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de la historia Pee eu mo ee) @ través de Ee dele eS econ selaater 3 América Latina Roberto Sanesi.. ee SE ge Te eee l ) We 4 ee a Ce eran ony Se Hee ere Eva ce ae rene een tse : peeled coc! pee ere er ao Picea eee Perrone Smpezaba a dingirse, despues Perce a Perea er ce ay | ae renee eee Tear Ae aes pee ce eee Peete ene Pe ete ee ete ta ete ee eae eee ete ae Exian ligados, pero es més probable infernal a los ojos de sus fe que haya sido el personaje contemporaneos. impuisivo. Doe eet ieee mn eter Brivo cel poets Byron, el que Pea eee ec eee Peete ee eieerare ened re cee nein reer Een ier ate Pa ee Ce mee A eS oe ae CE aed Reel Lolo Ms MeL eho 3 ‘ese mito del tipico personaje Pereeee See c Re ENE cry orn rartes 2, Ee ace a =o. aan 4 Von Braun crea Le a a ie em ei eee arora ees ered ee ay = aay ie oe nee ete i ag pene aetna Fe Coen) ees Pemne 4 Lincoln eer oa SE aie er . fern ikea’ ary a rl ame CeL a Gagh rar Pence 1e Me ni es nc ; eh creer Pann ea nal +o Paneer oe 3 each Se tion ee ets eee aioe abla Cm Peas ee ean Bee asa Pes ey S woe en ae ny eed a ei of ros Sp eee eee ace ec . at net irae eer et See . oo Pome ean reese) ee eee) Pee Pate) Hires eed prcsoo ne Poe 7 ae aa alae crocs ee ae a ean Hee ari pe Cos Sem Crea a aan secre raters parece ds a eee Cacia Carre praia is Lo Sea Berar erry pata Pn eee Prmcee et Ee sith a eae cre Po Bare Bead eaeerreen i Pres cone ieee area an RNA Seger ce Pere oS ed ace rears aE fein reece ao oid rat eeeerncy eens ea ae) oka ; ee ee era : eer Sepa re ee es ren ‘ Sie ALTOS C) ed errr ee Lo peer eee prensa a mE Te on creer ee eee ie Lene ey re Ne Eien airy 6 1738 FI 22 de enero nace en Londres, George Gordon Byron, hijo de John Byron y de Catherine Gordon, A791 En Valenciennes muere John Byron; se ‘supone que por suicidio. 1798 Muere William, quinto lord Byron, y tio del futuro poeta, quien To sucede como sexto lord. 1801 Byron es inscripto en la escuela de Harrow. 1805 Entra en el Trinity College de Cambrid- ge. Algunas de las poesias que escxibe Gurante este periodo aparccerin al aio si- guiente con el titulo de Fugitive pisces (Eragmentos fugitioos). 41807 Publica Poems on various occasions (Pae- sins para diversas ocasiones); el contenido de este volumen abarca parte del anterior. Esta coleccién de poemas, que segin su ‘autor hubiera debido morecer Ios elogios de Ios espocialistas y Ta admiracién de las duquesas y que hubjeran debido yender todos los libreros de la ciudad, recibié en cambio] rochazo do la Edinburgh Review, 1809 Gon el titulo English bards and Sootch reviewers (Bardos ingleses y revisores 3- ‘eoceses) el poota publica una violenta sfc ‘tin como respuesta a la exitin de la do julio parte de Inglatera com sa emi- Hobhouse, en um viaje que To Teva de ‘2 Espatia y do Albania « Grecia “3 Taquia, Vuelve a Inglatena en julio Byron Roberto Sanesi 1st En agosto muere Catherine Gordon, ma- dre de" Byron, 1812 El 27 de febrero el poeta pronuncia un discurso en la Cémara de los Lores. Publica los dos primeros cantos de Childe Harold's pilgrimage (El peregrianje del joven Ha- olde), que habia terminado en Esmizna en 1810, “Me he despertado y me encuen- tro. famosa”, 1813 Alamo siguiente publica Waltz y los dos “relatos en verso” The gigour (EL infil) y The bride of Abydos (La expose de Abydo). 1si4 Publica Jos “telatos en verso” Lane y The corscir (El corsario). De esta altima obra vende 14.000 ejemplares en un solo dia. 1815 EL 2 de enero se casa con Ann Elizabeth Milbanke, EI 10 de diciembre nace su hija, Augusta Ada, Publica A selection of hebrew melodies ancient and modern (Se~ leccién de melodies hebroas antiguas y modernas). 1816 EL 16 de enero lady Byron abandona el hogar conyugal. El poeta publica el ter cer canto dol Childe Harold's pilgrimage y en abril se va de Inglaterra para siem= pre. Lo sigue Claire Clairmont. Compone a poesia The dream (EL sucfio), Apa: recen los pocmas Parisina y The sicze of Corinth (EL sitio de Corinto). En Suiza Byron se encuentra con el poeta Shelley. Eseribo ol pooma The prisoner of Chillon (BI prisionero de Chillon) y comienza a eseribir Manfred (Manfredo). En octubre Teg a Ttalia, so detione brevemente en Milin y en noviembre so encuentra en Venecia, donde se establece en el Palacio Mocenigo. 1817 EL 12 de enero nace Alogro, hija del poeta. y de Claire Clairmont, Byron visita Ro- ma, Aparecen el pooma dramitico Man- fred y The lament of Tasso (EL lemento de Tasso). 1818 Apareven Beppo, a Venetian story (Beppo, tuna hisioria veneciana) y el cuarto exnto del Childe Harold's pilgrimage. Byron empieza a escribir Don Juan, poema en. ctavas. 1819 Byron va a Révena en pos de la joven Teresa Gamba, condesa Griccioli, de quien se convierte en amante, Compone ol poo- ‘ma Stanzas to the Po y publica los dos primeros cintos del Don Juan. Entra. en contacto con aligunos miembros de la Car" Donerta, 121 Apaiecen Cain, Sardanapalus, ‘The two Posoari y Marino Faliero, En marzo mue re en Banacavallo su hija Alegre, Pe cxibe The cision of Tudgoment (La visida de} Juicio). Abandona Ravena y se dirige a Pisa, donde se establece en Ia casa de Jos Lanfranchi 1892 EI 8 de julio la nave en la que viajaba Shelley de regreso de Pisa es sorprendida. por una tormenta y el poeta se ahogs, St. ‘cuerpo aparece diez dias mis tarde y es reconoeido en la playa, en presencia de Byron. Este se trasiada a Cénova, EI 15 de octubre aparece ¢l primer nimero de Ia revista The Liberal que, entre otras cosis, contione The vision of Judgement. 1823 Publica los cantos VI-XIV del Don Juan, cl cuento en verso ‘The island (La isla) y Jn tragedia. Werner. F116 de julio. deja Italia y se ditige a Grecia en el barco En agosto legs inglés “Tho Hercoles’, a. Cefalonia, Byron rabado del retrato Roma, Keats-She Memorial House (Malvisi). 2. Byron, Retrato de R. Westall Roma, Keats-Shelley Memorial House (Malvisi). 1824 Publica tos cantos XV_y XVI del Don Joan y el “misterio” Heaven and Earth (El cielo y la tierra). 1 6 de enero Mega 4 Missolungi. El 22 de enero compone On this day T complete my thirty-steth year (En este dia completo mi trigésimo 4wexto aio). Muere el 19 do abril a raiz de un violento ataque de ficbre reumétice. Byron gPoeta 0 personaje? Tnracional, extravagante, doliente, solitario en medio de la furia de los elementos que lo rodean, tenebroso, hermoso y té- gico, apasionado y un poco cinico, do- ‘minado ~segin la imagen de Charles Da Bos— por una constante besoin de fatalits y obsesionado por Ja necesidad de una fibertad moral sin limites, Libertad mo- tal que, sf bien a veces esti cargada de significado politico, sucle expresarse_sim- Délicamente 2 través de todo acto posible de transgresiin sexual. Agréguese a todo esto la exaltacion de to exético (donde hasta Grecia y Roma tienen una fuerte cconnotacién exética) y, en el cliché go- niético del primer héroe romintico, se r0- conocer también el retrato de lord Byron, Es dificil decir qué hay que considerar ‘mis atentamente en Byron, si el poeta o fl personaje, ambos contradictorios y_ tal vez, por esto mismo, representativos de tuna época cuyo pensamiento empozaba a dirigirse, después de Rousseau, al anslisis de Ta conciencia individual, a la bisqueda afanosa de una identidad quo deriva de ‘uma visién trigica de la vida. Es cierto ‘que los dos aspectos estin ligados, pero es més probable quo haya sido el perso- naje (en parte construido) el que ore6 el mite del poeta Byron, el que arrojé sobre su poesia esa Taz saténica de la cual rare vez logran escapar el critico y al lector, ¥y no que el poeta, con su obra, haya crea o 0 por lo menos reforzade ese mito del tipico personaje roméntico, del rebelde aristocritico que en la plenitad de un optimismo liberal ciego recoge la angus ia del hombre contemporineo, heredero desilusionado de la Revolucion’ Francesa, para quien entre las guerras napoleénicas y el dosorden del progreso industrial, apa recia claro ef desmoronamiento de Ia exien= tacién jluminista, No es casual que Byron pocta, juzgado por el contexto de la tradicién, la sociedad y la cultura inglesas, asumiera escaso re lieve después de las exaltaciones del mo- ‘mento; tanto es asf, que atin hoy podemas decir que los intentos por llevar a cabo ‘un anélisis exitico objetivo y sereno de Ios textos y una rovaloracion literaria de los ‘mismos, son raros. Mientras. su influencia fue muy profunda en la Europa “continen- tal” y particularmente en aquellos paises en. los cuales se estaban proparando las zevo- Iuciones nacionales, donde aunque en aps riencia se haba legado a una organizacién social estable, los fermentos ideolégicos minaban las conciencias que sostenian que el hombre estaba ain bien lejos de haber Tlegado 2 un estado ideal. Sin embargo, ‘aunque nos propongamos atender solamen- te al personaje Byron como protatipo evi dente del hombre roméatico, habré quo distinguir entre los motives auténticos y Jas actitudes histriénicas que lo llevaron “aunque fuera en forma inconseiente— a asumic una mascara, Habri que buscar Jos primeros motives en Ia infancia triste, en la falta de amor materno, y Tos siguien tes icativos desde el punto de vista psicolégico~ por los cuales, una ez que asuimia una méseara, el poeta se sentia obligado a mantenerla aun contra su voluntad 0, segiin el easo, a modificarla couscientemente, con perfecto sentido de Ja oportunidad. Porque a pesar de su uuaturaleza colérica més que raméntica ‘mente apasionada, Byron posela. también ‘una natursleza fria y calonladora que Te permitia dominar el Impulso emotive toda ver que le resullara conveniente para mo dlificar Ta imagen que de s{ mismo pre- tendia dar piblicamente. Aunque es po- sible que esto fuera cierto silo al principio, © sea, antes de que el poeta se viera envuelto en a tama que él mismo se habia constraide De todos modos, queda el hecho de que Byrom, “allenado. por la socfedad y Ia cul tura en que vivia, aislado en un universo sin sentido y ditigido hacia un fin igual: mente sin sentido, voledn ardiente de fuego infemal a Tos ojos de sus contemporineos, impulsivo, incontrolable, incestuos0, homo- sexual, heterosexual Io que era suficiente como para suscitar Ja envidia de cualquier hombre, el més fascinante de los amigos y a veces el mAs indiferente, de una be- Teza exeepelonal tal vez oseurceida por tuna ineipiente gordura, convencida de que” Ja condicién humana es desesperada y, sin embargo, dispuesto a morir por la liber fad politiea de Grecia, uma mente brillante pero indiseiplinada y, en el sentido goe- thiano, poco cultivada pera de una crea tividad inagotable” 1, fre un verdadero protagonista, admirado —aunque con xe Servas— por hombres como Goethe, Fos- colo, Schopenhauer y Stendhal, y acusada por otros como por ejemplo Leopardi— de hhistrionismo y groseria; de todos mo- dos ha sido durante generaciones el. sim holo de un concepto heroico, desesperado y al mismo tiempo pesitivo de In vida. ‘Las cireumstancias y la disposicién Entre Ia primera generacién romintica (Coleridge, Wordsworth) y la segunda (Byron, Shelley, Keats), la situacién poll ica curopea habia cambiado notablemen te. Durante los afios de formacién de Byron, comprendidos entre [a Revoluciin Trancesa_y Ta Santa Alianza y caractet= zados por las largas Inchas con la repiiblica francesa y Napoledn, también en Inglate- 1a se asiste a im progresivo avance de Tas. pposiciones reaccionarias y la guerra, que fn la practica yenfa prolongindose desde 1798, tuvo una infiuencia negativa en el desarrollo social de’ Ia nacién. Como es eibié G. M, Trevelyan: “Por las violentas alteraciones que prodnjo en la vida eco némica y su tono de reaccién antijacobina contra toda propuesta de reforma y com ‘ta cualquier movimiento de simpatia ha cia los requerimientos y los sufrimientos de los pobres, Ia. guerta constitula el peor de los climas postbles frente a los cambios sociales e industriales que enton- ces. progresaban ripidamente. La escule lida ‘ciudad inglesa ereci6 entonoes para comresponder las imprevisas.exigenciss del nuevo tipo de industrial y do comer- ciante de buen mereado, a quien no hubo ringin poder pablico que siviera de guia y de control, "Un individualismo prepone dlerante, que. no inspiraba mis idea que 1 Tucro ripido, ered el modelo vulane de Ja vida moderna industrial y de cumnto Ja rodea" 2. Y Tuego: “Mientras Napoledn recoria Europa, la extravaganeia y la ex- entricidad de nuestros. dandies Tlegaba 2 su culminacién en los dias del Bello Brom- rel, y la poesis y Ia pintura del patsaje inglés atravesaban por su periodo de ma- yor fulgor. Wordsworth, cuyo genio se hhabia estimulado y turbado en tiempos de pez con la Revolucién Francesa, durante Ja aega gucera habia recuperado completa- mente su equiibrio, hasta el punto de ser capaz de expresar en muchas poosias el cconcopto filséfico do ‘una paz esencial ‘que subsiste en el corazén de una agit: ‘iin sin fin’: wn sentimiento mis diffe dle suscitar y de custodiar en el marco de Circonstaneias que ofrece Ia moderna gue- sa totalitaria” >, Fara vez, por lo menos desde «l_periodo de la revuclta de 1640, las condiciones de Jos campesinos y de los obreros ingleses Thabian sido tan miserables y rara vez. ha- bia sido tin evidento Ja diferencin entre Tas clases sociales, En estos aos de inte- reses rigidamente divididos el ingreso me- io de 1m obrero inglés ora do onco ester- al ao (1a edad media de un obrero algodonero era de cuarenta alios), mien- tras por otra parte para of propietario y para el nuevo industrial la guerra repre- ents tan 3610 un aumento significative de Ios séditos. Se suspendis cl habeas corpus, se declard ilegal todo tipo de asociacién obrera, se consideré como sedicioso cualquier movi- riento que tundiera a mejorar 1as condi- ciones de trabajo y do vida de las clases no prvilegiadas. E116 de agosto de 1819 se habian reunido en el campo do San Pedro, en Manchestoe, sesenta. mil perso- fas que pelian ol sulragio universal. La caballeria cargé contra las y- ubo once muertos. En memoria de este hecho y por asonancia con Waterloo, se dio a este ugar ‘1 nombre de Peterloo. No hay que sor prenderse, entonces si precisamente en este Periodo nacié el socialismo inglés. Ni hay ‘que sorprenderse, tampoco, si Ta actitud de Tr muevagenerecién romintica se distin oi tanto de la de la generacién anterior, ‘que si bien al principio habia demostrado lesin entusiasmo por la Reyolucién Fran- | ees, Iuego se habia encermido en su pro- ‘pio moralismo de fondo. EI tono de By- "ron y de Shelley, por cl contrario, muy _ pocas veoes es solamente melaneélico. En Byron general es rebelde, apasionado, tenebroso, anticonformista, ateo, eseéptico, aun cuam do estos diferentes aspectos puedan apa recer contradietorios. Y aun cuando estas caracteristieas que aparecen en él no. son tan solo el resultado de una toma de con iencia del estado actual de las cosas, sino ‘que se ven complieadas por sus vivencias personales y aun por su indole particular, Ta que nos Heva a pensar que a veces el poeta se crea obsticulos artificiales para allmentar una pasién que no siempre ent totalmente auténtica ‘sino que era produc- to de su masoguismo. gAcaso no elizié como mediadorantagonista de sf mismo a lh aristocracia y la burguesia de su tiempo, como si buscara encarnizadamente en ellas el desprecio? Porque es erréneo ereer que ‘Byron haya sido un “verdadero” aristécra- ta, que haya erecido en una atmésfera de privilegio y de poder. Tal vez serfa mis exicto en este sentido decir que Byron se sirvid de sa pertenencia @ wna, determi- nada clase social para acentiiar aquellos aspectos contra los cuales mis tarde po- ia arrojar las inveetivas que ya expre- sahan su gestos. Gestos que, en tanto re eaian en él, cobraban el significado de ma. wietoriosa protesta. Pero acaso es posible que él haya querido construlr con tanta detenminacién Ia flguea simbélica que resultaria el “prototipo romintico”, y que Ja haya queride constmir tan slo para destruit, en si mismo y con si mismo, el simbolo de una condicién inaceptable? Si Ja pregunta es legitima, Ia respuesta no es facil... En algunos apantes que escribié para uma novela, se puedé encontrar un fragmento que podria muy bien ser avto- Diogréfico: “Evidentemente se sentia preso de alguna inquietud irremediable; pero que sta surgiera de Ta ambicién, del amor, Gel remordimiento, del dolor, de una o de todas estas costs o simplemente de ‘un temperamento morhoso rayano en Ta en= fermedad, no podria decirlo; habfa cir- cunstaneits que hubjeran podido justificar Ja aplicaeién de cada wna:de estas causa; pero, como he dicho antes, eran tan contra- ictorias que no se podria definir ninguna con precisién, Donde hay misterio, se sue- le suroner ave deba exist el mal; yo no 86 emo pueda ser esto, pero en él, por cierto, existia el primero, aunque no me sea posible determinar Ia extensiin del se gundo”. Como resulta evidente, se com jugaron Ja disposicién natral_y as cir ‘eunstaneias, os aspectos incidentales de su vida (el rango social, la belleza, los mores regulares ¢ imegulares) y el Zelt~ geist, el “espiritu de ln época”, aquella fnsia odsmica, aquella disposicién al spleen para constitulr el personaje cuyo proto tipo se encuentra en el Werther de Goethe. Los primeros atios George Gordon Byron nacié en Londres: 1 22 de enero de 1782, descendiente de tuna antigua familia normanda impetuosa. y extravagant; tuvo una infancia poco rica y menos feliz. Su padre, ol capitin Jom Byvon, suri ea Valenciennes en T7OL (se ha hablado de suicidio, pero no hay pruebas que puedan confitmar esta supesicién), despuls de haber dilapidado cast completamente tanto, el patrimonio de su primera mujer —de Ja cual Inabia t= ido ona hija: Augusta como el de la segunda. Su madre, Catherine Gordon, descendiente de Ta familia real de Esor cia, de modales provincianos, psiquicamen- te débil, opresiva, contribuys a modelar ol eaicter del futuro poeta pasundo de atic tudes de ternura morbosa 4 otras de vio- leneias inexplcables. Segim parece, mis de una vex eseamnecié a su hijo por ke deformidad que To mareaba desde el naci- rniento: una deformaciin de los tendones ‘gue lo hizo cojenr siempre. En estas oca- slones, al dolor fsioo se agregiba un pro- fino’ sentimiento de vergivensa que cist nunca, aunque él Tograra disimolarlo, lo shandond, Mientras Ta. figura del pate, con el ompo, asumta valores casi aticos (Ge conoce defensa que de éste hizo el poeta en una carta de 1828 a J.J. Cou mann para coregir lo que se habia escrito én un prefaeio ala traduecién francesa de su obra), a intolerancia Tela 1a max dhe fue creciendo y atin en 1804, en una carta a Augusta, podemos leer entre otras comes: “En To que a mf se refiere, no tengo nada que decirte que pueda sete divertido, sino repetirte mis lamentos eon- tra Ia que es mi tormento, enyo comparta- aniento diabético (perdons si mancho esta hioja con una palabra tan dora) parece aumentar con Ta edad y adquisie sueva fuerza con el tiempo. Canto més ka cor nozeo, mis crece mi aversién... afirma cave a odio, que me alio ean sus peores fenemigos, vale decir ti, lady Carlisle y Mr, Hanson y, puesto que ne finjo ni Ia eontradigo, nos vemos todos honraos con tina muy mumerosa serie de epitets, algu- nos demasiado griseras como para que pueda repetitlos..". EL perlodo que franscurié en ka escuida casa de Aber deen, donde ta sera Byron se habia trasladado a Ta moerte de su marido, en tna atmésfera de miseria, de tristeza y de historiomo, debié ser una verdadera pest- dilla, Fueron los aiios oseuros de aquellas “experiencias fatales” a as que Byron menudo se refsié en un tono siempre mis- terioso y due se deben asociar, con toda probubildad, la “nurse” escocesa May Gray: “Mis pasiones so desarrollaron bien temprano, tanto que pocos me ereerian si yo tuviera que precisur cl periodo y los hrechos. Tal vex fae ésta una do las’ raz0- nes que. originaron la anticipada.melan- colia de mis peusamientos, antiipindome Ja vida". Se comprendo emo Byron se haya visto obligado desde la infancia a buscar un equilbro, diffi, on el anticon- formismo. més extrovertido yvolento yy en defintiva, en una continua eoatempla- Byron ENGLISH BARDS, Scotch Rebiewers, A SATIRE. SMES CANTHORY, Barros Linen, 1. Byron en la époen de su primer igje. Gra W. Finden, Roma, Keats-Shelley Memorial House (Malvist) 2. Portada de En Seatch reviewers (M: 1. La esposa de Abydo, de Delacroix. Paris, Museo del Louvre (Arbario Mella), Byron iin de s{ mismo, En 1788, a la xouerte de su tlo William, quinto lord Byrom, he- red6 el titulo, pero los bienes que lo acompaiban no podian darle mis que derechos formales, amque por lo menas le pemnitieron recibir una eduencién acorde on su rengo, La condicién econdmica fax niliar sigui6 siendo de algin modo pre- catia, porque “hay que decido~ Ia madre ¥ el lijo no eran buenos aciixistradores ¥; por otra parte, le necesidad de mante- her un decoro que estuviera a la altura del titulo adquitido, hacia que la situacién fuera atin més dificil. Byron no podia sustraerse al engranaje de. las convencio- anes aristociticas, ni menos ain « si mismo, Sin dude fueron todas estas circunstan- fias las que contribuyeron intensamente, tunidas al temperamento ya dificil y senst Ble del muchacho, a levarlo a aquellos “oseutos vicios privados” de los cuales se hha hablado siempre cuando se hablé de Byron, aunque no se haya tenido nunca ppruchas concretas de que sus. propensiones homosexuales —que, por otra parte, se lie raitaron aun periodo muy juveni— hayan comenzado durante los afias de escuela en Harrow, donde se inseribié en 1801, De- Doria encontrarse con su hermanastra Ate gusta y experimentar la primera desi amorosa con Mary Chaworth antes de en: tsar en 1805 al Trinity College de Cam- bridge, donde se sentisia atraido por un joven compatiero de estudios: John Hdles- ton: “ua pesién y un amor violento, eum ue puro”, como lo refirié més tarde él mismo. Mientras tanto se sbi orgenizan- do “en el perfodo més roméntico de mi vide", aquellas prucbas.poéticas que apa- zecleron, impresas en 1806 en forma pri vada, con ef titulo de Fugitive pie. (Fragmentos. fugiticos), a Tas que siguié al alo siguiente Hours of idleness. (Horas de ocio), en las que aparece wa estado de finimo, el de le atmésfera de las noches de Cambridge transcurtidas con los ami- gos (con Edward Long en particular) ha- ciendo misiea, conversando perezosamente © bebiendo “soda”. Este segundo volumen de versos, precedido por una nota extie madamente egocéntrica y descripto en wna carta como una seleccién quo dsboxia “ser slabada por los expeeialistas, admirada por Jas duquesas y vendida por todos los I Dreros de la motrépoli" fue eritieado por hh Edinburgh Review, lo que provocé Ia consiguiente sitira de Byron, que en 1509 publicé con el titulo Enalish bards and Scotch reviewers y en Ia eval se pone de ranifiesto por primera vez el orgullo, la extravagancis, Ta violencia, ef gusto por 1h Invectiva. "La timidez, la reserva, el cenciero del “nif més bien feo y con una tendencia evidente a la obesidad”, ast ha- Difa sido deserito, quedaban superadas (por Jo menos en aparicneia, puesto que cono- cemos la reaccién del. timido) y ya la figura de Byron. se estaba precisando. Gonsciente de fa debilidad fisica que era 1 consecueneia de su deformacién, el poeta no podia contentarse con un rol puramente literario. Comenzi a hacer distintos de portes (natacién, pugilato) y a construire ‘como personaje. Sus contactes con la vida aristocrética_loudinense se hicieron més frecuentes. Tuvo necesidad de eabsllos, de perros, de servidumbre, y en 1808, pacos meses después de haber abandonado Cam- bridge, sus deudas habian ascendido a do- cce iil esterliaas. Muchos eonsideran que més que un verdadero interés por la aver: tura, fue Ta convieeién de que la vida en el exterior podia ser menos dispendiosa Ie que lo empuj6 a realizar el grand tour, ‘aunque entonces un viaje por el continen: te se consideraba indispensable para a educacién de tin noble El “grand tour” y el perestinaje del joven Haroldo EI 2 de julio de 1809 el poeta abandoné Inglaterra con su amigo John Cam’ Hob- hhouse, y juntos Megaron a Lisboa, atrave- saronEspafia hasta Gibraltar y, después de haber tocada Malta, desembazearon en Albania, Visitaron AB Pashi, Pasaron el inviemo en Atenas, donde se alojaron en Ta casa de una vinda ouya hija, Teresa Macri, seré celebrada por el poeta como la muchacha de Atenas”; luego pasan a Gonstantinopla, donde se. separan, Des pués de un segundo inviemno transcurtide fen Atenas, Byron regresa a Inglaterra. Era julio de 1811. En un cierto momento de su diario el poeta escribe: “Amo la ene sia, sun Ia energia animal, de toda espe- ie; y tengo necesidad de ambas, de la enengia de la mente y de la energia del cuerpo”. En los dos atios del atind tour, aunque el tono leve* y divertide de las pprimeras eartas no parece correspander al fone que podriamos esperar de Byron, co- haciendo el retrato tenebroso que el poeta ef6 de si mismo, se dixia que el poeta pu- So alli de relieve aquellos aspectos. (ener sia de Ia mente y energia del euerpo) que contefbuyeron fuertemonte a hacer de él im ser extraordinario ¢ irregular. Aun oon los “vicios privados". Dominedo por um asia que hoy tendemos a reconocer como “‘ipleamente romantica” (“genio e ieregu- laridad”), corteja «alguna muchacha en Espaiia, én Malta tiene una aventura con J sefiora Spencer Smith (Ja “Florencia” del Childe Harold), En Atenas so enamors de un muchacho, Nicolis Giraud, a quien fen 1811 deja por testamento siete mil es terlinas (este legado es suprimido en um festamento posterior), y antes ya habfan ‘estado en su vida Ja ya citada “muchacha de Atenas” y tres hermanas, “las tres me- ores de quince afios”, Atraviesa a nado el Helesponto, y mientras tanto eseribe, con el mismo empuje y Ia misina facilidad ‘con que actia, Como ha sefialado Emilio Cecchi, que aunque haya esagerado con lertamalignidéd, ha mareado con agi deza los aspectos nnegativos del pocta, “los 1-10. Grabados de W. Finden y otros ara Fl corsario, El infiel, Ta esposa de Abydo, Childe Harold, Lara (Malvisi). Byron versos fueron pars él un sdomo, un ejer ticio de destreza, como el tiro al blanco, Ja natacién 0 la equitacién”, Sabemos, en efecto, que “compuso Lana 2 la noche, micntias se desvestia de rogreso de los bailes de méscaras en el inviemo de 1814, que fue partieulamente orgistio. La os pose do Abydo fue escrita en cuatro das; El covsario en dice. Entendia el arte eame To entondien en algunas cortes do pro- vineia. en ol Renacimiento, s6lo que él era al mismo tiempo el artists el mecenas ‘que hacia trabajar al artista como. un jue- £0, sin tomarlo en serio” (Cecchi). En cierto sentido, y a juzgar por el hecho de que se mosted mis bien reticente con respecto a la oportunidad de publiaro, prefiriendo a éste el pequefio pocma sat Tico Hints jrom Horace, que es bastante tedioso, Byron no debi tomar muy en serio su Childe Harole’s pierimage, euyos dos primero cantos hablan sido. termina- dos en Esmima, en nmzzo de 1810. Y en cambio, fue este poema antobiogrtico escrito en estancias spencerianas, el que dio a Byron una celebridad inesperada.y sin precedentes. “Me he despertado y me he encontrado famoso". Pero ya. el poeta habia obtenida um éxito el 97 de febrero de 1812 con su dixcurso en la Cie mara de los Lores, contra las medidas ain iis graves que se pretendian tomer para sofocar los desérdenes que eatsaba la des- eupacién creciente en el norte de Tngla- tera. Y ste fue un discurso muy indi cativo del temperamente byroniano, poraue funque en algsinos momentos es demasiado retérico y ffeil, no deja de. tener vigor Basta con yer un fragmento: “He alaveso do el teatro de kx guerra en In peninsula; he estado en. algunas de las provincias amis oprimidas de Turquia; y sin embargo jms, aun bajo les gobiemes infiees mis despéticos, he descubrerto una miseria tan esculida como la que be visto. a mi re- reso, justamente en el corazéin de un pals xistiano, 4¥ elles son vuestros remedios? Después de meses de inaceiin, y de me- ses de accién peor que la inaetividad, aqul ‘sti el gran espectfica, la panacea siempre efieas de todos los médicas del Estado Pospués de haber sentido el puso y de haber apoyado la cabeza sobre el. pacien- te, con la preseripeiéa de Ia receta de siempre: agua caliente y sangylas —el agin caliento de vuestra estipida polieia y el Distur’ de vuestras fuerzas militares es tas convulsiones deben terminar en Ia muerte... gAparte de la injusticia eviden- te y de Ta inntildad segura del proyecto, ro ersten suficientes penas capitales en ‘uestros estatntos? gNo hay suficiente san- aye en wuestro Cédigo Penal, que atin es hecesario. verter més, ‘para que los testi monios en vuestra contra asciendan, hasta dele? :Chmo podréis Tevar a cabo ‘yuestro proyecto? Acaso podéis poner en prisin a na nelén entera?...”. Pocos dias mis tarde (segin algunes el 29 de febrero, segin otros el 10 de marzo), el editor Murray de Londres publiod los dos pprimeros cantos del Childe Harold's pil- grimage. En ellos Byron, en el relaio de su viaje de Lisboa a Atenas, hecho en tonos que surgen del sentimiento y la exclamacién, en modos de composicién figidos y a menudo agradables pero no exentos de inexperiencia ritmies, en una especie de impulso continuo y_sostenido fen el cual se puede encontrar al mismo tiempo soluciones lenas de coraje y ba- nalidades de toda clase, Iogré_expresar exactamente ol personajo melancélico y re belde, misintropo y ambicioso, el exiliado voluntario nostileico de un pasado heroi- co, desilusionads de un presente mozaul- nno, que ya habfan impostado los primeros romantics, Experiments Ta plenitud de la saciedad: odié permanccer en su tierra natioa, que le parecis ‘mucha mds solitaria que la triste celda del eremite. Aunque habla recorrido el largo laherinto del peoado, y nunca habia expiado el mal hecho, habia suspivado @ muchos pero amado a ‘una sola, y aquella amada, ay do mi, nunca fue suya: AL que se agrega uma inquietud nueva, como senala Mario Praz, y la aparente adherencia a una situacién real no sélo ntobiogréfica, tanto del individuo como do Ta sociedad. Tampoco hay que per- dor de vista, por otra parte, el hecho de que el éxito del pooma se pedo justificar Porque en aquellos afios estaba de moda Ja Bteratura de viajes y de aventuras, el ‘gusto por lo ox6tico, por Io cual Byron se ‘oncontré con que habia eserito exactame: te lo que se esporaba que cnalquicrs es- cribiese, Lejos de ser porfecto (por otra parts, y siguiendo a Emilio Cecchi, “ben- dito cuando se abandonaba pasivamente al Instinto, euando so daba en su inmediatez y contradictoriedad, fijando en una espe ie de diario poético, de miscelineas, todo Jo quo dia tras dia bullia en su cerebro”), el Childe Harold, que erecié en un canto fen 1816 y que se complet6 con un cuarto canto en 1818, queda como el ejemplo més representative de Ins virtudes y los efectos de la actitud byroniana en el pe- riodo que antecede a su partida definitiva de Inglaterra, aun cuando es lugar comin decir quo bay una diferencix neta entre Jas obras de este poriodo y les posteriores. En realidad Byron oscilé desde el principio entre un cierto racionalismo elisico que Te vyenia de Pope y el abandono romintico, asi como se pueden encontrar —aunque pocos marcados— elemontos satiricos en Tos ‘pasajes rominticos y elementos. romanticos en los pasajes satiicos. »< Augusta y el matrimonio Entrotanto, en agosto de 1811 habia muer to su madre, y aunque sus relaciones con clla se caracterizaron por el sufrimiento, en su imaginacién los vinculos familiares de- ban tener tal importancia que lo asalté tun remordimionto aparentemente inexpliea- le. Este luto, al que se agregé In muerte de su amigo Matthews que se habia aho- gado, contribuyé a levar al poeta a la com yiecion de que “alguna maldicién pesa so- Dre mf y sobre Tos mios” y a reforzar en 41 aquella tristeza —y el cinismo que adopt para sobreponerse al auténtico sufrimien- to— que habia subrayado piblicamente en el poema narrative en el que so describié como “el viajero oscuro”, “el extranjero frfo® del “coraziu de mérmol”, Las puettas de la sociedad Iondinense se le habian abier- to de par en par casi de repente. Se habia convertide en un homme @ bonne fortune; pasé de una aventura a otra, pero si la relacién con Ia brillante y a la moda Caroline Lamb (“,..¢s difiell decir que tnviera al gin stiaetivo en partivolar. Su figura, si bien clegente, era demasiado delgada para sor apreciable, y le faltaba aquell plenttud que la cleganeia trata de sustituir en vano, Sin embargo, era joven ... posela una gran yivacidad mental, y una imoginacién enarde- ida por Ta Tectura de novelas...") Te gran- je6 la envidia de los amigos; la relacién ine cestuosa con su hermanastra Augusta (“el {inico amor del cual Byron no se confesd jinmediatamento harto”)* suseité ~como es ‘obyio~ el eseindalo ¢ hizo al personaje atin mas tenebroso y satinico, Acerca de esta, selacién pareceria poco piadoso y oportumo disentic todavia, después de tanto —tal vez. demasiado como se ha escrito al respecto, Si el pocta no hubiese hecho ostontacién de Ia misma, casi como si fuera en busea de una admirscién morhosa, como si quisiera Thacer de ella um elemento relevante. Por cierto fueron muchos los anotivos que Te- vvatori a Byron al inoesto, en parte debido a Jas cireunstancias (el poeta, que siempre Thabia encontrado en Augusta —entonces se fiora Leigh —una confidente comprensiva y afectuosa, se encontrd, después de la muerte de su madre, viviendo mucho mis cerca de ‘lle de cuanto habia estado hasta entonces) y en parte debido a sn besoin de fotalité ‘su vohmtaria aquiescencia a aquel destino familiar de pasi6v, violencia e inregularidad que Io obsesionaba‘y que munca lo lev a Thacer nada por evitarlo, porque evitarlo le hubiera impedida ser aquel Iiéroe de le- yenda —noble héroe mareado por una he- encia tenebrosi— que él queria ser. Y esto ‘no signifiea, en la perpetua contradiccién, que él no sufriera, El hecho es que esta relacién con Ta hermanastra exist, y lo tes- imonian muchas alusiones y muchas carkas del poets, que aiin en 1819 desde Venecia, cesoribe a Augusta: “Nunea he dejado ni ‘puedo dejar do sentir ese apego ilimitado ‘que me ba ligado y me liga a Uy que me ‘yuelve completamente ineupaz de un amor Byron verdartero por cualquier otro ser huma- no...” Yen la Epfstole a Augusla: {Herman mia! jm dulce hermanal St hubiere tun nombre atin més queride y més puro <és0 sonia l tuyo! Montes y mares nos divitlen, pero yo no pido lgrimas sino ternura ‘on respuesta « Tas méas: donde quiera que yo aya “i permancees igual para mi ~ un remordimionto amado que 0 mo abandonaria. Y sin embargo Thay dos cosas en mi destino, tun mundo por el cual errar y wna casa contigo. Mis alld de eualquier conclusion ficil, hay que decir que en este caso se tratd de unt pasién auténtioa, tal vez la éniea profunda Yy que también el dolar y el remordimtento ‘que confiesa més tarde fueron verdaderos. Byron debié darse cuenta de que habia iddo demasiado lejos si se dey convencer por algunos amigos de que era necesario que Dbuscara um nuevo interés sentimental, tal vver de quo se casara. Y he aqui que repen~ tinamento, una vez més, emerge el cinismo: “En resumen, serfi necesario reducirse all matrimonio. Y no puedo imaginarme nada ‘mis encantador, después de easado, que i a vivir al campo; y matar ol tempo Te yendo el diario local y abrazando a ta ct- ‘marera de mi mujer”, loemos en una carta a Moore, Y la mujer, que debié. soportar teste tratamiento e insultos atin peores (bra talidad, irncundie, ebriedad, indiferencia, in- fidelidad) fue Ana Isabel Milbanke. EI ma- trimonio, que se celebré en enero de 1815, durd muy poco, Y no, camo se podria su- poner, porque la esposa ubiera Megado 2 fenterarse de la relacién con Augusta (mis aim, segura de quo esta relacién se habia interrampido, Indy Byron concedié a su eu fiada perdén y proteccién) sino debido = Jos continuas maltratos y ala actitad que mantuyo el poeta atin después del nacimien- to de la hija a la que puso el nombre de Augusta Ada. Mientras pens6 que su marido estaha mentalmente enfermo, soporté sus fu- rias, pero cuando un médieo le aseguré que el poeta era perfectamente responsable de sus propias aesiones, pidié la separaciéns In obtuvo, después de alguna histrinfea pro- testa, en enero de 1816, En abril del mismo afio, después de que Claire Clairmont se Te ofresié como amante, Byron abandon6 In- later para siempre, Las “obras inglesas” Entre su regreso del grand tous y Ja partida definitiva de Inglaterra, entre tantos amores Ticits ¢ ilicitos y las diversas explosiones ex- céntricas ("si no hubiera sido un dandy en el fondo de su alma, hoy nadie se acordaria de Byron”, escribié malignamente Beer bohm) Byron eseribié —siguiendo en cierto sentido el filén del Childe Harold— wna ot 1. El primer amor de Byron, Mary Chaworth. Roma, Keats-Shelley Memorial Houso (Malvisi) 2. Byron y sir mujer como Childe Harola e Inés. Litografia de Aubry Lecomte, del cuatro de Juinne (Paull Popper). 3. Caroline Lamb, de Miss Trotter Londres, National Portrait Gallery (Atborio Mella) 1, Palicio Mocenigo en Venecia Roma, Keats-Shelley Memorial House (Malvisi). 2. Byron en Venecia en 1820. Dibujo de Scriven. Roma, Koats-Shelley Momorial House (Malvisi) 3, 4, Lay dos hijas de Byron: Ada y Alegre. Roma, Keats-Shelley Momorlat House (Malvis Byron serie de relatos en verso, Los llamados “rela- tos onfentales”: The giaour (EL infil, 1813), The bride of Abytlos (La expose de Abydo, 1813), luego Lara (1814), The siege of Co- rinuh (EI sitio de Corinto, 1816) y Parisina (1816), ademas de algunas poesias entre las cuales valdré la pena recordar She walks fn beauty (Elia camina encuelta en belle- 2a), If thot high world (St aquel_ mundo supremo), Oh! snatched away in beauty’s ‘loom (Oh arsancada en la flor de su belle- 24), Sun of the sleepless! (jEI sol de tos insomnes!) y Stanzas for music (Estrofus para miiiea). Lo que lama. la atencién par- ticularmente en los relatos en verso, apart del insistente y obvi marco exético, del Jenguaje melodramatico que siempre corre ‘l riesgo —y a veces Jo consigue— de ser sible, deo absurdo de las situaciones y de Ja inconsistencia psicolégica de los perso- najes (el tono general es el de los peores libretos para épora Hien, de la novelita de apéndice o de algunas peliculas de Rodolfo Valentino), aunque no maravilla puesto que ya conocemos al poeta, es la mis absoluta subjetividad de intencién y de desarrollo (casi una ineapacidad congénita para com- prender Jas reacciones humanas més cle- mentales), la més completa abstraccién de sa mundo y de su tiempo y, siempre, una referencia més o menos encubierta a la per- sona del autor, tanto a la persona auténtica ‘como a la construida. Es la continua puesta al dia de una autobiogvafia novelesea. Byron quiero ser ol corsari, como también seri Byron Maniredo y Cain (no tiene ninguna {mportancia que wna vez el poeta huiiera protesiado, timidamente, contra quienes Jo ‘entficaban con sus personajes), asi como no es casual, a propésito de esta posibilidad de identficacion, que dos de estos relatos en verso, de amor y muerte y mister, tengan por tema un inecsto, Real en Parisina, su- puesto en La esposa de Abydo: “La ota noche he terminado Zuleike (Le expose de Abydo). mi segundo Relato Turco. Creo que su composicién me ha. permitido mai tencrme vivo, porque lo he escrito para mantener mis pensamientos lejos del recuer- do de Querido, sagrado nombre, que nica ti seas revetato ...”. Para mostrar cull es tono de estas relalos y eémo de pronto aparecen apggtrofando ‘casionalmente contra la libestad perdida de los pueblos, seré sulieiente dar unas pocas tas de EL infil: Esto os el ospocto do este thera, ésta 03 Grecia, mas no una Grecia otoa; tan dulce y fria; tan muerta y tan hermosa, ‘admira porque en ella falta of alma, La suya es la belleza de la muerte que no eseapa ain con el aliento, Si, el olvido de ti misma les abnié el camino alos cinculos vilanos y at despstico saqueo. eQuién Noga tronando on nogrtoima moniuea {on freno suelto y veloces casos? SS Bajo et estrepitoso ruido del acero los ecos ahuccados se despiortan on cada latigazo, en cada salto, Asi como alza su cabeza el cisne curco wagita el agua. con alas orgullosas cuando camina un hombre extrafio 4 lo largo de ta costa de su lago, si se alzeba el cuello de Leila, ain més blanco, ‘ast buseabe, armada de Delleza, la mi yy la mirade, insensata osada, hui Asi de altivo y de gracieso era su ‘asi de porte, smo su corazén pra et amado; duro Hassin— gquién era? iAy, que um nombre asi no sea el tuyc! Los versos que suscitaron tanta admiracién fen sus contemporineos son de este tipo y ain peores. ‘Tal vez se trat, mis que de otra cost, de un éxito “popular”; pero el hecho es comprensible si se tiene en cuenta Jos argumentos y ln fogosidad con que es- tin expuestos. Tampoco sorprende que los logios mas grandes vinieran de ciones, puesto que, aunque parezea extraiio, su obra “ay sdlo no pierde sino que gana si so la teaduce en prosa extranjera” (Swine burne). Pero también Goethe, a quien so toma siempro como ejemplo méiximo ¢ diseutible de la admiracién que sintié Eh ropa por el poeta, terminé por seialar que ‘us poe 5 son discursos _parlamentatios rosumides”. Por otra parte, nadie puede rnegar que “en ua época que ha perdido cl gusto por las cualicades que la poesia de Byron demuestra poseer, es muy dificil ha cer un-anilisis preciso de sus vicios y de 8; pero parece igualmente di- ficil poder afirmar con T. 8, Eliot —y jus- lamente a propésito de algunas de los versos citados de EL infiel— que frente a ciertos pasajes se° pueda sentir una “fuerte suges- bi Cuando mucho, se puede encontrar tan cierto agrado al Ieerlos. Entonces habia, muy crocianamente, que hacer wna antologia de una serie de fragmentos y elegit, des- pués de hacer una distincién abstracta entre “poesa”” y “no poesia” lo que seria la ‘inca obea byroniana vélida, Y, sin embar- 20, con mis justeza el mismo Eliot ve eémo fen’ un_ poeta como yron Ta cantidad es inevitable, y en consecuencia emo el juicio no puede evitar un anilisis que tenga en ‘euenta el hecho de que dl eseribié relatos en verso y poemas dramiticos, o sea composi nas euales tambien el na, el peso y Ik seeueneia de los hechos, los personajes, fn una palabra, toda la estructura, tienen ‘una importaneia declarada y fimdamental Pero si su estructura no rige, si Byron fue Siempre sordo a la lengua (“escribe en una Tengu embalsamada o inerte"), si sus poe ables, hho se distinguen por cualidades particula- es de Tas de muchos contempordineos me- ores, entonees, geuiles son los aspectos positivos de su obra, eudles son las rizoney por las eusles a Byron eomesponde una po- s breves, a pesar de no ser despre ee eo ee Cer a) Se em ae ee ccoever) sicién preeminente on Jas historias de Ts Iiteratura inglesa del ochocientos? Para po- dler responder con exatitud seria tiecestrio hacer rouchas eonsideraciones, pero hay un echo’ cierto: Byron demostr6 —y lo levé @ su abrir, exactamente lo que su época pe- dia: el sentido de Ie accion, “1 enalaice otra cosa, mucho mis ‘que el Fausto, me hizo escribir Manfredo” Después de Waterloo (cuando supo que Napoleén habia sido demotado, Byron ex- land: “Lo lamento rouchisimo, verdaders- mente”) la paz no habia trafdo nf trang Jidad ni abundancia a Buropa. En Ingle terra, al cese de los onzolamientos bélicos siguld una crisis gravisina, Las indostrss Aaiebraban, los agrienltores se veian reduci dlos a la misera, In desocupasién cumen- taba. Tos fermentos ideokigicos eran cada vyor mis evidentes: la preparaciin del pr Incr proyecto de ley obrora, las agitaciones Dara loge la reforma electoral y parlamen- tara, el nacimiento del movimiento radical tnientias tanto en el continent, entre cons- piraciones y reneeiones, se estuban preparane do las luchas por Ie independencia. Es htural, en estos ios, que cuslquiera. que pproclanara con fucrea la palabra, libertad Y dcfendicra la digoidad del hombre y se batiera contra enslawier prohibielin o com vyencidn restrictive, recibiora Ta entusasta faprobacién de muchos. Ain cuando 1a ac fitnd de Byron nos pueda parecer hoy (y din lo bays sido) superficial y vieinda por tin indivihalimo “excesivo, producto de tina naturalera tendiente a Jo sobrehumano nis que de una conciencia social (a pessr dle que en Byron no falta Ia investiva directa }y precise, vincolada a hechos contingentes), f poeta se puso abiertamente de parte de las mentes més duminadas y progresistas y en aquel memento no era necesario que st ‘bea fern analizada con instrumentos cri- ticos suites, EL encuentso con Shelley en Ginebra, adonde Byron Meg6 después de Haber visitado «1 eampo de batalla de Wa- terloo y de haber visjado. ao largo del hin, fue muy importante porque sii, si no para ofra cosa, para ackrar al poeta aguel sentiniento de participation humani- mia que ya habia mestrado y para reforzar en élel sentido de la historia. Por otra pate, fie Shelley quien le hizo, conocer cl Fausto do Gosthe y sabemos custo peso favo esta obra en su tendencia ya evidente hacia los elementos méqicos. Los eseritos dle exte periodo agumen un tono diferente, yevelan una madurez distinta, Mientras en Jos dos primeros exntos del Childe Parola predomina cl pasaje “evasive” de Portugal Y Espaiia, de las islas del Jonlo y de Grecia y las asoeiaciones con una tematica ele ibertud de Tos puablos eran ocasionales y, en cierto sentido, abstractas por nacidas de ina nostalgia de Tejunas épocas heroics, en ol torcer canto aunque persiste el leitmotio de 1a tanstoriedad del amor y dela futiidad de ht bisqueca de la perfec: Byron clon— emergen con evidencia significativa Jus asacinciones histériens e ideologicas: No- paledn, Waterloo, os Alpes, Rousseau. ‘Tam- poco aqui ser posible decir, con Childe Harold, “Yo no vivo en mf mismo, sino que me convierto en. parte de lo que me rodea”” Ill, 72, 1-2). Byron no llega, como tantas ‘veces ceurre con Shelley, a una completa partieipacién com el mundo, Shelley eontem= ppla el universo en sf mismo, Byron se con templa a sf mismo en el universo, siempre. En tantas pasajes suyos, como por ejemplo ‘en aquel sobre Waterloo, se siente li volun- tariedad del sentimiento, ol rellejo iDetente! Estis pisando et potvo de un Imperio: los restow de un sismo yacen debajo. a no hay wn busto colosal que marque eb sitio, i tena columna con trofeos, né una seit de triunfo? y Nada, pero la verdad sé manifiesta simplemente: que al suelo quede como estaba. iCémo hizo ereces Ta mies la Ttuoia roja! @ silo esto obtuco al mundo de ti, campo de batalla —e1 primero y el dtimo-, silo esto do ti, Victoria Gque transformas en reyes a los hombres? Pero junto con el tereer canto del Childe Harold, wna obra como The prisoner of Chi Ton (EL prisioncra de Chillon), pequeno poema sobre el patriota republicano Fran- ‘cols de Bonnivard) es un sintoma preciso de Ja emergencia de cicrtos problemas. Asi ‘como Prometheus (Promcteo) y Manfred (Manfredo), que termina on Roma en 1817, testimonian una acentuacién de lo gigan- tesco y To tencbroso bajo Ja influencia de Shelley y de Goethe y de la profunda im- presién que produjeron al poets los majes- fuosos paisajes alpinos. “Soy un enamorado de Ja Naturaleza y un admirador de Ia Belleza. Puedo soportar cuslquier fatiga y dar fa bienvenida a cualquier privacién; y he contemplado algunos de Tos especticulos ids sublimes del mundo. Pero en medio de todo esto el rocuordo de Ia amargura y mis especialmente de mi recionte desolacién do- méstica, que deberé acompatarine para el esto de mi vida, ha ojereido una triste influencia en mi; aqui, nl Ia miisiea de los ‘pastores nil fragor de Ia avalancha, ni Tos forrentes, las montahas, los claciates, las ‘nubes, han logrado aliviar por un momento ‘al peso que tengo sobre el corazén ni me han permitido perder y olvidar esta maldita jdentidad mia eon Ia gloria, con el poder y ‘con la majestad que hay alrededor, por en- cima y por debajo de mi”, eseribe el poets fl 20 de setiembre de 1816 en su diario para Augusta; y en 1820, en uns carta a Murmay desde Ravena, Yefiriéndose a la posible relacién entre el Fausto le Gothe y ‘su Manfredo, Byron afirma entre otras cosas ‘que “fueron el Staubach, la Jungfrau y eas quier otre cosa mucho mis que el Fausto {ue me hiciewon escribir el Manfredo”, Es fn éste cualquier ofr: cosa que siompre se hha detenido la eritien en su intento por comprender exiles en realidad Ta misterio- sa, dtina tortura de Manfredo, No resulta claro, que se trate necesarimente, una vez iis, de incesto, pero ain cuando en el poeina dramitica se encuentran —junto con Ja goethiana— otzas_influencias probables (por ejeroplo Marlowe, Beckford, Chatesu- briand) tales como para jusiiear Ia insis- tencia del poeta en I originalidad de su obra (y efectivamente, si se. los ex uy atentamente, los personajes de Fausto Y Manjredo resultan et. todo caso antitéti- fos); atin enndo na figara como es Ja de Manfredo de hore slitrio persegui do por un destino inevitable, culpable de tun crimen misteriom ¢ inexplicable, tortura~ do por el remordimienta y podexeso haste fl punto de poder evocar seres ccults ro- taurtiendo a as artes mégicas, fuera una figura que habia entrada en el patrimonio Iiterario de la época; ain cuando, en. resu- men, el drama de Manfredo se puedo en- tender rezonablemento como una creaci6n fantisticn, sin relaeién alguna con hechos y razones personales, no se puode pasar por flo el hecho de que se trala de un drama de Byron, de tm poeta que en quien siem- pre y abiertamente predomina una tenden= Gia & la expresiém autobiogifica, Subsiste {eT hecho de que realmente existié una rels- tin entre Byron y Auguste, tal vez Ia mas Nerdadera y profunda, y a juzgar por el fragmento citado del diario (y Ta Carta 4 Augusta es de aquella misma época) se DDuede decir, al menos en parte, que en. el Temordimiento yea. of dolor que torturan & Manfredo se teflejan ol remordimicnto y 1 dolor de Byron. Y los indicios, en el drax mma, son mis de wno, En el primer acto; 4 medianoche, en wn gileria gética de su ‘astilloubieado entre los montes, Manfredo, Imeditando en voz alta, se presenta a si vet Sufrimionto deberka ver Maestro det hombre sabio: fl dolor ex Conccimiento: aquéllos que més saben debon Torar més amargamente sobre Ta fatat verdad quo el Arbob de la Sabiduria no os el de ta Vida. Filosofia ¢ ciencia, y el surgimiento de lo Masavillgso y la sebiduria del Mundo, todo lo he experimentado, y en mi mente ‘esté of poder de subtugar cualquier cosa a sé misma —pera esto no wale para nada. 1 ; y en seguida, evocando los espirites tuniverso, afizma que sobre él pest una dicién: iBspirieus do la Tierra y del Aire tno me podréis eluiis! Por wn poder es mucho més profundo que el invocado, nor un hechizo tirano Que nacié en una estrella maldita, resto aardiente de un mundo destruido, tn infierno que vaga en el eterno Espacio; por la tmaldicién tremenda a cabre mi alma, por et pensamiento ‘que estd en mi y me rodea, yo os convoco @ mi volunted. jApare Y los espiritus de la tierra, del ocfano, del ine, de Ta noche, de vientos y de Ia estrella de Manfredo apate- cen, pero no pueden satislacer su deseo, no tienen el poder de concederle el olvido, Uno de los espiritus asume por un momento el aspecto de una mujer bellisima, y Man- fredo, después de aber promuneiado pacas palabras (“To abrazaré y todavia es ‘mos... {Mi corazén esti destrozado!”) desvanecido mientras una vox pronunc’ ‘encantamiento: te condeno 10 ser el infiorno de ttn No dormir y no morir sovd tw destino Después Ia alusion al exzador de gamos To ha contenido en su intento do arro- su cabatia (Aeto segundo, primera escena: ‘Mis ofensas cayeron sobre aquellos que me ‘amaban / Sobre quienes mis amaba"), hay ‘una “confesién’” mas amplia, aunque todavia muy reticente, a la Maga de los Alpes: Sin embargo hubo Una ila era como’ yo en el aspecto ss ojos cabellos, sus facciones, todo, hasta et tono ds su v0, fodo desta que era como yo 1 la ternura —pero ésta ln tenia para ella; y la humildad —que yo no tuve jamés Sus errores. fueron los mios sus virtudes slo suyas— Ta amaba y ta destrut. Finalmente, siempre en ef segundo acto, frente al fantasma de Astarte el hombre “do muchos pensamientos y dom cen el bien y en el mal, extremo en amb: fatal para si mismo y para los demés, ex clsma: Me amaste demisiado, ‘asi como demasiado to amé; no estébamos hechos para torturarnos - si bien fuora fel més mortal do todoe los pecados “Tompoco sabremos quién es Astarte hasta el eseer acto, cuando To revela el viojo siervo Mamuel, a quien interrampe Ia legada del Byron Byron 1. Shelley. Retreto de A. Curran, 1819. Londres, National Portrait Gallery (Atborio Mella) 2. Byron y Ta condesa Guiccioli fon una carieatura francesa de la époce. Litografia, Roma, Keats-Shelley Memorial House (Malvisi) 3. Casa ae tos Lanfranchi en Pisa. (Malvisi) En la pdgina 101, 1, Palacio Cuiccioli en Révona Roma, Keats-Shelley Memorial House (Malvisi), 2. La condesa Guieciolt.. Roma, Keats-Shelicy Memorial House (Malvisi) sc i i a cat Byron pra con ét Is sola compara de sus suction 1 de sus viglias... lla que entre todos ‘iviontes sobre la tier parecia ver la tnica {que lo amaba, como ora natural, dado el inculo de sangre, Lady Astarte, su Gon esto es suficiente, como se ve, para pre- sumir que un paralelo con el episodio de Augusta sea legitimo. Con Manfredo, y esto es significative, Byron pasa a una estructura “dramatica” pero seria un error querer juz gar esta obra como se juzga una obra es- Gita para cl teatro; al menos porque el poeta mismo afirmé repetidas voces que sen- tia um profunde desprecio por la escena, Y el no haber tenido en cuenta este becho es lo que probablemente ha llevado a la | critica més de una vez. a considerar Man- fredo como un drama equivocado, por ab- surdo en el tema y por indiferencia en lo ‘que se refer LONDON, 1822: Ja psicologia o al caxdeter ‘poco eoncreto de las personajes. | es oe toni 108; | Ya se ha repetide demasiadas veces que en Been Byron I pocsia se. manifest como “PIe- | sence”, sin graduaciones nt contrasts, en fee oie hy stent tet camo qu de instr en ton aspectes, que son cvidentes; pero signifcara estar” atador ee et ee fee ake Kaki aac tenets LIBERAL. | THE compararlo. superficialmente con cualquiera, de las poomas orientales) y eualidades Jiri eas que no son para nada desdefiables La estadia en Suiza con Shelley y Clai Clairmont no dur mucho tiempo. Bn oct bre el pocta legs a Ttalia, se detuvo por poco tiempo en Milén y en noviembre ya estaba en Venecia, VERSE AND PROSE FROM THE | sourH. ‘Venecia: Ia eulminacién del romanticisme ae byroniano y el poema satfico mince ce La fama que lo rodleaba por aquella época puede hoy pareceos inverosimnil, y en rea- Tidad llegé a adquirir dimensiones quo tocan l ridiculo. Sori suficiente con citar Gna piigina de Guerrazi y un fragmento de una carta do Schopenhauer. “Decian que tenia | sangre de rey, que era riquisima, de tempe- ramento sangunieo, feroz y maestro en los ejercicios caballereseos: era Jorge Byron ¥ 1, Leigh Hunt, De un retralo aquise verlo: me pareeié el Apolo del Vati- yp, R. Hayelon. Loncues, Notional ano. Si éste es un malvade, pens’, en- Portrait Gallery (Arborio Mella). tonces Dios ¢s un farsante; no puede ser que el Greador haya queride poner un alma mala en una somblanza tan hermosa...” Y Schopenhauer, en 1819; “Tenia una carta de prosontacién de Goethe a Byron, Estuve fen Venecia tres meses durante In época en {que Byron estaba alli y siempre ponsaba ir a verlo con Ia carta de Goothe. Pero wn dig renueié definitivamente a la idea, por ‘que acurrié que yo estaba pascando con mi amada por ol Lido, cuando de pronto ‘mi Duleinea grité con gran oxcitacién: “|Ahi vva el poeta inglés!” Byron pasé por delante 2. Portada dle la rovista The liberal, 1822. Roma, KeatsShelley Memorial House (Malvisi) 04 a a ian in scieeltei cla nestro a caballo y durante el resto del dia Ta mujer no se pudo liberar de la impresin, Entonces decidi no ir a verlo, Me asusté ppor los euemos. ‘Ain en Venecia, donde ademis de algunos viajes (a Roma, Révena, Boloia) Byron se ‘quedé hasta 1819, el pocta no dejé de te- ner fe en ef personale. “He alguilado un departamento inmejorable en Ia casa de wn mercader de Venecia'; este comerciante Siempre est cenpado con sus negoelis tiene una mujer de velntidés aries, Marian: (este cs su nombre) que es absolutamente arecida a un antilope, por su aspecto. Tic- ne ojos grandes, negros, orientales... boc equetia, piel clara y suave, hermosa frente sus cabellos son negros, brillaites y enw Iados, del color de los de lady Jerseys es eshella y graciosa", eseribe en una carla a ‘Moore el 17 de noviembre de 1816. Y nego, # Murray: “Me he enamorado con tun amor sin fondo.” Los amores, la nate cin, las eabalgatas. Al poco tiempo dis intos testimonios nos Jo muestran (mis gordo, palido, con les hombros zedondos un poco caidos y las pequetias manos hincha= das) en ef escenario del Palacio Mocenigo, su micva morada, entre servidores y perros, ‘monos, péjaros, un lobo y una zorra, como tun principe oriental 9 un decadente refi nado que estuviera aburrido. Pero mientras en esta especie de harén delirante sigue sis lexperiencias del “largo laberinto del pecado” con Mariana Segato y luego con Margarita ogni con el mismo impetu no olvida poeta. Eseribe The lament of Tasso (EL lamonto de Tasso}, el cuarto canto de Chit. de Harold, Beppo, « Venetion story (Bep- ‘pe, una historia veneciana) y empicza el Don Juan, su obra macstra. “Extaeré el ‘mineral de mi juventnd hasta las tos, cineo paves, un cuervo, un deuils, um hialedn, dos chanchitos de la India y una gra= Ila egipcia) mi 2 ls cabalgatas, a la natacion H. Ls Casa Magni en San Terencio, JOleo anénime del siglo XIX. Roma, KKeats-Shelley Memorial House (Malvisi) La grute Byron en rtovenere (Malvisi). Vista det golfo de Lerict Hesde Portovenere (Malvisi) EL castillo de San Torencio Malvisi). Casi Magni en San Terencio iMalvisi). 107 Byron ‘nan ue. Benlé (Malis) 2: de Bon teas Mle Sa Eats y tte oe Cel 0. la caza, pero el show se vuelve Hojo, cl posta se aburguesa, se yuelve avaro (ha ‘ia vendido hacia poeo su propiedad ingle- st) ya las publicitadas costumbres herai- ‘eas 0 extravagantes se superponen otras: 56- Jo verdara, galletas seoas, agua mineral y magnesia que se hacia tracr de Inglate- ra. La romantica y testaruda Teresa, que ‘no era ni particularmente inteligente mi par- ficularmente hermosa con su eabeza despro- porcionada, no Te oftece en Ia practiea otra cosa que un sucediine de vida matzimonial sin Turias, sin hechos sobresalientes, Des: ués que la condesa se hubo separedo del tarido, el poeta entré en Ia familla y, como Jos Gamba eran ardientes patriotas, Byron ‘tumbién participa de su actividad politica y.entm a formar parte de la Carboneria, Cuando Shelley To va a visitar, lo encuentra “muy mejorido en todos los aspectos ... en 1 genio, en el temperamento, en los puntos de vista morales...”. Es dudoso. En cuan- tp al genio: es cierto que durante este pe- riodo Byron eseribié muchisimo, desde el quinto canto del Don Jun a los dramas osticos The two Foseart (Los dos Fosoa- ri), Saridanapalus, Cain y Marino Faliero, desde The prophecy of Dante (La profecia de Dante) 2 The vision of Judgement. (La visién del Juicio), ademéis de una tradue- ‘idm parcial del Morgonte Mayor y de ala nas poesias entre las euales se puede citar Slanzas to the Po por Ia referencia que en lla hace a Rivena y a Ta amante Rio que cones junto a antiguos muros donde habita la mujer dle mi amor. ‘cuando ella comina a 10 largo de tus orillas y tal vez tiene para mi un leve reouerdo Pero atin si Cain (“um sujeto metafisico, al- go por el estilo de Manfredo”) coutiene al- igunos pasajes de indudable vigor y aceren Byron a clertas posiciones heterodoxas, “satinicas”, de Shelley; atin si La visiin det Juicto puede considerarse una obra macstra de sitira privada, ninguna de estas obras es comparable con el Don Juan ni con algunas partes del Childe Harold. Estas obras son ands bien el resultado de una actividad fre- nética, descompuesta y a veces superficial: “una convulsién en el fondo de la ewal no sucede nada” (Cecchi) o sucede muy poco. En cuanto al temperamento y a los puntos de vista morales, también es bastante diffeil ‘actar una mejoria; en este sentido seria su- ficiente citar el einismo con que se cempor- ta ante Shelley en varias oportunidades y Ja irresponsabilidad que demuestra para con Alegre, la hija que habia tenido eon Claire Clairmont, abandonada en sin convento de Bagnacavallo, donde moriri en marzo de 1821. g¥ en quanto a su actividad polities, hasta qué punto é&ta fue auténtiea, eficaz (y riesgoxa)? Habria que ser honestos y decir que por lo menos Tis intenciones fue- Sinceras; a Byron le interesaba coalquier en Ia que estuviera implicito un ‘nticouformista. Y justamente poraue Byron ‘cualquier emprosa que tuviera este canicter le interesaba, sospechamos que su compro miso fuera unicamente individualista, una simple necesidad do extroversién. Si pen- sumos en lo que era Ia situacién italiana de 1821, caya gravedad no viene al caso si brayar en forma retériea, y luego pensamos en Byron que, “en medio de todo el,sudos, €l polvo y las blasfomias de un movimiento universal” esti a punto de partir hacia Pisa (a donde voy a pasar el invierno”) por que al fracasar los motines revalucionsrios Ja familia Gamba ha sido condenada al exi= bio y el poeta, como es natural, Ia sigue; si ppensamos en todo esto, tenemos ima vaga, sensacién de superficialidad, Ta sensacién de que en rosumidas cuentas Byron, con sus sues acerea de una Italia libre, no habia comprendido gran cosa o, por lo menos, no hhabia “sentido” gran cosa. En cambio, y «1 juzgar por lo que se lee en una pigina de diario (18 de febrero de 1821), sus “ami- 105 carbonarios” babfan comprendide: “Yo creo quo ellos me consideran sélo como un depésito que debe ser sacrificado en caso de accidente””, La elecci6n de Pisa como nuevo lugar de residencia dependié del juieio del pocta: “No nos podiamos decidir entre Suiza y ‘Toscana y yo voté a favor de Pisa, quo es- ti mas cerca del Mediterrdnco, al que ama por las orillas que basia y por mis eeverdas juveniles de 1809, Suiza es un pais maldi- to, egoista, sucio, situado on Ia resién mis romantica del mundo. Nunes he pocido 50- pportar a sus habitantes y menos todavia a sus visitantes ingleses...” (de una carta a ‘Moore del 19 de setiembre de 1821). Y en Pisa, mientras se deseneadenaban Tos juicios negatives y positives, siempre extremos— sobre el contenido del Cain (“contra la bon- dad y le potencia de la divinidad, contra Ja razonabilidad de Ta religidn en general”), se abre un nuevo perodo que veri el naci iiento y el fracaso del periédico “The Li- beral” (EI Liberal) y la terminacién de otros ‘eantos del Don Juan, que habia retomado después de haber prometido a los Guiecioli {que no tocaria temas demasiado osados, En Ta casa de los Lanfranchi (“Estoy aqui en ‘un viejo y famoso palacio feudal sobre el Amo, suficfentemente grande como para alt Dergir una guamicién, con prisiones sub- terrineas y seeretas en Tos muros....") pron- to se formé un curioso y heteroxénco eirculo de amigos de Shelley, que se habia establo- cielo en la chudad toscana: Edvard Williams, ‘Thomas Medwin, E. J. Trelawny, el pintor americano West y John Taaffe, a los cuales se agroga més tarde Leigh Hunt con sa nu- merosa familia, La idea de bacer venir a Leiuh Hunt desde Inglaterra habia sido de Shelley, quien queria realizar por fin aquel “diario propio” del cual tantas veces habia, Tablado con su amigo. El primer nimero de “The Liberal” (en total sblp salieron cuatro) aparecié el 15 de octubre de 1822 y de Byron contenia La visién del Jutoto, wna rosa y algimos epigramas. Pero Shelley que en ese mimero habia colaborado con tuna traduceién del Fausto de Goethe y tuna poesia, no pudo verlo, El 8 de julio mientras regresaba de Pisa a Villa Magni (entre Leviel_y San Terencia) donde se habia establecido, una tempestad imprevis- ta hizo volear la nave abierta donde viajaba con su amigo Williams y un marinero, Su cuerpo recién fue encontrado diez dias mais tarde, y levado a Ta playa en presencia de Byron y de Trelawny. “Hemos quemedo los cuerpos de Shelley y de Williams en In playa para poder levarlos y darles sepul- tura. No podels tener una idea del efecto extraordinario de esta pira funeraria, sobre tuna playa desolada, con Jas montanas al fon- do y el mar hacia adelante, y el aspecto sin gular que la sal y ef ineienso daban a la Tama. Todo Shelley se consumié, menos el corazén, que no quiso recibir la ‘ama y ahora se conserva en espirita de vino” (Byron a Moore el 27 de agosto de 1522). ‘También la aventura de Byron se aprosi- taba a su fin, con pocos sobresaltos antes de la empress final, ET mismo mes en que ccurrié Ta tragedia de Shelley, la familia Gamba tuvo que abandonar Toteana: una pelea callejera entre los sirvientes de Byron Yom sargento mayor pisina habfa envuelto también al poeta y 2 sus amigos, por lo cual cl gobiemo, que no vela el momento de berise de este grupo heterogéneo que era ccontimamente vigilado por agentes del g0- biemo austriaco, aproveché esta oportunidad para invitarlos a salir de la ciudad, En se tiembre Byroi se reunlé con los Gamba en Génova, donde aquéllos se habjan ubjeado cn la Villa Saluzzo de Albaro y aqui le le- sgaton las primeras rescciones feroces de la prensa inglesa contra “The Liberal": “una ‘mancha sucia sobre nuestra literatura”, “ana publicacién innoble”, “Lord Byron ha e0- laborado en ella con vaeuidad, vulgsridad y falta de humanidad y de corazén; Shelley con una ridicala cosa sobre Goethe; y Leigh Hunt con estupideces, ignormela’ y malas versos”. Estos son algunos de los juicios ‘que aparecieron en “The Literary Gazette” y en “The Courier”. El entusiasmo de By- ron por la revista se enfrio pronto, a lo cual contiibuyé sin duda la difieultad eon que transeurria la turbulenta convivencia con ef director y ta numerosa familia, Ademés, 61 se habia ido convencids de que Tos ataques staban determipados tinieamente por si presencia, Por otra parte Byron, que a lady Blessington parecia cada vex més exoén- ttieo y demodé, cada vex mis parccido a cualquiera de sus primeros increfbles per sonajes, debia enoonder bajo sus actitudes Inabituales un profundo eansaneio, una tis: ez y una insatisfacclén mucho ms antén tieas de cuanto se haya confesado poétien- ‘mente alguna vez, y tal vez la conciencia de un momento de aridez expresiva, Sin coutar algunos mevos eantos del Don Juan, sus obras de este perfodo parecen confitmar ppor lo menos una especie de incertidumbre fn cuanto a qué rambo tomar. The ago af bronze (La edad. del bronce) es un poema satitieo inspirado en el congreso de Verona, ‘el drama inconcluso The deformed transfor- ‘med. (EL deforme:transformado) es wna va- raci6n del tema de Fausto sobre fondo his- térico, The island (Ta ilsa) es un pequetio poems narrative que se basa sobre Ia his: toria del amotinamiento del “Bounty” y sobre la vida de los amotinados en Tabiti ¥y su tono no es distinto hasta por los par éntisis amorosos (el idl de Neuka y Tor- quil) y por ka ambientacién exbtica— de los Primetos relatos en verso, Byron necesitaba tun cambio rdieal de escenario y durante tlgiin tiempo pens en abandonar Europa fe ir a América, Pero no podia, porque se hhabia aburguesadlo en medio del afecto do- méstico de Teresa, olvidando aquel médulo theroico que se habia construido y del cual seria fatalmente Ia vietima. Ya en febrero de 1823, cuando le Negaron noticias de que Jhabia recomenzada Ta hicha por la indepen dencia en Grecia, el poeta habfa empezado a pensar en la postbilidad de ofrecer su ayuda f los insurectos, y habia hablado de ello con Hobhouse y con otros amigos ingleses. Pero fue en abril, cuando llegé el capitin Blaquigre, a quien el eomité inglés de ayuda a Grecia habia invitado a Génova, cuando se sellé su destino. El altimo acto habia ‘comenzido. “Eintonces mira on tomo y elige tu tierra y toma tu reposo” Segim muchos testimonios, los preparati- vyos para el viaje a Grecia fueron particu larmente meditados y de caricter serio. By ron dejo may poco librado a la inspiracién “touniintiea" y se esforzé por comprender ceuiles eran realmente las nevesidades de los revolucionarios: supo por el comité que 1 Jos griegos les faltaba easi completamente Ia attilleria y reunié todo su dinero, se pro- ‘curs medicinas, equipé el bergantin inglés “The Hercules” con barriles de pélvora y dos pequefis eafiones, Tra como si sabien- do que la muerte lo esperaba, hubiera de- cidido abandonar Ta poesla por un gesto que babria de dar a mucha de su poesia tun verdadero significado, Desde entonces sélo escribié cuatro breves composiciones, centre ellas la que puede considerarse como el compendio de sus tltimas meses de vid On this day T complete my thirty-ssth year (En este dia conclayo mi trigésimo sexto fio) del 22. de enero de 1824. Si bien estos verses son para nada memora- les en cuanto a sus cualidades pocticas, algunas de ellos tienen un cierto interés desde el punto de vista biogritico, en cuan- to constitayen el reflejo exacto de una nueva condicién: Ya es tiempo de que este corazén se detengn ‘puesto quo el corazin de otros ha cesado | de latie: Byron 1y sin embargo, aunque no pueda ser amado, {que yo siga umando. ‘Mis dias ya tienen ef color de tas hojas amarilas: y las flores 1y los frufos dol amor han huido . Desalena les pasiones que siempre se re- ihumanidad despreciable! —sean para ti indiforentes la conrisa 0 la mirada sovera de la Belleza Si ta: has lomentado la fueentud, epara qué vivir? Entonces mira en torno, iy elige tu tierra, 1 toma tu repose Las ificultades pricticas y sentimentales fueron superndas ripidamente y el 16 de julio do 1823 “Tho Hercules” salié de G& nova, A bordo se encontraban Byron, Pie tro Gamba, ‘Trelaway y un jovén médico italiano, ademis de ocho servidores, cinco ceaballos y dos perros. En Lovorno subié all borgantin un joven escoeés, Hamiltin Brow= ne. El 2 de agosto Megaron cerca de las islas del Jonio y, observando Tas montaiias ljanas de Morea, Byron confeso a ‘Tre Tawny que se sentia como si “el peso de Tos ‘once [argos afios de amargura transcurridos desde que estuye aqui por primera vez, ya no estuviera sobre mis espaldas”. A la mac ana siguiente el grupo desembarcd en Ce- falonia, que pareola uno de los Iugares més adecusdos para detenerse a estudiar el de= sartollo de la intrincada sitnacién politica tgriega, Desde el principio Byron quiso mos trarse muy distinto de camo se habia pine tado en el Childe Harold: en Itaea, por ejem= plo se negé a visitar lugares de interés his: trieo y afirmé detestar todo To que tuviera que ver con antigiedsdes. Una ver que lube desembarcado en Grecia, su deseo fue vivir y actuar en el presente, sin lamentarse por las glorias de un tiempo. ¥ en efecto “y no porque haya muerto alli la aven- ura griega fue Ia menos retérica, la mis “humana” de todas las que vivié, Pero no cra ficil actuar, Pronto Byron se dio euen- ta de que la empresa que se habfa propuesto no era simple. Dentro del laberinto de la polities griege, Ja pasién cedié el lugar a Ja decision, En la pequetia casa de Metaxa- ta, frente al mar, pasaron el verano y el otofio sin que hiciera otra cosa que cabal- gar entre los olivos, Teer novelas de Wak. ter Scott, recibir algéin emisario de las dis- tintas corrientes revolucionarlas para recibic noticias que eran contradictorias: el dinero disminufa y en cambio aumentaba la duda fen cuanto a si serla posible brindar una ayu- dda concreta a Ta causa que habia elegido con tanto entusiasmo, Por fin en diciembre all poeta le parecié oportuno ponerse de parte del principe Mavracordato, que garantizaba mis que otros la. posi ‘una autoridad estable; asi, zarpé hacia Mis- solongi, adonde Meg6 cl 5 de enero de 1824. Alf, en una casa do tres plantas que ocupaba el coronel Stahope, retomé. con incansable cobstinaciéin sus esfuerzos en favor de la resis- tencia gulege, Las tareas prineipales eran dos; formar una brigada de artilleriay asal- tar y conquistar Lepanto, Pero no leg coueretar nada, Febrera’y marzo transcu- rrieron entre rebeliones, Tuvias, esearamu- zas, movimientos sismieos, demostraciones de incompetencia, traiciones. Cuando ls flota tures aparecié en el horizonte y pare- cia claro que la ciudad dificilmente podria defenderse si éstos la atacaban, el poeta quiso organizar personalmente las pocas tro- pas y alentar a los ciudadanos aterrorizados. Ala noche, después de una larga cabalgata bajo una Iuvia espesa e insistente, tayo un violento ataque de fiebre reumitica, El 10 yl 11 de abril quiso volver a salir a eaballo pero su cuerpo —ya minado por Jos dos tile timos meses de fatigas y de efectos climéi- ticos— no estaba en eandiciones de realizar esfuerzos de este tipo y los méicos empe- zaron @ preocuparse seriamente y legaron a pensar en embarcarlo hacia Zante, lo cual no llegaron a hacer por las condiciones del tiempo. E115 Byron ya estaba grave. Wie liam Parry, en The last days of Lord Byron {Los ditimos dias de lord Byron) relieve: *.. chablé conmigo de mis aventuras. Tam bién hablé de le muerte con gran compos- tura, y anque no crefa que su fin estaba tan préximo, habjg algo en A tan serio y ‘quieto, tan distinto de canto antes habia fen dl, que mi mente empex6 a temer, y por momentos me parecié presentir su rapida disolucién”. Sus palbras comenziron a ser incoherentes, Entre otras cosas, afirmé que bubiera deseado volver a Inglaterra para vivir con su mujer y su hija Ada, EL ia 15 deliraba: en italiano y en inglés, ima finando tal vez el ataque a Lepanto, grt taba; “jAdelante! jAdelantet {Coraje! jSe= guid mi ejemplo!”. Y en su delirio nombré mas de una yez a su hermana, a su mujer, su hija, Jos ugares de su infancia. Sus ‘iltimas palabras fueron: “Ahora debo dor mir”, Murié al dia siguiente, lunes 19 de abril de 1824, a las seis y cuarto de la tarde. Victima do un mito que él mismo habia creado, héroo tal voz en el momento en que se convertia en victima, Byron siguid siendo, despuiés de su muerte, 0 demasiado injusta- mente alabado © demasiado injustamente nogdo, Sin duda, su figura humana se ‘confunde con sa obra y la domina como ppocas voces ocurte, lo cual hace que parez- cea inevitable una toma de posieién extrema: "Se espera encontrar un poeta y uno se encuentra frente a un hombre”. En todo ‘aso, queda en pie, como ha sefialado Grier son, que la Europa a la que Byron se di rigia estaba dispuesta a comprender y com peendié mejor su violencia que “la metafle sica do Shelley o las luces que venian de Wordsworth”, y que la poesia inglesa “seria mucho més pobre sin la voz apasio~ nada y eseneialmente humans’ que declsma ‘en Childe Harold y corre como un torrente en Don Juan. j 1 1. Missolungi, Rema, Keats Shelley Memorial House (Malvisi). 2,3. Choques entre griegos y turcos y Ia caida de Missolunai Litografias alomanas de 1826, Atenas, Museo Benaki (Malvisi) 4, Plato con el retrato de Byron en traje grioge. Atenas Museo Benak (Malvisi) Notas 2 Gf, M, Peckham, Olive te visions tragic, ead. it do L. Mt Satin, Levi, Mili, 1965, pig 107 2° MM Trevelyan, Storia dalla societd ingles, Einaud, 1049, ed, pas. 579. 3°G'M, Trevelyan, ob, ch pi 579, 4+ "qui me siento my feliz pore me aus tan las naranjos yBablo uaal ati con Tos monjes, que fo comprenden’ pore os mie smo lim y Heeuento In sociedad (con las Pistols en 2] boilo) y nado en el Tago ya ‘cos To atraview eabalza en amo 0 en mula ‘lasfemo ea portagués, y me he pescado dhiares ypiokdures de mosquito", ee. # Cin Cocchi em Sorin gles! e emer fant, Mondor, Mili, 1947, p12. Win S. Blot, en On Podiry and Foot, Lonthes, 1957. idem 2 Versiie do Gracila. Monts, 9 Gis Hi, Read, ‘Byron, Longwans, Londres, 1961, pig. 27 idem 11 Jesu tema para tatar lngamente, ya que se pedis afinnae razonablemente. que tambien Ree eine eer eta tipo semejnte do unidad. “El estilo os dicta el my ot net cle a ato, londo el estilo (retin) apropiado P"Tmadaocién "de Gracie ‘Most, den HL Grionon, en The Backeround of English 1 HL Grierson, ob, ct gratia Obras de lord Byron Fugitice Pieoes, Newark, 1806, Poems on Va- rious Occasions, Newark, 1807. Hours of Tdle- thes, Londres, 1807. English Bavds and Scotch Reviewers, Londres, 1808, Childe Harol's Pilgrimage, cantos T'y TL, Condes, 1812, The Giacur, Londees, 1813, The Bride of Abydos, Londses, 1813. The Corsair, Londacs, 1814 Gite to’ Napoleon Bonaparts, Landzes, 1814 Lara-Jecquelinc, Londkes, 1814, "A. Selection of Hebrets Melodies Ancient and Modeam, Lon dies, 1815, The Siege af Corinth Frio, Londres, 1916. “Childe Harols Pilerimaze, canta 1i1, Londres, 1816, ‘The Prisoner of Chillon, Londres, 1816, Menfred, Lonties 1817. The Lament of Tasso, Loves, 1817. Childe Harolér Pilgrsmage, canto IV, Loases 1315 Beppo, A Venetian’ Story, Londees, 1818. Ma ‘eppa, Londres, 1819. Don Juan, cantes T Loves, 1819, Marino Fatioro‘The Prophecy fof Dante, Loncres, 1821. Don Juan, cant TT By V, Londlros, 1821, Sardanapalus- Tho Tes Fosevari Cain, Londres, 1821. The Vision of Judgement, Pars, 1892. Werner, Londees, 1825, Don Juan, cates VEXIV, Londees, 1823, The Age of Bronze, Lorles, 1805. The island, Lon hes, 1893," Heaven ond Barth, Londres, 1824, The Deformed Transformed, Londres, 1894 Don Juan, eantos XV_y XVI, Loniles, "894 Letters and Journals, edited by R. E, Protaero, Lonries, 1588. Tord. Byron's Correspondece, ‘edited by J. Murray, Lonclees, 1922, Byron Ryron ond the Author, 1578; J.C. 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PERIODO NAPOLEON! fasciculos 4, 17, 29, 38, 46, 49 y 51 Tomo EL MUNDO CONTEMPORANEO (II): tesciculos 28, 33, 35, 40, 85, 86, 87 y 94 Tomo LAS REVOLUCIONES NACIONALES (IN): fesciculos 32, 57, 59, 84, 99 y 100 Tomo LA EDAD DE GRECIA: fascculos 62, 61, 68, 76, 77, 79 y 82 Tomo EL SIGLO XIX LA RESTAURACION fasciculos 55 - 56 - 69 70. 90 - 91 los 2, 5, 6, 9, Ne ae ee eer an a Los tomos estan lujosamente encuadernados en tela plastica, con titulos en oro y sobrecubiertas a todo color. ‘Tomo DEL HUMANISMO A LA CONTRARREFORMA: fasciculos 3, 37, 41, 48, 50, 60, 66. Como efectuar el canj Ya mismo pueden cambiar sus fasciculos sueltos de LOS HOMBRES par los tomos encuadernados. 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