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FACTORES ESTRUCTURALES ASOCIADOS ALA IDENTIDAD DE GENERO FEMENINA LA NO-INOCENCIA DE UNA CONSTRUCCION SOCIO-CULTURAL Almudena HERNANDO" L INTRODUCCION ‘A lo largo de las siguientes paginas, intentaré abordar el pro- blema de la existencia de las lamadas “identidades de género! desde una perspectiva antropologica ¢ histérica y no psicolégica, ten el convencimiento de que hay toda una serie de factores contex- tuales que pueden ayudar a entender a definicién actual de las identidades colectivas de hombres y mujeres. Mi objetivo iltimo es contribuir a transformar la situacién de desigualdad en que la in- ternalizacién y reproduccién de dichas identidades de género nos situa a hombres y mujeres a través del desvelamiento de la falta de inocencia que ha impregnado su desarrollo histérico y, en conse- " Bate trabajo forma parte de lainvestigacion realizada dentro del proyecto ““Bstudio del correlacién entre construcciin de la identidad y comples dad socio-econémica en los grupos humanos” (P1-0276), financiado por la DGES del Ministerio de Fducacion y Cultura. La construccién de la subjetvidad femenina, Masia. 2000 , ISIN. 84-87090-25-7 / ISBN. 84-451-1808-0 nes IOL~1U? eae uate, Ue ccueneia, de los intoreses ultimos que han guiado su mantenimiento y dificultad de transformacion. Para ello, comenzaré por aclarar que entenderé por género “el dimorfismo de respuestas ante los caracteres. sexuales externos como uno de los aspectos mas universales del vinculo social” (Money, cit por Dio Bleichmar, 1996: 115), que se concreta en “la red de ereencias, rasgos de personalidad, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades que diferencian a mujeres y varo- nes” (Burin, 1996. 64), y por identidad de género el “sentimicnto estructurado por idemtiicacidn con el igual y complementacion con el diferente” (Money, cit. por Dio Bleichmar, 1996: 134). Como sabemos, la identidad de géncro femenina se caracteriza Por una conciencia mucho més generalizada entre las mujeres que entre los hombres de la necesidad afectiva y de la interrelacion - aunque no por el hecho de la necesidad en si misma que, por su- puesto, afecta por igual a hombres y muyeres- El orden patriarcal ha incentivado siempre los roles “alectivos” y “expresivos” en las ‘mujeres, a las que desalienta para desarrollar roles “instrumenta- les” -incentivados en los hombres-, justficdndose en Ia “necesidad funcional para la conservacion de Ia familia como grupo social (Parsons y Bales, 1955, cit por Burin, 1987 92). El rol “expresi- yo" femenino esti orientado al logro de respuestas emocionales inmediatas, para conseguir las cuales es necesario dar respuestas gratificantes y complacientes, mientras que cl “instrumental” mas- culino esta orientado hacia metas que trascienden la interaccién inmediata, lo que exige una capacidad para tolerar la hostilidad que puede provocar (Burin, 1987: 92) Esas distintas actitudes ante la vida y las relaciones entre hon bres y mujeres ha determinado distinias posiciones de poder entre ambos, pues mientras las mujeres internalizan un modelo de iden- tidad que les hace esperar la aprobacién y cl afecto como respuesta 1 cualquiera de sus actos, los hombres internalizan un modelo en que semejante expectativa no suele existir. Y dado que el gjercicio del poder sucle implicar aistamiento en medida proporcionalmente directa a su rango (porque exige tomar decisiones que afectan a los demas y transforman sus destinos a veces en contra de sus descos), para poder ejercerse no debe esperarse el reconocimiento de los FACTORS EStRUCTUMALES ASOCiaby demas. Es por ello que la Hamada “cuca del logro” 1985), que puede considerar el poder como fin en si mismo. valo rando como algo positivo una posicién jerarquica que exige una distancia emocional para poder sostenerse, carece de sentido desde esa conciencia de la necesidad de relacion y de reconocimiento rmutuo tan generalizada enirc las mujeres, alcanzando sentido de forma mayontana entre los hombres. Digamos que Ia vision feme- nina del poder es mas horizontal y la masculina mis vertical, ta primera necesita incluir la relacion emocional, la valoracion y cl reconocimiento de los demas para generar auto-estima y, por tanto. poder mantenerse, y la segunda es mas auto-suficicnte, mas indivs dualizada, no necesita do la relacién cmocional, sino que cxige cficacia material, capacidad de representacidn de la dinamica sobre la que se actiia conforme a modelos abstractos que se adecuen a ta realidad que explican y por tanto, la pucdan predecir La situacién, por tanto, parece tramposa: las mujeres siguen re- logadas en relaciones de desigualdad respecto a los hombres por aque la ética en la que se las entrena y las caracteriza, la del eusdado y la relacion (Gilligan, 1985), no les permite -ni subyetiva ni obye tivamente- acceder a posiciones desde las que podrian cambiar cl orden social A los hombres no les inieresa que el sistema cambic claro, pero lo paradéjico del caso, a mi juicio, es que esta falta de interés masculino juega un papel tan importante en cl manent miento del status quo como el potente convencimiento femenino de que detentar esas posiciones implicaria el desarrollo de una Gtica inferior, en términos morales, a la que es propia de las mu res. Su ejercicio slo seria posible, supuestamente, a través de pérdida de la riqueza emocional y de los valores en los que se en trena a las mujeres, por !o que somos nosotras mismas las primeras que, salvo excepeiones, renunciamios a la lucha por la transforma cidn de nuestros destinos, y lo hacemos a traves de un potente mecanismo de compensacion. la pretendida superioridad moral sobre los hombres {No suena a tampa? (A intentar desvelar esta trampa voy a dedicar el resto de este texto, pues, como decia, estoy convencida de que la situacion cn La {que nos encontramos es resultado de un proceso nada inocente que tiene que ver fundamentalmente con las facilidades que la 10 Jos ALMUDENA HERNANDO. Factones ESImUCTUmAL#S ASOCIADOS AAIDLNTIUAD tos individualizacion de las mujeres ha supuesto para la individualiza- cin de los hombres. Pero ademas, no me cabe duda de que si este proceso se ha mantenido ha sido, en parte, por la colaboracion prestada por las mismas mujeres, debido a una serie de rasgos cstructurales inherentes a la identidad de género que han reprodu- cdo. En consecuencia, creo que si de cambiar la situacién actual se trata, deben explicitarse estos rasgos estructurales y el juego tram- oso en que nos encontramos atrapadas, de forma que, de una vez, ¥ Para siempre, seamos capaces de hacernos cargo de la responsa- bilidad y 1a satisfaccion de dirigir nuestro propio destino hist6rico, Debe comprenderse por tanto que, a mi juicio, fa identidad de xgénero femenina es un modo de identidad que se construye, como cualquier otro modo de identidad -social, personal,... que se pueda imaginar. Porque la identidad, sea cual sea el nivel al que nos es- temos refiriendo, consiste esencialmente en un conjunto de meca- nismos que permiten al ser humano sentirse orientado en el mundo en el que vive, saber quién es y cémo es la realidad en la que se ha de desenvolver. En consecuencia, para entender los rasgos que han definido historicamente la identidad de genero femenina, hay que comenzar por analizar qué es y como se construye, en general y en Sus rasgos mas estructurales, la identidad. 2. ,QuE Es La IbenTipaD? El ser humano ha necesitado desarrollar una serie de mecanis- mos de orientacién en el mundo, a través de los cuales generar ta sensacion de seguridad y control sobre las circunstancias que le rodean, Ello se debe a que la realidad en Ia que vivimos, entendida como el conjunto de fenémenos de la naturaleza humana y no- humana y de las dindmicas en las que se insertan, es tan compleja, tan dinamica, esta compuesta por tantas interrelaciones distinas, que resulta inabarcable para la mente humana, Es demasiado com- pleja como para que podamos hacernos cargo de su totalidad; si lo hiciéramos, la angustia que se derivaria de nuestra impotencia, de la conciencia licida de la pequefez esencial de lo humano, imped ria el desarrollo de recursos que garantizaran nuestra superviven- cia Y, como sabemos, ningin grupo humano ha tenido nunca esa sensacion de impotencia, ni ha sentido angustia ante las condi nes materiales en las que le tocaba vivir. De hecho, como ya apun- tara N. Elias (1990. fianza en que somos capaces de hacer nos cargo de las circunstancias en las que nos ha tocado vivir es fundamental para desarrollar sistemas de control de esas circuns- tancias. Ahora bien, cl control real de las condiciones materiales de vida puede ser muy variado, y en ocasiones -como en las socieda- des cazadoras-recolectoras-, ciertamente reducido. Sin embargo, no hay sociedades que tengan una mayor sensacién de control que ‘otras, que se consideren mas seguras que otras, que sufran de mic- do ¢ impotencia més que otras. Si esto es asi es porque construi- ‘mos cognitivamente la realidad a la medida de nuestra capacidad para controlarla, Es decir. la idenudad consiste basicamente en desarrollar mecanismos cognitives que nos permitan tener scnsa~ cidn de que controlamos en medida suficiente la realidad, indepen- dientemente del control real en si que tengamos Desde este punto de vista, cabe decir que no existen identidades naturales o dadas. Todos los seres humanos estamos dotados de tas mismas capacidades cognitivas y afectivas aunque pucdan des- arrollarse en grados distintos conforme a diferencias personales- las mismas posibilidades de utilizarlas para nuestra supervivencia. sélo que las modelamos de manera distinta, pues a una relacion material dada con la realidad, tiene que corresponder un cierto modo de entenderla para que las acciones sean operativas para la supervivencia. Todos, hombres y mujeres, cazadores y agriculto- res, epipalcoliticas © post-industriales, somos idénticos en el mo- mento de nacer -en el eentido de que podemos desarrollar el mismo tipo de emociones y el mismo sentido légico 0 comiin-, pero nada més hacerlo, y en virtud de la enorme inveligencia que nos caracte- riza y nos diferencia de las otras especies animales, comenzamos a internalizar una representacién simbélica de la realidad on la que hhabremos de vivir, que establece distintas percepciones de esa realidad, distintas ideas sobre lo que somos cada uno de nosotros, v fen consecuencia, diferencias cullurales, de genero o individuales, ‘que luego habidn de definir nucstra manera de relactonarnos con nosotros mismos y con el mundo, Tenemos distintas identidades. Jo que significa, bisicamente, que construmos cognitivamente ‘mundos distintos en los que vivir te. Assunta Hannan 3 MECANISMOS DE CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD Por todo ello, el punto de partida para comprender como se cconstruye Ia identidad es atender al grado de control material sobre la realidad. entendido como la capacidad de previsién, prediceion y control de sus fendmenos, que cada grupo humano tenga. Dado que Ia identidad es el conjunto de mecanismos que los humanos desarrollamos para sentirnos seguros en este mundo y neutralizar las angustias que 1a conciencia de nuestra pequefiez nos podris generar, dependiendo del control material real que tengamos, cons- ‘ruiremos de modo distinto esa identidad, pues habri que esconder ‘miedos distintos, ocultar impotencias diferentes, disimular la pe- quefiez esencial de lo humano dependiendo de Ia modalidad en ta que se manifieste su insuficiencia Ese “modo distinto” en que se construye Ia identidad consiste esencialmente en seleccionar sélo una parte de la realidad, aquella que se cree poder controlar, de forma que todos nos sentimos igualmente seguros y confiados en ella a pesar de que la controla- mos en grados distinlos y nunca suficientes. Ahora bien, gedmo se selecciona la realidad? Para comprender el mecanismo a través del cual organizamos el mundo en el que creemos vivir, debemos enten- der dos cosas 1) La mente humana solo puede contemplar como real lo que es- \a ordenado. Lo demas es caos y no lo contempla, pues no sirve para construir la experiencia. no se puede entender, ni relatar, ni recordar Pr ello, para poder entender el mundo. la mente necesita imponerle lun orden. Y lo hace a través de dos pardmetros: el tiempo y el espacio, 2) La conexion que se establece entre la mente humana y el ‘mundo es a través de la representacién que de él se hace, Desde la apaniciin del Homo sapiens y la amada Revolucion del Paleolitico Superor, todos los seres humanos desarollames un instrumento de supervivencia extremadamente ily versétil que no tiene ninguna otra espocic animal: Ia capacidad de representacién y ulilizacion de simbolos. De esta forma, somos capaces de construir una imagen sofisticada del mundo en el que vivimos que nos permite reaccionar frente a los avatares cotidianos teniendo presente mucha mis infor- actos Him MALES Ase IMIS ALAIN TIA ww macién que la puramente inmediata, como succde entre las demas ‘especies animales. Asi pues, para entender e6mo seleccionamos fa realidad, constr yendo cognitivamente cl mundo en el que vivimos, habra que cont- render como representamos el tiempo y cl espacio. Tiempo y espacio son los dos parimetros que determinan la porcion de realidad que cada grupo humano va a contcmplar como cexistente, la que va a tener en cuenta; ambos establecen relaciones posicionales entre hechos observables. y la anica diferencia entre cllos es que el espacio pone en relacion los hechos observables c: referencias inméviles (arboles, rocas, metro, milla) y el vempo con referencias méviles, aunque de movimiento recurrente (los ciclos del sol, de la luna o los movimientos de las manecillas de un relo)) ppara que puedan servir como principio de ordenacién (Elias, 1992 98-99), Sélo aquellos hechos que se ponen en relacion con estas dos referencias son contempladas como parte de la realidad exis- {ente para un grupo. A su vez, el espacio es un parametro estatico, imemtras que el tempo ex dinanico (Tuan, 1987} Po ello, a med da que las actividades del grupo vayan admitiendo més variacio se ira dando prioridad a la refercncia mas dinémica que, si se man tiene la tendencia, ira adquiriendo progresivamente una modela- cin mas lineal y menos ciclica Por su parte, para comprender los mecanismos a traves de los cuales construimos socialmente 1a realidad en la que vivinos, he utilizado (Hernando. 1997, 1999) la distincion que hace Olson (1994) entre los dos modos esenciales en que los humanos pueden representar la realidad: la metonimia y la metafora. Se enlendera por “metonimia” aquel modo de representacién que utiliza signos que estén contenidos en la realidad que representa, denominindose “metifora” al modo que utiliza signos arbitrarios, ajenos, externos a la realidad que representa. En este sentido, por ejemplo. el nom bre de dios o una estatua sacra 0 una bandera son representaciones metonimicas -de lo que se derivan los pecados de blasfemia, el de utilizar el nombre de dios “en vano”, el sacrilegio de la nmutilacion de los “santos” 0 el delito de ultraje a la patra, pues atacando la Tepresentacion se ataca la realidad a la que representa (Olson 1994: 167}, mientras que Ia escritura o una formula matematica 10 MubeNA HERNANDO son representaciones metaféricas, por cuanto utilizan signos arbi- (rans para representar la realidad, Aqui se puede cambiar el signo sin cambiar la realidad, mientras que en el caso de los signos me- tonimicos cambiara la realidad si cambiamos el signo. En este sentido, el Mito es una representacion metonimica de la realidad, ‘mientras que la Ciencia es una representacién metaférica. Existe una relacién directa entre desarrollo del individualismo y cl modo de representacién, pues a medida que se percibe una dis tancia entre un “yo” y el resto de la realidad, ésta se podra objet var, explicandose entonces a través de dindmicas que le son pro- pias -la Ciencia- y que implican la utilizacién de signos arbitrarios, esto ¢s, metafdricos -las matematicas, fisica, hipotesis sociol6gi- ‘cas. econémicas, antropolégicas, etc -'Es decir, creo que no sola~ ‘mente en términos sociales, sino también en términos personales, ‘un aumento del individualismo se corresponde con un aumento de la representacién metaférica de la realidad. Pero a pesar de que ‘estas diferencias puedan detectarse entre los distintos colectivos de tuna sociedad definida por tanta diversidad de funciones como la ‘nuestra -no es igual la percepcidn de la realidad de un campesino que de un profesor de astrofisica-, cada sociedad como conjunto enfatiza uno de ambos modos para la construccién colectiva de la realidad en la que vive. Por eso, las sociedades menos divididas o complejas -es decir. las caracterizadas por una menor division de funciones y especializacién del trabajo- dan prioridad al modo ‘nctoniinico, micntras que las mas complejas al metaforico. Sin ‘embargo, ambos existen en ambas, y al igual que en nuestra socie- dad la metonimia se utiliza, por ejemplo, para represcntar la mucr~ tc, esfera aiin no explicada y sobre la que, desde luego, no se posee sensacion de control -y de ahi el caracter sagrado de todos los si nos que representan el mundo sagrado con que se visualiza el mi alla, on sociedades orales, sin divisién de funciones o especial zaci6n del trabajo, la metafora se utiliza también en determin ceasiones. Sin embargo, como Olson (1994: 141) seaala, mientras ‘on nuestra sociedad utilizamos 1a metéfora en cualquier género de discurso -nos movemos a través de mapas, comerciamos con el cconcurso de calculos mateméticos y nos comunicamos a través de la escritura-, en las sociedades orales la metifora s6lo se utiliza en determinados géneros, como la oratoria o la poesia, propios no de Fxcromis EStRvicruaalts ASoriabias ALA IDEN bo la vida cotidiana sino de ocasiones ceremoniales, Y ademas, los discursos que asi se construyen estan siempre sujctos a intr cidn. Es decir, hay sociedades donde la representacion metonimica cs Ia generalizada para la construccion y dindmica colectiva de la realidad, y hay otras donde el modo generalizado es ta metafora aunque en todas se utilicen ambas en alguna esfera de actuacion determinada. Esto es asi porque todos los grupos humanos tcncmos la misma Logica, y somos capaces de los mismos modos de repre sentacion. Por ello, insisto en que no se trata de capacidades o de diferencias intrinsecas, sino de tipos distinios de modelacisn psi- quica, de modos particulares de contemplar la realidad dependien- do de lo que podamos hacer con ella (y viceversa). Es decir, se establece una relacién directa entre control material de la realidad y modo de representacién, que amplia las correspon dencias estructurales entre escaso control y prioridad del espacio y desarrollado control y prioridad del tiempo como cjes de ordena~ cidn de la realidad: se representa metonimicamente aquella parte de la realidad a la que no se controla y cuya dinémica de funcio- namiento no puede explicarse, por tanto, conforme a una logica abstracta, representada a través de simbolos o ecuaciones, de hipo- lesis 0 leyes, que le dé sentido Y es precisamente porque no puede explicarse asi, representarse asi, por lo que se la teme. Por clo, ‘cuanto menor es el contro! material sobre la realidad, es decir. ta complejidad socio-econdmica de un grupo humano, mayor es el uso de signos 0 consirucciones mctonimiicas para represcntar su realidad, a la vez que mis prioridad se da al espacio como cje de orden de esa realidad, ¥ esto es el mito: la atribucién de sentido al espacio, que se representa con signos metonimicos En una representacién metonimica de la realidad, propia de las sociedades escasamente complejas en términos de division de fun- ciones o de especializacién del trabajo, el espacio se confunde con Ja “naturaleza no-humana inmévil” y cl tiempo con la “naturaleza nno-humana de movimiento recurrente”, vivenciada a través de la actividad. Esto es asi porque: 4) el iinico “espacio” que puede contemplarse es el que forma parte de la experiencia: al estar contenido cl simbolo en la realidad, sélo puede ordenarse la realidad que se conoce, la que se expert Ho Aumumina IeRNanno menta vivencialmente, El resto es ca0s (no esta ordenado, no puede cordenarse, porque para ordenarlo hay que tomar parte de sus ele- tmentos como simbolos, es decir, hay que conocerlo), luego no se contempla. Lo mismo sucede con el tiempo, de lo que se deriva {que sean grupos humanos que tienden a vivir sobre todo en el pre~ sente, pues sus modos de representacién no dan cabida -y no incen- tivan el interés por aquello que no es acogido por los ritmos mar~ cades por los fenémenos naturales que sirven de referencia. Por eso, su presente puede Hegar a ser un presente amplio, que incluya toda la variacin recurrente inherente, por ejemplo, a cada ciclo cstacional, pero suelen carecer del sentido del pasado y de! fururo Tejano. que pueden no incluirse en modo alguno en el sistema de ordenamiento de la realidad. ») El espacio esta referido a clementos heterogéncos (ese arbol, ‘quella montafia..), al confundirse el simbolo y la realidad. De abi ‘que el espacio en estos grupos no sea transformable, pues al quitar tun arbol se anula un simbolo también, lo que Hlevaria a la desorien- tacién El espacio es, en los grupos de escasa complejidad soci ‘econémica, su contenido, al contrario que en nuestra cultura, donde Hamamos “espacio” al continent, a los limites Por es0, en grupos de estas caraceristicas, ol espacio se conno- ta totalmente de emocidn y adquiere funciones de identidad que nosotros depositamos en el tiempo. Coherentemente con la falta de control material sobre las condiciones de vida, el cambio queda fuera de esta percepeién, pues alterar la Naturaleza.no-humana supondria destruir no s6lo la realidad en la que se vive, sino so- bre todo, las referencias de orden espacial que permiten vivir en ella al ordenarla, Puede comprenderse asi que los grupos cazadores-recolectores 6 agricultores de roza viven en una realidad que contiene los sigx hos para su representacién, y que estan sacados de la naturaleza hno-humana inmovil, es decir. del espacio. Pero esto tiene muchas nplicaciones, porque cuando el grupo no se caracteriza por una clevada complejidad socio-econémica, no se han desarrolado la division del trabajo y la especializacion de funciones que permiten, por un lado, el desarrollo de las tecnologias productivas, y por otro, fa individualidad, que a su vez es condicién para considerar que los FACTORES ESraucTURALES AsoctAbs ALA fenémenos de la naturaleza no-humana se rigen por una logica distinta de la humana, pues constituyen dos instanctas distintas de realidad. Asi pues, a toda la naturaleza se le atribuye el nico tipo de comportamiento que se conoce, el humano Ahora bien, dado que la naturaleza no-humana detenta para ellos mucho mas poder que la humana, pues tieno la capacidad de dar y quitar Ia vida, de fortalecer 0 arruinar las cosechas, de provocar enfermedades o de favorecer su cura, se la sacraliza Por eso In vida se explica en funcién de los caprichos o generosidades de una instancia sagrada integrada por los montes o las nubes que, ademas, hablan entre si y ‘se comunican permanentemente con los humanos cuyas vidas de- terminan, Y esto es el Mito (Hemando, 1998) Pues bien, a pesar de la sensacion de impotencia en la que vt ven estos grupos, no por ello sienten angustia, seguridad 0 des~ trientaci6n en sti mundo. El mecanismo por cl que neutralizan la fangustia que podrian sentir es la confianza en que ellos han sido el ‘pueblo elegido” por la divinidad para manifestarse, que ellos viven en el nico universo ordenado por fos dioses (Eliade, 1988), Yya que no pueden ordenar ningiin otro mundo que el que experi menian, como hemos visto. Asi que no contemplan mas realidad aque Ia que conocen vivencialmente, lo que deriva en una vision del ‘mundo completamente antropocéntrica llos viven en el Unico ‘mundo que esta ordenado y que esti definido y organizado por una instancia sagrada de comportamiento y descos humanos. que. se manifiesta a través de la naturaleza no-humana en la que viven Por 50, siempre se aulodenominan “los tinicos hombres”, los “hom bres verdaderos”, pues los demés, que quiza existen aunque se deseonocen, no partcipan del orden del mundo que permite sobre vivir en él. Asi que sc encuentran completamente protegidos, privi- legiados entre todo lo demis que pueda existir y que no conciben Yl seguridad que sienten se deriva del convencimiento de que esa instancia sagrada les mantendra el privileyio de hacerles participes de su orden siempre que ellos reconozcan su poder. siempre ave humildemente se rindan a su superioridad. Por cso. el mito siempre se asocia al rifo como forma imprescindible de relacion con lo sagrado. Lo importante del ito no es ta forma que adopte, sino el reconocimienlo que supone de la sumisin de los humanos a un poder sagrado en cuyas manos se encuentra su destino, Ast pues _Ausnupena Hinsanpo Factores EsTRUCTURALES ASOCIADOS A LAIDENTIDAD B cuando no existe control material sobre las condiciones de vida, se catablece un modo de identidad basado en la confianza en que el destino y la supervivencia dependen de una instancia sagrada de comportamiento humane, con la que se establece una relacion ddependiente y subordinada, lo que constituye un modo muy impo- tente de identidad, pero a cambio, se obtiene una enorme seguridad personal por el hecho de considerar que esa instancia ha elegido al grupo al que se pertenece para transmitrle el tnico orden que per- mite al mundo existir. En este modo de identidad no se generan deseos para uno mis~ smo, pues la seguridad deviene justamente del hecho de estar pen- dicnte y satisfacer los deseos que esa instancia sagrada pueda ex- presar a través de multiples sefiales de la naturaleza. Es decir, en este modo de identidad, el ser humano se coloca en posicion de ‘abjeto respecto al sujeto sagrado que constituye el tinico agente de la accién y los descos Ademés, para que pudieran generarse de- seos personales entre los miembros del grupo social, seria neces rio un sentido del tiempo lineal y la confianza en que se pueden ‘cumplir a través de la iniciativa personal, nada de lo cual constitu- ye una condicion estructural de este modo de identidad. Por stim los deseos personales marcarian diferencias entre los componentes del grupo social, lo que resulta a todas luces incompatible con la cexistencia de una identidad basada en las semejanzas con los de- mas, en lugar de en las diferencias con ellos. Porque en esta cidn, el grupo, y no el individuo, consttuye la base tltima de iden tudad y de sentido, ya que de esta manera se consigue un refuerzo de identidad que conjura las amenazas que se perciben en la natu- raleza no-humana. & su vez, dada la escasa diferenciacion de com portamicntos por la reducida division de funciones y especial ci6n del trabajo, los seres humanos no se perciben como amenazas enire si, ya que todos adoptan posiciones y comportamicntos muy semejantes En este modo de identidad, los miembros del grupo social saben quiénes son por identificacion con el grupo al que pertenecen, y dentro de é1, con el grupo de género al que pertene- cen, pues es ésta Ia iinica division de funciones significativa, Es decir, una mujer 0 un hombre saben quignes son porque internali- zan y reproducen el modelo de valores, creencias, comportamien- {os ¥ apariencias que los idemtfican como tales dentro de su grupo. La identidad se construye en relacion a lo que les hace iguales al grupo de género y no, como en el caso de nuestra cultura, por lo que les pueda hacer particulares y diferentes a tos demas. Pero, a medida que la division de funciones y especializacion del trabajo es mayor, el modo de identidad se va transformando, dando prioridad al tiempo como eje de ordenacion de la realidad (pues el cambio comienza a formar cada vez mis parte de la expe- riencia) y utilizando signos metaforicos de representacin: en una Tepresentacion metaférica, como la que caracteriza a la sociedad modema-occidental, tiempo y espacio proveen de una ropresenta- cién y ordenacién de los hechos de la experiencia a través de modelos interpuestos, de referencias superpuestas, Es decir, rofie- ren los hechos que ordenan a modelos pensables en si mismos como entidades distintas de 1a realidad que ordenan. Los simbo- los con que se representa la realidad no estén contenidos en ella para cl tiempo se utilizan relojes © calendarios: para el espacio, ‘mapas, delimitaciones politico-administrativas, etc... Es decir, en el modo de percepeién que corresponde a sociedades complejas ¢ individualizadas 1) Los contenidos del espacio o del tiempo se homogeneizan a través de su representacion simbélica con signos de igual peso representative. En un mapa o en un calendario cada uno de los simbolos tienen ef mismo valor. pues la relacién que establecemos con ellos no es emocional ») El significado no pertenece a los elementos que se ordenan, sino a los simbolos con que se representan, lo que hace que el es- pacio y el tiempo tengan significados transformable. Nos scali- mos orientados cuando somos capaces de imaginar una representa- cidn de nosotros mismos en un modelo de representacion de la realidad: sabemos dénde estamos cuando nos localizamos en un mapa o en un calendario o en un reloj. Por eso puede destruirse naturaleza no-humana, podemos quemar los montes 0 alterar las montaiias sin que ello haga que nos sintamos desorientados en la realidad. Y ademés, podemos ordenar y por tanto. contemplar co- ‘mo parte de la realidad lugares y eventos que no hemos experimer tado vivencialmente, siempre y cuando, hayan sido incluidos en un sistema de referencia metaférico de orden. Por ello, para sentirnos 4 Ai MUDENA LSRNANEY seguros en este modo de orientacién necesitamos ampliar constan: emente el modelo de representacin, pues es con él con quien tstablecemos la relacion Y de ahi el desarrollo de sistemas goo- traficos, satélites, fotografias de subsuclos, mapas del Universo, ‘rajes interplanetaris, etc , para que podamos seguir manteniendo fuestra sensacién de seguridad y orientacién en el espacio, y el perfeceionamiento insaciable de los sistemas de cronologia © de fos detalles y limites de la Historia para que nos suceda lo mismo cn relacién al tempo, Se me dir, con razén, que la cultura moderna-occidental no s6- lo presenta este modo de relacién con el tiempo y con el espacio, sino que ain mantenemos una vinculacién emocional con ciertos lugares, © que determinados hechos son valorados en términos temporales de distinta manera, segiin la “carga’” emocional que fepresenten para nosotros, Y es cierto, Como antes seftalaba, los modes metonimicos de representacion no s¢ abandonan neces riamente porque se adopten priortariamente los metaforicos, por lo fque. como Entrikin (1991: 1) afirmaba -refiriéndose al espacio-, existe una bipolaridad en nuestra percepein del tiempo y el esp: fio que hace que ns sintamos el centro de wn mundo al que sabe mos sin centro, mientras que 10s grupos de escasa complejidad Socio-econdmica ajenos a esa paradoja, s¢ sienfen el centro de wn undo que creen centrado en ellos mismos. Y esto tanto en térmi- tos de tiempo como de espacio: la importancia que damos en \ér- tninos emocionales a lo que nos sucede en el presente en nuestra cultura es contradictorio con la prioridad que, en términos raciona- Jes damos al futuro, donde depositamios toda ta expectativa de nuestra vida, sin embargo, los grupos de escasa complejidad, viven ‘esencialmentc en el presente en términos emocionales y racionales Es decir, el desarrollo de la individualizacion va unido a un de- bilitamiento de la relacion emocional con ta realidad, al incremento de Ia utilizacion de modos “metaféricos” 0 abstractos para expli- ‘carla, al desarrollo de un sentido del tiempo lineal, a una menor vinculacion con el espacio como fuente de identidad, y a la valora tion positiva del cambio Cuando la individualizacion se desarro- Ta. se genera correlativamente la confiauza en que el destino y la supervivencia dependen de 1a iniciativa y el trabajo personal, y no Factonis ESIKLcTUKALES AvO¥ 1A ALA DANI 15 ya de una instancia ajena y sagrada. Semejante percepeibn de las Cosas es consustancial al hecho de que la individualidad es ef modo de percepcién personal en una sociedad definida por ta clevada divisidn de funciones y expecializacion del trabajo, donde cada ‘cual desarrolla actividades y relaciones distintas a los demas, debi- do a lo cual se ha desarroilado un elevado control material de las Condiciones de vida. La seguridad entonces deviene del hecho de ser el agente de la accion que se emprende, lo que coloca a quienes se orientan en Ia vida a través de este modo de identidad cn la po- sicién de sujeios. Este rasgo resulta asimismo coherentc con ol hhecho de que quienes modelan su identidad a través de estos facto res estructurales se encuentren definidos personalmentc a través de la conciencia de que tienen deseos particulares -que concretan las diferencias inter-individuales y por tanto la identidad basada cn lo {que les distingue de los demas- y de que son capaces de satsfacer Jos -a través de la iniciativa y el trabajo personal-. El cambio se valora ahora positivamente, pues ya no supone una amenaca. sino la condicién de posibilidad de realizar la propia tdentidad y de mejorar las condiciones de vida, Ademis, como este modo de iden- tidad esta basado en la experiencia de control material de las con- diciones de vida en momentos pasados, se parte de la idea de la transformacién es la clave de la existencia actual, siempre conside- ada mejor que las anteriores El tiempo toma cl protagonismo sobre el espacio porque cl cambio y cl carécter dindmico de la existencia se hacen inherentes al nucvo estado de ta cultura He deserito, a grandes lineas, los dos extremos en los que cabe situar los modos basicos de ortentacion © identidad puesios en practica por los grupos humanos (vease un resumen en el cundro dde la fig, 1). Ahora bien, entre ambos existen todas las posibilida- ides intermedias que se puedan imaginar, si bien siempre se favore~ 0 privilegia socialmente a una de ellas. Mi convicci6n os que la Felacién entre control material de la realidad, grado de mdividual ‘zacion de los miembros del grupo social, valoracion del cambio. modo de percepeién del tiempo y el espacio y modo de representa- cidn de la realidad es estructural y que, por tanto, no puede mani festarse una de sus formas si no es en relacién a todas las demas. Y puesto que es estructural, estara presente no solo a mvel social. sino también individual 0 entre sectores dentro del grupo socral 16. __ALMUDENA HERNANDO 4, IDENTIDAD“RELACIONAL” VS. IDENTIDAD “INDIVIDUALIZADA” ‘Ambos polos de identidad esquematizados en la fig. | son igualmente operativos para la supervivencia, pues ambos proveen de mecanismos muy potentes de orientacion para los grupos hhumanos Ahora bien, en términos emocionales, es mucho més sgratificante la percepein mitica que constituye la base de la iden- ‘udad relacional, pues supone una identficacion emocional mayor con Ia realidad, un establecimiento menor de distancias con ella. ‘Aunque parezca paraddjico, en la percepcién mitica el ser humano os el centro de toda la percepcién, que es completamente antropo- céntrica, mientras que en Ia cientifica, deja de tener importan- cia, Son mecanismes compensatorios de identidad: cuanto me~ nos control real se tiene, mas se construye In fantasia de ser el centro de todo I mundo del mito es mucho més satisfactorio emocionalmente pues a traves de él se vive en una comunidad de afectos y uno mismo siempre se considera elegido por la instancia sagrada que dispensa la proteccion. En cambio, la individualidad supone una carga pesada, llena de responsabilidad y donde el ser humano se tencuentra solo frente a su destino, constantemente enfrentado a la necesidad de seguir adelante. En sociedades con escaso control material sobre la realidad, cl ser humano se sentia seguro porque creia que habia sido clegido por la instancia sagrada que constituia la realidad, la naturaleza humana y no-humana, para ofrecer su proteccion y su orden, su garantia de salvacién en el no-tiempo del presente y del jamas, Semejante antropomorfizacion del Universo, Semejante conviccién de que todo gira alrededor de uno mismo, es tratilicante y consoladora para contrarrestar la angustia que gene- raria la hicida consciencia de la impotencia frente al mundo, Pero el hecho es que, cuando esta vision mitica y relacional de la reali- dad es prioritaria, es porque la impotencia define la identidad, La “desmitificacién” del Universo y la comprension cientifica de sus fendmenos, fue otorgando a los integrantes de la sociedad occidental unos margenes de seguridad a los que no queriamos remunciar, pero al tiempo, este modo de relacién con 1a'realidad ; i in aupenivencia depos cae "detidad pro se ma fos ever paruclares en capacdad de Ss iauralera omann (pore a diferencias de 1 taba persona ves de construccin dela demtidad de los ‘Conan ena separa cir "jo" ye der maaan to-hurana ye care regi por au propis indies ‘Contre material de a rouneancns de ida ‘Meter emo wodo de reprvetcion el clad (sao en abrasion modelos Geis) Tsenra de miedo ala atraleza humana (Pore 5a “TEMPS come ee pronto de ordeacion da Coepiad socio econbenica (levee vain de sions Spotatcacin de raj) ‘Seguridad asada ove 6 geri dea poncon de SURO Miedo comporamieas) El cambios valor potivarnene IDENTDAD INDADLALZADA ra ied «a waturalra no-hurana (a ln ue a0 9 compre fecouols) [ Rascal de cooncniot de as dink props de anions: | emt da Natwraleranoeaamane os ds polos ent os que eae! “continuum” de psi “a cnflanza ey el destino Ta sapere pana mua msania tara con la qu eben relaion Sependion- iy euberdinada ‘Seguridad msds col onfana fer sid legidoa pox trtansia sagrads.poscon de ORPETO Recs vit c fancionsy perlasin el abo ‘Metoniin ono modo de represen de a ela Tamm parted ela ue represen) = AUTO No be esneran dees para uno mia (que marean as diflres- uencia de aldo a aturaeza bara (por bs cass een sa en ques cen ssfacer aeve el uabaj persona “aloraionptve el camo) sco contol terial de as crevamancia de wi EsPAGO come 6 prorario ds oem dea ves Resinencn al cambio (valor come ego) TDENTIDAD RELAGONAL Fe thos iba situando en una posicién cada vez mis “responsable” y iis “solitaria” El proceso de aumento de conocimiento objetivo de la realidad y de sus mecanismos causales, ciegos y ajenos al hhumano que los contempla, suponia una pérdida de importancia de este dentro de su propia vision del mundo, es decir, se caracteriza- bba por un antropocentrismo cada vez menor (Elias, 1990a: 93) ‘wimos dejando de creer que el mundo hubiera sido disefiado para nosotros por dioses que nos habian “elegido” para ser los inicos privilegiados por su presencia y su orden. Poco a poco, el aleja~ icnto emocional que exigia el establecimiento de relaciones cau sales de tipo mecénico, nos fue ensefiando que el Universo no se habia hecho para dar cabida a un grupo social, y luego, que el sol no se habia hecho para girar alrededor de la Tierra y, mas tarde, que el Universo tenia sus propias leyes de funcionamiento que cconvertian a la Tierra en un elemento del todo prescindible para su cxistencia, El ser humano era cada ver. mas prescindible, mas irre- levante, menos protagonista, aunque a cambio, cada vez controlaba ‘mas la realidad en la que vivia, Una identidad més individualizada implica un correlative au mento de la ansiedad, pues su estructura de construccion exige ampliar_y perfeccionar constantemente los modelos de represen- tacién del mundo, “entenderlo” mejor, conocerlo mas. Es un modo de percepeién mas dinimico, pues su eje de ordenacion fundamental es ef tiempo, por lo que busca siempre el cambio, al que se valora positivamente, Dentro de este modo de identidad, npre se es lo que se legara a ser Nunca somos lo que ya so- mos en realidad, sino que estamos hacicndones constantemente. 'Y ademas, somos en funcion de lo que nos diferencia de los de- ims, lo que exige una constante labor de redefinicién e introspec- ‘cin que dé cuenta de los deseos propios que nos particularizan frente a los demas En cambio, la identidad relacional esta definida a través del es- ppacio y su estatismo, se es lo que ya se es y siempre se ha sido. ‘Como fueron los padres y seran los hijos Como marca el mito que se debe ser... Y no se reflexiona sobre ello, por lo que no se intro~ dducen dudas, siempre generadoras de ansiedad. Factonss Fsrevicvinaves Ase tatans 1a nw Las personas que viven la vida a través de los mutos y no de los ccuestionamientos de Ia ciencia, pertenecen a una comunidad de afectos y telacién que no se cuestionan, pues entre ellos. la ulenth dad no se piensa, sino que se vive Siempre existe para cllos algo o alguien que protege, en cuyas manos se deposita ci destino, » en quien se confia porque la relacién no permite la distancia que inte roga. Pase lo que pase, se accpta como destino establecido por quien nos ha convertide en cl grupo -0 individuo- clegido entre todos los demas Una identidad ast de impotente se compensa siempre con el mecanismo que supone considerar que wno/s ha sido elegido/a entre los demas por esa instancia superior de la que procede el sentido de la vida Por es0, los deseos propios no importan, de hecho no existe. porque lo dinico importante es satisfacer los de la instancia superior generadora de orden y sentido, gracias a la cual se mantiene nues- tra vida: somos lo que somos cn funcion de nucstras semejanzas con los demiés, en funcin de muestra relacién con los demas. Por 80 no se sabe quién es uno mismo fuera de la relacién, de lo que se deduce que el grupo con el que se comparte esa relacion tiene pricridad frente al individuo en la percepcion de la instancia iltima de sentido y orientacién en la vida. Por todo ello. pasar de un modo de identidad a otro se percibe siempre como una pérdida cmocio nal: cuando Ia identidad es relacional, su nicleo esta puesto en la relacién en si. Al perderse ésta, se cree que se pierde la identidad Historica y antropolégicamente. pasar de una identidad mas colec~ liva a otra mas relacional ha suscitado increibles resistencias. pucs la sensacidn de pérdida que se apodera del erupo cuando tal trans- formacion ocurre puede ser tal, que parece consituirse en una amenaza muy concreta de perder Ia orientacidn vital, de no saber ‘quién es uno mismo (Elias, 1990b: 258-261, Hernando, 1997) De hecho, Norbert Elias (19903 93) formulo expresamente la siguiente pregunta: {Como fue capar el (ser humano) de renunciar ‘a una concepcién del Universo tan satisfactoria y, en su lugar aceptar una concepcién que, cicrtamente, se ajustaba mas a la rea- lidad, pero que le desterraba del centro del universo para relegarlo ‘una posicion marginal y que, por tanto. era en cicrta medida msa- {isfactoria emocionalmente?” Y él respondia. parece que puede 120 ‘Aumunena Hexnanno contestarse que la sensacién de dominio y control de los fendme- nos que detectamos debié compensar la pérdida emocional que supuso. Pero yo aiado: pérdida emocional que los hombres inten- taron nepralizar con ef maneiieno de Us unre on modo in de afecto de la que antes era fuente inagotable el mito. Mi argumento es que la individualizacién de los hombres a lo largo de la historia ha sido un proceso lento y gradual, que ha miti- tgado en la maxima medida la sensacién de pérdida emocional que supone, debido a que las mujeres se han mantenido (y han sido forzadas a mantenerse) en un modo de identidad colectivo o rela- cional que diera prioridad ala satisfaccion de las necesidades afec- tivas de los hombres. Por ello, la construccién de la identidad de hombres y mujeres tiene una trayectoria histérica distinta, y los rasgos que definen sus respectivas individualidades en esta moder- nidad tardia difieren sustancialmente, Esta es Ia hipotesis fundamental de este texto: Jos hombres han utilizado a las mujeres en su transformacién hacia la individuali- dad, sustituyendo la gratificacién afectiva y emocional de los mi- fos con la gratificacion afectiva que ellas, que seguian més vincu- Jadas a los mitos, seguian necesitando dar y establecer para cons- trunr su identidad. Creo que si se observan los rasgos estructurales que definen lo «que he lamado “identidad relacional”, se comprobaré que se ajus- tan a los que concretan la identidad de género femenina: resistencia al cambio, necesidad de aprobacion y- graificacion en tanto que “objeto” y no “sujeto” de las acciones, sometimiento dependiente y subordinado a una autoridad que detenta la agencia de la accion, y dificultad para conocer y generar deseos para si. La identidad de género femenina se organiza, a mi juici, alrededor de una per- cepeion de la realidad mucho mas estitica que la que define la de tos hombres, porque da prioridad al parametro espacio en mayor medida que la de ellos, que comenzaron a dar prioridad al tiem o, y en consecuencia, a individualizarse, mucho antes en la t yectoria historica, Estructuralmente asociado a todo ello se en- cuentra el hecho de que hayan sido los hombres quienes. hayan detentado 1 poder 0 control sobre los destinos del grupo, y que Factores ESTRUCTURALES ASOCIADOS A LAIDENTIDAD rn Jas mujeres se hayan colocado histéricamente en la posicion de ‘objeto de ese poder. Porque como puede comprobarse. la identidad relacional nada tiene que ver con el sexo de quienes la detentan, sino con la escasa ccapacidad de control material de las condiciones de vida, es deci coon la ausencia de poder para determinar el propio destino. Los rasgos de Ia identidad de género femenina estin estructuralmente asociados a la falta de poder de las mujeres, determinando a su ver la ineapacidad para asumirlo, y no al hecho de que sean mujeres Por su parte, nada tiene que ver tampoco su capacidad maternal Los intensos laz0s afectivos maternos pueden desarrollarse sin conflicto dentro de una estructura de identidad individualizada, pues las mujeres pueden asumirse como agentes de la accion, suje- tos de su propia historia, creer que su supervivencia depende de su iniciativa y trabajo y en consecuencia, generar y satisfacer descos para si, sin que ello suponga en modo alguno una amenaza para el cuidado, atencién y amor incuestionable por sus hijs. El hecho de ue se hayan asociado maternidad e identidad relacional o de géne ro fomenina constituye una més de las trampas histéricas cn las que nos hemos visto atrapadas, y que intentaré, como las demés, desvelar en su génesis histérica Asi pues, mi argumento bisico consiste en que los hombres han sido capaces de individualizarse y asumir las (areas de control material del destino histérico del grupo, cuyo ejercicio redundaba a su vez en un progresivo desarrollo de su individualidad, porque consiguieron -con la participacién de las propias mujeres, como vamos a tener oportunidad de ver- que las mujeres mantuvieran una identidad relacional quc les garantizaba (a cllos) una transfor- macién no traumatica de su identidad; que compensaba y ocultaba la pérdida emocional que, de otro modo, hubieran sentido al ir abandonando la relacin como instanciailtima de su identidad El problema surgié cuando la modernidad, basada en las cate- gorias de swjeto y razén, como correlato a la extrema division de fimciones y especializacion del trabajo dentro del grupo social comenzd a hacer inviable el mantenimiento de esa situacion, ya que 1a complejidad socio-econémica alcanzada implicaba la indi- vidualizacién de todos los miembros del grupo social, incluidas las ALMUDENAH iujeres. Por cso. al aleanvarse ese estado de complejidad socio econdmica que denominamos modemnidad, se lego a un momento de conflicto para los hombres. que entrenados en un modo de iden- tidad individualizada que necesita que las mujeres sigan siendo felacionales para mantener su identidad de género masculina, co mienzan a sentirse perdidos si carecen de esa provision de afecto que garantizaba la identidad relacional de las mujeres. Pero sobre todo, de conflicto para las propias mujeres, que se debaten entre la identidad relacional que se les sigue transmitiendo, su tdentidad de sgénero, y la identidad individualizada que les corresponde estruc- turalmente como integrantes de la sociedad moderna. Digamos que mientras las mujeres seguimos internalizando un modelo de identi- dad relacional al nacer, la vida y la multiplicidad de posiciones sociales, profesionales 0 personales que hemos de atravesar nos individualiza, y de esta manera se alcanza un punto de conflicto inresoluble entre dos esquemas estructuralmente opuestos de iden- tidad. Y asi, por un lado, tenemos deseos propios y por otro se nos ensefia a que la prioridad debe ser atender a los de los demés. Por tun lado, nos damos cuenta de que la vida depende de nuestra ini- ciativa y trabajo, pero por otro nos seguimos colocando en posi- cién de objeto y esperando siempre la aprobacién de los demés. Y de ahi todos los conflictos en los que ahora vivimos y en los que ane detendré al final de este texto. Pero veamos antes como pudo desarrollarse este proceso de diferenciacién entre Ia identidad de hombres y mujeres, 5, El. PASO DE LA IDENTIDAD RELACIONAL A LA INDIVIDUALIZADA EN EL MUNDO OccIDENTAL, LA DIFERENCIA DE PROCESOS [ENTRE HOMBRES ¥ MUJERES. El psicoandlisis defiende (cfr. los articulos de Nora Levinton y Emilce Dio Bleichmar en este mismo Volumen) la tendencia de las mujeres a desarrollar identidades mas relacionales debido a la ‘dentificacién con la madre, mientras que los hombres deben des- arrollar, en algin momento de su infancia, unos mecanismos indi- Vidualizadores para separarse de ella y construir su propia ident dad diferenciada de la de aquella. No me cabe duda de que este mecanismo actia y ha actuado en todos los grupos humanos en sermucrunauas Amewainee apAloentipay 12 mayor 0 menor rao a la hora de constr ba dent ¥ OP) pore puede explicar el mantniniento de ta enidad flocs 1 ro ea emu, oun pst ac a de,» es pe Ia ent rlacional, come ero haber demostrado, onsite el modo de idenidad 1s fo Teasers hurnanos -hombres y mujeres: de grupos ave no Na Fer fralldo un elevado corral material sobre sus propas Widar Afnere dir que aT largo de a historia se han puesto «Tan seteate una sere de eecamsmos no-psiolGgieas ave Nan SS am pra frat lana onesie do e105 ese ero sin los cuales, yo n0 cfe0 qu pueda explicarse We Fombres so hayan indvidualizado a posat de que a rin posatra historia no Io estaban, ai que Ins mujeres de esa meee Md tarda tengan fos conficos de ientdad que nen 3 Pes at sigan idemificandse con sus madres a la hora de consi) MNentidad. Es deci, yo creo gue existen une serie de actors sara estructrales, alos que no sesueleatender y que, st oHNTT” fp. pueden dar explicacin a bastante aspoctos m0 r= Fasgos que adopta la identidad de enero. ido una ligera No cabe dda de que os hombres sempre im ido ua ure mayor individualizacién que las ajores. aunque me aireveia © mn rg on cma exqusaestucrlstaa cm Taig 1 ademas de los diferentes procesos de vineuasion¥ ey inclcign infantil un rasgo importante para, dar expo Mio. ha sido las diferencias de movilidad por el espacio ents Wa ros. Cuanta mis prioridad se dé al parmetro espacis! ©) T Sedenacion de la faldad, ni estaticn se contemplars 9% resistencia se opondra al cambio y mas reacional sera a Gere” Goma ha quedado sefalado, En este sentido, creo que la Hoe brologicnFeproductora de las mujeres debio marcar alguna dV™= aie dandeel principio en los desplazamuenios por cl espacio, ys inclu en las scieddes cazadoras tecletss ng et dad cs profunda y generbizaamente tlacional, = ovat 92 ‘alguna minima diferencia en 1a conan do nad, v2 a ienes experimentan desplazami s aye Son elk ces den desarolar, ev consceven re teritorio, y quien seve a Perma capacidad de decision y asertvidad necesaris Pi y otro 2 Aisne Henan supervivencia Isisto en sito en que este rasgo deberé aad al proceso psicoldgico de desarrol ie nears ar soo ilo de iis ynifas, pero no creo aiid on el proceso histo, reo que pd decise cuando oi de sarc tro consi el edeatrisno, 50 una aifeenca aors ya significa de vnculacin al - cio ene los hombres las mujeres del grupo social’ como sabe- oo social: como sat ios slentarismo dpa los ines dental walipicndo bi deseneria, ue aemis, es neces para conbuircomo mao de obra dt del wad dds de procs en astituyen los grupos campesinos Pod eat tas a reo Tigra, fo mare aa nto de inflexiGn iny ad feenian, ya Qe emt de portante para Ia identdad femenina, ya que stig Ia necenidad de que un sector del poblcin redujera sus cesar pr temtni para cia wa poeabunda- iente. Dado que las mujeres gestaban et an aban ann or pis de ego mamta movida leer de I pblcn gue reo sit moviminios nore espa, fe el Tenino, De esa forme, ye melo en as seine are om menor vin de incon exit ra dfereneiacién on fap por Ia percepcin del espacio y del ti par embers econ oh a ay eas, Ber stable, mayor cma de fos ios de oma nes Y fonts lvcanbior stoned pcs as emedabls 5 median se busca el cambio- pues tienen un sentido tempo ve puede caliirse de alo mas lineal en dca cnoion iatoma de deones eno del gpo supe eve ela ane de genes desarolaen wa ligne mayor mat pon on fon ds re mero esis bs cabin Ya tena s fu ceoicienda yrelorzando, cuando a dvsin de funcones dentro del grupo social fe creientoy Ia compejidad sciecnimicaaumenand, Ia mer ¥8 no nee - lada al espacio como eje de constru seat je de consiricién de su identi rer ase a a formas mas individualizadas de identidad, pues tenian alguien que garntizabe el mantenimieno de los 3s afectives con el minds que antes ef mito prove, y por oto, UCFURALES ASOCIADUS ALA IDE au haber interalizado las mujeres un modo de dentidad mis l= at hater ida que la diferencia entre individualizacion do Ciena Hdenidad adscrptiva de ellas era mayor, 1a sensacion © stediga emocional y de prvio denitario y social que Nast de gar lay inuercs si pasaban a mayores miveles &¢ individualiza- cidn aumentaba Creo que éste ha sido y sigue siendo ef mecanismo por ANE rushes mujeres, conrbyen 9 perpetuar una sitacion de des igunldad y subordinaion respecto a ls hombres inclisn Ty eee dias tienen la sensacion de que van a perder algo fundamental, eae mportante, el micio de su identiad, i se ateven a dat wp paso ma on el pero camino de Ia individualizacion, Pore. ee no cabe eulpabilizar de la reproguccion de un modelo aue 0° Fe medida controlar nuestro destino o el del grupo slo a es sa petta delerminacion cultural de su idenided es tan Tues ree gg las mujeres, por Io que el sistema se ha mantenido con {a partcipacion de todas las partes implicadas ‘Ahora bien, debe reconocerse, no obstante, que histéricame hha cide mayor la resistencia de los hombres a permit a indy ids saan de las mujeres que la de éstas a buscara, y que cada Vir due an aumento en la dvisign de fancies ya speciosa del Aajo del grupo social implicaba, en buena légica, un ume de Te individualidad femenina, los hombres dispusieron mecan/s0° aa ananreadores de semejanie cambio, hasta que la Moderidad. @ wear aas caeporas de Sweto y Razon que la constitu, fevelado como contradictori el intento de mantener wna identidad se rcttiva 0 adscriptiva, ta de yénero, para las mujercs. en una 5o- cea que ge define por la fragmentacion interna y po Ia Vania Fifa de posiciones personales, profesionales y sociales, es decir por la individualidad ne 6, LADIICULTAD HisTORICA DEA INDIVIDUALZACION FEMENINA “Aunque no dispongo ahora de espacio suiciente para analizat ria disefia- pormenorizadamente todos los mecanssmos que Ia hist ve por hombres ha puesto en marcha para ncutralizar los Wilt 4a Pot cnduaizacign de las mujeres, ciaré algunos de los ejemplos 126 ALNRUDENA HERNANDO sas destacados. Quiz el mas lamativo es ol proceso de transfor~ rmaciones vivido durante el siglo XII, apasionante como pocos -2 mi juicio sélo como el XIX, el otro siglo clave en lo que a la indi ‘idualizacion de las mujeres respecta-, y donde se visibiliza para- dligméticamente todo el proceso de transformaciones, conflictos y tensiones que ha definido la historia de nuestra identidad de género El siglo XII es fundamental a la hora de entender la individuali- zacién del mundo occidental, porque es el siglo que contempla ol ‘urgimiento de la burguesia. Por primera vez, determinadas perso- has comienzan a escapar a Ia identidad puramente estamental del campesinado 0 de los seiores feudales para pasar « atisbar ls no- cion de ser algo que se distingue un poco de lo demés, que puede desarrollar algunas pequedias diferencias en sus trayectorias de vida personal a través de actividades que les permiten acumular ciertos bienes materiales que los demas no tienen. Es decir, la burguesia - que no constituye aiin un estamento social diferenciado, ni mucho menos una clase social, como sucedera a partir de finales del siglo XVIII (Garcia de Valdeavellano, 1975: 24)- esta constituida por personas que empiczan a tener alguna sensacion de que ellas mi mmas pueden influir en su supervivencia, en mejorar sus condiciones de vida. Obviamente, si el control de las condiciones materiales de vida aumenta, la desconfianza en que la vida depende en exclusiva de una instancia sagrada cuyos descos se deben satisfacer, lo hace también, De forma que la percepcion mitica de la realidad en la {que se habia vivido hasta cntonces empieza a sufrir una transfor. macign paralela, explicndose asi que sea justo en el siglo Xl ‘cuando aparezca Ia idea de Purgatorio (Le Goff, 1981: 14) 0 la del Juicio Final (Ariés, 1999; 91). Los espacios miticos, inmutables y eternos por definicion, empiezan a verse transformados por la irrupeién de fo humano, y asi al Cielo y al Infierno se suma el Pur- gatorio cn una obvia individualizacion de las trayectorias miticas ue reproduce, como en un espejo, la division tripartita de la so- ciedad: dos categorias estaticas frente a otra un poco mas dindmica ¥y transformable, tanto en la vida como en el mis alla. Coherente- mente con ello, el Cuarto Concilio de Letrin hace obligatoria confesion auricular al menos una vez al alo para todos los crstia nos, es decir, la préctica de la introspeccién, el examen de'concien- cia, limitado hasta entonces a los clerigos y monjes (Le Goff, Factores Es ALES ASOCIADOS ALAIDENTIDAD..___127 1981; 248), lo que va modelando ta conciencia de una diferencia centre nuestro interior y el interior de los demas, Como parte de esta misma tendencia puode entenderse ahora cl sentimiento que se vvenia gestando a partir de los siglos VIII-IX de “incertidumbre y ngustia frente a la muerte” (Ariés, 1999: 138), ya que si se empic ‘ava desconfiar de la garantia de salvacion por parte de la instancia sagrada, comenzara a generarse una angustia hasta entonces des- ‘conocida por lo que habra de suceder tras la vida La sociedad se individualiza, pero semejante proceso no cs po- sible si no es como parte de toda una transformacion estructural cn fl modo de construccion de la identidad, Y asi, el siglo XI es tes tigo de importantes transformaciones en la percepeion del tiempo y tl espacio, que podrian resumirse. por ejemplo. en el snicio de las Cruzadas y de las peregrinaciones (Le Goff, 1981) como formas de ‘extender el espacio mitico a otros espacios, iniciando asi la tenden- Gia desacralizadora que habri de desarrollarse paulatinamente, @ medida que Ia sociedad vaya dividiéndose y desarrollando progre- Sivamente sistemas metaforicos para su representacion y conquista O en el desarrollo claro de insttuciones donde se manejan siste- mas metaféricos de representacién del mundo: la universidad y fos conventos, perteneciente uno al ambito social y otro al ambito a-social 0 mitico, ‘Ahora bien, si la sociedad se esti individualizando es porque sus miembros comienzan a colocarse en distintas posiciones socta- Tes y personales desde las que hacer (rente a la vida cotidiana, y testo nada tiene que ver con el sexo que se tenga. La sociedad es el Conjunto. de sus miembros, luego st decimos que Ia sociedad se individualiza es porque todos sus miembros lo haven. Asi pues. cl proceso de individualizaciOn debi6 manifestarse también a través Ue las mujeres. Sin embargo, absérvesc lo que sucedid on el siglo Xil en relacion a estas ullimas: para frenar un proceso de ind ualizacién en las mujeres que era inherente a las transformaciones Sociales que se estaban viviendo, la Iglesia dio inicio al culto de la Virgen Maria (Rougemont, 1997; 116), que como bien sabemos constituye la idealizacion de a mujer no individualizada, de la madre generosa que renuncia a los descos personales, incluido cl mas natural -por biolégico- de ellos: c! sexual, La sociedad en su 128 Anon HeNANDo. - conjumo, necesit reforzar su mito de origen -que establece, no lo olvidemos, que el mundo perdid su condicion de Paraiso cuando la mujer se atrevio a acercarse al arbol del conocimiento-, atadiendo una figura definitivamente desindividualizada como ‘modelo de mujer. A partir de este momento se asocid maternidad e identidad relacional, maternidad y falta de deseos para si, maternidad y con- franca en que la salvacidn en la vida y en la muerte depende de una instancia sagrada, un hombre, con el que debe establecerse una relacion dependiente y subordinada, Y es también en este complejo siglo XII cuando tiene su inicio sa forma de relacién conocida como “amor cortés” (Rougemont, 1997, 129), donde la mujer pasa a ocupar definitivamente la posi- cidn de objeto de deseo, y solo en tanto que sepa mantenerse cla, sin dejarse alcanzar, sera idealizada. Pero no fueron sélo éstos los instrumentos utilizados para neu- tralizar la individualizacién de las mujeres, sino que, en un orden tas juridico y terrenal, la Iglesia instauré el matrimonio como uno de los siete sacramentos a mediados, también, del siglo XIl (Duby 1995: 20). Los hombres iban desarrollando leyes y preceptos que impedian, literalmente, la individualizacién social de las mujeres, Jo que dejaba una iinica salida a éstas cuando optaban por conti- nuar con los desgastes y marginaciones que semejante modo de ‘dentidad les podia suponer: ingresar en un convento, saliéndose con ello de la sociedad. Como hemos visto, en el siglo XI apare~ cen las universidades, institucién donde habra de darse via libre al desarrollo de la representacion metaforica de la realidad, y por tanto, Ambito de desarrollo de la individvalidad por excelencia Pues bien, como cabia esperar, las universidades fueron mbitos tmasculinos que solo admitieron alguna excepeiin (Schicbinger, 1989" 13-14), ya que las mujeres que deseaban incorporarse a este modo de relacién con el mundo eran sancionadas socialmente por ‘escapar a lo que de ellas esperaba la sociedad en su conjunto, esto es, la totalidad de los hombres y la mayoria de las otras mujeres. Sin embargo, no habia problema en que accedieran a los con- vventos, ambito menos individualizado que la universidad -por ser Imitico-, aunque en ese momento, mas que la sociedad en su con- junto -como correspondia al hecho de que en ellos se utilizaran FACTORESESTRUCTURALES ASOCIADOSALALDENTIDAD.. 129 medios metaféricos de representacion del mundo, como ta esertu- ray la lectura, que de ninguna manera se habian generalizado aim fen la sociedad- De esta forma, en estos momentos conflictivos para la identidad femenina, los conventos se empezaron a llenar de mujeres, pagando asi con el precio de su desnaturalizacion, pues debian abandonar los deseos maternales y por tanto lo que la so- tiedad consideraba el nicleo de la identidad femenina, el logro de su individualizacién, Si las mujeres querian individualizarse podi- fan hacerlo, pero a condicin de que lo hicieran fuera de la soctedad ¥y de que no se relacionaran con el resto de ella Pero el proceso de individualizacién continud, correspondién- dose con los cambios que se iban produciendo en la relacion mate ial con Ia realidad, ain habrian de imponerse nuevos frenos a ese contacto. Asi, por ejemplo, en el siglo XVI se produjo la desacrali- zacién casi definitiva del mundo occidental, Europa vivia un gran florecimiento econdmico y habia descubierto “otros mundos”, en virtud de la nueva forma de entender el tiempo y el espacio: porque fue precisamente entonces cuando Galileo demostré que no solo et ‘espacio propio no era el unico ordenado, sino que ni siquiera la Tierra era el centro del Universo. Y fue el mismo tambien quien aplicé, por primera vez, la medicién del tiempo no a los fenémenos sociales o humanos, sino a los fenémenos naturales: 1a naturaleza rno-humana empezaba a concebirse asi como un universo inde- pendiente del humano, con su propia logica y ritmos: Ia distancia ano y lo no-humano permitia “explorar” lo ultimo, Como parte de! mismo proceso de transformacion identitaria y de percepcién de la realidad, no podia faltar el desarrollo de lo que hhemos denominado signos metaforicos de representacion de la realidad. Y asi, en 1489 empezaron a ulilizarse por primera vec los signos algebraicos para sumar y restar (Toran - Roy. 1999" 28) y como todos sabemos, fue en 1453 cuando se inicio ta posibilid de generalizar la escritura como modo de relacién con la realidad, a través de la invencién de la imprenta de Gutenberg, Las mujeres, insisto, tenian que formar parte de todo esto pro- cceso de transformacién de la identidad, de individualizacién pro- ‘gresiva, correlativa al aumento de la “explicacion racional” del 0 AuMuveNa HERNANDO mundo y del desarrollo de su control. Los conventos se seguian Tlenando, e incluso se iban convirtiendo en lugares de discusién y reflexion en donde clegian ingresar mujeres mas movidas por su deseo de actividad intelectual que de dedicacién mistica, Y obsér- vese 10 que sucedid® fue justamente entonces, en ese floreciente © Individualizador siglo XVI, cuando se establecieron las rejas en la Clausura de los conventos femeninos (Muioz, 1999: 80), nunca e la de los hombres. frenando de esta manera el pemicioso contacto que las muyeres que buscaban el conocimiento y el desarrollo de ta feflexion sobre el mundo, cada vez en mayor medida, podian ejer- ter sobre las déciles mujeres no individualizadas que tan sencilla Seguian haciendo la vida a aquellos maridos que regian los destinos del grupo social Sin embargo, la sociedad seguia transformandose, de forma que el proceso de individualizacion de las mweres debia alcanzarse trremediablemente cuando el desarrollo socio-econémico exigiera cl imparable aumento de la divisiin de posiciones sociales y de Ia ‘spectalizacién del trabajo. Y esto fue lo que sucedi6 en la Moder- nidad, En ese momento, se alcanzd un punto de inflexién funda mental, un encuentro conflictivo y contradictorio que deviene del natural desarrollo de las categorias en las que se funda (Amor6s, 1997): el desarrollo de la raz6n implicaba el desarrollo de la indi- \idualidad, coherente con la necesidad del capitaismo de la exis fencia de individuos conscientes de sus deseos y de sus diferencias para que los habitos de consumo pudieran imponerse, Su desarrollo tmplicaba Ia conciencia de ser sujcto, de salirse de las categorias cstamentales de identidad, de alcanzar la posicion de agente social, ‘motor” de la historia. Es decir, el surgimiento de ta categoria de sujeto sélo puede entenderse por la desmembracion de la sociedad cslamental (Amorés, 1997 25), donde la identidad sigue siendo rclacional en gran medida (se sabe quién se es porque se pertenece 4 un grupo social dado), y en consecuencia, por la gencralizacién de la percepcion de una distancia entre el “yo” y el exterior a la mayoria del grupo social, o Jo que es lo mismo, por la generaliza~ ‘ran del uso de la escritura y los signos matematicos y metaféricos ‘on general para representar ese exicrior Ahora bien, dado que este tnods do zepresentacion significa sensacién de control de, ese mun- do, cuya logica se entiende, la inica posibilidad de negar el control FACTORES ESTRUCTURALES ASOCIADOS MLalbuNTIDA, ITT 0 el poder~ a las mujeres era impedir que accedieran a ese modo de represemtacion. De esta forma, mientras los hombres rompian con las categorias identtarias. adseriptivas y colectivas de Ia so- ciedad estamental, ponian todos los mecanismos a su alcance para que las mujeres se mantuvieran en ella, y de ahi las diferencias ‘entre nuestras respectivas identidades de género actuales Al tiem: po, las mujeres iban detectando cada ver. mas distancia entre su identidad relacional y la individualizada de los hombres, por lo que clas también contribuian y contribuyen de manera determinante a frenar su propio proceso de individualizacion Cuando dio comienzo la Modernidad, iban quedando ya lejos Jos momentos en que podia recluirse tras las rojas a esc porcentaje infimo de las mujeres que querian accedcr a la escritura y escap: al modo dependiente de identidad soctalmente establecido pat cllas. Ese modo de identidad era cl que ahora caracterizaba a la sociedad civil. Por eso, los te6ricos de la Ilustracion y de Ia Revo- lucién Francesa, concrecién historica de Ia supuesta defensa del individuo y la democracia, defendieron, con todos los mecanismos a su alcance, los efectos contraproducentes de la lectura y 1a edu- ccacién en la mujer, y la necesidad de su roclusion en los estrechos cespacios domésticas (Dupanloup, 1996; Schiebinger, 1989, Amo: r6s, 1997; Fraisse, 1991), Se trataba de que las mujeres siguicran siendo los “angeles del hogar”. es decir, literalmente personajes que viven la vida a través de los mitos y que por no tener deseos para si, ni siquiera tienen sexo que pueda generar cl mas inevitable Rousseau, por ejemplo. que tanio hizo por potcneiar Ia educacion de los nifios, negé Ia ulilidad de semejante empeio en las nia, ue por haber nacido mujeres. estaban somctidas al destino biolo- Bico de ser las reproductoras de la especie y por tanto, incapactta- das para “clevarse al interés general”, por lo que se les debia prohibir “toda reunin en el espacio publico, lo que no podria ser sino desorden” (Amorés, 1997 270), Es decir. se colocaba a ta imuyer del lado de la especie biologica y la falta de individualia cidn, y al hombre del lado de la civilizacion y de la individualia cién que implica (Amords, 1997: 270), De hecho, obscrvese que ‘cuando Carl von Linné clasificd a todos los seres vivos en su St tema naturae en el siglo XVIll cligié una caracteristica femenina fas mamas, para vincular al ser humano con otras especies amma nz LMU les (mamiferos”), y un rasgo que s6lo se alribuia a los hombres (por la vinculacién entre sweto y razén, y la aplicacion de la pr- mera categoria slo a los hombres), para distinguir a los humanos de los animales (Homo sapiens, “hombre que sabe) (Schiebinger, 1996. 144). Tengase en cuenta que de las seis clases en las que Linneo clasificd a los animales (Mammalia, Amphibia, Pisces, Tasecta y Vermes) solo la primera hacia alusién a los érganos re productivos y era la iinica que elegia un término que tenia que ver elo con las hembras del grupo (Schiebinger, 1996: 138). Es decir, no era una casualidad ni un gesto inocente, aunque tampoco uno Gonsciente con toda probabilidad, que Linneo ligiera un rasgo femenino para conectar nuestra especie a los animales, y un rasgo ‘masculino para separarnos de ellos (Schiebinger, 1996: 144), Pero como parte de todo un mismo movimiento, no pudo evi- tarse que la escolarizacion comenzara a aplicarse a las mujeres jue, en consecuencia, hicieron suyo ef ejercicio analitico y racional de relacion eon la realidad, Ahora bien’ al tiempo que este proceso individualizador avanzaba, gracias al esfuerzo y la lucha de algu- thas mujeres, no podia abandonarse el modclo de identidad femeni- nna que se habia ido internalizando y reproduciendo a lo largo de tantos siglos de historia, el rol afectivo y de cuidado de la mujer, la prioridad de su dedicacion maternal. Como he seialado, creo que Cl lento y gradual proceso de individualizacién de los hombres habia sido posible porque la distancia emocional que exige de le realidad se veia siempre compensada por las atenciones y cuidados dde un complementario femenino, entrenado para ese fin. Por tanto, Ja mitad mascuhna de la poblacion no podis renunciarfacilmente a esos cuidados que hasta enfonces tenia garantizados y sin los eu Jes resultaba mucho més dificil, si no imposible, mantener el equi- Iibrio del poder. De esta forma, empezaba a abrirse para las mue- res un conflcto de muy difiil resolucion: 1a individualizacion, que les permitia acceder a la posicién de swetos sociales, de equidad y Justicia social, relacionarse como iguales con los hombres, provo~ ‘aba el rechazo por parte de ellos, que sin haber cambiado su tra~ yectoria mi su nimbo, seguian necesitando que las mujeres no $6 Individualizaran, al menos no tanto como ellos, para poder seguir URALES ASOCIADDS ALA IDENTIDAD na La cuestin es que las mujeres se encuentran en una situacton en que, si manticnen su identidad relacional y adscripiva, si es tan su “identidad de género”, consiguen facilmente “complementa- trios” masculinos, que mis entregados a la individualidad, van en~ contrando contenidas sus emociones y particularmente gratificante ‘que alguicn, especializada en afecto y cuidado, les ayude a mane jarlas, De esta forma, esas mujeros podrn dar facil salida a su identidad de genero femenina y podran encontrar, buen marido © hijos sanos mediante, una vida plena y gratficante,llena de descos colmados, puesto que sus deseos prioritarios seran dar satisfaccion a los de los demis. Ahora bien, si por las razones que sean, su identidad es individualizada, dado que su sociedad les pone al alcance de la mano los instrumentos para desarrollarla (Ia alfabeti zacién y escolarizacién), y optan por hacerlo, entonces su situacion seré bien distinta a la de los hombres, pues solo excepeionalmente cencontrarén “complementarios” masculinos dispuestos compartir los desgastes y problemas que genera la individualidad, No debe olvidarse, ademés, que aunque la individualidad se desarrolle, las mujeres siguen transmitiéndose entre si un modelo de identidad de género que da prioridad a los afectos y busca reacciones emociona~ Jes inmediatas, para conseguir las cuales es necesario dar respues~ tas gratificantes y complacientes (Burin, 1987: 92). Asi pues, sus ‘angustias serin aiin mayores que las de los hombres cuando de- sarrollen elevados grados de individualidad, pues conocerdn cul- pas y conflictos que aquellos no se plantean, y dificultades para desprenderse del modelo relacional en el que son entrenadas. lo que marca lo que se ha denominado su “techo de cristal” (Burin, 1996: 79) ‘Al mismo tiempo, dada la dificultad que encuentran para de- sarrollar su individualidad, cuando lo hacen saben que estén optan do por una eleccién dificil que les tracra bastantes conflictos per~ sonales y sociales, lo que les genera un suffimiento psiquico que antes no existia y que los hombres suclen poder evita por su faci complementacidn con mujeres dedicadas a velar por su cuidado y sus deseos: esa conciencia de ser algo distinto y lejano de toda la realidad que les (nos) rodea, de soledad, de pequeficr, de esfuerzo constante para que Ia vida siga adelante, de responsabilidad inago- ina Anau Henwanno table por dotar a nuestra vida de un sentido y un objetivo, de difi- cultad para encontrarlos, de cansancio, Dada la real y material soledad de la mayor parte de las mujeres que optan por abandonar su esquema de identidad de género, el desarrollo de su individualidad ¢s un proceso mucho més conscien- te y reflexivo, intencional y defendido que para la mayor parte de los hombres. Digamos que el desarrollo de la individualidad en la mujer se esté produciendo de modo traumético (para ella y para los hombres) mientras que en los hombres ha sido un proceso lento y ‘gradual a lo largo de la historia. Ahora bien, precisamente por ello, esta colocando a las mujeres en posicién de ventaja en la sociedad actual. Me explicaré: debido a la necesidad de desvelar las contra- ddicciones en que la sociedad modema incurre, las mujeres estin Hevando a sus limites las categorias de la Modernidad. Esto quiere decir que, guiadas por su necesidad de encontrar una coherencia que la sociedad no ofrece, estén aplicando Ia Razén no sélo al conocimiento de los fendmenos de la Naturaleza no-humana, como hhan hecho siempre los hombres, sino también, a la segunda catego: ria de la Moderidad, el Sujeto, profundizando asi de una manera que los hombres desconocen, en el conocimiento de la Subjetivi dad. Debe tenerse en cuenta, ademas, que éste ha sido un campo en el que se han tenido que ir especializando a lo largo de Ia histor Pues para atender y satisfacer los deseos de los hombres hacia falta desarrollar mecanismos para conocer su subjetividad, a la que ellos no prestaban atencién precisamente porque, ademds'de para hacer |a comida, para eso servian las mujeres. De ahi, por ejemplo, el recurso al psicoanalisis 0 a terapias de Aistnto tipo como instrumento de introspeccién y resolucién ra- cional de los conflictos y contradicciones femeninas en mucha mayor medida que en el caso de los hombres. De esta manera, las mujeres no solo comienzan a tener el mismo control que los hom bres sobre los fenomenos de la Naturaleza externos al yo" inte- Tior, sino que tienen mucho mas control, porque tienen més cono- cimicnto, de los fendmenos internos del “yo”. Y es por ello, yo creo, que empiczan a estar mejor preparadas que los hombres para asumir funciones de direccion de nuestro futuro histdrico, FACTORESESTRUCTURALES ASUCIADOSALATHENTIDA. 13S oblema es que, de momento, lo siguen tentendo que hacer sn a amo Financia done a eclaracien de fas mujeres se mci antes que on los demas pases y 99 Ten teva mas tact en [0 que a iguaad de poscionss sociales fempeta, oa menos, sin compementrios masculies Pot be desis qu, somo parte de los mevos mevamsnos de ent daa fnenina mera hu srg lo qv Giddens denoming “rl cidn pur reasons eyo itm clevo esl lain cS Par fo qu se fundan en I sicoridad y oI enegs de a particular dad de cada cal, os dst, en el desarollo de a numa La “ay Tenicidd” pasa constr asi wn valor en 6} mismo (Fora: 1998), pac sive # exe nevo sto, sobre too fomento, Ps tatblecrrlacones pent de emocin,» de hecho, ao de emo- Clim, on To-que compensa, con inenidad, a pris d emocionles qu implica I individvaldad y qu clam cmpemennrios masulines quo vel po ello Amis come encase desmdss,angusis que #© compare, trospeciones que se fefuerzan_Se_wata de/un nuevo modo Canlizar emociones que en otros momentos de esis hs tituban en tomo al mundo exterior. 0 al grupo en que el des fos habia incuido a 1 pues, el dsarollo deta individualidad de tas mujeres, ere as profundiracin de 1 Hgica de 1s moderidad, est Penerando en elas conflicts por ln conradccién que sspone sus SEtogoias espero alas del modelo depndiote» caso cu Ge alas ie ain y que, en conscunci, tralian y 6 fuen repodeion de alguna manera. Pe, 6 Yor eas poe, Stndo conte en ls hombres que ve alsa el wsunete Ge facitaba el desarollo facil desu propia indvadaliacion ¥ eno saben may bien co seguir desarollandola, ni come des Strollar modoratematos de relacon desde ta salad del cu dado y el espeto por Ia “indvidualida de to (0 del a, ar tmejor dei) Algunos hombres, no muchos aim, desgraciadament trmpevan a darse cuenta de quo, al fin y al cabo, el modo de \en- Sind que han id consuyendo a waves dea histna puede S Tadviel, poro mo deja de Ser dependent, puss al bear af falda de que fran las sere qucnes ies provevran de ae: the y cuidados, no se han preocupado por ensayar Wi 136 __Atsnupena Henan ‘maduros de conexién emocional con el mundo, y ahora no saben hacerlo de manera auiénoma. Las mujeres, en cambio, al cons- truir conscientemente Ia individualidad desde los pardmetros de la Modernidad, estén construyendo una individualidad realmente independiente En Ia sociedad occidental se ha frenado ta tendencia individua- lizadora de las mujeres para facilitar el desarrollo de la de los hombres. Hemos constituido un apoyo tan fundamental para ellos como la insistencia que hoy mismo siguen demostrando por encon- trar “angeles del hogar” demuestra. Y muchos hombres argumen- tan que el hecho de que la sociedad moderna-occidental haya al- canzado el maximo nivel de control material y tecnolégico del medio exterior justifica y aprueba semejante trayectoria. Por su Parte, muchas mujeres se resisten explicitamente a renunciar a su identidad colectiva, relacional o adscriptiva basindose en la fun- cin natural y privilegiada emocionalmente de la maternidad. Pero {yo no creo que ninguno de los dos tenga razén. Por un lado, el modelo de individualizacion desarrollado histé- Ficamente por los hombres ha llegado a un punto de extrema frag- ‘mentacién: nos va permitiendo conocer los limites del Universo y {os secretos inextricables de nuestros genes, pero nos sume, tanto a hhombres como a mujeres, en conflictos emocionales de dificil resolucién. Siempre que se ha dado una nueva vuelta de tuerca al desarrollo de la individualidad ha existido la sensacién de pérdidas ‘emocionales insuperables, como hemos visto. y por tanto, 10 podria asegurar que no estemos viviendo una situacién ya experi mentada. Pero creo que en mucha gente existe la sensacién de novedad, de haber alcanzado un punto donde el equilibrio se ha roto, donde la confianza humana en las capacidades humanas se esté transformando en desconfianza excesiva, en sospecha constan- te, volviéndose en contra de su propia cstabilidad emocional, de su ccapacidad de supervivencia psiquica. Porque este mundo dise‘iado por hombres a la medida de sus deseos esté encontrando su propio limite de viabilidad social: cl desarrollo de la individualidad que exige ef alto control material de nuestras condiciones de vida em- pieza a aislar a los individuos entre si, a convertirlos en amenazas reales entre ellos, y Ia sociedad no puede funcionar asi Factors ESTRUCTURALES ASOCIATOS A LAIDENTIOAD Internet estédisparando Ia tendenci de Ia sndividualidad, cons: truyendo un mundo en el que el espacio y 1 distancia dejan de consttur parimetos signifiativs El tiempo toma todo el prota fonismo y la vida se diluye en un frenctico afan de vivir on ol tiempo. Correlativamente, los niflos se educan, desde la mas Herma infancia, en el mancjo de sistemas intepuesios de representacion del mundo, que ya no slo enen que ver con la escritura sus combinaciones posibes, sino con la mis sfisticadn tecnologia informitica, Sus juegos les entrenan en este modo de relacién 20 1 mundo, de forma que cada vez mis, y sguiendo [a tendencis histrica que hemos estado viendo, se relacionan con el mundo 2 de sus representaciones: 0 mejor, se relacionan con Ua & presentaciones del mundo en lugar de con el mundo en si. Datos fos mayores niveles de individulidad desarollados tradicional- mente por los hombres, son ellos los que sulen dedicarse com mis fruicién al nuevo mundo de las representaciones virtuales © i ities, y aendiendo a toda ta explicacion que llevamos vst, ‘ohereniemente, en el mundo masculino donde van aumentando aniementc los indices de violencia juve: Ia individual dad supone la diferenciacin de posciones sociales» personals,» por tanto, In percepcién de Ia smenaza que otro ser humano puede Fepresentar para uno mismo, pues ambos ya no son iguales. Cconsecuencia, [a amenaza que internalizan sobre todo los nifios (varones) por parte del resto de los miembros del grupo soci) es muy alta, ¥ de hecho, los juegos de las “video-consolas”itrody- cen Ia violencia humana como algo consustancial a Tas relacones sociales, Las masacres en los colegios nortamericanes son. una Clara consecuencia de semejante percepcién de la realidad, Los hombres han depositado el conccimiento y cuidado de sus emocio nes en una insancia externa a ellos, las mujeres, y el miomenlo histérico en que estamos viviendo esta demostrando el error semejante disociacién, porque a la fragmentacion racional de la Sociedad, s6lo eabe oponer el valor aglutinador de las emociones Pero no saben hacerlo, Quizd son ésta Ia razén por la que las mujeres empiezan a “po- nerse de moda” en muchos ambitos de actuacién social: porque Cuando aparecen en ellos es porque han desarrollado ya unos altos tivelee de individualidad, pero debido a su trayectoria historica, 1s. ALMUDENA HERNANDO siguen reproduciendo unos modos de identidad més relacionales que los hombres. donde la emocion no se rechaza en el mismo grado y donde la reflexion introspectiva, profunda y serena, nece- saria para alcanvar un punto de equiibrio entre su individualidad y su identidad de género, ha logado a consttuirse en un refinado instrumenio de util relacién con el mundo. Pero sin embargo, sigue habiendo muchas mujeres, como de- cia, que se resisten a que las propias mujeres se individualicen y asuman ta parte que les corresponde en el control de sus destinos, basindose en la prioridad que debe tener para ellas la matcrnidad y la pérdida emocional que supondria renunciar a la gratificacién que semejante privilegio concede a las mujeres. Pero también se equivocan, creo, porque, la matemnidad, como espero haber con- seguido explicar, no implica, en modo alguno, el desarrollo de una identidad relacional. Cuando ésta se da es por la intern zacién de un modo de entender el mundo establecida a través de unos parémetros de tiempo y espacio, y no por el hecho de tener relaciones afectivas intensas y gratificantes, que son completa- mente necesarias para erecer saludablemente, como bien saben los hombres que, cada vez. en mayor nimero, van permiti¢ndose disfrutar de los intensos vinculos emocionales de una paternidad elegida y consciente, sin que ello les leve a cuestionarse su identidad individualizada. Si hemos creido otra cosa es porque se nos ha intentado convencer de ello, para enmascarar con la necesidad del mantenimiento de los lazos afectivos maternos, las relaciones de dependencia y subordinacién que tanto facilitaban ta Vida a los hombres. Personalmente creo que, por todo lo que llevo dicho, las mu- jeres estén mejor preparadas que los hombres para desarrollar futuros viables a esta critica modernidad tardia, pero para ello es necesario, y de ahi el planteamiento de este Seminario, que cllas mismas iengan ganas de hacerlo: que las propias mujeres renuncien a las dulzuras y gratificaciones inherentes a una potente percepcién mitica de 1a realidad para asumir algo de la soledad, la responsabilidad y Ia duda metédica que impregnan ‘el mundo de la individualizacién, La historia demuestra que no se renuncia al afecto por tener una identidad més individualizada; ho £8 ASOCIADOS ALA simplemente se reparte de manera distinta entre seres a los que. ademés, se elige. Basta con mirar la historia para comprender la falta de inocencia de tanta tradicién que ha pretendido lo contrario, ABSTRACT The hypothesis of this text is that male and female identities have different historical backgrounds, and that this fact can con- tribute to explain some of the particularities of both “gender ident ties”. To reach that conclusion, different lines of argument are developed: frst, the common structure of human beings" identities is analyzed. Second, it is shown that this common structure has not been similarly developed among men and among women, as indi- vidualization has been a gradual and linear process among the former and not among the latter. Third, there is a discussion abou the reasons why women have collaborated themselves in that proc ‘ess, Four, i is argued that Modernity has broken that trend, since it structurally implies the individualization of all members of society, including women, And five, the conclusion is thal, as a conse~ quence of all this, women and men are having nowadays diferent identity conflicts, and that women are better placed than men to rule viable futures facing this critical late Modernity 40, AuMupena Hes BIBLIOGRAFIA Amoros, C. (1997): Tiem} ss 'iempo de Feminismo. ‘ec racy pstocered, ence Cre, Moan ARIES, Ph. (1982): La muerte en ie, Ph. te en Occidente, Argos Vergara, - (1999): El hombre ante la muerte, Taurus Humanidades, Madrid, Burin, M. (1987); Estudios sobre ic ee “ nt M9 nes id in Me = (1996): “Género y psicoanalisi f : 1 sis: subjetividades fe cichmar, (comp ),Paidés, Barcelona, 61-99 iota” Pe CAR E. (1996): “Feminidad/masculinidad. 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Por citar solo un ejemplo de los mas tvidentes, es frecuente encontrar la definicion del rasgo de “de~ pendencia” definido inadecuadamente y ademis polarizado, opues- to al de independencia. Desde esa definicion, al considerarlo como rasgo prototipico de lo femenino, se interpreta como si, por una parte, todas las mujeres fuesen dependientes y por otro, como si a consiruceviw det swbyetila femenina, Maar, 24K ISHN. MMAK70001-25-7 (ISHN. R4-ASL-T ROR

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