toc la campana cuando ella estaba en su cocina; su criada Mara, exclam: "Ave Mara Pursima!". Se quit el delantal, tomo su rebozo y un garrote, y cuando aqulla le pregunt a dnde iba, le contest: "Qu pregunta de mi ama! Qu no oye la campana que nos llama a los catlicos de la Unin Popular? Primero son las cosas de Dios!" Y sali dejando las cacerolas en el fuego. (Jean Meyer).
Las mujeres catlicas, mientras los hombres se fueron al
campo a la guerra, se dedicaron a repartir propaganda, llevar avisos, acoger prfugos, curar heridos y ayudando al aprovisionamiento de alimentos y armas. Adems de formar las llamadas Brigadas femeninas que tambin participaban del conflicto armado.
El ejercito federal
El ejrcito consideraba a la Iglesia como su adversaria personal.
Agente activo del anticlericalismo y de la lucha antirreligiosa, hizo su propia guerra, su guerra religiosa. El general Eulogio Ortiz mand fusilar a un soldado, cuando vio en su cuello un escapulario. Algunos oficiales llevaban sus tropas al combate al grito de Viva Satn! (Jean Meyer). El reclutamiento deba ser voluntario y firmado al menos por tres aos, condicin que muchas veces se incumpla, tanto que se seguan utilizando las cuerdas para atar a los voluntarios. Se echaba mano de cualquiera: condenados de derecho comn, obreros sin trabajo, campesinos, y sobre todo del subproletariado rural y de los indios, vencidos o no (Jean Meyer).
El general Amaro, jefe del ejrcito federal, no consegua poner en lnea
ms de 70.000 hombres, aunque se pasaba el tiempo reclutando: 20.000 desertores al ao, de 70.000 soldados! (153). Este general famoso, el indio Amaro, hijo de un pen de Zacatecas, hombre inteligente, implacable y sanguinario, el que mand a su aviacin bombardear en el cerro del Cubilete el monumento a Cristo Rey, lleg a ser muy culto, y se reconcili con la Iglesia varios aos antes de su muerte. La guerra se haca tambin en la prensa del gobierno, ocultando la magnitud del conflicto o dando siempre la victoria por inminente. Unida a la lucha militar, el general Amaro propugnaba una campaa de desfanatizacin. Un ejemplo fue una orden al gobernador de Jalisco en la que se peda cambiar los nombres de todos los lugares que llevaban nombres de santos.
Todos los medios valan y el soborno tambin estuvo presente. En
una ocasin, el gobierno trat de comprar a un jefe cristero llamado el 14, el cual respondi: Que a m ni me den nada, que noms arreglen eso de los padrecitos y de las iglesias, y yo me estoy en paz, pero mientras no lo arreglen que no piensen que con dinero me van a comprar (Jean Meyer).
La desesperacin del gobierno se iba acrecentando a medida que
pasaban los meses, y se vea incapaz de vencer -en palabras del gobernador de Colima-las hordas episcopales de fanticos que engaados por la patraa clerical se han lanzado a la loca aventura de restaurar el predominio de los curas (Jean Meyer)
La guerra
Segn Jean Meyer, la guerra cristera se puede dividir en:
-incubacin, de julio a diciembre de 1926 -explosin del alzamiento armado, desde enero de 1927 -consolidacin de las posiciones, de julio 1927 a julio de 1928 -prolongacin del conflicto, de agosto 1928 a febrero de 1929, tiempo en que el Gobierno comienza a entender que no podr vencer militarmente a los cristeros -apogeo del movimiento cristero, de marzo a junio de 1929 -licenciamiento de los cristeros, en junio 1929, cuando se producen los arreglos entre la Iglesia y el Estado.
A mediados de 1928, el nmero de cristeros aumentaba y
el gobierno no saba qu hacer, pues se haba dado cuenta que ni unos ni otros podran vencer. Los cristeros hacan una guerra de baja intensidad y terminaban con los pocos reclutas de ejercito federal. Las demostraciones pblicas que el gobierno haca de las muertes, no amedrentaban a los cristeros y ellos seguan su lucha.
A mediados de 1929 se vea ya claramente que, al menos
a corto plazo, ni unos ni otros podan vencer. Sin embargo, en este empate haba una gran diferencia: en tanto que los cristeros estaban dispuestos a seguir luchando el tiempo que fuera necesario hasta obtener la derogacin de las leyes que perseguan a la Iglesia, el gobierno, vindose en bancarrota tanto en economa como en prestigio ante las naciones, tena extremada urgencia de terminar el conflicto cuanto antes. Eran, pues, stas unas favorables condiciones para negociar el reconocimiento de los derechos de la Iglesia.
Los arreglos
Al llegar a la presidencia de la repblica Emilio Portes Gil, comenz una larga
negociacin, en la que particip como mediador, el recin llegado embajador estadounidense Dwight Morrow. Por su parte, la Santa Sede design al todava Obispo de Tabasco Pascual Daz Barreto, como secretario del Comit Episcopal nombrndolo "intermediario oficial" para solucionar el conflicto Iglesia-Estado. Junto con el delegado apostlico Seor Leopoldo Ruiz y Flores, se entrevistaron con el presidente, Lic. Emilio Portes Gil, para llegar a un acuerdo el 21 de junio de 1929 sobre la cuestin religiosa. Se logr un acuerdo de amnista general para todos los levantados en armas que quisieran rendirse. Se acord devolver las casas curales y episcopales, y evitar mayores confrontaciones en lo sucesivo. Sin embargo, para ese entonces exista una profunda divisin en el seno de la Iglesia en Mxico. La fractura afectaba desde la cpula episcopal hasta los laicos. Entre los obispos, la mayora estaba a favor de un acuerdo con el gobierno, pero muchos de los combatientes no estaban dispuestos a dejar las armas.
Final del conflicto
A partir de la promulgacin de los llamados
"arreglos", los cristeros empezaron a deponer las armas, pero tardara un mes en ser pacificado el pas. El cruento saldo se calcula en 90 000 combatientes muertos: 56 882 oficiales, soldados y agraristas y 30 mil cristeros, ms la poblacin civil y los cristeros muertos despus de los arreglos al no querer deponer las armas.
Despus de la guerra
Se respetaron los derechos de libertad de culto y se hicieron
separaciones entre la iglesia y el estado para llevar una relacin pacifica. Las relaciones con el Vaticano se rompieron hacia 1937, despus de que el papa Pio XI -que desde el inicio del conflicto apoy a la iglesia mexicana- hiciera una crtica a la poltica mexicana considerndola comunista. Estas relaciones se reestablecieron hasta 1992 con Carlos Salinas. Muchos de los hombres que fueron fusilados se consideraron mrtires, pues no murieron en combate sino slo por ser catlicos y defender su culto y creencias. Algunos han sido reconocidos y canonizados por la iglesia como tales
Andrés Pérez de Ribas- Historia de los triunfos de nuestra santa fe entre las gentes más bárbaras y fieras del nuevo orbe: conseguidos por los soldados de la milicia de la Compañía de Jesús en las misiones de la Nueva España