HOJA PARROQUIAL - 4° D. ADVIENTO C
La vida del creyente es vida de esperanza. Lo que
no significa que nos desentendamos del
presente. Al contrario, la fe nos tiene siempre
en vilo, siempre pendientes de la promesa de
Dios. Dichosos nosotros si, como Maria, nos
tomamos en serio la Palabra de Dios. Porque lo
que ha dicho el Sefior se cumplira.
ORACION
Derrama, Sefior, tu gracia sobre nosotros,
que, por el anuncio del angel, hemos conocido la
encarnacién de tu Hijo, para que lleguemos por
su pasion y su cruz a la gloria de la resurreccién.
Por nuestro Sefior Jesucristo
Primera lectura. Con la necesidad renace la esperanza.
‘Cuanto mas conciencia tomamos de lo que verdaderamente
necesitamos més crece la esperanza. Asi le pasaba al pueblo de
Israel y nos pasa a los creyentes de
MIQUEAS 5,2-5a
Esto dice el Sefior:
jDichosa tu, que has creido!
Pero tu, Belén de Efrata, pequefia entre las
aldeas de Juda, de ti saldra el jefe de Israel.
‘Su origen es desde antiguo, de tiempo
inmemorial.
Los entrega hasta el tiempo
en que la madre dé a luz, y el
resto de sus hermanos
retornaran a los hijos de Israel
En pie pastoreard con la fuerza del
Sefior, por el hombre glorioso del Sefior
su Dios.
Habitarén tranquilos porque
grande hasta los confines de I
Sera nuestra paz.
Salmo responsorial
mostrar
Fra, y esta
Oh, Dios, restéuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Segunda lectura. La ofrenda ele Jesus hombre es to-
talmente distinta de las antiguas ofrendas de Israel, pa-
recidas a las que otros pueblos presentaban a sus dio-
ses. Nuestro sacrificio a Dios es Jesiis que asume todo lo
nuestro,
HEBREOS 10,5-10
Hermanos: Cuando Cristo entro en el mundo
dijo: Td no quieres sacrificios ni ofrendas,
pero me has preparado un cuerpo; no
Aceptas holocaustos ni victimas expiatorias.
ces yo dle lo que est escrito on
‘Aqui estoy, oh Dios, para hacer tu
voluntady.
Primero dice: No quieres ni aceptas
crificios ni ofrendas, holocaustos ni
victimes explatria,-que se ofrecen segin
a ley-.
Despues afiade: Aqui estoy yo ahora para
hacer tu voluntad,
a lo primero, para afirmar lo sequndo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos
santificados por la oblacion del cuerpo de,
Enton
lib
sucristo, hecha una vez para siempre.
La Virgen lo espero con inefable amor de madre
Eyangelio. Que Dios se haga hombre para convertir
todo lo humano en divino es el acontecimiento més re-
volucionario de nuestra historia. Merece la pena confiar
en Dios, esperar en que su causa entre nosotros se cum-
pliré. Esta fe es el comienzo de una felicidad sin paran-
g6n e indestructible
LUCAS 139-45
En aquellos das, Mara se puso en carina fue
aprisa ala montafia, a un pueblo de Juda; entro en
casa de Zacarias y saludo a Isabel.
En cuanto Isabel oy6 el saludo de Maria, salté la
criatura en su vientre. Se llend Isabel del Espiritu
Santo, y dijo a voz en grito;