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82 EL EVANGELIO SEGON ROMA Margaret s6lo podfa mirar con cara de incredulidad. Esto no puede estar sucediendo! Los paramédicos, habiendo hecho todo lo que podfan por José, lo le- vantaron y lo llevaron a la ambulancia en una camilla. A medida que el vehiculo partfa veloz, el sacerdote Sénchez ofrecfa una bendicién final a tiempo que hacia la seftal de la cruz: «Que la bendicién de Dios todopo- deroso, el Padre, y el Hijo, y el Espiritu Santo, vengan sobre ti y perma- nezcan contigo para siempre. Amén.» José murié tres horas después. Las semanas que siguieron estuvieron llenas de duelo. El sacerdote Sénchez ayud6 a la familia Lorente haciendo los arreglos para los ritos funcrarios. Habrfa dos vigilias noctumas en la casa funeraria. La familia solicité que cada noche se recitara un rosario para José. El tercer dfa habrfa una misa funeraria seguida de una procesién al cementetio y el rite del eruierro. ‘Margaret hall6 consuelo pensando en la vida de José: Fue un hombre tan bueno, crié cuatro hijos, trabajé arduamente e iba a misa. Hasta recibié el tiltimo sacramento. Seguramente que ird al cielo, 0 no ira? Toda su vida, José —al igual que tantos otros sinceros cat6- licos— hizo lo que la Iglesia Catélica le dijo que hiciera. Pero, ;hizo lo suficiente? {Hizo lo que Dios requiere? ,Conduce al cielo el camino de salvacién que ofrece la Iglesia Catdlica Romana? LA PERSEVERANCIA FINALY EL JUICIO PARTICULAR (1021-1022, 1051, 1274] Piense en la salvacién catolicorromana como un viaje por un camino, un largo camino con un fin incierto. El punto de partida es el bautismo. La seccién del medio esté compuesta de toda una vida de recibir los sa- cramentos y hacer buenas obras. La linea final es la muerte [1682-1683] Para un catélico, la muerte es ¢] momento de la verdad. «En la muerte, la separacién del alma y el cuerpo, el cuerpo del hombre entra en comup- ci6n, mientras que su aima va al encuentro con Dios.....»""), Alli a perso- nase entera de si ha logrado la vida eterna o no. Este es un acontecimiento privado y personal llamado juicio particular. Aqut es donde Dios decide el destino final de una persona 1005, 1013, 1022, 1051). ‘A fin de pasar el juicio particular y finalmente llegar al cielo, un caté- lico debe morir en estado de gracia [1010, 1052]. Esto significa que al momento de morir, su alma debe estar en posesién de gracia santificante. En dicho caso, se dice que el catdlico ha logrado la perseverancia final; Ce ed hae fae be mpmmomasnshe en EL DESTINO FINAL 83 Sin embargo, si una persona carece de gracia santificante en el mo- mento de la muerte, Dios la destierra al castigo eterno (1022, 1033-37, 1056-1057]: Las almas de los que parten de esta vida en verdadero pecado mortal, 0 en pecado original solamente, bajan directamente al infierno a ser cas- tigados, pero con dolores desiguales, —Coneilio de Florencis? La Iglesia Catélica ensefta que nadie sabe cual seré su destino final hasta el juicio particular [1036, 2005].* Cualquiera podria cometer un pecado mortal a tiltimo momento, morir en esa condici6n, y perderse eternamente. Por lo tanto, ninggin cat6lico vivo puede decir que es salvo en un sentido eterno, Mas bien, se estd salvando a medida que coopera con la gracia. Para salvarse eternamente, un catdlico debe perseverar hasta el fin [161- 162, 1026]. Segtin la Iglesia Cat6tica Romana, eso es lo que Jestis enseiis ‘cuando dijo, «Mas el que persevere hasta el fin, éste serd salvo» (Mt, 24:13). ELPURGATORIO [954, 958, 1030-1032, 1054, 1472] Elcatolicismo romano ensefia que si en el juicio particular Dios halla a una persona en estado de gracia, la salvaci6n final del individuo esta asegurada [1030]. No obstante, antes de que pueda entrar al cielo, la per- sona quizés necesite hacer expiacién del castigo temporal por el que no pagé cuando estaba en la tierra (1022, 1030, 1682]. La Iglesia Cat6lica ensefia que los cat6licos deben hacer satisfacci6n por sus pecados.* Algunos de los que pasan el juicio particular van directamente al cie- lo, Por ejemplo, a los infantes bautizados que murieron antes de llegar a la edad de responsabilidad se los considera libres de culpa y de castigos temporales. Por tanto, son lo suficientemente puros como para entrar de inmediato al cielo y gozar de la visidn beatifica, una contemplacién intuitiva de Dios [1023-1029] Otro grupo que va directamente al cielo son los que han obrado ardua- mente o han sufrido lo suficiente en la tierra, Esto se aplicaria a algunos de los héroes de la fe catstica a quienes la Iglesia Catélica ha canonizado como santos. No obstante, quizas el catdlico promedio no esté preparado para entrar inmediatamente al cielo: La gente que ha cometido muchos pecados, aun si s6lo eran pecados veniales, pero que nunca han hecho penitencia por su propia cuenta y

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