Luca tiene tres amigas, dos estn en su saln y otra est en un lejano pas

del sur donde hay mar por todos lados y nadie espera semanas clidas ni
mucho menos visitas de su presidente. Hace veintin aos que Rita naci
una madrugada fra en la que no se oy cantar ningn ave, seis de esos
aos ha compartido maestros con Luca que no tarda en darse cuenta de
que nunca volver a ser nia, hasta ayer estaba convencida de que bastaba
con desearlo para nunca dejar la infancia, anoche pidi su ltimo deseo.
Imagina el sur del orbe con playas glidas y azules ntidos, imagina mal. En
este sur hay salidas al mar en cada esquina y a la playa se meten los
surfistas y los temerarios; por las tardes se puede pasear con compaeros
de la universidad o jugar baraja francesa en cualquier cafetera. Los tres
aos que Martina ha estudiado junto a ellas han sido triviales, tiene veinte
aos y acepta siempre las disculpas. Rita tiene un retreiver negro que se
tumba a su lado en la alfombra mientras abre y cierra libros de anatoma,
radiestesia y geomancia. La acompaa en fantasas imaginarias en puertos
clidos y cascadas de espuma blanca. El retreiver se llama Merln. Martina
confa en la bondad del ser humano, en el karma y los vegetales frescos,
cocidos y secos, despierta a la misma hora todas las maanas. En el sur hay
pocos autos que lleven puesta una pegatina con frases que te pueden hacer
pensar