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BRUCE WILKINSON® EL DADOR DE SUENOS Pblicade por Editorial Unilie Minn, FL 331 Derechos reserva 2uv4, 2011 Editorial Uniti Primers econ 2008 Primera edicién bolsllo 2011 La paribota de &l Dador de Suevios es una obra de icin. Los personajes, incidences y dilogos son productos de la imaginaciin det aucor y no se defineron. como reales. Cualquiee semejanza con hechos veridicas 0 personas, vives 0 muertas, es una total enineidencia, © 2003 por Exponential Inc ence publicade en ing 1 Giver por Brace Wilkinson. Publicado por Muleromah Books, un sello de The Crowns Publishing Group, una divisién de Random House, Ine. 12265 Oracle Boulevaed. Suite 200 ‘Colorado Springs, Colorado 80921 USA Publicade en espaol con permiso de Multnomah Books, wnt sello de The Croton Publishing Group, una division de Random House, Ine Chis translation published by artangement with Mulenomak Books, an imprint of he Crown Publishing Group. a disision of Random House, Ine.) “Todas las detechos ceservados. “Tados ls derechos de publicacid con excepctin del idioms inglés son coneratados exclusivamente por GLINT, PO. Box 4060, Ontario, California 91761-1003, USA. (All non-English rights are contracted shrough Gospel Literature International, P.O. Box 4060, Ontario, CA 91761-1003, USA) Thustracién de eubiera: © 200 Tischenko Irina Usada con la aucorizacién de Shurterstack.com Ninguna parte de esta publiccion pode ser repr n sistema que la pueda repeodcir 0 transmitida en roducida, procesada en ig ina forma 0 por latin medio electrinico, meciniza, fococopia, cinsa magnerofénies u oreo ‘excepto para breves citas de reseias, sin el permiso previo de los editores. ‘Traduccién: Nancy Pineda ‘A menos que 5 indique lo contraro, las cita biblicas se oomaron de La Santa Biblia Nueva Versién Incernacional © 1999 por la Sociedad Biblica Internacional Producto 496922 ISBN 0-7999-1818-8 ISBN 978-0.7899-181 mpreso en Colombia ia: [nepiracion/Mocivacion/ General Category Inpination! Motivarions/General CONTENIDO Primera PARTE La PARABOLA DEL Dabor DEL SUENO Capituco uNo Ordinario acepta su Gran Suef CapituLo pos Ordinario abandona su Zona de Comodidad CapiTuLo TRES Ordinario se encuentra con los Intimidantes en el Area Fronteriza. CapituLo cuatro Ordinario entra a la Tierra Initil CAPITULO cINco Ordinario encuentra el Santuario CAPITULO SEIS Ordinario llega al Valle de los Gigantes. CapPiTULO SIETE Ordinario prospera en la Tierra de la Promesa. SEGUNDA PARTE EL vie a TU Gran SUENO InTRODUCCION CAPITULO OCHO Naciste para estO.w Cémo idewtificar y aceptar tu Gran Suetio CapiTuLo NUEVE Lavida més alld del Lindero . Lo que necesitas saber para atravesar tu Zona de Comodidad CAPITULO DIEZ Oposicién inesperada.. Cémo hablar y sacar benefi de la Frontera CAPITULO ONCE Diamantes en el desierto Por qué la Tierra Intttil es todo menos Iniitil 110 CapiTULo Doce” Una sorprendente invitacién.. 123 Cémo el oasis del Santuario te transforma a tiya ti Suetio CAPITULO TRECE El corazén de un Guerrero Qué haces para derrotar a los Gigantes en ti camino CAPITULO CATORCE ‘Haz realidad tu Gran Suetio sss Por qué la Tierra de la Promesa es solo el comienzo odo aguel qe espera y cree Igo importante en su vide. Este libro esp que logrard alcai e David y Heather Kopp fueron una parte vital en la creacién de este libro. Contar con s compromiso, ensrega, Atbilidad y aliento fue una gran inspiracion. Gracias, nis buenos amigos, por ser Campeones para este Soniador. az Sobre todo, deseo reconocer al mismo Dador de Sues. Puesto que sin El, ninguno de nosotros tendvia un Seto conviincente en el cual ocupar nuesiras vides. PREFACIO OCs que cada persona en Ia tierra nacid con un suefio para su vida? No importa a dénde viaje en el mundo, ya sea entre cl superpoblado Manhattan o entre las aldeas al sur de Africa, todavia no he encontrado una persona que tuviera un suefio. Sin embargo, alli esté. A este universal y poderoso anhelo le he llamado un Gran Suefio. Como el cédigo genético que describe tus pasiones tinicas y habilidades, tu Gran Suefio se ha entretejido en cu ser desde el nacimiento.-Eres la tinica persona con un Suefio como el tuyo. Y lo tienes por una razén: jacercarte hacia la clase de vida que naciste para amar! Bienvenido a mi nuevo libro, El Dador de Suerios, una prdctica e innovadora guia para conseguir tu Gran Suefio. El Dador de Suefios consta de dos partes. La primera parte es «La pardbola del Dador del Suefio». Esta es la historia de Ordinario, un don Nadie que abandona la Tierra Familiar en busca de su Gran Sueito. Preracio 7 La paribola sigue a Ordinario en el viaje a su Sueio. Esta historia te presentard las grandes ideas de las que deseo hablar en la siguiente seccién. A la segunda parte se le Hamé «El viaje a ca Gran Suefion. En esas paginas te serviré como Entrenador del Suefio, ayudéndote en la solucién del problemay aalcanzar un importante logro personal, Esta seccién se creé para inspirarte a lo largo del viaje hacia tu Suefto. Para mucha mas ayuda, te invito a visitar www. TheDreamGiver.com, donde encontrards soluciones creativas ¢ interactivas para la gente que va tras su Suef. Al escoger una parabola a fin de ensefiar sobre los Suefios, procuro seguir una larga y honorable cradicién de comunicar importantes principios de la vida a través de una sencilla historia, C.S. Lewis y Las Crénicas de Narnia, por ejemplo. O Juan Bunyan y Progreso del Pevegrino. quign puede olvidar las parabolas del Buen Samaricano y el Hijo Prodigo? A fin de comunicar la verdad a la gence de todos los tiempos y culcuras, quiz la pardbola sea la herramienta de ensefianza mas poderosa disponible. Si leiste La Oracién de Jabes, te encontraste con un poco conocido hombre del Antiguo Testamento que se negé a conformarse con menos. Deseaba con desesperacion huir de las limitadoras circunstancias y expectativas en las que nacié. Por lo tanto, clamé a Dios por bendicién, por mayores fronteras y para que el poder y la proteccién les acompafaran. Y Dios le dijo que sf. Si oras asf, tu vida cambiard. Dios desea expandir tus fronteras. Conducird tu vida en una direccién donde serds capaz. de prosperar, aunque también a un lugar en el que enfrentards grandes retos que nunca antes afrontaste. 8 PREFACIO En este libro, a esta direccién la llamo Su Suefo para ti. Pronto, cada Sofador aprender que el camino hacia el fururo que ti en realidad deseas eseé bloqueado con amenazadores obstaculos del Sueito. Es por eso que tantos se vuelven atris. Sin embargo, lo que muchos no se dan cuenta, y que yo pasé por alto durante afios, es que cada obstéculo ¢s también una importante oportunidad. Los obstéculos se presentan en una previsible secuencia, y cada uno por una muy prometedora razén. Mientras mejor comprendas el viaje a tu Suefio y lo que Dios hace en tu vida, menos probable sera que abandones tu Suefio. Por lo tanto, déjame preguntar: {Tuviste un suefio en la niftez que perdiste a lo largo del camino? ;Tienes un suefio ahora mismo que parece imposible perseguir? {Te parece que hasta Dios olvidé darte un Gran Suefio? ;O ests tras tu suefio, pero experimentas un revés tras otro? Si tu respuesta a cualquiera de esas preguntas es si, jeste libro es para ti! Por favor, ttnete a mi para el viaje de tu vida. Dios permita que tu corazén cante a medida que aceptes lo que fuiste creado a ser y hacer. Con afecto, Bruce Wilkinson Johannesburgo, Suddfrica PRIMERA PARTE La PARABOLA DEL DADOR DEL SUENO CapriTULO UNO 2 ORDINARIO ACEPTA su Gran SUENO co hace mucho tiempo ni muy lejos de aqui, un don Nadie llamado Ordinario vivia en la Tierra Familiar. Cada dia era casi igual para Ordinario, En las mafia nas se levantaba ¢ iba a su Trabajo Habitual. Después del trabajo, comia casi lo mismo que habia cenado la noche antes. Luego se sentaba en su butaca y veia la caja que hip- notizaba a gran parte de los don Nadie durante la meyoria de las noches. A veces, Mejor Amigo venia aqui a unirse a Ordinario delante de la caja. Otras veces, Ordinario iba a la casa de sus Padres y la vefan juntos. Por lo general, en Familiar no pasaban muchas co- sas que no hubieran pasado antes. Ordinario pensaba que estaba contento, Encontraba confiables las rutinas. Se 12 EL paoor oe Suenos mezclaba con la multitud. Y la mayoria de las veces, solo deseaba lo que tenia Hasta el dia en que Ordinario noté un pequefo y tidioso sentimiento de que algo grande faleaba en su vida. © quizd el sentimiento era que él se perdia algo grande. No estaba seguro El pequefio sentimiento creci6, Y aun cuando en Fa- miliar un don Nadie casi nunca esperaba lo inesperado, Ordinario comenzd a desearlo. a El tiempo pasé. Entonces una mafiana Ordinario se des- perté con estas palabras recumbando en su mente: Lo que te estds perdiendo, til ya tienes {Seria cierto? Ordinativ wird una y oti vez. ¥ luego descubrié que en un rinconcito de su corazén yaeia un Gran Sueao, El Gran Suefio le dijo que él, un don Nadie, estaba hecho pata ser Alguien y estaba destinado para lograr Grandes Cosas. Saltando de la cama, Ordinario descubrié algo més: tuna larga pluma blanca descansaba en el alféizar de su ventana, {De dénde vino? ;Qué significaba? Con un so- bresalto de entusiasmo, Ordinario decidié que iria a visi- tar al Dador del Suefio Ahora bien, Ordinario habia escuchado rumores de varios de los don Nadie en Familiar que despertaron a un Gran Suefio. Sin embargo, nunca se habia imaginado que le pasaria a él. Se apresuté en vestirse, con su Gran Sueiio golpedn- dole con alegria en su pecho. Estaba ansioso por llegar a su Trabajo Habitual y contarle a Mejor Amigo las noticias. ORDINARIO ACEPTA SU GRAN SUERO «13 Aun asi, en sti camino al trabajo, Ordinario se dio cuenta que tenfa un problema, Su Gran Sueno era de- masiado grande para un don Nadie como él. Le daria vergiienza contarselo a alguien. Es probable que hasta ‘Mejor Amigo se riera. Sin embargo, Ordinario estaba demasiado entusias- mado como para guardar su suefto para él. En cuanto vio a Mejor Amigo, le solté las noticias: ql Dador del Suefio me dio un Gran Suefio! Me hicieron para ser Alguien y me destinaron para lograr Grandes Cosas!». Mejor Amigo lo miré sorprendido, pero no se rid. «Eso es muy... grande», le dijo. «Asi que si yo fuera ct, no le hablaria demasiado de este Suefio a los tuyos. Los don Nadie de por aqui te podrian tomar por loco» Ordinario no queria que lo vieran como un loco. Por lo tanto, después de eso guardé su Gran Suefio para si. Z Un dia tras otro, Ordinario se presentaba a su Trabajo Habitual. Sin embargo, mientras trabajaba, pensaba en su suefio. Pensaba en ctxin maravilloso serfa hacer lo que le gustaba en lugar de solo fantasear con esto. Elanhelo de Ordinario por su Gran Suesio crecia cada vez més, hasta que al final se dio cuenta que nunca serfa feliz a menos que fuera en st busca. Por qué el Dador de Sueftos no lo hizo posible? Si el Dador de Suefios no lo hacia, ;cémo Ordinario abandonaria jamds a Familiar? Tenia pagos y gastos. Tenia deberes regulares. Un mont6n de los don Nadie contaban con él para muchisimas cosas. 14 EL oacor ve SuENos Ordinatio se sintié atrapado por completo. El tiempo pas6, pero nada cambié. Comenz6 a odiar su Trabajo Habitual. A mi no me hicieron para esto, se decia. ;Lo sé! Al poco tiempo, comenzé a preocuparle de que quizd no recibiera en absoluco un Gran Suefio. Es posible que se lo hubiera inventado todo. Y por dias se ponia mas triste. aw Una tarde después del trabajo, Ordinario fue a la casa de sus Padres a ver la caja. Sin embargo, su caja estaba rota, de modo que la casa estaba muy silenciosa. Estaba incluso mds silenciosa debido a que su Madre fue de compras a Viveres Familiar. En la quietud, Ordinario comenz6 a pensar de nuevo en su Suefio. Examiné a su Padre sentado en su butaca, con la vista fija en el periddico de una sola pagina Noticias de los Don Nadie. Alo mejor él puede ayudar. —Padre —dijo Ordinario—, estoy cada vez mis triste. Ya no me gusta mi Trabajo Habitual. Es mas, creo que lo odio. Padre levanté la vista. — Eso es terrible! —dijo—. :Qué pas6? Sin poder detenerse, Ordinario comenzé a hablar acerca del Dador del Suefio y de su Gran Suefio. —jMc hicieron para ser Alguien y lograr Grandes Co- sas! —dijo. Y¥ entonces le dijo a su Padre el Nombre de su Suefio. Mientras hablaba, su voz temblaba. Estaba seguro que su Padre se reirfa 0 Io lamarta tonto, ee OROINARIO ACEPTA SU GRAN SUENO 15, Sin embargo, su Padre no lo hizo. —No me sorprende escucharte deci dijo. —No? —dijo Ordinario. —No —dijo su Padre—. Tii tenfas ese Suefio incluso desde que eras pequefio. ;No lo recuerdas? Tenias ls cos- tumbre de construir ese mismo suefio con palos y lodo delante de esta misma casa. Entonces Ordinario lo recordé. jEl siempre tuvo su Suefio! Era lo que siempre quiso hacer y lo que siempre pensé que serfa bueno al hacerlo. Sus ojos se llenaron de Iégrimas. —Padre —dijo—, creo que naci para hacer esto. esas cosas —le a Ordinario y su Padre se sentaron juntos en silencio. Al parecer, su Padre también escaba recordando algo. Al poco rato pregunté: —Cuando despertaste atu Gran Suefio, Hijo, zen- contrast... una pluma? Ordinatio estaba impresionado, —;Cémo lo supisee? —pregunt —Hiace mucho tiempo desperté a un Suefio también —dijo su Padre—. ¥ vino con una larga pluma blanca. Era un maravilloso suefio. Guardé la pluma en el alféi- zar de mi ventana mientras esperaba una oportunidad de buscarlo. Esperé y esperé. Sin embargo, nunca me parecié posible... Un dia noré que la pluma se habfa vuelto polvo. De todas las palabras tristes que jamds Ordinario es- cuchara, estas eras las mas tristes. Antes de marcharse esa noche, su Padre lo abraz6. 16 Et oavon of Suenos —No comeras el mismo error que yo, Hijo —le dijo—. No tienes que quedarte en un don Nadie, puedes ser un Sofador! i a Cuando Ordinario llegé a casa, fue derecho a la ventana y recogié la larga pluma blanca. Con cuidado, le dio la vuelta en sus manos, Pens6 en su Padre y el Suefio que dejé atras. Entonces tuvo una sorprendente idea, ;Seria que quiz el Dador del Suefio le daba a cada don Nadie un Suefio, pero solo algunos acepraban sus suefios? ;E in- cluso pocos iban tras ellos? Mientras mds pensaba en esto, mas pensaba que era cierto. Una cosa Ordinario sabia con seguridad: No querta repetir el error de su Padre. No malgastaria otro dia espe- rando a que su Suefio pareciera posible, Encontrar‘a une manera de ir tras él. a El tiempo pas6. Ordinario trabajaba mucho en su plana fin de comenzar su Suefto. Hizo decisiones duras. Hizo cambios dificiles. Incluso hizo grandes sacrificios. Al final, una mafiana, estaba preparado. Ordinario corrié todo el camino hasta su Trabajo Habitual, con su Suefio martilléndole en su pecho. En cuanto vio a Mejor Amigo, Ordinario solté las noticias: —Ese Gran Suefto del que te hablé... jhe decidido buscarlo! Oro RIO ACEPTA SU GRAN S| Mejor Amigo lo mieé preocupado. —TTi sabes tan bien como yo que los don Nadie que buscan sus Suefios abandonan Familiar —le dijo—. Se ponen en marcha como tontos hacia el Desconocido, en busca de un lugar en el que... —Si, si, lo sé —interrumpié Ordinario—, jy tengo muchas ganas de comenzar! —Aun asi, Ordinario, ese viaje es cualquier cosa, menos sensato o seguro. Por qué abandonar Familiar? Se esté muy cémodo aqui. Y ademis, tt siempre viviste aqui. —He pensado en todo eso también —dijo Ordina- rio—. Sin embargo, mi Gran Suefio es demasiado im- portante y maravilloso para perderlo. Mejor Amigo meneé su cabeza —Asi que ce vas a convertir en un Sofiador —dijo. — Soy un Sofiador! —respondié Ordinario—. Hoy voy a decirle a mi Jefe que abandono mi Trabajo Ha- bitual. Maiiana comenzaré mi viaje. ;Eh!, Mejor Amigo —ajiadié Ordinario con entusiasmo—, jte puedes que- dar con mi butaca y mi caja! Y con eso, Ordinario se marché, tarareando una melodia que nunca antes habia escuchado. La noche antes de abandonar Familiar... Ordinatio decidié usar la larga pluma blanca a fin de que le ayudara a recordar la Verdad. Sac un cuaderno y en la cubierta escribid «Mi Diario del Suefio». Luego sumergié el célamo en la tinta permanente y escribid en Ja primera pagina: 18 EL pavor ve Suenos + El Dados de Sutios mi die on Gran Seta incline antes da neers. IL fim acebe de ! + Ms Socio ex hacer le que hase mejer y be qut anda me goats bactr, (Coma prude perdérmate for tarde Hempa? * Taye que sacrificarine y bactr andes combion & fin de ir tras mi Sutiio, Sin embange, valdrd le pera. + Me entristece pensar gut muchos dom Nadie 1 tiln prditnde algo tom Grande. CAPITULO DOS ORDINARIO ABANDONA su ZONA DE ComopiIDAD AG mafiana siguiente, Ordinario se desperto a la hora le costumbre. Sin embargo, en lugar de presentarse a su Trabajo Habitual, hizo su maleta con las cosas nor- males. Luego afiadié su diario y un frasco de tinta perma- nente. Justo antes de cerrarla, colocé dentro y con sumo cuidado su larga pluma blanca. Pronto, Ordinario se alejé del cémodo centro de Familiar, donde vivian casi todos los don Nadie. Se en- caminé hacia la Frontera, adonde casi ningtin don Nadie iba jamas. Ordinario nunca antes se atrevié a transitar ese cami- no. Aun asi, como cada don Nadie, sabia que mientras mis uno se alejaba del centro de Familiar, las cosas se con- vertian en menos familiares. Ademés, sabia que casi todos los don Nadie que trataban de abandonar la Zona de Co- modidad de Familiar se sentian tan incémodos, que daban la vuelta y se iban a casa, 20. EL panor oF Suenos Algunos se alegraban tanto de estar de regreso, que se sentaban en sui butaca por dias, esperando que no pa- sara nada y suspirando con alivio. No obstante, Ordinario se dijo que él era diferente a la mayorfa de los don Nadie. Perseguiria su Suefio, pasara lo que pasara, Rebosante de esperanza, Ordinario silbaba su nue- va melodia a medida que caminaba y sofiaba con las Grandes Cosas que lograrfa. La vida nunca parec prometedora. A Ordinatio no habia ido muy lejos, sin embargo, cuando dejé de sentir el deseo de silbar. No sabia el porqué, pero ya no estaba de humor. Luego, a medida que caminaba mis lejos, comenzé a sentirse nervioso. El escenario se veia diferente. Las hojas en los frondosos arboles tenfan un aspecto diferente. Ahora cuando Ordinario pensaba en su Suefto, este se vela también diferente, Por primera vez vio cémo su biisqueda le causarfa un monton de molestias. Tendria que hacer cosas poco conocidas en lugares poco conoci- dos. ¥ no tendria su caja para ver. Entonces tuvo un pensamiento incluso més pertur- bador: Para hacer lo que mis le gustaba, jcendria que hacer lo que més le atemorizabal De inmediato, el estado de animo de Ordinario fue del nerviosismo a la ansiedad. Sus pasos comenzaron a ser lentos. Y él empezé a tener grandes dudas acerca de sui Gran Suefio. ;Qué habia estado pensando? No tenia el suficiente talento ni In habilidad para tener éxito en Oro! 10 ABANOONA SU ZONA DE COMODIDAD su Suefio. Sin duda, era Ineapaz de de lograr Grandes Cosas. ;Qué si fracasaba justo delante de los otros don Nadie? Aun si lograba hacer el Suesio, sin duda lo peor d todo es que era Indigno. Ningtin don Nadi él no merecia vivir su Sueio. Al fin y al cabo, era solo Ordinatio. Es que tal vez el Dador de Suess tenia la intencién de darle el Sucio a algtin otro don Nadie mis noble que él? Ya, cada paso era més dificil de dar que el anterior. Su ansiedad crecié en temor. Luego més adelante vio un cartel. Decia: veria que Salida de la Zona de Comodidad de Familiar. Entrada al Area Fronteriza, Ahora Ordinario sintié oral terror. El sudor le corria por la frente. A duras penas podfa respirar. Apenas lograba pensar, Enconces, del mismo modo que llegé al cartel, Ordi- nario se topé con una invisible Muralla de Temor. Se detuvo, incapaz de dar un paso més. Dejé caer su maleta y se senté encima de ella. a 2Debia regresar?, se preguntaba. ,O trataria de encontrar un camino para continuar? El tiempo paso. Luego escuché estas palabras: —gPor que ests parado? Ordinario reconocié al Dador de Suefos. 22 Ex wanor oe Suenos —Pienso que debo regresar a mi casa, No soy el ade- cuado don Nadie para ir tras un Gran Sueio como ese. Jo eres —dijo el Dador de Sueiios—. Te hice patra est0. —Sin embargo, no creo que pueda hacerlo —dijo dl. Si, ti puedes. ¥ yo estaré contigo, Te ayudare. a Ordinario se quedé donde estaba. Observaba un descono- cido insecto que se arrastraba por la punta de su zapato. Extrafios p§jaros volaban en lo alto. Al poco rato, se patd y observé anhelante hacia el Desconocido. En algtin lugar por allf estaba su Gran Sue- fio, Sin embargo, llegar desde aqui hasta alli parecia un camino demasiado dificil. Luego volted la vista con ansias hacia Familiar. Re- cordé con carifio todas stis comodidades: su Trabajo Ha- bitual, su Mejor Amigo, su butaca, su caja, Habia algo maravilloso donde no pasa nada. Ordinatio recogié su malera y decidié dar un paso en esa direccién, solo para ver qué se sentia. Se sentia mejor. Enseguida, su respiraci suave, Asf que dio otro paso, solo para ver cémo se sentirfa, Se sintié incluso mejor. Continud. Con cada retroceso hacia el centro de Fe miliar, Ordinario se sentéa mds cémodo. No obstante, pronto noté que también aumentaba la tristeza de nuevo. Y supo el porqué: Con cada paso que daba, dejaba su Gran Suefio muy por detrés. in fue més ORDINARIO ABANDONA SU ZONA DE COMODIDAD Entonces escuché de nuevo al Dador de Por qué vas de regreso Ordinario se detuvo. —Porque tengo miedo! La partida de Familiar se siente demasiado espantosr_y demasiado arriesgada —dijo él. Sis lo es. —Aun asi, si se suponfa que hiciera este Gran Suefio —exclamé—, jestaba seguro que no sentiria tanto miedo! —Si, lo sentirias dijo el Dador del Sueio—. Cada don Nadie lo siente. Ordinario bajé la cabeza. Pensé por un momento. —Sin embargo, 1 puedes alejar el temor. Por favor, illevate el temor! —suplicé—, Si no lo haces, ;no puedo continuar! Si, tit puedes —dijo el Dador de Sueios—. Llénate de valor, Ordinario. Y entonces se fue. uetios. a Ahora, Ordinario vio su decision con claridad. O bien conservaba su comodidad 0 su Suefto. Pero cémo uno se «llena de valor» cuando no tienes ninguno? Ordinario lo decidié. Si su temor no lo iba a aban- donar, tendria que avanzar a pesar de esto. Todavia temblando, recogié su maleta, le dio las es- paldas a Familiar y se encaminé al cartel. Y aun cuando su temor iba en aumento, Ordinatio cetté los ojos y dio un gran paso hacia delante, justo a través de la invisible Muralla del Temor, 24 Ex oxvon ve Suenos Y aqui hizo un sorprendente descubrimiento. Al otro lado de ese solo paso, el mismo que Ordi- nario pensaba que no podria dat, encontré que habia atravesado su Zona de Comodidad. Ahora la Muralla del Temor estaba detrés de él. Era libre y su Sucto estaba delante. Comenzé a silbar de nuevo mientras avanzaba, con su Gran Suefio golpedndole con alegria en su pecho. Mas tarde ese dia... Ordinatio sacé su diatio y su larga pluma blanca y es- ctibié la Verdad acerca de su Zona de Comodidad. + Fut dificil dejar mi 2ome de Comodidad Sin embargo, blr side son anda dificil Aujen ania mi Sutiro, y tstoy comtteto de quero le lice * Todavia no me sitmte difne wi chpay pine hacer mi Sutra, pero th Dador de Sutiros prometis agudanmnt, © Alora 16 us stertte: Putde llemarmne de valor», aur coowde dtrte tenor, + Mi Gram Sutfie estaba al otre lade de ura dmwisible Munalle de Tenor, Tove qut rastreala, Pensabe. que me podis, pero lo hice, CaPiTULO TRES CON LOS INTIMIDANTES EN EL AREA FRONTERIZA ps después de pasar el cartel, el sendero de Ordi- nario descendié en una pendiente. Delante vio las Aguas Profundas y el puente al Desconocido. Entre él y el puente se extendia el Area Fronteriza, un tramo de terreno llano. Ordinario estaba sorprendido al ver, parados en el centro del Area Fronteriza, algunos de los don Nadie de Familiar. Uno de ellos, qaien lo miré con més familiari- dad, se apresuré hacia él. Era su Madre. e Ella corrié y rodeé con sus brazos a Ordinario. —jAh, Ordi! —lloré—. jMi bebé! ;Gracias a Dios gue llegamos aqui a tiempo! —sPero cémo llegaste aqui tan répido? —pregunté él 26 EL panor 9€ Suenos ORDINARIO SE ENCUENTRA CON LOS InTIMIDANTES... 27. —Puesto que tit en realidad no abandonas Familias —dijo ella—, jno tienes que atravesar todo ese remible malestar! —;Pero por qué ests aqui? Ti no debes continuar! —dijo—. {Me alarmé mucho cuando escuché que habjas abandonado Familiad! Sé que td nos lo dijiste, pero nunca pensé que lo harias. Con sinceridad, zqué estés pensando? jNo es seguro! Te puedes hacer dafio. ;Incluso puedes morit! —Aun asf, jes mi Gran Suefto, Madre! —dijo Ordi- nario—. Es un maravilloso Suefio y deseo ir tras él. Ordinario traté de tranquilizar a su Madre. Le dijo que en cuanto a Suefios Grandes se trata, el de él solo amenazaba su vida un poco. Sin embargo, esto parecié alarmar més que nunca a su Madre. Mientras atravesaban el Area Fronteriza, Ordinario se encontré con su Tio y Mejor Amigo. a E| Tio de Ordinario avanzé primero a grandes zancadas, —Asi que estis decidido a convertirte en un Sofa dor —le dijo en tono acusatorio—. :No te das cuenta de que vas en contra de cada tradicién en esta familia? ;Por qué debes ré convertirve en Alguien cuando el resto de nosotros tiene que estar feliz siendo don Nadie? Antes que Ordinario replicara, Mejor Amigo inter- vino. —Antes estaba preocupado, Ordinario —dijo con gravedad—, pero mientras més pienso en esto, mds con- vencido estoy de que no tendris éxito. ;No me puedo quedar sin hacer nada y verte caer derrotado! Ordinario estaba mudo y desconcertado. Habia es- cuchado un rumor acerca de Intimidantes de la Fron- tera. Sin embargo, suponia que si era cierto, los Intimi- dantes serian los don Nadie que él no conocia. Nunca se imaginé que fueran los don Nadie que lo conocfan bien! Ahora su Madre, Tio y Mejor Amigo estaban todos parados en silencio delante de él, bloqueando su vista al puente de su Gran Suefto. Cémo lograrfa pasarlos? :De- bia incluso intentarlo? Necesitaba tiempo para pensar. Les pidié a sus Intimidantes que esperaran por él. Luego caminé solo a la orilla de las aguas, donde se seneé sobre una gran roca. Examinando las Aguas Profundas, Ordinario pensé y pensé. Pens6 hasta que comenzé a creer que quizd sus Intimidantes tuvieran razén. A lo mejor él estaba equivo- cado al perseguir su Suefio. Z Entonces Ordinario escuché una voz que lo llamaba por su nombre. Cuando se volvié a ver quign era, reconoci un Alguien, Era Campe6n, un viejo amigo de Familiar que solfa ser un don Nadie. —jCampedn! —exclamé Ordinario—. Qué estis haciendo aqui? Campeén se senté en la roca junto a él. —Cuando escuché que te ibas a convertir en un So- fiador, solo senia que venir —dijo—. Sabia que necesi- tarias ayuda —Gracias —dijo Ordinario con un profundo sus- piro—. Pero viste a todos mis Intimidantes? 238 Et oanor pe SuERos —Los vi —dijo Campeén—. Ellos son Intimi- dantes, de acuerdo. Sin embargo, piensa en mi como tu Valiente de la Frontera, Deseo ayudarte a abrirte paso por su oposicién. Entonces Campeén ayudé a Ordinario a compren- der lo que estaba pasando. —Tu madre, Tio y Mejor Amigo solo hacen lo que es natural —le dijo—. Cuando abandonaste tu Zona de Comodidad, en realidad estremeciste las suyas. Cada uno de ellos tiene algo que perder si ti avanzas. —Eso tiene sentido —dijo Ordinario—. Aun asi, qué hago ahora? ;Cémo pongo a todos mis Intimi- dantes de mi parte? —Pues bien, es posible que no seas capaz de ha- cerlo. Sabiduria es la clave. ‘lrata de comprender lo que Jos motiva. Busca el valor de sus preocupaciones. Solo necesitas desechar o evitar algunos Intimidantes. Sia embargo, la mayoria de los Intimidantes de la Froncera tienen preocupaciones que te pueden ayudar a aclarar tus planes. Asi es cémo un sofiador cambia la oposicién en oportunidad. ‘Cuando Campeén se levanté para irse, dijo: —Aférrate pronto a tu Suefio, Ordinario. Algiin dia vas a ser Alguien. {Lo sé! Entonces le estreché Ja mano a Ordinario y des- cendié de la roca de un salto. —Recuerda —le dijo—, cuando los Intimidantes traten de bloquear tu camino, jlo que més importa es a quién tii decides agradar! ORDINARIO SE ENCUENTRA CON LOS 1 NOANTES... 29 a a Ordinario pensé en las palabras de despedida de Campeén. Decidié que era el momento de hablar de nue- yo con sus Intimidantes. ‘A medida que el sol comenzaba a ponerse, andaba de un lado al otto alo largo de la orilla de las aguas, hablando con ellos. Les conté mas acerca de su Suefio. Aprendié de sus preocupaciones. Entonces les dijo que estaba decidido a perseguir su Suefio en el Desconacido. ‘Al anochecer, Ordinario estaba preparado para atravesar la Frontera. Cuando Madre le pasé su maleta, vio ligtimas en sus ojos. —He cambiado de opinin. Quiero que persigas tu Suefio. Y tu Padre estaré muy orgulloso de ti, Creo que hace afios él deseé hacer el mismo viaje —le dijo. Enton- ces lo abrazé para despedirse. Ordinario estreché las manos de Mejor Amigo y su Tio (quien todavia no parecia complacido). Mientras los tres cbservaban, se encaminé hacia el puente sobre las Aguas Profundas. “a En la reunién del creptisculo, Ordinario falié en notar que otro don Nadie estaba parado en el Puente. Sin em- bargo, este don Nadie no era un don Nadie cualquiera, era el Amo de Familiar. Era el tinico que decidia lo que era bueno para un don Nadie, Era el propietario de cada centimetro de tierra. Incluso era el duefio del puence. —Te niego el acceso a mi puence —le di i por qué? —pregunté Ordinario. —Porque necesito que cada don Nadie permanezca en Familiar en su Trabajo Habitual —dijo el Amo—. No 30 EL pacor oe Suenos ORDINARIO SE ENCUENTRA CON LOS INTIMIDANTE: quiero perder ningiin don Nadie més por esta tonta idea de los Suefios. ;No re dejaré ir! Ordinario se esfor26 por no atetrorizarse. Sabidurfa le dijo que un antagonista como el Amo era el peor tipo de Intimidante. Tenia mucho que perder y no le preocu- paba Ordinario. 2Qué debia hacer ahora? ;Qué podia hacer? En- tonces Ordinario records las palabras de despedida de Campeén. Y fue cuando decidié nadar. Sabia que a lo mejor no lo lograrfa. Las Aguas Pro- fandas eran muy extensas y él no era un nadador muy bueno, Sin embargo, lo intentarfa. Mientras sus Intimidantes lo observaban, Ordinario bajé hasta las Aguas Profundas. Trataba de entrar cuando sus ojos captaron algo. Un pequeno bote estaba atado cerca de alli. Cuando se ‘acercé, Ordinario vio una nota en el asiento del bore. La tomé y la leyé: Ordinario, si encontraste este bote, sé que escogiste agradar al Dador de Suefos, ,Disfiuta un cruce en seco! Tit Suerto aguarda por ti en la Tierra de la Promesa. ;Te doy mi palabra! Campein Ordinario desaté el bote, guardé su maleta en la parte delantera y lo empujo. A medida que remaba en las Aguas Profundas, Ordi- nario observé cémo sus Intimidantes de la Frontera eran cada vez més pequefos. Cuando al fin estuvo seguro de que en realidad dejé a Familiar, dijo adiés con la mano a los don Nadie en la costa. Sin embargo, para entonces estaba demasiado oscuro para decir si ellos le devolvieron el saludo de despedida Esa misma noche... Antes de irse a dormir en un alto y seco césped al otro lado de las Aguas, Ordinario usé la pluma de nuevo para escribir en su diario. = Meencontrt com bor lntisnidantes em ef Arca Fronteriga, * Grande abandont Familia, taster be Zows de Comotidad de bor cercamor & Hn. Se snttron come gut prdian alge = ianportente, © * Ben coande mis lntimnidantes thatanon ki de detererme, me eagodenon olyunes de t04 prtocupacionts. 1 No pude persiadin a todos anit lntirni- i davies. Al final, decide a quite agpederke, E Ercogt agpadan al Dador de Sutinor. CaPiTULO CUATRO Bay) ORDINARIO ENTRA A LA TIERRA INUTIL One se durmié profundo y se desperté tara- reando su poco conocida melodia. Los temores de dejar su Zona de Comodidad ya habian desaparecido. Sus Intimidances de la Frontera quedaron atrds. Su paso era ligero a medida que viajaba dentro de lo Desconocido. A la vuelta de cada nueva curva esperaba alcanzar la Tierra de la Promesa donde encontrarfa su Gran Suefio. Sin embargo, no la encontraba. En su lugar, pronto se encontré en el borde de un gran abismo. Una niebla nublaba la vista debajo. Cuando Ilegé al fondo, vio lo que tenia por delante. Y lo que observé hizo que se le cayera el almaa los pies. Solo vio kilémetros y kilémetros de arena, rocas y algunos malerechos érboles. Estaba parado en el borde de una vacia Tierra Intitil, ¢Cmo viviria aqui algiin maravilloso Sueno?, pensd. OROINARIO ENTRA ALA TIERRA INUTIL. = 33 No estaba seguro. Aun asi, el sendero continuaba, cancia. Por lo tanto, de- setpenteando en la liigubre cidié continuar. “2 Ordinario caminé. Y caminé. Cada vez que tenfa ham- bre, abria su maleta y comia. Y cada vez que tenia sed, Ia abria y bebia. Y cada vez que pensaba en su Sueio, decidia seguir. El tiempo pasaba. La piel de Ordinario se quemaba. Sus pies se le ampollaban, Sus huesos le dolian. Un dia se borraba en el oxro. Y entonces un dia tuvo hambre y abrié su maleta... y no encontré nada que comer. Ese fue el dia en que Ordinario comenzé a preocu- parse. Clam6 al Dador de Suenos por comida. Sin em- bargo, no obtuvo respuesta, Dos dias més tarde se le acabé el agua. Llamé de nuevo al Dador de Suefios. Y una vez mds no escuchd nada. Por fortuna, ese fue también el dia en que Ordinario se las ingenié para buscar un hilo de agua que manaba de una roca. Al menos ahora solo estaba hambriento. Aunque, si fue lo suficiente inteligente para encontrar agua, quizé lo fuera tambi¢n para encontrar alimento. En efecto, no pasé mucho tiempo antes que detec- cara un extrafo arbusto con algunas frutas aisladas col- gando de sus ramas. Ordinario probé una. Su sabor no era dulce, pero tampoco era amargo. Asi que comié hasta llenarse. Todavia, el Dador de Suefios no daba sefiales por ninguna parte, 34 Et papor of Suenos ORDINARIO ENTRA ALA TIERRA INUTIL 35 a Pas6 mas tiempo. Pasaton las horas y dias més largos que Ordinario recordara jamés. Desesperado, comenzé a buscar un camino. Un dia siguid lo que parecia un atajo sobre una cima. Sin embargo, conducia a un caiién que terminaba en arena movediza. ‘Trataba de viajar en la noche cuando habia més fres- co; pero perdia el sendero. Cada retraso lo hacia mas decidido a encontrar una ruta répida. No obstante, cada intento solo le llevaba a otro callején sin salida. Una y otra vez Ordinario perdia su camino. Una y otra vez clamaba por el Dador de Suefios a fin de que le mostrara la senda. A pesar de todo, no Ilegaba la respues- ta. Por qué confié en que el Dador de Suefios lo guiaria desde el principio? El dia Ilegé cuando Ordinario al fin se rindié. Se senté sobre su maleta y se neg a moverse hasta que el Dador del Suefio le mostrara un plan. Sin embargo, el Dador del Suefio no se aparecié ese dia. Ni al dia siguiente. Ordinario nunca se habfa sentido tan perdido y solo. Se sintié enfadado. Cada vez se enojaba mas. Y entonces un viento fuerte y caliente comenzé a soplar. 2 El viento soplé todo ese dia y todo el dia siguiente. La arena entré a los ojos de Ordinario. Penetré en sus dien- tes y orejas. Cuando al fin el viento pard, Ordinario se puso de pie. Pero hasta donde podia ver, solo habia arena. El sendero a su Suefio habia desaparecido por complero, ;Era obvio que todo su viaje a través de la Tierra Inttil fue Inti Ardientes lagrimas surcaron sus sucias mejillas. «Ti no eres un Dador de Suefios», grité al ciclo. «/Tii eres un Destructor de Suefios! Confié en ti, Prometiste estar conmigo y ayudarme, ;Y no lo hiciste!» Entonces Ordinario anduvo desesperado dando eraspiés por el arenoso Indtil, arrastrando su maleca vacia detris de si. Su Suefio estaba muerto y ahora él deseaba morir también. Cuando llegé a un maltrecho Arbol, se acosté debajo de su miserable sombra y cerré sus ojos. Esa noche durmié el suefio de un Sofiador sin sue fos. @ ‘A la mafiana siguiente, Ordinario escuché algo. Sobre- saltado, se fij6 y vio a una radiante Alguien sentada en las ramas del drbol. —Quign eres ti? —le preguntd, mientras ella ba- jaba de un salto al suelo. —Mi nombre es Fe —le dijo—, E] Dador de Suefios me envié para ayudarte. —Sin embargo, jya es demasiado tarde! —clamé Ordinario—. Mi Suefo esti muerto. Cuando més necesié al Dador de Suetios, no estaba a la vista por nin- guna parte. — Qué necesitaste que no recibiste? —pregunté Fe. 36 EL papor 0& Suenos —Pues bien, si no hubiera sido por las pocas fuentes de agua que encontré —respondié Ordinario—, jya s- tarfa muerto de sed! {82 Y? —preguneé ella. —Si no hubiera sido por la fruta que encontré, ;seria un esqueleto andante! —respondié é—. |Espera! ;Yo sy un esqueleto andante! ;Puedo morir de hambre en cul quier minuto! jAh! —murmuré Fe—. ;¥? —Pues bien —resoplé Ordinario—, una pequefia di- reccién habria sido buena. Incluso, desde que llegué aqui, ha sido un retraso tras otro. No sé desde cuando llevo dan- do vueltas como un loco. ;Qué Iniil! —Ya veo —dijo Fe asintiendo—. Entonces, ;qué hards ahora? —Solo dime cémo puedo regresar a Familiar —le dijo. —Lo siento —dijo ella—, péro en eso no te puedo ayudar. —Me lo imaginaba —dijo Ordinario—. El Dador de Suefios me envié un ayudante que no puede ayudar! —Quiza tengas razon —dijo Fe—, pero a ti te toca decidir. Entonces Fe se alejé en una direccién que Ordinario tuo la seguridad que era equivocada. a Al poco tiempo Ordinario comenz6 a pensarlo dos veces. {Qué si él estaba equivocado? No quiso ser rudo con Al- guien llamado Fe. Y comenzé a extraiiarla. Se dio cuenta La TIERRA INUTIL, 377 Oroinanto nr que mientras estaban hablando, él sentia esperanza por primera vez en mucho tiempo. Ordinario se paré de un salto y ote6 el horizonte. —Fe! —gri embargo, no se veia por ninguna parce. —jFe! —grité de nuevo, pero no hubo respuesta. Entonces Ordinario tuvo una idea. Trepé al escuslido drbol hasta la copa. Desde alli pudo ver a Fe en la distan- cia, Tan répido como pudo, descendié y se puso en mar- cha en la misma direccién. Més tarde ese mismo dia, Ordinario estaba comien- do alguna fruta junto a un chorrito de agua, cuando vio su viaje a través de la Tierra Inutil desde una nueva per- spectiva. Comida suficiente para el dia Agua, cuando necesitaba beber. Un sendero a seguir que lo guiaba a la Fe. :Cémo pudo haber sido tan ciego? Aun cuando el Dador de Suefios no se veia por ninguna parte, siempre habia estado cerca. Ese también fue el dia en que Ordinario observé su maleta vacta y decidié que era el momento de dejarla atcés. Hizo una improvisada mochila, tomé su Diario del Sueiio, la pluma y la tinta, y se marché. A Después de eso, cada vez que Ordinario ilegaba a un maltrecho Arbol, trepaba para buscar a Fe. Y cuando la cenia a ka vista, marcaba la direccién y comenzaba 2 andar de nuevo ER TE POPS PITRE MANOA i 38 EL oaooR DE Suenos ORDINARIO ENTRA A LA TIERRA INUTIL Un dia, Ordinario se encontrd con algunos Sofa- dores que tegresaban a Familiar. Ellos le contaron una triste historia. Cruzaron la Tierra Inticil y estuvieron a punto de alcanzar la Tierra de la Promesa. Sin embargo, entonees se encontraron con Gigantes tan inmensos y abrumadotes que los Sofiadores pensaban que eran tan pequefios como los saltamontes. Y el Dador de Suefios no estaba por ninguna parte. Los don Nadie parecian convincentes. Y Ordina- rio reconocié su fatiga. No obstante, cuando siguieron hablando, vio algo mas: Habian dejado de confiar en el Dador de Suefios, y ahora viajaban en direccién opu- esta a la Fe. Cuando los don Nadie le advirtieron encarecida- mente que lo que le esperaba delante era demasiado dificil, Ordinario vio algo més. EU habia cambiado. Su viaje a través de la Tierra Intitil no fue inttil. Ahora * Desputs de erage laa Aguas prnsabe que wi Sutivo vital ab doblar de la erquine. En cambio, mcontnt wna Terra lnitil, + Estebe dingustade por ba demore, Vents dudes sobre Dador de Sucior solo empeorabas las corms, © Tora veo qut ba Tierra Iniitil mo tre boaitill Me ensené le verdad del Dador de Sutter, sun coande no tt vtia por porte © Caza que abora soy mds fuerte, Siga a Fe ny 9 aha dic me siento mis preperade pore cuakquitr cose gut tenge por debarte, estaba preparado para lo que le esperaba, sin importar | lo dificil que fuera. —Que tengan un buen viaje —les dijo a los don Nadie que regresaban—, pero yo seguiré. Cuando Ordinario continus a través del desierto, su Suefio golped con alegria en su pecho de nuevo, Y mientras mas quemaba el sol, més creia que encontraria la Tierra de la Promesa, sin importar cudnto demorara, si solo tomaba el camino de Fe. Una manana al otro extremo del desierto... Ordinario escribié la Verdad acerca de la Tierra Intitil. CAPITULO CINCO ORDINARIO ENCUENTRA EL SANTUARIO U" noche, Ordinario soi que el Dador de Suefios staba parado ceica de él. ;Bien hecho, Ordinario!, le dijo el Dador de Sueiios. Ven a mi Santuario. Cuando Ordinario se desperté, estaba junto a un burbujeante arrollo, Cémo llegé alli, o cudndo, no estaba seguro. Sin embargo, la Tierra Intiil estaba detrés de él, Se preguntaba en su suefio y esperaba que fuera cier- to. ZEstaba el Dador de Suefios complacido con él? :Era el Santuario un lugar real y estaria cerca? Recogié su mochila y decidié seguir el arroyo en la fesca y lozana montafia boscosa que vefa delante. Algo parecia atraerlo hacia adelante y hacia arriba, pero no podia decir qué era, Aun asi, sentia como una Invitacién. @ Al poco tiempo, drboles gigantescos se elevaban impo- nentes por encima de Ordinario. Cruzando el area del Onoinanio ENCUENTRA EL SANTUARIO. 41 bosque, se sintié enmudecido, pequetio y tragado por la Grandeza Luego comenz6 el ascenso, Cada ver escalaba més alto, siguiendo el arroyo, hasta que de repente ented a un claro leno de brillante luz. Su corazén le dijo que este era el Santuario y que estaba en la presencia del Dador de Suerios. Ven a las aguas, escuché decir al Dador de Suetios. Delante de él en el claro vio una pequefta cascada que alimentaba un estanque de quietas aguas. Se encaminé a Ia orilla, luego se deslizé dentro de las més puras aguas gue jamés viera. Floté y chapoted, enviando diamantes de luces que se esparcian a través del aire, El ciempo pasé, pero no parecia pasar en modo alguno. Cuando Ordinario salié del estanque, se habian bo- rrado las iltimas huellas de la Tierra Inttil @ Ordinario se qued6 en el claro Ileno de luz por muchos dias. Nunca habia sentido can cerca al Dador de Sue- fos... tan presente ahora como lo sintié ausente en la » Tietra Inicil Entonces Ordinario escuché de nuevo la vor del Da- dor de Suefios. Ven a la luz. Fue entonces que Ordinatio noté que la luz, que habia estado brillando a todo su alrededor, estaba ahora brillando @ sravés de él. Temblando, observ6. ¥ miré adentro de su corazén. Vio cosas que dijo ¢ hizo que no queria ver. Vio la 42 EL oaoor of Suenos rebelién, el egoismo y la traicién. Y a dondequiera que miraba, veia tinieblas. Las ligrimas comenzaron a correrle por sus mejillas. «jLlévate mis tinieblas», suplicd. Dame tu luz!» Y el Dador del Suefio lo hizo. Se llevé las tinieblas de Ordinario y le dio su luz. Entonces el Dador del Suefio dijo: Acéreate a mi, Y Ordinatio lo hizo. Una y otra vez, Ordinario penetraba més profundo en laluz. Y mientras més se adentraba, més se sentia uno con el Dador de Suefios. Después, el Dador de Suefios hablé de nuevo. Ven més alto, dijo. a Ordinario comenzé a subir de nuevo la montafia, su paso era ligero. Ansiaba descubrir lo que el Dador de Suefios tenia guardado para él. Al poco tiempo, Ordinario emergié a una cumbre. Descubrié que se encontraba en una amplia mesera de roca, desde donde divisaba una gloriosa escena: un rio abajo, luego un extenso valle y, encima de este y a lo largo del lejano horizonte, una resplandeciente franja de brillantes montes. —jLa Tierra de la Promesa! —grit6 sorprendido Or- dinario—. ;Tiene que ser! : —Si—escuché decir al Dador de Suefios. Ordinario lanzé un grito de victoria. —jLo hice! {Mi Gran Suefo esté justo alli! —grité. Si. ORDINARIO ENCUENTRA EL SANTUARIO 43 A Ordinario le invadia la felicidad. Al fin su Gran Suerio estaba a stt alcance. ba que Mejor Amigo, sus Padres y cada don Nadie en Familiar escuvieran aqui para ver lo que él veia en este momento! —Ordinario —dijo el Dador de Sueios. —respondié Ordinario. —Dame tu Sueno. —:Qué quieres decir? —pregunté Ordinario—. Es mi Suefio. Ti fuiste el que me lo diste. —Si. Y ahora te pido que me lo devuelvas. Ordinario estaba conmocionado, aunque ni siquiera podfa pensar. —No puedo —le dijo al Dador de Suefios—. Y no lo haré. ‘Ah, cudnto anhel a Ordinario se paseaba de un lado a otro en el borde de la cumbre, tratando de comprender lo que acababa de pasar. Por qué el Dador de Suefios desearia levarse su Gran Sueito? ;Cémo pudo pedirselo? Sobre todo ahora, cuando Ordinario habia llegado tan lejos. No era justo. Ni siquiera era bueno Entonces Ordinario tuvo una idea. Quizé habia una salida, —zTingo que devolvércelo? —pregunté. —No —dijo el Dador del Suefio—. Algunos deciden no hacerlo. Por lo tanto, tenia una eleccién. Podia guardar su Sue- fio. Sin embargo, en lugar de sentir alivio al pensar en eso, Ordinario se sentia confundido y triste. Qué iba a hacer? 44 EL paoor be Suetios ORDINARIO ENCUENTRA EL SANTUARIO © 45 Se desplomé en la roca. Pensé por un gran rato. Al final, vio lo que estaba en juego. Podia agradar al Dador de Suefios y rendir su Suetio, O podia ir en contra de los deseos del Dador de Sueios y guerdar su Sueiio, pero a riesgo de perder el placer del Dador de Suefios. La eleccién quebranté su corazén, El tiempo pasaba. Ordinario pensaba y pensaba un poco mis. El sol se puso y salié de nuevo. A Ia luz de la mafana, sus ojos se fijaron en una — suave y lisa piedra cercana. Al recogerla, noté que la pie- dra encajaba a la perfeccién en la palma de su mano, Entonces vio una palabra grabada en su superficie, Recuerda. ¢Qué significabaz, se pregunté. ;Era la piedra un mensaje del Dador de Suetios o de otro Sofiador? ;Qué debia recordar? Sosteniendo a piedra, Ordinario se puso a pensar de nuevo. Recordé a Campeén y Fe. Ellos deben haber enfrentado esta eleccién. ;Qué le dirian ahora? Recordé el regreso de los Sofiadores. Todavia podia escuchar sus tristes y amargadas voces. No pudieron ren- dir sus Sueftos aqui, jni siquiera confiaban en el Dador de Sueiios! Una y otra vez le daba vueltas a la piedra en la palma de su mano. Al final, sus pensamientos se volvieron al Dador de Sueiios. Este siempre cumplié sus promesas. Siempre fue bueno con Ordinario, aun cuando no se veia por ninguna parte y nada parecia tener sentido, Entonces Ordinario supo lo que tenfa que hacer... 10, lo que deseaba hacer. Lie sa diario y su larga pluma blanca e hizo su tiltima ano- uu mochila al borde de la roca y se senté. Tome cacién sobre su Gran Suefio. Rinde mi Suche a %, Dader de Sueies. He deci- ide que roy yo dk qut no jutde continuer sis ti, Después Ordinario dejé su diario abierto sobre la roca. Ya no lo necesicaria més. Puso la pluma y la piedra en su bolsa y comenz6 su lento descenso hacia el rio. oe Més tarde ese dia, Ordinario llegé al rio. Nadie lo s- peraba alli, Ahora, no tenia Suefio ni plan. Sin embargo, sintié una profunda paz. Se metié en el rio y lo atravesé a nado, arrastrando su mochila detrds de si. En la orilla lejana salié. Y la primera cosa que vio fue su diario, yaciendo abierto sobre la hierba. Su corazén se aceleré, lo recogié y leyé: Ondinario, tt devutlve tu Sutiro. Ya putdes userte fore seine, Alora puedes bograr on yerded Grandes Cosas, Y yo citoy siempne contigo. Ordinario se arrodillé en Ia ribera y lord de gozo. EI Dador de Suefios era més bondadoso, bueno, maravi- lloso y digno de confianza de lo que jamés se imaginara. En ese momento, cuando Ordinatio observé a su Suefio rendido, vio que habia crecido. Ahora su Suetio ya no era solo sobre Ordinario. Ya era parte del Gran Suefio del Dador de Suefios para el mundo entero. 46 _ Et avon of Suenos Cuando Ordinario se levanté para partir, noté que por encima del rio se elevaba un memorial construido de piedras. Cada piedra era plana y lisa y tenia la palabra Re- cuerda grabada en su superficie. Parado al lado del monu- mento a la bondad del Dador de Suefios, Ordinario se sintié sobrecogido y rodeado por muchos testigos. Con cuidado, colocé su propia piedra en la cima del memorial, Y se marché. Esa noche a la luz de la luna... Ordinario sacé su diario de su mochila y eseribié sobre este tiempo en el Santuario. * Nemes dented mimo deapuls del Sartusric, All: nad en lea quits aguas y bora lan Attias bulla de le Terra litil, + La lag del Dado de Seton rut lax Hinithles dertro de mi. Fue insoportable, Cima pode dester qut me actrcare wns? * Coanda te Dacor de Sutinos me pid qut le Hien mi Suto, wo rabia qul pean, Sire embirge, yo dertabe més al Dador de Sutiror gut a rn Sutra, ani qu be lige, © Eh Dader de Sutiros me devolié mi Stina Moras parte de sn Gran Setivonn y toe signifies get tri Suto t1 muckisiomo més sramde que certs, iQue rempre bo use fora sewiate! CAPITULO SEIS ORDINARIO LLEGA AL VALLE DE LOS GIGANTES Ee Ja mafiana, Ordinario ented a un extenso valle que parecfa encaminarse a la Tierra de la Promesa. Sin em- bargo, pronto llegé a un cartel que decia: Cuidado, Soniador! Valle de los Gigantes Ordinario se quedé mirando et cartel. Asi que los Sofiadores que regresaron tenian razén. Los Gigantes eran reales. ué debia hacer? No tenia armas. No cenia plan, Aun asi, su Gran Suefio era més grande que nunca. Y él confiaba en el Dador de Suefios. Por lo tanto, decidié ponerse en marcha. a 48 Eu cavor ve Suenos Ordinario no habia andado mucho cuando escuché pis das gigantes, Corrié a ocultarse detris de un arbusto, ;Aun 7 estaba preparado para enfrentarse a un Gigante! A pesar de es0, cuando Ordinario mixé a su alrededor, no vio un obstéculo Gigante, sino un poderoso Ser. —iSalve, bravo Guerrero! — grits el Ser —£Quién, yo? —pregunts Ordinario con su voceci ta. —Si. Ti, detris de ese arbusto. —Yo no soy Guerrero —musité Ordinatio, saliendo de detris del arbusco, Nunca se habia sentido tan tonto. Yo soy un don Nadie de la Tierra Familiar, —Cada don Nadie que llega tan lejos es un Guerre. £0 dijo el Ser—. Yo soy el Comandante. El Dador de Suefios me envié para ayudarte a detrorar tus Gigante, —Werdad? jo necesita ayudal —dijo Osdinatio con ansiedad—. Comparado a un Gigante, soy pequefo y débil. —Nole temas a ningin Gigante, Ordinario—dijo el Comandante—. Ellos son reales. Son enormes Bloquean cl paso a tu Suefio, No obstante, si ctees en el Dador de Suefios y estés dispuesto a correr un Gran Riesgo, logrards pasarlos. : — ‘Pero no tengo armas ni armadural —exclamé Or- dinatio. Entonces el Comandance ayudé a Ordinatio a ver cémo el Dador de Suetios lo habia preparado para la bate, lla desde el dia que abandoné Familiar ~ Todas las Verdades que aprendiste en eu viaje hasta ahora te servirin como armas y armadura —di —2¥ cémo voy a saber qué hacer? —pregunté Ordi- nario. ORPINARIO LLEGA AL VALLE DE LOS GIGANTES 49 EI Dador de Suetios te In dird y te dard su pod selo pides, Ordinatio se tranquil como un Guerrero, —Tren cuidado de la Incredulidad, Ordinatio dijo cl Comandante—,;La Incredulidad es més peligrosa para tu Suefio que cualquier Gigante! Y después el Comandante se marché, . Aun asi, todavia no se sentia a Ordinario no habia avanzado mucho en el Valle cuando se ercontrs con su primer Gigante. Era enorme, ide acuerdo! ¥ bloqueaba por completo el sendero a su Sucto Cuando descubrié a Ordinari el Gigante bostezd en su direccién. donde piensas que vas, pequefio don Nadie? Osdinario reconocié el imponente Gigante sobre él, Era Miseria, —Necesito pasar —dijo Ordinario. —Seguro que lo haces. Todo el mundo lo hace —dijo el Gigante. Ordinario traté de idear un plan, pero ninguno le venia a la mente. —~Asi que... necesito que te apartes de mi camino dijo. Yo no me muevo —dijo el Gigante—, Me imagino que tendrés que moverme tu mismo. Por un momento, Ordinario dud6, Luego clamé: ~Dador de Suetios,jaytidame! Por favor idame poder! ¥ el Dador de Suetios lo hizo, Después le dijo a Or dinario qué hacer y qué decir. 50 EL papor pe Suenos Ordinatio elevé sus ojos al Gigante llamado Miseria y grito: io te reto en el nombre del Dador de Suefios! Entonces atacé al Gigante con todas sus armas y ar- madura. Al principio, el Gigante no se movia. Sin embargo, Ordinario guardé a su aleance las Verdades aprendi- das. Se llend de valor. Creyd que el Dador de Suefios proveerfa, Se basé en la Sabidurfa. Luché. Soports. Y con cada avanee, sentfa que agradaba al Dador de Suciios. Al final, llegé el dia cuando Miseria se retiré. El clamor de victoria de Ordinario resoné por todo el Valle. «(Grande y bueno es el Dador de Suefios!», grits. Después de esa victoria, Ordinario nunca volvié a dudar que era un Guerrero. a A medida que Ordinario viajaba por el Valle, se encontraba con mds Gigantes. Algunos, como Miseria, eran obstéculos que tenia que sortear. Otros, como Co- rrupcidn, se opusieron a su Suefio y lucharon con fierezz. Algunos, como Rechazo, lo atacaron de manera personal y lo dejaron herido en lo més profundo. No obstante, Ordinario se encontré con otro Sofa- dor también, Durante las erapas de descanso, se reunian a contar historias sobre el Dador de Suefios y se anime- ban el uno al otro. De otros Sofadores, Ordinario aprendié a ver todo el cuadro: Cada Gigante era otra oportunidad a fin de que el Dador de Suefios recibiera honra. OrDINARIO LLEGA AL VALLE DE Los cicanres = ST Cada ver més alto, Ordinario se desplazaba hacia arriba en el Valle, combatiendo Gig su Sueno, Un dia, Ordinario se encontré una Guerrera Herida en una cranquila colina. Ordinatio se dejé caer a su lado. —;Cémo puedo ayuidarte? —le pregunts. —Mis heridas son muchisimas y grandes —dijo ella—. Este sera mi lugar de muerte. ates en el camino a aA El corazén de Ordinario se quebré. —;Pero por qué el Dador del Suetio permitiria que te derroraran? —pregunté Ordinario—. Tit has llegado muy lejos. {Tienes que terminar tu Gran Suefo! Ella no respondio. La noche cayé, La Guerrera Herida se debilité més. Al final, en la oscutidad, ella dijo: —Dime el Nombre de tu Suefo. Después que Ordinario lo hizo, la Guerrera se quedé quieta por un tiempo. Luego hablo. —Ese también es el Nombre de mi Suefio —dijo ella—. Luché con Gigantes antes que tt. Lucharés més después de mi, Sin embargo, tenemos el mismo Gran Suefio. En las primeras luces del amanecer, ella hablé por Ultima vez. —La muerte no es mi derrota —susurré—. Es mi victoria. Esa mafiana, Ordinario encerrd a su amiga Guerre- ra en la cima de la colina. Luego se senté por un largo tiempo, contemplando los montes y los valles, Pensaba 52 Ex oxcoR of Suenos en la vida de ln Guerrera y en sui muerte, Pensaba en sus palabras al morir. Y llegé a tener la certeza que no hubiera logrado Ile- gar can lejos en su sendero a su Sueito si su amiga no hubiera ido antes que él. Al final, Ordinario tomé su larga pluma blanca y escribié la Verdad en la lépida de ella: Aqui yace una Poderosa Guerrera. Elle terminé su Sueno. aw Poco después de dejar la colina, Ordinario comenzé a tener Ia sensacién de que estaba a punto de atravesar todo el Valle de los Gigantes, Estaba logrando acercarse més al lugar en el que podia hacer lo que mas deseaba. Y caminé mids répido ante la expectativa, Entonces un dia, en cuanto capté una vislumbre del alto pais delante, tropezé con un pequefio campamento de andrajosos Cualesquiera. Ordinario nunca se habia encontrado con ningtin Cualquiera, pero habia oido hablar de ellos. Eran un montén como los don Nadie. Los Cualesquiera le dijeron que eran de la Ciudad de los Cualesquiera que se encontraba justo delante, Un Gigante de las Tinieblas oprimia a la ciudad desde su fortaleza en las puertas. Ningtin Cualquiera podia salir ni entrar, Hacfa tanto tiempo de eso que los Cualesquie- ra no lograban recordar desde cudndo estaban de esa manera. Cuando Ordinario pregunté sobre el Dador de Sue- fios, los Cualesquiera solo menearon sus cabezas. Pocos ORDINARIO LLEGA AL VALLE OF LoS GiGaNTes «SB. crefan en él. Otros Guerreros les mencionaron su nom- bre, dijeron ellos, pero pasaron de largo sin retar a su Gigante, 2Debia pasar él tambi trar su Gran Suefio. Enconces Ordinario escuché la voz del Dador de Sueiios. Le dijo: Prepdnate pane la batalla. 2 Estaba ansioso por encon- a El rumor se diseminé enseguida por el campamento. El Guerrero llamado Ordinario iba a retar al Gigante de las Tinieblas en el nombre del Dador del Suefo. Los Cualesquiera se amontonaron alrededor de la fortaleza del Gigante para observar. Ordinario se encaminé a la puerta y grité: «Gigan- te de las Tinieblas, en el nombre del Dador de Suerios, ivengo a dertorarte! ;Proclamo liberacién para cada Cual- quiera en el campamento y para cada Cualquiera en a ciudad!» Cuando el Gigante salié de su fortaleza, los Cuales- quiera se quedaron boquiabiertos. «Ninguno de esos Cualesquiera serd libre!s, rugié el Gigante. «Sus vidas no tienen valor!» Entonces lo atacé con las pesadas cadenas de las tinieblas que Ordinario jamés habja visto. Ordinario luché con valor. Luché con el poder del Dador de Suefios y usé cada arma y parte de la armadura que tenia. Todo el dia, el sonido del combate recumbaba a través del Valle. Sin embargo, por la tarde, cada Cualquiera veia que Ordinario estaba cada vez més débil mientras que el Gi- gante estaba més fuerte que nunca. 34 EL paoor oF Suenos Ordinario se retiré al extremo del campo y clamé al Dador de Suefios: —;Estés conmigo? —Si—dijo el Dador de Suefios. —Este Gigante es demasiado fuerte para mi —dijo jadeante Ordinario. —Si, lo es. —jHari falta un milagro para la victoria! —dijo Or- dinario. —Si, hard falta. —Por lo tanto, ;qué debo hacer? —Prepdrate para un milagro —dijo el Dador de Sue- fios—. Deja tus armas. Toma solo tu pluma. Y me traerds Gran Honor. a sDejar sus armas? Incredulidad pas6 con rapidez a través del corazdn de Ordinario. ;Lo que le pidié el Dador de Suefios era im- posible! Entonces Ordinario recordé, Recordé la rendicién de su Suefio y que se lo devolvieron incluso mas grande y me- jor que antes. Recordé la bondad del Dador de Sueftos en la Tierra Initil, aun cuando no lo veia por ninguna parte. Recordé la victoria de la Moribunda Guerrera. ¥ recordé su Gran Suefo... Y fue entonces que Ordinario aparté la Incredulidad y decidié correr un Gran Riesgo por el Dador de Suefios. Solté sus armas. Todos los Cualesquiera gimieron desilusionados. ORDINARIO LLEGA AL VALLE DE Los cicantes = 55 Entonces Ordinario recogié su mochila, sacé st plu- ma y caminé hacia el gigante. Los Cualesquiera gritaron inerédulos. Sin embargo, el Gigante solo se ri6. —Me vas a derrorar con una pluma? —rugi6. Ordinario no estuvo seguro de qué hacer ni decir has- ta que el Gigante de las Tinicblas se alzé imponente por encima de él, Entonces del Dador de Suctios le dijo lo que tenia que hacer. Levanté su larga pluma blanca en alto por encima de su cabeza y, cuando lo hizo, se puso pesada en sui mano, can pesada como una espada. —Si el Dador de Suerios esté de mi parte —grité Or- dinario—, ;qué Gigante puede estar en contra de mi? Después hizo girar su pluma en un poderoso arco, hasta el malvado corazén del Gigante. Y cuando hizo el gito, pasé algo asombroso. Las cadenas se esparcieron en pedazos. Las tinieblas huyeron. ¥ el Gigante se vino abajo como un bulto, derro- tado, a los pies de Ordinario. Los Cualesquiera conocieron un milagro cuando vie~ ron uno. Pronto una ruidosa y feliz. procesién guié a Ordinario 2 pasar al derrotado Gigante, alrededor de su fortaleza de oscuridad y hasta las puertas de su ciudad. Con cada paso, los alegres Cualesquiera cantaban alabanzas. Aun asi, las alabanzas no eran para Ordinario. «GE Dador de Suefios es bueno’, cantaban, «(El Da- dor de Suefios es fuerte! La victoria pertenece al Dador de Suefios!» 56 EL vapor of Suenos Segitn lo que podia recordar cada Cualquiiera, era la primera vez que cenian libercad. Sentado junto a la tumba de la Guerrera.. Ordinario

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