Carteuto T
INTRODUCCION GENERAL
1. LA pocTRINA GENERAL Det coTRATO, A manera de preémbulo
para el estudio de los contratos en particular, tiene una gran utilidad
prictica Ia exposicién de los principios comunes a todos los contratos, asi
como de las reglas propias de cada detcrminado grupo de contratos (como
por ejemplo, de los contratos onerosos, de los contratos de ejecucién con
tinvada, de los contratos con restaciones reciprocas), ya que al estudiar
cualquier contrato en particular deben siempre tenerse presentes es0s prin-
cipios y reglas.
Estas normas generales o propias de cada grupo de contratos, a imita-
cién del Cédigo civil francés, suelen incluirse dentro de la. teoria general
de las obligaciones, al estudiar el contrato como una de las fuentes de Jas
obligaciones; pero su gran importancia y su desproporcionada extensién
parecen indicar la conveniencia de destacar con individualidad propia la
doctrina general del contrato (Messinco), a la que nuestro legislador de-
nomina “reglas-generalés de lor contratos” (1958), ya que el contrato cs
fuente ordinaria_o normal de las obligaciones (Saleilles), que no est
la-a-los-bienes, sino que se extiendé a Tas personas y a la familia,
Vel matrimonio-y Ia-adopeién son tam-
li
pues en el orden extrapatriman
Bién contratos (Josserand)
Es asimismo oportuno un estudio de los contratos en general porque
ha ido creciendo la opinién de que 1a nocién y la utilidad del contrato
tienden a desaparecer, por la prevalencia de los intereses sociales sobre los
intereses individuales, pues ya se proclama la “decadencia del contrato”,
al dirigismo contractual, Ia publicizacién del contrato, queriendo dar a
fatender con tales expresiones que hoy dia Ia vohintad de las partes jtega
un papel muy limitado y secundario en Ia formacién del contrato, por Ia
intervencién cada vez mayor del Estado en el contenido del mismo.
Dentro del terreno patrimonial, existe una oposicién entre obligacio-
4s contractuales y obligaciones extracontractuales, fundada en la plasti-
Gilad de las obligaciones contractnales, porque en éstas las partes ereanCarteuto T
INTRODUCGION GENERAL
1. LA pocrmmva GENERAL pet, coNTRATO, A manera de predmbulo
el estudio de los. contratos en particular, tiene una gran utlidad
prictica la exposicién de los principios comunes a todos los contratos, asi
como de las reglas propias de cada detcrminado grupo de contratos (como
por ejemplo, de los contratos onerosos, de los contratos de ejecucién con
tinuada, de los contrates con restaciones reciprocas), ya que al estudiar
cualquier contrato en particular dehen siempre tenerse presentes esos prin
cipios y reglas.
Estas normas generales o propias de cada grupo de contratos, a imita-
cién del Cédigo civil francés, suelen incluirse dentro de la. teoria general
de las obligaciones, al estudiar el contrato como una de las fuentes de Jas
obligaciones; pero su gran importancia y su desproporcionada extensiéa
parecen indicar la conveniencia de destacar con individualidad propia la
doctrina general del contrato (Messinco), a la que nuestro legislador de-
nomina “reglas-generalés de los contratos” (1958), ya que el contrato cs
la fuente ordinaria o normal de las obligaciones (Saleilles), que no est
limitada-a-los-bienes, sino que se extiendé a las personas y a la familia,
pues en cl orden extrapatrimonial el matrimonio-y-la~adopeién son tam-
bién contratos (Josserand)
Es asimismo oportuno un estudio de los contratos en general porque
ha ido creciendo la opinién de que la nocién y la utilidad del contrato
tienden a desaparecer, por la prevalencia de los intereses sociales sobre los
inlereses individuales, pues ya se proclama la “decadencia del contrato”,
al dirigismo contractual, Ia publicizacién del contrato, queriendo dar a
tender con tales expresiones que hoy dia la vohuntad de las partes juega
un papel muy limitado y secundario en Ia formacién del contrato, por Ia
intervencién cada vez mayor del Estado en el contenido del mismo.
Dentro del terreno patrimonial, existe una oposicién entre obligacio-
tes contractuales y obligaciones extracontractuales, fundada en la plasti-
Gilad de las obligaciones contractnales, porque en éstas Ias partes erean£ RAMON SANCHEZ MEDAL
¥ modelan ellas mismas su Jey, pues dan al lazo obligatorio que las va a
uunir el cardcter que ellas quicren, determinan el objeto, la duracién-y las
modalidades del mismo, deciden Ia combinacién de obligaciones con va~
ios acreedores 0 con varios deudores, regulan el modo de ejecucién y
las consecuencias del incumplimiento, Por el contrario, cuando la deuda
nace de una fue actual, se presenta bajo la forma m:
Ple, y muy a menudo tiene que reducirse inmediatamente a su ejecucién
(Planicl,
Esta dualidad en las fuentes de las obligaciones es reconocida en al-
gzuna de sus disposiciones por el Iegslador (1988).
Por otra parte, cabe destacar que mediante una nueva disposicién
ue no existia en los dos Cédigos civiles anteriores, cl actual Cédigo civil
Feconoce la _méxima importancia del contrato, al erigir los principios
Generales de los contratos nada menos que en las normas generales api
cables a toda clase de convenios y de actos juridicos (1859). Asi, por ejem.
Plo, Tas normas para la interpretacién de los contratos (1851 a'i857) son
de aplicarse substancialmente para la interpretacién de los testamentos
(1859), como lo confirman en concreto varies preceptos positives (1851 y
entre
CONVENIO Y EL coNTRATO. El Cédigo civil distingue
pues considera a &te la especie y a aquél el género
onvenio_es cl acuerdo de dos o_mis personas para crear, transferin,
iguit_obligaciones? (1792), y contratas son “Tos convenios
ffcren las obligaciones y. derechos” (1793)
iene su antecedente en el Cdigo civil francés que
distingue Ia convercién o acuerdo de voluntades, que es el géncro, del
Sontrato que es el acuerdo de voluntades. para dar nacimiento a’ una
obligacién. A manera de ejemplo, observa Pothier, cuyas ideas inspiraron
en gran parte a dicho ordenamiento, que hay acuerdo de voluntades y no
Gaiste contrato, en la promesa que hace el padre a su hijo de recompen.
sarle con un viaje el éxito en sus estudios, dado que en rigor no se erca
tuna obligacién juridica a cargo de dicho progenitor,
Sin embargo, la mencionada distincién no es ya reconocida en la
lidad, pues el vigente Cédigo civil italiano la ha eliminado (Art
1) y nuestro mismo Cédigo civil hace desaparecer toda importancia
fe alla al’ establecer que los principios relativos a los contratos se aplican
4. todos las convenios (1859), lo cual hace que en realidad resulte ya
bizantina la diferencia entre convenio y contrato.
Por otra parte, hay que tener presente que el contrato, segtin la defi
nicién legal, no sélo puede dar nacimiento a obligaciones y a sus correla.
-qiue_prodiicen
Esta. distinci
act
DE Los CoN
tivos derechos de crédito, sino tamk
reales (1793 y 2014), como ocurre
compraventa, respectivamente, Por
tener efectos obligatorios y efectos re
3. La uiverran ex et conTR
eelebrar 0 no celebrar el contrato y
contratarse) y la libertad contrac
tenido del contrato) siguen siendo
digo Civil, que distan de las exager:
Ja voluntad de los inicios del siglo
del reciente movimiento de “