El documento discute el debate entre el rey Felipe IV y el escritor Francisco de Quevedo sobre el valor de una disculpa. El rey creía que cualquier ofensa podía ser perdonada con una disculpa, mientras que Quevedo argumentaba que una disculpa deshonesta o mal planteada podría ser peor que la ofensa original. Para probar su punto, Quevedo agredió al rey y se disculpó diciendo "Perdón Señor, pensé que era la Reyna", lo que resultó ser una disculpa peor que la ofensa.
El documento discute el debate entre el rey Felipe IV y el escritor Francisco de Quevedo sobre el valor de una disculpa. El rey creía que cualquier ofensa podía ser perdonada con una disculpa, mientras que Quevedo argumentaba que una disculpa deshonesta o mal planteada podría ser peor que la ofensa original. Para probar su punto, Quevedo agredió al rey y se disculpó diciendo "Perdón Señor, pensé que era la Reyna", lo que resultó ser una disculpa peor que la ofensa.
El documento discute el debate entre el rey Felipe IV y el escritor Francisco de Quevedo sobre el valor de una disculpa. El rey creía que cualquier ofensa podía ser perdonada con una disculpa, mientras que Quevedo argumentaba que una disculpa deshonesta o mal planteada podría ser peor que la ofensa original. Para probar su punto, Quevedo agredió al rey y se disculpó diciendo "Perdón Señor, pensé que era la Reyna", lo que resultó ser una disculpa peor que la ofensa.
Se atribuye a Francisco de Quevedo y al rey Felipe IV un debate sobre
el valor de la disculpa El monarca sostena que cualquier ofensa, queda lavada por una disculpa El escritor alegaba que una disculpa deshonesta, cnica o mal planteada puede resultar peor que el hecho, por el que se pide perdn El rey ret a Quevedo, quien entonces trabajaba como su secretario, a ofenderlo y encontrar una disculpa que resultase peor que el propio agravio Apenas dio la vuelta, el poeta le puso las manos en las nalgas al Rey No bien repuesto de la sorpresa, el Rey Felipe IV escuch las siguientes palabras: