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Abogado. . Abogado civilista.. ‘ Abogado congultor. . . Abogado penalista.. Abogado peticionario o postulante. be bee eee eee ne Abogado de pobres.. Abolengo... 06. ccc ess ves ee tev eae : Abolicin... 66. ck ee ee cee cee cee cee eee ee Abolir... 0.00. Abonado... 66. ee ce ee ce ce cee eee eee Abonador... 2.2 22. Le. cee eee vee Abonar. . Abono.. ‘Abono-Papel de. Abordaje... 22.0... 62. vec ves eee cee aes tee a CAPITULO IL Abortivo... 22. ... ck. ae Aborto... -.. 6. cee eee tee cee nee Abreviatura... 66. 66. ce cee cee cee ee cee . Abrogacién... 66. 1.2 cee cee ee ee cae nee eae Abrogar... 26. 1. cee cee eee cee cee cee cee ae CAPITULO IL Abogado.—- Abogado Civilista— Abogado Consultor.— Abogado Penalista— Abogado Peticionario o Postu- lante— Abogado de Pobres.—- Abolengo— Abolicién. ~Abolir.— Abonado.— Abonador.— Abonar— Abono. — Abono-Papel de.—- Abordaje— Abortive.— Abor- to,—Abreviatura.— Abrogacién.— Abrogar. ABOGADO.—La persona que aboga por otro ejercitan- do un derecho; pero en sentido legal, abogado, es el pro- fesionista téenico en la eiencia del derecho, que tiene un titulo legalmente expedido para el ejercicio de esa fa- eultad. El] nombre de abogado viene de los romanos, quienes para la defensa de sus derechos acudian al patrocinio de aquellas personas @ quienes consideraban peritas en la ciencia del derecho y les daban el-nombre de advocatus, palabra que significa Hamado, porque se les lama a en- cargarse del patrocinio de sus negocios. Esos patronos, més e menos ilustrados en el conoci- miento, interpretacién y aplicacién de las leyes, ejercian Ja abogacia, sin que en un principio ese ejercicio o pro- fesién estuvicran reglamentados. En virtud de un edicto del Pretor, se dispuso que pa- ra pertenecer al Foro se necesitaba tener diez y ocho afios de edad; y esa disposicién la confirmé Justiniano en el Digesto. La profesién de abogado legé a reglamentarse, disponiendose que los que aspiraran a ejercerla estudia- ran el Derecho durante cuatro afios; y después Justinia- —~41 ~~ ANTONIO ROBLES ORTIGOS’A no fijé cinco, al cabo de los cuales debian los aspirantes sustentar un eximen piblice. Entre los Romanos, durante el periodo que se Ilamé de Ja Repiblica y que concluyé al asumir Augusto la dig- nidad imperial, las personas que se dedicaban al ejerci- cio de la abogacia tenian como campo de estudio los edic- tos de los Reyes, reunides por Cayo Papirio en un solo cuerpo que se llamé JUS PAPIRIANUM (3): las érde- nanzas que bajo la presidencia de los tribunos dieron los plebeyos, y a las cuales se did el nombre de PLEBISCI- TOS (4): las leyes que les decemviros expidieron y que se eonocen con el nombre de las DOCE TABLAS, porque es- taban gravadas en doce tablas de bronce que los juris- eonsultos debian aprender a la letra (5): la coleecién de (3).—No habiendo tenido en un principio los romanos nin- guna ley escrita, se gobernaban en sus negocios por Io que ek Rey disponia, pues en defecto del uso, acudian a la voluntad del Rey, la cual se manifestaba por edictos, hasta que el pueblo pidié leyes; y desde entonces, los Reyes consultaban al pueblo, constituyendo la ley el resultado de esa voluntad. Asi se acostumbré hasta el reinado de Tarquino el] Sober- blo, que fué el Gitimo de Jos Reyes, siguiendolo en el ejercicio del Poder Supremo los Consules, conservando las leyes reales durante mucho tiempo todo su vigor. Esas leyes reales fueron las que Cayo Papirio coleccioné, siendo esa eolecelén Ja conocida con elf nombre de JUS PAPI- RIANUM. (4).—Recobrado por Jos ciudadanos romanos el poder 1le- gislativo, tanto bajo el imperio de los Reyes, como bajo el go- bierno de los Cénsules, 10s plebeyas bajo la presidencia del Se- nado expidieron algunas Ordenanzas que se conocen con el nom- bre de PLEBISCITOS, (5).—En el afio 300 de Roma se dispuso el nombramiento de comisionados que fueron a la Grecia con objeto de estudiar sus leyes para poder adaptarlas a las costumbres de los romanos. Cuando esos delegados regresaron de Grecia, Roma estable- cié los decemvires que fueron los comisionados para formar jas leyes en vista de los trabajos de aquellos delegados; y esas. leyes son lag que se conocen en la historla del Derecho Romano con el nombre de las DOCE TABLAS. —42— ENCICLOP. DE LA ©. JURIDICA Y DE LEG. MEX. aquellas férmulas invocadas por los patricios, formada por Flavio, y que se conoce con el nombre de JUS FLA- VIANUM (6); y la formada por Elio Catén, a la que se llamé JUS ELIANUM (7) : las interpretaciones de las do- ee tablas, hechas por los patricios, a quienes por esas inter- pretaciones que haefan se les llamaba Actoris et conditoris juris; y los edietos de los Pretores. (8). Posteriormente bajo el imperio de Augusto, este Prin- cipe limité el ejercicio de la abogacfa, permitiendele tini- camente a aquellas personas a quienes consideré dignas de esa profesién; y desde entonces, los que la ejercian principiaron a calzar con su nombre sus eseritos. Des- pués, bajo el imperio de Adriano se restituyé a la abo- gacia la libertad de ejercicio de que disfrutaba antes del reinado del Emperador Augusto. (6) y (7).—Desde la expedicién de las doce tablas Jos pa- tricios acudieron a ciertas férmulas que consideraron necesa- riag para el ejercicio de las acciones, y se encontraban en poder de Apio Claudio Caecos, de quien las obtuvo Cn, Flavio, quien Jas ecompilé, y esa compilacidn es la que se conoce con el nom- bre de JUS FLAVIANUM. Entonces los patricios inventaron nuevas formulas que a gu vez fueron coleccionadas por Elio Catén, siendo esa coleccién conocida con el nombre de JUS ELIANUM. (8).—Los edictos de los Pretores eran de des clases: unos que daban en el momento en que algtin easo se les presentaba; y por esa razén se les designaba con el nombre de edicta repen- tina; y los otros eran expedidos para el tiempo en que debian ejercer su magistratura, que era el de un afio, raz6n por la cual, Cieerén Mamé a esos edictos annua cui aderent kalendas anua- riae. Se les designaba con el nombre de edicta ad perpetuam ju- risdictionem. Estos edictos se dividian a su vez en dos Clases: compren- dian la primera aquellos que el nuevo pretor conservaba de los de su antecesor y se les daba el nombre de translatitia: la se- gunda clase comprendia aquellos que el nuevo pretor expedia y se les daba el nombre de NOVA. En ei afio 586 se convirti6 en ley un senada-consulto del aiio anterior, que tenia por objeto que durante el tiempo en que los pretores ejercieran Ja magistratura, administraran ta jus- ticia de acuerdo con los edictos que hubieran publicado al en- trar al ejercicio de sus funciones. — 43 ANTONIO ROBLES ORTIGOSA Algin tiempo después, desde el reinado de] Emperador Dioclesiano comenzé a decrecer la aficcién al estudio de la jurisprudencia, que lHegé a verse reducida a las ciuda- des de Roma y de Constantinopla. Renace después la aficcién al estudio de la jurispruden- cia cuando se introdujo en el imperio romano el Cristia- nismo y se convirtié a él el Emperador Constantino. Después de este Emperador la labor de Juliano hizo que los hombres libres abandonaran el estudio de la ju- risprudencia, dejandolo a los libertos o manumisos. Entre los romanos, los abogados tenian como traje ofi- cial la toga blanca, misma que anteriormente habian usa- do por lo general todos los cindadanos. Como los aboga- dos dejaron de usar le toga, Augusto los obligé a vestir- Ja, Algunas veces los abogados se acompafiaban de un le- gista de inferior categoria, a quien se daba el nombre de Jeguleius, de donde viene el nombre de leguleyo, que se apliea a aquellas personas que sin conocimientos suficien- tes se atreven a ocuparse de asuntos de derecho. Entre los Griegos, fué en donde la abogacfa constitu- y6 primero wna verdadera profesién. En Atenas existié Ja primera Escuela del Foro, habiendo sido Pericles el primer abogado. Solén se encargé de reglamentar la abo- gacfa y llegé a revestirla de un cardeter religioso. En la legislacién espafiola, que fué después por mucho tiempo nuestra legislacién nacional, eneontramos que des- de el Fuero Juzgo se trata de los abogados, También se ocupa de ellos el Fuero Viejo, cl Espéculo y el Fuero Real- En las siete Partidas el Rey Don Alfonso el Sabio le- gisl6 acerca de los Abogados, a quienes también se Hlamé voceros. Decfa el Derecho Espafiol antiguo: Vocero, home que razona pleito por si mesmo 0 por otro e ha ansi nome porque con voces o con palabras razona, cuestién. El mismo Rey Don Alfonso dispuso que no podia ejer- cerse la profesioén de abogado sin previo ex4men y sin que se prestara el juramento de cumplir eon las obligaciones —4— ENCICLOP. DE LA C, JURIDICA Y DE LEG. MEX. respectivas, y sin que el interesado inseribiera su nombre en ta matricula de abogados. En la misma legislacién espafiola se honré y enaltecié la profesién de abogado. En la ley 8, Tit. 31, Partida 2a., se dijo que cada vez que el maestro de derecho ‘‘venga ante algtin juez que esté juzgando, débese levantar a él e recibirlo que sea consigo’’; y llegé esa legislaeién a orde- nar que después de tener veinte afios de escuela de le- yes, debian tener honra de condes. Por un deereto real de Carlos HI de 17 de Noviembre de 1765 se equiparé a los abogados con los nobles y eaballeros. La Novisima Reco- pilacién también se ocupa de los abogados. Después de la Independencia, los Gobiernog Mexicanos han dictado disposiciones reglamentarias que han tenido por objeto sefialar los requisites que deben Nenar los que deseen obtener el titulo de abogados. Actualmente, por el sistema de nuestra organizacién politica en Estados li- bres, soberanos e independientes, Jos Estados que forman la Federacién Mexicana pueden reglamentar la profesién de abogado y fijar los requisitos y condiciones con que se puede obtener el titulo respectivo, lo mismo que pue- de hacerse en el Distrito Federal; y eualquicra de esos ti- tulos son vélidos en todo el Pais porque segin precepto coustitucional, en cada Estado de la Reptblica se dard entera fé y crédito a los actos piiblicos de los otros. A los abogados se les designa también con el nombre de Licenciados; pero ese nombre no es propiamente una especialidad aplicable a los abogados, porque Licenciado es una expresién que significa aquel que tiene licencia para ejercer y aplicar sus conocimientos téenieos en al- guna cieneia; y es también un titulo universitario que eomo el de Bachiller o el de Doctor se conceden a quie- nes poseen determinados eonocimientos cientificos. En algunos paises de Centro Y de Sud-América a los abogados se les llama Doetores, esto es, Doctores en leyes o en la ciencia det dereeho. La Academia de Jurisprudencia, corporacién cientifica — 45 — ANTONIO ROBLES ORTIGOSA de abogados, que Ileva muchos afios de haberse estableci- do en el Pais, no obstante haber ingresado a ella juris- consultos distinguidos, no ha desarrollado en beneficio de Ja ciencia juridica toda la labor que hubiera sido de de- searse, habiendo sido hasta hoy escasa y reducida esa la- bor. En las practicas forenses de no Hace aun muchos afios se exigia que los poderes juridicos otorgados ante Nota- rio Piblico fueran basteantados por abogado y se exigia también su intervencién en determinadas promociones en los juicios civiles y cuando los litigantes en dichos jui- eios hacian promociones torpes que no se ajustaban a los preceptos de la ley. En este dltimo caso, algunos jue- ces proveian esas peticiones en esos términos: “Pida con firma y direceién de letrado”’. Esas prdcticas forenses han eafdo en completo desuso porque coartan el derecho de peticién y no estén de aeuerdo con los preeeptos constitucionales- Segin la ley 2, Tit. 6, Part. 3a., se prohibié el ejerci- cio de !a abogacfa a los menores de diez y siete afios; y segtin la ley 3, del mismo titulo y Partida se prohibié di- cho ejercicio a las mujeres porque estimé que no era de- coroso que tomaran oficio de varén y porque ‘‘cuando Pierden la vergiienza es fuerte cosa de ofrlas et de con- tender con ellas.’’ La prohibicién a las mujeres de que ejercieran la pro- fesion de abogado existia en el derecho romano, en el cual en un principio les era permitido, recordandose en la historia de la Curia romana los nombres de Hortensia y de Amasia que se distinguieron en el ejercicio de la abogacia. Posteriormente no se permitié que las muje- res alegassn, sino en asuntos propios. Esta prohibicién a las mujeres y a los menores de cier- ta edad no tiene razén de ser entre nosotros y esté abo- lida. El precepto constitucional relativo a la libertad del trabajo comprende a las profesiones y ampara, por lo mismo, a los menores y a las mujeres para poder ser abo- —46— ENCICLOP. DE LA C. JURIDICA Y DE LEG. MEX. gados, y por consiguiente, para graduarse en esa profe- sién cientifica. Siendo la abogacia una profesién util, honrada y nece- saria, es natural y de justicia que a los abogados, por raz6n de su oficio y como remuneracién de los servicios que prestan a las personas a quienes patrocinan, se les paguen esos servicios. Véase Aranceles, Los abogados por el propio decoro profesional y per- sonal deben en el ejercicio de su profesién cumplir con los deberes que les imponen las leyes, guardar los respe- tos debides a los tribunales y a las demas autoridades ante quienes comparezcan y abstenerse de proferir inju- rias contra sus colitigantes, no debiendo olvidar que el éxito de los negocios depende de la justicia que les asis- ta y de la ilustracién y cordura con que se ejercita el derecho. Una de las reglas o aforismos antiguos del derecho dice: ‘‘Advocatus rationis non probris certare debet’’. (BI abogado debe alegar razones y no denuestos). En el Distrito Federal y Territorios, los abogados que en los eseritos que presenten o en log alegatos que pro- nuneien ante los tribunales incurran en los delitos de difamacién o de injurias, se les castigaré en los térmi- nos de los articulos 648, fraccién III y 649 del Cédigo Pe- nal, que dicen: - “Art. 648.—No se castigaré como reo de difamacién ni de injuria: IIL—Al autor de un escrito presentado o de un diseur- so pronunciado en los Tribunales, pues si hiciere uso de alguna expresién difamatoria o injuriosa, lo castigar4n los Jucces, segiin la gravedad del delito con alguna pena dis- ciplinaria de las que permita el Cédigo de Procedi- mientos’’- “Art, 649.—Lo prevenido en la fraecién fltima del ar- tfeulo- anterior, no comprende el caso en que la imputa- cién sea ealumniosa, o se extienda a personas extrafias al —47— ANTONIO ROBLES ORTIGOSA litigio, o envuelva hechos que no tengan relacién nece- saria con el negocio de que se trate. Si asi fuere, se apli- carén las penas de la injuria, de la difamacién o de la ealumnia’’. En atencién a que los abogados, por razén de su ofi- cio, pudieran incurrir en responsabilidades especiales re- lativas a falta de cumplimiento de los deberes inheren- tes al ejercicio de su profesién, se ha hecho necesaria la expedicién de algunas disposiciones legales relativas a e808 casos. La nobleza de la profesién de abogado, la confianza que debe inspirar a los que acuden al patrocinio profe- sional, confiandoles los seeretos de sus negocios o de su vida privada, y mds que de su vida privada, de su honor y aun de su vida intima, imponen al abogado el sagrado de- ber del seereto profesional, Hl articulo 767 del mismo Cé- digo Penal impone la pena de dos afios de prisién al que eon grave perjuicio de otro, revele un secreto que esté obligado a guardar, por haber tenido conecimiento de él o haberscle confiado, en razén de su estado, empleo o profesién. A esa pena agrega el mismo articulo la de que- dar el delincuente suspenso por igual término en el ejer- cicio de su profesién o empleo. Si el perjuicio que resul- te, dice el expresado articulo, no fuere grave, la pena sera de arresto mayor. En relazién con el articulo de que acaba de hablarse, el 768 del mismo cuerpo de leyes prohibe a las autorida- des compeler a los eonfesores, médicos, eirujanos, coma- drones, parteras, boticarios, abogados o apoderados a que revelen los seeretos que se les hayan confiado por razéu de su estado, o en el ejercicio de su profesién, 0 a que den noticia de los delitos de que hayan tenido co- nocimiento por este medio. Segin el mismo articulo 768 lo expresa, la prevencién de que se trata no eximiré a los médicos que asistan a un enfermo, de dar certificacién de su fallecimiento expresando la enfermedad de que murié, cuando la ley lo prevenga. —48 — ENCICLOP, DE LA C, JURIDICA Y DE LEG, MEX. Como una excepcién a lo dispuesto en los dos articue log 767 y 768 de que se acaba de hablar, el articulo 769 dispone lo siguiente: ‘‘Se excepttia de lo dispuesto en los dos articulos que preceden el caso en que se revela el secreto de consentimiento libre y expreso asi del que lo eonfiéd como de cualquiera otra persona que haya de re- sultar comprometida por la revelacién’’. La garantia del secreto profesional hizo necesario que la ley prohibiera revelarlo cuando con ésto se causara @ otro perjuicio grave o leve; y en relacién con esa prohi-- bicién el articulo 768 ya citado del Cédigo Penal, impu- so a las autoridades la prohibicién de que ya se hablé, de obligar a hacer las revelaciones a que el mismo arti- culo 768 se refiere, Ademas de lo expuesto, existen otras disposiciones relativas a los delitos de los abogados en su cardeter de tales, en el Capitulo tinico del Libro III, bajo ei titulo de ‘‘Delitos de los abogados, apoderados y sindicos de eoncursos’’, de los cuales se trata en los pdrrafos siguien- tes: Los articulos 1061 a 1065 de dicho Cédigo dicen: ‘Art. 1061.— El abogado que sin expresa instruccién por escrito de la parte a quien patrocine, alegue hechos falsos 0 se apoye en el dicho de falsos testigos; serd cas- tigado con multa de 30 a 300 pesos, si tenia conocimien- to de la falsedad’’. “Art. 1062.—E} abogado que aconseje, dirija o ayude a los dos contendientes, a la vez o sucesivamente, en un mismo negocio, 0, que patrocine, aconseje, dirija o ayude a uno de ellos después de haberse encargado de la defen- sa del otro y de imponerse de sus pruchbas, sera casti- gado con la pena de suspensién de tres meses a un aio. ¥ multa de 300 a 1000 pesos’’. El articulo transerito se refiere a tres casos: el prime- ro es el del consejo, direecién o ayuda a los dos conten- dientes, a la vez: el segundo es el de la direccién, ayuda © consejo a las dos partes sucesivamente; y el tercero es — 49 — ANTONIO ROBLES ORTIGOSA el del patrocinio, eonsejo, direecién o ayuda a uno de los eontendientes, después de haberse eneargado de la defen- sa del otro y de imponerse de sus prucbas- En cl primer easo, ésto es, en el de la direccién, con- sejo o ayuda a los dos contendientes a la vez, Ja respon- sabilidad del abogado que tal hiciere es clara e induda- ble; porque ¢on la direecién simultanca de los dos conten- dicntes. falta a la eonfianza que en él han depositado el uno y el} oto, y con sus gestiones en beneficio de uno perjudica al otro y vieeversa. En el segundo caso, ésto es, cuando cl abogado dirije, ayuda o aconseja a las dos partes sucesivamente, al dejar la defensa de wo de los litigantes para encargarse de la defensa del otro, éste no esta garantizado, porque el abo- gado no puede tener entonces la imparcialidad necesaria para poder atacar la accién del contrario, en cuyo ejer- cicio ha tenido parte, y expone a su segundo patrocinado a que ese patrocinio sca déhil e imeficaz, lo que no acon- tecerfa si el patrono no tuviera el antecedente de haber intervenido patrocinando a la otra parte. Il tereer caso, ésto es, el del patrocinio, consejo, direc- eién o ayuda a mmo de los contendientes después de ha- berse encargado de la defensa del otro y de imponerse de sus prucbas, no sélo est&é reprobado por razones de deco- ro y de honor profesional, sino por la violacién del se- creto a que da lugar el conocimiento de lo que la otra parte le ha confiado y que después puede utilizar en con- tra del mismo que ha depositado su confianza en él. ‘Art. 1063.—E] abogado que aconseje la presentacién de testigos 0 documentos falsos, 0 con cuyo conocimiento los presente la parte a quien patrocine, ser4 castigado como cémplice de falsedad con eircunstancia agravante de tereera clase, en el segundo caso, y como autor en el primero’’. ‘Art. 1064.—El abogado que a sabiendas alegue leyes falsas o que no estén en vigor, o que pida contra lo que expresamente disponen las vigentes, seré castigado con — 50 — ENCICLOP. DE LA C. JURIDICA Y DE LEG. MEX. apercibimiento y multa de 50 a 300 pesos’’. “Art, 1065.—E] abogado que pida términos para pro- bar lo que notoriamente no puede probarse o no ha de aprovechar a su parte, o promueva articulos o recursos manifiestamente maliciosos, 0 de cualquiera otra manera procure dilaciones que sean-notoriamente iegales; sera eastigado con multa de 50 a 300 pesos”’. La contianza que los litigantes depositan en sus abo- gados no sélo se limita a darles datos de sus negocios -y de sus proyectos, sino que algunas veces se exticnde a confiarles cantidades de dinero, eréditos u otras cosas 0 valores; y es neecsario que esa cofifianza esté garantiza- da por la ley y que su viclacién esté penada por la mis- ma ley. Sobre este particular, los articulos 1066 a 1068 del mismo Cédigo Penal dicen lo siguiente : “Art, 1066.—Los abogados que habiendo recibido como tales o como apoderados alguna cantidad en dinero, cré- ditos, mereancias, u otros valores, los distraigan de su ob- Jeto 0 a su tiempo se nieguen a dar eucnta de ellos con Pago; scrén castigados como reog de abuso de eonfianza, y quedarén suspensos en el ejercicio de su profesién has- ta que paguen el saldo legitimo con el rédito, a raz6n de un seis por ciento anual sin que la suspension pueda ex- eeder de un afio’’. “Art. 1067.—Fl artieulo anterior comprende al aboga- do que, a titulo de que su cliente le cs deudor, retenga el todo o parte de lo que éste le entregé, a menos que Ja deuda sea Haquida’’. “Art, 1068.—También se aplicarin las penas del art. 1066 al abogado y a eualquicra otra persona que como sindico o administrador de un eoncurso 0 de un intesta- do, cometan cl delito de que hablan los dos articulos que preceden’’. En atencién a que los abogados pudieran cometer al- gin otro delito, que no sea de los especificados, de que ya se hablé; esté dispuesto por el mismo Cédigo en su ar- ticulo 1069 que los demés delitos y faltas de los aboga- ~— 51 — ANTONIO ROBLES ORTIGOSA dos ‘‘se castigardn con las penas que sefialen los Cédigos de Procedimientos Civiles y Criminales’’. ABOGADO CIVILISTA.—E] abogado que se dedica de preferencia al estudio, interpretacién y aplicacién de las leyes del ramo civil y al patrocinio de los negocios de ese fuero ante los tribunales. ABOGADO CONSULTOR.-—-Los abogados que en algu- nas Seeretarias de Estado o en sus dependenecias o en otras oficinas piblicas tienen encomendada Ja consulta o dictémen téenico en asuntos de derecho. Cuando los eonsultores ejercen sus funciones ante los tribunales que no son letrados, evan el nombre de ase- sores. También se da el nombre de abogados consultores a los que prestan su consejo, direccién y patrocinio a las negociaciones agrfeolas, industriales 0 mercantiles, a las empresas ferro-carrileras o a las negociaciones mincras. ABOGADO PENALISTA.—i) abogado que de prefe- rencia se dediea al estudio de las leyes penales y de sus procedimicntos y a la defensa de los procesados ante los jueces y tribunales de la justieia penal. ABOGADO PETICIONARIO O POSTULANTE.— El que ejeree su profesién patrocinando a alguno de los liti- gantes cn los juicios y a las personas que tienen asuntos ante los funcionarios y autoridades administrativas 0 mu- nicipales, o ante el Poder Legislativo. Los abogados que ejercen la judicatura o la magistra- tura o que forman parte de las Secretarias de los tribu- nales no pueden litigar, tanto porque se distraerian de las labores propias de las atribucioncs de sus funeiones oficiales, como por fa incompatibilidad que resultarfa de litigar ante ellos mismos, o por la falta de imparcialidad de que adoleeerfan cuando tuvicran que intervenir ¢o- mo funcionarios de justicia en negocios semejantes a los que patrocinaran ante otros tribunates que no fueran los mismos de los que forman parte. ~ ABOGADO DE POBRES.—Fl que tiene a su cargo — §2 — ENCICLOP, DE LA C. JURIDICA ¥ DE LEG. MBX el patrocinio y defensa de los negocios que Tes encomien- dan las personas que no pueden pagar honorarios. Estos abogados estén remunerados con sueldo oficial. Véase Defensor. ABOLENGO.—Esta palabra derivada de la voz latina avus, que significa abuelo, tiene varias aplicaciones: Se designa con el nombre de abolengo el derecho hereditario que se tiene en los bienes de los ascendientes—Se da también este nombre a la misma herencia que proéede de los abuelos— Estas denominacioncs que han eafdo en completo desuso son del derecho antiguo, que también daba el nombre de abolengo a la misma ascendencia de los antepasados. ABOLICION.—El acto de abolir una cosa, una ley o una costumbre. Véase Abolir. ABOLIR.—Extinguir o anular una cosa, una ley o una eostumbre, Tiene el mismo significado que abrogar; y se distingue de lo que es derogar, en que la derogacién es la anulacién parcial, en tanto que la abolicién o abroga- eidn es la anulacién total de lo que queda abolido. Las leyes, con la Gnica exeepeién de que habla el ar- tieulo 183 del Cédigo Penal ya citado del Distrito y Te- rritorios, solamente se pueden abolir por la expedicién de otra ley en contrario 0 que haga declaracién expresa de que queda abrogada o abolida la anterior, El articulo octavo del Cédigo Civil dice: “La ley no queda abrogada ni derogada sino por otra posterior’. El uso en contravencién a la ley, 0 sea el desuso de ella, no es ni puede alegarse nunea como abolicién ni co- mo derogacién de ella, salvo el caso de que durante los diez tiltimos afios no se hubiese aplicado una ley penal, si durante ellos se hubieren presentado mis de eineo easos, sin que en ninguno de ellos se hubiese aplicado la Pena sefialada en dicha ley. sino otra diversa. El articulo noveno del Cédigo Civil eitado dispone que eontra la vigeneia de una ley no puede alegarse desuso, ¢ostumbre o prdetica en contrario. — 53 — ANTONIO ROBLES ORTIGOSA El articulo 183 de que ya se hablé del Cédigo Penal del Distrito y Territorios sobre delitos del fuero comin y para toda la Repiiblica sobre delitos contra Ja Federa- eién dice: ‘‘No se estimara vigente ninguna ley penal que no se haya aplicado en los diez afios iltimos; si durante ellos hubieren ceurrido mas de cineo casos, y en ninguno de ellos se hubiere impuesto la pena sefialada en dicha ley sino otra diversa.’”’ En el derecho romano se daba también el nombre de abolicién al acto por el cual se remitia la acusacién y quedaba el acusador libre de seguir su acusacién y el reo libre de la perseeucién que en su contra se hubiere in- tentado, iL mismo ‘derecho romano consideraba que la abo- licién cra de tres clases; designdndola con los nombres de: legal. general y particular; siendo la primera la que en algunos casos determinaban las leyes; la segunda, la que concedia el Senado o el Principe; ¥ la tercera, o sea, la partiewlar o privada, la que a peticiin del acusador se concedia por cl Magistrado. La aboticién de la ley es de dos clases: expresa o té- cita, Es expresa cuando en la nueva ley se dice expresa- mente que queda abolida o revoeada la anterior; y es té eita, euando sin declararla expresamente la nueva ley, contiene disposiciones en cortrario a la que queda abo- lida. En econseeneneia, no siendo la abolicién la anulacién completa de una ley, los puntos que en la nuevamente expedida no estén tratados, se rigen por lo conducente que queda en vigor de la ley que se ha abolido. Véase Abrogacién y Derogacion. ABONADO.—1i) individuo que por su caudal y por au crédito puede responder de las ebligaciones que con- trae. Se da también ese nombre a la persona que por sus antecedentes de honorabilidad y de buena reputacién es digna de fé. Esto no significa ane por el heeho de ser — 54 — ENCICLOP, DE LA C, JURIDICA Y DE LEG, MEX. abonada, esté exenta de la obligacién de comprobar en juicio las acciones que ejereite o las excepciones que oponga. ABONADOR.—La persona que abona a otra, Anti- guamente se designaba también eon ese nombre al que abonaba al fiador y se obligaba en su defecto a respon- der por él. Aun cuando segfin nuestra legislaciOn y nuestras praeticas civiles, mereantiles y judiciales, puede un fia- dor estar, a su vez, fiado por otro, esto no cologa al se- gundo fiador en la categoria de simple abonador, sino en Ja de fiador subsidiario, porque el abono, salvo en los ca- sos de remates judiciales, no es una responsiva, sino une referencia o informe respecto a 1a persona a quicu se abona. ABONAR.—

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