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"Rezo para que mi ex cambie"

Florencia Rico Douglas, se instaló


en la Embajada Argentina en
Paraguay para estar cerca de su hijo,
a la espera de que la Justicia
determine su restitución.

Cuando Florencia Rico Douglas (37)


se casó con Gustavo López Bello
(41), diplomático paraguayo, en 1995
nunca pensó que diez años más tarde
comenzaría una verdadera odisea
para poder estar al lado de su hijo.
“En marzo de 2005 mi único hijo de 10 años viajó a Austria de
vacaciones para ver a su padre, que se encontraba radicado en
Viena cumpliendo funciones como Ministro Consejero de la
Embajada de Paraguay en ese país, la condición era que volviera el
9 de junio, pero nunca más regreso”, cuenta Florencia a SEMANA.
A partir de ese momento comenzó una verdadera lucha, porque al
no regresar su hijo, Florencia realizó sucesivas denuncias para
lograr la restitución. Del otro lado López Bello se amparaba en la
inmunidad diplomática que le otorgaba su cargo. “Hice una
denuncia penal en la Corte Suprema de Justicia, por sustracción de
menores, otra en el Tribunal de Familia N° 1 de San Isidro,
solicitando la restitución de mi hijo y otra más en la Fiscalía
Departamental de San Isidro; hice todo lo necesario pero por el
momento sigo sin poder estar con mi hijo,” explica dolida.

CASI UN AÑO. Cuando su ex esposo regresó a Paraguay junto a


su hijo, Florencia viajó inmediatamente para poder encontrarse el
niño, a quien hacía casi un año que no veía, pero lo que no pudo
prever es lo que vino después de aquel encuentro tan esperado “El
reencuentro fue muy lindo, la verdad es que sentí una alegría
inmensa al abrazar de nuevo a mi hijo, estuvimos charlando
durante tres horas y me di cuenta que él me necesitaba. En el
momento de la despedida mi hijo pidió irse conmigo, pero Mayra
Moya testigo de mi casamiento y actual mujer de mi ex, se puso a
gritar para sacármelo a mi hijo a la fuerza y me eche. Yo tenía mi
hijo alzado, ella se abalanzó sobre mí, me pegó una cachetada y a
partir de ahí comenzaron a golpearme hasta sacarme de la casa”,
recuerda.
A Florencia esa situación le quedó marcada a fuego en su memoria,
el hecho de escuchar a su hijo gritar para que dejen a su mamá y no
le pegaran más hizo que su instinto maternal se potenciara y su idea
de proteger y recuperar a su hijo aumentara aún más.
Florencia confiesa que por estos días su mayor preocupación es
tener que enfrentar el momento en que la Justicia le entregue a su
hijo y ella regrese a la Argentina para poder vivir en su casa de San
Isidro “La verdad es que no sé de lo que es capaz mi ex marido, no
sé qué más se le puede ocurrir para separarme de mi hijo, tengo
miedo que intente escaparse y por eso avisé a Interpol para prevenir
cualquier intento de huida”, contesta.
El hecho de vivir, desde hace seis meses, en la Embajada Argentina
en Paraguay generó que Florencia tuviera que dejar su trabajo en
una productora de cine y además alejarse de sus padres; pero el
apoyo que encontró en la Embajada, desde el primer momento, es
lo que la mantiene firme en su decisión “es muy difícil estar lejos
de todo, soy consciente de que no estoy en mi país y para colmo,
mi ex marido es diplomático aquí; pero por suerte en la embajada
me tratan muy bien y me hice de amigos que me apoyan también.
Necesito que todo esto termine lo más rápido posible para retornar
mi vida junto a mi hijo”. A pesar de todo Florencia no quiere que
su hijo deje de ver a su padre “lo único que quiero es que viva
conmigo como lo dice la ley y que su padre lo visite cuando
corresponda, no es nada raro lo que estoy pidiendo, no sé por qué
me lo hace tan difícil”, reflexiona.

DISPUTA. Pero como suele pasar en las disputas de padres


divorciados, el hijo es el que sufre las consecuencias de las
actitudes de los mayores que están a su cargo, es por eso que desde
marzo el hijo que tienen en común Florencia y Gustavo asiste a un
psicólogo para que lo ayude a comprender todo lo que está
viviendo y de esa manera retome las actividades y preocupaciones
que le corresponden a un chico de diez años.
“Yo sé que todo esto es muy traumático para él, pero desde que
empezó con el psicólogo lo noto más tranquilo, si bien es cierto
que está un poco perdido, él es un chico muy sociable. Por mi parte
trato de ayudarlo para que pueda superar esto con la mayor
naturalidad posible, por eso quiero que todo esto termine de una
vez por todas y de una manera pacífica.”
El 7 de junio Florencia ganó la restitución en primera instancia, y el
1° de agosto la segunda en la Cámara de Apelaciones de la Niñez y
Adolescencia, pero la misma todavía no se hizo efectiva porque el
ex marido presentó un recurso de inconstitucionalidad ante la
Corte, que el último martes fue rechazado. Sin embargo Florencia
ve a su hijo fin de semana por medio y los miércoles a la tarde,
pasan la mayor parte del tiempo en la Embajada, tratando de
planear un futuro que por ahora es incierto.
“Es sólo una cuestión de tiempo para que me devuelvan a mi hijo,
pero la verdad es que no aguanto más y estos días los estoy
viviendo con mucho nerviosismo, rezo para que mi ex cambie de
opinión y prendo velas todos los días para que no nos lastimemos
más y podamos vivir en paz” .

Esteban Veiga | Fotos: Álbum familiar

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