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EMicio Bececn = GINE Y LiTeesrve, Un lector de novelas va al cine* ANTON ARRUFAT I conilicto ofa querelia entre la navela y su adaptacion cinematogratica, a ge recer no “esuelto del todo, se le volvio eviderte. Esta evidencia se peoduso desouts de asistir a fa proveccién de fa pelicula Trstama, adapiada de '2 cove 'a del mismo nombre de Pérez Galdés. » cirigida cor Luis Bufwel. Como en & 6. Deliculs desconacia la novela, aczotd v distuto el tlm la temtacion. que va habia empezado a sentir otras veces ante a versién rponer sobre el esoecta veia feida previamente, tentacién de su recuerdo ce (a obra escrita, estableciend lo presere 2 ura especi# de controversia continua, {ue hudrera contaminado su contemplacion de fa peficula como un hecho aris avténome. mpidindafe gozar de ella, Sin embargo, tras Is lectura de Ti PO ce H mismo esta controversia inquietante, El texto de Gale hhacerle una reciamacton. Adquirié ante sus ojos —sin aude provocada por fad v una presencia en algo diterentes a 12 del fim acadado oe ver. A partir de esta experienc, que no (Uo antes 0 94225 huyé tener, 's controversia ente el film v el texto Heraro x fe duplicd:0 bien acu «a al conocer previamente la novela. 0 bien aodia ccurrir cuando le misira 221 fo inducia 3 84 ‘ectura posterior. Esa pequeria molestie. como dina Farte lle, para cisturer ce Ia pelicula, ta dvicultad en olsiear texto escvt0 arte peviencia, en un desasosiego consciente, Conscierte ee una sustitucion. ¢ ‘onedo curante la iectara v de la que no se gcullaa sentise ue ‘6 habe ‘my fenamoraco, "bia sito sustituida por algo comoietamente diferente, v aus formas singular: en lector —espectader. Es decit, alguien ¢ imagenes mientras racordaba lineas, que a su vez v en el pasado, en un momento de conve'sion rev personal, se habia vuelta también mazenes te hecho realmente importante? Este desasosiego, controversia 0 pe 3 so reflejarian un tonto afin erudite? © se trataria de algo aur quena moi peor 8 man's de un lector itolerante? Conocis un liempo después el estudio de Pio Baldelli, EI cine v a obra itera rencia obligada, Se rataba de un libro que pese a su es ria, consigerado de r tensidn » al andiisis minuctoso y certero de varias adaptaciones cinematogeaticas, no Hegaioa a ninguna conclusién. El autor mantenia una actitud iresoluta, v su valoracisn del nexo entra fa novela y ei cine fluctuaba de la aceptacidn ai -ecne- 70. Sin embargo en una de sus pagynas encontes una abservacién y una atime Cin impresionaries, La observacion se referia a lo que podria Hamarse una sic logia det esveciator de cine, A lo que él designaba con exerts displicencia “desa fente traductor. Alejandeo sosiego", “pequetia molestia", Baldelli —o sv dei Saderman—, se arviesgaba a detinir como “tertor”. “El terror de quien observa u! film dando vueltas en la cabeza al texto lterario original”. Pero al contrario de dispuesto a de lespectador ce Baldelli, no se sentia guardian del of beiarse contra el fim porque hubiera traicionado una novela nareso dela Lengua terse en Zacatecas ni fe ineresane 43 amada. Sospechaba que su pequera molestia 0 su controvelsia tenvan ata ‘causa, y 852 causa era la que le inter: sabs explicarse. Estaba lejos Ge preter de", came un lector fanstico, que cada secuencia del film coincidiera con ia ovela original punto por punto, o me jor. linea a linea. Trataba de evitar.v hasta juzgaba inutil esta comparacién Habla escuchado a menudo que una rovela para un director er un e2t0 ur ounto de paride desde cua tra cue puede lograrse 0 xe en cualquier case carecis de 20 Baciones com ei precewt Literario, Varios elempios hallé en Balce! Recordaba dos, de los que disentis. 8 prapésito de ciertos erticas aue juz! ban 's pelicula de Pabst basaca en Oor Quijote como degradacion de una oor aesira, comparando el deaso tesco v0 can Jas Vimitaciones ese im. y esprimian: sr alto = br de Cervantes como proce iret 22, ctaba Baldelli en e1s16n cinematog: 5, el Fausto de Gouncd toieies de Bota, considerscas ma 125 aroianaciones del gra matico de Coethe, y que no obs! go235a0 de viga indepenciente y eros ‘onia se representabaan con ms que el propio drama origins! 08 ejemplos por el contraria le pare c-sron inielices. No le cabia duds oe que se tratzha de dos eperas medio es. ¥ su mediocridad por sf misma anuisb toda posbilidad de supersos clon con el Fausto de Goethe, Adernas encontraba en estos ejemplos fallsos 2igo que le resultaha esciarecedor: adaptacion dal drama original aun breto de pera, habia sido realizaca dentro de la escriura teatral, v de una misma tradici6n escénica. Entre eilos lexsta ciena iqualdad de c&digos. En ore momento de ia obra de Bai el. paginas mas adelante, encom! 44 afirmacién que tanto io impresionara Cuando ei espectacor de un flim “vivo ¥y aut6nomo” —decia mas 9 menos e itico italiano— continia recordando texto preexistente, no ha llegado a percibir ni mucho menos a admitir el Cine en cuanto cine. ¢s decir. en cuanto arte, No ha recibido 0 ha cesado de percibir el cine coma una esetica, Recordando entonces, 125 fect fa de esta afiemacion exciuvente, que su relacién con el cine podia dividirse con dos estados diversos. » tai vez. 20 'o sabia bien, sucesivos v compiemes 608. Quizd esta reiacién fragment :2 en varios estados ro Ge! cine. {No le habia o¢ semejante er su apreciacin 32 ios bras 0 de Ia musica? El primer estado en su relacidn ci menz6 siendo é! un muchacno ier anos de edad v corria al afo 5. fe resutaba imposible recoress la ie Ten's cha exacta en que descuiris et cordaba que ive su padre « re de barrio, del barrio 2+ cue que vamos as ¢ me, acompafando 2 su pacre 2compatado por amiass » condiscipu los 0 solo, cada domingo en! cine a ls una en punto. as cuato de la vy medio sonémbulo, En ese & sratinees de los cines de bastio habane ide, irtacus (0s ojos ros, con ventiladores tembelequeantes ¥ lunetas de palo, amarillertas luces en Jas paredes y piso de cementa que alia 2 creolina, la formaban dos largometra Jes. cartones v episodins Iral cine requeria de cie 3 prepa ratives. Se iba al cine. &5 decir, habia ave sali de la casa. llevar dinero en el Dolsillo. El ceremonial se anunciaba desde la noche anterior. Acasiarse el sibado implicaba aco estar en el dla sig gustado empujar os y hacatla més conta, Bafarse tem. prano, colecar la ropa planchads so- bore fa cama, tener limpios los zapatos v aimorzar midiendo ei tiempo para Hlegar al cine antes ce que empezara la funcién, eran componentes ae! co- remonial, Solia decirse. en ia versién de las palabras que dijera su pacre: Vistete, que te vas al cine Al entrar, especialmente ouesto en mitad del vestibule para recioir a los espectadores de la mannée. se hallaba ln enorme canon recorado: sobve su caballo blanco aarado en cos patas, negro el sombrero aién. ei traje cenido a un cuerpo esbeita v ej antiag, eat das en fa otra, parecia caries fa bien 130 justicieron en una mano venida El Zorro. salienda un instante dela pantalla. £2 cireundaba rostros pintados. besos. to, desienos, armas mortiteras ¥ espe: ddas anacrénicas. Toda ia paraiersalia, pop de las cines de barvo, cartelones fen colores caillanies, rapidamente pe- sgados con grumoso engruca. Ercandi- laos fos ojes v ei ingice an joa de una figura a la siguiente, de la ‘3 pare aapitval de la sata de provecciones s él arvraca en < mientos diversos godian neuer. Dabs ora dimensidn, en la que acon unos pasos v lo recibia ia senumbra el cine, er lo que gustaba llamar “la ccueva de Alf Baba”. Si iegaba a tiem: po, antes de que apazsran ias fagies limparas y el crorro lurvinoso atrave- sara la sala por encima oe podia experimencar u Ia sala iluminaca 4 medias exan un es pacio de confiaternidaa. casi popular, sin etiqueta ni divisiones, en el que to- su cabeza, 10, del ritual abienos a ta dos patticipaban de un del cine, y se hallaba comunicacién, a la pramesa de una fiesta inminente, En fa luneta sus pier fnas se movian. Habiabar unos con ‘otros, Se reconccian taban como despiertas. aia espera de perdiera su blancura v apareciera en ella fa cumbre nevada de una monta: fra, rodeada de un anillo de estrellas dando wueltas, o ia estatua glaciat de tuna mujer de cuvo braze expuido bro- taban iranjas de luz. y dieta comienzo una aventura evrante, en la que tenian Ia ilusion de iranquear el tiempo y e! espacio. Despuss teeria en Sartre que el cine tenia una presencia sospecho. 5a, Ante esa oresencia sospechosa ‘que semeiaba nacer de la sombra cir cundante, todos ocupaban sus asientos callaban. Lo esperado estaba a punto sientos pavecian ce- cogerse, hasta con cierta reverencia Los ojos, como sreoarsndose para percibir ota reasidae, emperaban a acostumbrarse a! arribo de Jas som bras. Overon una musica y aparecie- ron los créai:os, que ninguna a su edad lia a! recoreabs, a fo que no ha: ba cue at ma ur simoie 2°, sigo cue pasaa co- je que fa pelicula reaimerte venia después. Para ellos no n direcrorei ni actores, solamer te prota acciones. (Quién ‘presantaba a Sutaio Sit @ hacia de Superman? En acweite época feliz, en Ia que la proveccién de la pelicula taba, no sabria resporcer, Nada es tabs cetras de la pelicula, como si esta salfera de la nads, Ningun personaje vivla fuera de {a pantalla, y sus exis tencias duraban io que duraba la pro- yeccion. Eran tar soio —y va para gi sigiticaba mucho Suoerman 0 Butia- io Bill. Eran tan s6lo de celuloide, y or eso precisamente le producian tan jordinaria impresion, Cuando una ‘isica ligera o soiemne anunciaba el tela a su blanco inditerente, todo ha- bia terminado, Como guardaba sus ju- guetes de nino, los protagonistas y las diligencias también desaparectan has- ta le prdxima matinge. Eso para él era tuna manifestaciée de la ielicidad que la tuneion de cine proporcionaba. Mosqueteros, cow-boys policias ener es Bangers, nifgs callejeras y ladron- an en ef fanda felices: care- cian de la otra vida, de le que lo raba al s Nir del cine, mientras el tntraban en sus redondas cajas met levindose su mundo iluiéo. Por esa epoca Ia asistencia de ios cubanos ai cine crecla constantemente Los cines ce barrio mantenian sus oro: fusas matinées de fos domingos. 2 41 habia empezado 3 asisti alos ils dos cines de essteno, que exhibian ura sola pelicula. sin tantas corr guia practcando el ritual, aun habiar cesado v sv goce del cine rms solitric. La procuecién de Holly poco de cine ingiés o iranees, come. ©.as ergontinas v melodramas mevics: ros. que mucho gustaban al piovco 10 con sombrero v pistolones 3, s sectimenta 125 ni sus eirectores perzonslidades, S Grete Gars0 91 Marilyn Monroe. vitos s6l0 uno: Ca Varios aos después, como se ice fen algunas geliculas, reduciendo e tiempo iimico a una oracién escvita, tras aprender otras cosas, tambien. ade 18s, sa empezaba a conocer otros ii bros v autores, se desarrollo su reiacisin con ei cine entré en su segundo esta 0. 0 como solia decir, en un segundo valor, Hacia el fin de fa década del cin- ‘cuenta, cuando va ei cine contaba con tuna tradiciOn operante, un grupo de j6- venes fundé en La Habana el primer Cine-Club. Carecia de iocal fifo. Encen dian el provector v coigaban la pantalla fen cualquier lugar que se io perm tieran, el salén del Colegio de Aruitec tos 0 el psrarinio del Patacio de Bellas Aes. Sil lugares en nada se pareciacs 2 [as saias comerciales, las prog) Clones del Cine-Ciub tampoce 3 ban con elas ninguna semejanza. Ar "eS Ge Gue se apagaran [as faces reve- rentemente v entrara en su cuev2 ce A Babi. un critica de cine —va habitatan a Habana representantes de este ofcio ce! sig’ XX oirecia al pubis el film. En 1939, despues ion se fund la Cinemate- presenta 2 de Cubs. Las oportunidaces de ve 0 cine de are se je muta aron dase emtonces: Ase a fo ritual sume or cide de su goce, Aunque preier ~uco abe €! ane can su sortilegio 3 er él sin advertencia alguns, ces como ura sorpresa, en otras acasiy comerto anterior al hecho. po senuicad. acrecentar fa gue @! are iba a proto: ch de Sasi ineveretes por la parts for un espesor y see ~icieron morescindlbies: también 2r2~ espectaculo, Conoe's tores v acs'ces que posefan una Siogra tia, con dramas intimos, felices © desd 0s. Se preocupé por la técnica de la ‘oroeratia, por los encuadres, por ‘a aliiaG Ge la puesta en escena, 90" ia musica que escuchaia, Supo tan ce el cine era una industria y un neo io. Que un tiim podis costar millones que para que duran venta minutes en pantalla, debian tra bsjar er el durante meses decenas oe esoeviaistas, creadores y técnicos. Que mucha produccién no valia nada v es taba hecha exclusivamente con e ce ganar dinero, Vio cine dal japon ce Ia Inia. Vio pelicuias neorreaisa we fe cine de Beeamar \ Cintas espafiolas de Bardem y de Ber fanga, hungaras de Miklos Jacs6 ¥ pola de Andrzej Wajda, Films norteame -anos del oeste, del cine de violencia v de la comedia musical. Vio La Aven. ura, donde encontto el arte de narrar, con la intensidad postica de las grandes ‘ovelas, que era puro discurso cinemé: tice, Estos afias le reservaban un desc iarimiento exteaordinario: el del cine sllente, El cine silente habia desaparec: co hacia tiempo de las salas de provec- bn. y se refugiaba en las bivedas de 10s museos y de las cinematecas. Cua conocié ei cine, los films sonoros eran los dinicos que se exhibian, » no concebia que pudiera haber un cine er 6: que No se hablara. Entonees. cvanco ia Cinomateca de Cuba presents sus ci- Clos de cine silente, pedo experimenta us viaje singular, A la manera del ner- sonaje de la novela inconeiusa de Henn James, The sense of the past, que almente tambien cuenta con su consiguiente vossign cinematograt 5 del presente ai pasado, Como si ‘a vera posterior al eiecto: prever C6 ios comienzos del cine, su oF Dei Soy, sononzado y con su técnica pereccionada, al ayer considerado mitive ¥ mudo. Su a ‘ueror enoimes, Esas cinias conserva ban toda su belleza. Esiaban cispuesas para la resureccién. Pensé que e! cine posterior. destumbrado por los efecios, de sonido, habia deseuidado una os piéndida posibilidad, la de hacerse -comprender por el silencio. Después de recordar estos estados ‘que integraban su relacién con al cine, el primero come aventura espontines ¥ el segunda camo conocimierto, esta dos que se habia propuesto consen.ar conjugados, comprendié que era en6 nea [a afitracion excluvente de Baide. Ii. Ei percibir y admire cine en evan. to cine, €s decit, en cuanto arte con un Liscurso especifico, no implicaba que fl espectacor de la adaptacion cinema ropritica de una novela dijara de cont nuar recordando, 0 mejor. suverpo- niendo el texto litetaria preexistente al film. Por el contrario, mientras mas se percibia y aceptaba el cine en cuanto arte, mayor era la controversia ertee ia fescrtura narrativa v su imagen filmica Pues esa controversia no estaba sola mente “dando vueltas en su cabeza sino que a su vez se hallaba en el ime rior de fa propia pelicula. Teas ver [a proveccién de Tristana de Buri a continuacién la Trstana de Caidés. habla ccurrido una suspension, ent aceptaciin del fm como hecho aes Caldés “vivo y auténomo”. Exisia des de ese momento entre ellos ur curiose histo, comma ea las cos partes de un ver so. 1Aeaso. y sencillamerte, podia iy orar [a existencia de dos Trstanas? La soiucién de este "hiato™ no resultabe tan simple. como procoria Baideili. So se rataba de que ei iim Ga Butuel, po. 01080 y creador sin dea, fen vicar la novela de Gaidés, €! disiog enire ellos. por e! contrario, 20 es ccucia a Formuiarse una pregunta: ser 1°ces no existia el cine como vn les guaie anisico provie? Tristan de Bu ue! no era del todo libre centro de una estructura previa, ia de teuo de Galdés. sPor cue esa oblig ida 9 esta sumision ante un texto ite ‘aro, que aunque desagareciera a gol pes de talento de un director, habia existe y continuaria existiendo, aun cue fuera bajo la condicion de ianias ma? ‘Por qué un director grande como Buruel, corria el riesgo de castrar el nguaje en el que él mismo se expr. soba? Y finalmente, spor qué el cine dol por la novela? Varias razones podrian responder sv pregunta, Tanto la novela como al cine tuvieron un origen espuro. La no- vela naci6 a pattir de extranas iv oe determinadas del todo: mezclas de! sama con la épica, ¥ segin fevera en algunas historias. el cine también habia nacido de clertas mezcias itampaco detecminadas: del melodrama en forma de pantorima. repre: volatineros ¥ unciones de linterna ms: ica. con ia elipsis ent cuadro v cua: dro v las sransiciones bruscas de los Tal ver estos ante- mcs de la én0ca, Tal cedentes, que podria llamar “esczitures visuales", contribuveron a fa del espectac: ion continua ¢ mundo como aennterimiente visua ciente 3 clevtas caracte’‘sicas a€ ia ne~ velo natura.isa, Amees acemés. que Han contsr ana nustora. Como ai nuevo. necestiaba el cine zorender a efanza. con que sol 96 rovedae, la novela habia oor populachero”. asomorsco ce gue 5 hifo y su nie are exnibicios a fa que nunca duraste su vida consin si6 en asist, “Consicerace diversion de feria bastante vulgar. propio de ‘a piebe, sin ponenir an'stica, ningi critica seria se imeresaba poral cine.” |e adquiria tun poco de dignidad al aoroximarse 3 spreciacs Si convenida en instiucin? Ls era un canon del arte occidental. ¥ co mo todo recién liegaco, ef cine comporaba con insoiercia ¥ ail misma niempo estab 10 en arpporcio smaran. Los su: desplantes, buses 46 fen Lautréamont ¢ Rimoaud. @-un poco mas ‘ejos, en Sade. €i existencialismo se comporté ae idéntico modo con vki Niess xegaard. El cine, como ‘més ampicioso, se present6 como una cuiminacion: toda la historia del arte occidenta,. desde et bisonte trazado en is cuesas hasta los cuadros impresio- nistas. constievian el prenuneio de su ‘ugura aparic'én. Einstein lefa las nove: 145 ge Zoia como prefiguraciones dei cre. ¥ cara Gatch fa diferencia entre @l y Dicxens no era tan grande: tam- embargo, pese a este alan rérgicas imégenes visuales, por ejerpic ce Zola —quien en vida fue su adhenimiento, que soio fe cuando fa tecnologia condiciones de producir Zola, por 2 gt Uno de los mil ples asersies cue ei nuevo arte 5 pects. e menos sable, de los nexos ela: aprovechar el s copuiaridad que ésta hax n sus grandes tiradas, 0" anticipadéo et éx to econamico We un film —el eine es arte mis costoso que existe—, y a su wert en una especie de ban: co de ceas, en un ejemplo explorable fe arzumentos + personajes. Encadila Gos por Io que é! consideraba un espe. jism0. proguctares, guionistas y direc tores san ge-manecido hasta hoy dis puevos al aalto. igual que otros eirectores, Bu fuel ue un gran lec 1 un gran lector fs frecuente el re- tures, Conace bien a to llama el “gran Gal Se fei‘cita Ge haberla visto, au personalmente “en cas ciego, al lado el brasere, con ura manta en las rod lias’, En el capitulo de los “pro y los lega a equipararlo con Dos. on frecuencia compara- toievski es bie’r, fo que es resultado de su admira cidn mas bien que de su juicio critica 8 antes de filmar Trstana en 197 fen Mexico v en 1958 ha realizado No 221%, ultimo ejempio y el mejor de la alelos er Ia cinematogeatia me vicana, durante la que se adaptaran fen menos de catorce arfos, seis de sus noveias. Cuando Bune! realiza Trista 12, se ka visto obiigado a abandona,, por falta de financiamiento, dos pro vyectos basades an obras de Galdes. Angel Guerra v Dona Periecta, qu punca realiearé. Tambien, por esa épc 2, en Espa, habia empezado una moda Gales v una especie de cedes Tras conocer estos datos pudo ob- server que Bufuel, sienda un suereals tz milicante v de escuela, cuando se tnteresaba en haces una pelicula con un texto litersr aiero, © se lo arapo. nia algun productor, lo realizaba ex ad ¥ con OW 8) Un clima de oportn bo de obras, Ai apartarse de sus pro- los guiones, ni textos vanguardisia novelas infiuidas por la técnica cine- lamaban su atenci6n, si como el de Gal matograi dds, el paranasiano de Pierre Louvs © el naturalisma ‘inisecular de Octave Mirabeau. Pens6 cue de esta manera Luis Buruel pagaba un doble tribute a Ja tradicion cinemarogratica: por un lado. ai nexo aparente del cine con e' naturalism, v por ef otro, a la creer: cla de que los medos de representa: ign realista generaban una mayor po- sibilidad de transiormacién visual. Re corde entonces un fragmento de sus Memorias: “En diversas ocastones, productores americanas y eurapens me propusieron —contaba Buruel— realizar una peficula basada en Bajo el solcan, fa novela de Malcolm Lowey Lely tele! libra, sin poder imaginar salmente cinemaiogeat ca, Con séio la acciéin exterior. parece fae una banalidad extrema, Todo se desartolla en el interior de! persoraie principal. ,Coma traducir en imagenes los conitictos de este mundo interior Lef ocno acaptaciones diferentes. Sin Buna me convenci6" ¥ luego, cer” do esta coniesién, diria Bunue!: “va ros directores se han sen 0, tentads po 1 belleza del ioro i intencion de Bufue' ce Je esto ditima, de ia versa nta de que BuA.s! stinto @ 61. Pese a la arrasations 9: ieze ce una novela, no ie parecia cue fo tertara. jTentarlo a 3e oniearia, no io tentaba a fiero. sino que fo g2 © ella p00 a poco. in eu Rissa hierone al de Tosavia alenra- raco en tal ro, aparta 0 ¢e: res.0, slencinso. Aunque & Bunue’ fuera diverso al suvo, co exactitud jo ignoraba —en sus Mens vias 20 habia ingicacién alguna ai ces ecto, igualmente era un sito. 7Acs 50 ro vesultaban identicos sus efectos rela que no, Sumergise en la novela esaparicién gradua’ del siilgn es e! que ieia y de la luz dea ventana, a de cualquiera de los inst mentos situates, porque entonces ei propia ritual arribaba a su mayor sige feacion: oropiciar fa anulacion de su mundo v del mundo. Propiciar ic mevsidn. Y cam ella, ef pasarse 2 oto jauo, Eatonces, subia al coche en Emma Bovars hacia el amo: su amante, v se consertia en algo inve- rosimil: en el testigo invisible. testigo que ningun personaje veia, Bupuel, en cuanto dejaba de ser este lector, vol vigndose un director de cine. en buses Ge argumento para hacer una peifcuia, 10 se sumergia. Tentado por la belleza del libro, segin seconocie él mismo, lnvertia el proceso. No se pasaba al mundo de la Bovary. sino que, cum pliendo con el llamado de fa tenta- cldn, Intentaba traerio hacia sf, Ese i” estaba constituido por su con ion de director. Traeria hacia si. in- Pricaba objetivizarin, O mejor, con- | parecer Bufuel confiaba en la pesioifiaad de “tvaduc en imagenes al mismo tiempo. darie a esta “raduc: (cfOn” un sesgo person. en el que an las precespaciones ¥ ab. sesicnes de! director. La adaptacion c- nematosr como un espeio di pice: en él se podie ver 'o que queda- visualizado cel texto literario original. v pare de ‘a orginalidaa de Julio Alesarcro, abajo iuertemen: te en ef gui6n, del ave voradores habitus La adaptacién vealizada cumalia con las regias: trasiadana. modernizaba, resunvia...Desde al primer momento, al leer Tristana, encontis de traslado: e! escenario de Galdés ea el barrio popular madrilefio de Cham- beri. v el del film, la solemne y petrea cludad provinciana de Toledo. Si hudo jemoio trasiado en el espacio, lo hubo en el tempo. La accidn en ei original tenia lugar aproximadamente hacia 1807 comenzando en la pelicula “en cual uie™ mes frio de 1929" y terminando: fen el invierno de 1933, Se dio cuenta gue este hecho permitia al ditector modernizar ei vesuario, usar telgion v filmar una carga a caballo contra marifestac‘on obrera, A medida 48 que avanzoba en la lectura del de Galdés. descubrié que en la pelicu- 10, [a la reiacién amorosa entre T: Horacio, velacion que implicaba en la ansiormacion de la prota gonista. habia sido -educica por Bu: fiuel al mimimo, mientras 'a pierna or topédica adcuiria ¢ © de estrella del flim segun ‘evera en un articulo de Max Avo, Esto cambios, que en parte inde pendizaban el film, se hallavan en ce Jacidn con Bufuel mas que con e! texe resencia de fetiche, to de Caldos, Toledo abia sido una ciudad muy vistada es ‘a juventud Bunuel, visitada v acmirads, C: cambio de techa coicca0a ies aconte- Cimientos en una dpoca cue vio ce Joven y que conocis. Converts ur ob: connotaciones eréticas, de sus inclinaciones y oe sus recursos ‘expresivos. No obstante sersaba que Bunuel no pocia ienorar que e! cerso- aie de Don Lope —por 2! vai se sentia atraido deste hacia iengo, se. {En coniesaba 2n sus Vierioras~, b algo empobrecido ¥ sor jus: cacencia, habia sido coincae: cisamente— por Galdes Ge medio pelo. evideso + colarido, en [os cuartos aiquilados de ur soiar ma- drilefio con “estrecho patio interior y hhabitaciones aumeradas”, con la in: tencion de estabiecer un contraste. de gusto muy sealista, entre el presente ruinoso y el pasado espiencor del c2 balero. Toledo anulaba esie contrasie: era la ciudad en [a que un nidalgo. arruinado come Don Lope debdia vivir No habia entre él y el ugar en que ha- bitaba. ninguna conttaaiccian. ero 5 el director gustaba ce Toledo, no le cabia duda que ei protagonista de la pelicula salfa perdiendo con el car bio. Aunque una noveia reals ra.en apariencia una exteriordad fi espe jismo, eta un sistema infiexble de partes diversas que cisiozabar entre i tuvie. ‘able, lo que juzgaba camo Sf, donde algo que ocurria en un mo: mento dado alcanzaria desoués su sentido, donde cosas cercanas resona- bban en cosas distartes.o al reves, Gale 6s, ademds, como esczitor realisia ‘compartia con sus mai si6n: fa de dar con la eseritura testimo- rio de la realidad. Los personajes ce sus libros habian sido fermados por ef mundo y en el mundo an que Aabita: ‘ban. Don Lope no serie el mismo en el Chamberi que en Toledo. Cada lugar v cada fecha constituian antecede-tes o consecuentes. 35 i cchas escagidas por Bum) vy apropiadas en si msmas. pocrian ser muy efectivas es una gevicuia gue 20 se basara en una nov monénica. A continuacion crows ‘legada ei momento en que post's exsitcarse con cierta clarided, 10 que provocaba su pequefia molestia, el desasosiego que daba inicio. come iector de nove- las que va al cine. su ce terior No se sent ‘que si determinana enive .a Trstara ce Galdos v la de Burve cua) ara 2 me Jor, resolvera ia con! dola. Aunque una fu tes. ¥ en diversas ccasiones la Ta filmada, pese al ingens :raiajo vara ttaducir imagenes verbzles en visuaies, rrecesitaba de la 7 hacerse comprencer 2Par qué jue racogida en su casa gor Don Lope? Si ella fo odiaia reaimerte, jpor qué na escrita para aceptaba casarse al final con el? Estas y otras interrogantes tenian respuesia 80: lamente en et libro, os realizacores parecian dario por supuesto. pesa de los multiples cambios introduc Guisieron mantener explicitos ios vinw culos, y pusieron en los cred Prada en la novela Roménima de Gale 6s.” Es decir. que la coniraversia, res petuose sin dua. suis Por otra parte, si acahaba de cons ferar la razén de su Gesascsiego desc ef ounto de vista del cineasta, debia hacerlo ahora —exclusivamente- aesde su condicidn de Hector. La ver sion felmica violentaba, o can mavor exactitud, casi violaba, su lectura de Tristana, Sin duda no se trataba de una vioiacién dramatica. tan s6lo inquie- ante, La version iilmica habia hecho su eleccién, v se proponia, mediante 12 Ceslumbrante interpreracién fotogea- imponésela. Le decfa, por ejers sta que ves, es Tristane, y és, e Hrente despejada v faisa perilia cz, &s Don Lape. No es necesario 1 sumerias v 138 cosas que te co ean desaparezcan, lo hemos eco o 7, Es cero que san bidimensiona 's pero son un tanto mils corpéreos que fos que terdi6 Gaicés @ constuir cor paiaoras. embargo. como lector, ¢i se via 2! late de una ferma mas libre Las palabras semejabar hacerle see les, indicac.ones. sugerencias. Eran ¥ no eran consistentes. Tristana con ‘cura imvesosimil". tal como la © ja palae feria e crear an objeto. esa “blanczrs inverosinil’. su lover esbeltez, sus oes negras notaales, 20 somponian Gel todo su cuerpo. Ella estaba y n estaba en esa dascripe'én, Lo mismo pe, con Horac:o, ‘con Saturna, con cada uno de los per- Fe ocutria con Dan sonaies de iz novela. Ese estar era. 20 solamente en !a descripcién, sino a lo largo de las oaginas. Se ban haciendo. Esa "blancura inverosimil” se iba ha. cclenca mas v mas inverasimil. Los pe sonajes. v las cosas. y hasta Tos suce- 505 presentaban su condicién fantas- matica, Reclamaban de él un esiuerzo creador Lo que terminaba por expre- sar con una palabra, también con una palabra: imaginacion. Si toda en la no. vela, hasta el secreter donde guardaba Don Loge sus cartay de amor que los realizadores de la pelicula habian ecisido inciuir en una sala, entre mu: cchas cosas sin signiticado. que mss que incluir. era excluie—, tambien co mo en el cine, tendia a convertirse en objeto. en objetivacion, 1a noveia ies daba una materialidad que va no era la de los cuerpos en el espacio, sino la materialidad de las palabras. Todo en 1a Trstana de Gales, cosas v persona: es, eran lineas, una masa iamensa de ineas. Qué significaba esto? cabs un sedido de complicidad. Co. mo ya lo habia dicho. requerian de su mmaginacién. Todo en una noveia se hailabe dispuesto para que el | maginare, De [2 descripcisn de un naje. ce una calle, de una sai a0 Jector realizaba su propia de cide, Es decir, su propia invencion Tristana habla enteado come imagen particular. Su inves mil blancura era un efacio de st mi me. Esta era ta suprema inmersion ‘Cada palabra, cada linea de una nove: susente, a ole un perfume sin reso rar. aver una cara sin verla, a) sachar. a dejarse impregnat por un ne era otto upo de mater llamada “la eieccién del director’. Vol ia a decirse: esta es Trstana, Es as! co mo camina, ése es el metai de 3 vor, asi es como arrasiea la piera aropsd C2. El film habia llevade a cabo sw pro pla sintesis imazinativa. La novela. pense finalmente, siempre ocurre en el pasado. Cuando empieza, ya ha ocu do: s@ relata, Esto implica una obi- ssacién 27 el lector: indefectibiemento debia © teniay que ser revivida. Es de. cir. imaginada constarte ¢ individva mente, Para cada lector habria una Trstana v un Don Lope, y un miedo al paso de! tiempo v a la vejez, v un tien po ¥ una vejez. Sin embargo fo que: su cedia en el film, estaba sucediendo en el preciso momento en que sucedia, Lo que i no habia visto cealmente el cine lo obligaba a verlo reaimense Lo que era una linea en Gai jim era una escena, La noseia e conte. Decia y no decia. Dec's callan do muchas cosas. 7 evidente v oro secrete. Ente '3 tras parecia haber silencios, La io estimulaba a descubririas. es ceci a imaginacos. 2Cudntas ores: respuesta, 9 con respuesta: entemente iba dando sus “es liustrando fos silencios oicho. Del discurso sumerz.co a's imagen ilimica. En eso estanz 2 ore 20 también, al insistir en con de un texto ikerario pr Acimiraba al Bufuet incesero: te. el de Viridiana 0 ei det 2 aye! ex terminador. Bubuel autor ¢€ une jaxe sin par. & perro andaiuz. orceyeaba con traducit una 28 fan abo ics, 2 mpiacia darse a ua ensona sitencta de un cine libe-ac eneravte de fe palaora escrita, Lr ¢ ne gue al fin se aceptara coma 0 ove 6: un coniunto de limitacione: que tos de cualquier arte, ous ime can una liberiad, igual que ‘a de sus quier ane, ;No era eso hastante? Records entonces uaa areedota Amante Debussy de La siesta fauno, invitd una tarde 3 su au%or Stephane Mallarme, a escuchar fa ou sica que habia compuesto 2 fpoema, Se sent ai piano ¥ Ja - ove poet silencio. Cuando 16, Debussy se volvi6 pa Mallarmé responcieh: “E ws frave una paar v decitia asi: 2! cre su propia mesica.” Le ria simplemente cambiar €” es rene su peopia mwsica, 49

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