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ACABEMOS CON LAS CHARLAS HUECAS EN EL ESTILO DE DIRECCION* AS de julio de 1936 En hss organizaciones de nuestro Partido en cl Norte esta haciendo estragos la practica de las charlas huecas, lo que ha llegado a ser casi el obstaculo principal para el trabajo del Partido en esa region. A menos que la extirpemos y desechemos, no podtemos avivar ni d rrollar las organizaciones del Partido y su labor. Pero quiero sefialar con énfasis que donde la practica de la char- lataneria hace estragos no es en las células del Partido ni entre los camaradas que estan dirigiendo piblicamente la lucha de las masas contra el imperialismo y los colaboracionistas chinos, sino en los or- ganismos de direccidn de nuestro Partido a nivel superior ¢ intermedio y entre los camaradas dirigentes que estan a cargo de ellos. Me reficro a la chatlataneria que se observa en cl estilo de trabajo y en la forma de direccién de estos organismos y camaradas dirigentes. Por tanto, espero, en particular, que los camaradas ditigentes a nivel provincial, municipal y distrital se mantengan sobre aviso y examinen con especial modestia sus formas de trabajo y de direccién, De todos modos, no permitiremos que nadie se aproveche de la ocasién para reprochar de “charlas huecas” a las células del Partido y a los cama- radas encargados del trabajo de masas. He leido algunos atticulos, cartas, balances de trabajo ¢ informes politicos escritos por ciertos camaradas, textos que tienen carécter otientador. Sin embargo, son sumamente prolijos, redundantes, in- sipidos, sin contenido y nebulosos. Al redactar directivas y docu- mentos, muchos de nuestros camaradas siguen aferrados todavia al formalismo y al estilo estereotipado. O bien, buscando conferirle algo “concreto” a lo que escriben, se contentan con amontonar todas * Articulo publicado bajo el seudénimo de K. revista de circulzci6n interna editada por el Comité Prov 52 "en Linea de Fuego, N° 38, \cial de Hebei del PCCh. ACABEMOS CON LAS CHARLAS HUECAS 53 las menudencias sin armonizarlas en lo mas minimo ni destacar lo principal de ellas; 0 bien, a fin de “no desligarse de la situacién gene- ral”, juegan con una abundante terminologia politica, divagando sobre la situacién mundial y nacional en todos sus aspectos, y anarematizan en tono arrogante todo y a todos. A menudo me sucede que tengo que armarme de mucha paciencia para terminar la lectura de un texto, y, es mas, sin poder llegar a comprender cual era el mensaje y qué, después de todo, nos queria comunicar el autor. Si semejantes escritos estan destinados a ditigir el trabajo 0 a educar a los camaradas, lo nico que pueden lograr son pésimos resultados. Como se presentaban controversias entre los cuadros del Hste de Hebei y de Baoding”, algunos camaradas dirigentes creyeron que, siendo asi las cosas, la labor del Partido alli ya no podia marchat bien. Sin embargo, estos camaradas no han podido dar ninguna opinidn al respecto, salvo motejar repetidamente de “oportunistas” a los cuadros implicados en la controversia. E] mote de “oportunis- tas” ya estaba impuesto, pero no por ello lograron resolver los pro- blemas surgidos, a los que se les vinieron a sumar otros nuevos. Incluso el propio cnunciado de que debemos combatir la actitud de “puertas cerradas” y el aventurerismo ha Megado a convertirse en muchos lugares en un estribillo parecido a la invocacién Luda amida, que con tanta frecuencia repiten los budistas, A pesar de haber criticado mil y una veces y con sinceridad religiosa la actitud de “puer- tas cerradas” y el aventurerismo, estos camaradas siguen sin compren- der cl significado de estos males, ni saber si existen 0 no tales fenémenos alli donde trabajan. Sucede a menudo que una cosa viva y dinémica, tan pronto como Iega a las manos y a la boca de charlatanes como éstos, se convierte en algo muerto, y que un camarada, que de por si es muy vigoroso y dinamico, una ver. que se le convierte en objeto de reproches, se trans forma en un hombre poco menos que sin alma ni perspectiva y se dis- torsiona su imagen. iCamaradas! Las charlas huecas no aportan beneficio alguno sino perjuicios. Espero que ustedes, sobre todo los camaradas dirigentes, desechen por completo esa practica. Deben enfocar los problemas con objetividad, trabajar con esmero y comportarse con sinceridad. Deben decit la verdad presentando las cosas tal y como son. Deben decir “si” cuando comprenden un problema, y “no”, cuando no lo comprenden, Deben estudiar con especial modestia y despejar, por todos los medios posibles, las dudas que tienen sobre los problemas 54 LIU SHAOQI que no comprenden a ciencia cierta, No deben dedicarse a amonestar © aconsejar a los demas en aquellos problemas que no hayan legado a comprender. Es mejor aconsejar poco a los camaradas de nivel inferior que hacerlo en forma equivocada. Propongo que, salvo en caso de absoluta necesidad, recurran mas a las formas de propuesta, sugerencia y discusién que a las de instruc- cién u orden. Deben tomar menos decisiones rigidas y ser més flexibles en la accién. A los camaradas de base conviene brindarles ayuda en lugar de reprenderlos, En particular es absolutamente inadmisible proceder asi como asi a declarar oportunista a tal o cual camatada de basc. Si los camaradas de base no comprenden 0 com- prenden mal ciertos problemas, el deber de ustedes es sefialarles el camino correcto y ayudarles a comprenderlos. Si ellos no dan impor- tancia a ciertos problemas o se la dan de modo insuficiente, el deber de ustedes es lamarles la atencién. Aqui no cabe hacerles mala cara y reprenderlos como hacen los maestros con sus alumnos, pues tal actitud no trae nada provechoso. La tarea general que afrontamos en la actualidad no es otra que la de prepararnos pata una guerra de gran cnvergadura contra los agre- sores japoneses y los colaboracionistas chinos, y la téctica global pa- ra cumplitla consiste en vertebrar un amplio frente tnico nacional. Esta es la conclusion a que hemos Ilegado después de analizar con esmero la presente situacién en el mundo y en China. Todos nuestros camaradas deben estudiar detalladamente esta situacién. Pero, después de obtener una clara comprensi6n de ella, si ésta no experi- menta importantes y nuevos cambios, no conviene analizar repetida- mente en todos los documentos y en todas las declaraciones la situacién mundial y nacional (lo que pasa hoy es que nunca se deja de analizar la situaci6n al tratar cualquier problema, pero pocos camaradas se ocupan realmente de estudiarla), ni llenarse la boca de términos como “prepararse para la guerra de resistencia” o “frente unico”, como suele hacerse con las frases hechas de la Biblia, sino proceder a rea- lizar tal preparacion y organizar tal frente nico acorde con las con- diciones concretas y especificas del Iugar y del momento en cada localidad, fabrica, escuela, aldea o cuartel. La tarea general es una sola y una también es la tictica global, pero lo que si varia es el trabajo practico, que depende del lugar o del sector. Nuestros camaradas deben saber analizar cuidadosamente las circunstancias y condiciones especificas de los distintos lugares 0 sectores, a fin de determinar qué se puede hacer hoy en tal o cual fabrica y en tal o cual aldea, de qué ACABEMOS CON LAS CHARLAS HUECAS 55 manera se puede proceder a hacerlo y qué se podri hacer mafiana una vez cumplido lo de hoy. Si nuestros camaradas proceden de esta forma, no se veran desligados de la realidad. En algunas aldeas, los campesinos, ignorantes de lo grave que es la crisis nacional, atin andan haciendo celosamente cuestién de sus reivindicaciones econdmicas cotidianas. Si nuestros camaradas pasan por alto esta situacin especifica, quedaré como charlas huecas el Hamamiento que dirigen en tales aldeas a los campesinos para que participen en manifestaciones contra la agresidn japonesa y organicen asociaciones por la salvacién nacional. Pero no sucedera asi cuando lo hagan entre los estudiantes de Beiping y Tianjin, El trabajo prac- tico siempre debe determinarse conforme a las condiciones especificas de cada localidad. De hacer caso omiso 0 alejarse de ellas, toda re- solucién, por buena que sea, quedara reducida a simples charlas hue cas. Sin embargo, nos oponemos a la teoria de la “particularidad” rural, porque ésta niega rotundamente toda posibilidad de organizar ua movimiento antijaponés en el campo. Si los campesinos estan interesados en las reivindicaciones econémicas cotidianas, nos pon- dremos al frente de su lucha econémica; pero, al mismo tiempo, les daremos a conocer la presente crisis nacional. Asi sera posible con- ducirlos a la lucha nacional a través de su lucha econémica. La lucha econémica no contradice la Icha nacional. Nuestros camaradas deben considerar seriamente como y pot dén- de iniciar el trabajo, Esto hay que determinarlo también de acuerdo con las condiciones especificas de cada Fabrica, escucla o aldea y con- forme a la capacidad de trabajo de los camaradas. Si en un lugar se puede empezar editando un periddico, en otro habra que organizar foros de estudio; mientras que en un sitio ya se ha iniciado una lucha econémica, en otro sélo se podra comenzar por entablar conversaciones privadas 0 recomendar la lectura de libros 0 periddicos. Sin embar- go, slo cuando hayamos dado efectivamente el primer paso, estare- mos en condiciones de dar el segundo; si tenemos bien agarrado el primer eslab6n, podremos pasar al segundo. Los cuadros dirigentes de las diversas localidades deben prestar especial atencién también a aquellas células partidarias y organizacio- nes populates que revistan gran importancia asi como a los camaradas que se destaquen por su capacidad de trabajo, su fe revolucionaria y sus perspectivas de desarrollo, brindandoles mas ayuda, adoctrinindo- los con mayor intensidad, cuidandolos bien y promoviendolos a cargos de mayor responsabilidad. Esta es la tinica manera como podrin va- 56 LIU SHAOQI lerse de estas células, organizaciones y camaradas para desplegar el trabajo. Espero también que nuestros camaradas hagan un esfuerzo serio en el estudio de las resoluciones y documentos del Partido y en el estudio detallado de la situacién actual y las tareas técticas del Parti- do para obtener una clara comprensién al respecto, pues éste es el primer paso que debemos dar en el trabajo prictico. No necesitamos una fe y una sumisin ciegas, lo que queremos es que nuestros camara- das comprendan real y efectivamente las tareas ticticas del Partido y las cumplan en las més variadas circunstancias. A menudo me siento intrigado y me pregunto pot qué, al aplicarse en el Norte de China las nuevas resoluciones y la nueva tictica del Partido, éstas no han provocado la més minima discusién ni han creado recelos entre los camaradas. Esto no demuestra que hayan sido aceptadas sin pro- blemas por los camaradas. La verdad es que he lefdo articulos en los que, a pesar de todas las frases en favor de la nueva téctica y con todos sus reproches a otra gente en nombre de esta tictica, sus autores muestran una carencia total de comprensi6n efectiva y acertada de lo que cs esta nueva tactica. Salta a la vista que, frente a las resolu- ciones del Partido, estos camaradas han adoptado una actitud buro- cratica y se comportan como charlatanes. No estamos en contra, sino, més bien, a favor de que los camaradas efectiien, dentro de determi- nados limites, discusiones sobre los documentos y las resoluciones del Partido, presenten sus dudas y exijan aclaraciones. Con mayor razon ¢s permisible la discusién sobre el trabajo practico. La discusion es beneficiosa para el trabajo del Partido siempre que no degenere en un nuevo tipo de charlas huecas. Es necesario que combatamos las charlas huecas para poder pro- mover ¢ impulsar nuestro trabajo. Sin embargo, no debemos enfren- tar las charlas huecas con otras charlas huecas 0 con articulos vacios y dentro del estilo de cliché; lo indispensable es que desechemos las charlas huecas en nuestro estilo de trabajo y en nuestros métodos de direccién, conozcamos en forma tealista los problemas y las circuns- tancias, y dispongamos, planifiquemos y orientemos nuestro trabajo basindonos en la realidad.

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