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of see 1s +/ LOS FUNDAMENTOS DE LAG CIENCIAS DEL HOMBOF El método en las ciencias sociales Félix Gustavo Schuster € Centro Editor de América Latina Direccién: Picardo Figueica Secretaria de redaceion: Oscir Troncoso Asesoramiento artistico: Oscar Diaz Diagramacién: Oscar Sammartino Estola Enecciz Coordinacion y produccién: Natalia Lukawocks Fermin E. Marquez 21992 Centro Editor de América Latina S.A. Tucumadn 1736, Buenos Aires Hecho el depésito de ley, Libro de edicion argentina. impreso en Carybe, Udaonde 2646, Lanis Ossia, Prov. de Bs As. Encuador. nado en Haley, Av. Mosconi 640, Lomas dal Mirador, Prov. do Bs. ‘As, Distribuidores en la Republica Argentina: Capital: Mateo Can: cellaro @ Hijos, Echeverria 2469, 5* “C", Buencs Aires: Interior: Dipy SAL Azara 225, Capital Impreso en teorero ce 1992, ISBN 950.25.2061.0. 1. LAS CIENCIAS SOCIALES: FACTICIDAD Y CONFRONTACION Una clasificacién posible de las ciencias nos permite refe- rirnos a la ciencias formales (logica, matematicas), natura- les (fisica, quimica, biologia) y sociales o humanas (econo- mia, socidlogia, antropologia, psicologia, psicoanilisis, his- toria,linguifstica, derecho, educacién, politica, comunicacién, geografia, etcetera). Recurriendo aos diferentes niveles de la semistica 0 teoria de los signos podria sefalarse que las, primeras son de indole primardialmente sintéctiga, las se- gundas semanticas y las terceras pragmaticas (en ol sen- tide del papel mas relevante del individuo-usuario). Recor- demos que Eliseo Verén hacia referencia, por la menor 0 mayor partcipaci6n de los sujetos investigadores, a ciencias de baja pertinencia (las naturales) y de alta pertinencia (las, sociales 0 humanas) Con respecto ala filosolia, sefalemos solamente que, por un lado, recorre la clasificacién indicada (filosofia de la b- gica 0 de'las matematicas, filosofia de la fisica, flosofia de la historia, de la economia, etc.) y, por el otro, su papel es predominantemente normativo, Suele enfatizarse ademas el caracter factico o empirico de las ciencias naturales, en las que la controntacién de sus enunciados con la experiencia, para confirmarlos o refutar- los, adquiere un caracter central; no es éste el caso de las ciencias formals, de primacia sintactica (lo basico son las, relaciones entre los signs). 2Y qué ocurre con las ciencias sociales? ,Puedon también considerarse facticas? Natural- mente que sf: son también ciencias que se ocupan de he- cchos, de sus propios hechos. Pero efectuemos alguna re- flexign al respecto. En primer lugar podemos distinguir entre “hechos” como ciertos elementos discriminados en fa per- cepcidn, o que denotan las proposiciones que interpretan lo que se nos da en la experiencia sensible, o que denctan proposiciones que alirman con vers. - alguna secuencia 0 conjuncién invariable de caracteres, o que denotan lo que existe en el espacio 0 ol tiempo, juntamente con sus rela- ciones, en viud de lo cual una proposicién es verdadera, Los hechos en este tillimo sentido no son ni verdaderos ni falsos, y son distintos de las hipdtesis que hacemos sobre ellos. Una hipstesis puede ser verdadera, y es un “hecho” en ol segundo 0 tercero de los sentidos sefialados, cuando enuncia lo que es un hecho en el cuarto sentido indicado.’ Por otra parte, en cada area del conocimiento se esta- blocen los correspondientes universos de hechos, desde varias perspectivas posibles. Se puede sostener que los hechos configuran una realidad dada y que de lo que se trata, en consecuencia, es de descubriria, 0, en cambio, que la realidad se construye por via de hipstesis, o se constituye por su intermedio, En este momento es el propio concepto de realidad el que requiere alguna clarificacién. Claro que puede alirmarse que “realidad” es aquello que uno define come tal, especificando se usa la palabra en un contexto particular. Asi, una ilusin éptica no es real como hecho fisico pero si lo es como fenémeno psicologico. En ese sentido nada es absolulamen- te real o irreal: ambos pueden ser predicados de algo, sélo con referencia a un ctiterio especiticado por anticipade. Algunos filésolos han usado la palabra “realidad” para indicar algin dominio que se encuentra “mas alla” del espacio y Gel tiempo y “luera” de los limites de la percepelén y han declarado que el mundo sensible es “ireal” (afirma- ciones cuyo sentido se apoya en el uso de las metaforas, espaciales “mas alld" y Tuora’). Pero “realidad” puede sig nificar también el mundo de hechos del que tenemos expe- riencia en nuestra vida ordinaria (como opuesta a la mera imaginacién 0 ficcin), 0 puede incluir tanto hechos como fantasias y ficciones (en este sentido todo es real), 0 puede significar algo vivido e intenso que se experimenta de modo directo, 0, en fin, puede hacer referencia a la importancia y caracter Comprehensivo de lo que puede ser aprehendido por la experiencia humana.* Cuando sefialamos que las ciencias sociales son facticas no estamos sosteniendo que, para serlo, deban ajusiarse a un modelo fisico de realidad ‘sino que han de configurar su propia realidad. Recordemos que Freud, en el Compencio i del Psicoandlisis, afirma que asi como la fisica tiene sus objetos, ol psicoandlisis necesita el suyo propio, y nos dice que ese objeto es el inconsciente, agregando inmediatamen- te que el inconsciente es incognoscible y sélo puede expre- sarse, o manifestarse, a través de la conciencia, con lo cual estd constituyendo todo un programa de investigacién: hacer conscienta Io inconsciente, Se puede asi afirmar la realidad propia de la ciencia de que se trate, descubriéndola o construyéndola, fo que ha de permitir la confrontacién entre las hipotesis o las teorias {como conjuntos de hipétesis) que se formulen en cada Ambito y la realidad correspondiente. En ese aspecto, y en este sentido, privilegiamos lo metodolégico sobre lo ontolé- gico. Es interesante mencionar que en el Compendio, Freud sostiene que El psicoandlisis es una parte do la psicologia. También os escrito como “psicolagia profunda’ —més tarde descubri- femos por qué—. Si alguien pregunta lo que realmente signiiea lo psiquico” es facil replicar enumerando sus cons ftuyentes: nuesvas percopciones, ideas, recuerdos, sent: mientos y actos vilivos, todos ellos forman parte de fo psiquico. Pero si el interrogador sigue més adelante y pregunta sino hay alguna cvalidad comtn poseida por todos, esos procasos que haga posible legar mAs cerca de la paturaleza 0, como la gente dice a voces, de la esencia de To psiquice, entonces eso es més dificil de contostar. Si una pregunta andloga se le planteara a un fisico (en cuanto a [a naturaieza de la electricidad, por ejemplo), su respuesta, hasta hace muy poco tiempo hubiera sido: “Con ol fin de explcar certos fenémenos suponemos la existencia de fwerzas eléctrcas que se hallan presentes en las cosas y emanan de elias, Estudiamos esos fondmenes, descubrimos las leyes que los gobiernan y disponemos de ollos para Usarlos. Esto nos salsiace provisionalmente. No conocemos. ia naturaleza de la electrcidad. Tal vez la descubramos un dia contorme nuesto trabajo progrese. Hemos de admitir que la que ignoramos es precisamente la parte mas impor tante¢ interesante de toda la cuestion, pero por al momenta testo no nos preocupa. Asi ocurren sencilamente las cosas fn las ciencias naturales"? La confrontacién a la que haciames referencia permite ‘ecisamente una contrastacién entre lo que se sostiene (hipdtesis o teorias) y la “realidad”: en esa confrontacién hay un riesgo, al cual se enfrentan las teorias cientificas, que pueden quedar afectadas ante una discordancia con los hechos (0 con los enunciados que se refieren a ellos). La confrontacién es importante para toda ciencia, tanto para a fisica como para ol psicoandlisis aunque, naturalmente, en la fisica se refiera a entidades fisicas y en el psicoanalisis a entidades de la indole que éste sostiene. Y lo mismo ocurre en el caso de las restantes ciencias sociales o humanas. Para que la confrontacién pueda operar basta con pre suponer una realidad (0 elegir una ontologia), formular enunciados {hipétesis) que se conecten con ella y, a partir de alli, ir efectuando los ajustes necesarios, que pueden derivar incluso en el abandono de las hipétesis o teorias. Claro que también se puede aceplar una hipdtesis supuesta y tratar de vincularla can un campo observacional posible. Ambas allernativas no son necesariamente exclu- yentes y pueden incluso ser complementarias. En Mas alla del principio del placer, Freud afirma En la teoria psicoanaliica adoptamos sin reservas el su puesto de que el cucurso de Ios procesos animicos es Fegulado automé:camente por el principio do placer. Vale decir: creemos aue en tados los casos lo pone en marcha tuna tensién c-olaoentera, y después adopla tal orientacién que su resv'tado final coincide con una disminucién de ‘aquélla, este es, con_una evitacién de displacer © una produccién ca placer, Cuando consideramos con reterencia 8 ese decur' > fos proceses animicos por nosotros estudia dos. introduumos en nuestro trabajo el punto do vista feconémico. A nuestia juicio, una exposicion que ademas de os aspectos tépice y dindmico intente apreciar este otro aspecto, el econémico, es a mas completa que podamos concetir por el momento y merece distinguirse con el nombre d2 “exposicibn metapsicotigica’. En todo esto. no fiene para nosotros interés alguno indagar si nuestra tests, dal principio de placer nos aproxima 0 nos aflia a un determinada sistema hiosolico formulado en la historia. Es que hemos llegado a tales supuestos especuiatives a raiz de nuastio empefo por describ y justipreciar los hechos de observacién eotigiana en nuestro campo.” Y mas adelante agrega: En vista de estas observaciones relativas a la conducta durante la transferencia y al destino fatal de los seres humanos, osaremos suponer qua en la vida animica existe reelmente una compulsién de repoticién que se instaura més alla del principio de placer. Y ahora nos inclinaramos a reterit ‘a olla los sustios de los enformos ce nourosis traumatica y la impulsi al juego en el nifo ..J Lo que resta es bastante para justlicar la hipéiesis de la compulsién de rapatcién, y sta nos aparece como mas originaria, mas glamental, mas pulsional que el principio de placer que alla destrona. Ahora Bien, sien lo animico exisie una tal compulsign de repaticién, nos gustaria saber algo sobre la funcién quale cerresponde, Jas condiciones bajo las cualas puede allorar y la relacién que guarda con el principio de placer, al que hasta hoy, en verdad, habiamos atribuido al imperio sobre el decurso de los procasos de excitacién en la vida animica.* Estas investigaciones freudianas, como se ve, ejempiti can varios de nuestros planteos con respecto a la contron- tacion, Las preguntas esencialistas (,qué es?), por importantes que sean, presentan muchas complejidades cuando se trata de responderlas y en muchos casos pueden constituir una traba para la investigacicn. La posicién filossfica que se sustenta, desde el punto de vista ontolégico —en lo que tiene que ver con la reali- dad—, 0 gnoseolégico —en lo que tiene que ver con el co- nocimiento de la realidad—, es también ralovante para as- tablecer el polo de la confrontacién ligado con la base cempirica: sera diferente lo que entiende por realidad —y su conocimiento de ella— para un aristotélico, un empirista, un cartesiano, un kantiano, un idealista objetivo hegeliano o un materialista marxista No hay acuerdo entonces con respecto a la base empirica filoséfica. La ‘realidad” es lo suficientemente compleja como para cuestionarse si hay una sola “realidad”, 0 porciones de ella, La base empirica epistemolégica, en cambio, est cons. tituida por los datos obtenidos on la vida cotidiana que son conocidos directamente a través de la observacién, Como sostiene Klimovsky, es aquel tipo de informacion que, sin ninguna mediatez cientifica ni auxilio de instrumentos, teo- rias cientiticas o argumentos internos para la ciencia, puede ser aceptado por la comunidad cientilica con ef apoyo del lenguaje ordinatio Habria, a su vez, algo mas amp= que esta observacion vinculada'a la base emoirica episteolégica, que consiste en observar a través do una teoria. Esto tiene que ver con la base empitica metodolégica, que suele llevar a los cien~ tificos a hablar de la observacién de los objetos debido a la aceptacidn de teorias. En este sentido la distincién tedrico observacional puede considerarse bortosa, no tiene un cardcter absoluto, Sobre la base de lo desarroliado hasta aqui puede sostenerse que la facticidad y la posibilidad de controntacion estan estrechamente vinculadas y esto es relevante también para las ciencias sociales, que indudablemente plantearan la cuestién en su propio ambito, con autonomia, aunque sin descuidar Ie conexiones que resulten pertinentes, Haciamos relerencia anleriormente al riesgo que corren las teorias al entrentarse con la realidad, pues ésta puede ‘oponerse a las alirmaciones de aquéllas y, si bien Ia refu- tacién de las teorias no es algo sencilo de llevar a cabo, un enirontamiento con la realidad puede al menos conmoverlas. Pero dejamos en claro que estamos haciendo un uso positive del concepto de riesgo: nos parece adecuado que las teorias Corran riesgos ya que ello forma parte de su cientifcidad (si pretenden decir algo sobre el mundo deberén contrastarse con él, y asumir fas consecuencias); por olfa parte, en tanto vayan superando los tiesgos, su afirmacién es cada vez mayor. Por otra parte, asi como lo plantedbamos en el caso de las diversas posiciones filoséticas, también debemos men- cionar las diferentes teorias que, en las clencias sociales, brindan variadas perspectivas de acceso a la realidad. Nos encontramas asi, entre otros, con tebrices del intereambio, Conductistas, postestructuralistas, crticos, neoluncionalis- tas, fenomenoiogistas, biosocidiogos, etnometodologistas, postpositivistas, interaccionistas simbélicos, marxistas.* La descripcién de la realidad social por parte do las ciencias sociales debe a su vez extenderse ante el hecho do que el conocimiento de esa realidad procede no sélo dé las ciencias sociales sino del pensamiento normativo y de Ja produccién cultural La crisis que, planteada desde el campo de los valores, afecié a las ciencias sociales (incentivada en la década del ‘ochenta), no desiacé sin embargo ningtin predominio teérico sino mas bien una explosién de miniescueles 0, como en 12 \ vv ticismo. En una conjuncién de planos (filoséficos, de valores, culturales) se pone en cuestién ol discurso de las ciencias sociales en el contexto de la critica general de la cultura moderna ‘Gomariz sostiene que la otra referencia de contexto que tiene la actual coyuntura teérica se refiere al uso y consumo dal conocimiento generado por las ciencias sociales en la sociedad contemporanea, donde la cuestin es saber como opera el proceso de desarrollo cientifico, El uso més frecuente de {a investigacion social se retiore a la absorcién de ciertas ideas y determinados conceptos creados por ella por parte de los grupos que adoptan decisiones y politicas. Puede hablarse de una contextualidad histérica de la crisis de las ciencias sociales {por ejemplo, en América latina) en las sitimas décadas.” Y puede sefialarse una interrolacién entra las transtorma- ciones societales y las que van produciéndase en las cien- cias sociales. Hay una superacion de la confianza (acritica) en la capacidad explicativa de teorfas globales de las cuales, a la vaz, se podian deducir politicas eficaces para resolver los problamas de la sociedad latinoamericana. Esta pérdida de credibllidad ha motivado una actitud mas abierta, despre- jviciada y flexible en el andlisis do los fendmenos. Esta es al menos parte de la contextualizacién en la que han de insertarse las ciencias sociales y en la que han do operar la facticidad y Ia confrontacién a las que haclamos referencia. Sobre estas bases, a su vez, podran considerarse ak nas cuestiones vinculadas ya al método y a la investigacion en ciencias sociales, para discutir después distintas alterna- tivas metodolégicas que planteen diversas posibilidades de acceso a la realidad. .Cémo procede la busqueda para establecer algin orden y vinculacién entre los hechos? La identificacién de proble- mas en Ambitos con los que ya tenemos cierto grado de familiarizacién puede iniciar el camino hacia el conocimiento de la realidad de que se trate. El desarrollo motodoligico posterior puede aportar al logro de ese conocimiento. La area no es facil pero todo desafio es incitante, 13 . METODO, REALIDAD E INVESTIGACION La investigacién se basa y ha do surgir de un sector de la realidad que pueda problematizarse y el método se inserta en esa investigacion. A su voz las hipstesis, al conducir una investigacién, han de considerar como significativos algunos hechos y a otros no: si no hay conocimiento sobre un tema no podemas juzgar con relevancia. En una de gus vertientes el método cientifico es el procedimiento a través del cual ponemes a prueba las hipdtesis, examinando la mejor evi- dencia disponible a favor o en contra de elas. Claro que constituye un punto de vista superficial que fa verdad se.encuentre “estudiando los hechos’. Ninguna investigacién comienza si no se detecta alguna dificultad en una situacién practica o teérica. Es esta dificu*sd, 0 proble- ma, quien guia la busqueda de algin orden entre los hechos, en términos del cual la dificuttad pueda solucionarse. Si algin problema es la ocasién para la investigacion, la solucién del problema es ef objative de la investigacién. Laudan® ha puesto un énfasis especial en la importancia de los problemas y sostiene que el objetivo de fa ciencia consiste en obtener teorias con una elevada efectividad en la resoluciin de problemas. Desde esta perspectiva, la ciencia progresa sdlo si las teorias sucesivas resuelven mas problemas que sus predecesoras. Laudan propone distinguir entre problemas empiricos y conceptuales que representan, respectivamente, las exigencias correspondentistas y cohe- reniistas que imponemos a nuestras teorias. Una teoria resuolve un probloina empirico cuando de ella, junto con las condiciones iniciales, se deduce un enunciado dal problema, y resuelve o elimina un problema conceptual cuando no exhibe una dificultad conceptual de su predecesora. El valor de una teorfa dependerd, entre otras cosas, de cuantos 15 7 i problemas resuelva. Y, ademas de los problemas y ss soluciones, conoci- miento y relevancia son también basioos para la investiga cién, Como alirma Klimovsky,"® toda accién racional presu- pono conocimiento y este conocimiento no se relaciona con hechos singulares 0 aisizdos, es un conocimiento general, que indica “correlaciones, ligaduras y pautas que gobiernan fa estructura de lo real’. ¥, naturalmente, algunas hipstesis expresan conexiones “relevantes” entre los hechos, y otras, no. La investigacisn, en ocasiones (como, por ejemplo, en la investigacién-accién), puede plantearse no sélo el conoci- ~ miento sino también ta transformacién de la realidad, y a veces esa transformacién suele presentarse como una alter- naliva a un mero conocimiento, Sin embargo, el conocimien- to es un presupuesto indispensable para la translormacion de la realidad. Incluso el conocimiento contiene ya la posi bilidad de la transformacién, Gon respecto al conocimiento en general y al conocimien- to cientifico en particular, puede diferenciarse su produccién de su validacién. La produccién tiene que ver con el modo en que surge el conocimiento, en relacién con factores sociales, politicos, econdmicos, psicolégicos, ideclégicos; la validacién se vincula con ‘ia justificacién del conocimiento, con primac Bgico-lingiistica | En el campo especifico del conocimiento cientifico se suele hacer relerencia a los concepios de contexto de descubrimiento y contexio do justificacién (Reichenbach es uno de quienes planted expresamente Ia distincién en su libro Experience and Prediction, de 1938), para expresar, por tuna parte, todo Io relativo a la manera en que los cientificos llegan a sus conjeturas, hipstesis 0 afirmaciones y, por la olra, todo lo relativo a la validacién o verificacién del cono- cimiento. El primer contexto se considera de indole empirice: descriptiva (Reichenbach sostiene que se ocupa de los procesos reales del pensamiento y es tema socio-psicolégi- co}, pasible de ser estudiado por una sociologia o una psicologia de! conocimiento, en tanto el segundo es primor- dialmente normativo, propio de la filosolia y se ocupa como tarea epistemolégica— de una reconstruccién racional del conacimiento. Su tratamiento tiene que ver, centralmen: te, con una légica del conocimiento, Klimovsky-hace también 16 | \ | i i | referencia a un tercer contexto, el de aplicacién, que esta integrado portodo lo que tenga que ver con las aplicaciones de la ciencia, con fo “tecnologico"." Hay varias cuestiones de interés que pueden plantearse con respecto al descubrimiento y a la justificacién, Una de ellas se refiere a si es posible una légica de! descubrimiento, algun algoritmo posible para el descubri- miento o la invencién. Claro que si ya se establece, por definicién, que toda l6gica portenece a Ia justificacién, una légica del descubrimiento sera imposible. Pero ese criterio parece muy estrecho y si, ademas, se amplia el concepto de légica por el de metodologia, pueden pensarse variantes diversas para metodologias del descubrimiento. Ciertamente métodos inductivos pueden desompefar su papel en ese sentido y también la abduccisn (Peirce) ha sido Teivindicada como posible método de descubrimiento, con Una estructura que puede formularse asi: “Un (sorprendente) fendmeno F aparece, La hipotesis H permite explicar ade- cuada y corrientemente a F. Por consiguiente, hay buenas razones para suponer que la hipstesis H es verdadera’ Hanson menciona este procedimiento bajo el nombre de retroduccién. Un inconveniente de la abduccién, en tanto método para descubrir hipdtesis, es que la hipétesis ya aparece en las premisas. De todos mados, no debemos rechazar ta posibilidad de metodologias para el descubri miento que se configuren y apliquen durante la produccién del conocimiento, recogiendo el cardcter propio de la reali- dad en la medida que se seleccionen los temas y problemas que el investigador considera como relevantes en una determinada situaci6n contextualizada, Claro que esa selec- cién del investigador incorpora sus propias concepciones tedricas, y hay una primera interaccién entre fa realidad a investigar y el investigador con taco su bagaje conceptual ideoiogia, con su carga valorativa. Seria ilusorio en ese momento que el investigador pretendiera ya la aplicacién mecanica de un método determinado. Un segundo punto tiene que ver con ta posibilidad de que la sociologia del conocimiento pueda cumplir un papel explicativo en el campo de la justficacién, lo que es recha- zado pot los justiicacionistas. En efecto, se argtira, la doterminacién de la verdad y de la falsedad es un asunto propio de la ciencia —descontextualizada-diriamos— y, en sentido estricto, las explicaciones socioligicas, que hacen oe 7 referencia a condicionamientos Sotiales, politicos, econémi cos, son irrelevantes. Cuanto mas podria aceptarse la explicacion via sociologia del conocimiento en los casos en que se establece la lalsedad de afitmaciones que los cien- tilicos habian establecido anteriormente como verdaderas, para dar cuenta de los factores espurios que afectaron una consideracién “objetiva” de los cientificos. Esto constituye la aceptacion do lo que se llama un programa débil de socio- fogia del conocimiente o, también, a veces, de una sociologia dol error. Sin embargo, Corrientes actuales —ia de la escusla de Edimburgo, con Barnes y Bloor, por ejemplo— intsntan defender un programa fuerte de sociologia del conocimionto, sosteniendo el cardcter simétrico de las explicaciones, es decir la viabilidad de la sociologia del conocimiento para explicar tanto I verdad como la falsedad (establecidas en el contexto de justificackin), detendiendo una idea de ciencia contextualizada.” Un tercer aspecto, en fin, es el de considerar a la produccién y la Validacién del conccimiento como unidades entrelazadas, aunque conceptualmente pueda resultar itil mantener la diferencia —pero no necesariamente de manera dualista.”’ incluso, recordemos a Kuhn, hay quienes recha- zan la distincién. Por otra parte, todo un desarrollo actual, el de los “amigos del descubrimionto’,"* reivindica los pro- cesos de produccién del conocimiento cientilico y su muchas veces estrecha conexién can la justilicacién. Ello significa un replanteo frente a quienes, como Popper, habian sefialado la relevancia, desde el punto de vista de la cioncia, de la justificacién sobre el descubrimiento. Realirmando lo que sehaldbamos anteriormonto, insista- mas en que conocer los objetivos de la investigacién y las variables que el investigador ha seleccionado como relevan tes para llevar adelante la investigaciin es de suma impor- tancia. Ello es basico tanto para la aplicacién de métodos cuanto de técnicas de investigacion y para la construccion do instrumentos.'* Las 1écnicas de investigacién son instru- mentos para la recoleccién y medicién de datos (y pueden sor tanto cuantitativas como cualitativas). Encuestas, entro- vistas, historias de vida, son ejemplos de técnicas diversas. El proceso de investigacion, Jesde el punto de vista tecnico, comienza con el planteo del problema, para seguir con la eleccién del tipo de disefto e implementacion del mismo, la A respuesta al problema y la tedaccién del informe final.” Clara que una v.< planteado un problema en general el investi gador pasa a la formulacién de objetivos especificas, y ese pasaje se va logrando en la medida en que se va aumen- tando el conocimiento ¢e la realidad a investigar. Cuando se accede a los abjetivos especiticos de a investigacion se llega enseguida a la seleccién de las variables que se consideran relevantes para los objetives de la investigacion, En el mundo real, por supuesto, una gran cantidad de va-” riables guardan estrecha interrelacién y esta dificutad la en- contramos en las investigaciones sociales."” Es arduo enton. ces desentrahar causas y electos y pueden brindarse asi numerosas teorias y explicaciones de fos fenémenos socia- les. En tales circunstancias, tanto la planificacién de la in- vestigacién como la de la accién se welvan dificultosas y dueden llegar a predominar las parcialidades individuales y las diferencias ideolégicas, Hay factores, expiesados conceptualmente, cuyo com portamiento deseamos comprender 0 controlar: son las va- ‘iables “dependientes”. En los valores de estas variables in- luye otro conjunto de variables, posibles causas dal com- sortamiento de aquélias, las variables “independientes*. En ‘@ mayoria de los casos existirén por fo menos dos o tres satiables @ factores que pueden combinarse de modo pe- suliar. Dasde el campo de las técnicas de investigacién no se slantea que puedan existir hechos aislados, Una explicacion ‘e6rica contendra supuestes, algunos de los cuales son in- verificables, mientras que otros no pueden ser verilicados en tarminos de los datos particulares de los que se dispone. Las pautas por las que debe guiarse el investigador son los hechos mas estos supuestos, falibles siempre y sujetos a modificacién."* La eleccién de un diseno de investigacin, a” su vez, convendré hacerla en funciin de la naturaleza metodolégica de los objetivos de la Investigacion." l6gica y el tipo de vocabulario empleado.” ‘Camo sostiene Hidalgo: Y el problema de la validez, desde un punto de vista me. ~ fodolégico y técnico, tiene que ver con la adecuacion entro los instrumenios, la operacionalizacién de los conceptos y los fendmenos que se pretende medir Por otra parte, se pueden distinguir diversos niveles de afirmaciones cientificas segin se tome en cuenta su forma El problema de establecor ia vordad 0 falsadad de los ent: Saddos ciontiicos so complica "vez que abandonamos Giterrono de los singulares con vocabulario observacienal opal menos ordinaro—ya sea porque reterimas un dominio intinte © porque aludimos a entdades y propiedades inob- Servablos, Aci as cificultades para establecer de manera concluyente 1a vordad 0 faleedad de los enunciados cient feos mas comunes 0 inoresantes obliga a sustentar en razones distinias de su prabada verdad la validez que es fivibuimos y quo justfican nuestra aceptackin de su supues ta autoridad, Gon ots palabras, las teorias cienificas hacen siompre algo mas que relerc acontecimientos singulares y. ‘aun cuando fo hacen, es combn 0} estuerzo por lograr una fedoseripcion de fos lendmenos espaciotemporales,siva dos 8 los que podria aludirse mociante nombres propies, en {Bimhinos da un sisterna de facores 9 dimensiones da ansliis fn favor de cuya fecuncidad y vaidez debe argumentarse. En principio puede sefialarse que la verdad o falsedad de enunciados que describen acontecimientos singulares con Vocabulario ordinario u observacional puede establecerse por observacién directa (por ejempio: "Hay un libro sobre la mesa’). Pero las investigaciones cientificas siempre conti nen enunciados con algun nivel de ganeralidad. A la gene- ralidad proveniente del Ienguaje mismo se agrega el hecho de que la meta de las investigaciones cientilicas es la formulacion de teorias que contengan enunciados universa- les (0 al menos. probabilisticos), que se denominaran ‘generalizaciones empiricas” cuando usan vocabulatio ordi- nario (por ejemplo: "En todas las sociedades y para cualquier individuo perteneciente a ellas, existe siempre algin matri- monio prohibido"), y se llaman “leyes (0 hipdtesis) tedricas cuando aluden a entidades tedricas, que trascienden la base empitica (lales como “gravitacién’, "yo", “ello”, “inconscien- te", ‘clase social’, "valor", “utiidad”).” ‘Wisdom ® hace reterencia a [a utilizackén de un principio do los casos observables para la verificacién de las gene- ralizaciones empiricas (se trata de obtener de las mismas casos, ejemplos y proceder a su contrastacién), y de un principio de comprobabilidad por deduccicn para las hipéte sis universales (0 tedricas): se trata de deducir de elias fenunciades de un menor nivel de generalidad y someterlos entonces a la contrastacion empinca. La posibilidad de disponer de leyes es importante pues, como alirma Klimovsky.** ‘las disciplinas cientilicas no se 20 limitan a reunir 0 catalogar observaciones disporsas 0 ais- ladas". Y agrega: El propésito primigenio do Ia ciencia 9s detectar leyes acerca Ge'la realidad, Estas leyes no involucran otra cosa que re- ularidades generales que vinculan o relacionan determina Sos tipos de sucesos 0 acontecimientos. El conocimiento de tesias regularidades es importante para el que desee explcar hechos, ya que explicar puede querer deci, precisamente, gue un hecho singular no es casual o independiente de los Gemés, sino que forma parte de una correlacién general entre hechos.* Nos referimos anteriormente a lo observacional y a lo teérico, pero esta misma distincién puede a su vez cuestio- arse. Habria algo propiamente observacional? Ya en este sentido Hanson mostré el caracter relevante da lo quo él liamé “carga tedrica de la observacién, tal como lo expresa ‘en sus Patrones de descubrimiento, de 1958. Los desarrollos del método cientifico habran de recoger muchas de las cuestiones planteadas. Pero, ,a qué método, (9 métodos, estamos haciendo referencia? at 3. ZUNO O VARIOS METODOS? En las ciencias fécticas, tanto naturales como sociales, zhay un solo método? Ciertamente no, aunque la variedad de métodos que podemos encontrar en las ciencias sociales sea mayor. Klimovsky® también responde negativamente ante la posibilidad de un método Unico y agrega que Jo que ocurre es que en el campo da las ciencias naturales, desde Ia lisica hasta la biologia, hay un conjunto de métodos bastante tipicos. Lo que no esta claro es que el psicélogo, el socidiogo, el economista, el politico, tenga que recurrir de manera esencial a esos métodos 0 solamente a algunos adosando otros nuevos y fundamentalmente distintos. Por ‘ejemplo, los métodos semiéticos —en particular los basados fen las nociones da “signilicacién” y de “interpretacién’— desempefian un papel basico en las ciencias humanas, pero escaso o nulo en las ciencias naturales. Cierto es que, desde concepciones diversas de la ciencia, se ha pretendide reivindicar a veces algun tipo de monismo metodolagico, ya sea afirmando el metodo hipotético-deduc- tivo, desde una perspecliva, 0 el método dialéctico, desde otra, Pero pensamas qua esios. métodos, de importancia reconocida, se integran junto a otros métodos posibles de la ciencia. La protensién de imponer requisitos, por ejemplo meto- dolégicos, desde las ciencias naturales, debe ser ciscutida, y eventuaimente rechazada —cuando corresponda— por las Ciencias sociales o humanas, lo cual no significa dejar de rescatar aspectos basicos, como los que tienen que ver con la controntacién, por ejemplo Las ciencias naturales, a su vez, no deberian descuidar aportes de las propias ciencias sociales para una mejor comprensién de su actividad, com el papel de los investi- gadores, las teorias y el marco social (mas allé de las comunidades cientilicas mismas) en el desarrollo de las investigaciones y en su pretension de objetividad.* Las ciencias sociales, por su parte, cuya autonomia puede indudablemente reivindicarse, podran utilizar fructife- ramenie métoggs como el axiomatico (un métedo basico de las ciencias ee. ‘el inductivo 0 el hipotético-deductivo {empleados en las ciencias naturales), asi como métodos mas especilicos de su campo: el abstracto-deductivo y el dialéctico, el de la comprensién, el fenomenolégico y el progresivo-regresivo. Precisamente 2 este conjunto de matodos nos releriremos en el presente trabajo, sin preten: der agotarlos, ya que muchos quedaran sin tratar (semiéti- oS, investigacién paricipante, investigacién-accién, etcéte- ‘Sostenmos pues un pluralismo metodolégico, més alla de Jos limites, ventajas 0 desventajas de su aplicacién en los casos respectivos, siempre susceptibles de evaluacién. Es decir, cada método podra merecer evalvacién, y se podrén ulilizar métodos diferentes en momentos y situaciones dife- rentes, asi como también aplicarlos conjuntamente (por ejemplo, el inductivo y el hipotético-deductivo, 0 el abstracto- deductivo y el dialéctico). Todo ello deberia contextualizarse en el marco de las ciencias sociales (en especial en Amética Jatina), en su Gesarrollo, crisis y perspectivas.” Si bien éste’és el tema de auestro trabajo, haremos una breve referencia a esta situa cién Como sefiala Vergara,” desde fines de los sesenta ompieza a desartollarse una creciente conciencia de la ituacién de crisis (ledrica) en que habrian entrado las Giencias sociales en América latina. En el proceso de analisis se fue produciendo un conjunto de consensos basicos sobre ta contextualidad histérica de la crisis de las ciencias sociales en las ultimas décadas, su relacién con la crisis societal en, la region y sobre algunas de sus principales caracteristicas. Hay sin embargo menor claridad y acuerdo sobre la dimen- sién tedrica y epistemoligica de la crisis. No todo cambio social produce innovaciones teéricas 0 metodolégicas en las ciencias sociales, ni todas sus “crisis” aportan nuevas formas de explicacién de los fenémenos sociales. Vergara” nos dice: 24 | | | ; i i 1 Los 70 en América latina marcan la crisis de! Estado Populista por la creciente incompatblidad entre sus proce: 508 de democratizacién y el régiman de acumulacién y Sitribveiin ‘del modelo de eusttueién da importaciones. ‘Surgen los regimenes militares, se explcitan las difcutades do la industrializacién en casi todos los paises, e| aumento de la deuda externa hasta 1982 es reemplazado por el flujo negative de capitales, las polticas de ajuste y la perckda de autonomia nacional en faver de las organismos credttcios internacionales, El resultado global es que las 70 y 80 han sido las “décadas perdidas” para el desarrolle econémico de ‘América latina y el Caribe, con el detorioro creciente de foe niveles de vida de las mayorias. Asistimos ala vez ala crisis dol Estado, la dvorsifcacién y profuncizacién de la hetoro goncidad estructural, complejos proceso de desostructora- Sin social (informalizacion, deiinevencia, ~patologias socia les", etc) y do guorras cies sin salida en varios paises. Constatamos, parallamente, la revalorzacién de la demo: cracia, los procesos de democratizacién, el retorna de la tematic integracionista y en el campo econémico el aumen. to de la capacidad exportadora, algunos fonémence posit vos de modemizacién, etcétera. También afirma Vergara que la idea de la crisis civlizatoria no es una tesis, sino una perspectiva de andlisis de la crisis de las sociedades con: tempordneas, un campo de convergencia para un conjunto muy diversificado de autores provenientes de una ampia gama da disciplinas: psicoandlisis cultural (Fromm, Mitscher- dich), psicologia humanista (Rogers), ecologistas (Dumont), crltica cultural (Galtung, Reich), socialisme libertario (Marcu: se), tologia de la lberacién (Hinkelammert, Bot), educacién femancipadora (Freire), antropologia de la vida cotidiana (Henry), liberales damccraticos (Lack, Macpherson), flésc- fos (Adorno, Foucault). Sus referentes teéricos principales me parece qua son el psicoandlisis, el marxismo, las teorias autogestionarias y el anarquismo cultural. Sus conceptuali- zaciones, estilos de pensamiento y temas especificos son iferentas. Sin embargo, los aproxima sv intencién de realizar una eritica profunda de las sociedades contempord: reas, sus formas de organizacién social y econémica, su vida cultural, sus procesos de socializacién y constitucién de identidad, sv relacién con la naturaleza* La imagen del cientifico social, por su parte, se ha transformado profundamente con el fracaso de proyectos de uw 25 revolucién 0 cambio social, y ha perdido vigencia el modelo dol “intelectual organico’ (Gramsci) u “organizacional” {Moulian). Entre la produccién actual y la de los sesentay comienzos do los setenta se ha producido una uptura tematica y tedrica. Vergara sostiene que en la produccion de los sesenia habia una lendencia al planteamiento de grand>s, proyectos de investigacién, esa produccién marcaba un predominio del analisis estructural en el que la dimension histérica era secundaria, se sobrevaloraba la dimension econémica y su relacién con las clases sociales, habia interés por la investigacién interdisciplinaria, las ciencias sociales se concebian a si mismas como un saber critico de las estructuras sociales orientado al cambio social, el debate Iatinoamericano se producia entre posiciones y representan- tes de concepciones innovadoras respecto a ias estructuras sociales: el pensamiento critica gozaba de plena legitimidad cultural y las diferentes corrientes conservadoras eran un fendmeno subterréneo, habia un exceso de confianza en la capacidad de pronoslicar el desarrollo social futuro, habia separacién entre investigacién y accion, habia escasos estudios sobre los movimientos saciales. se nota una con cepcion limitada de lo popular con una sobrevaloracion de SU capacidad contestataria al sistema y de su posible contribucién al cambio social, se privilegiaban los aspectos econdmicos, politicos @ institucionales sin considerar la relevancia de la heterogeneidad y especilicidad cultural fatincamericana (plasmada en cambio por novelistas y ensayisias), y se presentaba una dificultad permanente de anticulacion entre la teoria y e! analisis empitico. En los ochenta nos encontramos con inlentos de supe racién de la confianza acritica en la capacidad explicativa de teorias globales, con proyecios muy delimitados, con un interés creciente por los analisis histéticos, el alejamiento de la teoria social y del uso de categorias teoricas, han decre cido los estudios sobre clases sociales y hay muchos sobre seclores” populares, hay desinterés por propuestas de investigacién interdisciplinaria, disminuye el prestigio de la figura del cientifico social, se tiende a hacer hegeménico el pensamiento (neojconservador, se difunde una posicién escéptica en lo tedrico y epistemoligico y se da una pérdida de confianza en la capacidad de la razén para comprender la realidad social y disefar estrategias eficaces de cambio realizan estudios sobre movimientos sociales, se revaloriza la cultura de sectores marginales; las ciencias sociales ‘86 renuevan con tamas tales como la problematica Ge la identidad social y nacional, de la cultura politica, de la vida cotidiana, de la heterogeneidad cultural, de las minorias nacionales, de la dimensién subjetiva de la politica” Y en un sentido mas general Gomariz sostiene:* Pusde afirmarse que, como una conjuncién de planes (fio: séficos, valorativos, culturales), s@ pone en cuestion ef discurso de las ciencias sociales, en el coritexto de la critica goneral de fa cultura moderna’o, mas bien, dat impulso econstructive de la modernidad. por pane de esa orienta. cién general que se ha dado en liamar postmedemna, Como 2 0! pasado, el objetivo central de la critica ha sido la razén ¥ 8Us expresiones mas patentes: todo lo que suane a intento de describir cientiticamente una realidad (social). Cierto, se Podra argumentar que se esté dando por resvelto justo el Problema que hay que plantear. saber si es posible dotar de luna propuesta postmodera a la perspectva epistemolégi a de las ciencias sociales. Pero es un hecho que la critica Postmoderna si estaba dirigida contra la supremacia racio. nalista de esas ciencias, tal y como ellas trabajaban hasta el momento, El objetivo final de fa critica era el meta-relato, Pero con éste también se cuestionaba una forma prioritaria de conocer la realidad social, a favor de otras descripciones, las artisticas, por ejemplo. 7 Ciertamente, puede alrmarse que esa critica ha venido a protuncizar un rasgo ya abierto previamente por la ersis de la epistemologia y la hermenéutica. Al menos asi ha suce. ido en la socioiogia de los centros y prncipalmente en los anglosajones. La tendencia hacia la visién parcialista no procede tanto del influjo de fa critica postmoderna como de Un proceso anterior: Ia crisis tedrica y epistemolégica y su Consiguiente explosién de miniescuelas con sus minitecrias sociolégicas propias. Por otra parte, las contribuciones mas amplias han continuado realizandose, partiendo 9 no de la Giscusién epistemoligica, pero tomando mucho menos en cuenta ef fenémeno postmoderno, tra cosa parece suceder con la teoria social en la perileria latinoamericana. En este contexto. la crisis epislemolégica llega con menos intensidad y su relativizacién interpretatva ‘opera cuando cambia la década (sesenta a setenta) contra el viejo paradigma positivisia-desarrollsta, facilitando en un principio el ascenso de la alternativa paradigmatica (esis do la dependencia). Posteriormente, cuando llegan los afios, ochenta, se vuelve a plantear la crisis epistemoiégica pero ya sélo como preludio de la llayada de la propuesta post: Thodema. Este encadenamianto, sin embargo, parece sinto hizat bien con el abandono de la tensién tedrica de buena parte de las ciencias sociales en América latina Otro aspecto a considerar tiené que ver con la posible necesidad de recur a fa filosofia por parte de las ciencias Sociales en América latina,?® para contiibuir a la fundamen- tacién del conocimiento que se obtenga a través do ellas. El tratamiento filosética de temas como el del individualismo, fa identidad y al individuo, el yo y el sujeto (que estan en fa base de cualquier teoria y practica de la propiedad), que pueden considerarse dentro y {uera del pensamianto critica, Eonsiituye un punto de gran importancia para reinstalar nuevas posibilidades de debate intelectual. No menos agudo es el tema de 10 social, que también exige urgente recon- sideracién, La discusién entre ciencias sociales y filosofia debe encarar de manera critica, separada y conjuntamente, la revision de sus antiguos ideales cognoscitives y de sus pretensiones epistemologicas. 'Y Castro Leiva propane una agenda: Veames ahora la nueva tépica cientifico social latinoamer! cana, lot peoblemas de una agenda filoséfica de un futuro Ge “iatales" dependencias, Las ciencias sociales y sus paradgmas han enuneiado un abenico de temas, algunos fade conocidos que otros. Es lo que se puede llamar la Sgenda cientiico social del presente, He aqui los tépices: as Cinsos sociales y sv relacién con el proceso dosigual da modernizacisn e industrializacién, el problema de la informa- lidad y

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