Lima, jueves 3 de junio de 2004
Corte Suprema de Justicia
de la Republica
SEPARATA ESPECIALPag, 2 €f SEPARATA ESPECIAL Lima, jueves 3 de junio de 2004
‘Seamos conscientes de que como jueces se nos ha encomendado la funcién mas elevada
que un ser humano puede aspirar: juzgar alas personas. Se nos ha confiado, pues, su
vida, su libertad, su honor, su tranquilidad y su patrimonio. Por tanto, debemos actualizar y
profundizar permanentemente nuestros conocimientos.
Nuestra conducta debe ser ejemplar. La sociedad espera un éptimo servicio de justicia y
debemos ejercer el cargo con dignidad.
No juzguemos desde nuestra moral, nuestras costumbres o nuestra forma de vida. Preser-
vemos las que todos admiten para vivir y seguir viviendo en sociedad.
No abdiquemos de nuestra funcién ante el poder, la popularidad, la autoridad. Busquemos
nuestra legitimidad en la justicia, la probidad y el respeto a los demas.
No permitamos que factores sociales, econémicos, politicos, publicitarios o de amistad nos
aparten de la verdad y de la justicia. Quienes sucumben ante ellos desmerecen el cargo.
No dejemos que la astra cbjetvided y razin, puss nuestros errores 0
tenaran remeaio on br eonontla dots jst
Pensemos que nos debemos al justiciable y no el justiciable a nosotros. En él viven nues-
tros hijos, nuestro cényuge, nuestros hermanos y nuestros padres.
No seamos soberbios sino tolerantes con las ideas ajenas. Respetemos al justiciable, al
abogado, al servidor judicial, a los magistrados de distinta jerarquia y a las demas perso-
nas.
Busquemos siempre la justicia mediante la imparcialidad, independencia, legalidad, lealtad,
Brobidad, veracidad y equidad, uilzando las herramientas de nuestra conciencia, moral,
diligencia, decoro y de nuestro sentido comin.
Procuremos ia paz y la justicia como el mayor de los triunfos. Seamos conscientes de que
el impacto de nuestras decisiones trasciende el caso concreto.