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TITO VAN Lace Cédigo: 32016 — ini Lier ca ico a aa ANTHONY GIDDENS Prof to Lacr UN MUNDO DESBOCADO | LOS EFECTOS DE LA GLOBALIZACION EN NUESTRAS VIDAS Traduccién de Pedro Cijuentes TAURUS PENSAMIENTO. ‘Thole origina Ranney Wokd Publicala par Profile Hens Led en 1099 (© 198, Anthony Gens De esta econ Grupo Sanuiana de Esiiones, S.A, 2000 ‘Tonrelaguns, 0, 28048 Mads Telslone 91 744 0 60, Teebs a1 7449994 + Aguilar, Alea, Taunus, Alain, A. Beasley, S800. 1497 Buttes Alves + Aguilar, Alea, Taunus, Alagoa, SA. de GY. ‘Avda, Universidad, P67, Gel del Valle, Menieo, LE... 08100 + Distbuidora y Eetora Again, Altea, Tanna, Alara, S.A alte $0," 1028, “Telefon: 89 1200 Sonn de Bogor, Colombia Disco de eubierta: Pep Cars y Samia Sinches ISBN: SE8OUBRSY Dep. egal: M-1e.002-2000 Te SS eee retro, ented ae pce mse de recperain De eee ees inpice Prefacio .... Introduccién ... ret ee ea T. GLOBALIZAGION «eee esses sees Bese MS Reseo ee evra IL Taamicon < IV. Fawn sieescee V. Dewocracia LECTURAS SEL ECCIONADAS ee : inmice ANALT00, - 13, 19 33. 49 % 81 7 m ele cick phe eee pac soe woe ada 99 stwiersg srrantiag Wl tor ont cot 2ob Fag bs eon ersitipte tA “ctyeseciead obrterce” ornate oh ofeth oer chastgeno.as dts aiamianer ims ven aman en ipant-on st ellen sb oe: PREFACIO Ease breve tibro nacié como tas Conferencias Reith de la BBC para el aio 1999, emitidas en la Radio 4 de Ia BBC y en el Servicio Mundial. Hay una cierta distincién en el hecho de ser el diltimo conferenciante Reith del siglo xx. Dada la coyuntura, me pareci6 apropiado abor- dar un ambicioso conjunto de cuestiones relativas al es- tado del mundo en este fin de siglo. Confiaba en que las conferencias fomentaran la controversia y asi fue, Fue- ron rebatidas, de manera gratificante, en periGdicos y revistas de todo el mundo, Afortunadamente, también captaron numerosos defensores. Denominé a estas conferencias ya este libro Un mun- do desbocado, porque la frase encierra sentimientos que muchos tenemosal vivir en un tiempo de cambios rapi- dos, Pero no sey la primera persona en haber wtilizado €l término “mundo desbocado”. Ni siquiera soy el pri- mer conferenciante Reith en emplearlo. Bra el titulo de ciadas por el célebre a las Conferencias Reith pronu tropélogo Edmund Leach hace un cuarto de siglo. EI puso, sin embargo, un signo de interrogacion despues de su titulo. Ye no creo que sea necesario. Leach grabé sus conferencias en algin estudio de las profundidades de la Broadcasting House, en Londres, como hacia todo colaborador hasta hace poco. El con ferenciante de 1998, el historiador de guerra John Kee- gan, se desvi6 de la regla convencional y hablo frente a un ptiblico invitado, Después de cada disertacién habia una sesi6n de preguntas y respuestas. Las mias también siguieron este formato, pero marcaron una innovaci6n, al ser Jas primeras internacionales. La conferencia ini- cial y la de clausura —sobre globalizacion y democra- cia— fueron pronunciadas en Londres. Las que anali zan el riesgo, Ja tradicién y la familia se grabaron cn Hong Kong, Nueva Delhi y Washington, respectivamen- te, Todas provocaron una vigorosa respuesta de los asis- tentes, y me gustaria dar las gracias a todos los part antes. ‘También quiero dar las gracias a aquellos que inter vinicron en cl debate que tuyo lugar en Internet. Lo que intentamos fue iniciar una conversacién electronica mundial sobre la globalizacién. Muchas personas de to- dos los rincones del mundo enviaron sus comentarios y criticas. Espero que me perdonen por no poder res- ponder individualmente a los argumentos y dudas plan- tcados. Otras se involucraron de manera mucho mas conti- mua en el desarrollo de las conferenciasy tengo una gran denda con ellos por el éxito, cualquiera que sea, que és- tas alcanzaran. Quisiera destacar especialmente a James Boyle, téenico de Radio 4; sir Christopher Bland, presi dente de la BBC; Gwyneth Williams, productora; Char les Sigler, Smita Patel, Gary Wisby, Mark Byford, Mark Smith, Marion Greenwood, Jenny Abramsky, Sue Lynas, 10. Mark Damazer, Sheila Cook el resto del equipo de pro- duccién de la BBG; os presentadores de la BBC, que hi- cieron wn trabajo tan competente —Melwn Bragg, Mau Frei, Mark Tully y Bridget Kendall—; Anna Ford, que ayudo de muchas maneras; de la London School of Economics, Anne de Sayrah, Denise Annet, Miriam Clarke —que hizo un trabajo de ley pasando a maquina una y otra yez el manuscrito—, Amanda Goodall, Alison Cheevers, Chris Fuller, Fiona Hodgson, Boris Holzer y Reggic Simpson. Estoy especialmente agradecido a Ale. na Ledeneva, por su consejo y apoyo. David Held leyo varias versiones diferentes del manuscrito ¢ hizo muchos aguclos comentarios. ANTHONY GIDPENS, _jumio de 1999. INTRODUCCION “p, " || mundo tiene prisa, y se acerca a su fin”; Io dijo un, arzobispo llamado Wulfsian en un sermén pronuncia- doen York en el ano 1014, Es facil imaginar los mismos presagios expresados hoy. 2Son las esperanzas ¢ inquie- tudes de un periodo simplemente copias de épocas an- teriores? {Tiene realmente cl mundo en el que vivimos, punto de acabar el sigio Xx, alguna diferencia con el de tiempos anteriores? Si, Hay huenasy objetivas razones para pensar que vivi- ‘mos tun periodo crucial de transicién historica. Adem Jos cambios que nos afecian no se reducen a una zona concreta del globo, sino que se extienden practicamente todas partes. Nuestra €poca surgié bajo el impacto de la ciencia Ja lecnologia y el pensarniento racional; sus origenes estan en la Europa de los siglos xvn y xvin. La cultura —por los libros de pensadores que luch la influencia de Ia religion y el dogma, que querian reemplazar por tn enfoque mas razonado de la vida prietica, Los fil0sofos ilustrados trabajaban con una maxima simple pero aparentemente muy podcrosa. Cuanto mas capaces seamos de comprender racionalmente el mun- do y a nosotros mismos, mejor podremos manejar la historia para nuestros propésitos, Debemos librarnos de los habitos y prejuicios del pasado para controlar el futuro, Karl Marx, cuyas ideas deben mucho al pensamiento de Ia Tistraci6n, expres6 el concepto con mucha senc- lez. Hemos de entender la historia, explicaba, para po der hacer historia. Marx yel marxismo, guiados por este principio, tuvieron un enorme influjo en el siglo xx Segiin este pensamiento, con el desarrollo ulterior dela cienciay la tecnologia el mundo legariaa ser mas estable y ordenado. Inchiso muchos pensadores con trarios a Marx aceptaban la idea, EI novelista George Orwell, por ejemplo, anticip6 una sociedad con dema- siada estabilidad y predictibilidad —en la cual todos hos conyertirfamos en pequenas piezas de una enor me maquina social y econémica—. Al igual que otros muchos pensadores sociales, como el famoso socidlo- goaleman Max Weber. El mundo en el que nos encontramos hoy, sin embar= go, no se parece mucho al que pronosticaron. Tampoco Jo sentimos de la misma manera. En lugar de estar cada vez mas bajo nuestro control, parece fuera de él —un mundo desbocado—. Es mas, algunas de las tendencias que se suponia harian Ia vida mas segura y predecible para nosotros, incluido el progreso de la ciencia ya tec- nologia, tienen a menudo el efecto contrario, Par ejem- plo, el cambio climatico global y sus riesgos inherentes resultan probablemente de nuestra intervencion sobre 4 ¢l medio ambiente. No son fenémenos naturales: Cien- Gia y tecnologia estén incvitablemente implicadas en nuestros intentos por contrarrestar tales riesgos, pero han contribuido también, y cn primer lugar, a crearlos. Nos enfrentamos a situaciones de riesgo que nadie en la historia ha tenido que afrontar—el calentamiento global s6lo es nna de ellas—. Muchos de los riesgos e in- certidumbres nuevos nos afectan independientemente de donde vivamos y de lo privilegiados o manginados que seamos, Estén ligados a la globalizacion, ese paque- te de cambios que constituye el objeto de este libro. Tam- bién la ciencia y la tecnologia se han globalizado. Se ha calculado que son mas los cientificos que trabajan hoy en el mundo que los que han intervenido en la historia de la ciencia anteriormente. La globalizaci6n tiene, sin embargo, diversas dimensiones. Introduce otras formas de riesgo ¢ incertidumbre, especialmente las relativas a la economia electronica globalizada —ella misma una novedad reciente—. Como en el caso de la ciencia, aqui el riesgo tiene doble filo. Esta estrechamente ligado a la innovacién. No debe scr siempre minimizado; la adop- ci6n activa de riesgos economicos y empresariales es la fuerza motriz de la economia globalizada. Qué es la globalizaci6n, y si es nueva en algun senti- do, son focos de un debate intenso. Abordo este debate en el capitulo 1, ya que gran parte del resto depende de ello, Los hechos, no obstante, son, en realidad, bastante dlaros. La globalizacién esta reestructurando nuestros mods de vivir, y de forma muy profunda, Esta dirigida por Occidente, Neva la fuerte impronta del poder polit co y econémico estadounidense y es altamente desigual en sus consecuencias. Pero la globalizacién no es solo el dominio de Occidente sobre el resto; afecta a Estados Unidos igual que a otros paises. La globalizacién influye en Ia vida daria tanto como en los acontecimientos que se suceden a escala mun- dial, Por eso este libro inchaye una extensa reflexi6n so- bre la sexvalidad, el matrimonio ya familia, En muchas zonas del mundo las mujeres estan reclamanda una au- tonomia mayor que la que han gozado hasta ahora y es- tan entrando en el mercado laboral masivamente. Estos aspectos de la globalizacién son al menos tan importan- tes como los que se producen en el mercado global Contribuyen a las presiones y tensiones que estan afec- tando a los modos tradicionales de vida en Ia mayoria de las regiones mundiales. La familia tradicional esta amenarada, est4 cambiando, y lo har4 mucho més. Otras tradiciones, como las vinculadas a la religion, también experimentan grandes transformaciones. Fl fundamen- talismo nace en un mundo de tradiciones en derrumbe. El campo de batalla del siglo x1 enfrentara al funda- mentalismo con Ja tolerancia cosmopolita. En un mundo globalizado, donde se transmiten rutinariamente infor- macién ¢ imagenes ao largo del planeta, todos estamos en. contacto regular con otros que piensan diferente mente y viven de forma distinta que nosotros. Los cos- mopolitas aceptan yabrazan esta complejidad cultural Los fundamentalistas la encuentran perturbadora y peligrosa. Yya sea en los ambitos de la religion, la iden- idad étnica 0 el nacionalismo, se refugian en una tra- con bastante frecuen- dicién renovaday purificada a, en la violencia. Podemos confiar legitimamente en que triunfe una actitud cosmopolita. La tolerancia de la diversidad eul- 16 tural y Ja democracia estén estrechamente ligadas, y la demoeracia se esta extendiendo por el mundo, La glo- balizacion esta detras de la expansién de la democracia. Al mismo tiempo, paradéjicamente, expone los limites de las estrucinras democraticas habinuales, es decir, de Jas estructuras de la democracia parlamentaria, Tene- mos que seguir democratizando las instituciones exis tentes y hacerlo de forma que respondan a las deman- das de la era global. Nunca seremos eapaces de ser los amos de nuestra historia, pero podemos y debemos encontrar maneras de controlar las riendas de nuestro mundo desbocado. fe GLOBALIZACION Una amiga mia estudia la vida rural de Africa central. Hace unos afios hizo su primera visita a una zona remo- ta donde iba a efectuar su trabajo de campo. El dia que leg6 Ja invitaron a una casa local para pasar la velada. Esperaba averignar algo sobre los entretenimientos tra- dicionales de esta comunidad aistada. En vez de ello, se encontr6 con un pase de Instinto bisico en video. La peli- cula, en aquel momento, no habia ni llegadoa los cines: de Londres. Anécdlotas como ésta revclan algo sobre nuestro mun- do. Yno son triviales, No es s6lo cuestion de que la gen- te afiada parafernalia moderna —videos, aparatos de television, ordenadores personales, etc— a sus vidas. Vivimos en un mundo de t s que afectan aspecto de lo que hacemos. Para bien 0 isformacion casi a cualquier para mal nos vemos propulsados.a un orden global que nadie comprende de! todo, pere que hace que todos sin: tamos sus efectos, Puede que globalizacién no sea una palabr larmente atractiva o elegante. Pero absolutamente na- die que quiera entender nuestras perspectivas en este partict fin de siglo puede ignorarla. Viajo mucho para hablar en el extranjero. No hay un solo pais en el que la globaliza- ién no esté siendo exhaustivamente discutida, En Fran- cia la palabra es mondialisation. En Espatia y América Lati- na, globalizacién. Los alemanes dicen Globalisierung. La difusi6n global del término testimonia las mismas tendencias a las que se refiere. Toco gurit de los nego- ios habla de ello, Ningitn discurso politico esta comple- to sin una referencia a él. A finales de los afios ochenta, sin embargo, la palabra apenas se utilizaba, ni en la lite- ratura académica ni en el lenguaje cotidiaio, Ha pasado de ningiin lugar a estar casi en todas partes. Dada su repentina popularidad, no deberia sorpren- dernos que el significado del concepto no esté siempre claro 0 que se haya desencadenado una reaccién inte- lectual contra él. La globalizaci6n tiene algo que ver con la tesis de que todos vivimos ahora en un mismo mundo —pero gde qué formas exactamente? ¢Fsla idea realmente valida. Diferentes pensadores han adop- tado posturas completamente opuestas sobre la globali- zacion en los debates surgidos en los iiltimosaiios. Algu- nos se resisten a ella en bloque. Los llamo los escépticos. Segiin los escépticos, toda la palabrerfa sobre la glo- balizacién se queda en eso, en mera palabrerfa. Sean cuales sean sus beneficios, sus desafios y tormentos, la ‘economia globalizada no es especialmente diferente de la que existia en periodos anteriores. El mundo funcio- na de forma bastante parecida a como lo ha hecho du- rante muchos afios, La mayoria de los paises, afirman los escépticos, ga- nan s6lo una pequefia parte de su renta con el comer- cio exterior. Ademis, buena parte del intercambio eco- 20 némico se da entre regiones, en lugar de ser verdadera- mente mundial. Los paises de la Unién Europea, por cjemplo, comercian principalmente entre ellos. Lo mis- mo se puede decir de los otros grandes bloques comer- ciales, como la costa pacifica de Asia o Norteamérica. Otros toman una postura muy diferente. Los deno- minaré radicales. Los radicales afirman que no s6lo la globalizacion es muy real, sino que sus consecuencias pueden verse en todas partes. El mercado global, dicen esta mucho mas desarrollado incluso que en los afios se- senta y setenta, y es ajeno a las fronteras nacionales. Los Estados han perdido gran parte de la soberania que tu vieron, y Jos politicos mucha de su capacidiad para in- fluir en los acontecimientos. No es sorprendente que adic respete yaa los lideres politicos, 0 que nadie ten- ga mucho interés en Jo que tiencn que decir. La era de! Estado-nacion ha terminado. Los Estados, como dice el escritor financiero japonés Kenichi Ohmae, sc han con- vertido en meras “ficciones”. Autores como Ohmae ven las dificultades econémicas de la crisis asiética de 1998 como ejemplo de la realidad de la globalizaci6n, aun- que vista desde su lado destructivo. ‘Los escépticos tienden a situarse en la izquierda poli- tica, especialmente en la vieja izquierda. Pues si todo esto s, esencialmente, un mito, los gobiernos pueden con- trolar todavia la vida econ6mica y ¢l Estado del bienes- tar permanccer intacto. La idea de globalizacion, segiin os escépticos, es una ideologia propagada por librecam- bistas que quicren desmantelar los sistemas de bienes- tary recortar los gastos estatales, Lo ocurrido es, como mucho, una vuelta a lo que el mundo era hace un siglo ‘A finales del siglo x1x habia ya una economia mundial 2 Un mneo sna abierta, con un gran volumen de comercio, incluido el tréfico de capitales. Ybien, gquién tiene raz6n en este debate? Creo que los radicales. El nivel de comercio mundial cs hoy mucho mayor de Jo que ha sido jamas y abarea un espectro mu- cho mais amplio de bienes y servicios, Pero la mayor dife- rencia est4 en el nivel de flujos financieros y de capitales, Ajustada como esti al dinero electrénico —dinero que existe s6lo como digitos en ordenadores—, Ia economia mundial de hoy no tiene paralelo en épocas anteriores. En la nueva economfa electronica global gestores de fondos, bancos, empresas, al igual que millones de in- versores individuales, pueden transferir cantidades enor- ‘mes de capital de un lado del mundo a otro con el bo- t6n de un rat6n. Al hacerlo pueden desestabilizar lo que podian parecer economias s6lidas y a prueba de bom- ba, como sucedié en Asia. Fl volumen de transacciones econémicas mundiales se mide normalmente en délares estadounidenses. Para a mayoria de Ia gente un millon de délares es mucho dinero, Medido como fajo de billetes de cien délares, abultarfa 50 centimetros. Cien millones de délares lle- garian més alto que la catedral de San Pablo de Lon- res, Mil millones de délares medixian casi 200 kiléme- tros, 20 veces mas que el monte Everest. ‘Sin embargo, se maneja mucho mas de mil millones de délares cada dia en los mercados mundiales de capi- tales. Significa un aumento masivn desde solo finales de los afios ochenta, por no referirnos a un pasado mids le- Jano. El valor del dinero que podamos tener en nues- tros bolsillos o nuestras cuentas bancarias cambia por momentos segtin las fluctuaciones de estos mercadios. Por tanto, no vacilaria en decir que la globalizacién, tal como la experimentamos, es en muchos aspectos no s6lo nueva, sino revolucionaria. Pero no creo que ni los escépticos ni los radicales hayan comprendido adecua- damente qué es 0 cuales son sus implicaciones para no- sotros. Ambos grupos consideran el fenémeno casi ex- clusivamente en términos econémicos. Es un error. La globalizaci6n cs politica, tecnol6gica y cultural, ademas de econémica. Se ha visto influida, sobre todo, por cam- bios en los sistemas de comunicacion, que datan inica- mente de finales de los afios sesenta. Amediados del siglo xrx un retratista de Massachusetts, Samuel Morse, transmitié el primer mensaje —"zqué ha fraguado Dios?"— por telégrafo eléctrico. Al hacerlo inicié una nueva fase en Ta historia del mundo. Nunca antes se habia enviado un mensaje sin que alguien fuera a algin sitio a Hevarlo. Y, con todo, la llegada de las co- municaciones por satélite marca una ruptura igual de dramatica con el pasado, Hasta 1969 no se lanz6 el pri- mer satélite comercial. Hoy hay mas de doscientos saté- lites parecidos sobrevolando la Tierra y cada uno porta una inmensa cantidad de informacion. Por primera vez en la historia es posible la comunicaci6n instantanea de una esquina del mundo a otra. Otros tipos de comu- nicacion electronica, cada vez més incorporados a la transmision por saiélite, también se han acelerado en los {iltimosarios. Hasta finales de los afios cincuenta no exis- tian cables especificamente transatlanticos © tanspaci ficos. Los primers contenian menos de cien canales de vor. Los actuales recogen mas de un millon. E11 de febrero de 1999, unos cicnto cincuenta afios despues de que Morse inventara su sistema de puntos y 2 rayas, su codigo desaparecio finalmente de la escena mundial, Dej6 de utilizarse como medio de comunica- cién maritima, En su lugar ha aparecido un sistema que utiliza tecnologia satélite, mediante el que cualquier bar co en apuros puede ser localizado inmediatamente. La mayorfa de los pafses se prepararon para la transicién con tiempo. Los franceses, por ejemplo, abandonaron el cédigo Morse en sus aguas territoriales en 1997; s¢ dieron de baja con un adorno galo: “A todos. Este es nuestro dltime grito antes del silencio cterno”. La comunicaci6n electrénica instantanga no es s6lo una forma de transmnitir noticias o informacién mas r&- pidamente. Su existencia altera la textura misma de nues- tras vidas, scamos ricos o pobres. Algo ha cambiado en Ja esencia de nuestra experiencia cotidiana cuando pue- de sernos mas conocida la imagen de Nelson Mandela que lacara de nuestro vecino de enfrente. Nelson Mandela es una celebridad mundial, y la cele bridad en si misma es, en gran medida, producto de nue- vas tecnologias de la comunicacién, El aleance de las tec nologfas medisticascrece con cada ola de innovacion. Le cost6 cuarenta aitos a la radio conseguir una audiencia de 50 millones en Estados Unidos. La misma cantidad de gente utilizaba ordenadores personales s6lo quince aiios después de que apareciera el ordenador personal. Hicie- ron falta sélo cuatro aftos, desde que se hizo accesible, para que 50 millones ce estadounidenses usaran Inter- net con regularidad. Esun error pensar que la globalizacion s6lo concier- ne allos grandes sistemas, como el orden financier mun- dial. La glohalizacién no tiene que ver slo con lo que hay “ahi fuera", remoto y alejado del individuo. Es tam- 2 Asano Goes bién un fendmeno de “aqui dentro”, que influye en los aspectos intimos y personales de nuestras vidas. El dcba- te sobre valores familiares que se desarrolla en muchos paises puede parecer muy apartado de las influencias globalizadoras, No lo esta. Los sistemas familiares tradi- cionales estén transformandose, 0 en tensién, en mu- chas zonas del mundo, sobre todo al exigir las mujeres una mayor igualdad. Nunea ha habido una sociedad, al menos entre las registradas en Ia historia, en la cual las mujeres hayan sido ni siquiera aproximadamente igua- lesa los hombres. Fsta es una revolucion verdaderamen- te global en la vida diaria, cuyas consecuencias sc estan sintiendo en todo el mundo, en ambitos que van desde cl trabajo ala politica, La globalizacion es, pues, una serie compleja de pro- cesos, y no uno sélo. Operan, ademés, de manera con- tradictoria 0 antitética. La mayoria de la gente cree que laglobalizacién simplemente “traspasa” poder o influen- cia de las comunidades locales y pafses a la arena mun- dial. Yésta es, desde luego, una de sus consecuencias. Las naciones pierden algo del poder econémico que llegaron a tener. Pero también tiene el efecto contrario. La globalizacién no s6lo presiona hacia arriba, sino también hacia abajo, creando nuevas presiones para la autonomfa local, El sociélogo norteamericano Daniel Bell lo describe muy bien cuando dice que la nacién se hace no solo demasiado pequeiia para solucionar los grandes problemas, sino también demasiado grande para arreglar los pequefios. La globalizacién es la razén del resurgimiento de identidades culturales locales en diferentes partes del mundo. Siuno se pregunta, por ejemplo, por qué los es- 2 Us mane occa coceses quieren mas autonomia en el Reino Unido, 0 por qué hay un fuerte movimiento separatista en Que- bec, la respuesta no se va.a encontrar solo en su historia cultural. Los nacionalismos locales brotan como res- puesta a tendencias globalizadoras, a medida que el peso de los Estados-nacién masantiguos disminuye, La globalizaci6n también presiona lateralmente. Crea nuevas zonas econémicas y culturales dentro ya través de paises. Rjemplos son Hong Kong, el norte de Italia y Silicon Valley, en California. O la regin de Bareclona. El area que rodea Barcelona en el norte de Espai adentra en Francia. Cataluia, donde esté Barcelona, esta sélidamente imtegrada en la UniGn Europea. Es parte de Espana, pero también mira hacia fuera, Estos cambios se ven impulsados por una serie de fac- tores, algunos estructurales, otros més especificos ¢ his- toricos. Los flujos econdmicos estan, ciertamente, entre las fuerzas motrices —especialmente el sistema financie- ro mundial— No son, sin embargo, fuerzas de la nai Jeza, Han sido modeladas por la tecnologia y la difusion cultural, asi como por las decisiones de los gobiernos de liberalizar y desregular sus economias nacionales. El colapso del comunismo soviético ha consolidado esta evolucién, pues ningtin grupo significativo de pai- ses queda ya fucra. No fuc un colapso casual. La globali- zaci6n explica por qué y mo encontré su fin el comu- nismo sovitico. La antigua Unién Soviética y los paises de Europa del Este eran comparables a Occidente en cuanto a niveles de crecimiento hasta, més menos, co mienzos de los aitos setenta. Después de ese momento se quedaron atris ripidamente, El comunismo sovicti- co, con su énfasis en la empresa estatal y la industria ra 26 Axion Goes pesada, no podia competir en la economia electrénica mundial. El control ideol6gico y cultural en el que se basaba Ja autoridad politica comunista no podia sobre- ir en una era de medios de comunicacion globales.. Losregimenes soviético y de Europa del Este eran in- capaces de evitar la recepcin de emisiones de radio y television occidentales. La television jug6 un papel di- recto en las revoluciones de 1989, que se han Hamado, con raz6n, las primeras “revoluciones televisivas”. Las protesias callejeras que tenfan lugar en un pats eran ob- servadas por audiencias televisivas de otros, y mucho piiblico se lanzaba entoncesa las calles. La globalizacion, por supuesto, no esta evolucionan- do cquitativamente, y de ninguna manera es totalmente benigna en sus consecuencias. Muchas personas que vi- ven fuera de Europa y Nortcamérica la consideran,y les desagrada, una occidentalizacion —o incluso america- nizacién, ya que Estados Unidos cs ahora la tinica super potencia, con una posicién econémica, cultural ymilitar dominante en el orden mundial—. Muchas de las ex- presiones culturales mas visibles de la globalizacién son estadounidenses: Coca-Cola, McDonald's, la CNN. La mayoria de las empresas multinacionales gigantes estin también instaladas en EE UU. Ylas que no, vienen de los paises ricos, no de las zonas mas pobres del mun- do. Una vision pesimista de la globalizacién Ia tendria mayormente por un asunto del norte industrial, en el que las sociedades en desarrollo del sur tienen poco 0 ningtin peso, La veria destrozando culturas locales, am- pliando las desigualdades mundiales y empeorando la suerte de los marginados. La globalizacién, razonan ak gunos, crea un mundo de ganadores y perdedores, unos a pocos en el camino rapido hacia la prosperidad, Ia ma- yorfa condenada a una vida de miseria y desesperacién. En efecto, las estadisticas son angustiosas. La porcién de renta global de la quinta parte mas pobre de la po- blacién mundial se ha reducido del 2,3 por 100 al 1,4 por 100 entre 1989 y 1998, La proporci6n que se lleva la quinta parte mas rica, en cambio, ha aumentado. En el Africa subsahariana 20 pafses tienen menor renta per c&- pita en términos reales que a finales de los aftos setenta. En muchos pafses poco desarrollados las normas de se- guridady medio ambiente son eseasas o practicamente inexistentes. Algunas empresas transnacionales venden mercancias que son restringidlas o prohibidas en los pai- ses industriales —medicinas de poca calidad, pesticidas destructivos o cigarrillos con un alto contenido en nico- tina yalquitran—. En lugar de una aldea global, alguien podria decir, esto parece mas el saqueo global Junto al riesgo ecolégico, con el que esti relaciona- do, la creciente desigualdad es el mayor problema que afronta la sociedad mundial. No valdré, sin embargo, culpar simplemente a los ricos. Es fundamental para mi razonamiento el hecho de que la globalizacién hoy es s6lo en parte occidentalizacion. Por supuesto que Tas na~ clones occidentales, y en general los patses industriales, tienen todavia mucha mayor influencia sobre los nego- cios mundiales que los Estados mas pobres. Pero la glo- balizaci6n se est4 descentrando cata vez mas —no se encuentra bajo el control de un grupo de naciones, y me- nos atin de las grandes empresas— Sus €fecios se sien ten en los paises occidentales tanto como en el resto. Esto es cierto del sistema financiero mundial y de los cambios que afectan a la naturaleza misma del poder. Axton Gzouss Lo que podria llamarse colonizacién inversa es cada vez mas comtin y significa que pafses no occidentales influ- yen en pautas de Occidente. Los ejemplos abundan: Ia latinizacion de Los Angeles, la emergencia de un sector globalmente orientado de alta tecnologia en In- dia o la venta de programas de television brasilefios a Portugal. — @slaglobalizacion una fuerza que promueve el bien comin? La pregunta no puede contestarse de manera simple, dada la complejidad del fen6meno, La gente que lo pregunta, y que culpa a la globalizacién de agra- var las desigualdades mundiales, suele tener en mente Ia globalizacién econémica y, dentro de ella, el libre co- mercio, Bien, es seguramente obvio que el libre comer cio no es una ganancia absoluta. Especialmente en lo que concierne a Jos paises menos desarrollados. Abrir un pais, o regiones dentro de él, al libre comercio pue- de minar una economia local de subsistencia, Un area que se hace dependiente de unos pocos productos ven- didos en mercados mundiales es muy vulnerable alas al teraciones de los precios yal cambio tecnologico. EI comercio necesita siempre un marco de instittr ciones, al igual que otras formas de desarrollo economi- co. Los mercados no pueden ser creados con medios puramente econémicos, y el grado en que una econo- mia cualquiera debiera ser expuesta al mercado mundial debe depender de un conjunto de criterios. Oponerse, sin embargo, ala globalizacién econémica y optar por el proteccionismo econémico seria una tactica igual mente errénea para naciones ricas y pobres. El protec- cionismo puede ser una estrategia necesaria en algunos momentosy paises. En mi opinién, por ejemplo, Malai- Unmnonesnoess6 sia hizo bien en introducir controles en 1998 para con- tener el chorro de capitales que salia del pais. Pero for- mas mas continuadas de proteccionismo no ayudarén al desarrollo de los paises pobres, y entre los ricos con- duciria a bloques comerciales enfrentados. Los debates sobre la globalizacion que mencioné al comienzo se han concentrado principalmente en sus implicacioncs para el Estadonacion. :Son los Estados. nacion, y por ende los lideres politicos nacionales, toda- via podcrosos 0 son cada vez més irrelevantes para las, fuerzas que modelan el mundo? Los Estadosnacién son, desde hiego, ain poderosos, y los lideres politicos tie nen un gran papel que jugar en cl mundo. Pero al mis- mo tiempo el Estado-nacion se esta transformando ante nuestros ojos. La politica econdmica nacional no puede ser tan eficaz como antes. Mas importante es que las na ciones han de repensar sus identidades ahora que las formas mas antiguas de geopolitica se vuelven obsole- tas, Aunque éste ¢s un punto conflictivo, yo ditia que tuas el fin de la guerra fria muchas naciones no tienen enemigos. Quiénes son los enemigos de Gran Bretana, Francia o Brasil? La guerra en Kosoyo no enfrent6 a una nacion con otra. Fue un conflicto entre un naciona- lismo territorial anticuado y un interyencionismo nue- vo, movido por razones éticas. Las naciones afrontan hoy riesgos y peligros en lugar de enemigos, un cambio enorme en su propia naturale za, Solo de la nacién se pueden hacer estos comentarios. Dondequicra que miremos vemos instituciones que parecen iguales que siempre desde fuera, y Hevan los mismos nombres, pero que por dentro son bastante di ferentes. Seguimos hablando de la nacién, la familia, el 50 Amon Goons trabajo, la tradici6n, la naturaleza, como si todos fueran iguales que en el pasado. No lo son. La concha exterior permanece, pero por dentro han cambiado —y esto esta ocurriendo no solo en Estados Unidos, Gran Bre- taiia o Francia, sino practicamente en todas partes—. Son lo que Hamo énstituciones concha. Son instituciones que se han vuelto inadecuadas para las tareas que estin Mamadas a cumplix. A medida que los cambios que he descrito en este ca pitulo toman cuerpo, crean algo que no ha existido an- tes: una sociedad cosmopolita mundial, Somos la prime- rageneracién que vive en esta sociedad, cuyos contornos s6lo podemos ahora adivinar. Esta trastornando nues- tros modos de vida, indcpendientemente de dénde nos encontremos. No es —al menos por el momento— un orden mundial dirigido por una voluntad humana colec- tiva, Mas bien esta emergiendo de una manera anarqui- a, casual, estimulado por una mezcla de influencias. No esté asentada ni asegurada, sino Tena de inquie- tudes, ademas de marcada por divisiones profundas. Muchos de nosotros nos sentimos atenazados por furer- zas sobre las que no tenemos poder alguno. :Podemos volver a imponer nuestra voluntad sobre ellas? Creo que si, La impotencia que experimentamos no es sefal de deficiencias personales sino que refleja las deficiencias de nuestras instituciones, Necesitamos reconstruir las que tenemos 0 crear otras nuevas. Pues la globalizacién hoy no es accesoria en nuesiras vidas. Es un giro en las propias circunstancias de nucsira vida. Es la manera en Ja que vivimos ahora. IL. Rirsco. Jie de 1998 fue posiblemente el mes mis caluroso de la historia, y puede que 1998, en conjunto, haya sido también el afio mas caluroso. Las olas de calor causaron estragos en muchas zonas del hemisferio norte. En Eilat (Israel), por ejemplo, la temperatura subié hasta casi 46 grados centigrados, mientras que el consumo de agua en el pais aument6 un 40 por 100. Texas, en Estados Uni- dos, suffié temperaturas cercanas. Durante los prime- ros ocho meses del afio cada mes rebasaba el récord de ese mes. Poco tiempo después, sin embargo, en algunas de las areas afectadas por las olas de calor cay6 nieve en lugares que nunca la habjan visto antes. ¢Son cambios de temperatura como éstos el resulta- do de la interferencia humana en el cima mundial? No podemos estar seguros, pero tenemos que admitir la posibilidad de que puedan serlo, al igual que el ma yor niimero de huracanes, tifones y tormentas que se ha registrado en aftos recientes. Como consecuencia del desarrollo industrial mundial, puede que hayamos alterado cl clima mundial y daiado, ademés, una parte mucho mayor de nuestro habitat natural. No sabemos 33 ‘Un Meno newacaDe qué cambios futures acaeceran ni los peligros de sus secuelas, Podemos entender algo de estas cuestiones diciendo que estan todas vinculadas al riage. Espero persuadiros de que esta idea, aparentemente sencilla, descubre al- gunas de las caracterfsticas basicas del mundo en el que vivimos hoy. ‘A primera vista, puede parecer que el concepto de riesgo no tiene relevancia especifica en nuestra época, comparada con. periodos anteriores. Después de todo, gno ha tenido la gente que afrontar siempre una serie razonable de riesgos? Para la mayorfa, la vida cna Edad Media europea era desagradable, tosca y corta, igual que para muchas personas cn las zonas mas pobres del mun- do de hoy en dia Pero aqui nos encontramos con algo realmente inte- resante, Salvo en algunos contexios marginales, el con- ccpto de riesgo no existia en la Edad Media. Tampoco, al menos que yo sepa, existia en las demas culturas tradi cionales. La idea de riesgo parece haber tomado cuer- po en los siglos xvi y xvil,y fue acniiada por primera vez por exploradores occidentales cuando realizaban sus viajes porel mundo. La palabra riego parece haber lege do al inglés a través del espaiiol o del portugués, donde se usaba para referirse a navegar en. aguas desconocidas. En otras palabras, originariamente estaba orientada al espacio. Mas tarde se trastad6 al tiempo, utilizado como en la banca y la inversién, para indicar el cAleulo de las consecuencias probables de las decisiones inversoras para prestamistas y prestatarios. Lleg6 posteriormente a referirse a una amplia gama de diferentes situaciones de incertidumbre. Debo destacar que la nocién de riesgo es inseparable de las ideas de probabilidad e incertidumbre. No puede decirse que una persona corre un riesgo cuando un re- sultado es seguro al 100 por 100. Hay un viejo chiste que explica esto claramente. Un hombre salta desde la azotea de un rascacielos de cien pisos. Al pasar por cada ventana, mientras baja, la gente que hay dentro le oye decir: “Por ahora va bien, por ahora_va bien, por ahora va bien... Actiia como si estu- viera haciendo una estimacién de riesgo, pero el resul tado, en verdad, esta determinado. Las culturas tradicionales no tenian un concepto del riesgo porque no lo necesitaban. Riesgo no es igual 2 amenaza o peligro. El riesgo se refiere a peligros que se analizan activamente en relaci6n a posibilidades futu ras, Sélo alcanza un uso extendido en una sociedad orientada hacia el fiaturo —que ve el futuro precisamen- te como un territorio a conquistar 0 colonizar—. La idea de riesgo supone una sociedad que trata activamente de romper con su. pasado —la caracterfstica fundamental, en efecto, de la civilizacion industrial moderna. ‘Todas las culturas anteriores, incluidas las grandes ci vilizaciones antiguas del mundo, como Roma ola China tradicional, han vivido principalmente en el pasado. Han utilizado las ideas de destino, suerte 0 voluntad de los dioses donde ahora tendemos a colocar el riesgo. En Jas culturas adicionales, si alguien tiene un accidemte ©, por el contrario, prospera, bueno, son cosas que pa- san, 0 €s lo que Jos dioses y espiritus querfan. Algunas culturas han negado de plano la posibilidad de sucesos fortuitos. Los azandes, una tribu africana, creen que cuando una desgracia cae sobre alguien es cosa de bru- 35 LU ono aessocano jeria. Siun individuo se pone enfermo, por ejemplo, es porque un enemigo ha estado haciendo magia negra, Tales actitudes, por supuesto, no desaparecen com- pletamente con la modernizacion. Las ideas magicas y Jos concepios de destino y cosmologia todavia tienen adeptos. Pero con frecuencia siguen siendo supersticio- nes, en las que la gente sélo cree a mediasy practica de manera un poco avergonzada. Las utilizan para respal- dar decisiones de naturaleza més deductiva. Los juga- dores, incluidos los de la bolsa, tienen sobre todo ritua- les que reducen psicologicamente las incertidumbres a lasque tienen que hacer frente. Lo mismo puede decir se de los muchos rieggos que no podemos evitar correr, ya que estar vivo es, por definicién, un asunto arriesga- do. De ninguna manera sorprende que la gente todavia consulte a astrélogos, especialmente en, momentos cru- ciales de su vida. La aceptaci6n del riesgo, con todo, es también con- dicién de excitacién y aventura —pensemos en el pla- cer que mucha gente extrac de los riesgos del juego, de conducir deprisa, de los devaneos sexuales o de las pi- ruetas de una montafia rusa en un parque de atraccic- nes—, Ademas, una aceptacién positiva del riesgo es la fuente misma de la energia que crea riqueza en una economia moderna, Los dos aspectos del ricsgo—su lado negative y el po- sitivo—aparecen en los primeros dias de la sociedad in- dustrial moderna. El riesgo es la dinémica movilizadora de una sociedad volcada en el cambio que quiere deter- minar su propio faturo en lugar de dejarlo a la religion, la tradicion o los caprichos de la naturaleza. El capitalis- mo moderno difiere de todas las formas anteriores de 36 Arwony Gowns sistema econémico por sus actitudes hacia el futuro. Los tipos anteriores de actividad de mercado eran irre- gulares o parciales. Los negocios de mercaderes y comer- ciantes, por ejemplo, nunca habian hecho mucha mella en la estructura basica de las civilizaciones tradiciona~ Jes; todas permanecieron fundamentalmente agricolas yrurales. El capitalismo moderno se planta en el futuro al cal- cular cl beneficio y la pérdida, y, por tanto, cl riesgo, ‘como un proceso continuo. Esto no pudo hacerse hasta Ia invencién de Ia contabilidad, con cl libro de doble entrada, en él siglo xv en Europa, que hizo posible ana- lizar con precision las posibilidades de invertir dinero para ganar mas dinero, Muchos riesgos, por supuesto, como los concernientesa la salud, los queremosreducir tanto como podamos. Por ello, desde sus origenes, 1a idea de riesgo va acompafiada del surgimiento del segu- ro, No debemos considerar s6lo aqui el seguro privado © mercantil. E] Estado del bienestar, cuyo desarrollo puede rastrearse hasta las leyes isabelinas de pobres en Inglaterra, es esencialmente un sistema de gestion del riesgo. Est4 disefiado para proteger contra peligros que antes eran considerados disposiciones de los dioses: en- fermedad, incapacidad, pérdida del empleo y vejer. El seguro es la linea de base con la que la gente esta dispuesta a asumir riesgos. Es el fundamento dela segu- ridad alli donde el destino ha sido suplantado por un compromiso activo con el futuro. Al igual que la idea de riesgo, las formas modernas de seguro empezaron con el uéfico maritimo, Los primeros seguros maritimos se suscribieron en el siglo xvi, Una empresa londinense aseguré por primera vez un riesgo de ultramar en 1782. 37 Lloyds, en Londres, asumié poco después una posicién lider en Ia industria aseguradora emergente, lugar que ha mantenido durante dos siglos. El seguro s6lo es concebible donde creemos en un futuro discfiado por los hombres. Es uno de los medios para ejecutar ese proyecto: proporciona seguridad, pero en realidad es parasitario del riesgo y de las actitudes de lagente hacia él. Aquellos que ofrecen seguros, ya sea en forma privada o sistemas estatales de bienestar, estén, simplemente, redistribuyendo riesgos. Si alguien suscri- be un seguro de incendios para el caso de que su casa se queme, el riesgo no desaparece, El duefio traspasa el ries- go al asegurador a cambio de un pago. El intercambio y wansferencia de riesgos no es un rasgo accidental en ‘una economia capitalista, E] capitalismo es impensable c inviable sin ellos. . Por estas razones, la idea de riesgo siempre ha estado relacionada con la modernidad; pero quiero defender que en el periodo actual este concepto asume una nue- vay peculiar importancia. Se suponia que el riesgo era una forma de regular el futuro, de normalizarlo y traer lo bajo nuestro dominio. Las cosas no han resultado asi. Nuestros mismos intentos por controlar el futuro tien- den a volver hacia nosotros, forzandonos a buscar for- mas diferentes de ligarlo a la incertidumbre. ‘La mejor manera de explicar lo que esta pasando es hacer una distinci6n entre dos tipos de riesgo. A uno lo Tamaré ricsgo extcrno. El riesgo externo esel riesgo que se experimenta como viniendo del exterior, de las suje- cioncs de la tradicién o de la naturaleza. Quiero distin guir éste del riesgo manufacturado, con lo que aludo al riesgo ereado por cl impacto mismo de nuestro conoci- a8 ANTHONT GOES miento creciente sobre el mundo. El riesgo manufact rado se refiere a situaciones que tenemos muy poca ex- periencia histérica en afrontar, La mayoria de los riesgos medioambientales, como los vinculados al calentamien- to global, eniran en esta categoria. Estan directamente influidos por la globalizaci6n galopante que abordé en el capitulo 1. La mejor manera en la que puedo clarificar la distin- cién entre ambas clases de riesgo es la signiente: puede decirse que en toda cultura tradicional, y en la socie- dad industrial hasta el umbral del dia de hoy, los seres humanos estaban preocupados por los ricsgos que ve- njan de Ia naturaleza externa —malas cosechas, inun- daciones, plagas o hambrunas—, En un momento dado, sin embargo —y muy recientemente en términos his- t6ricos—, empezamos a preocuparnos menos sobre lo que la naturaleza puede hacernos y mas sobre lo que hemos hecho a la naturaleza. Esto marca la transici6n del predominio del riesgo externo al del riesgo manu- facturado. eQuiénes somos aqui los nosotras que nos preocup: mos? Bien, pienso ahora en todos nosotros, indepen- dientemente de que estemos en zonas ms ricas 0 mas pobres del mundo. Al mismo tiempo, es obvio que hay una division que, de manera general, separa las regio- nes présperas del resto. Todavia existen muchos mas riesgos tradicionales del tipo mencionade —como el ries- gode una hambruna cuando la cosecha es mala— en Jos paises pobres que se solapan con los riesgos nuevos. Nuestra sociedad vive tras el fin de la naturaleza. El fin de la naturaleza no significa, obviamente, que el mun- do fisico o los procesos fisicos dejen de existir. Se refiere 39 i no oxstocana al hecho de que hay pocos aspectos del ambiente mate- rial que nos rodea que no se hayan visto influidos de algiin modo por la intervencién humana. Muchas co- sas que eran naturales ya no Jo son completamente, aun- que no podemos estar siempre seguros de dénde acaba Jouno y empieza lo otro. En 1998 hubo grandes inunda- iones en China; mucha gente perdié la vida, El desbor- damiento de los grandes riosha sido parte recurrente de Ia historia china. ¢Eran estas inundaciones, en particu- lar, mAs de lo mismo 0 estaban influidas por el cambio climatico mundial? Nadic lo sabe, pero hay algunos ras- gos inustuales de las inundaciones que sugieren que sus causas no fueron completamente naturales. El riesgo manufacturado no concierne sélo a la na- turaleza —o a lo que solia ser la naturaleza—. Penetra también en otras areas de la vida. Tormemos, por ejem- plo, el matrimonio y la familia, que experimentan aho- ra cambios profundos en los paises industriales —y hasta cierto punto en todo e] mundo—. Hace dos 0 tres ge- neraciones, cuando la gente se casaba sabia lo que esta- ba haciendo. El matrimonio, ampliamente fijado por uradicion y costumbre, estaba vinculado a un estado de la naturaleza —como lo sigue estando, por supuesto, en muchos pafses—. Sin embargo, alli donde las mane- ras tradicionales de hacer las cosas se disuelven, cuan- do la gente se casa o forma relaciones hay un sentido importante en el que no saben lo que estén haciendo, porque las instituciones del matrimonio y la familia han cambiado muchisimo. Aqui los individuos estin toman- do un impulso fresco, como pioneros. En tales situacio- nes es inevitable, lo sepan 0 no, que empiecen a pensar cada vez mas en términos de riesgo. Tienen que afron- 0 tar futuros personales mucho mas abiertos que antes, con todas las oportunidades y los peligros que esto con- leva. Al expandirse el riesgo manufacturado, éste adquie- re una nueva inseguridad. El surgimiento de la idea de riesgo, como indiqué anteriormente, estuvo estrecha- mente ligado a la posibilidad de célculo, La mayoria de las formas de seguro se basan directamente en esta co- nexi6n. Por ejemplo, cada vex que alguien se mete en un coche, uno puede medir la probabilidad de que esa persona se yea envuelta en un accidente. Esta es una prediccién actuarial —hay una larga serie temporal por detras—. Las situaciones de riesgo manufacturado no son asi. No sabemos, sencillamente, cual es el nivel de riesgo, y 11 muchos casos no lo sabremos hasta que sea demasiado tarde. No hace mucho (1996) fue el décimo aniversario del accidente en la estacion nuclear de Cherndbil, en Ucra- nia. Nadie sabe cuales seran sus consecuencias durade- ras. Puede que haya, o no, un desastre reservado para la salud en un futuro cercano. Exactamente lo misino su- cede con el episodio del BSE” en el Reino Unido —el brote del llamado mal de las vacas locas— en cuanto a sus implicaciones para los humanos. Por ahora, no po- demos estar seguros de que en algém momento no vaya a caer enferma mucha mas gente que hasta el presente. © considérese dénde estamos en relacién con el cambio climatico mundial. La mayoria de los cientificos instruidos en la materia crecn que el calentamiento glo- * En castellano, FEB (encefalopatia espongiferme boring); hemes mante nido lassigias ingles debido aw difsion generalizada.(N. del) 41 bal esti ocurriendo y que deberian tomarse medidas contra él, Pero s6lo a mediados de los afios setenta la copinién cientifica ortodoxa era que ¢l mundo estaba en uma fase de enfriamiento global, Una evidencia muy sk milar a la que se despleg6 para sostener la hipdtesis del enfriamiento mundial se presenta ahora para reforzar Ia del calentamiento global —olas de calor, rachas de frio, tipos raros de clima—. Esta ocurriendo el calenta- miento global y tiene orfgenes humanos? Probablemen- te, pero no estaremos ni podemos estar completamente seguros hasta que sea demasiado tarde. En estas circunstancias hay un nuevo ambiente mo- ral en Ja politica, marcado por un tira y afloja entre las, acusaciones de alarmismo, por un lado, y de encubri- miento, por oto. Si alguien —un miembro del gobier- no, un cientifico experto o un inyestigador— se toma un determinado riesgo en serio, debe proclamarlo. Debe scr ampliamente difundido porque hay que convencer ala gente de que el riesgo es real —hay que montar un cescandalo—. Pero si en verdad se crea un escindalo y el riesgo resulta ser minimo, los implicadas serdn acusados de alarmismo. Supongamos, no obstante, que Tas autoridades deci- den inicialmente que el riesgo no es muy grande, como hizo el gobierno briténico en el caso de la carne de vaca contaminada. En este ejemplo el gobierno dijo antes de nada: tenemos el respaldo de cieniificos, no existe un riesgo significativo, y quien lo desee puede seguir co- miendo vacuno sin preocupaci6n alguna. En tales situa cioncs, si los acontecimientos suceden de otra manera (como de hecho ocurri6), las autoridades seran acuse- das de encubrirlos, ylo fueron. a2 Axriony Gnas Las cosas son atin mas complejas de lo que sugi estos ejemplos, Paraddjicamente, el alarmismo puede ser necesario para reducir los riesgos que afrontamos —pero si tiene éxito, parece s6lo eso, alarmismo—. El caso del sida es un ejemplo. Gobiernos y expertos hicie- ron una gran representaci6n ptiblica de los riesgos aso- ciados al sexo no seguro para conseguir que la gente cambiase sus comportamientos sexuales. En parte como consecuencia, en los paises desarrollados el sida no se extendié tanto como se habfa predicho en un principio. Entonces la respuesta fue: gpor qué asustabais asia todo ‘el mundo? Pero como sabemos de su propagacién con tinuada en el mundo, hicieron —y hacen— muy bien en actuar ast. Este tipo de paradoja se vuelve rutina en la sociedad contemporanea, pero no hay manera facil de resolverlo. Pues, como mencioné antes, en Ia mayoria de situacio- nesde riesgo manufacturado incluso la propia existencia Ge los riesgos es una cuestion a debatir. No podemos sa- ber de antemano cuando estamos realmente alarman- do y cuando no. Nuestra relaci6n con la ciencia yla tecnologia es hoy diferente de la que era habitual en tiempos anteriores. En la sociedad occidental, durante dos siglos, la ciencia funcioné como una especie de tradici6n. Se suponfa que el conocimiento cientifico superaria la tradicién pero, en realidad, acab6 convirtiéndose él mismo en otra. Era algo que la mayoria de la gente respetaba, pero que era externoa sus actividades. La gente lega asumiaopiniones de los expertos. Cuanto més se implican la ciencia y la tecnologia en nuestras vidas, y ademas a nivel mundial, menos se sos a Un weno oasnoxan0 tiene esta perspectiva. La mayorfa de nosotros —indlui- das las autoridades gubernamentales y los politicos— tenemos una relacién mucho més activa © comprome- tida con la ciencia y la tecnologia de lo que soliamas tener en el pasado. Sencillamente, no podemos aceptarlos hallazgos que los cientificos presentan, aunque sélo sea porque los cientificos estan en desacuerdo entre si con mucha fre- cuendia, particularmente en situaciones de riesgo ma- nufacturado. Ytodo el mundo reconoce ahora el carac- ter esencialmente variable de Ia ciencia. Siempre que alguien decide qué comer, qué desayunar, si tomar café descafeinado o normal, ¢sa persona adopta una deci- sidn en el contexto de informacién cientifica y tecnolé- gica incompatible y cambiante. Pensemos en el vino tinto, Como spcede con otras bebidas alcohélicas, antes se pensaba que el vino tinto era dailino para la salud. Algunos investigadores indica- ron después que beberlo en cantidades razonables pro- tege contra las enfermedades coronarias, Posteriormen- te se descubrié que cualquier forma de alcohol vale, pero que protege solo a personas mayores de cuarenta afios.

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