Para poder hablar de cultura necesitamos conocer el concepto a fondo para
poder implementar una idea de la misma en el contexto en el cual nos desenvolvemos día a día. Entendamos pues, en base a la enciclopedia Salvat, que cultura es el resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio y del estudio de las facultades intelectuales del hombre. Por ello podemos afirmar que es la cultura lo que nos permite transformar tanto al propio hombre como a su entorno. Por otro lado si le diésemos un sentido más antropológico podríamos encontrar a la cultura como el conjunto de elementos materiales e inmateriales (lengua, ciencias, técnicas, costumbres, tradiciones, valores, modelos de comportamiento, etc.) que, socialmente trasmitidos y asimilados, caracterizan a un determinado grupo humano con respecto a los otros.
Podemos entonces considerar que las creencias y costumbres de
determinado grupo social determinan su cultura. Esta puede ser heredada, aprendida o creada. Es decir, un hombre posee la autonomía de decidir sobre su propio “fin en sí mismo”. Para ello puede adoptar las doctrinas y costumbres que su comunidad practica con la finalidad de encajar en ese círculo social haciendo de su cultura una heredada; me refiero a que su vida se rige en torno a las actividades que el ser desde pequeño va identificando que se realizan en su entorno comunitario. Otra manera de formar una cultura es aquella en la cual uno sale de su círculo social-cultural (por ejemplo salir del país) y al llegar a una nueva comunidad aprende un nuevo estilo de vida el cual conlleva enriquecer su cultura o cambiarla por completo. Finalmente tenemos la capacidad de crear culturas, ejemplo de ello serían personajes históricos (filósofos) como Jesús de Nazaret y Buda, quienes encontraron una cultura que conlleva a la felicidad de distinto modo.
Las tendencias que se presentan en nuestra comunidad local apuntan
siempre a una misma cosa. Las culturas de nuestro país coexisten, es decir, viven en un mismo plano terrenal sin embargo no quiere decir que convivan. Para ello podemos asistir al siguiente gráfico que elaboré para explicar más a detalle lo anteriormente mencionado, en él pretendo abarcar la relación entre las diferentes culturas existentes en el mundo, y que a su vez, demostrará que todas nos llevan a un mismo lado, ó por lo menos comparten algunas cosas en común. Supongamos que tenemos la cultura A, B, C, D, E… y que en cada una de ellas encontramos costumbres, prácticas, técnicas, ciencias y valores diferentes. Ahora bien, resulta que pese a que cada cultura cuenta con sus individualidades hay un punto en el cual todas convergen. Y es ese pequeño círculo dónde se junta lo que llamamos Valores Mínimos Compartidos. Es decir, todas las culturas tienen diferencias entre sí, sin embargo para poder coexistir necesitan de la práctica de valores fundamentales que les permitan entre ellas seguir existiendo, entre estos valores mínimos compartidos encontramos; Libertad, Solidaridad, Respeto y Justicia entre otros. Es por ello que contamos con la posibilidad de que culturas con modos de pensar tan distintos puedan seguir vigentes.