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Institute Mora ia ii Bret de i vse ii IA il La formacién social y polftica de los catélicos mexicanos La Accién Catélica Mexicana UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA y la Unidén Nacional SMS Oe de Estudiantes Catdlicos, tenis Teds 38 Alejandro Mendoza Alvarez DIRECTOR DE LA DIVISION DE Py Pape HUMANIDADES ¥ COMUNICACION Perla Chinchilla Pawling, DIRECTORA DEL DEPARTAMENTO DE HISTORIA Araceli Téllez Trejo DIRECTORA DE PUBLICACIONES Rubén Lozano Herrera COORDINADOR DE PUBLICACIONES DEPARTAMENTO DE HISTORIA VERSIDAD IREROAMERICANA (OTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO ‘ape Arla Mala aia Armin scaly pola dels cao mexicans Laaudion Cea Meany Unie Nacional de Estudiantes Cisacon 1929-1958 1. Aecin Catlca Mencana ~ Hsia ~ Siglo XX 2, Acciin Catica~ Mexico ~ Historia ~ Siglo XX 5 Iga Calica Actividad polit 4. Accion Cain efieana— Actividad pola BK 2548.6 A86.2007 cic, 2008, DAR Masa Lai Aspe Armes DRO Univenidad beramencana, AC. rl Paso de Reforma 880, ‘Cal. Lomas de Sana Fe 01219 Maso, DF publcs@uinc tes Meine de Ds cil Cina ba [Asociacién Mexicana de Promocién y Cultura Social, A.C. Pele Lats Opes 38 Cat cual to oom Mae DE arse aes Taeceimdoocagt ovindone or ISBN 978-968-859.690.6 Imprsa y hecho en México Printed and made in Meso dence Ea pba ope pine ne pe Fae tyre dep easing a a te: oy scr magn orp > a j emi oe por cn Selec i Introduccién, Capitulo Los antecedentes de la Accién Catélica en Europa y México du- rante el siglo xx ee a a Revolucign francesa, las Leyes de Reforma y las refomas ceclesiales de 1863 en México: el duelo por el integralismo Liberalismo y modernidad 2... see es Europa hacia 1870: la pérdida del poder temporal de la Igle- siay la afirmacién de su poder trascendente ..... . « La Iglesia catdlica en Francia y Alemania. El Concilio Ecuménico Vaticano 1 y el Decreto de la infaibli- dad papal toed Paes PET eas Pe El pontificado de Le6n XIII y la doctrina social de la Iglesia El pontificado de Pio X. El Cédigo de Derecho Canénico de 1917. Los Concordatos de 1929 as El origen de la Acci6n Catdlica Capiculo El capital culeural de las organizaciones catdicas beligerantes tras la guerra cristera y el manejo jerdrquico de la violencia simbélica La Asociacién Catélica de la Juventud Mexicana. . Los Caballeros de Colén Las Brigadas de Santa Juana de Arco. . La Unién de Catélicos Mexicanos : La Unién Nacional de Estudiantes Catdlicos 2B 39 40 44 46 49 51 52 55 60 63 2 74 79 81 Capieulo a r legitimidad eclesiales: el marco jurfdico de la relacién asec de la participacién de los catdicos en la vida pui- blica nacional ee. lee LaLey de Cultos . « Los Arreglos de 1929 . Las enclelicas papales de PfoXL...- 0-2-0 se + 1. Encieica Ubi Arcano, 23 de diciembre de 1922. 2. Enedelia Divini Ilius Magistri, 31 de diciembre de 1929 3. Encflica Quadragesimo Anno, 15 de mayo de 1931 ‘4, Encilica Acerba Animi, 29 de septiembre de 1952 . « - 5, Enelelia Firmissimam Constantiam, 28 de marzo de 1937 Capitulo ww El papel de lacos y religiosos en la nueva estructura de la Acc Catdlica Mexicana tee ce TInstrucciones pontificias con relacién a la Accién Catélica 1. Accién Caslica y las intituciones religiosas, 30 de marzo de 1930 re 8 2. Apostolado,heromo y eucarista, 6 de octubre de 1940 3. Cooperacién de las religisos com la Accién Catélica, 2 de bree de IBF oa ae 4, Apostolado organizado, 14 de octubre de 195. 5. Aecin tminadora vivian, 12 de ocubre de 1952 6. Responsabilidad, formacin, ejericio, 5 de octubre de 1957 Leos Estatutos generales de la Accién Catélica Mexicana 1. Definicion 2. Objetives at Serre 3. Organizaciones de la Accién Catélica Mexicana . « 4. Requisitas de admisién, aportaciones ecomdmicas 5. Disciplina general... v0 veo sees La Junta Central de la Accién Catélica Mexicana 1. Instruccin ydifision religiasas 93 94 104 ut 2 18. 124 129 136 143 143, 145 146 147 149 151 152 156 197 157 160 160 162 165 165 2. El papel del laico en la Iglesia y as caractertticas de su apostolado 3. Laicidad educativa y el derecho de los padres a decidir la educacin de sus hijas 4, Doctrina social dela Iglesia... 5. Los enemigos de la Iglesia y sus aliadas Socialismo y marsismo Protestantismo a, ae Revolucién y liberalismo . . Franguisma Capitulo v Las organizaciones fundamentales de la Accién Catdlica Mexi- cana: AGIs, UCM, JCPM y UFCM sete ae La Asociacién Catdlica de la Juventud Mexicana (acjM) 1, Caractertticas desu apostolado 2. Problematica educativa 3. Doctrina social de la Iglesia 4, Los enemigos del catoliciomo mexicano. . 5. Su posicén frente ala politica. . La Unién de Catélicos Mexicanos (ucm) . 1. Canactertticas de su apostolado 2, Problematica educativa i 3. El manejo de los recursos econémicos 4, Los enemigos del catolicismo mexicano La Juventud Catélica Femenina Mexicana (Jcrm) 1. Caracteriticas de su apostolado 2. Instruccién y difusin relgiosas 3, Problemdtica educatioa fo 4, Su posiciin frente a la politica»... . « La Unién Femenina Catélica Mexicana (Urcm) 1. Caracterbstcas de su apostolado 2. Doctrina social de la Iglesia 170 173 182 194 194 199 205 208 21 2u1 2u1 220 225 229 232 240 240 244 248 250 253 254 260 263 270 273 273 278 Capitulo vt | Su autoridad como asistentesecesisticos de las organi Las organizaciones confederadas frente ala Iglesia y al Estado | ion R er onan perctiae ea de los jévenes universtarios 371 Launec: ne onde pi cpl os caph | z ees Silva... os) eae ‘al cultural y habitus religioso . . « 283 | 3 Julio Vertiz 2B ee ee ngicaconecnfdenadas nel campo sea | Epilogo: El retomno pablico de los catélicos ala politica. 386 2. Los Exatutos de la Unién ; Nacional de Ediants Garis 291 | Conclusions 3. Reaccones ante la aprobacién ecleidstica de la uwsc . . . 297 of oa iv gs aes 44. Sus objetivo, mediosy fines. 302 Bibliografia. 7 iain nec db i09 unkico . « 305 ! “heaecinieto dla Hira Pia como capil eusoal | en la unec . « 309 presi ois graben dca capital social... « Fo. 1314 | ‘habia unico en lava pblica . 315, | 5. Apostolado universitario y... politico . « sae BIT | Ideal dela Universidad . . « + 322 I Le wprocntacinundcca del Ena y del politica. . 326 | Obj dea Compa de fea incin dela unecen politica. . +» te 332 Amero sees e+ exe bear t (997 Capitulo vir EL jesuita como intelectual calico, agente reproductor del habitus y administrador de los bienes desalvacién « « - . 34 Tima de scedos pasos en Po Latinoareiano y en el Seminario Interdiocesano de Montezuma + 350 Christus y el discurso jerérquico . Rey iss, 962 Bocna Prenay la difasién del babu cardico «+ 364 Los Bjercicios de san Ignacio Spee 366 pismo habja inoculado en el dscurso de la Confederacién de Tra bajadores de México, 282 Carfruto vt Las organizaciones confederadas frente a la Iglesia y al Estado mexicanos ‘La Untct UW CASO BJEMPLAR DE APROPIACION DE caPrra SOCIAL, CAPITAL CULTURAL Y Z24B/TUS RELIGIOSO En este capitulo abordaré la problemética de la Unién Nacional de Es- tudiantes Carélicos y de las organizaciones cor 1. El lugar de as organizacionesconféderadas en el campo reigioso Al comienzo del eapieulo anterior hice referencia a los Extatutos ge- ert de la Aci Calica Mexicana, con el fin de explca a ubicacion de las organizacionesfundamentales —las que rare rofusamente— dentro de a institucién, estructura de la Accién Calica Mercan, para analizar después el lugar que ocupaba la Unin de Estudiantes CatSicos —insprada ydirigeis Por la Compafia de Jess— entre sus hermanas confederadae, én © Punto de partida conven hace de princpio una din cién entre unas y otras organizaciones: de acuerdo con los Ei ls actividades das fundamentals oe catncteaten or ne conti estrictamente religioso, mientras que el apostolado de las confedera, das podia implicartambin actividades de tipo socal o condmico, Ys gue en a pfetica ni unas ni ots cumpan con exes cane en sentido estticto, bien vale la pena hacer el seRalamiento segdn la nommthed epee delaiaciden nee ea _____Envtanto el texto pretendfa aclarar el sentido de las activi propias dels oxgaizaciones de Accién Cate, aumento confusién y la ambigiedad. En esta categorfa se contemplaban “las obras de cultura religiosa, de buena prensa, las instituciones de pros teccidn de la juvencud, los patronatos, la obras postescolares”, entre ‘otro, lo que no peemiia delimiuar —ni siquiera etatutariamente. el radio de accidn de las asociaciones fundamentals y confederadas La ambigtiedad se tomaba més evidenteen la medida en que ls Extatuto: generalesaludfan a la notma para determinat ls actividades de las distineas organizaciones de AcciSn Catica Mientras ls fuera juveniles atienden de un modo part formacényprepuricin de as concen cintcligenci yas aga saciones femeninasdsenvelven un eheas tabie de poner ey madara eneigls de los hombres fucrcement templads cae ey Dis deal ripen sin de tos, icny apligcén pric dels pinto vida.’ ane vy las ongani- stianos a las contingencias de la _Esta explicacin sdlo lograba resolver el asunto referente ala edad y al género, pero no era suficiente para distinguir las actividades de una organizacién fundamental de las de una confederada, * arts generale dele Aen Cattca Meicna, cl June Cental dela ac, ate, ao de 1930, ide, arco 1, capital. p 4 lo 30, capiculo up. 2; Archivo dea 284 Ahora bien, los Estatutos generales consideraban més adelante que “todos los socios de las organizaciones confederadas de Accién Catsli- ca debfan pertenecer también a aquella de las cuatro fundamentales que correspondiera a su edad, sexo y estado”. La nueva especificacién ‘complicaba todavia més el casos sin haber clarificado el campo de accién cde unas y otras organizaciones, los Extatutos obligaban a los miembros de tuna organizaci6n confederada, digamos de adultos mayores, a perte- necer a la UCM en el caso de una asociacién de jévenes varones —la UNEC, por ejemplo—, a pertenecer a la acIM como organizacién fun- damental de la Accién Catélica Si afiadimos estos clementos a los otros hist6ricos —del origen de las asociaciones y de su posicién durante el conflicto religioso—, pode ‘mos afirmar que para 1931 el conflcto “potencial” entre las organiza ciones fundamentales de la Accién Catélica y las otras confederadas era inevitable. Los mismos Extatutos parecfan vislumbrarlo y conminaban por ello a los miembros de la acta “evitar los conflictos de personas y hhacer que se conserve una perfecta armmonta cute las diferentes asocia La redaccién final de los Estatutos generale de la Accién Catblica Mexicana sobre las Asociaciones Confedenadas data de ese afio. El texto las definia como “aquellos grupos de catdlicos que se inscriban en otras asociaciones nacionales, diocesanas © parroquiales, ya existentes o que en adelante se funden, y que dentro de la coordinacién y disciplina del Conjunto persiguen un fn espectic, particulay en el campo de la Accién Catélica’.® El documento sefalaba, en su articulo 8°, las condiciones que debfan cumplir “todas las asociaciones nacionales, diocesanas y parro- auiales de Accién Catélica” para ser consideradas como contfederadas: —La revisidn técnica por la Junta Central y la aprobacién de dichas asociaciones y de sus estatutos, por la autoridad eclesiéstica corres- pondiente. * tide, asl 15, expo 5 * Dbidem, areal 6, cape 5. © Aevclos de los atte Generale de e Accibn Carica Mexicana ae ls Aociaciones, ‘Confederadas, Archive dea nea Cen del ca, aca sn ech, 1931 285 — Imponerse de los Eiarutr generals de la Arcin Catia Mexicana y comprometerse a su cumplimiento. — Laayuda en el reparto de as téseras, bajo la direccién de los comiés encargados del cobro. Cada una de las asociaciones confederadas tenia que exigit asus Socios los siguientes requisitos impuestos por la Accién Catélieas — la profesin préctca en la vida privaday ea a publica de los prin- tiem p34 2 io p35 * Caudle ens de Janta Cnta da eta Sita Juans Ari, Achio dela ecacioes Confers, st, 27 de abl 1932 297 nar sobre “los deberes de dichas sociedades”y los servicios que prestarian ala Accién Catélica Un mes més tarde vefa a luz una iniciativa de la Junta con rela cién a las organizaciones confederadas: habia que asegurar la “unidad de direcci6n” desde la Junta Central. Si se habla aceptado a las confederadas cn la Accién Catdlica con sus estatutos particulates, se hizo con el fin de no sacrificar obras de Accién Catélica que ya funcionaban; pero desde a perspectiva de la insttucién, debertan cefirse en el futuro a su gran obra nacional.” La iniciativa no se plasmaba sin el juicio de la Junta sobre las asociaciones confederadas: algunas de ella rivalizaban con las funds. ‘mentales,“tomando algiin elemento de Accién Catélica para mantenerse como confederadas”, perjudicando a la institucin. De alli en adelante seria aconsejable no aceptar més sociedades de este tipo y “desconocer aquellas que no iban de acuerdo con la Accién Catélica Mexicana’ La polémica entre organizaciones fundamentales y confederadas de la Accién Catélica salié muy pronto del Ambito de la Junta Central Las posiciones de unos y otros se polarizaron y dividieron la opinién de ‘muchos catélicos militantes. En ese contexto, Luis Islas Garefa —uno de los primeros miembros de la uNEC—, discipulo predilecto de Mart nex Silva, se dispuso a entrar “al quite” presentando en un encuentro estudiantil una ponencia precisamente sobre el tema de la relacién de la Accién Catdlica con las organizaciones confederadas. El contenido de la ponencia no sélo nos aporta informacién va- liosa sobre la polémica sino que nos permite analizar el habitus unécico ‘manifesto en la prictica dela oratoria, La entrada pretendia ser contundente: recurria a la legalidad y a la legitimidad —las armas preferidas de la Accién Catélica— para argumentar a favor del derecho de existir de las organizaciones confe- deradas sin hacer alusin alguna a la NEC. Se trataba de “organizacio- nes catslicas aprobadas por la autoridad eclesistica competente cuyo objeto cae, en una forma especial, dentro de los fines y actividades ‘enunciados en los Estatutos generales de la acat”.”” 2 Incas, Archivo de Onganizaciones Conederads, aca, 7 de mayo de 1982 ed Ponenci de Luis sas Garca sabes organizaconesconederas, Archivo de as Onan es Confederads, ach, mayo de 1932, 298 La ponencia de Islas pretendia lgitimar ala uwec desde el modelo jusldio de codiieacign dela Accion Carlie. “Su funcin es presar atencin al trabajo especial en el que las organizaciones fandamentales, no pueden hacerlo”. Y de nuevo recurria a la justificacién legal: “El articulo 14 de los Exatutos genenales dice de su funcién: contribuyen mu- cho ala variedad y eficacia del conjunto. Citando como ejemplos, entre ‘otras a los Catecismos de san Francisco Xavier, las conferencias de san Vicente de Paul y la uvec”.” Una we jstfcadao funcin on ls mismo rgumenios oa Janteados por a Accién Catélica, el discurso bajaba de tono y mediaba: Pina tain ha cla dae actividades de ‘Accién Catélica asf como otras de caricter social y econémico El joven unécico no evadia los argumentos en contra de la orgs nizacién ala que pertenecia y los explicitaba en su ponencia: sobre todo, “lame” ye no tense a ‘flac obiaor” sans itucién. Los dejaba en el aire para presentar inmediatamente las “re- ear Fe cas ak ee areata dapeadee a Catdlica; sobre todo, “perder la libertad”. Islas mediaba una vez més, conciliando en una retérica sobradamente jesuita: “No es ast. No se pierde la libertad. La afiiacién slo es una jerarquizacin que respeta la auronomia, el funcionamiento interno, el campo propio de activi- dades de una organizacién confederada, pero para lograro, se necesita conocer el espiritu de la Accién Catélica”.” Segufa la critica velada y loffecimiento del remedio: La Acciéa Catélica debe hacer todo lo posible para oe & ci eson o “pueden ser" [aqui un ataque a parte de las organizaciones que PA proyecto de la Junta de no aceptar nuevas organizaciones confederadas) intensificando sus relaciones con ellas, respetando su campo de trabajo, intereséndose por sus labores, etcétera, para que éstas puedan ver la urgencia [zamenazai] de pertenecer ala Aecién Catélica Los unécicos afirmaban —y atin lo hacen— no haber aprendido nada de la Compaiifa de Jestis de manera formal: ni clases ni cursos; "om. * dem 299 “Bjercicios espirituales s{ y muchos viajes”, dirfa Armando Chévez (Camacho, afirmacién sobre la que me explayaré més adelante. Prueba mas que contundente de la reproduccidn del sello religioso ignaciano en el jercicio cotidiano de las précticas de los muchachos de la uNEc, Islas cerraba su alocucién en nombre de las otganizaciones con- federadas a las que no se refitié en parte alguna de su discurso; cabe recordar, ademds, que la nica asociacién de este tipo a la que la autoridad eclesiéstica vaticana le otorgara el estatuto juridico por demés ambiguo de “autonom{a relativa”, fue precisamente la UNC: “Hay organizaciones confederadas que de hecho tienen la importan. cia de una fundamental y de derecho aspiran a serla, las dificultades son que su trabajo es especial y abarca lo fundamental de la vida de los confederados, por lo que trabajar doble, en la confederada y fun- damental, podrfa traer como consecuencia un trabajo mediocre en ambas’.”* “Respecto al campo de trabajo de las confederadas —conclula Islas su participacién de manera nuevamente contundenee— lo que ls cconfederadas necesitan, es que se les dee libres de accién para ser ef 1a Primera Asamblea General de la Accién Catélica, en diciembre de 1932, reservé un espacio para la discusién del tema polémico de ls ‘otganizaciones confederadas. En cl Archivo constan las conclusiones a las que se llegaron entonces: — Que se dieran trabajos teéricos sobre el tema para “que exista el ‘mutuo conocimiento” —entre fundamentales y confederadas. (No era otra cosa lo que habla propuesto al joven unécico —Intentar convencer a las confederadas de “la conveniencia de afi- liarse a la Accién Catélica”. — Que la Accién Catélica vigilara el cumplimiento del articulo 14 de los Extatutos generales ‘pata no lesionar los derechos previamente adquiridos con algunas de ellas”. Precisamente aquello que habla planteado Islas en su ponenc — Delimitarse el campo de actividad de una y otra, y respetarlos de ‘manera estricta, > tom 300 — Que se propiciara, de parte de la Accién Catélica, un ambiente con- ican ated co ae organizaciones confederadas. — Recomendar a las asociaciones acercarse a los servicios que pres- taba la Accién Catélica. — Que se diera la relaci6n de las juntas central, diocesana y parro- quial de Accién Catélica con las confederadas que actuaran en sti En el caso de la unsc, el eérmino “jurisdccién’ no podia emplearse ya que, al tener un tinico asistente general para toda la organizacién nacio- nal, quedaban fuera de la vigjlancia y autoridad de parrocos y obispos por igual. Sin embargo, la Accién Catolica parecta utilizar como tilkimo recurso de “supervisién” sobre las confederadas la relacién que necesaria- mente debfan guardar con los tres niveles de gobierno de la Accién Catélica — Les avucidos debian darse a conocer Ia confederadas. — Se les autorizaba asimismo a acudir a las Juntas Superiores en caso de as requerido.” La unc logré que las conclusiones de la Primera Asamblea de la Accién Catdlcs sobre las Organizaciones Confederadas reflejaran todos los considerandos planteados por ellaen la ponencia de Islas. El resultado: se mancuvo la ambigiedad juridica y la contradiceién estatu- taria, lo que implicaba en la préctica la conquista de los unécicos del espacio universitario para su apostolado particular; al menos por unos cuantos aos 4, Sus objetvos, medios y fines En el capitulo tercero de este trabajo me referi al Primer Congreso Iberoamericano de Eseudiantcs alizado en la Ciudad de Mexico a instancias de la uNeC; aquel en el que Armando Chavez, Camacho pro- Conlsone des PimersAsambles General de a Ain calica Mexican sabre organza confides, Archivo elas Oanizaions Confeerndas, mn dcembre de 1932 301 Pusiera como ejemplos de los estudiantes mexicanos alos tres obispos {que se opusieron a la firma de los Arreglos entre la Iglesia y el Estado, El congreso tuvo un enorme éxito y desperté las suspicacias de la Iglesia (espectficamente de la Accién Catélica) y el Estado mexicano por igual. Dos afios despues, los socios dela unc estaban més que dispucs- tos a ofrecer la sede mexicana para la realizacién del Congreso de Estudiantes Universitarios Iberoamericanos. El encargado de las ges. tiones fue por supuesto el asistente eclesiéstico de la organizacién, Ramén Martinez Silva, quien recurrié a cuanto contacto de primer nivel tenfaa su aleance para obtener la anuencia vaticana que nunca Hegé. En el Archivo de la Accién Catélica Mexicana consta la carta que don Ramén enviara al delegado apostélico Leopoldo Ruiz y Flores, exponiendo sus motivos, misiva que transcribo en sus pdrra. fos principales, ya que viene a apoyar las hipétesis que planteé en esta investigacién: Las rede sociales y los contacius que el jesuta tenfa en la alta jerarqufa de la Iglesia universal eran insuperables. Desde el saludo a Ruiz y Flores, agradecta “sus varias cartas”y alu dia a otras recibidas del Padre General de la Compafiia de Jestis, del Obispo de Madrid y Alcalé ast como del Primer Ministro de tala, Remaraba la salutacién manifestando el “gran consuelo de saber que cl santisimo padre Pio XI [...] hubiera tomado en consideracton anuestras ardientes y sinceras actividades de Accién Catélica Univer. Martines Silva pretendia recurtira los buenos oficios de Ruiz y Flores para transmitir a Pio XI, por el conducto del cardenal Pizzardo, “un previo y maduro estudio” que “pedia tan justamente la Sede Apos. tclica’ Fl cardcter del congreso —Martinez Silva pretendia tranquilizar al Papa— “es intelectual, orientado completamente a encauzar, segin la doctrina catélica, las inteligencias de la juventud universitatia cardia de nuestros pases en los gravisimos problemas que las inguietan y para ‘cuya solucién muy a menudo no cuentan sino con una literatura indi- Cara de Ram Marne Sta sa delegado sporsico Leopoldo Rui y lores, Archivo Ber nando Baranco, cj. 1, sca 3 de mars de 1933 302 esta, un profesorado host y el ambiente de prejuicios y de inrcia, que por desgracia caracteriza a nuestros pueblos Las temiéticas a tratar —anunciaba el jesuita— serfan las mismas del congreso anterior: — Las universidades de Iberoamérica: particulares y estatales. — Lacontribucién ala formacién de una cultura iberoamericana. Mé xico habfa preparado ponencias sobre “agrarismo”, “lacismo”, “impe- rialismo” y “universidad”” Se habia solicitado la colaboracién de intelectuales de renombre pero —se aclaraba— “ni sus trabajos ni los de los jévenes se publicaran sin la censura eclesidstica correspondiente”,”’ y agregaba que “nos com- placerfa sobre manera contar en Roma, a fin de ee niidad y seguridad de la doctrina, no sélo con mi modesta colaboracién a cabo de que el acta. Genel eaponde aeons na able con la de otros np. que la Santa Sede se dignara a nombrar para ayu- darnos en tan importante labor”.** x El jesuita argumentaba sobre la posible interpretacién politica, causante al fin yal cabo de las reservas de la Santa Sede: En cuanto a garanczar ls sentimientos de moderacién poitiay ausen- cia de intemperancias,ni el cardcter del congreso, ni sus propésitos, ‘mec hacen temer ningdin exceso|...] no ha habido el menor sintoma de tendencias, que pudieran llamarse peligrosas y todos los jévenes saben que su labor es constructiva, doctrinal, prudence, sumisa ala Iglesia y ajena por supuesto a toda politica nacional o internacional con fines humanos.”” Por or pare el Congreso sr secret, y aun a publicidad con res ecto asu celebracién muy rextrngid, sigue el precedente de la Con- venci6n Theroamericana de Estudiantes Catélicos que se celebré aqui [se] pasando casi desapercibida, por lo que el éxito y el espiritu ganaron 1 poco. * to 303 rs ‘creemos que aqui [...] dado el carécter del ctivi is an siendo aqui en México muy intensas y de tal mane ‘3 reservadas y dosifcadas, que hasta ahora nuestros Cer ail sos cin dela nt en ple carl univer nokene jintomatica fue la conducta respecto al arzobispo Ms tiembro de la Accién Catélica, Later: fa ie ién Catdlica, la unec no. puede tomar parte en polf- iCémo resolver el problema? Nada més Fécil. L, ada mds cil. Los directores de la Confederacién entrevistarfan a su Excelencia, coptedele pull mitieran a la uNec tomar parte, por esta vex en la lucha univervics, ee De este modo su Excelencia concederfa el permiso. Lo triste fue que los muchachos mismos, ya duchos en ataques de turbio ‘manejos, se dieron cuenta de la plena aprobacién de sus planes, de Parte del Asistente. En realidad todo era un simple jucgo, Pasande Elcongreso, Dela Peiaemprendis una larga campaia que culm 6 con el control de casi todos los elementos direct cores neon entos directores del Distrito Asif se lo manifesté a Brito. Este ‘desconfiado ya, habfa busc yo en otros elementos (Iequierdas, etc), Coo ae De la Peia se crea duefo de la situaciSn, en persona acudia a las dicuiones. Organiaaba reuniones. ¥ ain reaizé la unién de los Conejos” del p. r, mediante el cantado de su jefe (aparene baldo Murillo. ee * Oa Nunca parecié que la uwec pudiera a era alcanzar tanto poder, Desde los lejanos dias de don Ramén ne ofteela el Coo fly cee 10 1 Centro una actividad can De pronto, sin que mediara hecho alguno, sin formular adver- tencias previas, cuatro de los elementos. directores, los de confianza del Asirent se presentaron al Padre Provincial y formularon una grave serie de acusaciones contra De la Pefia (imprudencia, litiquerta de espiritu religioso, etc.). aes En ae Rohe, sma al verse pospuesto y no sabiendo actuar en segundo término, miré el terreno en forma alevosa co noble al Asistente que tanto afecto y apoyo le otorgara [en efeete De lp 338 Pefia quité parte de su poder a Castilla, presidente de la usc, enemi- go de Rigoberto] Los acontecimientos e precipitan. De la Pefa recibe Grdenes de abs- tenerse de toda actuacién personal en la Universidad. Por orden del Provincial se suspende un mitin organizado por Castilla, on objeto de respaldar a De la Pefiay arrojar de la unec a Rigoberto, Sin embargo, cn la tabla de avisos se comunicaba a Rigoberto a no presentarse jamds. Dias antes De la Pefia habla emprendido la campafa en pro de la candidatura de Soto y Gama, contra Yafiez. Varios sacerdotes (G. Méndez By el Padre Brambila se quejaron al Sr. Arzobispo). Empero, los unécicos dieron muy mal la batalla. Poderosamente denotados [sil y entre sf divididos. Brito abrié los ojos. Comprendié que no podia apoyarse en ese grupo. Y no fue tan pequefia su amargura y desencanto al advertir que se le habfa engaftado con falsas promesas de una fuerza en realidad inexistente. En realidad la ‘NEC era un fantasma, habilmente manejado por unos pocos. Los dolo- 1080s hechos acaecidos, venfan a evidenciarlo con la trégica verdad ‘Cegados por el interés personal, no habfan dudado en minar el terreno ‘a su propio Asistente, Una vez mds venfa a ponerse en evidencia, que lejos de vivir para el idea, lejos de propugnar inmutables principios cris- tianos, temia en ellos la primacfa, el interés personal yel mezquino orgu- Ilo. :Pero son ellos en realidad responsables? La orientacién que desde atios sc ha dado a la nec zno lleva inevitablemente en germen tamafias defecciones? {No se acostumbra al joven a vivir a costa de la organiza- ign, a ver en ella solamente un objeto de lucto y medio [sc] personal? 3. Pero ademés, el hecho de que el padre TorroellaIlevado de su buen coraz6n, quisiera atraerse a Brito y convertitlo, dio origen a graves problemas. Ante la opinién universitaria Brito y los jesuitas (bachilleratos y Facultad) estaban identificados. Pero es que era prudente fiarse plenamente, zentregarse en manos del Rector? {Quin era? ;Quién conocfa sus recénditas intenciones? {Quién habia sorprendido su ideario? ;Cémo prever la furura actuacién de un hombre osado, audaz.y ni atin bautizado? Hasta dénde podia llegar? ;Quién podria saberlo...? 339 Sin embargo la carta esté jugada. La sorda lucha oficial contra Brito se recrudece. Si triunfan sus enemigos, ;qué sera de la pobre naciente Facultad? 4~ Este solo hecho muestra que nuestro puesto no esté en el tere no politico, asi sea universitario, La actuacién imprudente e irreflexiva de la unc ha sobreexcitado los antiguos recelos antijesuticos. Somos nosotros los que nos cerramos cl campo a toda accién fruc- ‘uosa y apostélica. Por encima de todos los partidos de una politica transitoria, sucia y oportunista, deber nuestio es ir a todos los univer- sitarios levandoles el mensaje sublime de Cristo, Aunque nos parezca que perdamos poder, en realidad ganamos prestigio. Bl prestigio de la serenidad y ecuanimidad sacerdotales, Mision nuestra es sembrar ideas, leva la palabra de caridad y jus- ticia desde un plano de altura y desinterés. No convertirnos en lideres de ficcién. En factores de personalismos divisores. Mientras no se observe escrupulosamente esa actitud en el faturo dela naciente Facultad, estar en grave peligro. Capfruto vit El jesuita como intelectual catdlico, agente reproductor del habitus y administrador de los bienes de salvacién La pretensidn de este capftulo no es ser exhaustivos sobre el papel que la Compania de Jesiis desemperié dentro del campo religioso, en el periodo de estudio, como intelectuales catélicos y formadores de la elice social mexicana; ese empeito rebasarfa con mucho el objetivo de este trabajo. Sin embargo, sf pretendo remarcar la afirmacién de la centralidad de los jesuitas en el campo religioso' para apuntalar la hipétesis de que fueron ellos los responsables, en primera instancia, de orientar la mili- tancia politica de los seglares al terminar los afios treinta; por lo menos diez afios antes de que la Iglesia se pronunciara abiertamente sobre la pertinencia de la incursin de los cablicos en la politica partidista mexi- Antes de entrar en materia conviene apuntar algunas considera- "Nga pacar anc de “ape cent nce capt yerechament iad aa ncn de ‘abit. Eniendo el campo como un epi ail detersinade,dinimicoy extucturado, con faxmado por pasos jrarauizadosy por elas de veo propa. En ee sentido el camp re two pura elpeiod que aos ocua xabs compuesto por lor dixingos lugares sociador al pode da jrarqi esac dee Aci Cats Mexicana ls ogniacionsfandamentes 7 ‘onfedeadas los stents eles del onpaniaions cate a Compa de ein ta que aun sin tener un gar fo en el ampo religion, arias del poder de todos yea uno de os actorscontemplados. Ebr el encatgdo en ina nana de sits os Asin agentes sociales en ealidad de prodctore, epoctore, consumiors ees El «ape lige, quo podemas nent como un urge epee, pods unepeci con ‘de capital que pod ser adacido uu vr en capital econdmico, Deal que along de a inven, pre sobre todo en dos imo aps de eva nvenigacin, me em ea importanca dela ue y de la Compata de Jes por ss lgary peso pied dentro del ‘campo reign de Mesio de 19292 1958 341

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