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PRINCIPIOS DE LA INSTITUCIÓN MASÓNICA

1.) La Masonería es un movimiento filosófico


activo, pluralista y humanitario que se organiza
soberana e independientemente en cada país y en
el que cabe todos los criterios y orientaciones
que tienen por objeto el mejoramiento material,
moral y espiritual del hombre sobre la base del
respeto a la persona.

2.) La Masonería no es órgano de ningún partido


político ni agrupación social y afirma el
propósito de estudiar e impulsar por sí y por el
intermedio de sus miembros, los problemas
referentes a la vida humana para asegurar la paz,
la justicia y la fraternidad entre los hombres y
los pueblos, sin diferencia alguna de raza,
nacionalidad, credo, rango o fortuna.

3.) La Masonería reconoce la posibilidad del


mejoramiento progresivo e indefinido del hombre y
de la humanidad, bajo el principio del supremo
ideal que denomina Gran Arquitecto del Universo
en cuyo concepto comprende las distintas ideas
sobre Dios.

4.) La Masonería establece que el trabajo es uno


de los deberes y de los derechos fundamentales
del hombre y lo exige a sus adeptos como
contribución indispensable al mejoramiento de la
colectividad. Propugna y defiende los postulados
de igualdad, Libertad y Fraternidad y, por
consecuencia, combate la explotación del hombre
en cualquiera de sus formas. Estos postulados son
esencia de la Masonería y a ella se debe el
concepto de la dignidad del hombre como persona -
fin y no medio de ninguno- así como los grandes
movimientos libertarios del mundo, concebidos,
impulsados y alcanzados por ilustres masones como
Alcántara, Belgrano, Bolívar, Caballero, Duarte,
Goethe, Gómez, Caxias, Hidalgo, Juárez,
Lafayette, Martí, Miranda, Rousseeau, Sánchez,
Carrión, San Martín, Santa Cruz, Sarmiento,
Sucre, Toussaint, Unánue, Washington, Bello,
González, Ledo, Benito, Concalvez.

5.) De acuerdo con lo expresado en los párrafos


anteriores, la Masonería americana ve con pesar
los graves problemas que atraviesa la humanidad
flanqueada por sistemas ideológicos y económicos
que luchan por la supremacía y el dominio sobre
los pueblos; especulando con el estado de miseria
e ignorancia en que muchos se encuentran
postrados, obstaculizándolos o frustrándole sus
libres determinaciones mayoritarias y sus
derechos al progreso y a una vida digna, en la
que tengan acceso a los beneficios espirituales y
materiales. Esta política sistemática de
operación material o económica sobre los pueblos
y de supremacía y dominación, ocasiona que la
Humanidad viva en permanente estado de peligro
ante conflagraciones parciales o guerras totales
que pondrían al mundo en trance de desaparición u
ocasionarían daños incalculables físicos y
morales.

6.) Consecuentemente, la Masonería, sin pretender


exclusivismos y con la sola prerrogativa de sus
antiguos títulos libertarios de los hombres y de
los pueblos, cree oportuno recomendar que los
estados y los gobiernos, ciñéndose a la ley y a
la voluntad mayoritaria de sus pueblos e
inspirándose en los ideales de libertad y de
justicia, desarrollen planes y programas
concretos de instrucción y cultura, de trabajo
permanente y justamente remunerado, de
comunicación material y social entre los pueblos,
de nutrición y alimentación adecuadas,
especialmente en la etapa de la niñez que es
cuando más se requiere y sin las cuales no hay
esperanzas de progreso y superación
generacionales.

7.) Cree la Masonería, así mismo, que debe


generarse por los hombres y por los gobiernos de
los pueblos americanos, políticas realistas de
unidad de integración que permitan eliminar las
barreras de aduanas, pasaporte y, finalmente,
dedicar todos los recursos a las tareas de
educación y progreso material, antes que a
sostener gastos de preparación bélica.

8.) Los hombres, los pueblos y los gobiernos


deben cultivar sentimientos de solidaridad en que
el respeto de los derechos humanos sea el
objetivo y la práctica cotidiana, sancionándose
con arreglo a la ley, tanto su infracción
delictuosa como la represión abusiva, inhumana y
desproporcionada.
En consecuencia, la masonería rechaza
terminantemente la violencia y los fanatismos de
cualquier tipo, que tanto dolor vienen causando
en el mundo, especialmente a través de acciones
de sabotaje y terrorismo, que destruyen bienes y
matan o dañan a seres inocentes.

9.) Considera la Masonería que los hombres y los


pueblos tienen el derecho inalienable al progreso
y a la paz y, para ello, la libertad individual
tiene que ejercerse con responsabilidad y
dirigirse hacia metas de valor, debiendo ceder en
cuanto afecte o pueda afectar la propiedad, la
intimidad, el decoro y la dignidad de las
personas.
Por otro lado, la igualdad entre los seres radica
en que todos reciban trato justo en el aspecto
social, económico y tributario, teniendo en
cuanta que la equidad no significa aplicar a
todos el mismo trato, porque eso sería la mayor
injusticia, sino aquel que corresponde de acuerdo
a su condición, posibilidades y necesidades.
El gran problema de la humanidad continúa siendo
el de conciliar el sentido de libertad que mal
aplicado sólo es egoísmo, con el de la necesidad
de justicia social que, como aspiración suprema
del espíritu, no puede ser objeto de imposición
violenta, sino fruto de un proceso legal y de
promoción constante y positiva. Por tanto, la
Masonería sostiene que dichos principios sólo
pueden ser conciliados formando en los hombres y
en las naciones conciencia de fraternidad. Los
hombres y los pueblos sólo pueden ser libres y
justos externa e internamente, formándose clara
conciencia de su naturaleza fraternal y de sus
deberes colectivos que ella le impone.

10.) La Masonería sostiene que los hombres y la


humanidad deben realizar sus actos poniendo en
ellos toda su sabiduría necesaria para
concebirlos y la fuerza requerida para
realizarlos, de modo que se obtenga un resultado
útil y bello. Lo útil y lo bello no puede
resultar en perjuicio de nadie y, por el
contrario, colma de beneficiosa sus autores y a
la colectividad.
En todo esto no sólo hay una cuestión de
altruismo que el hombre debe cultivar sino
también, un beneficio propio. Porque el luchar
por la educación y contra la ignorancia, no sólo
se está haciendo un bien al que no sabe, sino que
se libra a la Sociedad del peligro de la acción
irreflexiva de un fanático. Porque al luchar
contra la intransigencia, no sólo se está
librando de ella a quien la ejerce o pretende
ejercerla, sino porque a cada paso se está
expuesto a la acción de la violencia y los
extremistas. Porque al buscar la unidad y la
armonía, no sólo se las inculca entre aquellos
que no la practican, sino que nos libramos de
quienes alientan en si lo instintivo con el afán
egoísmo y predominio.

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