60 EL EVANGELIO SEGUN ROMA
siquiera trata de ser justificado aun més. Cristo murié para salvarlo (Ro.
5:8). Dios lo ha justificado (Ro. 8:33). Su futuro esté asegurado: «Pues
mucho més, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos
de la ira» (Ro. 5:9).
En la teologia catolicorromana, no hay una declaracién por la cual
Dios en forma final y perfecta justifica y salva etermamente. Mas bien, la
salvacién es un camino, una carrera, un viaje. Es un proceso de
santificacién por el cual la gracia de justificacién se conserva y aumenta.
Los catélicos, con ansioso interés, deben obrar para lograr su propia sal-
vacién, Esta, dice la Iglesia Cat6lica, es la ensefianza de Filipenses 2:12,
13 [1949]:
Por lo tanto, amados mfos, como siempre habéis obedecido, no como
‘en mi presencia solamente, sino mucho mas ahora en mi ausencia, ocu-
paos en vuestra salvacién con temor y temblor, porque Dios es el que
en vosotros produce asf el querer como e! hacer, por su buena voluntad.
A pesar de las afirmaciones catolicorromanas, el contexto de este pa-
saje aclara perfectamente bien que Pablo no esté ensefiando que los cris
tianos deben trabajar por 1a salvacién eterna. Los filipenses estaban
teniendo problemas en llevarse bien unos con otros. Pablo los exhorts a
‘que fuesen de un mismo sentir «sintiendo lo mismo», que mantuvieran
«el mismo amor», que fuesen «undnimes» (Fil. 2:2). Les dijo que «nada
hagdis por contienda o por vanagloria» (Fil. 2:3). Los alent6 diciendo:
«antes bien con humildad, estimando cada uno a los demds como supe-
riores a 61 mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada
cual también por lo de los otros» (Fil, 2:3, 4).
Pablo sefialé a los filipenses al Sefior Jestis como ejemplo perfecto de lo
due él estaba enseftando: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tam-
bién en Cristo Jestis» (Fil. 2:5). Pabloconcluyé diciendo: «Por tanto, amados
ios ... ocupaos en vuestra salvacion con temor y temblon» (Fil. 2:12).
Aquf Pablo estaba exhortando a los cristianos de Filipos a que se ocu-
paran en las consecuencias de la salvacién de ellos. Cristo los habia libe-
rado del pecado y les habfa dado vida eterna. Ahora, como hijos e hijas
de Dios, debfan caminar de una manera digna de dicho llamado.
Mis especificamente, los filipenses necesitaban ocuparse en la salva-
ci6n 0 liberacién de las disputas dentro de la iglesia. Pablo les instruy6
diciendo: «Haced todo sin murmuraciones y contiendas» (Fil. 2:14). Pa-
blo hasta amonesté a dos mujeres por nombre, Evodia y Sintique, para
que se dejaran de altercar (Fil. 4:2).
Pablo no les estaba diciendo a los filipenses cémo salvarse del infier-
no, ni que trabajaran para lograr el camino al cielo, ni que se ganaran la
AUMENTO Y CONSERVACION DE LA JUSTIFICACION 61
claridad que la obra de Cristo solamente es lo que salva, y que la vida
eterna es un don gratuito. En su Carta a los Filipenses, Pablo estaba inte-
resado en la santidad cotidiana de los creyentes. Estaba exhortando a los,
filipenses a que rindieran sus vidas a Dios de forma que pudieran ser
conformados a la imagen de Cristo (Fil. 2:5-11; Ro. 8:29).
Pablo estaba hablando de una de tres clases de santificacién cristiana
que se hallan en las Escrituras. La Biblia ensefia que una persona es san-
tificada posicionalmente, «santos y sin mancha» ante Dios (Ef. 1:4), en
el mismo momento en que conffa en Cristo y es justificada. Un cristiano
es santificado desde el punto de vista prdctico 6 experimental a medida
que aprende a abstenerse del mal y camina en el Espiritu (1 Ts. 4:1-8; Ga
5:16-26), Todos los cristianos serén finalmente santificados a la venida
de Cristo (1 Jn. 3:1-3). En Filipenses 2, Pablo est preocupado pot la
santificacién prdctica 0 experimental del cristiano.
La santificacién y la justificacién no deben confundirse. La justifica-
cién es una declaracién de Dios por la cual una persona es perdonada y
acreditada con la justicia de Dios. Este es un acontecimiento de una vez
por todas por el cual la persona llega a una relacién correcta con Dios
mediante la fe en Jesueristo.
La santificacién préctica es un proceso por el cual el cardcter moral y
la conducta personal del cristiano logran una creciente conformidad con
su posicién legal ante Dios. Es una obra de Dios, pero una obra en la cual
el creyente debe cooperar (Ro. 6:19).
Laaplicacién equivocada que el catolicismo romano hace de Filipenses
2:12 ala salvacién eterna muestra c6mo la teologia de la Iglesia Cat6lica
confunde la justificacién con la santificacién. El catolicismo romano las
trata como procesos interrelacionados. La santificacién, como lo ensefia
lalglesia Cat6lica, conserva y aumenta la gracia de justificacién, La vida
dia tras dia del cat6lico determina su posicién ante Dios y, finalmente, su
destino eterno.
LAOBRA DE TODA UNAVIDA
Para el cat6lico romano, la salvaci6n eterna involucra una vida entera
de hacer, trabajar y esforzarse. El catdlico debe guardar los mandamien-
tos de Dios y de la Iglesia Cat6lica. Debe recibir los sacramentos y reali-
zar actos de piedad. Debe hacer buenas obras. Su salvaci6n eterna depende
de todas esas cosas.
Detris de toda esta actividad hay una teologia que considera la justifi-
cacién como una condicién ineompleta y fragil del alma. En consecuen-
cia, siempre hay mas sacramentos que deben recibirse y mas obras que
deben realizarse. El catdlico debe esforzarse constantemente por aumen-
tar y mantener la gracia en su alma con la esperanza de que algun dia