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CENTRO PANAMERICANO DE ECOLOGIA HUMANA Y SALUD ORGANIZACION PANAMERICANA DE LA SALUD ‘ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD Relaciones dosis-efecto y dasis-respuesta. Preguntas 1. {Qué diferencia existe entre las curvas dosis-efecto y dosis-respucsta? ecturas 1, Criterios de Salud Ambiental #6. “Principios y métodos para evaluar fa toxicicad de las sustancias quimicas. P te 1. OPS/OMS, 1980. Curvas dosis-efecto; dosis-respuesta. (Anexo). 13, 227 1.2 Relaciones dosis-efecto y dosis-respucata 1.2.1 Dosis Por lo comin, la expresién “dosis” se emplea para especificar la cantidad de una sustancia quimica administrada, que generalmente se expresa por tunidad de peso corporal. Cuando la dosis se administra al est6mago, sobre la piel o al sistema respiratorio, el transporte a través de las membranas puede ser incompleto y la dosis absorbida puede no ser idéntica a la admi- nistrada. En las exposiciones ambientales se puede estimar la dosis a base de la medicion de las concentraciones ambientales y abmentarias en fun- cién del tiempo, para lo cual se requiere evaluar la ingesta alimentaria, la tasa de imhalacion y los factores apropiados de depésito y retenctén. Las dosis en los drganos y tejides que interesan se pueden estimer a base de: 4) la dosis administradso ingesta: 15} la medicin de las concentraciones en mucst ¢} la medicion de eoncentraciones en exeretas 0 tisulares y orginica te exhalado. El empleo de estos tres tipos de informacion para estimar la dosis en tej dos y érganos requiere la formulacién de modelos descriptivos de Ia ebsor- cién, distribucién, retencién, biotransformacién y excrecién de la sustan- cia quimica original o sus metabolitos, en funcién del tiempo (véase el Capitulo 4), Cuando la accion téxica se manifieste en el sitio de aplicacion o muy cerca de este {por ejemplo, la piel), ta estimacion de la dosis tisular puede ser muy conflable. Sin embargo, cuando la accién téxica se manifieste en algin sitio remoto (por ejemplo, una célula hepitica), las estimaciones de las dosis toxicolégicamente significativas son mucho menos confiables. a presencia de una sustancia quimica en la sangre indica que hay absorcién; con todo, la concentracton sanguinea de una sustancia quimica se encuentra en estado dindmico, pues llega a niveles més elevados al au- rmentar la absorcién, pero decrece a medida que se incrementan la distri- bucién, el almacenamiento tisular, la transformacién metabélica y la excre- cién, La concentrecién sanguinea de una sustancia quimica es un indica- dor itil de la dosis solo cuando se relaciona de manera definida con la concentracion en el emplazamiento o emplazamientos de accién (6rganos ¥ tejidos) (Task Group on Metal Toxicity, 1976). 8 228 1.2.2 Efecto y respuesta Los términos “efecto” y “respuesta” se suelen usar como sinénimos para denotar un cambio biolégico, en un individuo o en una poblecién, en re- lacién con una exposiciin 0 dosis. Algunos toxicélogos, con todo, han creido stl diferenciar entre efecto y respuesta, utlizando el término “efec- 0” para denotar un cambio biol6gico y el término “respuesta” para indicar la proporcién de una poblacién que manifiesta un efecto definido (Pfitzer, 1976; Task Group on Metal Toxicity, 1976). Segiin esta terminologia, la respuesta es Ia tasa de incidencia de un fecto. Por ejemplo, se puede decir que el valor DLyo es la dosis que pre- visiblemente causard una respuesta de 50% en una poblacibn en la que se ‘ensaya el efecto etal de una sustancia quimice. En la presente monografla se haré esa distincién, aunque se debe reconocer que se trata de una ter- ‘minologia que no esté generalmente aceptada. Por lo comun se puede medir un efecto en una escala graduada de i tensidad o gravedad, relacionando su magnitud directamente con la dosis Gertos efectos, sin embargo, no permiten gradacién y se pueden expresar solo diciendo que estin “presentes” 0 “ausentes”. Esos efectos, por lo comin, se denominan “cuénticos” (véase, verbigracia, Finney, 1971). jemplos tipicos de efectos cudnticos son la muerte o la ocurrencia de un tumor La accién toxica de las sustancias quimicas afecta cominmente a todo 1 organismo, si bien el dafio primario puede estar localizado en un drgano 1 Organos destinatarios especificos, en los cuales la lesibn toxica se puede revelar en términos de disfuncién © enfermedad manifesta (NIEHS, 1977), Segiin Sanockij (1975a), la especificidad de la accién toxiea aguda se puede expresar en términos de una “zona de accién eapecifica” (Zs que es la relacién entre Ie dosis umbral? de un efecto agudo al nivel del ‘organismo totaly la dosis umbral de un efecto agudo al nivel de un érgano ‘© sistema especificos. Cuando Z,,>1, la accion toxica es especifica; cuando Zags1, la accion toxica es inespecifica ‘Se consideran efectos agudos los que ocurren o se desarrollan rapida- mente después de una administracién tinica (Casarett, 1975); sin embargo, los efectos agudos también se pueden manifestar después de una exposi- Una clusfcacion sila de lov fects ua en a eer dea protein mili. en que ss hace uma diesen ent ks efectos “ao etckste” y Ton “estosaon” (CIPR 157?) Se Enitende por efectos no estrsscos aquellos en lov cule le gave dl ecto vars tg I de Seer socio son mules lr cules ee conde usein def dsi proba. Fad de scarencay mas que su needed Len vote Lertres 9 efcinoness Indie por ‘dicts counieran eta "concept de bral ye examina on a seein 1.32 229 ciém reiterada o prolongada. Aunque también puede haber efectos erbnicos como resultado de uns sola exposicion, es mis frecuente que se deban a ‘exposiciones repetidas 0 prolongadas. Los efectos crénicos se caracterizan no solo por su duracién, sino también por ciertas caracteristicas patologi- cas. Se pueden derivar de la acumulacién de una sustancia toxica o de sus metabolitos en el cuerpo, 0 de la suma de efectos agudos. El periodo de lateneia (0 el “plazo hasta la manifestacién” de un efecto observable) puede, a veces, ser muy prolongado, especialmente si la dosis o la expos ion son bajas. En la seecién 2.6 se examinaran otros aspectos de la natu- raleza de los efectos toxicos. ‘No todos los efectos son necesariamente adversos o nocivos. En algunos casos un efecto graduado puede o bien estar dentro de la llamada amplitud “normal” de la variacién fisioligica 0 ser un efecto “adverso”, segin su Intensidad, La distinci6n entre cambio fistol6gico y efecto patolégico (efee- to adverso) es, a veces, muy dificil y se echa de ver gran discrepancia respecto de esta cuestion (que se examinard con detalle en la sevcién 1.3.1). El concepto de lesion bioguimica introducido por Peters y sus colaboradores (Gavrileseu y Peters, 1931; Peters, 1963, 1967), basado en las ideas de Claude Bernard (Bernard, 1898), reviste fundamental impor- tancia a este respecto. Se puede definir a la lesion bioquimieca diciendo que es el cambio o defecto bioquimicos que directamente preceden al cambio 0 disfuncion patologicos (Peters, 1967) Hl Task Group on Metal Accumulation (1973) y el Task Group on Metal Toxicity (1976) han definido la concentracion critica al nivel de la célula diciendo que es la concentracién (de un metal) en la cual se producen en la célula cambios funcionales indeseables (adversos), reversibles o irrever- sibles. La concentracién eritica en Srganos se define como la concentracién media en el érgano en el momento en que cualquiera de sus células llega ala concentracién critica; se define al brgano eritico como el érgano espe- cifico que primero llega a la concentracion critica de un metal, en eircuns- tancias especificas de exposicién y en una poblacién dada. Esta definiciin de “érgano critico” difiere del uso generalmente aceptado del término, segiin la cual el érgano critica es aquel cuyo dato (por causa de Ia radia: cién) produce la méxima lesién en el individuo (0 sus descendientes) (CIPR, 1965), Sin embargo. algunos toxiedlogos cuestionan la utilidad del concepio de drgano 0 tejido eritico, porque distrae la atencién del papel que pueden desempenar los distintos sistemas reguladores del organismo en relaelén con uns lesién toxica 1.2.8 Curvas de dosis-efeeto y de dosis-respucsta Las curvas de dosisefecto demuestran la relacién entre la dosis y la 10 230 ‘magnitud de un efecto graduado, en un individuo o poblacion. Esas curvas pueden adoptar distintas formas. Dentro de una amplitud de dosificacton dada pueden ser lineales, aunque con mayor frecuencia no lo son. Finney (1952a) se ha referido a diversas transformaciones que se pueden utilizar para dar lineaidad a las curvas de dosis-efecto. Las curvas de dosis-respuesta demuestran la relacién entre Ia dosis y la proporciin de personas que responden con un efecto cuintico. En general, las curvas de dosisrespuesta son sigmoideas (recientes), con asintotas superiores ¢ inferiores, por lo comin, aunque no siempre, de 100 y 0% (véase, por ejemplo, Cornfield, 1954) Una forma de explicar la eonfigura- lin de las curvas de dosis respuesta es decir que cada individuo de una Poblacion tiene una “tolerancia” singular y requiere una cierta dosis antes de responder con un efecto. En principio, existen tanto una dosis baja « la cual nadie responderé como une dosis alta a la cual todos responderan. Para cada efecto habré, por lo comin, una curva de dosis-respuesta distinta. Loewe (1959) y Hatch (1968) han examinado la relacton entre dosis, efecto y respuesta, y su representacion grifica en un modelo tri- dimensional Si el experimento u observacién estén bien disefados (Capitulos 2 y 3), la relacion dosis-respuesta se basaré en datos de muchos individuos, en una amplitud de dosis, de una respuesta minima a una respuesta méxi- ima, Seguidamente se recurre a los procedimientos matematicos y estadis- ticas para establecer la relacién curvilinea que mejor se ajusta a todos Jos datos, expresados como valores medios con sus desviaciones estindar a diferentes dosis. En el Apéndice se examinan las expresiones mateméti- cas de las relaciones dosisefecto y dosis-respuesta y las ventajas de aplicar distribuciones normales y logaritmicas normales y otros tipos de dist bucion, ‘Se debe seftalar que la configuracién de la curva de dosis-respuesta de Ja misma sustancia y la misma especie animal puede variar con los cambios. ‘en las condiciones experimentales, por ejemplo, los cambios en la forma de distribucin de la dosis en el tiempo (Weil, 1972). Al evaluar la exposicién humana a sustancias quimicas ambientales, por lo comin se estimaré la dosis en funcién de la concentracién y el tiempo. En algunos casos la concentracién sera relativamente constante y las relaciones tiempo-efecto y tiempo-respuesta serdn similares a las rela: ciones dosisfecto y dosis-respuesta. Sin embargo, en muchos casos la con centracion variaré y lo mismo ocurriré con el tiempo de exposicién a con- ‘centraciones especificas, y habré que considerar tanto las relaciones in- tegradas de dosis-concentracién-tiempo como las relaciones dosis-fecto ¥ tempo-efecto (Druckrey, 1967; Golubev er al., 1973; Lazarev, 1963; Weil, 19722), ul 231 Segiin la regla de Haber (ct = k), el producto de la concentracién (c) y el tiempo (¢)es una intensidad constante de efecto (k) en algunos gases. Esta formula se modificd Iuego a la expresin ct* = k (en la cual 8 es constante}, que se ajust6 mejor a otros datos iolégicos (Lazarev y Brusi- lovskaja, 1934), aunque adolece también de limitaciones. La extrapolacion de relaciones concentracién-tiempo se ha utilizado felizmente para obtenes predicciones de respuesta Iuego de una exposicién inhalatoria prolongada a hajas concentraciones (Pinigin, 1974). Las relaciones concentracién-tiempo, como la variacién de la fraccion 4de la dosis con el tiempo en combinaciones de concentraciones méximas a corto plazo y concentraciones prolongadas a bajo nivel en la contamina- ‘ign del aire, y los ciclos variables de exposicién, pueden influir en el ‘efecto toxico. Hasta ahora se han hecho pocas tentativas sisteméticas por cevaluar estos factores, si bien Sidorenko y Pinigin (1975, 1976) han des- crito algunos principios para establecer normas de calidad del aire a base de este punto de vista, y Pinigin (1974) se ha ocupado de los problemas de la exposici6n inhalatoria intermitente. Este problema ha sido también ‘examinado por Ulanova et al. (1973, 1976). 2 Anexo EXPRESIONES MATEMATICAS DE LAS RELACIONES DOSIS-EFECTO Y DOSIS-RESPUESTA Las relaciones dosis-efecto y dosis-respuesta se pueden inseribir en una ‘rifica y el “mejor ajuste” empirico de una correlacién curvilinea se puede expresar en la forma de una ecuacion matemitica. A su ver, la inspeccién visual del grafico puede sugerir una ecuacion matematica de funcién lineal, exponencial o de potenciacidn, caleulindose entonces el mejor ajuste de los puntos de datos & la ecuacién. Un solo conjunto de datos puede ajus- tarse jgualmente bien a varias ecuaciones mateméticas cuando la amplitud de datos es limitada. Por lo tanto, se ha de obrar con cuidado para no suponer que los fendmenos biolégicos siguen un modelo matematico es- pecifico, salvo cuando se han recopilado datos en una amplia gama de valores. Dentro de lo posible, es conveniente formular una hipotesis de} mec nismo de accién toxiea de acuerdo con criterios biolégicos, derivar la expresion matemética general del mecanismo, y Iuego ajustar los datos a la ecuacién para obtener unos valores de las constantes en la ecuacién que sean especificos de las condiciones del experimento. Por ejemplo, un mecanismo de aceién puede indicar que la ley de accion de masa (0 equi librio quimico) se aplica a le relacién dosis-efecto. Si se supone: 1) que tuna molécula de la sustancia quimica se liga reversiblemente con un em- plezamiento receptor: 2) que el efecto (E) es directamente proporcional a Is fiaccion del total de receptores ligados por la sustancia quimica, y 3} que ls cantidad de sustancia quimica ligads es muy pequefa en comps- racién con la concentracién total o dosis (D), se sigue que ls aplicacién de la ley de la accion de masa lleva ala relacién: E = KyD/(Ke + KyD), 34 2383 cen la cual K, y Ke son constantes especificas del experimento. Clark (1933) ‘observé que esta ecuacién matematica, que da una curva de equilibrio ‘que asintéticamente se aproxima al efecto méximo, muestra una configu- racién muy similar, en ciertas amplitudes de dosis, a la de una curva loga- ritmica como E = K, log (KeD + 1) 0 una curva de funcién de potencias como E =: KD La curva sigmoidea 0 en forma de S es una expresin curvilinea comin- mente observada en algunas relaciones dosis-efecto y en la mayor parte de las relaciones dosis-respuesta. El fundamento biolégico de esta relacién se puede comprender parcialmente cuando se piensa en la naturaleza de la distribucin de frecuencias de las susceptibilidades resistencias indi- viduales en una poblacién. La mayor parte de las personas que componen tuna poblacion responderan en las cercanias de un nivel de dosis central, sitndo pocas las que responderén solo a niveles de dosis muy bajos o muy altos. Esto da lugar @ una distribucién de frecuencias de los sujetos reac- tivos en funcidn de las dosis. Una distribucién de frecuencias, sin embargo, no describe un mecanismo biolégico de susceptibilidad o resistencia, sino la ocurrencia aleatoria de individuos con diferentes. susceptibilidades. En la figura 1.1 se muestra una distribucién normal de frecuencias, la ‘curva es simétrica con respecto a un punto central. Su distri ‘mulativa de frecueneias muestra la curva sigmoidea frecuentemente obser- vada, Una relacién de dosis-respuesta se presentaré como una distribucion acumulativa de frecuencias porque un individuo que reacciona a una dosis baja también reaccionaré, naturalmente, a dosis més elevadas. En conse- ‘euencia, la frecuencia de individuos reactivos a una dosis elevada determi- nada incluye a todos aquellos que responden a esa dosis y a todas las dosis inferiores. En la figura 1.2 se presenta una distribucién asimétrica en direccién de los niveles de dosis alta. Esta distribucién se suele deseribir como dis tuibucién logaritmica normal, porque la transformacion logaritmica de los valores de dosis se traduee en una distribucién normal de frecuencias (figura 1.3). En la naturaleza muchas distribuciones de frecuencia tienen luna configuracién logaritmica normal. Esta eonfiguracién se observa, asimismo, en distribuciones cn las cuales el punto central se acerca al ‘ero; por cuanto el nivel de dosis no puede ser inferior a cero, solo hay ‘una estrecha amplitud en la cual se agruparén los eujetos reactivos més susceptibles. La escala logaritmica expande el punto cero hacia el infinito negativo, produciendo asi una distribucién més simétrica en torno del punto central. Ademas de las distribuciones normales y las distribuciones Jogaritmicas normales, existen otras categorias de distribuciones asimé tricas. 35 Respuets(%) 234 Figura 1.1 Relacién doats-reapuestahipotéticn come distribuciéa de frecuenclas y come disteibuelén acumuletiva de fepeueneia. 9,-——_—_—— « sol 1 Tt * eae Dit come dewaclne nr dea en be ce va expen el 0% rigors 1.2. Ditibucinsslmétres de frenencias de acerde ca date hipettic ° zx io wo $ io a8 oS 70 35 Doss (ondadee hips) 235 [Figure 13. Distribucién normal de frecuenclas cuando la dose ‘te nsertbe on excala logaritmics. Respuesta (%) 3 8 Soe Se a Dost (unideshiotena) La ecuactién matemitica correspondiente a la curva sigmoides es dificil de manejar y, en consecuencia, se la suele transformar en una lines recta para la presentacién y evaluacién de los datos. Es una caracteristica mate- matica de la distribueién normal que los puntos de inflexién de la curva ‘¢ ambos lados del pico (0 valor medio) sean valores iguales « més y menos ‘una desviacion estindar (DE) de la media (m). La integracién de Ie fun- cién de distribucién normal muestra que el rea debajo de la curva de m ~ 1 DE.am + 1 DE incluye el 68.3% de todos los miembros de la poblacién. En consecuencia, el 15.9% de la poblacién corresponders & sujetos que reaccionan a dosis iguales o inferiores a la media menos 1 DE ¥ el 84.1%, a personas que reaccionan a dosis iguales o inferiores a la me- dia mas 1 DE. Asimismo, se puede calcular que aproximadamente el 95.4% de la poblacion responder dentro de una amplitud de dosis dada por la modia + 2 DE y aproximadamente el 99.9% respondera entre la media y + 3DE Por cuanto m — 3 DE, m — 2 DE,m — 1 DE,m,m + 1DE,m +2 DE y m + 3 DE indican intervalos iguales de dosis, el porcentaje corres- pondiente de sujetos reactivos, esto es, 0.1, 2.3, 15.9, 50, 84.1, 97.7 y 99.9 respectivamente, producira una linea recta cuando estos porcentajes se inscriban a intervalos equidistantes. En la figura 1.4 se ilustra esta trans. formacién; se presentan tanto la escala porcentual como Ia escala “probit” 37 236 tado la historia del desarrollo y la utilidad de la transformacién probit." Muchos toxicélogos utilizan papel logaritmico probabilistico para expresar las relaciones dosis-respuesta como funcién lineal de las distribuciones logaritmieas normales de un efecto. wrmacién de la curva sigmotden normal (%) ‘on un linea rece (probit Figura 14. Tran S ol al 4 io fron 4 20} E i 5 fa 312.3) & eee : a ae a ‘ovis como desvacones tinder de dni que uss une seapuata de S05 La figura 1.5 muestra dos curvas de dosis-respuesta en el papel logarit- mio probabilistico. El valor DE go (dosis efectiva al $0%) de la sustancia quimica A es de 10 untdades de dosis, en tanto que el correspondiente a la sustancia quimica Bes de 0.01 unidades de dosis. Los datos de DEgy se presentan a veces en la bibliografia como un valor singular de dosts, sin Indicar los limites de confiabilidad o la pendiente de la curva de dosis respuesta, De la figura 1.5 se desprende claramente que, respectode las sustancias quimicas Ay B, no solo estén los valores DEgy separados por tres drdenes de magnitud, sino que los sistemas de prueba responden de ‘manera muy distinta a dewiaion au helen que» Ie aban que corres ana desc "Prot" — anda de proablidad. probit en valeste norma" [DEN Fonde «ann pobabiided Pen una ditibactn naval son une medi nia de 38 237 Como ejemplo de la necesidad de tener en cuenta las pendientes, se puede considerar la prictica seguida por algunos toxicblogos de estudiar los efectos de dosis repetidas a f, de Ia dosis singular DE gg. Respecto de Ja sustancia quimics A ya se advertiria un efecto en 16% de la poblacion (DE,9) luego de la primera de las dosis repetidas, en tanto que para la sustancia quimica B es muy probable que nunca se observe un efecto, incluso después de muchas dosis repetidas (figura 1.5). Este resultado es pronosticable cuando se conocen las pendientes de las curves de dosis- respuesta. Reape (3) ‘Unades de dots hpetiticas Las pendientes planas, como las correspondientes a la sustancia quimica AA, suelen indicar factores tales como una absorcién deficiente, una excre- cién o destoxificacién répida o efectos toxicos que se manifiestan algin tiempo después de la administracién. Las pendientes empinadas, como las correspondientes a la sustencia quimica B, indican con suma frecuencia 39 238 una absorcién répida y un répido comienzo de los efectos t6xicos, como ‘ocurre, por ejemplo, con el cianuro de hidrogeno o los gases irritantes. ‘Aunque Is pendiente no es un indicador absolutamente fidedigno de los ‘mecanismos fisioligicos 0 toxicologicos, resulta itil al toxicdlogo experi- mentado, y se debe siempre notificar junto con sus limites de confiabilidad. En la figura 1.6 se ilustra ls importancia del paralelismo de las curvas de dosisrespuesta cuando se trata de formular afirmaciones generales respecto de efectos relativos. Las sustancias quimicas C y D tienen valores idénticos de DEyo. Sin embargo, cualquier afirmactén respecto de la igual- dad relativa del efecto solo seria vilida a esa dosis especifica. A decir ver- dad, en dosis mis elevadas la sustancia quimica C seria mis efectiva que Ia D y en dosis més bajas la sustancia quimica D seria més efectiva. Las sustancias quimicas E y F, por otra parte, muestran equiefectos relatives jon de 1a 10 unidades de dosis en toda la amplitud de dosis. igure 1.6 Curvas de dostesespuccts de cuatro sustanclas quimiens. oor 1? 10 ooo? Unidas de dai hiptéins 239 Este paralelismo de las curvas de doss-respuesta es esencial para la validez de las aflrmaciones generales respecto de las toxicidades relativas. Se ha de sefalar especialmente, con todo, que las curvas de las sustancias qu‘ micas E y F se aplican solo a un efecto especifico y a un conjunto de con- diciones experimentales. Las observaciones de la respuesta correspondien- tes a un efecto téxico distinto o a la administracién por una via distinta bien pueden no producir curvas paralelas de dosis-respuesta respecto de las mismas sustancias quimicas. a

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