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Ag, NDICIGN REVISADA Y ACTUALIZADA ‘cién— con los problemas de reciente data planteados por la Futurologia. Se afiadié, también, un capitulo dedicado a la De- moeracia Cristiana que, en los iiltimos tiempos, tiene tuna importante posie{én en Europa y Sudamérica. El cxistianismo, en sus configuraciones demécrata-cristiana, socialista-cristiana y otras, desempeia actualmente una funeién politica mucho més activa que en el pasado. ‘A pesar de no ser el cooperativismo una doetrina olitien sino un sistema de asocincién econdmica, se lo ia conservado y actualizado en esta edicién por su ‘reciente expansién como instrumento de gran utilidad social dentro de] esquema democrético asi como del so- cialista, expansién demostrada con cifras elocuentes. ‘Como en la edicién original, se ha omitido al socie- lismo de Estado, puesto que sus formas moderadas estin incluidas en la teorla del socialismo xeformista y kas extremas (aquellas en que el socialismo de Estado yy ol capitalismo de Estado se hacen difiiles de distin- {guir), caen en la drbita de Jos regimenes totalitarios de tino w otto color, anaiizados en los capttulos pertinentes. Para der mayor autenticidad a la exposicién de los temas, se ha tratado de emplear la terminologia propia de los expositores do cada. doctrina y por el carcter elemental de esta obra se han reducido a lo estricta- mente indispensable Ios citas y referencias bibliogré- ficas que tanto prestigio de erudicién pueden dar aun autor. \ Waurer Monranecro La Paz, Bolivia, 1973, EL FENOMENO POLITICO En zingas generales, lla identificacién o flefinicién ideo. ldgica do un esquema politico depence te Tas caract vistieas que asume Ja interdependencia de tres facto- rex: el indviduo, la goletvide y el Hstadb.) EI remoto origen de esa interdependencis reside en el hecho de que, al despuntar la aurora de su existencia sobre el planeta, el hombre, el “animal politico” de que hablara Arist6teles, encontr6 indispensable y provechoso asociasse con sus Semejantes para hacer fiente 2 la lu- cha por la vida. En ua constante y dinimico proceso de adaptacién a sus necesidades y-aspiraciones recientes, desde lo simple y rudimenterio de la prehistoria hasta lo com= Bee del mundo contempornes, el hombre fue dean io y organizando diferentes mofinas de convivencia dentro de las cuales surgié ineludiblemente el concep to de autoridad. Lo que da su identidad propia a un esquema politico e el caracter do esas normas: su ins- piracién, Sus fines, el radio de accién que tienen y el papel mis 0 menos preponderante que en cada acon fecimiento desempeian el individuo, el Estado 0 la co- lectividad.) EI presente andlisis esta enfocado sobre el mundo modemo que empieza a tomar forma a medida que des- aparecen en Europa los viltimos vestigios del sistema feudal y se sientan las bases de los Estados nacionales. El individualismo (preponderancia del individuo ea el esqiiema politico), cuya expresién.contempordinea es Ia Gemocracta liberal, Gene come finalidad, en lo Hlosdico,- salvaguardar os llamados “derechos inherentes” a ln ‘condicién humana enearnadlos en cada individuo! dere- cho a la vida, la libertad, la felicidad. En lo material, 13 TP op cc mt. FENOMENO PoLiTIco r i complements sgarantizar la propiedad pi sus complement Jaseparables: Ta iniciativa y Ta ey = coe at se izada y regida de modo"que pe: jj (eae ee Greco do aqueloe derechos saint: bles. ‘él hay tun Iimite para el desarrollo) "a a viet Y mnie yes aquel que demarcx y protege Aerechos de los demés,) Los drdenes aco y juico y eee ses Ae las promogavas Snaicuales Pe a dn ee oti Pet rantizar_el desenvolvimiento de la. convivencia soc Tanto riejor desempetard su papel el Estado —~ice el indivic jsmo liberal— cuanto menor. BS COL Tetanus ees nares la filosfia, 0 “leyes del,meroado” en,le econo aa rage ee sb seduce sl ning trictamente indispensable. is tivo final duo es, pues, e protagonist y objetivo fina deity Sider poco ecoubmicn. La LS fe jo protege. (Ver Liberalismo. P deg 9 ee ee er as individualista que propugna la prescindencla Ta des- sunt eee dhe ta dep eas cokspn fa ser me semen psy See ‘Anarguismo.) -on_preponde- de la concepeién colectivista, (con Tancin de Ia colecivicad), que engloba dines formas del socialismo, l-individuo dea ce ser un fin on si-mismo;-To es, solamente, en la rei forma pate de In colectividad, La meta de sidad ri reda sustituida por Ia de la felicidac eee A Reese oviente que on a pre, ls re q EL FENOMENO PoLfrico | 6 Jrogativas individuales no se desenvuelven y desarrollin solamente dentro de sus limites sino que, fenden a in, Nadir Jas prerrogativas ajenas y a servirse de ellas beneficio propio, surge €] nuevo concepto: quien debe servir no es la colectividad al individuo sno éste. a aquélla, Y, al contribuir a Ia felicidad colective, el in, Aividuo se hace acreedor a Ia justa parte de felteidad gu, como miembro integrante de Ia colectividad, le gomesponde, A exo y nada més; queda entendido, por supuesto, que la distribucién de Ios beneficios coolest YOR tanto morales y juidicos como foatriales debe ser ‘gualitaria sin que’quepa ninguna forma de privilegio. a propistad puters perder, Beg aureola easi sagrada que le asignan las teotlas indivi, dlalistas. Y, del plano de preeminencia al que. abla sido elevada, desciende bruscamente al banquillo del peusado, No solamente los socialistas. marxistas. sino hasta Jos utopistas, los mas benignos, lo atsibuyen Ie mayor parte de los males que engendra la sociedad int dividualista, La finioa propiedad respetablo, por consiguiente, es jt gue “cumple una funcién social”, La propiedad de lie fuentes de riqueza (0 instramentos de produceién) debs ser transferida a la colectividad, de manera que'la ri dquezapreducida pase a ser eoleciva'en vex So ea tual Es natural que en el nuevo sistema, et el que #6 reparan las injusticias del anterior, se acentie el sentido dle proteccién a los grupos econémico-sociales que ha, Dian sido menos favorecidas, as diferentes teorias socialists asignan papeles tam: biga diferentes al Estado, De acuerdo con unas (el Marnismo y sus derivados), el Estado fue un simple {fomplice (gendarme eorrupto, sobornado) de la acura lacién de privilegios en un sector minoritario de la so edad. Puede redimixse, empero, si pasa a servir tem: oralmente los intereses de la colectividad, instrument Ta dictadura del proletariado, para morir después, 16 EL FENOMENO PoLit100 ‘cuando su presencia sea innecesaria, Otras (Sostiliseo de Estado), gnan la existencia _permanénte del Botte de Ts colesuvidnds sino tatiten ~y vinta ™mente— del econémico. Si es necesario, debe competir con el individuo e inclusive sustituirlo totalmente, para Ha desaparecido el individuo como héroe del drama social, y también desaparecen los grupos o conjuntos de individuos que, por vazin de su desigual partic pacién en los fendmenos de la produccién y Ja distribu- en “clases”; clase de poseedores In una y desposeida Ia La colectividad entera ocupa el per plano. El planteamiento ideolégico y la lucha politica que se des- te, a igualar In condicién de los desposeides con la de los poseedores, elevando a la primera y despojando a la segunda de los privilegios injustos que le permiticron convertirse en explotadora. (EI individuo y el Estado sirven. a la colectividad sint reserves) desempefiando funciones coadywvantes.. Si, para los Piites de esto servi- cio, debe en un momento dado desaparecer el Estado, éste desaparecer4, Si pasa realizar los fines swpremos de la colectividad el individuo debe sacrificar temporal talidad de cles y aun la vida misma (eso dépende del tipo de socfalismo que se propugne), se pensaré que “el fib josiice los metise™ v ‘ Pero no sélo el individuo o la colectividad protago- tio politico moderno. E! Fstado tiene también su tumo. Pesemas por alto las monarquias absolutes que identifi caban al Estado con su soberano —resabio de las primi- EL FENOMENO Porfti00 Ww kas teoorcis— para refermos Te époos ox qu enn en funcién el nuevo concepto juridico-politico del Es. tado, cuando el liberalismo sefialaba rumbos al pensa- Inet medio do In tompestedoomouice soda ‘reada por Ja Revolucién Industrial. Pooo 2 poco y a medida que el individvalismo libe- ral sin freo demuestra su incapacidad pare encarar los problemas que plantea el complejo desarrollo de la so- Giedad modema, el intersencionismo estatal gana terre- no. No se lo desea, pero tainpoco se lo puede evitar. Ya se habia hecho indispensable el Estado-como autoridad regadara del orden soi y sy avancs en el campo dele actividad econémica es més un producto de ld ecesidad que de la doctiina, Al sobrevenir Ins depre- Slons 9 2s quo ponalcanate marcan el ease del desarrollo capitalista, el Estado tiene que desempefiar tuna funeién cada vez més activa. Llega, inclusive, a crear fuentes de trabajo en gran escala, cuando la des Seupaclon amonara con ol fambo a illnes do see El jmp pon ets mata I pn del New Deal del Presidente de los Estados Unidos:de Norteamérica, Franklin D. Roosevelt, falsamente inter- pretads como un paso deliberado hacia el socialismo, Cuando en reiidad fue un recurso extrem para salvar al capitalismo norteamericano después de a crisis ini- ada'en 1029 Thum superadas as situaciones de emergent, el Bs tado ya 8a puede excluirse de las relaciones normales del capital con el trabaja y entra a regular el mercado labors! forzando Ja ley de la oferta y la demanda o dingrendo con sv autsidad Tos conhictn chee ee las exigencias de los obreros en busca de gréjanes’sala¥-, rigs y benelicios marginales. El “Mal” dé a interyen- cién del Estado es proferible a los que,édisionarTa nd gueva de huelgas y lockouts (cierrge dg flbricas.y fe tivo apets Gtras fuentes de trabajo). Con exiterio to de estos problemas, el Estado legétla ef materia. so- \ ‘ 18 EL FENOMENO PoLiTI00 cial, sefialando, por ejemplo, salarios minimos ojestable- ‘eiendo un sistema més 0 menos completo, segiin los as0s, de medidas de proteccién para los trabajedores, Por supuesto, la guerra modema, que se libra tanto en Jos campos de produccién como en los de batalla, mpone Ia categsrica intervencién del Estado tanto en éstos como en aquellos. Ni uno solo de estos pasos deja de ser objetado por tos oboecados partidaio del eralimo pure; partion larmente por los representantes del capitalismo que ven en el Estado un intruso agresivo que tiende @ despo- jarlos de sus prerrogativas y privilegios. Lo que esos iberales no ven o no quieren ver es que el Estado (“el Estado burgués” como lo llamaria Marx), no hace sino Uberarlos de conflictos mayores y, en iiltimo andlisis, de la ruina, Cegados por el fantasma del Estado, ene- igo tedrico de la libre empresa, no reconocen all Es- tado como aliado en la préctica Hay, empero, un punto en que este género de interven cionismo estatal mas o menos indirecto es insuficiente, y se piensa en otro Estado que ya no se limite a des- éempetiar funciones de supervigilancia, de mediacién, re- gulacién y de reseate, en iiltimo trance, respecto al indi Yiduo. Yes entonces euando nace In idea del Estado socialista. Dicho de una vez, el Estado que ya no servi- 14 al individuo sino a la colectividad Se estatizan los instrumentos de produceién, Depen- diendo esto del grado de avance del socialismo en nombre del cual ectie el Estado; la estatizacion abarce solamente a las grandes fuentes de produccién o se aplica con eardeter mis 0 menos general. Este proceso se inicia con las minas y los yacimientos de petréleo (recursos naturales agoiables), pas por la. industria siderdrgica (de valor estratégico) y ega a los ferro- carries y otros medios de transporte para llegar even- tualmente a la industria manufacturera. Suecia constitu- EL FENOMENO Porizico 19 ye uno de los ejemplos tipicos del socialismo de Estado, con la circunstancia curiosa y digna de anotarse, de que ese hecho econémico no afecta al sistema politico, que se mantiene dentro del marco de la democracia Tepresentativa y la monarqula. constitucional. Sélo en condiciones anormales, como las derivadas de una gue- ra, Ia intervencién dei Estado llega, en estos esquemas politicos, a regular por bastante tiempo la distribucién y consumo de articulos, mediante el racionamiento y Jas “congelaciones” de precios, salarios, alquileres de vivienda, eteétera. A veces, aun gobienos no estatistas como el’de los Estados Unidos, aplican estas medidas con cardoter de emergencia, como reguladores transi- torios de la economia y de Tn estabilidad monetaria (prineipios de la déoada de 1970). Queda mis lf, oto tipo de Bstado: el que con vigencia temporal propugna el comunismo, para poner- Joven manoz de le "hictadura ol proletrkdo’, como instrumento de poder politico destinado a realizar Ia transicién de la sociedad burguesa a ia sociedad comu- nista, sin clases, del futuro. Lo que, en concepto de los comunistas, justifica a este Estado absorbente y dicta- torial es sui necesidad “transitoria”, ya que, en la otra sociedad hipotética, del futuro, el Estado habe desapa- reeido también, junto con las clases, total y definiti vamente, Por su parte, los anarquistes individualistas pres- cinden del Estado y de Ja colectividad, para dejar al individuo solo, libre y voluntariamente asociado en pe- ‘quefias agrupaciones constituidas con fines de servicio mutuo; mientras quo los anarquistas comunistas elimi- nan al Estado y al indivduo para dejar ala colectvidad sola. La carrera del Bstado no ha concluido todavia. Falta la ‘iltima etapa, aquella en que, imperativamente, lo recla- ma todo para si, / EL FENé«ENO orfr150 Ya no es el Estado que sirve al individuo dentro de las teorias demoliberales, ni el que sirve a la colec« tivided en el socialismo; tampoco se hace perdonar su presencia en fincién de los altos intereses individuales 6 colectivos a los que consagra su existencia, ni ofrece humildemente, como en el comunisino, desaparecer cuando no se lo necesite, Este, ef Estado fascista 0 nazi, es un fin permanente fen si mismo. Nacido de eoneepeiones filosbficas como Ja de Hegel, aleanza identidad y madurez plena en la Alemania nazi y la Ttalia fascista. La totalidad de -Ia vida colectiva gira on torno a su servieio y ese servi- cio acaba por convertisse en una mfstica. Le’perte de la colectividad que se consagra absolutamente al Estado (el Partido) se hace, por ello, acreedora a todas Ios mivilegios y se considera a s{ misma una minorla se- lecta: la élite. El resto no tiene derechos propios sino los que el Estado por autodeterminacién, le “concede”. Es importante observar que mientras las doctrinas demoliberales asf como las socialistas cifran su validez ‘en el concepto politico, juridico y moral de que expre- san la voluntad de la mayoria’ de la colectividad, y justifican sus fines en razén del beneficio que signifies- ria para esn mayoria, el nazifascismo rechaza las con- cepciones mayoritarias y s6lo reconoce a la minoria come fuente de poder, como instramento de realiza- cidn politiea y aun como objetivo, en cuanto esa mi- noria tiene identificado sa destino con Jos destinos supremos del Estado . En Jo econdmico, el Estado nazifascista toma el eon- trol de las industrias capitales (sobre todo aquellas que tienen esteecha relacién con los programas de formacién y preparacién militar de la nacién); pero se sirve de Ia anprsa privada, dando als propietaris a la cabeca de sus negocios, bajo una estrecha programacién, direc- cién y vigilancia estatales. En otras palabras, el Estado prefiere fener a alguien que sea personalmente respon- | BL FENéMENo PoLirtco 21 sable de las fallas que pudieran ocuivin; pero ese ak ey te een aus anes Ia verdadea drbein de empresa y las relaciones entre el capital esti det t2do supeiadas los inelses fel aed El Estado, ampliando su acién integral (por eso se Mama Estado totalitario}, 2 todas los dmbitos de la vida cofectiva, imprime también una direceién inflexible a la educacién, la literatura, el arte y aun Ja ciencia. Por lo que puede verse, este Estado, en sur concepeién integra. 1b, ng es muy diferente del que ejerce la dictadra roletario, aunque, por supuesto, i Y flidades son tlaineate Ufeenten neem De este mado conchive el examen sucinto de toda la gama de relaciones politicas entre el individuo, la colee- lividad y el Estado, desde el momento en que el a viduo comienza a asociarse (en. ¢] mundo primitive) con sus semejantes para la satisfaccién de sus necesi- dades inmediatas y elementales, hasta que el Estado (que tuvo su origen en esa asociacién), se convierte en 1 ente semidivino. Es de advertir que el individuo empieza aceptando por necesidad el imperio de la autoridad instituciona. Handa en el Estado, El jefe primitivo (mezcla de sucer- dote y cavdillo) funda su derecho en la fuerza, en la habilidad para conducir a los demas y alega poderes sobrenaturales para justificar sus prerrogativas. Més tar. de los reyes dicen derivar su poder de Dios. Finalmente, surge el concepto juridico-politico del Estado (La Ciut dad Estado y luego a! Estado Nacién), con su atributo esencial de soberania. El individuo acepta todo esto, primero, porque la presencia de la autoridad le ee util para el resguardo, siquicra relativo, de su seguridad y sus intereses (por pequefios que éstes sean); segunda, porgue se lo imponen a le furan y no lo. queds oad Temedio que acomodarse a las circunstancias, Pero, ir variablemente, acaba por rebelarse contra la autoridad, 22, EL FENOMENO POLiTICO Tha expresién extrema de esa rebelién es la anarguias as formas menos radicales incluyen a todas las teorfas y toda ln nceién politics e institucional desarrllada por 2 Meiiviuo en defensa de su ibertad politica y eco- homnica, El capitalista quiere liberatse del Estado por {que le es inobmodo; el proletario quiere lberarse del , Fetado capitalista, En los regimenes totalitarios de una th otra Liliacidn, ol hombse svele Uegar al martirio para txpresar 5u rebeldéa contra Ia opresién estatal. En los egimenes demoliberales, una serie de preceptos inclu dos en las Constituciones Politica de Tos Estados y fen las Leyes secundasias, tratan de limitar y regular Ta Gecion det Estado sabre el individuo. El hombre tiende 8 liberatse de toda forma de opresién. No es aventurado afirmar que gran parte del fend- rneno politico gira, describiendo un efreulo de repeti tion permanente, sigaiendo este proceso: el individu eseasla la libertad absolute; pero como todos Jos in- ‘Gividuos Ta desean también simultineamente, lega wn momento en que surge el conflicto de unas libertades Gqoe tsatan de expandirse a costa de Tas otras: entonces BP yace indispensable un sistema de regolacién de la libertad por un procedimiento autoritario, ya que la xe- sgolacibn espomtanee, sstométice, no es posible, no exis: {G; tan pronto come la regulacién autoritaria lega a ser Tnaémods, el individuo rencoiona y clama por Ja ber, tad, El hallazgo de un término ideal entre I libertad Individual y la necesidad de regular Ia coexistencia de jas lbertades iulividuales es, en suma, una de las metas eseniales ce casi todas las doctrinas politics El fenémeno politico es esencialmente dindmico. Un constante proceso de transiciones hace que unos esque- Gnas sustituyan 9 otfos 0, cuando menos, que dentro de Jos snismos esquemas se vayan produciendo snodifica- coiones de mayor o menor importancia. "sCémo se producen esas transiciones? Por un proceso EL PENOMENO FoLirICo 28 evolutivo o por a revolucién. Lo evolutive significa el cambio gradual, sistemético y sin empleo de la violen-\ cia, La serie de transiciones que en los tiltimos 80 af srihaa profelde enix Gran Beta, de regnwnee cialistas a conservadores y viceversa, constituyen un vivo ejemplo de evolucién realizada por Ia via demo- critica. El avance de la legislacin social protectora de los intereses de los trabajadores, en casi todo el mundo, on forma de ole eonsumada, en la mayoria ie los casos, sin alterar la estructura politica de los res- esate TS retiakene ible cién {hablando de auténticas‘revoluciones y no de sim- ples eambios de partidos o de personas en et gobierno). esta representado por In Revolucién Francesa, la Revo- ucién Rusa y la Revolueién China, que alteran total- mente estructura polities, eeonémica socal de ls naciones en euyo Seno se producen. El fendmeno poli- To de Olile Guo siends evelusanati no fue voto ni alteré toda Ta estactra inion dl pas, ne rece anilisis especial que se intentaré - reget tee Ho (Ver Canina) interesante observar que en el pensamiento de Mar amas formas Us ooluctn yin revoustn) encuentran cabida. Cree él que el deterioto constante Gel capitalise abedece a una evolucién inevitable eu- yas conseouencias serin también inevitables (“determi hnismo econémioo” fundado en el proceso dlialéetico). Peco consideca que no deben prolongarse los sufrimien- tos que la injusta distribuctén de la viqueza significan pata el trabajador, hasta que la evolucié culmine por si misma con Ja caida final del sistema capitalista, y que, en un momento dado (no especifiea cuando), "Ia da debe preiptrse mediante la aol, violent, lucion, que transfiera el itieo Durgusia al oltariado, poder pollion det _ Mucho de la controversia politica estaba en la eues- tién metodoligica que se plantea en los siguientes tér- BL FENOMENO roLirico Js posible una evolucién pacfiea quealea efeativamente los fines de la amonia 'y la justia octal? Los fervientes partidatios de la revoluciéa legan in- clusive a considersr indeseables las ventajas que se ob- tienen por la via democritiea en favor de las clases trabajadoras, tales como los aumentos de. salary otras leyes protectoras puestas en vigencla por efecto de la aceién sindieal, porque ~diven ellos las ventajas adormecen el impulso revolucionario de las masas obre- 1as, Tales partidarios de la revolucién creen, de acuerdo on sus texas econémics sobre el valor Ta plusala que, inevitablemente, el trabajador es explotado dentro del régimen capitalista y que, por consiguiente, no hay otra forma de acabar con la injusta explotacién que des- truir el sistema mismo, To cual s6lo puede conseguirse a tiempo mediante la revolucién ya que los recursos de defense del sistema capitalista” son muy grandes y fuertes. Es indudable quo la evolucién, o sea et cambio a través de un proceso gradual y pacifico oftece las pers- pectivas mis geatas y deseables a los dictados de la azén. Pero, para oprobio de Ja pregonada “racionali- dad” del hombre, 1a violencia parece desempefiar wma funcién permanente (casi insustitubble) en el curso de sus actividades y relaciones politias. Lo dijo el propio Thomas Jefferson, uno de Ios padres de Ja democracia norteamericana: “| drbol de la libertad debe regarse de cuando en cuando con sangre de patriotas y tira nos. Es su abono natural”. ¥ la experiencia demuestra, lamentablemente, que no se ha cumplido ninguna de las etapas decisivas de la Historia sin que ello hubiera costado sangre. Las doctrinas politicas propiamente dichas contienen tres elementos integrantes esenciales: 1) andlisis critico del pasado y del presente; 2) programa para un futuro } j | j EL FENOMENO PoLizI00 25 ideal; 8) método de acci6n mediante el cual se efectus- x4 Ja transicién del presente hacia el futuro ideal. La interpretacién y critica del pasado se puede hacer de muchas inaneras; tantas, como formas ha adoptado Ja Blosofia de la historia, Se utlizan muchos guiones o puntos de referencia, Por ejemplo, los utopistas ponian mucho interés en los valores de orden ético, mientras jue los marxistas asignan importancia fundamental al factor econdmico. Aquéllos ven los males del pasado y del presente como resultato de fallas morales del honi- bre; éstos creen que los males se deben a defectos or inicos del sistema econdmico capitalista, El programa para el futuro es un catdiogo de reme- ios para los males dol pasado y del presente. Es pro- ducto de Ia mezcla del desconténto con lo que se tiene y. Ja esperanza de lo que se quisiera tener; amalgama de amargura y de ilusién, Por eso, en el momento opor- tuno, a los forjadores de nuevos programas politicos se les imputé invariablemente “envidia” y “despecho”. ¥ es cierto que, en uma u otra medida, todo lo que ‘acusa progres humano fue amasado con levadura de in- satisfaccién, Como que la mejor bandera de lucha de la oposicién es la que se borda con los errores del gobierno. tra clasificacién separa a los programas cuyo enfo- aque 5 esencialmente etico ¥ juridieo, como la. demo. cracia biveral, de aquellos que busean primero Ia solu- cién del problema econémico-social, verbigracia el mat- EI método o pian de accién contempla, en principio y ea deta, en forma simple o mixta, uno o varlos de Jos miiliples tipos de evolucionismo o revolucionismo, ‘Aun ciertos casos en los que se_adopte por principio al método evolutivo “gradualista’, llega a. aceptarse la posibilidad de la revolucién como recurso de siltima ins. {ancia, cuando todas las puertas del sistema demoerdtico han quedado cerradas por una dictadura. En este punto cextieo, Ia filosofia politica plantea en tikima instancia , | | 4 26 EL FENOMENO Poxirtco | Ia tesis del tiranicidio 0 destruccién fisica deligober- nante despético que ejerce el poder contra la valuntad el puedlo. Por supuesto, todos los métodos de acciin eonducen ‘a un fin inmediato: la toma del gobiemo, puesto que ‘esa posesién del gobiemo, que es Ta materializacién del poder politico, significa la postbilidad —la tinfea con- ereta— de evar directamente a la préctica Jos progra- mas de sustitueién de una estructura politica por otra. ‘Una partido politico que no aspire a tomar de alguna ‘manera el gobierno, no tendria razén de existir. Una cireunstancia de orden cronoligico influye gran- demente sobre el cardcter de las doctrinas politicas: si ellas fueron formuladas antes o después de que sus erea- dores hubieron tomado el gobierno, Las teorias socialis- tas fueron concebidas, todas, con entetiodidad @ ese hecho. El fascismo y el nazismo coneretaron su teoria a posteriori, si bien és cierto que el fundador del nazis- mo, Adolfo Hitler, enuncié desde Ja oposicfén algunos puntos de un programa pragmitico relacionado con Ja situacién de Alemania después de la primera Guerra ‘hundial. En el caso de la doctrina formulada desde el ano, In teoria hace las veces de banderas, en el segun- do, se convierie en una especie de racionalizacién 0 ex- usa para detentar el poder y adolece de todas las fla- quezas de una excuse, No puede, pues, haber doctrina politica valida que no empiece por hacer la eritiea del estado de cosas vi- gente, Si hubiera conformidad plena, Zou seria la ra- 26n para proponer un cambio? Tampoco puede habe: doctrina politica vAlida si, una vez analizados lo males imperfecciones presentes, no se proponen los reme- dios y soluciones. Ni quedaria completo el cuadso si, 2 tiempo de ofrecer el programa de soluciones no se dijera ‘en qué forma se alesnzari el dominio del poser politico ‘indispensable para dar realizacién al programa. BL FENOMENO POLITICO 28 Algo que contrbuye'a mantener latente el conflicto politico a Io largo de la historia es que, tuna vez con- Cebida una doctrina como producto auténtico de tas condiciones de tiempo y de Jugar que la justifiean ¥y Ja hacen necesaria, se trate de aplicarla indefinida, xigida ¢ indiscriminedamente en ép0cas 0 sitios en los que no imperan las mismas 0 muy parecidas condiciones. "Ya'sea que se admita el proceso diactico do la evo- Iucién (coro prescribe el marxismo) © que se adopte el concepta de la “evolucién orginfea” (propugnado por el socialismo reformista), lo evidente es que, como tenemos dicho, el acontecer” politica es esencialmente Fluido y dindmico. Nada de lo que ataie a Ja vida del hombre es estatico, y Ia politica no es sino una funcién vital de Js sociedad humana, De igual manera que en Jo biatigieo, en To politico, todo nace, erece, muere o se tuansiorme.’ Constantemente surgen nuevas posibilida- des ¥ nuevas necesidades, nuevos problemas y nuevas soluciones. En medio de este fendmeno vertiginostmente cam- biante, la posicién politica que ayer parecia adelantada respecto de los acontecimientos, de pronto resulta o es vista como rezagada. Deberia, por tanto, desaparecer del escenario. Pero las posiciones politioas tienden a es- tabilizarse y estratificarse a medida que avanzan en edad. Alguien ha dicho que el revolucionatio de hoy es el conservador de maiana. Como empecinedo anciano que pretende disputar al joven su derecho a ocupar el primer plano, el antiguo esquema se aferia a lo que Hega a considerar suyo para siempre, Y es trigico que, mientras la vejez fisica acusa sintomas indudables, “canas, temblores y acrugas~ que havian esa preten- sién simplemente grotesca, la vejez politica es algo que no advierten quienes la padecen, (Hasta ahora hay ros blancos que mantienen, en el exilio, resabios de Tas funciones de la corte zavisti, con la patética certidum- bre de un retomo,) EI proceso evolutivo, sin embargo, EL PENGMENO PoLfTICO no se detiene y al choear con Tas posiciones irreduotibles surge el conflicto, Se hace, pot tegla general, necesarist la revoluci6n. Los representantes y usufructuarios de Ja posieiin rezageda se constituyen en eampeones do las ‘instituciones nacionales” y anatematizan a los innova- lores con el estigma de “enemigos de Ja seguridad del Estado” y “subversores del orden constituido”. EI getiio de los grandes realizadores politicos consiste fen acomodarse intanténeamente a las necesidades de transformacién del medio socioeconémico en que ac- tian e inclusive en adelantarse a elias. Alli donde con- cluye la facultad de adaptacién y donde se cree haber alcanzado un remanso definitivo (remanso definitive ue Ja Historia niega inexorablomente), eesa la vigen- cia de un esquema, para dar paso a otras fuerzas que pugnan por seguir adelante. Tal flujo constante es el ritmo y la subsistencia de le historia politica, No hay formulas de efieacia permanente. Las que md pueden aprosimaese a una especie de permanencia son Tas que empiezan por admitir que no hay nada permanente y que, por énde, estén dispuestas a sacrifi- car Ie rigidez dogmitica de sus principios y posiciones, ‘pata wlaptarse a las nuevas circunstancias. YY, en cuanté a cirounstancias de lugar, no es Yogico pensar que lo que fue bueno y provechoso alla tenga, indefectiblemente, que ser bueno acd. Si bien existen lineas generales de. conformacién econémica y social que pueden crear lo que amariamos zones de seme- janza o afinidad, hay infinidad de combinaciones de Factores geogrificos, étnicos, histéricos y culturales que demandan adaptaciones y dosificaciones precisas y e: peciales para cata caso. El simple traslade de esquemas . de un sitio a otro, de una a otta nacién, es inoperante, Lo verdadero, Io justo y eficaz de una doctrina es el resultado de condiciones especificas de tiempo, espacio y eirounstaneia, Por lo demés, las lineas de demarcacién ideolégica \ | | \ EL FENOMENO POLITICO © sélo pueden tener rigidez en el momefito mismo en que se opera una gran transformacién (sobre todo de tipo revolusionasio) y en el periodo inmediatamento siguien- te, Poco después, esas lineas fronterizas empiezan a hncerse mAs Hexibles y dificiles de determinar. En todo caso, aunque las lineas ideoldgicas subsistan, las nece- sidades précticas de la vida hacen necesario pasar por sobre ellas en mis de un aspecto, como ser et econbini- 0, comercial o cultural. E50 es Io que actualmente vie- ne ocurriendo entre los polos del eapitalismo y el so- cialismo, vale decir entre los Estados Unidos dé Norte- américa y Rusia y la China Popular, tal como se verd ‘en los capftulos siguientes. 29 LIBERALISMO, Filosofia politica liberal y liberalismo econémico. [Anvecedentcs hiercon {La Revolucion indutral y al capitalismo. {| Las “leyes econémicas naturales” y el ‘mercado. {| El capitalismo como fenémeno socioeco- ndmico. Colonialismo. {| La intervencién del Estado, { Copitalismos de Europa y de América. {| Glosa. Averes de entrar en materia, debemos hacer una. dis dln Sept. "En fa tema contempt, fay dos “liberaismos" gue, no abstant, orig Tekan. pueden vepresentar. posieiones antagénieas, El primero es el que designa a la filosofia politica de’ la Fbertegp del progreso ntelctual y rupture de Tas ca- dengs que ininovilizan al pensamiento, En este senti= Go, diberalismo significa actitud de renovacién y avan- ‘ce, El segando es, concretamente, el liberalismo eco- SBmigo snoldo en af siglo van (cuando. daban 0s pasnt fieiaos el industyalismo maqulnista ye. eaple Bits), ose la teria de lteses fate, «a que dio expresién clisica Adam Smith, como aplicaciin especis fica del liberalismo individualista al fendmeno econd- thc. Esta ela tendancla que hoy se considera conser- ‘oi, rete al progres doa conten colts Dela filosolia.liberel dice el profesor Sabir “puede tomarse él liberalism, con amplia justifiea- ign histévien, como la culminacién contemporinea de toda la tradicién politice occidental, En este Into sen- tido, liberalismo ‘seria igual, en st significado, a lo que ea el uso politico popular se Tama generalmente’ “democraci’ » Goorte H. Sabine, Historia de la teorta politica, FCB, 5 veimp,, 1972. 30 LisERALIs0 Ey En efecto, es tan estrecha la relacién histérica en- tue el liberalismo y la democracia, tal como ésta se la entiende hoy en el mundo occidental, que os dos con. ceptos casi’ se confunden. Por razones de método y con finalidades de aclaracién, hemos separado su exposicién en dos capitulos diferentes. En el presen- te, tratamos del liberalismo econémico y de sw pro- Gucto directo, el capitalism, ¥ 1s ocuparemos mas ex. tensamento del liberalismo como filosofia politica en el relativo a la democracia. Los dos se complementan, Aunque algunas doctrinas politieas contemporéneas tienen antecedentes histéricos en la Antigiedad —como en el caso de la democracia ateniense, © del comunis- ‘mo que preconizaba Platén— Ia conformacién definitiva de esas ideas y su vigencia practira no tienen lugar sino después de Ja calde del feudalism. Y gqué fue del feudalismo? Durante mucho tiempo, y espatialmente bajo el inflyjo del racionalismo. del 5 glo xvm, se penso en la Edad Media simplemente como en la era de Ia oscutidad, de la cual nada ~salvo en el orden teoldgico— habia salido como conteibucién al progreso del mundo occidental. Pero en los iltimos tiempos se ha discutido ese concepto, Las pensadores ‘atélicos contemporinees asignan a Ia Edad Media a funcién de un periodo germinativo, de x Jezcio y sombra fecundes, durante el eual madur6 la simiente del mundo moderno, en tierra fertilizada con despojos de las culturas asoladas por los barbaros que descendieron del Norte hacia el Mediterrineo, Sin penetrar en el sentido de esta controversia que atafie a la filosofia de la historia, nos limiteremos a echar una répida ojeada sobre e} panorama del feuda- lismo que, en términos de tiempo, se extiende desde la cafdt de Roma (alrededor del siglo v de la Era Cristiana) hasta los siglos xmx y x1v en que, con el Tenacimiento como etapa de transicién, so inicia la Edad Modema. 82 ‘LIBERALISMO El pensamiento moraba en la paz de los-conventos, donde a la luz del cristianismo se hacia Ja interpreta- ‘eién de la filosofia clasica, conservando, compilando, ‘iando y comentando los manuscritos de los grandes iibsofos. San Agustin, Santo Tams y otros Padres de Ta Iglesia realizaban un esfuerzo gigantesco para con- ciliar el racionelismo griego (especialmente el asta. ‘élico) con el dogma religioso, (Ver demooracta.) El derecho era un derecho de clase y, en rigor, el derecho del mis fuerte. Lo poco que quedaba de las instituciones juridicas romanias se entremezclaba con el sistema consvetudinario, 0 de Ja eostumbre, impor- ir e impuesto por los invasores del Norte y en par- ticular por tos germanos./La_propiedad (coneretamente de la Gera) oxa adqucias consoldada -y.defendida mediante guerras que Hibraban los seZutes feudales para Perpetua y-ampliar sus dominios/ Los conceptos de Estado. -aparecida_casi por compleio. No habia naciones en el sentido modemo del vocablo. ALos feudos —porciones relativameste pequefias de teritorio— eran gabemadas ranfa_habian des- ce conformidad ‘con. ciertas prictioas de eostumbre, Boro, en Wino andliss, av iY, au jue algunos tratadistas sostengsn que _deterindnadas terhalstas s Felagiones ene sei cnada,_sino Ja indole personal del sefior,daba_un tono sociaLismo, uT6PICO 99 porque no s© puede desconocer, sy presencia en el norama social contemporineo. Y también porque #8 FToposito de organizar pequefias comunidades Frater: Pils, urbanas © rurales, evoca una semejanza, di de atencién con los planes de Tas “Utopias” y * ‘tles" en las que se buscaben nuevas formas de asoci tién y convivencia humana, eminentemente cooperat ‘t, preseindiendo del concepto de autoridad y de las emotes ‘preocupaciones econémicas de Tas socie- iades actuales. ‘Una mayor penetracién exploratoria en la mentalidad y le actitud del hippy coresponde, més bien, a Tos Zampos de Ta psicalogia y de In soctologia que al de la politien. SOCIALISMO CRISTIANO 4 Consideraciones generales. 1 Antecedentes histéricos. 4 La Iglesia Catélica, el problema social y el socialismo, 1 Conceptos fundamentales. {| Glosa Se sosrizne que el cristianismo es mis que uno de Ios ingredientes principales de la “cultura de occidente” su esencia misma, su espiritu, Primero, mediante Ja igle- sia tinea de Roma y kiego por la accién radial de sus diversas ramas, el cristianismo tiene parte activa en la _vida espiritual de centenares de millones de seres hu- manos y en Jos acontecimientos que informan su reali. dad durante 20 siglos en Europa, América y partes de ‘otros continentes. Es, pues, natural que de uno w otro modo el cristianismo haya tenido contacto con los fe- némenos politico-sociales que se desarrollan en ese Japso. "No se conciben ni la cafda del Iinperio Romano ni la del feudalismo sin la participacién decidida del cristia- nismo. Las Cruzadas a tiempo de perseguir su objetivo religioso abren nuevas rutas de comercio. Las guerras de religiin alteran la geografia politiea de Europa. La Reforma Protestante es parte de la génesis de Tas ideas Iiberales. El cura compaiiero de Francisco Pizarro y Jos peregrinos de! Mayflower personifican al ceristianismo tn la conquista del nuevo mundo y en el establecimien- to de lo que serin las colonias de América. La Revolu: cin Francesa creyé necesario decapitar a Dios junto con Ja monarquia francesa como paso indispensable para establecer un nuevo orden. La Revolucién Rusa, qualmente radical en un comienzo tuvo que flexibilizar su conducta con el transcurso del tiempo. El existitnismo no pudo mantenerse ajeno a las con- ‘mociones causadas por la aparicién del socialismo como 4100 SOCTALISMO CRISTIANO 101 participate activo ens tra de, Fugopn Asumié Con relacién a este nuevo personaje del drama politica tuna serie de actitudes que evolucionaron desde breves dislogos cautelosos con el socialismo de tipo utépico y reformista, pasando por una abierta beligerancia eon cl materialismo marxista hasta una convivencia pacificn que deja a salvo ciertos prineipios. ‘El eristianismo es intrinsicamente individualista, por ‘cuanto proclama los valores primordiales del espiritn humano, reflejo de la sustancia divina, Tanto su meta- "1 como stt ética se asientan en el concepto de Ia msabilidad individual ante Dios, y del libre al- ifo, incompatible, por ejemplo, con él determinismo st, exonémco, dsl marae. ‘Pero, por otra parte, también es evidente que la doc- tina do Cristo encierra un profando ¢ inequivoco con: tenido social. La igualdad de los hombres, el amor a Jos semejantes, la caridad misma (en el mis sano y posse send de ete vosabe), Nene sinitud on ‘postulados de las tendencias colectivistas, Al ‘hi hincapié en Je interpretacién del término “caridad! los expositores del cristianismo desprenden de ese con- cepto el cardcter nogativo y superficial que generalmen- te 3e le adjudica, para asimilarlo mas bien al de “ ticle”, Ser caritativo con nuestro préjimo, de acuerdo con el lenguaje de e30s expositores o apologistas, no es darle tuna limosna; es ser justo con él, entregarle lo que justa tonte Te carresponde, en el plano de a sapeetna igual dad de les hombres ante Dios sprendimiento de los bienes terrensles que pre iss Jeale nparta al hombre del desentrno Pe yp del apetito desmedido que es causa y {quecimiento individual de los unos @ Mis de un Padre de In Iglesia empfid tundamente a legitimidad del d (er Comunismo,) Tanto el Anti - 102 SOCTALISMO CRISTIANO ‘Testamentd abundan en conceptos que son prédica de justicia social (algunos de ellos podrian parecer toma- dos de la literatura politica contemporinea); y expre- san seria aprensién respecto a los obstéculos que las riquezas terrenales pueden sembrar en el camino del espirity hacia Ja bienaventuranza eterna. Citaremos so- Jamente Jos ejemplos clésicos. Dice el Libro de los Salmos: “Da, {Oh Diosl, al rey tu juicio y tu justicia al hijo del rey... Para que gobierne @ tu pueblo con pete yep oe He at oprimides del pueblo, defienda a los hijos del Me- nesteroso_y quebrante a los opresores... Tendrd mise- ricordia del pobre y del menesteroso y defenderé la la de los pobres. ..” (72, 1, 2, 4, 18). ¥ los evange- : “No podéis servis a Dios y a las riquezas” (Mateo, 6: 24) “(Cuan diffcilmente enéraran en el reino de Dios Jos que tienen haciendas... Es mas facil a un camello ‘pasar por el hondén de una aguja que a un rico en- trar en ei reino de Dios” (Marcos, 10: 28 y 25). Es, pues, natural gue el cristianismo y él socialismo hubiesen seguido rumbos parses ‘en ciertas etapas del viaje histérico y que, en distintas épocas y formas dife- rentes, se hubiese tratado de refundirlos. Debe obser- ‘varse, de otro lado, que si bien esas corrientes marcha- Se ers permanente y totalmente. No es aventurado afirmar que, en cuanto impacto social, la insurgencia del cristianismo frente a la Roma de los oésares tuvo caracteristicas parecidas a las del comunismo de hoy frente al capitalismo. Las persecu- ciones contra Jos frstianos, Jes motivos que se adu- seeee sears y ton leapt aude Sales fa 2 ctn del Ordon socal! aentuad gos doctrina “subversiva” y “enemiga del Estado" dan crédito a esta comparacién, Y, en efecto, el cristianismo fue una de Jas fuerzas que contribuyé mAs decisivamente a desmoronar el ya SOCIALISMO CRISTIANO 108 carcomido edificio del Imperio Romano, La sangre de los mértizes despedazados por las ficras del cireo era esa sangre que indefectiblemente parece desempenar la faneién de lubricante en los engranajes histéricos que operan los grandes cambios de velocidad del acontecer humano. TLuego vino la Edad Media, En su transcarso, el eris- tianismo tom6 sus formes teolégicas definitivas, y la Iglesia asent6 sw poder temporal. Pero, en estricta ver- dad, no puede decirse Jo mismo de la ética cristiana en el campo social. Poco logré hacer la Iglesia para reme- diar los males de Ia sociedad feudal, Hubo, como en todo tiempo, sacerdotes que se aproximaron a los sier- vvos, pero en ausencia de tna accién oficial definida por parte de Ia Iglesia, Ja sola caridad cristina no tuvo Aleance para tocar el fondo del abismo que separaba alas clases medievales. Es cierto que le Iglesia vivia entonces absorbida por Jas preocupaciones dal poder temporal, en un momento decisive en que tenia que consolidar su existencis. Es asi gue no log vaere de pez en cl onen epi ritual para imprimir el acento de Cristo en ol orden de relaciones humanas que, por diez siglos, caracteriz6 al feudalismo. “derecho de Ja Tglesia a imponer sanciones espi- rituales por actos inmorales quedé reconocido, y s0 lo ejercité aun sobre los reyes. Conforme crecié el pode- Ho de la Iglesia y Ia autoridad de ésta gravit6 én las manos del Papa, el derecho de excomulgar a miembros de la Iglesia desobedientes se convirtié en un arma valiosa, y se establecié la doctrina de que el soberano excomulgado perdfa el derecho a la lealtad de sus sib- ditos.”® Ni aquel “derecho a imponer sanciones espirituales” AR. G, Gettel y L, C. Wanlas, History of Political Thought, 104 SOGIAEISMO CRISTIANO ’ ai la acefén individual de religiosos come, San Vicente de Paul (cuy2 abra britia con ios destellos de los astos solitarios) pudieron poner freno a Jos desmanes del absolutisme y del sistema de privilegios. Durante la Edad Media, la division de clases legaba a veces hasta el clero mismo, Los sacerdotes salidos de Jos estratos inferiores realizaban Ia tarea evangélica, en contacto con el pueblo. Los elévigos aristoeratas ha cian pis de le gles (Sobre as relacones ene el poder divino y el poder temporal, y el pensamiento de'San Agustin y Sarto Tomiey vase el capitulo de la ‘demoeracia.) La Revoluciin Industrial, que lev a su punto cxi- tico el desequilibrio social,’ produjo memorables rexe- ciones entre algunos exponentes de las iglesias catdica Y protestante, Habla dos aspectos que considerar: uno de caréc- ter doctrinal y otto de valor prictico, Desde el primer unto de vista, ls referidos representantes de aquellas amas eristianas eompzendieron que era tiempo de revitalizar, en el campo de In sealidad, las predicas de Cristo. El industielisme hacia patentes, como mun- ca, fs injusticias sociales. El hombre habia encontrado en el capitalismo individualista un enmino sbierto para Ia satifaccién desenfrenada de sus apetitos posesivos. El hombre habia dejado de ser el “préjimo”, el erme- nno en Jesuctisto, para convertise en una especie de “enemigo del hombre, no solsmente en el campo de ba- talla, con las armas en la mano, y por el tiempo que dlurase la contiends, sino dentro de tin sistema organ zado, permanente, de aprovechamiento de los unas @ costa de los otvos. Era hove de Organizar una gran cru zade para fiumanizar, para cristianizar ese mundo en el que los eristianos eran devorados, no ya por las fieras al circo romano, sing por Jos mismos cristianos. Y, desde el punto de vista préctico, algo debia hacer el cristianismo. para poner cat af éxodo de adeptos SOCTALISN40 CRISTIANO 105 ‘desde Jos rediles de lx Iglesia hacia las filas del sovialis- ‘mo militante, rico en promesas de soluciones inmediatas (aunque a la larga probaran ser s6io relativamente efi- caces) para los problemas vitales de las grandes masas. 1a gente que engrosaba las filas de} marsismo era gente que despoblaba los rebafios del Sefior. "En ef campo catélico, corresponcié al sacerdote fran- és Robert de Lamennais inieiar en Francia, a prin pios del siglo xax, un movimiento destivado « apeoxsimar fentte si a Je Iglesia romana y Tas masas trebajadoras de Europa. El planteamiento de Lamennais era simple: Je Iglesia debia ponerse, franca y decididamente, de pparte de los desposeidos, lo que inmediatamente le con- Squstaia Ja simpatiny adhesin de ésos, Al principio, el papa Leén XIF apoy6 a Lamennais, quien de este medio empezd a ganar considerable influencia, Pero cuando se atrevid a pedir que la Iglesia adoptara los prineipios de Ia Revolucién Francesa “Libertad, Igual- dad, Fraternidad’), estimulando adems Je orgeniza- cién de sindieatos y propugnando un gobierno republi- ceano, el Papa le retiré su apoyo. Y ef movimiento del pedie Lamennais qued6 frastiado. Otros sacerdotes, también en Francia y en Alemania (Phiip Joseph Buchez, el obispo Von Kétteler y Franz Hitze), hicieron iguales Centativas encaminadas & es- Gémular un proceso de reforma del capitalismo, cuyos abusos se proponian contrapesar mediante las coopera- tivas; pero también aquellas injeiativas individuales que- daron reducidas a simples enanciados tedxioes, por Fak ta de auspicio oficial y efectivo de Ia Iglesia, Pocos afios més tarde, los pastores protestantes Frede- rick Denison Maurice, Chailes Kingsley y John Ludlow injciaron campaiias similares en Inglaterra, solidar Zindose francamente con las demandas de los tabs. jadores para obtener algunos beneficios justos en aque~ fia era de verdadera crisis social. Su programa estaba fundado en la nocién de que, si bien el socialismo ig- Sy Cee 5 ~ 108 S0CTALISMO cnistIANO noraba las necesidades y aspiraciones espinituales de! hombre, por su parte el crisianismo desouidabe sus ne- gesidadesy agpraciones materiales, De aqudedyjeron Ja Inspirada f6rmmula de que era preciso, simultinea- mente, “cristianizar al socidismo y socializar al cris- tianismo”, Para contrarrestar la tendencia materialista del sooia- lismo extremo, organizaron grandes campafias educati- vas encaminadas tanto a levantar la conciencia politica do tas masas trabajadoras como a inculearles las ense- enzes erstianss, B] cooperativismo constitala el neevio de su plan reformista en materia econéinica, y Hegaron a aceplar el concepto de que las grandes fuentes de riqueza debian pasar a ser de propiedad colectiva. Esta aceién tuvo alguna influencia en Ja legisleci6n social que gradualmente fue adoptando Inglaterra, pero Jas campaiias de los pastores socialistas chocaron con los grandes intereses y Ia iglesia oficial, cuya sccién combinada acabé por dislver también este movinfent, Volviendo al mando eatélico, los papas Leda XIII y Pio XI promulgaron en 1891, y 1981, respectivamente, las enciclicas Rerum Novarum y Quadragesimo Anno cen las cuales formularon severas eriticas contra los ex- ccesos dll capitalismo y proclamaron el derecho de los trabajedores a una justa retribucidn y a otras compen- saciones materiales y espitituales. Ei la tltima de las citadas enciclicas so hace referencia a Ia jornada de tra- bajo y 2 las limitaciones que deberten imponerse al trabajo de las mujeres y los menores de edad. El anterior pontifice, Pio XII, se pronuncié en este mismo sentido en diversas oporfunidades y, por su ac- tnalidad y directa relacién con el fenémeno politico- social contempordineo, es digmo de especial meneién el “Mensaje de Navidad” del afio 1952, en el cual hizo una critica igualmente severa del totalitarismo estatal cn cualquiera de sus formas, asi como del eapitalismo 4 decmedido, considerando que en ambos casos se pro- pitt SOCIALISMO CRISTIANO 107 Guee la subordinacién y anulacién del hombre, del ente individual y de sus altas prerrogatives espirituales, Las frases sobresalientes de ese notable documento dicen: “La solidaridad exige que Ia intolerable y provocativa devigualdad del nivel de vide entre lov iferentes gr s de una naciin desaparezca,.. Representa una in- ‘eluble contiadiceion el hecho do quer para, que todos tengan trabajo, se necesite una eonstante expansién de Ja prodaccién y que, al mismo tiempo, se deje sin deter mina basta qué puto es posible es expansin, sin pro dducir un eatéstrofe, .. No puede uno considerar por mis tiempo el trabajo y el nivel de vida como valores excl. sivamente cuantitativo, sino mas bien como valores en toda Ja extensién del vocablo.” ¥, por otta parte: “Don: de el demonio de la organizacidn invade y tiantza al espirita humano, se revelan los signos de una false y anormal orientacién de la sociedad, En algunos paises, el Estado modemo esta convirtiéndose en una gigan tesca méquina administrativa (que tiene bajo su contro fia gama entera de Ja vida politica, econémica, social « intelectual, desde el nacimniento hasta la muerte.” En razén de sus discrepancias de principio y de mé tedo con el marx, la Iglesia Catlea sums en I ‘eras décadas de este siglo wae posilém beligersate Bipniners Ene tor f coma sot Bs Francia, en los Estados Unidos y en algunos paise: de Sudamérica (Particularmente en Chile) sacerdotes | astores iniciaron desde la década de 1040 campati tinadlas a genat terreno entre las masas trabajadora con objeto de alejarlas del proselitismo comunista. Es digno de mencién en este terreno el experiment politica-religioso iniciado hate afios en Francia dond 5 conhié a im grap de sobreslientes sacordotes je nes la misién de buscar empleo en fabricas conovida: ‘como centros de activided comuniste y realizar all s taree_evangélica. Los nuevos misioneros, llamado “*sacerdotes obretos” vestiian ropa contiento y en ge . 108 SOCTALISMO CRISTIANO neral harian la vide y ol rebejo manual dé un proleta- rio, De esta manera ~se pensé~ intimamente compene- trados de las necesidades y aspiraciones de los obreros, Jes seria més facil aproximarse a ellos y° orieatarlos hacia In fe religiosa. Era una maniobra de infltracién proselitista semajante a la que por su parte realizan los agandistas del comunisine. El resultado fue que a fines de 1958 el Vaticano estuvo a punto de desautorizar el experimento porque tuna buena parte de les sacerdotes acsbaron o fnsexitos en ef Partido Comunista o en franca simpatia eon él Poco antes de producirse la decision final del Vaticano Intervino el clero francés que consiguid mvlorizacién para continuar la prueba por un tiempo mis, pero con severas limitaciones destinadas a impedir que se pro- ujeran resultados contains a los gue se esperabun ‘Otey movimiento social no comunista que invoca “el advenimiento social de Cristo” fue iniciado en Ttalia fen Ia década del 50 por el sacerdote Ricardo Lombar- i quien “con un efército de mil predicadores” se pro- ponia “reorganizar Tas relaciones humanas y sociales, fentre clase y clase y entre individuo e individuo”, De- ofa el padre Lombardi que hay en el mundo actual dos sistemas, el “individualista llamado liberal y el otto 7 “asada en el concepto de la colectividad. El haber ‘puesto todo e} interds en ef individuo ha destintegrado Ih sociedad, ya que lo que realmente ocurre es que en realidad “todos estén contra todos” y eso ha condu- eido al socialisma coma reaceib. Ambos sistemas estin fen un callejon sin salida, Uno sacrifiea a Ja colectiv dad en aras del individuo, y el otra sacrifiea a éste en aras de aguélla. Lo que se necesita es un camming in- termedio. ..” En tiempos més recientes Ia campafia del padre Lombardi ha tomado el nombre de “Movimiento por un Mundo Mejos" que cuenta con In aprobacién euando menos técita de! Vaticano. Dos acontecimientos intimamente relacionados entre si marcan el comienzo de un periods de conmocién en el seno de la Iglesia Catélica: la ascencién de Juan XXIIL al solio pontificio (1958) y el Concilio Vatica- no IT (1982). - De la volntad exondoray Te sensblded social de este Papa y de la amplitud de cxiterio que l impacti 1's delborciones del Conia surgizon nuevon rue bos e impulsos para el pensamiento de la Iglesia. Si Jas repercusiones de tales impulsos Jegaron a tocar (especialmente en los cleros de Holanda y Francia) hasta los bordes mismos del dogma, es fécil imaginar te secu que produsi‘an en el pensmient sie y politico do In Iglesia; una Iglesia que, ademis, come eonsecuencia de jas nuevas normas adoptadas’ en el Concilio, ha flexibilizado considerablemente In estme- ‘uta autortavia piramidal que fue su earacteristica (has: ta la “infalibilidad” del Papa es puesta en duda, gtima- mente, entre algunos teblogos catélicos). En materia social y politica, Ia apertura del Coneilio IT significé una especie de estallido como el que se Produce al satin al tapén que durante mucho tempo 18 estado conteniendo Una poderosa fuerza expansiva. Como es natural en estas citcunstancias, usia parte de In fuerza bruscamente liberada (especialmente Ix actitud de los sacerdotes jovenes), liegd més all de donde estaba previsto, o sea a Ta franca eooperacién con Jos més avanzados movimientos de izquierda, inclusis ve Jos que propioian Ix accién guerrillera, como en el caso del sacerdote colombiano Camilo Torres 0 el de los que fomentaron las infortunadas guerrillas juveniles en Bolivia. La gecién de defensa de las masas desvalidas eo su pais y'de lucha contra el despotismo gubernamen- tal, que protagoniza el obispo brasilefio Helder Cémara es un piinto Jntecmedio entre 14 posiciin conservadora tradicional y el activismo militente de la “lucha arma- da”, como fo es Ja accién de los “sacerdotes del tercer mundo”, enize Jos eneles pueden encontrarse muchos at 10 SOCIALISMO CRISTIANO: gulos de inclinacién izquierdista, comenzando con la moderada que coincidiria con los postulidos del soci lismma cristiano y acabando con Ja identifieactin contu- nista pekinesa 0 castrista El Vaticano, que hasta hace diez 0 quince afios ha- ria excomulgado a los sacerdotes sindicados como ‘eémplices” del comunismo, deja ahora a su grey en libertad de escoger cl camino de su “conciencia per: sonal” siempre que esa libertad no afecte a cuestiones “de dogma'y de moral”. Pero se Ie plantean graves dilemas de autoridad entre las actitudes de los gra religiosos extremistas y la moderada posicién oficial de la Iglesia, definida en documentos memorables como las Enciclices Mater et Magistra (Madre y Maestra) y Pa- com in Terris (Paz.en la Tierra). Mater et Mogistra (1961), est& integramente dedi- cada al aspecto social. Ratifiea, por und parte, las de- claraciones de las anteriores Enciclicas Rerum Novarum y Quadragésimo Anno (va citados en este texto) en favor de la propiedad privada y de In iniciativa privada como bases de Ia actividad écondmica, Por otra, con gran detalle analiza todos los aspectos de esa actividad (Gnclusive ocupdndose del seguro agricola, los impuestos y las cooperativas rurales) proclamando en cada punto €l principio de que las relaciones econémico-sociales, especialmente en el aspecto del trabajo, estén regidas por los principios de la justicia, le caridad y el amor al préjimo y condenando toda forma de abuso 0 explota- cidn, $i bien afirma el principio de la propiedad pri- vada, dicha propiedad debe tener una funcién social y no ser excesiva; como, de otvo Iado, Ja intervencién del Estado en Ta economia puede ser justificable en algunos casos de excepeién, pero no con cardcter prioritario En un acipite en gue rememora (por via de ratilica- cién) la Enciclica Rerum Novarum (dice textualmen- te: “Trabajadores y empleadores deberian regular sus relaciones mutuas en un espiritu de solidaridad humana SOGIALISMO CRISTIANO. uu ¥y de acuerdo con los lazos de hermandad cristiana, Porque la no vegulada competencia que los Ilamados liberales propician y la lucha de clases en el sentido ‘artista, son totalmente opuestos a Tas ensefiantzas cris. anas y a la verdadera naturaleza del hombre.” Pacem in Terris (1963) se refiere como su nombre indica, a los problemas de la paz analizando los més importantes problemas en tomo a los cuales surgen las amenazas belicistas entre ellos, el subdesarrollo y Ta rmiseria, el crecimiento de Ja poblacién (desautorizando una vez més los medios “artificiales” de contro! de la natalidad), etc. Afirma que s6lo puede haber paz si ella esti “fundada en la verdad, la justicia y el amor”, La paz debe estar fundada, ademis, en el respeto « los demés, hombres y puebios y en la préctica do la fra- ternidad. En una “carta sinodal” de 1971, Paulo VI dice que “a misiOn. de predicar ef Bvangelio requiere actaal- mente un empeno radical para ia libeceign, integral del hombre como anticipcién de su salvacién. .” Finalmente, la “Carta Apostélica” de S. S. Paulo VI en el 80 aniversario de Ia Rerum Nooarum vatifica y amplia todos los conceptos y pronunciamientos ante~ riores en materia social, Hace un Ilamamiento a todas Tas fuerzas de la economia para proveer de empleos a los elementos que, a medida que crece la sociedad, se in- corporan a la fuerza laboral Dos secciones de a Carta, dignas de especial aten- cién so refieren al “atractivo de las corrientes socialis- tas” y a In “evolucién historiea del marxismo”. En la primera dice: "...Entre los dliversos niveles de expre- sién del socialismo —una aspiracién generosa y na bisqueda de fia sociedad mas juste, los movimientos histéricos que tienen una organizacién y un fin politico, tuna ideologia que pretende dar una visién total y auté: noma del hombre— hay que establecer distinciones que gguiarén las opciones concretas. Sin embargo, estas dis- ne SOCIALISMO CRISTIANO tinciones ‘no deben tender a consideraf tales. niveles como completamente separados-e independientes. .." En la segunda, explica que para unos el marxismo sigue siendo una préctica activa de la lucha de clases. Para otros, el, ejercicio colectivo de un poder politico y econémico “bajo lx direecién de un partido que se onsidera Al solo expresion Agari del bien de todos, arrebatando @ los individuos y a los otros gru- ‘pos toda posibifidad de inioiativa y de elecciéa. A un terver nivel, el marxismo est6 0 n0 en el poder— se re Sieve 2 una ideologia socialista a base de materialismo hhistérico y de negacién de toda trascendencia. Final- mente se presenta, por otra parte, bajo una forma més atenuada, més seductora para ef espiritu mosterng: ox mo una ctividad cientifica, como un riguioso método de examen de la realidad social y politica...” “Sia través del marxismo. .. pueden distinguirse es- tos diversos aspectos... seria ilusorio y peligroso llegar a olvidar ef fazo intimo que los une radicalmente, at aceptar los elementos del anslisis marxista sin recon0- _ rer sus relacionas con Ta ideologia, al entrar en Ia pric- tea de I luca de cases do su interpretacén mar xista dejando de percibir el tipo de sociedad totalitaria ¥ violenta a gue conduce este proceso.” Como es natural, estos documentos son intexpretados desde todos Jos puntos de vista ideolégicos. La derecha hance hineapié en los asnectos de defensa de la pronie- dad y [a iniciativa privada. El centrismo destaca la me- sora y equilibria de ta posiciin det Vaticano, La iz. jwierda interpreta Jas “ideas expuestas como una jeclaracién de fo socialista, Lo no discutible parece ser que la Iglesia, con su tradicional sabiduria, ha perc ido que las corrientes de este tiempo soplan fuerte mente facia fa iequierda y que no es posible deseano- cer la situacién de las clases desposeidas y de los patses subdlesaerolledos, y que —sean cvales fusren las tensio- | nes que en sa geno deba soportar para mantener so SOCIALISMO CHAsTLANO 118, cohesiin en medio de las divergencias de opiniOn— 1a iglesia no volverd munca a adoptar ni por pasiva una setitud que pueda lamarse reaccionaria 0 retrdgrada. Torlo ello, Acjando a salvo el principio espictualita, el respeto a la libertad de conciencia y al esquema demo- critica de relacién entre el individuo y e) Estado. Dada Ia diversidad de iglesias protestantes y fi inde- pendencia con que actian, es muy éifiel! precisar su Sctitud respecto del problema social y politico, Sin embargo, puede decirse, en términos generales, que ha sido inds'agil que la del eatolicismo. La inclinacién per- sonaf de los pastores protestantes crea los mismos con- {Mictos para sus entidades matrices que la de los sacerdo- tes eatélicos para los Obispos (autoridades mbximas en sus didcesis)y, en grande, para el Vaticano, En el campo de las diferencias que separan a la Tgle- sia Catélica del Comunismo y como muestra de Jo ale- jado que a veces puede estar el dogma de la realidad, 5 caracteristico ef hecho, que causa gran desconcierto entre los observadores extranjeros de que un enorme snimero de militantes comuistasitalianos som fervorosos catélicos con tina conciencia tan convenientemente or- finlzada, que no encuentran discordanela algena entre los deberes, que impone el partido y el devoto cumpli- imiento de sus obligaciones religiosas. Ni el partido ha lograda que dejen de concurric 2 x iglesia, al la Iglesia hha consegnide haceilos votar contra el partido, La in- compatibilidad filos6fiea no parece preocupar en lo més rinimo a estor buenos ciudadanos que, al obrat asi ereen seguramente con légica simplista— cumplic al pie de fa Tetra of precepto de “dar a Dios fo que es de Dios” y darsome si mismos (mediante la presioa politica {que #) comunismo ejerce soine el gobierno), Jo que mis urgentemente necesitan en este valle de ligrimas. La siguiente anéedota, que cuenta un escritor que viajaba por Italia iustra este punto: Fr S0CtALISMO CRISTIANO El duefio de una finea reprochaba su mayordomo ser miembro del partido comunista. "4Cémo es posible que ti, hombre de bien y, sobre todo, catélico, seas miembro del partide? sefix, st no fuera por el partido que exige y ame- nara e nyo Tends ago, me, fo en el pueblo, Sc, do comprendes qu gui cash, tierra, tu Iglesia, ef dia en que suban al gobierno Jos comunistas? TEs que Dios no ha de querer que eso ocurra.” ‘La sucinta resefia de las encrucijadas donde el cris- vianismo se eneyentra cara a caracon las viisitdes del fenomene politico social no estaia completa sin una meneién de lo ocurrido en Ja Rusia Soviética a partic Gal momento en que la tevalulén bolehevigue elind ‘ia iplesin usa oftodona tan angullostda y eorrompia Gomo la monarquia zarista a Ja que se encontraba orgi- nioamente adhesde. Pero el inquebrantale setimiento religioso del pueblo muso ha obligado al Kremlin a acer fransacciones graducles. Empezo permitiendo las fun- ciones del cultp en los templos y en privado siempre ue le Iglesia sno intervenga en cuestiones polities Finalmente aeabd reconociendo a una Iglesin Ortodoxa seguramente organizada con elementos adeptos y ahora mite el calto no silo en iglesias ortostosas sino tare én ex algunas (muy pocas) catélicas y protestantes, ‘Una muy recente mucsta de Ia convivencla peti del Vaticano con el mundo socialist es declan eonjunta suscrita en agosto de 1973 por miembros de tuna delogacién del Vaticano que visite Mosely zepre- sentantes de Ia Iglesia Olicial Ortodoxa. En uno de los plrvafos, los firmantes dicen que “existe una fuerte tendencia hacia algunas formas de ‘socialisma’ en mu- has partes del mundo” y que “hay aspectos positivos en estas tendencias que Jos cristianos deberian recone: tery tata de entender” SOCIALISMO CRISTIANO > a (Ot, tanto o ms reveladora: Un atculo fond 1 fines de agosto de 1973 por “Fides”, agencia infor Inativa de fa Sacra Congregacién para le Evangeiz cién de los Pueblos, dice que “los pensamientos del pre sidente Mao ‘Tse-tung contienen ‘reflexiones cristia nas’ y que la doctrina’maofsta es un socialismo mora en pensamiento y conducta” que anhela Jo “imistice de desinteresado trabajo para fos demas y Ia exaltaciér ‘le la vida simplo y frugal asi como la rehabilitacién d las masas rurales y la unién de las clases sociales”. Los conceptos fundamentales en que se asienta l octrina del socialismo cristiano son una consistent amalgama de los siguientes elementos: a) Ia inspiracién espicitualista del eristianismo, fundada en la responsa bilidad final del hombre ante Dios (no ante st mismo ni ante Ta colectividad, ni ante el Estado); la prédic de Cristo sobre Ia igualdad de Ios hombres ante Dios, el amor al préfimo que se traduce en caridad, er fun ciin de injustioie ¥ solidaridad entre los hombres; & desprendimiento de los bienes texzenales y el repudio d Jos apetitos posesivos desenfrenados: la paz y Ia armo nia como normas de coexistencin social; b) los método politicos de la democracia; el gobierno emanado de 1 voluntad popular, con el debido respeto al libre arbi tia, a Jos atributos de Jn personalidad humana y a Ie libertades eiviles: y Ia evolucién politica desarrollada « través de los métodos democréticos, la legislacidn libre mente discutida y adoptada por mayoria, ete. c) ¢ acento del socialismo sobre la solucién de las probleata de orden econérnico que affigen a las grandes mayorias El eristianismo se apsirta de las formas extremas del so cialismo en el hecho de que preconiza, en ve7. de lo: recursos cogotivos —la huelga, la revolucién—, la edu eacién extensiva dentro de los principios eristianas, par determinar, por influjo del sentimiento rcligioso y 1 exaltaci6n de los valores espirituales y éticos, entre go- bernantes y gobernados, una evolueién reformista. A Is 116 SOCTALISMO CHUSTEANO falta de unidad programética aludida lineas arriba se deben las diversas actitudes —mds 0 menos radicales— “ue unos y otros grupos socialstas eristianos adoptan Fespecto a la socializaciOn parcial e indemnizada de al- mas fuentes de producciin, Pero, en términos genera fs, las iglesias cristianas (salvo las sectas mencionadas en el capitulo del comunismo) se adhieren bésicamente al principio de la propiedad privada con responsa- Dilidad y funcidn social. Dentio.de estas lineds generales action partidos so- ciaberistianos de tan buena trayectoria como la Unién Demécrata-Cristiana de Alemania Occidental (ver De- ‘mocracia Cristiana) que inieid el prodigioso movimiento de recuperacién de ese pais después de In segunda Gue- na Mundial y el covet venezolano de igual prestigio en su altemnativa funoién de gobierno u oposicién durante has ultimas cios décadas. ‘Es indiscutible la benéfica influencia que tuvo el xistianismo en la evolucién del orden social al plantear @ introducir su doetrina en un mundo dominado por el iinperio de la fuerza, del privilegio clasiste, Ye ley de vencedor sobre e| vencido y del amo sobre el esclavo, Los expositores del socialisino cristiano se niegan a ver fen Jesds solamente a un sofiador perdido en In mistica contemplaciéa do las bienaventuranzas ultraterzenas, y Jo presentan, mas bien, como un Tuchador de inmensa asin y ~cuando Io piden las circunstancias— en franca Beligerancia con los defects ¢ irregularidades del mun- do en que le toca vivir y movir. EI Cristo que arroja del templo-a los mereaderes, a latigazos; el Cristo, que fa alos fariseos améndoles “sepuleros blanques- dos" y “raza de viboras”, encaja pesfectamente dentro de este enfoque con el que se pretende mostrazlo como ‘un revolucionario; revolucionario tanto contra Ia socie- dad que le rodea, como contra la misina Iglesia oficial judia, en cayas fuentes, sin embargo bebe su savia teo- légica el cristianismo. SOCIALISMO CRISTIANO u Pasan los siglos, y el cristianismo, otrora revoluce nario erguido frente a Roma con Ia sola arma de su f pierde dinamnismo y se hace conservador. Tanto el siervo del feudalismo como el nuevo esclay eeonémieo, encadenado por Ia Revolueiin Indus reciben escasa ayuda de la Iglesia para la satisfaccis de sus necesidades materiales, pero se acogen a las con pensacione expiunles que eieco ln regi Ba 1 Enanne dstanela que sepata a lo canal de lo esprit segin la coneepeion dualista del cristinnismo, perdi sficacia Ia accion social de Ta Iglesia, aunque mune podra medirse la inmensidad del bien que, en término ‘de consuelo sobrenatural, impactié a los hombres opr taidos por todas las formes de la injusticia, La Reforma, como se ha visto en otro capftulo, fu tuna saendida ‘que, ademas de reactivar a la propi Iglesia romana sacindola de una estratificacién leta uso de nuevo al cristianismo en una plano de actual dad. Dio gran impulso a la concepeién y aplicacis de aquella revolucionaria filosofia politica y teoria eco mite que adving con él nombre Ge Hbertismo. Las conmociones sociales que alcanzaron proporcic nes sismicas a mediados del siglo xix, apenas conic vieron al eristianismo. La dindmica del fenémeno poltico-social en Ja segun a mitad del siglo xx envuelve y “compromete” com rmunea al cristianismo en Ja lucha por la justia, la pa y la superacién integral (espiritual y material) del hom bre. El cristianismo en sus diversas ramas no ha de: ido ese Iamado como lo testimonian en el caso de Catoticismo las Enciclicas y otros documentos citados La Iglesia Catélica sufte grandes tensiones interna determinadas por la fuerza de la corriente de extrem izquierdasdominante entre muchos de sus miembro mis jévenes (sacerdotes y seglares) que @ menudo de terminan situaciones eriticas. Hay pensadores que dan por bienvenida estas cris us SOCIALISMO CRISTIANO de conciencia porque creen que sirven para aguijanear al catolicismo y obligarlo a ocupar un puesto de pri- ‘mera linea entre Jos hombres, “tal como Jesis descen-

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