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BERNARDO ETCHEPARE (1889 - 1925) Dr. Ventura C: Darder (1) Dr. Héctor Puppo Touriz (2) Datos biograficos (Nota de la Redaceién) Nacis en 1860. ‘Terminados sus estudios primarios y secundarios en Montevideo, viajé a Francia para cursar In eavrera de medicina. Se gradué de médico y cirujano en la Facultad do Paris, } afio 1804, De regreso al Uruguay, fue designado Profesor de Anatomia, eargo que oeupé hasta 1905, En su activi- dad particular so desompens como eirujano durante casi diez afios, pero después se orients deeididamente, hhacia la psiquiatria. Fue primero Jefe de Servicio en 2] Hospital Vilardobs; y luoge nombrado Catedratico de Psiguiatria en 1908, edtedra que desempeas hasta el fin de su vida, Fue miembro fundador de Ia Sociodad de Psiquia- ria del Uruguay; era asimismo Miembro Corvvaspon- diente de Ia Sociedad Médico-Psicolégiea de Pavis Integrs el Consojo do la Facultad do Medicina y e! ae la. Asistencia: Publiea Nacional. Prosidié el 20. Congreso Médico Nacional, en 1921 Instal6 el primer sanatorio psiquiatricn particular en nuesto pats. De sus numetosos trabajos cicntifiens eitaremos los siguientes: “Demoncia preco2”; "Bl suet y la a: cinacién’; “La responsabilidad de los alionados®; “S bbre Ta incapacided relativa en ciertos estados menta- les"; “Los debiles mentalos"; "Locura comunieada en: tre dos hermanos”; “A propésito de Ia sordora verla’ congénita"; “El aleoholismo mental en el- Uruguay “Rol do Ia mujer en la lucha éontia el aleololism “Moral médica"; “Concepto psicolégica dela: demen: cia” (Conferenein dictada on la Facultad de Medicina de Buenos Aires el afio 1918). Fallecié en Montevideo, 0! 25 de maya de'1025. En homenaje # su menioria se denominé Colonia Etchepare” al establecimictito asistencia) para alie- nados oxistonte en las proxinnidades de Santa Lucia ‘Transeribimos a continuacién alganas fresrmentos do las confereneias dictadas por los Dres. Ventara C. Prof. Dr, Bernardo Etehepare 159, Darder y Héctor Puppo Touriz sobre le porsonalidad del Profesor Btchepare. Dr. Ventura C. Darder “Sus disertaciones eran claras, precisas, osforzin dose por sor lo mas clinica y objetivo posible, Se le ofa ain cansancio, en clases prolongadas de més de 2 horas, sin que ninguno de sus discipulos demostrara sintomas de cansancio o de distraccién. En mérito a sus ensefianzas es nombrado primer protesdr de Psi- quiatria de nuestra Facultad, convirtiéndose ast en el fundador y propulsor de nuestra especialidad. “El tuvo siempre un concepto organicista de las enfermedades mentales, lo que nos explica por qué rechaz6 siempre la doctrina de la degeneracién de Morel y Magnan, tan en auge en ‘aquella época y @efendide en nuestro medio por vin psiquiatra do gran prestigio como lo fue el Dr. Eduardo Lamas, Cuiticaba esta teorfe por su cerdeter para-médico y su tondencia metafisiea, con poca aplicacién precisa con ts elinies, “Su concepto eminentemente biologists hizo que acogiera con entusiasmo ta doctrina Kraepeliniena, a Ja que se mantuvo fiel toda su vida, Explies eon brillo singular el concepto evolutivo de Psicosis Endégena, Ja Psleosis Maniaco Depresiva, In Demencia Precoz, tc,, tratando de mantenerlas en su justo limite. Bste mismo eoncepto organicista, lo Nevé ano aceptar de una manera absoluta las teoriis paicogenéticas que se iniciaban en aquolla época, de ah que no viera en Ja Esquizofrenia sino una forma de Demencia Pre- coz. “Este enfoque conceptual lo plasmé en una serie de producciones cientifieas de gran envergadura, y pare no citar més que las principales recordaré sus trabajos sobre “Demencia Procoa", “Los Débiles Men: “La Locura comunicada” que fue publicado en los Anales Médicos Psicoligicos de Paris, y por ulti. mo su eélebre tasis sobre “Concepto Psicoldgica de la Demencia”, que leyé en el aio 1818 en el Anfteatro dol Hospicio de La Merced, Cétadira del Profesor Ca bred, y qué tuvo una gran repercusién dentro y flera de fronteras, “Croo que este trabajo, el més importante ce nuestro ilustre Profesor, eel que resume més fiel- mente su orietiiacish psiquitriea. “A pesar de que no acepté el concepto de Bsquizo: frenie, podemos notar la influencia de Bleuler en muchas de sus concepciones. “Por ejemplo en la primera parte de su exposicién cuando analiza en los dementes la pérdida de sinto- ‘nia del mundo exterior dice asf: “esta situacién quo Méidicos Uruguayoe Rjemplares 160 | Horseio Guticercz Blanco va aislando poco a poco psiquicamente al sujeto, limi- tando sw periferia en el mundo, empujéndolo a fron- teras coneéntricas cada voz més reducidas, organi- zando en un palabra lo que Bleuler para la demen- cin precoz llama el autismus, lo que en pocas frases 8 la pérdida del contacto vital con Ia realidad pre sente y Is existencia do un contacto parcial esporédi- c08 improductivo.” “Agregando que es sobre todo para ellos que se cro6 especialmente la triste y memorable frase de G. Tarde “que la locura os por escncia el aislador del alma”. Estos conceptos se asemejan mucho a la pér- @ida del contacto vital con la realidad, de Min- kowsky. “Bn otra parte de su exposicién se rebela airada- mente contra las afirmacionos de Jung, quien mani fiesta que la estadfstica de eu asilo cantonal le revela solo un 21% de Enfermedades mentales orisénicas; de ‘modo que para el resto 79% del eval 45% son Demen- tes Precoces las encars como enfermedades solamen- te fineionalas, cuyo determinisino debe ser mis bien psicol6gico que estructural, y cuya via clinica y hasta Ja terapéutica, serfan la psicologia y el psfeoanélisis, Por otra parte segiin el autor auizo hay un paralelis. mo entre la histeria y la demencia-precoz afirmando ‘aue ambss son del mismo orden eon la salvedad de gue en la primera la vuelta a la normalidad es posi ble; y en la segunda, no. Para mi, objeta Ktchepare, este paralelo es inaeoptable y tendoneioeo; pivede lle. gar hasta exageraciones {naliditas como la‘del doctor Schule, que admitia la existoncia de una Demencia Histériea, “Bn lo que se refiore a los éxitos terapéuticos del Poicoanélisis en e tratamiento de las Neurosis y de las Psicosis haco e] siguiente comentario: “Si el hecho os posible en las Neurosis y ins Psico- neurosis, en lo que se refiere a la Psicosis y especial. ‘mente a las Demencias no creo mucho on tanta belle- “A pesar. de no compartir sus ideas psicogensti- as, Btchepare las conocia a fondo, y recuerdo que en el ao 1925, meses antes de su muerte, diets un cur sillo sobre el Psicoandlisis, que tuvo la virtud de des- pertar inquietudes ontro sus diseipulos y oyentes. “Fue un Profesor brillante, pero también fuo elini- 0 sagaz, que aplicé con acierto las terapéutiens de su Ep0ca:. los opidcens en, los sindromes depresivas, la. trementina y el suevio prolongade de Klzessi en las agitaciones, los arsenieales y la malaria en la sifilis nerviosa, la medicacién endéerina, ete. “Se esforzé por humanizar la asistencia del alic- nado, buscando soluciones précticas y enfocando con cierto soluciones sociales y legales. Fue un propul- sor de Ia creacién de la Colonia de Alienados que hoy Hova su nombre, habiendo propuesto al entonces Consejo de Salud Publica, solucionos sobre su organi- ecién. ion de una Escuela Psiquistriea Uraguaya, consiguiéndlo con éxito, como lo domuestra In jorarquia cientifica de sus viejos discipulos como Zamora, Payssé, RRodriguer, Garmendia, Garefa Austt, Sicco y Wale ter Martinez. En ess época, loa de mi generacién te- ‘niemos una aetuacién muy limitada y los que quede- ‘mos somes los ultimos rezagados de ese eortejo qua pass. “Para culminar su obra psiguitriea, hace mas de cuarenta afios fundé Ia Sociedad de Psiquiatria, que hoy on un acto de indiscutible justicia le rinde su homenaie. “Fue un gran profesor, un clinieo sagaz y sobre todo un hombre de bien, un perfecto gentloman a quion puede aplicérsele con justicia el glorioso santo ¥ sofia del gran Capitin Don Gonzalo de Cérdoba “Antes que nada, eaballeros", Dr. Héctor Puppo Touriz “Cuando en el aiio 1908 le fuera concedida en pro- piodad Ia Catedre, esa nominacién formal sélo regu: larizé una situacién docente ya inieiada esponténes- mente y ejercida con auteniieidad. Debomos hacer referoncia a la organizacién de la Catadra, al perso- nal que acompatiaba al Prof, Etchopare, la modalidad de Ia ensefianza que se impartia y la personalidad del Catodrético. En los primeros atios la asistencia a las clases era facultativa y ol examen se rendifa en el to, afio, junto con el de Higiene y Medicina Legal, Més tarde, por decisién del Consejo de la Facultad de Modicine, de fecha 26 de Noviembre de 1912, se re- solvié la cbligatoriedad do asisteneias para los alum- Nos y se situé e] examen final en el curso de 6to. afi. “La cétedra dispuso desdo ¢] comionzo de dos ser- vieios: uno de hombres y otro de mujeres. Cada sorvi- cio disponfa de dos salas; una para enfermos trangui- los 0 de corta estadifa, y otra para pacientes agitados. “Posteriormente se le agregé un servieio exclusive para epilépticos, una sala para enfermos erdnicos y otra para débiles mentales. Los nifios hasta la edad e 10 afios eran hospitalizados en la seccién mujeres. “Para tratar afecciones intercurrentes existfan sa- las de enfermeria y varios smbientes para aislemion- to de enfermos infecto-contagiosos, Posteriormente, por disposicién del Consejo de Asistencia Pablica de 1a époea, se creé una polielinien para pacientes “ner~ vviosos mentales” cuya enfermedad no requiriers in termamiento, también bajo Ia diveccién del cate- arético, “Le Catedra contaba con un laboratorio de Andli- sis Clinieos. Desde Ta ereacidn de la Catedva, of Prot Etchopare eonté con un Jefe de Clinica, que lo fue el Dr. Francisco Garmendia, un Médico Adjunto Hono- rario, el Dr. Camilo Payssé y un Médico Agregado, honorario, el Dr. Abel J, Zémora. Ademés contaba con un laboratorista, el Dr. Pablo Vachelli, “Las clases se dictaban en dias alternon, a partir de Ia hora 15. Como por disposicién del Consejo de la Fecultad de Medicina cada estudiante debia presen- tar 3 observaciones elinicas, dos clases semanales eran dedicadas a la presentaeién de ensos por los alumnos, y le tereera correspondia a Ta leceién eliniea que dietaba ol profeser. “La presentacién dol caso 88 efectuaba en la sala, sil paciente estaba agitado 0 muy deprimido; 6 bien on salitas especiales, do las que disponia cada servi cio, si el enfermo podia levantarse y trasladarse. El estudiante referfa la historia elinica, destacando los sintomas importantes, deseribfa las posibilidades Gisgndstioas, sofalaba un posible prondstieo y orde- aba el tratemiento, “Tras la apariencia formal do esa presentacién tenia vigencia un intereambio coloquiel, ealido y hu. mano, que acereaba conocimientos a través del puen- ‘te emocional del didlogo intoreambiado entre el profe. sor y su alumno. “Sus clases no fueron expresiones formales y dog: matieas, sino cordiales y cologuiales didlogos, chis- eantes, de conceptos claros y procisos, y sencillez en el bien decir; por algo concitaban tanto interés, por algo despertaban vocaciones que hasta entonces apo- nas apuntaban; por alga su verbo a través del puente emocional que establecta eon el alumno fecundaba el pensamiento. "No s5lo ensesé y exe6 voescionos. Humanizé Ia asistencia psiguidtriea; trajo al pats el eco galo de Poussin y Pinel, que quitaron cadénas en Bicétre y La Salpétrigre respectivamente, “Su interés indeclinable por Ie Psiquiatria lo transforms en un hacedor de psiquiatras, Su perso- nal carisma le aseguraésa permanentamente un rami llete de j6venes iniciados, vehementes, apasionados por la nueva ciencia, motivados por los problemas Gramaticos del hombre, que recibfan stis conocimien- tos y, sobre todo, sus sugeroncias fermentales, Cons. tituyen, todos ellos, los proseguidores de la obre do Etchepare, ya desde le Catedra 0 bien desde la agre- gacién o desde cursos Hbres*. (1) Revista de Psiquiatria del Uruguay (Marzo: Abril 1966), (2) Revista de Psiquiatria del Uruguay (Enoro-Fe- Drero 1983). 161

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