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LA EVALUACION SOCIAL DE PROYECTOS Un Ensayo en Planificacién * Marcelo Selowsky N. ** I.-INTRODUCCION La literatura econémica sobre la inversién, principalmente en los ultimos treinta afios, ha puesto énfasis en el papel que ésta desempefia como compo- nente de la demanda efectiva. Esto ha sido una consecuencia légica derivada del principal problema que han enfrentado los paises industriale némico y la depresién. Sin embargo, el mayor interés que ha cobrado el estudio del problema del crecimiento y 1a aparicién de trabajos como los de Harrod y Domar, han re- : el ciclo eco * Deseo agradecer los valiosos comentarios y eriticas que sobre este trabajo reali profesores del Centro de Investigaciones Econémicas de la Universidad Catolica; en forma es pecial debo mencionar al profesor Pablo Baraona. Iguales agradecimientos ss hacen extens! vos al profesor E:nesto Fontaine. de la Universidad Nacional de Cuyo, y al profesor Keith Griffin, de la Escucla de Estudios Econémicos Latinoamericanos para Graduatios (ESCOLA. TINA) ‘Mi principal gratitud va dirigida al profesor Ricardo Ffrench-Davis, el cual. en su ca idad de profesor guia, mantuvo una constante y estimulante preocupacién; muchos de los os curos puntos que se presentaron a lo largo del trabajo fueron solucionades a través de sus cas suigerencias, ‘Sin embargo, las ideas aqui vertidas, como los posibles errores que en ellas ptedan exis tir, son de exclusiva responsabilidad del autor, N, de Ra Por tazones de espacio se ha omitido de la versiin original de este trabajo (Memoria de Prucha para optar al titulo de Ingeniero Comercial U.C.. 1963). el capitulo +0: bre “Anilisis de algunos criterios de inversion”, ¢ igualmente la seccién del capitulo V sobre “EL efecto empleo 0 valor agregado inditecto” y Ia seccién 1 del capitulo VI sobre “El exce: dente del consumidos ron Tos ++ Profesor Auxiliar de Desarrollo Econémico en la Escuela de Economia y Administra- cién de la Universidad Catélica de Chile y de Politicas de Desarrollo y Evaluacién de Pro- yectos en Escolatine, calcado la importancia del segundo papel que desempeiia la inversién: la crea- cin de capacidad productiva. Desgraciadamente, para los paises poco desarro- Hados, este aspecto de la inversién no se ha elaborado en forma exhaustiva, en contraste con Ia profundidad con que fue analizada como creadora de deman- da efectiva. Los estudios que han relacionado la inversién con el aumento de a ca- pacidad productiva han permanccido en un alto nivel de agregacién, con lo cual slo permiten conclusiones globales 0 primeras aproximaciones. Solamen- te en la ltima década ha comenzado a manifestarse el interés por analizar este problema en forma desagregada. EI objetivo de este trabajo es analizar el papel que desempefia Ia inver- sién como creadora de capacidad productiva, al nivel de proyectos de inver- sion. Queremos advertir que este trabajo no contiene normas practicas de apli« cacién inmediata. Su enfoque, mis bien, es el de un estudio analitico de los factores o elementos claves sobre los cuales deben centrarse los problemas de Ja evaluacién social de proyectos. Jui 3s éticos implicitos en la planil Nuestro objetivo es el estudio de la planificacién del mercado de inver- siones Definiremos como planificacién la accién de la autoridad gubernamental tendiente a corregir los precios de mercado, de tal modo que los precios se~ gtin los cuales se guie la economia sean Ios precios sociales. Podemos describir los precios sociales como aquellos que, dados Ios juicios de valor sobre Ja distribucién del ingreso en un momento del tiempo y a tra vés del tiempo (distribucién del ingreso entre generaciones), maximizan y op- timizan el ingreso en un momento dado del tiempo y a través de él. E] primer juicio se refiere a la distribucién del producto entre los miem- bros de la comunidad en un momento dado, y de modo tal que se logre In maxima satisfaccién o bienestar global de éstos. Este aspecto es importante de- bido a que una distribucién no deseable del ingreso nos Heva a una estructu- ra de la demanda que nos hace invilida la asignacién de recursos que se pro- duce de acuerdo al sistema de precios relativos resultante. La necesidad de imponer este juicio distributive o funcién de bienestar social a través de mecanismos politicos proviene de la incomparabilidad de las funciones de utilidad del ingreso de diferentes individuos 0 grupos socio- econémicos. El segundo juicio se refiere a la distribucién “éptima” del ingreso entre generaciones ¢ implicitamente envuelve un juicio sobre la tasa de ahorros y Ia preferencia en el tiempo de la comunidad, es decir, sobre el grado de sacri- ficio que la generacién presente debe realizar (en términos de disminucién de consumo presente) a favor de mayores ingresos de las generaciones futuras. 1 Bajo la programacién lineal los precios sociales se identifican con les precios sombra (Shadow Prices"), que som aquellos que solucionan el problema dual, 8 La justificacién de incluir un elemento de juicio sobre la tasa de ahorros deriva del hecho de que el mercado de inversiones tiende a maximizar el bien estar de una generacién solamente, y por lo tanto nos puede dar voltimenes de ahorros incompatibles con nuestra distribucién “optima” del ingreso a tra- del tiempo. Esto se debe a que la solucién de mercado (que tiene como alidad maximizar el bicnestar presente) produce automaticamente una dis- tribucién de recursos a través del tiempo determinando 1a cantidad de ingre- sos que gozardn las generaciones futuras. FI que el mercado de inversiones maximice el bienestar de sdlo una ge- neracién proviene del comportamiento de las unidades econémicas que parti- cipan en dicho mercado. El horizonte relevante para sus decisiones, tanto de ahorrantes como inversionistas, tiende a cubrir sdlo el periodo de Ia respecti- va generacién. EI ahorro que efectitan Jos primeros tiene como objetivo principal satis- facer consumo futuro de esta misma generacién y no tiene por qué coincidir con el ahorro compatible con una distribucitin “optima” del ingreso a través de! tiempo. Por otro Jado, la demanda por inversiones incluye sélo aquellas inversio- nes que estén dentro del horizonte de los inversionistas. Toda inversién que dé frutos en periodos que no estin dentro de este horizonte no seri conside- rada por los inversionistas en toda su magnitud, pues no contribuiré al bien- estar de esa generacién. De ambos andlisis podemos concluir que la solucién de mercado tiende a subestimar el volumen de ahorros consistentes con la distribucién “6ptima” del ingreso a través del tiempo. EI problema de encontrar la tasa dptima de ahorros que nos maximi 1 el bienestar conjunto de todas las generaciones, se solucionaria si se pudic- se integrar a través del tiempo una funcién de utilidad del consumo; la ta- sa éptima de ahorros seria aquélla que nos maximizara esta funcién en tér- minos agregados®. Sin embargo, esta solucién es imposible en téminos pricticos debido a la dificultad de encontrar empiricamente una funcidn de utilidad. Ademis, la po- sibilidad de integrar una misma funcién para todos los perfodos implica que esta funcién se mantiene a través del tiempo, suponiendo con ello compara- bilidad perfecta de utilidades entre generaciones. Sobre la base de lo anterior, podemos observar nuevamente (igual que en el caso de nuestro primer juicio), que no existen herramientas teéricas que nos permitan resolver este problema dentro de un analisis positivo y, por lo tanto, sera necesario incluir un pardmetro normativo. ‘Ambos juicios normativos —la distribucién del ingreso en un periodo y en- tre generaciones— no seran considerados en nuestro aniilisis, por cuanto deben aparecer en Ia planificacién a través de los mecanismos politicos que posee Ja comunidad. Resumiendo: podemos afirmar que dada la distribucién “éptima” del in- greso a través del tiempo —por lo tanto la tasa éptima de ahorros~ y Ia tasa social de interés (estas soluciones son simultineas), la planificacién del mer~ Ver J. Tinbergen, “The Optimum Rate of Savings”, Economic Jounal, diciembre de 1986. cado de inversiones tendr4 como objetivo maximizar el ingreso futuro consis- tente con esta distribucién. Sera esta tasa social de interés aquella que inclui- remos como factor de actualizacién en nuestra evaluacién social de proyectos de inversién: Cabe, por ultimo, agregar que Ia planificacién es compatible con cualquier sistema de propiedad de los bienes de capital. La incompatibilidad s6lo se pre- senta cuando hablamos de planificacién dentro de un régimen de laissez-faire absoluto. 2.Planificacién del mercado de inversiones y la evaluacién social de proyectos. AEn una economia de mercado las inversiones se canalizan a través del sistema de precios, y en este caso el precio pertinente es el retorno relativo de la inversidn. Este retorno esté basado en el valor de Ja inversién fija y en Ios retornos 0 flujos netos esperados que produce el proyecto. Todos estos valores estin fundamentados en los precios de mercado, tan~ to de bienes finales como de factores productivos. Si existen divergencias en- tre precios de mercado y precios sociales, tanto en el mercado de bienes como de insumos, también se provocaré una divergencia entre el retorno social y el de mercado para el sector inversiones. La distorsién del mercado de inversiones es particularmente importante, ya que un mal funcionamiento de éste no sélo altera el bienestar en un mo- mento dado del tiempo, sino que altera el bienestar de las generaciones futu- ras, es decir, la tasa de crecimiento. Esto produce la necesidad de que una autoridad planificadora jerarquice él stock de ahorros (determinado por nuestro segundo juicio de valor) de acucr= do a la rentabilidad social de los proyectos de inversién, es decir, asigne este ahorro entre diferentes sectores de modo de maximizar el ingreso futuro (ace tualizado por la preferencia en el tiempo implicita en el segundo juicio). De- terminados los proyectos por realizar, debemos introducir nuevamente un j cio que nos determinara qué parte de estos proyectos los realizard el sector pr vado y qué parte el sector pitblico; este juicio se basaré en la confrontacién de las preferencias de la comunidad sobre la distribucin de la propiedad del capital con la eficiencia relativa en los sectores privado y piiblico. Este juicio, que también tendremos como un pardmetro en nuestro anilisis, se presentari, igualmente que los anteriores, a través de los mecanismos politicos de la co- munidad Sera papel de la Politica Fiscal canalizar el sector privado hacia las in- versiones determinadas como socialmente éptimas y buscar medidas de politi- ca econémica que logren que el sector privado se guie por la rentabilidad so- Gial para el efecto de sus decisiones de inversién. B.—La asignacién dptima de la inversién tendré como objetivo, de acuer- do a nuestro anilisis anterior, maximizar el bienestar futuro dadas las mag- nitudes de ahorro o bienestar de la generacién presente. Este objetivo se lo- gra maximizando y optimizando la magnitud y estructura de la capacidad pro- ductiva futura creada por las inversiones actuales. 10 En términos griificos, maximizar la capacidad productiva consiste en 1o- grar el maximo desplazamiento de Ia curva de transformacién dado los vohi« menes actuales de inversién. Optimizar esta capacidad productiva consiste en lograr que Ia estructura productiva futura sea igual a la estructura de Ja de- manda futura. Esta optimizacién incluye también el concepto de flexibilidad, de modo que cierta eficiencia se sacrifique a favor de una estructura de pro- duccién menos especifica, pero mas adaptable a cambios inesperados en Ia com- posicién de la demanda que se puedan presentar en el futuro. Et optimizar Ia capacidad productiva futura tiene una importancia espe cial en paises de baja movilidad de factores, es decir, en aquéllos donde exis- te poca adaptabilidad de la estructura de Ia oferta ante cambios en la compo- sicién de Ta demanda. En una economia de gran movilidad de factores el ob- jetivo de planear las inversiones de modo de obtener una estructura de pro- duccién igual a Ia de demanda no es tan importante, pues los desajustes que se pueden producir entre ambos se solucionaran de manera relativamente ri- pida a través de la movilidad de factores existentes; sin embargo, en el pri mer caso, este desajuste estructural necesita un plazo mayor para corregirse. Es~ te rezago produce una pérdida neta de bienestar. En el grafico 1 presentamos una economia de factores completamente in- méviles para el perfodo de tiempo implicito en el grifico. La curva de trans- formacién la podemos representar por el punto A; nos encontramos en equi- librio sobre la curva de indiferencia social Uy produciendo Xp del bien X ¢ Y, del bien Y. %o OX x GRAFICO 1 Postulemos que el bien X es un bien de capital y que dada Ia inversién actual igual a Xj la capacidad productiva futura aumenta a Y;X; dibujando ésta bajo el supuesto de perfecta movilidad de factores. Si la estructura de la demanda se mantiene al aumentar el ingreso (no cambia el mapa de curvas de indiferencia), la estructura futura dptima seria B, pues alli se alcanzard la curva més alta de indiferencia social. Si por divergencias entre precios sociales y privaclos los inversionistas asig- nan el volumen X, de inversiones, de modo que Ja estructura productiva fu- tura sea C y no B, alcanzaremos una curva de indiferencia mas baja e igual aU, ul Si postulamos movilidad de factores, esta deficiente asignacién actual de las inversiones no seria de gran importancia, pues el punto de equilibrio de mercado pasard relativamente rapido de C a B con una pequefia pérdida de- bido al rezago del ajuste. Sin embargo, en una economia con inmovilidad de factores, esta estruc~ tura productiva G se mantendré por un lapso relativamente mis largo, nece- siténdose un plazo mayor para que se adapte a las caracteristicas productivas del punto B. Si se necesitaran 5 afios para que la estructura productiva se adap- te a B y no existieran ajustes intermedios, la pérdida social por inmovilidad de factores seria en este caso:? (05-0) si ai aentt siendo r Ia preferencia en el tiempo de la comunidad, midiéndose todas tas ob- servaciones en periodos anuales. EI objetivo de optimizar Ia capacidad productiva futura es disminuir es te costo tratando de obtener una estructura productiva semejante a B y que se encuentre sobre Ix curva X,Y). Esta politica de disminuir el costo de ajus- te de la economia, no es sustituto de otra politica que persigue el mismo ob- jetivo: incrementar la movilidad de factore: Podemos afirmar que ambas politicas son perfectamente compatibles y complementarias y que toda inversién que tenga el efecto de aumentar la mo- vilidad de factores debiera incluir en sus beneficios sociales el menor costo de ajuste que esta mayor movilidad produce. IL-OBJETIVOS DE LA EVALUACION SOCIAL DE PROYECTOS 1—La evaluacién de proyectos en una economia de caracteristicas keynesianas. Una economia de tipo keynesiano se caracteriza debido a que su funcién de oferta agregada leva implicitos dos supuestos: inflexibilidad de precios y movilidad de factores. EI supuesto de inflexibilidad de precios permite la posibilidad de un equi- librio de la economia bajo una situacién de desempleo. A este desempleo le Namaremos desempleo Keynesiano. Su caracteristica es que puede ser elimina do a través de cualquier politica que cleva la demanda efectiva. 3¥sta {Srmula no presupone la posibilidad de asignar valores a las curvas de indife- rencia; s6lo pretende ilustrar Ia relacién que existe entre inmovilidad de Factores y Ios cos: tos de ajuste de la economia. 12 Si examinamos ej papel dual de tas inversiones —creacién de capacidad productiva y creacién de demanda efectiva— y lo relacionamos con nuestro cri- terio de asignacién de proyectos, vemos que éste persigue como objetivo sélo uno de estos efectos de Ia inversién: creacién de capacidad productiva. ¢Es vi- lido incluir sélo este objetivo? ¢No debiera también incluirse en los benefi de un proyecto el otro efecto: creacién de demanda efectiva y, por lo tanto, disminucién del desempleo keynesiano? Nuestra respuesta es negativa, debido a que sea cual sea la asignacién o tipo de inversién ésta crearé demanda efectiva; en cambio slo ciertos pro- yectos de inversién crean capacidad productiva. Este problema puede ser acla- rado por el ejemplo keynesiano de aumentar ¢l empleo contratando obreros para que construyan hoyos y después los tapen. Si usamos estos mismos obre- Tos para construit una carretera se obtiene un efecto empleo similar, pero, ade- ims, se crea una mayor capacidad productiva. Es este tiltimo elemento el per- tinente para determinar cudl de las dos inversiones debe realizarse. De este andlisis podemos concluir que es irrelevante para efectos de cal- cular la rentabilidad social de un proyecto la absorcién del desempleo keyne- siano producido por la mayor demanda efectiva que este proyecto crea. 2La evaluacién de proyectos en una economia con deficiencias estructurales. Las economias con deficiencias estructurales poseen simultineamente las caracteristicas de una mayor inflexibilidad de precio y una mayor inmovilidad de factores, permitiendo diferencias entre las estructuras de oferta y demanda para periodos relativamente largos; esto hace posible Ia existencia simulténea de inflacién en algunos sectores (donde existe exceso de demanda) y desocu- pacién en otros (donde existe exceso de oferta). Estas deficiencias hacen que nuestro concepto de capacidad productiva u oferta agregada deba ser modificado en relacién a un sistema keynesiano 0 chie sicot. En el grifico 2 tenemos una curv: de oferta agregada. Esta nos relaciona el nivel del ingreso con el nivel de precios del mismo periodo habiendo tenido estabilidad en los periodos precedentes. Luego, en el eje vertical hacemos que el nivel de precios del periodo anterior (P,-1) sea igual a 100. El tramo horizontal ¢s el sector de desempleo keynesiano que implica mo- vilidad completa de factores. Por consiguiente, la capacidad productiva se adap- ta en forma ripida ante aumentos y cambios en la composicién de la deman- da efectiva; esto produce la inexistencia de cucllos de botella sectoriales y, por Jo tanto, no existen presiones inflacionarias al aumentar la demanda global. Los aumentos en la demanda global se pueden apreciar en el grifico a través de Jos desplazamientos de la curva D. “2 Un sistema econdmico de postulados lis Aidad de precios. Lue leno empleo, ‘0s supone movilidad de factores y flexibi . salvo excepciones, la economia se encuentza siempre en equilibrio de 13 Pe Ma Ne GRAFICO 2 EI sector creciente de C, implica la existencia (ademis de Ia inflexibilidad de precios) de inmovilidad de factores. Es decir, se produce una clevacin del nivel de precios ante la imposibilidad que la estructura productiva se adapte completamente a la nueva estructura del consumo alterado por el aumento de Ja demanda global. El sector vertical indica la capacudad productiva y corres- ponde a un ingreso potencial igual a Y,y. Este valor se puede identificar con la curva de transformacién tecnolégica de Ia comunidad. Sin embargo, las alzas del nivel de precios que se producen en el sector estructural, al aumentar Ix demanda efectiva por efectos de politica monetaria, Megan a un limite tal que empiezan a afectar la eficiencia del sistema, princi- palmente a través de una distorsién en la ubicacién éptima de los diferentes actives que posee la comunidad®; esta menor eficiencia se puede representar por un desplazamiento hacia arriba de la oferta agregada a medida que au- menta el nivel de precios en el perfodo. Por ejemplo, al aumentar la demanda efectiva de D, a Dg se observa un alza en el nivel de precios que produce —de- bido a la menor eficiencia— un traslado de Ja oferta agregada C, a una igual a Cy Si unimos los nuevos puntos de equilibrio obtenemos una oferta agregada resultante igual a C’ la que toma en cuenta el efecto inflacionario sobre Ia AP P EI sector vertical de C’ indica un ingreso potencial igua Ja Yq y lo pode- mos identificar con Jo que R. Eckaus denomina “curva de transformacién de mercado”, es decir, aquella curva que nos indica las méximas posibilidades pro- ductivas dadas ciertas ineficiencias del sistema®. Podemos entonces denominar como “nivel ptimo de politica monetaria” a aquel nivel al cual el costo marginal en términos de pérdida de ingreso por eficiencia de la economia. Luego, existe una curva C para cada valor de 5 Ademés, ¢1 proceso inflacionatio puede producir ciertos efectos socio-politicas que acentiian la ineficiencia det sisttema R, Eckaus, “The factor proportions problem in under developed countries", Ameri can Economie Review. septiembre de 19) 14 inflacién —debido a la menor eficiencia en et uso de los recursos— de politica monetaria adicional sea igual al ingreso marginal en términos del mayor ingreso generado por ella. Sélo a este nivel de politica monetaria obtendremos el ingreso Y,, y por lo tanto estaremos sobre la curva de translormacién de mercado 0 capacidad productiva de corto plazo, Resumiendo: podemos afin mar que Y;, es el maximo ingreso que en un momento dado se puede lograr con politica monetaria. Cualquier proyecto de inversion que tenga el efecto de corregir estas de- ficiencias estructurales seré considerado en nuestra evaluacién como un aumen- to de la capacidad productiva, pues tendra el efecto de desplazar a la derecha Ia curva C: en otras palabras, acercar Ja curva de transformacién de merca- do a la curva de transformacién tecnoldgica. UL—LA EVALUACION DE PROYECTOS BAJO CONDICION: DESEMPLEO NO-KEYNESIANO Como analizibamos anteriormente, nuestro criterio de evaluacién de pro- yectos es independiente de la existencia de desempleo keynesiano. Sin embargo, podemos conceptualmente distinguir otros tipos de desem- pleo que no se encuentran bajo las caracteristicas keynesianas y que tendran influencia en nuestro criterio de evaluacién. Llamaremos a éstos: desempleo tecnoldgico, desempleo cuasi-keynesiano y desempleo estructural. Aunque es- tos tres tipos de desempleo no-keynesianos pueden presentarse conjuntamente y en forma interrelacionada los presentaremos en forma separada para facili- tar el andlisis de cada uno de ellos. 1.—Desempleo tecnolégico: Como desempleo tecnoldgico denominaremos a aquel desempleo que pro- viene de funciones de produccién con coeficientes fijos (proporciones fijas) ta- Jes que, dada Ia disponibilidad de factores y las preferencias de la comuni- dad (en cuanto se refiere a Ia estructura de demanda), se produce redundancia del factor relativamente mis abundante. Este factor pasaria en esta comuni- dad a ser un bien libre. Postulemos que nos encontramos con dos factores productivos como ser capital y trabajo —K y L— y dos sectores de produccién final —X e Y—?. Supongamos que las funciones de produccién para ambos productos son las siguientes: IX = IL y 2k 1Y = ILy 1K 7 Este mismo anillisis se presenta. utilizando cocficientes fijos que permiten varios pro: cesos productivos para cada producto, en el articulo de R. Eckaus citado anteriormente. 15 y que las disponibilidades de factores en la economia son de 150 unidades de trabajo y 200 unidades de capital. Sobre la base de estos datos podemos ex- presar en el grafico 8 la situacién que se presenta en esta comunidad. Las po- sibilidades productivas de esta economia estin dadas por la curva de trans- formacién ABC, que es la combinacién de las rectas de restricciones de am- bos factores. 200 10150" GRAFICO 3 Si Ia estructura de la demanda ¢s tal que nos leva a una curva de indife- ncia Up o Uj, se producird redundancia de trabajo y capital respectivamen- te. En cualesquiera de estas situaciones se puede observar que el pleno empleo de ambos factores —punto B~ ¢s incompatible con un ingreso de maximo bien- estar, pues en un caso estariamos en la curva U's (menor que Ug) y en el otro sobre U'; (menor que U,). La tinica manera de hacer coincidir el empleo pleno de ambos factores con una situacién de maximo biencstar seria una situacién tal que la estruc- tura. de demanda éptima —desde el punto de vista distributivo— nos diese un mapa de curvas de indiferencia que nos levase a que el punto B estuviese so- bre Ja més alta curva alcanzable de este mapa, Si en el ejemplo anterior Ia disponibilidad de! factor trabajo aumenta —re- presentando més fielmente la situacién de paises de una gran disponibilidad relativa de trabajo en relacién a otros factores— suponiendo una cantidad dis- ponible de mano de obra igual a 220, tendriamos 1a situacién representada en al grifico 4. La curva de transformacién es ahora AB y corresponde a Ja recta limitan- te del factor capital, es decir, esti dada a lo largo de todos sus puntos por la restriccién impuesta por éste. En este caso, sea cual sea la estructura de deman- da, el factor trabajo siempre seri redundante y permanecerd desempleado; esto lo podemos observar a través de dos estructuras diferentes de demanda y que nos da dos diferentes curvas de indiferencia U, y Uz; tanto en Cy como en 16 100] 100 20% GRAFICO 4 Cy existe desempleo de L aunque la magnitud del desempleo es diferente en ambos puntos de equilibrio’. Este andlisis se podria aplicar en ciertos sectores de la economia en los cuales Ia sustitucién de factores en Ja produccién es dificil; pero para que sea valida la conchisién de desempleo se debe, ademis, postular que los factores usados en estos sectores (si es que la mano de obra es redundante nos referi- mos solo a este factor) son completamente especificos 0 completamente inmé- viles de modo que no puedan ubicarse en otras actividades fuera de este grupo de sectores. Sin embargo, para la economia, tomada en conjunto, este andlisis tiene ¢s- casa validez, Aunque supongamos que todas las industrias existentes poseen fun- ciones de produccién con coeficientes fijos y cada una de estas funciones per- mite un solo proceso, podemos Hegar a concluir que la economia, como un to- do, esté operando bajo proporciones variables (0 funciones de produccién con- tinuas) ya que tendremos infinitos procesos productivos al combinar las fun- ciones de produccién de todos los bienes. SLas condiciones mateméticas de empleo las podemos expresar de Ia siguiente manera: lamaremos Kx y Lx al capital y trabajo usado en X; Ky y Ly el usado en Y y postule- mos que Kx. Ky: si Lo y Ko son las disponibilidades totales de trabajo y capital, tenemos ae Ix Ly § situaciones: 1) Ky Es posible el pleno empleo de ambos factores. by 2) Siempre parte de K esti desempleada, ix Lo Ly 3) Kx Ko Ky Siempre parte de L est desempleaco. Lo Ly 7 2.-Desempleo cuasi-keynesiano: Este desempleo lo definiremos como aquél que se produce por inflexibili- dad a la baja del salario, de tal modo que el stock de capital no es suficiente para absorber —a ese salario— la mano de obra disponible. w Ss va} RY 1 ' ' P24) ' crs i GRAFICO 5 En el grifico 5 podemos observar una oferta (8) y una demanda (Dg) de trabajo. Esta demanda es funcidn del stock de capital que en un momento da- do existe en la comunidad (Ko). En el eje vertical medimos salarios reales (W) y en el horizontal el volu- men del empleo (L). Luego, dado el salario institucional We (que en ciertos casos se podria identificar con ¢l salario de subsistencia) tenemos un desempleo igual a Ly Lo. Llamamos cuasi-keynesiana a esta desocupacidn, pues como la keynesiana, tie~ ne su origen en la inflexibilidad de precios, diferenciindose en el sentido de que la tiltima supone desempleo conjunto de capital y trabajo. EI supucsto keynesiano’ de desempleo conjunto de ambos factores perm te el empleo de politica monetaria para absorverlo, ya que Ja demanda por trabajo aumenta @ medida que vamos usando el capital ocioso. En cambio, en el caso cuasickeynesiano aumentos de Ia cantidad de dinero sélo lograrin pre- siones inflacionarias, pues el capital estar plenamente ocupado y por lo tanto, la demanda por trabajo en términos reales no aumentard. Es importante, ade- mis, hacer notar el hecho de que en ambos desempleos se postula movilidad de factores, de modo que no se presentan problemas de desajustes sectoriales. La diferencia fundamental entre ambos desempleos y las diferentes poli- ticas necesarias para combatirlos radican en la disponibilidad relativa de los factores capital y trabajo. El andlisis keynesiano, al suponer desempleo conjunto de trabajo y capi- tal, explica un fenémeno propio de paises industriales y desarrollados en los cuales la relacin de disponibilidad capital-trabajo es mayor que en los paises subdesarrollados y, por lo tanto, implica que la mano de obra existente se puede absorber —a través de politica monetaria— sobre la base de las disponi- bilidades de capital. Queremos advertir que, en este caso, cuando hablamos de desempleo de trabajo debido a escasez de capital, no significa que las fun- 18 ciones de produccién permitan sélo combinaciones intensivas de capital en re- Jacidn a las disponibilidades de factores. En este anilisis suponemos funciones de produccién continuas (con inlinitos procesos); pero la existencia de un sax lario que no refleja la abundancia relativa de trabajo tiene el mismo efecto cualitativo que la existencia de proporciones fijas que produzcan redundan- cias de este factor. Nuestro criterio de evaluacién de proyectos debe basarse —al tomar en cuenta Ja intensidad de capital por usar en el costo de oportunidad del tra- bajo o salario que refleje su abundancia relativa. De este modo, la disminucién del desempleo cuasi-keynesiano entra como un objetivo en nuestra evaluacién. Este aspecto se trataré en forma mis exhaustiva en los capitulos concer nientes al costo social de la mano de obra bajo diferentes tipos de desempleo. —Desempleo estructural: El desempleo estructural se produce cuando la estructura productiva es diferente de la estructura de la demanda durante periodos relativamente lar gos; implicitamente se supone inmovilidad de factores ademas de inflexibili- lidad de precios, de modo que los factores no se desplazan desde aquellas act vidades en que hay un exceso de oferta hacia los sectores donde existe exceso de demanda: estos tiltimos denominanse también sectores de presiones infla- cionarias 0 sectores “cuello de botella”. La existencia simultinea de ambos ti- pos de sectores hacen compatible la existencia de inflacién con desocupacisn, En forma mis rigurosa podriamos definir como desempleo estructural el desempleo que ocurre en las actividades con exceso de oferta al nivel éptimo de politica monetaria definida en las secciones anteriores®. Debemos aceptar que el concepto de desempleo estructural Ileva implicito una magnitud del plazo necesario para que los factores en los sectores con exceso de oferta se desplacen hacia otros sectores; en otras palabras, no existen diferencias substanciales entre lo que se Hama desempleo friccional y desem- pleo estructural, ya que la diferencia entre ambos proviene de los supuestos que se tenga sobre el grado 0 plazo de la movilidad', Para un keynesiano —en una situacién de suficiente demanda fect el desempleo que nosotros Hamamos estructural, seri de tipo friccional, pues supone que los factores en los sectores con exceso de oferta se movilizaran ré- pidamente a los sectores con exceso de demanda (esto esté implicito en la ca racteristica oferta agregada horizontal del modelo keynesiano}. Sin embargo, un estructuralista supone que este desempleo se mantendrt por un perfodo re- lativamente largo debido al tiempo que se necesita para que los factores se movilicen, Ver Cristiin Ose: “La Politica Monetaria y Ia Programacién del Desarrollo Feonémi co". Memoria de Prueba, Escucls de Economia y Administracién. Universidad Catélica de Chile, y Cuadernos de Economia N? 3. 10 Debo agradecer Ios comentarios que sobre este punto realizé el profesor Pablo Ba- aona. 19 La diferencia entre ambos concepts, friccional y estructural, no es una diferencia de clase, sino de grado, aunque esta diferencia de grado Heve, sin lugar a dudas, a diferentes politicas para combatir el desempleo. ‘gCémo podemos integrar cl cesempleo estructural con el desempleo cuasi- keynesiano? La demanda por trabajo que utilizamos en el andlisis cuasi-keynesiano (grafico 5) era una variable agregada que supone equilibrio en Tos mercados de trabajo sectoriales, es decir, supone que la mano de obra se asigna entre las diversas actividades de modo que no existan diferencias sectoriales de pro- ductividad; Tuego, la integral de la curva de demanda nos sefiala el maximo de productos que se obtiene a diferentes volimenes de empleo. Sin embargo, si la estructura de la demanda es diferente a la estructura de la oferta, se pro- ducirdn también desajustes en los mercados sectoriales de mano de obra con Ia consiguiente aparicién de diferenciales en la productividad de Ia mano de obra; en este caso, Ia demanda agregada por mano de obra no es la dptima en el sentido que no cumple con las caracteristicas de la curva analizada en el punto anterior. Wy 8 By Pe F sf) rn a ‘ i : DAK) can in 1 poy eee Bie Eig GRArICO 6 En el grifico 6 observamos esta situacién. Do es igual a Ia curva represen tada anteriormente y supone equilibrio en los mercados sectoriales de 1a ma- no de obra; D, es la demanda agregada por trabajo que supone deficien- Gas estructurales, ¢s decir, diferenciales de productividades de la mano de obra en diferentes sectores. Por ejemplo, si el empleo fuese Ly y hubiese rapida movilidad de factores, este volumen de empleo se asignaria de manera éptima y ¢l producto seria el dado por la integral de Dot. Si existen deficiencias es- Iructurales Ia inmovilidad produciria diferenciales de productividad y el pro- ducto de este volumen de empleos s6lo serd la integral de D,. La superficie P P, Pz Py representa el menor producto que se obtiene debido a estos desajus- tes sectoriales. TiPor rpida movilidad nos referimos a una movitidad que necesita un plazo menor que un ato. Esta definicién es s6lo consistente con un grifico que representa Ia situacién de I economfa para periodos anuales, 20 Es interesante notar que D, no es funcién del stock de capital existente (Ko) sino de aquel stock efectivamente usado al nivel éptimo de politica mone- tarla. Este valor (K,) es necesariamente menor a Ke, pues est definido para lo que Hamabamos capacidad productiva de corto plazo (o ingreso de pleno empleo igual a Y,) Al salario Wo podemos luego observar que el desempleo cuasi-keynesiano continta siendo L; Lo. El desempleo estructural se puede representar por Lz Ly y es el desempleo adicional que se produce cuando introducimos el concepto de inmovilidad de factores. ePor qué es importante el andlisis del desempleo estructural para efectos de nuestro criterio de evaluacién de proyectos? La existencia de diferenciales de productividad en diferentes sectores tiene el efecto de producir divergencias entre el costo privado y social de la mano de obra; como nuestro criterio de cvaluacién se basa en valores sociales es necesario conocer Ia magnitud y el sentido de esta divergencia de modo de incluirla en la evaluacién. EL hecho de incluir en nuestro criterio de evaluacién el costo social del trabajo tendra el efecto de que nuestras inversiones tenderin a suprimir estos diferenciales de productividad y por lo tanto a absorber desempleo estructural. Nuevamente, en este caso, la disminucién de desempleo se considerars como un beneficio u objetivo social desde el punto de vista de la evaluacién. 4.—Conclusiones: De los analisis anteriores podemos concluir que estos tres tipos de desocu- pacién no-keynesiana no se pueden combatir con politica monetaria. Tampo- Co creemos que una reduccién de los salarios reales sea una solucién posible pues politicamente esta medida es especialmente dificil en paises subdesarro- Mados; sin embargo, para el caso de desempleo tecnolégico, esta medida, aun- que politicamente pudiese Mevarse a efecto, no es una solucién pues Ia baja de salarios no permite Ia sustitucién de capital por trabajo. En general, la medida mds apropiada para disminuir el desempleo no-key= nesiano es una mayor formacién de capital de modo de hacer relativamente menos abundante la mano de obra. También este desempleo podria absorber- se a través de un progreso técnico que permitiera la incorporacién de proce sos productivos o funciones de produccién que tendiesen a usar con mayor in- tensidad el factor trabajo; en otras palabras, a través de un progreso técnico economizador de capital. Disminucién del desempleo estructural no implica necesariamente aumen- tos netos del stock de capital ya que en este caso lo primordial es aumentar Ia movilidad de los recursos actuales, principalmente mano de obra, Sin embargo, Jas medidas tendientes a aumentar esta movilidad por consiguiente el Pro- ducto Nacional~ se harin mis facil a través de la répida formacién de capi- tal debido a que las inversiones en agentes humanos tienen como retorno so- cial el aumento de movilidad que en ellos produce. Creemos que la manera més ripida de aumentar la movilidad del trabajo —también en un sentido ver- 42.Ver Capitulo I. Seccién 2. 21 tical— es a través de inversiones en educacién tendientes a sensibilizar en ma yor grado la mano de obra ante los incentivos pecuniarios!®, Para finalizar, queremos destacar nuevamente que nuestro anilisis sobre desempleo tenia como finalidad explicar el por qué en nuestros criterios de inversién se considerard s6lo Ia absorcién del desempleo no-keynesiano como un objetivo o factor de correccién de los beneficios de un proyecto. La dismi- nucién de este desempleo ser considerada como un aumento de la capacidad productiva utilizada —definida en Ia seccién 2, Capitulo I luego como re- torno social en nuestro criterio de inversion. IV.-PRESENTACION DEL CRITERIO GENERAL 1.-Presentacién del criterio general y su relacién con Ios exiterios de Chenery y de Leibenstein-Galenson. El criterio de determinacién de prioridades de las inversiones que elegire= mos tiene como finalidad asignar un volumen de capital, de modo tal que maximice el bienestar adicional actualizado que produce el flujo de ingreso derivado de este volumen de inversién A través de nuestro andlisis suponemos que Ia autoridad gubernamental sigue politicas continuas de redistribucién del ingreso a través de medidas que no alteren Ia asignacién de recursos de modo que no incluiremos en Ia just ficacién de nuestros proyectos los efectos distributivos que éstos pueden ‘ener. Fsto ultimo constituye un punto de vista diferente del de Chenery, ya que éste incluye en los beneficios (0 costos) del proyecto la “mejor” (o “peor”) distr bucidn del ingreso que éste produce (dado Iégicamente un juncio distributive) Sin embargo, hay alternativas mis eficaces y ripidas de modificar la dis- tribucién del ingreso que aquellas que alteran la asignacién de recursos con el objeto de biar la distribucién funcional de éste. Estas politicas pueden y debieran ser acciones tributarias directas que no alteren significativamente las decisiones marginales de las unidades econémicas o simplemente a través de cambios en Ia distribucién de Ta propiedad del capital. Matemiticamente podemos expresar nuestro criterio de inver siguiente manera: mn de la 1 Re-C, Rg Cy R,-C, PMSD = — 4R, — C, + ——-——- + > — : (+n byt Gy Te Ver “Una Interptetacién de la Tesis de Desarrollo Eeondmico de T. W. Schulte”, Se- minario desarrollado por cl autor en el Centro de Investigaciones Econémicas de la Universi dad Catblica de Chile. 22 A PMSD Ia denominaremos productividad marginal social en términos di mimicos del proyecto y en que: R, es el beneficio bruto social que produce el proyecto en el aiio respective. G, mide ef “desbienestar” anual que representa el proyecto en un afio respec- tivo por concepto de costo de oportunidad de factores, es decir, es lo que se deja de producir en otras actividades —anualmente— al distraer recur- sos hacia el proyecto. res la preferencia social en el tiempo o costo social anual del capital: este valor se identifica con lo que también podriamos denominar tasa de ine terés social. afios de vida del proyecto. inversin fija inicial, rr EI término “dindmico” indica que el cilcule de los flujos anuales de ine gresos 0 bencficios se realiza de acuerdo a los precios futuros 0 precios espe- rados, los que no necesariamente se reflejan cn los precios actuales cuando se estin produciendo cambios en la estructura productiva y en la disponibilidad relativa de factores. Este criterio es diferente del de Chenery! —que él Mama productividad marginal social, ya que éste es esencialmente estitico al basar sus cilculos s6lo en los precios presentes, es decir, en las condiciones actuales de la econo- mia y los cambios previstos por el inversionista privado. La formula desarrollada por Chenery consiste en el cocliciente producto- capital parcial expresado en términos de valores sociales © costos de oportu- nidad. La presentacién matematica de este criterio Heva implicito —para que nos dé una correcta prioridad entre proyectos— uno de los siguientes dos su- puestos: a) Que todos los proyectos tengan una distribucién de flujos de ingreso simi- lar a través del tiempo, de modo que se pueda comparar cl valor agrega- do promedio anual de cada proyecto. b) Que Ia comunidad tenga una preferencia social en el tiempo igual a in nito, de modo que el ingreso futuro no es relevante para las decisiones de inversién. Este supuesto (r = 2) Meva a que la PMS de Chenery sea un caso particular de PMSD y con lo cual la f6rmula matemitica se reduce a: 1 PMSD Ri — G) 1 Nuestro criterio al incluir en forma explicita la preferencia en el tiempo v al expresar el valor agregado en términos dinmicos ~a través de flujos anua- les permite la comparacién de proyectos de diversa distribucién de ingresos a través del tiempo y bajo cualquier valor que se postule para la preferencia social en el tiempo. 14 La afirmacién se refiere al criterio presentado por Chenery en “The application of investmont criteria”. Quarterly Journal of Eronomics, febrero de. 1958. 23 Leibenstein y Galenson han desarrollado otro criterio denominado “crite- rio de la reinversién marginal”, cuyo objetivo cs maximizar la tasa de crec miento del ingreso 0, en otras palabras, maximizar el ingreso en algun perio- do futurot®, Para este criterio, las inversiones socialmente éptimas son aquéllas que permiten una mayor reinversin de su ingreso adicional; es decir, aquéllas que tengan la maxima capacidad de “inducit” inversiones posteriores. Para que se cumpla Io anterior se deben buscar proyectos que maximicen los ahorros por unidad de inversién; como Galenson y Leibenstein suponen que el factor tr bajo tiene una propensién marginal a ahorrar igual a cero y el factor capital una propensién marginal a ahorrar igual a uno, las inversiones éptimas serin aquéllas que maximicen las utilidades del capital por unidad invertida. Es ine teresante hacer notar que este criterio se identifica con el criterio privado ine dependientemente de si el costo de 1a mano de obra refleja 0 no su costo so= cial. Al incluir el efecto de Ia reinversién de los ahorvos generados como be- neficios en nuestro modelo general y suponiendo que el objetivo es maximi- zar el ingreso en el infinito o en algiin periodo futuro (o maximizar Ja tasa de crecimiento), Megamos a la conclusién que este objetivo supone implicita- mente una preferencia nula en el tiempo, es decir, no existe preferencia en- tre el ingreso presente y el ingreso futuro. De aqui nuevamente podemos de- ducir que este andilisis ¢s un criterio parcial de PMSD, que leva implicito a supuesto que r = 0. En este sentido los criterios de Galenson-Leibenstein y Ja recién mencionada presentacién de Chenery serian extremos opuestos. Sin embargo, existe otro supuesto en el anilisis de Galenson-Leibenstein: éste se refiere a que la inclusién explicita de la capacidad de generar ahorros de un proyecto como beneficio social de éste, implica que Ia autoridad central esti incapacitada para alterar la distribucién de ingreso entre consumo y aho- rro. En otras palabras, no existen politicas fiscales capaces de forzar Ta tasa de ahorro determinada por las propensiones marginales de la comunidad y Ta distribucién del ingreso; sin embargo, este supuesto se contradice con lo que postulibamos al comienzo. Esto es, que la autoridad central imponia un jui- cio politico sobre Ia distribucién del ingreso a través del tiempo y, por To tan= to, sobre Ia tasa éptima de ahorros consistente con esta distribucién. Lo anterior nos leva a rechazar la inclusién explicita en los benelicios del proyecto de Ja mayor capacidad de ahorros que pueda derivarse de un flujo dlado de ingresos. En resumen, la solucin del criterio de Ja reinversién marginal considera la preferencia en el tiempo igual a cero, con Io cual Jos flujos futuros de in- greso no pierden importancia en relacién a los primeros (0 a los mis cerca nos) y é&te tiene el efecto que los proyectos de mayor capacidad “inducto- ra” de nuevas inversiones sean los mis rentables al provocar un flujo indefi- nido de ingresos. 15 “Investment Critetia, Productivity and Economic Development”, Quarterly Journal of Economics, Agosto de 1935. 24 El calculo de costos y beneficios en el criterio general. A.—Habiamos definido como evaluacién social de proyectos a la metodo- logia necesaria para asignar un volumen dado de inversiones, de tal modo que €l incremento del ingreso (en términos actualizados) sea el maximo que se pue- de obtener dado este volumen. De este modo la evaluacién trata de medir el aporte o beneficio neto de un proyecto de inversién al bienestar nacional. EI numerador de nuestra formula indica este beneficio neto en términos {bsolutos; el denominador se inchuye para evaluar este beneficio en téminos relativos 0 mejor dicho en relacién al sacrificio actual que implica el menor consumo (0 mayor ahorro) que se debe efectuar para obtener Jos recursos de inversién del proyecto en cuestién. Como beneficios (B) del proyecto nos referiremos a la valoracién que la comunidad da a los bienes y servicios producidos por éste, incluyendo Ios be- neficios indirectos que proporciona Como costos sociales del proyecto (C) nos referiremos a la disminucién de bienestar de Ia comunidad que se produce en otros sectores econémicos debi do a Ia transferencia de recursos productives de esos sectores hacia el sector en el cual se realiza el proyecto; en otras palabras, la operacién del proyecto necesita insumos que pueden haber estado ocupados en otras actividades; des- de cl punto de vista social, el costo de estos insumos, para efectos de evaluar el proyecto, es igual al beneficio que estos insumos producian en esas activi- dades. ‘Ambos elementos (B y C) se consideran en un sentido dinamico (por de- finicidn de la férmula). Es decir, se analiza su comportamiento a través del tiempo; esto significa que los valores de B y C no tienen por qué ser constan- tes durante toda Ia vida del proyecto. Podemos interpreta tedricamente nuestro argumento anterior afirmando que los beneficios netos de un proyecto se pueden representar por Ia suma del excedente del productor mas el excedente del consumidor, habiéndose ajusta do las curvas de demanda y oferta de mercado a curvas que reflejan valores sociales, De este modo la demanda nos indica el bienestar derivado de la pro- duccién del bien en cuestién y la oferta el “desbienestar” o bienestar negati- vo producido en otras actividades al transferir insumos variables hacia la ope- racién del proyecto. GRAFICO 7 25 En el grafico podemos representar este beneficio neto; CMS« representa la curva de costo marginal social del proyecto de producir el bien X; DSx re= presenta la demanda social por X; ambas se refieren a periodos anuales, Tuc g0 By (cl sirex CBE) es el beneficio neto anual que el proyecto proporciona a la comunidad. i postulisemos costos crecientes de modo que la oferta fuese CMStx, el beneficio neto anual de operar el proyecto seria By miis la superficie CAB. Este anilisis suponia que primitivamente el producto X no se consumia internamente. Si X se consumia primitivamente, a través de importacién o de produccién interna, el cilculo del beneficio neto sufre una pequefia modifi- cacién. Supongamos que el precio y consumo interno (antes del proyecto) eran Py y Xo, respectivamente. Si el proyecto produce OX, a un costa de CMSx, es decir sustituye la produccién primitiva Xo, el beneficio neto (Bx) que adicio- ne a Ja comunidad es igual al trapecio Py DBC. La otra posibilidad es que la produccién del proyecto sea marginal y que no sustituye Ia produccidn primitiva; en este caso, al costo de CMSs duceién de nuestro provecto es slo Xo Xy. El beneficio neto (Bs) derivado del proyecto es ahora sélo igual al tridngulo DBE, ya que el recténgulo PoDFG ¢s sdlo una transferencia de utilidades (desde los empresarios antiguos) hacia los consumidores, via mayor excedente del consumidor. 0 se identifica completamente con nuestra {6rmula an= terior, ya que ésta Ix podemos expresar como: 1 n BN, PMSD = — en que BN, ¢s Ia diferencia entre beneficios sociales y costos sociales deriva- dos de la produccién de X en el aiio i. B—Nuestro concepto de demanda social y costo mai un conjunto de condicion La demanda social por X implica una distribucién del ingreso de acuer= do al juicio distributivo, de modo que Ja estructura de Tn demanda es “épti- ma” de acuerdo a este juicio, Ademis, supone que existe una eficiente ubi- cacién de recursos en los sectores que producen bienes relacionados a X —sus- titutos y complementos—, de modo que la demanda de X esté expresada en fun- cién de los precios sociales de éstos. EL costo social marginal de producir X indica el costo de oportunidad de Jos insumos usados; necesariamente debe representar una funcién de largo pla- 70, de modo que permita Ia utilizacién de un equipo de capital tal que mi- nimice el costo de produccién dado el volumen de demanda. Para que sea vie Tida nuestra comparacidn entre proyectos con el propésito de determinar prio ridades, es necesario que la evaluacién de cada uno de ellos se realice de acuer- do a las condiciones técnicas dptimas y éstas estin s6lo representadas en la cur ya de costos marginales de largo plazo, En otras palabras, al operar con cur- inal social implica 26 vas de costo de largo plazo, tenemos la certera de que no existirin beneficios 16 excedentes sociales no aprovechados debido a subestimaciones en el volumen de inversién 0 tamafio dptimo de las plantas. La comparacién de proyectos hace necesario que cada uno de ellos esté operando al nivel donde ya no exis ten beneficios netos adicionales, es decir, donde la demanda social sea igual al costo marginal social de largo plwzo. FI calculo del beneficio anual de un proyecto puede presentar algunas di- ficultades cuando no conocemos con cierta exactitud Ia funcién de demanda del producto que se estudia. Esta dificultad se acentiia cuando el cilculo se desea realizar para un proyecto que quiere implantar un producto que no se consumia primitivamente, En este caso, para imputar Ios beneficios se nece- sita conocer el coeficiente de posicién de In curva de demanda determinindo- se este valor en Ios estudios cconométricos generalmente en forma arbitraria. Para obviar esto, se puede imputar limites superiores ¢ inferiores del coeficien te y obtener un rango dentro del cual puede fluctuar cl valor de los benefi- cios anuales. Cuando el proyecto tiene el efecto de aumentar ef consumo actual del producto que se estudia, cl coeficiente de posicién no interesa; en este caso sb- Jo nos debemos preocupar de Ia clasticidad de demanda para los tramos per tinentes de Ia funcién. También en este caso se pueden imputar elasticidades Himites, obteniéndose de este modo valores limites del trapecio o del triingu- Jo que se considera como beneficio anual neto. Como generalmente el valor de In elasticidad se puetle calcular con ma yor exactitud que el cocficiente de posicién, podemos concluir que en este se- gundo caso —que seri la situacién mas comin— el cileulo de los beneficios ¢s mis exacto que aquél en el que el producto es implantado por primera ver gracias al proyecto. G.=En las secciones que contintian analizaremos Jas correcciones que se dehen realizar a Ta rentabilidad de mercado de los provectos, de modo de ob- tener lo que Hamabamos productividad marginal social dinsmica. En otras pa- labras, trataremos de obtener Ia demanda social v oferta 0 costos sociales del bien en cuestién a partir de Jas funciones demanda y oferta de mercado. En este andlisis de las correcciones no sélo nos preocuparemos del senti- do de los ajustes necesarios para Megara PMSD, sino, también, trataremos de elaborar formulas que permitan cierto grado de cuantifieacién de ellos. Primeramente, nos referiremos a los elementos que producen distorsiones entre beneficios sociales y privados de una inversién y, después, a los que pro- vocan distorsiones entre los costos sociales y privados de ésta. Integrando los ajustes, tanto por el lado de los beneficios como de los costos, Hegaremos a nuestra fSrmula de evaluacién o productividad marginal social dindmica. CORRECCION POR EL LADO DE LOS BENEFICIOS —Magnitud del horizonte del inversionista privado. Bajo el mecanismo de mercado se produce, en ciertos casos, una subesti- macién del flujo de ingresos que produce el proyecto; la causa de este fend- meno es la estrechez del horizonte del inversionista provocada principalmen- te por la inestabilidad politica, social y econdmicat®, Lo expuesto anteriormente no afectaria la composicién éptima de Ia i version si esta subestimacién afectase por igual todas las inversiones, es decir, si no alterase las rentabilidades relativas de éstas; sin embargo, la rentabilidad de las inversiones de larga vida se tiende a subestimar cn mayor grado, debi- do a que porcentualmente se consideran menos periodo dentro del horizonte relevante del inversionista. Si analizamos Ia relacién entre inversién en determinados sectores y pe~ riodos de amortizacién de clla, Megamos a la conclusién que principalmente son los proyectos industriales —y en mayor grado mientras més pesada sea la industria— Jos de mayor vida, cs decir, aquéllos que necesitan periodos mis largos para amortizar su capital. De este modo podemos concluir que esta es trechez del horizonte tiende a producir, a través del sistema de precios, un menor proceso de industrializacién que el socialmente éptimo. El ajuste que se debe realizar cuando existe estrechez del horizonte del inversionista consiste en agregar el valor A al numerador de la formula pr vada de evaluacion: en que: n = periodos de vida del proyecto. m = periodos incluidos en el horizonte del inversionista. Otra subestimacin de Ia deseabilidad de la industrializacién —debido a que Ia rentabilidad de mercado en inversiones industriales es menor que la rentabilidad social— aparece al relacionar el deterioro de los términos de in- tercambio de algunos paises subdesarrollados con la estrechez del horizonte del inversionista. Si aceptamos la generalizada afirmacién sobre el deterioro secular de los términos de intercambio, debemos deducir que Ia demanda interna de las in- 19 Por ejemplo. si un proyecto tiene una vida de 10 afios y para el inversionista son relevantes s6lo 5 periodos (debido a temor de confiscacién). decimos que el horizonte de es- te inversionista e6 estrecho. 28 dustrias sustitutivas de importaciones aumentard en el largo plazo'?. Esto tic ne ef efecto de aumentar la rentabilidad en este tipo de industrias, pues los flujos de ingreso de los periodos relativamente lejanos de estas inversiones in- cluyen un ajuste por la mayor demanda interna que este deterioro produce sobre los bienes nacionales sustitutos de importaciones. La estrechez del ho- rizonte del inversionista, al no captar los ingresos de los perfodos lejanos, evi- ta que este ajuste se incluya en la rentabilidad del proyecto, con lo cual se acentia la subestimacién de ésta. 2,-El concepto de ahorro de divisas, El concepto de ahorro de divisas sélo tiene sentido en una situacién de sobrevaluacién de la moneda nacional, es decir, cuando la tasa de cambio vi- gente es menor que la socialmente éptima. ‘A grandes rasgos podemos definir como tasa de cambio social a aquella que equilibra Ia oferta y demanda de divisas 0 moneda extranjera bajo una distribucién “justa” del ingreso y dadas Jas tarifas optimas que permiten al pais aprovechar sus ventajas comparativas potenciales. Se puede mantener una sobrevaluacin a través de la pérdida de reser vas de divisas de la autoridad monetaria y de un sistema de cuotas de impor- tacién o de tarifas e impuestos a las importaciones. Gréficamente podemos analizar estas alternativas. En el grifico N° 8 te- nemos la tasa de cambio representada en el eje vertical y el volumen de di- visas en el horizontal. S representa la oferta de diyisas y D la demanda de ellas para un periodo anual. GRAFICO 8 Si Ty ¢s Ja tasa de cambio que Ja autoridad desea imponer y mantener, las alternativas son: a) Abastecer el exceso de demanda igual a DyDy a través de las reservas de divisas de Ia autoridad monetari b) Imponer y distribuir un volumen de importaciones igual a Dy a través de un sistema de cuotas de importacién. 27 Esto se debe a que Ia demanda interna es funcién de les términos internos de in- tercambio, siendo éstos a su vez funclén de los térmings externos de Intercambio y de la ta- sa de cambio. 29 ©) Imponer una estructura impositiva a las importaciones, de tal manera que Ja demanda de divisas que enfrentan los exportadores pase por el punto R. En este caso particular vemos que esta estructura impositiva consiste en una tarifa promedia igual a RP (0 RP/RD,) por divisa que se usa en importaciones. Si postulamos que la curva de oferta de divisas representa el costo social en términos de recursos internos de producir unidades adicionales de divisas a través del sector exportador y que la curva de demanda de divisas repre- senta la utilidad que la comunidad deriva de estas divisas a través del sector importador, podemos concluir que esta economia deberia tener una cantidad tal de recursos destinada al sector exportador que retornara un volumen de diyisas igual a Do. Sin embargo, dada la tasa de cambio Ty, s6lo existe en el sector expor- tador una cantidad de recursos que retorna un volumen D, y que es menor al socialmente éptimo. En otras palabras, T subestima la valoracién que la comunidad deriva de las divisas —a través de sus importaciones— al nivel 6p- timo de asignacién de recursos en el sector exportador. Como Ia rentabilidad privada de las industrias exportadoras se contabi- liza a Ia tasa de cambio Ty y no al valor Tp, se produce una subestimacién de la deseabilidad social de ésta. Justamente es esta subestimacién de la ren~ tabilidad social de estas industrias la que tiene el efecto de asignar una me nor cantidad de recursos a este sector que la socialmente éptima Para obtener Ja rentabilidad social de la inversién en uaa industria ex- portadora, debemos agregar luego al numerador de la {6rmula de rentabi dad privada el valor Donde B en que D, es el valor anual de las exportaciones expresadas en divisas'’. El concepto de ahorro de divisas también se ha relacionado con las in- dustrias que sustituyen importaciones, Se afirma, generalmente, que estas in- dustrias son deseables debido a que producen el efecto de ahorrar divisas. Permaneciendo en un estricto marco estitico, podemos afirmar que este juicio es valido si ¢s que actualmente existen en las industrias sustitutivas de importaciones menores recursos que los Gptimos. Para que se cumpla lo anterior, debemos postular que el costo social de importar un bien es mayor que et costo social de producirlo internamente Esto lo podemos aclarar mas Licilmente a través de un ejemplo: Supongamos que se esté importando un producto que en el exterior vale una unidad de divisa (por ejemplo un délar); el costo privado en términos de moneda na 18A medida que las exportaciones se expandan gracias a Ia utilizacién del tipo de cam- bio social, Ty, el tipo de cambio de mercado T, subestimard el costo de oportunidad de la produccién de bienes de exportacién, 30 Gonal de importar este bien sera por Jo tanto igual a Ty. En el margen, el proceso de sustituir este producto por produccidn interna habra Megado a’un limite en que se puede producir al costo. T, por unidad e igual al costo de ad- quirirlo a uavés de la importacién. Sin embargo, el costo en términos de re- cursos internos destinados a importar este bien a uavés del sector exportador ¢s, en equilibrio, igual al valor To. De aqui podemos deducir que es mas efi- ciente producir este bien internamente a um costo T, que importarlo a un costo social igual To. Solo cuando la sobrevaluacién se mantiene a wavés de pérdidas de rese vas de divisas, podemos observar que la éptima asignacién de recursos impli ca que simultineamente deben aumentarse las exportaciones y disminuir las importaciones a través de una expansién del proceso de sustitucién de impor taciones. Luego, s6lo en este caso se debe premiar Ja inversién en industrias sustitutivas de importaciones, En. este caso, el ajuste que se debe realizar para Hegar a la rentabilidad social de la inversién en industrias sustitutivas de importaciones es adicionar al numerador de la formula privada de evaluacién el mismo valor (aproxima do) de B analizado anteriormente, con Ia diferencia que ahora D, representa el valor de las divisas liberadas al sustituir la importacién del respectivo pro- ducto. 8.—Economias y Deseconomias externas estiticas 0 tecnoldgicas. Como economias y deseconomias externas tecnoldgicas denominaremos a Ja interdependencia que existe entre dos unidades productivas y que afecta Ta fancién de produccién de una de ellas. Esta interdependencia altera la pro- Auctividad del complejo de insumos usados por la unidad productiva que per- cibe estos efectos. Estas interdependencias son “externas” al sistema de precios; Iuego, no son captadas en los precios que se determinan en una situacién de equilibrio gee neral. Un ejemplo de estas economias tecnolégicas es el adiestramiento de ma- fo de obra que realizan ciertas empresas, suponiendo que los obreros no vi- sualizan esta mayor productividad que adquicren a través de la aceptacién de menores salarios. De este modo, teniendo presente que los contratos de traba- jo tienen una duracién limitada, los benelicios de esta mayor productividad os perciben en forma gratuita las empresas a las cuales se trastadan los obre- ros después del periodo de adiestramiento y sin compensacién alguna para aquéllos que Ia realizaron. La conclusién de esto es que la rentabilidad social de las empresas que realizaron este adiestramiento ¢s mayor que su rentabi- lidad desde el punto de vista privado. Matemiiticamente, podemos analizar Ia divergencia que estas interdepen- dencias causan entre precios privados y precios sociales. Supongamos que tenemos dos unidades productivas A y B; cada una de ellas opera utilizando sélo un insumo que es comtin a ambas; llamemos X a este insumo. Si It industria A produce economias 0 deseconomifas externas so- bre B, ambas funciones de produccién serian: 31 A=f(%) B=: 1(X, A) €l éptimo de Pareto implica que la contratacién de X por A y B se Ileve a efecto hasta que se cumplan las condiciones: (1)P,+ OA +P5 . OA+ OB mH OX, OA (2) Pg: 9B = Px 0% en que Px = precio del factor que enfrentan ambas industrias q P Pa precio de Py = precio de B. 3A EI empresario privado de A sdlo visualiza —— . PA, ya que la industria 3X, B no paga el efecto de la economia externa, Iuego la contratacién efectiva de 3B X, sera igual a Ja éptima sélo cuando — 3A proyecto A es mayor que su rentabilidad privada, si es que éste produce eco- 3B nomias externas sobre B, esto es, si — 3A 0. La rentabilidad social del es positivo; la relacin serd ir 3B i es que A produce deseconomias externas sobre B, esto es, si — tivo. 3A es nega 2Cémo podemos ajustar la rentabilidad privada de A por este efecto de las economias y deseconomias externas de modo de obtener su rentabilidad so- cial? Si la industria A produce economias externas sobre B, el valor del pro- ducto marginal privado del factor X —usado en A~ es menor que el produc- to marginal social justamente en el monto de la economia externa: en el gri fico 9 tenemos ambas funciones, y suponiendo que el monto de la economia externa es constante por unidad de X contratada, la podemos representar por la magnitud AB de modo que: 82 x, Ar “A. Xa GRaFiCo 9 Podemos observar que ¢l volumen éptimo de contratacién del factor de- be ser X4z cumpliendo la primera igualdad analizada anteriormente. Sin em= bargo, la contratacién efectiva de X, es slo de XAy. De este modo los beneficios anuales de este proyecto se subestiman en un monto igual a la superficie BACD. En este caso, para obtenerse la rentabilidad social del proyecto A, se de- agregar al numerador de Ja f6rmula de rentabilidad privada el valor C: (BACD)i a Si la industria A produce deseconomfas externas sobre B, la tinica dife 3B rencia con el caso anterior es que el valor ——— es negativo y, por Io tanto, BA <1 valor del producto marginal de X en términos privados es mayor que en términos sociales, En este caso el valor de C seria negative. Para concluir, debemos hacer notar que el problema principal que se pre- senta al evaluar un proyecto es analizar si existe este tipo de interdependen- cia y, segundo, si esti o no incluida en alguna forma en los precios de mer- cado. Si no se encuentra reflejada en los precios con los cuales se contabiliza Ia rentabilidad privada del proyecto, debemos incluirle explicitamente de acuerdo al método sefialado anteriormente. La dificultad consiste en deducir si la interdependencia esta o no incluida en Ios precios determinados en el mercado", 18 Para un andlisis exhaustivo de las eausas por las cuales estas interdependencias no se reflejan en el sistema de precios se recomienda, F, Bator: "The anatemy of market failures Quarterly Journal of Economics, agosto de 1958, 33 VL-CORRECCIONES POR EL LADO DE LOS COSTOS Como costos sociales del proyecto nos referiremos al valor de la disminu- Gén de produccién que sufrivin, a lo largo de la vida de éste, las actividades de las cuales se sustraen recursos con fines de operar el respective proyecto. En una economia en que los precios sociales se reflejan en los precios de mercado, la disminucién de produccién en estas otras actividades —al distraer- se recursos de ellas— se identifica con el valor de estos insumos; sin embargo, en Ja realidad, observamos principalmente en el caso de paises subdesarrolla- dos, que generalmente el valor de mercado de los factores productivos no re- fleja su costo de oportunidad o escasez relativa. El objetivo de este capitulo es analizar las correcciones que es necesario realizar a estos valores de merca- do de modo que en Ia evaluacién incluyamos los costos sociales de los facto- res © insumos. Podemos representar los costos sociales anuales del proyecto descompues- tos en la siguiente form: co =Cl+CL+a en que: CS = costo social anual total de operar el proyecto. CI == costo social de tos insumos que se adquieren a otras empre- sas en el periodo de un aio. costo de oportunidad de la mano de obra que use el proyec- to en el periodo de un afto. d= depreciacién anual del capital fijo, cL. En esta seccién analizaremos cada uno de estos elementos del costo del proyecto. .-Costo social de los insumos que se adquieren a otras empresas. El costo social por unidad de insumo que se adquiere a otras empresas consiste en la disminucién de produccién en aquellas actividades de las cua- les estas empresas retiran los recursos necesarios para producir esta unidad de insumo. Si las empresas que producen estos insumos tienen capacidad ociosa de ca- pital pero los recursos variables que utilizarian estin ocupados en otras acti vidades, el costo del producto para el proyecto —como insumo— debe reflejar el costo de oportunidad de esos recursos variables. Si estas empresas poseen, ademis de capital desocupado, mano de obra y otros recursos variables des- empleados debido a su inmovilidad, el costo social del insumo en el corto pla 20 € cero, Si sélo existe capital y trabajo desocupado, el costo del insumo es- ti representado por ¢l valor de los demas recursos variables por unidad de in- sumo producido en esas empresas. a EI desempleo de los factores variables en las industrias que producen los insumos del proyecto puede deberse a una baja secular en la demanda del in. sumo (caso del carbén chileno) 0 a movimientos cidlicos o estacionales de ella. EI desempleo de capital instalado se puede deber, ademas, a que la indivisi. idad del equipo de capital impida que el tamafio de Ja’ planta se ajuste al volumen de Ia demanda existente en el momento en que este equipo se ins- tale. Sin embargo, aunque postulemos que el desempleo se deba a una baja se- cular de la demanda del insumo, no podemos valorar igual a cero el costo som cial del insumo en el largo plazo*. Esto se debe a que en el largo plazo, prin cipalmente en una economia en crecimiento, la movilidad de los Lactores auc menta, con lo cual adquicren un costo de oportunidad positivo, inclusive el factor capital; el costo social del capital sera el retorno del capital recuperable que en el largo plazo se habré reubicado en otras actividades. Ademis del ajuste entre precios de mercado y precios sociales de los fac- tores empleados en la claboracién del insumo que utiliza el proyecto, se ne cesita, para Hegar al costo social de éste, un ajuste por la mayor productivi dad que pueden lograr a través del tiempo las empresas productoras del ins sumo debido al aprovechamiento de economias de escala. Si las industrias productoras del insumo poseen importantes economias de escala y postulamos a largo plazo un proceso de crecimiento —de modo que a largo plazo la demanda de este insumo aumente-, el costo del insumo bax jar a través del tiempo. Si los empresarios privados no visualizan esta baja en sus cilculos de rentabilidad del proyecto, es decir, si los cilculos de sus costos futuros los realizan sobre la base de sus costos presentes, la rentabilidad privada de este proyecto subestimara Ja rentabilidad social y se hard necesa- rio coregir explicitamente el retorno privado. En este sentido, podemos afir mar que fa rentabilidad privada produciria una subestimacién del volumen ép- timo de inversién en aquellos proyectos cuyos énsumos se producen bajo con diciones que permiten aprovechar economias de escala. Para facilitar su comprensidn, podemos separar cada una de las situacio- nes analizadas anteriormente, A-—Desocupacién de capital en la industria productora de insumos. En el corto plazo el costo de oportunidad del capital (fijo) de esta ine dustria es (aproximadamente) cero mientras exista capacidad instalada ociosa, Esto se debe a que la capacidad de movilizar y adaptar este capital a otras ace tividades en el corto plazo es limitada. Esto evita la necesidad de hacer. con rrecciones a Jos precios del insumo —por conceptos de costo de capital en el caso que éste esté desempleado, ya que las decisiones de produccién de los em- presarios tienden a ser determinadas por sus costos marginales: en otras pa. labras, el costo marginal no incluye el costo de capital en el corto plazo, es decir, el costo marginal privado por concepto de costo de capital es igual al social, independientemente del grado de empleo de éste. 20 ste punto Jo trataremos mis exhaustivamente en los préximos capitulos, 35 B—Desempleo de mano de obra y capital en la industria productora del insumo debido a una baja secular en su demanda. Como analizibamos en el punto anterior, el desempleo de capital no jus- tilica realizar correcciones al costo privado del insumo. Luego, nos concentra- remos en el desempleo de mano de obra que se produce cuando Ja demanda relativa del insumo disminuye secularmente, Este desempleo solo tiene senti- do suponiendo que en Ja economia existe cierto grado de inflexibilidad de sa larios ¢ inmovilidad de factores. El problema que se presenta es imputar un costo de oportunidad a las actividades que absorben este desempleo y analizar qué relacién existe entre el costo privado © salario y el costo social de esta mano de obra desempleada; Iuego queremos averiguar qué ajuste se debe realizar al costo del insumo que adquiere nuestro proyecto al disminuir el desempleo existente en la industria que lo fabrica. El desempleo al cual nos referimos leva implicitamente un concepto de plazo, ya que no podemos imaginar una situacién de desempleo al infinito, es decir, una situacién de inmovilidad permanente. En el corto plazo este de: empleo causado par inmovilidad ¢ inflexibilidad tiene sentido, pues los fac- tores necesitan readaptarse técnica y psicoldgicamente para movilizarse y esto implica cierto lapso de tiempo. Por tanto, sdlo en el corto plazo se puede hablar de un costo de oportu- nidad cero para los desempleados; en este caso definimos como corto plazo al perfodo necesario para Ja readaptabilidad?, Sin embargo, en el largo plazo, principalmente en una economia en cre- cimiento, estos factores poseen un costo de oportunidad positive ¢ igual a lo que pueden producir en las actividades hacia las cuales se movilizan. De lo anterior podemos concluir que el costo de oportunidad de los ac- tuales desempleados varia al correr del tiempo, siendo este punto de vital im- portancia en el aniilisis de Ia evaluacién; esto se debe a que generalmente los autores no introducen el concepto de plazo, imputando a los desocupados cos- tos de oportunidad cero para todos los periodos, con lo cual se sobreestima la deseabilidad y, por Jo tanto, la magnitud de las inversiones que tienden a ab- Sorber este desempleo. La ejecucién de una politica de inversiones que sobr estime la magnitud éptima de este tipo de proyectos puede tener el efecto de agravar la inmovilidad de factores, ya que los factores se acostumbran a “es- perar” Jas obras pttblicas 0 proyectos que los absorban sin que se movilicen a actividades mis productivas. ‘De este anilisis podemos concluir que la inmovilidad de factores no es sélo un parimetro de la “estructura”, sino también puede ser afectado por una dieliciente politica de asignacién de inversiones. De este modo se podria argu mentar que parte de Ja inmovilidad actual de Jos recursos se debe a Ia erra- a politica econdmica que se siguid en el pasado. El ajuste que se debe realizar a la rentabilidad privada de nuestro pro- yecto por su efecto de absorber desempleo en Jas industrias que proveen in —~Weomo coo plo not refesios al perl “eerano” y no implica necariamente a csi tise ta 36 sumos, es agregar al numerador de la frmula privada de evaluacién cl va lor N. N ©, = salarios pagados por la industria productora del insumo por concepto de la produccién que vende a nuestro proyecto en el aiio i, 5, = costo de oportunidad de esa misma cantidad de mano de obra; de lo dicho anteriormente podemos suponer que este valor se acrecenta al au- mentar i, C—Desempleo de mano de obra y capital en la empresa porductora det insumo por variaciones estacionales en su demanda. En este caso la desocupacién de la industria productora del insumo tiene un cardcter transitorio provocado por variaciones estacionales en Ia demanda por éste. Para facilitar el andlisis supondremos que en los perfodos de pleno em= pleo de esta industria cl salario coincide con el costo de oportunidad de mano de obra; de este modo nos preocuparemos sélo de los periodos de des- empleo. Generalmente, Jas variaciones temporales en la demanda del insumo son Jo suficientemente cortas como para justificar en estos periodos un costo de oportunidad igual a cero para Ia mano de obra que en estos periodos queda desempleada’?. De este modo, en estos perfodos, el precio de mercado del insumo seria mayor a su costo social justamente en el monto de Ia divergencia entre el costo de oportunidad y de mercado de fa mano de obra que utiliza, Si nuestro proyecto posce una demanda permanente por el insumo, esta Gistorsién entre costo privado y social del instimo produciré, a su ver, una di- vergencia entre la rentabilidad privada y social del proyecto. Bajo fos supuestos anteriores, el ajuste seria agregar al numerador de Ia formula privada de evaluacién el valor M: Gq Ve 22,4 menos que coincida con un periodo de escasez de mano de obra en una industria geogrificamente adyacente, 37 mente utilizado ¢ igual a Ke, una movilidad de mano de obra tal que per- mite trabajar con una curva de demanda que no supone diferenciales de sa- larios intersectoriales y un salario minimo We que produce un desempleo igual a LoLy. wh DK ir lo GRAFICO 10 En este caso el costo de oportunidad de Ia mano de obra se identifica con su costo social y ¢s el salario que permitiria el pleno empleo de Ia fuerza de trabajo, es deciz, es igual al salario de equilibrio W, °*. De este modo Ia ren- tabilidad de los proyectos en la economia se deberia calewlar al salario Wy y no al salario imperante Wo. EI anilisis anterior tiene el efecto de demostrar que Ia cleccién de pro- yectos de acuerdo a la rentabilidad privada subestima Ia deseabilidad social de Jos proyectos relativamente intensivos en L, con el consiguiente efecto so- bre el empleo Si para hacer el anilisis mis realista desagregamos el mercado del traba- jo en varios mercados de mano de obra de diferente homogeneidad —mante- niendo el supuesto de movilidad dentro de cada mercado~ y si postulamos que en cada uno de ellos la divergencia porcentual entre salarios de mercado y cox Wo to social de él, (— Ww vada de los proyectos subestimara la deseabilidad de las inversiones que usen relativamente mas mano de obra perteneciente a un mercado de trabajo en cl cual exista mayor divergencia entre salario de mercado y costo social del tra~ bajo. ‘Todo el anilisis anterior es de corto plavo, es decir, supone un plazo tal que las inversiones 0 adiciones al stock de capital no son Io suficientemente grandes como para desplazar la demanda global por trabajo y, por consiguien- te, aumentar el salario de pleno empleo o costo social del trabajo. Sin embar~ 0, si postulamos que a largo plazo se produciré un praceso sostenide de acu= mulacién de capital de modo que Ja disponibilidad de L. disminuya en rela~ cién a K, podemos suponer que el salario de pleno empleo 0 costo social del s diferente, podremos imaginar que la rentabilidad pri- postulamos una oferta de trabajo de cierta elas! Ye desutilidad marginal del trabajo al nivel de pleno empleo. 40 dad, este valor se identifica com trabajo aumentars_a largo plazo. De este modo, cada periodo de operaciones del proyecto debe incluir un diferente costo social de Ia mano de obra, siendo éste funcién de cémo varien a través del tiempo las disponibilidades relativas de capital y trabajo. BEI costo de oportunidad del trabajo bajo condiciones de desempleo estructural, En este caso, ademas de ta inflexibilidad de los salarios, se nos presenta el problema de la inmovilidad de mano de obra de relativamente igual homo- geneidad. En este anilisis necesitamos un mayor grado de desagregacién que en el anilisis anterior debido a que, ademis de tener diferentes mercklos de acuer- do a Ta diversa calidad y homogeneidad de la mano de obra, tenemos —a tra- vés de la inmovilidad geogrifica y sectorial— diferentes mercados de trabajo para mano de obra de similar homogencidad. Es este ultimo caso el que nos interesa para los efectos de calcular la divergencia entre salarios de mercado y costo de oportunidad; la existencia de diferentes mercados de mano de obra relativamente homogénea da lugar a diferenciales de salaries cuando un pro- yecto en un sector necesita transferir mano de obra desde otro sector; si salarios en el sector en el cual se efecta el proyecto son mayores que aqué- os pagaclos en Ios sectores que liberan mano de obra, el costo privado del tra- bajo serd mayor que cl costo de oportunidad, con lo cual se subestimard la ren- tabilidad social del proyecto. Es importante recalear que la contabilizacién de este costo de oportunidad debe realizarse en términos dinimicos, es decir, de- be imputarse como una variable que cambia a través del tiempo; esto se debe a que la transferencia continua —a medida que la economia se desarrolla— de mano de obra deste el sector menos productivo tiende a elevar su costo de oportunidad en ese sector y aproximarlo a su costo social. Este es el caso tipico del diferencial de stlarios existente entre el sector agricola y el sector industrial y en el cual se ha puesto tanto énfasis en la lie teratura del desarrollo econémico. Si aceptamos la cxistencia de este diferencial agricola-industrial, Ia evalua cidn de Jas inversiones de acuerdo a la rentabilidad privada subestimaré —por este concepto— la deseabilidad social de los proyectos industriales, con Io cual Ia no planificacién de las inversiones produce un menor grado de industria Tizacién que el socialmente éptimo. Esta es Ia racionalizacién de uno de los principales argumentos estiticos en favor de la industrializacién y del protec Gionismo en los paises subdesarrollados?®, Anteriormente habiamos postulado que Ia inmovilidad podria producir di- ferenciales de salarios entre mercados de mano de obra homogénea; sin em- bargo, pueden haber grados de inmovilidad que leven a situaciones de des empleo de mano de obra en un sector —con salarios aproximadamente igual a cero~ conjuntamente con sectores que utilizan plenamente toda Ia mano de 25 Ver E, Hagen: “Economic Justification for Protectionism”, Quarterly Journal of Eco: nomics, noviembre de 1958. 41 obra de igual calidad disponible en el sector. En otras palabras, la inmovili- dad puede Iegar a un extremo que haga compatible —en sectores diferentes— la existencia simultinea de desempleo y pleno empleo de mano de obra ho- mogénea. EI desemplco que nos referimos puede deberse a una baja secular en Ia demanda por la produccién del sector respective 0 por variaciones ciclicas © temporales de ella, En ambos casos, cualquier proyecto que absorba este des empleo de mano de obra debe imputar a ésta un costo de oportunidad apro- ximadamente igual a cero. Al analizar el desempleo de trabajo producido por una baja secular en Ja demanda debemos, igual que en Ia seccién anterior, incluir el concept de plazos; como habiamos dicho alli, slo podemos imputar un costo de oportt- nidad cero a la mano de obra desocupada en el corto plazo, cuando las po- sibilidades de movilidad son limitadas; sin embargo en el largo plazo, conjun= tamente con aumentar las posibilidades de Ia movilidad, aumenta el costo de oportunidad y el no incluir este mayor costo de oportunidad para los per dos relativamente Iejanos tiene el efecto de sobreestimar Ia descabilidad social de los proyectos que absorben desempleo estructural. Si el desempleo se debe. no a una baja secular en st demanda, sino a una baja temporal en ella, cualquier proyecto que utilice esta mano de obra debe considerar un costo de oportunidad igual a cero slo para aquellos. perfodos de desempleo de ésta y un costo de oportunidad positive para aquellos perio- dos en los cuales no se presenta esta baja temporal en la demanda: en estos periodos el costo de oportunidad seria igual a Ia productividad que Ta ma- no de obra posee en esa industria, De todo el andilisis que hemos realizado del desempleo estructural pode- mos deducir que uno de los efectos de la evaluacidn social de proyectos se el desplazar hacia Ia derecha la curva Dy que observiramos en el grifico 6, debido a que Ia evaluacién social, al tomar en cuenta el costo de oportuni- dad de Ia mano de obra, tiene el efecto de disminuir los diferenciales de re- muneraciones existentes dentro de mercados de mano de obra homogénea, En otras palabras, tiene el efecto de disminuir el desempleo estructural existente. Conclusiones: EI andlisis desarrollado en los puntos anteriores tiene como finalidad ex- poner en forma general las causas que pueden motivar divergencias entre pre- cios de mercado y costos de oportunidad del factor trabajo. Uno de Ios principales énfasis en este tratamiento fue el enfocar esta di vergencia en un sentido dindmico, es decir, tomando en cuenta las condi nes futuras de Ia economia, tanto en términos de sus movimientos ciclicos co mo de tendencias. Nuevamente podemos expresar matemiticamente el ajuste que es necesa- rio realizar a la rentabilidad privada por concepto de costo de oportunidad de Ja mano de obra; ésta consiste en adicionar al numerador de la férmula privada de evaluacién el valor M: 42, M CG, = costo de mercado de la mano de obra utilizada en el aio i, S, = costo de oportunidad de la mano de obra utilizada en el afio 3.—Economias de escala en Ia operacién del proyecto. Esta situacién se presenta cuando se opera bajo una funcién de produc- cidn de un grado mayor que uno y/o cuando existen indivisibilidades en los factores productivos que utiliza el proyecto en relacién al tamafio del mer- cado 0 volumen de las ventas. Lo anterior tiene el efecto de producir costos decrecientes en ta produc cién del proyecto independientemente de que hayan © no economias pecunia- tins en los insumos que adquicre: en este caso la decrecencia de Jos costos es un fenémeno bisicamente tecnoldgico. La existencia de costos decrecientes nos puede Hevar a posibles divergen- cias entre Ja rentabilidad privada y social del proyecto en cuestidn. Las con- diciones para que se produzcan estas divergencias son a) Que la demanda por el bien producido por cl proyecto aumente a través del tiempo; este aumento serst mavor mientras miis grande sea Ja elastici- dad ingreso de este producto y mayor sex Ia tasa de crecimiento de Ia eco nomia. b) Que exista “estrecher” del horizonte del inversionista y/o que éte no co- nozca su funcién de costos, de modo que sus cilculos de rentabilidad tos realice s6lo sobre Ia base de sus costos presentes 0 actuales. La primera condicién es una condicién necesaria, pero no suficiente; de- bemos integrar también Tx segunda condicién para que nuestro argumento sea vallido La estrecher del horizonte del inversionista tiende a subestimar Ia renta- bilidad de todas las inversiones de larga vida, pero con un grado mavor atm a aquéllas que operan con costos decrecientes, ya que Ios mayores flujos de utilidad —que son los que se presentan a largo plazo cuando los costos tien- den a disminnir— no son captados en el cilculo de Ia rentabilidad privada EI hecho de que el inversionista no conozca completamente su funcién de costos —si solamente conoce el sector relevante para el nivel de produccién ini- cial— tiende a que éste considere como costos futuros de produccién sus cos- tos iniciales por lo cual también subestime la verdadera rentabilidad de Ia in- version. Como ya hemos desarrollado la férmula de ajuste para el caso de un ho- rizonte estrecho del inversionista, s6lo presentaremos el ajuste para este se~ 43, gundo caso; éste consiste en el valor R, que debe adicionarse al numerador de la férmula privada de evaluacién: (Co = GQ a en que: (+x Q, = produccidn fisica del afio i; se supone que Q aumenta al aumentar i. Co G costo medio de produccién’ para el aiio inicial, = costo medio de produccién para cl afio i, Si observamos Ia relacién que existe entre tipos de funciones de costos ¢ inversién en diferentes sectores, podemos observar que el sesgo analizado an- teriormente tiende a subestimar Ia rentabilidad de las inversiones industriales. Esto se debe a que las indivisibilidades que dan origen a estos costos decre- entes son mayores en los proyectos que necesitan un gran porcentaje de ca- pital fijo en relacién al capital variable y donde las condiciones tecnolégicas sélo permiten la inversién en plantas de tamaiio minimo relativamente gran des en relacién a los mercados consumidores. Estas condiciones se dan prine cipalmente en Ios proyectos industriales, y dentro de éstos ser mas importan- te para la industria pesada que para Ia industria mediana o liviana 4.Economias de tiempo en Ia operacién del proyecto. Existen economias de tiempo en la operacién del proyecto cuando los cos tos de produccién disminuyen —no a través de un aumento de produccién co- mo en el caso anterior sino a través del tiempo ¢ independientemente de la cantidad producida, En este caso, tenemos desplazamientos de la funcién de costos v no movimientos a Io largo de ella, La disminucidn de costos para niveles dados de produccién se debe a los menores costos de adiestramiento y a 1a mayor eficiencia (Know-How) que ad- quieren los factores humanos a medida que aumentan Tos aiios de operacién Para que estas circunstancias produzean divergencias entre la rentabilidad pri- vada y social del respectivo proyecto, debemos nuevamente agregar Ia sequn= da condicién que analizébamos en la seccién anterior: que el empresario pri yado posea un horizonte estrecho y/o que no conozea su funcién de costos a través del tiempo, de modo que crea que los costos actuales se mantienen en el futuro. Generalmente, este argumento se ha identificado con Ia justificacién de las Hamadas “industrias nacientes”, es decir, industrias que sélo tienen poder competitivo a largo plazo y que desde el punto de vista privado no parecen rentables debido a que a corto plazo operan slo con pérdidas; esto, implici- tamente, supone que los empresarios no consideran las utilidades que estos proyectos producen a largo plazo, pudiendo esto racionalizarse con la segunda condicién expuesta anteriormente, 44 Sobre la base de lo anterior se puede deducir que en estas condiciones la rentabilidad privada de estas inversiones también tiende a subestimar su de- scabilidad social. El ajuste necesario para Hegar a esta altima consiste en agre- gar al numerador de la formula privada de evaluacién, la misma formula ana lizada en Ia seccidn anterior. La tinica diferencia es que en este caso no es ne cesario que Q aumente al aumentar i. Este sesgo afecta principalmente los proyectos industriales, pues son étos los que necesitan un mayor perfodo de tiempo para alcanzar cierto nivel de eficiencia debido al mayor nivel tecnolégico al cual operan en relacion al re to de la economia. De aqui se derivan los principales argumentos dindmicos a favor de la industrializacidn y que se basan en el postulado de que las ven- tajas comparativas de produccién pueden ser adquiridas a través del tiempo. 5.—Tratamiento de impuestos y subsidios, Para calcular 1a rentabilidad social nos interesa la valoracién que Ja co- munidad da a los bienes producides por el proyecto y el costo de oportuni- dad de los insumos que utiliza: ambos deberin calcularse a los precios que regirfan si no existiese un sistema tributario. Esto no debe confundirse con el hecho de que si en un proyecto la ren= tabilidad privada es mayor que la social se debe «lesalentar su inversion a tra vés de tributaciones discriminadas. Sin embargo, para calcular su rentabilidad social —para el efecto de compararla con la privada—, debemos excluir el efec- to de esta tributacién. En otras palabras, para calcular Ia wributacién “opti ma” que lleve a la economia a actuar segiin los precios sociales, debemos co- nocer Ja divergencia ex-ante impuestos entre valores de mercado y valores so- ciales. La estructura tributaria serd funcién de esta divergencia y no vice-versa. Existe otro punto que debe ser aclarado para evitar confusiones: Jos im- puestos y subsidios, cuyos efectos deben ser excluidos se refieren tanto a im- puestos 0 subsidios fijos como variables (en relacién a las cantidades produ- das). En la literatura se analiza generalmente el efecto de los impuestos y sub- sidios variables, pues son éstos los que provocan distorsiones en las decisiones 6ptimas de cusinto producir. Sin embargo, para los efectos de la evaluacién, no s6lo nos interesa “‘cudnto producix”, sino también “producir 0 no”; para esta tiltima decisién los impuestos y subsidios fijos también pasan a ser valo- res variables y, por lo tanto, distorsionadores de esta decision, Debemos recalcar que la exclusién de los efectos de impuestos y subsidios tiene como objeto reflejar una situacién en la cual las unidades econdmicas estén actuando de acuerdo a las condiciones marginales de eliciencia. De es te modo, cuando hablamos de los efectos de la tributacién, nos referimos a la incidencia tributaria y no al impacto tributario que estas unidades econémi- cas soportan, En otras palabras, queremos obtener la rentabilidad de un proyecto bajo una situacién similar a la que existirfa en ausencia de una estructura tibu- taria, Para esto debemos adicionar a la rentabilidad de mercado —o rentabi- 45 lidad ex-post impuestos— la magnitud de la incidencia tributaria que el pro« yecto soporta. El ajuste que debe realizarse a la rentubilidad privada para obtener la ren- tabilidad social de un proyecto, es adicionar al numerador del primer valor la magnitud Ty: — en que: (yt t; = incidencia tributaria neta del afio i; este valor puede ser positive o ne- gativo de acuerdo a si esta actividad paga tributes o subsidios netos cl aio i. Todo el andlisis desarrollado anteriormente descansaba sobre un supues- to: que las actividades gubernamentales no prestan servicios gratuitos a los otros sectores productivos, De este modo parte del producto generado por el sector privado debe ser imputado a estos bienes o insumos publicos, ya que constituyen un factor de produccién como cualquier otro; debido a esto, si es que queremos obtener a través de Ja evaluacién la contribucién neta de una inversién, debemos con- siderar como un costo de produccidn estos servicios gratuitos y, por lo tanto, como un pago a un factor productivo. 6.—Depreciacién y obsolescencia del capital fijo. Una de las variables que nos queda por determinar es Ia vida del pro- yecto o el mimero de periodos en los cuales el proyecto es capaz de producir ingresos netos, A esta variable la habiamos denominado n, Esta capacidad de producir ingresos netos Ia podemos lamar también ca- pacidad productiva. Si definimos ingresos netos como Ia produccién fisica que es capaz de producir el proyecto por el precio relative del producto menos los costos de los insumos, podemos observar que el concepto de capacidad pro- ductiva no s6lo tiene un sentido fisico, sino también Heva implicita la valo- racién relativa que la comunidad dé a este bien o producto. eDe qué puede depender, entonces, el ntimero de periodos en los cuales la capacidad productiva de un proyecto se hace cero? Podemos agrupar estas causas en dos grupos: causas que alteran Ia capacidad fisica del proyecto pa- ra producir bienes y causas que afectan la valoracién relativa que la comun dad da a estos bienes. A las primeras podemos englobarlas en el término de- preciacién y, a las segundas, en el concepto de obsolescencia. La depreciacién es funcién de las caracteristicas tecnoldgicas relevantes a Ja durabilidad del bien de capital. Estos antecedentes nos hacen considerar Ja depreciacién como un paréme- tro tacnoldgico y, desde el punto de vista de la evaluacién, Io enfrentaremos como un dato. 46 La obsolescencia puede provenir del progreso téenico y de cambios ines perados, pero definitivos, en la estructura de la demanda de Ia comunidad. EI progreso técnico tiende a afectar la capacidad productive generalmen= te —aunque no siempre— en un solo sentido: disminuyéndola. En cambio, mo- Gificaciones en Ja estructura de demanda pueden aumentar o disminuir él -va- Jor de la capacidad productiva del equipo de capital. La obsolescencia por el progreso técnico ocurre cuando la introduceién de equipo mis eficiente disminuye el precio del producto que produce el pr yecto. Como el equipo antiguo mantiene un nivel dado de eficiencia la dis minucién del precio del producto disminuye su capacidad productiva y, por lo tanto, el valor del equipo. eCémo puede discriminar la obsolescencia por el progreso técnico entre diferentes proyectos? Las inversiones de mis larga vida —desde el punto de vise ta tecnolégico— poseen un mayor riesgo en este sentido, pues, ceteris paribus, aumenta la probabilidad que se produzca progreso téenico durante la vida del proyecto. Ademis de esto, el riesgo por este tipo de obsolescencia es mayor en aquellas industrias afectas a mayores tasas de crecimiento esperado en su de- manda, pues son en éstas donde tienden a concentrarse los mayores esfuerzos de investigacién. La otra causa de la obsolescencia es el cambio inesperado, pero definiti- vo, en la estructura de demanda o bienestar relative que la comunidad deriv de los bienes producidos por el proyecto. Este cambio se manifiesta en los ingresos netos que proporcione el proyecto. La disminucién del bienestar re- lative que se deriva de estos bienes puede manifestarse a través de una baja en la cemanda por el bien oa través de un ala en la demanda por bienes que se producen en otros sectores, con Jo cual aumenta el costo de oportuni- dad de los recursos que utiliza el proyecto; en ambos casos bajan los ingresos netos del proyecto, en un caso por baja en los ingresos brutos y en el otro por alza de los costos de oportunidad. De todo nuestro anilisis podemos concluir que estimaciones sobre el sen= tido y magnitud de Ja obsolescencia Hevan en si-un alto grado de incertidum- bre. Debido a esto el concepto de obsolescencia quedara como un elemento intangible en Ia evaluacién, pero no por esto no deberd ser considerado prin- cipalmente en aquellos casos en que hayan diferencias marginales en Ia clec- cién de un grupo de proyectos, De este modo el valor de m Io determinaremos solamente por la depre ciacion y, por Jo tanto, seré un parimetro tecnoldgico que enfrentaremos. VIL-EFECTO DE LAS ECONOMIAS EXTERNAS DINAMICAS: UN NUEVO ENFOQUE DE LA EVALUACION Podemos Hamar economias externas dindmicas a aquellas interdepeden- cias que existen entre las unidades productivas y que son “externas” al siste ma de precios, no por una incapacidad de éste de alcanzar el Gptimo paretia~ no (que es la explicacién de la “externalidad” de las economias externas es 47 titicas), sino porque su cardcter dindmico las excluye de los precios determi- nados en el equilibrio general, cuyas condiciones son estaticas. Cuando existen economias externas dindmicas la rentabilidad de invertir en una firma no sélo es funcién de su produccién, sino del comportamiento futuro de las otras unidades productivas. Sin embargo, “los precios de merca- do reflejan la situacién cconémica tal como es en un instante y no tal como seri... Iuego tienen una utilidad menor para coordinar las decisiones de in- versién... que no debieran estar determinadas por la situacién econdmica exis- tente en un momento, sino por lo que se espera que sera esta situacién eco- némica en el futuro"??, Esto ¢s particularmente vilido cuando nos referimos a complejos 0 gru- pos de inversiones relativamente grandes en relacién a las disponibilidades de capital de la economia. En estos casos dilicilmente se puede esperar que una unidad productiva —que haga internas estas externalidades— pueda Mevar a cabo Ia inyersién conjunta, Por lo tanto, las decisiones de inversién tienden a desarrollarse en forma descentralizada, lo cual trae como consecuencia que es- tus externalidades no sean captadas por las diferentes unidades productivas que calrentan proyectos individuales, De lo anterior se puede deducir que cuando existen economias externa entre un grupo de proyectos, la rentabilidad privada de éstos subestima su deseabilidad social. Podemos aclarar lo anteriro sobre Ia base de un ejemplo: Supongamos que en una economia existe la posibilidad de grupo de industrias que no existe previamente. Denominaremos A, B, C, D os productos de cada una de estas industrias. Postulemos que estos produc- tos estiin relacionados de la siguiente manera: Producto A insumo de By. Producto B, = insumo de C Producto © = producto final. Producto By = complemento de B, en la produccién de C. Supondremos que dados los precios de mercado existentes (inclusive la ta- sa de interés) no ¢s rentable invertir en estas industrias, es decir, los empre- sarios al analizar la rentabilidad individual de cada uno de estos proyectos de- iden no invertir en ellos. Postulemos, para facilitar el andlisis, que esta ren- tabilidad individual sea igual a cero. Sin embargo, puede suceder que considerando Ia inversién en forma con- junta y simultinea para todos los proyectos, Ia rentabilidad de cada uno de ellos se convierta en positiva y, por tanto, el grupo como un todo sea ren- table. Veamos cémo opera la inversién conjunta y simultinea sobre la rentabi- lidad: Si invertimos en By se producirdn los siguientes efectos, separs etapa para clarificar la presentacién: indolos por DOT, Scitovky: “Two Concepts of External Economies", Journal of Political Economy, abril de 1954 1° ETAPA Aumenta la demanda por A y este proyecto se hace rentable. 2—Baja el precio de By y se hace rentable el proyecto G al disminuir sus costos de produccién. $.—Aumenta fa demanda por By y este proyecto se hace rentable. 22 ETAPA 4.—Al invertirse en A baja su precio y bajan los costos de produccién del pro- yecto By; Tuego este ultimo se hace rentable. 5.AL invertirse en C aumenta Ia demanda por By y este proyecto se hace atin mas rentable. G—Al invertirse en B, baja su precio y el proyecto B se hace atin mas ren- table. De Io anterior podemos ver que la rentabilidad del proyecto By que to- ma en cuenta las reacciones futuras que causa sobre los proyectos complemen- tarios, es mayor que la rentabilidad inicial calculada a los precios de merca- do, es decir, calculada sin estas reacciones futuras. Debemos recordar que la rentabilidad de By que no tomaba en cuenta estos efectos, era cero. Podemos separar los distintos efectos que se produjeron entre los proyec tos en las etapas analizadas: 13 ETAPA a-EI efecto de la inversin en By sobre la rentabilidad de C lo denominare- mos complementaridad por el lado de la oferta (caso 2). b—El efecto de la inversion B, sobre la rentabilidad de A y By lo denomi- naremos complementaridad por el lado de la demanda (casos 1 y 3). 2! ETAPA aEl efecto de la inversion en G y en By sobre la rentabilidad de B, lo de- nominaremos complementaridad por el lado de la demanda (casos 5 y 6) bEI efecto de la inversidn en A sobre Ia rentabilidad de B,, lo denominare- mos complementaridad por €] lado de la oferta (caso 4). La intensidad de las complementaridades por el lado de la oferta son principalmente funcién de las caracteristicas de los insumos y de las condicio- hes técnicas de produccién. En este sentido, este tipo de complementaridades serin mds acentuadas mientras peores sustitutos tengan los insumos que com- 49 ponen el complejo industrial ¢ igualmente mientras mayor sea el porcenta que representan en el costo de produccién de los productos finales. Por otra parte, las complementaridades por el lado de ta demanda son principalmente funcién del grado de las economias de escala que estas indus- trias pueden aprovechar, Mientras mayores sean las economias de escala (mis decrecientes sean sus funciones de costos) que posean By, Bs y A, mayor sera él efecto complementaridad por el lado de la demanda, es decir, mayor seri Ia rentabilidad de la inversion ante un aumento dado de Ja demanda. Resumiendo el anilisis anterior, podemos concluir que la divergencia en- tre la rentabilidad de los proyectos calculados en forma independiente y aqué- Hla calculada tomando en cuenta Ia inversién conjunta y simultinea, seré ma- yor mientras mayor sean las complementaridades, tanto por el lado de la ofer= ta como de Ja demanda. La razén por la cual se ha relacionado las economias externas con las teorias de desarrollo econémico parece descansar en el hecho de que, en los paises subdesarrollados, las complementaridades por cl lado de la demanda son més fuertes que aquéllas que se presentan en paises de mayores ingresos. Es to se debe a que las indivisibilidades del factor capital y los pequerios mer- cados consumidores de estos paises hacen que Ia escala de operaciones de los proyectos operen en zonas de costos decrecientes, observindose esto principal- mente en el sector industrial. De aqui se puede deducir que las inversiones realizadas en forma descen- tralizada en estos paises subestiman la magnitud éptima de Ia inversién*™ en una forma mas acentuada que en paises desarrollados donde las complemen- taridades por el lado de Ja demanda no son tan importante debido al volu- men de sus mercados. En otras palabras, la divergencia entre el retorno cal~ culado en forma conjunta para el grupo de industrias complementarias y aquél calculado en forma individual es mayor mientras mayor sea la magnitud de s economias de escala que los proyectos puedan aprovechar. En un pais subdesarrollado, ademas de afectar Ja magnitud global de Ja inversidn, la existencia de las economias externas dinamicas tiene el efecto de cambiar la composicién de las inversiones en relacién a aquéllas determina- tis en forma descentralizada, Esto se debe a que Ia rentabilidad calculada en forma descentralizada a través de los precios de mercado, subestima en mayor grado a los proyectos industriales que son aquéllos que presentan mayores com plementaridades De este hecho se derivan las teorfas desarrolladas sobre la necesidad del “gran impulso” (Big Push) y que postulan la importancia de concentrar la in- varsién en complejos de proyectos industriales que posean fuertes complemen- taridades entre si. “Esta subestimacién se presenta a través de una menor demanda por inversiones en FMin que exstivia alas inversiones fuesen realizadas en forma centratizaa relacion 28Ver P, Rosenstein-Rodan: “La Teoria del Gran Impulso” en EY Desarrotto Econdmi coy América Latina editado por H, Ells, 50 Conclusiones: E| anilisis anterior nos leva a un nuevo enfoque de la evaluacién social de proyectos. Bajo Ja existencia de relativamente fuertes complementaridades ¢s necesario hacer la evaluacién, no de un proyecto individual, sino de un complejo de inversiones 0 proyectos (en nuesiro ejemplo se representa por el complejo A, B,, Bz, C), de modo de hacer “internas” las economias externas dinamicas. Al realizarse Ja evaluacién del complejo de inversiones, los proyectos pa- sarfan_a ser uno sdlo para efectos de calcular su rentabilidad social. A este andlisis lo denominaremos “evaluacién de un complejo de proyectos” y posce Jas mismas caracteristicas metodoldgicas que Ia evaluacién de un proyecto in dividual. VIIL—LA EVALUACION DE PROYECTOS Y EL EQUILIBRIO DEL MERCADO DE INVERSIONES En este capitulo queremos justificar en una forma mds rigurosa nuestra afirmacién inicial en el sentido de que nuestro objetivo era la planificacién del mercado de inversién. Para esto, debemos clemostrar que todo nuestro anilisis nos ha Mevado a a obtencién de la preferencia social en el tiempo o costo social del capital, y que no es otra cosa que aquella tasa de interés que equilibra la oferta de ahorro y demanda de inversiones en términos sociales. La oferta de ahorros ¢s aquella que es compatible con nuestro juicio —0 pardmetro politico— sobre la “6ptima” distribucién del ingreso a través del tiempo. Debido a esto afirmaremos que es la funcién social de ahorros. La eficiencia marginal 0 demanda social de inversiones es aquella que in- aluye Ios ajustes que hemos realizado a través de la evaluacién social de los proyectos de inversién. De este modo el equilibrio de ambas funciones se realiza a través de la tasa de interés social, a Ia cual también podemos denominar preferencia so- cial en el tiempo o costo social del capital. Si denominamos ro a la tasa de interés social, debemos condluir que los Proyectos socialmente rentables, que por lo tanto Ia economia debe efectuar, son aquellos que cumplen con la siguiente condicién: Bs—G) (Bs—Cs) ~G, - + 14(B-G) + fn ho (tm) (+n? +n 51 restando I en ambos miembros obtenemos: (B:-C) (Bs — C3) By-Gy~I ~ + 02(B,- = ————— ca Tet | (+n)! br 1) expresando el valor de la inversién bajo un sistema de depreciacién lineal ob- tenemos: 1 B,-C,-— (B,-C2- (@,-G,--)+—— moe = +t (+r? (pr) y que es igual al valor que habiamos desarrollado primitivamente y habfa- mos denominado productividad marginal social dinamica de la inversién. De este modo comprobamos la consistencia de nuestro modelo, pues por definicién, el volumen dptimo de inversién —aquélla que se determina don- de la oferta social de ahorros es igual a la demanda o eficiencia marginal so- cial de la inversién— se agota al nivel en que los proyectos marginales tienen una productividad marginal social dindmica igual a cero. 52

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