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El alcance de la materia (irea) Para hacer mds retlexiones sobee ta metadologia de Is A tuna orientacién preliminar sobre el alesnee de igacion Aistoriea hy hoy no pueden ‘segunda parte de Por el momento, nuestra esbouar los limites generaies de la materis de ia ‘para progoreionar un punto de referencia para ou I odjeto 0 (pa nos dard ra una dei no, sal como se usa en cede ce la pals en los textos de investigaciéa descripcion enacta de S, Me7oce pare as EEE tamoiéa en los griegos [a palabra rsona que sabe, deuna ‘cuando se hacian, esto ba clones eran , ois a) BRIS an ones Sane la “et ie a2) a] Fe | : se ee sindidies 22 is ‘bidem, nég. 106. «L'histoire, disons-aous, est Js science descriptive de la 35 Geschichte-Zwecke durchryarbeites. iden sie ist nichts ais die Tati + mitos. El andtisis de esta cues Iss cuates ta histor es alge mis que sino En detiicigoes mas Catena, gue ng como se he dicho. agieh se Sistorien Las rinciates vere e opinisn sobre’ sis histori dees infos La eeipuesto atiemat va a ta primes os aieration de que los Reshos form us pee Bars mostrar que ene tipo de evinces ss pasado, poctenecen 2 en sstadio srantade det cae olla, 2 puede recoranr Is Gettin de Maton ae Wane 2 otter promis problemas ue on ae Fos camo cienos dha ae uns In necesicad de We Ia cieacia del pasado esan thors, 1a atencion ios objetivos de ja cieacia los se deben a diferencias sobre las cegularidades del simple informe de suezsos. presupone, odvamente, la lociuyendo algunas histonadoces ¢ itistorte conto bistoria serum yes A través de los 5 Hicades basieos: hechos pasados ( 08 el término isto) D9). nactation sone os "La historia coma hechos pasados 3. Stel cérmino se usa ih un mod lender como fa calidad 2 los Recher Alstoriae el aita car inay dels a era. Puesfo aur imatinames tos hechos pasados semcore tobe [a base Ge ie aie cakonee i hechos pasados en gene ue tuvieton lugar en #f desde Ins ideas inspirada: por la ciencia y agus igacion tabee Srica maniestada pat lor ineiideos y tor ere See ie fe historia coma ta summa de ideas sooee ioe aco por ejemplo, ts hatoria Se Page, Lonares historia det mevineate oben El término jrise se was de una ci succes Gens th Ne por lo tenos dor ue Cosy ico que no siem ares rensedn, Es one ors 8 saat imiento invetigacar que reconstrye ie Mecod ade ee im histona de erpretada como el oficic de los estud recur “ 2 8 estudiosos). y en segundo lugar, el rest do Se tal wesonstruccise en forma de una serie de atinmecteres det Cir. a. Stem, Py La Haya. 1862, pas © cOniraife' dels fable quies¢ he Problem of Values, donnes pour faux ou fewtse” * | i a i clencia interpresada cours jas lengues contemporsnes: storia como hechos passdos Se eeerenai ye wae pre see ae a rr los sucesos pasadas Jaramente en relacion con. (6, yacién, 6 decir, el peer a parece evidente: seando usamos proceso invesuugador. Ea narsacion misters, No te sabe bien basta donde podeinos ‘ncluwt 2+ Conienido asociado al proceso investgador mismo, es cee, I enna inter Ga somo actividad. ste problema surge Iniode cienuifco de Investigacion historic {siglo xi), cuando la de los sucesos pasos 4 ua tarracion de efor fucesoe re comlice 9 © que suvo gue Ips condiciones sada wer mas rigurosas ce [a eitiea de tusntes y de 2 precision Ge ia parescidn, £5t0 fi, so0ee todo, Un Togr0 ae! 05 Var la historie at nivel ge una. serdseera Slengla, Et concegio 6 pistria rerum gestarsm, coando se exehigt io que fe 8 fos procedimiencos Ge investgecion, carresponde a la inte-prescion de ig histoma coma una cones s03re fof acontecimiearos pesados, 0 s2a, histor como resultado de la 'abor de un Nstoriasor. Cusne) Jacoby, Ueber die Entwicklung der griechischen Hisioriagraphie ‘Samimitung der gricchocken Hitorertragment, Kio, 1beaetos 430% os ae ia palabra storie (0+) los toed rn. eles eves fon. La lengua posed pusde aceplaris tambien’ prontam [Obras excogides), vol. if, 2° parte, Vasovla, 964. pa. foria se usa en este sentido, normelmente va acompahado Ge F que describe su ambito: decimas, por ejemplo, una historia de la Revolucion Francesa, una historia de Florencia, una historia del cap oria como un procedimiento de aciéa no ‘iene al caso agul, pero términos como Aistoria econdmien, los Rechos pasados en la s,caltura material et hhechas pasados en Is esiera de la economia y a la disciptina que se ocupa de esos hechos pasados, interDt como un procedimiento de ipvestigacion y una serie de afirmaciones sobre esos hechos pasadas. Hemos desmemorado asi tres signiticades basicos del términa siszor: joria coma hechos pasados, Ristoris somo operaciones de investigacién realizadas for un historiadar ¢ historia como ressitata de dichas operaciones de investigecion, #3 Uecie, una serie de alirmaciones sobre los hecho pasados. En los dos ditimos signiticados nos referimos a la historia como ura disc plina cientifica. Esta incerpretacion de [a historia ha evolucionado gradu mente, como so ha mencionado més arriba, siguiendo el desarrollo de la sefiexién sobre los hechos pasados y el desazcolfo de la disciplina que debe La clasificacion de las areas se interss de It metodologie de adopiada mas arriba se corressonde con estas ses intergretaciones de la storia, Cada rama de la metodologia se ovupa de cada una de estos inler SEGUNDA PARTE MODELOS DE INVESTIGACION STORICA Ne a na bei SE AteDds de iy Euro AAG Hasdee ¢ pene foot peraces Cd Samer U4 @ Oo 4A erry 1 Historia, gpara qué? La primera respuesta en acudir a la mente seria: la historia obe- dece a un interés general en el conocimiento. Al historiador fe interesa, como a cualquier cientifico, conocer un sector de la realidad; Ja historia tendria como objetivo el esclare- cimiento racional ‘de ese sector. En este sen- tido el interés del historiador no diferirfa del | que pudiera tener un entomélogo al estudiar | una poblacién de insectos o un botanico al clasificar las diferentes especies de plantas que crecen en una regidn. Igual que al ento- mélogo 0 al boténico, al historiador le basta esa aficin por el conocimiento para justificar su empefio, Sin duda asi sucede con cual- quier ciencia: se justifica en el interés general por ‘conocer, el ‘cual cumple una necesidad de la especie. Porque la especie humana re- quiere del conocimiento para lograr aquello que en otras obtiene el instinto: una orienta- cién permanente y segura de sus acciones en el mundo. Con todo, quien diera esta respuesta co rreria el riesgo de disgustar a mas de un his- toriador. Cualquier historiador pensaria que, después de todo, su disciplina tiene una rele- vancia para los hombres mayor que la de un entomdlogo, y que sus investigaciones, aunque presididas por un interés er conocer, estan motivadas también por otros atanes mas vitales, ligados a su objeto. Una colonia de BS Luts vILLORO abejas no puede despersar en nosotros, diria, 2limismo tipo de interé: que una colectividad humana. Si logramos determinar el objeto al que se dirige Ia atencion del historiador, fren- fe al que retiene la de otros cientificos. da- riamos quiz4 con una diferencia especifica del conocimiento histérico. ‘Un acercamiento podria ser: la historia responde al interés en conocer nuestra situa tion presente. Porque, aunque no se lo, pro- ponga, la historia cumple, una funcién: Ja de Comprender el presente, Desde las épocas en que el hombre empez6 a vivir en comunidad y a utilizar un lenguaje, tuvo que crear in- derpretaciones conceptuales que pudieran ex- plicarle su situacion en | mundo en un mo- Pranto dado. En los pueblos primitivos 1. LA ELECCION DEL HISTORIADOR Tee, IIS? [ Pea $. 1883) La palabra historia esuna palabra muy vieja, tan vieja que a veces oes que rara vez se halegado a querer climinarla Hasta los sociélogos de la escuela durkeheimiana le hacen un lugar, pero para relegarla en el tltimo rincén de las cuencias del hombre: suerte de mazmorras donde arzojan los he- chos humanos considerados ala vez como los ms superficiales y los més fortuitos, mientras que reservan aquello que les parece susceptible de an contrario, aqui conservaremos su significaciGn més amplia, [De antemano la palabra no veda ninguna direccién hacia la cual se pueda orientar la investigacidn: sea de preferencia hacia el indi Guo o hacia [a sociedad, sea hacia la descripcién de las crisis momentiness o hacia la Basqueda de os elementos més durables, ro encierra en si misma ningun credo;nocompromete,conforme con su etimologia primera, a nada més que a la “investigacién”. Desde que aparecia hace mis de dos milenios en los labios de los hombres, sin duda ha cambiado mucho de contenido. En el lenguaje, ée ¢5 el destino de todos los términos que realmente tienen vida, Si las ciencias tuvieran que buscarse una nueva denominacién cada vez que logran una conquista, jeuintos bau- tismos habria y cudnto tiempo se perderia en el reino de.las academias! No obstante, al seguir siendo serenamente fiel a su glorioso nombre helénico, nuestra historia no seré la misma que 186 REDACCION DEFINITIVA + CAPITULOL escribla Hecateo de Mileto, como la fisica de Amperes o de Langevin no es la de Aristételes. {Sin embargo, gqué es la historia? No tendria ningun interés empezar este libro, centrado en torno a los problemas reales ce la investigacién, con una larga y ida definicién. ;Qué trabajidor serio se ha preocupado alguna z de semejantes articulos dz ie'?] Su meticulosa precisién no sélo deja escapar io mejor de todo impulso intelectual, entiéndase: las simples veleidades en el iunpulso hacia un saber todavia no determinado, el poder de extensién. Su mayor peligro es definir con tanto cuidado paradelimizar mejor. “Este tema oesta manera de tratarlo”, dice el guardian de los dioses vérminos, “es lo que probablemente puede seducir Pero ten cuidado, joh efebol: eso no es historia.” ;caso somos una juraduria de los tiempos an tiguos para codificar las tareas permitidas a las gentes de oficio y, una vez cerrada la lista, reservar el ejercicio a nuestros maestros con patente? Los fisicas y les quimicos son més sabios, hasta donde yo sé, jamis se les ha visto pelear por los derechos respectivos de la fisica, de li quimica, de lz quimice-fisicz 0 —suponiendo que este término exista— de a fisica-quimica. No es menos cierto que frente a la inmensa y confusa realidad, el historiador necesariamente es Ilevado 2 delimitar el pom particular deaplicacién desus rerramientas, porende, ahacer una cleccién, la cual evidentemente no serd igual ala del bidlogo, por ejemplo; sino que serd propiariente la eleccién de un historiador. Este es un auténtico problemi de accién. Nos acompafiaré a lo largo de nuestro estudio? "Perle que respect al endo, hablar dl abajo del bstorsor tedosenrio de severe ee que ae ein empezar po: fommarse una Hes a tanto pees del obeto denitnbajo, Pero cs ncermno queen econocinicate del terreno devemboque nece ‘anamieate ca uns defini de dicon.cio%L * Teds ene exporcién figura de manera dfereat a la priser redacin fil delist Poneriormente pase fue resritoy boy ends ubsisten dorbore tmecograis de a elacion APOLOGIAPARALAHISTORIA 137 2. LA HISTORIA Y LOS HOMBRES Algunas veces se ha dicho: “La historia es la ciencia del pasado.” Lo que [2 mi parecer] es una forma impropia de hablar» (Porque, en primer lugar,]!a idea misma quel pasado, en tanto tal, pueda ser objeto de una ciencia es absurda, De qué manera se puede tratar como materia de conacimiento racional, sin previa delimitacién, a una serie de fendémenos cuyo nico punto en comin es ef no ser contemporineos? Podemos imaginar, de manera similar, una ciencia total del Universo en su estado actual? Probablemente en los origenes de iz historiografia, los viejos analistas no se cohibfan con estos escripulos. Narraban aconteci- mientos diversos, cuyo tnico vinculo era haber ocurtido apro- ximadamente en el mismo momento: los eclipses, jas granizadas, la aparicién de impresionantes meteoros mezclados con las bata- 5, los tratados, las muertes de los héroes y de los reyes. Pero, en esta primera memoria de l2 humanidad, confusa como la percep- cidn de un nifio pequefo, un esfuerzo de anilisis sostenido poco a poco ha realizado la clasificacién neceseria. Es verdad que el lenguaje, profundamente tradicionalista, con facilidad otorga el nombre de historia a cualquier estudio de un cambio en la duracién, La costumbre no es peligrosa porque no engafia az nadie. Eneste sentido hay una historia del sistema solar, ya que losastros que lo componen no siempre han sido ta] como los vemos. Esa historia incumbe aa astronomila. Hay uns historia de las erupcio. nes volcdnicas, que estoy seguro ¢s de enorme interés para la fisica del globo. No pertenece a la historia de los historiadores. O al menos no le pertenece sino en la medida en que, de algun manera, quiz sus observaciones se vendrfan a encontrar con las preocupaciones especificas de nuestra historia de historiadores. eCémo se establece en la préctica la reparticién de las tareas? Probablemente con un ejemplo comprenderemos mejor que con muchos discursos. iy doblemente. Dee Ia falsedad que hay em el cama gue se pretende decretar as entre el pasado y el supuesto presente { 138 REDACCION DEFINITIVA + CAPITULOI En el siglo X de nuestra era, un golfo profundo, el Zwin, se encajabaen lacosta flamenca. Después e cegs. ¢A quécampodel conocimiento habria que asignar el estudio de este fendmenc? De entrada todos responderin que a la geologia. gAcaso esta ciencia no fue creada y traida al mundo para tratar asuntos como el mecanismo de los aluviones, el papel de las corrientes marinas, los cambios en el nivel de los océanos?. Indudablemence, Sin em- bargo, sise examinan de cerca, las cosas no resultan tan sencillas Se trata ante todo de escrutar los origenes de la transforma. cidn? He aqui a nuestro bidlogo obligado a hacerse preguntas que yanoson estrictamente de su competencia. Porque probablemen- te el fendmeno fue favorecido cuando menospor la construccién de diques, por la desviacién de canales, por desecaciones, todos ellos actos humanos, nacidos de necesidades colectivas y que s6- lo se hicieron posibles gracias a una estructura social dada, Enel otro extremo de la cadena hay un nuevo problema: el de las consecuencias. A poca distancia del fondo del golfo habia una ciudad: Brujas, que se comunicabacon él por un corto teecho de rio. Por las aguas del Zwin reciblz 0 expedia la mayor parte de las mercancias que hacian de ella, guardadas todas las proporciones, el Londres o el Nueva York de aquellos tiempos. Era notable cémo diaa diael terreno seibacegando. A medida que la superficie inundada se alejaba, los muelles de Brujas se iban adormeciendo, por mis que la ciudad adelantara cada ver mis sus antepuertos hacia la embocadura. Ciertamente no fue esa, ni con mucho, la tunica causa de su decadencia. zAcasollafisica incide sobre lo soc sin que su accibn esté preparada, favorecida 0 permitida por otros factores que provienen del hombre mismo? Peroenel movimien- to de las ondas causales, no cabe duda de que esa causa cuenta como una de las mis eficaces, ‘Ahora bien, la obra de una sociedad que modifica el suelo donde vive segiin sus necesidades es, como todos lo sentimos por instinto, ua hecho “eminentemente histérico”. Las vicisitudes de un poderoso centro de intercambio también lo son. Ea un ejem- plo muy caracteristico de la topografia del saber tenemos, por una parte, un punto de interseccién donde la alianza de dos APOLOGIAPARALAHISTORIA 139 disciplinas resulta indispensable para cualquier tentativa de ex- plicacién y, por la otra, un punto de teansito en el que, una vez que y2 se ha dado cuenta de un fendmeno y sdlo sus efectos hhan quedado sin definirse, una de las disciplinas fo cede definiti- vamente a lz otra, ¢Quées lo que sucedié en cada caso para que la hiscoria haya aparecido de manera tan imperiosa? Aparecié lo humano. En efecto, hace mucho que nuestros grandes antepasados, un Michelet, un Fustel de Coulanges, nos enseflaron a reconocerlo: el objeto de Ia historia es, por naturaleza, el hombre.‘ Mejor dicho: los hombres. Mis que el singular que favorece la abstrac cidn, a una ciencia de lo diverso le conviene el plural, modo gramatical de la celatividad. Tras los rasgos sensibles del paisaje, {las herramientas o las maquinas,] tras los escritos en apariencia mis frios y las instituciones en apariencia més distanciadas de quienes las establecieron, la historia quiere captar a los hombres, Quien no lo logre nunca sera, en el mejor de los casos, sino un obrero manual de la erudicidn. El buen historiador se parece al ogrodela leyenda. Ahi donde olfaea carne humana, ahi sabe que estd su presa. Del caricter dela historia como conocimiento de los hombres se desprende su posicidn particular frente al problema de la ex- presidn, 2Es “ciencia” o “arte”? Hacia 1800, a nuestros bisabuelos les gustaba disertar gravemente sobre este punto. Mas tarde, alrededor de 1890, empapados en un ambiente de positivismo un tanto rudimentario, se pudo ver cudnco se indignaban los especia: + Sin uaicionar a Mare Bloch, creo ques puede colour aqui la not pie de pigins goed babis previo: *Fustl de Coulange,lecibn de aperevra de 1862, eas Reowe de Foie binarigee, tl 1901, p. 203; Michelet, curve dela Excuels Nort, 1929, BperG Monod, tI, p. 127: "Nos ocupamora avez del emudie de hombre individu, ‘emo cela filonlia,y del esradio del hombre socal exo esa bstorin” Conviene agregar (que sais adelaace Pare] djo en uaa {Srmala miscoacisay pleas lo que ls exponicion que se arabs de leer 0 hace ano comentar "Li historia 20 e3 a acumulaciéa de los coutecimieatos de cualquier naturaleza que ocurieron eo el pando. Esla cenca de Tassodedades hussanas ” Peco, mistardelo eremor, quiziasserelurcaal exceola pare el individu ea Ia histori; el lombre et sociedad y ls sociedades no soa das aocioaes ractameate equivalentes” 10 REDACCION DEFINITIVA ~ CAPITULOI listas del método porque en 12s trabajos histéricos la gente daba una importancia, segin elles excesiva, a lo que llamaban la “forma”. [Artecontracciencia, forma contra fondo:}una de tantas querellas que bien vale mandar engrosar el expediente de la escolistica. No hay menos belleza en una ecuacién exacta que en una frase precisa. Pero cada siencia tiene su propia estética del lenguaje. Los hechos humanes son, por esencia, fendmenos muy delicados y muchos de ellos =scapan a la medicién matemitica. Para traducirlos bien, y por !9 tanto para penetrar bien en ellos, (porque gacaso es posible comprender perfectamente lo que no se sabe decir?) se necesita una gr: nfinura de lenguaje, (un color justo en el tono verbal]. Ahi donde resulta imposible calcular, se pone sugerir. Entre la expresion de las realidades del mundo ico y la expresion de las vealidades del espiritu humano, el contraste es, consideréndolo bien, el mismo que entre la tarea del abrero que trabaja con una -resadora y la del laudero: ambos trabajan al milimetro, pero ¢l primero usa instrumentos mecini cos de precisién y el segundo se guia, ante todo, por la sensibi desu oldo y sus dedos. No est: bien que el obrero se contentara con el empirismo del laudero, ni que el laudero se pusieraa imitar aFobrero. :Sepodri negar que asicomo existe un tacto de lamano, existe un tacto de las palabra:? [3. EL Memo HistORICO “Ciencia de los hombres”, hernos dicho. Todavia es algo demasia- do vago, Hay que afiadit: ‘de los hombres en el uempo”. El historiador no sélo piensa lo"humano”, La atmésfera donde su pensamiento respira naturalmente es la categoria de la duracién. En verdad no es facil imag nar una ciencia, cualquiera que sea, que pueda hacer abstraccién del tiempo. Sin embargo, para muchas de ellas, que por cor vencién lo dividen en fragmentos mente homogéneos, (| tiempono representa masque una medida. Por el contrario, el tiempo de la historia, realidad con- creta y viva, entregada a la iireversibilidad de su impulso, es el APOLOGIA PARALAHISTORIA. 141 plasma mismo donde estén sumergidos los fendmenos y es como el lugar de su inteligibilidad. El nimero de segundos, de afios 0 de siglos que un cuerpo radioactivo necesita para convertirse en ‘otros cuerpos es un dato fundamental para ia atomistica. Pero el hecho de que tal o cual de esas metamorfosis haya tenido lugar hace mil afios, ayer u hoy, o bien que se deba producir mafiana, probablemente interesaria al gedlogo, porque la geologia es, a su manera, una disciplina histérica; pero al fisico lo deja perfec. tamente impavido. Porel contrario, ningun historiador seconfor- maré con constatar que César tardé ocho afiosen conquistar Galia y que Lutero necesité quince afios para que del novicio ortodoxo de Erfurt saliera el reformador de Wittemberg. Le interesaré mucho mds sefialar el lugar cronolégico exacto de la conquista de Galia dentro de las vicisitudes de las sociedades europeas, y sin negar en modo alguno lo que una crisis de] alma como la del hermano Martin pudo haber tenido de absoluto, no creeré haber rendido cuenta exacta de ella sino después de haber fijedo con precisién el momento en la curva de los destinostanto del hombre que fue su héroe como de la civilizacién que tuvo por clima, ‘Ahora bien, este tiempo verdadero es, por naturaleza, un continuo, También es cambio perpetuo. De la antitesis de estos dosatributos provienen los grandes problemas de la investigacién histérica. Esto, antes que nada, cuestiona hasta la razdn de ser de nuestros trabajos. En el caso de dos periodos consecutivos extras: dos de Ja sucesién interrumpida de los tiempos —el vinculo establecido por el flujo de la duracién puede ser mas fuerte o més débil que la desemejanza entre ambos ghabri que considerar el conocimiento del periodo mis antiguo como algo necesario 0 como algo superfluo para el conocimiento del mas reciente?) 4. EL IDOLO DE LOS ORIGENES [Nunca ¢s malo comenzar con un mea culpa. La explicacidn de lo ‘mis proximo por lo més lejano, tan preciada por los hombres que hacen del pasado su principal tema de investigacién, no pocas M2 REDACCION DEFINITIVA * CAPITULO! veces ha dominado nuestros estudios hasta la hipnosis. Bajo su forma mis caracteristia, este idolo de a tribu de los historiadores tiene wn nombre: la obsesion por los origenes. En el desarrollo del pensamiento histérico también tiene un momento de auge par- ticular.] Creo que fue Renan quien escribié un dia (citode memoria, por Jo tanto me temo que sin exactitud): “En todas|as cosashumanas, ante todo los origenes son dignos de estudio.” ¥ antes de él, Saint- Beuve habfa dicho: “Espo y noto con*curiosidad lo que comien- za.” La idea es muy propia de su tiempo, tanto como la palabra origenes. A los “Origenes del cristianismo”* respondieron un poco después aquellos de la Francia contemporinea.’ Sin contar los epigonos. Pero la palabra es inquietante porque es equivoca, ‘ignifica simplemente los comienz0s» Eso seria mas o menos claro, Sin embargo, habré que hacer una reserva: para la mayoria lades hist6ricas, la nocién misma de este punto inicial sigue siendo singularmente huidiza. Probablemente el problema es de definicién, De una definicién que (,por desgracia,] con f- cilidad se olvida dar. Por el ontrario, inert scien Pebyre subrays. ? Lacie Febre sustitayé *aquéllo” por “orig Francia comemporiaes” y subray5, "Lucien Febvreenteecomulls “comienzos". 1", entrecomils “orgenes de lt APOLOGIAPARALAHISTORIA 143, inteligencias. Como sucede a menudo —nada es més dificil que establecer entre las diversas ramas del conocimiento una simuha- nneidad exacta— en este caso las ciencias del hombre quedaron rezagadas de las ciencias de la naturaleza. Porque hacia mediados del siglo x1x, estas éltimas estaban dominadaspor el evolucionis- mo bioldgico, que por el contrario supone un distanciamiento progresivo de las formas ancestrales y explica el fendmeno, en cada etapa, por las condiciones de vida o del medio propias del momento. La filosoffa francesa de la historia, desde [Victor) Cousin hasta Renan, recibié el gusto apasionado por los origenes, sobre todo del romanticismo alemin. Ahora bien, este interés, en sas primeros pasos, habia sido contemporineo de una fisiologia bastame anterior ala nuestra: la de los prerreformistas que, a ve ces en la esperma, a veces en el huevo, crelan encontrar un resumen dela edad adulta, Afiddaselaglorificacién deo primitivo que habia sido familiar al siglo XVUl francés. Pero los pensadores de la Alemania roméntica, herederos de este tema, antes de transmitirlo a nuestros historiadores, sus discipulos, a su ver lo habian ataviado con los artificios de muchas seducciones ideol gicas nuevas, ¢Qué palabra nuestra logrard algin dia expresar la fuerza de ese famoso prefijo alemin Ur: Urmenscb, Urdichtung? Todo inclinaba, pues, a esas generaciones a conceder, en las cosas humanas, una importancia extrema a los hechos del principio. No obstamte, otro elemento de naturaleza muy diferente también ejercid su accién, En la historia religiosa, el estudio delos origenes adquirié espontineamente un lugar preponderante, por- que parecfa proporcionar un criterio del valor de las religiones. Especialmente’ de la religidn cristiana. Ya lo sé, hoy en dia algu- nos neocatdlicos, entre los cuales, por otra parte, mis de uno no es catélico en absoluto, tienen la costumbre de burlarse de esas preocupaciones de exégera. “No comprendo vuestra emacidn, confesaba Barrés a un sacerdote que habia perdido la fe. Qué tienen que ver con mi sensibilidad las discusiones de un puriado * Hel valent 144 REDACCION DEFINITIVA + CAPITULO! de estudiosos sobre unas palabras hebreas? Me basta con “lz atmésfera de lis iglesias". Y Maurras, a su vez: *gA mi qué me interesan los evangelios de cuatro judios oscuros?” (supongo que “oscuras” quiere decir plebeyos; porque parece dificil no recono- cer a Mateo, Marcos, Lucas y Juan al menos cierta notoriedad fiteraria.) Céuno alardean estos bromistas! Sin duda, ni Pascal ni Boussuet hubieran hablado asi. Quiz se pueda concebir una experiencia rel giosa que no deba nada ala historia. Al deista puro Je basta con una iluminacién para creer en Dios. No paracreer en el Dios de los ristianos, Porque el cristianismo [ya lo mencioné antes,] es por esencia una religién histérica, entiéndase bien, cu- yos dogmas primordiales se basan en acontecimientos- Vuelvan ustedes a leer sa Credo: “Creo en Jesucristo.... que fue crucifica- do bajo Poncic Pilatos... y que al tercer dia resucitd de entre los muertos.” Ahi los comienzos de la fe también son sus funda- mentos. ‘Ahora bien, por un contagio probablemente inevitable, estas preocupaciones, que en cierta forma de andlisisreligioso podrian tener su razén de ser, se extendieron a otros campos de investiga- cién donde su legitimidad era mucho mis cuestionable. Ahitam- bign una historia centrada en los principios se puso al servicio de Ia apreciacién de los valores. ¢Qué se proponia Taine al escrutar los “origenes” de la Francia de sus dias, sino denunciar el error de uuna politica surgida, a su juicio, de una falsafilosoffa del hombre? Ya fuera en el caso de las invasiones germinicas o de la conquista normanda [de Inglaterra), el pasado se empled con tanto ardor en la explicacién del presente con el nico propésito de justificarlo mejor o de condenarlo. De suerte gue en muchos de los casos, el demonio de los origenes quiz sdlo fue un avatar de este otro cenemigo satinico de la verdadera historia: la mania de enjuiciar. Regresemos sin embargo, alosestudioscristianos. Unacosaes, para la concier cia inquieta que busca para s{ misma una norma, jar su activud frente a la religién catélica tal como se define cotidianamenw en auestras iglesias, y otra es, para el historiador, explicar el catolicismo actual como un hecho de observacién. ‘Aunque para una comprensién justa de los fendmenos religiosos APOLOGIAPARALAHISTORIA 145 actuales sea por supuesto indispensable el conocimiento de sus comienzos, éste no basta paraexplicarlos. Con el finde simplificar el problema, renunciemos incluso 2 preguntarnos hasta qué punto, bajo un nombre que no ha variado, 2 fe realmente ha permanecido inmutable en su esencia. Por intacta que se conside- fe una tradicién, siempre seré necesario dar las razones de su mantenimiento. Razones humanas, se entiende; la hipétesis de una accién providencial escaparia ala ciencia. En pocas palabras, la cuestidn no es saber si Jesis fue crucificadoy después resucitd Lo que ahora hay que entender ¢s por qué tantos hombres a nuestro alrededor creen en la Crucifixion y en la Resurreccién. ‘Ahora bien, la fidelidad a una creencia evidentemente no es sino uuno de los aspectos de la vida general del grupo.en el que ese rasgo se manifiesta, Se sitia en el audo donde se intercalan una multicud de rasgos convergentes, sea de estructura social, sea de mentalidad colectiva. En pocas palabras, plantea todo un problema del am- biente humano, El roble nace de la bellota. Pero llega a ser roble y continda siendo roble sélo si encuentra las condiciostes favora bles del medio que no dependen de la embriologia. Se ha citado la historia religiosa sélo a manera de ejemplo. Sea cual fuere la actividad humana que se estudie, el intérprete siempre se ve acechado por el mismo error: confundir concatena- cién con explicacién. De hecho, esa era la ilusidn de los antiguos etimélogos quienes cereian haberlo dicho todo cuando, frente el significado actual, proporcionaban el significado mas antiguo que se conocia; cua do habian probado, supongo, que la palabra “bureau” original: mente designaba a una tela 0 “timbre” a un tambor. Como si no hhubiera todavia que explicar este deslizamiento. Como si, sobre todo, el papel de una palabra en Ia lengua no fuera tanto como su pasado mismo, dirigido por ¢} estado contemporéneo del vocabu- lario: reflejo, a suvez, de a efapa social del momento. “Bureaux”, en la expresin “bureaux de ministere”, significa “oficinas pabli- cas". Cuando pido “timbres” en la ventanilla de correo, elempleo que hago del término requirié para establecerse, junto con la organizacién lentamente elaborada de un servicio postal, la trans M6 REDACCION DEFINITIVA + CAPITULO! formacién técnica, que para el mayor provecho del intercambio de ideas, susticuyé la impresién de un sello por la aplicacién de tuna estampilla, Ellofue posible sélo porque las diferentes acepcio- nes del antiguo nombre, especializadas por oficios, ctualmente se hhan alejado lo suficiente como para que no haya el minimo riesgo de confundir el timbre de mi carta con, por ejemplo, el timbre gracias al cual el laudero presume de la pureza de sus instru- mentos. “Origenes del régimen feudal”, se dice, Dénde buscarlos? Algunos han respondido “en Roma”. Otros “en Germania". Las razones de estos espejismos son evidentes. En efecto, en uno y otro lugar existian ciertos usos —relaciones de clientela,compaite- rismo guerrero, papel de la renta de la tierra como salario por servicios prestados— que las generaciones posteriores, contempo- rdneas en Europa de las épocas Ilamadas feudales, habrian de continuar. Por lo demas, no sin modificarlas considerablemente Sobre todo, en ambas partes se usaban palabras —tales como “beneficio” (beneficium) entre los latinos, “feudo” entre los ger- manos— que esas generaciones continuaron usando, confiriéndo- les, pocoa poco y sinadvertirlo, un contenidocasicompletamente nuevo. Porque, para desgracia de los historiadores, los hombres rio suelen cambiar de léxico cada vez que cambian de costumbres. Ciertamente, estas on constataciones llenas de interés. y » JNo ba dejato de onlenar la vida de muchas de auesras comunidades cuales Tad ene pirafe fe reserve (Lp. 335) 2B YValohe exp testo es ote parte; principal nzindel epi tridiconalisainsto cus toda las soiedsdesrarales son probablement las condicioney de trabsjow. APOLOGIAPARALAHISTORIA. 153 tune los cerebros mis maleables con los mis cristaliaados. (Sin duda de ahi viene, antes que nada, el rradicionalismo inherente a tantas sociedades campesinas, El caso es particularmente claro. No es tnico. Como el antagonismo natural a los grupos de edad se da principalmente entre grupos limitrofes, mas de una genera tid de jovenes se debe 2 ls lecciones de los viejos por lo menos tanto como a la de los hombres maduros.) ‘Con mayor razén, lo escrito faclita enormemente [,entre dos generaciones a veces muy separadas,}esas ransferencias de pensa- inientos que propiamente dan continuidad a una civilizacién. Lutero, Calvino, Loyola: quizd hombres de otros tiempos, hom- bres del siglo XV el historiador que trate de comprenderlos y hacer que ses compcenda tendri como primera tarea volver 2 Siuarlos en su medio, sumergidos en la atmosfera mental de 90 tempo, de cara problemas deconciencia que no son exietamen- te los nuestros. Sin embargo, :nos atreveramos a decis que para ‘el mundo actual la comprension justa de la Reforma protestante © de la Reforma catdlica, separadas de nosatras por un espacio Jarias veces centenario, no importa mas [que el de muchos otros jnovimientos de ideas o sensibilidades, sin duda més cercanas en el tiempo, pero més efimeras?] Despags de todo, el error esti claro y probablemente para acabarlo basta con formularlo. Hay quienes representan Ja co: frigate de la evolucién humana formada por una serie de breves y profundas sacudidas, cada una de ls cuales no durara sina el prin de unas cuantas vidas. Por el contrario, la observacion prueba queen ese inmenso continuo lass grandes conmoci hes son perfectamente capaces de propagarse desde las moléculas iis distantes hasta a {as mis cercanas.* ¢Qué dirfamos de un geoilsico que, conformecon contar los mirfametros, considerarlz Gquela accién de [a luna sobre nuestro globo es mucho ms impor — ager au lo “al” lose 1p por nde —rcemandols xpi de Mickelet— age 5 Yee ea paca ponde,sqivar cae en eon ee Nadie 15¢ REDACCION DEFINITIVA + CAPrULO| tante que la del sol? [En la duracién como en el cielo, la eficacia de una fuerza no se mide exacrzmente por la distancia} 9- En fin, entre las cosas pasadas zhabri que considerarinuil el conocimiento de aquellas ~creencias que desaparecen sn dejar Ia menor huella, formas sociales abortadas, téenicas muertas.. que al parecer han dejado de dominar al presente? Billo seri olvaieg que no existe conocimiento verdadero sin una cierta escals de comparacién, A condicién, por supuesto, de que se confronten realidades diversas pero también parecidas, Nose podré negar ue este sea el caso, Ciertamente, ya no creemos hoy en dia come escribia Maquiavelo o como pensaban Hume o Bonald, queen el tiempo haya “por lo menos algo inmutable: el hombre” Hemos aprendido que el hombre también ha cambiado mucho: en oe mente y, probablemente, hasta en los mis delicados mecs nismos de su cuerpo. ¢Cémo podria ser de otro modo? Su aimésfers mem se ha transformado profundamente, su higiene y su alimentacién también. Sin embargo, es necesario que en le rate, raleza humana y en las sociedades humanzs haya un fondo Permanente, sin el cual los nombres mismos de hombre y de sociedad no significarian nada. ¢Creeremos, Pues, comprender a estos hombres si sélo los estudiamos en sus rescciones frente acircunstancias pariculares del momento? Incluso la experiencia resulta insuficiente para explicar lo que son en ese momento Muchas potencialidades provisionalmente poco aparentes pero queen cualquier momento pueden despertarse, muchos moteres mas © menos inconscientes, muchas actitudes indi iduales o colectivas permanecerin en la sombra, Una experiencia Unica fnunca es capaz de discriminar sus propios factores, por ends, de dar su propia interpretacion.” : . 2 Sepude consider que re aueo pif aitnyeun : Mepine la fiip. 534, Elprenty dpandoregeearn seers nae «qe en To gue se ebere a a prices del tse ie ste, Span ain ere cogprotes! pret faner, lo reeproco. ‘stunque 00 siempre se caiga daramente: APOLOGIS PARA LAHISTORIA daridad entre las edades estan fuerte que los Jazos de inteligibilidad entre ellas tienen en verdad un doble sentido. La incomprensién del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado, Pero quiz4 es igualmente vano esforzarse porcomprender el pasado, si no se sabe nada del presente.) Ya he recordado en otro lugar Ia anécdota: Acompataba 2 Henri Pirenneen Estocolmo. Apenashabfamos llegado, me dijo: “¢Qué vamos ver primero? Parece que hay un ayuntamiento nueveci- to. Empecemos por él.” Después, como si quisiera evitar mi asombro, aftadié: “Si fuera anticuario, no tendria ojos més que para las cosas antiguas." Pero soy historiador. Por eso amo la vida.” En efecto, esta facultad para aprehender lo vivo es la prin- cipal cualidad del historiador, No nos dejemos engafiar por cierta {rialdad de estilo,” los mis grandes entre nosotros la han tenido:” Fustel oMainland a su manera, que era mésausteray Michelet, no menos. Y quiz4 esta facultad ’sea en sus origenes un don de las hadas que nadie podria pretender adquirir fuera de la cuna. Pero no por eso es menos necesario ejercerla y desarrollarla constante- mente. Cémo hacerlo sino de la misma manera como el propio Pirenne nos lo ensefiaba, a travésde un contacto permanente con el presente. seer ers un gran esfuerzo para serrestituido a los textosantiguos, esfaqui) directamente perceptible nuestros sentidos." En muchas ocasio- nes, yo habia leido y contado historias de guerras y batalla. Pero conocia realmente, en el sentido pleno del verbo conocer, conocia por dentro lo que para un ejéscito es quedar cercado y para un pueblo sufrirla derrota, antes de haber experimentado yo mismo esa ndusea atroz? Durante el verano y el otofo de 1918, antes de haber respirado la alegria de la victoria —con la que verdadera- mente espero algiin dia volver a llenar mis pulmones, aunque el Jpero no soy anticuario * yerladen| > Pj Formas divers ya neste inteligencia 156 REDACCION DEF: ITIVA + capfruLor Perfume, desgraciadamente, no seri el mismo gsabla yo real ‘mente lo que encieza esa hermona palabra Ea senda es lentemeate O no, siempre tomamy é : cotidians, matizadss con nuevos tates dona eet elementos que nos sirven para reconstruie” el pasado, Ove sentido tendrian para nosotros ls palabras que en pleanoxece {area ls edo de inimo deapaccios, hs formas soc ‘svanecidas, sino hubiéramos vist. ri sb Es (mil veces preferile)susiuir ess uimibeion ieee und observacin voluntaria y controlada. Supongo que wr aneg, smatemitico no serd menos grande por haber crazadociamn dean él que vive conlos ojoscerrados. Perocleruditoaquiennolesnen mirar a s4 alrededor nit a los hombres, ni las coms sent acontecimientos, [€l) al vex mereceria, como decia Pitenne, el nombre de iil anticuario. Haria bien en renunciar al de hie. Por otra parte, la educacién de la sensibilidad histéric siempre es la inica en juego. Sucede que en una lines” dada. oy conocimiento del presente importa de una manera aun snk directa para la comprensign del pasado, it En elect, seria un grave error ereer que el orden adoptado por s historiadores en sus investigaciones debe modelarse conforma, al de los acontecimientos. Aunque luego tengan que resttuir ne verdadero movimiento a la historia, a menudo. pueden sacer provecho sicomienzanallerla,comodecfa Maitland, “al eves" = Porque el camino navural de toda investigacidn es ir de lo mejor conocido o lo menos mal conocido a lo mis oscuro: Pretutle mente, distz. mucho de que la luz de los documentos se veel Brogresivamrente mis viva a medida que descendemos por el hile de las edades. Por ejemplo, estamos incomparablemente merce leestudio[ artrde lo mis eciente para Irgar «lo mis lejaaoh =P thar como Wallan ne : sansa bt come Mathnd—Seotbrr jr lepsc nt de \ IA PARALAL 7 informados sobre el siglo x de nuestra era que sobre la época de César ode Augusto, En lz mayoria de los casos, los periodos mis cercanos si coinciden con las zonas de relativa claridad, Afiadase queal proceder mecinicamente de atrés para adelante, siempre se corte el riesgo de perder el tiempo buscando los principios o las causas de los fendmenos que, 2 la luz de ia experiencia, quiz resulten imaginarios. Por no haber practicado un método pruden- temente regresivo ahi donde era necesario, los més ilustres entee nosotros a veces se abandonaron a extrafios errores. Fustel de Coulanges se dedicd a buscar los “origenes” de instituciones feu- dales, de las que me temo se formé una imagen bastante confusa y [las premisas] de una servidumbre que, mal enterado por las descripciones de segunda mano, concebia bajo tintes del todo falsos. Ahora bien, quizd menosexcepcionalmente de lo que sepiensa, sucede que para alcanzar la luz resulta necesario Negar hasta el presente. Ya sabemos que en cada uno de sus rasgos fundamenta- les, nuestro paisaje rural daca de épocas sumamente lejanas, Pero, para interpretar los escasos documentos que nos permiten pene trar en esa brumosa génesis, para plantear coreectamente los problemas, incluso para tener idea de ellos, hubo que cumplie con una primera condicién: observar, analizar el paisaje actual Porque silo l podia proporcionar la perspectiva de conjunto de aque era indispensable partie. Ciertamente no se puede imponer de adelante hacia ateds esta imagen, inmovilizada de una vez por todas, en cada etapa del pasado con la que uno se vaya encontran- do. Tanto en un tiempo como en el otro lo que el historiador quiere captar es un cambio. Pero en la pelicula que estd conside rando, séloel iltimo rollo std intacto, Para reconstruir lostraz0s rotosde los otros, primero hubo que enrollar la bobina en sentido inverso a las tomas. [No hay, pues, més que una ciencia de los hombres en el tiem- po, que sin cesar necesita unir el estudio de los muertos con el de < vivos. ¢Cémo Hamarla? Ya he dicho por qué el antiguo nombre de historia me parece el més amplio, el menos exclusivo, también el mis argado de conmovedores recuerdos de un estuer 188 REDACCION DEFINITIVA = capiruLoy 20 mucho mis que secular; por ende el mejor. Al proponer que Prolongue hasta el presente, en contra declertosprejicios, por lo demés menos antiguos que la palabra misma, no preterdemos —

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