You are on page 1of 31
Historia de la Filosofi Historia de la Filosofia siglo xxi editores siglo xxv et Bajo Ia direccion de YVON BELAVAL . VIII. Auguste Comte y el positivismo 1. LAS CIENCIAS EXACTAS Nos falta un cierto Auguste Comre. En Jo que a su es timacién se refiere. La posicién, asi calculada sobre el mar interminable, no es, sin embargo, més que un re- sumen retroactive, que puede bloquear Jos cambios de sentido 0 forjar ilusiones sobre el paisaje. Pero al menos se trata de una posicién, sobre Ia que se puede trabajar y que se puede desplazsr, rectificar o critica. Hoy dia falta un balance de este tipo: pero desde un punto de vista riguroso vale més que sea imperfecto a que no exista, La crisis de nuestro saber no tiene lugar: por eso desesperdbamos de que hubiera tenido lugar; en mu- chos casos. simplemente no ha tenido lugar y en otros hha tenido lugar en otra parte. Nos falta un cierto Au guste Comte, y por ello, sin advertirlo, cada uno va indo el antiguo, como se repite sin saberlo a aquellos que no han sido reemplazados. Los viejos mu: ros de las instituciones Io conservan y hacen resurgir su fantasma indefinidamente. Su enciclopedia de las ciencias exactas estaba, sin em bargo, muerta desde el primer dia de su nacimiento. No mos de sus errores, notables sobre todo en las ma teméticas. Estaba por dos razones que son dos elogios: porque en ella se recapitula, y el saber exhaus tivo del autor f te, y ésta es la suma més amplia de un presente y de su pasado; porque prohibe Jo que para nosotros se ha convertido en su ha sagacidad del autor es insuperable en este punto: Comte 198 PeUSAEL IIIT) percibe de manera fulgurante lo que sucederé, para ce trarle el paso répidamente. De aqui surge el mejor mo- numento-testimonio, El corte sinerénico es, ademés, un sistema monumental. Estar atento @ sus estructuras re. vela leyes que debieran estar escritas: vamos a dar algu nas sobre la Clasificacién y la Ley de los tres estados, viejos filosofemas que Ia mecénica 0 Ia astronomia re- scan. Son leyes-que se resumen en una figura circu lar, cerrada sobre si misma, como el corte histérico. En cl fondo, Comte es para el saber y su historia lo que Laplace es para el mundo: muestra rigurosamente su estabilided, sigue su genealogia. Pero nos falta un cier 0 Laplace, un modelo decisivo del universo. La recapitulacion A fines del siglo xvitt y comienzos del x1x, se dice en fiticamente, una fiebre de invencién se apodera de Europa. Se dice menos, y sin embargo es més cierto, que al mismo tiempo tiene lugar una fiebre de inventa tio, Esta comienza, a partir de un suefto leibniziano, con la gran Enciclopedia de Diderot y d'Alembert, que, en continuidad con el plan del canciller Bacon, teaza un Sistema figurado de los conocimientos humanos. La mo vilizacién general no cesard ya, como si el ars invento- riondi fuera la técnica de fondo de la que el ars inve iendi extrajera su fuerza. A porfia, todos intentan re lar, disefiar el espacio exhaustivo del saber y la completa de sus conquistas graduales. Coi populariza Ia idea de progreso, las Luces buscai sinerénica de la ciencia y la diacronia de su avgnce. En Kant, el balance, a la sombra de Newton, ocupa més sis, presente, sin embargo, en su cos mogonia y su filosofia de la historia. En Rousseau su cede lo contrario, la componente genética es mds potente 199 que el inventario y lo domina: ciencias, letras, artes, len- basaré su empresa en la de estas dos obras y, a su vez, intentaré crear una nueva simetria entr ersalidad del orden en- tre otras, la edad hegeliana o la edad positiva. Que pesa ain sobre nosotros: equé hacer cuando los padres han ia del mundo. Los grandes viajes, comen- zados en los siglos xv y xv1, terminan; el descubrimien: to de la Tierra llega a su fin; todos los caminos han sido recorridos. La parece estar al final de todas las tutas posibles; la exploracién ha cerrado todos los citculos. Asf surge un nuevo tipo de viajes, las mi siones cientificas: se experimenta con el péndulo de Cayena, se observa en El Cabo, se miden, por triangu- lacién, los arcos del meridiano, La Tierra, conocida de forma salvaje, es un objeto cientifico: las ciencias de la ‘erra aacen en este momento. Su forma global, su mo- vimiento, la oscilacién de las mareas, las perturbaciones, le su envoltura gaseosa, son temas de trabajo que nos dan una visidn definitive, De aqui surge el depa to de las longitudes, ministerio de la red de circulos que contienen a la Tierra, y el sistema méitico, que fun- uestras téenicas sobre su medida. Arago, vigilante ntera, es el nuevo sfmbolo ut6pico: el mundo .¥ el Museo, su jardin completo, su Edén pri mero, donde sus produeciones se concenttan. La reca én, el capital lo y completado, ya sea para remontar el tiempo o para hacer simétrico el proyecto. Hay una superabundancis de ejemplos. La arqueologia 200 hhace furor, Jacques Boucher de Perthes lanza la prehis- totis, la estratigrafia en formacién corta las edades del hombre y de la Tierra con sus sondeo verticals: hacia el pasado, viaje hacia el Centro; pasado Buffon y Las épocas de la naturaleza (Les époques de la nature), da para Lamarck y para Darwin el desciframi to de los fésiles, y no solamente en al caso de Cuvier: vean @ los mateméticos buscar los fundamentos axiom ticos de la geome ver a engendrar su corpus, admiren cémo lee Laplace testigos de una época pri nica, y vean florecer @ los medievalistas, a los mité- logos; Freud va a poder escribir y emprender muy pron- 0. Y esto pasaba en épocas expedicién . Es el primer viaje roméntico, por su fecha y por su estatuto de arquetipo. Un modelo. Se rata de reunir la mejor, la més completa colectividad enciclopédica —un diccionario en an barco—, de varla a un p ares clegi dos por su saturacién de fdsiles, y pedirle que se re: monte en el tiempo. Hay una recapitulacién, en Ia re- y dos viajes, el més importante navio que transportaba los instrumentos perdié en el mar. Geoffroy Saint-E tos para leer 1a evolucién, Champoll siles de nte dibuja nues- ie Monge, Costaz y triangulan el valle del Nilo. Como balance, un mapa y una historia producides por una enciclopedia, No conozco una figura mejor de las empresas de la época: ningtin pensador del siglo x1x se o¢upard de otra 201 cosa, ni Comte, ni Hegel. Que todo esto ocurra a Ia sombra del poder, de un general que moriré pronto y entre los clamores de la guerra, es el signo de un mati nonio, fésil de un viejo enredo, anuncio de amores ‘monstruosos cuyo producto es la modernidad Ia Tierra, he ahf el Mundo. La recapitulacién es posible porque al fin se posce la ecuacién uniteria, n20 del capitulo, desde el triunfo, en la Europa rental, de la ley de Newton. Gracias a le cual se puede concebir un sistema del mundo y del saber. Com- hasta Ia saciedad, que la ley new- tuna sintesis entre la cafda de los cuerpos cen el suelo y las trayectorias en el cielo de los planetas y satélites. Mecénica (bal tun saber en tres campos. La ‘tavitacién con tanto entusiasmo como reservas h ba puesto a la hora de desconfiar. El éxito de Coulomb y algunas hipstesis sobre los liquidos permiten esperar que la ley newtoniana sea verdaderamente universal; de ahi algunos deliios, entre ellos el inflamado de Saint Simon; su secretario se mantiene prudente y cicunscti- be Ja jurisdiccién de la ley a las regiones convenientes, resistigndose a la tentacién de extrapolar la serie mono. smo-idea metafisica de la natutaleza, Pronto invade el mundo, y luego el universo, puesto que alcanza a las estrellas dobles. Bajo su imperio unitario renace la idea de sistema, aunque no hubiera tenido que morir, ya que se puede demostrar que Hume y Montesquiew eran new- mnianos. Es la edad de los grandes tratados, en la que gran Enciclopedia (Encyclopédie) parece acuiiarse re- desde Diderot y d'Alembert a Comte 0 Ampére, en el segmento histé- rico de la Revolucién a Ia Restaucacién, y de una si nopsis exhaustive a la otra, la preocupacién de sistema. tizar se deslizata a los departamentos del saber. Lagea Be, en su Mecénica analitica (Mécanique analytique), 202 deduce rigurosamente del: tuales el conjunto de las dis. movimiento, para los sélidos, los lquidos y los gases, escribiendo asf un curso de mecdnica positiva, como ha. bia escrito el de eéleulo en su Tratado de las funciones analiticas (Traité des fonctions analytiques). Laplace deduce de la ley de Newton el conjunto ordenado de la Mecinica celeste (Mécanique céleste), curso de astro: rnomia positiva. He aqu{ una visién del mundo, nuevo modelo eminente, que no es ni mucho menos un azar de la historia, aunque fuera Ia de los conceptos. La Exposicin del sistema det mundo (Exposition du systdme du monde) 0 el prefacio a la segunda parte del tratado de Mecénica celeste describen el nicho ecolégico maximo de toda vida posible segin la forma conocida: condiciones generales de existencia para la humanidad 0 los seres vivos, conservacién de los individuos, perpe tuidad de las especies. Nuevo ejemplo de una ley no es- crita: que Ia historia de le filosofia es constantemente tun subconjunto de la historia de la astronomia, que tuna gran filosofia coexiste siempre con una cosmologia, que ésta es el indice crucial de aquélla, No se. conoce tun contracjemplo de esta ley. Como en Comte, la alien za entre Descartes y Newton se realiza en Laplace por tuna recapitulacién de la edad elisica al mismo tiempo que de los mundos conocides: el primero plantea los principios generales, figuras y movimientos, los instru- mentos, geometrfa y mectinica; el segundo, la ley siste- mitica y su medio, el célculo. La gravitacién esté, por fin, demostrada en las regiones celestes que parecian escaparsele: los microsistemas de Jupiter y de Saturno se convierten en modelos reducidos, los lugares andmalos en terrenos de eleccidn, las desigualdades en pruebas. El mundo es un sistema, por unidad, deduccién y cohe- rencia. Pero es un sistema por una segunda razén: las excepciones aparentes, desigualdades, residuos, son de 203 hecho variaciones perisdicas, a veces seculares. Asi, los cambios recubren constantes; las variantes, restableci- ; las evel El mundo solar oscila alrededor de posiciones de equilib la gran figura del circulo vuelve no s. de los astros 0 sus traslaciones, que son més que é tas, sino en el estado global de los » cuerpos indeter. minados por atraccién reciproca, variando desde todas partes y a cada segundo, como en una monedologia, y también en el estado lecal de las envolturas gascoses de las masas fluidas de los mazes. El mundo-sistema es cerrado, acabado, es comprehensible para el dios del ta- blero de las ecuaciones diferenciales, indefinidamente Previsible, puesto que al ser oscilante, y legible, por tan fy fasta sus oigene, al se independnt del univeso los primeros drdenes de aproximaciSn, estd en equi librio estable, periédico, invariante a las. vatisciones anuales 0 casi seculares. Se refiere, en defi plan invariable cayos pardmettos son fi rectificados por Poinsot, que coloca en damente en torno a su estab ; @ su vex, los energetistés expresan de nuevo esta constancia en la invatiancia de las fuerzas: no hay més que transferencias de un punto de concentracién 2 otro EI sistema del mundo abarca todas las ciencias, en su orden, y todas las filosofias y algunas terapias. La casa del hombre esté en orden y el inventaro.terminado, Preparada, sin embargo, para una tecnologia néutica, Presente 0 futura. No hay més viajes que los circulares: en el globo, en el espacio o en la metéfora de las ideas. Los sistemas filoséficos imitan el sistema del mundo o adornan un nicho ya arreglado. Dicho esto, la cartografia guarda, nuevamente, una simetria con una historia, el sistema con una génesi 204 el orden con un progreso. La cosmogonia, en el sentido literal de formacién de un orden, es una ciencia, La de Laplace recoge lz de Kant: que sean semejantes © in dependientes confirma el estilo del andlisis. El mundo nace de la envoltura fluida de la nebulosa solar, otra determinacién por los Ifmites. Constantes de universo, anomalias aparentes (los anillos de Saturno) son letdas conjuntamente como fésiles una vez mas y el sistema 5 un monumento en los dos sentidos de este sérmino; asi ocurre en Comte, Para leer como testigos 0 restos lad de los sentidos de rotacién, la pequefia in- ia débil excentricidad de los trayectos planetarios; lo explica el desprendimiento de paquetes gaseosos al ni , donde la fuerza centrifuga es maxima y minima la centripeta; sobre esta nube oF naria de nubes, una ley de los tres estados funcionaré pronto para efgendrar los astros de hoy, en otro tiempo magma de gas, antafio masas Iiquidas, no ha mucho agre- gados sélidos consistentes, pero hoy dia provistos atin de los tres regimenes, como conviene, escalonados en estratos y datables como fésiles. Comte extrapola a La place y cierra en citculo Ia cosmogonia de la Exposicin; los roces del medio general y de los estratos unos sobre otros no son despreciables, operan como frenos: a la ‘dad disminuye como los rayos vectores: en el globo solar es, de nuevo, previsible El sistema se abisma en la hoguera del origen y el pro la, por_integracién tempo: cosmologia. El orden del co al progteso del orden y la revolu mico de conservaci6n ze mice. Habiendo partido del sol, como de un fetichismo, por circulos siempre recomenzados, el positivismo vuel ve al sol como a la religién del Catecismo; el més act ciencias estén en ia, vaga y nebulo- ido todas las cosas dis- ge6mo no iba a cons- ssado el horizonte? Comte confiesa tener en tanto a uno como a ott. ente, un cementerio de fésiles, esté formado por muertos que vivos. Era el tiempo de los genios en- dicos: cerraban la historia y la filosofia para ha. cet creer a sus nietos que no ies dejaban nada. por hacer. Es curioso ver que los biznietos Jo creen ain, Potencia inerte de los sofismas perezosos Las probibiciones de una aritmética cons da en si misma; rechaza la idea de una légica matemética cuando se presenta bajo el aspecto de una teoria general de los signos o de un proyecto de lengua univer abstraccion demasiado ugnan al espiricu pos comienda al fisico que ponga en cuarent algebraic, perjudi metria y en Ia mecinica, a debe ser mantenida como prohibido que se tome como obje ber. su esencia. La ium del espacio accesible: el objeto de la fs tinicamente el mundo, es decir, el sistema solar; el universo estelar y galéctico queda 206 fuera de nuestro campo. La definicién, los Us agut de naturaleza espacial: el dltimo’ planeta clausura_un campo cetrado, circular y oscilan nidad, prepara s necesidades, de una préctica, el mundo planetatio configura sus limites y determina’ su extensis Comte es escéptico acerca de los trabajos de Herschel y de Savary, que @ su parecer exceden Esto significa dos cosas: sobrepasan la regién solar, des. bordan las fronteras de las regiones cit aguf surge Ia tercera condena: no se admi estelares; en otros ‘minos, no se atraviesan los limites de las células de la clasificacién en un sentido diferente al de la jerarguia. Se trata de una circunscripcidn, dado que estd descarta da Ia interdisciplinariedad, de Ja que la astrofisica va a lectricidad. Es reductora y re- regién del quomodo. La quinta, finalmente, reduce las cosas mismas, concebidas bajo las especies del mov forma, y nunca en su pluralidad: de ahi én del pretendido célculo de_probabilidades. El cuadro de las prohibiciones expresa admirablemen- te, aunque sea por contraste, el ideal y el estado posi- tivos: cartesianos, por la mecénica y la geometria, disci- plinas predilectas, por la métrica en general, por ‘el do- minio y posesién de Ix naturaleza; cartesianos, de nuevo, por Ja delimitacién exacta de reg los géneros. Laplace, afortunadamente, habfa completa do el sistema solar y mostrado su esta © velaba por las matemsticas entre los muros de la nueva escuela, donde Monge ciencias, los métodos y los objetos est células cuyos wiolables: de ahf el tétmino existe la ciencia ema constituye el programas para la ciencia futura. Lo que cexcluye es el nuevo espiritu ign en la época del Curso. La ios: Ia Teorie de la ciencie, de Bolzano, data de 1837, y a continuacién seguiré G. Boole. La ica abstracta, con la teoria de los nimeros a habia. recibido siglo xvii, fuera de los imper: istas y de las preocupaciones de su aplicacién. El espiricu alge- braico domina tanto en Abel y Galois como el espiritu tico reinaba en Gauss. Comte podia desconfiar las dos disciplinas devorarén ciento cincuenta afos de historia hasta velarnos la obra de los genios epénimos de Ja edad positiva: Euler, Lagrange, Monge, hasta pre sentarnos como residuos y obsticulos los problemas tra tados a su sombra. El hecho de que hayamos tardado tanto tiempo en librarnos de este espiritu, al menos en Francia, y en ver directamente las mateméticas, estates tiguado por la ingenuidad de los fildsofos, ¢ como un sefsmo la legada de las geome! dianas. El formalismo, el método axiomético, la gran tematizacién de la matemética que se ocupa por fin de sus propios asuntos, es decir, de sf misma, en suma, la abstraccién, todo eso nace precisamente en el momen. to en que Comte Jo rechaza. No dice ni una palabra de le combinatoria, y, sin embargo, nuestra ciencia la tomé como base. Su gesto dogmético no es més que un gesto 208 histérico: Comte hace el balance de los grandes tratados de la escuela francesa y ocula el recurso de la ciencia rigurosa que, sin embargo, se denomina matemética Pensemos en’ su exclusién Lo mismo ocurre con el mundo. En el mismo momen- to en que smo cierra por segunda vez el sis- tema que Laplace habia cerrado ya, la astronomia estelar y galéctica esté en sus comienzos. A partir de entonces, tomard sin cesar el relevo de la vieja mecénica celeste Y nuestro mundo seré el universo, Las obras filossticas, cada vez més retrasadas con respecto a algunas ciencias, ssombradas ante Lobatchevski, aclaman a Le Verrier, olvidan o ignoran a, Hertesprung tanto como a Cantor, y a Russell en tanto que Russell. La prohibicin de Comte se mantiene y su tradicién oblitera la ciencia viva. Y ta reside justamente en la zona prohibida La revolucién astrofisica, tan importante como la forma lista, tiene dos resultados: abre nuevos espacios y nue- vos tiempos, abre las ciencias unas a otras y hace que triunfe la intetdisciplinariedad. El cielo despliega ante ‘nuestros ojos la tabla de Mendeleiev, es un horno donde éta se forma. El sol, punto fijo, es el sol, fuente de fuego. La tercera circunscripcién se desvanece. Y tam- bign las otras dos: qué serfa nuestra ciencia de Ja luz sie siglo xix no hubiera tomado juntas con toda se riedad, en lugar de descartarlas como un solo gesto, Ja hipétesis ondulatotia y la de la emisién? ¢Qué sabriamos del calor sin la termodingmica estadistica, en la que, jus tamente, Ia agitacién molecular es estudiada por sf’ mis. ma? ¢ 08 de la electricidad si no hubiéra- mos planteado la hipétesis electrénica? ¢Qué seria, fi- nalmente, de todo nuestro saber sin el cileulo de pro- babilidades, encrucijada de la totalidad de las discipli- nas, de la teoria de los mimeros a los trabajos sobre la informacién? Come balance son no positivistas (y fue Auguste Comte quien dijo no): nuestra Idgica por 209

You might also like